28 julio, 2023

Retrospectiva de Festivales: Bucheon y Fantasia - Parte 1

Dos festivales dedicados al cine fantástico se han celebrado en las últimas semanas. Nacido en 1996, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon (BIFAN), cumple su 27ª edición consolidado como el festival de género más importante de Corea del Sur, celebrándose en la ciudad de Bucheon, a 20 kilómetros de Seúl. Este año ha tenido lugar entre el 29 de junio y el 9 de julio. Por su parte, Fantasia International Film Festival se celebra también desde 1996 en la ciudad de Montreal (Canadá), y se desarrolla entre el 20 de julio y el 9 de agosto. Estas son algunas de las películas más interesantes que han formado parte de la programación de uno y otro festival, que además han coincidido en una especial atención por el cine coreano.  

Superposition

Karoline Lyngbye, 2023 | Bucheon International Fantastic Film Festival | ★★★★☆

Bucheon Film Festival '23: Mejor Dirección


En los últimos años han surgido algunas propuestas interesantes en el cine danés que utilizan el género de terror psicológico para reflexionar sobre la sociedad danesa en particular, pero también trasladada a otros lugares. El año pasado, el asfixiante thriller Speak no evil (Christian Tafdrup, 2022) demostraba que era posible construir un drama de interrelaciones personales para ir derivándolo hacia un espléndido ejercicio de género, abordando con ello esa personalidad característica de los daneses de tratar de evitar la confrontación, aunque sea aceptando situaciones sorprendentes. Y el cine del director Ali Abbasi, responsable de Holy spider. Araña Sagrada (2022) también construye un mensaje sobre la sociedad a partir de estructuras de thriller. De hecho, este debut tiene algunos puntos de conexión con la interesante película Shelley (Ali Abbasi, 2016). El título Superposition (Karoline Lyngbye, 2023) se refiere a la aplicación del principio de superposición matemática a la física cuántica, una teoría fundamental que establece que un sistema físico como un electrón existe en parte en todos sus posibles estados. Pero la película, que debutó en el Festival de Rotterdam, comienza como un drama de cámara en el que una pareja danesa decide dejar atrás su vida en Vesterbro para trasladarse con su hijo a una casa aislada en un bosque de Suecia, donde pretenden pasar unas semanas probando una especie de regreso a los orígenes del ser humano, sin comunicación con el exterior. 

Teit (Mikkel Boe Følsgaard) es un periodista que quiere trasladar a un podcast su experiencia durante un año en ese lugar aislado, grabando conversaciones con su esposa Stine (Marie Bach Hansen), en programas que envía por correo, a través del pequeño buzón que se convierte en su único contacto con el exterior. Ella parece la más convencida de esta aventura, quizás porque le puede ayudar a superar el bloqueo como escritora que viene sufriendo, pero pronto descubrimos que para Teit los episodios del podcast son también una forma de establecer una especie de terapia familiar exteriorizando los problemas que se mantienen en la pareja a partir de una infidelidad producida en el pasado. El guión, coescrito entre Karoline Lyngbye y Mikkel Bak Sørensen, creador de la serie Boys (Viaplay, 2022-), no intenta juzgar a la pareja, pero parece claro que como padres tienen una actitud algo dudosa frente a su hijo Nemo (Milho Olsen) porque para unos adultos puede ser importante aislarse del mundo, pero no parece que para el desarrollo de un niño pequeño sea lo más adecuado. De hecho, se transmite algo de fastidio en la actitud de Stine cuando su hijo requiere su atención, pero también hay cierta decepción cuando ella descubre que, al otro lado del lago en el que se encuentran, parece haber otra pareja viviendo, que no era exactamente lo que estaba buscando. 

La representación de esta burguesía con cierto grado de idealismo se interrumpe cuando Nemo desaparece en el bosque y Teit y Stine descubren que lo que ocurre al otro lado del lago no es más que un reflejo exacto de lo que ellos están viviendo. De forma que Superposition se convierte en un thriller psicológico en el que se introducen conceptos relacionados con los doppelgänger y la historia se desarrolla por un camino fascinante en el que se explora la naturaleza de la pareja a partir del reflejo de sí mismos. El suspense se establece con acierto gracias a la fotografía de Sine Vadstrup Brooker, que extrae del bosque una imagen idílica pero también misteriosa y amenazante según avanza la historia, y de una acertada banda sonora de Pessi Levanto que utiliza sonoridades electrónicas junto al violín barroco a partir del segundo acto, cuando el reflejo se hace más patente. Los guionistas no intentan ofrecer una explicación razonada del misterio, porque en realidad la película tampoco lo necesita. Es más interesante asistir a las consecuencias de este acontecimiento que intentar darle una justificación, y en este sentido la propuesta tiene una honestidad que permite un desarrollo sobrio, quizás en algunas escenas menos convincente de lo que debiera. Y sobre todo establece un clímax que lleva a los personajes al extremo de tener que elegir entre su propia vida y la vida reflejada, lo cual es una de las decisiones más acertadas de una película que termina siendo absorbente. 

Mother land

PARK Jae-beom, 2022 | Fantasia Film Festival | ★★★☆☆


No suele ser habitual que en Corea del Sur se produzcan películas de animación, pero en este caso se ha presentado como un título relevante esta historia rodada en stop-motion que se desarrolla en la tundra siberiana a finales del siglo XX, alrededor de la familia de una tribu nómada que se dedica al pastoreo de renos. Mientras sus padres están ocupados en mantener el rebaño, la protagonista Krisha (Lee Yunji) y su hermano Kolya (Kim Seoyoung) juegan y colaboran en el trabajo familiar, pero debido a una distracción de Krisha cuando cree haber visto la sombra de un oso rojo, su madre Shura (Kim Ye-eun) sufre un accidente y debe permanecer convaleciente durante varias semanas. El padre, Tokcha (Kang Gilwoo) decide acudir a la ciudad para comprar medicamentos, pero Krisha está convencida de la veracidad de las historias que se cuentan sobre una criatura mítica que mantiene la estabilidad de la naturaleza, y decide iniciar un viaje hacia el Norte tratando de encontrar al llamado Gran Oso Rojo Shaman (Lee Youngnyu) para pedirle que le ayude a curar a su madre. La criatura también es buscada por un oficial ruso, Vladimir (Lee Gwanmok) que recibe la ayuda del cazador local Bazak (Song Chulho), y cuyas intenciones son menos pacíficas, porque quiere cumplir su deseo de matar a ese Gran Oso Rojo que vive en las montañas. 

La película, seleccionada a competición en Bucheon International Animation Festival 2022, una muestra de animación que también se celebra en la ciudad coreana, supone el debut del director Park Jae-beom, que anteriormente ha dirigido los cortometrajes Dummy: No way out (2015) y Big fish (2017), ambos también utilizando la técnica del stop-motion. A través de una historia sencilla que introduce temas como el chamanismo y las criaturas míticas que mantienen el equilibrio natural, Mother land (Park Jae-beom, 2022) establece una puesta en escena sobria pero muy hermosa en un entorno helado en el que los nómadas realizan prácticas que se sostienen en las tradiciones ancestrales, como la de beber la sangre de un reno sacrificado para absorber su fuerza como un proceso de sanación. Krisha, acompañada por su hermano Kolya, es un personaje femenino que adopta cierto aire de rebeldía pero también tiene un convencimiento absoluto de que las visiones que recibe, y que la conectan directamente con sus antepasados, son reales. Aunque se trata de una película de animación que no profundiza demasiado en ninguno de sus temas, el director consigue construir una narrativa sólida, en la que brilla sobre todo la planificación de las secuencias de acción, como una persecución con lobos que no se desarrolla de una manera previsible. Los personajes son relativamente simples, sobre todo un antagonista algo plano, al que no se le saca demasiado partido en su relación con el cazador Bazak, un personaje que casi parece innecesario. Vladimir está obsesionado con cazar al oso y mantiene una actitud de desprecio por las tradiciones de los nómadas, en los que tampoco encontramos demasiadas complejidades. Pero finalmente la película, que dura poco más de una hora, resulta atractiva, con un mensaje ecologista sobre la forma en que el hombre contribuye a romper el equilibrio natural.

Destacan algunos aspectos técnicos que aportan una textura especial, como una fotografía cuidada a la que han contribuido tres profesionales, Song Hyeryeong, Kim Yebin y Jo Youngdae, o una notable banda sonora, que aporta una atmósfera de cuento, compuesta por Sohn Minyoung, que contribuyó a la música de la serie de televisión When the devil calls your name (2019). El director consigue crear un entorno de fantasía que es especialmente notable en el tercer acto de la historia, más relacionado con el Gran Oso Rojo, a quien pone voz la veterana actriz Lee Youngnyu, a la que hemos visto en papeles destacados en películas como El extraño (Na Hong-Jin, 2016) y La doncella (Park Chan-wook, 2016). El uso de los colores para definir el equilibrio natural eleva la tonalidad mágica de la historia, que finalmente alcanza un grado notable de sencillez y relevancia al mismo tiempo. 

Hundreds of beavers

Mike Chesnik, 2022 | Fantasia Film Festival | ★★★★☆


La capacidad de Mike Cheslik y Ryland Brickson Cole Tews para crear universos personales a partir de referencias continuas al cine de humor clásico ya la demostraron con su película Lake Michigan monster (Ryland Brickson Cole Tews, 2018), una absurda aventura acuática que parodiaba el género de monstruos, rodada en blanco y negro y con poco presupuesto. La nueva propuesta del tándem sigue la misma línea, pero en este caso reflejándose directamente en innumerables referencias de la comedia popular, desde Buster Keaton a los Looney Tunes de Tex Avery o el mundo de los videojuegos. Hundreds of beavers (Mike Cheslik, 2022) se desarrolla en los bosques de Wisconsin en el siglo XIX y está protagonizada por un vendedor de aguardiente de manzana llamado Jean Kayak (Ryland Brickson Cole Tews) cuyo negocio se ha venido abajo literalmente debido a la presencia de castores, que han destruido sus tanques de destilería. De forma que Jean Kayak se convierte en un trampero con la intención de vengarse de tan molestos animales, interpretados por actores enfundados en disfraces de castor de Halloween, y protagoniza una aventura que le llevará a tratar de conseguir la mano de La Peletera (Olivia Graves), hija de El Comerciante (Doug Mancheski). En su camino también se encontrará con El Hombre de la Montaña (Wes Tank), que ha diseñado un complejo y efectivo entramado de trampas que le ha convertido en el cazador más exitoso de la zona. Rodada en blanco y negro y en formato de 16:9, esta película cuenta con el propio Mike Cheslik en el montaje y los efectos visuales artesanales. Su estilo de comedia se basa en el humor físico, al tratarse de una película muda pero con una variada y fundamental banda sonora de Chris Ryan (1990, Nueva York). 

Una propuesta como Hundreds of beavers se puede abordar de dos formas: pensando que es una broma creada entre amigos más o menos divertida, o dejándose seducir por este universo particular y acabar imbuido en la corriente de su sentido del humor clásico y su ritmo desenfrenado. Si se decide la segunda opción, es absolutamente disfrutable, porque es tan conscientemente deudora de las referencias del cine clásico y la cultura popular que cualquier espectador puede encontrar sus propios recuerdos cinematográficos en los entresijos de la historia. Hay momentos en los que Hundreds of beavers parece la típica trama de persecución de El Coyote y El Correcaminos, otros en los que se encuentra en la senda del humor de Abbot y Costello. Hay evidentes referencias a la iconografía de los videojuegos, sobre todo en el último acto en el que Jean Kayak se introduce en la mastodóntica construcción de madera que están creando los castores, destruyendo todo el paisaje de bosque que había a su alrededor, lo que también se puede interpretar como una vuelta de tuerca al mensaje sobre el hombre destruyendo su entorno. 

Rodada principalmente utilizando fondos verdes a los que se incorporan dibujos toscos de los bosques, esta "épica película muda sobrenatural", como la definen sus creadores, se rodó en Michigan y Wisconsin, utilizando más de 1.500 tomas de efectos visuales. Mike Cheslik y Ryland Brickson Cole Tews comenzaron a hacer películas en el instituto, y en cierto modo han trasladado ese concepto amateur a sus primeros trabajos de largometraje, aportando a textura de un cine independiente que busca sus propios caminos alejándose de las narrativas tradicionales, pero al mismo tiempo apoyándose en los referentes clásicos. Por eso Hundreds of beaver no es solo una propuesta divertida para contemplar con un grupo de amigos y olvidar, sino que construye su propia personalidad artística que le sitúa en el mismo plano de grandes creadores cinematográficos como Guy Maddin. 

Home invasion

Grame Arnfield, 2023 | Fantasia Film Festival | ★★★★☆

AQCC Camera Lucida Award: Mención Especial


Otro ejercicio que podría considerarse como artesanal es el que ha realizado el director Grame Arnfield (1991, Reino Unido) en su ensayo documental que según se indica se realizó "desde la cama durante la pandemia", y que consiste en la yuxtaposición de imágenes sacadas de internet y archivos de películas, mostradas siempre a través de un supuesta mirilla de una puerta, que reflexiona sobre el desarrollo de la vigilancia del hogar y la utilización del miedo como forma de márketing, para derivar hacia la creación de las narrativas cinematográficas que dieron lugar a las denominadas películas "home invasion", pasando por el desarrollo de organizaciones luditas que establecían como forma de rechazo al desarrollo de las máquinas una serie de acciones de destrucción que trataban de concienciar sobre el peligro de las maquinarias en las fábricas. En Home invasion (Grame Arnfield, 2023), que participó en la sección Forum Expanded del Festival de Berlín y en la sección Banda Aparte del Festival de Las Palmas de Gran Canaria, el director parte de supuestas pesadillas en torno a la invasión el hogar que llevaron a determinados personajes a desarrollar instrumentos contra estas amenazas, como en 1966 cuando Marie Van Britten inventó junto a su marido una forma de vigilancia doméstica que incluía un sistema cerrado de televisión que permitía al residente ver a la persona que estaba en el exterior y escuchar su voz, lo que se convertiría en la base de la vigilancia doméstica actual. 

En 2004, Jamie Siminoff inventó un timbre para la puerta que se conecta mediante WiFi y permite ver y grabar a la persona que ha tocado el timbre. Consiguiendo inversores como Richard Branson y Jeff Bezos, el joven emprendedor fundó la empresa Ring. Pero solo cuando la estrategia de marketing mencionaba la amenaza de robos e intrusos consiguió tener éxito, estableciendo la estrategia que utilizan las empresas de videovigilancia para captar clientes. El problema de Ring surgió cuando no estaba claro cómo se utilizaban las imágenes captadas por las cámaras, muchas de las cuales están disponibles a través de una aplicación que Grame Arnfield ha utilizado para su película, mostrando a posibles intrusos, mensajeros que maltratan los paquetes antes de entregarlos, o directamente personas que vandalizan las cámaras. Home invasion se convierte así en una auténtica película de terror a través de imágenes captadas de la realidad, pero también reflexiona sobre la escasez de estudios que demuestran que el sistema que vende Ring contribuya a disminuir las amenazas de seguridad contra los hogares. La segunda parte de la película se centra en la forma en que el cine ha contribuido a crear una narrativa respecto a la amenaza de la invasión del hogar. D.W. Griffith inventó el montaje paralelo para mostrar dos personajes en el interior y en el exterior de un escenario, estableciendo un subgénero que más tarde se desarrollaría como las home invasion movies. Imágenes de películas de terror como Scream (Wes Craven. 196) muestran el uso de este recurso para crear suspense en torno a la ruptura de la seguridad que un hogar proporciona. 

La decisión de mostrar todas las imágenes a través de un círculo en la pantalla que primero se utiliza como un reflejo de las grabaciones de Ring y más tarde como un recurso estilístico, aprovecha las posibilidades claustrofóbicas que proporciona una imagen en el centro de una pantalla en negro, aunque la utilización del texto explicativo constantemente hace que la película a veces resulte demasiado estática. Pero resulta particularmente inteligente la reflexión sobre cómo la videovigilancia no proporciona más seguridad, sino que utiliza el miedo como justificación, y la progresión de la narrativa que desemboca en los luditas, un movimiento surgido en el siglo XIX que estaba encabezado por artesanos ingleses que se dedicaban a destruir las maquinarias textiles, y que acabó con la aprobación en 1812 de la llamada Framebreaking Bill, una ley que condenaba a la pena de muerte a los implicados en la destrucción de los telares. Este ensayo escéptico respecto al desarrollo de la tecnología, ofrece una mirada particularmente acertada que invita a reflexionar sobre la incapacidad del hombre para afrontar sus propios miedos. 

The night owl

Tae Jin Ahn, 2022 | Fantasia Film Festival | ★★★★☆


El misterio no aclarado sobre la muerte del príncipe heredero So-hyun en 1645, que se atribuyó oficialmente a una enfermedad pero existen rumores de que pudo ser por envenenamiento, sirve al director debutante Tae Jin Ahn para elaborar una historia de ficción que toma como premisa principal acontecimientos de la vida real durante la Dinastía Joseon en el siglo XVII. Para este drama con elementos de thriller, el punto de vista se asigna a Cheon Kyeong-Soo (Ryu Jun-yeol), un joven ciego que tiene una habilidad especial para la acupuntura, lo que le permite ser elegido para servir en la corte real. Sus primeros días coinciden con el regreso a Corea del príncipe So-hyun (Kim Sung-cheol) después de haber permanecido preso durante ocho años en China, donde se entregó para servir como mediador entre la Dinastía Qing y la Dinastía Joseon. Su muerte repentina, sin embargo, expone diferentes teorías, aunque la oficial es que ha muerto debido a la malaria. Pero Cheon Kyeong-Soo se ha convertido en un testigo insólito del asesinato, ya que había ocultado que durante la noche sus ojos pueden vislumbrar figuras y formas. The night owl (Tae Jin Ahn, 2023), se convierte así en un thriller con especial capacidad para mantener la tensión a pesar de su concisión y de su narrativa de combustión lenta, planteando el dilema del protagonista en torno a cómo demostrar quién ha sido el asesino del príncipe, especialmente frente al rey Injo (Hae-Jin Yoo) y su médico Lee Hyung-Ik (Choi Moo-sung). Sobre todo porque solo encuentra cierto apoyo en la princesa heredera Minhoe (Jo Yoon-seo) y el primer ministro (Jo Sung-ha). 

A través de un guión que presenta a los personajes en un primer acto que trata de establecer el contexto histórico, la película se acelera a partir de la muerte del príncipe y se convierte en un thriller con un ritmo tenso que consigue algunos giros de guión acertados y un sentido del suspense perfectamente construido. The night owl consiguió ser un éxito en Corea del Sur a finales del año pasado, donde permaneció tres semanas en el número uno y ha sido la quinta película coreana más taquillera de 2022, compitiendo además con ocho nominaciones a los prestigiosos Baeksang Arts Awards, de los que logró los premios como Mejor Película, Director Novel y Actor  Principal (Ryu Jun-yeol). A través de una historia que prácticamente se desarrolla únicamente en el interior del Palacio Real, cuenta con un diseño de producción sobresaliente y una fotografía de Tae-Kyung Kim, quien también trabajó en la superproducción Alienoid: Part 1 (Dong-hoon Choi, 2022), que destaca especialmente en las escenas nocturnas, fundamentales para el personaje protagonista. Es notable también la acertada banda sonora compuesta por Hwang Sang Jun, que utiliza percusiones para subrayar los tratamientos con acupuntura, pero al mismo tiempo crea un tema principal melódico de gran belleza. The night owl se consolida de esta forma como un thriller político medieval que se beneficia de un buen trabajo de dirección y una escritura sólida que elabora personajes con un trasfondo histórico para incluirlos en una historia de ficción. 


Home invasion se puede ver en Filmin - Atlàntida Mallorca Film Fest hasta el 24 de agosto. 
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Películas mencionadas: 

Holy spider. Araña sagrada se puede ver en Filmin.
La doncella se puede ver en Filmbox+, Filmin y Movistar+.
Scream se puede ver en Movistar+ y SkyShowtime.


26 julio, 2023

El debate nuclear a través del cine

El estreno reciente de la película Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023) es interesante para reabrir un debate en torno a la energía nuclear cuya narrativa tradicional ha venido siendo puesta en duda en producciones documentales recientes. De forma, tangencial, hemos visto documentales como Richland (Irene Lusztig, 2023), que describe una de las zonas en las que se desarrolló el Proyecto Manhattan, pero no es una película que realmente pretenda incidir en el debate sobre la energía nuclear. Pero algunos de los últimos documentales estrenados en festivales como CPH:DOX o Visions du Réel ofrecen una perspectiva diferente que niega la mayor para defender la energía nuclear como la más segura y limpia frente a otras. A través del análisis de estas propuestas cinematográficas presentamos los diferentes planteamientos en un debate en el que parece claro que la interpretación de los datos depende del punto de vista que se adopte. 

Nuclear now

Oliver Stone, 2022 | CPH:DOX | ★★★☆☆

En su último documental, estrenado en la Mostra de Venecia y presentado en festivales como CPH:DOX y Docville, el veterano director Oliver Stone (1946, New York) defiende que la narrativa sobre la energía nuclear ha sido manipulada por intereses relacionados con la industria petrolífera y que la mayor parte de las recientes producciones en torno a desastres nucleares, bien sean en formato de ficción como Chernobyl (HBO Max, 2019) o documental como Meltdown: Three Mile Island (Accidente nuclear) (Netflix, 2022) ofrecen datos erróneos si no directamente falsos sobre los accidentes producidos en estas plantas de energía nuclear. La película está basada principalmente en el libro escrito por los autores Joshua S. Goldstein y Staffan Qvist A bright future: How some countries have solved climate change and the rest can follow (2019), en el que ponen como ejemplos a países como Suecia, Francia y Corea del Sur para demostrar que la energía nuclear es la más limpia y la menos contaminante. Suecia, por ejemplo, aprobó el fin de la moratoria nuclear en 2010 y a principios de este año ha expresado su intención de construir más centrales nucleares a partir de 2024, alineándose con la apuesta decidida del presidente francés Emmanuel Macron. Oliver Stone sirve como narrador, marcando una línea decidida por tratar de contrarrestar la campaña antinuclear que se ha venido desarrollando en las últimas décadas, y que ha marcado la apuesta por las energías renovables de países como Alemania, que sigue siendo dependiente del gas que proviene de Rusia. El planteamiento más interesante del documental consiste en señalar que el gran aumento del consumo de energía mundial no se puede cubrir con las energías renovables, y que son necesarias fuentes más equilibradas como la nuclear frente a la dependencia del carbón y el petróleo.

Se podría decir que la primera parte de Nuclear Now es un checklist en el que se repasa la historia de la fusión nuclear un poco a la manera de un lector de Wikipedia, y sobre todo rebate algunas de las narrativas habituales sobre los peligros de la energía nuclear, envuelta en una mala reputación que ha sido promovida por el alarmismo de organizaciones izquierdistas y apoyada principalmente por la industria petrolífera. Esta alarma surgida de las amenazas que se promovieron durante la Guerra Fría sobre posibles ataques nucleares y sus consecuencias, se ha desarrollado a través de campañas como "Nuclear No", que es parafraseada en el título de la película. La reflexión de Oliver Stone tiene lógica y se apoya en datos que aporta el libro, pero sobre todo en la comparativa entre países que decidieron renunciar a la energía nuclear como Alemania frente a los que han apostado por seguir desarrollándola como Francia, una diferencia de perspectivas radical dentro de la propia Unión Europea, por lo que la institución ha estado evitando un debate profundo en torno al tema. Por ejemplo, compara el espacio que necesita ocupar una planta eólica, con el consiguiente impacto medioambiental, y el de una planta nuclear para conseguir la misma cantidad de energía. Mientras que la segunda ocuparía solo 40 hectáreas, la planta eólica necesitaría más de 200 hectáreas. Pero el documental no puede evitar ser demasiado didáctico, a lo que no ayuda la propia narración de Oliver Stone, ni tampoco una selección de entrevistados que parece aleatoria, enfocada principalmente a apoyar el discurso, aunque sea con una mezcla disparatada entre personajes como Joshua S. Goldstein, profesor de Relaciones Internacionales, ex-directivos de empresas nucleares como Rod Adams, CEO de Adams Atomic Engines entre 1993 y 2010, e incluso exitosas usuarias de Tik-Tok como Isabelle Boemeke, que se define a sí misma como "modelo brasileña e influencer de la energía nuclear". Es cierto que ella ha intervenido como ponente en las prestigiosas Conferencias TED, pero este tipo de intervenciones no ayudan a dar seriedad al discurso nuclear.

Es interesante el tiempo que Oliver Stone dedica a la representación de la narrativa tradicional en el cine, haciendo una referencia directa a series documentales como la efectista Accidente nuclear (Netflix, 2022), dirigida por Kief Davidson, que abordaba el accidente que tuvo lugar en 1979 en la llamada Three Miles Island, una planta nuclear de Pennsylvania, o películas de ficción como la coreana Pandora (Jeong-woo Park, Jong-woo Park, 2016). Oliver Stone pone especial énfasis en aclarar que en Pennsylvania no se produjo ninguna muerte y que los accidentes nucleares han sido mínimos a lo largo de la historia, frente al más de medio millón de muertes que ha provocado la industria del carbón, con una declaración de Joshua S. Goldstein que ciertamente resulta espeluznante y quizás algo alarmista: "Mueren más personas debido al carbón en dos semanas que las que han muerto debido a la radiación en toda su historia". El director mantiene buenas relaciones con Rusia, que se manifestaron en la miniserie Entrevistas a Putin (Showtime, 2017), muy interesante de revisar desde la perspectiva actual. Por tanto, tiene un acceso privilegiado como el interior del mayor reactor nuclear del mundo, mientras consigue entrevistar al Dr. Vladimir Asmolov, uno de los investigadores del accidente de Chernobyl, quien afirma que la miniserie Chernobyl (HBO Max, 2019) está llena de imprecisiones y falsedades, y que el accidente se desmostró que fue debido a un fallo humano. No se le puede negar a Oliver Stone una firmeza clara en su discurso y posiblemente parte de él pueda ser perfectamente asumible, pero este documental con entrevistados dispersos y con algunos malabarismos de datos que se hacen evidentes, como cuando expone las emisiones totales de CO2 y las emisiones de CO2 por habitante según le conviene para su narrativa, no parece ser el mejor vehículo para impulsar un cambio de percepción respecto a la energía nuclear como única fuente realmente alternativa al carbón y el gas. 

Los días

Masaki Nishiura, Hideo Nakata, 2023 | Netflix | ★★★☆☆

Cuenta Oliver Stone en las entrevistas sobre su película que presentó su proyecto documental a Netflix, pero ésta rechazó la propuesta, lo que establece una línea editorial que teóricamente no tienen las plataformas de streaming, pero que es más real de lo que pudiera parecer. Esta narrativa anti-nuclear de Netflix es bastante clara si se repasan las películas dedicadas al tema que se pueden encontrar en su catálogo. Entre las más recientes, Los días (Netflix, 2023) es una ambiciosa miniserie de producción japonesa estrenada a principios de junio que en cierta manera parece que quiere ser una especie de Chernobyl (HBO Max, 2019), pero centrada en el cúmulo de desastres que se produjeron en la central nuclear de Fukushima Daiichi cuando se vio afectada por un terremoto el 11 de marzo de 2011 que provocó también un tsunami, cuyas olas superaron el dique de contención y destruyeron los generadores de electricidad, dejando a la planta nuclear sin energía. Un grupo de técnicos permaneció a pesar de los altos niveles de radiación para intentar evitar que los reactores dejaran de funcionar. La tragedia ha acabado convirtiéndose en un trauma nacional, hasta el punto que el gobierno japonés decidió dejar de construir plantas nucleares. A pesar del peligro que supuso el accidente, que provocó varias explosiones y una evacuación en un radio de 20 kilómetros debido a la radiación, oficialmente solo se le atribuye un fallecido que murió por cáncer en 2018, siete años después de la tragedia.

En torno a este desastre nuclear, sin embargo, no ha habido demasiadas producciones cinematográficas, con la excepción de documentales como Fukushima: A nuclear story (Matteo Gagliardi, 2015) y la película de ficción Fukushima 50 (Setsurô Wakamatsu, 2020), una producción más lograda técnicamente, pero enfocada a destacar la heroicidad del grupo de técnicos que permanecieron en la planta, con una cierta tendencia al melodrama. Los días es mucho más sobria en este sentido, pero con una parte final que también destaca el carácter heroico y las desavenencias con los políticos, aunque sobresale principalmente en la primera parte cuando se plantea la pérdida de energía con escenas que tienen un pulso de película de terror. No en vano, uno de los directores de la serie es Hideo Nakata, conocido por sus historias de horror como The ring (El círculo) (1998) o Dark water (2002). Pero el empeño de la serie creada por Jun Masumoto en trasladar de la manera más fiel posible los hechos acaba provocando una ralentización en el ritmo, unido a su duración total de ocho horas, que podría parecer adecuado para relatar los diferentes escenarios que se plantearon durante el accidente, pero que acaban siendo demasiado extensas. En la serie han participado varios técnicos de efectos visuales españoles como Daniel Pérez Ferreira, Miguel Pérez Senent y Josep Ramón García, aunque no es precisamente uno de los aspectos que más destacan. La historia funciona mejor en las distancias cortas, sobre todo por la lograda y contenida interpretación del veterano actor Kôji Yakusho, protagonista de 13 asesinos (Takashi Miike, 2010), como el gerente de la central nuclear Masao Yoshida, uno de los testimonios que aparecen en el libro en el que se basa la serie, On the brink: The inside story of Fukushima Daiichi (2014), del periodista Ryûshô Kadota, que fue co-guionista de Fukushima 50

Pero lo que más destaca de la serie en relación con el debate en torno a la energía nuclear y este tipo de grandes centrales construidas en los años sesenta, es la forma en que se adjudica la responsabilidad de buena parte del desastre a la propia gestión del accidente, y en especial a la toma de decisiones políticas que en ocasiones estaban en total contradicción con las recomendaciones de los técnicos. Pero también a la propia organización de las acciones previstas por parte de TEPCO (Tokyo Electric Power Company Holdings), una empresa privada que gestionaba la central. TEPCO publicó en 2013 un informe titulado El Desarrollo y las Lecciones del Accidente Nuclear de Fukushima Daiichi, pero solo asumió parcialmente su responsabilidad. Hace un año, sin embargo, un Tribunal de Tokio dictaminó la primera sentencia que reconoce la responsabilidad civil de la antigua Junta Directiva de la empresa, condenando a los expresidentes Tsunehisa Katsumata (82 años) y Masataka Shimizu (78), y los ex-vicepresidentes Ichiro Takekuro (76) y Sakae Muto (72) a pagar una indemnización de 13 billones de yenes (94.684 millones de euros) a un grupo de inversores, empleados de la central y miembros las fuerzas de antidefensa. Un mes antes, el tribunal Supremo había absuelto de toda responsabilidad al Estado en el desastre, por lo que TEPCO debe asumir todos los costes, incluido el desmantelamiento de la planta nuclear, que se calcula que tendrá una duración de entre 30 y 40 años. 

La esperanza atómica

Frankie Fenton, 2022 | Atlàntida Film Fest | ★★★☆☆

La revisión de los conceptos en torno a la energía nuclear no es reciente, y en documentales como Pandora's promise (Robert Stone, 2013) ya se planteaba una mirada diferente hacia la imagen de desastre global que ha venido aplicándose a ésta. Otra de las películas que han tratado el tema desde la misma perspectiva se proyectó en el Festival Hot Docs 2022 y en CPH:DOX 2023, y forma parte de la programación del Atlántida Mallorca Film Fest. Atomic hope: Inside the pro-nuclear movement (Frankie Fenton, 2022) se acerca, como indica su título, a diferentes representantes de los movimientos que defienden la energía atómica como la fuente más limpia y necesaria para sostener el crecimiento del consumo en los próximos años. Que la película se inicie con el ingeniero nuclear japonés Moto-Yasu Kinoshita es una manera inteligente de abordar las contradicciones en un país tan drásticamente afectado por esta fuente de energía. Haciendo referencia a la bomba atómica de Nagasaki, el científico explica que él nació en esta ciudad japonesa y familiares suyos fueron víctimas del ataque nuclear, manteniendo que "la actitud japonesa hacia la energía nuclear es muy compleja", entre el reconocimiento a su importancia y el recuerdo de los desastres vividos en el pasado. De hecho, tras el accidente de Fukushima, Japón permaneció durante muchos años en un "apagón atómico" que ha abandonado recientemente, dando un giro radical a su política energética en 2022 e impulsando la construcción de nuevos reactores atómicos, en parte obligados debido al aumento del coste de las materias primas provocado por la guerra de Ucrania. 

El director irlandés Frankie Fenton, cuya anterior película It's not yet dark (2016) fue seleccionada en el Festival de Sundance, realiza un recorrido por el activismo pro-nuclear a través del retrato de diferentes líderes de opinión que defienden, con mayor o menor controversia, las virtudes de la energía nuclear y las escasas consecuencias que han tenido los accidentes más graves de Chernobyl y Fukushima, una línea narrativa que comparte con el documental de Oliver Stone en cuanto a tratar de rebatir la imagen que habitualmente se ha venido representando en los medios y la opinión pública. En este caso, hay una interesante intervención de Geraldine Thomas, responsable de Patología Molecular en el Departamento de Oncología de Imperial College London, quien afirma que tras rigurosos estudios posteriores al desastre de Chernobyl no se detectó un aumento de casos de cáncer, leucemia y otras enfermedades que pudieran estar relacionadas con la radiación, y que tampoco se han producido efectos en la fertilidad, el embarazo o la aparición de malformaciones. Siendo una de las mayores expertas del mundo en los efectos de la radiación, con conclusiones parecidas tras el accidente de Fukushima, su intervención resulta especialmente significativa. 

Sin embargo, el enfoque de Frankie Fenton está más centrado en el activismo, y ahí es donde la película encuentra sus mayores dificultades para mantener cierta credibilidad, sobre todo porque en algunos casos este movimiento está encabezado por personajes controvertidos como Michael Shellenberger o que directamente forman parte de la industria nuclear como el ingeniero John Kutsch, fundador de la organización Thorium Energy Alliance. El norteamericano Michael Shellenberger era también el principal entrevistado en Pandora's promise, pero por entonces tenía una narrativa menos radical que en la actualidad, atacando directamente a las organizaciones climáticas que defienden las energías renovables. La esperanza atómica utiliza un estilo tradicional dividiendo su discurso en siete partes, lo que consigue una narrativa fluida. Quizás puede haber problemas para asumir su argumentario porque resulta unidireccional, intentando rebatir en vez de confrontar, incluso utilizando algunos recursos algo manipuladores como el de mostrar solo determinados comportamientos hostiles por parte de manifestantes ecologistas frente a una actitud más pacífica de los pro-nucleares. Pero lo que se desprende de estas aproximaciones a la dialéctica discursiva es que está demasiado marcada por cierta radicalidad, tanto en uno como en otro lado. Como señala Geraldine Thomas, "formamos una red de académicos que estudiamos los efectos reales de la radiación en la salud, pero muchas personas nos consideran simplemente pro-nucleares".  Cuando la activista Greta Thunberg mencionó en octubre de 2022 que sería un error que Alemania renunciara a la energía nuclear, sus palabras se percibieron como un ataque al movimiento climático que, por definición, parece que también debe ser antinuclear. Lo cual es una representación muy clara de la fragilidad del debate energético. 


La esperanza atómica se puede ver en Atlàntida Mallorca Film Fest online hasta el 24 de agosto.

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Películas mencionadas: 

Accidente nuclear y Pandora se pueden ver en Netflix.
Fukushima 50 se puede ver en Filmin. 
The ring (El círculo) se puede ver en Filmin y Tivify.
13 asesinos se puede ver en Filmin, Movistar+ y Prime Video. 

24 julio, 2023

Las mejores bandas sonoras de 2023: Abril-Junio

Nuestro repaso a las mejores bandas sonoras editadas durante los meses de abril a junio destacan los trabajos musicales más interesantes para cine y series en relación con su aplicación en las imágenes. Y coincide con el anuncio de las nominaciones de los premios Emmy, cuya celebración está pendiente del desarrollo de las huelgas de guionistas y actores. Aunque hay una notable presencia de series en las que la música forma una parte importante, como Todos quieren a Daisy Jones (Prime Video, 2023), con nueve nominaciones, y George & Tammy (Showtime, 2022) con cuatro, lo cierto es que las nominaciones en las categorías musicales han sido sorprendentes en algunos casos, especialmente por las injustas ausencias. Mientras Howard Shore lograba su primera nominación al Emmy por el tema principal compuesto para El Señor de los anillos: Los anillos de poder (Prime Video, 2022-), no se ha reconocido la aportación de John Williams para Obi-Wan Kenobi (Disney+, 2022-) a pesar de las sorprendentes cinco nominaciones que ha conseguido esta producción tan criticada, entre ellas Mejor Serie Limitada. Pero lo más insólito es la ausencia de la ambiciosa y espléndida banda sonora de Bear McCreary, quizás uno de los mejores trabajos que se han compuesto en los últimos años. También destacan otras ausencias notables como la de Ramin Djawadi por La casa del dragón (HBO Max, 2022-) o Daniel Hart por Entrevista con el vampiro (AMC+, 2022-). 

Nicholas Britell está en un buen momento creativo y consigue tres nominaciones, una por Succession (HBO Max, 2018-2023) y dos por Andor (Disney+, 2022-), mientras que Laura Karpman logra otras dos nominaciones por Ms. Marvel (Disney+, 2022-), las mismas que Danny Elfman, últimamente envuelto en acusaciones por haber acallado en un acuerdo privado una denuncia por acoso sexual que él niega, por su trabajo para Wednesday (Netflix, 2022-). Entre las bandas sonoras que hemos comentado y que han recibido nominaciones se encuentran 1883 (SkyShowtime, 2021) de Brian Tyler; Caballero Luna (Disney+, 2022-) de Hesham Nazih; Estación Once (HBO Max, 2021) de Dan Romer;  Separación (Apple tv+, 2022-) de Theodore Shapiro; Una pequeña luz (Disney+, 2023) de Ariel Marx; y Predator: La presa (Dan Trachtenberg, 2022) de Sarah Schachner. 

Wild Isles: Our precious isles - George Fenton
Shogun Music  12/03/2023
Duración: 45mns

Wild Isles: Woodland - George Fenton
Shogun Music  19/03/2023
Duración: 43mns

Wild Isles: Grassland - George Fenton
Shogun Music  26/03/2023
Duración: 47mns

Wild Isles: Freshwater
 - 
George Fenton
Shogun Music  2/04/2023
Duración: 41mns

Wild Isles: Ocean - George Fenton
Shogun Music  9/04/2023
Duración: 42mns

Dentro de las producciones sobre naturaleza realizadas por la BBC, las que parecen más modestas son aquellas que están centradas en las islas británicas, con una concepción visual mucho menos espectacular que los grandes documentales estrenados en salas de cine y animales tan poco exóticos como las ardillas o las orcas. Y a pesar de las incursiones de compositores como Hans Zimmer en miniseries como Planeta helado II (BBC, 2022), la última serie documental recupera a uno de los músicos que mejor ha sabido captar la sonoridad del medio natural de una manera que se podría considerar clásica pero que es de una efectividad absoluta. hasta el punto que George Fenton (1949, Reino Unido) se ha convertido a sus 73 años en un especialista en poner música a documentales de este género narrados por el naturalista david Attenborough, desde La vida a prueba (BBC, 1990) hasta Planeta helado (BBC, 2011), pasando por Planeta Tierra (BBC, 2006). El planteamiento de estos documentales y de la incorporación de la música es más o menos básico, a través de leitmotivs que describen los diferentes fragmentos centrados en una determinada especie animal o vegetal, pero en su simplicidad resulta singularmente preciso, remarcado por una capacidad del compositor británico para crear temas de una gran belleza que se adaptan asombrosamente a las imágenes. Wild isles (Prime Video, 2023) se centra en la naturaleza que ofrecen las islas británicas, en el que puede ser una especie de despedida de David Attenborough, a sus 97 años, como presentador en exteriores de una serie documental, y también supone un reencuentro con el compositor que le ha acompañado durante tantas miradas a la evolución de las especies. Resulta sorprendente que después de tantos documentales sobre animales que muchas veces se repiten, George Fenton encuentre siempre una manera diferente de aproximarse a ellos. Por ejemplo, en el segundo episodio, Woodland (T1E2), hay una secuencia dedicada a las hormigas ("The ants") que utiliza tambores e instrumentos de viento en un tono marcial, que se encuentra a gran distancia del tratamiento dedicado a las hormigas ("Army ants") que compuso para la banda sonora de La vida a prueba, en el que introducía sonoridades de sintetizador y guitarras. Interpretada por la BBC Concert Orchestra, la música para Wild Isles se ha editado de una forma generosa, con prácticamente todas las composiciones que aparecen en la serie, en cinco álbumes independientes para cada episodio, lo que es de agradecer porque es una de las bandas sonoras más emocionantes que hemos escuchado recientemente. 

Our precious isles (T1E1) introduce el tema principal ("Wild Isles introduction/Front Titles") que es una hermosa composición que parece un vals que describe la diversidad de las islas con vientos y cuerdas predominantes. Una de las composiciones más elaboradas es la suite dedicada a las orcas, que comienza con violines solistas y flautas que nos sitúan en Escocia ("Orca"), y que continúa con un excelente tema de acción cuando las orcas preparan las emboscadas a las focas. Esta forma de situarnos en el escenario escocés también usa el violín solista y la flauta para mostrar unos paisajes espectaculares ("Birds eye view", "Barnacle geese"), que sin embargo siempre están marcados por el mensaje pesimista de la intervención del hombre y la pérdida de las especies ("The message"). Hay composiciones más traviesas como la dedicada al proceso de polinización a través de los insectos ("Polleneting"). Woodland (T1E2) se centra en buena parte en el águila y tiene una música más majestuosa, con excelentes pasajes de acción ("The Emperor") que reflejan sonoridades de compositores británicos como Ralph Vaughan-Williams, y temas más etéreos pero igualmente hermosos como la secuencia en la que se explica la red de comunicación que promueven los hongos bajo la superficie, el "internet de los bosques" ("Fungi"). Los pasajes más melódicos se refieren a la descripción de las técnicas de apareamiento, como la presentación del corzo hembra ("Roe deer"), que incluye voces femeninas, que volverán a estar presentes en el hermoso tema dedicado a los murciélagos ("Bats night") en el episodio Grassland (T1E4), que comienza con una flauta y sonidos electrónicos para incorporar también una voz femenina. Hay algunos hallazgos espléndidos, como el diálogo entre flauta y el piano predominante en el tema dedicado a las serpientes ("Adders"), mientras que el baile de las efímeras está mostrado a través de una composición muy bella que al final adquiere con un tono melancólico a través del violín solista ("Mayfly"), que refleja el fatal destino de los machos cuando bailan hasta morir de agotamiento. 

La banda sonora incorpora también sonoridades más folk cuando se refiere a los lepus, una especie de conejos ("The hares"), y una divertida tonalidad de "misión imposible" para subrayar los saltos de las ardillas de árbol en árbol ("Red squirrel"), e incluso una sonoridad clásica "mozartiana" en el espléndido tema asignado a la seducción que practican los somormujos ("Grebes"). George Fenton se ha convertido a lo largo de su filmografía en uno de los compositores que mejor ha sabido reflejar la magnificencia de la vida natural, junto a Antón García Abril y sus colaboraciones con Félix Rodríguez de la Fuente. Y en este conjunto de cinco discos para la serie Islas salvajes ha conseguido crear una de sus mejores bandas sonoras. 

Tetris (Motion Picture Soundtrack)
 - 
Lorne Balfe / VV.AA.
Warner Music  31/03/2023
Duración: 55mns

Tetris (Score from the Apple Original Film) - Lorne Balfe
Lakeshore Records  14/04/2023
Duración: 74mns

Se podría decir que aún falta una película basada en la creación del popular juego Tetris, porque su inventor, Alexey Pajitnov, queda en esta versión en un papel secundario a pesar de ser protagonista de una historia realmente compleja sobre cómo un juego de ordenador acabó representando las relaciones entre Rusia y Estados Unidos durante los últimos años de la Guerra Fría y el comienzo del desmantelamiento de la Unión Soviética. El guionista Noah Pink vio las posibilidades de esta trama de negociaciones y política, convirtiendo la historia de forma inteligente en una película de espías, lo que resulta una alternativa hábil y original a los habituales biopics sobre los descubrimientos tecnológicos más relevantes de las décadas de los 80 y 90, pero Tetris (Jon S. Baird, 2023) acaba perdiendo la perspectiva de la realidad enfocándose en Henk Rogers (Taron Egerton) para crear solamente un entretenido thriller de espionaje. La aportación de Lorne Balfe (1976, Reino Unido) hace un excelente trabajo en su aproximación a los sonidos de los ochenta, uniéndose a esta tendencia protagonizada por compositores como Brian Tyler en Super Mario Bros: La película (Aaron Horvath, Michael Jelenic, 2023), o el mismo Lorne Balfe en la serie A town called Malice (SkyShowtime, 2023). Hay que mencionar en este apartado la edición de la banda sonora con canciones porque, al margen de que la presencia de temas clásicos de Pet Shop Boys y Europe tiene relevancia en la película, también se incluyen versiones en ruso (Polina) y japonés (ReN) de éxitos pop de la época, como "Holding out for a hero", que Bonnie Tyler convirtió en éxito para la banda sonora de Footloose (Herbert Ross, 1984), y algunas composiciones de Lorne Balfe que no se incluyen en la edición del score. Como la excelente "Puzzle piece", una creación para sintetizadores que tiene aires de música barroca y que conecta con la referencia directa a Johann Sebastian Bach en el tema "Back to Bach", que se incluye en la edición de la música original. Esta aproximación electrónica a la música clásica tiene referentes sonoros principales en las aportaciones de Wendy Carlos para el cine, y en algunos momentos la banda sonora tiene un tono parecido a La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971), especialmente en las escenas de suspense en Rusia ("Liar, liar"). También se incluyen en esta edición de canciones las versiones más claras de la sintonía original del videojuego, que estaba basada en la canción tradicional rusa del siglo XIX "Korobeiniki", y con la que el creador del juego Alexey Pajitnov no estuvo de acuerdo en incluirla en el tetris. Destacan sobre todo la versión a cargo de Metaphonic ("Tetris Theme reworked"), la interpretación más techno de Aaron Hibell ("Benevolence") y sobre todo la espléndida propuesta de sonoridad sinfónica que aportan Lorne Balfe y Kevin Blumenfeld ("Two tribes"). 

La edición de la música original incluye una generosa parte de la partitura compuesta por Lorne Balfe que se presenta en dos vertientes: por un lado, los temas que hacen referencias musicales al juego y por otro lado las composiciones para las escenas más relacionadas con las negociaciones y las manipulaciones políticas en Rusia, que ocupan buena parte de la trama. Con el uso de sintetizadores programados por Lorne Balfe, en el primer enfoque hay algunas composiciones notables ("Falling blocks") que se acercan al estilo de los compositores electrónicos como Harold Faltermeyer que sentaron las bases de una sonoridad determinada en el cine de acción de los años ochenta. Este se convierte en un tema principal recurrente que hace referencia al juego en situaciones diversas, a veces con un tono de suspense ("Building blocks"). Surge también la presencia de la sintonía del juego en algunas secuencias en torno a las negociaciones entre una empresa del gobierno ruso y los empresarios norteamericanos ("Telling lies"), o en un tono más desenfadado ("Titing tiles"), pero siempre utilizando su referente folclórico como un elemento de ambientación en los escenarios soviéticos. En un estilo más cercano al género de espionaje, el compositor británico aporta creaciones sobresalientes ("Cutting corners", "Rhode Island Z"), y dedica al personaje siniestro de Valentin Trifonov (Igor Grabuzov) las composiciones más misteriosas ("Misdrop", "The Matrix"). Utilizando constantes repeticiones inspiradas en los sonidos MIDI de los juegos de Nintendo y Arcade ("Hard drop"), Lorne Balfe consigue una banda sonora que parece estar destinada a un videojuego, recuperando las sonoridades de los años ochenta para trasladarlas a un thriller de espías con originalidad y recursos variados. Aunque en la película las escenas más destacadas, como la persecución cercana al final, están marcadas por versiones de canciones que funcionan adecuadamente, el trabajo del compositor es realmente destacable. 

Super Mario Bros.: La película
 - 
Brian Tyler
Back Lot Music, 07/04/2023
Duración: 88mns

En un año especialmente nostálgico, con adaptaciones de juegos, juguetes y el regreso de Indiana Jones, parece un intento por devolver también a las salas de cine a ese sector de espectadores que no han crecido con las plataformas digitales y los móviles. Y ciertamente está dando buenos resultados en el ámbito musical, quizás porque los compositores encargados de abordar estos proyectos forman parte también de esas mismas generaciones que han conocido estos productos. Para Brian Tyler (1972, California) desprenderse de la gravedad de las bandas sonoras del universo dramático de Taylor Sheridan debe haber sido refrescante, abordando una música que utiliza adecuadamente el sentimiento retro pero que al mismo tiempo aporta su propia identidad. La intención de esta banda sonora es la de introducir el sinfonismo y una entidad cinematográfica a una adaptación que ha conseguido conectar con el público, pero haciendo continuas referencias a las composiciones originales de los juegos de Nintendo. Brian Tyler contó con el asesoramiento del músico original del juego, Kōji Kondō, y acredita también al creador del universo sonoro de la saga, Shigeru Miyamoto, aunque no se incluyen otros compositores de los que también se han utilizado fragmentos, especialmente los del juego Donkey Kong, que tiene especial importancia en la película. El músico Grant Kirkhope, que había escrito como una broma el popular "DK Rap" que finalmente se incluyó en el juego Donkey Kong 64 (1999), convirtiéndose en un gran éxito se quejaba en las redes sociales de que su nombre no aparecía en los créditos a pesar de que en la película se incorpora completa, interpretada por Donkey Kong (Seth Rogen). Pero lo más interesante del trabajo de Brian Tyler es haber sabido abordar la banda sonora como una película sin referencias directas, componiendo tres leitmotivs para los personajes principales, y posteriormente incorporar todos estos apuntes nostálgicos que sobre todo los jugadores más aficionados a Super Mario Bros. (1983) acabarán detectando. Un ejemplo de esto es la escena en la que Mario (Chris Pratt) se introduce en el Reino Champiñón ("Welcome to the Mushroom Kingdom"), que es un compendio de temas reconocibles de la saga. Incluso hay curiosidades como uno de los temas en 8 bits que compuso Kōji Kondō para Super Mario Bros. 3 (1988) que estaba basado en el primer movimiento de Los Planetas (1918) de Gustav Holst, y que Brian Tyler referencia devolviéndole el entorno sinfónico ("King of the Koopas") dentro del tema que introduce el leitmotiv dedicado a Bowser (Jack Black), con introducción de coros amenazantes. 

La banda sonora de Super Mario Bros.: La película (Aaron Horvath, Michael Jelenic, Pierre Leduc, 2023) se ha editado en todos los formatos físicos posibles, incluido vinilo (con discos de colores rosa y amarillo) e incluso en formato cassette. La generosa duración nos permite además encontrar algunos pasajes originales ("World 1-1") que en la película han sido sustituidos por ese tipo de canciones de los ochenta que Illumination constantemente introduce en sus películas, con un criterio que cada vez parece más un gag humorístico que una utilización realmente necesaria.  Pero Brian Tyler, envuelto en todas estas referencias y en un universo sonoro de música en 8bits y 16bits, ha conseguido también componer un excelente tema principal para el personaje ("Press play") que encaja perfectamente en esta nueva aventura, pero al mismo tiempo incorpora vínculos rítmicos con las sonoridades latinas del conocido tema de Kōji Kondō, e introduce elementos nuevos como un violín solista que aparece en otros momentos ("2 player game"). Es interesante la composición asignada a la Princesa Peaches (Anya Taylor-Joy), por su carácter heroico, que suena especialmente brillante en la suite que incorpora las composiciones nuevas ("Super Mario Bros. Opus"). En la banda sonora se incluyen también dos canciones: "Peaches", escrita e interpretada por Jack Black, que se ha hecho sorprendentemente popular, y el horrible "Mario Brothers Rap" que es incluso peor que "DK Rap", pero al menos éste nació como una broma, pero no se incorpora una canción que interpreta el personaje de Toad (Keegan-Michael Key). Brian Tyler ha conseguido ser al mismo tiempo nostálgico y aportar ideas nuevas al universo de Super Mario Bros., creando una apabullante banda sonora de referencias y sinfonismo espectacular que contribuye de manera fundamental a conformar el mundo del videojuego trasladado a la gran pantalla, incluso por encima de aquella aportación nada desdeñable de Alan Silvestri a la adaptación Super Mario Bros. (Annabel Jankel, Rocky Morton, 1993), tan criticada posteriormente. 

Renfield
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Marco Beltrami
Back Lot Music, 14/04/2023 (digital) / Waxworks Records 01/09/2023 (vinilo)
Duración: 61mns

Uno de los compositores más prolíficos de Hollywood parece este año menos activo, habiendo publicado tan solo la banda sonora de El piloto (Jean-François Richet, 2023) y con dos trabajos pendientes que devuelven a Marco Beltrami (1966, Nueva York) al género de terror que tantas veces ha explorado. Por eso resulta especialmente gratificante encontrar una banda sonora más irónica como la de Renfield (Chris McKay, 2023), un irregular homenaje a las películas clásicas de horror con la figura de Drácula como eje central, pero en esta ocasión protagonizada por un joven Renfield (Nicholas Hoult) en una historia que, si no existiera la serie Lo que hacemos en las sombras (HBO Max, 2019-) sería incluso original, pero que no encuentra nunca el equilibrio entre la devoción por los clásicos y la comedia gamberra. La banda sonora es uno de los elementos más sobresalientes de la película, y ayuda a establecer el tono adecuado, utilizando una variedad de temas que principalmente nacen de la confrontación entre la música para Renfield, más juguetona y con uso de instrumentos como la guitarra eléctrica, y la incursión más clásica que se asigna al personaje de Dracula (Nicolas Cage), lo que hace que se incluyan continuas sorpresas a lo largo de una edición generosa en duración. El principal elemento de base para la composición fue el ballet El lago de los cisnes (1877), de Piotr Ilich Chaikovski, como una referencia musical al clásico Drácula (Tod Browning, Karl Freund, 1931), al que la película homenajea desde el principio, sobre todo en el aspecto de Nicolas Cage con aspecto de Bela Lugosi. De forma que Marco Beltrami construye por un lado una banda sonora de corte clásico ("Wake and bake"), con inclusión de elementos electrónicos, pero sosteniéndose en coros e instrumentos de viento. Esta parte de la música no pretende ser humorística, sino todo lo contrario, tiene un planteamiento serio que al incorporarse a las imágenes encuentra su vertiente más irónica ("Let's eat", "Dracula at Renfield's head"). Podríamos decir que es la que más se conecta con la seriedad de su otra incursión en el universo vampírico en Drácula 2000 (Patrick Lussier, 2000), aunque aquella incorporaba una voz femenina que introducía los elementos religiosos relativos a las figuras de María y Judas. 

Marco Beltrami ha comentado en alguna entrevista que él quería utilizar con mayor amplitud la referencia a El lago de los cisnes, pero que finalmente se decidió darle a la banda sonora un enfoque más moderno. Lo que queda de esta idea se reduce a un breve apunte en la escena en la que Drácula ataca al grupo de apoyo para personas con relaciones de dependencia ("Dracula arrives at CODA"). Interpretada por The Skywalker Orchestra bajo la dirección de Sarah Hicks, los fragmentos más clásicos suenan de forma contundente, especialmente en los temas corales y de acción ("Final embrace"), pero también cuando adquieren una tonalidad romántica ("We can be heros", "Hello, Mr. Dracula"). En la parte relacionada con Renfield, la música contrasta a través del uso de instrumentaciones modernas de rock como la guitarra eléctrica y percusiones para temas que tienen un tono más desenfadado ("Transitional period"), especialmente en la composición principal asignada al protagonista ("Back to the beginning" , "Renfield leaves the meeting"), que en este caso sí aporta humor y tiene una maravillosa versión blues ("Renfield blues"), pero que funciona especialmente bien cuando se establece la confrontación entre el mundo de Drácula y el interés de Renfield por abandonar a su amo ("You're the monster Renfield", "Renfield's affirmations"). Marco Beltrami elabora uno de sus mejores trabajos recientes a través de este contraste de ritmos modernos y clasicismo que le permite desplegar sus habilidades tanto en el terreno sinfónico como en el más contemporáneo, creando una de las propuestas más divertidas e imaginativas que ha realizado hasta la fecha. 

Chevalier
 - 
Kris Bowers, Michael Abels
20th Century Studios, 21/04/2023
Duración: 66mns

La figura de Joseph Boulogne, Chevalier de Saint-Georges, quedó sepultada después de que Napoleón reinstaurara la esclavitud y ordenara destruir todas sus obras, por lo que han quedado pocas partituras de las más de 200 que escribió en sus 53 años de vida. Una cifra importante, teniendo en cuenta que Boulogne destacó también en la esgrima, era un consumado nadador, practicó la poesía y participó activamente en la Revolución Francesa como el primer oficial negro del ejército popular. Aunque ha acabado siendo considerado siempre en relación a su coetáneo Wolfgang Amadeus Mozart, etiquetado como "el Mozart negro", lo que indican sus biografías es que fue en su época más famoso que el compositor austríaco, a pesar de su condición de criollo, un mulato nacido de una relación entre un terrateniente y una esclava, pero cuyas dotes como violinista le llevaron a ser incluido en una de las más prestigiosas escuelas de música de París. Desgraciadamente, el guión de Stefani Robinson, una de las guionistas habituales de la serie Atlanta (Disney+, 2016-2022), para Chevalier (Stephen Williams, 2023) reduce la historia de Joseph Boulogne (Kelvin Harrison, Jr.) a una sosa relación de amor interracial prohibida con la dama Marie-Josephine (Samara Weaving), y parece que el personaje interesa más por su reflejo racial que por sus propios méritos como compositor. De hecho, no hay demasiada música del Chevalier de Saint-Georges en una banda sonora que ha reunido a dos de los compositores más interesantes del actual panorama: Kris Bowers (1989, Los Ángeles) y Michael Abels (1962, Phoenix). El primero se ha encargado de la música extradiegética mientras que el segundo ha sido responsable de producir y adaptar la música diegética que se interpreta en los conciertos. 

Aunque Joseph Boulogne destacó como violinista, Kris Bowers, que está habituado a trabajar en proyectos de época como Los Bridgerton (Netflix, 2020-), decidió asignar al personaje el violonchelo como instrumento principal, aportando una mayor profundidad emocional pero también cierto grado de oscuridad ("Awarded Chevalier"). En contraposición, se asigna el piano a Marie-Josephine, una dama que destaca como cantante de ópera pero cuyo marido considera el teatro un lugar de perdición. En su relación con Joseph, se establece un diálogo entre el violonchelo y el piano ("We'll find a desert island"), reflejando su naturaleza romántica. Para el antagonista, el Marqués de Montalembert (Marton Csokas), el compositor atribuye un grupo de violonchelos que reflejan la violencia ("Not a Queen of France"), también presente durante el enfrentamiento ("The queen is here - You will be erased") con la reina Maria Antonieta (Lucy Boynton), conectando con la música de la Revolución Francesa, marcada por las percusiones ("Egalité"). Kris Bowers aporta sonoridades modernas a una partitura clásica que se inspira en las composiciones de Joseph Boulogne, pero aportando violines desafinados cuando el personaje se enfrenta a la injusticia racial ("No I'm only a negro"). El otro tema destacado tiene relación precisamente con su identidad, educado en un entorno palaciego pero con unos orígenes que provienen de la esclavitud, especialmente cuando se reencuentra con su madre ("A letter came from you - Nanon"), en un tema que remite a una canción tradicional y que hace referencia al desarraigo y la separación ("The only home I knew"). 

El trabajo de Michael Abels, compositor habitual de Jordan Peele, se centra en la música que suena en los conciertos, empezando con un improbable duelo de violines entre Mozart y Boulogne con el que se abre la película ("Violin duel"), interpretado por los jóvenes violinistas Clayton Penrose-Whitmore y Wynton Grant. Sobre el Concierto para violín nº 5 (1775) de Wolfgang Amadeus Mozart, Michael Abels toma una decisión audaz, y es asignar a la interpretación de Boulogne toques de música sureña y moderna, para reflejar cómo sonaría en la actualidad. También adapta el aria de la ópera Ernestine (1777), interpretada por la soprano Patricia Janečková, la primera ópera que escribió Joseph Boulogne, y que fue un fracaso, con una sola representación. No está claro si Michael Abels fue contratado para componer la banda sonora y más tarde se decidió incorporar a Kris Bowers, pero el hecho de que existan composiciones originales del primero hacen pensar que fue así. Ha quedado en la película un hermoso tema para violín solista que Saint-Georges interpreta en un teatro vacío ("Soul of an artist"), y que está interpretado realmente por Ronald Long Jr., joven músico encargado de enseñar al actor Kelvin Harrison, Jr. la técnica del violín. En un interesante vídeo de Classic FM describe el proceso de ensayos, y cómo al principio iba a ser el doble del actor, pero después se decidió que éste interpretara el violín en todas las escenas, sin dobles. También describe de qué forma los gestos en la actuación de Kelvin Harrison, Jr. debían ser más exagerados, lo que concuerda con la seguridad del personaje. La conexión con las raíces africanas del protagonista se refleja en una composición para percusión interpretada por el cantante francés Joel Virgel ("Dansons pour la vie"). Pero la pieza principal suena durante el último concierto de Joseph Boulogne ("Sinfonie Liberté Part 1 & 2"), una nueva composición original de Michael Abels que funciona como una especie de himno de la Revolución, que incluye un fragmento del Concierto para violín en Sol Mayor nº 8 (1777), del que la banda sonora editada contiene algunos movimientos interpretados por el joven violinista Randall Goosby. Aunque la película desaprovecha la oportunidad de contar una vida sorprendente (Boulogne sufrió dos intentos de asesinato en París y Londres, fue espía y estuvo condenado a muerte...), la banda sonora descubre parte de su música y construye una interesante partitura con influencias de la música del siglo XVIII.  

Carmen
 - 
Nicholas Britell
Sony Classics, 21/04/2023
Duración: 70mns

La propuesta que hace el coreógrafo Benjamin Millepied (1977, Francia) en su primer largometraje como director sobre el mito de Carmen es una aproximación que se alimenta de muchas fuentes, tomando como inspiración según los títulos de crédito la novela Carmen (1845, Ed. Luis Vives) de Prosper Mérimée y el poema Los gitanos (1827) de Alexander Pushkin, pero con una conexión evidente con la ópera Carmen (1875) de Georges Bizet y con la versión actualizada que se ofrecía en la película Carmen Jones (Otto Preminger, 1954). La acción se traslada a la frontera mexicana donde la nueva Carmen (Marisa Barrera) es una joven mexicana que, tras la muerte de su madre, debe iniciar un viaje como "espalda mojada" a través del desierto, formando parte de un grupo de inmigrantes irregulares para cruzar a los Estados Unidos. El coprotagonista es Aidan (Paul Mescal), un ex-soldado que acaba de llegar de Afganistán y que en su primer día como agente fronterizo se da cuenta de lo cruel que son sus compañeros cuando encuentran al grupo de Carmen. Él acabará uniéndose a ella en un trayecto hacia Los Angeles que tiene algo de irrealidad y de realismo mágico, mezclado con coreografías de danza, hasta que llegan a un club nocturno donde se reúnen con Masilda (Rossy DePalma) y Gabrielle (Elsa Pataky). La película es una mezcla extraña que a veces parece estar influida por la puesta en escena de Terrence Malick (el director de fotografía Jörg Widmer trabajó en Vida Oculta (2019)) y que cuenta con coreografías del propio Benjamin Millepied, con el desierto de Australia recreando la frontera mexicana con Estados Unidos. La música es un elemento fundamental y permite a Nicholas Britell (1980, Nueva York) distanciarse de sus otros trabajos para componer principalmente temas corales que funcionan como una especie de coro griego a lo largo del viaje, cuya letra está extraída de fragmentos del libreto de la ópera en francés, pero evitando las referencias musicales a la partitura de Georges Bizet. De forma que en ocasiones dialoga con los personajes, como en la escena del motel en el que se esconden Carmen y Aidan ("The motel"), en la que el coro parece un tercer interlocutor. Es un trabajo excelente que está interpretado por London Voices en la parte coral, introducida desde la presentación de Carmen ("L'Oiseau s'envole") con voces femeninas hasta la introducción de sonoridades masculinas asignadas a la amenaza de la policía ("Attack - Si tu m'aimais, tu tu me suivrais", "The police - C'est l'Espada"). La banda sonora de Carmen (Benjamin Millepied, 2022) toma influencias de diferentes fuentes como el flamenco o el hip-hop, introduciendo también percusiones africanas ("On the run") durante la huída de los protagonistas. Algunas de las coreografías que se presentan son espectaculares, como la que se desarrolla en un parque de atracciones durante la noche ("Réponds-nous"), con el violín solista de Tim Fain aportando sonoridades de música gitana. El violinista californiano también forma parte de una de las canciones escritas por Julieta Venegas ("Ven a mí"), que interpreta Rossy De Palma como una especie de narradora, y de uno de los números musicales que forman parte del escenario del club La Sombra. Para la relación entre los protagonistas, Nicholas Britell compone un tema para piano solista, interpretado por él mismo, que tiene su expresión más romántica en la coreografía entre Aidan y Carmen en el tejado del club ("Rooftops"), con una melancólica versión para violonchelo (Caitlin Sullivan) ("Cello Impromptu in F Minor"), y una extensión como tema vocal interpretado por Melissa Barrera ("Tú y yo"), también con letra de Julieta Venegas. Hay algunos apuntes que introducen elementos religiosos, como el momento en el que Masilda lava los pies a Carmen ("Pour pays l'univers") o la representación de la culpa y el destino en la llamada de Aidan a su casa ("Calling home - Le destin"), que está espléndidamente representada con la incorporación de un órgano junto a los coros femeninos, uno de los temas más  elegíacos de la banda sonora. Nicholas Britell se ha implicado personalmente como productor ejecutivo del proyecto del coreógrafo francés, a quien conoció a través de Natalie Portman cuando éste trabajaba con ella en las coreografías de Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010), participando posteriormente junto a otros músicos como Nico Muhly en la fundación de la compañía L.A. Dance project.  

Guardianes de la Galaxia Vol. 3
 - 
John Murphy
Marvel Music, 03/05/2023
Duración: 63mns

Entre el estreno de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (James Gunn, 2017) y la tercera y última entrega han pasado tantos años que ha dado tiempo para el nacimiento y colapso de la Fase 3 del MCU ideado por Kevin Feige. Tanto es así que Guardianes de la Galaxia Vol. 3 (James Gunn, 2023) es una conclusión de la trilogía, motivada en parte por el despido de James Gunn de Walt Disney y su incorporación a DC, que se siente adecuada como desenlace pero también es una película de tonalidad muy diferente a las que han venido componiendo el MCU hasta la fecha, e incluso mucho más oscura y dramática que las entregas anteriores de la saga. El cambio de Tyler Bates (1965, Los Angeles) como compositor por John Murphy (1965, Reino Unido) también supone una ruptura casi completa de la línea temática de las películas anteriores y su conexión con la música que Alan Silvestri (1950, Nueva York) estableció para el Universo Cinemático de Marvel. De forma que puede ser discutible esta decisión de apartarse de un conjunto que pretendía ser compacto, pero por otro lado, se trata de una banda sonora muy acorde con el tono elegido por James Gunn para esta película. John Murphy, que había colaborado con el director anteriormente en El escuadrón suicida (James Gunn, 2021) y se incorporó a la saga en Guardianes de la Galaxia: Especial Felices Fiestas (James Gunn, 2022), desestima la continuidad temática, apuntando solo algunas referencias al tema principal de Tyler Bates ("Guardians vs. Hell Spawn"), pero en general introduce una línea diferente. Aunque las anteriores películas incluían música coral en sus bandas sonoras, el tratamiento es mucho más operístico en ésta, acorde con una narrativa que habla sobre el sacrificio y que ofrece un tono más maduro, en cierto modo justificado por el hecho de que los espectadores de las anteriores películas tienen ahora seis años más. Aunque James Gunn siempre ha considerado Guardianes de la Galaxia (2014) como una ópera espacial, el hecho de que esta tercera entrega comience con la versión acústica de "Creep" de Radiohead indica que el camino es distinto. Ampliando el uso de canciones a la década de los ochenta, la música de John Murphy a veces parece tener dificultades para encajar adecuadamente con los temas seleccionados por James Gunn, aunque incorpora guitarras eléctricas en algunas escenas de acción ("Warlock vs. Guardians"). 

La banda sonora se sostiene a partir de tres líneas temáticas principales: la primera está dedicada al entorno de The High Evolutionary (Chuckwudi Iwuji), a partir de una composición coral de tonalidad casi religiosa ("Mo Ergaste Forn"), que describe el personaje ante un joven Rocket (Bradley Cooper) como una grabación de hace 5.000 años. Interpretada por la soprano norteamericana Anna Schubert y el barítono portorriqueño Abdiel González, es un hermoso diálogo que establece el concepto "No seas como eres, sino como deberías ser" y que tiene su momento más operístico en la versión completa ("Mo Ergaste Forn (Full version"). El tema está unido al supuesto destino de Rocket y suena más sombrío ("Into the light"), en conexión siempre con el objetivo del antagonista de destruir el mundo para construirlo de nuevo ("The High Evolutionary"). Pero la nueva composición para el mapache, que se convierte en el protagonista de la trama principal de la película, es un motivo de cinco notas que se refiere al sacrificio, y que suena en los flashbacks cuando decide su nombre ("Naming", "Use your heart boy"), con la flauta étnica (Eliza Marshall) como instrumento solista para envolverse en la orquesta. La idea operística de la banda sonora se refuerza con la espléndida utilización de "Dido's lament", el aria "When I am laid in Earth" de la ópera Dido y Eneas (1689) de Henry Purcell, que aquí suena envuelto en una espectacular base coral. La tercera idea temática surge del sacrificio en el tercer acto de la película, una especie de tema de renacimiento para los nuevos Guardianes de la Galaxia ("It really is good to have friends"), que tiene su momento más grandioso en "Did that Look cool?". Entre 2010 y 2018 John Murphy se tomó ocho años de descanso para dedicarse principalmente al crecimiento de sus hijos, hasta que regresó con la serie Los Miserables (BBC, 2018) y comenzó a colaborar con James Gunn, pero sin duda ha retomado su posición con uno de sus trabajos más envolventes.

Citadel
 - 
Alex Belcher
Sony Music  05/05/2023
Duración: 120mns

El compositor norteamericano Alex Belcher ha colaborado con los hermanos Anthony Russo y Joseph Russo desde hace años, y también a través de sus trabajos junto a Henry Jackman en bandas sonoras como Tyler Rake (Sam Hargrave, 2020), y en sus películas sobre el Capitán América. Pero en el caso de Citadel (Prime Video, 2023-) ha creado todo el universo sonoro y musical en solitario, siendo quizás su proyecto más ambicioso. La banda sonora recoge la esencia de las composiciones melódicas de las películas de espías clásicas y el propio Alex Belcher confirma su inspiración en Bernard Herrmann y especialmente en sus creaciones para thrillers como Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959). Pero más que unas referencias más o menos claras, lo que permanece en su notable trabajo musical es una sonoridad determinada que, por ejemplo, se sostiene en la utilización de los instrumentos de viento de una forma que no suele ser habitual en las bandas sonoras actuales. De esta forma, el tema principal ("Citadel (Main Title Theme")) es una composición melódica reconocible que se sostiene en las cuerdas, pero que anticipa la relación romántica entre los protagonistas Mason Kane (Richard Madden) y Nadia Sinh (Priyanka Chopra Jonas) con la aparición de un piano final de tono melancólico. La introducción de la serie se produce a bordo de un tren (aunque la idea original de los creadores que se salieron del proyecto era comenzar con la escena de acción en la nieve que finalmente se trasladó al Episodio 3). La composición de Alex Bercher, que utilizará posteriormente en los créditos finales de todos los episodios, comienza con un ritmo de vals ("The train") que tiene una notable sonoridad a Bernard Herrmann, y que introduce la melodía romántica de la historia para adoptar después un tono de acción con la incorporación de nuevo del piano interpretando la melodía principal. Las composiciones para las escenas de acción suelen sostenerse sobre golpes de arco, rotundas percusiones y la introducción de vientos de metal ("Bathroom brawl"), predominando en ocasiones la incorporación de sonoridades electrónicas ("Ski sequence") que le proporcionan a la banda sonora una textura más actualizada. Comenta Alex Belcher que parte de los temas principales los compuso antes del rodaje, una técnica habitual de los hermanos Russo para incorporar algunas de las composiciones en el momento de rodar, lo que aporta el tono y el ritmo que necesitan las secuencias. La introducción de la ciudad de Valencia, que forma parte esencial de la historia principal, se hace con un espléndido tema ("Valencia") que tiene una cierta tonalidad misteriosa, pero en la mayor parte de las escenas que están relacionadas con España se utiliza la guitarra como instrumento solista ("The truth"). La relación entre los protagonistas es ambivalente, por un lado basada en la desconfianza pero al mismo tiempo unida por la relación sentimental que ambos mantuvieron en el pasado ("Nadia & Mason"), pero casi siempre predomina el tono romántico, como en la apasionada versión para violines y piano ("They meet"). Las secuencias de acción tienen una sonoridad e instrumentación parecidas a las composiciones de Henry Jackman y Alex Bercher para Manhattan sin salida (Brian Kirk, 2019), pero Citadel consigue mantener su propia personalidad gracias a un predominio lírico que está marcado en espléndidos temas como "A favor", que introduce los leitmotivs principales de una manera espectacular y apasionada. 

Bardot
 - 
Arthur Simonini
Federation Studios,  08/05/2023
Duración: 29mns

La esperada serie sobre los primeros años en el cine de la estrella francesa Brigitte Bardot llegó a la televisión el pasado mes de mayo después de su paso por el Festival Séries Mania. Escrita por el actor y director Christopher Thompson y su madre, la veterana guionista Daniéle Thompson, nominada a cinco premios César y a un Oscar, la serie se centra en los comienzos de la artista en el mundo del cine, desde los 15 hasta los 26 años. La actriz de origen argentino Julia de Núñez, que tiene un parecido físico notable, la retrata como una joven en constante incertidumbre que es incapaz de resistir la soledad y que acaba rodeada de un mundo artificial, lo que la llevará a una retirada temprana a los 39 años. Pero la puesta en escena no consigue transmitir la pasión de un personaje tan complejo, algo que logra con mayor claridad la banda sonora compuesta por Arthur Simonini, responsable de bandas sonoras de películas como Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019) y series como Vampiros (Netflix, 2020). La música se sostiene en leitmotivs melódicos que se asignan en parte a los hombres con los que Brigitte Bardot tuvo relaciones, pero sobre todo en un espléndido tema principal ("Double B"), con ritmo y guitarras que remite a los sesenta y define al personaje. A lo largo de la serie escuchamos este tema de Brigitte Bardot en diferentes versiones, con un piano nostálgico, interpretado por Stéphane Tsapis, que remite a la infancia de la actriz en París ("Rue de la Pompe"), pero también envuelto en la inestabilidad emocional con predominio de violín solista, interpretado por Arthur Simonini ("Idées noires") que la conduce a varios intentos de suicidio. El compositor crea un ramillete de temas melódicos, que describen a los hombres que rodearon a Brigitte Bardot. Roger Vadim (Victor Belmondo, nieto de Jean-Paul Belmondo) la conoció cuando ella tenía 15 años y fue su primer marido, manteniendo una amistad duradera, y se le asigna una composición elegante ("Vadim"), como una introducción al glamour del cine. Hay un tono mucho más romántico en el apasionado tema dedicado al actor Jean-Louis Trintignant (Noham Edje), al que conoció durante el rodaje de Y Dios creó a la mujer (Roger Vadim, 1956), que describe al que Brigitte Bardot califica en la serie como el amor de su vida ("Jean-Louis"), mientras que para el músico Sacha Distel (Fabian Wolfrom) hay un tono de intimidad elegante ("Sacha"). La relación compleja con el actor Jacques Charrier se describe principalmente a través del embarazo de la actriz en el episodio más melancólico de la serie, con el nacimiento de su hijo Jean-Jacques ("Naissance"), envuelto en un cierta tonalidad etérea a través del piano solista. Ambos acabaron ganando una demanda contra la actriz por tergiversar el relato sobre su relación, según se indica en la serie. 

Las composiciones más dinámicas, que se apartan del reflejo apasionado de sus relaciones o de su propia inestabilidad emocional, se refieren a un entorno que también influyó en la personalidad de Brigitte Bardot. La descripción de la elegancia y la fama que la rodearon, así como su relación con Saint-Tropez, se describe en un tema que remite en el tono y en el título a la música de Nino Rota para Federico Fellini ("Dolce Vita"), mientras que la incursión de los reporteros gráficos de unos medios de comunicación cada vez más entregados a la información rosa, se describe con una composición de tono barroco ("Paparazzi"), con introducción del tema de Brigitte a través del violín solista, que suena durante una persecución en el último episodio. La presión de los paparazzi también se muestra a través del personaje ficticio de Enzo (Giuseppe Maggio), para el que Arthur Simonini crea un tema misterioso ("Enzo"), pero envuelto en melancolía. Espléndido es el tema dedicado al director Henri-Georges Clouzot, quien la dirigió en La verdad (1960), un guión escrito basándose en la imagen que Brigitte Bardot proyectaba en los medios, y quizás la mejor interpretación de la actriz. Sostenido en contrabajos interpretados por Clémence Sarda, Guillaume Girma y Anders Ulrich, el tema de Brigitte aparece como un contrapunto en piano solista, reflejando la contraposición de dos personalidades diferentes ("Clouzot"). Elegante y romántica, la banda sonora de Bardot (France 2, 2023) es un espléndido trabajo musical de Arthur Simonini que captura, incluso mejor que la propia serie, las contradicciones de la protagonista. Estrenada en France 2, la serie ha sido vendida a Netflix para algunos territorios, pero sobre todo a televisiones públicas, aunque en España está pendiente de estreno, mientras que a pesar de las tibias críticas recibidas se prepara una segunda temporada. 

Una pequeña luz - 
Ariel Marx
ABC Signature  19/05/2023
Duración: 83mns
Emmy '23: Nominada 

A small light (Songs from the Limited Series)
ABC Signature  23/05/2023

Uno de los aspectos más cuidados de la miniserie Una pequeña luz. Protegiendo a Ana Frank (National Geographic/Disney+, 2023) es su banda sonora, no solo por el notable trabajo de la compositora Ariel Marx sino por la utilización de covers de canciones de los años cuarenta y 
cincuenta bajo la producción de Este Haim, miembro de la banda de pop-rock Haim, que también ha trabajado como consultora musical para la serie The white lotus (HBO Max, 2021-). Ambas aportaciones se han editado de forma independiente, dedicando un disco solo a la música original, mientras que el segundo álbum incluye los covers que cierran cada episodio, como la canción de 1938 "I don't want to set the world on fire", que se popularizó en la versión de The Ink Spots, tras el ataque a Pearl Harbour en 1941. La versión está interpretada por Sharon Van Etten e incorpora una aportación del actor Michael Imperioli. El saxofonista Kamasi Washington incluye al final del episodio 2 una versión del tema "Cheryl", mientras que el episodio final se cierra con la canción "I'll be seeing you" que escribió Sammy Fain en 1938 y que en la serie suena en la versión de 1944 interpretada por Jo Stafford, aunque en el disco está versionada por Moses Sumney, que también se incluye en los créditos finales. El otro álbum editado solo está compuesto por la música original, aunque Ariel Marx también se inspiró en sonoridades de swing jazz de de la época, utilizando una formación de cámara con resonancias a las que sonaban en los clubes en contraposición a las grandes las Big Band. La banda sonora tiene un tono de intimidad que refleja el pequeño espacio que comparten las familias escondidas, con instrumentos de cuerda como el violonchelo y el violín  y de viento como la trompeta y sobre todo el clarinete, interpretado por Josh Plotner, que es una presencia constante en relación con la protagonista y sus interacciones ("We're here"). Se asigna una frase de cinco notas al sentimiento de resistencia ("Miep and Tess"), mientras que la familia Frank está reflejada en algunos momentos de liberación dentro de la casa con ritmo de vals ("A secret meeting") pero posteriormente se expresa como una tragedia etérea cuando Miep es consciente de que Ana Frank y su hermana no regresarán del campo de concentración de Bergen-Belsen ("They're not coming back"). 

Los primeros episodios se desarrollan antes de la guerra, cuando Miep Gais es una joven idealista ("Before the war") y cuando conoce a su marido Jan ("A chicken more like you"), momentos reflejados en la música a través de esta pequeña formación con la incorporación de las guitarras que aportan un tono más desenfadado. La música asignada a Miep también incorpora el clarinete y una sonoridad juguetona de las cuerdas ("The happiest girl in the world", "The bookcase"). Pero conforme la historia se desarrolla, las cuerdas acaban adquiriendo un tono mucho más sombrío y minimalista ("Ransacked"), con momentos especialmente emocionantes como cuando Miep asume la peligrosidad de la colaboración de Jan con la resistencia ("Please don't go"). Se mantiene la misma pequeña formación de cámara pero multiplicando la sonoridad de las cuerdas con diversas capas, y sobre todo incorporando sonoridades electrónicas en una de las secuencias musicalmente más logradas, cuando unos oficiales nazis registran la oficina donde se encuentra oculta la familia Frank ("The raid of Opekta"), que refleja por un lado la tensión del registro y el horror interior que experimenta Miep. La incorporación progresiva de sonidos electrónicos y los teclados aporta un tono más contemporáneo a la banda sonora, que hace a la historia más atemporal. Las cuerdas juguetonas del comienzo se hacen ahora más contundentes para mostrar la determinación en una tonalidad minimalista ("A bribe"), mientras que la llegada de los aliados es subrayada a través de un tema casi enteramente electrónico, quizás para reflejar la ilusión de un futuro incierto ("The allies have landed"). Otro tema central es de la esperanza, que suena tanto en el momento en que encuentran un espacio donde poder esconderse ("I found a place") como en la posterior de Amsterdam ("Amsterdam is liberated"). La música de Ariel Marx es un elemento esencial en una miniserie que evita el melodrama para contar la Historia desde una perspectiva diferente. 

Munch
 - 
Tim Fain
Blind Bay Records, 20/05/2023
Duración: 40mns

La participación de Tim Fain en este particular biopic dedicado a la figura del pintor noruego Edvard Munch (1863, Ådalsbruk-1944, Oslo) tiene sentido más allá de su labor como compositor, ya que su trabajo está ligado en parte al uso de la música para crear entornos bioexperienciales para el cuidado de la salud, especialmente a través de su organización Studio Elsewhere, para la que ha creado partituras adaptativas y diseños de sonido sensoriales para Recharge Rooms, espacios adaptados para maximizar el estado de relajación, y otras instalaciones en centros de atención médica de Estados Unidos destinadas a mejorar el bienestar de los empleados. Edvard Munch tenía estados de depresión y alucinaciones que le llevaron a permanecer durante una temporada en un hospital psiquiátrico en Copenhague, uno de los cuatro entornos en los que se desarrolla la película, y la partitura de Tim Fain se siente a veces como una creación etérea y de ensoñación, como una especie de acompañamiento plácido a una vida turbulenta. La película se desarrolla en cuatro momentos concretos de la vida de Edvard Munch: su juventud en Vestfold (Noruega), su desarrollo como artista en Berlín, su estancia en la clínica Jacobson de Copenhague y su último año de vida en Oslo. Munch (Henrik Martin Dahlsbakken, 2023) es una película irregular pero que contiene ideas interesantes como la de trasladar la acción de Berlín a la actualidad, remarcando la atemporalidad de la obra del pintor y de las reflexiones sobre el concepto de arte. Pero la música compuesta por Tim Fain, que ha colaborado como violinista en bandas sonoras como Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010), 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013) y varios trabajos de Nicholas Britell, no pretende establecer las diferencias entre los espacios y los años en los que discurre la historia, sino que sirve como todo lo contrario, un enlace entre ellas. La partitura se utiliza para construir una tonalidad idéntica que cohesiona la estructura de la película, estableciendo un nexo de unión (de hecho, es utilizada en muchas ocasiones como transición entre épocas y lugares). El tema principal en el que se sostiene la banda sonora establece la tonalidad con un diálogo entre el piano y el violín ("Swimming") que suena sobre todo en esa especie de felicidad etérea que vive Edvard Munch (Alfred Ekker Strande) en su juventud, impregnado por el romanticismo de su primer amor ("Milly", "First love"), cuya decepción acabará marcando sus relaciones emocionales posteriores. En Vestfold, la presencia del piano predomina mientras se forja la personalidad del artista ("Mistaken identity"). La partitura adquiere una tonalidad más sombría durante la estancia de Munch (Ola G. Furuseth) en el hospital psiquiátrico ("Sanatorium"), con la introducción de sonoridades electrónicas e instrumentos de viento relacionados con sus alucinaciones ("Hallucinations"). En cierto modo, la música de Tim Fain refleja cómo se va creando la personalidad de un artista complejo que desafió a los convencionalismos del arte, por lo que su primera exposición en Berlín fue cancelada tras la decisión de la Asociación de Artistas que consideraba que su obra no estaba a la altura ("Berlin 1892"). El proceso de creación de Edvard Munch está reflejado en algunas de las composiciones más hermosas de la banda sonora, como sus primeras pinturas de los paisajes idílicos de los fiordos ("Listless afternoon"), en el que destaca la introducción del clarinete, y sobre todo cuando comienza a pintar los primeros bocetos de su obra más famosa ("Inspiration"). Aunque en la película no vemos hasta el epílogo su cuadro El grito (1893), la composición de Tim Fain sirve como transición entre las diferentes épocas reflejadas en una suerte de conclusión que define ya al artista completamente forjado, con el violín sugiriendo la absoluta libertad creativa. A lo largo de la película escuchamos en varias ocasiones una composición previa de Tim Fain ("Freedom"), que creó en 2016 para concienciar sobre la esclavitud, cuyas ventas se destinaron a la ONG Made in a Free World. Pero en este caso sirve para establecer también esa personalidad liberadora de un artista inclasificable.

La sirenita
 - 
Alan Menken
Walt Disney Records,  26/05/2023
Duración: 78mns

Es dudoso que los reglamentos de los Oscar puedan reconocer el trabajo de Alan Menken (1949, New York) para la versión en acción real de una de las películas que le lanzó a la popularidad junto al letrista Howard Ashman (1950, Baltimore-1991, New York). Pero por diferentes razones, la labor de reconstrucción y añadidos que ha necesitado la película merecería que al menos tuviera una nominación como reconocimiento a una carrera que continúa a sus 73 años muy activa. La banda sonora de La sirenita (Rob Marshall, 2023) no solo es un trabajo de adaptación de la partitura ya existente, sino que ha tenido que añadir fragmentos musicales dado el mayor metraje de esta versión, así como componer cuatro nuevas canciones y, con la ayuda del letrista Lin-Manuel Miranda, reescribir parte de las letras de temas que tenían un tono sexista demasiado marcado para una sociedad que tiene una sensibilidad diferente a la del año 1992. Criticar determinadas actualizaciones introducidas en una versión nueva de la historia, o la conversión de la trama principal en una relación multirracial solo se le ocurre a quienes añoran otras épocas y otros comportamientos. Pero lo cierto es que Halle Bailey es una perfecta Ariel, y tiene la mejor voz para interpretar versiones más espectaculares de canciones como "Part of your world", que forman parte de la iconografía clásica de los estudios Walt Disney. La calidad vocal de la actriz y cantante se demuestra sobre todo en las diferentes apariciones del tema en distintas tonalidades ("Part of your world (Reprise)", "Part of your world (Reprise II)"). También suena especialmente bien la versión de "Under the sea" a cargo de Daveed Diggs, uno de los primeros actores del musical de Lin-Manuel Miranda Hamilton (2015), aunque en la edición discográfica se ha eliminado la extensa parte instrumental que aparece en la película. También se han reescrito parte de las letras de algunas canciones para suavizar el tono sexista, pero en cuanto a las novedades, destaca especialmente la canción "Wild uncharted waters", interpretada por el príncipe Eric (Jonah Hauer-King), un tema que recupera la esencia de las canciones clásicas, absolutamente hermoso, que nadie duda que conseguirá una nominación al Oscar. Sobre todo porque el resto de las aportaciones nuevas no están a la altura, especialmente "The scuttlebutt", interpretada por Scuttle (Awkwafina) a quien la comediante convierte en un personaje insoportable, y que introduce el ya cansino hip-hop de Lin-Manuel Miranda. 

Por su parte, "For the first time", cuyo inicio recuerda a "La isla bonita" de Madonna, cuenta con la ventaja de estar interpretada por Halle Bailey, pero suena demasiado moderna para esta película, mientras que un cuarto tema que interpretaría el rey Tritón (Javier Bardem) finalmente se quedó en la sala de montaje, aunque es muy posible que acabe apareciendo en alguna edición especial de la banda sonora. Como comentamos anteriormente, Alan Menken ha tenido que ampliar la música original que compuso para La sirenita (Peter S. Beagle, 1992), puesto que esta película tiene una mayor duración, pero también ha introducido nuevas composiciones que se adaptan a unos personajes modificados en su personalidad. Ariel es una sirena con mayor independencia mientras que el príncipe Eric busca la paz entre los tritones. Y así surge un nuevo leitmotiv para este último ("Eric's decision", "Eric's ship") que está presente a lo largo de toda la partitura y es la base de la canción "Wild uncharted waters", generalmente acompañada por la frase de notas ascendentes que define al personaje de Ariel, como dos elementos inseparables. Algunas de las mejores composiciones aparecen como representación del reino de Tritón ("Triton's Kingdom") con la introducción de los temas principales y el desarrollo de voces corales que acompaña a una instrumentación intensa de cuerdas y metales. Alan Menken consigue mejorar la música compuesta para la película original haciéndola más espectacular y con orquestaciones más elaboradas, especialmente en algunos temas de acción ("Carriage ride"), y aportando algunas composiciones logradas como el final de la historia ("Finale"), que evita terminar con las voces corales típicas de los cuentos para hacerlo con un tono más dramático, lo que proporciona una tonalidad más madura, y la convierte en una de las mejores bandas sonoras de su carrera. 

Succession: Season 4
 - 
Nicholas Britell
HBO,  29/05/2023
Duración: 48mns
Emmy '23: Nominada

Para una serie, es difícil conseguir establecer ese momento casi de liturgia en el que la Intro evite la tentación de cualquier espectador de pasar hacia adelante para entrar directamente en la historia. Pero lo que antes se llamaba sintonía adopta una importancia destacada para incorporar el estado de ánimo que el relato requiere, y necesita una composición que refleje la esencia del programa. Nicholas Britell (1980, Nueva York) lo consiguió totalmente con el tema principal de Succession (HBO Max, 2018-2023), que le valió un premio Emmy en 2019. El compositor ha estado nominado a otros tres Emmy, dos de ellos por esta serie, y también ha tenido tres nominaciones al Oscar por Moonlight (Barry Jenkins, 2016), El blues de Beale Street (Barry Jenkins, 2019) y No mires arriba (Adam McKay, 2022), pero los pocos galardones conseguidos no parecen haber valorado todavía su destacado trabajo en cine y televisión. Este mismo año hay pocas dudas de que volverá a ser nominado a los Emmy, porque tiene dos bandas sonoras espléndidas para Succession y Andor (Disney+, 2022-). En el caso que nos ocupa, se enfrenta además a la dificultad (o quizás la sencillez) de cerrar definitivamente el viaje musical que comenzó hace cinco años. Él mismo ha calificado su música para las diferentes temporadas de Succession como una especie de concierto con distintos movimientos: La temporada 1 sería un Allegro, la temporada 2 un Adagio y la temporada 3 un Scherzo, siguiendo la estructura clásica de un concierto italiano de tres movimientos. La banda sonora de Nicholas Britell se inspira precisamente en los sonidos de la música clásica del siglo XVII, pero introduciendo elementos que distorsionan y bases rítmicas de hip hop que representan generalmente la confrontación entre generaciones (Logan Roy vs. Kendall Roy). Usando una caja de ritmos 808, que se desarrolló en los años ochenta, el tema principal ("Succession - Main Theme") se suele introducir de forma contundente, aunque en la edición discográfica se incluye una versión con una intro orquestal que aplica apresuramiento antes de la introducción de la caja de ritmos. 

La banda sonora de la última temporada, con los acontecimientos trascendentales que ocurren en ella, supone también desde el punto de vista musical un cierre que incorpora elementos de otras temporadas, de forma que las referencias del guión también se establecen a través de la música. El primer tema que suena al comienzo de la temporada, el día del cumpleaños de Logan Roy (Brian Cox), igual que en la primera, es una versión majestuosa del leitmotiv que representa al personaje ("Lento nobile + Lento pizzicato"), pero adquiere un tono más burlón con la incorporación del arpa y el clarinete ("A piacere di nuovo") cuando se establece la negociación en la que compiten el padre contra Kendall (Jeremy Strong), Shiv (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin) en el episodio The munsters (T4E1), que vuelve a sonar antes de la presentación pública de Kendall Roy en Living+ (T4E6). El viaje emocional de este personaje, que marcaba buena parte de la temporada dos, también es importante en esta última, y por eso hay conexiones musicales entre ambas, con temas de aquella ("Rondo in F Minor") de nuevo incorporándose en momentos destacados como la reunión en Noruega en Kill list (T4E5). Anteriormente, cuando Kendall se dirige a Hugo Baker (Fisher Stevens) en Honeymoon State (T4E4), casi como si quisiera imitar las formas de su padre, suena una composición que conecta con el tema de Logan ("Concerto grosso in C Minor - Ripieno strings"), que también se escuchaba en la segunda temporada. 

Nicholas Britell comenta que habitualmente escribe una pieza completa para cada episodio, pero que en la temporada final decidió componer escena por escena. De forma que en el trascendental episodio Connor's wedding (T4E3), las sonoridades de la llamada telefónica se distorsionan notablemente para establecer una representación disonante del complejo momento emocional que viven los tres hermanos ("Phone call"), y al final del episodio se establece el peso que tiene el personaje principal a través de un tema que siempre está presente ("Piano solo - Elegy for Orchestra - “Logan's return”"). El piano toma protagonismo sobre todo en el episodio Church and State (T4E9), donde la música no diegética está casi ausente, solo en determinados momentos, dejando espacio para la música diegética, a través del Concierto para violín de Antonio Vivaldi. Cuando suena una composición de Nicholas Britell, se introduce a través del piano solista, una música triste a la que no se incorporan otros instrumentos ("My dear, dear, world of a father"). También ha comentado el compositor neoyorquino en alguna entrevista que el tema para la última secuencia de la serie fue compuesto antes de leer el guión ("Succession - Andante Risoluto"), una composición para piano solista que tiene un aire minimalista que recuerda a Philip Glass, hasta que se incorporan las cuerdas, reflejando la presencia constante y opresiva de la sombra de Logan Roy. Para los créditos finales, Nicholas Britell cierra su soberbio trabajo para la serie Succession con una versión coral del tema principal ("End Credits - Choir and Orchestra - “With open eyes”"), un título que, como todos los episodios finales de cada temporada, hace referencia a un fragmento del poema "Dream Song 29", del libro 77 Dream Songs (1964) de John Berryman, cuyo protagonista tiene muchos elementos en común con Kendall Roy. 

Y todos arderán
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Joan Vilà
MovieScore Media, 02/06/2023
Duración: 49mns
Festival Terror Molins '21: Mejor Banda Sonora

Presentado en el Festival de Sitges de 2021, este cuento demoníaco sobre una leyenda que está oculta entre los habitantes de un pequeño pueblo ofrece dosis de apocalipsis y posesiones que parecen abrir directamente las puertas del infierno, con un final muy al estilo de Álex de la Iglesia, también en su concepción de caos y de desequilibrio narrativo, como si perdiera ímpetu progresivamente. Por el contrario, es precisamente el tercer acto donde toma impulso la destacada banda sonora compuesta por Joan Vilà (1987, Barcelona), donde confluyen los temas principales para cerrar la estructura de una música que es predominantemente narrativa. De hecho, la mayor parte de estos temas fueron compuestos antes del rodaje, lo que permitía evitar los temp tracks y aportar el entorno sonoro adecuado durante el montaje. La banda sonora de Y todos arderán (David Hebrero, 2021) se sostiene en temas principales que se asignan a la protagonista y a las fuerzas demoníacas, pero que están relacionados de alguna manera a lo largo de la película. Una canción de cuna interpretada por una voz soprano ("Lullaby") se conforma como el tema principal de la película, y remite al pasado en conexión con el tema dedicado a la protagonista María José (Macarena Gómez) que refleja el duelo por la muerte de su hijo Lolo, que sufrió bullying debido a su aspecto físico ("Main Theme"). Interpretada por Budapest Symphony Orchestra & Choir, bajo la dirección de Joan Martorell que también se ha encargado de las orquestaciones, la música utiliza instrumentos solistas como el violín (María Perera) para representar la figura del demonio, que está habitualmente presente a lo largo de la banda sonora igual que está presente a lo largo de la película ("The legend"), y que tiene su expresión más desbordante durante la aparición de la luna de sangre ("Blood moon"). Hay de hecho varias ocasiones en los que los dos temas principales se conectan, pero es especialmente sobresaliente cuando se envuelven en un ritmo de vals que tiene una sonoridad brujesca ("Open house"). También se utiliza el piano (Joan Vilà) sobre todo asignado al personaje protagonista, en momentos de retrospección pero también en enfrentamientos que tienen que ver con el regreso del pasado ("The duel"), en el que la confrontación entre dos personajes se representa enfrentando al piano con el violín, e introduciendo las percusiones que se asignan al pueblo y sus vecinos ("Town boys") como antagonistas, personajes que tratan de preservar la verdad con un objetivo concreto. Joan Vilà ha trabajado anteriormente en películas como Quién eres (Javier Alba, 2018) y en numerosos cortometrajes como Macarrones con tomate (Javier Alba, 2017) o El semblante (Raúl Cerezo, Carlos Moriana, 2022). Una de las mejores composiciones en ese despliegue final de los temas principales de la banda sonora es el que está dedicado a la profecía ("Prophets"), una especie de conclusión que se apoya, además de en el violín y los coros, en un piano que tiene un tono melancólico pero al mismo tiempo de liberación, que desemboca sin embargo en la presencia más contundente de los sonidos sintetizados que reflejan el paso hacia otro mundo ("Finale (The doors of hell")). Y todos arderán es una excelente banda sonora que proporciona un arco musical a los personajes para establecer una música narrativa que acompaña y alimenta a la historia, desarrollándose finalmente en un tercer acto en el que la banda sonora consigue aportar un impacto emocional que enriquece un desenlace desequilibrado. 


Guardianes de la Galaxia, vol. 3 se puede ver desde el 2 de agosto en Disney+.

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Películas mencionadas: 

Wild isles y Citadel se pueden ver en Prime Video. 
Tetris se puede ver en Apple tv+.
Chevalier y Una pequeña luz se pueden ver en Disney+.
Munch y Todo arderá se pueden ver en Filmin. 
Being Mary Taylor Moore y Succession se pueden ver en HBO Max.

Footloose se puede ver en Movistar+ y Prime Video.
La naranja mecánica, El escuadrón suicida y Con la muerte en los talones se pueden ver en HBO Max y Movistar+.
Dracula 2000 se puede ver en SkyShowtime.
Carmen Jones se puede ver en Filmin. 
Vida ocultaGuardianes de la Galaxia: Especial Felices Fiestas y La sirenita (1992) se pueden ver en Disney+. 
Cisne negro, Guardianes de la Galaxia y Guardianes de la Galaxia, vol. 2 se pueden ver en Disney+ y Movistar+.
Tyler Rake y No mires arriba se pueden ver en Netflix. 
Manhattan sin salida y Retrato de una mujer en llamas se pueden ver en Prime Video. 
Y Dios creó a la mujer se puede ver en Filmin y Plex. 
12 años de esclavitud se puede ver en Filmin y Movistar+.
Quién eres se puede ver en Filmin, FlixOlé, Pluto TV y Prime Video.