28 enero, 2009

Oscar 2009 - Película a película

Damos un repaso a las películas que tienen opciones para el Oscar este año, y sus posibilidades de cara a los premios de la Academia de Hollywood que se entregan el 22 de febrero.

El curioso caso de Benjamin Button, de David Fincher
13 nominaciones
No es de extrañar que esta película haya cosechado tal número de nominaciones. Tiene los ingredientes necesarios para ser película “de Oscar”. Y encima es buena. David Fincher logra desarrollar un relato corto de F. Scott Fitzgerald como una trama épica con aires melancólicos, gracias a la excelente traslación llevada a cabo por Eric Roth (recordémoslo, autor de los guiones de algunos de los títulos más importantes que se han hecho en Hollywood en los últimos años: Forrest Gump, El dilema, Ali, Munich o El buen pastor). Que Brad Pitt tiene posibilidades serias no hay quien lo dude, y así de camino se quita la espinita de ser el guaperas sin reconocimiento.
A favor: Que la cantidad de nominaciones puede ser beneficiosa.
En contra: Que la cantidad de nominaciones puede ser perjudicial.

Slumdog millionaire (El millonario), de Danny Boyle

10 nominaciones
Las ventajas de una historia de superación personal en los Oscar son claras. Danny Boyle vuelve a ser el que era gracias a este viaje iniciático rodado en la India. Y en un momento en que Hollywood busca financiación en el cine indio (quién lo diría, pero ahí están los acuerdos de Steven Spielberg para reflotar su productora con inversiones indias), darle un Oscar a una coproducción de este estilo puede suponer un espaldarazo a las relaciones con los nuevos socios. Al margen de cuestiones industriales, que también tienen un peso específico en los premios, Slumdog millionaire parte con cierta ventaja gracias al respaldo de los muchos galardones que ha ido cosechando. Si no hay grandes sorpresas, ya tiene un Oscar seguro, el de Mejor Canción, ya que apuesta dos de las tres finalistas en esta categoría, primeras nominaciones para el magnífico A.R. Rahman (junto a la Mejor Música)
A favor:
Su condición de sleeper a base de premios y reconocimientos.
En contra:
Que su trama en la India puede resultar distante para los académicos.

The dark knight, de Christopher Nolan

8 nominaciones
Aunque muchos querían, y la película se lo merecía, finalmente la segunda entrega de Batman se ha quedado con un buen número de nominaciones, pero no en las categorías principales. No debe ser éste un buen año para los personajes oscuros, y quizás ha jugado en su contra la distancia temporal desde su estreno. El gran favorito de la noche va a ser también el principal ausente, y si finalmente el Oscar como secundario recae, como es de esperar, en Heath Ledger a título póstumo, se producirá uno de esos momentos emotivos que tanto gustan a Hollywood y sus premios.
A favor: Pueden intentar resarcir su ausencia de las categorías principales con un buen número de premios.
En contra:
Suena a película ya distante en el tiempo.

Mi nombre es Harvey Milk, de Gus Van Sant
8 nominaciones

Para muchos ha sido toda una sorpresa encontrarse con este biopic algo convencional, pero efectivo, entre las más nominadas. Gus Van sant tiene buena mano para los Oscar, pero no parece que esta película vaya a suponer un espaldarazo a su regreso al Hollywood “clásico”. Eso sí, Sean Penn (espléndido otra vez), podría dar una sorpresa llevándose el Oscar de la noche.

A favor:
El entorno “gay-friendly” de Hollywood.

En contra:
Ha entrado en las nominaciones por la puerta de atrás.

Wall-e, de Andrew Stanton
6 nominaciones

Si no se lleva el Oscar a Mejor Película de Animación va a sonar como un auténtico estruendo. Por lo pronto, le han allanado el terreno nominando en esta categoría a otros dos títulos decentes pero que no le hacen sombra. Eso sí, aunque no aparezca como Mejor Película, así, sin más, como debería aparecer, es todo un récord haber logrado 6 nominaciones. La competencia, sin embargo, es dura, y Wall-e podría ser una de las grandes damnificadas del muy probable reparto de galardones. Es más, las apuestas no le otorgan una victoria tan contundente como se esperaba, y le sigue seriamente la producción de Dreamworks Kung fu panda.

A favor:
Ser una de las mejores películas de 2008.

En contra:
Ser una de las mejores películas de 2008.

Doubt, de John Patrick Shanley
5 nominaciones

Es el típico título que está en los Oscar gracias a un plantel de actores de lujo. Cuatro de sus cinco nominaciones son para sus actores (Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis), y el otro es para el guión. Ahí se consolida su condición de adaptación teatral (del propio director y guionista). La película funciona perfectamente porque se sostiene en un texto de gran calidad. Curiosa la nominación a Viola Davis que sólo aparece en un secuencia del film. Está bien, pero quizás le viene un poco grande.

A favor:
Tiene dónde elegir entre sus espléndidas interpretaciones.

En contra:
¿Demasiado academicista para la Academia?

Frost/Nixon, de Ron Howard
5 nominaciones

Otra adaptación de una obra teatral, esta vez protagonizada por los dos actores que ya la interpretaron en Broadway: Michael Sheen y Frank Langella (que se merecería sin duda un Oscar como reconocimiento a una carrera irregular pero solvente). Podría ser una de las sorpresas de la noche, sobre todo ahora que la presidencia de Estados Unidos está de moda. Pero parece más seguro que le caiga alguna pedrea o, simplemente, se quede con las manos vacías.

A favor:
Tiene la contundencia de un gran duelo de actores.

En contra:
Demasiado intelectual para los académicos.

The reader, de Stephen Daldry
5 nominaciones

Kate Winslet le arrebató el Globo de Oro a Penélope Cruz como secundaria, circunstancia que no volverá a producirse en los Oscar, entre otras cosas porque Winslet no es secundaria, sino protagonista en The reader, una de las decepciones, ya que se esperaba que optara a más categorías. Lo hubiera merecido este perfecto drama de amor y rencores que esconde escenas de lucimiento para los tres protagonistas: Winslet, Ralph Fiennes y el joven actor alemán David Kross. Atención al Oscar a Mejor Película, porque dos de los productores, ni más ni menos que Sydney Pollack y Anthony Minghella, fallecieron en 2008, y la Academia podría darles un merecido homenaje póstumo.
Por lo pronto, ya se ha hecho una excepción y, aunque los reglamentos estipulan que sólo puede aparecer el nombre de tres productores en la categoría de Mejor Película, la Academia incluirá como medida extraordinaria a cuatro nominados por esta película, debido al fallecimiento de dos de ellos.
A favor:
Que puede ser una buena excusa como homenaje póstumo.

En contra:
Su condición de drama de posguerra.

El intercambio, de Clint Eastwood
3 nominaciones

Se esperaba un mayor reconocimiento para una película de excelente factura como ésta, y es una de las grandes ausentes de las principales categorías. La gran competición este año se encuentra en la categoría de Mejor Actriz, entre Kate Winslet y Angelina Jolie (que podría hacer pleno junto a su marido, Brad Pitt). El esfuerzo está claro, y hay que reconocer que la actriz hace su intepretación más compleja, pero si la película ha quedado fuera de juego, esto puede ser una gran desventaja.

A favor:
Ser un drama perfecto dirigido por una institución como Clint Eastwood.

En contra:
Su escasa presencia en las nominaciones.

Revolutionary Road, de Sam Mendes
3 nominaciones

De ésta también se esperaba mayor representación, pero se ha tenido que conformar con nominaciones artísticas y la de mejor secundario con uno de esos personajes de escasa presencia pero gran consistencia que, si no fuera por Heath Ledger, tendría serias posibilidades. Ni el tándem DiCaprio-Winslet (los dos están magníficos, todo sea dicho), ni el oficio de su director han logrado despertar el interés de la Academia. Y eso que se trata de un drama que mantiene el tipo durante su largo metraje.

A favor:
Una historia de tintes clásicos.

En contra:
Ser un aldabonazo contra el sueño americano en tiempos de crisis.

La Duquesa, de Saul Dibb
2 nominaciones

Película de época, con Keira Knightley haciendo otra vez de amante sufridora envuelta en vestidos isabelinos, se ha colado (con merecimiento, todo sea dicho), en las categorías de vestuario y diseño artístico. Y atención, porque estas categorías son las que ofrecen mayor posibilidad a películas que, con escasa presencia, acaban acaparando las pocas opciones que tenían. La Duquesa es una de esas correctas historias que sin embargo saben a poco.

A favor:
Acapara dos de las categorías que más sorpresas suelen dar.

En contra:
Pocos se acuerdan de ella (en España aún no se ha estrenado).

Frozen river, de Courtney Hunt
2 nominaciones

Con seis nominaciones para los Independent Spirit Awards, está claro que se trata de una de las películas independientes del año, ésas que los académicos gustan de meter en los Oscar, y que se conforman con las escasas opciones con que cuentan. Frozen river es un intenso drama sobre la relación entre dos mujeres, una india mohawk y otra mujer blanca, que trata de sobrevivir junto a sus dos hijos. Magnífico el trabajo de Melissa Leo, actriz a la que sin duda el Oscar le dará un espaldarazo que no sabemos si necesita porque para 2009 tiene pendientes de estreno ¡8 películas! Y una pena que Misty Upham no sea finalista, porque en realidad es sobre estas dos actrices sobre las que se sostiene este interesante drama con el tema de la inmigración y las raíces como fondo.

A favor:
Ser una de esas propuestas independientes que tanto gustan a los Oscar.

En contra:
Ser demasiado independiente para los Oscar.

The wrestler, de Darren Aronofsky
2 nominaciones

Aronofsky ha aterrizado en la vida real después de sus incursiones en los entresijos de la mente. The wrestler es quizás su película más sencilla, pero al mismo tiempo es su mayor virtud. Ésta es una historia de perdedores contada desde la espalda de su protagonista. Para Mickey Rourke ya ha sido un renacimiento (esperemos que lo sepa rentabilizar mejor que otros) y el Oscar parece que está casi en sus manos. Aunque ha sido un actor de trayectoria mediocre, nos alegraríamos, aunque solo sea por reconocer este ejercicio de autoinmolación. La mayor sorpresa ha sido no encontrar a Bruce Springsteen de nuevo nominado en Mejor Canción aunque, la verdad, el tema compuesto e interpretado para la película suena a ya conocido. Y no olvidemos a Marisa Tomei que, podría ser (lo dicen las encuestas) quien le arrebatara el Oscar a Penélope.

A favor:
Su sencillez.

En contra:
No parece haber calado entre los miembros de la Academia.

The visitor, de Thomas McCarthy
1 nominación

Otro título independiente que se cuela en los Oscar, y eso a pesar de su temprano estreno en Estados Unidos, allá por el mes de abril de 2008. Pero es que Richard Jenkins, uno de estos veteranos de calado (le recordamos como ese gerente de gimnasio patéticamente enamorado de Frances McDormand en Quemar después de leer). En The visitor tiene esa presencia seria de hombre gris cuya vida anodina se da de bruces con la realidad de la inmigración (otra vez como tema central). La película es una hermosa pero triste lectura de un país hipócrita (como todos los países occidentales), y se merecería algo más de lo que se va a llevar.

A favor:
Reconocer por fin el trabajo de un actor de esos que hay que valorar.

En contra:
Otra visión pesimista en tiempos de crisis.

Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen
1 nominación

Que la última película de Woody Allen (una de las peores que ha hecho) tenga sólo una nominación al Oscar resulta sintomático. La ausencia del director como guionista ya es preocupante. Pero finalmente ha sido Penélope Cruz la que, a base de acaparar premios de la crítica, ha ido haciéndose el hueco que le corresponde. Todo hay que decirlo, el personaje de Penélope, aunque nos recuerde a otros que ya ha interpretado, es el único que le da chispa a la película, porque hasta que aparece ella es de una sosez aplastante. Sin la “molesta” presencia de Kate Winslet (que es quien le ha quitado los premios más importantes), las posibilidades de Penélope Cruz se multiplican (en algunas apuestas se la da por ganadora, aunque por escaso margen con respecto a Marisa Tomei (The wrestler) y Taraji P. Henson (El curioso caso de Benjamin Button)). Nota para cotillas morbosos: si ganara el Oscar, se lo entregaría Javier Bardem, que fue el ganador del premio como secundario el año pasado.
A favor: El reconocimiento de la crítica.
En contra:
Va ser sin duda la categoría más impredecible.

Waltz with Bashir, de Ari Folman
1 nominación

Se esperaba más de la presencia de esta película en los Oscar, aunque su mezcla de cine documental, animación y ficción parece haberle jugado una mala pasada. De hecho, debería haber estado entre las nominadas como Mejor Película de Animación, gracias a unas imágenes impactantes y emocionantes. Pero se conforma con ser, por el momento, la gran favorita en la categoría de films extranjeros. Y ver a un israelí que denuncia la masacre del ejército de su país en el Líbano recogiendo el Oscar da un morbo que te cagas.

A favor:
Se ha llevado todos los premios.

En contra:
Su condición de producto inclasificable.

La clase, de Laurent Cantet
1 nominación

Ésta puede ser la mayor competidora de Vals con Bashir. Su diáfana mirada a la adolescencia y la educación como un universo que refleja la sociedad que les rodea puede calar en los académicos. Y el cine francés, ya se sabe (recordemos el año pasado a Marion Cotillard) tiene mucho prestigio en Hollywood.

A favor:
Ser una película francesa.

En contra:
Ser demasiado francesa.

Okuribito (Departures), de Yojiro Takida
1 nominación

Aunque aún no la hemos visto, muchos predicen que esta producción japonesa puede ser la sorpresa de la noche. Departures es una historia emotiva sobre un anciano que regresa a su pueblo natal para dedicarse a trabajar en una funeraria. El mundo de la muerte (fundamental en la cultura oriental) tratado con emoción y ciertos rasgos de humor, es un elemento poco usual en los premios de Hollywood, pero la emotividad de la historia podría atrapar a los académicos.

A favor:
Las emociones a flor de piel.

En contra:
No parte como favorita.


19 enero, 2009

La doctrina y el shock. La crisis provocada

Uno de los títulos que provocarán mayor controversia en la próxima edición de la Berlinale es The shock doctrine, traslación de la obra de Naomi Klein que han dirigido Michael Winterbottom y Matt Whitecross. Una reflexión reveladora sobre las crisis utilizadas como instrumento para mantener el control sobre los ciudadanos.

De la obra de la periodista canadiense Naomi Klein ya hemos hablado aquí. Sus libros No logo y La doctrina del shock son estudios bien documentados sobre las ingerencias de los grandes monopolios económicos en las políticas de todo el mundo. El planteamiento en torno a cómo, al igual que la CIA utilizaba manuales de tortura y aislamiento para hacer sucumbir a sus prisioneros, los gobiernos hegemónicos (especialmente Estados Unidos) han participado en la manipulación del orden económico mundial, constituye una de las reflexiones más clarificadoras sobre la historia reciente, pero también sobre la actual crisis económica.

El documental de Winterbottom y Whitecross se centra especialmente en el intervencionismo de Estados Unidos en las dictaduras de Chile y Argentina. El terror como instrumento para provocar cambios drásticos en el planteamiento económico de toda una zona, Latinoamérica. Al igual que más tarde en Rusia, en China y también en la Sudáfrica que Nelson Mandela acabó abandonando a favor de un capitalismo suicida, han sido y son manipulados por grupos económicos que, curiosamente, están en todas partes, y que, en connivencia con un Foro Monetario Internacional podrido, manejan a su antojo la economía de buena parte del mundo.

Será difícil encontrar en este documental de los responsables de Camino a Guantánamo (otra propuesta dolorosa de la realidad) todo el conglomerado de documentos, referencias e investigaciones de Naomi Klein, y sin duda para tener una visión más completa del planteamiento de la periodista es recomendable acercarse al voluminoso libro original, pero esta película se une a un movimiento cada vez más significativo que clama por desvelar la realidad de acontecimientos que parecen aislados, pero que ciertamente están interconectados.

Como decía Antoni Domènech en la presentación de la versión en español del libro La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre: "
Naomi Klein sostiene que el "capitalismo del desastre" es un tipo de capitalismo que saca partido –y beneficios— de los desastres, o más precisamente, del shock que entre las poblaciones engendran los desastres (naturales, como el Tsunami de hace tres años en Sri Lanka, o la inundación de Nueva Orleans de hace dos; o político-sociales, come el golpe de Estado que derrocó a Allende, o la guerra de la OTAN en los Balcanes a comienzos de los 90, o la actual guerra en Irak), saca partido –y beneficios— de todo ello para lograr promover a su vez políticas ultrarradicales de shock."

El documental que presentan Michael Winterbottom y Matt Whitecross en la Berlinale, escrito y narrado por la propia Naomi Klein, es una especie de continuación del espléndido cortometraje que dirigió el año pasado Alfonso Cuarón al mismo tiempo que se editaba el libro. Imágenes para la reflexión que conviene ver cada vez que un gobierno cambia de manos, o cada vez que las empresas aprovechan la situación económica para inventarse un ERE.