Nuestro repaso a las mejores banda sonoras del año se divide en dos partes para acercarnos a los primeros meses del año. Esta es una selección de las composiciones que más nos han gustado entre las que se han publicado en los primeros cuatro meses de 2019.
Edmond - Romain Trouillet
Gaumont 4 / 1 / 2019
La película Edmond (Alexis Michalik, 2018) nos acerca a la obra Cyrano de Bergerac (Edmond Rostand, 1897) desde su creación, narrando los pormenores que llevaron a su autor a crear una de las comedias más representadas en los escenarios teatrales aún hoy en día. Este proceso de creación, que se desarrolla en el escenario y fuera de él, cuenta con una solvente banda sonora compuesta por el joven músico francés Romain Troulliet, que aquí demuestra una especial sensibilidad para crear espléndidos pasajes de aire romántico pero que al mismo tiempo incorporan los matices de la comedia clásica. Su banda sonora, como la propia película, circula por dos planos diferentes: el de la realidad, el de la creación de la obra, que tiene un tono más cercano a la comedia, y por otro lado el de la obra teatral, que incorpora los pasajes más románticos. En ambos planos Romain Troulleit crea una banda sonora de gran calidad, repleta de momentos especialmente absorbentes, como ese apasionado "L'amour impossible" o esa versión del "Bolero" de Maurice Ravel en el que fusiona con talento la clásica composición con pasajes de su propia música, convirtiendo lo que en otros casos sería una simple utilización diegética en una pieza que se fusiona perfectamente con el resto de la banda sonora.
Zwingli - Diego Baldenweg, Lionel Baldenweg, Nora Baldenweg
Great Garbo Music 16 / 1 / 2019
Los hermanos Baldenweg forman un equipo musical que se engloban en la compañía Great garbo, dedicada a crear música para publicidad y producciones audiovisuales. Pero sin duda su proyecto más ambicioso hasta la fecha es esta adaptación de la vida del clérigo reformista Ulrich Zwingli, líder de la reforma protestante en Suiza. Este biopic estrenado el pasado mes de enero en su país, cuenta con una ecléctica banda sonora que combina pasajes íntimos con sonoridades más dramáticas, con especial uso de las voces, bien en clave de solista femenina, como en "Pure", para expresar la inocencia, o bien a través de un coro masculino, como en "MDXIX", para describir el carácter religioso de la historia. En ambos sentidos, la música de los hermanos Baldenweg resulta especialmente logrado, y no solo funciona como ambientación histórica, sino que contiene elementos dramáticos que funcionan especialmente en los pasajes eminentemente orquestales, con el uso inteligente de las cuerdas, aquí interpretadas por la Zurich Chamber Orchestra bajo la dirección de Daniel Hope, que aportan profundidad al misticismo que rodea a la historia, especialmente en hermosos pasajes como "Liberatio".
Glass - West Dylan Thordson
Back Lot Music 18 / 1 / 2019
Mucho se ha hablado de la separación profesional entre el director M. Night Shyamalan y el compositor James Newton Howard, que dieron como resultados obras brillantes como El sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999) o El bosque (M. Night Shyamalan, 2004). Y aunque especialmente el director siempre ha afirmado que la falta de colaboración se debió, en buena parte, a la falta de presupuesto de sus últimas producciones, lo cierto es que resulta extraño no encontrar a Newton Howard la trilogía de superhéroes que se cierra con Glass (M. Night Shymalan, 2019). Ya en Múltiple (M. Night Shyamalan, 2016), el director contó con la incorporación de West Dylan Thordson, que realizó un notable trabajo musical, continuado en esta conclusión. Si bien hay más referencias sonoras a la banda sonora de El protegido (M. Night Shyamalan, 2000) que a la propia banda sonora creada por el compositor. Esta es quizás una de las incoherencias que encontramos en este trabajo, porque impide al músico elaborar una continuidad temática con su anterior composición, y parece más mirada melancólica a la obra de James Newton Howard, en temas como "David & Elijah". En todo caso, no impide que la música no referencial de West Dylan Thordson mantenga esa contundencia que ya tenía en Múltiple, con el uso de violines desgarrados y percusiones rotundas que aportan oscuridad e intensidad a esta visión peculiar dela psicología de un superhéroe.
Silva Screen 18 / 1 / 2019
Quizás uno de los estrenos televisivos más interesantes de la temporada es la serie Informer (BBC One, 2019), una historia que aborda cómo la vida puede dar un vuelco por circunstancias que son ajenas a nuestra voluntad. En este caso, una investigación antierroristas envuelve a tres personajes muy diferentes: un joven de paquistaní de segunda generación que nació en Londres, un oficial antiterrorista y su compañera de trabajo. El británico Ilan Eshkeri compone una precisa banda sonora que se apoya en cinco piezas para instrumentos solistas y orquesta, que se muestran en diferentes variaciones a lo largo de la serie. Estas variaciones sobre cinco únicas bases melódicas , con un cierto aire minimalista, en algunos casos apoyadas por la voz solista de Daisy Chute, conforman un poliédrico retrato de cómo se establecen las relaciones entre los diferentes personajes. La banda sonora se presenta en el CD con cada una de estas piezas seguidas de las diferentes variaciones, de forma que encontramos una sinfonía en cinco movimientos que funciona a la perfección. La banda sonora está interpretada por la orquesta islandesa SinfoniaNord, un proyecto de Bjarni Ᵽorvaldsson y el también compositor de música de cine Atli Örvarsson, que también dirige la orquesta.
Sony Classical 25 / 1 / 2019
El compositor italiano Remo Anzovino ha publicado este año una serie de bandas sonoras para documentales relacionados con el mundo del arte: Hitler contro Picasso e gli altri (Claudio Poli, 2018), Van Gogh: Tra il grano e il cielo (Giovanni Piscaglia, 2018), Le ninfee di Monet - Un incantesimo di acqua e luce (Giovanni Troilo, 2018) y Gauguin a Tahiti. Il paradiso perduto (Claudio Poli, 2019). Todos ellos cuentan con una constante creación de hermosos pasajes melódicos que van desde el aire minimalista de Le ninfee di Monet a la cadencia melancólica que encontramos en Gauguin a Tahiti. Destaca en esta última especialmente la composición de piezas para instrumentos solistas como el violín, el chelo o la guitarra que demuestran la capacidad de Remo Anzovino para elaborar sonoridades de gran belleza y variedad, siempre con la constante sutileza que conforma toda la banda sonora. Pero entre ellas destacamos especialmente su trabajo para Hitler contro Picasso e gli altri, un documental en el que el actor Toni Servilo nos presenta la obsesión de Hitler por el saqueo de obras de los más grandes artistas de su época. Aquí, el compositor despliega un ramillete de composiciones de gran calidad que acompañan a esta historia de profanación artística con gran efectividad. Temas de sonoridad judía como el espléndido "All mine", con el clarinete como protagonista y de gran belleza formal como "Round dance of the innocents", que incorpora un coro de voces infantiles, que muestran la grandeza de las obras saqueadas, contrastan con la descripción del mundo nazi, con ese cierto aire oscuro que tiene "Macabre waltz", el toque marcial de "Goring march" o la atonalidad tétrica del violín en "Strangling". Esta variedad temática consigue introducirnos en las diferentes sensaciones que provoca el documental, excelente trabajo bien encabezado por el actor Toni Servilo. Una banda sonora notable que, junto a las otras mencionadas, consolidan a Remo Anzovino como uno de los más interesantes creadores de música para el género documental.
El compositor italiano Remo Anzovino ha publicado este año una serie de bandas sonoras para documentales relacionados con el mundo del arte: Hitler contro Picasso e gli altri (Claudio Poli, 2018), Van Gogh: Tra il grano e il cielo (Giovanni Piscaglia, 2018), Le ninfee di Monet - Un incantesimo di acqua e luce (Giovanni Troilo, 2018) y Gauguin a Tahiti. Il paradiso perduto (Claudio Poli, 2019). Todos ellos cuentan con una constante creación de hermosos pasajes melódicos que van desde el aire minimalista de Le ninfee di Monet a la cadencia melancólica que encontramos en Gauguin a Tahiti. Destaca en esta última especialmente la composición de piezas para instrumentos solistas como el violín, el chelo o la guitarra que demuestran la capacidad de Remo Anzovino para elaborar sonoridades de gran belleza y variedad, siempre con la constante sutileza que conforma toda la banda sonora. Pero entre ellas destacamos especialmente su trabajo para Hitler contro Picasso e gli altri, un documental en el que el actor Toni Servilo nos presenta la obsesión de Hitler por el saqueo de obras de los más grandes artistas de su época. Aquí, el compositor despliega un ramillete de composiciones de gran calidad que acompañan a esta historia de profanación artística con gran efectividad. Temas de sonoridad judía como el espléndido "All mine", con el clarinete como protagonista y de gran belleza formal como "Round dance of the innocents", que incorpora un coro de voces infantiles, que muestran la grandeza de las obras saqueadas, contrastan con la descripción del mundo nazi, con ese cierto aire oscuro que tiene "Macabre waltz", el toque marcial de "Goring march" o la atonalidad tétrica del violín en "Strangling". Esta variedad temática consigue introducirnos en las diferentes sensaciones que provoca el documental, excelente trabajo bien encabezado por el actor Toni Servilo. Una banda sonora notable que, junto a las otras mencionadas, consolidan a Remo Anzovino como uno de los más interesantes creadores de música para el género documental.
Music Box Records 25 / 1 / 2019
La segunda parte de la película de animación Minúsculos: El valle de las hormigas perdidas (Helène Giraud, Thomas Szabo, 2013) cuenta con un excelente trabajo musical del joven compositor francés Mathieu Lamboley. La película estaba basada en la serie de televisión Minuscule (France 2, 2006-2012) y se centra, como en aquella, en la vida de una serie de insectos utilizando técnicas de animación 3D y dibujos tradicionales. Lo interesante de esta propuesta es que se trata, al igual que en la serie, de largometrajes que no contienen diálogos, y ese es uno de sus mayores aciertos, mantener la atención del espectador solo a través de secuencias y gags visuales, pero siempre con el apoyo imprescindible de la música. En este sentido, el trabajo de Mathieu Lamboley es especialmente complicado, porque consigue describir musicalmente las secuencias, pero sin caer en el sonido slapstick, y sin necesidad de crear sonoridades onomatopéyicas que podría haber sido el camino más fácil. Lo comprobamos especialmente en las secuencias de acción, resueltas con talento y eficacia, como en "Contre le monde". Pero lo más interesante de la banda sonora es que tiene una cadencia sonora que, lejos del habitual sonido "infantil" resulta especialmente madura, y en algunos casos hasta con cierto aire dramático, como en el espléndido pasaje "Chenilles urticantes", que tiene incluso una sonoridad casi herrmaniana. El compositor Mathieu Lamboley consigue crear una banda sonora variada temáticamente y nada habitual en el género de la animación, con un excelente sonido que le provee la Orchestre National d'île-de -France, la convierten en una de las más recomendables del año.
La segunda parte de la película de animación Minúsculos: El valle de las hormigas perdidas (Helène Giraud, Thomas Szabo, 2013) cuenta con un excelente trabajo musical del joven compositor francés Mathieu Lamboley. La película estaba basada en la serie de televisión Minuscule (France 2, 2006-2012) y se centra, como en aquella, en la vida de una serie de insectos utilizando técnicas de animación 3D y dibujos tradicionales. Lo interesante de esta propuesta es que se trata, al igual que en la serie, de largometrajes que no contienen diálogos, y ese es uno de sus mayores aciertos, mantener la atención del espectador solo a través de secuencias y gags visuales, pero siempre con el apoyo imprescindible de la música. En este sentido, el trabajo de Mathieu Lamboley es especialmente complicado, porque consigue describir musicalmente las secuencias, pero sin caer en el sonido slapstick, y sin necesidad de crear sonoridades onomatopéyicas que podría haber sido el camino más fácil. Lo comprobamos especialmente en las secuencias de acción, resueltas con talento y eficacia, como en "Contre le monde". Pero lo más interesante de la banda sonora es que tiene una cadencia sonora que, lejos del habitual sonido "infantil" resulta especialmente madura, y en algunos casos hasta con cierto aire dramático, como en el espléndido pasaje "Chenilles urticantes", que tiene incluso una sonoridad casi herrmaniana. El compositor Mathieu Lamboley consigue crear una banda sonora variada temáticamente y nada habitual en el género de la animación, con un excelente sonido que le provee la Orchestre National d'île-de -France, la convierten en una de las más recomendables del año.
Milan Records 25 / 1 / 2019
Damon Albarn, cantante del grupo Blur, realizó algunas incursiones en la composición de bandas sonoras a finales de los noventa, de las que son notables sus trabajos para Ravenous (Antonia Bird, 1999) y 101 Reykjavik (Baltasar Kormákur, 2000). En los últimos años, sin embargo, ha formado equipo con Mike Smith, Suzi Winstanley y Nelson de Freitas para formar Electric Wave Bureau, una especie de colectivo de músicos que ha puesto música a la película Broken (Rufus Norris, 2012) y ahora a El niño que pudo ser rey (Joe Cornish, 2019), una aventura de caballería con aires del cine de los ochenta. Esta referencia está muy presente en la banda sonora, en dos aspectos distintos: por un lado, la utilización de sintetizadores que nos recuerdan a aquellas primeras incursiones de la música electrónica en el cine, especialmente en temas como "Arthur's Theme", el tema principal dedicado al protagonista, que en algunos momentos parecen sacado del repertorio de Giorgio Moroder; por otro lado, sobre todo en las secuencias de acción, hay una sonoridad muy cercana al Jerry Goldsmith que hacía uso de los sintetizadores, como en los pasajes más oscuros de temas como "Morgana", en el que también están presentes las voces corales. Se trata de una banda sonora efectiva, y acertada en su forma de evadir el típico sonido del cine de aventuras adolescente.
Damon Albarn, cantante del grupo Blur, realizó algunas incursiones en la composición de bandas sonoras a finales de los noventa, de las que son notables sus trabajos para Ravenous (Antonia Bird, 1999) y 101 Reykjavik (Baltasar Kormákur, 2000). En los últimos años, sin embargo, ha formado equipo con Mike Smith, Suzi Winstanley y Nelson de Freitas para formar Electric Wave Bureau, una especie de colectivo de músicos que ha puesto música a la película Broken (Rufus Norris, 2012) y ahora a El niño que pudo ser rey (Joe Cornish, 2019), una aventura de caballería con aires del cine de los ochenta. Esta referencia está muy presente en la banda sonora, en dos aspectos distintos: por un lado, la utilización de sintetizadores que nos recuerdan a aquellas primeras incursiones de la música electrónica en el cine, especialmente en temas como "Arthur's Theme", el tema principal dedicado al protagonista, que en algunos momentos parecen sacado del repertorio de Giorgio Moroder; por otro lado, sobre todo en las secuencias de acción, hay una sonoridad muy cercana al Jerry Goldsmith que hacía uso de los sintetizadores, como en los pasajes más oscuros de temas como "Morgana", en el que también están presentes las voces corales. Se trata de una banda sonora efectiva, y acertada en su forma de evadir el típico sonido del cine de aventuras adolescente.
Rosetta Records 30 / 1 / 2019
Uno de los compositores italianos más reconocidos, pero al mismo tiempo desconocido para muchos aficionados, es Paolo Vivaldi, veterano músico que lleva en el mundo audiovisual desde los años noventa y que cuenta con una larga lista de bandas sonoras, a razón de cuatro o cinco trabajos por año, especialmente para la televisión. Una de sus composiciones más destacados fue precisamente la tv-movie Exodus (Gianluigi Calderone, 2007), una hermosa creación que le situó entre los músicos más solicitados de su país. Su prolífico trabajo está a veces por delante de la edición de los mismos, y en enero se publicó la banda sonora de Il contagio (Matteo Botrugno, Damiele Coluccini, 2017), una historia formada por los habitantes de un edificio en la ciudad de Roma. El trabajo de Paolo Vivaldi es de una gran belleza, empezando por el tema principal, "Il contagio", un vals con violín solista que muestra la soledad de los personajes en medio de la urbe de una gran ciudad. El compositor italiano también incursiona en la sonoridad de la música clásica en temas como "Inaugurazione della renova" o introduce elementos electrónicos, reflejo del caos de la ciudad, en "Requiem Aeternam", pero sobre todo demuestra su extraordinaria delicadeza en el hermoso tema con piano solista que conforma ese melancólico homenaje a la ciudad de Roma en "Per me Roma è questa".
How to train your dragon: The hidden world - John Powell
Uno de los compositores italianos más reconocidos, pero al mismo tiempo desconocido para muchos aficionados, es Paolo Vivaldi, veterano músico que lleva en el mundo audiovisual desde los años noventa y que cuenta con una larga lista de bandas sonoras, a razón de cuatro o cinco trabajos por año, especialmente para la televisión. Una de sus composiciones más destacados fue precisamente la tv-movie Exodus (Gianluigi Calderone, 2007), una hermosa creación que le situó entre los músicos más solicitados de su país. Su prolífico trabajo está a veces por delante de la edición de los mismos, y en enero se publicó la banda sonora de Il contagio (Matteo Botrugno, Damiele Coluccini, 2017), una historia formada por los habitantes de un edificio en la ciudad de Roma. El trabajo de Paolo Vivaldi es de una gran belleza, empezando por el tema principal, "Il contagio", un vals con violín solista que muestra la soledad de los personajes en medio de la urbe de una gran ciudad. El compositor italiano también incursiona en la sonoridad de la música clásica en temas como "Inaugurazione della renova" o introduce elementos electrónicos, reflejo del caos de la ciudad, en "Requiem Aeternam", pero sobre todo demuestra su extraordinaria delicadeza en el hermoso tema con piano solista que conforma ese melancólico homenaje a la ciudad de Roma en "Per me Roma è questa".
How to train your dragon: The hidden world - John Powell
Back Lot Music 1 / 2 / 2019
La tercera y al parecer definitiva entrega de la serie de películas que comenzó con Cómo entrenar a tu dragón (Dean DeBlois, Chris Sanders, 2010) vuelve a tener como compositor a John Powell, que ya en aquella primera entrega creó una de las bandas sonoras más logradas de toda su filmografía. Esta conclusión es también en la parte musical una excelente forma de cerrar una trilogía de bandas sonoras notables, que están más allá de la simple recreación más o menos acertada de las secuencias animadas. Quizás consciente de que en esta última aventura la relación entre el joven caballero y su dragón tiene menor presencia, aun siendo parte fundamental de la historia, el compositor proporciona una serie de propuestas melódicas nuevas que solo en algunas ocasiones hace referencia a las bandas sonoras anteriores. Aquí, por ejemplo, están menos presentes las sonoridades célticas, que encontramos en temas como el hermoso "Third date", una larga suite que acompaña a la seducción de seducción sin diálogos entre los dos dragones protagonistas. El leitmotiv principal de la película, en torno a la amistad y el destino, está presente en una de las grandes composiciones de este trabajo, "Exodus!", que podríamos decir que resume en buena medida la excelencia de las creaciones de John Powell para la trilogía. Sin duda, Cómo entrenar a tu dragón 3 (Dean DeBlois, 2019) es una buena conclusión desde el punto de vista cinematográfico, pero especialmente lo es en el terreno musical.
La tercera y al parecer definitiva entrega de la serie de películas que comenzó con Cómo entrenar a tu dragón (Dean DeBlois, Chris Sanders, 2010) vuelve a tener como compositor a John Powell, que ya en aquella primera entrega creó una de las bandas sonoras más logradas de toda su filmografía. Esta conclusión es también en la parte musical una excelente forma de cerrar una trilogía de bandas sonoras notables, que están más allá de la simple recreación más o menos acertada de las secuencias animadas. Quizás consciente de que en esta última aventura la relación entre el joven caballero y su dragón tiene menor presencia, aun siendo parte fundamental de la historia, el compositor proporciona una serie de propuestas melódicas nuevas que solo en algunas ocasiones hace referencia a las bandas sonoras anteriores. Aquí, por ejemplo, están menos presentes las sonoridades célticas, que encontramos en temas como el hermoso "Third date", una larga suite que acompaña a la seducción de seducción sin diálogos entre los dos dragones protagonistas. El leitmotiv principal de la película, en torno a la amistad y el destino, está presente en una de las grandes composiciones de este trabajo, "Exodus!", que podríamos decir que resume en buena medida la excelencia de las creaciones de John Powell para la trilogía. Sin duda, Cómo entrenar a tu dragón 3 (Dean DeBlois, 2019) es una buena conclusión desde el punto de vista cinematográfico, pero especialmente lo es en el terreno musical.
La-La Land Records 5 / 2 / 2019
El experimento producido por Frank Marshall y Peter Bogdanovich que supuso el montaje de las secuencias rodadas por Orson Welles para su película inacabada The other side of the wind (Orson Welles, 2018) para Netflix es una irregular e impersonal recreación de lo que podría haber sido una excelente última película del director. Sin duda una de las mejores decisiones de los productores fue la de encargar al compositor francés Michel Legrand la composición de la banda sonora. Michel Legrand era el único compositor vivo que había trabajado con Orson Welles, en su película Fraude (Orson Welles, 1973), y aquí, en el que acabó siendo también su testamento creativo, nos ofrece una espléndida muestra de su veteranía. Curiosamente, la primera música que suena en la película es un auto-homenaje de Michel Legrand, que usa extractos de su banda sonora para el documental L'Amérique insolite (François Reichenbach, 1960), y a partir de ahí la presencia de la música es constante, estructurada en dos planos diferentes que ya están presentes en el "Chapter 1", mezcla de sonoridad clásica con extractos jazzísticos, que muestra ya el camino por el que discurrirán las composiciones. Michel Legrand comentaba en una entrevista que trató de encontrar un equilibrio entre los constantes diálogos de la película, estableciendo una separación entre las escenas de la vida del director protagonista y aquellas secuencias que muestran las escenas de la "película dentro de la película". Uno de los momentos más interesantes es "Chapter 15 (The maze)", que muestra la escena de una persecución, que Michel Legrand resuelve con un excelente tema disonante, con bongos, instrumentos de viento y piano en constante colisión. Sin duda, estamos ante un excelente testamento musical para uno de los grandes maestros de la música de cine que falleció este año.
El experimento producido por Frank Marshall y Peter Bogdanovich que supuso el montaje de las secuencias rodadas por Orson Welles para su película inacabada The other side of the wind (Orson Welles, 2018) para Netflix es una irregular e impersonal recreación de lo que podría haber sido una excelente última película del director. Sin duda una de las mejores decisiones de los productores fue la de encargar al compositor francés Michel Legrand la composición de la banda sonora. Michel Legrand era el único compositor vivo que había trabajado con Orson Welles, en su película Fraude (Orson Welles, 1973), y aquí, en el que acabó siendo también su testamento creativo, nos ofrece una espléndida muestra de su veteranía. Curiosamente, la primera música que suena en la película es un auto-homenaje de Michel Legrand, que usa extractos de su banda sonora para el documental L'Amérique insolite (François Reichenbach, 1960), y a partir de ahí la presencia de la música es constante, estructurada en dos planos diferentes que ya están presentes en el "Chapter 1", mezcla de sonoridad clásica con extractos jazzísticos, que muestra ya el camino por el que discurrirán las composiciones. Michel Legrand comentaba en una entrevista que trató de encontrar un equilibrio entre los constantes diálogos de la película, estableciendo una separación entre las escenas de la vida del director protagonista y aquellas secuencias que muestran las escenas de la "película dentro de la película". Uno de los momentos más interesantes es "Chapter 15 (The maze)", que muestra la escena de una persecución, que Michel Legrand resuelve con un excelente tema disonante, con bongos, instrumentos de viento y piano en constante colisión. Sin duda, estamos ante un excelente testamento musical para uno de los grandes maestros de la música de cine que falleció este año.
Mister Ibero 7 / 2 / 2019
Presentada en el pasado Festival de Berlín, Clara y Claire (Safy Nebbou, 2019) es una película que habla de la incomunicación en los tiempos modernos. Su protagonista, interpretada por Juliette Binoche, es una mujer madura que decide abrir un perfil falso en una red social como si fuera una chica joven para espiar a su amante. Esa idea de la incomunicación, y en cierto modo de la soledad en una sociedad asfixiante, está muy presente en la banda sonora creada por el músico de jazz y trompetista Ibrahim Maalouf, compositor habitual en el panorama cinematográfico francés que ha ido estilizando progresivamente su trabajo en el cine, pasando de bandas sonoras con sonoridades más cercanas a su música autónoma a otros trabajos, como éste, que tienen ya una gran madurez como composición para cine. El tema principal, "Celle que vouz croyez" comienza como una cascada sinfónica para acabar cediendo el testigo a un piano melancólico que ya reflexiona sobre la incomunicación. Piano constante a lo largo de toda la banda sonora, a veces en diálogo con las cuerdas, como en "Claire & Clara". En general, estamos ante una banda sonora taciturna y reflexiva, que va dando pasos lentos a lo largo de un drama psicológico que tiene en la interpretación de Juliette Binoche su principal logro. Y en el trabajo musical de Ibrahim Maalouf que, como en "Clara", introduce esos resortes electrónicos habituales en su música para el cine, que hacen si cabe más etérea su descripción del personaje principal.
Presentada en el pasado Festival de Berlín, Clara y Claire (Safy Nebbou, 2019) es una película que habla de la incomunicación en los tiempos modernos. Su protagonista, interpretada por Juliette Binoche, es una mujer madura que decide abrir un perfil falso en una red social como si fuera una chica joven para espiar a su amante. Esa idea de la incomunicación, y en cierto modo de la soledad en una sociedad asfixiante, está muy presente en la banda sonora creada por el músico de jazz y trompetista Ibrahim Maalouf, compositor habitual en el panorama cinematográfico francés que ha ido estilizando progresivamente su trabajo en el cine, pasando de bandas sonoras con sonoridades más cercanas a su música autónoma a otros trabajos, como éste, que tienen ya una gran madurez como composición para cine. El tema principal, "Celle que vouz croyez" comienza como una cascada sinfónica para acabar cediendo el testigo a un piano melancólico que ya reflexiona sobre la incomunicación. Piano constante a lo largo de toda la banda sonora, a veces en diálogo con las cuerdas, como en "Claire & Clara". En general, estamos ante una banda sonora taciturna y reflexiva, que va dando pasos lentos a lo largo de un drama psicológico que tiene en la interpretación de Juliette Binoche su principal logro. Y en el trabajo musical de Ibrahim Maalouf que, como en "Clara", introduce esos resortes electrónicos habituales en su música para el cine, que hacen si cabe más etérea su descripción del personaje principal.
Plaza Mayor 8 / 2 / 2019
También presentada en el Festival de Berlín pasado, esta producción china nos acerca a tres escolares de una comunidad agrícola rural, cuyos profesores les inculcan un idioma obligatorio, el mandarín, que para ellos resulta desconocido e innecesario, y materias que están a años luz de las necesidades que tienen para vivir en sus pequeños universos agrícolas. La banda sonora compuesta por el cantante chino Wenzi utiliza elementos tradicionales de la música china para introducirnos en este drama algo pesimista que recibió el Premio Generation Kplus a la Mejor Película en Berlín. La música compuesta por Wenzi, que recita en el tema principal "Litte moon", es al mismo tiempo tradicional y contemporánea, haciendo uso de una instrumentación folclórica para acercarnos a la vida pegada a la tierra que tienen sus jóvenes protagonistas. Es música terrenal, que en algunos momentos podría calificar como una especie de banda sonora de spaghetti-western pero con sonoridades orientales, como en ese hermoso "Letter from my brother", o en el uso de la flauta solista en temas como "Secret love of a small companion - Part II". Estaos ante un trabajo que va más allá de la pura recreación musical folclórica y se adentra de lleno en el alma de la vida agrícola en la China profunda.
También presentada en el Festival de Berlín pasado, esta producción china nos acerca a tres escolares de una comunidad agrícola rural, cuyos profesores les inculcan un idioma obligatorio, el mandarín, que para ellos resulta desconocido e innecesario, y materias que están a años luz de las necesidades que tienen para vivir en sus pequeños universos agrícolas. La banda sonora compuesta por el cantante chino Wenzi utiliza elementos tradicionales de la música china para introducirnos en este drama algo pesimista que recibió el Premio Generation Kplus a la Mejor Película en Berlín. La música compuesta por Wenzi, que recita en el tema principal "Litte moon", es al mismo tiempo tradicional y contemporánea, haciendo uso de una instrumentación folclórica para acercarnos a la vida pegada a la tierra que tienen sus jóvenes protagonistas. Es música terrenal, que en algunos momentos podría calificar como una especie de banda sonora de spaghetti-western pero con sonoridades orientales, como en ese hermoso "Letter from my brother", o en el uso de la flauta solista en temas como "Secret love of a small companion - Part II". Estaos ante un trabajo que va más allá de la pura recreación musical folclórica y se adentra de lleno en el alma de la vida agrícola en la China profunda.
Varèse Sarabande 8 / 2 / 2019
La carrera cinematográfica del compositor George Fenton venía sufriendo un ligero parón desde sus más conocidas bandas sonoras hasta que comenzó a escribir música para series documentales de televisión en torno a la naturaleza, como Planeta azul (BBC, 2001), Planeta Tierra (BBC, 2006), Life (BBC, 2011) o Planeta helado (BBC, 2011). En cierto modo, estos trabajos le han mantenido casi alejado del mundo del cine, y Venganza bajo cero (Hans Peter Moland, 2019) supone un reencuentro que en realidad tampoco es tal, como recientemente se ha estrenado otra de sus últimas colaboraciones para la gran pantalla, La espía roja (Trevor Nunn, 2018). La película de la que hablamos es un film de acción, remake de Kraftidioten (Uno tras otro) (Hans Peter Moland, 2014), que supone otra incursión de Liam Neeson en el subgénero de "acción vengativa". Lo interesante del trabajo de George Fenton para esta película de género es su acercamiento, con un cierto sentido sarcástico, como en ese tema principal para balalaika que está presente en "Snow plough", e incluso cuando el protagonista lleva a cabo su plan de venganza, como en "Doing my job", lo que ofrece una especie de distanciamiento del drama que supone la historia. Otra de las interesantes ideas de la banda sonora nos recuerda a sus acercamientos al género documental de naturaleza, porque hace referencia precisamente al paisaje espectacular que acompaña al protagonista, con uso de instrumentos de viento, como en "Citizen of the year". El trabajo de George Fenton destaca especialmente por ser una banda sonora poco convencional para una película de acción, con la utilización de balalaika reforzada con sonidos electrónicos, como en "Kidnapped", que le acerca a las sonoridades de Thomas Newman. Son menos interesantes, sin embargo, las incursiones electrónicas en las escenas de acción, para las que ha contado con la colaboración del productor de música electrónica Dan Carvey, pero éstas sí son propuestas más convencionales.
La carrera cinematográfica del compositor George Fenton venía sufriendo un ligero parón desde sus más conocidas bandas sonoras hasta que comenzó a escribir música para series documentales de televisión en torno a la naturaleza, como Planeta azul (BBC, 2001), Planeta Tierra (BBC, 2006), Life (BBC, 2011) o Planeta helado (BBC, 2011). En cierto modo, estos trabajos le han mantenido casi alejado del mundo del cine, y Venganza bajo cero (Hans Peter Moland, 2019) supone un reencuentro que en realidad tampoco es tal, como recientemente se ha estrenado otra de sus últimas colaboraciones para la gran pantalla, La espía roja (Trevor Nunn, 2018). La película de la que hablamos es un film de acción, remake de Kraftidioten (Uno tras otro) (Hans Peter Moland, 2014), que supone otra incursión de Liam Neeson en el subgénero de "acción vengativa". Lo interesante del trabajo de George Fenton para esta película de género es su acercamiento, con un cierto sentido sarcástico, como en ese tema principal para balalaika que está presente en "Snow plough", e incluso cuando el protagonista lleva a cabo su plan de venganza, como en "Doing my job", lo que ofrece una especie de distanciamiento del drama que supone la historia. Otra de las interesantes ideas de la banda sonora nos recuerda a sus acercamientos al género documental de naturaleza, porque hace referencia precisamente al paisaje espectacular que acompaña al protagonista, con uso de instrumentos de viento, como en "Citizen of the year". El trabajo de George Fenton destaca especialmente por ser una banda sonora poco convencional para una película de acción, con la utilización de balalaika reforzada con sonidos electrónicos, como en "Kidnapped", que le acerca a las sonoridades de Thomas Newman. Son menos interesantes, sin embargo, las incursiones electrónicas en las escenas de acción, para las que ha contado con la colaboración del productor de música electrónica Dan Carvey, pero éstas sí son propuestas más convencionales.
Sony Classical 8 / 2 / 2019
En términos generales, las colaboraciones entre el compositor Patrick Doyle y el director Kenneth Branagh suelen ofrecer excelentes muestras de compenetración músico-cinematográfica, con ejemplos notorios como la trilogía shakesperiana formada por Enrique V (Kenneth Branagh, 1989), Mucho ruido y pocas nueces (Kenneth Branagh, 1993) y Hamlet (Kenneth Branagh, 1996). Otras versiones de obras de Shakespeare, sin embargo, no han dado resultados tan logrados, como Trabajos de amor perdidos (Kenneth Branagh, 2000) o Como gustéis (Kenneth Branah, 2006). Ahora, en esta nueva incursión en el universo del autor inglés, Branagh interpreta a William Shakespeare en sus últimos momentos de vida, y Patrick Doyle construye de nuevo una hermosa partitura que se estructura principalmente en torno a dos temas principales de hermosas melodías que jalonan buena parte de la banda sonora. El primero, "Love, not ambition", se presenta también en una versión vocal cantada por la hija del compositor, Abigail Doyle, en "Fear no more", y el segundo, "I know a bank", es un precioso tema para piano que interpreta el propio Patrick Doyle. La banda sonora está creada para una pequeña formación orquestal que ya plantea, desde el principio, una cierta oscuridad en este tema dedicado al mítico espacio teatral en el que Shakespeare estrenó su obras, "The Globe", pero conforme avanza, va desgranando tonalidades más luminosas, y se va haciendo cada vez más melódica, con composiciones excelentes como "The trial" o "Southampton", para arpa y piano. Un trabajo que contiene buena parte de los elementos que conformaban la excelencia de aquellas primeras bandas sonoras que mencionábamos antes, y que nos devuelve a un Patrick Doyle elegante.
En términos generales, las colaboraciones entre el compositor Patrick Doyle y el director Kenneth Branagh suelen ofrecer excelentes muestras de compenetración músico-cinematográfica, con ejemplos notorios como la trilogía shakesperiana formada por Enrique V (Kenneth Branagh, 1989), Mucho ruido y pocas nueces (Kenneth Branagh, 1993) y Hamlet (Kenneth Branagh, 1996). Otras versiones de obras de Shakespeare, sin embargo, no han dado resultados tan logrados, como Trabajos de amor perdidos (Kenneth Branagh, 2000) o Como gustéis (Kenneth Branah, 2006). Ahora, en esta nueva incursión en el universo del autor inglés, Branagh interpreta a William Shakespeare en sus últimos momentos de vida, y Patrick Doyle construye de nuevo una hermosa partitura que se estructura principalmente en torno a dos temas principales de hermosas melodías que jalonan buena parte de la banda sonora. El primero, "Love, not ambition", se presenta también en una versión vocal cantada por la hija del compositor, Abigail Doyle, en "Fear no more", y el segundo, "I know a bank", es un precioso tema para piano que interpreta el propio Patrick Doyle. La banda sonora está creada para una pequeña formación orquestal que ya plantea, desde el principio, una cierta oscuridad en este tema dedicado al mítico espacio teatral en el que Shakespeare estrenó su obras, "The Globe", pero conforme avanza, va desgranando tonalidades más luminosas, y se va haciendo cada vez más melódica, con composiciones excelentes como "The trial" o "Southampton", para arpa y piano. Un trabajo que contiene buena parte de los elementos que conformaban la excelencia de aquellas primeras bandas sonoras que mencionábamos antes, y que nos devuelve a un Patrick Doyle elegante.
MoviScore Media 15 / 2 / 2019
El biopic del primer explorador que alcanzó el Polo Sur en 1911, el noruego Roald Engelbregt Gravning Amudsen, es una de las películas más caras de la historia cinematográfica noruega, con un presupuesto de más de 8 millones de euros. Dirigida por Espen Sandberg, responsable de éxitos de taquilla como Kon-Tiki (Espen Sandberg, 2012) y Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017), esta producción cuenta con la música del compositor sueco Johan Soderqvist, que ya colaboró con el director en la banda sonora de Kon-Tiki. Habitualmente certero en sus composiciones, el músico desarrolla un trabajo que camina entre dos ideas básicas: la utilización de una pequeña orquesta para recrear los escenarios que se desarrollan durante la preparación del viaje en Noruega; y la introducción de elementos electrónicos en el momento de introducirnos en el paisaje desolador y helado del Ártico. Y estos dos planteamientos se combinan a la perfección en un trabajo que contiene momentos épicos como "To the North Pole", pero también íntimos pasajes con el piano como protagonista, en temas como "Two brothers", muy en la línea del sonido característico que solemos escuchar en los trabajos de Johan Soderqvist.
El biopic del primer explorador que alcanzó el Polo Sur en 1911, el noruego Roald Engelbregt Gravning Amudsen, es una de las películas más caras de la historia cinematográfica noruega, con un presupuesto de más de 8 millones de euros. Dirigida por Espen Sandberg, responsable de éxitos de taquilla como Kon-Tiki (Espen Sandberg, 2012) y Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017), esta producción cuenta con la música del compositor sueco Johan Soderqvist, que ya colaboró con el director en la banda sonora de Kon-Tiki. Habitualmente certero en sus composiciones, el músico desarrolla un trabajo que camina entre dos ideas básicas: la utilización de una pequeña orquesta para recrear los escenarios que se desarrollan durante la preparación del viaje en Noruega; y la introducción de elementos electrónicos en el momento de introducirnos en el paisaje desolador y helado del Ártico. Y estos dos planteamientos se combinan a la perfección en un trabajo que contiene momentos épicos como "To the North Pole", pero también íntimos pasajes con el piano como protagonista, en temas como "Two brothers", muy en la línea del sonido característico que solemos escuchar en los trabajos de Johan Soderqvist.
Milan Records 15 / 2 / 2019
El compositor holandés Tom Holkenborg, también conocido como Junkie XL, ha venido embarcándose en los últimos años en grandes proyectos con resultados no del todo satisfactorios, como Batman v. Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder, 2016), La torre oscura (Nikolaj Arce, 2017), Tomb Raider (Roar Uthaug, 2018) o Mortal Engines (Christian Rivers, 2018). Pero el caso de Alita: Ángel de combate (Robert Rodríguez, 2019) parece haber conseguido una mayor madurez creativa con elementos similares a los que el compositor viene utilizando en sus proyectos más ambiciosos: una gran orquesta, voces corales y elementos electrónicos que, al menos aquí, están perfectamente ensamblados. Esta instrumentación compleja está presente ya en los primeros pasajes de la banda sonora, desde ese tema principal de cuatro notas que se desarrolla en temas como "What's your dream?", que incorpora ya las voces corales en una sonoridad etérea, junto a los sonidos electrónicos. Tom Holkenborg hace un uso de la gran orquesta con especial acierto en los momentos de acción, como en el intenso "Grewishka's revenge", y en otros pasajes, el uso de la percusión tiene reminiscencias de su excelente trabajo para Mad Max: Furia en la carretera (George Miller, 2015). Sin duda podemos decir que Tom Holkenborg evoluciona con acierto en una banda sonora que incorpora lo mejor de otros trabajos anteriores más fallidos.
El compositor holandés Tom Holkenborg, también conocido como Junkie XL, ha venido embarcándose en los últimos años en grandes proyectos con resultados no del todo satisfactorios, como Batman v. Superman: El amanecer de la justicia (Zack Snyder, 2016), La torre oscura (Nikolaj Arce, 2017), Tomb Raider (Roar Uthaug, 2018) o Mortal Engines (Christian Rivers, 2018). Pero el caso de Alita: Ángel de combate (Robert Rodríguez, 2019) parece haber conseguido una mayor madurez creativa con elementos similares a los que el compositor viene utilizando en sus proyectos más ambiciosos: una gran orquesta, voces corales y elementos electrónicos que, al menos aquí, están perfectamente ensamblados. Esta instrumentación compleja está presente ya en los primeros pasajes de la banda sonora, desde ese tema principal de cuatro notas que se desarrolla en temas como "What's your dream?", que incorpora ya las voces corales en una sonoridad etérea, junto a los sonidos electrónicos. Tom Holkenborg hace un uso de la gran orquesta con especial acierto en los momentos de acción, como en el intenso "Grewishka's revenge", y en otros pasajes, el uso de la percusión tiene reminiscencias de su excelente trabajo para Mad Max: Furia en la carretera (George Miller, 2015). Sin duda podemos decir que Tom Holkenborg evoluciona con acierto en una banda sonora que incorpora lo mejor de otros trabajos anteriores más fallidos.
Rai Com 25 / 2 / 2019
Ralf Hildenbeutel es un compositor alemán que en los últimos años viene trabajando especialmente en la televisión y el cine italianos. Entre sus últimos trabajos están los interesantes Il silenzio dell'acqua (RTI, 2019-) y La stagione della caccia (Roan Johnson, 2019), una tv-movie estrenada en la RAI en el mes de febrero. Especialmente notable es esta última banda sonora, una historia de misterio y asesinatos basada en la novela de Andrea Camilleri, que permite a Ralf Hildenbeutel desplegar un ramillete de excelentes composiciones que se mueven entre un estilo barroco y ciertas dosis de ironía. Interpretada por una pequeña formación de cuerdas, la banda sonora tiene un excelente tema principal ya presente en la suite del comienzo, "La Caccia-Suite-L'ouverture", que marca el estilo que iremos descubriendo a lo largo del resto de las composiciones, pero que se hace más barroca en "Suite Vigata", uno de esos temas que transmiten perfectamente el tono en el que se nos cuenta la historia. Porque, aunque estamos ante una trama que contiene dosis de misterio, el trabajo del compositor se distancia con una mirada socarrona, especialmente en espléndidos pasajes como "Fofò-Confessione di vita".
Clara y Claire se estrena en España el 31 de mayo
Edmond (Cartas a Roxane) se estrena en España el 6 de diciembre
Informer se puede ver en Filmin
Al otro lado del viento se puede ver en Netflix
Ralf Hildenbeutel es un compositor alemán que en los últimos años viene trabajando especialmente en la televisión y el cine italianos. Entre sus últimos trabajos están los interesantes Il silenzio dell'acqua (RTI, 2019-) y La stagione della caccia (Roan Johnson, 2019), una tv-movie estrenada en la RAI en el mes de febrero. Especialmente notable es esta última banda sonora, una historia de misterio y asesinatos basada en la novela de Andrea Camilleri, que permite a Ralf Hildenbeutel desplegar un ramillete de excelentes composiciones que se mueven entre un estilo barroco y ciertas dosis de ironía. Interpretada por una pequeña formación de cuerdas, la banda sonora tiene un excelente tema principal ya presente en la suite del comienzo, "La Caccia-Suite-L'ouverture", que marca el estilo que iremos descubriendo a lo largo del resto de las composiciones, pero que se hace más barroca en "Suite Vigata", uno de esos temas que transmiten perfectamente el tono en el que se nos cuenta la historia. Porque, aunque estamos ante una trama que contiene dosis de misterio, el trabajo del compositor se distancia con una mirada socarrona, especialmente en espléndidos pasajes como "Fofò-Confessione di vita".
Clara y Claire se estrena en España el 31 de mayo
Edmond (Cartas a Roxane) se estrena en España el 6 de diciembre
Informer se puede ver en Filmin
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