06 octubre, 2023

Las series más destacadas de 2023: Septiembre-Octubre

El fin de la huelga que aprobó el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) el pasado 2 de mayo se ha producido tras 146 días de paro, convirtiéndola en la segunda más larga de la historia. La intervención de los principales CEO de grandes productoras y streamers impulsó las negociaciones después de semanas de llamadas, pero también es cierto que aceptaron la estrategia de la Asociación de Productores de Cine y Televisión (AMPTP): la intención de bloquear las exigencias de los guionistas dejando que hicieran huelga mientras se alcanzaban acuerdos con los otros sindicatos, generalmente más comprensivos, debilitando la posición de la WGA. Pero, mientras con el Sindicato de Directores (DGA) se consiguió rápidamente, la decisión del Sindicato de Actores de Cine y la Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA) de convocar una huelga el 24 de julio, y especialmente su actitud muy beligerante con esos mismos ejecutivos, rompió las previsiones de la AMPTP. El acuerdo ha sido especialmente positivo para la WGA, y uno de los documentos más clarificadores de los que el sindicato ha hecho públicos es una comparativa entre lo que se pedía el 1 de mayo, lo que ofrecía la AMPTP y lo que finalmente se ha conseguido. Pero en algunos casos como el aumento salarial o la protección frente a la IA, el acuerdo es similar al que consiguió la DGA sin hacer huelga. Se podría decir que se han logrado mejores condiciones aceptando el sistema impuesto por las productoras y streamers, que reduce las posibilidades de promoción profesional y precariza el trabajo de los guionistas. Al mismo tiempo, la posición de la AMPTP como asociación que aglutine los intereses de diferentes tipos de productoras ha quedado debilitada, y la creación de un nuevo lobby por parte de los principales streamers (Disney+, Max, Netflix, Paramount+, Peacock, TelevisaUnion, CaultAccess, ViX, Afroland y ForUsbyUs Network) resulta significativa para el futuro incierto de la Asociación de Productores. 

Nuestro repaso a las series del mes ofrece dos lecturas interesantes: por un lado, algunas producciones canceladas que demuestran que se impone una continuidad cada vez más inestable, lo que debe repercutir en la fidelidad de los suscriptores a las plataformas de streaming. Pero entre nuestras recomendaciones de este mes sobresalen producciones británicas, prácticamente la mitad de ellas, lo que consolida a Gran Bretaña como el país donde mejor televisión se está haciendo en estos momentos. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Heels (Temp. 2 y Final)
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MGM+, 28 de julio-15 de septiembre
EE.UU., 2023 - 8x60'
Creada por Michael Waldron
Dirigida por Peter Segal, Michael Lehmann, Jessica Lowrey

Ha sorprendido la cancelación de esta serie por parte de Starz, dentro de un paquete de producciones que tampoco continuarán  como Run the world (MGM+, 2021-2023) y Blindspotting (Starz, 2021-2023), mientras que The venery of Samantha Bird (Starz, 2023), ni siquiera había concluido el rodaje de su primera temporada. Pero en el caso de esta historia sobre el mundo de la lucha libre profesional creada por Michael Waldron (1987, New Jersey), también responsable de Loki (Disney+, 2021-), se había consolidado como uno de los mejores dramas de la productora, cosechando excelentes críticas. Que todas las series hayan llegado solamente a su segunda temporada indica una tendencia clara, especialmente tras los reajustes presupuestarios que las productoras y streamers van a realizar en los próximos años debido a las pérdidas sufridas por las huelgas de guionistas y actores. En Hollywood, la tercera temporada supone renegociar los contratos de todo el equipo técnico y artístico de una serie, lo que parece querer evitarse en determinadas producciones, una de las estrategias para reducir costes. Recientemente, el creador de Daredevil (Disney+, 2015-2018), Steven DeKnight, calificaba de "vieja estafa" la decisión de Walt Disney de titular el reinicio de su serie Daredevil: Born again (Disney+, 2024-), un cambio ligero del título que supone que los contratos se reinician como si se tratara de una nueva producción, no a partir de las condiciones establecidas en las anteriores temporadas. Oficialmente, la razón de esta cancelación se basa en no haber alcanzado los datos de audiencia exigidos, aunque Michael Waldron mantiene su buena relación con Disney, para la que escribirá el guión de Avengers: Secret wars (2026) y un proyecto para la saga de las galaxias. 

En el caso de Heels (MGM+, 2021-2023), la cancelación ha cogido por sorpresa a los guionistas, teniendo en cuenta que el final de la segunda temporada termina con un cliffhanger relevante y numerosos arcos narrativos sin cerrar, lo que deja a la historia huérfana de una conclusión más compacta. Pero, aunque Heels se desarrolla en el entorno de la lucha libre, una de sus principales fortalezas es la de saber construir alrededor un sólido drama familiar que cuida a sus personajes y se sostiene en dos protagonistas, los hermanos Jack Spade (Stephen Amell) y Ace Spade (Alexander Ludwig), que tienen un magnetismo especial en su continua rivalidad, fomentada por la referencia paterna y el trauma provocado por su suicidio. En esta segunda temporada, numerosos flashbacks nos sitúan en el funeral de Tom "King" Spade (David James Elliott), pero también retroceden para moldear la fachada en la que vivió la familia mientras el patriarca luchaba desesperadamente por mantener a flote la siempre debilitada Duffy Wrestling League (DWL). Incluso se establecen paralelismos en el episodio Appearances (T2E06) cuando Jack tiene una reunión importante con una plataforma de streaming que podría salvar económicamente a la DWL, y la tentativa de su padre Tom en el pasado para un posible acuerdo con el mismísimo Ted Turner. Al comienzo de la segunda temporada, Jack continúa tratando de salvar la empresa en su pequeño pueblo natal, el ficticio Duffy, en Georgia, aunque para ello tenga que pactar con el diablo, en forma de una jugosa oferta de su rival Charlie Gully (Mike O'Malley, también showrunner de la serie), que gestiona la muy rentable Florida Wrestling Dystopia (FWD). Aunque más que una oferta de colaboración es más bien una amenaza que no puede rechazar. mientras trata de robarle a la nueva estrella de la DWL, Crystal Tyler (Kelli Berglund). Hay una referencia al machismo persistente en el mundo de la lucha libre, cuando en Discord (T2E3) un caso mediático de violencia doméstica protagonizado por una estrella de fútbol americano, hace sonar las alarmas sobre la violencia en el deporte, lo que provoca que pueda ser controvertido ver a un hombre y una mujer pegándose en el ring, por lo que se decide crear una liga femenina. Ace Spade anda algo perdido en los primeros episodios, lo que se resuelve con un regreso espectacular en el episodio Heavy heads (T2E4). La segunda temporada mantiene el peso dramático sobre la familia Spade, pero también ofrece buenas secuencias de lucha, algunas de 30 minutos de duración (el actor Stephen Amell sufrió una fractura en la columna vertebral durante el rodaje de la primera temporada). 

Hay también largas escenas de diálogos en Heels, lo que demuestra el interés de los creadores por mantener el pulso narrativo a través del desarrollo de sus personajes. Y el trabajo de los guionistas Victor Levin, Blake Masters, Victoria Morrow y Mike O'Malley, que ha escrito los primeros episodios, mantiene un nivel notable que es difícil de encontrar en otros dramas deportivos. Pero quien se lleva los mejores monólogos es la antigua estrella de la lucha libre Wild Bill (un excelente Chris Bauer), que ahora parece haberse reconciliado con la familia Spade y vive un cierto renacimiento que se refleja también en los restos de la popularidad que han quedado del pasado. La convención de lucha libre algo cutre a la que acude en Heavy heads (T2E4), para vender merchandising y ofrecer su firma por un dólar le enfrenta con lo que ha quedado de sus antiguos compañeros de ring, estrellas fulgurantes que decidieron, por voluntad propia o por enfermedades, no sacrificar su vida real por la popularidad.  En sus discursos de motivación del grupo de luchadores aporta frases clarificadoras, como en Appearances (T2E6): "Nadie necesita lo que hacemos. Nadie nos ha pedido que luchemos. Somos la definición de una industria no esencial, una a la que nos hemos invitado nosotros mismos". Hay tramos desiguales en esta temporada entre una primera tanda de episodios más expositivos y una segunda parte que eleva el nivel dramático eludiendo hábilmente la tentación de repetir la disputa entre hermanos. Y eso hace que se expandan los ejes narrativos de una historia que parecía tener más cosas que contar. 

Tiempo de victoria: La dinastía de los Lakers (Temp. 2 y Final)
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HBO Max, 7 de agosto-18 de septiembre
EE.UU., 2023 - 7x59'
Creada por Max Borenstein, Jim Hecht
Dirigida por Salli Richardson-Whitfield, Trey Edward Shults, Todd Banhazl, Tanya Hamilton

La serie producida por Adam McKay, quien dirigió el episodio piloto estableciendo el particular estilo visual (el actor Jonah Hill llegó a dirigir el segundo), ha tenido más repercusión por su cancelación temprana que por una segunda temporada más irregular que la primera, pero capaz igualmente de transmitir la tensión del juego y la rivalidad entre los equipos de la NBA en una de las épocas gloriosas del baloncesto norteamericano. A los creadores Max Borenstein (1982, Los Angeles), responsable de la excelente serie antológica The Terror (Prime Video, 2018-2019) y Jim Hecht (1975, Nueva York), más dedicado a la animación hasta el momento, solo les ha dado tiempo a narrar uno de los cinco títulos de la NBA que ganaron Los Angeles Lakers en la década de los ochenta, y el final situado en 1984 ha terminado siendo una historia de derrota en vez de un relato de triunfo, una conclusión anticlimática que contrasta con el título de la serie y su tema principal, el difícil camino hacia el éxito. Pero los responsables han señalado que fue más sorprendente que HBO decidiera apoyar una segunda temporada que la decisión de cancelarla. El final, sin embargo, era lo que estaba previsto, solo que el posible desquite del equipo, que ganaría el título en 1985 y posteriormente en 1987 y 1988, no se ha producido. La cancelación ha dejado abierta la relación entre Magic Johnson (Quincy Isaiah) y Larry Bird (Sean Patrick Small), que ha quedado en una introducción a su rivalidad, aunque en The second coming (T2E3) se ofrecen algunos apuntes sobre la juventud del segundo en un flashback situado en los 70. Cabe recordar que Tiempo de victoria: La dinastía de los Lakers (HBO Max, 2022-2023) comenzaba en The swan (T1E1) con el momento de la retirada de Magic Johnson después de recibir el diagnóstico de VIH en 1991, un acontecimiento importante en su carrera que no se ha acabado explorando. 

[Espóiler] Que la decisión de Casey Bloys y Francesca Orsi, responsables de HBO, sobre la cancelación del programa ha estado motivada por las audiencias (la segunda temporada se ha desempeñado muy por debajo de la primera) más que por los efectos de las huelgas, lo demuestra el hecho de que los productores entregaron a la cadena dos montajes diferentes del final, según contaba Kevin Messick en una entrevista (Vulture, 17/9/2023), afirmando que ya fueron avisados hace dos semanas de que las cifras de espectadores no estaban siendo satisfactorias. Mientras HBO difundía entre la prensa la versión que termina con Magic Johnson derrotado bajo la ducha, finalmente se ha emitido la que incluye una escena posterior en la que Jerry Buss (John C. Reilly) vaticina el testigo que pasará a su hija Jeanie (Hadley Robinson), quien en 2013 asumió el cargo de presidenta del equipo tras la muerte de su padre y en 2020 se convirtió en la primera mujer propietaria que consiguió un título de la NBA, y un montaje que describe las futuras carreras de los protagonistas, acompañado por la canción "Shadows of the night" que Pat Benatar incluyó en su album Get nervous (1982, Capitol Records). A lo largo de la temporada, junto a la febril y a veces molesta mezcla de formatos, ha habido excelentes reflejos de la década de los ochenta, como esa animación con la que comienza What is and what should never be (T2E7), que hace anhelar viejos tiempos, cuando HBO existía en su estado más puro [Final Espóiler]

Ciertamente, la segunda temporada de la serie ha tenido algunos problemas, en parte motivados por los intentos de los creadores de responder a quienes criticaron la primera temporada por no ser un reflejo de los hechos reales, entre ellos los jugadores Magic Johnson, quien siempre mostró su sorpresa porque no se contara con la colaboración de Los Angeles Lakers, y Kareem Abdul-Jabbar, quien directamente la acusó de tergiversar la realidad, aunque especialmente en esta segunda temporada ha contado con el apoyo incondicional de Jeanie Buss. Hay una cierta obsesión por introducir con gráficos o rupturas de la cuarta pared la frase: "Sí, esto sucedió", como si no pudiéramos comprobar si fue tan caótica la rueda de prensa de presentación de Pat Riley (Adrien Brody) como entrenador/no entrenador, o si Kareem Abdul-Jabbar (Solomon Hughes) fue efectivamente agredido por seguidores de los Boston Celtics. Centrada en la rivalidad entre estos equipos, la serie se ha visto perjudicada por una "narrativa wikipedia", que trata de incorporar la máxima información, con el problema añadido de contar solo con siete episodios frente a los 10 de la primera temporada, lo que provoca que a veces se sienta apresurada. El mayor problema del guión ha sido su carácter genérico, porque aunque Magic Johnson es el principal motor del narración, la dispersión en momentos relevantes con otros protagonistas ha terminado en una acumulación desequilibrada de tramas. Incluso a pesar de los excelentes trabajos de John C. Reilly y Adrien Brody, este último especialmente brillante en el desarrollo del arco narrativo de su personaje. Pero la serie es asombrosa en la forma en que representa los partidos, a veces mezclando imágenes de archivo con la ficción, y el trabajo de directores de fotografía como Todd Banhazi, que se encargó de la recreación de la serie final entre Boston Celtics y Los Angeles Lakers de 1984 en el último episodio, es sobresaliente. Y consigue en los dos episodios centrales, especialmente The Hamburger Hamlet (T2E5), los mejores reflejos del egocentrismo dentro de las competiciones deportivas. La temporada comenzaba con la canción "Magic", que interpreta Olivia Newton-John en la banda sonora de la película Xanadu (Robert Greenwald, 1980), un disco que también está presente en otro desenlace, mucho más mediocre, el de la comedia Physical (Apple tv+, 2021-2023). Pero, pesar de sus altibajos, la segunda y última temporada de Tiempo de victoria ha tenido algunos momentos auténticamente mágicos. 

Moving
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Disney+, 9 de agosto-20 de septiembre
Corea del Sur, 2023 - 20x44'
Creada por Kang Full
Dirigida por In-Je Park, Younseo Park
Asian Contents Awards '23: Mejor Creativo, Guionista (Kang Full), Actor principal (Seung-ryong Ryu), Actor novel (Lee Jung-ha), Actriz Novel (Go Young-jang), Efectos Visuales  

El éxito de los denominados K-dramas fue analizado en la última edición de Canneseries, recogiendo parte de la fórmula que ha logrado situar a Corea del Sur como una de las industrias más potentes en la producción audiovisual. Curiosamente, lo ha hecho usando una estrategia contraria a la que han formulado las grandes plataformas de streaming: en vez de contar historias locales con un objetivo de audiencia local, el enfoque ha sido el de adoptar géneros populares que proponen temas universales para llegar a una audiencia global. La fortaleza de la industria coreana ha atraído a plataformas como Netflix, que ha duplicado su inversión hasta los 1.000 millones de dólares, ahorrándose además los derechos de autor (los conocidos residuals) que no paga a los actores que protagonizan series que tienen un éxito masivo. Disney+ también está mirando hacia Asia y ha redoblado la presencia de producciones coreanas en su catálogo: en septiembre también ha estrenado, entre otras, las destacadas Han River police (Disney+, 2023) y El peor de los males (Disney+, 2023), pero ha sido Moving (Disney+, 2023) la que le ha dado su momento El juego del calamar (Netflix, 2021-), convirtiéndose en siete días en el K-drama más visto en la historia de la plataforma, por encima de La gran apuesta (Disney+, 2022), aunque no se han compartido datos concretos. Y eso a pesar de que Disney+ hace una nula promoción de sus series asiáticas en el mercado occidental, que triunfan más por el boca a boca de los aficionados. En las últimas semanas, también Paramount+ ha estrenado en Estados Unidos la producción coreana Bargain (Paramount+, 2022), una entretenida serie apocalíptica rodada en un único plano secuencia que tiene algunos cliffhangers sorprendentes, y que logró el premio al Mejor Guión en Canneseries 2023. 

Moving ha logrado en el Festival de Busan seis premios de los Asian Contents Awards, que reconocen las producciones asiáticas en formato de series, y se trata del K-drama más caro realizado hasta la fecha, con un presupuesto total de 45 millones de dólares (2,25 millones por episodio) que, aunque está muy alejado de las grandes producciones norteamericanas como The mandalorian (Disney+, 2019-), que cuesta unos 15 millones por episodio, utiliza mucho mejor sus recursos, teniendo en cuenta que está compuesta por 20 episodios de casi una hora de duración, e incluso los efectos visuales superan a los de las recientes películas de Marvel. El director y co-creador, In-je Park (1973, Seúl) es un conocido de los aficionados por haber dirigido también el drama histórico de zombis Kingdom (Netflix, 2019-), y la serie se basa en un popular webtoon de Kang Full (1974, Seúl), que se ha encargado de adaptarlo de una forma sobresaliente. La historia de inicio sigue a unos adolescentes que tienen superpoderes heredados de sus padres que sin embargo ocultan al resto de los estudiantes del instituto en el que, no por casualidad, comparten estudios. Kim Bong-seok (Lee Jung-ha) es un joven tímido que no controla su capacidad para volar mientras que Jang Hui-soo (Go Young-jang) es capaz de regenerar sus heridas con facilidad, un planteamiento que nos hace recordar a Héroes (SkyShowtime, 2006-2010), pero con un desarrollo de los personajes mucho más complejo. 

Lo que convierte a Moving en una serie destacable es su capacidad para mezclar géneros, estructurando su temporada en bloques de episodios que profundizan en los personajes. Alrededor del drama de adolescentes en el instituto, la presencia de Frank (Seung-beom Ryu), un enviado formado en Estados Unidos también con superpoderes, que tiene la misión de matar a los antiguos agentes de una agencia secreta coreana (los padres de los protagonistas), proporciona algunas de las mejores secuencias de acción que hemos visto recientemente, con una creatividad sobresaliente, como en una pelea que se desarrolla dentro de una furgoneta de reparto en el episodio El extraño (T1E7). Precisamente a partir de este episodio se abandona la trama principal para contar microhistorias situadas en los años noventa en torno a la llamada Agencia de Planificación de la Seguridad Nacional, una organización que recluta personas con poderes sobrenaturales como agentes secretos. Y a lo largo de este interludio la serie puede llegar a ser tanto un drama romántico que funciona perfectamente, hasta adentrarse en el género bélico de grandes proporciones, sintiéndose cómoda también en la intriga de espías. Destaca especialmente la historia que rodea a Jang Juwon (Seung-ryong Ryu), que es al mismo tiempo muy emotiva en relación con su familia, y absolutamente violenta en episodios como Romántico (T1E11), en el que una escena de pelea en un pasillo parece homenajear a una de las secuencias más conocidas de la película Oldboy (Park Chan-wook, 2003). Cuando la trama principal se recupera en P.N.D.T. (T1E15), ya tenemos la suficiente información sobre los ex-agentes como para iniciar el recorrido hacia La batalla final (T1E19), lo que permite a la serie ofrecer un desarrollo de personajes inusual. Pero el tema principal de Moving es la familia en su concepto protector, y la relación entre padres, madres e hijos es la que impulsa la historia desde un punto de vista dramático, rodeada de coreografías espectaculares, efectos visuales notables y una textura de gran producción que la convierten en uno de los mejores K-drama que se han estrenado recientemente. [Espóiler] Aunque la escena post-créditos finales sugiere una posible segunda temporada, ni está confirmada ni Kang Full parece dispuesto a escribirla pronto, así que es posible que no se estrene hasta 2025 [Final del Espóiler].

The woman in the wall
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BBC, 28 de agosto-24 de septiembre
Reino Unido, 2023 - 6x55'
Escrita por Joe Murtagh
Dirigida por Harry Wootliff
Inédita en España

Las primeras escenas de esta serie muestran al personaje de Lorna Brady (Ruth Wilson) en mitad de una carretera rodeada de vacas, despertando de otra noche de insomnio que la conduce cada vez más frecuentemente a salir de su casa en el ficticio pueblo irlandés de Kilkinure, e incluso a cometer algunos actos vandálicos. Son las consecuencias del trauma de una superviviente a la que le arrebataron su bebé cuando era una adolescente tras ser enviada debido a su embarazo a una casa de acogida gestionada por la Iglesia Católica. El trasfondo es la historia real de las llamadas lavanderías de la Magdalena, una especie de asilos para mujeres descarriadas que estuvieron funcionando en Irlanda desde finales del siglo XIX hasta que se clausuró el último en 1996. Mientras la sociedad miraba hacia otro lado, ni siquiera la independencia de Irlanda en 1922 terminó con el funcionamiento de estas instituciones que arrebataron a los hijos de las jóvenes para darlos en adopción. En 2011, las Naciones Unidas instaron al gobierno irlandés a iniciar una investigación, a raíz de una denuncia del grupo de defensa Justice for Magdalenes, que concluyó con un informe que admitía los abusos y la responsabilidad del Estado, lo que condujo a una disculpa oficial del gobierno y algunas compensaciones, frente al silencio de las instituciones eclesiásticas. Ambientada en el año 2015, el guionista Joe Murtagh conoció el caso real a través de la película Las hermanas de la Magdalena (Peter Mullan, 2002), y posteriormente otros filmes han abordado el tema como Philomena (Stephen Frears, 2013), protagonizada por una madre que busca a su hijo. 

En Dublín el sacerdote Percy Sheehan (Stephen Brennan) aparece asesinado en su casa, y las investigaciones del detective Colman Akande (Darryl McCormack) le llevan hasta Kilkinure, donde se ha encontrado el vehículo del sacerdote muerto. Lorna a veces acude a reuniones de un grupo de mujeres que, como ella, perdieron a sus hijos recién nacidos pero, a diferencia de ellas, no está dispuesta a olvidar a cambio de algún tipo de indemnización y la obsesión por encontrar a su hija la convierten en una especie de desquiciada a ojos de sus vecinos, lo que permite a Ruth Wilson elaborar uno de esos personajes complejos en los que suele brillar como actriz. Aunque generalmente tiene la comprensión del sargento Aidan Massey (Simon Delaney), un veterano policía con sentimiento de culpabilidad por no haber hecho nada para evitar los abusos que eran vox populi en Kilkinure, incluso cuando Colman Akande sospecha que Lorna puede tener alguna relación con la muerte del sacerdote y la desaparición de Aoife (Fiona Bell), una monja que también fue cómplice de las prácticas abusivas. Los episodios de insomnio están rodeados de un tono de terror gótico que contribuyen a una primera parte de la miniserie especialmente oscura, en la que ni siquiera la protagonista tiene demasiado claro cuál es su responsabilidad en las consecuencias de determinados actos, aunque la historia deriva progresivamente hacia un drama de madres heridas psicológicamente que intentan lidiar con los traumas de su pasado. 

The woman in the wall (BBC/Showtime, 2023) funciona en la construcción de un misterio que, a la postre, sirve para denunciar la pasividad de la sociedad irlandesa frente a las prácticas de los sacerdotes católicos. Tanto, que incluso algunos medios irlandeses han criticado que la televisión pública británica se enfoque en este caso de abuso y no en los numerosos escándalos de adopciones ilegales que implicaron a la Iglesia Católica inglesa en las décadas de los 50 a los 70. Escrita por Joe Murtagh, que fue nominado al BAFTA por la película Mantén la calma (2019), y dirigida por Harry Wootliff, que también fue nominada al BAFTA por su debut en el largometraje Only you (2018), esta producción británica aún inédita en España mantiene la intriga con algunos apuntes de humor negro, mientras va construyendo a unos personajes sólidos, incluso los secundarios, que conducen la historia por caminos a veces dolorosos. Hay tonalidades oscuras que se adentran en un entorno que parecen referencias a David Lynch, sobre todo cuando Lorna se emborracha en una celebración y se despierta con unos cuernos de diablo mientras hace un descubrimiento terrible en una habitación roja en la que guarda recortes y recuerdos de los asilos. La mujer dentro del muro es la representación de los demonios interiores y del trauma, la necesidad de romper la pared para acceder a los rincones más recónditos de la memoria, representado en Knock, knock (T1E3), un episodio sobresaliente que parece inspirarse en Edgar Allan Poe. Lo que convierte a The woman in the wall en una representación tenebrosa de la impunidad de la Iglesia católica durante décadas. 

The lovers ****

Sky Atlantic, 7 de septiembre
Reino Unido, 2023 - 6x25'
Escrita por David Ireland
Dirigida por Justin Martin
Inédita en España

Las comedias románticas necesitan transmitir una química especial por parte de sus protagonistas, y este es uno de los principales aciertos de esta serie escrita por el dramaturgo nacido en Belfast David Ireland (1976, Irlanda), actor ocasional en series como Derry girls (Netflix, 2018-2022) pero sobre todo autor de algunas reconocidas obras de teatro como la comedia negra satírica Ulster American (2018), que se representará de nuevo en Londres a partir de diciembre. También escribió el guión de la película Cyprus Avenue (Rhodri Huw, Vicky Featherstone, 2019), adaptando su propia obra teatral, una comedia satírica en la que un hombre que sufre un episodio psicótico comienza a confundir a su nieta de cinco años con el político republicano irlandés Gerry Adams. Estos antecedentes son necesarios para captar el tono que adopta The lovers (Sky, 2023-), y lo que la hace destacable dentro del género romántico. Porque el momento en el que se conocen los dos protagonistas es igualmente significativo: Seamus O’Hannigan (Johnny Flynn) es un conocido locutor de radio que está a punto de dar el salto a la televisión con su propio programa de información política de fin de semana, que se grabará en Belfast, de donde es originaria su madre. Su llegada le enfrenta a unas raíces en una ciudad donde no es especialmente bien recibido, como una especie de apátrida de acento extraño que, como muchos ingleses, solo relaciona Irlanda con la época de The Troubles. Janet (Rosin Gallagher) lleva una vida monótona trabajando en un supermercado, y el reciente abandono de su marido la ha conducido a un estado de depresión que la lleva a tomar la decisión de suicidarse. El encuentro entre ambos se produce mientras ella se prepara para dispararse con una escopeta y aparece Seamus saltando el muro de su jardín mientras huye de un grupo de jóvenes airados.

Esta primera conexión entre los protagonistas cargada de humor negro, que podría ser tan dramática como cómica, marca el tono de una serie que en su planteamiento (chica conoce a chico famoso) podría parecerse a la interesante Starstruck (HBO Max, 2021-2023), sobre todo en su excelente primera temporada, pero que en realidad se acerca mucho más a la extraordinaria Catastrophe (Channel 4, 2015-2019). De hecho, Seamus recibe la primera sorpresa cuando descubre que no es tan famoso como creía, porque no forma parte del grupo de personajes de reality shows que las espectadoras como Janet están acostumbradas a ver en televisión. Sin embargo, hay una especial conexión entre ambos, cuyas largas conversaciones conducen a ciertos sentimientos que se contraponen con la realidad, especialmente la del compromiso de boda que tiene Seamus con su novia Frankie (Alice Eve), que la serie nunca retrata como una antagonista, sino como un personaje incluso agradable. En cierta manera, The lovers podría calificarse como una comedia no-romántica, porque la relación entre los dos protagonistas va sufriendo diferentes altibajos que les alejan más cuanto más se acercan. Y se apoya en unos diálogos especialmente mordaces, en los que están muy presentes las relaciones entre ingleses e irlandeses, marcadas por los estereotipos y los tópicos sobre sus personalidades, uno de los elementos que David Ireland sabe manejar con especial acierto.

La química que mencionamos al principio es clara en esta serie que rompe la tradición de las comedias simplonas que suele producir Sky Atlantic para adoptar otra perspectiva mucho más interesante. El cantante Johnny Flynn, que inició hace unos años una irregular carrera como actor con personajes tan controvertidos como su David Bowie en Stardust (Gabriel Range, 2020) o el protagonista del extraño musical The score (Malachi Smyth, 2022), consigue elaborar un personaje que acaba resultando simpático dentro de su limitada forma de ver la vida. Pero sobre todo Roisin Gallagher impulsa la serie gracias a un personaje que devuelve a la realidad más de una vez a Seamus, aunque por otro lado mantiene un secreto que solo se revelará en uno de esos acercamientos que acaban en alejamiento en el penúltimo episodio. La actriz ofreció ya una interpretación sobresaliente como una mujer alcohólica que trata de dejar la bebida en la excelente comedia dramática irlandesa The dry (ITV/RTÉ, 2022), incomprensiblemente inédita en España. La serie está dirigida con buen pulso por Justin Martin, colaborador de Stephen Daldry en producciones teatrales como Billy Elliot. The musical (2005) y Stranger things: The first shadow (2023), y con el que co-dirigió la película Juntos (Stephen Daldry, Justin Martin, 2021). The lovers es una rom-com encantadora que se beneficia de unos diálogos afilados, en la que los personajes utilizan las palabras como instrumentos de ataque, pero que en el fondo apuesta por el contacto personal al margen de las problemáticas políticas que solo son un trasfondo que enturbian las relaciones humanas.

Top boy (Temp. 5 y Final)
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Netflix, 7 de septiembre
Reino Unido, 2023 - 6x50'
Creada por Ronan Bennett
Dirigida por Myriam Raja, William Stefan Smith
BAFTA '23: Mejor Director (William Stefan Smith)
BAFTA '24: Mejor Drama, Mejor Actriz secundaria (Jasmine Jobson)

El regreso para ofrecer un final definitivo a uno de los retratos más poderosos de las bandas callejeras en Londres devuelve a sus protagonistas al lugar donde comenzó todo, después de una cuarta temporada intensa y viajera que llevó a algunos de ellos a España y Marruecos. Estaba claro que el desenlace tenía que producirse en Summerhouse, el barrio ficticio situado al Noreste de Londres donde comenzaron a escalar posiciones en el mundo de la droga la pareja protagonista, Dushane (Ashley Walters) y Sully (Kane 'Kano' Robinson), y el creador Ronan Bennett (1956, Irlanda), que conoce la sensación de estar rodeado de violencia debido a su militancia juvenil en el IRA, ha sabido cerrar el círculo con una de las mejores temporadas de la serie. Top boy (Netflix, 2011-2023) ha ido construyendo su legado lentamente, siendo primero una producción de Channel 4 y después dejándose seducir por la plataforma Netflix. Cuando la cadena británica canceló la serie tras su segunda temporada, uno de sus seguidores más fieles, el cantante Drake, no solo lamentó su cancelación en las redes sociales, sino que contactó con Ronan Bennett para tratar de resucitarla en otro canal, y entonces surgió la posibilidad de convertirse en productor y se abrieron las puertas de Netflix, por entonces muy interesada en rescatar series. El resultado ha sido una continuación que ha terminado tras cinco temporadas, aunque Netflix califica ésta como la tercera, y ha titulado las dos anteriores como Top boy: Summerhouse (Netflix, 2011-2013). La historia continúa poco tiempo después de los dramáticos acontecimientos que se produjeron en la temporada anterior, pero los dos protagonistas parecen más cansados y más vacíos que nunca. "Sinceramente, hace tiempo que no siento nada", dice Sully en una escena que refleja la pérdida absoluta de humanidad que ha ido creciendo progresivamente.

Pero al mismo tiempo, Dushane y Sully se enfrentan a la posibilidad de perderlo todo, mientras que Jaq (Jasmine Jobson), que adquiere un mayor protagonismo en esta última entrega, se enfrenta a otro tipo de pérdida diferente que la hace tomar decisiones difíciles. Aunque los personajes principales siempre han estado marcados por cierto egoísmo que les ha impedido en muchas ocasiones ser un grupo cohesionado, la quinta temporada les separa aún más, convirtiéndoles incluso en enemigos. Mientras, el sentido de comunidad se manifiesta en su entorno, el barrio de Summerhouse que se une y se rebela contra la policía cuando acude con una orden de expulsión contra Kieron (Joshua Blissett), o cuando comienzan a producirse órdenes de desalojo contra algunos habitantes de las viviendas debido a la especulación inmobiliaria. A pesar de que los esfuerzos de Mandy (No Lay) se encuentran muchas veces con la realidad, cuando una familia le dice que está cansada de luchar, o cuando descubre que Kieron, después de haber evitado la expulsión del país, está vendiendo drogas a las puertas de un instituto. La sensación de que el círculo vicioso de la violencia es imposible de romper, que ha estado sobrevolando constantemente la serie, es aún más palpable en esta última temporada, con alguna excepción como la de Stefan, el hermano menor de Jamie (Micheal Ward), interpretado de nuevo por Araloyin Oshunremi, quien decidió dedicarse a la interpretación después de ver a John Boyega en Attack the block (Joe Cornish, 2011), y al que hemos visto también en Heartstopper (Netflix, 2022-). También hay nuevas incorporaciones destacadas como la de Barry Keoghan, nominado al Oscar por Almas en pena de Inisherin (Martin McDonagh, 2022).

Top boy, a la que constantemente se la ha comparado con The wire (HBO Max, 202-2008) tiene sin embargo algo de tragedia shakesperiana, de reyes de un imperio construido sobre la frágil base de la violencia que acaban viendo la destrucción de su propio legado. Ni siquiera un soplo de aire fresco en la vida de Dushane como es su novia Shelley (Little Simz), quien al comienzo de la temporada tampoco tiene ningún reparo en pedirle su dinero sucio para comenzar su propio negocio de peluquería, puede ser la tabla de salvación de un líder que sólo puede sobrevivir por encima de los demás. De nuevo, en palabras de Sully: "Si no eres un monstruo, te comen. Y yo no voy a ser nunca la comida de nadie". Aunque a veces se ha discutido cómo un novelista irlandés podía retratar la vida de las bandas en Londres, incluso el actor Ashley Walters llegó a decir en una entrevista en la revista The Times que le hubiera gustado que la serie estuviera escrita por un guionista de raza negra, lo cierto es que es en la estructura férrea de los guiones y en la poderosa profundidad de los diálogos escritos por Ronan Bennett donde reside la principal rotundidad de una serie como ésta. Rodear el desenlace de la historia con una rebelión contra la policía en Summerhouse a causa de las órdenes de desalojo provocadas por la especulación inmobiliaria no solo supone construir un contexto poderoso, sino elaborar un certero comentario social sobre cómo la política maneja los barrios conflictivos en las grandes ciudades. Netflix quería que la serie continuara más temporadas, pero afortunadamente los responsables decidieron que era el momento adecuado para terminarla. Y lo han hecho con una temporada más violenta, más desesperanzada y más oscura que nunca. 

Chivalry
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Filmin, 12 de septiembre
Reino Unido, 2022 - 6x30'
Creada por Steve Coogan, Sarah Solemani
Dirigida por Marta Cunningham

Es especialmente interesante el planteamiento que están realizando guionistas femeninas en torno al sexismo y el abuso (a continuación comentamos otra serie que aborda el tema), pero desde perspectivas que no evitan el debate, sino que lo promueven. Hay una realidad objetiva sobre el abuso sistemático que han recibido las mujeres en el entorno de Hollywood, lo que implosionó en el movimiento #MeToo, pero también permanece una constante discusión sobre el feminismo o las políticas de igualdad que surgen de la desinformación y la sensación de amenaza a su status tradicional que experimentan determinados sectores de la sociedad. En esta sátira sobre la permanencia de una cultura liderada por algunos dinosaurios que se adaptan con dificultad a los nuevos tiempos de respeto y paridad, representados por el productor de cine Cameron (Steve Coogan), la historia se sitúa en una cuerda floja complicada en la que trata de equilibrar los discursos tradicionales y los feministas, reflejados en la directora Bobby (Sarah Solemani), que se hace cargo de una película que estaba dirigiendo un realizador francés que podría ser el mejor amigo de Harvey Weinstein. Durante el rodaje de una escena sexual, un actor secundario se muestra inseguro y trata de ser ayudado por la coordinadora de intimidad Tatiana (Aisling Bea), una figura que se ha vuelto obligatoria en los rodajes, pero que también se ha rodeado de ciertas actitudes condescendientes, incluso por parte de algunas actrices. "¿Sabes por qué existen los coordinadores de intimidad?", dice Bobby: "Porque los hombres que tenían el poder de impedir que las mujeres sufrieran abusos decidieron no hacerlo." Sarah Solemani ha contado algunas experiencias personales, como cuando tenía 19 años y un productor la invitó a cenar en su casa y le sugirió que se desnudara para comprobar si se sentía cómoda con las escenas de desnudo. 

El título de la serie hace referencia a esa caballerosidad que representan personajes como Cameron, que mantiene todavía esa actitud de ejecutivo abierto a tener relaciones con actrices como la protagonista de la película que se está rodando, Lark (Sienna Miller), y que acaba de terminar otra relación con su antigua asistenta. Steve Coogan esta cómodo en este personaje que intenta adaptarse a este nuevo ambiente dando paso a una directora que ofrece un punto de vista diferente a la película. Chivalry (Filmin, 2022), que se estrenó en abril del año pasado en Channel 4, surgió precisamente de una discusión sobre el movimiento #MeToo entre Steve Coogan y Sarah Solemani durante un almuerzo en el rodaje de la película Greed (Michael Winterbottom, 2019). Y mantiene en la propuesta esta diversidad de puntos de vista, lo que hace que, al contrario que otras aproximaciones, la historia no pretenda ser didáctica, sino abierta al debate y los puntos de vista diferentes, aunque en la última parte tenga una cierta tendencia a la seriedad que resulta menos eficaz que la sátira. Hay una variedad de matices que despiertan la curiosidad y la reflexión, como el personaje de la ejecutiva Jean (Wanda Sykes), quien llega a afirmar: "Yo no he llegado hasta donde estoy entrando en una reunión y diciendo: "Ah, por cierto, ¿os he contado que un productor me obligó a hacerle una paja cuando era joven?".

Chivalry funciona muy bien cuando habla de una industria que tiene cierta resistencia a transformarse en un entorno mucho más amable, pero también de ciertas exageraciones que pueden traspasar (y menoscabar) la verdadera justificación del movimiento feminista, como cuando a Bobby le ofrecen la mayor oportunidad de su vida: dirigir una franquicia para un gran estudio protagonizada por superheroínas vampiresas lesbianas. Y también se refleja en la cara de sorpresa de Cameron cuando escucha algunas de las experiencias de las mujeres que le rodean, una realidad invisible porque hace unos años nadie hablaba de ella. Sarah Solemani, que al margen de su trabajo como actriz ha escrito guiones para la serie Barry (HBO Max, 2018-2023) y fue la creadora de la miniserie Ridley Road (Disney+, 2021), consigue junto a Steve Coogan abordar temas importantes desde una mirada satírica pero reflexiva. Y el escenario de los estudios de Hollywood también permite la incorporación de algunos cameos de caras conocidas como la siempre divertida Lolly Adefope, Paul Rudd, otra vez parodiándose a sí mismo como en Solo asesinatos en el edificio (Disney+, 2021-), Peter Mullan, Amy Landecker o Peter Stormare, lo que aporta un interés adicional. 

Five years
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ARTE
República Checa, 2022 - 10x15'
Creada por Sára Zeithammerová
Dirigida por Damián Vondrásek
Séries Mania '23: Competición Formatos Cortos

Aprovechando la incorporación de series que abordan desde diferentes perspectivas el consentimiento y el abuso, como Chivalry (Filmin, 2023) y Golpe de revés (Movistar+, 2023), recuperamos uno de los estrenos recientes de ARTE, una plataforma que ofrece todo su contenido de forma gratuita sin publicidad y con subtítulos en seis idiomas europeos. Seleccionada en la pasada edición de Séries Mania, Five years (Arte, 2023) es una miniserie de la República Checa que aborda también el tema del consentimiento, a través del reencuentro de la joven Tereza (Alžběta Malá) con David (Samuel Toman), un antiguo compañero de clase con el que tuvo una relación sexual. Durante una noche de fiesta, Tereza se siente atraída por Pavlina (Eva Petrová), quien sin embargo no está interesada, lo que la lleva a buscar consuelo en David, con quien pasa el resto de la noche. Cinco años después, cuando se reúne con una editora de medios que le propone escribir sobre alguna experiencia personal, Tereza comienza a pensar en el encuentro que tuvo aquella noche y la violación que sufrió, tomando la decisión de contar su experiencia en un libro. La serie, escrita por la guionista checa Sára Zeithammerová (1997, Estados Unidos), ha conseguido notables reconocimientos en su país, siendo nominada al León Checo de la Academia de Cine y Televisión, que se entregó el pasado mes de marzo, y al Premio de la Crítica checa. 

El formato de episodios cortos de 15 minutos (la duración total es de poco más de dos horas y media), permite estructurar la historia en fragmentos que muestran los diferentes puntos de vista, algunos centrados casi exclusivamente en David y las consecuencias que puede tener para él la acusación de Tereza, quien está dispuesta a hacer público su nombre. Quizás rodear al personaje masculino de un entorno en el que está comprometido con su novia fuerza demasiado la gravedad que las acusaciones pueden provocar en su vida, pero funciona mejor la forma en que describe la percepción de David de que él no hizo nada. Al ofrecer información dosificada sobre la noche en la que sucedieron los hechos, se mantiene un cierto suspense, pero lo interesante es el reflejo de cómo la percepción de cada uno de los protagonistas construye realidades diferentes. "Ella no dijo que no en ningún momento", se justifica David ante su novia, lo que plantea un inteligente debate sobre el consentimiento que buena parte de nuestra sociedad aún no parece entender. El relato no convierte a los personajes en víctimas y culpables de una forma clara, excepto cuando conocemos lo que realmente sucedió, sino que propone otras reflexiones que afectan a la forma en que se denuncia el abuso. Cuando Tereza se reúne con la editora y el jefe de marketing, ambos le piden que grabe un video emocional en el que denuncie la violación en las redes sociales, porque la repercusión social puede servir para promocionar la publicación. El planteamiento de perspectivas distintas sostiene que a veces la víctima no lo es solo de una experiencia traumática, sino también de cierto grado de manipulación posterior. Pero la serie mantiene el foco en las consecuencias del trauma y la forma en que se convierte en una herida permanente que solo puede cerrarse en parte a través del reconocimiento. Five years (Arte, 2023) es una de las series creadas originalmente para la plataforma iVyslání de la televisión checa, que se ha convertido en un archivo de más de 95.000 horas de contenido de la televisión pública, pero la distribución internacional ha sido adquirida por ARTE. 

La otra chica negra
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Disney+, 13 de septiembre
EE.UU., 2023 - 10x29'
Creada por Zakiya Dalila Harris, Rashida Jones
Dirigida por Mariama Diallo, Todd Biermann, Nefertite Nguvu, Naima Ramos-Chapman, Aurora Guerrero

En el episodio piloto de la serie, significativamente titulado Dicen que soy diferente (T1E1) y significativamente dirigido por Mariama Dillo, que realizó el año pasado otra reflexión con tono de thriller sobre las implicaciones raciales en un entorno de trabajo principalmente blanco, en la película Master (2022), da la sensación de que estamos ante una historia de terror, con el personaje de Kendra Rae Phillips (Cassi Maddox), la única editora negra que trabaja en la editorial Wagner Books en 1988, corriendo por un pasillo semi-oscuro como si pensara que alguien la está acechando. En la actualidad, Nella Rogers (Sinclair Daniel) trabaja como asistente editorial en la misma empresa y es también la única empleada negra, lo que es un apunte inteligente sobre lo poco que han cambiado las cosas en ese entorno laboral entre 1988 y 2023. Basada en la novela de Zakiya Dalila Harris (1992, Connecticut) La otra chica negra (2021, Ed. Umbriel), la historia aborda temas interesantes sobre las diferentes formas en que la racialidad (y la feminidad) implican estar constantemente sometidos a elementos que distorsionan el comportamiento y distraen la atención, como las microagresiones que se producen de forma habitual. Esto está bien reflejado en la actitud condescendiente que tiene Vera Parini (Bellamy Young), la jefa de Nella, con su empleada, de quien parece reconocer su talento como editora, pero a quien no le permite cruzar la línea de la promoción profesional. Ella le pide su opinión a Nella sobre el último libro de Colin Franklin (Brian Baumgartner), el autor que con sus bestsellers prácticamente sostiene económicamente a la editorial, ésta le expresa sus dudas en torno a un personaje de raza negra que el escritor ha abordado sin parecer entender nada sobre la racialidad, expresando su preocupación de que podría ser problemático tras la publicación, pero Vera decide correr un tupido velo, lo que tendrá consecuencias importantes. 

La incorporación de Hazel-May (Ashleigh Murray) a la empresa supone para Nella un sentimiento inmediato de satisfacción, porque es otra mujer negra con la que establecer un vínculo de sororidad y hermandad. Pero la historia también propone una lectura irónica sobre esa especie de imposición social según la cual los negros tienen que apoyar a los negros o las mujeres tienen que apoyar a las mujeres, estableciendo una especie de comunidad. Y la competitividad parece superponerse a la solidaridad, especialmente cuando Hazel provoca que Nella se encuentre en una situación complicada a nivel profesional. Ashleigh Murray consigue aportar una ambigüedad a su personaje que se mantiene a lo largo de la serie, reflejando una simpatía que parece falsa, pero siendo lo suficientemente amenazadora en otros momentos. A la traición inicial, Hazel contrapone la colaboración para que Nella consiga reeditar el libro "Burning heart", escrito por la prestigiosa autora Diana Gordon (Garcelle Beauvais) y editado en 1988 por Kendra Rae Phillips, la mujer asustada a la que vimos en el primer episodio. A veces La otra chica negra (Disney+, 2023) puede recordar a otras historias que abordan el comentario social desde la envoltura del thriller, especialmente tras esa etapa iniciada por la película Déjame salir (Jordan Peele, 2017), pero a lo largo de su desarrollo encuentra un camino que la diferencia, adoptando un punto de vista mucho más satírico conforme avanza la temporada. 

Efectivamente, aunque hay apuntes de humor e ironía a lo largo de los primeros episodios, a partir de Atrapada en el rapto (T1E7), que dirige Naima Ramos-Chapman, productora de Betty (HBO Max, 2020-2021) y Soy Virgo (Prime Video, 2023), la historia se hace más claustrofóbica pero también más incisiva, y adquieren mayor protagonismo personajes secundarios como Owen (Hunter Parrish), el novio de Nella, y su mejor amiga Malaika (Brittany Adebumola), una pareja que funciona perfectamente para reforzar los elementos humorísticos en torno a la pesadilla que está viviendo la protagonista. Sin embargo, al mismo tiempo Malaika se acaba revelando como la más sensata de toda la historia. Mientras tanto, Hazel continúa siendo un personaje que parece esconder secretos, especialmente en esa reunión de hermandad que tiene su extensión en el episodio retrospectivo Ser joven, Talentosa y pobre (T1E9). Pero hay un apunte incluso más interesante en el personaje en la forma en que Nella acepta su propia racialidad, trabajando en un entorno predominantemente blanco o teniendo un novio de raza blanca. Hay una proyección de la presencia misteriosa de Hazel en la propia actitud de Nella (a veces no sabemos si la pesadilla proviene de su imaginación). La otra chica negra tiene problemas de equilibrio narrativo, pero los escasos treinta minutos que dura cada episodio le permiten evitar el descarrilamiento, aunque el desenlace no termina de dejar clara el punto de vista de las creadoras, la propia autora de la novela Zakiya Dalila Harris y la actriz Rashida Jones, a la que hemos visto en Parks and recreation (Prime Video, 2009-2015) y más recientemente en Silo (Apple tv+, 2023-). Que la novela provocara sentimientos encontrados en lectores de raza negra refleja la valentía de una propuesta que no es acomodaticia. A pesar de sus defectos, hay un acercamiento inteligente y reflexivo sobre la racialidad y los entornos de trabajo hostiles que no es, en ningún caso, obsoleto.

Bernard Tapie
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Netflix, 13 de septiembre
Francia, 2023 - 7x58'
Creada por Olivier Demangel, Tristan Séguéla
Dirigida por Tristan Séguéla
Canneseries '23: Competición Oficial
BAFTA '24: Mejor Serie Internacional

Una de las series más esperadas en Francia desde que se mostraron sus primeros episodios en el festival Canneseries, aborda algunos destacados momentos de la biografía de Bernard Tapie, personaje popular en los años 80 y 90 que fue un empresario corrupto y sin escrúpulos que incluso llegó a ministro con el gobierno socialista de François Mitterrand, presidente del Olympique de Marsella y presentador de algunos programas de televisión. La imagen de empresario de éxito que transmitía a través de su especial apetencia por los medios de comunicación era, sin embargo, la piel de cordero de un emprendedor que creó su propio imperio adquiriendo en los años ochenta una veintena de empresas en quiebra, en algunos casos por la cantidad simbólica de 1 franco, prometiendo sacarlas de la crisis, pero en realidad acrecentando sus problemas, despidiendo a trabajadores y vendiéndolas después. Fueron pocas las empresas que logró hacer prosperar (Capital, 10/09/2023), pero consiguió beneficios personales notables, como cuando vendió la empresa Adidas por 285 millones de euros en 2008, que años después un tribunal le obligó a devolver por fraude. Si bien podría haber algunas suspicacias por el hecho de que esta miniserie esté escrita y dirigida por Tristan Séguéla, hijo del publicista Jacques Séguéla, amigo personal de Bernard Tapie, lo cierto es que presenta al personaje como un hombre perseguido por su propia ambición, una figura que resulta tan patética que es imposible de blanquear. De hecho, el propio Bernard Tapie, que falleció en 2021, estaba en contra de esta adaptación de su vida, lo que provocó que Canal+, que puso en marcha el proyecto hace diez años, decidiera abandonarlo. 

Bernard Tapie (Netflix, 2023) está estructurada siguiendo el patrón de The Crown (Netflix, 2016-2023), una de las referencias que asume el actor Laurent Lafitte, espléndido en su composición de un personaje tan complejo, con un relato más o menos cronológico pero que dedica cada episodio a un momento determinado en la vida del empresario, desde su intento de convertirse en cantante cuando participó en un concurso hasta su llegada al gobierno de François Mitterrand en el episodio Hace falta algo más (T1E5), una trayectoria política breve (tuvo que renunciar por corrupción). Que fuera un gobierno socialista quien le diera el respaldo político a un empresario como Bernard Tapie ya es significativo, pero todavía más su enfrentamiento en un debate de televisión con Jean-Marie Le Pen, el líder de la extrema derecha, que se convirtió en un acontecimiento incómodo para el presidente de la República. Lo más interesante de la miniserie, sin embargo, es la manera en que, a través del retrato de esta figura que se va construyendo a sí mismo (era hijo de un sindicalista de la CGT), se ofrece un reflejo de Francia en su propia construcción como un país que sucumbe a su propia imagen. En el último episodio, Queredme, por favor (T1E7), los guionistas toman la acertada decisión de sustituir el juicio que llevó a la cárcel a Bernard Tapie por comprar el partido de final de liga para conseguir la victoria del Olympic de Marsella, por una conversación ficticia entre el empresario y el fiscal Eric de Montgolfier (David Talbot). Un diálogo de 25 minutos que está inspirado en Crimen y castigo (1866, Ed. Penguin Clásicos), de Fiodor Dostoievski, y que acaba construyendo un perfil preciso de las consecuencias de las decisiones del protagonista: "Podría haber sido un meteorito y se ha quedado en una nebulosa, señor Tapie. Ha vivido por la imagen y por la imagen perecerá", le dice el fiscal. 

Escrita por Olivier Demangel (1982, Francia), guionista de películas como Atlantique (Mati Diop, 2019), y Tristán Séguéla (1978, Francia), que este año ha dirigido la comedia En lo bueno y en lo malo (2023), protagonizada por Fabrice Luchini, quien también hace una breve aparición en la miniserie, Bernard Tapie contiene algunos otros episodios notables, como Una vida de éxito (T1E4), una especie de episodio botella que se desarrolla en un solo escenario, el plató de un programa de televisión en directo que está preparando el empresario, pero que es interrumpido por los trabajadores de la empresa de baterías Wonder, que compró por 1 franco y ahora se ve sometida al despido de varios centenares de empleados. Este ejercicio de tensión, que acaba con una especie de secuestro de Jean-Baptiste Tapie (Patrick d'Assumçao), el padre sindicalista de Bernard Tapie, ofrece también diálogos ágiles y bien construidos que aportan una envoltura emocional al personaje. La puesta en escena de la miniserie aporta algunas ideas interesantes, como el hecho de no hacer envejecer al actor Laurent Lafitte, a pesar de que la historia transcurre durante un espacio de tiempo de 30 años. Pero esto refleja que no intenta exactamente ser un biopic de la persona, sino una proyección del personaje, lo que se muestra también a través del título de la miniserie o cuando el fiscal afirma: "Si acaba en la cárcel, no será usted personalmente quien haya sido encerrado, sino Tapie. El mito, aquello que usted ha encarnado". 

The gold
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Paramount+, 17 de septiembre
Reino Unido, 2023 - 6x57'
Creada por Neil Forsyth
Dirigida por Lawrence Gough, Aneil Karia
BAFTA '24: Nominada Mejor Drama
Inédita en España

Si comentamos anteriormente que Tapie (Netflix, 2023) es un reflejo de Francia en las décadas de los ochenta y noventa a través de la trayectoria de su personaje principal, la británica The gold (BBC/Paramount+, 2023) sirve también como trasposición de los años del thatcherismo en Gran Bretaña, a través del que está considerado como el mayor robo en la historia de Inglaterra, cuando el 26 de noviembre de 1983 un grupo de asaltantes entró en el almacén Brink's-Mat, en la zona aduanera del aeropuerto de Heathrow. Los ladrones esperaban conseguir un botín de un millón de pesetas españolas, pero sin saber que el almacén también guardaba 3 toneladas de lingotes de oro puro, valorados en 26 millones de libras (equivalente a 93 millones de libras actuales). El asalto a Brink's-Mat fue considerado como el robo del siglo, y aún hoy día es el de mayor cuantía de la historia. Ha habido algunas producciones centradas en este atraco, como la película para televisión Fool's gold: The story of the Brink's-Mat robbery (Terry Winsor, 1993), y recientemente la serie The curse (Filmin, 2022-) introducía elementos del robo en la historia de una banda de criminales algo torpes. Pero la propuesta de Neil Forsyth (1978, Reino Unido), también creador de la serie Guilt (Filmin, 2019-2023) aborda directamente las implicaciones que tuvo este robo. Podría parecer al principio un elaborado "heist drama" (historia de atracos), pero desde el primer momento parece claro que el guión tiene ambiciones mayores, y a lo largo de sus seis episodios se confirma que irá cambiando los puntos de vista al mismo tiempo que deriva hacia narraciones dispares y cada vez más sorprendentes.  

El episodio inicial, To be a king (T1E1) muestra que la atención de la historia no se centra en los autores del robo, sino en aquellos que se implicaron posteriormente para convertir los lingotes de oro en dinero a través de un complejo entramado de empresas para blanquear el botín. Los protagonistas, aunque en realidad no los hay, están interpretados por un plantel de actores notable, con Jack Lowden, que pronto estrenará la tercera temporada de Slow horses (Apple tv+, 2022-) encarnando al marchante Kenneth Noye, cerebro de la estrategia de cambio de oro por billetes; Dominic Cooper como el abogado corrupto Edwyn Cooper y un Sean Harris irreconocible como el desconcertante Gordon Parry, perseguidos por Hugh Bonneville, en un papel perfecto para él como Brian Boyce, un oficial de policía incorruptible, y la pareja formada por Nicki Jennings y Tony Brightwell como los agentes Charlotte Spencer y Emun Elliott, respectivamente. Pero hay una amplia variedad de personajes que alimentan la historia haciendo que ninguno adquiera realmente protagonismo. Gordon Parry, por ejemplo, ocupa un lugar secundario hasta que en el episodio Vengeance is easy, justice is hard (T1E4) tiene un protagonismo que lo hace inquietante. Cada episodio parece abrazar un género diferente, desde las historias de robos y persecución policial hasta el drama judicial e, inevitablemente, algunos de los protagonistas acaban en España (concretamente en Tenerife), el país de refugio de los criminales británicos en los años ochenta, como hemos visto en la segunda temporada de The curse o en otras series como A town called Malice (SkyShowtime, 2022).

Acompañados por una banda sonora formada por éxitos de The Smiths, Bronski Beat, Joy Division o The Cure, hay constantes sorpresas en The gold, hasta el punto que quizás es mejor acercarse a la serie sin conocer demasiados detalles sobre la historia real. El episodio The consequences are mine (T1E3) por ejemplo comienza en Sierra Leona, y a lo largo de éste acabaremos entendiendo cuál es la relación con el robo. Pero sobre todo la serie se revela con una estructura narrativa compleja que al mismo tiempo es lo suficientemente clara como para que no se escape ningún detalle importante, construida sobre un guión sólido que quizás tiene demasiado empeño en que todos los personajes hagan discursos trascendentes en cada episodio. "Así es Inglaterra, ellos son los dueños, pero nosotros se lo robamos", dice en una ocasión Kenneth Noye. Y sobre cada uno de los personajes principales pesa un pasado que les define, aunque pretendan renunciar a él, como el abogado Edwyn Cooper (un personaje ficticio), que huyó de su hogar de clase trabajadora para no mirar atrás, y que protagoniza uno de los momentos más emocionales cuando regresa. Aunque la historia real estuvo rodeada de violencia y ataques sangrientos, el guión de Neil Forsyth los evita cuidadosamente, incluso sacrificando a veces la comprensión, dejando fuera de campo el asesinato del policía de 21 años Stephen Cameron, que fue clave para la historia. La familia de la víctima se ha mostrado especialmente molesta por el retrato que se hace de algunos de los implicados en el robo. En The gold hay una atmósfera de los bajos fondos de Londres que hace recordar a grandes películas como El largo viernes santo (John McKenzie, 1980), estrenada, curiosamente, tres años antes de que se cometiera el robo. El final de temporada cierra muchos de los hilos narrativos, pero deja claro que la historia puede continuar, lo que BBC ha confirmado dando luz verde a una segunda temporada. 

El mundo en llamas (Temp. 2)
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Movistar+, 18 de septiembre-23 de octubre
Reino Unido, 2023 - 6x57'
Creada por Peter Bowker
Dirigida por Drew Casson, Barney Cokeliss, Meenu Gaur

Los espectadores de la primera temporada de esta serie pudieron sentirse algo frustrados con una conclusión que solo cerraba las historias de algunos de sus protagonistas, y la sensación sin duda puede ser parecida en el desenlace de esta segunda entrega. Porque lo cierto es que el creador de la serie, Peter Bowker (1959, Reino Unido), parece tener diseñado un arco de seis temporadas que abarque toda la II Guerra Mundial, aunque por el momento los canales públicos BBC y PBS Masterpiece aún no han confirmado ni siquiera una tercera. Inspirándose en la serie documental El mundo en guerra (BBC, 1974-1975), una exhaustiva y modélica miniserie premiada que describía la guerra introduciendo declaraciones de ciudadanos afectados por el conflicto, y que estaba narrada por el actor Sir Laurence Olivier, El mundo en llamas (Movistar+, 2019-) se estructura a partir de diferentes historias y escenarios que describen la forma en que la vida puede transformarse alrededor de un enfrentamiento bélico. Es fácil encontrar paralelismos con una guerra tan cercana como la de Ucrania, que nos ha ofrecido innumerables imágenes de ciudadanos atrapados entre bombardeos, lo que hace que la serie proporcione algunas lecturas más actualizadas. Pero la construcción narrativa del relato se acerca más a los dramas británicos clásicos, incluso si se quiere a cierto grado de telenovela ambiciosa, especialmente en torno al hogar que Robina Chase (una extraordinaria Lesley Manville) trata de controlar con notables dificultades, teniendo en cuenta el triángulo amoroso entre su hijo Harry (Jonah Hauer-King, ahora más popular por La sirenita (Rob Marshall, 2023)), su esposa Kasia (Sofia Wichlacz) y su antiguo amor Lois Bennett (Julia Brown). 

La serie se enfrenta a la dificultad de entregar su segunda temporada cuatro años después del estreno de la primera, debido a retrasos de dos años provocados por la pandemia del Covid-19, que afectó directamente al rodaje, de forma que a algunos personajes como Douglas Bennett (Sean Bean) se les ha tenido que dar cierto desenlace debido a la falta de disponibilidad del actor. Ambientada en octubre de 1940, mantiene buena parte de sus historias, ampliando la perspectiva hacia otros lugares, como la propia Alemania nazi o el Norte de África, donde el ejército británico lucha con la ayuda de soldados indios contra las tropas de Mussolini. Esta amplitud de puntos de vista beneficia a las diferentes tramas, creando una red de personajes que aportan interés en situaciones de tensión. Pero El mundo en llamas no tiene nada que ver con la vitalidad de Los hombres del S.A.S. (HBO Max, 2022-), moviéndose por terrenos mucho más tradicionales. Sin embargo, lo que destaca especialmente en esta producción son unos diálogos que en todo momento tratan de encontrar la comprensión hacia el enemigo. Cuando un soldado le comunica a una mujer que su marido ha muerto, indicándole que el soldado alemán que le mató también murió, ella le contesta: "¿Y eso debe reconfortarme? ¿O en Alemania hay otra viuda que está teniendo esta conversación ahora mismo?". Si en la primera temporada una de las tramas se acercaba a Berlín, a través de la corresponsalía de la periodista norteamericana Nancy Campbell (Helen Hunt), otro de los personajes ausentes ahora, que transmitía por radio su disgusto con la posición de Estados Unidos al comienzo de la guerra, esta temporada la perspectiva alemana se centra en Marga (Miriam Schiweck), una joven que es reclutada en la organización Lebensborn, un programa de reproducción selectiva ideado por Heinrich Himmler que pretendía expandir la raza aria a través de chicas seleccionadas por su pureza racial para servir como madres de futuros hijos arios, manteniendo relaciones sexuales con oficiales de las SS. En África, el oficial Rajib (Ahad Raza Mir) lucha junto al ejército británico en un cuerpo de desactivación de minas, una tarea especialmente peligrosa a la que son asignados principalmente los soldados indios. En próximas temporadas también está previsto introducir historias desde la perspectiva de Japón y Corea.

Esta diversificación de las tramas permite aproximaciones interesantes, aunque no especialmente novedosas, a una visión amplia de las consecuencias que la guerra tiene en los ciudadanos. Casi como si se tratara de una sustitución de Sean Bean, especialmente en torno a la relación con Robina Chase, se incorpora también esta temporada el actor escocés Mark Bonnar, al que hemos visto en series como Guilt (Filmin, 2019-2023), que interpreta con acierto al simpático pero misterioso James Danemere, quien alquila una habitación en la casa de la familia Chase. Dentro de sus evidentes ambiciones, El mundo en llamas consigue un equilibrio adecuado entre el melodrama (el Episodio 5 es especialmente devastador) y el género bélico que mantiene constantes dosis de tensión y suspense. Pero sobre todo logra que como espectadores resulte fácil involucrarse en las vidas de unos personajes que resultan verosímiles, aunque también ha sido criticada por sus inexactitudes históricas. 
 
Pagan Peak (Temp. 3 y Final)
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Cosmo, 18 de septiembre-6 de noviembre
Alemania/Austria, 2023 - 6x50'
Creada por Cyril Boss, Philipp Stennert
Dirigida por Christopher Schier, Thomas W. Kiennast

Hubo un momento en el que convivieron en las pantallas las dos series alemanas más inquietantes del panorama internacional: Dark (Netflix, 2017-2020) y Pagan Peak (Cosmo, 2019-2023). Aunque ambas están producidas por Max Wiedemann y Peter Berg a través de su productora W&B Television, no hay similitudes argumentales, pero coinciden en un escenario boscoso que permite crear una atmósfera oscura, y se pueden considerar lo mejor que ha producido la televisión alemana en mucho tiempo, dejando al margen el drama histórico Babylon Berlin (Movistar+, 2017-). La serie está basada en la conocida producción sueco-danesa El puente (Bron) (SVT, 2011-2018), que llegó a tener cuatro temporadas, pero mientras el remake norteamericano The bridge (FX, 2013-2014) y el franco-británico The tunnel (Canal +, 2013-2018) tomaron caminos más convencionales, la versión de Sky Alemania ha conseguido crear un entorno particular, marcado por una inquietante puesta en escena y dos personajes contundentes, siguiendo un desarrollo mucho más oscuro que su predecesora. La historia transcurre en una zona montañosa fronteriza entre Alemania y Austria que desde la primera temporada reúne a los agentes Ellie Stocker (Julia Jentsch) y Gedeon Winter (Nicholas Ofczarek) en una investigación sobre un psicópata asesino. Son dos caracteres opuestos, pero a lo largo de las tres temporadas el arco del personaje de Ellie se transforma radicalmente desde la amable y sonriente investigadora alemana del comienzo hasta una persona deprimida y marcada por el trauma. También cambia la relación entre ambos, como se refleja en la segunda temporada: "Voy a resolver este caso, cueste lo que cueste. Incluso si eso nos convierte en enemigos", llega a decir Ellie Stocker. 

Creada y dirigida por Cyrill Boss (1974, Alemania) y Philip Stenner (1975, Alemania), las dos primeras temporadas, que se encuentran disponibles completas en Cosmo On, envuelven la investigación policial en temas profundos sobre la muerte que conectan con leyendas populares alpinas sobre criaturas mitológicas como el Krampus (en la primera temporada). Curiosamente, sin embargo, la tercera y última temporada de Pagan Peak no ha contado con los guionistas y directores originales, que decidieron abandonar el proyecto (en realidad no se han dado muchas explicaciones sobre su salida), pero hicieron algunas sugerencias sobre el desarrollo final de los personajes principales. La serie ha sido retomada por Christopher Schier (1971, Austria), encargado de co-escribir y dirigir, pero también ha cambiado la mayor parte del equipo principal. Los cambios son perceptibles en la fotografía y la música (producida por Hans Zimmer en las dos primeras temporadas), y el tono de esta última es más oscuro y más explícito en la representación de la violencia, adentrándose en terrenos alucinatorios que la acercan más incluso al género de terror. El punto de partida es el descubrimiento de una mujer que aparece atada y quemada en el bosque, víctima de un posible rito ceremonial, y la fascinación por el último aliento de vida se convierte en el impulso de una serie de asesinatos: "Hubo un breve momento antes de morir. Era puro e inocente. La sensación más intensa que he experimentado".    

Cuando Ellie Stocker describe su trabajo antes unos agentes de asuntos internos, les dice: "Es como un rompecabezas de 1000 piezas, pero solo tienes 250. Aun así, tienes que conseguir armar la imagen completa", lo que resulta también una definición adecuada para la construcción narrativa de una serie que se despliega en subtramas que acaban teniendo conexión entre ellas. La temporada 3 adopta sin embargo un enfoque más tradicional al resolver el misterio en el último episodio, mientras que en las anteriores ya conocíamos a los culpables a mitad de temporada. Pero en cierto modo los cambios producidos aportan una mirada nueva con una frescura que sin embargo mantiene las constantes previas. En realidad, esta coproducción austríaco-alemana alimenta su condición de drama oscuro en el desarrollo de los dos personajes principales, ambos marcados por experiencias terribles que han vivido en las temporadas anteriores. Pero Gedeon Winter, del que el actor austríaco Nicholas Ofczarek extrae una interpretación profundamente depresiva, se enfrenta ahora a una herida emocional que tiene relación con su infancia, y que le conduce hacia una búsqueda obsesiva. En una conclusión que resulta coherente para la evolución de sus personajes, Pagan Peak es uno de los mejores dramas policiales de los últimos años, una incursión perturbadora en la relación entre el ser humano y la muerte, pero también una exploración muy precisa sobre las consecuencias psicológicas del trauma. 

El ladrón, su esposa y la canoa
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Filmin, 26 de septiembre
Reino Unido, 2022 - 4x47'
Creada por Chris Lang
Dirigida por Richard Laxton
BAFTA TV '23: Nominada Mejor Miniserie

El director Richard Laxton (1967, Reino Unido) ha dirigido algunas producciones destacables como Rain dogs (HBO Max, 2023) y las miniseries Mrs. Wilson (Prime Video, 2018) y Honor (ITV, 2020). Esta serie que se estrenó en abril del año pasado cuenta una historia que está basada en hechos reales, sucedidos en 2002, y que tienen puntos de conexión con la más reciente Stonehouse (Filmin, 2023), en la que un parlamentario simuló su propia muerte en 1974. En este caso, un funcionario de prisiones acosado por las deudas hizo creer a su familia y a la opinión pública que había muerto en un accidente en canoa. John Darwin (Eddie Marsan) es un inversor con poco éxito que sin embargo tiene una tendencia a apostar su dinero en proyectos que ofrecen escaso rendimiento: "John era el tipo de hombre que compraba un Range Rover que no podíamos pagar y luego se gastaba 3.000 libras en una matrícula personalizada", dice la narradora de la historia, Anne Darwin (Monica Dolan). Las consecuencias de este despilfarro acabaron en una deuda de 700.000 libras que amenazaba con desposeer al matrimonio de todas su pertenencias, por lo que John propuso a su esposa la idea de hacerse pasar por muerto para cobrar el seguro de vida y empezar una nueva etapa. La historia, como decíamos, está contada desde el punto de vista de Anne Darwin, y trata de comprender por qué ella fue cómplice de su marido a pesar de sus reticencias. Hay pocas dudas de que el protagonista de esta historia es un tipo singular: el año pasado, el verdadero John Darwin, al que en Gran Bretaña se le conoce como "Canoe man" desde los acontecimientos que protagonizó, decidió a sus 71 años viajar hasta Ucrania para luchar contra los rusos (Daily Mail, 25/3/2022), aunque el hecho de que el anuncio se produjera pocas semanas antes del estreno de la serie hace pensar que era una forma de llamar la atención. 

Ninguno de los protagonistas reales de la historia ha participado en su adaptación, lo que beneficia al guionista Chris Lang (1961, Reino Unido), responsable de Unforgotten (BBC, 2015-), uno de los mejores dramas criminales de la televisión británica. Porque de esta forma puede imaginar sin interferencias la relación entre la pareja protagonista, tomando como base los informes policiales pero sobre todo los recuerdos del periodista David Leigh, que al mismo tiempo que se estrenaba la serie publicaba el libro The thief, his wife and the canoe - The true story of Anne Darwin and 'Canoe man' John (2022, David Leigh/Tony Hutchinson). Se produce una evidente empatía con el personaje de Anne, quien se dejó arrastrar por las fantasías de su marido, y se apunta una inconsciente dependencia psicológica en la relación con John Darwin. Este grado de sumisión está reflejado con muchos matices por el excelente trabajo de la actriz Monica Dolan, ganadora de un BAFTA por la miniserie Appropriate adult (ITV, 2011), y a la que hemos visto recientemente en la película El imperio de la luz (Sam Mendes, 2022). Pero también destaca el habitualmente espléndido Eddie Marsan, el inolvidable Terry Donovan en la serie Ray Donovan (SkyShowtime, 2013-2020), que tiene la dificultad de interpretar a un personaje más antagonista y manipulador, alguien que no es totalmente consciente del daño emocional que pueden causar sus ocurrencias. De alguna manera, El ladrón, su esposa y la canoa (Filmin, 2022) aborda un tono de humor ridículo que se asemeja a Cómo meterse en un jardín (HBO Max, 2021), la miniserie protagonizada por David Thewlis y Olivia Colman, también basada en hechos reales, sobre una pareja que no está demasiado preparada para la vida criminal. Pero en este caso el relato no es tanto el de una decisión equivocada sino el de una persona que se deja llevar por la corriente sin tener conciencia de las consecuencias, lo que aporta un grado de tensión en algunos momentos en los que brilla especialmente la interacción de los dos intérpretes principales. Estrenada con más de un año de retraso en España, recuperar con esta serie perfectamente estructurada permite reencontrarse con el mejor drama británico.

Blue lights
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Movistar+, 29 de septiembre-3 de noviembre
Reino Unido, 2023 - 6x57'
Creada por Declan Lawn, Adam Patterson
Dirigida por Gilles Bannier

Esta serie sobre policías de patrulla, lo que se denomina en el lenguaje interno "response officers", comparte evidentes similitudes con The responder (Movistar+, 2022), creada por el ex-policía Tony Schumacher, pero hay más paralelismos con la producción sueca La delgada línea azul (Filmin, 2021-), que precisamente se centra en un grupo de patrulleros en las calles de Estocolmo y explora de qué forma les afecta psicológicamente un trabajo que les coloca de frente con la violencia y las injusticias. La comparación es lógica si tenemos en cuenta que el gobierno de Suecia ha recurrido al ejército para poder combatir el alto índice de criminalidad, que ha llegado a una situación insostenible. Incluso en su reflejo de la hostilidad que a veces recibe la policía al llegar a determinadas zonas y en alguna subtramas como cuando en la serie sueca se difunde en las redes sociales la fotografía de una de las componentes de la patrulla, y en la producción británica se dan a conocer los datos personales de una de las policías. Pero lo que diferencia a Blue lights (Movistar+, 2023-) y le aporta un contexto político y social mucho más complejo es el trasfondo de una ciudad como Belfast que, a pesar de que han pasado 25 años del Acuerdo del Viernes Santo que puso fin oficialmente al período de violencia que se denominó "The Troubles", quedan resquicios, heridas abiertas y animosidades todavía permanentes. En el episodio La maldición del día "tranquilo" (T1E5), el pasado se refleja en una espléndida escena en la que Jen Robinson (Hannah McClean) y Gerry Cliff (Richard Dormer) aceptan la invitación de Happy Kelly (Paddy Jenkins), un hombre que tiene la pared del pequeño piso en el que vive, cubierta de recortes sobre las víctimas católicas de ataques del ejército inglés, como el Domingo Sangriento de 1972. "¿No crees que ya es hora de que quites todo esto?", le pregunta el agente Gerry Cliff (Richard Dormer), a lo que éste responde: "Supongo que tienes razón, Gerry. Pero no puedo olvidar. Simplemente no puedo". Esta permanencia en la memoria crea una atmósfera de tensión que es palpable durante toda la temporada, y que los creadores norirlandeses Declan Lawn y Adam Patterson, antiguos periodistas de investigación de los que en España se pueden ver su serie The undeclared war (SkyShowtime, 2022) y su largometraje Agente oculto (2022), han sabido trasladar con especial rotundidad. 

El planteamiento principal de la serie es acompañar a tres aspirantes a policía en los dos últimos meses de su formación en el PSNI (Servicio de Policía de Irlanda del Norte), un período de prueba en el que por primera vez salen a la calle en patrullas reales junto a compañeros veteranos que sirven como tutores. En los primeros episodios tiene más protagonismo Grace Ellis (Siân Brooke, cuyo padre de hecho era policía), una mujer de cuarenta años que ha decidido sustituir su trabajo en los servicios sociales por el de agente de policía, y que en su privacidad se enfrenta al conflicto con su hijo Cal (Matt Carver), un adolescente de raza negra para el que vivir en una ciudad ultracatólica blanca no parece su aspiración ideal. Pero el arco narrativo más interesante es el de Jen Robinson (Hannah McClean), hija de un alto mando de la policía, que lleva dos años patrullando para seguir los pasos de su madre, aunque no esté hecha de la pasta necesaria para enfrentarse a los momentos de mayor tensión. Es un personaje antipático y egoísta, dispuesta a utilizar la influencia de su madre, un peligro evidente para cualquier compañero de patrulla que sin embargo se va haciendo cada más complejo conforme se desarrolla la historia. También están Annie Conlon (Katherine Devlin), que ha mentido a su entorno sobre la profesión que ha elegido, y Tommy Foster (Nathan Braniff), un aspirante tímido que sigue el reglamento al pie de la letra y cuyo tutor es Gerry Cliff, no especialmente respetuoso con las reglas porque su veteranía le hace conocer mejor las calles de Belfast y el comportamiento de los criminales. 

A través de diferentes actuaciones que van desde peleas callejeras hasta violencia doméstica, Blue lights se encuentra cómoda en la creación de una tensión constante, permanente cada vez que las patrullas acceden a barrios peligrosos, como el que controla la familia mafiosa que lidera James McIntyre (John Lynch), quizás el retrato más convencional de la serie. Hay algunos apuntes de corrupción policial y conocemos el significado de OOB (Out of Bounds), que describe a las zonas de Irlanda del Norte "fuera de límites" donde la policía no debe actuar porque se consideran demasiado peligrosas. También hay algunos conflictos con el MI5 que mantiene una permanencia constante en Belfast, una especie de control de incógnito para que no se vuelva a prender la mecha de la violencia, pero cuya presencia levanta suspicacias incluso entre los policías de patrulla. El suspense está bien sostenido gracias al trabajo del director francés Gilles Bannier, experto en series criminales como The tunnel (Canal+, 2013-2018), Marcella (Netflix, 2016-2021) o Trigger point: Fuera de control (Movistar+, 2022). Aunque en este caso no se han criticado los acentos irlandeses como en The woman in the wall (BBC, 2023), se han puesto en duda algunos reflejos de realismo, como cuando en el episodio El miedo (T1E3) se describe la práctica de castigo que ejercen las bandas criminales contra sus miembros menores de edad, para atemorizarlos a ellos y a sus familias. Este "disparo de castigo" era habitual hace unos años pero desde 2013 no se ha reportado ningún caso, según datos de la PSNI. Al margen de que se ajuste más o menos a la realidad de Belfast en 2023, Blue lights es un poderoso drama que describe una atmósfera de incertidumbre en la que son los propios policías los que se sienten menos protegidos, obligados a ocultar sus nombres del uniforme cuando se adentran en determinados barrios. La serie no solo ha sido rápidamente renovada por la BBC, tras los datos de audiencia, con más de 7 millones de espectadores viendo la emisión de su primer episodio, sino que desde principios de agosto la segunda temporada se está rodando en Belfast. 

Los crímenes de Port Talbot
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Filmin, 3 de octubre
Reino Unido, 2023 - 4x57'
Escrita por Ed Whitmore
Dirigida por Marc Evans

Escrita por Ed Whitmore y dirigida por Marc Evans, ambos nominados a los BAFTA TV por la miniserie Manhunt (Filmin, 2019), esta producción está basada también en hechos reales ocurridos en los años setenta, y se ha destacado como una de las más sobresalientes de esta temporada. Cuando en el año 2000 los avances en técnicas de ADN permiten encontrar una muestra del posible autor del asesinato de dos jóvenes en 1973 en el Sur de Gales, el inspector Paul Bethell (Philip Glenister) tiene la oportunidad de recuperar un caso que quedó sin resolver, entre otras cosas por el empeño en enfocarse en un sospechoso que impidió que se investigara a otros. La historia mezcla el nuevo enfoque del caso con la investigación que se desarrolló en los años setenta, en la que participó un joven Paul Bethell (Scott Arthur), quien estableció una conexión especial con una de las familias de las jóvenes encontradas en un bosque. Él también defendió la posibilidad de que estas muertes estuvieran relacionadas con la de otra joven que fue asesinada en una localidad cercana, pero los mandos policiales descartaron desde el principio que se pudiera tratar de un asesino en serie. También se incorpora un elemento de injusticia social, porque la joven víctima aislada tenía una vida social liberal, y mantenía una aventura con un hombre casado, mientras que las dos adolescentes, Geraldine Hughes (Calista Davies) y Pauline Floyd (Jade Croot), eran hijas de familias con cierta estabilidad económica.

Las pruebas de ADN no solo pueden resolver la investigación treinta años después, sino también establecer si efectivamente la muerte de Sandra, Geraldine y Pauline fue obra de la misma persona. Para ello, el inspector Bethell cuenta con la colaboración de su antiguo compañero Phil Rees (Steffan Rhodri), porque el principal objetivo es el de conseguir muestras de ADN de todas aquellas personas que fueron investigadas en los años setenta en relación con cualquiera de los dos casos. Lo interesante de esta propuesta de Ed Whitmore, que también es autor de la espléndida miniserie El estrangulador de Rillington Place (BBC, 2016) es su atención a las víctimas, en vez de enfocarse como suele ser habitual en los investigadores o el asesino. Cuando la jefa de policía anuncia en una rueda de prensa que han reabierto el caso de 1973, uno de los periodistas le pregunta por qué despilfarran recursos en un caso antiguo cuando el índice de criminalidad está aumentando. Este es precisamente uno de los temas principales de la serie, la forma en que se olvida a las víctimas de actos criminales frente a la necesidad de sus familiares de conseguir que de alguna manera se cierren las heridas, aunque sea demasiado tarde. El empeño de Paul Bethell tiene más relación con la deuda que siente hacia estos familiares por darles una respuesta que han estado esperando treinta años que por el hecho de confirmar los indicios que se encontraron sobre algún sospechoso. Mientras que en otras series las historias paralelas entre el pasado y el presente se sienten a veces demasiado forzadas y poco interesantes, en este caso se revelan como necesarias para entender qué pudo fallar en la primera investigación y de qué manera se pueden resolver en el presente los errores cometidos. 

Los crímenes de Port Talbot (Filmin, 2023) saca la conclusión de que las consecuencias de una pérdida acaban dejando una huella emocional que resulta casi imposible de borrar. Y lo hace con algunos momentos especialmente sobrecogedores, cuando el inspector Bethell se sorprende de que uno de los familiares, al conocer el resultado de la investigación, se derrumbe emocionalmente: "Pensé que se alegrarían, que estarían agradecidos de que nuestros esfuerzos hubieran dado sus frutos", le dice a Phil Rees. "Creí que me darían la mano, incluso un abrazo. Y que estarían aliviados de que todo hubiera terminado". Lo que revela la escritura precisa del guión es que el impacto de un acto violento provoca heridas emocionales que nunca cicatrizan.

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Películas mencionadas: 

Xanadu y Only you se pueden ver en Filmin.
Oldboy, Philomena y Mantén la calma se pueden ver en Filmin y Prime Video.
Almas en pena de Inisherin, La sirenita y El imperio de la luz se pueden ver en Disney+. 
Master se puede ver en Prime Video. 
Déjame salir se puede ver en Netflix, Prime Video y SkyShowtime. 
En lo bueno y en lo malo y Agente oculto se pueden ver en Movistar+.
El largo viernes santo se puede ver en FlixOlé. 

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