23 enero, 2008

Héroes caídos

La muerte de Heath Ledger ha conmocionado a los aficionados al cine, por su juventud pero también por sus buenas maneras como actor cada vez más completo. Hace una semana, un actor más joven. Brad Renfro, también era hallado muerto, pero pasó más desapercibido.

Brad Renfro, 25 años. Heath Ledger, 28 años. Jóvenes actores que se toparon con la fama y soportaron mal sus consecuencias. Pero no parece que ninguno decidiera quitarse la vida. En el primer caso, unos antecedentes que le conectaban directamente con el mundo de la droga (recientemente fue condenado por comprar heroína), le sitúan en el contexto más claro del famoso hundido bajo su propia popularidad, sin lograr deshacerse de la presión a la que estaba sometido. Brad Renfro fue un niño con capacidad para compartir plano con dos actores de altura como Tommy Lee Jones y Susan Sarandon en El cliente, y más tarde supo dar la réplica sin achantarse a otro actor de raza como Ian McKellen en Verano de corrupción. Lo cual, desde luego, no es moco de pavo. Pero después no supo, o no quiso, enderezar su carrera y acabó haciendo pequeños papeles en películas más o menos decentes, pero muchas de escasa trascendencia. Fue un caso claro de actor infravalorado por sí mismo. O quizás poco interesado en una carrera que al final acabó siendo, solamente, una forma de sustento. Porque muchas veces los espectadores creemos que todos los que están en la pantalla tienen la pasión por el cine que nosotros tenemos. Eso, en muchas ocasiones, es falso.

La muerte de Heath Ledger nos ha cogido más por sorpresa, porque su carrera sí que tenía un futuro prometedor, y él sí que era un actor que luchó por estar en la pantalla desde su Australia original. A pesar de producciones de gran presupuesto poco recomendables, como Destino de caballero o 10 razones para odiarte, Ledger se empeñó en tomar las riendas de su trabajo y pasarse por el forro las recomendaciones de agentes codiciosos para meterse en proyectos muchas veces de menos presupuesto y en ocasiones de resultados medianos (Ned Kelly, Candy). Curiosamente, en Candy, una película irregular y a veces insoportable, interpreta a un artista que coquetea con las drogas. Aunque todo parece indicar que la sobredosis que provocó la muerte del actor provino más de ansiolíticos que de productos ilegales. Con Brokeback mountain, consiguió uno de esos papeles que marcan la carrera de un actor, le llevó a la nominación al Oscar y le situó en un nivel de popularidad que también provocó numerosos altercados con los buitres de la prensa.

En una de sus últimas películas, I’m not there, Heath Ledger interpreta uno de los alter egos de Bob Dylan (Cate Blanchet es otro, y le ha valido una nominación al Oscar, mientras que Christian Bale y Richard Gere hacen lo propio). Sin duda, otra de esas películas (un poco larga, un poco dispersa) en las que Ledger supo construir un personaje a su medida y dio muestras de madurez.

Las vidas privadas de estos dos jóvenes convertidos en objeto de veneración también marcaron su forma de enfrentarse a la popularidad. De Brad Renfro se ha dado a conocer un hijo secreto que vive actualmente en Japón, y al que el actor estaba obsesionado en mantener alejado de la prensa. Heath Ledger se separó de su esposa Michelle Williams (compañera de trabajo en Brokeback mountain), hace unos meses, tras varios años de relación y una hija juntos. La separación parece que le afectó especialmente.

Cuando se ven los entresijos ficticios de Hollywood en clave de comedia en la serie Entourage (El séquito), uno se imagina que buena parte de lo más increíble que nos cuentan debe estar basado en la realidad. Pero la visión irónica de la jungla del famoseo se convierte en drama vital cuando en días como estos se lleva por delante a prometedoras futuras estrellas.

14 enero, 2008

Los Globos sin alfombra

Como si de una maldición se tratara, la huelga de guionistas ha perseguido a los Globos de Oro, les ha hecho perder dinero, les ha provocado un dolor de cabeza y ha ganado una de sus batallas más encarnizadas. ¿Habrá consecuencias?

Está claro que la Asociación de Críticos Extranjeros de Hollywood tenía una decisión difícil cuando los guionistas huelguistas amenazaron con liarla en la alfombra roja. Y desde luego, a pesar de la pasta que cuesta la retransmisión televisada, lo que no se podían permitir los organizadores de los Globos de Oro era perder su condición, currada con el paso del tiempo, de ser la antesala de los Oscar. O lo que es lo mismo, este año se ha puesto de manifiesto la pobre condición real de estos premios si no es porque preceden a las nominaciones de los Oscar, que se dan a conocer en unos días.

La imagen de prestigio que pudieran tener los premios de la Crítica Extranjera en Hollywood se ha desvanecido, porque si unos premios tienen que ir a la sombra de los Oscar, entonces realmente tienen poco sentido. Pero las carencias de estos galardones se han puesto de manifiesto en más de una ocasión y, a pesar de convertirse en un ensayo lujoso de lo que vendrá, su independencia también está en entredicho.

Sea como fuere, en una escueta rueda de prensa y sin ceremonia, sin alfombra roja, sin estrellas y sin fastos se leyó en la madrugada del domingo la lista de ganadores de este año, que pasará a la historia como el único que vio cómo una huelga provocó su cancelación. Pero, ¿qué pasará con los Oscar? Los guionistas están subiditos con esta victoria, y sus representantes (que también utilizan la huelga para tener una mejor posición más influyente en la industria) están dispuestos a todo. Por ahora, los organizadores de los Oscar dicen que todo va como de costumbre, y que ni se plantean renunciar a la ceremonia, así que habrá que ver si consiguen un acuerdo adecuado.

Decíamos anteriormente que Expiación. Más allá de la pasión, la solvente película de Joe Wright, tenía como ventaja-lastre el hecho de ser una producción del grupo NBC-Universal (el que retransmite la gala), y el hecho de llevarse el máximo galardón sigue incitando las sospechas de cierto partidismo, aunque también es cierto que Expiación es una de esas películas que, en la línea de El paciente inglés, tiene todos los ingredientes para ser considerada como obra merecedora del Oscar, por ejemplo.

La que no parece tener muchas aspiraciones para el Oscar es el musical de Stephen Sondheim llevado a la pantalla por Tim Burton, Sweeney Todd, pero aquí al menos ha logrado el premio como Mejor Comedia o Musical. En los apartados interpretativos han ganado los favoritos para el Oscar: Daniel Day-Lewis, nuevamente recuperado para el drama de Paul Thomas Anderson Pozos de ambición; Julie Christie, inmensa en su representación del alzheimer en Lejos de ella; y en menor medida, Johnny Depp por Sweeney Todd y la francesa Marion Cotillard, lo único realmente destacable de La vida en rosa, la pesada biografía de Edith Piaf.

Que Cate Blanchet haya ganado por incorporar a Bob Dylan en la irregular recreación biográfica del cantante dirigida por Todd Solondz en I’m not there es bastante significativo, y podría hacerle un hueco en los Oscar. Y que Javier Bardem siga recogiendo entusiasmados premios por el asesino despiadado que interpreta en la contundente, magnífica No es país para viejos (lástima que los trabajos de Tommy Lee Jones y Josh Brolin no sean también reconocidos) no es más que la confirmación de que a Bardem le va a caer su tercera nominación al Oscar. En los Globos, a la tercera lo ha conseguido. Crucemos los dedos. La película también recibió el premio al Mejor Guión, precisamente.

Los Globos de Oro sorprendieron con la concesión del premio al mejor director a Julian Schnabel por su incursión francesa en La escafandra y la mariposa, que también obtuvo el de Mejor Película Extranjera.

En el apartado musical, aunque Alberto Iglesias no consiguió el doblete español por su espléndido trabajo para Cometas en el cielo (buena adaptación de la novela original), al menos el premio fue para un Dario Marianelli que repite sonoridades de su aclamada banda sonora para Orgullo y prejuicio, pero introduciendo elementos inéditos que conforman una hermosa composición. Y la aportación de Eddie Veder a la película Into the wild, para la que ha compuesto unas cuantas canciones, ha superado a otros trabajos más completos como el de Alan Menken y Stephen Schwartz para Encantada o la hispana canción de El amor en los tiempos del cólera.

En televisión hay que destacar la victoria de la serie Mad men (Serie dramática y Actor de serie), aclamada por la crítica pero no tan bien recibida por el público, que sin duda hay que recomendar como una de las más interesantes de la temporada USA; los premios de la miniserie Longford (Miniserie, Actor y Actriz secundaria), que se sostiene sobre todo en los magníficos trabajo de Jim Broadbent y Samantha Morton; y la consolidación de David Duchovny (Actor de serie) con la serie producida por él mismo Californication, que a mí me deja frío, de Glenn Close (Actriz de serie) como malísima en Damage, y de Jeremy Piven (Actor secundario) con uno de los personajes más divertidos que hemos visto en los últimos años, gracias a la muy recomendable serie Entourage (El séquito).

03 enero, 2008

Año nuevo, canon nuevo

Entra el 2008 con más de una polémica abierta. Desde luego, todo hay que decirlo, el comienzo de este año no puede ser más movidito: desastrosas decisiones en los Goya, amenaza con boicot en los Globos de Oro y en los Oscar, y los usuarios obligados a pagar un impuesto sin sentido.


Ya veremos si Javier Bardem, tan activista él en nuestro país, se solidariza con los guionistas en huelga que amenazan con boicotear la ceremonia de los Globos de Oro (13 de enero) si a la Asociación de Críticos Extranjeros le da por retransmitir la gala por televisión e internet. Al menos muchos actores se han mostrado de acuerdo con la huelga de autores, por lo que, en el caso de finalmente haya ceremonia retransmitida y los huelguistas monten piquetes en la alfombra roja, será curioso ver qué actores y cuáles no lucen palmito, contradiciendo quizás sus propias declaraciones. A ver si van a ser todos como George Clooney, que protagoniza una película (Michael Clayton) que denuncia los tejemanejes de las grandes corporaciones, pero por otro lado es el rostro de anuncios de multinacionales denunciadas reiteradamente por sus dudosas actuaciones, como le recordaron recientemente en una rueda de prensa, con la respuesta cínica por parte del actor afirmando que tenía que ganarse la vida. ¿Habrá muchos hipócritas en los Globos de Oro?

En todo caso, siguen haciéndose apuestas de cara a los premios de la crítica extranjera, asociación por cierto que, formada por periodistas-escritores, ¿no debería apoyar la huelga de guionistas? Pero resulta que no y, abundando en las críticas que siempre se le han hecho, la HFPA (Hollywood Foreign Press Association) parece más interesada en cobrar los 6 millones de dólares que le pagará la NBC por la retransmisión de los Globos de Oro. Por cierto, ¿será casualidad que la película que mayor número de nominaciones tiene, Expiación. Más allá de la pasión, esté producida por los estudios Universal, que conforman el grupo mediático NBC-Universal?

En todo caso, la película de Joe Wright es una buena historia contada con una estructura narrativa que, sobre todo en la primera parte, resulta original y es un perfecto reflejo de su planteamiento: cada historia está contada según la perspectiva de su narrador. A mí de Atonement (Expiación), me interesan el principio y el final, y se me hace largo el capítulo de la guerra (aunque haya un plano-secuencia espectacular).

Por otro lado, no me parece que Javier Bardem destaque tanto en No es país para viejos, de los hermanos Coen. Hace de asesino de mirada fría y se lleva todo el tiempo con cara de sieso, pero la verdad es que prefiero la constante expresión de sorpresa de Josh Brolin y, por supuesto, la espléndida impavidez de Tommy Lee Jones. La película quizás no se encuentra entre las más logradas de los Coen, pero hay que decir que contiene momentos de suspense milimétrico, apoyado además por una banda sonora inexistente (en materia musical). Porque No es país para viejos es una película de silencios, que encuentra en estos su mejor sostén para construir una violenta historia de perseguidores y perseguidos.

Mientras tanto en España andamos a la greña con la categoría de Mejor Canción para los Goya. Zanjada la polémica de los cortometrajes con la Academia reculando, ahora la productora de Mataharis ha lanzado un comunicado cagándose en todo lo que se menea. ¿Querrá decir eso que este año a Luís Tosar, metido en plena polémica como autor (otra vez los autores) no le van a invitar a presentar un premio? Y si lo hace, él que es tan reivindicativo, ¿acabará montando su propio piquete?

Para quienes escriben, aunque sean chorradas como este blog, empezamos el año con cierto cabreo, como autores y como usuarios. Que si los textos de este Blog (de distribución libre y gratuita) se graban en un CD el usuario tenga que pagar un canon del que sólo la Sociedad General de Autores recibe la mayor parte, resulta sin duda un abuso. Eso de que unos cuantos ganen pasta a base de crear impuestos indiscriminados con el apoyo de un Gobierno poco informado, no deja de tener retranca. Porque, si se grabase el contenido de este blog en un CD ¿a quién irá a parar el dinero cobrado por el canon? Si a mí, como autor, alguien de la SGAE me lo puede explicar, le estaré eternamente agradecido. Siempre es bueno saber quién se compra coches gracias a mi trabajo. Las sociedades de gestión de derechos tienen poco futuro, al menos tal y como están concebidas en la actualidad. De ahí que se tengan que inventar componendas para sobrevivir a su pronta desaparición. Lástima que en esta guerra de cifras y recaudaciones sean, como siempre, los usuarios los que tengan que pagar el canon.