15 diciembre, 2023

Las series españolas de 2023: Parte 11

Los Globos de Oro han sufrido un lavado de cara y han presentado sus nominaciones esta semana. Ya no están gestionados por una asociación de prensa extranjera, algo que los críticos norteamericanos estaban deseando, sino que ahora son propiedad de la empresa de medios Penske Media Corporation, como los American Music Awards, que también es propietaria de las revistas Variety, Rolling Stone, Hollywood Reporter y Deadline, así como del Festival SXSW, entre otros. Así que estos medios, siguiendo el dicho "nunca muerdas la mano de quien te da de comer", han dejado atrás las críticas y han competido por ver quién le dedicaba más espacio a las nominaciones. Pero la noticia más destacada de esta semana es el cambio de estrategia de Netflix en la transparencia de sus datos de audiencia frente a la tónica habitual de no compartir detalles que siguen la mayor parte de las plataformas, algunas como SkyShowtime o Prime Video ni siquiera trasladan el número de suscriptores. Por tanto, el informe publicado el pasado martes 12 de diciembre bajo el título What we watched: A Netflix Engagement Report es un pequeño paso que la compañía se compromete a publicar cada seis meses y que recoge el número de horas totales que se han visto de sus series y películas, originales y licenciadas, en este primer informe solo circunscrito a Estados Unidos en el período entre enero y junio de 2023. En una entrevista amable de Matt Belloni y Lukas Shaw en el podcast The Town (The Ringer, 2022-), Ted Sarandos se desdecía de todo lo que había dicho en años anteriores sobre lo innecesario que resultaba ofrecer estos datos. Pero no se mencionó una de las posibles razones por las que Netflix ha adoptado esta estrategia: el resultado decepcionante de sus planes con publicidad, que tienen un grado de implantación menos acelerado de lo que se pensaba. Estos datos permiten a Netflix mostrar su fortaleza frente a los competidores que también quieren parte del pastel publicitario, incluso obligándoles en cierta manera a mostrar sus propios datos, que nadie duda que están a mucha distancia de las audiencias de Netflix. Y si no lo hacen, la compañía se muestra ante sus posibles clientes publicitarios como la más transparente de todas.

El informe revela que El agente nocturno (Netflix, 2023-) fue la serie más vista en los primeros meses de 2023 pero destaca sobre todo la relevancia de las producciones de habla no inglesa, que conforman un 30% de las más exitosas de la plataforma, aunque no se encuentra todavía la película que Netflix ha anunciado como la más vista del año, la producción española Nowhere (Albert Pintó, 2023), que se estrenó en septiembre. Ted Sarandos hacía referencia en The Town a que series como La casa de papel (Netflix, 2017-2021) habían tenido una mayor implantación en Estados Unidos a partir de la pandemia. Y de hecho sorprende encontrar todavía su primera temporada en el puesto 167 con 72.800.000 horas vistas, así como sus otras temporadas en puestos más bajos. Pero la serie española más vista ha sido Entrevías (Telecinco, 2021-), con 140.100.000 horas (T2) y 97.600.000 horas (T1). Otras producciones españolas destacadas entre las 18.000 series y películas incluidas en el informe son: La chica de nieve (134.800.000 horas), El silencio (115.800.000 horas), Hasta el cielo: La serie (79.700.000 horas), Machos alfa (78.200.000 horas), Bienvenidos a Edén (53.000.000 horas), Todas las veces que nos enamoramos (43.800.000 horas) e incluso Vivir sin permiso (31.800.000 horas). 

España está bien situada en la producción de ficción en Europa, según la actualización del informe La producción del audiovisual en Europa - Cifras 2022 que acaba de publicar el Observatorio Audiovisual Europeo, que sitúa a España y Reino Unido como los países donde más ficción se produjo para streaming, con 39 títulos. Pero en el caso español, con la diferencia de que la producción audiovisual se sostiene en la inversión de las plataformas y al contrario que en el resto de Europa, la producción pública se resiente, correspondiendo un 46% a plataformas, un 30% a televisiones privadas y un 23% a inversiones públicas. Entre las primeras, Netflix predomina habiendo encargado 21 de los 39 títulos producidos en España en 2022, seguida por Amazon y Atresplayer con 7 títulos cada una, HBO con dos títulos y Disney+ con 1. El informe compara la evolución de la producción audiovisual europea entre 2015 y 2022, reflejando una recuperación respecto a la pandemia. En 2022, Alemania fue el país que más ficción produjo en cuanto a número de temporadas de series y películas, con un total de 336 producciones, seguida de Gran Bretaña con 217, Francia con 197 y España con 85 producciones en total. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y contienen información relevante sobre sus argumentos y finales.  

30 monedas 

Temporada 2 | Ficción, 8x60' | HBO Max | ★☆☆

Creada por Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría | Dirigida por Álex de la Iglesia


Es indudable la repercusión internacional de la que es una de las series españolas de mayor éxito fuera de nuestro país, con permiso de La casa de papel (Netflix, 2017-2021). Presente entre las diez series más vistas en más de cuarenta países esta misma semana, su capacidad para conectar con los espectadores amantes del fantástico es notable. También es cierto que 30 monedas (HBO Max, 2020-) es una de las pocas producciones de género que le quedan actualmente a HBO Max, lo que ocupa un vacío dentro de su catálogo que le permite destacar por encima de las propuestas de tercera categoría que comienzan a invadir la plataforma de Warner Bros. Discovery. El final de la segunda temporada parece dejar clara la confirmación de una tercera (Álex de la Iglesia siempre se ha referido a la serie como concebida para tres temporadas en las que la segunda parte es un caos que desemboca de nuevo en Pedraza, donde se desarrollará buena parte de la siguiente entrega). A la espera de la confirmación oficial por parte de HBO Max, pero con el guión ya escrito para su desenlace, se plantean de nuevo cuestiones filosóficas en el episodio final El ojo de Dios (T2E8), a través de las palabras de Satán: "Lo que ha ocurrido, ha ocurrido y no se puede cambiar. La obra se representa en muchos teatros a la vez".  Y es en este plano en el que el guión de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría funciona con mayor consistencia: el planteamiento, ya presente desde los títulos de crédito, de que el bien y el mal, Dios y Lucifer, son dos caras de la misma moneda. Pero la segunda temporada ha dejado atrás los elementos de terror de andar por casa que tenía la primera para adentrarse en un terreno más cercano a la acción y las conspiraciones que no termina de encajar del todo bien. Mucho más ambiciosa, mezclando elementos diversos, desde la curia vaticana hasta el infierno, pasando por las líneas de Nazca, la temporada está plagada de referencias a los cómics, la literatura, la filosofía y el cine, con el padre Vergara (Eduard Fernández) convertido en una especie de Charlton Heston/Moisés en Los diez mandamientos (Cecil D. DeMille, 1956). 

Esta riqueza creativa es indudablemente atractiva, pero como suele suceder en el cine de Álex de la Iglesia, acaba convirtiéndose en un totum revolutum que resulta demasiado caótico. Tampoco ayudan las dos nuevas incorporaciones que propone la historia: la investigadora youtuber Haruka (Najwa Nimri), que realmente no aporta demasiado al resto de personajes, y el caricaturesco antagonista Christian Barbrow (Paul Giamatti), una especie de Lex Luthor demasiado grotesco. Ya hemos visto en la filmografía de Álex de la iglesia a otros actores destacados absolutamente perdidos, como Elijah Wood en Los crímenes de Oxford (2008), y algo parecido podemos encontrar en un Paul Giamatti al que le falta un trabajo de dirección que le indique el camino a seguir. Menos mal que el actor lo compensa este año volviendo a estar cómodo en su extraordinario trabajo en la película Los que se quedan (Alexander Payne, 2023), que ya le ha valido una nominación a los Globos de Oro. Incluso se plantean algunas modificaciones en elementos que parecían definidos en la primera, como el tipo de poder que tienen las monedas o convirtiendo a Merche (Macarena Gómez) en una especie de femme fatale que se pasa toda la temporada viajando en busca de más monedas. 30 monedas sigue un camino más complejo que en la primera entrega, pero parece que tiene claro hacia dónde quiere llegar, entre elementos pictóricos, cinematográficos, religiosos, doppelgangers, criaturas lovecraftianas, ovnis, infiernos y paraísos. 

Lo que más pesa en esta temporada es una ambición en la puesta en escena que la primera conseguía resolver porque utilizaba elementos menos pretenciosos. El desarrollo de una conspiración internacional que parece querer llegar a un público más amplio palidece cuando la serie trata de construir una atmósfera de género fantástico. Y lo que en una localización como Pedraza podía funcionar como un elemento mundano, en una trama mucho más intrigante no termina de cuajar, especialmente cuando elabora unos defectuosos efectos visuales que dejan claro que no estamos ante una producción por la que HBO haya apostado especialmente a nivel de presupuesto. El propio director afirmaba en la presentación de la serie en el Festival de Cannes que "con 28 millones de euros hemos hecho lo mismo que en Hollywood hacen con 150", pero no estamos muy seguros de que efectivamente esto se vea en la pantalla. También es cierto que Álex de la Iglesia parece ser bastante consciente de las críticas a sus excesos, y que en 30 monedas ha intentado ir incluso más allá, por lo que en principio no se le puede negar su capacidad para hacer de su capa un sayo. La serie está producida por Pokeepsie Films, la productora fundada por Álex de la Iglesia y Carolina Bang en 2009, que actualmente prepara la próxima película del director, 1992 (2024), para Netflix, así como Anatema (Jimina Sabadú, 2024) el tercer largometraje de la Colección The Fear Collection, una colaboración con Prime Video y Sony Pictures para desarrollar películas de terror que ya ha estrenado Veneciafrenia (Álex de la Iglesia, 2021) y Venus (Jaume Balagueró, 2021). 

Los Farad

Ficción, 8x45' | Prime Video | ★☆☆

Creada por Mariano Barroso, Alejandro Hernández

Dirigida por Mariano Barroso, Polo Menárguez


La Costa del Sol vuelve a ser escenario de producciones recientes, aunque enfocadas sobre todo a su perfil como paraíso para las bandas criminales. Dani de la Torre ha rodado la serie Marbella (Movistar+, 2024) tras el desenlace de La Unidad (Movistar+, 2020-2023), que protagonizan Hugo Silva y Ana Isabelle Acevedo, en torno al entramado de crímenes digitales y mafiosos de la vieja escuela que se concentran en esta localidad. Mientras que la mirada de Mariano Barroso (1959, Barcelona) y Alejandro Hernández (1970, Cuba) se detiene en el tráfico de armas en la Marbella de los años ochenta en Los Farad (Prime Video, 2023). Ambos han trabajado juntos en el excelente drama político El día de mañana (Movistar+, 2018) y la irregular incursión en la banda terrorista ETA en La línea invisible (Movistar+, 2020), pero en esta última serie cuentan con la ventaja de elaborar una historia completamente de ficción, aunque esté envuelta en el entramado de los negocios ilegales de ventas de armas propiciado por la Guerra Fría que se desarrolló en la provincia de Málaga en la década de los ochenta. Algunos personajes parecen inspirados en figuras relevantes de la escena marbellí de la época como Adnan Kashoggi, implicado en la conspiración Irán-Contra y posteriormente condenado en Suiza por blanquear 100 millones de dólares de la fortuna del dictador filipino Ferdinand Marcos, al que se hace referencia en esta historia. Pero el enfoque criminal se centra en la relación entre el patriarca Leo Farad (Pedro Casablanc) y su socio Abdel Mawad (Igal Naor), que dividen sus clientes entre el bloque comunista y los países de la OTAN. El protagonista es Oskar (Miguel Herrán), un joven que aspira a tener su propio gimnasio de aerobic que conoce, aparentemente por casualidad, a Sara (Susana Abaitua), la hija mayor de la familia Farad, quien le introduce los negocios de su padre.

Hay que dejarse llevar como espectador para justificar la incorporación de Oskar a los negocios de la familia, porque no son demasiado convincentes la posible explicación que se ofrece posteriormente o su cambio de actitud desde mantenerse al margen hasta implicarse totalmente sugiriendo fabricar el napalm que necesitan, utilizando los conocimientos en explosivos de su tío Manuel (Fernando Tejero) en  el episodio De Aluche a Marbella (T1E2). Pero si algo consigue Los Farad es construir una trama que tiene el ritmo suficiente como para ser entretenida mientras ofrece una perspectiva interesante sobre la impunidad de los grandes negocios ilegales la Costa del Sol, una especie de escenario idílico que se construía sin demasiadas reticencias sobre las grandes fortunas, aunque su procedencia fuera dudosa. La serie está bien liderada por los personajes de Miguel Herrán y Susana Abaitua, que componen una pareja de protagonistas mucho más desarrollada que el resto de personajes, mientras que las tramas secundarias se pierden en historias mucho más endebles, como la relación entre Manuel, el tío de Oskar, y Hugo Farad (Adam Jezierski), que comienza a ser poco convincente desde el episodio La Perestroika (T1E4). En contraposición, la serie juega bien con los elementos clásicos de las historias en torno a la mafia, con las habituales fiestas lujosas que cuentan con un excelente diseño artístico, o la celebración de una boda que servirá como eje central de la historia en el cuarto episodio. 

Las referencias a películas como Scarface. El precio del poder (Brian DePalma, 1983) se mezclan con habilidad con la introducción de acontecimientos reales como la implicación de Cuba en la guerra de Angola, logrando una historia que consigue ensamblar realidad y ficción sin demasiada dificultad. Aunque algunos elementos también la perjudican, como una narración en off que primero tiene a Oskar como protagonista pero en algunos momentos se amplía a otros narradores como el propio Leo Farad, lo que divide el punto de vista sin demasiada justificación, como una especie de elemento de distorsión de la narración tradicional que no termina de funcionar como propuesta innovadora. Los Farad funciona mejor en el reflejo de una época y en la descripción de un protagonista que se siente siempre alejado (posiblemente manipulado) del entorno que se ha construido a su alrededor, una especie de intruso dentro de un círculo familiar del que, por mucho que se acerque, nunca llegará a formar parte. El desarrollo de la historia la lleva hasta un improbable viaje a África en plena guerra, en Una nueva especie de Farad (T1E7), para terminar en un desenlace algo apresurado en La decisión final (T1E8), pero que establece el tema de la serie en torno a quién ostenta el derecho de pertenecer a la familia y la traición como la consecuencia inevitable de determinados tipos de relaciones.

El otro lado

Ficción, 6x30' | Movistar+ | ★★☆☆

Creada por Berto Romero, Enric Pardo, Rafael Barceló 

Dirigida por Alberto de Toro, Javier Ruiz Caldera


Es interesante el paso de Berto Romero (1974, Cardona) desde la autoficción de Mira lo que has hecho (Movistar+, 2018-2020) hasta la ficción completa en esta nueva propuesta en la que se mezclan géneros para crear una historia que camina por la cuerda floja de la comedia y el terror, un terreno que hasta el momento no había explorado. Aunque el resultado es correcto sin llegar a ser brillante, El otro lado (Movistar+, 2023) utiliza los tropos de las historias sobre poltergeist para hablar del fracaso y abordar los fantasmas interiores del protagonista, el investigador de lo paranormal Nacho Nieto (Berto Romero) que intenta mantener cierta dignidad a través de un modesto video podcast tratando de recuperar el éxito cosechado hace unos años en su programa de Radio Nacional, algo así como Espacio en blanco de Miguel Blanco. En contraposición, su antiguo colaborador Gorka Romero (Nacho Vigalondo) se ha convertido en un popular presentador de Nueva Era, un programa de misterio en televisión que está considerado como una especie de gurú de la comunicación, siempre dispuesto a rodear lo paranormal de las suficientes dosis de espectáculo, en una representación irónica de Iker Jiménez que, a pesar de la buena interpretación de Nacho Vigalondo, olvidado en los premios, es el recurso más fácil y estereotipado que puede aportar una serie como ésta. La crisis personal de Nacho Nieto despierta su miedo al fracaso y el fantasma de su antiguo mentor Alberto López Estrada (Andreu Buenafuente), considerado un referente del misterio gracias a su antiguo programa La sombra del misterio, y que literalmente se le aparece dándole consejos desde su mentalidad de la España más casposa. El descubrimiento de una serie de fenómenos paranormales en casa de Eva (María Botto) reúne a todos estos personajes, y algunos más, en torno al que puede ser uno de los casos más importantes de los últimos años. 

Utilizando los elementos más reconocibles de la comedia costumbrista, El otro lado se mueve con cierta comodidad en la mezcla de géneros, pero en realidad utiliza los mismos recursos narrativos para las escenas cómicas que para las escenas de terror, en la línea de la película Malnazidos (2021), de la que fueron responsables los directores de la serie, Alberto de Toro y Javier Ruiz Caldera, aunque en este caso con resultados más satisfactorios porque se sostiene sobre un guión mejor armado. Hay otros referentes recientes que han conseguido una adecuada mezcla de géneros abordando el tema del misterio, como Espíritu sagrado (Chema García Ibarra, 2021) o Y todos arderán (David Hebrero, 2021), en una especie de corriente creativa que ha dado resultados interesantes en el cine español. Lo que mejor aporta la serie sin embargo es esa mirada irónica a partir del humor con dosis de crítica que suelen manejar con habilidad Berto Romero y los guionistas Enric Pardo y Rafael Barceló, y que ya estaba presente en su anterior colaboración juntos. En la balanza negativa, el intento de dar un paso hacia un tipo de interpretación más seria no termina de cuajar adecuadamente, sobre todo si se apoya precisamente en el humor que aportan sus interacciones con Andreu Buenafuente. Hay algunas interesantes reflexiones sobre cómo los medios de comunicación consiguen manipular las opiniones de los espectadores, y la forma en que las investigaciones en torno a lo paranormal se alimenta de ese tufillo casposo de tono conspiranoico que tradicionalmente está ligado a las extremas derechas. 

Pero, al margen de conseguir buenos momentos de humor y ser convincente cuando quiere dar miedo, El otro lado se queda a mucha distancia de otras incursiones más logradas en torno a lo absurdos y al mismo tiempo intrigantes que pueden llegar a ser los fenómenos considerados paranormales, como la serie Evil (Movistar+, 2019-), que en un solo episodio es capaz de ir mucho más allá en la reflexión sobre los temores de la condición humana. En este sentido, curiosamente la serie de Berto Romero se acerca mucho más a aquella en las escenas de flashback en las que los jóvenes Nacho y Gorka se enfrentan al caso de una niña que aparentemente consigue curar a los enfermos. El otro lado está producida por El Terrat, la productora fundada por Andreu Buenafuente en 1989 que fue adquirida por Mediapro en 2019, dedicándose a producir no solo los programas del cómico catalán, sino también otros programas de éxito como La resistencia (Movistar+, 2018-).

Camilo Superstar

Ficción, 4x50' | atresplayer | ★☆☆☆

Creada por Tatiana Rodríguez | Dirigida por Curro Novallas, Federico Untermann


El estreno en España de la versión del musical Jesucristo Superstar (1971), creado por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice primero como un álbum conceptual y posteriormente convertido en obra musical al calor de otros éxitos de ópera rock como Hair (1968), está considerado como uno de los precedentes de la explosión del teatro musical en España. Aunque en realidad lo que se denomina como "siglo de oro" de la escena musical en la Gran Vía no se produjo hasta finales de los noventa y sobre todo tras el éxito de Hoy no me puedo levantar (2005), precedido de adaptaciones de obras de Broadway como La bella y la bestia (1999). Cierto aperturismo del régimen franquista promovió una corriente de estrenos de obras que formaban parte de la cultura hippie de la época, como el musical Hair, que llegó a Barcelona y Madrid también en 1975, bajo la producción de Ignacio Occhi, aunque solo en versión en inglés y protagonizado por Steve Curry, componente de la obra original convertido en icono gracias a que su fisonomía es la que aparece en el cartel oficial. Jesucristo Superstar sin embargo fue un referente como adaptación completamente española, incluso introduciendo cambios en las orquestaciones con elementos electrónicos, y fue una iniciativa de Jaime Azpilicueta e Ignacio Artime, conocidos productores de obras teatrales, que querían tener a Raphael como protagonista, aunque éste rechazó la propuesta. Camilo Sesto, que estaba fascinado por la representación que había visto en Londres, se interesó por el proyecto y consiguió incorporarse convirtiéndose en el principal productor de la adaptación, aportando buena parte de un presupuesto que llegó a los 15 millones de pesetas, poniendo como aval parte de su propio patrimonio. 

A pesar de que las máximas autoridades eclesiásticas del Vaticano mostraron su conformidad tras la aparición del disco que dio origen a la obra, Jesucristo Superstar siempre ha estado rodeado de polémica por el protagonismo que se le otorga a Judas y la relación entre Jesús y María Magdalena. En España, el estreno de la película Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973) estuvo acompañado por protestas de grupos católicos y en Argentina en 1973 un ataque con 25 cócteles molotov destruyó completamente las instalaciones del teatro en el que al día siguiente se iba a estrenar la versión teatral, que no volvió a retomarse. La serie Camilo Superstar (atresplayer, 2023) pasa de puntillas por todos estos acontecimientos previos para centrarse en las dificultades económicas y la descripción del entorno político de la época, con el dictador Francisco Franco a punto de fallecer, pero simplificando la historia a partir de la creación de un antagonista, el manager José Luis (Óscar de la Fuente), un personaje que está a medio camino entre la ficción y la realidad. Es uno de los principales problemas de una serie que renuncia desde el principio a trasladar cierta complejidad a la trama para abordar personajes estereotipados que convierten la historia en una especie de lucha personal de Camilo Sesto (Alejandro Jato) sin demasiadas ambigüedades. 

Camilo Superstar, producida por Buendía Estudios Canarias, quizás por esto de los incentivos fiscales de las islas, tiene algunos de los problemas de las series biográficas que se vienen produciendo en los últimos años, muy en la línea de Cristo y Rey (atresplayer, 2023) o Bosé (SkyShowtime, 2022), y es que son absolutamente incapaces de trasladar cierta verosimilitud a las épocas que intentar retratar y buscan el camino fácil del estereotipo para construir personajes poco creíbles, que en el caso de los secundarios parecen más un desfile de nombres conocidos de la época, pero sin tener demasiada entidad dentro de la historia. El guión de Tatiana Rodríguez, que ha escrito series como Mentiras (atresplayer, 2020) o By Ana Milán (atresplayer, 2021), arriesga poco en su descripción de las situaciones, y acaba siendo tan insulso como los propios actores. En este caso, la utilización de playbacks para los escasos números musicales, sorprendente en una serie que gira en torno a la producción de una obra musical, no contribuye a dar credibilidad a los personajes. Si bien parecen adecuadas las representaciones de los productores Jaime Azpilicueta (Javier Godino) y Nacho Artime (Vito Sanz), la serie fracasa estrepitosamente en la descripción de personajes como Teddy Bautista (Adrián Lastra) y Ángela Carrasco (Natalia Reyes), que en algunos momentos rozan el ridículo. Camilo Superstar juega la carta de la nostalgia y la mirada al pasado que parece estar dando buenos resultados de audiencia, pero con un nivel de producción barato y sin riesgo que convierte estas series en telenovelas sin demasiada sustancia. 

La caja de arena

Ficción, 6x25' | Neox | ★☆☆☆

Creada por Víctor Pedreira, Nuria Gago, Pedro Rodríguez Pérez | Dirigida por Daniel Romero


Los proyectos que se envuelven en problemáticas sociales apoyados por organismos públicos o privados suelen tener dificultades para desembarazarse de ese tufillo institucional que provocan las limitaciones de una checklist de mensajes obligatorios y planteamientos convencionales. La caja de arena (Neox, 2023) no puede evitar tener la forma de uno de esos videos de campañas publicitarias corporativas que están llenos de buenas intenciones pero que se ven frenados por un punto de vista que quiere abarcar a todos pero no llega a nadie. La productora de la serie es MKTG.Spain, una agencia de marketing que lo mismo crea experiencias inmersivas como Magallanes y Elcano. Sin límites (2022) que exposiciones deportivas como Legends. The home of football (2023), que se puede visitar en la Puerta del Sol de Madrid y recientemente recibió un Premio BEA World de publicidad. Alrededor de esta producción se concretan instituciones como el Consejo Superior de Deportes y la Fundación ColaCao, y se enmarca precisamente dentro del Plan 2030 de Apoyo al Deporte Base, como también lo hizo el documental Somos únicxs. Las caras del bullying (Hernán Zin, 2022). Así que la serie comienza ya con una checklist que debe incluir los elementos que representan a las instituciones que la han apoyado económicamente, lo cual en sí mismo no debería ser un problema, pero por alguna razón se convierte en su principal obstáculo. El planteamiento no es del todo desdeñable, y parte de la idea de mostrar el acoso escolar desde los diferentes puntos de vista de quienes lo sufren o lo han tenido a su alrededor. Cada uno de los episodios está dedicado a uno de los alumnos de un instituto donde Carlos (Adrià Salazar) comienza a sufrir las burlas de un grupo de jóvenes, liderados por Aarón (Pablo Riguero), tras cometer un error en un partido de fútbol cuyo video se hace viral. 

Es interesante mostrar el bullying desde diferentes perspectivas, incluso de la de aquellos que no lo sufren directamente pero se ven afectados por éste, como Dani (Álex Mola), el hermano de Carlos y protagonista del segundo episodio, o Irene (Carla Domínguez), una joven que se hace amiga suya y que tiene sus propias problemáticas familiares, que se muestran en el episodio 3. La serie hace un quiebro en el quinto episodio para mostrar la historia de Joana (Pooky Jongen), una joven que acaba de llegar al instituto después de haber sufrido acoso escolar en el anterior y que tiene problemas de comunicación por una perforación del tímpano que la hace escuchar un pitido constante del que el propio episodio abusa demasiado. Pero algunos de estos retratos son convencionales, especialmente el del principal acosador, Aarón (T1E4), rodeado de los consabidos problemas familiares con un padre liberal pero ausente, lo que provoca una ira constante respecto a su madre y por extensión a sus propios compañeros de clase. Hay un intento de darle cierto contexto a las acciones del abusador, pero es tan tópico que resulta poco efectivo. Más logrado sin embargo es el retrato de Samu (Miguel Fernández) en el Episodio 6, que muestra las consecuencias que puede acarrear la pasividad y la complicidad, y en el que aportan mayor profundidad las intervenciones de Teresa Rabal y Leticia Dolera, comprometida por su propia experiencia como víctima de bullying en su infancia. A partir de una idea original de Pedro Rodríguez Pérez, La caja de arena ha sido desarrollada por Víctor Pedreira, guionista de series como Entrevías (Telecinco, 2021-) y la actriz Núria Gago, y todos los episodios están dirigidos por Daniel Romero (1983, Madrid), director de #Luimelia (2020-2021) y del pódcast La esfera (Podium Podcast, 2023). Con su evidente intención de alertar sobre la problemática del acoso escolar, la serie transmite las mismas dudas que las instituciones que se ocupan de los programas de concienciación social, y es hasta qué punto resulta cuestionable que sus personajes realmente consigue reflejar la realidad. 

Esto no es Suecia

Ficción, 8x35' | RTVE Play / 3Cat | ★★★☆

Creada por Aina Clotet, Sergi Cameron 

Dirigida por Aina Clotet, Mar Coll, Celia Giraldo, Sara Fantova

Prix Europa '23: Mejor Serie Europea de Ficción


Precedida por premios y nominaciones, esta serie creada por la actriz Aina Clotet (1982, Barcelona) y Sergi Cameron (1987, Barcelona) habla de una pareja de pijoprogres o ecopijos, una generación que tiene una mentalidad de solidaridad que tiene más interés en las apariencias. En cierta manera, Marian (Aina Clotet) y Samu (Marcel Borràs) son reflejos irónicos de la propia experiencia como padres de sus intérpretes, pareja en la vida real, que también decidieron mudarse fuera de Barcelona para educar a sus dos hijos en un entorno menos urbano y más cercano a la naturaleza. Los protagonistas acaban de llegar a Vallvidrera, un barrio en las afueras que vive con la contradicción de estar rodeado de bosque pero al mismo tiempo verse representado por la alta Torre de Collserola, una torre de telecomunicaciones construida en 1992 que parece un monumento a todo aquello de lo que huyen Marian y Samu. Él ha renunciado a su carrera profesional para dedicarse a educar a sus hijos en casa, mientras que ella trata de poner en marcha un negocio de alfombras marroquíes elaboradas por inmigrantes, mientras se enfrentan a las inseguridades como padres y como parejas. Marian es una mujer insatisfecha que trata de reemplazar sus decepciones con la construcción de una vida supuestamente idílica en la que quiere convertirse en la madre que nunca ha tenido, marcada por el reproche hacia la educación que le dieron sus propios padres. "¿Tú crees que se puede ser una buena madre si no has sido una buena hija?", pregunta a su amigo Curro (Iván Massagué) cuando hace una escapada en la que intenta recuperar algo de la vida despreocupada que tenía antes de tener hijos en el episodio La familia (T1E5). El título de la serie hace referencia a esa mirada de admiración que desde el sur de Europa se tiene hacia los países nórdicos en relación con la educación, cuyo alto grado de efectividad se muestra como un objetivo difícil de alcanzar, aunque esté lleno de tópicos y de realidades que no son exactamente ciertas. Marian convierte en una especie de referente a su vecina Annika (Liv Mjönes), una mujer sueca que vive con sus dos hijos y su madre Frida (Ia Langhammer), pero un inesperado suceso la lleva a obsesionarse cada vez más con ella. Esto no es Suecia consigue mantener el equilibrio entre el drama de unos padres que incluso como pareja están rodeados de dudas y la mirada satírica hacia determinados comportamientos que pueden ser discutibles por irreflexivos, aunque a veces pierde pie en algunas situaciones cómicas. 

Cada episodio de la serie está dedicado a temas como el sexo, la familia o la conciliación, y parte de un prólogo que muestra unas sesiones de terapia de padres a las que Aina Clotet y Marcel Borràs asistieron en la vida real. De hecho, la terapeuta de estas sesiones fue una de las terapeutas que tuvieron ambos en realidad, así como las madres que aparecen en estos encuentros son vecinas de los dos actores. Es un interesante planteamiento en el que se revelan determinados miedos y actitudes relacionados con la maternidad y la paternidad, como en Conciliación (T1E6) cuando las madres hablan de la dificultad de armonizar sus vidas con la responsabilidad que tienen hacia sus hijos: "Yo cuando me he divorciado, he pensado que ahora mismo lo que mejor me vendría es irme de fiesta, drogarme, no saber ni cómo me llamo y luego ponerme a llorar cinco días seguidos de la resaca. Pero no es posible, tengo que amamantar", dice una de ellas. Mezclando estas realidades con la ficción de una pareja que está descrita desde la ironía, el guión de Aina Clotet, que también ejerce la dirección creativa junto a Mar Coll, logra que unos personajes que se distancian del espectador al comienzo por su capacidad para cometer errores continuamente, especialmente en las decisiones que toman hacia su hija Lia (Violeta Sanvisens), acaben siendo lo suficientemente cercanos como para solidarizarnos con sus dudas y sus inseguridades. Esto no es Suecia, que cuenta además con colaboraciones en papeles secundarios con un buen plantel de reconocidos actores catalanes como Nora Navas, Iván Massagué, Tomás del Estal, Mabel Ribera, Pol López o Enric Auquer, acaba siendo una comedia que, a través de un humor soterrado, reflexiona sobre el vértigo que provoca la educación de los hijos. La serie está coproducida entre RTVE y 3Cat (donde se emite en episodios semanales a pesar de que está completa en RTVE Play) y por los canales públicos SVT (Suecia) y Yle (Finlandia), así como el canal de difusión privado NDR (Noruega).

Matriz

Ficción, 6x20' | Filmin | ★☆☆

Creada y dirigida por Paula Foncea


Partiendo de una propuesta personal de su protagonista, guionista, productora, directora y hasta compositora de la banda sonora, esta miniserie de bajo presupuesto tiene una clara vocación de reflejo de ciertas realidades que rodean a su creadora. Paula (Paula Foncea) es una joven actriz que decidió marcharse a Londres a probar suerte en el mundo de la interpretación pero solo ha logrado pequeños papeles mientras trabaja como camarera. Cuando es seleccionada para protagonizar una película de alto presupuesto que se rodará en Madrid, decide regresar con la intención de aprovechar esta oportunidad, pero "el orden fortuito de las cosas", como reza el subtítulo de la serie, provoca que el proyecto se quede en suspenso y ella se quede atrapada en un paréntesis que la llevará a volver al punto de partida, tratando de conseguir un alquiler que no la arruine mientras recupera su círculo de amigos. Conforme se desarrolla la historia, queda cada vez más claro que Matriz (Filmin, 2023) no cuenta solo la historia de Paula sino que pretende reflejar un espíritu millenial que está envuelto en inseguridades y planteamientos de vida más o menos alternativos. Algunas historias paralelas como la de la periodista Marina (Farah Hamed) que decide renunciar a su logrado posicionamiento en un medio de comunicación para iniciar una nueva etapa iniciando su propio periódico digital, se conforman como tramas igualmente importantes. Frente a la comodidad de una mayor relevancia en el periódico en el que trabaja, que está sin embargo sesgada por las imposiciones editoriales, Marina decide afrontar el riesgo de tomar su propio camino, que le permite sin embargo hablar con libertad de los temas que realmente le interesan. 

Matriz parece tener la intención de describir a personajes con actitudes positivistas, aunque estén inmersos en la precariedad, a través del reflejo de un entorno urbanita que, al menos, resulta mucho más creíble que los que se muestran en series como Todo lo otro (SkyShowtime, 2021) o Valeria (Netflix, 2020-2023) por poner dos ejemplos más mainstream. El formato de serie low cost consigue ser algo menos amateur que otras propuestas recientes como Tus monstruos (Filmin, 2020), y la participación de actores que forman parte del entorno vital de Paula Foncea logra ese grado de cercanía que necesita la historia. Por el camino, Matriz aborda temas como la gentrificación y la turistificación de los barrios tradicionales del centro de Madrid, de la salud mental y de los sueños rotos, siempre desde una perspectiva optimista pero sin dejar de ser realista. Una de las tramas de la serie se refiere a las dudas de Martín (Vicente Vergara), dueño de un bar en un edificio que ha recibido una oferta económica de un fondo de inversión para ser comprado, y las reuniones que mantiene con los vecinos para tomar una decisión consensuada. A pesar de su evidente bajo presupuesto, la directora toma algunas decisiones acertadas, como planificar parte de la historia a partir de planos secuencia que permiten un desarrollo más fluido y natural de los diálogos, y en cierta medida Matriz parece impregnarse del estilo de las películas dirigidas por Jonás Trueba, como La virgen de agosto (2019), que tratan de encontrar una naturalidad casi documental en la representación de personajes tan cercanos que resultan fácilmente identificables. 

Matar al presidente

Documental, 3x50' | Movistar+ | ★☆☆☆☆

Escrita y dirigida por Eulogio Romero


Elaborar una serie documental apoyándose en conjeturas es un ejercicio peligroso porque puede caer en un vacío narrativo que solo alimenta las teorías de la conspiración, pero hacerlo utilizando solo aquellos elementos que sirven para apoyar la tesis que defiende ya resulta incluso poco respetuoso para el espectador. Matar al presidente (Movistar+, 2023) es una producción de 100 Balas, que pertenece a The Mediapro Studio, y que ha estrenado recientemente la serie de ficción Romancero (Prime Video, 2023) y anteriormente otras producciones documentales como Los 8 de Irak (Movistar+, 2022) y Lola (Movistar+, 2021). Escrita y dirigida por Eulogio Romero, responsable también de la serie documental Edelweiss (RTVE Play, 2021), esta nueva incursión en las investigaciones sobre el atentado cometido contra Luis Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973, que se ha retratado en películas de ficción como Operación Ogro (Gillo Pontecorvo, 1979), recupera algunas de las hipótesis que se han barajado posteriormente, en especial la de una posible participación de la CIA, que podría haber ayudado al comando de ETA que ejecutó el magnicidio. Aunque el director ha manifestado en varias entrevistas que le interesaba plantear preguntas, en realidad el documental lo que hace es proponer afirmaciones, apoyándose principalmente en los testimonios de los periodistas de investigación que han defendido desde hace años la probable participación de la CIA, especialmente Carlos Estévez y Paco Mármol, autores del libro Carrero. Las razones ocultas de un asesinato (1998, Ed. Temas de Hoy) y Ernesto Villar, autor del libro Todos quieren matar a Carrero (2011, Ed. Libroslibres). Pero estas teorías, que han venido resurgiendo de forma periódica a lo largo de los años, "no son demostrables", como afirma el periodista Antonio Rubio. E incluso el reportero norteamericano Tim Weiner, ganador del Premio Pulitzer en 1988 por sus investigaciones sobre el dinero negro utilizado por el Pentágono y la CIA, llega a afirmar de forma rotunda en el episodio La CIA en España (T1E2): "No se me ocurre ni una sola ocasión durante la Guerra Fría en que la CIA colaborara con un grupo terrorista de izquierdas para matar a un político de derechas". De alguna forma, Matar al presidente acaba siendo un documental cuya principal tesis es negada por sus propios entrevistados. 

A lo largo de sus tres episodios, la serie desgrana los posibles indicios que podrían hacer pensar que la banda terrorista ETA tuvo una ayuda externa, y las razones por las que Henry Kissinger, fallecido recientemente, pudiera tener una cierta animadversión hacia Carrero Blanco, que se postulaba como uno de los posibles sucesores de Francisco Franco, por encima de Carlos Arias Navarro, que estaba más en la línea de seguir apoyando la presencia de las bases militares estadounidenses en España. Incluso se menciona el Proyecto Islero, un intento del gobierno español de construir su propia bomba atómica, que los Estados Unidos no verían con satisfacción. Pero hay algunas afirmaciones erróneas o directamente falsas, como la utilización de un tipo de explosivo de origen militar que la banda terrorista ETA no solía usar en sus acciones violentas. En el artículo ‘Matar al presidente’, ¿documental o fantasía épica sobre el asesinato de Carrero Blanco? (The Conversation, 19/12/2023), David Mota Zurdo, profesor de  Historia de la Universidad de Valladolid, desgrana algunas de las inexactitudes que contiene el documental. De manera que da la impresión de que toda la narrativa se construye con el objetivo de reforzar la teoría de la conspiración. Y eso que el episodio Todos querían muerto al presidente (T1E1) es un análisis bastante interesante sobre la situación en la que se encontraba el régimen franquista en plena agonía y las traiciones dentro del propio gobierno. 

Pero los dos episodios posteriores siguen un camino claro, y especialmente La conspiración (T1E3) resulta incluso manipulador. En un momento dado, se habla de un documento surgido recientemente que resumiría las conclusiones de un comité de investigación del ejército español, en el que se afirma rotundamente que la CIA participó en el atentado. La secuencia muestra a los principales entrevistados leyendo el documento y mostrando gestos de sorpresa. Pero después de diez minutos de suspense, se afirma: "No hemos conseguido verificar la autenticidad de este informe porque los documentos del caso siguen sin ser desclasificados". Sin embargo, no hay ninguna mención en el documental a otros documentos que sí fueron desclasificados en 2017 por el gobierno estadounidense. Entre los denominados "papeles de la CIA", existen tres informes realizados en los días posteriores al atentado en los que no solo no se menciona la participación del servicio de inteligencia, sino que en los dos primeros se habla de una posible explosión de una tubería de gas, y solo en el tercero se menciona el hecho como un atentado terrorista. Otros documentos también desclasificados en 2017 sí mencionan la participación de la CIA en países extranjeros como la Operación Cóndor en Sudamérica. Realizar un análisis documental dejando fuera aquellos elementos que no son idóneos para mantener la teoría defendida es una práctica poco respetuosa con los espectadores. Pero es interesante, al menos, la referencia que realiza el periodista Antonio Rubio a que la Ley de Secretos Oficiales de España es de 1968, y la inconsistencia de no establecer un período de tiempo para desclasificar estos documentos, algo que sí ocurre en otros países como Estados Unidos. Matar al presidente pierde la oportunidad de realizar un análisis más exhaustivo sobre un atentado destacado en la historia reciente, porque se entrega sin resistencia a las teorías de la conspiración. El periodista Luis R. Aizpeolea, autor de varios libros sobre la banda terrorista ETA, titulaba un artículo reciente: El asesinato de Carrero Blanco: ni lleno de enigmas ni tan trascendental (El País, 16/12/2023). Hubiera sido interesante confrontar los diferentes puntos de vista. 

* Este post se actualizó el 20 de diciembre para incluir el comentario de la temporada completa de Matar al presidente

Los que se quedan se estrena en cines el 24 de enero de 2024. 
______________________________________
Películas mencionadas: 

Los crímenes de Oxford se puede ver en FlixOlé.
Veneciafrenia y Venus se pueden ver en Prime Video. 
Malnazidos se puede ver en Netflix. 
Y todos arderán y Espíritu sagrado se pueden ver en Filmin.
Operación Ogro se puede ver en FlixOlé y Movistar+. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario