24 mayo, 2024

Las series españolas de 2024: Parte 4

Esta misma semana, OpenAI se ha visto obligada a retirar la voz Sky de ChatGPT porque es muy similar a la de Scarlett Johansson en la película Her (Spike Jonze, 2013), tras hacer pública la actriz una petición de explicaciones, a través de sus abogados, señalando que hace unos meses el CEO Sam Altman quiso contratarla precisamente para utilizar su voz. Ante la negativa por parte de ella, la aparición de Sky con bastante similitudes y la publicación de Sam Altman en sus redes sociales de un mensaje con la palabra "Her" haciendo referencia a esta nueva implementación, hace sospechar que ha habido una intencionalidad clara de imitar la voz de Scarlett Johansson sin su permiso. Esta polémica llega después de que el equipo encargado de supervisar el desarrollo de una IA responsable, creado el año pasado bajo la denominación de "superalineación", haya sido desmantelado con denuncias de varios ex-empleados sobre falta de cumplimiento de las condiciones pactadas. Un resumen de los últimos acontecimientos fue descrito por la escritora Kelsey Piper hace unos días en la revista Vox (18/5/2024).

Precisamente hace unas semanas la Academia de Televisión y de las Artes y Ciencias del Audiovisual y Madrid Film Office organizaron las III Jornadas sobre IA en el Audiovisual, que este año tenía como lema "Desafíos de la última gran herramienta", un interesante encuentro que se celebró los días 7, 8 y 9 de mayo, y que está disponible en el canal YouTube de la AcademiaTV. Por destacar algunos de estos paneles, el titulado La nueva Ley de Inteligencia Artificial se acercaba a la iniciativa de la Unión Europea para regular el uso de la IA, que todavía tiene un largo camino y además está pendiente del resultado de las próximas Elecciones Europeas. Ibán García del Blanco, Ponente de esta Ley en el Parlamento Europeo, destacaba que "la ley no es un mecanismo para imponer sanciones, es una herramienta para regular los usos de la IA. Hay leyes de propiedad intelectual que ya establecen las sanciones". Y a este respecto, Carmen Páez, Subsecretaria del Ministerio de Cultura, comentaba que "la cuestión es si realmente es necesaria una ley específica para IA, porque se trata solo de una tecnología. Ya existen mecanismos para preservar los usos de la propiedad intelectual. España tiene la intención de liderar el debate a nivel europeo". Clara Ruipérez de Azcárate, directora de estrategia jurídica de contenidos de Telefónica, ponía un ejemplo de uso de la IA en una serie como La Mesías (Movistar+, 2023): "Hicimos una labor de entender qué quiere decir IA generativa, que no es solo ChatGPT. Nuestra experiencia es con creadores que saben dónde quieren llegar y quieren saber cómo se puede usar esta herramienta. Eso requiere la contratación de un equipo de cuatro o cinco personas para que se dediquen exclusivamente a eso". 

© Santi Burgos / AcademiaTV

Uno de los desafíos es que los outputs que se generan por Inteligencia Artificial de forma autónoma, o con escasa participación humana, no tienen propiedad intelectual y pasan inmediatamente al dominio público. Recientemente, Canal Sur produjo a través del programa Andalucía en Semana Santa (Canal Sur, 2021-) cuatro cortometrajes sobre diferentes leyendas tradicionales realizados completamente con software IA, tanto el guión, como la música, la voz y la imagen, que están disponibles en su plataforma CanalSurMás. Miguel Langle, director de asuntos regulatorios y relaciones institucionales de Atresmedia, afirmaba que: "En estos debates hay dos grandes inquietudes: que no nos engañen y que no nos roben. Y eso solo se soluciona con la transparencia. Porque lo que ya hemos vivido es que las grandes compañías digitales primero usan, luego ofrecen servicios maravillosos e innovadores, y después descubrimos los problemas que se traducen de esos servicios. En Francia se ha sancionado a Google porque no comunicó que estaban utilizando medios de comunicación franceses para generar su IA". Por su parte, Ibán García del Blanco señalaba que "en Estados Unidos hay una situación de bloqueo regulatorio en el Congreso, con más de un centenar de iniciativas legislativas que están paralizadas. Algunas ciudades y Estados están comenzando a plantearse regular por sí mismos, pero ahora las empresas tecnológicas, para evitar ese infierno de fragmentación jurídica, están planteando que Estados Unidos elabore un marco general semejante al europeo". 

En la mesa redonda La inteligencia artificial en la Animación, Nico Matji, fundador de Lightbox Animation Studios y productor de las películas de Tadeo Jones, comentaba las dificultades de llevar a cabo proyectos autónomos dentro de la industria de la animación: "La industria se sostiene por el uso de unas herramientas que utilizamos todos los estudios de animación, y por un monopolio, que es el que tiene Autodesk sobre todos los softwares de imagen de síntesis, y establece el estándar de la industria. Si intentas salirte de esa rueda, no puedes hacer películas para otros. Hasta que estos jugadores, que controlan la industria, no abracen totalmente la inteligencia artificial, es muy difícil salir del círculo. Hay un software libre de generación 3D creado en Europa, que es Blender, pero que nadie utiliza en la industria porque no es el estándar". Una de las complejidades de la IA es la manera en que ofrece resultados que han provocado respuestas sesgadas y poco inclusivas. Verónica Buide, presidenta de la asociación Mujeres en la Industria de la Animación (MIA), destacaba que "estas herramientas de IA te devuelven resultados con sesgos porque los que las han programado tienen sesgos. Pero tú también puedes pedirles que no los tengan. Y creo que es fundamental la auditoría de algoritmos. A día de hoy es un sello de calidad que utilizan algunas empresas, pero bajo mi punto de vista debería ser obligatoria". Nathalie Martínez, fundadora de Wise Blue Studios y presidenta de la asociación DIBOOS, apuntaba algunas amenazas de la IA respecto a la educación de los niños: "La homogeneización de los contenidos que apuntaba Nico está educando su forma de consumir contenido audiovisual, la está desvinculando de su propia cultura, y por tanto estamos borrando las diferencias y lo que nos enriquece. Y esas herramientas que no se están legislando están creando espectadores de futuro que consumen el mismo tipo de productos". Todos los paneles celebrados durante las III Jornadas sobre IA en el Audiovisual se pueden visionar en el canal YouTube de la AcademiaTV.

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Las largas sombras

Miniserie | Ficción, 6x50' | Disney+ | ★☆☆ 

Adaptación de José Manuel Lorenzo | Dirigida por Clara Roquet 

Guión de Clara Roquet, Miguel Sáez Carral, Adrià P. Xancó, Lucía Carballal, Estíbaliz Burgaleta


La tercera producción española que Disney+ ha estrenado este año, tras las excelentes Cristóbal Balenciaga (Disney+, 2024) y Nos vemos en otra vida (Disney+, 2024), viene precedida por algunos elementos interesantes como la presencia de un reparto de actrices destacadas y la dirección de Clara Roquet (1988, Malla, Barcelona) ganadora del premio Goya a Mejor Dirección Novel por su película Libertad (2021), aunque su trayectoria como guionista es más notable. Ha participado en los guiones de películas como Petra (Jaime Rosales, 2018), Los días que vendrán (Carlos Marques-Marcet, 2019), Costa Brava, Líbano (Mounia Akl, 2021), Creatura (Elena Martín, 2023) y Que nadie duerma (Antonio Méndez Esparza, 2023), además de la serie Galgos (Movistar+, 2024). Inspirada en la novela Las largas sombras (2018, Roca Editorial), de la escritora Elia Barceló (1957, Alicante), la serie está producida por DLO Producciones, fundada por José Manuel Lorenzo, a quien se acredita como autor de la adaptación a la pantalla, aunque el guión está firmado por cinco guionistas. La historia comienza cuando se encuentran los restos de un cadáver en una gruta de Mallorca, que son los de Mati (Laura Wedel), una adolescente que desapareció en los años setenta durante un viaje de fin de curso y que, casualmente, es la hermana mayor de Paula (Irene Escolar), inspectora de Delitos Violentos de Elda, que siempre había sospechado que Mati no se había fugado. El regreso de Rita (Elena Anaya) a la localidad alicantina, tras una exitosa carrera como directora de cine en Londres, supone el reencuentro con sus amigas de juventud, Candela (Itziar Atienza), Lena (Lorena López), Carmen (Ana Rayo), Teresa (Belén Cuesta) y Sole (Marta Etura), pero el descubrimiento del cadáver de Mati también conlleva recordar un verano en el que ocurrieron algunos sucesos que todas hubieran querido olvidar. De hecho, solo Rita mantiene la curiosidad por saber qué ocurrió el día que desapareció Mati, y el descubrimiento de sus restos refuerza este interés. De manera que las relaciones, a veces distantes, entre estas mujeres que ya tienen cuarenta años, y las experiencias como adolescentes durante aquel viaje de 1974 se mezclan en un relato fragmentado que puede recordar a Yellowjackets (Movistar+, 2021-), con la que comparte la exploración de la culpa en la madurez y los secretos guardados a partir de una experiencia traumática. Uno de los aspectos que diferencia a la serie de la novela es la introducción del personaje de Paula, investigadora y hermana menor de Mati, que se utiliza para establecer una mirada externa hacia la historia, pero no solo resulta innecesario sino que la identificación del espectador sufre porque se trata de un personaje incómodo y además está usado de una forma demasiado conveniente para el guión (cuando ya no hace falta, un hecho fortuito provoca que pierda protagonismo). 

Claramente, el interés de Clara Roquet no es tanto la investigación de los sucesos que llevaron a la muerte de Mati, sino centrarse en el drama alrededor de las protagonistas, con una participación casi anecdótica de personajes masculinos como César (Roger Casamajor), Gerardo (Juan Blanco) y Manolo (Jorge Usón), de manera que Las largas sombras (Disney+, 2024) trata de encontrar un equilibrio entre el drama de personajes y el thriller, sin que en ninguno de los dos géneros consiga destacar demasiado. El primero tiene problemas con la definición de los personajes y, de forma muy conveniente también, mantiene a algunos en un segundo plano durante casi toda la historia. El segundo carece del pulso necesario para establecer el suspense con eficacia, tratando de difuminar la definición de víctimas y culpables, pero sin conseguir desarrollar una trama creíble, con demasiadas incoherencias (todo lo que sucede con el cadáver de Mati es totalmente inverosímil). La directora consigue rodearse de algunas actrices notables que sin embargo tienen altibajos en sus interpretaciones: mejor Itziar Atienza y Lorena López que Elena Anaya, Belén Cuesta y Marta Etura. Y tampoco encuentra el equilibrio con las secuencias que transcurren en Mallorca durante los años setenta, en las que, si bien se consigue un buen reflejo de los personajes maduros en las actrices adolescentes: Rita (Isa Montalbán), Teresa (Lucía Caraballo), Candela (Marina Orta), Sole (Andrea López), Carmen (Ana de Alva) y Lena (Miriam Rubio), pierde consistencia en las interacciones, recurriendo al trazo grueso en la descripción del acoso. Da la impresión de que Mati no es relevante como un personaje en sí mismo, sino que solo sirve para definir al resto. Hay, además, un problema de casting por el hecho de incluir entre actrices poco conocidas a una intérprete que ha participado en varias producciones destacadas, lo que da demasiadas pistas sobre la relevancia que finalmente tendrá su personaje. Clara Roquet utiliza las dualidades en la puesta en escena, jugando con la idea de Rita como directora de cine, y por tanto con la construcción de ficciones en torno a la realidad, lo cual es una idea interesante. Hay espejos y reflejos que tratan de mostrar la luz y la oscuridad que rodea a los personajes principales, pero Las largas sombras termina siendo un drama insulso y un thriller soporífero.

Operación Barrio Inglés

Miniserie | Ficción, 8x60' | RTVE Play | ★☆☆☆☆ 

Idea de Alejandro Torres | Escrita por Manuel Ríos San Martín, Victoria dal Vera, José Ortuño,

Tatiana Mª Rodríguez, Pablo Tobías, Virginia Yagüe

Dirigida por Chiqui Carabante, José Ramón Ayerra "Tapi"


La televisión pública sigue dando quiebros con su producción propia, estrenando las series en condiciones poco apropiadas y sin una estrategia clara. Todavía está pendiente el estreno de la anunciada Detective Touré (Pr1meran, 2023), que se puede ver en la plataforma Pr1meran del canal autonómico vasco, pero de la que TVE parece haberse olvidado. Con Operación Barrio Inglés (RTVE Play, 2024), se ha planificado una cierta promoción, presentándola en el Festival de Málaga, quizás más por el empeño de los productores andaluces y porque parecía una serie que tenía cierto perfil ambicioso, ambientada en 1940, en una ciudad de Huelva como enclave estratégico para los alemanes y los británicos, propietarios de las minas de Rio Tinto. Pero ha vuelto a ser una de las damnificadas de esta falta de estrategia: estrenada en lineal el 9 de abril, obtuvo una baja audiencia de 5,9% de share (634.000 espectadores), siendo retirada de la programación hasta que fue reubicada en el prime time de los domingos con doble episodio semanal, y trasladada al late night con los dos últimos episodios, el 19 de mayo, que lograron menos de 200.000 espectadores. Desde el principio, el planteamiento tiene ambición de drama histórico con ramificaciones de thriller de espionaje, y ciertamente el trasfondo es interesante, con España jugando la carta de la neutralidad, pero al mismo tiempo más cómoda con los nazis que de los ingleses. Pero Operación Barrio Inglés quiere volar demasiado alto sin tener un soporte firme, perjudicada por un desarrollo largo por el que han pasado seis guionistas en diferentes momentos. Lo que tampoco puede ser una justificación para una historia que cumple con todos los lugares comunes de una narración que está entre El tiempo entre costuras (Antena 3, 2013) y Amar en tiempos revueltos (RTVE, 2005-2012). Porque, aunque tiene impostura de gran producción, no puede evitar una apariencia de serie diaria, no solo por su descuidado trabajo de dirección, sino por la propia estructura de la historia. 

Cada episodio comienza con una lección histórica en la que una voz en off de documental de Canal Historia trata de contextualizar la acción, pero lo hace con escasa credibilidad, con un texto que a veces parece sacado de un video de promoción turística: "El Führer pasea victorioso por las calles de París. La ciudad de la luz se ha rendido". La música es constantemente intrusiva, pero más por un problema de realización que de composición, como si el suspense o la tensión estuvieran apoyados principalmente en el uso de la banda sonora en vez de en el ritmo interno de las secuencias. Es algo así como si se escuchara la música de Pearl Harbor (Michael Bay, 2001) en una escena de La promesa (RTVE Play, 2022-), ineficaz e histriónica porque, simplemente, los directores no han sabido dotar a las escenas de la tensión necesaria. Hay una ineficacia sorprendente en la planificación de las secuencias de acción, como una penosa emboscada en la Plaza de España de Sevilla, no digamos ya el entrenamiento físico de la protagonista, Lucía (Aria Bedmar), que desemboca evidentemente en un enfrentamiento ridículo. Aunque en las intrigas políticas el guión utiliza los tropos del género de espías con cierta eficacia, no puede evitar caer en la tentación de introducir recursos de telenovela, con padres secretos, hermanos que no deberían serlo... etc., mientras que Operación Barrio Inglés compite seriamente con El tatuador de Auschwitz (Movistar+, 2024) en la representación más caricaturesca de los nazis que hemos visto en los últimos años. Los actores hacen lo que pueden con unos personajes mal desarrollados, pero Aria Bedmar tiene todavía los tics de su paso por Acacias 38 (TVE, 2015-2021) y no cuenta con suficientes recursos interpretativos como para dar profundidad a un personaje que está siempre en medio de las tramas políticas, mientras que Peter Vives sigue encasillado en los papeles de protagonista con acento inglés que demuestra lo poco imaginativos que son los directores de casting en nuestro país. El resto del reparto cumple igual que cumple el charcutero del barrio, con profesionalidad y poco más. 

La serie está coproducida por Onza Entertainment y Magnetika Producciones, fundada por Pilar Crespo, que hasta el momento ha estrenado documentales como La residencia de señoritas (Juan Miguel del Castillo, 2022) y Val del Omar. Poeta audiovisual (Jesús Ponce, 2022). Pilar Crespo y Gonzalo Crespo, productores ejecutivos, protagonizaron una usurpación de créditos incluyéndose ellos mismos como creadores de la serie, lo que fue denunciado a través de las redes sociales por Virginia Yagüe, una de las primeras guionistas del proyecto y presidenta de DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales). Es una práctica muy extendida en los últimos años que el Sindicato de Guionistas ALMA también ha denunciado reiteradamente, considerando que solo son creadores los que escriben los guiones. En todo caso, al apropiarse del crédito de creadores y ser también productores de la serie, hay que adjudicar a Gonzalo Crespo y Pilar Crespo toda la responsabilidad de este desastre. 

Red flags

Miniserie | Ficción, 8x25' | atresplayer | ★ 

Creada por Nando López, Estel Díaz 

Dirigida por Estel Díaz, Ian de la Rosa


La edad de la ira (atresplayer, 2022) fue una de las series más interesantes estrenadas hace dos años, adaptando la novela y posterior obra teatral de Nando López (1977, Barcelona), y ahora es él mismo quien ha creado una serie que también habla de jóvenes adolescentes, adentrándose en cuestiones más amplias sobre las violencias afectivas, protagonizada por un cuarteto de jóvenes que se enfrentan a un entorno permanentemente hostil. El prolífico dramaturgo y escritor catalán ha publicado también hace un mes la primera parte de la trilogía "Más que sexo", que comienza con Algo más que sexo. Otoño (2024, Ed. SM), pero ésta es la primera serie escrita por él junto a Estel Díaz, que ha trabajado como directora de segunda unidad en Bienvenidos a Edén (Netflix, 2022- 2023). Como suele ser habitual en las obras del escritor, el protagonismo se extiende a varios personajes, en este caso cuatro adolescentes que se enfrentan a diferentes tipos de violencias. El punto de partida que les une se produce cuando Érika (Mar Isern) publica una foto de su cuerpo no normativo en las redes sociales, mostrando la normalidad de todo tipo de físicos, pero comienza a recibir mensajes con insultos y violencia verbal. Sin embargo, esta publicación también llama la atención de otros tres jóvenes que de alguna manera están viviendo situaciones parecidas. Toni (Diego Rey) es un joven homosexual algo obsesionado con su imagen física, que utiliza Grindr para tener citas sexuales, una de las cuales, la que mantiene con Igor (Xoán Fórneas) deriva hacia un acto de violación, aunque no es interpretado como tal en este acuerdo de intercambio sexual en el que se difumina el concepto de consentimiento. Walter (Ibrahima Kone) es un joven de raza negra que intenta integrarse dentro de un grupo de amigos que sin embargo tienen un trato vejatorio hacia él, practicando episodios de racismo. Luna (Iria del Valle) parece que tiene una vida más estable, pero en realidad se encuentra atrapada entre una amistad tóxica y una relación sentimental que es opresiva. Si las redes sociales son mostradas en relación con Érika como un enemigo, el contacto entre estos cuatro personajes también las retrata como un lugar de encuentro en el que, a través del hashtag #redflags, se comunican y conectan. 

La serie está estructurada centrándose en cada episodio en los viernes, cuando ya han terminado las actividades escolares, para proponer una mirada hacia las experiencias de estos jóvenes fuera del entorno educativo, lo que es un planteamiento interesante porque evita la habitual representación del instituto que hemos visto en muchas series juveniles. Aunque también se muestran algunas interacciones entre los alumnos en el caso de Walter, que forma parte de un equipo de baloncesto. Asimismo se elimina en buena parte la representación del mundo adulto alrededor de los protagonistas, aunque cuando se muestra ofrece respuestas muy discutibles hacia las problemáticas de acoso escolar, como cuando Walter enseña a su entrenador algunos de los mensajes racistas que ha recibido en el móvil y éste únicamente exige al resto del equipo que borren los mensajes del grupo de conversación para evitar una posible denuncia. Es una de las preocupaciones que hemos visto en otras obras de Nando López, en cuanto a qué tipo de respuesta adulta se da al bullying, a veces tratando de ocultar en vez de visibilizar. Es interesante el tratamiento de una serie que trata apropiadamente de ser más clara desde lo visual que desde lo textual, evitando ser demasiado explicativa. Los protagonistas se expresan a través de los mensajes en las redes sociales, pero al mismo tiempo se reflejan desde las miradas y los gestos más que desde la verbalización de sus conflictos, algo que los cuatro jóvenes actores protagonistas consiguen expresar de una forma notable. Red flags (atresplayer, 2024) se apoya en los personajes, y construye una historia que tiene credibilidad, desde un conocimiento profundo en torno a determinadas realidades de una Generación Z, cuya definición como "generación de cristal", acuñada por la filósofa Montserrat Nebrera, ha sido malinterpretada como un reflejo de una fragilidad emocional, pero que en realidad es la representación de una mayor visibilidad, como comenta la psicóloga Sofía Calvo en su libro Generación de cristal. Sociedad, familia y otros vínculos del siglo XXI (2022, Ed. Librería Sudestada): "Somos la generación que entendió que disfrutar nuestra sexualidad, construir una identidad libre, separarse de una pareja, renunciar a un trabajo, hacer lo que amamos e ir a terapia no es un fracaso sino que, en realidad, es nuestra gran conquista". 

Hay algunas resoluciones de las problemáticas de los protagonistas que sin embargo no son convincentes, una especie de "castigo" a los acosadores que resulta demasiado simplista, como la que protagoniza Toni, pero Red flags ofrece una inteligente representación de algunas problemáticas que permanecen habitualmente ocultas, rodeadas de un silencio que no se rompe porque la sociedad no ha sabido construir un espacio seguro en el que no sea necesario justificar determinados comportamientos, a veces con cierta tendencia a la revictimización, lo que provoca el rechazo a la denuncia y la visibilidad. Y en este sentido es una serie bien estructurada que se acerca a muchas de las propuestas juveniles que provienen de los países nórdicos y que están especialmente sensibilizadas con la exposición de las amenazas que provienen de los entornos que rodean a los jóvenes, desde las noruegas Nudes (NRK, 2019-) o Delete me (Disney+, 2023) hasta la danesa Boys (SundanceTV, 2022), conectando también con la realidad de la desinformación sexual que proviene de los medios tecnológicos como sustitutos de una educación real, como hemos visto en la notable serie documental Generación Porno (Prime Video, 2023). 

El caso Asunta

Miniserie | Ficción, 6x60' | Netflix | ★☆☆ 

Creada por Ramón Campos, Jon de la Cuesta, Gema R. Neira, David Orea 

Dirigida por Carlos Sedes, Jacobo Martínez

El productor Ramón Campos (1975, Noia) parece estar especialmente interesado en este crimen real al que ya dedicó, a través de su productora Bambú Producciones, la exhaustiva miniserie documental El caso Asunta (Operación Nenúfar) (Atresmedia, 2017), que consiguió contar la misma historia en dos horas menos. La razón quizás está en el hecho de seguir manteniendo un contacto a través de cartas con Alfonso Basterra, el padre de la niña asesinada en 2013, como afirmaba recientemente en el encuentro junto a Tristán Ulloa que protagonizó en el Festival Crossover Series. También hay una intención de ampliar la mirada hacia el entorno creado por los medios de comunicación y una instrucción que se plantea como discutible, en una especie de juicio paralelo en el que se consideró culpables a los padres Rosario Porto y Alfonso Basterra antes de que comenzara el juicio real. Y aunque la sentencia fue ratificada por dos órganos judiciales superiores, incluido el Tribunal Supremo, la serie parece defender que se les condenó sin pruebas concluyentes, aunque evita hacer hipótesis sobre su inocencia. En este sentido, la representación más tendenciosa es la que hace del juez instructor José Antonio Vázquez Taín, que aquí se disfraza bajo el personaje ficticio del Juez Malvar (Javier Gutiérrez), pero cuya función es la de un antagonista de trazo grueso que parece obsesionado con inculpar a los padres, por encima de las pruebas que se van extrayendo de la instrucción. Curiosamente, la serie evita toda mención a la actuación de fiscal Jorge Fernández de Aránguiz, que no quiso participar en la miniserie documental, y que cambió sus conclusiones en el juicio. El propio Ramón Campos considera que Vázquez Taín fue el responsable de filtrar detalles de la investigación a la periodista Cruz Morcillo para la publicación de un libro que salió a la luz antes incluso de que se celebrara la vista pública, una escena que está representada en el episodio El juicio (T1E6). Sin embargo, esta reflexión interesante sobre la tendencia de los medios de comunicación a crear juicios paralelos (que hemos visto también estos días con el caso de Daniel Sancho), es el camino menos explorado de la propuesta, sin que como espectadores tengamos demasiadas pistas sobre qué impulsa y cuáles son las consecuencias de estas actitudes (en realidad, la condición de personas conocidas en Galicia o la repercusión en los medios gallegos que tuvo la adopción de Asunta nunca se muestra de forma clara). Los medios de comunicación aparecen en la serie como una masa de micrófonos invasores de la intimidad, pero se queda en una representación colectiva y superficial.

En este sentido, El caso Asunta (Netflix, 2024) se acomoda en el perfil de las series documentales true crime de Netflix, en las que hay una fascinación por los culpables, mientras que las víctimas parecen elementos adicionales a la historia. Una tendencia que afortunadamente está cambiando en otras producciones fuera del entorno del gigante rojo, como las espléndidas The long shadow (SkyShowtime, 2023) y El caso del Sambre (Movistar+, 2023). De manera que la atención se centra en dos padres que desde el comienzo de la instrucción judicial son considerados probables autores del asesinato, no solo porque no hay pistas que puedan considerar la posibilidad de un tercer implicado, sino sobre todo por las continuas contradicciones en sus declaraciones y por el relato de los hechos que transcurrieron en los días previos a la muerte de la niña Yŏng Fāng, abandonada cuando solo tenía semanas en un orfanato de la ciudad de Yongzhou, siendo adoptada por la familia gallega a los nueve meses, dándole el nombre de Asunta Basterra. La serie se centra principalmente en ellos: Rosario Porto (Candela Peña) es una abogada que proviene de buena familia pero que sufre problemas de depresión, mientras que Alfonso Basterra (Tristán Ulloa) tiene una personalidad seria e indescifrable que refleja una apariencia fría y dominante. Pero la serie acaba siendo un relato de los sucesos ya conocidos que no la diferencian demasiado del documental estrenado en 2017, e incluso algunos sucesos como el supuesto ataque nocturno que sufrió la niña y la ausencia de denuncia (que en realidad fue un error policial) no terminan de estar bien explicados. 

En el episodio 24 horas (T1E5) el guión entra directamente en el terreno de las hipótesis, lo que refuerza cierta hipocresía sobre pretender denunciar a los medios por utilizar el morbo, pero al mismo tiempo acabar haciendo elucubraciones. Se rodaron cuatro teorías, pero se mantuvieron solamente dos, ambas considerando a los padres como los asesinos de Asunta, que es la verdad judicial. Tristán Ulloa mencionaba como principal razón del malestar de Candela Peña con el productor el hecho de haber editado un plano secuencia de siete minutos rodado con cámara en mano, con un estilo cercano a Una mujer bajo la influencia (John Cassavetes, 1974), que se ha quedado en la versión final en algunos planos sueltos de escasa duración. Pero este planteamiento hacia la esencia del drama interno de una paternidad que se siente atrapada por las necesidades de una hija no parece explorarse demasiado, en favor de una narrativa expositiva de los hechos. El caso Asunta es menos interesante cuando se distancia de la pareja que cuando se acerca a ella, y un ejemplo claro es el último episodio, una monótona exposición de las pruebas que inculpan o exculpan a los protagonistas, por mucho que se introduzca la contaminación del jurado popular al dejarse influir por grabaciones publicadas por los medios de comunicación pero que no fueron admitidas en el juicio. Con un gran reparto de actores destacados, Candela Peña asume un compromiso profundo por acercarse a la personalidad de Rosario Porto, aunque el personaje parece en un constante estado de confusión y depresión que no contribuye a entenderlo realmente. Resulta más interesante la forma en que Tristán Ulloa adopta la personalidad distante y desafiante de Alfonso Basterra, porque es un personaje más interiorizado y más indescifrable, que hubiera merecido una mayor atención por parte del guión. El caso Asunta pierde la oportunidad de desentrañar algunas claves de un caso que ya fue exhaustivamente tratado en la recomendable miniserie documental. Queda la impresión de que se apuntan ideas interesantes que finalmente no se desarrollan, bajo la obsesiva pretensión de reflejar la realidad como si se tratara de un espejo, y resulta llamativa la ausencia casi absoluta de la víctima dentro del relato. 

Lucía en la telaraña

Temporada 2 | Documental, 2x58' | RTVE Play | ★ 

Creada por Tomás Ocaña Urwitz, Rafa González

Escrita por Antonio Díaz Pérez, Elisa Botticella, Sara Molina León 

Dirigida por Santi Aguado, Sofía Urwitz


Avalada por el reconocimiento de la crítica y algunos premios como el Globo de Oro al Mejor Documental True Crime en el World Media Festival 2022 de Hamburgo y el Premio API de Periodismo de Investigación 2022, Lucía en la telaraña (Tomás Ocaña Urwitz, Rafa González, 2021) es una docuserie que se beneficia precisamente de ese enfoque eminentemente periodístico, evitando el sensacionalismo que caracteriza a los documentales true crime. De manera que un complejo entramado de conexiones entre narcotraficantes y miembros de la Guardia Civil en la Costa del Sol de Málaga se va revelando como una tela de araña que, más allá de la investigación sobre un asesinato, despliega una mirada hacia la corrupción sistemática en las instituciones encargadas de mantener el orden: no solo la Guardia Civil sino también su Servicio de Protección de la Naturaleza ( SEPRONA). La red de corrupción comenzó a desvelarse a raíz del asesinato de Lucía Garrido en 2008, dentro de la finca Los Naranjos en Alhaurín de la Torre, que pertenecía a su expareja Manuel Alonso. La finca servía como centro neurálgico del tráfico de animales exóticos, que debería controlar el SEPRONA, y también como "guardería", lugar donde se escondían alijos de drogas antes de su distribución, estando asimismo relacionada con el tráfico de armas. De manera que el asesinato de Lucía tenía una relación directa con la información que podía tener sobre las actividades que se desarrollaban allí, como siempre defendieron su hermana Rosa Garrido y el  ex-agente de la Guardia Civil Ignacio Carrasco. Ellos fueron los principales protagonistas de la serie de cinco episodios que iba desgranando las diferentes conexiones de Manuel Alonso con bandas criminales y miembros de las fuerzas del orden, que siguió con otro suceso extraño en 2010, el supuesto asalto a la finca por parte de dos delincuentes que acabaron muertos. 

Lucía en la telaraña II (RTVE Play, 2024) no es una continuación gratuita del éxito de aquella docuserie, sino que a través de sus dos episodios completa la historia que terminó con un juicio contra Manuel Alonso por el asesinato de Lucía Garrido en el que se detectaron numerosas irregularidades. La celebración de un nuevo juicio en 2023, 15 años después del crimen, y su resolución conforman esta nueva entrega para ofrecer un cierre a la historia, aportando algunos testimonios nuevos, como el del agente 510, responsable de la investigación de campo, así como ofreciendo imágenes grabadas durante el juicio. Pero sobre todo sirve como un homenaje a Lucía Garrido y también a su hermana Rosa Garrido, quien estuvo luchando el resto de su vida para conseguir que se hiciera justicia, pero falleció de cáncer antes de poder ver cumplido su deseo. La serie aporta siempre una perspectiva que se enfoca en la víctima y quienes estuvieron constantemente dedicados a preservar su memoria, de manera que nunca pierde el foco de la necesidad de reconocer los sacrificios personales y las consecuencias que se derivaron del asesinato que dio origen a la investigación. Dirigida en esta ocasión por Sofía Urwitz y Santi Aguado, la propuesta visual introduce de nuevo elementos que definen metafóricamente el concepto de la serie. Si en la primera entrega se representaba a través de la elaboración de una telaraña que hacía referencia a las conexiones de la corrupción en la Costa del Sol y la congelación de objetos relacionados con el poder judicial, en esta ocasión se utiliza el deshielo de algunos de estos elementos para mostrar la forma en que se han ido esclareciendo los hechos, concluyendo con un esfuerzo casi solitario de Ignacio Carrasco y Rosa Garrido. Aunque en esta ocasión la necesidad de recordar ciertos acontecimientos hace que la narrativa resulte algo repetitiva, la introducción de los elementos humanos proporciona solidez a una docuserie que se completa con estos dos nuevos episodios, necesarios desde el punto de vista judicial y personal. Lucía en la telaraña II está producida por CAPA España, la marca de documentales del Grupo iZen, fundada en 2022. Desde 2023 está dirigida por Santi Aguado, quien sustituyó al entonces director general, Tomás Ocaña Urwitz, que fue contratado como Manager de Contenidos de No Ficción por la plataforma Netflix España. 

Marbella

Temporada 1 | Ficción, 6x50' | Movistar+ | ★☆☆ 

Creada por Alberto Marini, Dani de la Torre | Escrita por Alberto Marini 

Dirigida por Dani de la Torre, Oskar Santos


Hace unas semanas dio la vuelta al mundo el error judicial cometido en España que ha dejado libre al líder de la llamada Mocro Mafia holandesa, Karim Bouyakhrichan, que llegó a amenazar a la princesa de Holanda. Marbella (Movistar+, 2024), la nueva serie de Dani de la Torre y Alberto Marini, responsables de La Unidad (Movistar+, 2020-2023), comienza en el puerto de Rotterdam y lleva hasta la costa marbellí a Yassim (Khalid El Paisano), uno de los líderes de la mafia marroquí asentada en los Países Bajos, que solo tiene por encima al gran jefe que actúa desde Dubai. La idea de la serie surgió de una noticia real, cuando en 2021 los periodistas Nacho Carretero y Arturo Lezcano publicaron en El País el reportaje titulado Marbella, sede global del crimen organizado, en el que describían el mundo de ostentación de las diferentes organizaciones mafiosas internacionales que actúan en Marbella. La localidad malagueña ha tomado un protagonismo especial en la última producción española, con Los Farad (Prime Video, 2023) describiendo el auge del tráfico de armas en los años ochenta, mientras que la nueva serie producida por Daniel Écija, Eva & Nicole (atresplayer, 2024), se mueve en los círculos de la jet set marbellí, también en esa época. Producida por Buendía Estudios Canarias, parte de la serie ha sido rodada en Las Palmas de Gran Canaria, que se beneficia de un incentivo fiscal especial, y los interiores en Madrid, pero consigue transmitir ese lujo macarra de chándales coloristas con relojes de marca que reflejan la ostentación de los líderes de las mafias. El giro que la diferencia es un punto de vista externo a través del abogado César Beltrán (Hugo Silva), un profesional pragmático que encuentra en ese entorno el medio apropiado para llevar él mismo una vida de lujo, pero manteniendo las distancias. Tiene una capacidad innata para minimizar las consecuencias legales de los excesos de algunos mafiosos violentos como John White (Michael John Treanor) del clan de Liverpool, y pone su punto de mira en Yassim, un recién llegado que puede girar la balanza dentro de su particular competición con el abogado Esteban Setién (Fernando Cayo).

Los creadores de la serie hablan de referentes como el cine de Martin Scorsese, especialmente Uno de los nuestros (1990) y El lobo de Wall Street (2013), lo cual es apuntar muy alto, porque Marbella nos recuerda más a esas series británicas de gánsteres horteras como A town called Malice (SkyShowtime, 2023) o las primeras películas de Guy Ritchie como Lock & stock (1998). Dani de la Torre comentaba en la presentación en Crossover Series que "pensamos en una protagonista femenina pero nos dijeron que no era creíble, que los mafiosos de Marbella nunca confiarían en una abogada. Es un mundo machista en el que ven a las mujeres al mismo nivel que sus relojes o sus coches". Y como afirma César en el Episodio 4: "Un coche en Marbella es más que un medio de transporte. Un coche te define, te sitúa, te marca". De manera que son las parejas de los protagonistas, Anne (Aurora Moroni) y Katy (Ana Isabelle Acevedo) las que representan ese poder femenino en la sombra, emprendedor pero asumiendo un papel secundario, mientras que el contrapunto de César es la inspectora Marta (Elvira Mínguez), una veterana policía que ha llegado a cierta desilusión porque no solo resulta imposible acabar con las mafias, sino que se introducen nuevas organizaciones como la Mocro Mafia, aumentando la violencia, aunque Marbella sea una ciudad segura a niveles de criminalidad urbana. Este entorno está bien descrito, aunque el recurso de la ruptura de la cuarta pared por parte de César le da a la historia un tono que parece buscar protección en un aspecto de fábula, mientras lanza algunas frases que muestran su cinismo, como en el Episodio 3: "Yo sé de dónde viene mi dinero, no lo escondo. Pero te digo que es el mismo lugar de donde probablemente viene también el tuyo, trabajes en Correos, o seas médico dentista o fontanero. La diferencia es que yo lo asumo". 

A pesar de cierto aire despreocupado sin ser exactamente una comedia, Marbella nunca llega a parecer demasiado relevante en sus planteamientos, adoptando tal fascinación por la representación del lujo histriónico que le impide profundizar en el mundo que retrata. Mientras se plantea un personaje interesante como el de la policía desilusionada Marta, a la que no saca mucho partido, evita las referencias a la corrupción política y se mantiene siempre en un nivel superficial. Sin ser aburrida, carece de elementos que la hagan realmente destacable, mientras construye una trama principal que involucra a César de manera cada vez más peligrosa en la criminalidad, una línea que siempre se había propuesto no cruzar. Mejora con el crescendo, con un plano secuencia en el Episodio 5 que transforma la habitual persecución en un ejercicio de tensión muy logrado, mientras el recurso de las serpientes refleja esa amenaza que se desliza bajo un entorno de opulencia, como la descripción que un abogado de la zona hizo de Marbella: "Un jardín del Edén donde hay cien manzanas, pero también doscientas serpientes". Hugo Silva se encuentra cómodo en este abogado, que tiene esa simpatía cínica de su personaje en Nasdrovia (Movistar+, 2020-2022) una serie con un tono muy parecido a ésta, incluidas las rupturas de la cuarta pared, lo cual indica que Movistar+ está comenzando a repetir fórmulas. El rapero Khalid El Paisano es un mafioso convincente en su primer papel, y en la presentación de la serie hacía una referencia irónica al hecho de que interpretaba "a un marroquí malo, que no suele ser habitual", reflejando esa tópica representación racializada en el audiovisual español. Y sorprende la naturalidad de Manuela Calle como Alexandra, la hija de Katy, que consigue interpretar a una adolescente sin que resulte irritante, el único elemento de la familia que intenta ser una persona normal. Entretenida sin mucho más, Marbella prefiere flotar sobre la realidad de la costa malagueña antes que bucear en ella. 

La pasión turca

Miniserie | Ficción, 6x50' | atresplayer | ☆☆☆☆  

Creada por Irene Rodríguez, Esther Morales 

Dirigida por Iñaki Peñafiel 


Basar el modelo de producción audiovisual en las tan recurrentes IP (Propiedad Intelectual), de manera que casi siempre tiene que haber un referente de éxito, ya sea un libro, videojuego o producto audiovisual precedente, acaba provocando casos como el de esta serie, que utiliza como reclamo la novela de Antonio Gala La pasión turca (1990, Ed. Planeta), pero solo tiene en común con aquella que se desarrolla en Turquía. El resto es una historia reinventada que ni siquiera respeta las intenciones originales de un libro que construía un relato en torno a la liberación de una mujer absorbida por su vida intrascendente. Lo que encontraba Desideria en su amor pasional era una forma de dejar atrás un matrimonio aburrido, aunque este nuevo amor también acabará siendo decepcionante. En La pasión turca (atresplayer, 2024), Olivia (Maggie Civantos) es una mujer independiente, soltera y experta en arte bizantino, que en Estambul se enamora de Yaman (Ilker Kaleli), el dueño de una tienda de antigüedades. Como si las guionistas Irene Rodríguez y Esther Morales, que también son las responsables de Beguinas (atresplayer, 2024), fueran claramente conscientes de lo difícil que resulta justificar las decisiones de su protagonista, a lo largo de la serie sus amigas, su hermana y hasta su vecina le recuerdan constantemente que es una mujer independiente y que no es comprensible lo que está haciendo. Pero parece más bien una forma de justificación narrativa sobre una decisión que rompe el planteamiento de la historia original. De manera que si el viaje emocional de Desideria va desde la sumisión a una cierta forma de liberación, el de Olivia discurre en sentido contrario, desde la libertad hasta la dependencia, lo que obliga a tomar decisiones de guión francamente incomprensibles. La historia comienza en el presente, con Olivia en un hospital y agentes de la Interpol decididos a inculparla en una trama de tráfico de objetos de arte, utilizando un recurso ya demasiado recurrente en los thrillers. 

Cuando se estrenó La pasión turca (Vicente Aranda, 1994), el escritor Antonio Gala, que mantuvo desde el principio una actitud de distancia respecto a la película, la calificó como "una historia de cama y encoñamiento superficial que nada tiene que ver con mi novela", mostrando su disgusto especialmente por el cambio que introdujo el director en el final de la historia, mucho más dramático en el libro. La versión de Atresmedia también se distancia de la obra original de forma notable, y aunque solo se centra en la relación amorosa en los dos primeros episodios, acaba cayendo en el recurrente uso del thriller para tratar de conectar con el espectador. Ya se sabe que en el audiovisual español solo se abordan dos géneros en la actualidad: el thriller y la comedia, una imposición de la visión estrecha y compartimentada de las plataformas internacionales. Y mientras que en la novela la subtrama relacionada con las actividades ilegales de Yaman ocupa un plano secundario, en esta adaptación se convierte en la trama principal. Lo cual no beneficia a una historia que nunca se encuentra cómoda como relato romántico de una relación tóxica, pero mucho menos en el terreno de la ficción de suspense. Especialmente en los últimos episodios, en los que se convierte en una mediocre historia de espías y traiciones, mientras el perfil psicológico de la protagonista se limita a convertirla en una especie de heroína poco creíble. Ni Maggie Civantos ni Ilker Kaleli, al que hemos visto en series interesantes como Dip (Puhu TV, 2018) y La serpiente (Netflix, 2021) pueden hacer mucho con unos personajes mal construidos. 

Atresmedia tenía hace poco tiempo una estrategia clara de diferenciación de los contenidos entre Antena 3 y atresplayer, pero en los últimos meses este planteamiento se ha ido difuminando, de manera que series como La pasión turca, que claramente tiene un perfil generalista y de canal lineal, acaban lanzándose a la plataforma de streaming para impulsar las suscripciones al Plan Premium, que además también incluye publicidad. La serie ya ha comenzado a emitirse en Antena 3 con un primer episodio el pasado 9 de mayo que consiguió un share del 10,7% (1.097.000 espectadores), un comienzo poco alentador teniendo en cuenta que anteriormente Una vida menos en Canarias (atresplayer, 2024) tuvo un registro del 12,2% en su primer episodio antes de caer en el abismo, terminando con un 7% de share y perdiendo más de medio millón de espectadores (es decir, el público se sintió atraído por la serie pero no terminó convencido). Igualmente, La pasión turca ha ido perdiendo espectadores, con un mínimo del 7,6% de share (704.000 espectadores) en la emisión de ayer de su tercer episodio, que está muy alejado del buen rendimiento que ha tenido el estreno de El Marqués (Telecinco, 2024), el true crime de Mediaset que ha logrado esta semana un satisfactorio 13,9% de share (1.373.000 espectadores). Es una estrategia extraña, porque no tiene en cuenta la fragmentación del perfil de la audiencia y parece querer atraer al streaming un tipo de público que tradicionalmente está más cómodo en la televisión lineal. No sabemos cómo está resultando el experimento, pero lo cierto es que atresplayer está perdiendo progresivamente su identidad para convertirse en un cajón de sastre donde cabe un poco de todo, sin que nada tenga realmente demasiada trascendencia. 

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Películas mencionadas: 

Libertad se puede ver en RTVE Play.
Petra se puede ver en Filmin y RTVE Play. 
Los días que vendrán se puede ver en Filmin, Mubi y RTVE Play. 
Costa Brava, Líbano se puede ver en Filmin y Netflix. 
Creatura y Uno de los nuestros se pueden ver en Filmin y Movistar+. 
Que nadie duerma se puede ver en Prime Video. 
Una mujer bajo la influencia se puede ver en Filmin y Mubi. 
El lobo de Wall Street se puede ver en Movistar+, Netflix, Prime Video y SkyShowtime.


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