Aunque el mes de julio no es precisamente uno de los que ofrecen mayor número de estrenos, especialmente en España, donde el verano sigue siendo una época de sequía generalizada, en nuestro repaso a las series más destacadas del mes hemos encontrado títulos de interés. Y eso a pesar de las decepciones de series que venían precedidas de buenas referencias, como es el caso de Physical (Apple tv+, 2021-) que no transmite claramente cuál es su intención, ni siquiera funciona en su faceta nostálgica y se descentra continuamente de su aparente tema principal. Tampoco funciona bien el concepto de comedia negra, debido a la incapacidad de las guionistas para evitar la repetición (cuando vemos por quinta vez a un personaje comiendo de forma asquerosa, tenemos la sensación de que con la segunda ya entendimos el punto de vista de la protagonista).
The white lotus (HBO, 2021-) también venía precedida de buenas críticas desde Estados Unidos, que alababan especialmente a su creador, Mike White, cuya trayectoria incluye el guión de las películas de Jack Black Escuela de rock (Richard Linklater, 2003) y Nacho Libre (Jared Hess, 2006) y la posterior serie infantil Escuela de rock (Nickelodeon, 2016-2018). Pero se le ha ensalzado como un gran guionista por la serie Iluminada (HBO, 2011-2013), una amable pero nada destacable comedia feminista co-creada y protagonizada por Laura Dern. En The White Lotus, Mike White escribe y dirige una historia sobre la futilidad de la riqueza que trata de colocarse entre el humor irónico y el sarcasmo pero no consigue sacar sustancia de algunas secuencias que, sobre el papel, son poderosas (la cena "romántica" en el episodio Mysterious monkeys (T1E3)) pero se resuelven con desgana.
La producción española tampoco ha destacado especialmente este mes, con una endeble Supernormal (Movistar+, 2021-), a pesar de estar dirigida por un experto en comedias como Emilio Martínez-Lázaro, pero se nota que es una historia que le es ajena. Y la segunda temporada de El Cid (Prime Video, 2020-) que está más centrada en el juego de enfrentamientos bélicos y resuelve bien las escenas de batallas, pero sigue teniendo ciertos problemas de desarrollo de los personajes. En nuestro repaso también destacamos series que permanecen inéditas en nuestro país, pero que nos parecen especialmente interesantes.
Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.
Apple tv+, 4 de junio-16 de julio
Escrita por Stephen King
Dirigida por Pablo Larraín
Cuando se anunció que Stephen King iba a ser el autor de la adaptación como miniserie de su novela Lisey's story (2006, Ed. Debolsillo), con Julianne Moore como protagonista y Pablo Larraín como director, la noticia sorprendió a muchos y creó una expectación inusitada. Pero esta miniserie ha quedado finalmente como una de las más controvertidas en cuanto al recibimiento por parte de la crítica y los aficionados. También es cierto que se trata de una de las historias más personales del autor, en la que reflexiona sobre el matrimonio y, como en otras ocasiones, sobre la relación entre el escritor y sus lectores. El propio Stephen King ha contado que la idea surgió cuando estuvo hospitalizado por neumonía en 2003, y a su esposa se le ocurrió rediseñar su estudio. Cuando regresó a su casa y vio las estanterías vacías y sus libros metidos en cajas pensó que así estaría todo después de su muerte. "Me sentí como un fantasma en mi propia casa", dijo Stephen King.
Se ha comentado mucho sobre el trabajo realizado por el propio autor como guionista de la serie. Básicamente Stephen King ha simplificado muchos de los aspectos que se describen en la novela, especialmente aquellos que tienen que ver con el matrimonio de Lisey (Julianne Moore) y Scott (Clive Owen) para centrarse en los aspectos más psicológicos. Pero mantiene esa confrontación entre lo natural y lo sobrenatural, dos líneas de tiempo y espacio que circulan de forma paralela, dos planos de la psique de los protagonistas (la hermana de Lisey, Amanda (Joan Allen) se encuentra en ese limbo al principio de la serie, que poco a poco irá invadiendo el espacio de la realidad). Pero lo que resulta más sobresaliente es la forma en que el director chileno Pablo Larraín ha trasladado visualmente las complejidades psicológicas del libro. Y aunque podría parecer un director poco apropiado para un autor de historias de terror como Stephen King, La historia de Lisey (Apple tv, 2021) tiene muchos puntos en común con el retrato de mujeres atrapadas que ha realizado en películas como Una mujer fantástica (2017) o Ema (2020), pero sobre todo en Jackie (2018). Junto a Steve McQueen y Barry Jenkins, Pablo Larraín ha elevado la calidad visual de las producciones realizadas para plataformas a un nivel estratosférico, en el que cada plano expresa mil detalles sobre los personajes y sus circunstancias.
La dificultad de la adaptación está en el hecho de que la historia se desarrolla en diferentes planos: los recuerdos de Scott que están dentro de los recuerdos de Lisey (son un instrumento para que ella consiga también recordar), el mundo real en paralelo con el mundo sobrenatural de Boo'ya Moon (el árbol, el lago, el agua como elemento conductor...). Pablo Larraín utiliza varios recursos que son constantes, como "encajar" a los personajes entre marcos de puertas y ventanas, un encuadre dentro del encuadre que muestra la opresión a la que están sometidos. Lisey aparece en numerosas ocasiones obstruyendo la luz del sol, que es una forma de obstruir el conocimiento. Hay constantes referencias a otras historias de Stephen King, la más explícita es la de El resplandor (1977, Ed. Debolsillo) en Under the Yum-Yum Tree (T1E3), o El talismán (1984, Ed. Planeta) en esa historia dentro de la historia que muestra la infancia traumática de Scott, especialmente en The good brother (T1E5) y Lisey's story (T1E8).
Hay que mencionar especialmente la banda sonora compuesta por Clark, un trabajo espléndido, intenso, a veces terrorífico pero sobre todo profundamente romántico, porque Lisey's story es sobre todo una historia sobre la relación de pareja y el duelo frente a la desaparición de uno de ellos. En nuestro repaso a las Mejores Bandas Sonoras de Abril-Junio analizamos más detenidamente este trabajo de Chris Clark.
Netflix, 1 de julio
Creada por Lisa Ambjörn, Lars Beckung, Camilla Holter
Dirigida por Rojda Şekersöz, Erika Calmeyer
El reinado de Cristina de Suecia, entre 1632 y 1654, la convirtió en una de las monarcas más controvertidas, en parte debido a su ambigüedad de género, porque solía llevar pantalones y tener una manera de ser que en el siglo XVII no se consideraba "femenina". Fue educada como un príncipe y con tan solo seis años accedió al trono de Suecia, cuando su padre Gustavo Adolfo II murió en una batalla. Reticente al matrimonio, se la conoce al menos una relación amorosa con una dama de la corte, de la que se conservan cartas de amor. El hecho de ser interpretada por Greta Garbo en la película La reina Cristina de Suecia (Rouben Mamoulian, 1933) alimentó su condición de icono gay.
Precisamente la realeza sueca es el centro de la segunda producción de Netflix en el país escandinavo, Jóvenes altezas (Netflix, 2021-), que tiene como protagonista a Wilhelm (Edvin Ryding) un príncipe que se enamora de su compañero de clase, Simon (Omar Rudberg), y debe enfrentarse a los convencionalismos de la tradición monárquica, un poco a la manera de su antepasado, la reina Cristina. Pero lo más interesante de una serie que funciona narrativamente de forma correcta, es la representación de una juventud realista, alejada del postureo de las producciones de instituto como Por trece razones (Netflix, 2017-2020) o Élite (Netflix, 2018-). En este caso los protagonistas muestran sus "imperfecciones", se alejan de la artificiosidad de la pureza de la juventud, reflejan también sus vilezas y sus mezquindades. En una escena, una joven no encaja en la talla del vestido que le ha comprado su madre pero, lejos de dramatizar el físico, aprovecha la ocasión para desplegar su libertad, su propia elección de un vestido que sí encaja en su físico, pero sobre todo en su personalidad. La historia se enmarca entre dos rupturas de la cuarta pared por parte del protagonista, en el primer y el último episodio, como una forma de captar la complicidad del espectador, que parece una respuesta silenciosa a esa tradicional voz en off presente en muchas series juveniles.
El tratamiento de la homosexualidad es, afortunadamente, moderno, alejado de los estereotipos cursis y conservadores de Con amor, Victor (Disney+, 2020-), que parece una serie de los años noventa en cuanto a la representación de los personajes gays. No existe una problemática relacionada con la orientación sexual (la familia de Simon es un ejemplo) sino que el conflicto proviene de los convencionalismos de una institución tradicional como la monarquía. En este sentido, es una producción que consigue establecer una normalización que la conecta con las sociedades modernas. Destaca también la representación de la comunidad latina en Suecia, porque habitualmente están más presentes las comunidades árabes en las producciones de los países escandinavos, a pesar de que hay una notable presencia latina en estos países. Sin ir más lejos, uno de los actores más populares de Suecia es de origen español, Matías Varela, al que hemos visto en la trilogía de películas de acción Dinero fácil (Daniel Espinosa, 2010) y recientemente en la segunda temporada de Hierro (Movistar+, 2020-2021).
Omar Rudberg, que interpreta a Simon, es de origen venezolano (llegó a Suecia a los seis años), y se ha convertido en un popular cantante tras formar parte del grupo musical juvenil FO&O. Curiosamente, en la anterior producción sueca de Netflix, Arenas movedizas (Netflix, 2019) debutaba como actor otro de los componentes del grupo, Felix Sandman. Omar Rudberg ofrece una interpretación honesta, dotada de cierta ternura, e incluso algunas imposiciones contractuales relacionadas con su carrera musical (debía cantar al menos una canción en cada episodio) no se sienten como distracciones.
Netflix, 7 de julio
Creada por Kasper Bajon, Jan Holoubek
Dirigida por Jan Holoubek
Jan Holoubek se ha convertido en los últimos años en uno de los nombres más importantes del cine en Polonia. Mientras desarrollaba la segunda temporada de En la ciénaga (Netflix, 2018-), el año pasado debutó en la dirección de largometrajes con 25 años de inocencia. El caso de Tomek Komenda (Jan Holoubek, 2020), que ha sido la gran vencedora de los últimos Premios del Cine Polaco, logrando siete, entre ellos el de Mejor Director y Mejor Descubrimiento del año. La película, que se adentra en la historia real de un hombre condenado injustamente, tiene también una versión en forma de serie de cuatro episodios que se estrenó en el canal privado TVN el pasado mes de enero.
Hijo de Gustaw Holoubek, uno de los actores más reconocidos de la historia del teatro y el cine en Polonia, la carrera de Jan Holoubek ha dado un salto cualitativo en los últimos años, especialmente después del estreno de la primera temporada de En la ciénaga, una de esas series rescatadas por Netflix para darle una carrera internacional. La serie se estrenó en Showmax, una plataforma nacida en Sudáfrica que se incorporó al panorama audiovisual polaco en 2017 con inversiones importantes en películas, series y formatos como la versión polaca del Saturday Night Live, y que competía con Netflix y HBO a precios muy competitivos (mientras la suscripción de Netflix en Polonia cuesta unos siete euros, Showmax ofrecía sus servicios por cuatro euros mensuales). Pero la estrategia internacional de Naspers Group, la multinacional a la que pertenecía Showmax, provocó su salida de Polonia en 2019, a pesar de la popularidad lograda en solo dos años.
Netflix entonces compró la primera temporada de En la ciénaga (Showmax, 2018) y posteriormente encargó una nueva, de forma que En la ciénaga '97 (Netflix, 2021) ya es una producción de la plataforma norteamericana. Lo más interesante de este thriller de investigación con cierta tonalidad oscura, es el entorno político en el que se desarrolla. La primera parte tenía lugar en la Polonia comunista de los años ochenta, y tenía como protagonistas a dos periodistas, el joven Piotr (Dawid Ogrodnik) y el veterano Wanycz (Andrzej Seweryn) que investigaban el crimen de una prostituta y de un activista sindical, enfrentándose a los encubrimientos del Partido Comunista.
La segunda temporada escoge un escenario completamente diferente y se desarrolla diez años después, en 1997, durante la etapa post-comunista que sin embargo mantiene ciertas costumbres encubridoras. La nueva historia habla precisamente de las huellas del pasado, sobre todo a través del personaje de Wanycz, ya retirado, que es el que encuentra más dificultad a la hora de encajar en esta temporada, a través de una subtrama que propone una mirada al final de la ocupación nazi, sustituida por un comunismo que en vez de ser liberador acabó siendo más represivo, pero que se siente aislada. Se conserva el desarrollo de varias líneas de investigación, ahora protagonizadas por los periodistas, pero también por la incorporación del personaje de Anna Jass (Magdalena Rózczka), una inspectora recién llegada de Cracovia con una mentalidad menos hermética que la de sus compañeros.
Hay una notable oscuridad en la ambientación de esta segunda temporada, que de alguna forma mantiene ese tono pesimista y misterioso sobre el proceso de recuperación del pasado comunista (1997 fue el año en el que se promulgó la Constitución en la Polonia democrática), como si en realidad las cicatrices permanecieran inalterables a pesar del paso de los años, y que también se refleja en la actualidad de uno de los países más reaccionarios de Europa. En este sentido, es interesante el hecho de mostrar a Anna Jass como abiertamente lesbiana, una especie de respuesta al ambiente de homofobia promovida por el actual gobierno polaco (que recientemente describía Jon Sistiaga en su reportaje Polonia, ¿Zona libre de LGTBI? (Movistar+, 2021). La trama principal, en torno a la rotura posiblemente intencionada de un dique que sepulta parte del pueblo, debido a intereses inmobiliarios, es la más interesante, aunque la diversificación de las líneas narrativas a veces contribuye a cierta confusión. Pero En la ciénaga '97 sigue siendo un thriller bien construido en el que es más interesante el entorno socio-político que la propia investigación criminal, con un notable trabajo de sus protagonistas.
AMC+, 15 de julio
Escrita por Andrew Haigh
Dirigida por Andrew Haigh
Siguiendo la estela de la primera temporada de The terror (AMC, 2018-201), esta serie creada y dirigida por Andrew Haigh, director de películas como Weekend (Andrew Haigh, 2011) y de la serie Looking (HBO, 2014-2015), ambas de temática homosexual, es una representación de la masculinidad tóxica en un barco ballenero que se dirige hacia las aguas árticas. La historia transcurre en 1859 y está protagonizada por un trío de actores destacables: Jack O'Connell, como un médico con un pasado turbio y traumático, Colin Farrell como una auténtica bestia salvaje y Stephen Graham como un capitán que tiene intenciones secretas. La serie tiene una estética oscura y sucia, y transmite una sensación claustrofóbica con primeros planos e iluminación natural, que es subrayada por el espléndido trabajo musical del casi desconocido compositor canadiense Tim Hecker.
La historia funciona mejor cuando el barco se encuentra en alta mar que cuando los personajes quedan atrapados en el episodio Homo Homini Lupus (T1E3), pero aún así consigue crear una sensación malsana que explota la brutalidad de una virilidad que se reconoce únicamente a través de la violencia. Hay escenas de gran espectacularidad y cierta belleza sucia como la caza de focas en Behold the man (T1E1) o la captura de una ballena en We men are wretched things (T1E2), que al mismo tiempo representan el salvajismo de los marineros, que más tarde se reflejará también en el propio salvajismo que practican entre ellos, cuando uno de los mozos sufra una agresión cruel. Pero conforme se desarrolla la historia, entendemos que su enfoque se centra en la evolución de un hombre que está marcado por su pasado y se enfrenta a la lucha por la supervivencia, ya sea en un entorno humano hostil, o bien en un ambiente solitario no menos desfavorable. En este sentido, The devils of the Earth (T1E4) se presenta como una incursión eminentemente psicológica del personaje de Patrick Sumner (Jack OConnell), enfrentado no solo a la cruda naturaleza sino también a sus demonios interiores. El último episodio, To live is to suffer (T1E5) supone la búsqueda de la redención, la caza del monstruo que en cierta manera también se refleja en el propio protagonista.
La novela original de Ian McGuire en la que está basada la serie, La sangre helada (2016, Ed. Rocabolsillo), fue incluida entre los diez mejores libros del año por The New York Times, y se la comparó con El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, en su descripción del horror que provoca el ser humano. Y ciertamente muestra con inteligencia, no solo la relación entre el hombre y la naturaleza, que es cruel y violenta, sino también la relación entre los propios hombres, especialmente a través del personaje de Henry Drax, un auténtico salvaje sin ningún tipo de empatía con el prójimo, que permite a Colin Farrell ofrecer una interpretación magnífica. La dirección de Andrew Haigh a veces se recrea demasiado en esta sordidez, pero sin duda sabe representar con acierto la oscuridad del alma humana.
Hulu, 13 de julio (Disney+, 25 de agosto)
Escrita por Mark Monroe
Dirigida por Zachary Heinzerling
Aunque llegará este mes de agosto a España, el estreno en Hulu hace un mes nos permite hablar de una de las propuestas musicales más interesantes de este año. A lo largo de seis episodios de 25 minutos de duración, asistimos a una conversación entre el productor Rick Rubin, uno de los principales responsables de la fusión entre heavy metal y hip-hop, y el cantante y compositor Paul McCartney. Son tres horas de anécdotas en las que se deconstruyen algunos de los temas más famosos de The Beatles, con alguna incursión en la carrera en solitario de McCartney. Frente a una mesa de mezclas, y suponemos que utilizando las grabaciones originales, ambos suben y bajan las pistas para destacar el sonido de un piano o de un bajo, mientras Paul McCartney explica cuáles fueron sus influencias, o quién de los componentes del grupo tuvo alguna idea genial que transformó una canción concreta.
El director Zachary Heinzerling captura estas conversaciones con distancia, pero sin preocuparse de que alguna cámara aparezca en la imagen. Sobre todo al principio de la serie, el formato y la fotografía en blanco y negro nos recuerdan a aquellas "Conversaciones sobre el futuro" en las que el Banco Sabadell ofrecía diálogos entre dos personajes relevantes, pero poco a poco el relato de Paul McCartney elimina ciertas deficiencias formales. Posiblemente muchas de las cosas que cuenta ya son conocidas, especialmente para los seguidores del cantante, pero resulta estimulante oirle hablar con normalidad sobre una época en la que un grupo de jóvenes consiguió revolucionar el mundo de la música.
A sus 79 años, Paul McCartney habla en These things bring you together (T1E1) de cómo le influyó la música francesa y especialmente Edith Piaf, y de la primera vez que escucharon a Jimi Hendrix; en The notes that like each other (T1E2), se mencionan las referencias a Bach, y la importante aportación que hizo George Martin (el único con conocimientos de música clásica) como productor al sonido de The Beatles; en Like professors in a laboratory (T1E5) se refiere a cómo conocieron el sintetizador que había inventado Robert Mogg, y cómo aprovecharon su presencia en los estudios Abbey Road para incorporar este nuevo sonido a algunas canciones. El papel de Rick Rubin puede ser algo discutible, en tanto que no ejerce realmente como entrevistador, sino que propone temas de los que hablar o canciones concretas, pero no aporta fluidez en la charla. Esto provoca que a veces parezca que estemos ante un monólogo de Paul McCartney quien, a sus 79 años, consigue atraparnos con sus historias y sus referencias musicales, en ocasiones interpretando fragmentos al piano, como cuando hablan de "Live and let die", el tema que escribió para la película de James Bond Vive y deja morir (Guy Hamilton, 1973). Se trata, en definitiva, de una serie deliciosa, con cierto aire nostálgico, en la que dos músicos hablan, exclusivamente, sobre música.
Apple tv+, 16 de julio-13 de agosto
Creada por Ken Daurio, Cinco Paul
Dirigida por Barry Sonnenfeld
Una de las propuestas más curiosas de Apple tv+ es el homenaje a los musicales que propone esta serie, cuyo título Schmigadoon! es una referencia al clásico Brigadoon (1947) de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe, que fue llevada al cine en la película Brigadoon (Vincente Minnelli, 1954). La historia utiliza los elementos tradicionales del teatro musical, que tras un año de sequía, reabre en Broadway el próximo 14 de septiembre con el reestreno de Hamilton (2015), que le vendrá bien de cara a sus nominaciones para los Emmy, junto a otras obras populares como El rey león (1997), Wicked (2003) y Chicago (1975, en su versión de 2018). La historia está protagonizada por una pareja aparentemente feliz, formada por Josh (Keegan-Michael Key) y Melissa (Cecily Strong) que acaban protagonizando una especie de viaje a lo Lewis Carroll a un pequeño pueblo cuyos habitantes parecen vivir en un constante musical, donde tienen que volver a encontrar el amor que parece haber desaparecido.
Dirigida por Barry Sonnenfeld, cuyo último trabajo fue la adaptación de Una serie de catastróficas desdichas (Netflix, 2017-2019), esta parodia-homenaje a los musicales ha sido creada por Ken Daurio y Cinco Paul, más conocidos como guionistas de películas de animación como Gru: Mi villano favorito (Pierre Coffin, Chris Renaud, 2010) y Lorax: En busca de la trúfula perdida (Chris Renaud, Kyle Balda, 2012). En este sentido, su experiencia en el mundo de los musicales es escasa, y su única incursión en los escenarios fue la adaptación como musical de la película El chico de la burbuja (Blair Hayes, 2001), que ni siquiera llegó a estrenarse en Broadway.
Los primeros episodios juegan con la extrañeza de los dos protagonistas frente a este mundo en el que en cualquier momento puede aparecer un número musical, y en este sentido utiliza bien los elementos de representación de la visión conservadora que ofrecen los musicales clásicos, especialmente en cuanto a la diferencia de género, o los tópicos sobre la identificación gay del alcalde Menlove (Alan Cumming), cuyo nombre ya tiene doble sentido, cuando interpreta el tema "Somewhere love is waiting for you" en Lovers' spat (T1E2), que comienza tratando de consolar a Melissa y acaba como una liberación de su identidad sexual: "Supongo que este es el lugar al que vengo cuando quiero estar 'alegre'". La serie tiene buen sentido del humor y funciona especialmente en esta contradicción entre la realidad y la fantasía, aunque su alcance es más bien limitado.
Porque en el reparto encontramos nombres destacados, como el mencionado Alan Cumming, Kristin Chenoweth, que fue una de las protagonistas de Wicked (2003) e interpreta a Mildred Layton, empeñada en preservar los valores tradicionales, o la joven actriz Ariana DeBose, una de las protagonistas de Hamilton (2015) y a la que veremos en la nueva adaptación al cine de West Side Story (Steven Spielberg, 2021), que brilla como la profesora Emma Tate en el episodio Suddenly (T1E4), en el que encontramos uno de los mejores gags de la serie en una secuencia con la pantalla dividida. Schmigadoon! es una serie divertida, que quizás no tiene la chispa y la ironía de Galavant (ABC, 2015-2016), pero que está llena de números musicales, muy disfrutable y recomendable para los amantes del género.
HBO, 12-26 de julio
Escrita por Ronan Farrow
Dirigida por Fenton Bailey, Randy Barbato
Posiblemente estamos ante una de las series más difíciles de clasificar, algo así como lo que supuso la adaptación de la producción francesa Calls (Apple tv+, 2021-) o lo que podríamos denominar un podcast visual. Pero en el caso de Catch and kill (HBO, 2021) hay que remontarse varios años atrás para entender lo que puede ser. En 2017 el periodista de investigación Ronan Farrow (hijo de Mia Farrow) trabajaba en NBC News realizando reportajes de investigación en los que trataba temas sobre acoso sexual, cuando una investigación en torno a los favores sexuales que se producían en los castings de películas en Hollywood le llevó a desentrañar una serie de acusaciones contra el productor Harvey Weinstein. Pero, a pesar de conseguir elaborar una historia sólida contra el gran magnate de la industria cinematográfica, el presidente de NBC News, Noah Oppenheim, decidió "liquidar la noticia" (de ahí proviene el título de la serie), ordenando cerrar la investigación. Aunque se menciona en el podcast pero no en la serie, una de las razones argumentadas por el presidente de NBC News era un posible "conflicto de intereses", debido a que Ronan Farrow había publicado recientemente un artículo en The Hollywood Reporter solidarizándose con su hermana Dylan Farrow y sus acusaciones de abuso sexual a Woody Allen.
Ronan Farrow decidió, sin embargo, llevar su historia al periódico The New Yorker, en el que finalmente publicó el famoso artículo que destapó las habituales actividades de acoso, abuso y hasta violación protagonizadas por Harvey Weinstein durante décadas, y que le valió el Premio Pulitzer en 2017. A raíz de esta publicación, Ronan Farrow escribió el libro Catch and kill (2019), que se tituló en España Depredadores. El complot para silenciar a las víctimas de abuso (2020, Roca Editorial), que también se adaptó como audiolibro y posteriormente como The Catch and kill Podcast, una serie de diez capítulos que fue un éxito, y que ahora se convierte en esta serie de seis episodios. Es decir, Catch and kill (HBO, 2021) es la versión de un podcast, que era la versión de un audiolibro, que era la versión de un libro, que era la ampliación de un artículo ganador del Pulitzer.
En este sentido, los directores Fenton Bailey y Randy Barbato incluyen recursos visuales, no siempre con acierto, y con una profusión de primeros planos de Ronan Farrow asintiendo delante de las víctimas a las que está entrevistando. Visualmente hay escasa creatividad a la hora de trasladar estos episodios a un estilo más o menos atractivo, pero narrativamente está bien contado y resulta claro y entretenido. La serie describe cómo comenzó la investigación de Ronan Farrow a partir de un tweet que publicó la actriz Rose McGowan afirmando que un poderoso personaje de Hollywood la había violado, y después accediendo a desvelar el nombre de Harvey Weinstein en una entrevista.
El podcast original estaba compuesto por nueve episodios de unos 50 minutos de duración, mientras que en la serie se ha resumido en seis episodios de 30 minutos, manteniendo parte del contenido, pero cambiando la estructura de la narrativa. El primer episodio de la serie, The wire (T1E1), en el que se describe la grabación de un episodio de acoso cuando la modelo Amber Rodríguez llevaba un micrófono oculto ("no arruines nuestra amistad por cinco minutos", le dice Harvey Weinstein) corresponde al tercer episodio del podcast, mientras que el primer episodio del podcast es ahora el último capítulo de la serie, The spy (T1E6). Pero la historia no sufre, y se trata finalmente de una propuesta, si no realmente necesaria, posiblemente sí adecuada para llegar a los espectadores que no conozcan con detalle el depredador abuso de poder de Harvey Weinstein. La actriz Rosanna Arquette relata que, tras haber rechazado una insinuación sexual del productor, supo que su carrera en Hollywood estaba acabada.
Movistar+, 20 de julio
Creada por Paul Piedfort
Adaptada por Matt Baker
Dirigida por Dries Vos
Estrenada en 2015, la serie procedimental Professor T. (La Une, 2015-2018) se convirtió en un éxito de audiencia en Bélgica. Titulada simplemente T. en su primera temporada, destacaba especialmente el personaje protagonista, Jasper Teerlink (Koen De Bouw), un criminólogo que imparte clases en la Universidad de Amberes y que comienza a trabajar como consultor para la policía. El personaje padece una especie de trastorno compulsivo obsesivo por la limpieza, tiene fobia a los gérmenes y se siente especialmente cómodo en esa particular burbuja de orden y limpieza en la que ha convertido su despacho. Además, su personalidad carente de filtros a la hora de relacionarse con los demás le convierte a veces en una persona incómoda. Jasper Teerlink está inspirado en Will Graham de Hannibal (NBC, 2013-2015) pero nos recuerda más al Dr. House en House (Fox, 2004-2012).
Algunas características conforman una serie que consigue tener personalidad propia. Por un lado, la constante presencia de canciones italianas de los años sesenta, a las que es aficionado el profesor. Por otro lado, la serie parte de la premisa de que cualquiera puede cometer un delito, dependiendo de las circunstancias, por lo que, en la mayor parte de los episodios, los culpables suelen ser personas que se han visto empujadas, muchas veces por circunstancias dramáticas. La serie, por tanto, hace hincapié es los antagonistas con los que los espectadores pueden establecer cierta empatía. El formato se vendió a numerosos países, pero sobre todo fue versionado por televisiones europeas: Prof. T. (TF1, 2016-) es la versión francesa; Professor T. (ZDF, 2017-), es la versión alemana, que estrenó recientemente su cuarta temporada; mientras que Professor T. (Tv Nova, 2018) fue una miniserie producida para un canal privado de la televisión checa. El último remake de la serie, que es el que ha estrenado Movistar+, ha sido adaptado por Matt Baker para la televisión británica. Profesor T. (ITV, 2020-) tiene como protagonista a Jasper Tempest (Ben Miller) y sigue de forma bastante fiel las líneas marcadas por la serie original.
Professor T. (La Une, 2015-2018) tuvo tres temporadas de trece episodios cada una de ellas, pero ninguno de sus remakes ha llegado a producir tantos capítulos. De forma que las adaptaciones suelen versionar de forma bastante fiel historias determinadas de las diferentes temporadas originales. En la adaptación británica, The anatomy of a memory (T1E1) y A fish called water (T1E2) adaptan los dos primeros episodios de la serie original, pero Mother love (T1E4) es una adaptación del episodio nueve y The dutiful child (T1E6) corresponde al episodio once. El profesor T. sigue siendo un maniático, y está muy bien encarnado por el actor Ben Miller, pero se elimina cierto toque de humor algo simple que tenía la serie original, haciendo al personaje más angustiado por su pasado y por la relación con su madre. En realidad, el arco del personaje que se plantea en la serie original a lo largo de sus tres temporadas, en la versión británica se desarrolla en sus primeros episodios, estableciendo ciertas diferencias con respecto a sus antecedentes familiares, especialmente su relación con el padre. Profesor T. es una entretenida serie procedimental que cuenta con un personaje atractivo, e incorpora problemáticas sociales sin perder su condición de policíaco.
Filmin, 27 de julio
Creada por Ina Bruhn
Dirigida por Carsten Myllerup, Jonas Alexander Arnby, Goran Kapetanovic
Aunque Filmin ha decidido estrenarlas como si se tratara de dos series independientes, Darkness. Un nuevo caso (Filmin, 2021) es la segunda temporada de Darkness. La huella del crimen (Filmin, 2019). Ciertamente, las historias son diferentes, y solo tienen en común a la protagonista, Louise (Natalie Madueño), que en esta segunda temporada cambia de ciudad y de compañeros de investigación. Tampoco es muy comprensible el cambio de título, ya que el original Den som dræber (Los que matan) es mucho más apropiado y revelador. Porque, efectivamente, la serie casi tiene un enfoque más cercano a los asesinos que a los propios investigadores, o al menos establece una narración que acompaña de forma paralela a los policías que investigan los crímenes cometidos y los asesinos que los cometen.
La primera temporada nos presentaba al personaje de Louise, una psicóloga que ha trabajado como perfiladora con la policía, ayudando a establecer el perfil de posibles asesinos. La actriz Natalie Madueño, a la que conocemos de su trabajo en la serie La ruta del dinero (Filmin, 2016-2019), encarna a este personaje y, aunque es danesa de nacimiento, tiene raíces españolas (su padre emigró desde Almodóvar del Campo (Córdoba)), e incluso ha participado en alguna película española como Petra (Jaime Rosales, 2018). Lo interesante de la propuesta creada por Ina Bruhn es este paralelismo entre la investigación policial y la trayectoria del asesino, aunque esta circunstancia estaba más justificada en la primera temporada, ya que se centraba en un caso de secuestro.
La segunda temporada aporta el reflejo de la "normalidad" de un criminal, gracias a la incorporación del actor noruego Tobias Santelmann, al que hemos visto en series como Exit (Filmin, 2019-) o Bienvenidos a Utmark (HBO, 2021-), que aporta un cierto toque de cotidianidad que sin embargo esconde la necesidad de matar cuando el entorno se vuelve opresivo. Es lo más interesante de esta nueva propuesta, aunque también pierde buena parte de esa sordidez que aportaba tenebrismo a la primera temporada. Desde el punto de vista narrativo, se trata de un nordic noir generalmente sólido, pero cuyo desarrollo a veces se desequilibra en recursos narrativos (el affaire, el guante...) que parecen más destinados a establecer una tensión algo artificial que en dar verosimilitud a la historia. Hay también un intento de retratar a la protagonista como una profesional que también comete errores, pero en ocasiones la hacen parecer demasiado torpe. A pesar de cierta irregularidad en su desarrollo, Darkness. Un nuevo caso es una interesante muestra de ese estilo policíaco de tonalidad oscura que resulta habitualmente atractivo.
Movistar+, 3 de agosto
Escrita por Emily Mortimer
Dirigida por Emily Mortimer
La escritora Nancy Miltford consiguió con A la caza del amor (1945, Ed. Libros del Asteroide) su mayor éxito, que describía con ironía el ambiente de los círculos aristocráticos británicos de entreguerras. Posteriormente escribió dos secuelas, Amor en clima frío (1949, Ed. Libros del Asteroide) y No se lo digas a Alfred (1960, Ed. Libros del Asteroide) que tenían en común al personaje de Fanny como narradora en las tres historias, aunque centradas en personajes diferentes. Las dos primeras novelas fueron llevadas a la pequeña pantalla en la serie Amor en clima frío (Thames Television, 1980), que protagonizó Judi Dench, y la miniserie Love and a cold climate (BBC, 2001) en la que Rosamund Pike interpretaba a Fanny. La adaptación que ha realizado la actriz Emily Mortimer devuelve la historia a la primera novela, haciendo que su miniserie de tres episodios cuente exclusivamente el relato de Linda (Lily James), que es quien está constantemente a la caza de un amor que parece imposible.
Emily Mortimer escribe su segunda serie, tras Doll & Em (HBO, 2013-2015) que ella misma protagonizaba junto a Dolly Wells, una sitcom sobre una actriz británica que quiere trabajar en Hollywood, y que contaba con numerosas estrellas invitadas, entre ellas su marido Alessandro Nivola y el productor Harvey Weinstein. En su segunda incursión como guionista y directora, también se reserva un pequeño papel como la madre de Fanny, y transmite con eficacia el ambiente de los años veinte, especialmente en un primer episodio espléndido, que sin embargo no consigue mantener el ritmo y la vitalidad en los dos siguientes. Curiosamente, la serie es más interesante cuando retrata el ambiente aristocrático de la familia, especialmente el conservador tío Matthew (un magníficamente histriónico Dominic West) que cuando se centra en el personaje de Linda, primero en su incursión en la Guerra Civil española, y después con su historia de amor en París. A pesar de que se trata de un personaje muy atractivo, en su carácter casi bipolar, como la describe Fanny: "Ella amaba u odiaba. Reía o lloraba. Vivía en un mundo de superlativos".
Emily Mortimer cae en la trampa de la modernez de introducir música anacrónica cuando realmente no hacía falta. ¿Para qué incluir canciones de los años 60 si en los años 20 y 30 había una música tan vitalista? Pero de alguna forma parece querer imprimir un tono de atemporalidad en esta buscadora de un amor que nunca llega del todo. Se plantea la eterna dicotomía entre un personaje que vive la vida al máximo, tanto en las alegrías como en las tristezas, frente a otro personaje que ha decidido seguir el camino tradicional de esposo e hijos, cuya vida es más equilibrada pero, quizás, más infeliz en realidad. En su irregularidad, también marcada por la limitaciones de rodar en plena pandemia, lo que restringe buena parte de los escenarios a decorados interiores, A la caza del amor tiene un tono desenfadado que la convierten en una propuesta fresca y vitalista.
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