Nuestro repaso a las bandas sonoras más destacadas editadas en los primeros meses de 2019 se detiene en una segunda entrega en la que seguimos ofreciendo un ramillete de interesantes trabajos musicales para el cine y la televisión. Esta es nuestra lista de bandas sonoras que consiguen resultados más que satisfactorios en su acoplamiento con las historias que las sostienen.
RTI 1 / 3 / 2019
Esta versión italiana de la película Truman (Cesc Gay, 2015) es quizás una de las más acertadas de los remakes internacionales que se han hecho de ella. Domani è un altro giorno (Simone Spada, 2019) mantiene el tema principal de la amistad como elemento fundamental de la trama y es lo suficientemente fiel a la versión original como para equilibrar las escasas novedades que incluye el guión. La música también mantiene una cierta cohesión con Truman. La banda sonora original de Nico Cota para la película de Cesc Gay utilizaba la guitarra como instrumento solista para elaborar una intimista composición que ahondaba en la relación de amistad de la pareja protagonista. Y aquí el compositor Maurizio Filardo diversifica el uso de instrumentaciones con piano y guitarra, pero con ésta aún en primer plano, para elaborar una sencilla creación desde el punto de vista melódico, pero dotada de una gran sensibilidad. Como en aquélla también, los elementos jazzísticos están muy presentes y de hecho el tema principal, "Un amico per sempre", tiene esa sonoridad de jazz que cumple perfectamente su función de descripción de la amistad. La banda sonora contiene también composiciones más elaboradas, como ese "Kakao" que juega con percusiones de sonoridad latina, e incorpora para el personaje de Truman, el perro que acompaña a los dos protagonistas, un tema estrictamente jazzístico, con instrumentaciones de viento. Es, sin duda, una banda sonora que desarrolla con acierto algunas de las ideas que ya estaban presentes en la película original.
Esta versión italiana de la película Truman (Cesc Gay, 2015) es quizás una de las más acertadas de los remakes internacionales que se han hecho de ella. Domani è un altro giorno (Simone Spada, 2019) mantiene el tema principal de la amistad como elemento fundamental de la trama y es lo suficientemente fiel a la versión original como para equilibrar las escasas novedades que incluye el guión. La música también mantiene una cierta cohesión con Truman. La banda sonora original de Nico Cota para la película de Cesc Gay utilizaba la guitarra como instrumento solista para elaborar una intimista composición que ahondaba en la relación de amistad de la pareja protagonista. Y aquí el compositor Maurizio Filardo diversifica el uso de instrumentaciones con piano y guitarra, pero con ésta aún en primer plano, para elaborar una sencilla creación desde el punto de vista melódico, pero dotada de una gran sensibilidad. Como en aquélla también, los elementos jazzísticos están muy presentes y de hecho el tema principal, "Un amico per sempre", tiene esa sonoridad de jazz que cumple perfectamente su función de descripción de la amistad. La banda sonora contiene también composiciones más elaboradas, como ese "Kakao" que juega con percusiones de sonoridad latina, e incorpora para el personaje de Truman, el perro que acompaña a los dos protagonistas, un tema estrictamente jazzístico, con instrumentaciones de viento. Es, sin duda, una banda sonora que desarrolla con acierto algunas de las ideas que ya estaban presentes en la película original.
Gaumont 1 / 3 / 2019
Esta película francesa de misterio con toques de humor, estrenada solo en su país de origen, tiene entre sus principales virtudes un guión inteligente, una actuación espléndida del gran Fabrice Luchini como un crítico literario pedante y una banda sonora especialmente lograda del compositor Laurent Pérez del Mar, que ya colaboró con el director en la cinta de animación Zarafa (Rémi Bezançon, Jean-Christophe Lie, 2012). El tema principal, de constante presencia a lo largo de toda la banda sonora, es a la vez dinámico y enigmático, uno de los grandes aciertos de este trabajo musical, que está especialmente bien desarrollado en el tema "Le dénouement". Pero destaca sobre, en composiciones en las que predominan los instrumentos de cuerda, la utilización de otros instrumentos que no son habituales en este tipo de trabajos, como las percusiones, que aportan un cierto tono irónico a una historia que tiene también elements humorísticos. Laurent Pérez del Mar se divierte al final de la banda sonora creando una serie de variaciones del tema principal que interpreta al piano, en el magnífico "C'est mystérieux (Variations autour du théme d'Henri Pick)".
Esta película francesa de misterio con toques de humor, estrenada solo en su país de origen, tiene entre sus principales virtudes un guión inteligente, una actuación espléndida del gran Fabrice Luchini como un crítico literario pedante y una banda sonora especialmente lograda del compositor Laurent Pérez del Mar, que ya colaboró con el director en la cinta de animación Zarafa (Rémi Bezançon, Jean-Christophe Lie, 2012). El tema principal, de constante presencia a lo largo de toda la banda sonora, es a la vez dinámico y enigmático, uno de los grandes aciertos de este trabajo musical, que está especialmente bien desarrollado en el tema "Le dénouement". Pero destaca sobre, en composiciones en las que predominan los instrumentos de cuerda, la utilización de otros instrumentos que no son habituales en este tipo de trabajos, como las percusiones, que aportan un cierto tono irónico a una historia que tiene también elements humorísticos. Laurent Pérez del Mar se divierte al final de la banda sonora creando una serie de variaciones del tema principal que interpreta al piano, en el magnífico "C'est mystérieux (Variations autour du théme d'Henri Pick)".
Fox Music 1 / 3 / 2019
Este drama romántico-bélico que en España se estrena con el título El día que vendrá (James Kent, 2019) cuenta con una sobria banda sonora compuesta por el británico Martin Phipps, interesante compositor que ha destacado especialmente en televisión con su trabajo en series como Wallander (BBC, 2008-2016) o Peaky Blinders (BBC, 2013-). Aquí desarrolla un logrado repertorio de música para cuerdas que es al mismo tiempo romántica pero contiene también esas dosis de misterio que acompaña a esta historia de amor triangular que se desarrolla durante la 2ª Guerra Mundial. El tema principal sobre el que se vertebra buena parte de la banda sonora es ascético y tiene casi sonoridades religiosas ("Strange people"), mientras que hay cierta luminosidad en el leitmotiv que acompaña a la protagonista ("Rachael"), interpretada por Keira Nightley. Martin Phipps abandona en algunos momentos la severidad de los instrumentos de cuerda para desarrollar algunos pasajes en cierta manera meditativos, como en el piano que interpreta el tema "The attic". En general, se trata de una banda sonora sobria pero perfecta en su profundidad psicológica.
Este drama romántico-bélico que en España se estrena con el título El día que vendrá (James Kent, 2019) cuenta con una sobria banda sonora compuesta por el británico Martin Phipps, interesante compositor que ha destacado especialmente en televisión con su trabajo en series como Wallander (BBC, 2008-2016) o Peaky Blinders (BBC, 2013-). Aquí desarrolla un logrado repertorio de música para cuerdas que es al mismo tiempo romántica pero contiene también esas dosis de misterio que acompaña a esta historia de amor triangular que se desarrolla durante la 2ª Guerra Mundial. El tema principal sobre el que se vertebra buena parte de la banda sonora es ascético y tiene casi sonoridades religiosas ("Strange people"), mientras que hay cierta luminosidad en el leitmotiv que acompaña a la protagonista ("Rachael"), interpretada por Keira Nightley. Martin Phipps abandona en algunos momentos la severidad de los instrumentos de cuerda para desarrollar algunos pasajes en cierta manera meditativos, como en el piano que interpreta el tema "The attic". En general, se trata de una banda sonora sobria pero perfecta en su profundidad psicológica.
Gizeh Records 15 / 3 / 2019
El primer album del dúo de música electrónica formado por los franceses Mathieu Gabry y Christine Ott, que fue colaboradora durante mucho tiempo de Yann Tiersen, es también su primera banda sonora, para la película tailandesa Manta Ray (Phuttiphong Aroonpheng, 2018), presente en los festivales de Venecia y San Sebastián el año pasado. La película del director debutante es una mirada poética a la relación de amistad entre un joven pescador y un extranjero que se supone viene huyendo de la persecución que sufren los rohingya, minoría musulmana, en Myammar. Las sonoridades electrónicas, ambientales de Snowdrops aportan una dimensión especialmente intensa a la película, con ramificaciones de cierta oscuridad, como en "The mangrove", y la utilización de sonidos naturales y voces solistas en temas tan surrealistas como "Breath / Storm #2". En medio de estas sonoridades hipnóticas de una banda sonora que en nada pretende ser melódica, encontramos algunos momentos especialmente hermosos como ese canto "Hot springs" que interpreta la cantante Rasmee Isan Soul, y también esa sugerente de una relación amorosa entre los protagonistas a ritmo de esa etérea luminosidad electrónica que encontramos en "Weird dance".
El primer album del dúo de música electrónica formado por los franceses Mathieu Gabry y Christine Ott, que fue colaboradora durante mucho tiempo de Yann Tiersen, es también su primera banda sonora, para la película tailandesa Manta Ray (Phuttiphong Aroonpheng, 2018), presente en los festivales de Venecia y San Sebastián el año pasado. La película del director debutante es una mirada poética a la relación de amistad entre un joven pescador y un extranjero que se supone viene huyendo de la persecución que sufren los rohingya, minoría musulmana, en Myammar. Las sonoridades electrónicas, ambientales de Snowdrops aportan una dimensión especialmente intensa a la película, con ramificaciones de cierta oscuridad, como en "The mangrove", y la utilización de sonidos naturales y voces solistas en temas tan surrealistas como "Breath / Storm #2". En medio de estas sonoridades hipnóticas de una banda sonora que en nada pretende ser melódica, encontramos algunos momentos especialmente hermosos como ese canto "Hot springs" que interpreta la cantante Rasmee Isan Soul, y también esa sugerente de una relación amorosa entre los protagonistas a ritmo de esa etérea luminosidad electrónica que encontramos en "Weird dance".
Filmtrax 15 / 3 / 2019
El responsable de la banda sonora de este thriller en torno al mundo digital es el compositor belga Yves Gourmeur, cuyo trabajo en el cine y la televisión se inició hace tan solo unos años, tras una carrera como profesor de música en el Real Conservatorio de Mons (Bélgica) y como compositor de música autónoma. El año pasado publicó dos trabajos interesantes: Méprises (Bernard Declercq, 2018) y este The Hummingbird project (Kim Nguyen, 2018) que sin duda es su obra más sólida hasta el momento. La banda sonora comienza con un "Main Theme" que contiene la esencia del género en el que se desarrolla la historia, con el uso de los instrumentos de cuerda en contraposición con los vientos, que construye una contundente intro, seria y vigorosa. El uso de los pizzicatos en "Eve's call", siempre estableciendo un diálogo con los instrumentos de viento, es también una excelente muestra del trabajo de Yves Gourmeur, que va desarrollando progresivamente una banda sonora cada vez más oscura. Entre los momentos más atractivos de esta composición se encuentra el tema "DNA", un Bonus track que funciona a golpe de jazz y que parece sacado de historias más livianas como Operación U.N.C.L.E. (Guy Ritchie, 2015), sólo para desembocar en el melancólico pasaje "Relaxing", espléndido uso de una melodía serena y al mismo tiempo enigmática.
El responsable de la banda sonora de este thriller en torno al mundo digital es el compositor belga Yves Gourmeur, cuyo trabajo en el cine y la televisión se inició hace tan solo unos años, tras una carrera como profesor de música en el Real Conservatorio de Mons (Bélgica) y como compositor de música autónoma. El año pasado publicó dos trabajos interesantes: Méprises (Bernard Declercq, 2018) y este The Hummingbird project (Kim Nguyen, 2018) que sin duda es su obra más sólida hasta el momento. La banda sonora comienza con un "Main Theme" que contiene la esencia del género en el que se desarrolla la historia, con el uso de los instrumentos de cuerda en contraposición con los vientos, que construye una contundente intro, seria y vigorosa. El uso de los pizzicatos en "Eve's call", siempre estableciendo un diálogo con los instrumentos de viento, es también una excelente muestra del trabajo de Yves Gourmeur, que va desarrollando progresivamente una banda sonora cada vez más oscura. Entre los momentos más atractivos de esta composición se encuentra el tema "DNA", un Bonus track que funciona a golpe de jazz y que parece sacado de historias más livianas como Operación U.N.C.L.E. (Guy Ritchie, 2015), sólo para desembocar en el melancólico pasaje "Relaxing", espléndido uso de una melodía serena y al mismo tiempo enigmática.
Back Lot Music 15 / 3 / 2019
Esta película producida por Robert Redford se presentó en el pasado Festival de Sundance y se basa en un programa real de rehabilitación de presos a través de la doma de caballos. El australiano Jed Kurzel, alejado aquí de sus trabajos más ambiciosos, firma una banda sonora corta (tan solo 20 minutos) e intimista, en la que utiliza una pequeña sección de cuerdas y algunos elementos electrónicos para recrear esta historia de vindicación personal. Destacan especialmente los temas que están dedicados al caballo, que son los más dinámicos, especialmente el que abre la banda sonora, "Horse run", intenso gracias a la utilización de un violín solista que desgarra fuerza, o el hermoso "Horse", también con los violines como protagonistas, pero incorporando en este caso el sonido del banjo como vinculación entre hombre y animal. En contraposición, para el protagonista ("Henry") Jed Kurzel introduce elementos más distorsionados y menos melódicos, introduciendo algunos sonidos electrónicos, mientras que para la relación entre el caballo mustang y el presidiario, el diálogo entre los violines y el banjo ("The encounter") funciona como una excelente fusión entre dos fuerzas contrapuestas pero al mismo tiempo complementarias.
Esta película producida por Robert Redford se presentó en el pasado Festival de Sundance y se basa en un programa real de rehabilitación de presos a través de la doma de caballos. El australiano Jed Kurzel, alejado aquí de sus trabajos más ambiciosos, firma una banda sonora corta (tan solo 20 minutos) e intimista, en la que utiliza una pequeña sección de cuerdas y algunos elementos electrónicos para recrear esta historia de vindicación personal. Destacan especialmente los temas que están dedicados al caballo, que son los más dinámicos, especialmente el que abre la banda sonora, "Horse run", intenso gracias a la utilización de un violín solista que desgarra fuerza, o el hermoso "Horse", también con los violines como protagonistas, pero incorporando en este caso el sonido del banjo como vinculación entre hombre y animal. En contraposición, para el protagonista ("Henry") Jed Kurzel introduce elementos más distorsionados y menos melódicos, introduciendo algunos sonidos electrónicos, mientras que para la relación entre el caballo mustang y el presidiario, el diálogo entre los violines y el banjo ("The encounter") funciona como una excelente fusión entre dos fuerzas contrapuestas pero al mismo tiempo complementarias.
Back Lot Music 15 / 3 / 2019
Tras su trabajo en la película Déjame salir (Jordan Peele, 2017), el compositor vuelve a colaborar con el director en esta otra reflexión en torno a la sociedad maquillado como una película de terror con referencias a la cultura literaria y fantasmagórica alemana. El planteamiento aquí sigue algunas pautas ya marcadas en la anterior colaboración, pero en este caso resulta aún más certera su incursión en el terreno del horror cercano. La banda sonora comienza con un tema principal, "Anthem", que es casi como un canto de preparación para la batalla, una introducción con voces corales infantiles (reflejo de la dicotomía entre la inocencia que también puede resultar amanazadora), acompañada por percusiones que en cierta manera nos recuerda a sonoridades africanas, aunque la intención del compositor era la de recrear una banda sonora sin referencias culturales. De ahí el hecho de que las voces solistas se expresan en un lenguaje inventado. Michael Abels consigue crear suspense mezclando instrumentos de cuerda con sonidos electrónicos que funcionan especialmente bien en temas como "Pas de Deux", una suerte de representación ya más concreta de la amenaza que suponen estos cuerpos dobles. Posiblemente estamos ante una de las bandas sonoras más escalofriantes del año, que maneja con acierto el uso de los instrumentos de cuerda y de los coros, especialmente en temas como "Human", donde el canto resulta más melancólico y por ello también más aterrador.
Tras su trabajo en la película Déjame salir (Jordan Peele, 2017), el compositor vuelve a colaborar con el director en esta otra reflexión en torno a la sociedad maquillado como una película de terror con referencias a la cultura literaria y fantasmagórica alemana. El planteamiento aquí sigue algunas pautas ya marcadas en la anterior colaboración, pero en este caso resulta aún más certera su incursión en el terreno del horror cercano. La banda sonora comienza con un tema principal, "Anthem", que es casi como un canto de preparación para la batalla, una introducción con voces corales infantiles (reflejo de la dicotomía entre la inocencia que también puede resultar amanazadora), acompañada por percusiones que en cierta manera nos recuerda a sonoridades africanas, aunque la intención del compositor era la de recrear una banda sonora sin referencias culturales. De ahí el hecho de que las voces solistas se expresan en un lenguaje inventado. Michael Abels consigue crear suspense mezclando instrumentos de cuerda con sonidos electrónicos que funcionan especialmente bien en temas como "Pas de Deux", una suerte de representación ya más concreta de la amenaza que suponen estos cuerpos dobles. Posiblemente estamos ante una de las bandas sonoras más escalofriantes del año, que maneja con acierto el uso de los instrumentos de cuerda y de los coros, especialmente en temas como "Human", donde el canto resulta más melancólico y por ello también más aterrador.
Soundgram Records 17 / 3 / 2019
Het verhoor (El interrogatorio) (Mark Weistra, 2018) es una producción holandesa rodada en blanco y negro que tiene como elemento principal la investigación de una serie de asesinatos a jóvenes. La película se centra básicamente en ese juego de preguntas y respuestas entre el investigador y los posibles sospechosos, y se trata de un proyecto independiente realizado con poco presupuesto que se inspira en las tramas policíacas norteamericanas de los años setenta, especialmente las películas de Sidney Lumet. Uno de los elementos más interesantes es el trabajo musical del compositor holandés Johan van der Voet, veterano creador de bandas sonoras, especialmente en el mundo de la televisión, para canales como BBC o National Geographic. Es en la música en la que se apoya buena parte del suspense que plantea la película, en un trabajo dramático e intenso que en algunos momentos introduce frases temáticas repetitivas ("De getuige") pero que al mismo tiempo crean suspense. El compositor también utiliza como instrumentos principales el piano y una voz solista con base electrónica que aportan cierto aire enigmático. La presencia de la música en la película es casi constante, lo que permite a Johan van der Voet desarrollar temas largos que subrayan la angustia del interrogatorio ("Het verhoor").
Het verhoor (El interrogatorio) (Mark Weistra, 2018) es una producción holandesa rodada en blanco y negro que tiene como elemento principal la investigación de una serie de asesinatos a jóvenes. La película se centra básicamente en ese juego de preguntas y respuestas entre el investigador y los posibles sospechosos, y se trata de un proyecto independiente realizado con poco presupuesto que se inspira en las tramas policíacas norteamericanas de los años setenta, especialmente las películas de Sidney Lumet. Uno de los elementos más interesantes es el trabajo musical del compositor holandés Johan van der Voet, veterano creador de bandas sonoras, especialmente en el mundo de la televisión, para canales como BBC o National Geographic. Es en la música en la que se apoya buena parte del suspense que plantea la película, en un trabajo dramático e intenso que en algunos momentos introduce frases temáticas repetitivas ("De getuige") pero que al mismo tiempo crean suspense. El compositor también utiliza como instrumentos principales el piano y una voz solista con base electrónica que aportan cierto aire enigmático. La presencia de la música en la película es casi constante, lo que permite a Johan van der Voet desarrollar temas largos que subrayan la angustia del interrogatorio ("Het verhoor").
Deutsche Grammophon 22 / 3 / 2019
Para la banda sonora de esta recreación cinematográfica de la vida del bailarín ruso Rudolf Nureyev, dirigida por Ralph Fiennes, el compositor británico Ilan Eshkeri mezcla obras clásicas que catapultaron al bailarín como el ballet Laurencia, con música de Alexander Krein, que estaba basado en la obra "Fuenteovejuna", de Lope de Vega, o composiciones de Piotr Chaikovski, con sus creaciones originales para la película. En este sentido, Eshkeri ha optado por componer piezas largas que mantienen ese tono clasicista que le permite acoplarse con facilidad a las obras clásicas que se escuchan en la banda sonora. Ilan Eshkeri está familiarizado con el ballet, ya que su madre fue bailarina, y él mismo ha compuesto dos obras de ballet completas, y para la película ha conseguido piezas intensamente dramáticas como "Nureyev", con la colaboración de la pianista Dudana Mazmanishvili y la violinista Lisa Batiashvili, en un hermosísimo diálogo entre los dos instrumentos que plasma la belleza y la elegancia junto a la fuerza y el vigor de las interpretaciones del bailarín. Otro de los momentos logrados es "Le bourget", tensa composición que refleja el momento de la deserción de Nureyev en Francia, y que introduce instrumentos de viento que otorgan dramatismo a la secuencia. El sonido que aporta la London Metropolitan Orchestra bajo la dirección de Andy Brown es notable y convierte a esta banda sonora en una de las más deliciosas del año.
Para la banda sonora de esta recreación cinematográfica de la vida del bailarín ruso Rudolf Nureyev, dirigida por Ralph Fiennes, el compositor británico Ilan Eshkeri mezcla obras clásicas que catapultaron al bailarín como el ballet Laurencia, con música de Alexander Krein, que estaba basado en la obra "Fuenteovejuna", de Lope de Vega, o composiciones de Piotr Chaikovski, con sus creaciones originales para la película. En este sentido, Eshkeri ha optado por componer piezas largas que mantienen ese tono clasicista que le permite acoplarse con facilidad a las obras clásicas que se escuchan en la banda sonora. Ilan Eshkeri está familiarizado con el ballet, ya que su madre fue bailarina, y él mismo ha compuesto dos obras de ballet completas, y para la película ha conseguido piezas intensamente dramáticas como "Nureyev", con la colaboración de la pianista Dudana Mazmanishvili y la violinista Lisa Batiashvili, en un hermosísimo diálogo entre los dos instrumentos que plasma la belleza y la elegancia junto a la fuerza y el vigor de las interpretaciones del bailarín. Otro de los momentos logrados es "Le bourget", tensa composición que refleja el momento de la deserción de Nureyev en Francia, y que introduce instrumentos de viento que otorgan dramatismo a la secuencia. El sonido que aporta la London Metropolitan Orchestra bajo la dirección de Andy Brown es notable y convierte a esta banda sonora en una de las más deliciosas del año.
B Original 22 / 3 / 2019
La nueva colaboración entre el compositor Bruno Coulais y el director Benoît Jacquot, tras películas como 3 corazones (Benoît Jacquot, 2014) o À jamais (Benoît Jacquot, 2016), esta controvertida revisión del personaje seductor de Giacomo Casanova al que interpreta Vincent Lindon. La cinta obtuvo críticas dispares en su estreno, pero el trabajo del compositor es notable, y quizás se trata de una de sus mejores bandas sonoras. Bruno Coulais aporta una tonalidad dramática con el uso de las cuerdas que en algunos momentos parece tener la cadencia de las composiciones del español Alberto Iglesias, especialmente en temas como "Elixir de vie". E incorpora como instrumento principal el clavecín, pero no solo utilizándolo como elemento que nos introduce en la corte del siglo XVIII, sino también como una aportación principal en la creación de esta atmósfera de degradación que vive el personaje en su exilio londinense. "Les jardins" es un ejemplo de esta utilización el clavecín casi como un instrumento contemporáneo. Estamos ante una banda sonora que tiene tonos oscuros, como si reflejara una historia de misterio, y en este sentido resultan especialmente logrados pasajes como "Personne", excelentes en su descripción psicológica de un personaje acabado.
Rue Jacob Records 22 / 3 / 2019
La primera película de Bertrand Blier desde hace casi diez años es una comedia que juega con el absurdo y rompe la cuarta pared a través de la historia de dos desconocidos que, literalmente, hablan sobre el guión dela propia película que estamos viendo. Recibida con críticas no especialmente positivas, se trata de una especie de reflexión en torno al mundo del entretenimiento que sin embargo no consigue desembarazarse de cierto tufillo nostálgico y pasado de moda. En su reparto, las estrellas del cine francés Gérard Depardieu y Christian Clavier ofrecen unas interpretaciones correctas pero sin la química cómica que se podría esperar. En la parte musical, el trabajo de Grégoire hetzel es quizás uno de los pocos elementos que se salvan de un producto fallido; porque ese aire nostálgico sí funciona bien en la parte musical, especialmente en el espléndido tema principal, que se desarrolla con inteligencia en el tema "Mon escénario!", y que también sobrevuela algunos pasajes como "À l'assaut de Josette". La banda sonora es corta, porque la película también se alimenta musicalmente de composiciones preexistentes, pero Grégoire Hetzel consigue un trabajo compacto y bien construido que funciona igualmente en momentos más íntimos como el hermoso "Les femmes perdues", un tema de cierto aire etéreo que hace referencia al universo femenino que rememoran los protagonistas.
La nueva colaboración entre el compositor Bruno Coulais y el director Benoît Jacquot, tras películas como 3 corazones (Benoît Jacquot, 2014) o À jamais (Benoît Jacquot, 2016), esta controvertida revisión del personaje seductor de Giacomo Casanova al que interpreta Vincent Lindon. La cinta obtuvo críticas dispares en su estreno, pero el trabajo del compositor es notable, y quizás se trata de una de sus mejores bandas sonoras. Bruno Coulais aporta una tonalidad dramática con el uso de las cuerdas que en algunos momentos parece tener la cadencia de las composiciones del español Alberto Iglesias, especialmente en temas como "Elixir de vie". E incorpora como instrumento principal el clavecín, pero no solo utilizándolo como elemento que nos introduce en la corte del siglo XVIII, sino también como una aportación principal en la creación de esta atmósfera de degradación que vive el personaje en su exilio londinense. "Les jardins" es un ejemplo de esta utilización el clavecín casi como un instrumento contemporáneo. Estamos ante una banda sonora que tiene tonos oscuros, como si reflejara una historia de misterio, y en este sentido resultan especialmente logrados pasajes como "Personne", excelentes en su descripción psicológica de un personaje acabado.
Rue Jacob Records 22 / 3 / 2019
La primera película de Bertrand Blier desde hace casi diez años es una comedia que juega con el absurdo y rompe la cuarta pared a través de la historia de dos desconocidos que, literalmente, hablan sobre el guión dela propia película que estamos viendo. Recibida con críticas no especialmente positivas, se trata de una especie de reflexión en torno al mundo del entretenimiento que sin embargo no consigue desembarazarse de cierto tufillo nostálgico y pasado de moda. En su reparto, las estrellas del cine francés Gérard Depardieu y Christian Clavier ofrecen unas interpretaciones correctas pero sin la química cómica que se podría esperar. En la parte musical, el trabajo de Grégoire hetzel es quizás uno de los pocos elementos que se salvan de un producto fallido; porque ese aire nostálgico sí funciona bien en la parte musical, especialmente en el espléndido tema principal, que se desarrolla con inteligencia en el tema "Mon escénario!", y que también sobrevuela algunos pasajes como "À l'assaut de Josette". La banda sonora es corta, porque la película también se alimenta musicalmente de composiciones preexistentes, pero Grégoire Hetzel consigue un trabajo compacto y bien construido que funciona igualmente en momentos más íntimos como el hermoso "Les femmes perdues", un tema de cierto aire etéreo que hace referencia al universo femenino que rememoran los protagonistas.
Plaza Mayor 29 / 3 / 2019
El compositor venezolano Nascuy Linares tiene un especial interés en la investigación musical de los sonidos tribales del Amazonas, lo que está muy presente en sus trabajos para el cine, como El abrazo de la serpiente (Ciro Guerra, 2015) o el reciente documental Juan (Adrián geyer, 2019). Son bandas sonoras que incluyen un importante componente basado en las músicas que provienen de los cantos indígenas, incluso cuando se trata de incursiones en el género de terror como El Silbón: Orígenes (Gisberg Bermúdez, 2018). Pero quizás es esta banda sonora la que recoge con mayor acierto esa dicotomía entre la música ambiental y las sonoridades nativas. Hay dos partes bien diferenciadas en este trabajo: por un lado la recreación de cantos indígenas que están presentes sobre todo en los primeros temas, como en "Initial", y otra en la que Nascuy Linares desarrolla una estructura instrumental que se sostiene en la guitarra como elemento principal, y que funciona perfectamente en su componente de subrayado dramático. Especialmente interesante es el tenso "Lago", que tiene cierto aire siniestro, contrapuesto con la hermosa tonalidad melódica de "Mar", que quizás sea el pasaje más optimista de una banda sonora en general cercana a la oscura trascendencia dramática de una familia desplazada por los conflictos de su país.
El compositor venezolano Nascuy Linares tiene un especial interés en la investigación musical de los sonidos tribales del Amazonas, lo que está muy presente en sus trabajos para el cine, como El abrazo de la serpiente (Ciro Guerra, 2015) o el reciente documental Juan (Adrián geyer, 2019). Son bandas sonoras que incluyen un importante componente basado en las músicas que provienen de los cantos indígenas, incluso cuando se trata de incursiones en el género de terror como El Silbón: Orígenes (Gisberg Bermúdez, 2018). Pero quizás es esta banda sonora la que recoge con mayor acierto esa dicotomía entre la música ambiental y las sonoridades nativas. Hay dos partes bien diferenciadas en este trabajo: por un lado la recreación de cantos indígenas que están presentes sobre todo en los primeros temas, como en "Initial", y otra en la que Nascuy Linares desarrolla una estructura instrumental que se sostiene en la guitarra como elemento principal, y que funciona perfectamente en su componente de subrayado dramático. Especialmente interesante es el tenso "Lago", que tiene cierto aire siniestro, contrapuesto con la hermosa tonalidad melódica de "Mar", que quizás sea el pasaje más optimista de una banda sonora en general cercana a la oscura trascendencia dramática de una familia desplazada por los conflictos de su país.
MoviScore Records 29 / 3 / 2019
El documental Nepal. Beyond the clouds (Eric Valli, 2019) se acerca a la tragedia que se vivió en una región en medio del Himalaya durante el terremoto de 2015, que dejó tras de sí 9.000 muertos y 23.000 heridos. Pero lo hace centrándose más en la reconstrucción de un país, celebrando el esfuerzo humano por sobrevivir a la tragedia, que en las propias consecuencias dramáticas del seísmo. En este sentido, la banda sonora del compositor francés Cyrille Aufort, abunda en esta visión positiva de la vida, a través de un trabajo que se sostiene principalmente en hermosos pasajes melódicos que ponen su atención especialmente en los personajes de Raj y Shiva, dos adolescentes que vivieron la tragedia y que deben alcanzar la madurez con anticipación para hacer frente a un futuro incierto, pero también esperanzador. Estos personajes se representan en la orquestación a través de una formación orquestal de 12 instrumentos, con el violonchelo y la viola como solistas, en temas como el inicial "Raj and Shiva". Así, estamos ante un hermoso trabajo que contiene algunos momentos que evocan la esperanzadora reconstrucción de un futuro, como en "Regrets", intenso y sentimental.
El documental Nepal. Beyond the clouds (Eric Valli, 2019) se acerca a la tragedia que se vivió en una región en medio del Himalaya durante el terremoto de 2015, que dejó tras de sí 9.000 muertos y 23.000 heridos. Pero lo hace centrándose más en la reconstrucción de un país, celebrando el esfuerzo humano por sobrevivir a la tragedia, que en las propias consecuencias dramáticas del seísmo. En este sentido, la banda sonora del compositor francés Cyrille Aufort, abunda en esta visión positiva de la vida, a través de un trabajo que se sostiene principalmente en hermosos pasajes melódicos que ponen su atención especialmente en los personajes de Raj y Shiva, dos adolescentes que vivieron la tragedia y que deben alcanzar la madurez con anticipación para hacer frente a un futuro incierto, pero también esperanzador. Estos personajes se representan en la orquestación a través de una formación orquestal de 12 instrumentos, con el violonchelo y la viola como solistas, en temas como el inicial "Raj and Shiva". Así, estamos ante un hermoso trabajo que contiene algunos momentos que evocan la esperanzadora reconstrucción de un futuro, como en "Regrets", intenso y sentimental.
INNI 5 / 4 / 2019
El compositor islandés Atli Örvarsson presenta en su último álbum publicado las bandas sonoras de dos películas islandesas para las que ha puesto música en los últimos años. Aunque su carrera está más centrada en el mercado de Hollywood, especialmente a través de sus colaboraciones para la compañía de Hans Zimmer, el músico se acerca ahora a algunas recientes incursiones en el cine de su país con estas composiciones que tienen una textura parecida y encajan perfectamente en su presentación conjunta. Blóđberg (Björn Hlynur Haraldsson, 2015) es un drama sobre relaciones familiares e hijos secretos, mientras que Fyrir framan annađ fólk (Óskar Jónasson, 2016) es una comedia romántica que tiene a un publicista introvertido como protagonista. El álbum, sin embargo, no incluye las bandas sonoras perfectamente delimitadas, sino que completa un ramillete de composiciones entremezcladas que, no obstante, es fácil intuir para qué película están creadas. En todo caso, ambas conforman una tonalidad parecida, repleta de pasajes melódicos que se sostienen en los dos temas principales: "The homecoming" para la primera cinta, e "In front of the others" para la segunda. Así, encontramos un espléndido reflejo de un compositor que aquí se aleja de sus trabajos para Hollywood, más centrados aquellos en las películas de género y de ciencia-ficción. Y resulta agradable encontrar otro perfil de un músico que se mueve con comodidad en este terreno.
Missing Link - Carter Burwell
El compositor islandés Atli Örvarsson presenta en su último álbum publicado las bandas sonoras de dos películas islandesas para las que ha puesto música en los últimos años. Aunque su carrera está más centrada en el mercado de Hollywood, especialmente a través de sus colaboraciones para la compañía de Hans Zimmer, el músico se acerca ahora a algunas recientes incursiones en el cine de su país con estas composiciones que tienen una textura parecida y encajan perfectamente en su presentación conjunta. Blóđberg (Björn Hlynur Haraldsson, 2015) es un drama sobre relaciones familiares e hijos secretos, mientras que Fyrir framan annađ fólk (Óskar Jónasson, 2016) es una comedia romántica que tiene a un publicista introvertido como protagonista. El álbum, sin embargo, no incluye las bandas sonoras perfectamente delimitadas, sino que completa un ramillete de composiciones entremezcladas que, no obstante, es fácil intuir para qué película están creadas. En todo caso, ambas conforman una tonalidad parecida, repleta de pasajes melódicos que se sostienen en los dos temas principales: "The homecoming" para la primera cinta, e "In front of the others" para la segunda. Así, encontramos un espléndido reflejo de un compositor que aquí se aleja de sus trabajos para Hollywood, más centrados aquellos en las películas de género y de ciencia-ficción. Y resulta agradable encontrar otro perfil de un músico que se mueve con comodidad en este terreno.
Missing Link - Carter Burwell
Lakeshore Records 12 / 4 / 2019
La última producción de Laika, compañía especializada en animación stop-motion responsable de excelentes títulos como Los mundos de Coraline (Henry Selick, 2009) o Kubo y las dos cuerdas mágicas (Travis Knight, 2016) es esta otra muestra de su técnica que bebe directamente de las historias de Jules Verne y de la versión cinematográfica de La vuelta al mundo en 80 días (Michael Anderson, John Farrow, 1956). Esto le permite a Carter Burwell desplegar un interesante ramillete de sonoridades que al mismo tiempo nos evoca el espíritu romántico del siglo XIX y también nos sitúa en los distintos lugares en los que se desarrolla este viaje. Es una banda sonora que a veces tiene aires de western como en uno de los leitmotivs, "Lionel vs Nessie", y en otras flirtea con los sonidos hindúes, como en "Passage to India" o "Himalaya". Se trata así de un recorrido de gran inventiva melódica que nos trae al Carter Burwell más inspirado. Aunque la banda sonora estaba pensada para una gran orquesta de 80 músicos, donde los instrumentos de viento y las cuerdas predominan, problemas de logística obligaron a tener que usar solo unos 50 músicos, grabándolos en dos sesiones diferentes para dar la sensación de mayor amplitud sonora. Y ciertamente no se echa en falta una orquesta más amplia, con un sonido suficientemente espectacular como en "Ice fight". Sin duda, uno de los trabajos más interesantes de Carter Burwell este año.
Walt Disney Records 17 / 4 / 2019
Para la última producción de Disneynature, esta vez dedicada a los pingüinos Emperador, la partitura corre a cargo de Harry Gregson-Williams, que ya ha puesto música a otros documentales de la productora, como Monkey Kingdom (Mark Linfield, Alastair Fothergill, 2015). Sin duda resulta discutible el acercamiento que hace Disney al género documental de naturaleza, planteando las películas como una historia de ficción, con un protagonista principal al que acompaña la cámara, más que como un trabajo de documentación de la vida de los animales, y por supuesto suavizando la mirada hacia su comportamiento, porque de lo que se trata es de realizar un producto familiar con "personajes" con los que el público más joven pueda sentirse identificado. El trabajo de Gregson-Williams en este sentido cumple perfectamente su cometido, porque al final su planteamiento es casi más el de una película de animación que el de un documental propiamente dicho. Así, desde el tema principal, "The Penguin March", absolutamente pegadizo y efectivo, hasta las composiciones más cercanas al suspense, como en "Killer whales", o en momentos de acción como "Journey across the ice", la banda sonora funciona perfectamente como elemento necesario para transmitir emociones al espectador. Hay hermosas incursiones en la música de sentimientos, como ese espléndido "First snowfall", con los que Harry Gregson-Williams consigue elevar el componente afectivo de las imágenes. Y en ese sentido se trata de un trabajo modélico.
La última producción de Laika, compañía especializada en animación stop-motion responsable de excelentes títulos como Los mundos de Coraline (Henry Selick, 2009) o Kubo y las dos cuerdas mágicas (Travis Knight, 2016) es esta otra muestra de su técnica que bebe directamente de las historias de Jules Verne y de la versión cinematográfica de La vuelta al mundo en 80 días (Michael Anderson, John Farrow, 1956). Esto le permite a Carter Burwell desplegar un interesante ramillete de sonoridades que al mismo tiempo nos evoca el espíritu romántico del siglo XIX y también nos sitúa en los distintos lugares en los que se desarrolla este viaje. Es una banda sonora que a veces tiene aires de western como en uno de los leitmotivs, "Lionel vs Nessie", y en otras flirtea con los sonidos hindúes, como en "Passage to India" o "Himalaya". Se trata así de un recorrido de gran inventiva melódica que nos trae al Carter Burwell más inspirado. Aunque la banda sonora estaba pensada para una gran orquesta de 80 músicos, donde los instrumentos de viento y las cuerdas predominan, problemas de logística obligaron a tener que usar solo unos 50 músicos, grabándolos en dos sesiones diferentes para dar la sensación de mayor amplitud sonora. Y ciertamente no se echa en falta una orquesta más amplia, con un sonido suficientemente espectacular como en "Ice fight". Sin duda, uno de los trabajos más interesantes de Carter Burwell este año.
Walt Disney Records 17 / 4 / 2019
Para la última producción de Disneynature, esta vez dedicada a los pingüinos Emperador, la partitura corre a cargo de Harry Gregson-Williams, que ya ha puesto música a otros documentales de la productora, como Monkey Kingdom (Mark Linfield, Alastair Fothergill, 2015). Sin duda resulta discutible el acercamiento que hace Disney al género documental de naturaleza, planteando las películas como una historia de ficción, con un protagonista principal al que acompaña la cámara, más que como un trabajo de documentación de la vida de los animales, y por supuesto suavizando la mirada hacia su comportamiento, porque de lo que se trata es de realizar un producto familiar con "personajes" con los que el público más joven pueda sentirse identificado. El trabajo de Gregson-Williams en este sentido cumple perfectamente su cometido, porque al final su planteamiento es casi más el de una película de animación que el de un documental propiamente dicho. Así, desde el tema principal, "The Penguin March", absolutamente pegadizo y efectivo, hasta las composiciones más cercanas al suspense, como en "Killer whales", o en momentos de acción como "Journey across the ice", la banda sonora funciona perfectamente como elemento necesario para transmitir emociones al espectador. Hay hermosas incursiones en la música de sentimientos, como ese espléndido "First snowfall", con los que Harry Gregson-Williams consigue elevar el componente afectivo de las imágenes. Y en ese sentido se trata de un trabajo modélico.
Avengers: Endgame - Alan Silvestri
Hollywood Records 26 / 4 / 2019
Aunque Marvel ha producido unas 22 películas dedicadas a la traslación cinematográfica de sus superhéroes, lo cierto es que la productora ha dado a Alan Silvestri el encargo de poner música a sus producciones más ambiciosas, empezando por Capitán America: El primer vengador (Joe Johnston, 2011), siguiendo con Los vengadores (Joss Whedon, 2012) y recuperando su trabajo para Vengadores: Infinity War (Anthony Russo, Joe Russo, 2018). Es, por tanto, lógico que para esta aventura final que incluye a la mayor parte de los personajes que a lo largo de los últimos diez años han protagonizado las superproducciones más taquilleras, el compositor encargado haya sido el mismo Alan Silvestri. Y no se trata de un trabajo fácil, porque teniendo la presencia de personajes que han tenido su propio universo temático-musical en otros filmes, crear una partitura autónoma pero al mismo tiempo referencial es especialmente complicado. De hecho, en la película el uso de bases temáticas que acompañan a estos personajes es mucho más compleja que en la banda sonora editada, quizás por problemas de derechos de autor. En todo caso, estamos ante un album que dura casi dos horas, lo cual permite a Alan Silvestri desgranar todo su potencial, siguiendo en buena medida el tono y la base melódica de Infinity War, pero siendo capaz también de crear "leit-motivs" nuevos. Es el caso de de "Snap out of it", donde presenta el tema que describe a la comunidad de New Asgard, donde se ha refugiado Capitán América, o la utilización de sonoridades jazzísticas en "The how works", siguiendo la estela de Cristophe Beck en Ant-man y la avispa (Peyton Reed, 2018). La capacidad creativa de Alan Silvestri para las secuencias de acción explota en los temas que conforman el enfrentamiento final, una secuencia de más de 20 minutos que se representa en varios temas en el album, pero que es especialmente notable en "Portals", una de esas composiciones que son al mismo tiempo características del compositor, pero añadiendo elementos diferenciadores.
Hollywood Records 26 / 4 / 2019
Aunque Marvel ha producido unas 22 películas dedicadas a la traslación cinematográfica de sus superhéroes, lo cierto es que la productora ha dado a Alan Silvestri el encargo de poner música a sus producciones más ambiciosas, empezando por Capitán America: El primer vengador (Joe Johnston, 2011), siguiendo con Los vengadores (Joss Whedon, 2012) y recuperando su trabajo para Vengadores: Infinity War (Anthony Russo, Joe Russo, 2018). Es, por tanto, lógico que para esta aventura final que incluye a la mayor parte de los personajes que a lo largo de los últimos diez años han protagonizado las superproducciones más taquilleras, el compositor encargado haya sido el mismo Alan Silvestri. Y no se trata de un trabajo fácil, porque teniendo la presencia de personajes que han tenido su propio universo temático-musical en otros filmes, crear una partitura autónoma pero al mismo tiempo referencial es especialmente complicado. De hecho, en la película el uso de bases temáticas que acompañan a estos personajes es mucho más compleja que en la banda sonora editada, quizás por problemas de derechos de autor. En todo caso, estamos ante un album que dura casi dos horas, lo cual permite a Alan Silvestri desgranar todo su potencial, siguiendo en buena medida el tono y la base melódica de Infinity War, pero siendo capaz también de crear "leit-motivs" nuevos. Es el caso de de "Snap out of it", donde presenta el tema que describe a la comunidad de New Asgard, donde se ha refugiado Capitán América, o la utilización de sonoridades jazzísticas en "The how works", siguiendo la estela de Cristophe Beck en Ant-man y la avispa (Peyton Reed, 2018). La capacidad creativa de Alan Silvestri para las secuencias de acción explota en los temas que conforman el enfrentamiento final, una secuencia de más de 20 minutos que se representa en varios temas en el album, pero que es especialmente notable en "Portals", una de esas composiciones que son al mismo tiempo características del compositor, pero añadiendo elementos diferenciadores.
Mr. Link: El origen perdido se estrena el 7 de junio
Le mystère Henri Pick (La biblioteca de los libros rechazados) se estrena el 14 de junio
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