En los últimos años el número de directores españoles que han cruzado el Atlántico para desarrollar su carrera cinematográfica en Hollywood ha sido notable. En parte debido a la crisis que provocó una disminución de rodajes en nuestro país, pero sobre todo por un perfil de realizadores jóvenes que en cuanto han visto la oportunidad han decidido iniciar una trayectoria en el circuito norteamericano, más motivados que otros realizadores españoles que también tuvieron la posibilidad de trabajar en Hollywood como Pedro Almodóvar o Fernando Trueba. Los resultados son dispares, pero en general la aventura americana de los directores españoles se ha desarrollado con no pocos problemas para sus protagonistas y con proyectos que no han alcanzado las expectativas que estos realizadores habían despertado. ¿Merece la pena apostar por Hollywood?
Podemos decir que la mayor parte de los directores españoles que se han trasladado a la "Meca del cine" tienen serios problemas para desarrollar proyectos más personales, si éstos no están producidos desde España. Y en general han acabado siendo directores con oficio solo aptos para proyectos de encargo o secuelas más o menos exitosas, pero que han tenido que renunciar a esa personalidad que les dio precisamente la posibilidad de llegar al cine norteamericano. Incluso directores que han logrado una visibilidad mayor como Juan Antonio Bayona acaban sometidos al síndrome de la "secuelitis". Los dos únicos proyectos en los que ha trabajado de producción plenamente norteamericana son secuelas de películas de éxito. El camino para los directores españoles en Hollywood es difícil y con resultados mediocres.
Juan Carlos Fresnadillo
El director canario pisó muy pronto la alfombra de Hollywood con la nominación al Oscar por su cortometraje Esposados (1997), y de hecho fue uno de los primeros directores que decidieron afincarse en Los Angeles para desarrollar su carrera. Antes de esto, nos ofreció una interesante muestra de thriller con su primer largometraje, Intacto (2001) y dio un paso adelante con la dirección de 28 semanas después (2007), que parecía afianzarle en el género dentro del mercado anglosajón. Pero posteriormente sus proyectos han ido cayendo en el vacío, como aquella colaboración con la productora de Steven Spielberg, Dreamworks, para un proyecto de terror, Haunted, del que finalmente fue despedido, según la productora por llevar a cabo decisiones unilaterales que causaron sobrecostes en la preproducción. Los proyectos estrenados de Juan Carlos Fresnadillo no han tenido buenos resultados, como el mediocre thriller Intruders (2011), que protagonizó Clive Owen, o la irregular serie de televisión Falling water (USA Network, 2016-), que ha tenido críticas negativas y una audiencia estable pero pequeña. Aunque se estrenó en la cadena USA Network, la renovación para una segunda temporada pasa por un acuerdo con Amazon que le permita continuar en una plataforma streaming, que busca más la estabilidad que la cantidad de espectadores.
Paco Cabezas
Precisamente la televisión parece ser uno de los refugios de los directores españoles. Es el caso del sevillano Paco Cabezas que, tras el contundente thriller cañí Carne de neón (2010), inició una carrera irregular en Hollywood con el thriller de acción Tokarev (2014), protagonizado por un Nicolas Cage en horas bajas, y la extraña comedia Mr. Right (2015), escrita por Max Landis. Posteriormente se ha embarcado en la dirección de diferentes episodios de series como la última temporada de Penny Dreadful (Showtime, 2014-2016), Dirk Gently Holistic Detective Agency (BBC America, 2016-), también escrita por Max Landis, e Into the Badlands (ABC, 2015-) en su segunda temporada. Mientras tanto, espera poner en marcha su proyecto personal Men with no fear, que no tiene fecha de producción.
J.A. Bayona
Precisamente la serie producida por Sam Mendes Penny Dreadful (Showtime, 2014-2016) fue la tarjeta de presentación de J.A. Bayona en Hollywood. Tras la buena repercusión de su película Lo imposible (2012), producción española con vocación internacional, que incluso le valió una nominación al Oscar a Naomi Watts, el director catalán ha ido desarrollando una carrera lenta pero segura, optando más por producciones nacidas en España que por embarcarse directamente en películas de Hollywood. También es cierto que su primera gran producción, la secuela de Guerra Mundial Z (2013), finalmente cayó en saco roto. El director pedía más tiempo para desarrollar el proyecto y un guión más avanzado, ya que se encontraba trabajando en su siguiente película, Un monstruo viene a verme (2016). Finalmente, llegó a un acuerdo con la productora, que pretendía estrenar la secuela este próximo verano, para cancelar su colaboración. Esto además le ha facilitado poder embarcarse en otro de los encargos que le habían ofrecido, la nueva entrega de Jurassic World (2015), que puede ser su primera película producida en Hollywood. Mientras tanto, Un monstruo viene a verme (2016), una producción española con los ojos puestos en el mercado norteamericano, no ha terminado de ser el empujón definitivo del director en Hollywood. En parte porque la distribuidora norteamericana Focus Pictures no ha confiado suficientemente en la película, primero retrasando su estreno de octubre a diciembre (lo que le quitó posibilidades de cara a alguna nominación al Oscar), y ciertamente porque al final los resultados en taquilla han estado bastante por debajo de lo que se esperaba. Mientras las predicciones le daban en el circuito norteamericano unos 10$ millones de recaudación, la cifra conseguida fue de unos escasos 3$ millones. Al final, Un monstruo viene a verme ha funcionado mejor como película española, con sus nueve Goyas, que como proyecto internacional.
Álex y David Pastor
Los hermanos Pastor se iniciaron en el largometraje con una interesante incursión en el género de terror apocalíptico en Infectados (2009), cuya buena repercusión en el mercado norteamericano les permitió ir incorporándose a los sistemas de producción de Hollywood. Antes de ello, desarrollaron otro proyecto también de ciencia ficción y terror, Los últimos días (2013), que se desarrollaba en su Barcelona natal. Como ha ocurrido en otros casos, la televisión les ha permitido introducirse en Hollywood gracias al proyecto Incorporated (Syfy, 2016-), un thriller futurista que cuenta con la producción de Pearl Street Films, la productora de Matt Damon y Ben Affleck, que recientemente vio la cancelación definitiva de su serie documental Project Greenlight (HBO, 2001-2015). La serie de los hermanos Pastor, que aún no tiene confirmada su continuidad, ha recibido críticas dispares, y aunque desarrolla una trama que funciona en su condición de thriller, parece más un pastiche de referencias fantásticas que una propuesta realmente original.
Gonzalo López Gallego
Al madrileño Gonzalo López-Gallego le ha costado incorporarse al mercado norteamericano. Aunque debutó con la espléndida El rey de la montaña (2007), después ha dirigido dos proyectos de terror con resultados mediocres, como Apollo 18 (2011) y Open grave (2013). A pesar de ello, la productora de ambas películas, Atlas Independent, también ofreció al director una nueva película de terror, Sanctuary, cuyo rodaje finalmente se ha pospuesto. En vez de ésta, la productora y el realizador estrenaron el año pasado un thriller fronterizo protagonizado por Patrick Wilson e Ian McShane, The Hollow Point (2016), que no ha podido evitar las malas críticas con un guión pobre y una trabajo de dirección tan anodino que resulta sorprendente para un director que había demostrado un buen pulso en su primer largometraje. El próximo proyecto de Gonzalo López-Gallego no tiene mejor pinta: se trata de otro thriller, Fracture, escrito por Alan B. McElroy, guionista de Halloween 4: El regreso de Mike Myers (Dwgith H. Little, 1988).
F. Javier Gutiérrez
El director cordobés que sorprendió con el interesante film apocalíptico 3 días (2008), pronto tuvo ofertas en Hollywood para diversos proyectos de género fantástico. Y no dudó en afincarse en Los Angeles, sin saber que tardaría casi diez años en estrenar un nuevo largometraje. Su trayectoria se ha desarrollado de proyecto inacabado en proyecto inacabado: primero trabajó con Wes Craven en un remake de 3 días (2008) y en una nueva versión de El sótano del miedo (Wes Craven, 1991); después desarrolló con James Wan el film de terror Demonic (Will Canon, 2015), en el que finalmente no participó; y por último dedicó más de dos años al remake de El cuervo (Alex Proyas, 1994). Pero la productora, Relativity Media, tras numerosos retrasos, decidió sustituirle por otro director, Colin Hardy, aunque F. Javier Gutiérrez sigue vinculado al proyecto como productor ejecutivo (una fórmula que utilizan las productoras para evitarse gastos). Finalmente, el realizador ha podido concluir Rings (2017), una nueva secuela de The ring (La señal) (Gore Verbinski, 2012), que no ha recibido buenas críticas en su reciente estreno.
Jaume Collet-Serra
El caso del barcelonés Jaume Collet-Serra no es exactamente el de un director que decide desarrollar su carrera en Hollywood tras conseguir repercusión en España. A los 18 años decidió establecerse en Estados Unidos sin experiencia previa en el cine, y a partir de ahí comenzó a trabajar en videoclips y spots publicitarios que poco a poco le acercaron a la industria. Hasta que el productor Joel Silver le escogió para dirigir La casa de cera (2005), una irregular incursión en el cine de terror sangriento. Aunque regresó a España para embarcarse en la coproducción europea ¡Goool 2! Viviendo el sueño (2007), su carrera se ha desarrollado sobre todo en Estados Unidos, en el género de terror como La huérfana (2009) o en el de acción junto al actor Liam Neeson, con el que ha rodado tres películas, Sin identidad (2011), Non-stop (Sin escalas) (2014) y Una noche para sobrevivir (2015), y prepara ahora The commuter (2017), todas ellas muestras artesanales de un género sin grandes riesgos. Jaume Collet-Serra es un director que ha conseguido cierto oficio para resolver sus películas con acierto comercial, aunque resultados irregulares. Su última película, Infierno azul (2016), incursión en el cine de supervivencia con tiburones, es una muestra de esa solvencia, pero al mismo tiempo de la poca trascendencia artística de sus títulos.
Rodrigo Cortés
El gallego Rodrigo Cortés ha iniciado una trayectoria de películas internacionales, pero con base en España. Películas como Buried (2010), protagonizada por Ryan Reynolds, o Luces rojas (2012), con Robert DeNiro y Sigourney Weaver, son muestras de thrillers más o menos solventes, pero que han tenido un consumo principalmente local, sin trascender especialmente al mercado anglosajón, a pesar de sus protagonistas. En este sentido, Rodrigo Cortés prefiere seguir asentado en España, pero desarrollando producciones que de alguna manera intentan encontrar un perfil hollywoodiense. También en Barcelona y Canarias se ha rodado su última película, una coproducción hispano-norteamericana en la que participa Stephenie Meyer, la guionista de la saga Crepúsculo (Catherine Hardwicke, 2008). Se trata de una historia de terror gótico basada en la novela Down on dark hall, de la escritora Lois Duncan, que protagonizan Uma Thurman e Isabelle Fuhrman.
Nacho Vigalondo
La trayectoria del cántabro Nacho Vigalondo es muy particular. Tras conseguir una nominación al Oscar con su cortometraje 7:35 de la mañana (2003) y lograr que su primer largometraje, Los cronocrímenes (2007) tuviera incluso repercusión internacional, tuvo que ver cómo su siguiente film, Extraterrestre (2011) se convirtió en un fracaso tanto de público como de crítica en España. Estuvo a punto de incorporarse a Hollywood con el proyecto Gangland, una comedia de acción que negoció con Sony, pero que finalmente cayó en saco roto. A pesar de ello consiguió poner en marcha una película con capital español pero vocación internacional, la irregular Open windows (2014), protagonizada por Elijah Wood y Sasha Grey. Y está a punto de estrenar en Estados Unidos su primer film que cuenta con producción netamente norteamericana, Colossal (2017), que tiene como principal reclamo a la actriz Anne Hathaway.
Luis Berdejo
El director nacido en San Sebastián, guionista de Rec (Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2007), dio el salto a Hollywood como director en 2009, poniendo en marcha el thriller La otra hija (2009), protagonizado por Kevin Costner, que no fue especialmente bien recibida por crítica y público. Con ciertas dificultades para levantar otros proyectos personales, dirigió a actores españoles afincados en Los Angeles como Leticia Dolera en el drama fantástico Violet (2013), que tuvo una escasa repercusión y de hecho permanece inédita en nuestro país.
Alexis Morante
El realizador algecireño tiene una productora a caballo entre su ciudad natal y Los Angeles, pero es en Estados Unidos donde principalmente se ha hecho un hueco en la producción y dirección de spots publicitarios. Allí dirigió Voltereta (2010), un cortometraje que consiguió numerosos premios en festivales internacionales. Pero su carrera está sobre todo ligada al cantante Enrique Bunbury, para el que ha dirigido algunos de sus videoclips, y el largometraje documental El camino más largo (2016), una espléndida incursión en el tour de conciertos que dio el cantante a través de los Estados Unidos. Este año estuvo nominado al Goya por el cortometraje Bla bla bla (2015), rodado en España, pero lleva tiempo intentando poner en marcha su primer largometraje de ficción en Los Angeles.