18 julio, 2022

Las mejores bandas sonoras de 2022: Abril-Junio

Nuestra segunda entrega de las mejores bandas sonoras de 2022 incluye los trabajos editados entre los meses de abril y junio, destacando aquellos que nos han parecido más interesantes. Estos meses han estado marcados por el fallecimiento del compositor griego Vangelis el 17 de mayo y por la reciente muerte de Monty Norman, el creador del tema original de James Bond, el 11 de julio a los 94 años. También por el anuncio de la retirada de John Williams de la composición de bandas sonoras, aunque realmente en los últimos años su actividad como compositor de música de cine se limitaba casi a títulos relacionados con Steven Spielberg, y aún tiene pendientes los estrenos de dos películas. La edición de banda sonoras regresa a la normalidad tras la pandemia, y nos ofrece la oportunidad de conocer los trabajos de nuevos compositores que, en algunos casos, se autoeditan sus trabajos musicales, y el regreso de nombres destacados en la reciente composición de bandas sonoras. Por otro lado, Ghent Film Festival ya ha anunciado que en su próxima edición, que se celebrará entre el 11 y el 22 de octubre, sus conciertos estarán dedicados a compositores coreanos como Jung jae-il, autor de las bandas sonoras de la película Parasite (Bong Joon Ho, 2019) y la serie El juego del calamar (Netflix, 2021-), por la que está nominado a los premios Emmy 2022, y que además es el primer compositor cuya imagen aparece en el cartel oficial del Festival de Gante. Asimismo, en esa edición del festival, el Premio del World Soundtrack Awards a la trayectoria se entregará el 22 de octubre al músico francés Bruno Coulais, invitado de honor junto a Mark Isham y Nainita Desai.

You won't be alone - Mark Bradshaw
Back Lot Music  01/04/2022

Disfrazada de un oscuro cuento de brujería, la película You won't be alone (Goran Stolevski, 2022) tiene una textura poética que recuerda al cine de Terrence Malick, uno de los referentes que utilizó el director para indicar al compositor Mark Bradshaw (1983, Australia) el modo en que su música debería interactuar con las imágenes. Y, efectivamente, se podría decir que la banda sonora de la película fluye por encima de lo que se muestra para adquirir una evocación más etérea, conectada directamente con la voz en off que reflexiona en un dialecto arcaico de la lengua macedonia, como una especie de conciencia interior de la protagonista Nevena (Sara Klimoska). Esto aparece de forma clara en el tema que define al personaje, una joven convertida en bruja que tiene la capacidad de "vestirse de cadáveres", tomando la forma de otros seres vivos. Su conversión ("Make me blackness") está marcada por una sonoridad de voces femeninas tratadas de forma electrónica, que revelan la inocencia de la mirada que tiene Nevena cuando sale de la gruta en la que ha estado encerrada toda su vida por el temor de su madre a ser capturada por la bruja ("Spirited out of Sacristy"). Su descubrimiento del mundo es de admiración y curiosidad, y su transformación en Bolsika (Noomi Rapace) repite musicalmente la misma cadencia, pero introduciendo más elementos electrónicos, casi deshumanizados. El compositor Mark Bradshaw es conocido sobre todo por sus colaboraciones con la directora Jane Campion, con quien colaboró en la película Bright Star (2009) y en la serie Top of the lake (Sundance TV, 2013-2017). Precisamente Goran Stolevski utilizó como temp tracks algunas composiciones de la primera, por lo que hay una especie de tonalidad parecida entre ambas películas, que se refuerza en las reflexiones poéticas de la voz en off. A lo largo de su proceso de descubrimiento de la humanidad, Nevena sufre la violencia doméstica en su cuerpo de mujer, pero también adquiere la perspectiva del subyugador cuando se transforma en el joven Boris (Carloto Cotta), adoptando la posición dominante en la pequeña aldea macedonia. Las voces femeninas desaparecen para dar paso a una sonoridad más terrenal, que introduce la flauta interpretada por Zlatko Miladinoski como un instrumento que conecta con la tradición musical folklórica de Macedonia ("I am a man now"). Las cuerdas aparecen cuando Nevena ya ha conseguido madurar, recordando su camino de descubrimiento, abandonando la ignorancia para entender con mayor claridad el mundo que la rodea ("I didn't know"), y se acopla con el piano en el momento en que establece la diferente concepción de ese mundo desde el punto de vista de una mujer y un hombre ("To the woman glass, to the man water"). El trabajo de Mark Bradshaw es muy hermoso y al mismo sutil, permaneciendo a una altura superior respecto a las imágenes, mirando a los personajes desde la conciencia que representa la voz en off. Pero se hace más terrenal cuando Nevena, en el cuerpo de la niña Biliana, escucha la historia de Maria, la bruja que la convirtió. Para este contexto, el compositor introduce el violonchelo ("Maria"), un instrumento más orgánico, acompañado por las cuerdas, que adoptan una tonalidad dramática cuando los habitantes de la aldea la acusan de brujería ("The burning"). Los coros femeninos que reflejaban la inocencia en los primeros temas se hacen más graves cuando Nevena crece como mujer que aspira a ser esposa y madre ("New rivers spin open"). La música original de Mark Bradshaw encuentra el equilibrio adecuado para coexistir con otras composiciones que se utilizan de forma principal en la película, y que suponen una conexión directa con el cine de Terrence Malick, ya que todas ellas se incluyeron en la banda sonora de El árbol de la vida (Terrence Malick, 2011). Uno de los más utilizados es el "Hymn 87: Welcome happy morning", del músico neozelandés Hanan Townshend, que compuso la banda sonora de Knight of cups (Terrence Nalick, 2015). También es una presencia recurrente en las películas de Malick el Requiem Op. 5 (1837) de Héctor Berlioz, y algunas obras para piano compuestas por el estonio Arvo Pärt como "Für Alina" (1976) y el conocido "Spiegel im Spiegel" (1978), para piano y viola. Pero son músicas que se acoplan perfectamente, a pesar de haber sido seleccionadas previamente a las composiciones de Mark Bradshaw: "Hubo un momento en que pensé en reemplazar el tema de Arvo Pärt componiendo algo parecido, pero nunca sería tan bueno como el original", afirmaba el compositor en una entrevista (Focus Features, 31/3/2022). No sabemos si este es su origen, pero una de sus composiciones para la película ("Him the boy inside") parece imitar la cadencia descendente de "Spiegel im Spiegel". Ninguna de estas músicas se incluyen en el álbum, que solo está formado por las creaciones de Mark Bradshaw, pero suenan en momentos destacados de la historia, y en conjunto componen una tonalidad espiritual que convive perfectamente con la música original. 

Broken keys - Gabriel Yared
Plaza Mayor  01/04/2022 

Incluida en la selección oficial del Festival de Cannes 2020 que no pudo celebrarse debido a la pandemia del coronavirus, Broken keys (Jimmy Keyrouz, 2020) ha tardado dos años en estrenarse. La película se desarrolla en una ciudad de la frontera entre Irak y Siria que ha sido tomada por miembros del Estado Islámico imponiendo su extremista ideología y prohibiendo la música, lo que afecta especialmente a Karim (Tarek Yaacoub), un joven que toca el piano y sueña con iniciar una carrera como músico en Europa. Es fácil comprender cuáles fueron las conexiones del compositor Gabriel Yared (1949, Líbano), primero porque comparte origen con Jimmy Keyrouz (1987, Líbano), un joven director afincado en Estados Unidos que consiguió el Oscar de Estudiantes y el premio BAFTA por su cortometraje Nocturne in black (2016), que fue el germen de esta historia. En alguna entrevista el compositor ha declarado que su colaboración con Jimmy Keyrouz le recordaba a su trabajo con Anthony Minghella, uno de los directores con los que ha creado algunas de sus mejores bandas sonoras. Y efectivamente la música de Broken keys tiene una cierta base melódica e instrumental que recuerda a trabajos como El paciente inglés (1996), por el que logró el Oscar o El talento de Mr. Ripley (1999). La aproximación de Gabriel Yared a la historia es interesante porque evita, por un lado, apoyarse en el piano, que podría ser lo más lógico ya que el protagonista es pianista, y por otro lado, utilizar instrumentaciones orientales, haciendo que el sonido sea mucho más universal, que el mensaje musical traspase las fronteras del desierto.

Grabada en Londres tras el confinamiento, bajo la dirección de Gavin Greenaway, la banda sonora utiliza una orquesta de sesenta músicos que tiene como solistas a los instrumentos de viento principalmente. Siendo una película sobre la reconstrucción de un piano que ha sido roto por los soldados del Estado Islámico, este instrumento solo aparece en la banda sonora cuando Karim puede tocarlo. Mientras los niños juegan entre las ruinas ("Kids playing"), escuchamos el piano complementado por la flauta que interpreta Karen Jones, y la introducción breve de unos coros lejanos a cargo de London Voices que evocan inocencia a pesar de la guerra, mientras que la apertura de un tienda que será importante en la historia está marcada por un tema juguetón, con piano, flautas y xilofón ("Shop opening"). Pero desde el momento en que el piano es destrozado y Karim inicia un viaje de búsqueda de las piezas que faltan para reconstruirlo, el instrumento desaparece de la banda sonora. El clarinete de Nicholas Bucknall que inicia el tema dedicado al viaje de Karim por el desierto ("Desert") es una de las composiciones que más nos recuerda a esa sonoridad de El paciente inglés, aunque en este caso introduce la voz soprano de Grace Davidson, como la evocación de un sueño. La reconstrucción del piano es también una reconstrucción interior del personaje, una búsqueda de sí mismo, lo que se refleja en un tema principal que suena con clarinete, oboe y flauta, apoyados por el arpa, interpretada por Skaila Kanga ("Are you afraid?", "Goodbyes"). Los coros aportan una cierta textura de ensoñación cuando Karim encuentra un nuevo piano ("Piano discovering"), que reaparece como instrumento solista interpretando el tema principal. Es algo parecido a lo que ocurre en una de las secuencias en las que brilla la banda sonora, un montaje sin diálogos en el que vemos representado el sueño de Karim de viajar a Europa ("Dream") y donde el piano interpretado por Gabriel Yared conversa con el violín de Thomas Bowes. 

Uno de los aspectos interesantes de la banda sonora es su música diegética, aquella que interpreta el protagonista, para la que se escogen dos o tres piezas clásicas que Gabriel Yared seleccionó de su propia biblioteca musical. Karim interpreta por ejemplo uno de los movimientos de 3 Intermezzi, Op. 117 (1892) de Johannes Brahms, considerados como monólogos al piano, que el compositor alemán dedicó a la también pianista Clara Schumann. Para una de las secuencias principales, se escoge el primer movimiento, Allegro con brio, de la Sonata para piano nº 21 (1804) de Beethoven. Pero Gabriel Yared también introduce elementos de la Oda a la alegría de Beethoven, el cuarto movimiento de su Novena Sinfonía  (1770-1807), en el optimista tema que suena durante la reconstrucción del piano ("Piano tuning"), una  composición que aporta vitalidad en medio de la opresiva invasión del extremismo, un hermoso homenaje a la música como elemento de supervivencia. 

Fading petals - William Cunningham
William Cunningham  04/04/2022

Este drama psicológico rodado durante la pandemia con menos de 10.000 libras de presupuesto, es el primer largometraje del director Bradley Charlton. Protagonizado principalmente por dos personajes, a los que solo se menciona en los créditos como la mujer mayor (Melanie Revill) y la mujer joven (Charlotte Reidie), establece una compleja interacción entre ambas cuando la segunda comienza a trabajar como cuidadora de la primera, una señora solitaria y algo excéntrica. Aunque en principio pretenden mantener una relación únicamente profesional, sus conversaciones van derivando poco a poco hacia terrenos más personales, en los que se revela que ambas tienen pasados dramáticos más similares de lo que parece. La película no logra completamente construir un desarrollo de personajes que se sienta cohesionado, pero un aspecto destacado es la música del joven compositor inglés William Cunningham. Éste ha colaborado con el director en sus cortometrajes The golden girl (Bradley Charlton, 2019) y Binary truths (Bradley Charlton, 2020), que tienen en común con Fading petals (Bradley Charlton, 2022) el hecho de ser exploraciones psicológicas de personajes femeninos. Se podría decir en cierta manera que el largometraje es una ampliación de los temas abordados en sus anteriores cortometrajes. Pero la aproximación de William Cunningham es más orgánica en este caso, y de alguna manera funciona como personalización de las dos protagonistas sin nombre, pero al mismo tiempo como una clave esencial para establecer el desarrollo de la historia. Aunque en un principio compuso dos temas diferentes para cada uno de los personajes, finalmente decidió crear un solo tema principal en el que se adjudican diferentes instrumentos a cada una de ellas. El violonchelo refleja la soledad y la melancolía de la anciana, mientras que el violín muestra la juventud y cierta delicadeza para la cuidadora ("Main Theme"). Es una composición hermosa, con un tono de tristeza que aporta desde la primera secuencia la pesadumbre que parece impregnar la casa donde se encuentran ambas. Y es una inteligente aportación musical que expresa aspectos más profundos y reveladores de lo que pudiera parecer al principio. La relación entre ambos personajes se concreta en otras composiciones que introducen sonoridades etéreas ("White Cliff") a través de la incorporación del sintetizador interpretando la melodía principal cuando las dos pasean por la playa, pero se hace más inquietante durante la cena en la que sale a la luz la maternidad ("Dinner"), un tema de conversación que introduce tensión. La mujer mayor es una persona atormentada que sufre ataques psicóticos, marcados por unas cuerdas en tonos bajos y asfixiantes ("Train ghost"), pero también con violencia, cercana al género de terror ("Possess", "Punish"). A partir de la segunda mitad de la película, cuando la cuidadora deja de aparecer en la casa y la mujer mayor inicia una búsqueda casi obsesiva, hay mucha más oscuridad en la música, que se hace más psicológica, mucho más descriptiva de la psique del personaje ("Collapse"), pierde el componente melódico para introducir elementos de distorsión que acabarán revelando algunos secretos que permanecían ocultos en la memoria ("Key"), y el regreso del violonchelo y su melodía melancólica devuelve sin embargo cierta estabilidad a la protagonista. En la complejidad de una historia que explora el trauma y los abusos desde el punto de vista psicológico, el primer trabajo de William Cunningham para un largometraje se revela como una propuesta inteligente y reflexiva, construida a partir de una composición central poderosa que el compositor desarrolla en una suite extendida ("Main Theme (Extended)" que aporta un tono dramático y una profundidad muy destacables.  

Green jail - Thomas Foguenne
Thomas Foguenne  4/04/2022

El joven compositor Thomas Foguenne alterna su trabajo entre su Bélgica natal y Taiwán, donde ha desarrollado una fructífera carrera como compositor de bandas sonoras para cortometrajes y documentales como Sacred forest (Ke Jin-yuan, 2019) y The bad man (Lee Yong-Chao, 2021). Para el documental Green jail (Huang Yin-yu, 2022), presentado en DOK.fest 2022,  ha compuesto una espléndida partitura que acompaña a este relato sobre la opresión del colonialismo japonés a través de una isla conocida como "cárcel verde" porque allí trabajaron durante décadas miles de inmigrantes taiwaneses a los que se les inyectaba morfina para que pudieran trabajar día y noche. El peso de la memoria, de la opresión y de la culpa está presente en la figura de la anciana Yoshiko Mashima, hija adoptiva del jefe de minería ("The adoptive father"), y en las figuras fantasmales que hacen su aparición en el bosque. En su carácter elegíaco, la película encuentra una perfecta representación a través de la melancólica banda sonora, que se sostiene en un cuarteto de cuerdas para trazar el tema principal ("Dead man's island") pero que introduce en ocasiones sonoridades etéreas que representan esa presencia fantasmal que conforma la memoria ("The eldest son-Ishigaki Island"). Es casi una partitura espectral, que tiene una sonoridad a película de terror, y que expresa perfectamente la opresión del recuerdo a través de los violonchelos. La banda sonora está salpicada de haikus, breves piezas musicales que funcionan como poemas sonoros en los que se refleja la melancolía ("First Haiku-Crane"), pero la referencia a las minas se convierte en uno de los leitmotivs ("The coal mines-Uchibanari Island") que expresan los violonchelos como pesos pesados, que en algunos momentos parecen recordarnos a una tenue revisión de la música de Akira Ifukube para las películas kaiju ("Duel"). Esta presencia fantasmal se representa en el personaje principal del documental, la anciana Yoshiko Mashima, a través de su incapacidad para dormir por la noche, amenazada por las presencias etéreas de sus recuerdos ("Insomnia", "Lost souls"). La banda sonora se cierra con una suite que refuerza el carácter reflexivo del documental ("Green jail"), un hermoso y nostálgico adagio "mahleriano" de cinco minutos que mantiene al espectador envuelto en los recuerdos de las imágenes que acaba de ver. La banda sonora no ha sido editada oficialmente, pero se puede escuchar y comprar en formato digital en la página web del compositor.

Verbúđin (Blackport) - Herdís Stefánsdóttir, 
Kjartan Holm
INNI  8/04/2022

La ganadora de los premios a Mejor Serie en Series Mania 2021 y Serielizados Fest 2021 es una producción islandesa centrada en una comunidad pesquera que se enfrenta a la imposición de cuotas de capturas, que al mismo tiempo es aprovechada por un grupo de pescadores para construir una gran empresa pesquera surgida de la corrupción. Es una de las series más relevantes producidas en Islandia recientemente y ofrece un plantel de personajes complejos, a veces retorcidos pero al mismo tiempo dotados de un gran magnetismo. La banda sonora está compuesta por Kjartan Holm, que ha colaborado con Jóhann Jóhannsson y ha puesto música a otra serie popular, The minister (Filmin, 2021-) y Herdís Stefánsdóttir, compositora de la banda sonora de películas como El sol también es una estrella (Ry Russo-Young, 2019) y series como Y: El último hombre (Disney+, 2021) y La serpiente de Essex (Apple tv+, 2022). El tema central ("Main Theme - Verbúđin") sostiene la estructura principal de este trabajo musical, una composición para cuerdas que suena con sintetizadores en otros momentos, y que tiene un cierto aire melancólico, incluso cercano al tema central de Carter Burwell para Fargo (Joel Coen, Ethan Coen, 1996) cuando aparece en su versión más orgánica ("Verbúðarvals"). La referencia no es extraña, porque también hay en la serie una representación tragicómica de los personajes. Prácticamente el motivo principal está presente de forma constante, aunque el álbum editado solo contiene poco más de media hora de música. Los sonidos electrónicos muestran un entorno deprimente en el que los protagonistas se sienten ahogados, atenazados por fantasmas interiores ("Gamlir draugar"), impregnados también por un sentimiento religioso que musicalmente es descrito con cierta ironía ("Amen"). Hay una ambigüedad en la descripción de los protagonistas que contribuye a construir una historia llena de complejidades en la que a veces se toman decisiones contradictorias. Mientras se trabaja para el bien de la comunidad, los trabajadores realizan turnos agotadores que provocan accidentes graves, de forma que el tema central se convierte prácticamente en un lamento fúnebre ("Launaþrælar") que se inicia con una trompeta y va introduciendo los instrumentos de cuerda y los apoyos electrónicos. Las voces corales se incorporan en relación con el hogar ("Heimkoman"), como una especie de elegía que introduce una versión dinámica del tema principal, mientras que el mar es reflejado a través de sonoridades atonales ("Skipsbrot") que transmiten el misterio y los peligros que afrontan las pequeñas embarcaciones pesqueras. Blackport (RÚV, 2022-) es un trabajo complejo, equilibrado en su propuesta entre la pequeña formación de cuerdas y los sintetizadores que aporta una atmósfera singular a una serie sobresaliente. 

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore - James Newton Howard
WaterTower Music  8/04/2022

Hay pocos compositores en la actualidad tan capacitados como James Newton Howard (1961, California) para elaborar creaciones musicales tan ambiciosas y con tantos elementos como las que ha realizado para la saga de Animales Fantásticos y para otras fantasías como Maléfica (Robert Stromberg, 2014) o El cascanueces y los cuatro reinos (Lasse Halström, Joe Johnston, 2018). Tomando como ejemplo el tema que representa a la conspiración para manipular las elecciones ("A message to deliver"), este incorpora voces corales que aportan misterio, sonoridades electrónicas que se asignan al personaje de Gellert Grindelwald (Mads Mikkelsen), presentes cada vez que aparece ("The vote"), y una base orquestal en el que predominan los instrumentos de viento de madera. La gran capacidad del compositor para equilibrar la grandilocuencia con los momentos más íntimos está presente en la escena inicial de la película ("We can free each other"), el encuentro entre Albus Dumbledore (Jude Law) y Grindelwald, que comienza con un piano sordo y va creciendo hasta la incorporación del coro y la orquesta en un tono inquietante. Aunque mantiene las constantes de las otras películas, James Newton Howard incorpora temas nuevos como el que se refiere a la familia Dumbledore, pero de una forma sutil, expuesto a través del clarinete ("I know you are there"), para luego presentarse de forma más explícita con los instrumentos de cuerda ("Family history"). También hay temas nuevos para la criatura Qilin que será fundamental en la conspiración, en general presentado a través de voces corales ("Powers of the beast"), pero más claramente en una decisiva escena al final de la película ("Twins"). Y para la profesora de Hogwarts Lally Hicks (Jessica Williams), que presenta la aportación más distendida ("Lally") de una banda sonora que en general es mucho más oscura que las anteriores, que incorpora el jazz en línea con un divertido baile con aires de samba ("Manticore dance"). Se trata de un trabajo musical muy rico en la aportación de ideas, que el compositor no agota a pesar de seguir parámetros parecidos a los de otras bandas sonoras de fantasía suyas. Y consigue mantener una continuidad, no solo con las dos películas anteriores, sino con el universo de Hogwarts haciendo breves referencias a los temas de John Williams para las películas de Harry Potter ("The room we require", "Case chaos"). Con sus casi 110 minutos de duración, algunas de las composiciones de James Newton Howard no están en el álbum, lo que indica la grandiosidad de una nueva banda sonora que define al compositor como uno de los más inspirados. 

Everything Everywhere All at Once - Son Lux
A24 Music  08/04/2022

Posiblemente es una de las mejores películas sobre multiverso que se han realizado últimamente, imaginativa, impredecible, casi extenuante en su ritmo constante durante dos horas y media. Todo a la vez en todas partes (Dan Kwan, Daniel Schneiter, 2022) ha conseguido convertirse en uno de esos títulos imprescindibles para los aficionados al cine fantástico, mezclando referencias, parodias y cine de culto en una mezcla enloquecida y muy divertida. Y la partitura está a la altura de las imágenes, unas dos horas de música y hallazgos sonoros increíbles creada por el grupo de rock experimental Son Lux. Fundado en solitario por Ryan Lott (1979, Colorado) en 2008, tras varios álbumes publicados, en 2014 se incorporaron Rafiq Bhatia (1987, Carolina del Norte) e Ian Chang (1988, Hong-Kong), aportando una flexibilidad sonora mucho más amplia. Y aunque en solitario han tenido algunas colaboraciones en bandas sonoras de películas como Looper (Rian Johnson, 2012) y Mean dreams (Nathan Morlando, 2016), y como grupo compusieron la música para La desaparición de Eleanor Rigby (Ned benson, 2014), este es el trabajo más complejo que han realizado hasta la fecha. Pero tampoco se distancia excesivamente de la singular y heterogénea propuesta musical del grupo, e incluso se encuentran claros paralelismos con una de sus últimas publicaciones, la trilogía Tomorrows (2020-2021, City Siang), de la que incorporan en esta banda sonora una versión ampliada del tema "Come recover" que incluían en el disco Tomorrows III (2021, City Siang). Pero estos son apuntes que dan continuidad a su trabajo y que muestra la dedicación a una banda sonora en la que comenzaron a trabajar en 2019, y compusieron de forma paralela a su música autónoma. Lo que encontramos en Todo a la vez en todas partes es una sorprendente variedad de instrumentaciones, la mayor parte de ellas digitales, surgidas de la programación de sintetizadores, pero también de la exploración de instrumentos tradicionales como los tambores paigu chinos. Pero hay una intención clara de que la película no tenga sonoridades orientales excepto en momentos concretos ("Opera fight") o en parodias de las películas de artes marciales, como el divertido tema a mil revoluciones ("The fanny pack") que directamente ironiza sobre el género. 

Por el contrario, la banda sonora tiene como principal referencia en esta construcción de multiversos a la partitura de Don Davis para The Matrix (Lana Wachowski, Lily Wachowski, 1999), usando también la parodia ("What a fast elevator!"). Y la música tiene una función primordial en una película tan enloquecida, como vínculo de unión entre los diferentes universos paralelos, que se sostiene en el espléndido tema de la protagonista ("Very busy"), que suena en los primeros minutos en los que Evelyn (Michelle Yeoh) está agobiada por el trabajo y la inspección de Hacienda, mientras que a la antagonista Deirdre (Jamie Lee Curtis) se le asigna una versión distorsionada de "Clair de lune" (1905) de Claude Debussy ("Deidre fight", "My life without you"). Son Lux ofrece una variada creación de paisajes sonoros para los diferentes universos, utilizando voces corales ("You day will come (Empathy fight)") o composiciones más sinfónicas ("Evelyn all at once"). Otro de los aspectos destacables es la lista de colaboradores con la que cuenta la banda sonora: Nina Moffitt aporta la voz femenina que se asigna a Jobu ("It's you..., Juju Toobootie"), Rob Moose y su conjunto de cámara yMusic ("I have been watching"), el cantante Moses Sumney ("Fence") o el dúo que forman David Byrne y Mitski en la canción de los créditos ("This is my  life"), que merecería una nominación al Oscar. Pero destaca la presencia de Randy Newman, que interpreta una especie de parodia de su música para Ratatouille (Brad Bird, Jan Pinkava, 2007), que está solo apuntada en la película pero afortunadamente más desarrollada en el álbum ("Now we're cookin'"), interpretada a dúo junto a Ryan Lott. Pocos trabajos musicales son tan ricos en hallazgos, sonoridades y sorpresas como esta banda sonora que mantiene la coherencia pero al mismo tiempo explora todo tipo de caminos musicales.

The Northman - Robin Carolan, Sebastian Gainsborough
Focus Features  22/04/2022

Una de las principales características de la película El hombre del Norte (Robert Eggers, 2022) es su primitivismo, la intención de recrear, a partir de una historia originaria vikinga que inspiró obras como Hamlet (1869) de William Shakespeare, la esencia mitológica ancestral a través de la colaboración del director con el poeta islandés Sjón, colaborador habitual en las letras de las canciones de la cantante Björk. En este sentido, podría decirse que el primer trabajo para el cine de los británicos Robin Carolan, productor del sello discográfico independiente Tri Angle, y Sebastian Gainsborough, compositor de música electrónica bajo el nombre de Vessel, encaja perfectamente con la idea de partir de los orígenes, utilizando instrumentos tradicionales del folclore escandinavo, tomando prestados algunos estilos vocales asiáticos e introduciendo sonoridades de cuerdas de una orquesta de 40 músicos. Así, la película consigue una sonoridad violenta y ancestral, que encaja con las imágenes salidas del trabajo de investigación histórica en torno a los vikingos como trasfondo para una historia de venganza. Los temas asignados a Amleth (Alexander Skarsgård) contienen percusiones interpretadas por Paul Clarvis, Frank Ricotti y Joby Burgess que simulan el latido del corazón ("Escape", "Land of the Rus") pero también aportan una sonoridad enérgica, introduciendo a veces el sonido de aerófonos como las trompetas de madera que interpreta Laetitia Stott o los cuernos, representando una llamada de guerra en el regreso del rey Aurvandil (Ethan Hawke) de sus incursiones bélicas ("Approaching Hrafnsey"). Tanto los cuernos como las flautas paleolíticas están interpretados por el músico Poul Høxbro, un etnógrafo danés que también asesoró a Robin Carolan y Sebastian Gainsborough sobre la historia de la música vikinga, de donde salió el uso de la mayor parte de los instrumentos arcaicos. La llegada a Islandia de los esclavos incorpora muchos de ellos ("Slave work"), como la säckpipa, una gaita o el nyckelharpa un instrumento de cuerda frotada, ambos de origen sueco. El uso de este último es interesante como reflejo de esa locura vengativa del protagonista, a través de un rasgueo de cuerdas distorsionado ("I will save you, mother", "I am your death"), a cargo de la instrumentista Vicki Swan. Pero también ofrece un sonido más suave ("Guđrun") cuando se relaciona con la madre (Nicole Kidman) o con la esclava Olga (Anya Taylor-Joy), para la que se incorpora la lira, un instrumento de la antigua Grecia, que está interpretado por Jonny Dyer ("Birch woods", "Blođ inside/I choose both"). 

Pero no estamos ante una banda sonora con una estructura tradicional de leitmotivs, sino que en su mayor parte ofrece una ambientación que tiene que ver con esa autenticidad primaria que mencionábamos. Los temas que se asignan a los dioses vikingos y las escenas de pesadilla o ensoñación incorporan las voces como principal elemento, por ejemplo en la etérea aportación al encuentro con Seeress (Björk) o la inquietante sonoridad de las profecías que recibe Amleth ("He-witch"). En otros pasajes se utiliza el llamado canto difónico, una técnica vocal también denomimada canto de garganta, que es característica de la república autónoma de Tuvá (Rusia) y en las tribus de Mongolia ("Mound Dweller", "Ođinn"), que aportan una profundidad espiritual, con las voces de Jonas K. Lorentzen y Adrian Peacock. Los compositores han comentado que, a pesar de contar con una propuesta más cercana a las instrumentaciones antiguas, querían también incorporar una orquesta y coros, en este caso London Voices. De forma que hay momentos más tradicionales que aportan una mirada cercana a los sonidos modernos ("The wolf has grown", "Vestrahorn"), e incluso una melodía característica que suena a lo largo de la banda sonora ("The King", "Storm at sea/Yggdrasill"), y que también está presente de manera significativa en una escena trascendental ("Strike, brother"). Quizás no se trate de una banda sonora fácil de escuchar al margen de la película, pero es un trabajo complejo, inspirado y lleno de aportaciones brillantes que incorpora a un nuevo dúo de compositores que tienen muchas cosas que decir. 

Babysitter - Émile Sornin
BMM Records  27/04/2022

Esta película habla sobre el deseo a través de una estética cercana al giallo y a las producciones eróticas de los años ochenta y noventa, especialmente tomando referencias visuales de algunas muestras de Horror SOV, títulos que se rodaban únicamente para el mercado del videoclub, como Red lips (Donald Farmer, 1995), que comienza directamente con una escena de sexo lésbico. Babysitter (Monia Chokri, 2022) construye una mirada sarcástica en torno a la masculinidad a través de una historia de cancelación de un hombre que es acusado de acoso después de robar un beso a una periodista televisiva. Pero sobre todo establece una visión profunda del deseo subvirtiendo escenas de contenido aparentemente erótico para mostrarlas desde el punto de vista de la mujer observada, representada por la niñera que es una especie de fantasma que pone al descubierto las carencias sexuales de una familia. En este tono referencial se sitúa la interesante banda sonora compuesta por el músico Émile Sornin, que firma con el nombre Forever Pavot, su nueva apuesta en solitario. Se trata de un autor que explora habitualmente los sonidos de la chanson experimental y el pop psicodélico, director de videoclips y colaborador de cantantes como Charlotte Gainsbourg en su último álbum Rest (2017, Because Music). Aunque debutó en el cine con la película De nos frères blessés (Hélier Cisterne, 2020), éste es su trabajo más destacado, porque explora las musicalidades de los años setenta, con especial enfoque en las composiciones de Ennio Morricone para el giallo y las películas eróticas. El tema principal sobre el que se construye la estructura musical ("Roller") es una composición fresca que representa el deseo, esa deconstrucción de la masculinidad que se desarrolla a lo largo de la película, y que se retoma en versiones más breves ("Roller 2"). Se trata de una banda sonora apoyada en instrumentos solistas y acompañamiento orquestal de la F.A.M.E.'s Orchestra dirigida por Oleg Kontradenko. La influencia de Morricone está muy presente en algunas composiciones que se refieren a esa representación del deseo, como en la escena en la que el protagonista mira los pechos de las mujeres que se encuentran en una piscina ("Dans la piscine"). La música se introduce por primera vez en la escena del beso robado de Cédric (Patrick Hivon) a la periodista Chantal Tremblay (Eve Duranceau) mientras transmite en directo, y que precipita los acontecimientos ("Chantal"), y este tema ya tiene una cierta cadencia de ensoñación hipnótica, como anticipando el tono de cuento fantasmagórico que irá adquiriendo la película. El tema de los créditos iniciales ("Générique Début") es una composición que tiene un tono de giallo, un cierto suspense marcado por la guitarra que parece introducirnos en una película con música de Goblin, y que posteriormente se intensifica ("Jardin"). La primera aparición de la niñera Amy tiene como fondo la irónica canción "Fuck the pain away", que incluyó la activista Peaches en su álbum The teaches of Peaches (2002, XL Recordings), y que no aparece en la banda sonora. Pero hay numerosas referencias musicales que hacen muy atractiva la audición de este trabajo musical, como esa sonoridad que nos recuerda al Angelo Badalamenti de Twin Peaks (CBS, 1990-1991) en uno de los temas que suenan de fondo en el restaurante ("Ambience restaurant"). La confusión cada vez mayor de Cédric respecto a su relación con las mujeres se expresa a través de una carta en la que muestra sus dudas: "Si mi esposa me desespera, ¿soy un misógino?", se pregunta, que tiene musicalmente una aire minimalista en crescendo ("La lettre", "La lettre 2"). Por su parte, la liberación sexual de Nadine, que es una especie de masculinización de su sexualidad, adquiere un tono singular porque es una escena divertida en cuanto a las imágenes, pero inquietante en cuanto a la música ("Strap on"), lo que establece un contraste sugestivo, especialmente con la introducción de una voz solista femenina. Émile Sornin aka Forever Pavot realiza una exploración, que también tiene una mirada humorística, a las sonoridades de los años setenta y ochenta, en una banda sonora que camina por diferentes elementos referenciales que le aportan una gran riqueza melódica. 

Moon Knight - Hesham Nazih
Hollywood Records  27/04/2022

Aunque la última serie del universo Marvel encuentra algunas dificultades para mantener una línea narrativa autónoma y al mismo tiempo incorporarse al MCU, Caballero Luna (Disney+, 2022) es una de las propuestas más interesantes, por la mezcla de elementos diversos que conectan el mundo de los superhéroes con la mitología egipcia, y sobre todo porque incorpora una interesante exposición de los problemas de disociación mental del personaje. Sin duda, la aportación del punto de vista de artistas de origen egipcio como el director Mohamed Diab (1978, Egipto) y el compositor Hesham Nazih (1972, Egipto) han aportado una mirada diferente a la historia, siendo además ambos debutantes en Hollywood. El compositor, que no ha tenido una formación musical académica sino que tiene una formación autodidacta, lleva trabajando en el cine y la televisión egipcios desde hace 20 años, pero éste es su proyecto más ambicioso. Y nos ha regalado una de las bandas sonoras más ricas, imaginativas y apasionantes de lo que llevamos de año. La conjunción de los orígenes egipcios de Khonsu, el mundo de los superhéroes y el misterio que rodea a los personajes está perfectamente resumida en el tema principal ("Moon Knight") que incorpora las voces corales como referente de la música egipcia, con un motivo central que interpretan los metales, pero que casi siempre está también acompañado por las voces, estableciendo la dualidad de la personalidad de Marc/Steven (Oscar Isaac), y la presencia, en la retaguardia, de Khonsu. Una melodía que se retiene con facilidad, de sonido espectacular pero al mismo tiempo con un tono dramático y misterioso. El segundo tema principal, el contrapunto al protagonista, es el dedicado al personaje siniestro de Arthur Harrow (Ethan Hawke) ("Village scales", "What suit?"), que utiliza los mismo elementos que el del personaje principal (voces y metales), porque también está conectado a Khonsu, pero una de forma más oscura. Ambos temas se "enfrentan" en algunos pasajes ("No suit", "New skillsets"), con el triunfo final expuesto en el desenlace. Uno de los elementos interesantes en la banda sonora es la introducción de instrumentaciones egipcias como el rebab, un instrumento de cuerda frotada ("Phone and elevator blues"), el mizmar, instrumento de viento o el arghul, una especie de doble flauta ("Storage locker"), que tiene su máxima expresión cuando los personajes viajan a Egipto, desplegando percusiones y elementos electrónicos en un espléndido tema de acción ("She is here"). Pero en este sentido, consigue momentos brillantes como el breve tema "Eyes of Horus", apoyado en cuerdas, metales y una voz solista que resulta estremecedor. Hesham Nazih consigue un trabajo que es al mismo ambicioso e inteligente en la utilización de los recursos musicales, corales, electrónicos y orquestales. 

Cucut - Arnau Bataller
CCMA/Massa d'Or Produccions  29/04/2022

Una de las apuestas más destacadas de TV3 esta temporada es este thriller rural que continúa la historia que se inició en la película La vida sin Sara Amat (Laura Jou, 2019), pero cambiando el registro de género desde el drama social hasta una aproximación más policial. Arnau Bataller (1977, Valencia) se adentra en esta continuación sin establecer conexiones con la película, cuya banda sonora estaba compuesta por Pau Vallvé, sino que marca una mirada completamente distinta. Uno de los aspectos más interesantes del trabajo del compositor valenciano, que este año ha realizado otra espléndida incursión en el mundo de las series con Todos mienten (Movistar+, 2022), es que sus bandas sonoras habitualmente aportan un punto de vista concreto, tienen algo que decir sobre la historia, y no se limitan al simple subrayado. En este caso, podríamos decir que buena parte del planteamiento de su música para Cucut (TV3, 2022) está más cerca del drama que del thriller, está más interesado en los personajes principales, la desaparecida Sara Amat y su compañero de viaje Pep. De esta forma, el tema principal ("Cucut", "Final") es una magnífica composición melódica que se sostiene en la guitarra como un instrumento que conecta con lo rural de la historia, pero al mismo tiempo cálido, que establece un nexo emocional con la huída de Sara, provocada por un acontecimiento dramático. Es un tema dinámico que representa la idea del viaje, del trayecto hacia la frontera de Francia, y una de las mejores creaciones musicales de este año. El tema asignado a Sara se refleja de una forma más intimista a través de un hermoso solo de guitarra ("Recordant Sara") que lentamente va introduciendo elementos electrónicos que distorsionan ("Durs records"), debido al trauma provocado por la memoria. Es interesante el uso de las guitarras eléctricas y los sintetizadores para establecer la sensación de peligro y oscuridad ("Els feixistes"), pero manteniendo una conexión con los elementos rurales, incluso en las escenas de acción ("Perseguint Amat"), que de nuevo utiliza la guitarra como el vínculo de unión con el personaje principal. Es en estos momentos en los que la banda sonora se introduce en el terreno del thriller, creando desasosiego en la descripción de acontecimientos ("Un cadàver") o en el del personaje antagonista ("Vidal"), una interesante propuesta que utiliza cuerdas punteadas de forma violenta para transmitir tensión. La dicotomía entre un mundo adulto cruel y peligroso y una adolescencia a la que han arrebatado su inocencia está muy bien representada en este destacado trabajo que confronta lo sintético con lo orgánico, que usa la guitarra como un elemento de conexión con la tierra y que encuentra la belleza en la descripción de unos personajes principales heridos. 

Gaslit - Mac Quayle
Lakeshore Records  29/04/2022

Al compositor Mac Quayle le conocemos de sus colaboraciones con Sam Esmail en series como Mr. Robot (Prime Video, 2015-2019) y con Ryan Murphy en American Crime Story (FX, 2016-). Ahora regresa con el primero de ellos para esta serie que aborda el escándalo Watergate desde la perspectiva de algunos personajes secundarios de esta historia, como Martha Mitchell (Julia Roberts), su marido John Mitchell (Sean Penn), es-Fiscal General, o el consejero de la Casa Blanca John Dean (Dan Stevens). Gaslit (StarzPlay, 2022) es una propuesta sólida que está pasando algo desapercibida entre tantos estrenos, posiblemente porque la plataforma StarzPlay no tiene el poder de atracción que otros gigantes, pero ofrece una visión apasionante del Watergate, aportando una cierta mirada irónica. El trabajo musical de Mac Quayle es ecléctico, adaptándose a los diferentes puntos de vista de la historia, que se desarrolla en diferentes tramas protagonizadas por algunos de los implicados en el escándalo que acabó con la carrera política de Richard Nixon. Para los primeros episodios, en los que la serie se centra en las conspiraciones para elaborar un plan de espionaje contra el Partido Demócrata, la banda sonora se apoya en los instrumentos de percusión, el xilofón y el piano, a la manera de un thriller de espías ("Clay pigeon"), introduciendo el tema central en un formato más misterioso ("Dean almost resigns"), que más tarde se desarrolla en un tono más clásico ("Retribution"). Es el tema de la venganza, el que vincula a los personajes principales, espléndidamente utilizado en un solo de violín ("Marriage is like a garden") cuando John Mitchell describe a John Dean su definición de matrimonio: "Dicen que un buen matrimonio es como un jardín. Pero eso es aburrido. El matrimonio es amor, es odio, es fuego, es temor, es todos esos sentimientos al mismo tiempo". Podríamos decir que los temas de la banda sonora no se asignan a personajes concretos, sino a facciones, de forma que se "enfrentan" los instrumentos percusivos con los instrumentos de cuerda ("Trial by fire") y se transforman en composiciones con referencias al cine negro ("The Watergate hearings"). Hay momentos de intimidad que están resueltos con eficacia, utilizando instrumentos solistas como la guitarra en un tono melancólico ("Said he was a King") o el piano y el contrabajo en una propuesta más jazzística ("This is not hard"). En definitiva, este espléndido trabajo de Mac Quayle establece la idea de que todos los participantes, de una u otra manera, en el escándalo Watergate acabaron siendo perdedores de una partida peligrosa y criminal.

Leave no traces - Ibrahim Maalouf
Mister Ibé  29/04/2022

Estrenada en la Mostra de Venecia 2021, seleccionada por Polonia como representante para los Oscar 2022, y a punto de estrenarse en España dentro de la programación del Atlàntida Film Fest bajo el título Varsovia 83. Un asunto de Estado (Jan P. Matuszyński, 2021), la película se inspira en el asesinato del joven Grzegorz Przemyk (Mateusz Górski) a manos de la policía en 1983. Hijo de la poeta Bárbara Sadowska (Sandra Korzeniak), activa opositora al gobierno de Wojciech Jaruzelski, nunca se ha sabido si la paliza que le dieron en comisaría fue una represalia por las actividades de su madre, pero durante la investigación el aparato del Estado elaboró un plan para evitar a toda costa que los policías implicados fueran condenados, fabricando pruebas e incluso apartando de su cargo al fiscal general cuando éste quiso profundizar más. Es una película dura que en dos horas y media ofrece una visión meticulosa sobre la corrupción, quizás demasiado atenta a los mínimos detalles, que cuenta con una banda sonora impecable del trompetista francés Ibrahim Maalouf (1980, Líbano). No es un trabajo musical fácil, sino que crea una atmósfera inquietante y opresiva a lo largo de toda la película, muchas veces casi imperceptible, pero que está presente en los momentos más decisivos. Alejándose de sus habituales partituras jazzísticas, el compositor ofrece un trabajo asfixiante y martilleante, abstracto en su ejecución, con los sintetizadores como principal elemento, y un piano que utiliza casi exclusivamente las notas graves para transmitir opresión ("Sound 17"). La banda sonora, editada por Mr. Ibé, el sello creado por Ibrahim Maalouf, se estructura en 20 temas que carecen de título la mayor parte de ellos, en una especie de anonimato que de alguna forma define la generalidad de una sociedad asfixiada por la vigilancia constante. En algunos momentos los pasajes musicales recuerdan a las sonoridades de las banda sonoras de John Carpenter ("Sound 7") o incluso a la colaboración de Ennio Morricone en La cosa (John Carpenter, 1982) ("Sound 8"). Hay una constante sensación claustrofóbica que representa la persecución que sufre todo el entorno del único testigo de la paliza para evitar que testifique en el juicio ("Sound 6"), mientras que el tema central es una especie de composición fúnebre con el sonido del órgano ("Main Theme") como instrumento principal, un tema de nueve minutos que suena durante los títulos de crédito finales y en el que contrastan los sonidos graves con las teclas agudas del piano en una confrontación minimalista, repetitiva y constante. Aunque no se incluye en la edición de la banda sonora, la película utiliza la Sinfonía nº 3 (1976), del compositor polaco Henryk Górecki durante la resolución del juicio, una obra que sentaba las bases del minimalismo armónico muy cercano al estilo adoptado por Ibrahim Maalouf a lo largo de esta partitura. 

Life after life - Volker Bertelmann
Sony Classical  06/05/2022

Esta miniserie británica adapta la novela de Kate Atkinson Una y otra vez (2013, Ed. Lumen) en torno a las posibles vidas provocadas por las muchas muertes de la protagonista, Ursula. Una historia que reflexiona sobre las decisiones trascendentales que pueden influir en el destino y también sobre la idea del "eterno retorno", la naturaleza cíclica de la existencia. Pero al situar la vida de la protagonista, cuyo nacimiento se produce siempre el 11 de febrero de 1910, entre las dos guerras mundiales del siglo XX también adquiere un significado especial sobre la muerte de la humanidad en esos conflictos, construyendo incluso política-ficción en torno al destino de Adolf Hitler. Life after life (BBC, 2022) es un drama rodado de forma exquisita que incorpora con inteligencia las continuas muertes que sufre Ursula, para volver a nacer y repetir su vida hasta que toma una decisión diferente. Esta condición cíclica está presente de forma espléndida en la banda sonora compuesta por Volker Bertelmann (1966, Alemania) (quien se hace llamar Hauschka en otras ocasiones), desde el tema principal ("Life after life Main Theme") construido sobre una frase musical que parece alejarse, para inmediatamente volver a repetirse, y que tiene al piano, el instrumento del compositor, como su eje principal. La serie comienza precisamente con la muerte de Ursula en el momento de su nacimiento, estrangulada por el cordón umbilical de su madre, estableciendo el planteamiento del "¿Qué pasaría si...?" que acompaña al personaje en todo momento, y se presenta ya el piano como el instrumento que cohesiona a la familia ("What if") y que marca los múltiples renacimientos, pero también el uso de los violonchelos a cargo de Laure Wiek y Moritz Kolb, como los que subrayan el trágico destino de Ursula. Las primeras semanas de su vida están descritos en un hermoso tema minimalista de descubrimiento ("First experience"), una conversación entre el violín de Karina Buschinger y el piano de Volker Bertelmann. Aunque la banda sonora está apoyada principalmente en un pequeño conjunto de cuerdas y piano, el compositor introduce elementos electrónicos en momentos de tensión ("Drowning", "Hallucination"). Y es especialmente inspirada en los fragmentos más orgánicos como la partida del padre de Ursula a la guerra en 1914 ("What a fine family") o el drama de la epidemia de virus que asoló Europa en 1918 ("Same death"). El tema principal se desarrolla en los momentos en los que la familia está unida ("Family reunion"), mientras que hay un interesante uso de los pizzicatos en los violonchelos y violines ("Small wedding", "I can't swim"). También se encuentran temas asignados a otros nacimientos, composiciones que están asociadas a los destinos de diferentes personajes, como el hermano de Ursula ("Teddy"), para el que se incorpora la guitarra de Lennart Saathoff, o la hija de Ursula ("Frida"), que conecta melódicamente con la otra vida en la que ella tuvo un embarazo no deseado ("Train ride"). El último episodio, centrado en la 2ª Guerra Mundial, es el más dramático, con predominio de los violines ("Cyanide") pero también con la construcción de ese "amor al destino" que Nietzsche llamó el "eterno retorno", y que Volker Bertelmann establece a partir de una suite que introduce los principales temas de la serie, una especie de conclusión de las vidas y muertes de Ursula ("Amor fati"), en la que la frase musical del piano esta vez tiene un cierre, en una interpretación más reflexiva sobre el destino, como se resume en una frase de la narradora: "Rodeada de muerte, Ursula nunca había querido vivir más".  Aunque no se incluye en el album editado, la historia de las múltiples vidas de Ursula, que en la serie se detiene al final de la 2ª Guerra Mundial, pero en el libro continúa hasta los años sesenta, concluye con la versión que popularizó Doris Day de la canción "Again" (1949), que Lionel Newman y Dorcas Cochran escribieron para Ida Lupino en la película El parador del camino (Jean Negulesco, 1948). 

Bubble - Hiroyuki Sawano
Toy's Factory  11/05/2022

La última película dirigida por Tetsurô Araki, creador de la serie Ataque a los titanes (Prime Video, 2013-) se presentó en el Festival de Berlín y fue adquirida por Netflix. La historia se inspira en el clásico cuento de Hans Christian Andersen La sirenita (1837), pero se desarrolla en una ciudad de Tokio destruida por una explosión provocada por una lluvia de burbujas que rompió las leyes de la gravedad. Espectacular desde el punto de vista visual, con una espléndida integración de animación 2D y 3D, el guión de Burbuja (Tetsurô Araki, 2022) convence mucho menos, pero la historia se sostiene de una forma importante en la banda sonora escrita por Hiroyuki Sawano (1980, Japón), quien ya había colaborado con el director en la serie mencionada. El tema principal ("BUBBLE") está marcado por cuatro notas ascendentes y descendentes que conforman el "canto de la sirena", y que se identifica claramente con ese tarareo que el protagonista Hibiki escucha justo antes de que la explosión de las burbujas provoque la destrucción de la ciudad. Estas notas están basadas, según el compositor, en el sonido de las campanas de una escuela, lo que subraya la humanización de la sirena. Precisamente la música relacionada con ella es la más melódica, sostenida principalmente en las cuerdas ("MERMAID") que eliminan todo tipo de distracciones sonoras para centrarse en una hermosa composición que usa también el piano como elemento etéreo. Este predominio de las cuerdas se hace más terrenal cuando se refiere a la sirena humanizada ("UTA"), en otra de las melodías más destacables de la banda sonora. Asimismo, hay una identificación con el personaje a través del tarareo, de nuevo cercano al canto de la sirena, que se representa en una canción sin letra ("UTAtoHIBIKI") que expresa la relación entre los dos protagonistas, y que está interpretada por la vocalista Eve. En el lado opuesto, Hiroyuki Sawano ha creado composiciones más urbanas para las competiciones de parkour, esa carrera de obstáculos que utiliza el mobiliario urbano y que nació en Francia en los años 80. El grupo que encabeza el joven Hibiki practica una mezcla entre parkour, tricking y movimientos de artes marciales, para los que el compositor utiliza instrumentos más contemporáneos como la guitarra eléctrica y las percusiones ("BATTLEKOURE"), que en un momento de la película se fusiona con los cantos de sirena ("PARKOUR") para convertirse en una canción. Por su parte, el tema que se asigna al protagonista masculino se apoya en la guitarra ("HIBIKI"), resultando emocionalmente contundente. De la banda sonora se ha editado una versión con bonus tracks, temas que finalmente fueron descartados para la película, y que son principalmente versiones del tema de las burbujas ("BUBBLE-outtake2") o de las carreras urbanas, destacando una interesante reinterpretación del tema de Hibiki ("BUBBLE-outtake6"). 

Pleasure - Karl Frid
Milan Records  13/05/2022

Durante los créditos iniciales de la película Pleasure (Ninja Thyberg, 2021) se escuchan gemidos de mujer a los que sigue una composición coral de tonalidad religiosa ("Confutatis/Pleasure"), lo que marca ya la contradicción que plantea la banda sonora entre lo celestial y lo infernal, que posteriormente se representará de formas variadas. La propuesta musical de Karl Frid (1979, Suecia) es uno de los aspectos más singulares de una película que habla de los peligrosos márgenes sociales en los que se mueve una industria pornográfica que se basa en la humillación de la mujer. No es tanto una banda sonora que subraye los acontecimientos, sino que se yuxtapone a ellos, reflejando un punto de vista y, al mismo tiempo, una evolución interior de la protagonista Bella (Sofia Kappel). Es un trabajo que funciona creando contrastes, como cuando mezcla la voz operística de Carolina Gentele con el rap de Maipei ("Una gioia"), que establece esa dicotomía entre lo que se considera sagrado y lo profano, la belleza melódica y la fuerza del empoderamiento femenino. Es una versión del tema que se asigna a la relación entre Bella y Joy (Zelda Morrison) ("Una gioia sempre viva", "Bella and Joy"), una hermosa composición que aporta un cierto aire de liberación en medio de un entorno hostil. La utilización de la voz soprano y los coros religiosos representa también la posición de la mujer en las composiciones clásicas, una cierta estructura de poder que establece el papel femenino. La primera escena porno que rueda Bella está mostrada con un solo vocal de Carolina Gentele ("My first porn"), que contrasta con esa posición de poder masculino mientras el director/actor hace indicaciones a la joven. El hermano del compositor, Pär Frid colabora en la banda sonora firmando ambos como Frid & Frid en las secciones instrumentales que utilizan distorsiones electrónicas de gemidos ("Kink orgasm"), pero también hay un uso original de las voces en el tema que se asigna a Ava (Evelyn Claire) la antagonista de la historia en la mente de Bella ("Fata viam invenient"). Comenta el compositor que parte de la influencia de la banda sonora está en la Misa de Réquiem (1791) de Wolfgang Amadeus Mozart, de donde surge el "Confutatis" como vía de desarrollo de la partitura respecto al personaje principal: "cuanto más ascendía en la escala profesional, más profundamente descendía moralmente", lo que se expresa en los temas de contenido religioso que se asignan a las escenas más sexualmente explícitas ("Voca me cum Benedictus", "DAI"). La banda sonora nos introduce en la personalidad de la protagonista a través de una mezcla que tiene también una cierta sensualidad, entre voces religiosas y apoyos electrónicos, una música sexual que sin embargo adopta una mirada crítica hacia la industria del porno. 

Broadway - Gabriel Yared
Plaza Mayor  20/05/2022

Presentada en la pasada edición del Festival de Rotterdam, Broadway (Christos Massalas, 2021) es una película que mezcla géneros, que es al mismo tiempo una especie de musical en el que las representaciones coreográficas cobran vida en las calles, pero solo como distracción de la realidad, el robo de carteras a los espectadores. De esta forma, hay también una representación de Grecia como un país en el que las grandes construcciones históricas esconden una profunda crisis económica. Los protagonistas viven en un antiguo cine en ruinas llamado Broadway, y conforman un grupo heterogéneo en el que los silencios dicen más que las palabras. También hay elementos de suspense, que el compositor Gabriel Yared (1949, Líbano) expone a través de un tema principal apoyado en las cuerdas ("The thieves") que suena mientras los carteristas realizan sus robos. Este ritmo dinámico de los violines tiene una tonalidad cercana a Bernard Herrmann ("Broadway mystery"), es contundente y reiterativo, con un aire misterioso que se refleja cuando surge la conspiración ("Triple dose"). La relación entre los tres protagonistas, la bailarina de estriptis Nelly que ha huido de su familia, el gángster Markus que acaba de salir de la cárcel y el misterioso Jonas, que luego se convertirá en Barbara para poder huir, establece un triángulo en el que no está claro quién es la femme fatale ("Nelly and Barbara"), y por eso el tema de amor es cálido a través de los instrumentos de viento ("Love theme"), pero también tiene un aire misterioso ("The last night"). Gabriel Yared crea una de sus mejores composiciones, aunque su presencia en la película es puntual (tiene una duración de unos 20 minutos). En momentos destacados introduce instrumentos como el címbalo ("Maraboo", "Tightrope") que también aportan reminiscencias de suspense; no podemos evitar recordar la música de John Barry para Ipcress (Sidney J. Furie, 1965). La película encuentra un difícil equilibrio entre géneros, y a veces lo pierde, pero está apoyada por una breve pero excelente banda sonora. 

Doctor Strange in the Multiverse of madness - Danny Elfman
Marvel Music  20/05/2022 

Ahora que se estrena Thor: Love and thunder (Taika Waititi, 2022), hay quien se pregunta si la Fase IV del MCU está ofreciendo cohesión o más bien caos al universo de superhéroes de Marvel. Y ciertamente da la impresión de que, a pesar de la presencia de determinados personajes recurrentes, no existe una verdadera continuidad narrativa entre las series y las películas, una especie de mezcolanza de héroes y villanos demasiado insustancial. En esta misma película, a pesar de su título, tiene más protagonismo el personaje de Wanda (Elizabeth Olsen) que el del Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), y ella misma no parece conectar con el final de la serie Bruja Escarlata y Visión (Disney+, 2021). En el terreno musical, dependiendo del compositor, hay más o menos continuidad, siendo quizás Alan Silvestri el más fiel a las creaciones de sus antecesores respecto a los temas asignados a los personajes. Pero Danny Elfman afronta su última colaboración con el director Sam Raimi renunciando en buena parte a las composiciones previas, incluso con escasas referencias a la música de Michael Giacchino para Doctor Strange (Scott Derrickson, 2016), citada solo en casos puntuales ("On the run", "Gargantos") y abandonando la característica instrumentación del personaje con sitar y clavicémbalo, que le aportaba una personalidad propia. Danny Elfman parece haber recuperado buena parte de su popularidad especialmente a raíz del sorprendente concierto que ofreció en el Festival Coachella 2022, y del lanzamiento el 12 de agosto de su album autónomo Big mess (Danny Elfman, 2022), un conjunto de arreglos y temas creados durante el confinamiento, que incluye colaboraciones de Iggy Pop, Trent Reznor o Squarepusher, y del que se pueden escuchar las demos en su página web. Volviendo a la banda sonora de Doctor Strange en el multiverso de la locura (Sam Raimi, 2022), se trata de un trabajo complejo y grandilocuente que incorpora algunos temas nuevos asignados a los personajes, basándose en composiciones previas como el de Wanda, que sigue la línea de una composición de Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005), en algunas ocasiones enfrentándolo al tema del Doctor Strange ("Not a monster"), y en otras ocasiones recuperando la música de la serie Bruja Escarlata y Visión (Disney+, 2021). A partir de la segunda mitad de la película, Danny Elfman introduce de forma más contundente el nuevo tema asignado al Doctor Strange ("Battle time"), y también incorpora un leitmotiv para America Chávez (Xochitl Gómez), que tiene cierto aire esperanzador ("Discovering America", "Trust your power"). Lo mejor que se puede decir de esta partitura es que nos devuelve a un Danny Elfman de musculada creatividad, que recuerda a sus mejores bandas sonoras, en las instrumentaciones modernas de guitarras y percusiones ("A cup of tea"), en la distorsión de la Sinfonía nº 5 (1804-1808) de Beethoven ("Lethal Symphonies") o en los momentos en los que Sam Raimi convierte una película de superhéroes en una historia de terror ("Forbidden ground"). Danny Elfman, que tiene una larga lista de proyectos en preproducción o casi terminados, como la nueva serie dirigida por Tim Burton Wednesday (Netflix, 2022-), parece haber encontrado inspiración en el regreso del director Sam Raimi a la franquicia de Marvel, y sin duda su colaboración ha propiciado un trabajo entretenido y rico en ideas, aunque poco continuista en el universo de superhéroes. 

Men - Ben Salisbury, Geoff Barrow
Lakeshore Records  20/05/2022

La colaboración musical entre Geoff Barrow (1971, Inglaterra), uno de los cofundadores de la banda Portishead, y Ben Salisbury (1970, Inglaterra) ha dado lugar a trabajos de una gran riqueza musical, especialmente para el director Alex Garland en las películas Ex machina (2014) y Aniquilación (2018), así como en la serie Devs (FX, 2020-). Pero posiblemente esta incursión en el folk horror es una de sus aportaciones más interesantes, introduciendo voces junto a sonoridades electrónicas que está cargada, como la propia película, de simbolismos religiosos y paganos. Aunque la banda sonora editada comienza con un tema elegíaco ("Pastorale") que parece introducir ya esa dicotomía entre lo pagano y lo piadoso, que en la película se manifiesta también al principio cuando Harper (Jessie Buckley) toma una manzana del jardín de la casa que ha alquilado, la música no hace acto de presencia junto a las imágenes hasta que llevamos quince minutos de metraje, cuando la protagonista comienza un paseo por el bosque ("A country walk") que acabará introduciendo la inquietud que permanecerá el resto de la historia. En la película, este pasaje casi onírico se mezcla con la liturgia de la Missa syllabica (1977) de Arvo Pärt (una transcripción musical de la misa en la que cada nota corresponde a una sílaba), lo que afianza el simbolismo religioso de la experiencia de Harper. Pero la escena más trascendental, la que define la intencionalidad de Alex Garland, es la que se desarrolla en el túnel en el que la protagonista juguetea con su voz y el eco que se produce, y que será un motivo que se repetirá musicalmente a lo largo de la banda sonora, con la propia Jessie Backley como voz soprano, una especie de eco interior del personaje ("Runaway/Crash"). Esta utilización de las voces en cacofonía también está presente en el momento en que una extraña figura parece perseguir a Harper ("Tunnel escape"), una composición inquietante que distorsiona las voces electrónicamente, que también están presentes, en una especie de llamada, cuando aparece por primera vez el hombre desnudo ("Impaled"), en una realidad que se mezcla con la presencia de un pasado trágico. El hombre verde es un personaje de la tradición pagana que describe a un hombre cubierto de vegetación, una conexión con la naturaleza como contraste con la llegada del cristianismo, que de hecho está representado en muchas iglesias. La descripción musical ("The green man") tiene algo de onírico también, destacando la voz contratenor de Tim Travers-Brown en contraposición a la voz barítono de Ben Salisbury, como una conversación predominantemente masculina. 

Es precisamente en la secuencia de la iglesia en la que comienzan a desvelarse algunos de los elementos principales de la película, y donde la condición de folk horror se manifiesta plenamente. Hay una inquietante introducción seguida de un pasaje vocal que se va distorsionando progresivamente ("The church") conforme el recuerdo de James (Paapa Essiedu), el marido de Harper, se revela, hasta un momento espléndido en el que el grito desesperado del personaje parece fusionarse con la sonoridad vocal de la música. Uno de los temas más elaborados y complejos suena en una de las secuencias que ha provocado más discusiones en torno a la película ("Birth"), una suite que introduce el contraste entre las sonoridades electrónicas y las voces masculinas, en constante renacimiento, pero que termina con un eco perdido, descendente, como si el personaje estuviera destinado a la condenación. Aunque hay un cierto espíritu positivo, quizás irónico, con la utilización de la canción "Love song" en el final abierto que propone Alex Garland. Incluido en el album country Tumbleweed connection (1970, Trident) de Elton John, su introducción tiene lógica en una película que habla de una mujer que trata de encontrar su propia voz, porque es una composición de Lesley Duncan, considerada una de las primeras mujeres compositoras de Gran Bretaña. En los créditos finales ("Brute blood"), una canción elegíaca vocal asienta la simbología religiosa de la historia, cerrando un trabajo complejo y fértil.  
 
The Drover's wife. The legend of Molly Johnson - Salliana Seven Campbell
MovieScore Media  20/05/2022

Estrenada en el pasado Festival SXSW, esta película supone el final de un viaje que inició la escritora, actriz y directora Leah Purcell hace unos años cuando adaptó como obra de teatro el relato corto The drover's wife escrito por Henry Lawson en 1892. Pero como buena parte de la literatura de la época, la descripción de los personajes aborígenes era marginal, si no directamente insultante. Leah Purcell, de ascendencia aborigen, ofreció un punto de vista distinto estableciendo un paralelismo entre el trato que recibían los descendientes de las Primeras Naciones y el de las esposas de los ganaderos. El éxito de la obra la llevó a escribir una novela que también tuvo buenas ventas y finalmente a encargarse de la dirección, guión e interpretación de la adaptación cinematográfica The drover's wife. The legend of Molly Johnson (Leah Purcell, 2021). Para la música de su interesante debut en la dirección ha contado con otra debutante, la compositora multi instrumentista Salliana Seven Campbell, que interpreta casi todos los instrumentos, excepto la guitarra y el contrabajo, aunque también ha contado con la formación Nightingale Floor Strings. Su aproximación a la historia de maltrato y violencia racista se elabora a partir de dos elementos principales: la instrumentación folclórica con banjos, mandolina, guitarra y violines que nos sitúa en el entorno de la protagonista ("Eating bullock", "Men's business"), y la utilización de guitarras eléctricas para describir la violencia ejercida por los hombres ("You're wearing Joe's boots"), tan opresora para Molly (Leah Purcell) como para el fugitivo indígena Yadaka (Rob Collins). El tema de la protagonista es una hermosa composición para guitarra y banjo que se desarrolla melódicamente a través del violín ("Red handed Molly"), y que establece un cierto tono melancólico. En la parte final el tema se despliega añadiendo el piano ("Mollys Theme"), incorporando así el punto de vista de Louisa (Jessica De Gouw), a la que la compositora asigna el piano como instrumento principal ("Louisa's Theme"). Louisa es una joven periodista que acaba de llegar al pueblo con su marido, el sargento Klintoff (Sam Reid), y que pretende iniciar una publicación feminista cuyo artículo principal está dedicado a las esposas maltratadas. De esta forma, la historia de Molly se une a la de Louisa para representar la permanencia de la violencia ejercida sobre las mujeres, aunque la segunda vea las cosas "desde fuera", como le recuerda Molly. Hay algunas deficiencias en el uso de la banda sonora en la película, como el exceso de música, lo que en los minutos finales se subsana con algunos pasajes emocionalmente muy logrados ("Molly's last walk"). Por otro lado, resulta poco adecuada la introducción de la canción "Black is the colour" casi al final de la película. Esta canción, que no aparece en la banda sonora editada, es un tema tradicional Apalache, aunque originario de Escocia, que han interpretado numerosos cantantes, aunque en este caso se utilizan los arreglos que introdujo el grupo irlandés The Corrs en su album Home (Warner Music, 2005), aquí interpretada por la propia Leah Purcell. La canción hubiera sido quizás más apropiada para los títulos de crédito finales, porque resulta incluso molesta, aunque su intención sea introducir cierta esperanza en una historia de desesperanza. Pero en conjunto es una banda sonora de debut que contiene ideas brillantes.

The road dance - Carlos José Álvarez
MovieScore Media  20/05/2022 

Este drama romántico que se desarrolla en las llamadas Hébridas Exteriores, un conjunto de islas que pertenecen a Escocia, durante la I Guerra Mundial, permite al compositor Carlos José Álvarez (1979, Louisiana), de padres inmigrantes cubanos, desplegar su capacidad para las composiciones melódicas en un trabajo hermoso y sentimental, pero nunca empalagoso, que saca partido de las instrumentaciones locales (violín, acordeón, flautas y gaita) para enmarcar la historia en ese conjunto de musicalidad tradicional. El compositor se dio a conocer con la banda sonora de la película de terror Deadline (Sean McConville, 2009), también editada por MovieScore Media, y se ha acercado con acierto a las sonoridades de su tierra en trabajos como el largometraje documental Cubamerican (José Enrique Pardo, 2013) y la docuserie Cocaine Cowboys: Los reyes de Miami (Netflix, 2021). La colaboración con algunos músicos de la zona como Alasdair White es un elemento esencial de esta banda sonora. Nacido en la Isla de Lewis, una de las Hébridas, está considerado como uno de los violinistas escoceses más destacados de su generación, recogiendo la tradición de la herencia gaélica de Escocia, y destaca en emocionantes pasajes solistas ("Isle of Lewis, 1906", "The beach"). El tema principal ("The road dance") es una composición muy inspirada, que tiene ese poder evocador de las melodías de James Horner, ligada a la tradición escocesa y a la tierra en la que se desarrolla la historia: "Quería que la partitura se sintiera como el latido del corazón de la isla y la gente, y sentí la responsabilidad de hacer mi tarea y buscar a los músicos adecuados", comenta Carlos José Álvarez en las notas de la banda sonora. Pero lo que comienza como una película sobre un triángulo amoroso que podría ser más o menos convencional va tomando una tonalidad progresivamente más oscura, lo que se refleja en la banda sonora a través de pasajes más melancólicos, pero igualmente emocionantes ("Off to war"), con la incorporación del piano como un elemento de tragedia. Hay dos temas vocales que nuevamente están enraizados en la tradición, una oración que interpreta el actor Scott Miller ("Bring them home safely") junto a las gaitas y la orquesta, y el tema de los créditos finales ("Fil O Ro"), interpretado por Alasdair White y la cantante Ellen MacDonald, que recientemente se convirtió en vocalista del reconocido grupo de música Dàimh. Carlos José Álvarez ofrece una muestra de su versatilidad con esta banda sonora de sonoridades gaélicas, y despliega una sensibilidad sobresaliente en la conmovedora suite "A new life", uno de los temas más emotivos que hemos escuchado este año, que se despliega como un sentido homenaje a una comunidad enraizada en la tradición musical de las Tierras Altas de Escocia. 

A gathering of friends - John Williams
Sony Masterworks  20/05/2022

En el año de la retirada oficial de John Williams del mundo del cine, a la espera de sus dos últimas bandas sonoras para The Fabelmans (Steven Spielberg, 2022) e Indiana Jones 5 (James Mangold, 2023), la actividad musical del maestro de 90 años no ha disminuido, sin embargo. Durante 2022 hemos escuchado el tema "Obi-Wan" que ha compuesto para la serie Obi-Wan Kenobi (Disney+, 2022), y se han editado tres álbumes nuevos: John Williams: The Berlin Concert (Deutsche Grammophon, 2022) en febrero, que recogía la grabación del concierto con la Filarmónica de Berlín; A gathering of friends (Sony Masterwork, 2022) en el mes de mayo; y Williams: Violin Concerto Nº 2 and Selected Film Themes (Deutsche Grammophon, 2022) en junio, con la Boston Pops Orchestra y la violinista Anne-Sophie Mutter (1963, Alemania). Entre los tres, destacamos no solo por su contenido sino también por sus intérpretes, el penúltimo, que celebra la colaboración durante cuatro décadas del compositor neoyorquino y el genial violonchelista Yo-Yo Ma (1955, Francia), en este caso junto a la New York Philharmonic Orchestra. El eje principal del album es el Concierto para Violonchelo que compuso John Williams, por sugerencia del director de orquesta Seiji Ozawa (1935, Mukden, ciudad china ocupada por los japoneses), para ser interpretado por Yo-Yo Ma, que se estrenó por primera vez en la inauguración del Seiji Ozawa House, la casa de verano de la Sinfónica de Boston en Tanglewood (Massachusetts). Es un concierto de estilo post-romántico en cuatro movimientos que ha sufrido numerosas revisiones a lo largo de los años. De hecho la versión original estrenada nunca ha sido grabada, mientras que la que apareció en el album Yo-Yo Ma plays the music of John Williams (Sony Music, 2002) es una versión ya revisada, una práctica que John Williams suele realizar con sus obras para concierto. La versión más contundente en cuanto a orquestaciones, sin embargo, es la publicada en el disco Williams: Cello Concerto (Naxos, 2015), con la Sinfónica de Detroit bajo la dirección de Leonard Slatkin y el violonchelista Robert deMaine (1969, Oklahoma). Pero en 2012 John Williams introdujo una variación importante, modificando el comienzo del primer movimiento ("Theme & Cadenza"), muy rotundo con percusiones y vientos antes de la entrada del violonchelo, para hacerlo más suave, lo que posteriormente también ha ido contagiándose al resto de la pieza. La última revisión de la obra se efectuó en 2021 e introduce cambios estructurales, sobre todo en el cuarto movimiento ("Song"). De forma que si escuchamos la versión publicada en 2002 y la que se ha editado veinte años después hay notables diferencias.

La otra incorporación autónoma en este álbum es la curiosa composición "Highwood's Ghost. An encounter for cello, harp and orchestra", que John Williams compuso en 2018 para celebrar el Centenario del nacimiento de Leonard Bernstein. El músico se inspiró en una anécdota que el propio Bernstein contaba sobre la aparición de un fantasma en Highwood Manor House, un edificio histórico de 1846, sede también de la Sinfónica de Boston en Tanglewood. La pieza no se había publicado previamente, y es una intrigante composición de unos 15 minutos que tiene elementos de suspense pero que finalmente se revela con un espíritu alegre, y está interpretada por Yo-Yo Ma en el violonchelo y Jessica Zhou en el harpa, los solistas que participaron en el estreno en concierto de esta composición en 2018. Para completar el disco se incluyen algunos temas para películas que, si bien pueden resultar algo habituales, en las manos de Yo-Yo Ma adquieren una sonoridad exquisita. "Three pieces from Schindler's list" es un arreglo en tres movimientos con la soberbia partitura de la película La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993), que en un video de promoción en el que el violonchelista conversa con John Williams, hace una descripción emocionante del tema principal: "Cuando toco esta pieza, el sentimiento que me provoca se queda conmigo el resto del día. Has sido capaz de captar la esencia de la humanidad". Por su parte, "With Malice towards none", de la película Lincoln (Steven Spielberg, 2012) es el tema que suena durante el segundo discurso de Abraham Lincoln (Daniel Day-Lewis). Pero el álbum se cierra con una auténtica joya musical, un arreglo para guitarra y violonchelo del tema "A prayer for peace", de la película Munich (Steven Spielberg, 2005) que interpreta Yo-Yo Ma junto al guitarrista español Pablo Sáinz Villegas (1977, Logroño). Considerado como uno de los mejores guitarristas del mundo, fue contactado por John Williams cuando éste compuso su primer solo de guitarra, "Rounds", que se incluyó en el album de Pablo Sáinz Villegas Americano (Harmonia Mundi, 2015). La interpretación del dúo de solistas es uno de los momentos más emocionantes de este disco, y se puede visionar también en un video oficial. Esta "reunión de amigos" es una de las más notables ediciones de la música de John Williams que se han editado recientemente. 

Made in Oslo - Kåre Chr. Vestrheim
Propeller Recordings  27/05/2022

La incursión en las problemáticas de la inseminación artificial es el principal tema de esta serie que ha conseguido repercusión en Noruega, abriendo de nuevo un debate sobre los límites éticos de esta práctica. Aunque la propuesta camina con cierto desequilibrio muy cerca de una especie de culebrón emocional, es mucho más efectiva en los últimos episodios, donde se abordan cuestiones más profundas sobre la maternidad. Para la banda sonora de Made in Oslo (VIaplay, 2022), el compositor Kåre Christensen Vestrheim (1969, Noruega) ha realizado un trabajo intimista que acompaña principalmente a los personajes pero que tiene hallazgos muy interesantes, como la utilización del acordeón como instrumento de apoyo, que en muchas ocasiones dialoga con el piano, expresando precisamente esta dicotomía ética en temas muy hermosos ("The wedding"). Hay una cierta tonalidad que recuerda a Thomas Newman en la utilización del piano en algunas ocasiones ("Our last chance"), pero lo que hace el compositor muy acertadamente es adjudicar instrumentos solistas a los diferentes personajes, estableciendo estos diálogos. El acordeón aporta la melancolía de la protagonista Elin (Pia Tjelta), que lidera una clínica de fertilidad pero al mismo tiempo no puede tener hijos ("Elin in tears"), mientras que para su colega y ex-marido CC (Ola G. Furuseth) se adjudica la guitarra eléctrica ("CC and Hennie at the clinic"). Pero sobre todo destaca el piano que subraya los momentos más dramáticos, con un leitmotiv muy hermoso y tremendamente triste ("Le Grand Jeté - Hospital Ballet"), una de esas composiciones que se adhieren a la piel en momentos puntuales, especialmente ligada al personaje de Stella (Erle Østraat), una adolescente que aspira a ser bailarina, y de la que se representa la inocencia a través de la introducción de la voz de la cantante Andréa Louise ("Stella's revelation"). Pero estas instrumentaciones no son aisladas, sino que se hace un uso transversal de ellas, porque los personajes se interrelacionan constantemente, influyen y son influidos por los otros, de forma que los instrumentos confluyen en ocasiones ("Bjørn the wanderer"), especialmente en el caso del personaje de Bjørn (Jakob Cedergren) que es el nexo en común del resto de las protagonistas. Kåre Christensen Vestrheim es un reconocido músico de cine y televisión en Noruega, con aportaciones en series como Absuelto (TV2, 2015-) o éxitos recientes como la película Ninjababy (Yngvild Sve Flikke, 2021). La vocalista noruega Andréa Louise, al margen de ser la vocalista en las composiciones, interpreta el tema principal ("You can't change her"), una poderosa canción compuesta por Kåre Christensen Vestrheim cuyo título es toda una declaración de principios. 

Crimes of the future - Howard Shore
Decca Records  10/06/2022

Entre las numerosas colaboraciones que han marcado la trayectoria profesional de Howard Shore y David Cronenberg, ésta es una de las más logradas, lo cual es mucho decir en una filmografía rotunda en la simbiosis entre música e imágenes. Crímenes del futuro es una película que aborda algunos de los temas centrales de la trayectoria cinematográfica del director canadiense, un regreso a la esencia de sus preocupaciones principales, esa representación del cuerpo enfermo sometido al dolor. En este caso, la ausencia de dolor marca la degradación de una sociedad en la que el cuerpo humano se rebela creando nuevos órganos para adaptarse a la nueva naturaleza. Howard Shore propone una partitura esencialmente electrónica pero invadida por instrumentos orgánicos, estableciendo esa dicotomía entre lo humano y lo tecnológico, desde el prólogo dedicado a la obsesión de una madre por la necesidad de su hijo de alimentarse con plástico ("Brecken"), que establece ya uno de los elementos sonoros principales, un pasaje de cuatro notas interpretadas por Lief Mosbaugh en el corno inglés, oscuro e inquietante. Básicamente, se podría decir que la banda sonora camina por los terrenos del cine negro, con uno de los temas principales ("A novel organ") creando esa convivencia entre los elementos electrónicos y los orgánicos, que en este caso hacen referencia al personaje de Caprice (Léa Seydoux) a través de la sonoridad del cuarteto de cuerda canadiense Penderecki String Quartet. Las cuerdas están generalmente asignadas a los personajes femeninos, como en esa cirugía estética que busca, no embellecer el rostro, sino todo lo contrario ("Odile"), una experiencia casi beatífica. Por el contrario, las retransmisiones de extirpación de órganos que ofrece Saul (Viggo Mortensen), están marcadas por una sonoridad de música industrial, rotunda y violenta ("Body is reality", "Klinek"). La ausencia de dolor provoca la necesidad de experimentación, y el nuevo sexo consiste en el placer del cuerpo penetrado por un bisturí ("Surgery is the new sex"), mientras que hay una cierta ensoñación cuando los personajes regresan a la antigua forma de experimentar el placer, a través de un beso ("The old sex"). Crímenes del futuro explora de forma fascinante muchos de los temas habituales en el cine de David Cronenberg, quizás con menos profundidad que en otros casos. El misterio se resuelve a través de una composición oscura y obsesiva ("First autopsy"), que muestra una realidad incómoda, y de alguna manera revoluciona las motivaciones de algunos de los personajes. Es una suite que tiene ecos de los primeros trabajos de Howard Shore para David Cronenberg, y que acaba desembocando en la aparición de la condición humana a través de las cuerdas, conectando con un desenlace que sigue una lógica evidente ("Time to try"), y que recupera el tema principal pero humanizándolo con la introducción del fagot. 

The Essex serpent - Dustin O'Halloran, Herdís Stéfansdóttir
Lakeshore Records  10/06/2022

El compositor norteamericano Dustin O'Halloran (1971, Arizona) ha vivido en Europa durante largos períodos de tiempo, primero en Italia y más tarde en Alemania. En la actualidad, está afincado en Islandia, desde donde ha creado sus últimos trabajos autónomos como el album Silfur (2021, Deutsche Grammophon) que publicó el pasado año. En sus últimos trabajos, el compositor ha abordado diversas colaboraciones con otros músicos para bandas sonoras como La vieja guardia (Gina Prince-Bythewood, 2020) y Ammonite (Francis Lee, 2020), ambas escritas junto a Volker Bertelmann. Para la miniserie La serpiente de Essex (Apple tv+, 2022) ha contado con una colaboración más cercana, la de la compositora islandesa Herdís Stéfansdóttir, de la que este mes comentamos también su trabajo para la serie Blackport (RÙV, 2022-). Se trata de una banda sonora que captura la atmósfera de una Inglaterra que vive la última etapa de la era victoriana, enfrentada a un progreso que contrasta con las creencias religiosas y las supersticiones, y que está representada en una criatura mitológica que ha hecho su aparición en los pantanos de Blackwater. Pero al mismo tiempo la serie conjuga distintas relaciones románticas que aportan una cierta calidez a una ambientación fría y tenebrosa. El tema principal ("The Essex Serpent Main Title") describe esta combinación de romanticismo y tenebrismo con el uso del arpa como elemento apasionado y las cuerdas con una melodía sinuosa que representa la amenaza de la serpiente. Se puede intuir en esta colaboración que Dustin O'Halloran ha aportado su capacidad para resolver creaciones melódicas, mientras que Herdís Stéfansdóttir ha introducido los elementos más oscuros y algunas de las ideas que se van desarrollando a lo largo de la banda sonora. El uso de los instrumentos de cuerda muy cercanos a los micrófonos, especialmente el violonchelo, otorga contundencia a las composiciones que describen la amenaza, que para muchos es diabólica ("The devil will come to you"), y que suena en la  dramática huida al final del episodio Everything is blue (T1E4). Pero la aparición de la serpiente también hace referencia al pecado original, y por tanto a la relación entre los dos personajes principales ("The serpent") que es al mismo tiempo apasionada pero también necesita ser escondida ("Walk with me"). Hay algunas composiciones que tienen cierto eco de la música de Ammonite, especialmente aquellas referidas al personaje de Cora (Claire Danes) cuando llega a la aldea de Aldwater ("Essex"), pero también se desprende el romanticismo en hermosas composiciones melódicas ("Fata Morgana", "Will and Cora"), que relacionan a los dos protagonistas. La época de esplendor y progreso de la que se enorgullece la sociedad londinense es solo beneficiosa para las clases más solventes, y esa edad dorada en realidad esconde profundos desequilibrios sociales y emocionales ("The Gilded age"), que se describen en un vals suntuoso pero que va derivando hacia un desenlace oscuro, que se muestra con el staccato de los violonchelos en una composición rotundamente siniestra que cierra el episodio I break things (T1E5). Y que demuestra la elegancia pero al mismo tiempo la atmósfera opresiva que describe esta colaboración en la que la sonoridad orgánica de los instrumentos de cuerda se enfrenta a las sinuosas creaciones de los instrumentos electroacústicos, como contraste entre la modernidad y la tradición ("Blood on the boat").

The staircase - Danny Bensi & Saunder Jurriaans
WaterTower Music  10/06/2022

Posiblemente sean los compositores más prolíficos del panorama musical actual, con proyectos tan diversos únicamente este año como las series ¿Sabes quién es? (Netflix, 2022), Tokyo Vice (HBO Max, 2022-), Outer range (Prime Video, 2022-), Night sky (Prime Video, 2022-) y las habituales Ozark (Netflix, 2017-2022) y Fear the walking dead (AMC, 2015-), así como las películas God's creatures (Anna Rose Holmer, Saela Davis, 2022), presentada en la Quincena de Realizadores de Cannes y Golpe de suerte (Charlie McDowell, 2022). Este dúo de compositores que se conoció en 1997 y posteriormente han consolidado una de las colaboraciones musicales más fructíferas del panorama audiovisual han abordado también este interesante acercamiento a la odisea judicial de Michael Peterson (Colin Firth), acusado del asesinato de su esposa Kathleen (Toni Collette). La serie está basada en el documental The staircase (Netflix, 2008-2014), precursor de las docuseries true crime, al que puso música la compositora Jocelyn Pook (1960, Reino Unido). No sabemos si de forma consciente, hay una cierta continuidad en el estilo que adoptan Danny Bensi (1977, Dinamarca) y Saunder Jurriaans (1977, Illinois), una sonoridad que se sostiene en una pequeña formación de cuerdas que captura esa melancolía que va apoderándose del protagonista, y que Jocelyn Pook definió a la perfección con una banda sonora muy nostálgica pero al mismo tiempo misteriosa. También son las cuerdas las que sostienen el trabajo de los compositores, pero con la introducción de sonoridades electrónicas como es habitual en ellos, y con la incorporación de un clavecín que aporta una tonalidad clásica ("The Staircase (Main Title Theme)") para representar el estatus social de la pareja. Hay a lo largo de la banda sonora una cierta sensación de tragedia que acompaña al protagonista, puntualmente representada en momentos decisivos ("That's it"), pero también hay pasajes inquietantes apoyados en las percusiones, eminentemente electrónicos ("The Famous 640", "SBI is dirt"), muy característicos de la exploración de sonoridades que suelen hacer estos compositores en sus trabajos. La última parte de la banda sonora, como los dos últimos episodios de The staircase (HBO Max, 2022), está impregnada de melancolía, incluso en los momentos en los que hay una aparente victoria ("He's innocent"), pero las cuerdas se hacen más intensas cuando se revela que todavía hay secretos ocultos ("How lucky do you feel"), que después de tantos años sigue habiendo mentiras no confesadas ("Kept something for you"). Entre la fructífera labor de Danny Bensi y Saunder Jurriaans hay siempre pasajes destacados, pero esta es probablemente la banda sonora más inspirada y rica de las que nos han ofrecido este año. 

Under the banner of Heaven - Jeff Ament
FX Productions  10/06/2022

Se podría decir que esta banda sonora tiene un reflejo solo puntual en la edición discográfica, más centrada en los temas "asequibles" con tonalidad cercana al rock a través de las guitarras de Jeff Ament (1963, Montana), actual bajista de Pearl Jam, y de su compañero en la banda Josh Klinghoffer (1979, California), que en este caso firma con el nombre de Pluralone, su proyecto artístico en solitario. Junto a ellos, esta oscura música cuenta con las aportaciones de John Wicks y Josh Evans. Porque básicamente la banda sonora aporta no solo sonoridades musicales, sino efectos de sonido que están en el fondo de la historia, presentes para elaborar una inquietante atmósfera en esta sórdida historia de religión y crimen. Por ejemplo, en el espléndido episodio final, de casi una hora y media de duración, que se construye como un crescendo de violencia, hay un constante fondo musical, intrigante, opresivo, que subraya la paulatina pérdida de fe del protagonista, el detective Jebediah Pyre (Andrew Garfield), enfrentado a un acto criminal que no tiene cabida en su educación como creyente del movimiento mormón, aunque progresivamente va tomando consciencia de que las propias bases fundacionales de su religión se sostienen en la violencia. La banda sonora fue compuesta a lo largo de varias sesiones entre los músicos, en paralelo con la producción, de forma que ya había composiciones y creaciones sonoras terminadas mientras se estaba rodando, lo que contribuyó a que el propio rodaje y la posterior edición se impregnaran de esta atmósfera creada a partir de largas secuencias musicales, de las que la edición discográfica es un pequeño reflejo. A pesar de ello, se pueden extraer momentos especialmente intensos, como esa composición rockera que se sostiene en batería y desgarradas guitarras eléctricas que suenan durante una de las primeras intervenciones policiales en una casa mormona ("Tar & feathers"). Por mandato del cielo (Disney+, 2022) no se desarrolla únicamente en el terreno del thriller, sino que sobre todo es una profunda reflexión sobre qué ocurre cuando en comunidades cerradas, ortodoxas y opresivas comienzan a hacerse preguntas sobre los orígenes. En este sentido, los flashbacks que narran la historia del fundador del movimiento mormón en el siglo XIX muestran la propia esencia del fundamentalismo, pero el trabajo musical de Jeff Ament evita, de forma inteligente, adoptar sonidos específicos para la mirada histórica, estableciendo una continuidad entre el origen y sus consecuencias. Las sonoridades electrónicas adoptan formas sinuosas en la representación del castigo como una forma de redención ("Ultimate punishment"), que finalmente deriva en una violencia a la que se asignan percusiones inquietantes. El tema asignado a la opresiva familia Lafferty ("Families are forever") es también una composición asfixiante, oscura y angustiosa, con incursiones de guitarras cortantes y violentas, que en su estructura e instrumentación puede recordar al tema principal de John Murphy para 29 días después (Danny Boyle, 2002). Mientras que la profunda lucha interior del protagonista, que se enfrenta a acontecimientos de violencia que ponen en duda la esencia de sus propias creencias, se representa a través de una turbulencia electrónica, una oscuridad apuntada por las guitarras de las que trata de desprenderse al final el sonido de los teclados como un elemento de clarividencia ("Struggling"). La edición discográfica con solo tres composiciones, se ha ampliado con la incorporación de otros temas, aunque con una duración escasa, de poco más de treinta minutos. 

Brian and Charles - Daniel Pemberton
1812 Recordings  24/06/2022

Al margen de sus trabajos para grandes producciones como las recientes películas Mira como corren (Tom George, 2022) o Enola Holmes 2 (Harry Bradbeer, 2022), el compositor Daniel Pemberton (1977, Gran Bretaña) ha colaborado con una historia más modesta que amplía el cortometraje Briand and Charles (Jim Archer, 2017) para desarrollar más la historia de amistad entre el inventor rutinario Brian Gittins (David Earl) y el robot Charles Petrescu (Chris Hayward). Aquel era un corto divertido pero también algo melancólico sobre el concepto de compañerismo que estaba narrado en forma de falso documental. El largometraje Brian and Charles (Jim Archer, 2022) introduce mayor contexto y, aunque no termina de cuajar por un tercer acto demasiado simple e infantil, construye una historia que se sostiene en el humor y el carácter amable de sus protagonistas. La música de Daniel Pemberton se basa exclusivamente en sonoridades electrónicas, lo que le ha permitido experimentar con un estilo cercano a los años ochenta. El tema que se refiere a los inventos algo destartalados de Brian ("The workshop of invention") es una composición para teclado con una base rítmica que recuerda a aquellos Casio PT-1 domésticos que casi todo el mundo recibía como regalo de Navidad. En sus redes sociales, el compositor describía de forma humorística su banda sonora como un intento de "captar la vibra de Vaughan Williams mezclada con el sonido de Vangelis, pero solo me quedaron los sintetizadores de baja fidelidad". Pero sí es cierto que incorpora una cierta tonalidad pastoral en algunas composiciones que se refieren a los paisajes de Gales donde se desarrolla la historia ("Wales, Land of wonder"), introduciendo una sonoridad etérea marcada por los teclados electrónicos ("The lake"). El tema de la amistad, que está especialmente asignado a la figura de ese extraño robot que Brian ha creado con una lavadora ("Hello Charles") es una composición que tiene un cierto aire melancólico, pero que deriva hacia un tema más desenfadado cuando se mezcla con el tema de Gales ("Fun times"), aunque nos da la impresión de que esta composición que aparece en el álbum ha sido sustituida en la película por la canción "Happy together" (1967), el éxito interpretado por The Turtles. Otra variación dinámica del tema de amistad lo encontramos en la secuencia en la que Brian construye un artefacto para salvar a Charles de la familia de abusadores que tiene atemorizado al pueblo ("Use your imagination"). La descripción de los antagonistas se basa en una tonalidad más oscura ("Bad people") que se desarrolla hacia algunos temas de acción que parecen hacer referencia a las composiciones del grupo Goblin para los giallo italianos ("Brian vs. The bonfire"), y que se reconduce nuevamente hacia el tema de la amistad ("Petrescu power"). Como decíamos, el tercer acto es algo infantil y se podría decir que se olvida de la condición de falso documental que se propone en el planteamiento inicial, pero Daniel Pemberton consigue con su banda sonora electrónica desenfadada ("Brian + Charles") capturar la esencia de una película que básicamente habla sobre el poder de la lealtad. La banda sonora incluye dos temas adicionales: "I want to see it all", un divertido rap que el propio compositor propuso al director Jim Archer para los créditos finales, y que está interpretado por el robot Charles Petrescu; y un remix del tema "The workshop of invention" a cargo del dúo de música electrónica The Future Sound of London, formado por Garry Cobian y Brian Dougans, que comenzaron su trayectoria musical precisamente a finales de los años ochenta.  


Men se estrena en cines el 22 de julio. 
Varsovia 83. Un asunto de Estado y Broken keys se estrenan el 24 de julio en Atlàntida Film Fest.
Por mandato del cielo se estrena el 27 de julio en Disney+.
Crímenes del futuro se estrena en cines el 23 de septiembre. 
Mira cómo corren se estrena en cines el 21 de octubre.
Enola Holmes 2 se estrena en Netflix el 4 de noviembre. 

Fading petals se puede ver en PLEX.
Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore y The staircase se pueden ver en HBO Max.
Caballero Luna y Doctor Strange en el multiverso de la locura se pueden ver en Disney+.
Cucut se puede ver en TV3.
Gaslit se puede ver en Starzplay.
Bubble se puede ver en Netflix. 
Pleasure se puede ver en Movistar+. 
La serpiente de Essex se puede ver en Apple tv+.



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