Nuestra última crónica del festival de cine independiente de Raindance que se ha celebrado hasta el 27 de junio en Londres, extendido hasta el 29 de junio en el formato de Raindance Immersive, un festival paralelo dedicado a proyectos de Realidad Virtual que ha llegado a su décima edición en 2025. En este repaso final nos centramos en algunas películas de su programación que tienen relación con la memoria, en un sentido amplio que está relacionado con el pasado y cómo lo interpretamos, pero también como un elemento fundamental para construir el presente y sobrevivir al futuro.
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ImmortalsMaja TschumiSuiza, Irak 2024 | Competición Documental | ★★★★★CPH:DOX '24: Sección DOX:AWARDRaindance '25: Mejor Documental |
Tras la invasión de Irak en 2003 por parte de Estados Unidos, se estableció un sistema político y económico llamado Muhasasa que establecía una división del poder teniendo en cuenta el peso demográfico de cada grupo confesional. Pero sus detractores afirman que este sistema refuerza las divisiones etnosectarias porque define a los actores políticos a través del prisma de la identidad confesional. La Revolución de Octubre de 2017 se rebeló contra un sistema que ningún gobierno iraquí ha abandonado desde 2005, y desembocó años después en una acampada protagonizada por jóvenes iraquíes en la plaza Tahrir de Bagdad, que fue violentamente reprimida por la policía, provocando la muerte de más de 700 jóvenes y unos 23.000 heridos. Dos de los participantes en estas protestas fueron Milo y Khalili, los ejes centrales de Immortals (Maja Tschumi, 2024), en la que se refleja la continuación de una reconstrucción identitaria de un país que está protagonizada por los jóvenes. Durante las protestas de 2019, Milo se escapaba de su casa vestida con la ropa de su hermano para poder participar en ellas, pero su familia conservadora acabó encerrándola y quemando toda su documentación y su pasaporte. Ella protagoniza la primera de las tres partes en las que está dividida la película, Hidden battles (Batallas ocultas), y en la actualidad sigue vistiendo ropa de hombre porque se siente más segura y se ha convertido en parte de una identidad que le fue robada. Tratando de volver a conseguir un pasaporte, Milo, que en realidad se llama Melak Mahdi, a veces se escapa a casa de su amiga Avin, con la que tiene conversaciones sobre el futuro que les espera, aunque tienen distintas percepciones de Irak: "Yo creo que Bagdad es la ciudad más bonita del mundo. Quiero quedarme siempre aquí", dice Avin, mientras que para Milo el país es un entorno cada vez más asfixiante.
Confrontations (Enfrentamientos) utiliza muchas de las imágenes tomadas por Mohammed Al Khalili con su cámara Go-Pro durante las protestas de 2019 y otros conflictos posteriores. Siempre introduciéndose hasta el centro de las manifestaciones incluso, durante el ataque al parlamento iraquí en 2022, por parte de seguidores del clérigo chiíta Muqtada al-Sadr, que en realidad ponían de manifiesto las constantes corruptelas del sistema político de Irak. La directora Maja Tschumi (1983, Suiza) mezcla imágenes de Khalili con la actualidad, mostrando que el país sigue sumido en un caos político y económico, aunque esté menos presente en los medios de comunicación internacionales. Pero Milo y Khalili representan la resistencia a ser utilizados y engañados, en una especie de espiral en la que el tiempo parece repetirse, 2023 se refleja en 2019, las revoluciones son constantes y sus logros, como la renuncia del gobierno en noviembre de aquel año, acaban en nuevos gobernantes igualmente corruptos. Al comienzo del documental se advierte que hay escenas que han sido recreadas debido a que no se han podido captar de la realidad por el peligro que suponen para sus protagonistas, pero nunca se siente como una película donde lo ficticio sobresalga respecto a lo verdadero. La historia está rodada y editada con un sentido del suspense que mantiene una atención constante, y a veces parece detenerse el tiempo alrededor de los dos protagonistas, en un plano medio de rostros reflexivos e indecisos, que reflejan el caos que les rodea. En Decisions (Decisiones), la última parte de la película, cada uno se enfrenta a una decisión importante. Milo quiere salir de Irak, lo que provoca una fuerte discusión con Avin, en una de las escenas que han sido recreadas (ambas salieron del país). Khalil decide casarse, pero siempre se ve impulsado por la necesidad de tomar de nuevo su cámara y captar la realidad de las calles de Baghdad. El título Immortals se refiere a esos personajes de los videojuegos que suelen ocupar el tiempo de los jóvenes pero que en este caso se representan en las vidas cotidianas de una generación acostumbrada a la muerte, pero persistente en su rebeldía. Es una potente celebración de la resistencia y la esperanza nunca perdida de un país reconstruido.
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SrishtiPaul AntarIndia 2025 | Competición Primera Película | ★★★☆☆Raindance '25: Premio Discovery |
A través de una atmósfera inquietante y una persistente banda sonora, el director Paul Antar consigue crear un entorno esotérico al mismo tiempo que elabora comentarios sociales sobre la pornografía de la pobreza, pero sin conseguir que ambos elementos encuentren la forma de coexistir dentro de una narrativa equilibrada. Es cierto que la película pretende ofrecer una experiencia atmosférica, pero esta pretensión nubla a veces una mirada que quiere tener más resonancia y ser más relevante. La historia comienza con un prólogo en el que tres niños que sobreviven en los alrededores de un vertedero se sienten fascinados por las proyecciones de películas que les prepara un anciano. Neerav (Orko) está especialmente interesado en la fotografía, pero recibe una respuesta lacónica por parte del fotógrafo: "Ahorra para comprarte una cámara de fotos y entonces hablamos". Esta pretensión es imposible para un niño de casta inferior como él, así que decide robarle la cámara junto a la joven Kamli (Nazia), de la que su hermano mayor Mugda (Kaustab) le ha advertido que se aleje. Neerav acaba huyendo solo del vertedero hasta que años después se ha convertido en un fotoperiodista que desprecia el tipo de fotografías que tratan de aprovecharse de la pobreza, lo que él llama "propaganda". Rechaza la oferta de Martin (Surjyakar), el dueño de un vertedero, para que haga fotos en el "underside" (el lado inferior) con el objetivo de recaudar fondos, y prefiere las fotografías artísticas y la exploración de sucesos misteriosos que encuentra en los foros de Sub-Reddit. Como el llamado Sector-K, en los bosques prohibidos al pie del Himalaya, donde se dice que se escucha un extraño rumor y un periodista ha regresado con desequilibrio mental y ceguera. Neerav Uprati (Sumeet Thakur) decide introducirse en este lugar junto a un grupo de exploradores, donde acaba teniendo una experiencia mística. A pesar del apoyo de su esposa Anvi (Chitrangada Satarupa), Neerav comienza a comportarse de forma extraña y parece atrapado en una atmósfera oscura, mientras las noticias hablan de Rajiv Batra, un hombre que ha matado a toda su familia después de regresar del Sector-K. Shrishti (Paul Antar, 2025) utiliza distorsiones de la imagen para describir este viaje onírico que experimenta Neerav, mientras trata de sobrevivir como fotógrafo y finalmente acepta la propuesta de tomar fotos de la vida en el vertedero. Allí encuentra de nuevo a sus amigos de infancia Mugda (Deb Deep) y Kamli (Indira Tiwari), a los que abandonó cuando era niño.
El director usa la transformación de Neerav desde un cierto idealismo hasta la búsqueda de imágenes impactantes que alimenten el paternalismo de las castas superiores, para reflejar la forma de vida de los niños que se enfrentan cada día a montañas de desperdicios plásticos y la atmósfera insalubre del aire contaminado: "Todo el mundo necesita un hospital aquí. ¿Pero hay alguien a quien le importemos?", le dice Kamli, que ahora trabaja como enfermera. Mientras Neerav está cada vez más carcomido por la culpa de haber renunciado a su propia ética, la película se adentra en un tercer acto más esotérico, estableciendo la maldición que parece haber recibido el joven fotógrafo como una metáfora de la codicia de una sociedad que envuelve la representación explotadora de la pobreza como una forma de arte. Mientras la vida del protagonista se desmorona, la película adquiere un tono simbólico a través de distorsiones de la realidad y ensoñaciones, mientras los habitantes del vertedero se rebelan tras la muerte de un niño que no ha sido atendido en un hospital cercano. La ceguera que provoca el encuentro espiritual en el Sector-K es una representación de la ceguera moral de la sociedad, pero el comentario social se difumina en una retórica demasiado convencional. Hay un concepto visual creativo y original, y una interesante elaboración de atmósferas inquietantes que son subrayadas por la permanente música de Ravi Nidamarthy, creada a través de distorsiones sonoras e improvisaciones de tres instrumentos de cuerda: el violín, la viola y el violonchelo, interpretados por Carol George. Pero la presencia de la música es demasiado persistente, como si las imágenes tuvieran que apoyarse constantemente en estas alteraciones sonoras para transmitir desasosiego. El título Srishti hace referencia al término que designa en la India al acto divino de la creación del universo, adquiriendo dentro del contexto de la película una forma de representación de las debilidades de un mundo desigual. La película tiene conceptos interesantes que no terminan de cohesionar, pero propone un trasfondo sobrenatural para denunciar realidades auténticas.
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TapeBizhan M. TongReino Unido, Hong-Kong 2024 | Competición Película Internacional | ★★☆☆☆ |
La película Tape (La cinta) (Richard Linklater, 2001) fue uno de los primeros trabajos del director norteamericano, pero ha quedado ensombrecido por la repercusión que consiguió Despertando a la vida (2001), su primera película de animación, estrenada el mismo año. La historia adaptaba la obra teatral Tape (1999), del dramaturgo Stephen Belber (1967, Washington), quien también se encargó del guión, asumiendo su origen teatral al mantener a los tres protagonistas en una pequeña habitación de hotel donde han vuelto a reunirse tras quince años separados, y recordando una noche cuando eran amigos en el instituto, pero de la que cada uno tiene una impresión diferente. La historia transcurre en tiempo real a lo largo de esta reunión en la que se producen confesiones y traiciones, y se enfoca principalmente en las diferencias entre los puntos de vista masculino y femenino respecto a los sucesos ocurridos durante la fiesta de graduación. Tape (Bizhan M. Tong, 2024) se presenta como una adaptación de la obra y de la película, aunque no está claro qué elementos toma de cada una, porque en realidad es una traslación bastante exacta de la historia tal como la contó Richard Linklater (1960, Texas), aunque en este caso transcurre en el apartamento de Wing (Kenny Kwan), que ahora es narcotraficante, cuando recibe la visita de Jon (Adam Pak), quien se dedica a dirigir documentales. El director ha afirmado que la intención de trasladar esta historia a Hong-Kong surge del contexto actual a partir de la explosión del Movimiento MeToo en los países occidentales, que sin embargo no se ha reproducido todavía en los países asiáticos, de manera que esta historia adquiere una cierta resonancia en Hong-Kong parecida a la que pudo tener la película original en Estados Unidos, cuando todavía no se hablaba de la perspectiva femenina respecto a situaciones que pudieran ser polémicas. "En Estados Unidos tienen el Movimiento MeToo. Las mujeres han tenido el coraje de salir y contar la verdad. ¡Es algo común estos días! Pero supongo que Hong Kong es todavía demasiado conservador", le dice Wing a Amy (Selena Lee) en una conversación añadida a esta nueva versión. Bizhan M. Tong también incluye flashbacks que hacen algo más explicativa la historia, aunque trata de mantener la ambigüedad de la obra original, lo que hace que estos flashbacks resulten innecesarios.
A pesar de que el personaje de Amy no aparece hasta bien desarrollada la película, estableciéndose primero una confrontación de masculinidad entre Wing y Jon, que parece querer reproducir el punto de vista de los hombres, ella es el verdadero impulso de la historia. Y si Uma Thurman proporcionaba una fortaleza destacada a su personaje, Selena Lee consigue también transmite ambigüedad a una mujer cuyo recuerdo de aquella noche es muy diferente del que tienen sus amigos. Desgraciadamente, no ocurre los mismo con los actores Kenny Kwan y Adam Pak, que no terminan de elaborar la complejidad y la profundidad que necesitan sus personajes, especialmente en comparación con el trabajo de Ethan Hawke y Robert Sean Leonard en la versión de 2001. Aunque Richard Linklater y Stephen Belber aparecen como productores ejecutivos de Tape (y éste último como co-guionista), no sabemos exactamente si han tenido alguna intervención en la adaptación, pero ésta no introduce grandes cambios en una dinámica de relaciones que siempre se encuentra influida por los secretos y las medias verdades. Frente a los dos hombres, Amy siempre es la que acaba siendo juzgada, incluso cuando se la reconoce como víctima, pero el hecho de que ella trabaje como fiscal proporciona un elemento de ironía en la historia que esta versión no consigue aprovechar. Aunque Bizhan M. Tong desarrolla la tensión progresiva con acierto, el trabajo de dirección en un espacio cerrado como el pequeño apartamento de Wing resulta más estático que el de Richard Linklater en la película original. Usa el plano contraplano como recurso predominante, así como la disposición de los tres personajes en el espacio para expresar sus diferentes posicionamientos en el desarrollo de sus relaciones, lo que provoca que se sienta incluso más teatral. Tape termina perdiendo la oportunidad de ofrecer una nueva perspectiva sobre la historia original porque parece demasiado entregada a reproducirla con excesivo respeto.
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DaliMickey AngelovReino Unido 2025 | Competición Película Británica | ★★★☆☆ |
Aunque su nombre real es Dimitar Ognyanov, el protagonista de esta historia ha adoptado el nombre artístico de Dali From the Valley, lo que le enfrenta en algún momento de la película a cuestiones relacionadas con la identidad. Dali (Mickey Angelov) acaba de morir en medio de su carrera exitosa como cantante de rap y se enfrenta a una entrevista que se asemeja a la de un agente de aduanas, pero en realidad se trata de su primer contacto con el más allá. La Guardiana (Lucrezia Galeone), de la que solo escuchamos su voz, le hace preguntas sobre su vida antes de que él mismo elija adónde quiere ir, un recorrido por su pasado para tomar la decisión personal sobre si pertenece a Arriba o Abajo. Esta entrevista se muestra en una pantalla en negro sobre la que se reproducen las frases que dicen los personajes, una manera original de plantear este limbo sobrenatural en el que se encuentra el protagonista. Nacido en Bulgaria, Dali se ha criado desde pequeño en Estados Unidos, donde ha forjado una carrera como rapero que le ha convertido en una estrella de la música, lo que le ha permitido disfrutar del lujo y el exceso de la vida privilegiada que se ha construido él mismo. Pero el interés de la entrevistadora es determinar cuestiones relacionadas con su existencia y sus sentimientos reales, como si finalmente todo ese lujo le ha permitido alcanzar la felicidad. Algunas veces inquisitiva y reprochadora, cuestiona el egoísmo de su profesión: "Dicen que los músicos son arrogantes y egocéntricos, y es un poco difícil trabajar con ellos. Pero yo creo que es por el cuidado que le dedican a su trabajo", dice ella. Dali (Mickey Angelov, 2025) parece mirar de reojo a la figura de Salvador Dalí y su cuadro La persistencia de la memoria (1931), conocido por la representación de los relojes que se derriten como quesos camembert, según describía el propio artista, y que él también definía como un cuadro inspirado en la teoría de la relatividad de Albert Einstein. El tiempo también es relativo a lo largo de esta película, en la que el protagonista repasa, dando saltos dentro de su propio pasado, diferentes momentos que de alguna manera marcaron su existencia. Este recurso de la memoria le traslada a su relación con Samara (Nina Singh), que ha podido ser demasiado egoísta y poco cuidadosa, prefiriendo su carrera profesional a su vida sentimental. Las relaciones que le han definido a lo largo de su vida, con su novia, sus amigos o su padre, se representan en secuencias breves que establecen su grado de infelicidad, en una especie de auto-análisis de su propia existencia antes de acceder a la eternidad.
Dali plantea algunas cuestiones existenciales y filosóficas sobre el sentido de la vida, pero sin ser demasiado pretenciosa, lo que siempre hay que agradecer. También sobre la identidad, especialmente para un joven de origen búlgaro que se ha educado en Estados Unidos y de alguna manera ha podido elegir los atributos que le definen como búlgaro o como americano a través de su música. "Naciste en Bulgaria, tu familia es búlgara, cantas sobre Bulgaria, llevas el símbolo de tangra en tu cuello. Pero te criaste en Estados Unidos, hablas como un americano, piensas como un americano, actúas como un americano, votas en América", le recuerda la Guardiana. Pero son finalmente las relaciones con otras personas las que han definido su personalidad: sus amigos Mr. Eye Candy (Axel Milliam), Beluga (Nickcolia King-N'Da) y Boris Nenkov (Boyan petrov), la primera chica a la que conoció en Estados Unidos cuando acababa de llegar, Riley (Ebony Aboagye), que le introduce en ese universo de la música rap, o con el padre (Phillip Avramov) que le abandonó. Si bien es cierto que a veces puede ser algo repetitiva y quizás no todas las escenas sirvan realmente para definir al personaje, Dali ofrece una reflexiva mirada en torno a cómo construimos nuestras vidas a través de la manera en que nos relacionamos y hace preguntas relevantes sobre si es posible el perdón, definiendo a un protagonista que se envuelve en una especie de coraza de prepotencia para no enfrentarse a sus emociones, lo que también le ha separado de algunas personas importantes. Hay una secuencia hermosa en la que la Guardiana permite a Dali mirar hacia la vida de ella, que está representada en un formato de pantalla cuadrada que va aumentando de tamaño, sin diálogos, en la que Lucrezia Galeone ofrece una interpretación muda que contrasta con la voz que escuchamos el resto de la película. Es un ejemplo de las capacidades emocionales que ofrecen algunas secuencias planteadas con creatividad y talento. La pregunta existencial sobre si se elige subir o bajar acaba siendo una retórica sobre la irrealidad que define a la muerte: "No puedo decirte cómo son arriba o abajo porque nunca he estado en ninguno de ellos. Pero imagino que tienes razón, que realmente no existen".
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The last Grail hunterMark Christopher LeeReino Unido 2024 | Competición Interpretación Británica | ★☆☆☆☆ |
Las producciones realizadas con más empeño que presupuesto tienen un cierto encanto, y el año pasado comentamos algunos de estos títulos que se pudieron ver en el festival Fantasia, como la portuguesa O velho e a espada (Fábio Powers, 2024), que remitía a las historias clásicas medievales mezclándolas con el género de terror de serie Z, pero que acababa resultando simpática porque era consciente de sus limitaciones sin tomárselas en serio. The last Grail hunter (Mark Christopher Lee, 2025) tiene algo de ese espíritu impulsivo que lo apuesta todo a una jornada de grabación con un iPhone y la presencia de un actor conocido como John Altman, quien interpretó a uno de los personajes recurrentes de la longeva telenovela británica EastEnders (Gente de barrio) (1985-), entre 1985 y 2015. La historia se sitúa en el año 2031 en un lugar llamado Arcadia, seis años después del fin del mundo, con la vida convertida en un juego místico controlado por una sociedad secreta. Sometido a una especie de sesión de Realidad Virtual en el Priorato de Sión, Johnny Calvi (John Altman) maneja un alter ego en el Londres de 2024 en el que su propia vida depende de lo que le ocurra a su personaje, mientras la sesión está controlada por un niño llamado Johnny (Johnny Raven), que parece someterle a situaciones cada vez más peligrosas (y de vez en cuando se ríe con una carcajada maliciosa bastante falsa). En el juego, que ocupa la mayor parte de la película, Johnny Calvi recorre las calles de Londres en busca de un Grial dentro de lo que está representado como una especie de ensoñación. De hecho, el director Mark Christopher Lee ha afirmado que la idea para la película surgió una noche que tuvo un sueño en el que se le apareció Roger Corman pidiéndole que dirigiera esta historia. Como Roger Corman no puede corroborar o negar esta afirmación, tendremos que darle un voto de confianza. En realidad, The last Grail hunter surge de un laboratorio de ideas que organiza Raindance llamado Raw Talent Lab que está liderado por su fundador Eliot Grove y que busca proyectos poco convencionales o provocadores para impulsar su producción, del que también ha surgido The King of UFO's (Mark Christopher Lee, 2024), un documental sobre el interés de la familia británica por los ovnis, que da credibilidad a un testigo que afirmaba haber visto al actual rey Carlos de Inglaterra como uno de los pilotos de un ovni en 1975, y que también se ha proyectado en esta edición del Festival de Raindance.
Volviendo a la película que nos ocupa, en realidad ocurren pocas cosas al margen de los recorridos por las calles de Londres por parte de Johnny Calvi, que al menos pasan por lugares reconocibles, como Cecil Ct. junto a Leicester Square, donde el protagonista se introduce en la centenaria librería Watkins Books especializada en libros y objetos esotéricos y religiosos, surgida durante el auge del interés por los temas esotéricos que se produjo en Inglaterra a finales del siglo XIX. Perdiendo la oportunidad de usar estos elementos históricos, el director prefiere seguir a Johnny, a veces agarrado a una botella mostrando propensión etílica, por diferentes lugares de Londres en busca del Grial, pero sin mucha prisa. Hasta que se traslada a las afueras y se introduce en un bosque que parece embrujado por fuerzas demoníacas. Aunque The last Grail hunter se propone como una historia de terror, lo más terrorífico que tiene es el nombre del director, mientras parece crear una textura semi-experimental con distorsiones de la imagen y una atmósfera inquietante que nunca llegar a serlo del todo. El viaje de Johnny tiene menos sentido que la propia película, pero esta especie de cine de guerrilla que se sostiene en los mínimos elementos indispensables, también encuentra la creación de una especie de ciencia-ficción abstracta. La biografía del director Mark Christopher Lee es casi más interesante que la propia película: amante de los fenómenos paranormales y fundador de la banda The Pocket Gods en 1998, él mismo afirma ha publicado 75 álbumes y más de 5.000 canciones. Entre ellos el disco 1000x30 Nobody makes money anymore (2022, Nub) está compuesto por 1.000 composiciones de unos 30 segundos creadas para cada uno de los días del confinamiento. También es el compositor de la banda sonora, con temas como "Glass dreaming" que aportan más inquietud que la propia historia. El problema de The last Grail hunter es que se toma demasiado en serio a sí misma, pero sobre todo que se sostiene en un guión poco elaborado que tampoco sabemos si pretende contar algo. Hay problemas de sonido que se disculpan, pero incorpora elementos en torno al esoterismo que nunca aprovecha porque no parece importarle, como una baraja de Tarot que en realidad parece que nadie sabe cómo se utiliza realmente. Lo que hace que la película transmita más falta de interés que falta de presupuesto.