Con varios días de celebración del Festival CPH:DOX, la programación de películas resulta cada vez más intensa. Para quienes no conozcan Copenhague, el episodio Melón verde (T2E4) de la segunda temporada de The Bear (Disney+, 2022-) es una buena introducción, aunque resulta algo extraño que se eligiera para formarse en repostería un país no especialmente conocido por su tradición en pasteles, mucho menos desde luego que Francia, Italia, España o incluso Japón. La sede principal del festival se sitúa en el Palacio de Charlottenborg, una gran mansión situada junto a la Plaza del Rey (Kongens Nytorv), que se construyó en el siglo XVII y desde 1754 está ocupada por la Real Academia de las Artes de Dinamarca. En su interior se encuentran dos de las salas principales donde se proyectan las películas del festival, aunque las proyecciones principales se celebran en el Gran Teatro, el cine más antiguo de la ciudad, situado tras la Plaza del Ayuntamiento. Con las calles y las tiendas ya adornadas con los Huevos de Pascua tradicionales de la Semana Santa en los países escandinavos, CPH:DOX se convierte en una de las primeras celebraciones del comienzo de la primavera, y también están a punto de comenzar las temporadas de espacios recreativos como Bakken, el parque temático más antiguo del mundo.
Los documentales nos devuelven a diferentes realidades como las que ofrecemos en nuestra segunda crónica del festival, dedicada a protagonistas que adoptan otras formas de vida, otros caminos que les llevan fuera del sistema tradicional.
Once upon a time in a forestVirpi SuutariFinlandia 2024 | Dox:Award | ★★★★☆ |
Al comienzo de la película se recuerda que Finlandia es uno de los países con mayor densidad boscosa del mundo. Los bosques de coníferas del país, junto con los de Suecia, actúan como pulmones de Europa, pero el 90% está en grave peligro de tala. A pesar de que el gobierno cuenta con una ley de protección, ésta se basa en la diversidad y la edad de los árboles, estableciendo zonas de protección cuyos límites son cada vez más difusos. Frente a la cultura tradicional que considera a la industria maderera una base de prosperidad económica del país, han surgido movimientos de jóvenes que reivindican la necesidad de proteger con medidas más contundentes los espacios naturales de Finlandia y cuestionan la sostenibilidad de una economía basada en la destrucción de los bosques. La directora Virpi Suutari (1967, Finlandia), de la que en España se ha estrenado su película anterior, Aalto (2020), recupera el enfoque hacia la naturaleza que abordaba en Garden lovers (2014) para centrarse ahora en un grupo de jóvenes activistas que se organizan en contra de la industria maderera, haciendo referencia a una tradición medioambiental que tiene momentos destacados como el Movimiento Koijärvi, que en 1979 construyó una pequeña presa junto al lago Koijärvi para evitar que se desecara por la acción de los terratenientes, lo que provocó la intervención de la policía. Algunos de los jóvenes activistas que participaron en esa acción formarían parte posteriormente de la vida política a través de la Liga Verde, y al establecer un paralelismo con sus protagonistas, la directora eleva la relevancia de sus acciones como algo mucho más trascendente que un capricho de jóvenes ociosos. Once upon a time in a forest (Virpi Suutari, 2024) se centra principalmente en Minka (28 años) e Ida (22 años), quienes se organizan para llevar a cabo diferentes acciones de protesta contra la industria maderera. Ellas han decidido vivir en el bosque en tiendas de campaña, preservando el contacto con la naturaleza boscosa, que es retratada con especial sensibilidad por el director de fotografía Teemu Liakka, que ha trabajado en documentales medioambientales como el díptico Tale of a lake (Marko Röhr, Kim Saarniluoto, 2016) y Tale of the sleeping giants (Marko Röhr, 2021).
Los momentos más poéticos son aquellos en los que estos jóvenes caminan por el bosque, se bañan en el lago o permanecen sentados en silencio, o con una etérea música de Sanna Salmenkallio, habitual colaboradora de la directora, representando una cierta melancolía de una batalla que parece perdida. Pero son momentos de calma antes de la tempestad, cuando Ida y Mina participan en acciones de protesta que son desalojadas con sorprendente amabilidad por la policía finlandesa, pero transmitiendo también una descorazonadora sensación de que no son tomados demasiado en serio, dado el escaso número de ellos que participan en las acciones más radicales, como cortar el paso a las máquinas taladoras en las duras condiciones invernales de Laponia. La película se conforma como una bucólica representación de la belleza natural de los bosques, pero también refleja una brecha generacional en la que los jóvenes son los únicos que realmente parecen pensar en el futuro. Cuando tienen reuniones con alguna empresa maderera para plantearles sus reivindicaciones se refleja el predominio masculino en los órganos directivos, pero también una falta de comunicación clara. Mientras los representantes de la industria ofrecen datos para confirmar que cumplen todas las regulaciones medioambientales, en realidad parecen sordos al auténtico mensaje que pretenden transmitir: "Entiendo que tienen buenas intenciones, pero aún así me siento aterrorizada por el futuro. Me pregunto si alguna vez han cuestionado su propio punto de vista cuando se trata de hacer cambios profundos, no solo en tratar de maximizar la producción de madera en Finlandia", dice Minka. La directora también establece encuentros de ambas protagonistas con sus abuelos, subrayando la brecha generacional que confronta la narrativa tradicional arraigada en una sociedad maderera que ni siquiera cuestiona que los bosques son irreparables a corto plazo. Con una nueva Ley de Construcción que entrará en vigor en 2025 para reducir la huella de carbono y la intención de descarbonizarse totalmente en 2035, aunque invirtiendo en energía nuclear, Finlandia parece un país especialmente comprometido con el medio ambiente, pero al mismo tiempo pone en peligro el pulmón que la sostiene. Y Once upon a time in a forest tiene al menos una mirada esperanzadora hacia una generación que intenta hacer algo para evitarlo.
ImmortalsMaja TschumiSuiza, Irak 2024 | Dox:Award | ★★★★★ |
También hay dos protagonistas jóvenes en esta película que representan a una generación que se resiste a perder un país. Tras la invasión de Irak en 2003 por parte de Estados Unidos, se estableció un sistema político y económico llamado Muhasasa que establecía una división del poder teniendo en cuenta el peso demográfico de cada grupo confesional. Pero sus detractores afirman que este sistema refuerza las divisiones etnosectarias porque define a los actores políticos a través del prisma de la identidad confesional. La Revolución de Octubre de 2017 se rebeló contra un sistema que ningún gobierno iraquí ha abandonado desde 2005, y desembocó años después en una acampada protagonizada por jóvenes iraquíes en la plaza Tahrir de Bagdad, que fue violentamente reprimida por la policía, provocando la muerte de más de 700 jóvenes y unos 23.000 heridos. Dos de los participantes en estas protestas fueron Milo y Khalili, los ejes centrales de Immortals (Maja Tschumi, 2024), en la que se refleja la continuación de una reconstrucción identitaria de un país que está protagonizada por los jóvenes. Durante las protestas de 2019, Milo se escapaba de su casa vestida con la ropa de su hermano para poder participar en ellas, pero su familia conservadora acabó encerrándola y quemando toda su documentación y su pasaporte. Ella protagoniza la primera de las tres partes en las que está dividida la película, Hidden battles (Batallas ocultas), y en la actualidad sigue vistiendo ropa de hombre porque se siente más segura y se ha convertido en parte de una identidad que le fue robada. Tratando de volver a conseguir un pasaporte, Milo, que en realidad se llama Melak Mahdi, a veces se escapa a casa de su amiga Avin, con la que tiene conversaciones sobre el futuro que les espera, aunque tienen distintas percepciones de Irak: "Yo creo que Bagdad es la ciudad más bonita del mundo. Quiero quedarme siempre aquí", dice Avin, mientras que para Milo el país es un entorno cada vez más asfixiante.
Confrontations (Enfrentamientos) utiliza muchas de las imágenes tomadas por Mohammed Al Khalili con su cámara Go-Pro durante las protestas de 2019 y otros conflictos posteriores. Siempre introduciéndose hasta el centro de las manifestaciones incluso, durante el ataque al parlamento iraquí en 2022, por parte de seguidores del clérigo chiíta Muqtada al-Sadr, que en realidad ponían de manifiesto las constantes corruptelas del sistema político de Irak. La directora Maja Tschumi (1983, Suiza) mezcla imágenes de Khalili con la actualidad, mostrando que el país sigue sumido en un caos político y económico, aunque esté menos presente en los medios de comunicación internacionales. Pero Milo y Khalili representan la resistencia a ser utilizados y engañados, en una especie de espiral en la que el tiempo parece repetirse, 2023 se refleja en 2019, las revoluciones son constantes y sus logros, como la renuncia del gobierno en noviembre de aquel año, acaban en nuevos gobernantes igualmente corruptos. Al comienzo del documental se advierte que hay escenas que han sido recreadas debido a que no se han podido captar de la realidad por el peligro que suponen para sus protagonistas, pero nunca se siente como una película donde lo ficticio sobresalga respecto a lo verdadero. La historia está rodada y editada con un sentido del suspense que mantiene una atención constante, y a veces parece detenerse el tiempo alrededor de los dos protagonistas, en un plano medio de rostros reflexivos e indecisos, que reflejan el caos que les rodea. En Decisions (Decisiones), la última parte de la película, cada uno se enfrenta a una decisión importante. Milo quiere salir de Irak, lo que provoca una fuerte discusión con Avin, en una de las escenas que han sido recreadas (ambas salieron del país). Khalil decide casarse, pero siempre se ve impulsado por la necesidad de tomar de nuevo su cámara y captar la realidad de las calles de Baghdad. Immortals se refiere a esos personajes de los videojuegos que suelen ocupar el tiempo de los jóvenes pero que en este caso se representan en las vidas cotidianas de una generación acostumbrada a la muerte, pero persistente en su rebeldía. Es una potente celebración de la resistencia y la esperanza nunca perdida de un país reconstruido.
© Kristoffer Poulsen, Christian AlsDaughter of GenghisKristoffer Juels Poulsen, Christian Als, Knud BrixDinamarca, Suecia, Francia, 2024 | F:act Award | ★★★★☆ |
Esta es una película de contrastes y a veces parece contradictoria, como su protagonista, Gerel Byamba, quien a sus 33 años ha pasado desde el activismo nacionalista en Mongolia hasta una conexión más profunda con su interior y con su faceta de madre. A lo largo de siete años, los directores han sido testigos de la transformación de ella y del propio país, marcado por una encrucijada constante en la que ha tenido que luchar con la reivindicación de una identidad propia frente al habitual intervencionismo de China y Rusia. Al explorar las raíces del nacionalismo radical surgido en Mongolia, el conocido periodista danés Knud Brix y el fotógrafo Christian Als conocieron a Gerel Byamba en 2015, cuando compaginaba su faceta como madre de Temuulen, un niño de seis años que ha crecido huérfano de un padre que falleció en un accidente minero, y su implicación en los movimientos neo-nacionalistas mongoles cuyos objetivos principales eran las multinacionales que explotan los recursos naturales del país. Al utilizar la esvástica como símbolo principal, estos grupos adoptaron comportamientos y gestos que hacían referencia a los nazis, pero Gerel reivindica la esvástica como un símbolo ancestral de Mongolia, el llamado Khas, que reflejaba el poder sagrado del Estado, relacionado con los descendientes de Gengis Kan, y que posteriormente sería apropiado por los alemanes nazis. Al tratarse de grupos predominantemente masculinos, Gerel decide formar su propia organización solo con mujeres, llamada Gerel Khas, que incluso recurría a acciones violentas para luchar contra las mafias que controlaban el trabajo sexual: "Muchas mujeres de Mongolia venden sus cuerpos en saunas", comenta ella. Algunas de estas acciones consistían en irrumpir de manera violenta en casas donde se practicaba la prostitución, para poner a sus responsables en manos de la policía.
A lo largo de estos años, Knud Brix fue nombrado director de un conocido periódico danés, por lo que abandonó el proyecto, incorporándose Kristoffer Juels Poulsen pero manteniendo el enfoque principal de la historia. La película efectivamente adopta un punto de vista que, aunque se adentra en el inframundo de una radicalización nacionalista a la que suele ser difícil acceder porque estos grupos ni siquiera se expresan a través de las redes sociales, nunca abandona la mirada más íntima hacia Gerel, de manera que se desarrolla primero como un reflejo de un movimiento nacionalista que reivindica las raíces de un pasado glorioso para centrarse en la búsqueda de una identidad propia por parte de la protagonista, en la que comienzan a surgir grietas emocionales que la separan progresivamente de las acciones más radicales para enfocarse cada vez más en su hijo Temuulen. Y acaba siendo esta conexión personal la que construye un sentido de pertenencia y de identidad propia. Daughter of Genghis (Kristoffer Juels Poulsen, Christian Als, Knud Brix, 2024) se sostiene en esta mirada íntima que elabora un viaje singular y particularmente bien narrado entre los nacionalismos y la identificación con las raíces identitarias a partir del vínculo personal. En la actualidad, China ha intensificado la represión de las actitudes críticas con su política en Mongolia. En 2022, el activista y poeta Munkhbayar Chuluundorj, que fue particularmente franco sobre el trato que recibían los habitantes de Mongolia Interior, fue arrestado y encarcelado durante diez años, acusado de "colaboración con una agencia de inteligencia extranjera". Daughter of Genghis aborda esta problemática desde un punto de vista que revela las contradicciones de su protagonista para reforzar la profundidad de sus planteamientos, en un país que lucha constantemente por un sentido de pertenencia.
A new kind of wildernessSilje Evensmo JacobsenNoruega 2024 | Highlights | ★★★★☆Festival de Sundance '24: Mejor Documental World Cinema |
El proceso de desarrollo de esta película define la naturaleza cambiante de los proyectos documentales que observan la realidad mientras ésta se puede transformar de manera especialmente drástica. La historia surge a partir de la publicación del blog Wild+free, en el que Maria Vatne, una fotógrafa noruega, describía su experiencia con sus cuatro hijos, después de decidir junto a su marido Nik, de origen británico, vivir cerca de la naturaleza en una granja, siendo autosuficientes y evitando que la educación de sus hijos se produzca dentro de las instituciones públicas, optando por la escuela en casa, lo que les permite también pasar más tiempo con ellos. La propuesta de la directora fue presentar una serie se televisión al canal público noruego NRK, que éste finalmente rechazó. Y los primeros minutos de A new kind of wilderness (Silje Evensmo Jacobsen, 2024) muestran lo que podría haber sido el documental, una especie de Captain Fantastic (Matt Ross, 2016) llevado a la realidad, hasta que aparecen fotografías de Maria que evidencian su tratamiento de un cáncer que finalmente acabó con su vida. De manera que el enfoque cambió radicalmente hacia una familia que debe sobrellevar el duelo por la ausencia, mientras Nik intenta preservar el estilo de vida que decidió tomar junto a su esposa. Lo que finalmente no es demasiado fácil ya que el principal recurso económico lo aportaba ella y la falta de ingresos de Nik le impide tomar un préstamo para mantener la granja en la que viven. La película fluye mirando siempre a su entorno a través del proceso de pérdida que experimentan los niños, al mismo tiempo que muestra las dudas de Nik sobre el planteamiento de vida que ha tomado: "¿Estoy cometiendo un error y estoy arruinando la vida de mis hijos?", se pregunta en una ocasión, dentro de esa especie de reflexiones personales en las que la directora Silje Evensmo Jacobsen (1983, Noruega) convierte hábilmente lo que podrían haber sido entrevistas tradicionales.
Pero es precisamente este carácter reflexivo el que convierte a A new kind of wilderness en una película muy conmovedora, que circula entre los rostros de los niños y las indecisiones del padre, como si la ausencia de Maria fuera también la desaparición del principal soporte existencial de la familia. Su muerte provoca, por ejemplo, que Ronja, la hija que tuvo en una relación anterior, no encuentre una razón para permanecer en la granja y se vaya a vivir con su padre biológico, donde confiesa sin embargo sentirse muy sola. De alguna manera, la película también es un vehículo para honrar la memoria de Maria, deteniéndose en los juegos asilvestrados de los niños en medio de una naturaleza tan idílica que la directora evita mostrarla en los momentos más duros, casi siempre en primavera y verano, cuando todo parece más poético. Pero destaca el enfoque en los rostros de los niños, especialmente los más pequeños. Cuando Nik se ve obligado a vender la granja, el sacrificio de una de las vacas se convierte en una especie de ritual de despedida, y la cámara se enfoca en la mirada curiosa de uno de sus hijos. Aunque acaban viviendo en una casa igualmente situada en un pequeño pueblo de Noruega, el municipio de Bø en el condado de Nordland, la escuela en casa ya no es posible porque Nik debe encontrar un trabajo. Los niños, especialmente la hermana mayor Freja, sienten rechazo hacia una escuela que en algún momento llaman "prisión". Y el hecho de que los primeros deberes que les encargan sea ver series de televisión y descargarse aplicaciones en un iPad, cuando han estado viviendo sin necesidad de pantallas durante toda su vida, indica hasta qué punto el sistema educativo institucional está infectado por la dependencia tecnológica. Casi produce pavor el momento en el que Nik se siente impotente para que sus hijos, enfocados ahora en el iPad, le hagan caso. Pero A new kind of wilderness también evita cuidadosamente plantearse como una contraposición entre la vida moderna y la experiencia más autosuficiente, y la decisión de enfocarse en esa permanente memoria de la madre/esposa ausente ofrece una mirada mucho más íntima. Quizás en este compromiso personal hay algunas decisiones que se explican solo de manera superficial, pero la película termina impregnándose de un idealismo que no es utópico, sino que es consciente de sus propias limitaciones, como escuchamos en la voz de Maria: "Cuando eliges una vida que depende tanto de ti mismo, surge una vulnerabilidad".
FavoritenRuth BeckermannAustria 2024 | Artists & Auteurs | ★★★★☆Festival de Berlín '24: Peace Film Prize |
Para los medios de comunicación austríacos, el distrito de Favoriten, en Viena, a menudo es descrito como "problemático". Situado al Sur de la ciudad, es una zona principalmente habitada por población inmigrante, procedente de Turquía y los Balcanes, que además cuenta con la escuela primaria más grande de la ciudad, aunque la directora Ruth Beckermann (1952, Austria) afirma que fue elegida para su última película porque recibieron una colaboración completa por parte de la dirección del colegio. A lo largo de tres años, entre 2020 y 2022, la reconocida realizadora ha filmado una de las clases, abarcando el periodo básico de formación de los niños antes de acceder a la escuela secundaria. A grandes rasgos, Favoriten (Ruth Beckermann, 2024) podría situarse en la misma línea que El profesor Bachmann y su clase (Maria Speth, 2021), pero en este caso la atención no se centra en la profesora Ilkay Idiskut, aunque es la única que aparece en pantalla, sino en los 25 niños y niñas, entre siete y diez años, que forman parte de un aula en la que todos provienen de familias inmigrantes procedentes de países como Chechenia, Ucrania, Rusia y sobre todo Turquía. Las notas de prensa de la película recuerdan que más del 60% de los alumnos de escuelas primarias en Viena no tiene el alemán como primer idioma. Es un tema en el que la profesora insiste especialmente. Ella es también hija de inmigrantes turcos, aunque nació en Viena, y su persistencia en conseguir que sus alumnos consigan un buen nivel de alemán indica su conocimiento de las dificultades que puede conllevar no dominarlo. Cuando los niños describen las profesiones de sus padres, que en su mayor parte solo hablan sus idiomas de origen, se muestra la brecha social: Limpiadoras, repartidores, conductores de coches de alquiler, obreros... forman un abanico de profesiones que sostienen el país desde la base.
La cámara de Johannes Hammel recorre el aula centrándose en los comportamientos de los niños, situándose casi siempre a su altura, y enfocando sus rostros mientras fuera de campo la profesora les hace preguntas o les recrimina algún conflicto surgido en clase. Después de un primer montaje de tres y horas y media, Favoriten ha quedado en algo menos de dos horas para mostrar la realidad de la escuela primaria austriaca, en la que los recortes presupuestarios provocan situaciones sorprendentes en un país del primer mundo. En la última parte de la película, Ilkay Idiskut anuncia a sus alumnos que tendrá que ausentarse porque está embarazada, pero durante varios meses espera un profesor sustituto que nunca llega. En este recorrido de tres años por la formación de unos niños que se encuentran en su etapa educativa más frágil, se introducen las problemáticas de su entorno, como la invasión de Ucrania, de la que cada uno ofrece la explicación que ha escuchado en su casa. Pero también las diferencias culturales y religiosas. Ninguno de los niños de esta clase es católico, pero realizan visitas tanto a la mezquita como a la Catedral de San Esteban, y en algún momento surge la pregunta sobre por qué a los cristianos no se les permite visitar las mezquitas. Regresando a la sección Encounters del Festival de Berlín, donde la directora ganó el premio a la Mejor Película con Mutzenbacher (Ruth Beckermann, 2022), la interacción con los niños se produce evitando las entrevistas. Al contrario, ella misma interviene para ofrecerles la oportunidad de grabarse a sí mismos, de manera que son los alumnos los que se entrevistan, ofreciendo diferentes percepciones sobre el matrimonio o sobre sus aspiraciones laborales. Es una interesante manera de implicarles en un proyecto que refleja la necesidad de encontrar un sistema educativo integrador pero que al mismo tiempo respete las raíces culturales. La directora consigue de nuevo mantener un equilibrio entre la observación y la intervención, haciendo que Favoriten refleje de una manera quizás más desesperanzada de lo que pretende, la mirada hacia un futuro incierto.
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Películas mencionadas: Aalto y El profesor Bachmann y su clase se pueden ver en Filmin.
Captain Fantastic se puede ver en Movistar+ y Prime Video.
Mutzenbacher se puede ver en dafilms.com
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