No parece que RTVE tenga demasiado empeño en cambiar su pretensión de ser una competidora de las televisiones privadas, algo que en principio no debería ser el objetivo de un ente público. Una de las primeras decisiones bajo la gestión de la nueva presidenta interina Conchi Cascajosa está en la línea del sinsentido y el desperdicio económico habitual en los últimos tiempos, especialmente con el maltrato a las producciones de ficción. Operación Barrio Inglés (RTVE, 2024) ha sido la primera víctima de la nueva presidencia, una serie que se estrenó con una pobre cuota de pantalla del 5,8% (634.000 espectadores), pero que el ente público decidió eliminar de la parrilla después de un solo episodio. El Director de Ficción y Cine de RTVE, José Pastor, ha aclarado en los últimos días que la retirada temporal de la serie "forma parte de una estrategia más amplia para equilibrar la ficción diaria con otros grandes proyectos de prime time". Pero él mismo la estaba presentando dos días antes de su estreno, por lo que no está claro si esta nueva idea brillante ha surgido de un día para otro, y en todo caso tiene poco sentido emitir un solo episodio para después poner en marcha la estrategia. Porque además, al contrario de lo que sucede en otras televisiones públicas, RTVE condiciona la presencia de la mayor parte de sus series en la plataforma RTVE Play a las emisiones lineales, algo que no tiene sentido en un mundo en que el streaming prevalece sobre la televisión tradicional. En algunos países como Finlandia, el canal público Yle estrena las producciones originales antes en su plataforma Areena, y solo las coloca en la televisión lineal dependiendo de su repercusión en streaming. Mientras que en Gran Bretaña la emisión semanal en cadenas como BBC o ITV se limita a sus canales lineales, mientras que en sus plataformas se pueden ver completas desde el día del estreno. En España, sin embargo, Operación Barrio Inglés permanece con un triste único episodio en RTVE Play a la espera de que retome sus emisiones en lineal el próximo domingo 28 de abril, con un doble episodio para compensar el desbarajuste.
La serie ha venido acompañada por una polémica en torno a los créditos como creadores, en los que aparecen hasta ocho nombres. Una de ellas, Virginia Yagüe, actual presidenta de la entidad de Derechos de Autor DAMA, denunciaba a través de X (antes twitter) la usurpación de créditos, con la presencia de los dos productores ejecutivos, Gonzalo Crespo y Pilar Crespo: "Pilar y Gonzalo Crespo figuran en créditos como creadores de la serie Operación Barrio Inglés. ¿Diseñaron la historia, sus personajes o escribieron una coma de la serie? Adivinad la respuesta". La producción ha contado con seis guionistas repartidos en diferentes equipos que se han formado a lo largo de seis años, desde el comienzo del proyecto en 2018, y Gonzalo Crespo también ostenta el crédito como showrunner. Esta obsesión por aparecer en los títulos de crédito de las producciones audiovisuales españolas como si fueran medallas al mérito es una característica muy común en nuestro país. El sindicato de guionistas ALMA defiende que solo deben aparecer acreditados como guionistas o creadores aquellos que hayan escrito guiones, no todos los que han aportado ideas.
Por otro lado, los Premios Platino de Cine y Series Iberoamericanos se entregaron el pasado 20 de abril con seis galardones para La sociedad de la nieve (J.A. Bayona, 2023). En el apartado de televisión fue premiada como Mejor Serie la excelente producción argentina Barrabrava (Prime Video, 2023); como Mejor Actor (Alfonso Castro) para la chilena Los mil días de Allende (RTVE Play, 2023); La Mesías (Movistar+, 2023) como Mejor Actriz (Lola Dueñas) y Mejor Actriz de reparto (Carmen Machi); como Mejor Actor de reparto (Andy Chao) por la también argentina El amor después del amor (Netflix, 2023), y Daniel Burman logró el Premio como Mejor Creador por Iosi. El espía arrepentido (Prime Video, 2022-2023).
Los siguientes comentarios se basan en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.
PerversoTemporada 1 | Ficción, 8x47' | Prime Video | ★☆☆☆☆Creada por Alonso Laporta | Dirigida por Gustavo Ron, Federico Untermann |
Si Parot (Prime Video, 2021) era una serie olvidable, su spin-off es olvidadizo, porque no se acuerda de su precedente, construyendo una historia independiente que trata de evitar cualquier referencia a la anterior. De hecho, Onza Entertainment y Prime Video la anunciaron en noviembre del año pasado como spin-off pero posteriormente han ido eliminando las referencias a aquella serie hasta desaparecer en las últimas notas de prensa, lo cual es una forma bastante singular de desarrollar una IP (Propiedad Intelectual). Parot era una ficción de género policíaco que tomaba como elemento real la derogación en 2013 por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del carácter retroactivo de la Doctrina Parot, uno de los grandes fracasos en política antiterrorista del gobierno de Mariano Rajoy, a pesar de estar amparado por el Tribunal Supremo. Pero solo servía como una referencia que impulsaba una trama policíaca mediocre en la que Haro (Iván Massagué) era un psicópata que consiguió la excarcelación solo para diseñar una venganza contra la agente que lo metió en la cárcel. Este personaje, creado por Pilar Nadal, Alonso Laporta, Luis Murillo Arias y Luis Murillo Moreno, se convierte ahora en el protagonista de Perverso (Prime Video, 2024), pero en esta ocasión solo con Alonso Laporta y el director Gustavo Ron repitiendo en sus cometidos. En este caso, la jueza Lucía Vergara (Kira Miró) será la responsable de que Haro vuelva a la cárcel, pero éste negocia un acuerdo para ayudar en la investigación contra un psicópata, Óscar Ortiz (Jan Cornet) que secuestra a miembros de la alta sociedad, sometiéndoles a un juego de serpientes y escaleras (evidente referencia al ascenso y descenso en la sociedad), pero con la intención real de asesinarlos.
Con un comienzo lánguido, en el que la serie trata de construir un cierto suspense mientras presenta a los personajes, en el episodio La otra vida (T1E4) trata de aportar cierta sorpresa a través de la relación que une al protagonista Haro y la abogada Mariana Urbina (Esmeralda Pimentel), pero se desarrolla según conveniencias del guión, incapaz de evitar caer en los tópicos previsibles del policíaco sin demasiadas ambiciones, muy en la línea de un cierto estilo que caracteriza a los thrillers españoles producidos por Amazon, como Memento mori (Prime Video, 2023) o Reina roja (Prime Video, 2024), que parecen cortados por el mismo patrón estético y narrativo. Tampoco ayuda tener a un antagonista encerrado todo el tiempo en una casa y a una estafadora que conforme avanza la serie tiene menos interés. Así que parte de este guión descuidado se apoya en una subtrama romántica aburrida, claramente dirigida a utilizar un personaje como comodín para una situación de tensión en futuros episodios. Lo peor es que en la recta final los personajes comienzan a comportarse de manera tan absurda que resulta imposible entender qué intención tienen los guionistas. Pero esta olvidable historia policíaca tiene algunos elementos interesantes, como la interpretación de Iván Massagué en un registro siniestro que intenta difuminar las evidentes referencias a otros antagonistas como Hannibal Lecter, especialmente en su personalidad elitista e inteligente. Como no podía ser menos, le gusta el lujo y toca en el piano piezas de compositores clásicos como Mendelssohn, uno de esos lugares comunes que el guión no tiene el más mínimo rubor en abrazar sin contemplaciones. Parece haber una intencionalidad de convertir al personaje en una especie de IP para posibles regresos, pero para ello quizás sería necesario profundizar más y sucumbir menos a lo convencional. Por otro lado, mientras que en Parot la música compuesta por Vanessa Garde quedaba algo desdibujada, en Perverso adquiere una mayor presencia en conexión con el personaje principal, lo que permite a la compositora navarra desplegar una banda sonora de corte sinfónico que resulta muy destacable. La productora Onza Entertainment nació en 2014 de la mano de los empresarios José María Irisarri, Gonzalo Sagardía y Nicolás Bergareche, produciendo El ministerio del tiempo (RTVE, 2015-2020), y posteriormente ha puesto en marcha series como Hernán (Prime Video, 2019), Parot (Prime Video, 2021) y la malograda Operación Barrio Inglés (RTVE, 2024), además de largometrajes como Los Reyes Magos: La verdad (Víctor García León, 2022). Actualmente está desarrollando la serie Festival, una comedia creada por Marc Crehuet sobre los entresijos de un festival de música.
Muertos S.L.Temporada 1 | Ficción, 6x30' | Movistar+ | ★★★☆☆Creada por Alberto Caballero, Daniel Deorador, Julián Sastre, Nando AbadDirigida por Laura Caballero |
Hay que reconocerle a Alberto Caballero y Laura Caballero haber creado un estilo de comedia que se ha mantenido en constante éxito, hasta el punto que La que se avecina (Prime Video, 2007-), un formato pensado principalmente para la televisión lineal en duración y estructura, ha logrado adaptarse con más soltura que otras producciones a las transformaciones que ha ido sufriendo el audiovisual en la última década, estando de manera permanente entre las diez series más vistas en Prime Video, mientras que en Factoría de Ficción sigue siendo líder de audiencia, con cuatro episodios entre los programas más vistos de la TDT esta pasada Semana Santa (Fórmula TV, 30/3/2024). No resulta demasiado exagerado decir que, si en Estados Unidos Friends (HBO Max, 1994-2004) es la serie más revisitada por los espectadores, que disfrutan de episodios sueltos en reuniones familiares o de amigos, en España Aquí no hay quien viva (Prime Video, 2003-2006) y La que se avecina han conseguido ocupar un espacio parecido. También es cierto que algunos de los posteriores formatos que han creado a través de su productora Contubernio, que fundaron en 2013 tomando el nombre de la calle en la que se desarrolla su serie más longeva, se sienten como repeticiones de la misma fórmula, ya sea en un grupo de vecinos como El pueblo (Prime Video, 2013-2023) o en ese cuarteto de amigos machirulos que protagonizan Machos Alfa (Netflix, 2022-), cuyas aventuras son similares a las de algunos personajes de La que se avecina. Hasta el punto que en la segunda temporada, Luis (Fele Martínez) se parece cada vez más a Enrique Pastor (José Luis Gil) y Raúl (Raúl Tejón) es parecido a Amador (Pablo Chiapella). De manera que cuando comienza un nuevo proyecto de los hermanos Caballero está claro qué tipo humor vamos a encontrar, una especie de Matrimoniadas (Telecinco 2007-2009) inclusivo, con personajes caricaturescos. Sin embargo, hay cierta novedad en Muertos S.L. (Movistar+, 2024-) porque se alimenta de un sentido del humor negro que no suele ser tan habitual en sus series, en un formato de historias de oficina, lo que se denominan workplace comedies, que también resulta novedoso dentro de su trayectoria.
La historia comienza con la muerte repentina de Gonzalo Torregrosa (Juan Miguel Bataller), el dueño de una funeraria que no estableció quién le sucedería en la gerencia, por lo que el director comercial Dámaso (Carlos Areces) considera que él es el sucesor natural, hasta que la viuda Nieves (Ascen López) decide ser ella misma la que se ponga en manos de la empresa, aunque nunca haya trabajado en su vida. Lo que la lleva a practicar el nepotismo con su yerno Chemi (Diego Martín) haciéndole responsable del inexistente departamento de marketing, pero que en realidad es un Caballo de Troya introducido por sus hijas, convencidas de que las nulas capacidades empresariales de Chemi serán capaces por sí solas de hundir la empresa y así poder venderla a la competencia. Mientras, Manuela (Adriana Torrebejano) está decidida a hacer públicas las prácticas de acoso del jefe difunto, tratando de conseguir la complicidad de la recepcionista Olivia (Aitziber Garmendia) y el tanatopractor Abel (Gerald B. Fillmore). En la funeraria también trabajan el conductor perezoso Nino (Salva Reina), el cremador semi-jubilado Anselmo (Manolo Cal) y el becario Morales (Roque Ruiz). La directora Laura Caballero hace referencia al uso de un estilo diferente para esta serie, incorporando recursos como "el zoom como un elemento imprescindible en la narrativa con el que enfatizamos muchas de las reacciones de los personajes que para nosotros son importantes. “Forzamos” a que la atención recaiga sobre lo que nosotros entendemos que, en ese momento provoca más comicidad". Quizás lo más fácil hubiera sido decir que han adoptado el estilo de The office (Prime Video, 2001-2003) y otras workplace comedies. La serie se beneficia de una duración de 30 minutos que ya han experimentado con fortuna en Machos Alfa y parece que se mantendrá como formato habitual de sus nuevos proyectos, y aprovecha el humor negro para introducir elementos absurdos en torno a los oficios funerarios, como cuando un amante despechado decide "enterrar" a la novia que le ha abandonado, un fallecido está demasiado obeso para adaptarse a cualquier ataúd o el último deseo de un hombre es ser enterrado vestido de payaso. Y en estas situaciones disparatadas encuentra sus mejores momentos cómicos, por mucho que se sienta más cómoda en las habituales subtramas de relaciones personales que hemos visto en otras series de los creadores. Tampoco consigue evitar caer en algunos chistes ya algo gastados como el que se refiere al lenguaje inclusivo, que formaba parte de uno de los personajes principales de El pueblo, lo que resulta algo repetitivo. La serie tiene la ventaja de que los actores se encuentran cómodos porque se han elegido sus mejores recursos, como Carlos Areces, que suele hacer muy bien este tipo de comicidad que transmite el humor a través del patetismo de su personaje. El actor tiene una curiosa relación con la muerte a través de su colección de fotografías post mortem, una práctica habitual en el siglo XIX, que mostró en el documental Mrs. Death (Silvia Ventayol, 2021). Muertos S.L. tiene tan confirmada una segunda temporada que se rodó el pasado mes de enero, antes del estreno de la serie, reafirmando la confianza de Movistar+.
Si anteriormente hemos hablado de Rivière perdue (TF1, 2024), el remake francés de La caza: Monteperdido (RTVE, 2019-2023), nos acercamos en esta ocasión a la adaptación, también francesa, de una novela de la escritora española Dolores Redondo (1969, San Sebastián), que en los últimos meses ha firmado varios acuerdos para próximas adaptaciones. Su exitosa Trilogía de Baztán (2012-2014, Ed. Destino) ya fue trasladada al cine en tres películas dirigidas por Fernando González Molina, pero recientemente la productora británica Pure Fiction anunció que también la adaptará, esta vez en formato de serie, incluyendo la precuela La cara Norte del corazón (2019, Ed. Destino). También su última novela, Esperando al diluvio (2022, Ed. Destino) será llevada al cine por la productora Zebra Producciones, mientras que Todo esto te daré (2016, Ed. Destino), que consiguió el Premio Planeta, ha sido adaptada como miniserie en Francia. Tout cela je te le donnerai (France 2, 2024) se ha mantenido con buenos niveles de audiencia a lo largo de sus emisiones en lineal desde principios de febrero en las noches de los miércoles, alcanzado un 20,4% de share, casi cuatro millones de espectadores, con sus dos episodios emitidos la primera semana, y permaneciendo siempre por encima de los tres millones, lo que no supera los 5 millones que obtuvo Riviére perdue en TF1 en diciembre, pero está en un nivel destacado. La historia mezcla los elementos comunes de las sagas familiares que tratan de mantener su legado, con una investigación que revelará secretos y mentiras. Y el trabajo de adaptación es destacable, manteniendo algunos elementos de la novela, como el nombre del protagonista, con un cambio de escenario a la Provenza francesa que aporta una tonalidad diferente pero igualmente majestuosa que la Ribiera Sacra de Galicia donde se desarrolla la novela.
Manuel Ortigosa (David Kammenos) es un escritor de éxito que recibe la noticia de la muerte de su marido, Aymeric (Alexis Loret) en un accidente de coche. Cuando viaja a la Provenza, donde la familia terrateniente de su marido dispone de propiedades y viñedos, descubre sin embargo que Aymeric ha ocultado a su familia que era homosexual y estaba casado. Siendo el único dueño de las propiedades de la familia, su decisión de dejar en el testamento toda la herencia en manos de Manuel provoca un terremoto en las relaciones familiares, que no está dispuesta a permitir que su patrimonio recaiga en un desconocido. La Marquesa (Nicole Calfan) es una mujer fría que ni siquiera tiene aprecio por su hijos, debido a una razón que se descubre más adelante, en una familia que ha sufrido anteriormente la tragedia del suicidio de Enguerrand, hermano de Aymeric y Joffrey (Aurélien Wilk), el único que ha permanecido en la mansión familiar, quien piensa que es el legítimo heredero. Hay algunos personajes estereotipados de este tipo de sagas familiares, incluido un atractivo sacerdote llamado Lucas (Lionel Erdogan) que por supuesto tiene una relación romántica secreta, pero que juega un papel más secundario en la serie que en la novela. La adaptación resume en seis episodios una historia que resulta más interesante cuando el policía retirado Richard Saugier (Bruno Solo) tiene dudas sobre el accidente de Aymeric e intenta averiguar con la ayuda de Manuel cómo murió realmente su marido. El popular actor de comedia Bruno Solo, creador de clásicos de la televisión como Caméra Café (Calt, 2001-2007) que fue adaptado con gran éxito en España, interpreta con solvencia a un personaje complejo, que tiene algunos ramalazos homofóbicos y un pasado del que no puede sentirse orgulloso. A lo largo de la investigación, sin embargo, Manuel y Richard acaban formando un tándem adecuado que descubre el origen de la pesada carga que soporta la familia Castelmore.
La adaptación ha sido realizada por Françoise Charpiat, que ha trabajado en telenovelas como Plus belle la vie (France 3, 2002-2002) y Pascal Fontanille, uno de los responsables de Les bracelets rouges (TF1, 2018-2023), la versión francesa de Pulseras rojas (Filmin, 2011-2013) que acaba de estrenar su quinta temporada. Y consiguen elaborar una trama fluida que navega entre el típico drama de sobremesa y una mirada más contemporánea en torno a la manera en que una familia tradicional debe adaptarse a una sociedad que se sostiene menos en los privilegios de clase. Es interesante la relación de la sirvienta Hermine (Annie Gregório) con la Marquesa, sobre todo cuando sabe que no está directamente a su servicio. Mientras que la veterana actriz de 76 años Nicole Calfan, dama del teatro a la que hemos visto recientemente en Alphonse (Prime Video, 2023-), compone un personaje con tal desapego a la realidad y tan cruel en sus apreciaciones en torno a sus hijos, que acaba siendo la imagen de la decadencia de los Castelmore. Al principio no reconoce la verdad de que su hijo Aymeric se haya casado con un hombre: "Ningún miembro de la familia Castelmore se rebajaría a una relación tan repugnante", e incluso siente desprecio por su nieto Arsène (Alexander Mari-Mcsween), por haber nacido de la relación de Enguerrand con una mujer negra. Cuando su otra cuñada, Catherine (Louise Monot) le anuncia que está embarazada, comenta: "No sabes la alegría que me da tener un nieto que se parezca a nosotros", dentro de una historia de formato clásico en la que sobresalen unos personajes que comparten cierta fragilidad por el peso de su pasado. Tout cela je te le donnerai es una adaptación solvente de una novela con textura de culebrón que consigue traspasar el formato de saga familiar tradicional y que cuenta con una extraordinaria banda sonora de Erwann Kermorvant, uno de los mejores compositores de cine franceses, que transmite la desolación de unos personajes heridos emocionalmente.
Nos vemos en otra vidaMiniserie | Ficción, 6x50' | Disney+ | ★★★★★Creada por Daniel Sánchez-Cabezudo, Jorge Sánchez-CabezudoDirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo, Borja Soler |
Mientras otras cinematografías suelen abordar los momentos traumáticos que se han vivido en sus países con relativa brevedad (en Francia los atentados de la sala Bataclan en 2015 han sido abordados en varias películas), la sociedad española parece más reacia a afrontar este tipo de historias, quizás porque siempre sobrevuela el fantasma de la disensión y de los extremismos ideológicos. Si bien se han realizado numerosos documentales, solo se ha tratado el atentado del 11M en la película Ilusiones rotas (Álex Quiroga, 2005), que contaba diferentes historias sobre personas que se verían afectadas por los atentados, y de manera más directa ahora en la última serie creada por los hermanos Sánchez-Cabezudo tras Crematorio (Movistar+, 2011) y La zona (Movistar+, 2017). Han pasado ya veinte años y quizás es el momento adecuado para tratar un ataque yihadista sobre el que todavía se pretenden sembrar incertidumbres respecto a la autoría, pero lo cierto es que el juicio de 2007 estableció los diferentes grados de culpabilidad. Precisamente en torno a tres fechas destacables se estructura esta serie: 2004, el año del atentado; 2007, el año en el que se celebra el macrojuicio; y 2014, cuando Gabriel Montoya salió de la cárcel después de cumplir su condena y concedió una entrevista al periodista Manuel Jabois, que convirtió en el libro Nos vemos en esta vida o en la otra (2016, Ed. Planeta), que muy astutamente se ha reeditado coincidiendo con el estreno de la serie, y en el que el periodista de El Mundo que ahora escribe en El País daba credibilidad al relato de su protagonista, quien había cambiado varias veces su declaración a lo largo del juicio, contrastándola con las actas del juicio que se había celebrado. Gabriel Montoya, al que en su barrio conocían como Baby pero los medios de comunicación apodaron El Gitanillo, fue el único menor de edad condenado en relación con los atentados, y nunca se ha arrepentido de lo que hizo, pero sí de lo que ocurrió (lo que no está claro qué significa realmente).
A través de su historia se abunda en la idea de la banalidad del mal que había acuñado la filósofa alemana Hannah Arendt (1906, Alemania-1975, Estados Unidos), en su conocido ensayo Eichmann en Jerusalén (1963, Ed. Lumen), en el que a partir del juicio de 1961 contra los crímenes cometidos por el teniente coronel de las SS Adolf Eichmann, reflexionaba sobre la naturaleza del mal. El que ha sido descrito como uno de los mayores criminales del nazismo, no sentía remordimiento porque consideraba que había cumplido con su deber. Esa banalidad del mal está presente en la historia de este adolescente que, sin ideología concreta ni una personalidad malvada, acabó involucrado en el mayor atentado yihadista cometido en Europa. El primer episodio, Baby (T1E1) presenta al personaje en un entorno de delincuencia menor como el que se podría encontrar en cualquier ambiente de barrio obrero, hasta que conoce a Emilio Gutiérrez Trashorras (Pol López), quien le introduce en trapicheos cada vez más grandes. La interpretación de Pol López, ganador del Premio Gaudí como Mejor Actor por Suro (Mikel Gurrea, 2023) y al que hemos visto en Esto no es Suecia (RTVE Play, 2023) es sobresaliente, con capacidad para equilibrar cierta simpatía con una personalidad esquizoide que se refleja en las miradas y los gestos sin necesitar exhibirla plenamente. El director Jorge Sánchez-Cabezudo utiliza un adecuado estilo semidocumental que él mismo reconoce que bebe del cine social francés como Los miserables (Ladj Ly, 2019) y La cabeza alta (Emmanuelle Bercot, 2015), especialmente influyente dada la historia similar sobre un criminal menor de edad. La cámara captura el pulso del barrio y los menudeos de drogas alrededor de un personaje como Trashorras que parece esconder contactos más peligrosos. Mezclando las líneas temporales, también vemos a Gabriel Montoya adulto (Quim Àvila) recién salido y enfrentado a la reinserción en una sociedad que no le quiere reinsertado, hasta que el periodista Manuel Jabois (Jaime Zatarain) decide tratar de entender su historia.
Perfectamente estructurada, Nos vemos en otra vida (Disney+, 2024) es otro éxito para los hermanos Sánchez-Cabezudo, porque consiguen mantenerse siempre al margen de interpretaciones sobre la cercanía o la empatía hacia el personaje principal. Y toman decisiones de dirección que funcionan incluso como posturas narrativas, cuando el grupo de yihadistas es siempre mostrado como un conjunto no individualizado, aunque tome cierta relevancia Jamal Ahmidan (Mourad Ouani), apodado El Chino, quien sirve como contacto con Trashorras, pero al que casi siempre vemos desde el punto de vista de Baby, al que la cámara al hombro acompaña en la primera parte de la historia, casi caminando junto a él para ir distanciéndose progresivamente conforme se implica más con los terroristas, en el espléndido episodio El corredor (T1E4) que transcurre durante una fuerte tormenta, mientras que Baby adulto es mostrado con cámara fija, ya completamente distanciada del personaje. Pero, independientemente de las consideraciones sobre la implicación en un atentado que provocó 193 muertes y muchas vidas marcadas por el trauma, la serie funciona como un thriller espléndidamente construido, manejando hábilmente el suspense y prescindiendo de los elementos innecesarios para centrarse en la historia. Hay en El silencio (T1E5) una presencia destacada de algunas víctimas durante el juicio de 2007, que son las que se encargan de describir el atentado sin que lo veamos, en otra decisión especialmente acertada y absolutamente respetuosa. Nos vemos en otra vida ha sido producida por Kubik Fims, la productora que fundaron los hermanos Sánchez-Cabezudo en 2016 y en la que a partir de 2023 se convirtió en socio mayoritario el Grupo francés Newen Studios, una compañía subsidiaria de TF1 Group, a la que también pertenecen otras productoras españolas como Grupo Zeta e Índalo y Media Producciones Audiovisuales, la productora de Juan y Medio.
Mano de hierroTemporada 1 | Ficción, 6x70' | Netflix | ★★☆☆☆Creada y dirigida por Lluís QuílezEscrita por Lluís Quílez, Daniel Corpas, Arturo Ruiz Serrano, Asier Guerricaechebarria |
Tras el éxito obtenido con Bajo cero (Lluís Quílez, 2021), Netflix ha proporcionado a su director todos los medios posibles para elaborar un nuevo thriller ahora con todo el tiempo disponible (la mitad de los episodios supera la hora de duración) y con carta blanca para reunir a los actores más destacados del panorama audiovisual español. De esta forma, Mano de hierro (Netflix, 2024) se plantea como un tour de force para intérpretes de alta solvencia, aunque posiblemente sea una de las producciones recientes que más desaprovecha la posibilidad de contar con un reparto tan sólido. La historia está protagonizada teóricamente por Joaquín Manchado (Eduard Fernández), aunque realmente el personaje deja de tener relevancia a partir del tercer episodio, el patriarca de una familia que controla el puerto de Barcelona, pero principalmente dirige con mano férrea (nunca mejor dicho) las actividades de narcotráfico que utilizan estas instalaciones como lugar de conexión criminal entre África y Europa. Para ello cuenta con la ayuda de su familia: su hermano Román (Sergi López), un hombre que adopta con resignación su posición en la sombra y que intenta ser el salvador de Cristina (Marta Belmonte), una prostituta de la que se ha enamorado, y su hijo Ricardo (Enric Auquer), un joven inestable que lucha por tener la posición que ha conseguido Néstor (Jaime Lorente), el yerno de Román que está casado con Rocío (Natalia de Molina). Aunque ella mantiene una relación con un nuevo componente del grupo, Víctor Julve (Chino Darín), quien en realidad es un infiltrado de la policía.
Mano de hierro comparte con algunas series la representación de las organizaciones criminales que usan los puertos de entrada de grandes ciudades para desarrollar actividades criminales: es fácil recordar la segunda temporada de The wire (HBO Max, 2002-2008), pero también la serie Gomorra (HBO Max, 2014-2021) desarrollaba parte una de sus tramas en Barcelona y la recientemente estrenada miniserie francesa De grâce (Arte, 2023) tiene como protagonista a una familia en torno al puerto de El Havre y las redes de narcotráfico. Sin embargo, a Lluís Quílez (1978, Barcelona) parece interesarle menos enfocarse en las organizaciones criminales y su funcionamiento que en construir una historia clásica de mafias para desarrollar escenas de acción más o menos solventes, aderezadas con ciertos toques de violencia extrema al estilo de Martin Scorsese. Los personajes están constantemente al borde del desequilibrio mental, atraídos por una oscuridad que se manifiesta a veces de una manera brutal como en el caso de Ricardo, mientras la serie trata de explorar este lado tenebroso incluso introduciendo elementos de magia negra y brujería a través de los traficantes mexicanos Ariel (Raúl Briones) y Giannina (Lucía Ramírez-Pereira). Pero resultan todos los elementos tan gratuitos y plantea las situaciones de una manera tan superficial que el impacto de la violencia no se sostiene en la psicología de los personajes sino que se limita a ser una representación burda de la brutalidad, algo así como lo que también ocurre en la segunda temporada de El inmortal (Movistar+, 2022-). Si Bajocero era un thriller hábilmente dirigido pero torpemente escrito, en Mano de hierro ni siquiera es solvente un trabajo de dirección que busca el efectismo gratuito. Y la ausencia del personaje principal durante la mayor parte de la serie no hace más que reflejar la condición deslavazada de una historia que no consigue ser creíble en ningún momento.
La AcademiaTemporada 1 | Ficción, 8x45' | Prime Video | ★★☆☆☆Creada por Pablo Bartolomé, Jacobo Delgado, Laura LeónDirigida por Francesc Ollels |
En la excelente comedia Soñando en negro (Filmin, 2023) se hacen muchas referencias a los micro-racismos, es decir, aquellos que pueden llegar a ser peores que las referencias racistas directas porque quienes los cometen no son conscientes de ello. El fútbol es muy característico de este doble lenguaje en el que se defienden valores de solidaridad e igualdad, y sin embargo es una institución profundamente machista e insolidaria. En la serie La Academia (3Cat/Prime Video, 2024) está presente esta característica sin que parezca ser demasiado consciente de ello. Jairo (Ton Vieira) ha llegado con su familia desde Colombia y como es habitual en los personajes latinoamericanos dentro del cine español es pobre, rebelde y machista, una representación estereotipada que parecen necesitar los guionistas para construir el conflicto principal en una serie que se mueve sin demasiado rubor entre tópicos sin tener conciencia de que en realidad está al borde de aquello que pretende denunciar. Adrián (Marc Soler) es un joven futbolista disciplinado del Apolo F.C. que sin embargo oculta su homosexualidad, un tipo de personaje que hemos visto recientemente en otra producción catalana, Jo mai mai (3Cat, 2024), como si el problema fuera la auto-aceptación en vez del aumento de las actitudes homófobas. Aunque se esfuerza por introducir el fútbol femenino de una manera equilibrada, los personajes de las futbolistas parecen espejos de los masculinos: Lara (Rita González) es la rebelde mientras que Meriem (Ebony Vidjrakou) es la deportista disciplinada. Y el conflicto que despierta la sororidad se representa utilizando un antagonista bastante tópico, el entrenador Patterson (Lukas Peros), en vez de profundizar en la concepción machista del propio sistema. En realidad, la actitud de Willy (Marc Martínez), el entrenador del equipo masculino es igual de insultante con sus jugadores, pero la serie parece considerar que los chicos están más preparados para recibir estos comentarios que las chicas, que tienen la piel muy fina.
De forma que se produce una insurrección del equipo femenino encabezada por Lara (Rita González), un personaje que no es tan rebelde cuando necesita ineludiblemente una trama romántica que la sitúa en medio de Jairo y Adrián. No parece que la intención de La Academia, claramente inspirada en La Masia, sea la de reflexionar sobre el mundo del fútbol y la forma en que la presión puede afectar a los jugadores adolescentes, sino más bien elaborar una trama oportunista que se beneficia de la trascendencia del fútbol femenino para parecer progresista. Pero se trata de una propuesta que hace del estereotipo su principal herramienta para crear una narrativa tradicional de carácter juvenil que transcurre en un entorno futbolístico como podría hacerlo en un instituto de secundaria. De hecho, dos de las creadores, Pablo Bartolomé y Jacobo Delgado, y la veterana guionista Yolanda García Serrano vienen de escribir guiones para HIT (RTVE, 2020-). Tampoco vamos a pedirle a la producción que los partidos sean creíbles y no estén rodados como si se tratara de competiciones de futbolín, donde nadie corre y los espectadores no pasan de la docena. Pero sí hubiera necesitado algo más de desarrollo en los personajes, para que por lo menos no resulte todo tan previsible y perezoso. Desgraciadamente, esta desgana se traslada a la dirección de actores, de manera que hay un desequilibrio notable entre el nivel de interpretación de los jóvenes profesionales que ya tienen experiencia en otras series, como Marc Soler y León Martínez, y los debutantes como Ton Vieira y Rita González, que casi siempre parecen perdidos en la construcción de sus personajes. Como todo buen producto deportivo (y en la proliferación de documentales mediocres cortados por el mismo rasero que han impulsado tanto Prime Video como Netflix podemos apreciarlo), la serie también está llena de esos mensajes superficiales que caracterizan a ese negocio, aunque a veces haya algún resquicio de crítica al mercantilismo a través del personaje de Tomás (Diego Martín), el padre de Adrián, un ex-futbolista que ahora es representante de jugadores. Pero los elementos agitadores son bastante inofensivos, por mucho que se utilice a Toni (Bárbara Goenaga), la peleadora psicóloga del equipo, como una portavoz de todos los lugares comunes de la narrativa relacionada con la salud mental. Pero con un solo personaje el mensaje no resulta lo suficientemente efectivo. La Academia está producida por Brutal Media, empresa radicada en Barcelona que hace poco más de un mes anunciaba su incorporación a la red de producción de BBC Studios Global Entertainment, un conglomerado de productoras internacionales que han sido adquiridas por la televisión pública británica, y hace unos días también anunciaba la incorporación de Amparo Miralles, que ha trabajado en Secuoya, Buendía Estudios y Gestmusic Endemol, como nueva directora de ficción.
Un nuevo amanecerTemporada 1 | Ficción, 8x30' | atresplayer | ★★☆☆☆Creada por José Corbacho | Escrita por José Corbacho, Enric Pardo, Rafel BarcelóDirigida por Belén Macías, José Corbacho |
Creador de uno de los programas de humor de más éxito en la televisión española, el clásico Homo Zapping (Antena 3, 2003-2007), mucho mejor en su etapa de Antena 3 que en su nueva versión en Neox bajo la denominación Homo Zapping News (Neox, 2016-2018), José Corbacho (1965, Barcelona) ha desarrollado una carrera que le ha situado entre un personaje público de talent shows y un guionista y director con resultados irregulares, comenzando una carrera en el cine con Tapas (José Corbacho, Juan Cruz, 2005) y otros títulos hasta llegar a su última película, Incidencias (José Corbacho, Juan Cruz, 2015), y tratando de recuperar el pulso de su programa más conocido con el fallido Palomitas (Telecinco, 2011). Su primera serie de ficción, esta vez al margen de El Terrat, aborda el mundo del espectáculo que conoce bien a través de una estrella de la televisión, Candela (Yolanda Ramos), que participa como jurado junto al propio José Corbacho y La Terremoto de Alcorcón en un talent show presentado por Anne Igartiburu, todos ellos interpretándose a sí mismos. Pero un exceso en el consumo de drogas que principalmente le proporciona su manager Pepe (Pau Durà), acaba en un colapso en medio de una emisión en directo. La productora del programa, Almudena (Àgata Roca) le da un ultimátum para que acuda a un centro de desintoxicación, Un nuevo Amanecer, que está dirigido por Patricia (Cecilia Freire), y cuyas actividades son coordinadas por Bibi (Abril Zamora), que estuvo ingresada en el centro y posteriormente acabó trabajando en él. Pero Candela no reconoce su adicción a las drogas y decide ocultar a su familia que ha acudido a este centro, haciéndoles creer que está en el rodaje de una película en Sevilla. Los primeros episodios de Un nuevo Amanecer (atresplayer, 2024) están dedicados al choque entre Candela y Patricia, pero también a la difícil adaptación de la actriz a ese entorno en el que el alcohol y las drogas están ausentes.
Parece que la serie va a seguir el camino de producciones como Nine perfect strangers (Prime Video, 2021-), con varios personajes conviviendo en un espacio cerrado. Pero José Corbacho está más interesado en mostrar cómo Candela es incapaz de reconocer su estado adictivo porque se ha encontrado rodeada de un entorno tóxico, desde su propio mánager, para quien el consumo de sustancias es una diversión habitual, hasta el propio programa de televisión, en el que los jurados toman un chupito de alcohol antes de entrar en directo para "chispearse" y resultar más divertidos. De hecho, Candela es un personaje histriónico y vitalista precisamente por el impulso que le da su adicción, o eso cree ella. En realidad, el tratamiento del consumo de sustancias en el mundo del espectáculo es bastante convencional y poco arriesgado, estableciendo un cierto grado de culpabilidad a todo lo que rodea a la protagonista. El entorno es tóxico, luego la adicción es inevitable. Pero es interesante el perfil de un personaje con evidentes carencias emocionales, no porque no las encuentre en su hija Lola (Alicia Falcó), sino porque se siente obligada a mantener un cierto nivel de popularidad para estar a la altura de su madre Estrella (Vicky Peña), que fue una popular actriz de revista. Pero estos aspectos se desarrollan menos de lo deberían, y la atención humorística se centra en los entresijos de la televisión de una manera que realmente no aporta nada llamativo. El guión se desarrolla entre la comedia y el drama, tratando de sostenerse en Yolanda Ramos, con la que José Corbacho no coincide desde Homo Zapping. Ella es una gran actriz cómica, pero esta oportunidad de ser la principal protagonista de una serie se ve lastrado por un trabajo de dirección, compartido entre Belén Macías y José Corbacho, que no le proporciona un camino claro en la construcción del personaje, de manera que Candela titubea en su desarrollo, a veces siendo demasiado histriónica, rozando la caricatura, un trabajo de máscara que establece demasiada distancia, que podría ser adecuado en una sátira más vitriólica, pero que no termina de encajar en esta intención más humanista.
Un nuevo amanecer es una serie con altibajos, que no encuentra el tono equilibrado en un sentido del humor que a veces resulta zafio, otras se acerca a los tropos habituales de los hermanos Caballero y a veces quiere ser inteligente. Y eso que cuenta con los guionistas Rafel Barceló (1974, Tarragona) y Enric Pardo (1977, Castellón de la Plana), habituales colaboradores de Berto Romero, y responsables de los guiones de Mira lo que has hecho (Movistar+, 2018-2020) y El otro lado (Movistar+, 2023). Pero ni resulta lo suficientemente arriesgada a la hora de presentar la toxicidad del mundo del espectáculo, ni sabe definir al personaje principal con la humanidad que necesita. La serie está producida por ESPotlight, fundada por Anxo Rodríguez en 2020 bajo el paraguas de la agencia de actores Alter Ego Talent House, que precisamente tiene a José Corbacho entre sus clientes, y estableció un acuerdo con la norteamericana Legendary Global para la coproducción de series y formatos para televisión. ESPotlight ha desarrollado series como La treintena (Filmin, 2020), Tú también lo harías (Disney+, 2023) y Los Farad (Prime Video, 2023), y tiene pendiente de estreno la serie de terror Dime tu nombre (Prime Video, 2024), dirigida por Hugo Stuven.
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Películas mencionadas: Los miserables se puede ver en Filmin y Prime Video.
La cabeza alta se puede ver en Prime Video.
Bajo cero se puede ver en Netflix.
Tapas se puede ver en FlixOlé, Netflix, Pluto TV, Prime Video y Run:Time.
Incidencias se puede ver en FlixOlé y Prime Video.
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