10 abril, 2023

Las series más destacadas de 2023: Marzo-Abril

Ya comentamos en una de nuestras crónicas del festival Séries Mania que las plataformas de streaming continúan dando palos de ciego sin tener un enfoque claro de cuál es el camino que deben seguir para consolidar sus propuestas. Se puede pensar que simplemente son estrategias que pueden ser confusas en algunas ocasiones porque la rentabilidad del streaming no está clara, excepto en el caso de Netflix. Pero la realidad parece indicar que no existe esta estrategia. En el reportaje Amazon Studios: Grandes cambios obstaculizados por la confusión y la frustración, publicado en la revista Hollywood Reporter, se pone de manifiesto desde dentro de la compañía que, por ejemplo, "no hay una visión clara de lo que es un producto de Amazon Prime Video" (Hollywood Reporter, 3/4/2023). En este reportaje se revelaba incluso un dato significativo, y es que El señor de los anillos: Los anillos de poder (Prime Video 2022-), que la compañía ha vendido como su mayor éxito, en realidad solo fue completada por el 37% de los espectadores norteamericanos que comenzaron su visionado, una cifra que se eleva hasta el 45% en el extranjero. Es decir, más de la mitad de los espectadores que comenzaron a ver la serie no se sintieron lo suficientemente atraídos como para terminarla. Este tipo de cifras son las que las plataformas ocultan a los medios de comunicación y los usuarios, con la finalidad de establecer ellos mismos las narrativas de sus éxitos. Pero ya no se trata solo de rentabilidad, sino hasta qué punto se toman decisiones que acaban en contratos millonarios sin tener clara una estrategia de recuperación económica, como el de los hermanos Russo para desarrollar la superproducción Citadel (Prime Video, 2023-), la renovación de The Peripheral (Prime Video, 2022-), cuya primera temporada costó 175 millones de dólares, el acuerdo de exclusividad con Phoebe Waller-Bridge que desde que se firmó en 2019 no ha dado ningún resultado, más que un sueldo fijo para la guionista y actriz y un anuncio de desarrollo de una serie sobre Tomb Raider; o la reciente compra de derechos por 160 millones de dólares de la película AIR (Ben Affleck, 2023), que se ha estrenado en salas con cifras decepcionantes, entre otras cosas porque alguien tuvo la idea de estrenarla la misma semana que Super Mario Bros. (Aaron Horvath, Michael Jelenic, 2023), que ya es la película de animación con mejor recaudación de la historia en su primer fin de semana en Estados Unidos. Pero es un acuerdo más rentable para sus productores Ben Affleck y Matt Damon que para la propia Amazon Prime Video, como se apunta en el reportaje: "Matt Damon ha ganado más dinero con este acuerdo que con cualquier otra película excepto El caso Bourne (Doug Liman, 2002)". Habría que preguntarse si el problema de la rentabilidad del streaming está en sus ingresos o en ejecutivos que no parecen tener límites en derrochar presupuestos, lo que desemboca inevitablemente en aumentos innecesarios del precio de las suscripciones. En un reportaje publicado por la revista Bloomberg se indicaba que "Netflix ha decidido unificar departamentos que producen películas pequeñas y medianas, un cambio que se traducirá en despidos y la salida de dos de sus ejecutivos más experimentados", como la responsable de documentales y programas de monólogos, Lisa Nishimura (Bloomberg, 31/3/2023). Se trata de una ejecutiva que llevaba 15 años en la compañía, y a la que se ha alabado mucho su capacidad para el desarrollo de programas de no-ficción, pero hay que apuntar que la única aportación que ha hecho Netflix al género documental durante su gestión ha sido la de poner de moda las series true crime con una lista interminable de producciones cortadas con la misma plantilla y conseguir que los mejores directores de documentales, como Alex Gibney, hayan hecho sus peores películas para Netflix.

Los Premios Platino, que están organizados por la Asociación de Productores Audiovisuales (EGEDA), cumplen su décimo aniversario reconociendo a las producciones iberoamericanas más destacadas, y este año la película Argentina, 1985 (Santiago Mitre, 2022) ha logrado el mayor número de nominaciones de la historia de estos galardones, con catorce candidaturas. El morbo estará en ver si acudirá a la ceremonia una de las productoras de la película, Victoria Alonso, después de haber sido despedida de Disney poniendo como excusa precisamente su participación en una producción de la competencia. La gala se celebrará el próximo 22 de abril en IFEMA (Madrid) y será retransmitida a Latinoamérica a través de TNT y HBO Max. En cuanto a series, destacan las seis nominaciones con las que cubre todas las categorías posibles la producción colombiano-chilena Noticia de un secuestro (Prime Video, 2022), las tres nominaciones que comparten las argentinas El encargado (Dosney+, 2022) e Iosi, el espía arrepentido (Prime Video, 2022) y las dos nominaciones de la también argentina Santa Evita (Disney+, 2022) y la mexicana Belascoarán (Netflix, 2022). La presencia española está marcada por las tres nominaciones de la comedia No me gusta conducir (TNT, 2022) y una nominación para la miniserie Intimidad (Netflix, 2022).


Nuestro repaso a las series más destacadas estrenadas entre marzo y abril incluye algunas producciones inéditas en España que hemos podido ver recientemente en el festival Séries Mania. Es un repaso heterogéneo en el que prestamos atención a los títulos que más interés nos han despertado, y que incluye algunos finales definitivos de series.

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos este mes y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Servant (Temp. 4 y Final)
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Apple tv+, 13 de enero-17 de marzo
Creada por Tony Basgallop
Dirigida por Dylan Holmes Williams, Kitty Green, Ishana Shyamalan, Carlo Mirabella-Davis, Logan George, Celine Held, Nimród Antal, M. Night Shyamalan, Severin Fiala, Veronika Franz

------ Alerta Spoilers ------

La conclusión de una serie como ésta es un reto desafiante, a pesar de que ha tenido el privilegio cada vez menos habitual de completarse en las cuatro temporadas que M. Night Shyamalan ya anunció hace unos años que iba a tener. Y aunque pueda resultar a veces dudoso que realmente necesitara estas cuatro temporadas, lo cierto es que a Servant (Apple tv+, 2019-2023) no se le puede negar su capacidad para resultar hipnótica e inquietante dentro de su ambigüedad. Y este desenlace al mismo tiempo cerrado y oscuro, como no podía ser menos, elabora una conclusión que resulta coherente con el desarrollo de una historia que tiene uno de los planteamientos iniciales más impactantes de los últimos años. El viaje que han realizado los personajes es singularmente desasosegante, pero sobre todo en el caso de Dorothy Turner (Lauren Ambrose), cuyo sentimiento de culpabilidad por la muerte de su bebé fue el germen de esta incursión en los turbios entresijos de una secta y de la espiritualidad que aportó Leanne Greyson (Nell Tiger Free), un personaje que ha ido transformándose a lo largo de las temporadas hasta ser el eje central del destino de los habitantes de la casa, entre ellos Sean Turner (Toby Kebbell) y su cuñado Julian (Rupert Grint), que en cierta manera han sido peones en una trama principalmente conducida por la mirada femenina. Los elementos que rodean a la historia siempre han tenido una elaborada justificación, desde los platos cocinados por Sean, una especie de recetario gourmet que refleja a los propios personajes y por tanto contiene siempre algún aspecto repelente, hasta las canciones que escucha Leanne en el ático, y que la cantante de R&B Saleka recopiló en el album Servant: Songs from the attic (Lakeshore Records, 2022), durante la temporada 3, ampliado en una versión Deluxe que incluye los temas de esta cuarta temporada, entre ellos el significativo "Somewhere in the wild" que suena en una escena relevante del episodio final. 

No obstante, el desenlace final ha dividido a los seguidores de la serie, entre los que lo consideran decepcionante por ser anticlimático, y los que celebran que no trate de explicar absolutamente todo en el mismo sentido en el que la ambigüedad ha sido una de sus principales características, especialmente en lo que respecta a Jericho. Pero ¿realmente era necesario aclararlo todo en una serie que ha estado jugando constantemente con los claroscuros de las situaciones y respecto a Leanne y su entorno? En realidad, hubiera sido contradictorio, pero podría haber resultado más satisfactoria una mayor claridad en la trama central, que al menos justificara por qué éste era el planteamiento estructural de la serie. Por otro lado, el cine de M. Night Shyamalan está lleno de historias cuya conclusión es menos reconfortante que su planteamiento inicial, sin ir más lejos en su reciente largometraje Llaman a la puerta (2022). Y algunas propuestas posteriores del creador de la serie Tony Basgallop, como El consultor (Prime Video, 2023), han sido mucho más insustanciales y gratuitas en su desarrollo. Mientras que Servant consigue elaborar una reflexión sobre los miedos de la maternidad que se mantiene como un trasfondo inquietante al mismo tiempo que conecta con la realidad. Y ese es uno de los elementos consustanciales que convierten a esta serie en una oportunidad para elaborar una propuesta radicalmente diferente, transmitida con especial acierto por la actriz Lauren Ambrose, que realiza una interpretación sobresaliente de las inseguridades y los temores de ser madre, y que tiene su momento de máxima rotundidad en el episodio Awake (T4E9) en el que se produce la temida conversación que estábamos esperando desde el primer episodio. 

Pero Servant es algo más que una propuesta que ha sabido mantener el suspense, y quizás lo ha alargado demasiado, dentro de una casa que se ha convertido en un espacio de opresión y de angustia, en la que la arquitectura estructural ha construido también el entorno claustrofóbico en el que se ha desarrollado casi toda la historia, con aciertos visuales de gran calidad a lo largo de estas cuatro temporadas. Y ha servido asimismo, no solo para introducir a M. Night Shyamalan como director y presentar a su hija Ishana Shyamalan como una alumna aventajada, sino para desenvolver una lista de algunos de los nombres más relevantes de la renovación actual del género de terror. Esta temporada introduciendo a realizadores como el británico Dylan Holmes Williams, ganador del Premio Especial del Jurado en Sundance por su cortometraje The devil's harmony (2020); la australiana Kitty Green, directora de The assistant (2019); Carlo Mirabella-Davis, ganador de un Premio Especial del Jurado en Deauville por la inquietante Swallow (2019); Logan George y Celine Held, directores del cortometraje Caroline (2018), seleccionado en el Festival de Cannes; o los austríacos Severin Fiala y Veronika Franz, directores de la turbadora Buenas noches, mamá (2014), que posteriormente ha tenido un remake norteamericano. De forma que Servant se ha convertido también en un referente para los aficionados al terror y el suspense, ofreciendo una representación muy acertada del género a nivel internacional. A lo largo de sus cuatro temporadas la serie ha elaborado un ejercicio de estilo que se ha beneficiado de la ambigüedad y el tono desasosegante en un espacio claustrofóbico que en sus primeras temporadas parecía vaticinar el confinamiento que se produjo a raiz de la pandemia del coronavirus. El final de la serie puede no haber satisfecho a todos, pero es coherente con el tono de la historia. 

Your honor (Temp. 2 y Final)
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Movistar+, 13 de enero-20 de marzo
Creada por Peter Moffat
Dirigida por Peter Sollett, Darren Grant, Carrie Preston, Rosemary Rodríguez

La producción israelí de series ha tenido una repercusión internacional notable en los últimos años, no solo por el estreno de sus contenidos originales sino también por las ventas de derechos para nuevas versiones de éstos. Homeland (Disney+, 2011-2020), Euphoria (HBO Max, 2019-), En terapia (HBO Max, 2008-2021) o Echo 3 (Apple tv+, 2022) son algunas de las más conocidas, pero quizás es Kvodo (Yes tv, 2017-2019), ganadora del Gran Premio del Jurado en el festival Séries Mania 2017, la que ha logrado una mayor relevancia, con remakes en países como Estados Unidos, India, Alemania, Francia o Rusia. La adaptación norteamericana ha sido desarrollada por Peter Moffat (1962, Reino Unido), un especialista en dramas judiciales como Presunto culpable (BBC, 2008-2009), que a su vez tuvo varias versiones en diferentes países. Si bien la historia principal de Your honor (Movistar+, 2020-2023) seguía más o menos fielmente la trama original, lo interesante de esta segunda y última temporada es que toma su propio camino. Y en vez de continuar con el protagonista desarrollando su carrera como juez, que es lo que ocurre en la segunda temporada de la serie original, adopta una perspectiva más reflexiva tras los acontecimientos del final de la anterior entrega para seguir elaborando una exploración en torno a la culpabilidad y la ambigüedad moral de la justicia.  De forma que esta segunda temporada tiene menos suspense y giros de guión que la primera, y se torna más sosegada en su enfoque, lo que puede resultar decepcionante si se espera una continuidad tonal, pero es un camino particularmente valiente, sobre todo tratándose de la temporada final.  

La historia nació como miniserie para la cadena Showtime, pero el éxito crítico y de público provocó que fuera renovada para una temporada más, aunque con la idea de concluir esta historia que convierte al juez Michael Desiato (Bryan Cranston) en un preso. Si bien algunos aspectos pueden resultar demasiado interesados para hacer avanzar la trama, especialmente la intervención de la fiscal federal Olivia Delmont (Rosie Pérez) para utilizar al ex-juez como un informante, hay algunos aspectos particularmente interesantes en esta segunda temporada, que básicamente está enfocada hacia el sentido de justicia. Aunque momentáneamente haya salido de la cárcel, Michael Desiato asume su culpabilidad incluso aceptando que una declaración en un juicio relevante se convierta en un problema para él. A lo largo de la temporada hay una búsqueda constante de esta justicia, respecto a Eugene Jones (Benjamin Flores, Jr.), que vuelve a ser uno de los personajes más interesantes, pero también respecto a Carlo Baxter (Jimi Stanton) y a su padre Jimmy Baxter (Michael Stuhlbarg). La segunda temporada amplía el foco hacia otros personajes, dejando al protagonista en una posición quizás demasiado secundaria en algunas ocasiones, pero en cierta manera continúa la dinámica de la primera temporada, en la que también eran importantes los anhelos de Gina Baxter (Hope Davis) por conseguir venganza o el intento de Fia Baxter (Lilli Kay) por desvincularse de los negocios sucios de su padre, aunque hay algunas subtramas, especialmente la que gira en torno a Big Mo (Andrene Ward-Hammond), que se sienten algo aisladas. 

Es cierto que Your honor se habría podido sentir mucho más enfocada si se hubiera centrado en sus aspectos principales, incluso reduciendo el número de episodios que alcanzan casi una hora de duración cada uno de ellos. Sobre todo porque, al elegir un planteamiento que se centra menos en los giros de guión sorprendentes y más en el desarrollo de los personajes, resulta menos impactante en cuanto a los recursos narrativos, que en los primeros episodios de la primera temporada conseguían cliffhangers notables, pero que ahora siguen una fluidez más horizontal. Lo decepcionante para algunos y lo interesante para nosotros es la forma en que en esta propuesta se ha preferido un enfoque mucho más reflexivo, que no siempre encuentra un equilibrio pero que elabora arcos de personajes particularmente acertados, especialmente en el caso de Michael Desiato. 

The last of us
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HBO Max, 16 de enero-13 de marzo
Creada por Neil Druckmann, Craig Mazin
Dirigida por Craig Mazin, Neil Druckmann, Peter Hoar, Jeremy Webb, Jasmila Zbanic, Liza Johnson, Ali Abbasi

Un día después de que se estrenara el último episodio en España de la serie, la propia compañía Warner Bros. Discovery anunciaba que The last of us (HBO Max, 2023-) se había convertido en "el título más visto en la historia de los servicios de streaming por suscripción de HBO en España", aunque sin aportar datos concretos, así que tenemos que conformarnos con las audiencias en Estados Unidos, donde sí se ha hecho público que mantuvo un promedio de 30 millones de espectadores a lo largo de toda la temporada, con 8,2 millones en la emisión de su último episodio, manteniéndose con fuerza a pesar de competir con la ceremonia de los Oscar®. La serie, que en países como Reino Unido, Alemania e Italia se emite a través de la plataforma Sky y en Francia a través de Prime Video, se ha convertido por tanto en la insignia de la nueva etapa de HBO Max, que en unos meses se denominará simplemente Max, incluso por encima de La casa del dragón (HBO Max, 2022-). La primera temporada adapta el juego The last of us. Part I (Naughty Dog, 2013) para las plataformas Playstation®, que supuso un concepto diferente en cuanto a las historias de fondo que estructuran los juegos de acción, dándole un mayor peso argumental y un desarrollo más profundo de los personajes. El director creativo Neil Druckmann (1978, Israel) lo calificó como una historia de madurez para el personaje de Ellie (con la voz de Ashley Johnson) en medio de un planeta devastado por una evolución del hongo Cordyceps, cuya idea fue extraída de la serie documental Planeta Tierra (BBC, 2006), que hablaba de este parásito que infecta a los insectos, controlando sus funciones motoras para obligarles a cultivar el hongo. Es un concepto de zombificación diferente que va más allá de las historias que inspiraron a su creador, principalmente La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968). También la propia elección de Gustavo Santaolalla (1951, Argentina) como compositor de la banda sonora remarcaba este carácter más íntimo de una historia que se centra sobre todo en los supervivientes, donde el apocalipsis y los infectados funcionan como trasfondo. Hay en esta historia que ha sido trasladada a la pantalla elementos que recuerdan a la novela de Cormac McCarthy La carretera (2006, Ed. Debolsillo), que fue llevada al cine en la película La carretera (The road) (John Hillcoat, 2009), en la que la relación entre un padre y su hijo se puede ver como un precedente del vínculo de protección que ejerce Joel (con la voz de Troy Baker) hacia Ellie. 

Que en la adaptación haya participado de forma fundamental el director creativo del juego Neil Druckmann es un aspecto positivo que ha garantizado posiblemente uno de los mayores logros de la serie: ser fiel a la historia original, incorporar guiños a los seguidores del juego como presentar en papeles secundarios a algunos de los actores que pusieron sus voces, como Ashley Johnson y Troy Baker, pero al mismo tiempo introducir ciertas novedades que incluso alimentan la historia. También aporta mayor consistencia la colaboración con el guionista Craig Mazin (1971, Nueva York) quien, tras una etapa escribiendo películas comerciales como Scary movie 3 (David Zucker, 2003), Resacón 2: ¡Ahora en Tailandia! (Todd Phillips, 2011) y R3sacón (Todd Phillips, 2013), a partir del éxito de la miniserie Chernobyl (HBO Max, 2019) ha conseguido el reconocimiento, colaborando también en el guión del mejor episodio de la serie Mythic Quest (Apple tv+, 2020-), el flashback Backstory! (T2E6) que contaba la historia del guionista C.W. Longbottom (F. Murray Abraham). Algunas decisiones han sido acertadas como la de estructurar la temporada a partir de historias episódicas que se desarrollan a lo largo del viaje que realizan Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey), lo que permite que los personajes crezcan, especialmente ella al enfrentarse a la crueldad de ese mundo diferente, como en el episodio When we are in need (T1E8), dirigido por Ali Abbasi, responsable de las aclamadas películas Border (2018) y Holy spider (2022), que también se encarga del último episodio. Esta estructura narrativa permite introducir historias cerradas como Left behind (T1E7), un flashback dirigido por Liza Johnson, en torno a la relación entre Ellie y su mejor amiga Riley (Storm Reid) que adapta una de las dos historias del paquete de expansión The last of Us: Left behind (2014, Naughty Dog). La aportación de Gustavo Santaolalla de nuevo en la banda sonora mantiene esa atmósfera de decadencia y melancolía que ya tenía el juego, sobre todo en las composiciones que él mismo interpreta en la guitarra. 

La serie comienza con un prólogo que nos sitúa en 2003, veinte años antes de la historia que se cuenta, para establecer el comienzo de la infección del cordyceps evolucionado, en un episodio que casi es un largometraje de una hora y veinte de duración, When you're lost in the darkness (T1E1), dirigido por Craig Mazin, que en realidad se escribió como dos episodios separados, pero que se unieron porque Warner Bros. Discovery pidió un estreno especial para la serie. Aunque se ha argumentado que el desenlace resulta demasiado precipitado porque se eliminó uno de los diez episodios que estaban previstos, la razón real por la que la serie solo llega a nueve es que el primer episodio eran dos originalmente, de forma que Joel y Ellie ni siquiera se conocían hasta el segundo capítulo. The last of us cuenta sobre todo una historia de supervivencia, o mejor dicho, varias historias de supervivencia, que están encabezadas por Joel y Ellie pero que incorporan diferentes personajes episódicos como en Long, long time (T1E3), dirigido con sensibilidad por Peter Hoar, quien ganó un Premio BAFTA TV por la miniserie It's a sin (HBO Max, 2021), que cuenta la historia de Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett), con magníficas interpretaciones de ambos actores. En realidad se trata de una ampliación del personaje de Bill que ya en el juego se había descrito como homosexual, una aportación del actor que ponía voz al personaje, W. Earl Brown, que Neil Druckmann reforzó en el propio juego. Especialmente emotiva es la historia de los hermanos Henry Burrell (Lamar Johnson) y Sam Burrell (Keivonn Woodward) que se cuenta en Endure and survive (T1E5) el mejor episodio de la temporada, dirigido por Jeremy Webb, que fue nominado al Emmy por Downton Abbey (SkyShowtime, 2010-2015). Mientras que el liderazgo cruel de Kathleen Coogan (Melanie Lynskey) en el grupo de resistencia de Kansas City, que se describe en Please hold my hand (T1E4) suena demasiado a los personajes de Alpha (Samantha Morton) y Pamela Milton (Laila Robins) en las últimas temporadas de The walking dead (Disney+, 2010-2022). Según han confirmado sus creadores, la secuela del juego, The last of us. Part II (2018, Naughty Dog) se adaptará en más de una temporada para televisión, aunque suponemos que, dada la tendencia actual de las plataformas de streaming a retener franquicias de éxito, no se puede descartar que continúe la historia más allá, incluso que se acabe desarrollando una tercera parte del juego que, por el momento, Neil Druckmann ha negado, aunque señalando que, si la hubiera, podría incluir elementos nuevos aportados por la serie. 

El padrino de Harlem (Temp. 3)
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HBO Max, 9 de febrero-13 de abril
Creada por Chris Brancato, Paul Eckstein
Dirigida por Joe Chappelle, Jack Donnelly, Carl Seaton, Guillermo Navarro, Lily Mariye, Rob Greenlea

Algunas series como Snowfall (HBO Max, 2017-2023), que emite actualmente su última temporada o la cancelada City on a hill (Movistar+, 2019-2022) tienen un estilo que las hace parecer anacrónicas en cuanto a la narrativa y el aspecto visual, más cercanas a producciones de la edad dorada de la "prestige television" como Los Soprano (HBO Max, 1999-2007) o The wire (HBO Max, 2002-2008). Quizás por eso cuentan con una fidelidad por parte de sus seguidores pero no han terminado de alcanzar la trascendencia de series más comerciales. El padrino de Harlem (HBO Max, 2019-) es una de esas producciones que se reflejan en algunos clichés de las historias sobre la mafia, pero que sabe construir unos personajes sólidos, tomando hechos reales para elaborar una trama de ficción. Como el protagonista Bumpy Johnson (Forest Whitaker), un temido gángster que gobernó Harlem durante más de 30 años y se codeaba con figuras relevantes de la época como Billie Holiday y Malcolm X. Apodado como "el padrino de Harlem", su influencia fue decisiva en las décadas de los treinta y cuarenta, hasta que en 1951 recibió una condena de 15 años por venta de heroína, que cumplió en la prisión de Alcatraz. Su amistad personal con Malcolm X (en esta temporada Jason Alan Carvell), funciona como uno de las líneas narrativas principales que conecta la historia de ficción con acontecimientos reales, como los intentos de asesinato del líder activista o su encuentro con el Che Guevara (Arturo del Puerto), lo que aporta un contexto histórico más interesante que si se tratara simplemente de una historia sobre la mafia. 

También funciona como eje narrativo su enemistad con Vincent Gigante (Vincent D'Onofrio), otro mafioso que lideraba la familia genovesa en Nueva York, y con el que Bumpy Johnson se disputó el control del narcotráfico en Harlem. La serie creada por Chris Brancato y Paul Eckstein, especializados en temas relacionados con el tráfico de drogas y la intervención de la CIA como en su éxito Narcos (Netflix, 2015-2017), establece sobre todo a partir de la segunda temporada un interesante planteamiento sobre la ambigüedad moral del protagonista, lo que enriquece su dimensión, gracias también a un excelente trabajo de Forest Whitaker, que nunca ha estado más vulnerable y al mismo tiempo más despiadado, y que en esta temporada aporta un nuevo sentido de fragilidad a un Bumpy Johnson que se cuestiona a sí mismo. Personajes como su hija Elise (Antoinette Crowe-Legacy), una ex-drogadicta que se une a la defensa de los derechos civiles junto a Malcolm X y, sobre todo en esta tercera temporada, su esposa Mayme (Ilfenesh Hadera) funcionan como reflejos de esa ambigüedad, desde una posición externa pero que al mismo tiempo se beneficia de los negocios del padre de familia. A pesar de cierta confusión al comienzo de la presencia de Malcolm X, ya que el actor que interpretó al personaje, Nigel Thatch, ha sido sustituido por Jason Alan Carvell, según los creadores de la serie por problemas de agenda (lo cual resulta una justificación un tanto extraña). Aunque el nuevo actor mantiene con solvencia el personaje, falta algo de la introspección que aportaba el anterior a un Malcolm X mucho más humano, y resulta decepcionante no haber podido ver cómo Nigel Thatch culminaba su trabajo en uno de los momentos más relevantes de la serie, cuando la vida del líder de los derechos civiles es amenazada por facciones extremistas de la organización Nación del Islam, aunque su muerte real nunca ha sido totalmente explicada. La serie documental ¿Quién mató a Malcolm X? (Netflix, 2019) replanteó las coartadas de los dos condenados y consiguió que se revisara la investigación sobre su asesinato. 

El padrino de Harlem es una producción de la plataforma EPIX que a principios de este año cambió su nombre a MGM+, aunque en España los derechos de emisión pertenecen a HBO Max. La serie se ha ido consolidando con el paso del tiempo, aunque ha tenido intervenciones estelares del fallecido Paul Sorvino y de Chazz Palminteri, recogiendo en cierta manera las referencias directas a las grandes historias de gangsters a través de algunos de sus actores más relevantes. Pero la incorporación de un nuevo personaje como Joe Colombo (Michael Raymond-James) introduce en esta ocasión una mirada hacia la transformación del negocio del narcotráfico y el relevo de una nueva generación que no está impulsada por los códigos de conducta tradicionales, que por otro lado son continuamente incumplidos por la generación anterior. Y ofrece también los primeros apuntes de la responsabilidad de la CIA en la expansión del negocio de las drogas en los Estados Unidos con el fin de obtener beneficios para sus intervenciones en el extranjero, principalmente en contra de la Revolución cubana liderada por Ernesto Che Guevara. El desarrollo de una historia a lo largo de diez episodios de casi una hora de duración provoca que algunas subtramas sean más endebles, como la que protagoniza Stella Gigante (Lucy Fry), la hija de Vincent Gigante, que está ausente casi toda la temporada. Ella es un personaje que, aunque ha tenido relevancia, a veces se siente como protagonista de una historia diferente. Mientras el final de la tercera temporada deja abierta la posibilidad de una cuarta, basada en la venganza, también podría ser una conclusión adecuada. El padrino de Harlem sigue teniendo una escritura sólida y unas interpretaciones perfectas. 

Mayor of Kingstown (Temp. 2)
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SkyShowtime, 28 de febrero-17 de abril
Creada por Hugh Dillon, Taylor Sheridan
Dirigida por Stephen Kay, Tasha Smith, Guy Ferland

Entre las series paralelas que ha desarrollado Taylor Sheridan junto al universo de Yellowstone (SkyShowtime, 2018-2023), la más interesante es esta reconstrucción de una ciudad que está sobrecargada de prisiones y en la que es necesario que exista una figura a la que llaman el "alcalde" que mantenga el equilibrio entre las bandas fuera de la cárcel para que el caos no se apodere del interior de las prisiones. Kingston es la ciudad canadiense en la creció Hugh Dillon, co-creador de la serie y uno de los colaboradores más estrechos de Taylor Sheridan. Él interpretaba al sheriff Donnie Haskell en Yellowstone, hasta que tuvo que abandonar la serie para dedicar más tiempo al desarrollo de Mayor of Kingstown (SkyShowtime, 2021-), donde también interpreta un personaje, pero asimismo trabajó como actor y guionista en la película Wind river (Taylor Sheridan, 2017), que precisamente fue la primera colaboración de ambos con Jeremy Renner. Conocido líder de la banda de rock canadiense Headstones, Hugh Dillon ha reflejado en la serie el aspecto de una ciudad que desde 1835 inauguró su primera penitenciaría y actualmente tiene nueve centros penitenciarios. La diferencia entre las cárceles provinciales y las penitenciarías es que estas últimas albergan solamente a delincuentes adultos que cumplen dos o más años de condena. De hecho, la primera temporada de la serie se rodó en la ciudad de Kingston, pero el rodaje fue trasladado en la segunda temporada a la ciudad de Pittsburgh para reducir los costes de producción, aunque la historia se sigue desarrollando en la ficticia ciudad de Kingstown. 

Uno de los aspectos que más se ha criticado de la serie es sin embargo uno de sus elementos más interesantes. La historia protagonizada por Mike McLusky (Jeremy Renner) está cargada de un tono oscuro y violento que tuvo su clímax en el final de la primera temporada, un excelente crescendo de suspense que desembocó en una violencia extrema, y que seguirá teniendo consecuencias para los personajes. De alguna manera, la anterior temporada mostraba la forma en que el "alcalde" mantiene casi todo bajo control hasta el desenlace, pero en esta ocasión se centra en cómo el equilibrio que ha mantenido durante todo el tiempo se deshace tanto en la penitenciaría como en las calles, provocando el enfrentamiento entre las bandas hispanas y negras, esta última liderada por Bunny Washington (Tobi Bamtefa), que al mismo tiempo están amenazadas por un grupo de neonazis. La ambigüedad moral que se refleja en todos los personajes es una apuesta arriesgada, porque al mismo tiempo es necesaria una cierta empatía con Mike McLusky manteniendo un discurso que justifica los desvíos al margen de la ley para conseguir, en definitiva, que la ciudad no se convierta en un polvorín. Mayor of Kingstown podría ser la cara B de Blue Bloods (SkyShowtime, 2010-) en cuanto al retrato de la policía, mostrada aquí desde su faceta más oscura, corrupta e inmoral. Pero al mismo tiempo se plantea la figura de Mike McLusky como imprescindible para establecer los lazos entre las decisiones de los políticos, nuevamente retratados desde la ambigüedad, y las necesidades de los presos para mantener una cierta convivencia. 

En el campo de la dirección, Stephen Kay (1963, Nueva Zelanda), dirige los primeros y los últimos episodios después de encargarse del desenlace de la primera temporada, y aunque no consigue la misma contundencia que en aquella, construye un suspense interesante en el episodio Little green ant (T2E10) en el que todo lo que puede ser mal acaba saliendo peor. Por su parte, Guy Ferland (1966, Massachussets), habitual director en las series de Taylor Sheridan y responsable de dos episodios de Agente nocturno (Netflix, 2023), se encarga de la parte central. Hay algunos personajes sin embargo que aparecen más desdibujados esta temporada, como Mariam McLusky (Dianne Wiest) que en la primera tenía una subtrama interesante con una visión más idealista de las relaciones con los reclusos, y sobre todo Iris (Emma Laird), que parece demasiado supeditada al enfrentamiento con Milo (Aidan Gillen), una especie de reverso oscuro de Mike. Aunque Hugh Dillon ha comentado que existen ideas para desarrollar varias temporadas y posiblemente la tercera entre en preproducción este verano, Mayor of Kingstown necesitaría desarrollar mejor algunos personajes secundarios como Kyle McLusky (Taylor Handley), el hermano del protagonista que se pierde en la primera parte de la temporada para ir creciendo progresivamente pero sin llegar al potencial de una personalidad algo esquizoide afectada por un trastorno post traumático. Quizás la serie quiere abarcar demasiado sin que la parte central termine de encajar bien todas las piezas, pero se mantiene como una rotunda mirada hacia un sistema penitenciario en el que no hay demasiada diferencia entre la agenda oculta de los presos y la de sus guardianes. 

Marriage
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Filmin, 14 de marzo
Creada por Stefan Golaszewski
Dirigida por Stefan Golaszewski

En esta crónica destacamos varias miniseries inglesas, algunas de ellas inéditas en España y otras estrenadas por la plataforma Filmin, muy activa en la adquisición de este tipo de producciones de cuatro episodios habitualmente que llevan a la pantalla novelas o hechos reales. En el caso de Marriage (Filmin, 2022) se trata de una historia original escrita por Stefan Golaszewski (1980, Reino Unido), creador de las comedias Him & her (BBC, 2010-2013) y Mum (BBC, 2016-2019), que le valieron ambas el BAFTA TV al Mejor Guión. Estos precedentes marcan el tono de humor irónico que predomina en una serie cuyo desarrollo seco y unos personajes aparentemente tibios pueden hacer pensar que se trata de un drama en vez de una comedia. El matrimonio del título está formado por Ian (Sean Bean) y Emma (Nicola Walker), que están a punto de cumplir 27 años casados, con esa pasividad que el paso del tiempo ha ido equilibrando en una relación que fluye sin esfuerzo pero también sin grandes expresiones de afecto. Cuando ambos regresan de asistir a una actuación de su hija adoptada Jessica (Chantelle Alle), Ian comenta lo curioso que le resulta cómo los jóvenes hablan del amor, solo enfocado en la pasión y el enamoramiento profundo, mientras que para ellos tiene otro ritmo, una cadencia mucho más sosegada. En realidad, aunque tengan discusiones tan bobas como realistas en torno a temas como el pollo congelado en el supermercado, hay solidez en la relación entre Ian y Emma, ambos interpretados con realismo por Sean Bean, quien transmite una constante inseguridad, y Nicola Walker, que expresa sin mostrarlo su propio dolor interior por una tragedia que ambos han vivido años atrás. 

Hay una peculiar y notable capacidad en la escritura de Stefan Golaszewski para que los conflictos surjan de una forma tan reposada como la propia relación de los protagonistas. Y los hay, sin duda. El desprecio de Gerry (James Bolam) por su yerno, al que considera poco merecedor de su hija, tanto, que la noche del aniversario de la pareja, hace todo lo posible para impedir que Ian y Emma tengan una cena tranquila fuera de casa. La relación de Emma con su jefe Jamie (Henry Lloyd-Hughes), un joven creído de sí mismo que provoca celos en Ian y posiblemente el único momento en el que le vemos actuar de forma apasionada. O la forma en que los padres miran impotentes cómo su hija se ha ido a vivir con un novio arrogante que la trata de forma despectiva, pero son incapaces de sincerarse con ella por temor a que se lo tome como un ataque personal. Esta incomunicación familiar es otro de los temas principales de una serie que celebra la cotidianeidad de un matrimonio, pero que también pone de manifiesto los progresivos silencios que se van construyendo a lo largo del tiempo. Hay muchos momentos de miradas y gestos apagados en los que se intuye la inseguridad de los personajes, especialmente en Ian, un hombre de sesenta años recién desempleado que se enfrenta a la ferocidad de las entrevistas de trabajo junto a jóvenes con menos de la mitad de su edad. La sensación de vejez y de ser inservible se muestra en pequeños detalles magníficamente apuntados en el guión, como la entrevistadora que solo está pendiente del móvil, los jóvenes en el gimnasio que se dirigen hacia él como "señor", o la reprimenda de uno de los empleados porque ha abierto una taquilla que estaba fuera de servicio. Pero al mismo tiempo Ian trata de contrarrestar esta invisibilidad en un esfuerzo algo patético por hacerse visible en unas conversaciones algo forzadas con personas desconocidas.

Hay muchos detalles y ocurren pequeños conflictos a lo largo de estos cuatro episodios que van introduciendo el drama de forma suave en medio de momentos humorísticos sutiles. Incluso en la elección del tema principal de la serie, extraído del primer movimiento, Allemande, de la composición a capela de Caroline Shaw "Partita for 8 singers", interpretada por la formación vocal Roomful of teeth en su álbum debut Partita for 8 Singers (2012, New Amsterdam) que le valió un premio Grammy y que obtuvo el Premio Pulitzer. El tercer movimiento de la obra, Courante, se ha utilizado en otras producciones como Dark (Netflix, 2017-2020) y la propia Caroline Shaw ha compuesto la banda sonora de series como Fleishman está en apuros (Disney+, 2023). La cacofonía que producen las voces, introduciendo diálogos incomprensibles y palabras que no se entienden, representa bien esa disonancia que se intuye en la propia relación de este matrimonio en el que a veces se habla sin ser escuchado, que se enfrenta a los altibajos pero también es capaz de sobrevivir frente a los momentos más complejos. Una especie de estímulo interior que a veces resulta incomprensible desde fuera, como cuando Jessica cree incapaz a su padre Ian de haber sido el soporte emocional que necesitaba Emma en el momento más dramático de su vida. Es en esta representación de la solidez a pesar de la incomunicación y la falta de pasión lo que convierte a Marriage en una propuesta especialmente cautivadora. 

Enjambre
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Prime Video, 16 de marzo
Creada por Donald Glover, Janine Nabers
Dirigida por Donald Glover, Adamma Ebo, Ibra Ake, Stephen Glover 

Casi como si se tratara de una de esa historias independientes que formaban parte de Atlanta (Disney+, 2016-2022), este cuento de terror sobre las obsesiones desarrolla a lo largo de sus siete episodios una reflexión sobre la fama y los aficionados enfermizamente fascinados por personajes populares, en este caso la cantante Ni'Jah (Nirine S. Brown), por no llamarle Beyoncé. La protagonista es Dre (Dominique Fishback), una joven que vive en Houston pasando de un trabajo a otro sin más interés que el de seguir todos y cada uno de los pasos que da esa estrella de la canción que parece una deidad, y con la intención de quebrar completamente su economía si eso le da la oportunidad de asistir a un concierto en primera fila o al menos acercarse a ella. El enjambre es un grupo de fans que se reúne en las redes sociales para retroalimentarse con sus obsesiones por la estrella, y a la que Dre también está completamente entregada. Pero ese enjambre también es el que suena en su propia cabeza cuando alguien se interpone en su camino o incluso se atreve a menospreciar la relevancia de cualquier palabra o gesto de la cantante admirada. Y entonces surge una violencia brutal que convierte a Dre en una psicópata asesina. Incluso dentro de su círculo de amigas, que se reduce a Michelle (Chloe Bailey), también hay una admiración pero mucho más sosegada y desde luego no tan reduccionista como la que tiene Dre. Pero la serie creada por Donald Glover y Janine Nabers, que ejerció como productora ejecutiva de las dos últimas temporadas de Atlanta, deja claro desde el principio que "No es una obra de ficción. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o hechos reales, es intencionada", una broma que ironiza sobre los true crimes, pero también deja claro sus intenciones. Y así, a mitad de temporada se desarrolla una pequeña subtrama que refleja uno de los momentos más surrealistas en la trayectoria de Beyoncé, cuando en 2018 surgió la noticia de que una actriz la había mordido en la cara en una fiesta, lo que dio lugar a numerosas especulaciones en los medios y el hashtag #whobitbeyonce? incendió las redes sociales. 

El episodio piloto dirigido por Donald Glover propone un estilo visual muy cercano al de la serie con la que destacó como guionista, pero está marcado por una representación de la cotidianidad que estalla al final, estableciendo el estilo que continúan el resto de directores, entre ellos su hermano y habitual colaborador Stephen Glover. No solo destacan los colores saturados que proporcionan una mayor virulencia a las salpicaduras de sangre, sino sobre todo el concepto sonoro planteado a partir de los zumbidos, la adecuada música de Michael Uzowuru y las canciones que forman parte de la banda sonora, entre ellas algún tema de Donald Glover firmado como su alter ego musical Childish Gambino. Enjambre (Prime Video, 2023) utiliza con habilidad ese comentario social tan característico de su autor que ironiza desde un sentido del humor que se encuentra cómodo en la provocación y la incomodidad que pueda transmitir. Se trata de una sátira que en ocasiones hiela la sonrisa, especialmente en los estallidos de violencia de la protagonista, intensa y certeramente interpretada por Dominique Fishback, que puede ser absolutamente psicópata mientras muestra aspectos de vulnerabilidad emocional. Quizás la serie no consigue explorar del todo los temas relacionados con la salud mental, supeditados básicamente a las necesidades del suspense y la trama violenta, pero sí logra un retrato inteligente de una personalidad compleja. La serie proporciona además algunas curiosidades como encontrar a Billie Elish haciendo su debut como actriz, interpretando a la líder de una especie de secta parecida a la cienciología, o tener en la sala de guionistas a Malia Obama, la hija del expresidente Barack Obama.

Un futuro desafiante
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Apple tv+, 17 de marzo-21 de abril
Creada por Scott Z. Burns
Dirigida por Scott Z. Burns, Gregory Jacobs, Ellen Kuras, Richie Mehta, Sarah Nolen, Nicole Holofcener, Michael Morris

Cuando surgió la pandemia del coronavirus, la película Contagio (Steven Soderbergh, 2011) se convirtió en uno de los títulos más buscados en las plataformas de streaming porque de alguna forma anticipó diez años antes todo lo que ocurriría con la pandemia, tanto en los protocolos como en los conflictos en torno a la vacuna. El guionista de la película, Scott Z. Burns utilizó simplemente datos reales sobre otras pandemias en determinadas zonas del mundo y extrapoló esos datos a lo que ocurriría si un virus se expandiera por todo el planeta, como así ocurrió. Ese es también uno de los valores principales de Un futuro desafiante (Apple tv+, 2023), cuyo título original Extrapolations, indica precisamente cuál es el desarrollo de las diferentes historias. No se trata tanto de imaginar un futuro marcado por el cambio climático, sino de prever sobre datos científicos actuales cómo sería la vida en nuestra sociedad dentro de cuarenta años. Para ello utiliza una narración de historias más o menos independientes, pero siempre unidas por algún personaje, que tienen lugar desde el año 2037 hasta el 2070. La estructura permite utilizar los primeros episodios para establecer ese entorno medioambiental en el que se desarrollan las historias, y en este sentido pueden resultar algo dispersos, con demasiados personajes. Pero éstos tienen relevancia a lo largo de los siguientes episodios, especialmente desde The fifth question (T1E3) que imagina a Miami completamente inundado por la subida de las mareas. Y ciertamente a lo largo de esta especie de antología que no lo es exactamente, porque establece conexiones constantes, hay algunas tramas que resultan más interesantes que otras, especialmente conforme se aleja en el tiempo y muestra futuros posibles más distantes. 

2059 Part II: Nightbirds (T1E5), dirigido por Richie Mehta, se desarrolla en la India, y tiene como protagonistas a Gaurav (Adarsh Gourav) y Neel (Gaz Choudhry), dos contrabandistas que inician una ruta especialmente complicada a través de un desierto con contrastes extremos entre la sequía y las inundaciones. Se trata de un thriller particularmente efectivo que muestra las consecuencias del cambio climático en países menos desarrollados y cuenta con una espléndida fotografía del mexicano Jaime Reynoso. Hay algunas historias que resultan demasiado discursivas, pero incluso los elementos aparentemente más cursis, como la comunicación hablada que se establece entre la científica Rebecca Shearer (Sienna Miller) y la última ballena que queda en el planeta en el episodio 2046: Whale fall (T1E2), dirigido por Scott Z. Burns, acaban siendo más destacados cuanto más conscientes nos hacemos de que son futuribles perfectamente realistas. El intento por elaborar las historias con diferentes tonos, de forma que encontramos géneros diversos a lo largo de la temporada, perjudica a la propuesta, en cuanto que la hace más irregular. Uno de los episodios más curiosos es el que utiliza la comedia de reuniones de parejas, 2068: The goiThatchng-away party (T1E7), dirigido por Nicole Holofcener, responsable de algunos episodios de Parks and Recreation (SkyShowtime, 2011-2019) y de un episodio de la nueva serie protagonizada por Bob Odenkirk, Lucky Hank (AMC, 2023). Esta reunión de fin de año entre las parejas formadas por Sylvie (Marion Cotillard) y Augustine (Forrest Whitaker), y Nic (Tobey Maguire) y Elodie (Eiza González) se desenvuelve como una comedia que en realidad tiene un trasfondo más dramático, en la que Augustine ha tomado una decisión importante en torno a las posibilidades de la criogenia. Mientras que 2066: Lola (T1E6), dirigido de nuevo por Scott Z. Burns, ofrece una representación futurista distópica en Londres protagonizada por Ezra (Tahar Rahim), el hijo de Omar Haddad (también interpretado por Tahar Rahim) al que veíamos en el segundo episodio, que ha decidido contratar los servicios de una empresa que le permite guardar en una nube sus recuerdos, y que trabaja como acompañante artificial sustituyendo a personas ausentes. 

A lo largo de toda la temporada sin embargo no solo se muestra un mundo en decadencia debido a las consecuencias del cambio climático, sino que se apuntan algunas posibilidades de recuperación de la atmósfera a través de la geoingeniería que ha desarrollado Jonathan (Edward Burns) en 2059: Face of God (T1E4), pero que también acaba relacionada con el ecoterrorismo. Y plantea cuestiones trascendentales como cuando Rebecca (Sienna Miller) comenta que los multimillonarios deberían gastar menos dinero en la conquista espacial y más en el desarrollo de tecnologías que permitan la supervivencia en nuestro planeta, en clara referencia a Elon Musk. De hecho, el personaje del magnate Nicholas Bilton (Kit Harington), parece una mezcla entre algunos de estos ejemplos representativos del despilfarro como Jeff Bezos, y el último episodio Newcomen-2070 (T1E8), dirigido por Michael Morris, el realizador de la película To Leslie (2022), reúne a buena parte de los personajes que hemos estado viendo en una especie de ajuste de cuentas por la inacción de quienes sí tenían en sus manos la posibilidad de haber cambiado el planeta. 

Una y otra vez (Life after life)
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Filmin, 21 de marzo
Creada por Bathsheba Doran
Dirigida por John Crowley
BAFTA TV '23: Nominada Mejores Títulos e Identidad Gráfica

Cuando la escritora Kate Atkinson (1951, Gran Bretaña) publicó su novela Una y otra vez (2013, Ed. Lumen) consiguió el reconocimiento de la crítica gracias a la singular forma de contar la historia de la familia Todd, sobre la que volvería en una segunda novela, A God in ruins (2016), que también se convirtió en un éxito de ventas en su país, aunque no se ha editado en España. La singularidad de la narración es que está contada a partir de las numerosas muertes y las consecuentes vidas que sufre la protagonista Ursula Todd a lo largo de su existencia. Ursula nace una noche de 1910, la misma noche en la que muere por primera vez estrangulada por el cordón umbilical. Pero su muerte da paso a una nueva vida, una nueva oportunidad de seguir adelante, que progresivamente se va encontrando con más muertes en su niñez, su adolescencia y su madurez. Temáticamente, se podría encontrar cierto paralelismo con la serie Muñeca rusa (Netflix, 2019-), esa especie de Día de la Marmota que acaba siempre con la muerte de la protagonista. Pero el hecho de situar la historia de Ursula en un período de entreguerras, viviendo la I Guerra Mundial y terminando en la II Guerra Mundial (aunque en la novela continúa su historia hasta los años sesenta), le envuelve de un contexto mucho más rico, un reflejo de las miles de muertes que provocaron las dos guerras, pero también de la pérdida de una sociedad moderna que avanzaba irremisiblemente hacia su propia destrucción. Pero la historia de Ursula Todd, interpretada en su adolescencia por Isla Johnston con singular equilibrio emocional, reflexiona también sobre las segundas oportunidades y las decisiones que tienen una trascendencia decisiva en nuestras vidas. Ursula, efectivamente, tiene la posibilidad de repetir su vida muchas veces, cambiando de forma intuitiva (porque ella no es consciente de sus renacimientos) las decisiones que la llevan continuamente hacia un destino trágico, pero al mismo tiempo a veces parece que resulta inútil la oportunidad de volver a vivir para acabar teniendo una vida igualmente desgraciada, marcada por embarazos no deseados, maltrato, hambre y desdicha, por la experiencia de dos guerras mundiales y la epidemia de gripe de 1918 que devastaron Europa.


En su momento se acusó a la escritora Kate Atkinson de exprimir el melodrama en su novela, y ciertamente hay que decir que Ursula tiene una existencia infortunada, especialmente a partir del momento en que la espléndida actriz Thomasin McKenzie, una de las mejores actrices jóvenes del panorama internacional, toma el testigo de la representación del personaje, y lo hace cargándola de emoción y madurez, haciendo de su personaje un ejemplo de resiliencia. En el Episodio 1, durante una conversación entre Ursula y su hermano Teddy (Sean Delaney), quien será el protagonista de la segunda novela, éste le pregunta: "¿Qué pasaría si pudiéramos volver y vivirlo todo de nuevo, una y otra vez?", planteando una cuestión filosófica que también explora la serie. La idea del Amor fati, que se relaciona con la teoría de Friedrich Nietzsche del "eterno retorno" según la cual durante un periodo infinito de tiempo todo se repite infinitamente, y que está descrita por el psiquiatra de Ursula, el Dr. Kellet (John Hodgkinson) en el Episodio 4. Pero, a pesar de esta incursión en los planteamientos filosóficos, que en cierta manera están transformados porque en realidad Ursula nunca vive la misma vida, sino que hay pequeños cambios que sin embargo son decisivos (no querer bañarse en el río, no recoger un guante caído en el suelo...), la serie no se siente en ningún momento demasiado obtusa intelectualmente.

Uno de los aciertos de la adaptación efectuada por la británica Bathsheba Duran, afincada durante años en Nueva York, desde donde ha formado parte de las mesas de guionistas de series como Boardwalk Empire (HBO, 2010-2014) o The looming Tower (Prime Video, 2018), es el trabajo de dirección de John Crowley, responsable de las películas Brooklyn (2015) y El jilguero (2019). El director aporta una especial sensibilidad para que, a lo largo de los cuatro episodios, las vidas y muertes de Ursula Todd tengan un desarrollo fluido, especialmente la introducción de este concepto de estructura narrativa que al principio puede parecer demasiado chocante, casi cómico, pero que ya en el Episodio 2 tenemos asumido como una forma de narración perfectamente coherente. Pero al final Una y otra vez no deja de ser un drama sobre una joven que vive períodos radicalmente violentos en Europa, una historia de resistencia frente a la tragedia vital a la que parece destinada. Y aunque algunos elementos de política ficción que se incluyen en la novela, sobre todo en torno a la participación de la protagonista en el devenir de la historia personal de Adolf Hitler, parecen en la serie algo forzadas, es en el desarrollo del personaje principal donde Una y otra vez se encuentra cómoda en una reconstrucción histórica que se mezcla con una propuesta de ciencia-ficción con singular consistencia. Y también encuentra en la espléndida banda sonora de Volker Bertelmann, reciente ganador del Oscar por la música de la película Sin novedad en el frente (Edward Berger, 2022), una forma sutil de desplazarse entre la emoción y la expresividad de un relato que conecta el destino con la reencarnación.

Nolly
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Séries Mania, 21 de marzo
Creada por Russell T. Davies
Dirigida por Peter Hoar 
Inédita en España

Seguramente muchos aficionados a las series han oído hablar de Coronation Street (ITV, 1960-), la más longeva en la historia de la televisión británica, que aún sigue emitiéndose y está a punto de llegar a los 11.000 episodios. Pero junto a ella hubo otras producciones que también estuvieron en pantalla durante décadas, como Crossroads (ATV, 1964-1988), que se mantuvo en antena más de veinte años y estrenó 4.500 episodios. Su principal protagonista fue la actriz Noele Gordon, que se ha convertido ahora en el personaje central de la nueva serie de Russell T. Davies (1963, Reino Unido), guionista de la nueva etapa de Dr. Who (BBC, 2005-) y creador de espléndidas miniseries como la inquietante visión futurista de Years and years (Movistar+, 2019) y el drama sobre la pandemia del SIDA It''s a sin (HBO Max, 2021). En esta ocasión consigue de nuevo crear una miniserie absolutamente deliciosa pero con un punto de melancolía en Nolly (ITVX, 2023), un drama sobre uno de los momentos más complicados en la carrera de la actriz Noele Gordon, cuando la cadena de televisión decidió matar a su personaje después de 17 años interpretándolo. El director de la miniserie estrenada en febrero en Gran Bretaña y presentada en una sesión especial en el festival Séries Mania, es el británico Peter Hoar, aclamado recientemente por haber dirigido el popular episodio Long, long time (T1E3) de la serie The last of us (HBO Max, 2023-), pero sobre todo la propuesta brilla especialmente gracias a una maravillosa interpretación de Helena Bonham Carter dando vida a esta estrella de la televisión que tiene un punto de soberbia, pero que también está amenazada por la progresiva transformación de un medio que deja a las estrellas en segundo plano. 

El drama de solo tres episodios funciona como un homenaje a la televisión británica de los años setenta y ochenta, mientras asistimos a los cambios que se producen en las cadenas controladas por los ejecutivos. La noticia del despido de Noele Gordon se hizo pública el 22 de junio de 1981 y, a falta de redes sociales, provocó un estallido de protestas por parte de los fans, que también impulsó la propia actriz realizando súplicas en los medios de comunicación para que sus seguidores salvaran al personaje. Tanto es así, que surgió una campaña titulada "Save our Meg", el nombre del personaje que interpretaba Noele Gordon en esta serie desarrollada en un hotel. Al comprobar que no lo conseguiría, la actriz también utilizó los medios de comunicación para lograr que, al menos, su personaje no muriera: "Give me a happy ending" (Denme un final feliz), anunciaban los titulares de algunos periódicos. Como suele ser habitual en los guiones de Russell T. Davies, hay una estructura perfecta que se reduce a solo tres episodios, lo que le permite en cierta manera utilizarlos como el soporte narrativo tradicional de planteamiento, nudo y desenlace, mezclando el humor y el drama de una manera que funciona como un mecanismo de relojería. Porque sobre todo Nolly es una mirada muy incisiva a la forma en que los actores afrontan el declive de sus carreras, representada especialmente en una espléndida escena en la que Nolly (Helena Bonham Carter) habla con su amigo Larry Grayson (Mark Gatiss), sobre los viejos tiempos en los que su profesión era el centro de atención. Ella fue la primera actriz que apareció en la televisión en color, pero ahora es sustituida por otros intereses, como la incorporación de actrices racializadas o los avances técnicos en materia de dirección y puesta en escena. Nolly reivindica el mundo de las telenovelas que Russell T. Davies conoció en su juventud, cuando los dramas televisivos eran mucho menos complejos (son particularmente divertidos los primeros planos que se mantienen en los rostros de los protagonistas cuando acaba la primera parte de cada episodio, creando un momento de suspense). 

La construcción de personajes es uno de los elementos principales de las historias escritas por Russell T. Davies, lo que proporciona a la protagonista réplicas excelentes, como las conversaciones que mantiene con su protegido Tony Adams (Augustus Prew), cuando ambos están alejados del set de rodaje. Y en este sentido Nolly funciona como una representación más sólida y melancólica al mundo de la televisión que Funny woman (SkyShowtime, 2022), con la que comparte su mirada nostálgica pero envuelta en optimismo. Un tributo muy entretenido a la forma en que la televisión marcó a diferentes generaciones. 

El reino (Temp. 2 y Final)
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Netflix, 22 de marzo
Creada por Marcelo Piñeyro, Claudia Piñeiro
Dirigida por Marcelo Piñeyro, Miguel Cohan 

La primera temporada de El reino (Netflix, 2021-2023) fue una de las sorpresas de hace dos años, una serie que se acercaba a la progresiva influencia de los evangelistas en el mundo de la política, envuelta en el género thriller, que se sostenía en un guión sólido y algunos de los mejores actores del cine argentino. Los creadores Marcelo Piñeyro (1953, Argentina) y Claudia Piñeiro (1960, Argentina) dejaron la historia en un momento especialmente trascendental al final de la primera temporada, después de desarrollar una trama en torno a los entresijos del poder encabezada por el pastor Emilio Vázquez (Diego Peretti) y su esposa Elena (Mercedes Morán), que en esta segunda temporada refuerza su personalidad cercana a una Lady Macbeth, que maneja los hilos desde su posición de secundaria, mientras es Emilio el que se representa ante la opinión pública como un político finalmente autócrata. Mercedes Morán interpreta con vehemencia algunos diálogos especialmente notables como al final del episodio Violencia divina (T2E4): "Vos sos el único que tiene el poder de convertir en tierra arrasada todo lo que se te oponga. Vos vas a salvar al mundo del demonio para siempre". El reino se estrenó en 2021 en pleno año electoral en Argentina, lo cual le otorgaba un cierto trasfondo mucho más complejo. Pero en esta temporada que cierra la historia hay una mirada más distópica que sin embargo se asienta sobre la realidad de presidentes de grandes países impulsados por los extremismos evangelistas, principalmente Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos. De forma que lo que refleja El reino en esta ocasión es el desenlace más radical de lo que pueden provocar este tipo de políticas que llegan al poder sosteniéndose en proclamas populistas para acabar asentándose en decisiones peligrosas. Emilio acaba adoptando la posición de un antisistema que sin embargo utiliza los resortes del sistema para resquebrajarlo, llegando incluso a apoyarse en grupos paramilitares para llevar a cabo un autogolpe, algo que no está muy alejado de lo que hemos visto en los últimos años en representantes políticos como Tayyip Erdoğan en Turquía. 

En el fondo de la presidencia no solo tiene su propia agenda Elena, sino también el maquiavélico Rubén Osorio (Joaquín Furriel), que ya era manipulador en la primera temporada y que en esta ocasión sin embargo se enfrenta a los remordimientos por aquellos que sufrieron las consecuencias de sus decisiones. Hay un tono mucho más shakesperiano en esta temporada, con personajes que utilizan el poder desde la retaguardia y presencias fantasmales, aunque la trama de Rubén Osorio es la que resulta menos convincente, especialmente en el episodio La hora novena (T2E6). En contraposición, la temporada final de El reino también explora aspectos relacionados con los mensajes mesiánicos de Tadeo Vázquez (Peter Lanzani), que representa otro tipo de religiosidad más abierta en el episodio Entre dioses y monstruos (T2E1), pero que también puede ser manipulable a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Aunque el cambio más importante con respecto a la primera temporada se produce en el personaje de Julio Clamens (Chino Darín), que adopta en esta ocasión una postura mucho más colaboradora con sus propias convicciones. Con la ventaja de poder cerrar de una forma conclusiva la historia que crearon, Marcelo Pyñeiro, que también dirige y Claudia Piñeiro recuperan también la trama de abusos que fue una de las columnas vertebrales de la primera temporada, de manera que encuentran la forma de dar a cada uno de los personajes un final adecuado, no siempre en el sentido positivo de la palabra. Aunque posiblemente sea una serie demasiado infravalorada, incluso estrenando su segunda temporada sin apenas promoción por parte de Netflix, El reino es un inteligente thriller político que sin embargo coloca sobre la mesa temas muy actuales, especialmente relacionados con el aumento de la presencia de la extrema derecha en las instituciones y el cuestionamiento de las bases democráticas a través de mensajes populistas envueltos en una religiosidad impuesta. 

Cuentos tradicionales africanos revisitados
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Netflix, 29 de marzo
Dirigidos por Loukman Ali, Korede Azeez, Voline Ogutu, Mohamed Echkouna, Walt Mzengi Corey, Gcobisa Yako

África se ha convertido en uno de los objetivos principales para la UNESCO, que dedica especial atención al desarrollo creativo en el sector audiovisual. En 2021 se publicó el primer informe The African Film Industry: trends, challenges and opportunities for growth (UNESCO, 2021) en el que se afirma que este sector tiene un potencial laboral de 20 millones de puestos de trabajo que pueden generar 20 billones de dólares al año de beneficios, lo cual indica la importancia de un desarrollo equilibrado y sostenible. Precisamente a finales de este mes se celebra el Festival de Cine Africano de Tarifa. FCAT, entre el 28 de abril y el 7 de mayo, que es una referencia en cuanto a la evolución del cine africano en los últimos años, con una tendencia a ir eliminando la dependencia de los países occidentales para autogestionarse desde la producción propia. Sin embargo, el apoyo sigue siendo imprescindible, y de ahí surgió la propuesta de la UNESCO de convocar un concurso de proyectos de cortometrajes con la colaboración de Netflix, que recibió 2.000 propuestas de las que se eligieron seis finalistas, que han recibido 75.000 dólares para producirlos con una productora local. Curiosamente, la introducción de plataformas globales como Netflix y Prime Video en África supone una amenaza importante para los SVOD africanos que tratan de promocionar estrategias locales para competir, como se reflejó en una reunión celebrada en Johannesburgo el pasado mes de enero (Variety, 2/2/2023). Aunque la convocatoria está destinada a promover a jóvenes directores, la historia procedente de Uganda, Katera y la isla del castigo (Loukman Ali, 2023) está dirigida por un cineasta más o menos consolidado, que ya ha estrenado en la propia plataforma Netflix su interesante largometraje La chica de la sudadera amarilla (2020). Loukman Ali (1986, Uganda) es guionista, director de fotografía y editor de esta historia que se basa en una tradición del siglo XVIII, cuando las niñas solteras que quedaban embarazadas eran consideradas una desgracia para sus familias, siendo abandonadas en una pequeña isla en el lago Bunyonyi. Pero en este caso son rescatadas por Omar (Michael Wawuyo, jr.), un pescador que las acoge, aunque Katera (Tracy Kababiito) quiere vengarse de quienes la llevaron hasta esa condena en vida. Se trata de una historia de empoderamiento femenino que se construye sobre referencias a los spaghetti westerns, en el uso de la música compuesta por Andrew Ahuurra, o la planificación de las escenas de acción. 

Esta misma semana se estrenaba en Prime Video el thriller de acción nigeriano Gangs of Lagos (Jade Osiberu, 2023), y desde este mismo país se presenta el cortometraje La decisión de Halima (Korede Azeez, 2023), una propuesta curiosa que plantea una confrontación entre las tecnologías y la tradición en una África futurista, en la que el 99% de la población ha emigrado a mundos virtuales, excepto una parte que permanece en un remoto pueblo, donde la tradición sin embargo obliga a Halima (Habiba Ummi Mohammed) a casarse con un esposo impuesto. La directora nigeriana, que recientemente realizó su primer largometraje, It blooms in June (2022), plantea dos mundos confrontados pero que coinciden en mantener acotada la libertad de elección, en una historia bellamente filmada. También hay dos zonas diferenciadas en Anyango y el ogro (Voline Ogutu, 2023), las denominadas Zona Azul y Zona Gris. La primera es una residencia de alta tecnología que indica en su entrada que es el "hogar de la felicidad matrimonial", pero en realidad esconde una convivencia marcada por el maltrato por parte del marido. Producido y protagonizado por Sarah Hassan, utiliza la envoltura de un cuento infantil como elemento de fantasía y distanciamiento de la realidad para plantear una reflexión sobre una sociedad de las apariencias con un fondo violento. La directora Voline Ogutu (1994, Kenia) también ha estrenado en Netflix su primer largometraje, el thriller carcelario 40 sticks (2020). 

Desde Mauritania se aborda la tradición del djinn, el espíritu invisible que afecta a los comportamientos de los seres humanos con su presencia en el cortometraje El djinn de la enemistad (Mohamed Echkouna, 2023). El joven director mauritano trabaja habitualmente como técnico de efectos visuales, participando en series como La materia oscura (HBO Max, 2019-2022) y See (Apple tv+, 2019-2022), y plantea una historia en la que una mujer anciana debe hacer frente a la presencia de un djinn en su hogar, que provoca tensiones y discusiones familiares. Con una hermosa fotografía de Sheldon Chau, la historia está editada por Álvaro del Val, montador bilbaíno que actualmente está afincado en Nueva York, ganador de varios Cannes Lions en el festival más prestigioso de la publicidad por su trabajo en diferentes anuncios. La historia de Katope (Walt Mzengi Corey, 2023) está inspirada en la tribu Gogo del centro de Tanzania. Es un hermoso cuento que saca partido del formato 4:3 a través de intensos primeros planos sobre la historia de una niña nacida en época de sequía que tiene la capacidad para contactar con un pájaro de lluvia, desafiando el status quo predominante. El director nacido en Tanzania pero educado en Estados Unidos, aborda la problemática de la sequía en su país, construyendo una espléndida fantasía que se refuerza con la fotografía del griego Konstantinos Koukoulios, que ha trabajado en películas como Broadway (Christos Masalas, 2022). Por su parte, en MaMlambo (Gcobisa Yako, 2023), producida por Pho Twala, productor de Distrito 9 (Neill Blomkamp, 2009), se revierte la tradición de un entidad malévola en la mitología sudafricana para convertirla en una protectora de mujeres maltratadas. La directora Gcobisa Yako (1996, Sudáfrica) utiliza recortes de periódicos para mostrar la realidad de la violencia de género y los feminicidios, pero lo hace deconstruyendo la tradición de los cuentos en los que la mujer se muestra siempre como una figura negativa. Cuentos tradicionales africanos revisitados es una interesante muestra de historias que aportan una mirada femenina y feminista, colocando a las mujeres africanas en el centro de historias de resistencia y desafío. 


Los enviados
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SkyShowtime, 31 de marzo
Creada por Leandro Calderone, Emanuel Diez
Dirigida por Martino Zaidelis, Camilo Antolini, Hiromi Kamata, Juan José Campanella

Una de las propuestas hispanas de la plataforma SkyShowtime es esta serie producida por 100 Bares, la productora de Juan José Campanella (1959, Argentina) pero que se desarrolla en una pequeña población de México. Estrenada en Paramount+ hace un año, Los enviados (2021-) quiere abordar muchos géneros y eso acaba perjudicándola. Por un lado, es una buddy movie que está protagonizada por dos sacerdotes con personalidades muy diferentes: el mexicano Pedro Salinas (Luis Gerardo Méndez) y el español Simón Antequera (Miguel Ángel Silvestre). Los dos son enviados por el Vaticano a México para investigar un supuesto milagro que se le atribuye a un párroco local, pero mientras el primero adopta una posición de fe ciega, el segundo es mucho más escéptico sobre la naturaleza de estos supuestos milagros. Por otro lado la serie aborda, especialmente en los primeros episodios, cierto tono de terror, deriva hacia un thriller de investigación y navega constantemente por el humor, especialmente en la relación que establecen los dos protagonistas. De forma que Los enviados intenta equilibrar constantemente esta variada de elementos para  mantener el interés sin perder el ritmo, y aunque muchas veces lo consigue, especialmente en la última parte parece incapaz de desenredar con convicción la madeja que se ha ido creando a lo largo de sus ocho episodios. Pero por momentos funciona bien en su vertiente de thriller, en la química que se establece entre los actores Luis Gerardo Méndez, al que hemos visto en Belascoarán (Netflix, 2022) y The resort (Peacock, 2022) y Miguel Ángel Silvestre, que consiguen una buena complicidad, y en un trabajo de dirección notable. La presencia de este último y el trasfondo religioso puede hacer pensar en 30 monedas (HBO Max, 2020-), pero en este caso tiene menos relación con los demonios sobrenaturales, y mucho más con los demonios internos que afrontan los miembros de la Iglesia católica. 

Juan José Campanella es la cara visible de esta producción aunque está creada por Leandro Calderone y Emanuel Diez, este último guionista de Entre caníbales (Telefe, 2015), otra producción de 100 Bares, y más recientemente de la irónica comedia El encargado (Disney+, 2022-). Mientras que el director de El secreto de sus ojos (2009) solo se ha puesto detrás de la cámara en el último episodio, quizás uno de los más flojos de la primera temporada. La serie plantea en el fondo de la historia algunas cuestiones interesantes sobre la fe y la manera en que la creencia en los milagros es insostenible desde un punto de vista científico, perspectiva que representa Simón Antequera, un hombre religiosamente creyente pero que mantiene una mirada descreída hacia los acontecimientos sobrenaturales, como la curación de los enfermos que ha practicado el cura del pueblo. En este sentido, Miguel Ángel Silvestre posiblemente le aporta un perfil a su personaje demasiado macarra, pero es acertado como contraste con la personalidad más pusilánime de Pedro Salinas, empeñado en seguir estrictamente las normas eclesiásticas a la hora de investigar a los miembros de la Iglesia. Y precisamente este contraste es el que funciona mejor en esta serie como una especie de versión religiosa de Expediente X (Disney+, 1993-2018), con la que Los enviados tiene una conexión clara en su propio concepto y en la construcción de los dos personajes principales. Pero esto no resulta necesariamente negativo, sino que nos devuelve un cierto tipo de misterio que está cada vez menos presente en el formato de series actuales, lo cual siempre es de agradecer. La serie ha sido renovada para una segunda temporada que se estrenará previsiblemente este mismo año.

Un
espía entre amigos ****
Movistar+, 13 de abril
Escrita por Alexander Cary
Dirigida por Nick Murphy

En las próximas semanas se estrenan dos de las series inglesas que destacamos en nuestra crónica Top 10 2022: Las mejores series inéditas en España. Por un lado, la espléndida Sherwood (Filmin, 2022), llegará finalmente a la plataforma Filmin el 2 de mayo, y por otro esta producción que inauguró las emisiones de la plataforma ITVX, actualización de la que hasta ahora administraba la productora inglesa. Un espía entre amigos (Movistar+, 2022) adapta una novela de Ben Macintyre (1962, Reino Unido), del que el año pasado se estrenaron otras adaptaciones como el largometraje El arma del engaño (John Madden, 2021) y la serie Los hombres del S.A.S. (HBO Max, 2022-). La novela está basada en una historia real sobre un grupo de dobles agentes británicos que trabajaban para el KGB y que llegaron a altos cargos de la inteligencia británica, a los que se llamó "los cinco traidores de Cambridge". Entre ellos se encontraba Kim Philby (Guy Pearce), que incluso participó en una misión que tenía como objetivo matar al General Franco, infiltrándose como periodista en el bando fascista, una historia que no se cuenta en esta serie pero que se narra en el documental Los que quisieron matar a Franco (Pedro Costa, José Ramón Da Cruz, 2006) y posteriormente en la primera biografía del agente y su relación con España, el libro de Enrique Bocanegra (Sevilla, 1973) Un espía en la trinchera: Kim Philby en la guerra civil española (2017, Ed. Tusquets Editores). Se trata por tanto de un personaje singular, que inspiró también a John Le Carré su novela El topo (1974, Ed. Planeta), un gentleman que decidió colaborar con la inteligencia rusa engañando durante 25 años a sus amistades en el antiguo MI5, entre ellos su mejor amigo, el agente Nicholas Elliott (Damian Lewis). 

La serie está adaptada por Alexander Cary, guionista y productor de Homeland (Disney+, 2011-2020), y reconstruye el último encuentro que tuvieron Nicholas Elliott y Kim Philby en Beirut, cuando ya se había descubierto la traición, pero el primero trataba de conseguir que el espía delatara a sus cómplices infiltrados. Con una estructura que mezcla épocas, la otra parte central de la historia la protagoniza la agente Lily Thomas (Anna Maxwell Martin), que a su vez interroga a Nicholas Elliott, quien está siendo investigado sobre su posible implicación en la huida de Kim Philby a Rusia, después de su encuentro en Beirut. Al mismo tiempo que se introducen flashbacks en torno a la relación de amistad entre los protagonistas, también se incluye una subtrama que tiene como protagonista al agente de la CIA James Angleton (Stephen Kunken), a quien Kim Philby utilizó para introducir una especie de paranoia sobre traiciones en la administración norteamericana. Esta compleja telaraña de narrativas puede parecer confusa pero no lo es, si se tiene en cuenta que Un espía entre amigos es una serie que requiere la atención del espectador, resultando mucho menos enredada de lo que podría parecer. Hay una reconstrucción de las relaciones de amistad que cultivó el agente doble, y que se van desenredando conforme avanza la historia, mientras es tratado también como un sospechoso en Rusia, adonde consiguió huir en 1963. Y a lo largo de la historia se estimula la ambigüedad, no solo del espía, sino también de Nicholas Elliott, de quien no sabemos a ciencia cierta si ha acabado prevaleciendo su amistad frente a su deber de devolver a Kim Philby a Londres. 

Uno de los aspectos más criticados de la serie es que estos saltos entre tiempos y lugares no están marcados por los habituales títulos que describen el lugar y el año. Según el director Nick Murphy es una decisión consciente que buscaba perturbar a los espectadores, pero también evitar una interminable letanía de subtítulos, y aunque esto puede provocar confusión, lo cierto es que una vez que se establecen las diferentes capas narrativas, no es difícil saber en qué momento estamos: en Beirut durante el interrogatorio, en Londres durante la investigación, en Moscú durante la deserción o en Viena durante los inicios de la colaboración con Rusia... De hecho, el personaje de Lily Thomas, el único ficticio de la historia, funciona como un enlace que establece una narrativa lineal en la investigación, y que además proporciona un punto de vista interesante de una mujer en medio de un espacio predominantemente masculino de caballeros ingleses. El hecho de que ella esté casada con un hombre de raza negra también aporta una perspectiva de una sociedad que está cambiando, una mirada moderna hacia un mundo tradicional. La serie explora conceptos sobre las clases sociales y ese mundo idealizado de caballeros británicos jugando al cricket, que contrasta con la traición que sin embargo se acumula en el fondo. Hay algunos diálogos que parecen demasiado explicativos, y en algunos momentos es difícil retraerse de una sensación extraña, como en las escenas que comparten Damian Lewis y Stephen Kunken, que nos hacen recordar a sus personajes en la serie Billions (Movistar+, 2016-), pero Un espía entre amigos es una historia bien elaborada, notablemente escrita y repleta de momentos de suspense muy logrados, como esos tres minutos en los que se pierde la conversación grabada entre ambos amigos en Beirut, que levantan las sospechas del MI5.  


El imperio de la luz se estrena en cines en España el 31 de marzo. 
Sherwood se estrena en Filmin el 2 de mayo. 
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Películas mencionadas: 

The devil's harmony se puede ver en Argo y Disney+.
The assistant se puede ver en Filmin.
Swallow se puede ver en Filmin y Prime Video.
Buenas noches, mamá se puede ver en Acontraplus y Prime Video.
La noche de los muertos vivientes se puede ver en Classics, Filmin, FlixOlé y Plex.
La carretera se puede ver en Filmin, FlixOlé, Pluto TV y Prime Video.
Scary movie 3 se puede ver en HBO Max y SkyShowtime. 
Resacón 2: ¡Ahora en Tailandia! se puede ver en HBO Max y Movistar+.
R3sacón y El arma del engaño se pueden ver en HBO Max.
Border se puede ver en MUBI y Prime Video. 
Wind river se puede ver en Movistar+ y Prime Video. 
Brooklyn se puede ver en Disney+.
El jilguero se puede ver en Prime Video. 
La chica de la sudadera amarilla y 40 sticks se pueden ver en Netflix.
Distrito 9 se puede ver en Movistar+.
El secreto de sus ojos se puede ver en Disney+, FlixOlé, HBO Max y Prime Video. 


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