28 abril, 2012

Éxito del cine andaluz en Málaga

El Festival de Cine Español concluye hoy con una entrega de premios que reivindica el cine hecho en Andalucía como la gran sorpresas de esta edición. Si eso es el reflejo de que en Andalucía se vive un buen momento en la creación de obras cinematográficas, resulta difícil de valorar. Da más bien la impresión de un cierto espejismo que se da de bruces con la falta de interés por la cultura que demuestran los políticos (los andaluces y los de fuera de Andalucía) en esta época en la que hay que buscar réditos a base de machetazos.

Los niños salvajes, de Patricia Ferrerira, ha sido una de las películas vencedoras, ganadora entre otros de la Biznaga de Oro y del Premio al Mejor Guión. Coproducida por la joven productora sevillana Áralan Films que, daban con éste su primer paso en el largometraje de ficción tras una notable carrera en el mundo del cortometraje y el documental, Los niños salvajes tiene la virtud de retratar con cierta soltura una sociedad a la deriva (la de los tres adolescentes protagonistas, pero también la de sus padres y la de un sistema educativo puesto en entredicho). El buen trabajo de los protagonistas ha sido reconocido también con los Premios a la Mejor Actriz de Reparto, para Aïna Clotet (que interpreta a la profesora algo naïf que aún cree en una educación para todos, no solo para los más inteligentes) y Mejor Actor de Reparto, ex-aequo para Alex Monner (un chaval que ya en Héroes demostró que tiene madera de actor de los buenos). Aunque le falta algo de empuje, Los niños salvajes ha sido una de las propuestas más interesantes de una Sección Oficial bastante irregular.

La otra vencedora ha sido Carmina o revienta, el debut en la dirección del actor Paco León. Pocos dudaban que su madre, Carmina Barrios, auténtica alma del proyecto, lograría el Premio a la Mejor Actriz. Su naturalidad frente a la cámara y la inteligente puesta en escena del director y guionista la han situado como la sorpresa del festival, y posiblemente una de las sorpresas de esta temporada en el cine español. Pero Carmina o revienta, que algunos periodistas, especialmente del Norte de España, no terminan de entender, contiene al margen de su humor con tendencia al trazo grueso, un dibujo de personajes que acaban resultando entrañables. Y eso convierte en universal una historia que nació como algo personal. Al fin y al cabo, Paco León se ha formado interpretativamente hablando en la creación de monólogos y construcción de personajes con enjundia, por lo que no resulta sorprendente que funcionen con especial eficacia los monólogos que sirven de columna vertebral de la película. 

Otro premio que estaba cantado era el Premio del Público, no solo por la popularidad de su director, sino también porque es una película que atrapa con facilidad a los espectadores. Pero que le hayan otorgado un Premio Especial del Jurado (ese premio que básicamente demuestra que el jurado no ha tenido valor para darle el máximo galardón), consolida a Carmina o revienta como algo más que un simple producto de posibilidades comerciales. Valiente proyecto que Paco León ha pagado de su bolsillo (con la participación de la productora sevillana Jaleo Films) y que ahora busca distribución (entre las numerosas ofertas recibidas en Málaga, parece que la que más posibilidades tiene es la de la distribuidora Alta Films).

A los que nos ha gustado especialmente A puerta fría, de Xavi Puebla, una producción de la también sevillana Maestranza Films, nos saben a poco los premios conseguidos. Aunque éstos sean el Premio de la Crítica (que siempre es un reconocimiento especial) y el muy esperado Premio de Interpretación para un Antonio Dechent que resulta especialmente inspirado en esta película de perdedores, y que demuestra su categoría como actor hablando de tú a tú con el siempre efectivo Nick Nolte (muy bien secundados por María Valverde y José Luis García Pérez). Ya comentamos en su momento que A puerta fría contiene escenas de auténtico suspense sostenido en miradas y primeros planos, y resulta singularmente acertada en su construcción narrativa y en su trabajo de dirección sobria, efectiva y contundente. Personalmente nos hubiera gustado un reconocimiento a un guión que contiene diálogos muy acertados. 

"Miel de naranjas", de Imanol Uribe, se ha alzado con dos premios que parecían cantados, aunque no por ello merecidos. El de Mejor Director y el de Mejor Guión, para la historia escrita por la andaluza Remedios Crespo, además de una Mención Especial (este año al jurado le han faltado premios que dar, lo cual no dice mucho en favor de su criterio) a Ángela Molina por su participación en la película. El año pasado Imanol Uribe fue jurado en el Premio SGAE Manuel Alejandro que se concede en el marco del Festival de Málaga. Él fue uno de los responsables de que "Miel de naranjas" consiguiera el galardón de la SGAE, y finalmente fue también el encargado de dirigir esta historia de mirada tradicional a la Guerra Civil, rodada en Jerez de la Frontera, que adquirió Alta Films. Ahora, el resultado parece haber sido reconocido, aunque la distribuidora ha decidido situar el estreno ya en el mes de junio (estaba previsto para mediados de mayo), lo cual no jugará en favor de su repercusión en taquilla. 

La presencia andaluza también se ha visto reconocida con el Premio ASECAN Ópera Primera a Ali, de Paco R. Baños, y el éxito cosechado en la Sección Zonazine, con Premios a la Mejor Película y Mejor Director para 12+1. Una comedia metafísica, de Chiqui Carabante, y los de Mejor Actor para Alfonso Sánchez (no se entiende que no se haya reconocido ex-aequo el trabajo de Alberto López) y Premio del Público para El mundo es nuestro, de Alfonso Sánchez.

El Festival de Cine Español de Málaga ha demostrado este año la buena posición de ese "nuevo cine andaluz" que viene sugiendo en los últimos años con éxitos destacados (ahí está la nominación al Goya del documental 30 años de oscuridad, de Manuel H. Martín, que se estrena el jueves 3 de mayo en Canal +), y que buscan a través de presupuestos más ajustados y de formas diferentes de distribución esas vías de escape hacia el ninguneo de las instituciones públicas. Veremos si para el año próximo hay suficiente cosecha para afianzar este movimiento. 

En cuanto al festival en sí, azotado este año por una cierta desorganización que ha provocado situaciones absurdas y cambios de última hora en el acceso a las salas, habría que pedir algo de interés por convertirse en un encuentro accesible, no un coto cerrado. Entre otras cosasm porque en los próximos saldrán a los medios los responsables del festival y del ayuntamiento y nos anunciarán que hemos sido muchos los acreditados y ha aumentado notablemente el número de espectadores. Para unas cosas somos prescindibles, pero para otras formamos parte del márketing. Es lo que tiene pretender ser algo más que lo que se es.


Jhonny Gary Martínez Tapia (Enviado especial)

26 abril, 2012

Festival de Cine Español de Málaga. Día 4

Jornada extraña en el festival. No solo porque se nota una considerable ausencia de nombres conocidos que den a los alrededores del Teatro Cervantes esa animación de espectadores ávidos de caras populares que se vio el fin de semana, sino porque el día ha resultado tibio y cansino. Da la impresión de que si el festival hubiera durado tres días no hubiera pasado nada, porque ni siquiera en las calles se nota una presencia importante de la muestra. Se anuncia para la nueva jornada la visita de algún rostro televisivo, y quizás eso anime un poco estos días desangelados.

La anécdota del día ha sido el parón que sufrió la película Los niños salvajes en el pase de prensa matinal. Una de esas circunstancias que no desea ninguna productora en su puesta de largo. Tampoco ningún festival. Enseguida surgen los cronistas bocazas que acusan a la productora de no chequear la copia, al festival de no comprobar lo que se les envía. Uno que ha estado metido de lleno en la programación de festivales, sabe que muchas veces las copias llegan con escaso margen para ser chequeadas correctamente. No siempre hay tiempo para detectar un posible fallo de desincronía. El año pasado en el Sevilla Festival de Cine se interrumpió la proyección de la película de inauguración. Hace unos días también tuvo que interrumpirse al principio la proyección de una película en el Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián. Quienes asisten con frecuencia a festivales de cine deberían saber que estas cosas ocurren y que no siempre hay una explicación más allá del fallo técnico. Curiosamente, esos mismos son los que critican con más dureza este tipo de situaciones.

Otra cosa es que se den explicaciones adecuadas a tiempo. El festival no ha reaccionado mal, aunque enviar una nota de prensa quitándose de encima todo tipo de responsabilidades me ha parecido de mal gusto.

Los niños salvajes es la última película de Patricia Ferreira, una directora que consigue a veces buenos productos y otras cae en el sopor más absoluto. Este último film tiene a tres adolescentes como protagonistas que muestran su desarraigo con la vida que sus padres y sus profesores les están marcando. Bien interpretada, asentada sobre una trama de suspense en la que se juega con la información que se le aporta al espectador, la película se desnivela por el ritmo y la excesiva dilatación de la historia, lo que no juega a su favor. Hay grandes virtudes, algunos momentos de especial química y veracidad en la relación de estos tres adolescentes. Pero también una cierta tibieza en sus resultados.

Casi tan tibia como el homenaje que le ha dedicado el festival al director Cesc Gay. Con ausencia de actores y actrices con los que ha desarrollado su interesante carrera, Con una presentación sosa por parte del festival, el homenaje a Cesc Gay ha pasado sin pena ni gloria. Quizás también porque es un director que no forma parte de estas industria algo onanista que es en la que parece estar interesado este festival.


Jhonny Gary Martínez Tapia/Miguel A. Reina

25 abril, 2012

Festival de Cine Español de Málaga. Día 3


El festival parece querer arreglar los entuertos de las primeras jornadas. Parece claro que pretender ser un festival de altura no implica decisiones de estrategia organizativa que no tienen mucho sentido. Hoy, en una rueda de prensa tan multitudinaria como la de la película Carmina o revienta han surgido también algunas carencias, no obstante. Por ejemplo, que al no estar preparados para acoger ruedas de prensa con tanta expectación al final la culpa acabe recayendo en los periodistas que llenan la sala. Un festival debería agradecer que se llenen sus ruedas de prensa, no quejarse porque haya tantos acreditados. Por supuesto, a la hora de hacer balance de la edición, estos acreditados no molestan tanto, y pasamos a formar parte de la promoción del festival. Aunque en la hostelería de la zona cercana al Teatro Cervantes se nos quejen de que este año se nota una menor presencia del festival, y un menor apoyo por parte de las instituciones. Ciertamente, si el primer fin de semana parecía que el Festival de Málaga conservaba su tirón mediático, a partir del lunes se ha notado una notable ausencia de repercusión. Lo cual no es positivo para un festival que busca en su resonancia en medios su principal baza para la supervivencia.

Entre las películas presentadas a concurso, Carmina o revienta ha sido una de las sorpresas. No porque se esperara menos del debut en la dirección del mediático Paco León, sino porque consigue construir un perfil de personajes que resultan entrañables. A Carmina o revienta se le puede achacar cierta tendencia al trazo grueso en su pretensión humorística, pero esconde un poso de madurez narrativa que la hacn trascender el simple divertimento. En su condición de falso documental que no lo es tanto, la película nos descubre a un personaje maravilloso que, a pesar de ciertas exageraciones, tiene los pies en suelo. Una de esas madres luchadoras que, como decía su director en la rueda de prensa, va más allá del supuesto arquetipo andaluz. El principal valor de Carmina o revienta está en que Paco León ha hecho lo que ha querido, que le ha salido bien y que encima resulta efectivo entre los espectadores. A una película no se le puede pedir más.

Hoy nos hemos amanecido con la noticia de que José Luis Cienfuegos, director del Festival de Gijón expulsado de una patada por el gobierno municipal de derechas, ha sido elegido como el próximo director del Festival de Sevilla. Buena elección, aunque el gabinete de prensa del Ayuntamiento no haya podido confirmar la noticia porque "estamos en Feria".. Pues menos pescaíto y más trabajo, habría que pedirle a los responsables de prensa locales. Esperemos que Cienfuegos pueda organizar un buen festival con las migajas que le ha dejado el ayuntamiento.


Jhonny Gary Martínez Tapia

22 abril, 2012

Festival de Cine Español de Málaga. día 2

El segundo día del festival ha demostrado dos cosas: 1. Que estamos ante el festival de la crisis, antes generoso con el cine español y ahora rácano hasta el absurdo; Y 2. Que la nota prefominante es la organización desorganizada, con circunstscias tan absurdas como que la prensa acreditada sea la que tenga más problemas para asistir a los sarcásticamente denominados "pases de prensa". Hoy se han dado ejemplos tan absurdos como que un acreditado dejn medio de comunicación extranjero ha tenido que pedir una entrada al equipo de una de las películas presentadas en pase "de prensa" porque por las vías oficiales del festival no le ha sido posible conseguirla. Algunos habituales acreditados del festival no entienden esta desorganización, pero lo cierto es que hay un empeño en querer ademejarae a grandes muestras cinematográficas sin el talento organizativo de aquellas.

En la parte puramente cinematográfica, hoy hemos asistido a una de las películas que tienen serias posibilidades de llevarse premios en esta edición del festival. A puerta fría es un drama inteligentemente escrito que se sostiene sobre el trabajo de Antonio Dechent, un vendedor que ahoga su trayectoria profesional y personal cuesta abajo en sorbos de whisky. Personaje casi podríamos decir que escrito para Dechent, que nos recuerda a aquella magnífica interpreta ión en Smoking room. Y bien secundado por José Luis García Pérez y María Valverde, e incluso por un Nick Nolte cuya presencia, lejos de la posible estrategia comercial, está plenamente justificado y rentabilizado des el punto de vista narrativo. Hay en algunas escenas más tensión entre las miradas de los personajes que en muchos ejercicios vacíos que hemos visto aquí.

También hemos asistido hoy a una emocionante proyección del documental 30 años de oscuridad ante la familia de Manuel Cortés y Juliana Moreno. Us familiares han vidto por primera vez el trabajo de Manuel H. Martín nominado al Goya, cerca de donde Cortés estuvo escondido durante 30 años y en la capital a la que Juliana se trasladaba diariamente para tratar de mantener a una familia sin patriarca. La nieta de ambos ha murmurado un sincero y emocionado "Gracias". Su empeño por mantener viva la memoria de sus abuelos ha dado sus frutos enun documental que se estrena el 3 de mayo en Canal +.

Festival de Cine Español de Málaga. Día 1


Día de inauguración del 15 Festival de Málaga. Una edición que acoge, más que nunca, producciones andaluzas o con participación andaluza: A puerta fría, Ali, Los niños salvajes, El mundo es nuestro, Carmina o revienta, 30 años de oscuridad... Niñerío a las puertas del Teatro Cervantes para otorgar condición de estrellas a actores y actrices. Pero, como se preguntaba acertadamente Gonzalo Suárez, uno de los miembros del jurado, en la ceremonia de inauguración, lo que hay que saber es si esas/os fans histriónicos van al cine realmente. Mucho nos tememos que no.

Día 1 caluroso en la calle y un poco gélido en las salas. No por la escasa presencia de público, sino por la falta de empatía que transmitió la ceremonia, a pesar del esfuerzo de los, parece que un poco improvisados presentadores, Ana Fernández y Francis Lorenzo. Entre coreografías retro y actuaciones estelares, la cosa anduvo flojita, mientras buena parte de las caras conocidas veían el partido de fútbol en una carpa cercana.

Tampoco The Pelayos, la película de inauguración, termina de transmitir esa diversión que el director Eduard Cortés gusta de describir como reflejo del rodaje. Que se lo pasaran bien haciendo la película no significa que la historia acabe empatizando de la misma manera. Se nota que hay una intención clara de reproducir los mejores aciertos de películas de casinos, pero a pesar de cierta tendencia a la construcción de juegos de ritmos, el conjunto transmite sensación de cansancio y hastío a la media hora de comenzar. Y eso que los actores parecen creérselo, excepto quizás Eduard Fernández, que incorpora a un antagonista chusco mal construido desde el guión. The Pelayos basada en la conocida historia de Gonzalo García Pelayo y sus hijos, que lograron crear una metodología para desbancar legalmente las ruletas de los casinos más importantes del mundo, termina cayendo en la misma rutina que el método que describe (del que s nivel narrativo tampoco se le podía sacar mucho partido). Pero resulta sorprendente que la película trate de construirse sobre subtramas sin interés que no solo no alimentan la historia principal sino que la ralentizan y le quitan efectismo.