Netflix, 5 de octubre
Reino Unido, 2023 - 8x45'
Creada por Ripley Parker
Dirigida por Charlie Manton, Alyssa McClelland, Laura Steinel
Buscando contar historias con las que se sientan identificados los espectadores adolescentes, que además son los que menos se acercan a las plataformas de streaming tradicionales y prefieren otras herramientas audiovisuales como YouTube o TikTok, a los que Netflix nunca ha conseguido ganar la batalla por las audiencias, la plataforma roja ha estrenado series como
Sex education (Netflix, 2019-2023), reiniciada en su última temporada por agotamiento de ideas repetitivas,
Jóvenes altezas (Netflix, 2021-) o
Heartstopper (Netflix, 2022-), cuyas segundas temporadas han sido decepcionantes. A esta lista se une ahora
Prisa por vivir (Netflix, 2023-), que podría parecer que tiene los genes de cualquiera de esas series, pero que en realidad utiliza los tropos de los coming-of-age de instituto para envolver una historia mucho más profunda. La protagonista es Mia Polanco (Sophie Wilde) una estudiante de secundaria de 16 años que ha pasado siete meses en una clínica dirigida por el doctor Nell (Stephen Fry) para resolver su problema de trastorno alimentario. Pero cuando regresa al entorno estudiantil, percibe que sus amigos han tenido experiencias que ella todavía no ha vivido, sintiendo que se está quedando atrás en el impulso de la vida y tratando de ponerse al día de una manera algo apresurada. Inicialmente titulada
The fuck it bucket, que hace referencia a la lista de deseos que elabora Mia para tener todas las experiencias que le faltan, la serie ha sido creada por Ripley Parker (2000, Reino Unido) hija de los actores Ol Parker y Thandie Newton, que saltó a los medios de comunicación ingleses en 2017 cuando tras una obra de teatro en el West End de Londres se dirigió a Boris Johnson para llamarle "cunt", posiblemente el insulto más grave del idioma inglés. La historia está basada en su propia experiencia con el trastorno alimentario durante la adolescencia, y en este sentido aborda, con especial atención a los detalles, la descripción de las inseguridades de Mia.
Aunque tenga la apariencia de una serie juvenil en la que se introduce un tema sobre salud mental, Prisa por vivir es todo lo contrario: una serie sobre el trastorno alimentario que utiliza los estereotipos de las historias de instituto para elaborar una reflexión sobre la sociedad precisamente en un entorno en el que la atención a la imagen se magnifica: chicos jóvenes que están en plena efervescencia hormonal. Pero Mia se siente disociada de su propio cuerpo, viste ropa holgada para que no se marque el perfil de su silueta y es incapaz de cambiarse en un vestuario. Incluso la narración de la protagonista, que es un recurso habitual en las series juveniles, adquiere una mayor consistencia en esta historia porque muestra los deseos de Mia de volver a una normalidad anterior a su enfermedad. Lo que hace bien la serie es reflejar asimismo cómo afecta a sus amigos el trastorno nunca curado del todo: Becca (Lauryn Ajufo), Will (Noah Thomas) y Cam (Harry Cadby) también están ansiosos por recuperar una relación de amistad tal como era antes, aunque progresivamente se dan cuenta de que no es posible. Prisa por vivir no aborda solo la manera en que Mia se adapta de nuevo a su vida fuera de las limitaciones estrictas de la clínica, sino cómo la enfermedad sigue arrastrándola hacia terrenos a los que no quiere regresar. Y al mismo tiempo experimenta la sensación de que todos la verán siempre como "la chica que sobrevivió a sus problemas mentales", una etiqueta que parece indisociable y al mismo tiempo supone otro obstáculo para alcanzar la normalidad, como durante su fiesta de cumpleaños.
En este sentido, cuando la serie adopta un nuevo punto de vista en el
Episodio 6, en el que el narrador es Alex (Sam Reuben), el hermano menor de Mia, amplifica su mirada hacia el exterior y la repercusión que tienen los problemas de salud mental en el entorno familiar. Nuevamente, el episodio traza una subtrama relacionada con las inseguridades sexuales de Alex y una fotopolla implicada, pero es solo una excusa para abordar la problemática que realmente quiere describir. Igual que en uno de los episodios de
Best interests (BBC, 2023) se mostraba la falta de atención que siente constantemente la hermana de una joven enferma, en este caso la madurez que se exige a un joven de 15 años para afrontar una situación especial está por encima de sus posibilidades. Lo que desemboca en una explosión de sinceridad durante una sesión de terapia familiar: "
He hecho lo posible para no odiarte, porque desde que enfermaste soy invisible. No puedo seguir encogiéndome para dejar espacio a tu anorexia". Es en estos reflejos de una realidad dolorosa en los que la serie se hace más relevante, igual que en los flashbacks en los que vuelve a la memoria de Mia su enfermedad. Ella está espléndidamente interpretada por la actriz Sophie Wilde (1997, Australia), a quien este año hemos visto en la interesante película de terror
Háblame (Danny Philippou, Michael Philippou, 2023), cuyo personaje también se llama Mia. De hecho, en el
Episodio 7 hay una referencia directa a las películas de horror de adolescentes para abordar los miedos que provoca la problemática de la salud mental. Otro de los tropos habituales de las series juveniles es la pérdida de la virginidad, pero aquí está tratada con especial sensibilidad, construyendo un entorno que no discute ni se preocupa por las tendencias sexuales, sino que representa una sexualidad abierta sin etiquetas. Para Mia, sin embargo, hay algo diferente cuando en el
Episodio 5, durante una escapada a un balneario en el que quiere descubrir si su madre Viv (Vivienne Acheampong) tiene un amante, acaba sin embargo teniendo la regla. Y este regreso de la menstruación se convierte en otra batalla ganada en la recuperación del propio cuerpo, una reivindicación de valentía frente a las muchas derrotas que ha provocado la anorexia.
BBC, 9-17 de octubre
Reino Unido 2023 - 4x59'
Creada por Neil McKay
Dirigida por David Blair, Sandra Goldbacher
Para los ingleses, la figura de Jimmy Savile se ha convertido en una personalidad demoníaca de la que muchos no querrían oír hablar nunca más. Se trata de la personificación inglesa de lo que para Estados Unidos ha sido Bill Cosby, un recuerdo imborrable para varias generaciones que finalmente se reveló como un depredador sexual que actuaba con impunidad o, simplemente, con la complicidad del silencio. La excelente serie documental Tenemos que hablar de Cosby (Movistar+, 2022) demostraba que había muchas señales inequívocas de los abusos que cometía el cómico norteamericano, y la también recomendable miniserie Jimmy Savile: Una historia británica de terror (Netflix, 2022) escudriñaba en las propias entrevistas que concedió el personaje determinados detalles que reflejaban su auténtica personalidad. Hay dos elementos principalmente dolorosos para los británicos: que durante mucho tiempo hubo rumores de los abusos cometidos sistemáticamente por Jimmy Savile, y que solo se destaparon después de su muerte, lo que impidió que sus víctimas encontraran algo de consuelo en la justicia. Filántropo y presentador de televisión, personaje extravagante y simpático, tuvo una relación estrecha con Margaret Thatcher, que le recomendó para el nombramiento de Caballero de la Orden Británica e incluso, como desvela el documental de Netflix, se convirtió en un consejero no oficial para el príncipe Carlos, el actual rey Carlos III del Reino Unido. A fecha de 2021, se habían reportado más de cuatrocientas denuncias por abusos sexuales practicados por Jimmy Savile, la mayor parte de ellos a niños y niñas a partir de los ocho años. En 2014 se revelaron múltiples actos de necrofilia que podría haber practicado al tener acceso a la morgue del Hospital de Leeds y otros hospitales, aunque no es posible demostrarlo.
Quizás por eso rescatar al personaje en la serie de ficción The reckoning (ITV, 2023) ha despertado cierto rechazo, y sus mayores críticas provienen de la idoneidad de volver a hablar de un tema que quizás muchos querrían que fuera enterrado. Tras la revelación del escándalo de pederastia cometidos por Jimmy Savile durante décadas, se destruyó la lápida que homenajeaba su figura (fue enterrado con honores de héroe), como si borrar su rastro fuera un consuelo. Pero acercarse al personaje desde una perspectiva de ficción permite mostrar más adecuadamente sus diferentes facetas, proporciona la manera de entender su capacidad para hipnotizar a quienes le rodeaban, muchas veces protegido por las aportaciones millonarias que conseguía para sus proyectos filantrópicos. Lo que aporta la ficción es una representación más clara de la doble personalidad de Jimmy Savile, como cuando un rechazo hacia sus proposiciones sexuales se convierte en una amenaza velada. La miniserie ha sido creada por Neil McKay, especialista en llevar a la pantalla historias de criminales reales como Appropriate adult (ITV, 2011) y Four lives (ITV, 2022), y está basada en el libro In Plain Sight: The Life and Lies of Jimmy Savile (2014), que recogía las entrevistas efectuadas por el periodista Dan Davies con el personaje cuando ya había denuncias más claras sobre sus abusos, pero ampliadas con una investigación y entrevistas propias del creador de la serie a algunas de sus víctimas. De hecho, cuatro de ellas aparecen al comienzo de cada episodio contando sus experiencias, lo que aporta una conexión con la realidad que quizás no era necesaria. De forma que la retrospectiva sobre su vida parte de las sesiones de entrevistas a Jimmy Savile (Steve Coogan) por parte de Dan Davies (Mark Stanley), que llegan a alcanzar cierta tensión en algunos momentos.
Steve Coogan vuelve a demostrar su capacidad para incorporar un personaje complejo, y la claridad con la que refleja una figura tan extravagante se incorpora a la lista de otros trabajos notables como cuando interpretó a Stan Laurel en el biopic El gordo y el flaco (Jon S. Baird, 2018). Hay algunas escenas que tienen una tonalidad especialmente terrorífica, sobre todo cuando su rostro refleja bajo una sonrisa amable las insinuaciones sexuales del monstruo en el Episodio 1. La directora Sandra Goldbacher se detiene más tiempo en la expresión de la joven víctima, lo que ofrece una perspectiva mucho más terrible del abuso. Steve Coogan consigue mantener el equilibrio sin llegar a la caricatura teniendo en cuenta que las apariciones públicas de Jimmy Savile ya eran de por sí histriónicas, mientras la serie deja a un lado su relación con la realeza para centrarse más en su amistad con Margaret Thatcher, lo que podría ser interpretado como una forma de mantener al margen la relación que tuvo con el ahora rey Carlos III. Otra de las reticencias que puede provocar una serie, por lo demás muy precisa en su descripción de los hechos es que, tratándose de una producción de ITV para BBC, deja en un terreno demasiado sutil las responsabilidades de la televisión pública, que fue la que elevó a Jimmy Savile a figura popular a través de sus programas. Como una forma algo manipuladora de echar balones fuera, introduce un personaje femenino que parece indicar que hubo algunas reticencias para contratarle, cuando los hechos demuestran que la BBC actuó de forma irresponsable incluso tras su muerte, sustituyendo un programa informativo sobre sus abusos por un homenaje a su labor filantrópica. Sin embargo, The reckoning mantiene el tono alrededor del personaje, y construye con acierto la idea de que la impunidad de Jimmy Savile fue provocada por su propio contexto, el de las instituciones y sus relaciones personales, que miraron hacia otro lado hasta que no hubiera evidencias claras. Lo que está representado en el personaje de Beryl Hullighan (Siobhan Finneran), que solo muestra rechazo cuando delante de ella un anciano Savile mira con deseo a una niña.
Disney+, 11 de octubre
Argentina, 2023 - 5x28'
Creada por Mariano Cohn, Gastón Duprat, Emanuel Diez
Dirigida por Mariano Cohn, Gastón Duprat
La colaboración entre los guionistas y directores Mariano Cohn (1975, Argentina) y Gastón Duprat (1969, Argentina) ha dado como resultado algunas películas interesantes como El ciudadano ilustre (2016) y Competencia oficial (2021) que abordaban micromundos cerrados como la literatura y el cine frente a la sociedad. Con El encargado (Disney+, 2022-) y
Horario estelar (Disney+, 2023) enfocaron sus comentarios sociales en formato de series, pero se podría decir que
Nada (Disney+, 2023) parece haber nacido más como una idea para una película (su duración total no supera las dos horas y media) que para la miniserie que finalmente ha sido. Como es habitual en la filmografía de la dupla de guionistas/directores, la historia se apoya en un personaje principal con una personalidad característica para elaborar una serie de comentarios más o menos cínicos en torno a la sociedad argentina en particular. En realidad, la actitud del crítico gastronómico Manuel Tamayo Prats (Luis Brandoni), no se diferencia demasiado del cinismo del Premio Nobel de Literatura Daniel Mantovani (Óscar martínez) en
El ciudadano ilustre (2016) y a ambos su personalidad distante la acaba modificando el encuentro con la sencillez. En el caso del escritor, el regreso a una pequeña ciudad argentina de donde huyó para establecerse en Europa, y en el del crítico gastronómico en su relación con la joven Antonia (Majo Cabrera), una inmigrante paraguaya que sustituye a Celsa (María Rosa Fugazot), que era su imprescindible secretaria, sirvienta, cocinera e incluso chofer. Manuel Tamayo se muestra como un anciano indolente que hace veinte años que no escribe, aficionado al privilegio de no pagar en los restaurantes aunque derive en críticas negativas, y habitualmente poco agradable con las personas que se cruzan a su lado, lo que provoca los mejores diálogos vitriólicos de la serie.
Pero la interpretación de Luis Brandoni en modo Luis Brandoni hace que el personaje acabe siendo atractivo para el espectador, a pesar de que contiene algunos tics de su personaje en la película Mi obra maestra (Gastón Duprat, 2018), que ha tenido recientemente un remake francés, Un coup de maître (Rémi Bezançon, 2023), donde el desmemoriado Renzo Nervi le decía a un camarero después de almorzar en un restaurante de lujo: "Por cierto, la cuenta no me la traigas, porque no te la voy a pagar". Y es que, incluso aunque Manuel Tamayo reniega de la gastronomía argentina como una mezcla impersonal de gastronomías de distintos países, despliega una especial querencia por su ciudad. Cuando su hija, que vive en Londres, le dice que nunca está en casa, él responde: "Mi casa es Buenos Aires. Así que siempre estoy en casa". Hay una especial habilidad en los guionistas para construir este tipo de personajes que tienen una personalidad ambigua y que se sitúan en un término medio entre el antagonismo y el protagonismo, como le ocurría de una manera mucho más oscura al portero Eliseo de Guillermo Francella (que hace una breve aparición también en esta serie) en El encargado. Pero Nada (Disney+, 2023), que toma su título del libro que finalmente escribe el protagonista, se envuelve en una cierta aureola de comedia simpática para ofrecer en realidad una visión más pesimista sobre una sociedad en la que se da demasiada importancia a aspectos superficiales de la vida.
La presencia de Robert De Niro, que interviene por primera vez en una serie, aporta un elemento especialmente destacado a la historia. La amistad que tienen los personajes en la ficción es un reflejo de la que comparten los dos actores desde que se conocieron en Buenos Aires cuando el intérprete neoyorquino viajó a la capital argentina para asistir al estreno de una obra de teatro que él había interpretado en Broadway. La relación en la serie entre los personajes es la misma que en la vida real, puesto que ni Robert De Niro habla español ni Luis Brandoni habla inglés, por lo que se suelen comunicar en una especie de italiano. De Niro protagoniza algunos momentos especialmente divertidos en relación con la gastronomía argentina, desde la degustación de un "bife de chorizo a caballo" en una conocida parrilla de Buenos Aires hasta su descubrimiento de un mate amargo, pero su presencia sirve también como introducción a cada uno de los episodios. La serie, sin embargo, se mantiene en alto principalmente por la extraordinaria presencia de Luis Brandoni, quien recientemente protagonizó una polémica con Ricardo Darín al calificar la película Argentina, 1985 (Santiago Mitre, 2022) como "una canallada" por no representar adecuadamente el papel de Raúl Alfonsín en el juicio a las Juntas Militares. Quizás menos punzante que otras propuestas de la dupla Cohn-Duprat, Nada es una comedia en cinco actos que aporta humanidad y que invita a seguir disfrutando de un personaje tan característico.
Desnudo sobre Berlín ★★★★☆ Arte, 12 de octubre
Alemania, 2023 - 6x44'
Creada por Axel Ranisch, Sönke Andresen
Dirigida por Axel Ranisch
El responsable de esta serie sobre la mayoría de edad es uno de los autores más reconocidos de la escena alemana, polifacético y prolífico director y actor de teatro, cine y televisión. Pero la filmografía de Axel Ranisch (1983, Alemania) es poco conocida en España, por lo que hay que celebrar que al menos su última serie se haya estrenado simultáneamente en toda Europa. Basada en su propia novela Nackt über Berlin (2018), la propuesta se disfraza de una historia coming-of-age para abordar temas mucho más profundos. Los protagonistas son dos amigos que sufren constantemente bullying en el instituto, a los que sus compañeros de clase llaman "fetti" y "fiji", insultos en torno al sobrepeso de Jannik (Lorenzo Germeno) y al origen vietnamita de Tai (Anh Khoa Trần). El primero es aficionado a escuchar música clásica, y se siente especialmente identificado con Tchaikovsky, que se le aparece a veces como una figura fantasmal y del que considera que la Sinfonía Nº 6: Patética (1893), la última obra escrita por el compositor ruso, es la más triste que se ha compuesto nunca. Pero además también se refleja en él por su condición homosexual que muchos autores posteriores trataron de ocultar. Por su parte, Tai es un experto en ordenadores que se siente especialmente afectado por el suicidio de una compañera de clase de la que todos creen que estaba enamorado. Cuando encuentran en la calle al desagradable director del instituto, Jens Lamprecht (Thorsten Merten) borracho, al que Tai considera el verdadero culpable de la muerte de la estudiante, le acompañan a su apartamento en un edificio inteligente del centro de Berlín y aprovechan los conocimientos informáticos de Tai para dejarle encerrado sin acceso a internet ni a ninguno de los sistemas electrónicos. El secuestro durará varios días y se irá desarrollando desde una broma pesada hasta una tortura psicológica en la que Lamprecht revela su manera de tratar a su mujer, la forma de humillar a su hijo y sobre todo cómo insultó a la profesora Gieseking (Christina Große) y despreció al padre de la estudiante fallecida (Heiko Pinkowski), estos últimos dos de los actores habituales de las películas de Axel Ranisch.
Sin embargo, Desnudo sobre Berlín (Arte, 2023) desarrolla a lo largo de sus seis episodios otra historia que se alterna en protagonismo con la trama del secuestro, centrada en la relación entre Tai y Jannik, y sobre todo en su condición de outsiders. Jannik se siente liberado en su casa cuando su padre está de viaje de negocios, porque su madre (Alwara Höfels) no solo es consciente de su homosexualidad sino que le permite dormir a veces en casa de Tai. Es una dinámica parecida a la de los protagonistas de la comedia I feel like disco (Axel Ranisch, 2013), en la que Florian era feliz cuando su padre estaba ausente y podía bailar con su madre y vestirse con la ropa más estrafalaria. Por eso la relación familiar de Jannik es la que mejor está narrada, especialmente cuando su padre (David Striesow) regresa y vuelven también los comentarios sobre su gordura y su falta de masculinidad. Durante una visita de Tai, Jannik sufre la humillación de tener que comparar su cuerpo grueso con el del joven vietnamita, y poco después el padre le acompaña al médico para que éste le recete una dieta. Pero en realidad la actitud de su padre se revela como una excepción, porque nadie de los que rodean al adolescente tiene intención de seguir sus consejos. Cuando visita al médico, este concluye la consulta diciendo: "Tienes diecisiete años, eres gay y vives en Berlín; no te puede pasar nada mejor".
El problema que arrastra Tai es mucho más complejo, y tiene que ver con el racismo que su familia ha sufrido desde que llegó a Alemania y la sensación de nunca sentirse verdaderamente integrado, a pesar de que toda su vida estudiantil la ha pasado en Berlín. No es él quien no se ha conseguido adaptar a su condición de alemán, sino que es la propia sociedad la que le ha estado apartando progresivamente. El sentimiento proviene además de una experiencia violenta que vivió junto a su padre cuando era pequeño y que fue traumática no solo por lo que éste sufrió, sino porque nadie a su alrededor hizo nada para impedirlo. Por eso, donde siente su hogar es dentro del centro comercial Dong Xuan, en el distrito de Lichtenberg, el mercado asiático más grande de Alemania inaugurado en 2005, que lleva precisamente el nombre de un conocido mercado en Hanoi. "Esto no es Alemania, esto es Vietnam", le dice a Jannik cuando le invita al restaurante que regenta su familia. Mientras la trama del secuestro se va haciendo secundaria, toma mayor protagonismo el perfil de los dos jóvenes y una relación que está entre el amor y la solidaridad de la diferencia. Las tramas y los arcos de los personajes se mezclan con ensoñaciones representadas de una manera teatral, y sobresale el uso de la música clásica de una forma parecida a la que en cualquier serie juvenil se introducen canciones pop más o menos recurrentes. Pero sobre todo Desnudo sobre Berlín construye unos personajes complejos con los que se siente una inmediata cercanía, aborda temas importantes sobre la manera de sentirse extranjero en su propio país y despliega una mirada hacia la humanidad, no como un recurso fácil sino como una auténtica apuesta por la diversidad.
Apple tv+, 13 de octubre-22 de noviembre
EE.UU., 2023 - 8x45'
Creada por Lee Eisenberg
Dirigida por Sarah Adina Smith, Bert & Bertie, Millicent Shelton, Tara Miele
Casi podríamos decir que el título español de esta serie es más apropiado que el original "Lecciones de química" porque tiene la resonancia de un programa de televisión gastronómico que es parte de la columna vertebral de la historia. Y es que, al convertir a la protagonista Elizabeth Zott (una espléndida Brie Larson) en presentadora de un espacio dedicado a revalorizar la cocina, no como uno de los tradicionales quehaceres del hogar, sino como un dispositivo de conocimientos y empoderamiento femenino, está marcando las líneas principales de una adaptación solvente y muy cuidadosa de la exitosa novela escrita por Bonnie Garmus (1957, California),
Lecciones de química (2022, Ed. Salamandra), que fue recibida por la crítica como un excelente debut. Pero hay muchos más elementos planteados en una aproximación a la obra literaria que mantiene la fidelidad a la trama principal, quizás incluso adoptando algunas de sus deficiencias, y que podría encontrarse cómoda entre el drama de emancipación culinario que es
Julia (HBO Max, 2022-) y la historia de romanticismo científico que fue
Masters of sex (Movistar+, 2013-2016). Porque
Cocina con química (Apple tv+, 2023) se va revelando conforme se desarrolla como una historia de amor que sobrevive más allá de las adversidades, aunque efectivamente también es la historia de una mujer que lucha por el reconocimiento en el entorno machista universitario de 1950. En este sentido, los dos primeros episodios dirigidos por Sarah Adina Smith son un ejemplo de cómo aprovechar la ejecución del tiempo y el ritmo para describir una seducción encantadora entre el reconocido investigador Calvin Evans (Lewis Pullman) y la asistente de laboratorio, después compañera de trabajo y finalmente compañera de vida.
Después llega el controvertido tercer episodio,
Living dead things (T1E3), que adopta el punto de vista de Six Thirty, el perro abandonado que acogió Elizabeth (el perro de la escritora Bonnie Garmus se llama 99), en una perspectiva que no termina de funcionar emocionalmente, pero que afortunadamente solo se mantiene durante los primeros minutos (en el libro la narración del compañero canino permanece durante muchas más escenas). Pero el guión escrito por Lee Eisenberg, guionista de
The office (SkyShowtime, 2005-2013) y del reciente éxito
Jury duty (Prime Video, 2023), es capaz de equilibrarse bien entre el drama y la comedia, sin llegar a ser demasiado sensiblero, apoyado en una hermosa banda sonora compuesta por Carlos Rafael Rivera, que fue también el compositor de otra de las series que se nos pueden venir a la memoria,
Gambito de dama (Netflix, 2020). En realidad, la popularidad que alcanza Elizabeth Zott como presentadora del programa de televisión
Supper at Six no se desarrolla hasta el episodio
CH₃COOH (T1E5), y las actitudes machistas se reproducen incluso a mayor escala en la figura del director del canal de televisión. Pero uno de los aspectos más diferenciadores con respecto a la novela es también uno de los que aportan una mayor trascendencia a la historia dentro del contexto de los años cincuenta. La vecina Harriet Sloane (Aja Naomi King) se convierte en la serie en una activista que lucha por impedir la construcción de una autopista en el barrio mayoritariamente negro de Sugar Hill en Los Angeles, al mismo tiempo que intenta posicionarse de una manera equidistante con su marido cuando éste regresa del ejército. Y aunque en su relación con Calvin Evans se producen algunas decepciones porque él está más comprometido con su trabajo, consigue tener una aliada fiel en Elizabeth, mucho más entregada seguramente de lo que estaría una mujer blanca en aquella época, fruto de la perspectiva presentista que tienen algunos aspectos del guión.
Curiosamente, a veces Cocina con química se contradice a sí misma a pesar de mostrar una historia de reivindicación de la mujer independiente en una época en la que estaban supeditadas al hogar, incluso dudando ellas mismas respecto a sus propias capacidades, como cuando una espectadora confiesa a Elizabeth en el programa de televisión que se siente insegura sobre la idea de volver a la universidad para seguir estudiando después de dedicarse a su familia. Pero, aunque el personaje principal muestra desde el comienzo su nula intención de tener hijos, acaba recibiendo con ímpetu su condición de madre, un aspecto de la historia que directamente niega el mensaje que pretende dar, como si las mujeres, incluso las que pretenden ser más independientes, estuvieran inexorablemente vinculadas a su propia percepción maternal. Y es Madeline Evans Zott (Alice Halsey), la hija de Elizabeth, la que acaba protagonizando una de las subtramas más endebles, que ocupa buena parte de un final que se siente algo decepcionante. En Book of Calvin (T1E7) e Introduction to chemistry (T1E8) se introducen retrospectivas al pasado que incluyen unos poco logrados efectos "de-aging" del personaje de Wilson (Beau Bridges), como si las productoras de Hollywood aún no hubieran aprendido que este tipo de rejuvenecimientos digitales todavía terminan convirtiendo las caras de los actores en personajes de videojuego. Hay algunas aportaciones interesantes en estos regresos al pasado respecto a algunos protagonistas, pero al mismo tiempo da la sensación de que se difumina la historia principal sin que sea realmente necesario.
Cómo ser un carioca ★★★★☆ Disney+, 20 de octubre
Brasil, 2023 - 6x40'
Creada por Diogo Dahl, Joana Mariani, Carlos Saldanha
Dirigida por Luciana Bezerra, Tatiana Fragoso, Joana Mariani, Carlos Saldanha, René Sampaio
El asesinato en Río de Janeiro de tres médicos que participaban en un Congreso de Cirugía cuando se encontraban cenando en un restaurante, acabó siendo un error de los sicarios que confundieron a una de las víctimas con el líder de una banda rival, pero se sumó a una ola de crímenes que llevó al gobierno brasileño a desplegar a principios de octubre a 1.000 agentes de la Fuerza Nacional por tres favelas conocidas por su alta delincuencia: Complexo da Maré, Vila Cruzeiro y Cidade de Deus. Esta es posiblemente la imagen más habitual de una ciudad que tiene casi 7 millones de habitantes, a pesar de que en realidad se encuentra en la parte más baja de las 20 ciudades más peligrosas del mundo, que encabeza Tijuana. En esta lista se considera incluso que hay ciudades brasileñas más peligrosas que Río de Janeiro como Natal, Fortaleza y Salvador. En cierta manera, Cómo ser un Carioca (Disney+, 2023) intenta contrarrestar esta imagen a través de una sencilla y efectiva comedia de seis episodios que ofrece diferentes aspectos de la idiosincrasia de los habitantes de Río de Janeiro, sin evitar los más conflictivos como el racismo y la inseguridad. La serie está basada en el libro How to be a Carioca. The alternative Guide for the Tourist in Rio (1992), escrito por la norteamericana Priscilla Ann Goslin, que reside en la ciudad brasileña desde hace más de cuatro décadas, y que ha venido actualizando la guía hasta llegar a las 27 ediciones. Producida por Star+ en Latinoamérica y estrenada en España por Disney+ sin ninguna promoción, la serie ha sido creada por Carlos Saldanha (1965, Río de Janeiro), que ya ofrecía una visión amable de su ciudad natal en las películas de animación Río (2011) y Río 2 (2014). Nominado al Oscar por los cortometrajes Bellotas (2002) y Ferdinand (2018), el director aborda ahora su primer proyecto que no es de animación junto a Joana Mariani y Diogo Dahl.
La serie se divide en seis episodios que cuentan historias independientes centradas en personajes extranjeros que visitan Río de Janeiro y descubren algún aspecto destacado de la personalidad de los cariocas, representados en la única figura común en todas las historias, el personaje de Francisco, interpretado por el cantante y actor Seu Jorge, que finalmente es el protagonista del último episodio,
Río de Janeiro (T1E6), que sirve como explicación de los encuentros que ha tenido a lo largo del resto de la serie. Esta estructura centrada en un país distinto también refleja un tema relacionado con los estereotipos de los brasileños. En
Argentina (T1E1), Irene (Verónica Llinás) debe cumplir el deseo de su madre fallecida de lanzar sus cenizas desde el Corcovado, y contrasta la fe de los cariocas con su falta de creencias religiosas; en
Alemania (T1E2), la puntualidad característica del director de orquesta Mathias (Peter Ketnath) se confronta con cierta laxitud carioca en la forma de afrontar los compromisos laborales, y su rígida concepción musical se enfrenta a la improvisación vitalista de la música tradicional brasileña. Dadas las circunstancias actuales, el episodio
Israel (T1E4) puede perder cierta mirada humorística, como cuando un personaje dice que "e
n Río de Janeiro ésto es Israel y las favelas son Palestina", pero hay algunas frases que resuenan especialmente lúcidas como cuando Laila (Swell Ariel Or) afirma que "
La única alternativa para la guerra es el arte". Este episodio incorpora también a la joven estrella de las redes sociales Nego Ney, que en 2019 se hizo viral con un video en el que cantaba y bailaba, llegando con solo 12 años a alcanzar una gran popularidad y a ser uno de los protagonistas de la telenovela
Vai na fe (Globoplay, 2023).
Precisamente la segunda mitad de la temporada aborda los temas más conflictivos, como la inseguridad, el racismo o la xenofobia, pero la serie nunca abandona el tono optimista y apuesta por la solidaridad y la humanidad en una ciudad hostil pero absolutamente hermosa como Río de Janeiro. Cómo ser un carioca consigue ser una comedia amable que quizás aporta una mirada demasiado cargada de ingenuidad, pero que tiene el valor de ser finalmente tan agradable como cautivadora, tan simpática como básica, envuelta como suele ser habitual por clásicos de la música brasileña y canciones más contemporáneas. Para los creadores, se han quedado fuera de esta primera temporada temas como el fútbol, la samba o el carnaval, por lo que podría ser posible una segunda temporada a poco que ésta consiga cierta repercusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario