24 abril, 2024

Visions du Réel 2024 - Parte 6: Ausencias

La organización del Festival Visions du Réel ha dado a conocer algunos datos de espectadores , aunque la participación en números no se ofrecerá hasta que no concluyan la versión online de parte de su programación y el Film Market. Raymond Loretan, presidenta de Visions du Réel, indicó que se había conseguido una alta participación de espectadores, aunque sin revelar cifras concretas, haciendo hincapié sobre todo en que se había conseguido atraer a un público más joven, especialmente interesado en las visitas del cineasta norteamericano John Wilson y la directora francesa Alice Diop. Esto indica seguramente que las cifras de espectadores se mantienen casi igual que las de la edición de 2023, que supuso un aumento del 16% respecto a 2022, pasando de 45.000 espectadores a superar los 50.000. Pero este crecimiento parece haberse estabilizado en esta última edición, lo cual tampoco es necesariamente negativo. Tratándose de un festival dedicado al cine documental, es notable cómo Visions du Réel se ha convertido en la segunda muestra cinematográfica más importante de Suiza, siempre por detrás del Festival de Locarno, de programación genérica, que atrae cada verano a más de 13.000 espectadores.

Nuestra crónica está dedicada a películas, algunas de ellas premiadas, que hablan de las ausencias, a través de ciudades que conviven con sus fantasmas, viajes espirituales, procesos de duelo y familias dejadas atrás para iniciar un exilio incierto. 

My memory is full of ghosts

Anas Zawahri

Siria 2024 | Competición Internacional | ★☆

Visions du Réel '24: Mención Especial


El director Anas Zawahri (1987, Palestina) reside en Siria y califica su primer largometraje como "un poema de amor para la gente de Homs y sus fantasmas". La ciudad siria se convirtió en uno de los puntos de encuentro de los opositores al régimen de Bashar al-Ássad, y por tanto una de las que más sufrieron el asedio del ejército desde el comienzo de la guerra en 2011 hasta aproximadamente 2014. En Return to Homs (Talal Derki, 2013), ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance y segunda de la trilogía que el director Talal Derki (1977, Siria) dedicó a la guerra, que concluiría el año pasado con Under the sky of Damascus (Talal Derki, Heba Khaled, Ali Wajeeh, 2023), se muestra la resistencia de los combatientes detrás de las barricadas a través de los ojos de un joven soldado de 18 años. La ciudad que se presenta en My memory is full of ghosts (Ana Zawahri, 2024) mantiene esa imagen de destrucción, pero de alguna manera encuentra en sus habitantes una resiliencia permanente a pesar de estar envuelta en una especie de atmósfera de ciudad sin ley (el año pasado un ataque con drones mató a más de un centenar de personas en una ceremonia de ascenso de oficiales). A través de los relatos de siete residentes, la película refleja lo difícil que ha sido regresar y lo complicado que es sobrevivir en un lugar lleno de fantasmas del pasado, "como si no quisiera cambiar", dice uno de ellos. La cámara estática se detiene en la vida cotidiana entre comercios y negocios que resisten como pueden en un lugar que parece suspendido en el tiempo, rodeado de edificios destrozados, de ruinas persistentes. En los retratos de grupos de comerciantes o mecánicos que posan ante la cámara, el director parece querer encontrar una cierta normalidad, pero Homs "ya no es la ciudad de las risas", como afirma otro de los narradores. 

Esta disposición estática de las imágenes refleja la inmovilidad de una ciudad que parece abandonada a su suerte, y los relatos de estos residentes cuentan historias impregnadas de dolor. Un hombre ciego recuerda que cuando volvió a Homs, la percepción de la ciudad se la proporcionaron los llantos de quienes viajaban con él: "Yo era el más fuerte porque no podía ver nada".  Una joven recuerda que después de la muerte de su padre por Covid-19, vivió sola con su madre pero al regresar un día la encontró muerta, atacada por dos adolescentes que buscaban dinero. Los vecinos sin embargo la acusaron a ella del asesinato y tuvo que huir, viviendo desde entonces en las calles tras renunciar a sus sueños de futuro. La ciudad se ha convertido en una especie de prisión que ahora no está asediada por el ejército sino por la falta de perspectiva: "Lo que vivimos ahora es mucho peor que la guerra", sentencia uno de los narradores. Sin ofrecer los relatos directamente a cámara, solo escuchamos sus voces, pero a veces se intuye que algunos de los que se muestran frente al objetivo son quienes cuentan sus historias. El planteamiento visual puede llegar a ser demasiado estático, pero también aporta el suficiente espacio para que las historias que se cuentan adopten una mayor relevancia, aportando el trabajo de dirección algunas pausas en los relatos que permiten absorber emocionalmente algunas de las reflexiones. Elías, un ex-soldado, decidió renunciar a la vida militar después de ver cómo su compañero se desangraba delante suya. Estos habitantes de Homs, obreros, mecánicos, ancianos y jóvenes, tratan de encontrar la forma de llevar una vida cotidiana, mientras otros solo ven el tiempo pasar y algunos expresan su deseo de irse lejos para no volver. Anas Zawahri muestra con especial sensibilidad la relación de sus habitantes con la ciudad, en permanente contradicción: "Seguramente muchos vivimos el mismo conflicto. Amamos esta ciudad, pero ya no podemos quedarnos aquí". En el recorrido final por una avenida flanqueada por edificios destruidos se refleja el incierto camino que queda por delante. 

Mother Vera

Cécile Embleton, Alys Tomlinson

Reino Unido 2024 | Competición Internacional | ★☆


La hermosa estética de esta película rodada en blanco y negro que recuerda al cine de Andréi Tarkovski proviene de un proyecto titulado Ex-Voto (GOST Books, 2019) de la fotógrafa Alys Tomlinson (1975, Reino Unido), una extensión del trabajo que desarrolló en Lourdes, y que se acercaba a lugares de peregrinaje en Francia, Irlanda y Polonia. Una de las retratadas en este proyecto era Madre Vera, una monja ortodoxa en un convento de Bielorrusia que anteriormente, con su nombre real Olga, llevó una vida relacionada con las drogas y la criminalidad, considerándose culpable del encarcelamiento de su marido Oleg. La ausencia de su pareja y el sentimiento de culpa la llevó a tomar los hábitos cuando tenía 20 años, como una manera de rendir cuentas de un pasado en el que ella se confiesa responsable (el tono de la narración es precisamente el de una confesión susurrada) de haber introducido a otras jóvenes en la heroína y haber destrozado la vida de algunas personas cercanas. Pero también pesa el estigma del VIH: "Me contagié de la persona que amaba. No me arrepiento de nada", dice Vera. La elección de esta fotografía en blanco y negro a cargo de la directora franco-británica Cécile Embleton, apoyada en la co-dirección por Alys Tomlinson, y la ausencia de elementos externos como una banda sonora, refuerzan la condición de viaje interior de la película, un acercamiento confesional hacia la protagonista que funciona como un reflejo de su pasado desde su propia narración, mientras la vida monacal se muestra en su carácter repetitivo, que recuerda en textura a la película Ida (Pawel Pawlikowski, 2013). Y le da al entorno un cierto aire atemporal, como un tiempo detenido entre los caminos nevados del exterior y los claroscuros del interior del convento. 

Empujada por la ausencia de su pareja, Vera también sigue de alguna manera relacionada con el mundo de la delincuencia, porque el monasterio acoge a ex-presidiarios en rehabilitación: "La libertad se encuentra cuando tienes a Dios en tu interior", les dice un sacerdote, mientras intenta controlar el ostracismo al que el grupo ha sometido a un condenado que ha sufrido una agresión sexual, al que consideran en cierto modo contaminado. "Tenemos que creer que las personas pueden cambiar, que combatirán al demonio que les arrastra". También surge en este encuentro un perfil más cercano a Olga, cuando hace algunos comentarios sobre lo atractivo que es alguno de los asistentes. Y sin embargo, los auténticos momentos de liberación en Mother Vera (Cécile Embleton, Alys Tomlinson 2024) se producen cuando la protagonista visita a su familia o cuando comparte el cuidado de los caballos y otros animales. El travelling que acompaña a Vera cabalgando con su hábito negro en contraste con un blanco paisaje nevado no solo es particularmente hermoso sino significativamente representativo de la auténtica libertad que no está entre las paredes del convento o en la sensación que le proporcionaba la heroína, sino en ese espíritu independiente que le aporta el contacto con la naturaleza. La película contrasta una mirada espiritual con el reflejo de la realidad más terrenal, el mundo de la delincuencia y la pobreza con la búsqueda de la redención, lo que se expresa en esa naturaleza repetitiva de las imágenes y el ritmo lento de su desarrollo. Pero de alguna manera consigue trasladar ese viaje interior de Vera que sin embargo no parece tener una convicción religiosa muy profunda: "No tenía intención de ser monja", comenta. Cuando aparece el color en la película, Vera ha sufrido una transformación que en realidad es un punto de partida. 

After the snowmelt

Lo Yi-Shan

Taiwán, Japón 2024 | Burning Lights | ★☆


La promesa de una pareja atrapada durante 47 días en la cordillera del Himalaya toma forma como película en un relato que trata de honrar la memoria de quien no pudo sobrevivir. Durante una ruta de senderismo por el Monte Everest en 2017, Chen-Chun Liu y Sheng-Yueh Liang desaparecieron durante más de un mes. Después de estar perdidos en la montaña, decidieron cobijarse en una cueva, donde permanecieron con las subsistencias que tenían, pero Chen-Chun Liu murió tres días antes de que los equipos de rescate pudieran encontrarles. Ambos se prometieron que quien sobreviviera debería contar la historia, mientras que Chun dejó varias cartas escritas destinadas a las personas cercanas, entre ellas Lo Yi-Shan, que a través de este relato sobre la pérdida de su amiga, de alguna manera trata de mantener su memoria y cumplir la promesa. Se transmite a lo largo de esta película poética y conmovedora no solo una sensación de pérdida sino también un cierto sentimiento de culpabilidad, porque Lo Yi-Shan iba a encontrarse con ellos en Nepal para formar parte de esa ruta, pero contrajo malaria en la India y tuvo que regresar a su casa. La película adopta desde las primeras imágenes que muestran unas pisadas en la nieve una cadencia de ensoñación, una tonalidad melancólica que se sostiene en las reflexiones de Lo Yi-Shan sobre las palabras de su amiga, o en su intento de que Yueh salga de su estado de negación emocional. Evita hablar sobre aquellos días en la cueva junto a Chun y se protege con una cierta actitud despreocupada sobre dejar atrás el pasado, como cuando Yi-Shan trata de mostrarle imágenes grabadas por el equipo de rescate. También hay una cierta sensación de fatalidad, en las cartas que escribe Chun en las que reflexiona sobre la vida, o en las palabras de algunas amigas que hacen referencia a cómo ella había dicho que le gustaría morir en la montaña. 

After the snowmelt (Lo Yi-Shan, 2024) es un homenaje que se apoya en la ausencia para reconstruir una amistad que nació en una escuela católica para niñas, cuando Chun lidiaba con los comentarios de sus compañeras en torno a su identidad transgénero, aunque no se menciona en la película. La directora crea un trayecto que comienza en el trauma de la pérdida para ir construyendo un relato de crecimiento en el que ella misma asume la responsabilidad de la superviviente que debe compartir su historia. A través de las fotografías de otros viajes que realizaron juntas se refleja la conexión con la naturaleza, un estilo de vida aventurero que para su círculo de amigas resultaba demasiado peligroso, y una necesidad de agarrarse a la vida en su expresión más amplia. El trayecto acaba llevando a Lo Yi-Shan hasta Nepal, siguiendo las huellas del viaje que realizaron Chun y Yueh, desde una pequeña aldea en la que todavía la recuerdan cuando compartieron comida y cobijo con los viajeros, hasta la llegada a la cueva donde se refugiaron y de donde Chun no salió nunca. Hay una omnipresencia de ese entorno montañoso de la cordillera del Himalaya que a pesar de su belleza no puede evitar transmitir una sensación de aislamiento. Pero el trayecto que ha construido la directora termina en un encuentro silencioso con algunos restos de ropa que habían quedado en la cueva, y que al mismo tiempo da paso al lento proceso de curación del trauma por la pérdida y de reconciliación con la memoria. 

Save our souls

Jean-Baptiste Bonnet

Francia 2024 | Grand Angle | ☆☆

Visions du Réel '24: Premio Perception Change


El Parlamento inglés ha aprobado la controvertida Ley de Inmigración que permitirá al Reino Unido realizar deportaciones en caliente de solicitantes de asilo, pero no a sus países de origen, sino a Ruanda, un país que el gobierno de Rishi Sunak considera seguro a pesar de que el año pasado aprobó leyes homófobas que pueden llevar a condenas a cadena perpetua. Lo que los analistas consideran una medida desesperada por parte del actual primer ministro para contrarrestar las pocas posibilidades que parece tener para repetir mandato en las elecciones de finales de año, está sin embargo en la línea de otras medidas aprobadas en la Unión Europea que tratan de combatir la inmigración a través del cierre de fronteras. Sin embargo, ninguna de estas medidas en destino consiguen disuadir a los inmigrantes procedentes de África porque, básicamente, su situación no puede ser peor que la que tienen. El director francés Jean-Baptiste Bonnet grabó durante seis semanas a bordo del barco Ocean Viking, que fue fletado por la organización humanitaria SOS Méditerranée para rescatar a aquellos inmigrantes que cruzan el Mediterráneo procedentes de Libia. Enfrentándose a confiscaciones, abordajes ilegales y al rechazo de determinados sectores políticos europeos, a pesar de todo Ocean Viking ha rescatado a más de 40.000 personas desde 2016. Se trata de una labor que incluso llega a ser peligrosa debido a las constantes acciones de la guardia costera libanesa que vulneran la legalidad. En una de las primeras escenas de la película, estos guardacostas efectúan disparos al aire con fusiles kalashnikov, una práctica que está prohibida en aguas internacionales. Save our souls (Jean-Baptiste Bonnet, 2024) utiliza una estructura lineal para mostrar uno de los rescates que realiza esta embarcación en el Mar Mediterráneo, en colaboración con la Federación Internacional de la Cruz Roja. 

El primer acto muestra a los tripulantes del Ocean Viking coordinándose con informaciones externas sobre posibles naufragios. El mar se refleja como si se tratara de un desierto por el que deambulan perdidos grupos de inmigrantes que huyen de la violencia, del hambre y ahora también de las consecuencias del cambio climático, algo que podría convertir en exiliados en un futuro próximo a una parte de los habitantes de países occidentales. El encuentro con 92 solicitantes de asilo que se encuentran a la deriva en una pequeña barca en la que casi no caben, pone en alerta a los tripulantes del Ocean Viking. La cámara de Jean-Baptiste Bonnet, quien durante todo el tiempo fue el encargado de grabar con un equipo mínimo, sin técnico de sonido, adopta una posición de observación a lo largo del organizado y estructurado proceso de acogida de estos refugiados en el barco: se les proporcionan mantas, chalecos salvavidas y comida, se les asigna un número y se comienzan a realizar entrevistas individuales. Uno de los cometidos de la organización SOS Méditerranée también es ofrecer asesoramiento sobre el proceso de solicitud de asilo y responder a las posibles dudas. La película muestra desde dentro el trabajo de los tripulantes, que acaban convirtiéndose en receptores de las historias que quieren contar los inmigrantes, las escenas de violencia que han contemplado y las ausencias que han experimentado a lo largo de sus vidas, habiendo perdido a padres y hermanos a pesar de su juventud. SOS Méditerranée también realiza una recopilación de estas experiencias durante el trayecto hasta encontrar un puerto europeo que les acepte. Save our souls no necesita elaborar una narrativa demasiado compleja para mostrar una realidad que, desde el punto de vista más emocional, ya nos han ofrecido películas de ficción recientes como Yo capitán (Matteo Garrone, 2023). Por el contrario, su estructura tradicional elabora un relato claro y sin adornos sobre un rescate que forma parte de la cotidianidad solidaria del Ocean Viking, un barco construido en 1986 que también comienza a sufrir las consecuencias del paso del tiempo. 

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Películas mencionadas: 

Ida se puede ver en Filmin y Movistar+.


23 abril, 2024

Las series españolas de 2024: Parte 3

No parece que RTVE tenga demasiado empeño en cambiar su pretensión de ser una competidora de las televisiones privadas, algo que en principio no debería ser el objetivo de un ente público. Una de las primeras decisiones bajo la gestión de la nueva presidenta interina Conchi Cascajosa está en la línea del sinsentido y el desperdicio económico habitual en los últimos tiempos, especialmente con el maltrato a las producciones de ficción. Operación Barrio Inglés (RTVE, 2024) ha sido la primera víctima de la nueva presidencia, una serie que se estrenó con una pobre cuota de pantalla del 5,8% (634.000 espectadores), pero que el ente público decidió eliminar de la parrilla después de un solo episodio. El Director de Ficción y Cine de RTVE, José Pastor, ha aclarado en los últimos días que la retirada temporal de la serie "forma parte de una estrategia más amplia para equilibrar la ficción diaria con otros grandes proyectos de prime time". Pero él mismo la estaba presentando dos días antes de su estreno, por lo que no está claro si esta nueva idea brillante ha surgido de un día para otro, y en todo caso tiene poco sentido emitir un solo episodio para después poner en marcha la estrategia. Porque además, al contrario de lo que sucede en otras televisiones públicas, RTVE condiciona la presencia de la mayor parte de sus series en la plataforma RTVE Play a las emisiones lineales, algo que no tiene sentido en un mundo en que el streaming prevalece sobre la televisión tradicional. En algunos países como Finlandia, el canal público Yle estrena las producciones originales antes en su plataforma Areena, y solo las coloca en la televisión lineal dependiendo de su repercusión en streaming. Mientras que en Gran Bretaña la emisión semanal en cadenas como BBC o ITV se limita a sus canales lineales, mientras que en sus plataformas se pueden ver completas desde el día del estreno. En España, sin embargo, Operación Barrio Inglés permanece con un triste único episodio en RTVE Play a la espera de que retome sus emisiones en lineal el próximo domingo 28 de abril, con un doble episodio para compensar el desbarajuste.  

La serie ha venido acompañada por una polémica en torno a los créditos como creadores, en los que aparecen hasta ocho nombres. Una de ellas, Virginia Yagüe, actual presidenta de la entidad de Derechos de Autor DAMA, denunciaba a través de X (antes twitter) la usurpación de créditos, con la presencia de los dos productores ejecutivos, Gonzalo Crespo y Pilar Crespo: "Pilar y Gonzalo Crespo figuran en créditos como creadores de la serie Operación Barrio Inglés. ¿Diseñaron la historia, sus personajes o escribieron una coma de la serie? Adivinad la respuesta". La producción ha contado con seis guionistas repartidos en diferentes equipos que se han formado a lo largo de seis años, desde el comienzo del proyecto en 2018, y Gonzalo Crespo también ostenta el crédito como showrunner. Esta obsesión por aparecer en los títulos de crédito de las producciones audiovisuales españolas como si fueran medallas al mérito es una característica muy común en nuestro país. El sindicato de guionistas ALMA defiende que solo deben aparecer acreditados como guionistas o creadores aquellos que hayan escrito guiones, no todos los que han aportado ideas. 

Por otro lado, los Premios Platino de Cine y Series Iberoamericanos se entregaron el pasado 20 de abril con seis galardones para La sociedad de la nieve (J.A. Bayona, 2023). En el apartado de televisión fue premiada como Mejor Serie la excelente producción argentina Barrabrava (Prime Video, 2023); como Mejor Actor (Alfonso Castro) para la chilena Los mil días de Allende (RTVE Play, 2023); La Mesías (Movistar+, 2023) como Mejor Actriz (Lola Dueñas) y Mejor Actriz de reparto (Carmen Machi); como Mejor Actor de reparto (Andy Chao) por la también argentina El amor después del amor (Netflix, 2023), y Daniel Burman logró el Premio como Mejor Creador por Iosi. El espía arrepentido (Prime Video, 2022-2023).

Los siguientes comentarios se basan en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Perverso

Temporada 1 | Ficción, 8x47' | Prime Video | ★☆☆ 

Creada por Alonso Laporta | Dirigida por Gustavo Ron, Federico Untermann


Si Parot (Prime Video, 2021) era una serie olvidable, su spin-off es olvidadizo, porque no se acuerda de su precedente, construyendo una historia independiente que trata de evitar cualquier referencia a la anterior. De hecho, Onza Entertainment y Prime Video la anunciaron en noviembre del año pasado como spin-off pero posteriormente han ido eliminando las referencias a aquella serie hasta desaparecer en las últimas notas de prensa, lo cual es una forma bastante singular de desarrollar una IP (Propiedad Intelectual). Parot era una ficción de género policíaco que tomaba como elemento real la derogación en 2013 por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del carácter retroactivo de la Doctrina Parot, uno de los grandes fracasos en política antiterrorista del gobierno de Mariano Rajoy, a pesar de estar amparado por el Tribunal Supremo. Pero solo servía como una referencia que impulsaba una trama policíaca mediocre en la que Haro (Iván Massagué) era un psicópata que consiguió la excarcelación solo para diseñar una venganza contra la agente que lo metió en la cárcel. Este personaje, creado por Pilar Nadal, Alonso Laporta, Luis Murillo Arias y Luis Murillo Moreno, se convierte ahora en el protagonista de Perverso (Prime Video, 2024), pero en esta ocasión solo con Alonso Laporta y el director Gustavo Ron repitiendo en sus cometidos. En este caso, la jueza Lucía Vergara (Kira Miró) será la responsable de que Haro vuelva a la cárcel, pero éste negocia un acuerdo para ayudar en la investigación contra un psicópata, Óscar Ortiz (Jan Cornet) que secuestra a miembros de la alta sociedad, sometiéndoles a un juego de serpientes y escaleras (evidente referencia al ascenso y descenso en la sociedad), pero con la intención real de asesinarlos. 

Con un comienzo lánguido, en el que la serie trata de construir un cierto suspense mientras presenta a los personajes, en realidad hasta que no conocemos la relación que une al protagonista Haro y la abogada Mariana Urbina (Esmeralda Pimentel), cuota latinoamericana de toda serie española para atraer al mercado latino, lo que se produce en el episodio La otra vida (T1E4), no comienza una historia algo más interesante, pero sin poder evitar caer en los tópicos previsibles del policíaco sin demasiadas ambiciones, y muy en la línea de un cierto estilo que caracteriza a los thrillers españoles producidos por Amazon, como Memento mori (Prime Video, 2023) o Reina roja (Prime Video, 2024), que parecen cortados por el mismo patrón estético y narrativo. Tampoco ayuda tener a un antagonista encerrado todo el tiempo en una casa y a una estafadora que conforme avanza la serie tiene cada vez menor interés. Así que parte de este guión descuidado se apoya en una subtrama románticas aburrida y previsible, que está claramente dirigida a utilizar un personaje como comodín para una situación de tensión en futuros episodios. Pero esta olvidable historia policíaca tiene algunos elementos interesantes, como la interpretación de Iván Massagué en un registro especialmente siniestro que intenta difuminar las evidentes referencias a otros antagonistas como Hannibal Lecter, especialmente en su personalidad elitista e inteligente. Como no podía ser menos, le gusta el lujo y toca en el piano piezas de compositores clásicos como Mendelssohn, uno de esos lugares comunes que el guión no tiene el más mínimo rubor en abrazar sin contemplaciones. Parece haber una intencionalidad de convertir al personaje en una especie de IP para posibles regresos, pero para ello quizás sería necesario profundizar más y sucumbir menos a lo convencional. Por otro lado, mientras que en Parot la música compuesta por Vanessa Garde quedaba algo desdibujada, en Perverso adquiere una mayor presencia en conexión con el personaje principal, lo que permite a la compositora navarra desplegar una banda sonora de corte sinfónico que resulta muy destacable. La productora Onza Entertainment nació en 2014 de la mano de los empresarios José María Irisarri, Gonzalo Sagardía y Nicolás Bergareche, produciendo El ministerio del tiempo (RTVE, 2015-2020), y posteriormente ha puesto en marcha series como Hernán (Prime Video, 2019), Parot (Prime Video, 2021) y la malograda Operación Barrio Inglés (RTVE, 2024), además de largometrajes como Los Reyes Magos: La verdad (Víctor García León, 2022). Actualmente está desarrollando la serie Festival, una comedia creada por Marc Crehuet sobre los entresijos de un festival de música. 

Muertos S.L.

Temporada 1 | Ficción, 6x30' | Movistar+ | ★ 

Creada por Alberto Caballero, Daniel Deorador, Julián Sastre, Nando Abad

Dirigida por Laura Caballero


Hay que reconocerle a Alberto Caballero y Laura Caballero haber creado un estilo de comedia que se ha mantenido en constante éxito, hasta el punto que La que se avecina (Prime Video, 2007-), un formato pensado principalmente para la televisión lineal en duración y estructura, ha logrado adaptarse con más soltura que otras producciones a las transformaciones que ha ido sufriendo el audiovisual en la última década, estando de manera permanente entre las diez series más vistas en Prime Video, mientras que en Factoría de Ficción sigue siendo líder de audiencia, con cuatro episodios entre los programas más vistos de la TDT esta pasada Semana Santa (Fórmula TV, 30/3/2024). No resulta demasiado exagerado decir que, si en Estados Unidos Friends (HBO Max, 1994-2004) es la serie más revisitada por los espectadores, que disfrutan de episodios sueltos en reuniones familiares o de amigos, en España Aquí no hay quien viva (Prime Video, 2003-2006) y La que se avecina han conseguido ocupar un espacio parecido. También es cierto que algunos de los posteriores formatos que han creado a través de su productora Contubernio, que fundaron en 2013 tomando el nombre de la calle en la que se desarrolla su serie más longeva, se sienten como repeticiones de la misma fórmula, ya sea en un grupo de vecinos como El pueblo (Prime Video, 2013-2023) o en ese cuarteto de amigos machirulos que protagonizan Machos Alfa (Netflix, 2022-), cuyas aventuras son similares a las de algunos personajes de La que se avecina. Hasta el punto que en la segunda temporada, Luis (Fele Martínez) se parece cada vez más a Enrique Pastor (José Luis Gil) y Raúl (Raúl Tejón) es parecido a Amador (Pablo Chiapella). De manera que cuando comienza un nuevo proyecto de los hermanos Caballero está claro qué tipo humor vamos a encontrar, una especie de Matrimoniadas (Telecinco 2007-2009) inclusivo, con personajes caricaturescos. Sin embargo, hay cierta novedad en Muertos S.L. (Movistar+, 2024-) porque se alimenta de un sentido del humor negro que no suele ser tan habitual en sus series, en un formato de historias de oficina, lo que se denominan workplace comedies, que también resulta novedoso dentro de su trayectoria. 

La historia comienza con la muerte repentina de Gonzalo Torregrosa (Juan Miguel Bataller), el dueño de una funeraria que no estableció quién le sucedería en la gerencia, por lo que el director comercial Dámaso (Carlos Areces) considera que él es el sucesor natural, hasta que la viuda Nieves (Ascen López) decide ser ella misma la que se ponga en manos de la empresa, aunque nunca haya trabajado en su vida. Lo que la lleva a practicar el nepotismo con su yerno Chemi (Diego Martín) haciéndole responsable del inexistente departamento de marketing, pero que en realidad es un Caballo de Troya introducido por sus hijas, convencidas de que las nulas capacidades empresariales de Chemi serán capaces por sí solas de hundir la empresa y así poder venderla a la competencia. Mientras, Manuela (Adriana Torrebejano) está decidida a hacer públicas las prácticas de acoso del jefe difunto, tratando de conseguir la complicidad de la recepcionista Olivia (Aitziber Garmendia) y el tanatopractor Abel (Gerald B. Fillmore). En la funeraria también trabajan el conductor perezoso Nino (Salva Reina), el cremador semi-jubilado Anselmo (Manolo Cal) y el becario Morales (Roque Ruiz). La directora Laura Caballero hace referencia al uso de un estilo diferente para esta serie, incorporando recursos como "el zoom como un elemento imprescindible en la narrativa con el que enfatizamos muchas de las reacciones de los personajes que para nosotros son importantes. “Forzamos” a que la atención recaiga sobre lo que nosotros entendemos que, en ese momento provoca más comicidad". Quizás lo más fácil hubiera sido decir que han adoptado el estilo de The office (Prime Video, 2001-2003) y otras workplace comedies. La serie se beneficia de una duración de 30 minutos que ya han experimentado con fortuna en Machos Alfa y parece que se mantendrá como formato habitual de sus nuevos proyectos, y aprovecha el humor negro para introducir elementos absurdos en torno a los oficios funerarios, como cuando un amante despechado decide "enterrar" a la novia que le ha abandonado, un fallecido está demasiado obeso para adaptarse a cualquier ataúd o el último deseo de un hombre es ser enterrado vestido de payaso. Y en estas situaciones disparatadas encuentra sus mejores momentos cómicos, por mucho que se sienta más cómoda en las habituales subtramas de relaciones personales que hemos visto en otras series de los creadores. Tampoco consigue evitar caer en algunos chistes ya algo gastados como el que se refiere al lenguaje inclusivo, que formaba parte de uno de los personajes principales de El pueblo, lo que resulta algo repetitivo. La serie tiene la ventaja de que los actores se encuentran cómodos porque se han elegido sus mejores recursos, como Carlos Areces, que suele hacer muy bien este tipo de comicidad que transmite el humor a través del patetismo de su personaje. El actor tiene una curiosa relación con la muerte a través de su colección de fotografías post mortem, una práctica habitual en el siglo XIX, que mostró en el documental Mrs. Death (Silvia Ventayol, 2021). Muertos S.L. tiene tan confirmada una segunda temporada que se rodó el pasado mes de enero, antes del estreno de la serie, reafirmando la confianza de Movistar+. 

Tout cela je te le donnerai (Todo esto te daré)

Miniserie | Ficción, 6x50' | Francetv | ★ 

Adaptada por Françoise Charpiat, Pascal Fontanille | Novela de Dolores Redondo

Dirigida por Nicholas Guicheteau


Si anteriormente hemos hablado de Rivière perdue (TF1, 2024), el remake francés de La caza: Monteperdido (RTVE, 2019-2023), nos acercamos en esta ocasión a la adaptación, también francesa, de una novela de la escritora española Dolores Redondo (1969, San Sebastián), que en los últimos meses ha firmado varios acuerdos para próximas adaptaciones. Su exitosa Trilogía de Baztán (2012-2014, Ed. Destino) ya fue trasladada al cine en tres películas dirigidas por Fernando González Molina, pero recientemente la productora británica Pure Fiction anunció que también la adaptará, esta vez en formato de serie, incluyendo la precuela La cara Norte del corazón (2019, Ed. Destino). También su última novela, Esperando al diluvio (2022, Ed. Destino) será llevada al cine por la productora Zebra Producciones, mientras que Todo esto te daré (2016, Ed. Destino), que consiguió el Premio Planeta, ha sido adaptada como miniserie en Francia. Tout cela je te le donnerai (France 2, 2024) se ha mantenido con buenos niveles de audiencia a lo largo de sus emisiones en lineal desde principios de febrero en las noches de los miércoles, alcanzado un 20,4% de share, casi cuatro millones de espectadores, con sus dos episodios emitidos la primera semana, y permaneciendo siempre por encima de los tres millones, lo que no supera los 5 millones que obtuvo Riviére perdue en TF1 en diciembre, pero está en un nivel destacado. La historia mezcla los elementos comunes de las sagas familiares que tratan de mantener su legado, con una investigación que revelará secretos y mentiras. Y el trabajo de adaptación es destacable, manteniendo algunos elementos de la novela, como el nombre del protagonista, con un cambio de escenario a la Provenza francesa que aporta una tonalidad diferente pero igualmente majestuosa que la Ribiera Sacra de Galicia donde se desarrolla la novela. 

Manuel Ortigosa (David Kammenos) es un escritor de éxito que recibe la noticia de la muerte de su marido, Aymeric (Alexis Loret) en un accidente de coche. Cuando viaja a la Provenza, donde la familia terrateniente de su marido dispone de propiedades y viñedos, descubre sin embargo que Aymeric ha ocultado a su familia que era homosexual y estaba casado. Siendo el único dueño de las propiedades de la familia, su decisión de dejar en el testamento toda la herencia en manos de Manuel provoca un terremoto en las relaciones familiares, que no está dispuesta a permitir que su patrimonio recaiga en un desconocido. La Marquesa (Nicole Calfan) es una mujer fría que ni siquiera tiene aprecio por su hijos, debido a una razón que se descubre más adelante, en una familia que ha sufrido anteriormente la tragedia del suicidio de Enguerrand, hermano de Aymeric y Joffrey (Aurélien Wilk), el único que ha permanecido en la mansión familiar, quien piensa que es el legítimo heredero. Hay algunos personajes estereotipados de este tipo de sagas familiares, incluido un atractivo sacerdote llamado Lucas (Lionel Erdogan) que por supuesto tiene una relación romántica secreta, pero que juega un papel más secundario en la serie que en la novela. La adaptación resume en seis episodios una historia que resulta más interesante cuando el policía retirado Richard Saugier (Bruno Solo) tiene dudas sobre el accidente de Aymeric e intenta averiguar con la ayuda de Manuel cómo murió realmente su marido. El popular actor de comedia Bruno Solo, creador de clásicos de la televisión como Caméra Café (Calt, 2001-2007) que fue adaptado con gran éxito en España, interpreta con solvencia a un personaje complejo, que tiene algunos ramalazos homofóbicos y un pasado del que no puede sentirse orgulloso. A lo largo de la investigación, sin embargo, Manuel y Richard acaban formando un tándem adecuado que descubre el origen de la pesada carga que soporta la familia Castelmore.

La adaptación ha sido realizada por Françoise Charpiat, que ha trabajado en telenovelas como Plus belle la vie (France 3, 2002-2002) y Pascal Fontanille, uno de los responsables de Les bracelets rouges (TF1, 2018-2023), la versión francesa de Pulseras rojas (Filmin, 2011-2013) que acaba de estrenar su quinta temporada. Y consiguen elaborar una trama fluida que navega entre el típico drama de sobremesa y una mirada más contemporánea en torno a la manera en que una familia tradicional debe adaptarse a una sociedad que se sostiene menos en los privilegios de clase. Es interesante la relación de la sirvienta Hermine (Annie Gregório) con la Marquesa, sobre todo cuando sabe que no está directamente a su servicio. Mientras que la veterana actriz de 76 años Nicole Calfan, dama del teatro a la que hemos visto recientemente en Alphonse (Prime Video, 2023-), compone un personaje con tal desapego a la realidad y tan cruel en sus apreciaciones en torno a sus hijos, que acaba siendo la imagen de la decadencia de los Castelmore. Al principio no reconoce la verdad de que su hijo Aymeric se haya casado con un hombre: "Ningún miembro de la familia Castelmore se rebajaría a una relación tan repugnante", e incluso siente desprecio por su nieto Arsène (Alexander Mari-Mcsween), por haber nacido de la relación de Enguerrand con una mujer negra. Cuando su otra cuñada, Catherine (Louise Monot) le anuncia que está embarazada, comenta: "No sabes la alegría que me da tener un nieto que se parezca a nosotros", dentro de una historia de formato clásico en la que sobresalen unos personajes que comparten cierta fragilidad por el peso de su pasado. Tout cela je te le donnerai es una adaptación solvente de una novela con textura de culebrón que consigue traspasar el formato de saga familiar tradicional y que cuenta con una extraordinaria banda sonora de Erwann Kermorvant, uno de los mejores compositores de cine franceses, que transmite la desolación de unos personajes heridos emocionalmente. 

Nos vemos en otra vida

Miniserie | Ficción, 6x50' | Disney+ | ★★★ 

Creada por Daniel Sánchez-Cabezudo, Jorge Sánchez-Cabezudo

Dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo, Borja Soler


Mientras otras cinematografías suelen abordar los momentos traumáticos que se han vivido en sus países con relativa brevedad (en Francia los atentados de la sala Bataclan en 2015 han sido abordados en varias películas), la sociedad española parece más reacia a afrontar este tipo de historias, quizás porque siempre sobrevuela el fantasma de la disensión y de los extremismos ideológicos. Si bien se han realizado numerosos documentales, solo se ha tratado el atentado del 11M en la película Ilusiones rotas (Álex Quiroga, 2005), que contaba diferentes historias sobre personas que se verían afectadas por los atentados, y de manera más directa ahora en la última serie creada por los hermanos Sánchez-Cabezudo tras Crematorio (Movistar+, 2011) y La zona (Movistar+, 2017). Han pasado ya veinte años y quizás es el momento adecuado para tratar un ataque yihadista sobre el que todavía se pretenden sembrar incertidumbres respecto a la autoría, pero lo cierto es que el juicio de 2007 estableció los diferentes grados de culpabilidad. Precisamente en torno a tres fechas destacables se estructura esta serie: 2004, el año del atentado; 2007, el año en el que se celebra el macrojuicio; y 2014, cuando Gabriel Montoya salió de la cárcel después de cumplir su condena y concedió una entrevista al periodista Manuel Jabois, que convirtió en el libro Nos vemos en esta vida o en la otra (2016, Ed. Planeta), que muy astutamente se ha reeditado coincidiendo con el estreno de la serie, y en el que el periodista de El Mundo que ahora escribe en El País daba credibilidad al relato de su protagonista, quien había cambiado varias veces su declaración a lo largo del juicio, contrastándola con las actas del juicio que se había celebrado. Gabriel Montoya, al que en su barrio conocían como Baby pero los medios de comunicación apodaron El Gitanillo, fue el único menor de edad condenado en relación con los atentados, y nunca se ha arrepentido de lo que hizo, pero sí de lo que ocurrió (lo que no está claro qué significa realmente). 

A través de su historia se abunda en la idea de la banalidad del mal que había acuñado la filósofa alemana Hannah Arendt (1906, Alemania-1975, Estados Unidos), en su conocido ensayo Eichmann en Jerusalén (1963, Ed. Lumen), en el que a partir del juicio de 1961 contra los crímenes cometidos por el teniente coronel de las SS Adolf Eichmann, reflexionaba sobre la naturaleza del mal. El que ha sido descrito como uno de los mayores criminales del nazismo, no sentía remordimiento porque consideraba que había cumplido con su deber. Esa banalidad del mal está presente en la historia de este adolescente que, sin ideología concreta ni una personalidad malvada, acabó involucrado en el mayor atentado yihadista cometido en Europa. El primer episodio, Baby (T1E1) presenta al personaje en un entorno de delincuencia menor como el que se podría encontrar en cualquier ambiente de barrio obrero, hasta que conoce a Emilio Gutiérrez Trashorras (Pol López), quien le introduce en trapicheos cada vez más grandes. La interpretación de Pol López, ganador del Premio Gaudí como Mejor Actor por Suro (Mikel Gurrea, 2023) y al que hemos visto en Esto no es Suecia (RTVE Play, 2023) es sobresaliente, con capacidad para equilibrar cierta simpatía con una personalidad esquizoide que se refleja en las miradas y los gestos sin necesitar exhibirla plenamente. El director Jorge Sánchez-Cabezudo utiliza un adecuado estilo semidocumental que él mismo reconoce que bebe del cine social francés como Los miserables (Ladj Ly, 2019) y La cabeza alta (Emmanuelle Bercot, 2015), especialmente influyente dada la historia similar sobre un criminal menor de edad. La cámara captura el pulso del barrio y los menudeos de drogas alrededor de un personaje como Trashorras que parece esconder contactos más peligrosos. Mezclando las líneas temporales, también vemos a Gabriel Montoya adulto (Quim Àvila) recién salido y enfrentado a la reinserción en una sociedad que no le quiere reinsertado, hasta que el periodista Manuel Jabois (Jaime Zatarain) decide tratar de entender su historia. 

Perfectamente estructurada, Nos vemos en otra vida (Disney+, 2024) es otro éxito para los hermanos Sánchez-Cabezudo, porque consiguen mantenerse siempre al margen de interpretaciones sobre la cercanía o la empatía hacia el personaje principal. Y toman decisiones de dirección que funcionan incluso como posturas narrativas, cuando el grupo de yihadistas es siempre mostrado como un conjunto no individualizado, aunque tome cierta relevancia Jamal Ahmidan (Mourad Ouani), apodado El Chino, quien sirve como contacto con Trashorras, pero al que casi siempre vemos desde el punto de vista de Baby, al que la cámara al hombro acompaña en la primera parte de la historia, casi caminando junto a él para ir distanciéndose progresivamente conforme se implica más con los terroristas, en el espléndido episodio El corredor (T1E4) que transcurre durante una fuerte tormenta, mientras que Baby adulto es mostrado con cámara fija, ya completamente distanciada del personaje. Pero, independientemente de las consideraciones sobre la implicación en un atentado que provocó 193 muertes y muchas vidas marcadas por el trauma, la serie funciona como un thriller espléndidamente construido, manejando hábilmente el suspense y prescindiendo de los elementos innecesarios para centrarse en la historia. Hay en El silencio (T1E5) una presencia destacada de algunas víctimas durante el juicio de 2007, que son las que se encargan de describir el atentado sin que lo veamos, en otra decisión especialmente acertada y absolutamente respetuosa. Nos vemos en otra vida ha sido producida por Kubik Fims, la productora que fundaron los hermanos Sánchez-Cabezudo en 2016 y en la que a partir de 2023 se convirtió en socio mayoritario el Grupo francés Newen Studios, una compañía subsidiaria de TF1 Group, a la que también pertenecen otras productoras españolas como Grupo Zeta e Índalo y Media Producciones Audiovisuales, la productora de Juan y Medio. 

Mano de hierro

Temporada 1 | Ficción, 6x70' | Netflix | ★☆☆ 

Creada y dirigida por Lluís Quílez

Escrita por Lluís Quílez, Daniel Corpas, Arturo Ruiz Serrano, Asier Guerricaechebarria


Tras el éxito obtenido con Bajo cero (Lluís Quílez, 2021), Netflix ha proporcionado a su director todos los medios posibles para elaborar un nuevo thriller ahora con todo el tiempo disponible (la mitad de los episodios supera la hora de duración) y con carta blanca para reunir a los actores más destacados del panorama audiovisual español. De esta forma, Mano de hierro (Netflix, 2024) se plantea como un tour de force para intérpretes de alta solvencia, aunque posiblemente sea una de las producciones recientes que más desaprovecha la posibilidad de contar con un reparto tan sólido. La historia está protagonizada teóricamente por Joaquín Manchado (Eduard Fernández), aunque realmente el personaje deja de tener relevancia a partir del tercer episodio, el patriarca de una familia que controla el puerto de Barcelona, pero principalmente dirige con mano férrea (nunca mejor dicho) las actividades de narcotráfico que utilizan estas instalaciones como lugar de conexión criminal entre África y Europa. Para ello cuenta con la ayuda de su familia: su hermano Román (Sergi López), un hombre que adopta con resignación su posición en la sombra y que intenta ser el salvador de Cristina (Marta Belmonte), una prostituta de la que se ha enamorado, y su hijo Ricardo (Enric Auquer), un joven inestable que lucha por tener la posición que ha conseguido Néstor (Jaime Lorente), el yerno de Román que está casado con Rocío (Natalia de Molina). Aunque ella mantiene una relación con un nuevo componente del grupo, Víctor Julve (Chino Darín), quien en realidad es un infiltrado de la policía. 

Mano de hierro comparte con algunas series la representación de las organizaciones criminales que usan los puertos de entrada de grandes ciudades para desarrollar actividades criminales: es fácil recordar la segunda temporada de The wire (HBO Max, 2002-2008), pero también la serie Gomorra (HBO Max, 2014-2021) desarrollaba parte una de sus tramas en Barcelona y la recientemente estrenada miniserie francesa De grâce (Arte, 2023) tiene como protagonista a una familia en torno al puerto de El Havre y las redes de narcotráfico. Sin embargo, a Lluís Quílez (1978, Barcelona) parece interesarle menos enfocarse en las organizaciones criminales y su funcionamiento que en construir una historia clásica de mafias para desarrollar escenas de acción más o menos solventes, aderezadas con ciertos toques de violencia extrema al estilo de Martin Scorsese. Los personajes están constantemente al borde del desequilibrio mental, atraídos por una oscuridad que se manifiesta a veces de una manera brutal como en el caso de Ricardo, mientras la serie trata de explorar este lado tenebroso incluso introduciendo elementos de magia negra y brujería a través de los traficantes mexicanos Ariel (Raúl Briones) y Giannina (Lucía Ramírez-Pereira). Pero resultan todos los elementos tan gratuitos y plantea las situaciones de una manera tan superficial que el impacto de la violencia no se sostiene en la psicología de los personajes sino que se limita a ser una representación burda de la brutalidad, algo así como lo que también ocurre en la segunda temporada de El inmortal (Movistar+, 2022-). Si Bajocero era un thriller hábilmente dirigido pero torpemente escrito, en Mano de hierro ni siquiera es solvente un trabajo de dirección que busca el efectismo gratuito. Y la ausencia del personaje principal durante la mayor parte de la serie no hace más que reflejar la condición deslavazada de una historia que no consigue ser creíble en ningún momento. 

La Academia

Temporada 1 | Ficción, 8x45' | Prime Video | ★☆☆ 

Creada por Pablo Bartolomé, Jacobo Delgado, Laura León

Dirigida por Francesc Ollels


En la excelente comedia Soñando en negro (Filmin, 2023) se hacen muchas referencias a los micro-racismos, es decir, aquellos que pueden llegar a ser peores que las referencias racistas directas porque quienes los cometen no son conscientes de ello. El fútbol es muy característico de este doble lenguaje en el que se defienden valores de solidaridad e igualdad, y sin embargo es una institución profundamente machista e insolidaria. En la serie La Academia (3Cat/Prime Video, 2024) está presente esta característica sin que parezca ser demasiado consciente de ello. Jairo (Ton Vieira) ha llegado con su familia desde Colombia y como es habitual en los personajes latinoamericanos dentro del cine español es pobre, rebelde y machista, una representación estereotipada que parecen necesitar los guionistas para construir el conflicto principal en una serie que se mueve sin demasiado rubor entre tópicos sin tener conciencia de que en realidad está al borde de aquello que pretende denunciar. Adrián (Marc Soler) es un joven futbolista disciplinado del Apolo F.C. que sin embargo oculta su homosexualidad, un tipo de personaje que hemos visto recientemente en otra producción catalana, Jo mai mai (3Cat, 2024), como si el problema fuera la auto-aceptación en vez del aumento de las actitudes homófobas. Aunque se esfuerza por introducir el fútbol femenino de una manera equilibrada, los personajes de las futbolistas parecen espejos de los masculinos: Lara (Rita González) es la rebelde mientras que Meriem (Ebony Vidjrakou) es la deportista disciplinada. Y el conflicto que despierta la sororidad se representa utilizando un antagonista bastante tópico, el entrenador Patterson (Lukas Peros), en vez de profundizar en la concepción machista del propio sistema. En realidad, la actitud de Willy (Marc Martínez), el entrenador del equipo masculino es igual de insultante con sus jugadores, pero la serie parece considerar que los chicos están más preparados para recibir estos comentarios que las chicas, que tienen la piel muy fina. 

De forma que se produce una insurrección del equipo femenino encabezada por Lara (Rita González), un personaje que no es tan rebelde cuando necesita ineludiblemente una trama romántica que la sitúa en medio de Jairo y Adrián. No parece que la intención de La Academia, claramente inspirada en La Masia, sea la de reflexionar sobre el mundo del fútbol y la forma en que la presión puede afectar a los jugadores adolescentes, sino más bien elaborar una trama oportunista que se beneficia de la trascendencia del fútbol femenino para parecer progresista. Pero se trata de una propuesta que hace del estereotipo su principal herramienta para crear una narrativa tradicional de carácter juvenil que transcurre en un entorno futbolístico como podría hacerlo en un instituto de secundaria. De hecho, dos de las creadores, Pablo Bartolomé y Jacobo Delgado, y la veterana guionista Yolanda García Serrano vienen de escribir guiones para HIT (RTVE, 2020-). Tampoco vamos a pedirle a la producción que los partidos sean creíbles y no estén rodados como si se tratara de competiciones de futbolín, donde nadie corre y los espectadores no pasan de la docena. Pero sí hubiera necesitado algo más de desarrollo en los personajes, para que por lo menos no resulte todo tan previsible y perezoso. Desgraciadamente, esta desgana se traslada a la dirección de actores, de manera que hay un desequilibrio notable entre el nivel de interpretación de los jóvenes profesionales que ya tienen experiencia en otras series, como Marc Soler y León Martínez, y los debutantes como Ton Vieira y Rita González, que casi siempre parecen perdidos en la construcción de sus personajes. Como todo buen producto deportivo (y en la proliferación de documentales mediocres cortados por el mismo rasero que han impulsado tanto Prime Video como Netflix podemos apreciarlo), la serie también está llena de esos mensajes superficiales que caracterizan a ese negocio, aunque a veces haya algún resquicio de crítica al mercantilismo a través del personaje de Tomás (Diego Martín), el padre de Adrián, un ex-futbolista que ahora es representante de jugadores. Pero los elementos agitadores son bastante inofensivos, por mucho que se utilice a Toni (Bárbara Goenaga), la peleadora psicóloga del equipo, como una portavoz de todos los lugares comunes de la narrativa relacionada con la salud mental. Pero con un solo personaje el mensaje no resulta lo suficientemente efectivo. La Academia está producida por Brutal Media, empresa radicada en Barcelona que hace poco más de un mes anunciaba su incorporación a la red de producción de BBC Studios Global Entertainment, un conglomerado de productoras internacionales que han sido adquiridas por la televisión pública británica, y hace unos días también anunciaba la incorporación de Amparo Miralles, que ha trabajado en Secuoya, Buendía Estudios y Gestmusic Endemol, como nueva directora de ficción. 

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Películas mencionadas: 

Los miserables se puede ver en Filmin y Prime Video.
La cabeza alta se puede ver en Prime Video. 
Bajo cero se puede ver en Netflix.  


22 abril, 2024

Visions du Réel 2024 - Parte 5: Rebelarse

Aunque el festival Visions du Réel ha concluido oficialmente, continúa presentándose parte de su programación online hasta el 28 de abril, una extensión que viene siendo habitual en los festivales más avanzados, con una mirada puesta en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. De manera que aprovecharemos esta circunstancia para, como hemos hecho con CPH:DOX, seguir publicando hasta finales de mes las crónicas en torno a las películas que hemos visto en la amplia programación del festival. Los diferentes jurados han otorgado los premios de esta edición de Visions du Réel que han tenido una especial presencia de producciones suizas, no solo en la sección dedicada a la competición nacional. 

COMPETICIÓN INTERNACIONAL DE LARGOMETRAJES
Gran Premio del Jurado: The landscape and the fury, Nicole Vögele (Suiza)
Premio Especial del Jurado: Rising up the night, Nelson Makengo (R.D. Congo, Bélgica, Alemania, Burkina Faso, Qatar)
Mención Especial: My memory is full of ghosts, Anas Zawahiri (Siria)
Mención Especial: We are inside, Farah Kassem (Líbano, Qatar, Dinamarca)

BURNING LIGHTS
Premio del Jurado: A Fidai Film, Kamal Aljafari (Palestina, Alemania, Qatar, Brasil, Francia)
Premio Especial del Jurado: El repartidor está en camino, Martín Rejtman (Argentina, Portugal, Venezuela)
Mención Especial: (Revolución, cumple tu promesa) Amor rojo, Dora García (México, España, Noruega Bélgica)

COMPETICIÓN DE CORTOMETRAJES Y MEDIOMETRAJES
Premio del Jurado Mediometraje: Campus Monde, N'tifafa Y.E. Glikou (Senegal, Benin, Francia)
Premio del Jurado Cortometraje: Memories of an Unborn Sun, Marcel Mrejen (Argelia, Francia, Holanda)
Premio del Jurado Joven Mediometraje: Koka, Aliaksandr Tsymbaliuk (Polonia)
Premio del Jurado Joven Cortometraje: A Move, Elahe Esmaili (Irán, Reino Unido)

GRAND ANGLE
Premio del Público: No other land, Basel Adra, Yuval Abraham, Hamdan Ballal & Rachel Szor (Palestina, Noruega)

COMPETICIÓN NACIONAL
Premio del Jurado: Brunaupark, Felix Hergert, Dominik Zietlow (Suiza)
Premio Especial del Jurado: Valentina and the MUOSters, Francesca Scalisi (Suiza, Italia)
Mención Especial: An Ordinary Life, Alexander Kuznetsov (Francia, Suiza, Estados Unidos)
Mención Especial: Sauve qui peut, Alexe Poukine (Bélgica, Suiza, Francia)

Premio Interreligioso: Kamay, Ilyas Yourish and Shahrokh Bikaran (Afganistán, Bélgica, Alemania, Francia)
Premio Zonta a Mujeres Cineastas: Les Miennes, Samira El Mouzghibati (Bélgica, Francia)
Premio FIPRESCI: Les Miennes, Samira El Mouzghibati (Bélgica, Francia)
Premio Perception Change: Save Our Souls, Jean-Baptiste Bonnet (Francia)
Premio RTS: Après nous le feu, Chamsi Diba (Suiza) 


Les miennes

Samira El Mouzghibati

Bélgica, Francia 2024 | Burning Lights | ★☆

Visions du Réel '24: Premio FIPRESCI, Premio Zonta Mujeres Cineastas


Cuenta la directora/narradora que su madre y sus hermanas le enseñaron que "la rebeldía era sinónimo de libertad. Y que la libertad es vida". Lo que acaba siendo un resumen muy adecuado para una película que explora el vínculo familiar entre la madre y sus hijas, marcado por algunos momentos de distanciamiento como el que se produce al comienzo de la película, tras un mensaje telefónico en el que ella hace continuos reproches a su hija: "¿Así es como se comportan las mujeres de buena familia?". Narrada a partir de un encuentro familiar en el que la madre parece frustrada por no haber conseguido que sus hijas lleven una vida religiosa completa, la película traslada la falta de comunicación intergeneracional que subraya esta complicada relación materno-filial que han mantenido a lo largo de los años. "Cuando hablábamos entre nosotras, siempre nos referíamos a ella como "tu madre", como si no nos perteneciera". Pero la narración a cargo de la directora belga-marroquí Samira El Mouzghibati parte del momento en el que tuvo a su primera hija, lo que la lleva a plantearse qué tipo de relación han tenido las hijas con su madre. La menor de otras cuatro hermanas, Samira se ha sentido criada por ellas principalmente: Fatiha se casó demasiado pronto, Saïda la llevó por primera vez al cine, Karima se convirtió en una segunda madre, mientras que Kaliha es solo tres años mayor que ella. Las relaciones familiares han estado siempre más centradas en el vínculo entre las hermanas que el que hubieran deseado con su madre. Uno de los reproches principales es por qué no han conseguido nunca que la madre las defendiera y se sintiera más cercana a ellas, sobre todo cuando Fatiha, la mayor, tuvo que casarse en un matrimonio impuesto. Porque ellas son también el fruto de un matrimonio obligado por la familia de su madre, que tuvo que casarse con un primo lejano antes de que emigraran a Bélgica. Este posicionamiento en el lado menos cómplice con sus hijas ha provocado en parte esta relación que parece distante con algunas frases muy dolorosas: "Una vez dijiste que sentías que tus hijas no venían de ti". De manera que la cámara de Samira El Mouzghibati en este emocionante primer largometraje permanece cuestionando constantemente a su familia, tratando de sacar en algunos momentos especialmente íntimos cuáles son los razonamientos de su madre, que generalmente parece incapaz de explicarse: "Me pregunto por qué nunca te has puesto de parte de nosotras", inquiere la directora. 

Pero este retrato familiar, que se aleja afortunadamente de los habituales documentales que utilizan la descripción del entorno personal para explicar los acontecimientos más colectivos y políticos, revelándose como una mirada mucho más íntima, se convierte de alguna manera en un intento de utilizar la herramienta cinematográfica para encontrar respuestas y conciliar planteamientos personales. En los últimos años, los padres han permanecido en Marruecos desde que regresaron mientras que las hijas están en Bélgica y ninguno de ellos ha hecho demasiados esfuerzos por reencontrarse. El viaje que hace la directora con sus padres a la aldea del Rif en el que se criaron se convierte en una exploración de las relaciones familiares, siempre con el padre en un segundo plano, que en cierto modo establece una conexión más cercana con la madre. Como señalamos al principio, Les miennes (Samira El Mouzghibati, 2024), cuyo título internacional es el significativo (Y)Our mother, también es una película que habla sobre la liberación de estas mujeres en sus diferentes aspectos. Fatiha decidió separarse de su marido, mientras que el resto de las hermanas han tenido vidas libres que se han desarrollado principalmente en Bélgica. Y aunque el matrimonio entre sus padres parece ser al menos respetuoso entre ellos, hay una cierta sensación de liberación también en las conversaciones más cercanas, en las que a veces la madre habla susurrando, como si estuviera contando secretos inconfesables. Es un viaje emocionante sobre la desafección entre una madre y sus hijas, pero también es un relato conmovedor sobre la recuperación del vínculo maternal, el momento en el que una hija deja de utilizar la segunda persona para referirse a ella: "Cuando te miro, y miro a mis hermanas, siento nuestra fuerza. Y sé que venimos de la misma raíz". 

A Fidai Film

Kamal Aljafari

Palestina, Alemania, Qatar, Brasil, Francia 2024 | Burning Lights | ★☆

Visions du Réel '24: Premio del Jurado


El escritor Hamid Dabashi, profesor de Estudios Iraníes y Literatura Comparada en la Universidad de Columbia (Nueva York), define la obra cinematográfica de Kamal Aljafari (1972, Palestina) como un acto de "rebelión cinematográfica contra toda una historia de desposesión visual(Middle East Eye, 6/10/2023). La recuperación de imágenes de archivo que fueron saqueadas después de las intervenciones militares de Israel en los territorios palestinos forma parte de una filmografía que las utiliza para devolver la historia que ha sido arrebatada. En la película There was nothing here before (Yvann Yagchi, 2024), que también se ha podido ver en Visions du Réel, el director menciona cómo la amplia biblioteca de su bisabuelo fue saqueada y sus libros se pueden encontrar en la Biblioteca Nacional de Israel. Algunos investigadores como Samih Shabib han documentado el saqueo que sufrió el Centro de Investigación Palestino cuando el ejército israelí ( FDI) invadió Beirut en 1982. El archivo contenía fotografías y grabaciones junto a documentos históricos de Palestina, algunos de los cuales han sido recuperados en los últimos años. Utilizando estas imágenes que fueron ocultadas, el director devuelve la memoria a Palestina haciéndola pública, y deshace lo que él denomina "ocupación cinematográfica", demostrando que el acto de saqueo también es una forma de negación de la Historia. Su cine está marcado por este acto de rebeldía: en Recollection (2015), buceó en películas de ficción israelíes filmadas en Jaffa, su ciudad natal, mientras que en su proyecto artístico La cámara de los desposeídos (2023), que presentó en la 35ª Bienal de São Paulo (Brasil), mostraba en formato de instalación, una yuxtaposición de montaje y efectos que utilizaban precisamente estas imágenes procedentes de Beirut, que ahora conforman su última película, A Fidai Film (Kamal Alafari, 2024). 

El lenguaje cinematográfico del director palestino residente en Berlín es reconocible en su tratamiento de las grabaciones que aparecen en esta película. Utilizando efectos de sonido que acompañan a algunas imágenes, realiza un acto de sabotaje que consiste en manipularlas y reeditarlas para darles un significado diferente. A veces incluye las mismas secuencias pero modificando el contexto, mostrando el rescate de los vecinos de un edificio en llamas, para varios minutos más tarde regresar a las mismas imágenes pero con una locución de radio en la que el periodista David Smith, corresponsal durante 30 años para ITN/C4News, explicaba que "los coches bomba fueron una forma habitual de ataque utilizada por los israelíes y las milicias cristianas, respaldadas por Israel, contra los palestinos y los musulmanes en el Oeste de Beirut". En estas imágenes de archivo se muestran intervenciones de los soldados israelíes, con la presencia secundaria de ciudadanos palestinos, así como entrenamientos entre ruinas en el desierto del Neguev que el director Kamal Aljafari extrajo mientras estaba editando esta película para elaborar su cortometraje Paradiso XXXI, 108 (Kamal Aljafari, 2022), seleccionado en Locarno y Clermont-Ferrand. Hay testimonios escritos y hablados de supervivientes de ataques, pero también la tranquilidad de la vida rural, y en algunos momentos el director distorsiona las imágenes para crear una especie de coreografía visual. "La historia que debe ser contada" es el significativo intertítulo de unas grabaciones tomadas en un campo de refugiados enlodazado en 1971, cuyo origen proviene de archivos saqueados en la sede de la O.L.P. El regreso a Haifa se muestra a través de una cámara subjetiva que refleja una ciudad en ruinas, devastada por las bombas y los ataques, con la descripción escrita por el autor palestino Ghassân Kanafânî, asesinado junto a su sobrina por el Mossad en un atentado con coche bomba en 1972. Como en el cortometraje Balconies (2007), una meditación sobre los balcones inacabados o ruinosos de la ciudad de Ramla donde se crió, en la Palestina ocupada, Kamal Aljafari también dedica una especial atención a las edificaciones que permanecen como cicatrices de la guerra. A Fidai Film es, más allá de una significativa recuperación de la memoria palestina saqueada, un acto de rebeldía y un ejercicio de descolonización. El Festival IndieLisboa, que se celebra entre el 23 de mayo y el 2 de junio, dedica este año una retrospectiva al cineasta Kamal Aljafari.  

El repartidor está en camino

Martín Rejtman

Argentina, Portugal, Venezuela 2024 | Burning Lights | ☆☆

Visions du Réel '24: Premio Especial del Jurado


El cineasta Martín Rejtman (1961, Argentina) estrenó en la competición del pasado Festival de San Sebastián la película de ficción La práctica (2023), realizada en paralelo con un proyecto de documental que ha venido desarrollándose desde el año 2020, rodado en parte durante la pandemia del coronavirus, pero que finalmente acabará estrenándose más tarde. Precisamente fue en San Sebastián donde El repartidor está en camino (Martín Rejtman, 2024) recibió el premio Eurimages al desarrollo de coproducción, que finalmente se ha concretado en una participación de la productora portuguesa Terratreme Filmes. La película observa casi siempre desde la distancia el ir y venir de las motocicletas y bicicletas que conducen los trabajadores de reparto de comida a domicilio. Un solo plano estático hacia una calle del centro de Buenos Aires refleja el continuo paso de estos repartidores que en la época de la pandemia conocieron un incremento notable de su nivel de trabajo. Empresas multinacionales como Glovo o Uber Eats se mezclan con otras compañías más locales. En Argentina, el mercado se reparte entre PedidosYa (76%), parte del cluster international Delivery Hero fundado en Alemania, la compañía de origen colombiano Rappi (22%), y otra docena de empresas, que entregan a domicilio el 67% de los productos comprados por canales electrónicos frente al 39% antes de la pandemia, según un informe de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico correspondiente al primer semestre de 2022. Los logos conocidos de estas empresas se arremolinan creando un horizonte de colores llamativos que parecen competir por llamar la atención, alrededor de restaurantes pop-up o de centros comerciales en los que sin embargo los locales de comida continúan abiertos para seguir ofreciendo durante la noche los pedidos que se realizan a través de las aplicaciones. El delivery se ha transformado en un sistema que se basa en las aplicaciones de móvil en las que los repartidores son igual de usuarios que los clientes. Aunque el planteamiento inicial de la película era centrarse en un joven venezolano y una chica argentina, la película ha tomado finalmente un tono más general, en el que no se define un protagonista concreto y, curiosamente, no se encuentra ninguna presencia femenina. De alguna manera, el proyecto ha ido derivando hacia una representación sin apenas diálogos de la marea de repartidores que ocupan las calles, especialmente durante  la pandemia del coronavirus. 

Sin embargo, El repartidor está en camino destaca sobre todo la alta presencia de trabajadores de origen venezolano, remarcando al comienzo que en las últimas dos décadas más del 20% de la población de Venezuela emigró a otros países, y que Argentina ha recibido alrededor de 220.000 venezolanos, sugiriendo que parte de estos trabajadores han acabado diseminados por este mercado laboral del delivery. Hay algunas escenas que muestran las reuniones entre estos jóvenes venezolanos alrededor de la música o en actividades deportivas como el béisbol o el taekwondo, aunque sin ofrecer mucha información. La cámara también se detiene en los espacios que recorren los repartidores, los portales vacíos de los apartamentos o las fachadas de los edificios en las que se refleja el nivel social de los barrios. Centrándose progresivamente en un repartidor, el tercer acto nos traslada a Venezuela, concretamente a Colonia Tovar, una ciudad situada en la Cordillera de la costa venezolana, en la que vive la familia de uno esos jóvenes que trabajan en Argentina, con el que se comunican con cierta dificultad a través de una mala conexión de wifi o de una irregular línea telefónica, aunque las imágenes reflejan que no se trata de una familia con pocos recursos económicos. El repartidor está en camino, cuyo título internacional es Riders, es un documental de observación que tiene ciertas dificultades para concretar su enfoque, quizás por el hecho de ofrecer una imagen demasiado general del trabajo de estos repartidores, envueltos al comienzo de la película en los conflictos sindicales que denuncian la precariedad laboral, con los trabajadores considerados como colaboradores o socios independientes, y los repartidores como autónomos que cobran en función de las horas trabajadas, pero que no tienen derechos laborales. El regreso al centro de una ciudad que podría ser Caracas o Buenos Aires se establece a través de travellings laterales que muestran a los repartidores caminando por las calles o recorriéndolas en sus vehículos, mientras escuchamos conversaciones telefónicas con sus familias en las que hablan de sus aspiraciones de futuro más allá de un trabajo precario. En Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro dejó sin efecto en febrero una normativa que pretendía regularizar los servicios de delivery tras una reunión con las principales empresas del sector. 

Union

Brett Story, Stephen Maing

Estados Unidos 2024 | Grand Angle | ★☆

Sundance '24: Premio Especial del Jurado - Art for Change


Uno de los éxitos del Festival de Sundance ha sido esta película que reúne a dos directores que hasta la fecha habían trabajado por separado: la realizadora canadiense Brett Story, quien ganó en Hot Docs el premio al Mejor Documental Canadiense por The prison in twelve landscapes (2016), y el norteamericano Stephen Maing, que recibió un Emmy por su película Crime + Punishment (Hulu, 2018). En el comienzo del documental, que muestra la lenta aparición de un barco de carga lleno de contenedores, parece verse el estilo más poético de Brett Story, pero en general la colaboración entre ambos es singularmente efectiva, aunque provengan de dos acercamientos diferentes al género. Incluso cuando hay una representación metafórica que utiliza el lanzamiento del cohete New Shepard en 2021, en el que Jeff Bezos, propietario de Amazon, estuvo 11 minutos en el espacio, para mostrar lo distante que el empresario de sesenta años puede llegar a estar de los problemas laborales de su empresa. Porque el enfoque principal de Union (Brett Story, Stephen Maing, 2024) se centra en la lucha de un grupo de empleados y ex-empleados de Amazon en Nueva York para conseguir crear una organización sindical que garantice condiciones laborales menos coercitivas que las que se practican. En 2023, Amnistía Internacional publicó el informe No se preocupe, es solo una filial de Amazon, en el que se denunciaba la explotación de trabajadores inmigrantes en los almacenes de la compañía en Arabia Saudí, lo que ha desembocado en el reembolso de 1,9 millones de dólares procedentes de comisiones ilegítimas a 700 empleados. La organización de ALU (Amazon Labor Union) ha sido una iniciativa de Chris Smalls, que trabajaba como supervisor de empaquetado en una planta logística en Staten Island denominada JFK8, quien denunció en 2020 la falta de mascarillas de protección individual y de medidas de distancia social contra el Covid-19. Pero el mismo dia que encabezó la protesta, fue despedido por Amazon argumentando precisamente que había vulnerado los protocolos de distancia social (en 2022 el fiscal general de Nueva York ordenó a Amazon su readmisión tras una investigación que concluyó que el despido fue ilegal). 

La película muestra los primeros pasos de Chris Smalls y un grupo de trabajadores para organizarse como formación sindical pero, aunque hay algunas secuencias rodadas con cámara oculta dentro de la empresa que reflejan algunas reuniones e incluso proyecciones de videos para los trabajadores en los que Amazon arremete contra la sindicalización, el propósito de Union no es tanto el de mostrar a un enemigo corporativo sin escrúpulos, sino que se enfoca principalmente en el largo proceso que siguieron los trabajadores para conseguir el apoyo de al menos el 30% de los empleados del almacén, con el objetivo de organizarse como sindicato de manera legal. Para bien y para mal, el enfoque se limita al punto de vista de sus protagonistas, quienes incluso parecen tener ciertas dificultades para conseguir el apoyo de otros sindicatos nacionales. Cuando visitan las oficinas del Sindicato de Trabajadores de Alimentos y Comercio (UFCW), una organización que cuenta con 1,3 millones de afiliados en Estados Unidos y Canadá, no vemos la reunión pero a la salida expresan su disgusto por el trato recibido: "Nos tratan como niños, como si no supiéramos lo que estamos haciendo. Diciendo que necesitamos el respaldo de Biden. A mi me importa una mierda Biden". La sombra de la maquinaria de desprecio de la compañía se refleja cuando se hace referencia a la filtración de un memorando interno por parte de Vice News (2/4/2020) en el que David Zapolsky, consultor general de Amazon, tras una reunión con Jeff Bezos afirmaba que sería bueno empujar a los medios a enfocarse en Chris Smalls, porque era "poco inteligente y poco elocuente", de forma que la empresa podría tener una posición de ventaja. El asesor se equivocó en su asesoramiento.

El grupo de trabajadores está formado por diferentes procedencias raciales y culturales, lo que ofrece una visión muy significativa de los diferentes enfoques de sus problemas. Cuando uno de los participantes sugiere que deben realizar acciones más contundentes, aunque eso suponga ser detenidos por la policía, Natalie le dice: "Eso lo propones porque eres blanco. Si fueras negro no pondrías en peligro tu vida provocando a la policía". Y estas fracturas que surgen a lo largo de la estrategia para conseguir las firmas necesarias de los trabajadores es el elemento más interesante de la película. A lo largo de este proceso, en el que Amazon utiliza un sistema de "puertas giratorias" cuando consiguen el número de firmas necesarias, despidiendo o trasladando a los trabajadores que han firmado para poder impugnarlo, los miembros de la futura ULA se encuentran con numerosos obstáculos y algunas divergencias de criterio, aunque también tiran de inventiva, como cuando ofrecen pizzas y marihuana gratis para que los trabajadores se acerquen a estampar su firma. Aunque podría verse como una tradicional lucha de David contra Goliath, incluso algunos utilizan máscaras de Dalí como las de La casa de papel (Netflix, 2017-2021) cuando se presentan ante los medios, el documental está más interesado en reflejar las dificultades dentro de la organización sindical. Una escena significativa en la que la pequeña tienda en la que se reúnen a las afueras del almacén de Amazon está a punto de desprenderse a causa del fuerte viento (el propio Stephen Maing que estaba grabando ofrece su ayuda), refleja de qué manera el sindicalismo frente a una corporación que se basa en la explotación laboral, puede llegar a ser vulnerable. 

Brunaupark

Felix Hergert, Dominik Zietlow

Suiza 2024 | Competición Nacional | ☆☆

Visions du Réel '24: Premio del Jurado


Si antes mencionamos una lucha de David contra Goliath, la que representa la primera película de Felix Hergert (1989, Suiza) y Dominik Zietlow (1988, Suiza) refleja claramente este tipo de enfrentamiento. Brunaupark está formado por cinco complejos residenciales con 405 apartamentos en total, en un barrio situado al suroeste de Zurich, a tan solo quince minutos en tranvía de la estación central. Construidos entre 1980 y 1996, estos edificios han servido como vivienda a más de 700 personas, pero en 2019 el banco Credit Suisse, propietario del complejo residencial, enviaba una carta a más de 200 residentes comunicándoles que sus edificios iban a ser demolidos como parte de un plan de reestructuración. La idea era derribar cuatro de los edificios, perdiendo 240 apartamentos, para volver a construirlos con mayor altura y pisos de menor tamaño, convirtiéndolos en 500 viviendas con un precio de alquiler significativamente más alto. Muchos de estos vecinos se organizaron en una asociación que ha venido luchando en los tribunales desde entonces para evitar que los planes se lleven a cabo, pero la atención de los directores en su película Brunaupark (Felix Hergert, Dominik Zietlow, 2024) consiste principalmente en contrarrestar el factor humano, centrándose en algunos de los habitantes del complejo, con planos generales que muestran la estructura urbana de la zona, añadiendo la circunstancia de que está encabezada por el edificio Uetlihof, que está ocupado por oficinas de Credit Suisse, de manera que ésta se cierne como una especie de amenaza vigilante sobre los habitantes a los que quiere desalojar. Hay algunas historias particulares a lo largo de la película, que se detiene en jóvenes que aspiran a ganar dinero fácil, ancianos que se preguntan dónde irían si tuvieran que marcharse, o el dueño de Ciccio's, una pizzería que se ha visto obligada a cerrar. Algunos vecinos hablan de este local como un lugar de encuentro, una especie de refugio de los problemas cotidianos, mientras se acaba de abrir una cafetería que en cierto modo representa la uniformidad de los negocios sin personalidad. Con una estructura que parece sacada del formato televisivo de sitcom que conecta las diferentes historias humanas con el exterior del complejo residencial, la película establece una relación entre los puntos de vista que subraya la diferencia entre la humanidad, las aspiraciones y las incertidumbres, contra la frialdad de los edificios, o de los postes que indican la altura a la que se construirá el nuevo complejo. 

También se establece un contraste generacional y de estilos de habitabilidad, en un lugar en el que coexisten los propietarios de pisos, los que pagan un alquiler y los más jóvenes que han utilizado los servicios de Room State, una importante agencia de coliving que alquila habitaciones en pisos compartidos. El interior del ascensor se convierte en un lugar de encuentro entre los vecinos, mientras en una de las viviendas un adolescente tiene una perspectiva diferente a la de su padre, mirando los diseños de los nuevos edificios en el ordenador y mostrando su satisfacción frente a unas fachadas que están abrazadas por vegetación. Su padre parece asombrado de la capacidad de seducción que tiene esta imagen en su hijo: "Solo te enseñan la parte más atractiva. Si quieren construir, que se vayan a otro sitio", afirma categóricamente. Rodada entre 2020 y 2023, la película indica el crecimiento de un 12% en el precio de los alquileres que se ha producido en Zurich durante esos años, lo que refleja una problemática común no solo en Suiza sino en muchos otros países. Desde 2019, la irrupción de Fondos de inversión en el sector inmobiliario ha propiciado este tipo de planes de reconstrucción, tratando de rentabilizar los edificios mediante precios más altos y viviendas más pequeñas. Sin embargo, hay una nota de esperanza y de desesperanza al mismo tiempo. Mientras Credit Suisse se consideró uno de los bancos que mejor afrontó las sucesivas crisis económicas, en 2023 el anuncio de su principal inversor, el Banco Nacional Saudita, de que no invertiría más dinero en la entidad, provocó una crisis que finalmente ha acabado con Credit Suisse vendida, por la humillante cantidad de 3.000 millones dólares, a su rival UBS. Los vecinos de Brunaupark pueden respirar tras haber conseguido sobrevivir a la presión de un banco, pero ahora su futuro está en manos de otro.  


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Películas mencionadas: 

The prison in twelve landscapes se puede ver en dafilms.com.