El Festival Cinema Jove se viene celebrando en Valencia durante esta semana hasta la clausura este sábado, un veterano festival que llega a su 40 edición dedicado a los jóvenes cineastas internacionales. Una de sus secciones menos conocidas, sin embargo, es la que dedican al formato de series, siendo uno de los primeros festivales que se abrió a la competición en esta modalidad, a la que luego se han ido incorporando otras muestras cinematográficas. Desde 2016, Cinema Jove incorporó a su programación una Sección de Webseries, dedicada a producciones de formato corto realizadas generalmente para su distribución independiente en internet, pero posteriormente se ha ido abriendo a un formato de series más tradicional, en muchos casos producidas por televisiones públicas y procedentes de otras selecciones previas como el Berlinale Series, que se celebró por primera vez en 2015, convirtiendo al Festival de Berlín en el primero que dedicó una sección específica a las series, aunque solo fue competitiva un año. Durante el primer fin de semana de Cinema Jove se llevaron a cabo las sesiones de las producciones que compiten en esta edición optando a los premios que se darán a conocer este sábado. El año pasado, la ganadora del premio a la Mejor Serie y el Premio del Público fue la noruega Dates in real life (Amor sin wifi) (Movistar Plus+, 2024), mientras que los premios de Dirección, Guión y Actriz fueron para el estupendo drama neozelandés Después de la fiesta (Filmin, 2023), que se estrena en España el 8 de julio, con una Mención Especial a la canadiense Les météorites (ICI Tou.tv, 2024). Este año vamos a repasar la mayor parte de las series que forman la selección competitiva, y que se han visto junto a una proyección especial de Favàritx (HBO Max, 2025) y una sesión de coproducciones con Winter Palace (Netflix, 2024-) y Perdiendo el juicio (atresplayer, 2025).
Una de las producciones brasileñas más destacadas de esta temporada es esta crónica de los primeros años de la pandemia del SIDA desde la perspectiva brasileña, pero manteniendo una mirada crítica también como reflejo de la tardía y equivocada gestión sanitaria de Brasil en la reciente pandemia del Covid-19. Tanto en los años 80 como en 2020, la primera reacción de las autoridades fue la negación y la pasividad, envuelta en desinformación, para posteriormente adoptar medidas de aislamiento y estigmatización. En una escena del episodio Vida (T1E1), un pasajero de un vuelo menciona lo paradójicos que son los folletos de seguridad de los aviones, en los que las personas que se encuentran en peligro, esperando que se suelten las máscaras de oxígeno para salvarles la vida, están dibujadas con rostros sonrientes. Lo que refleja en parte la forma despreocupada con la que muchos recibían las noticias de la propagación de los contagios de VIH, sin pensar que pudiera afectarles. Pero, como el título de la serie indica, en este caso esperar que la lucha contra la enfermedad llegara de manera espontánea era inútil, y fue el impulso propio de la comunidad homosexual el que encontró soluciones en muchos casos. Como el de un grupo de azafatos y azafatas que, en la vida real, decidieron conseguir el primer tratamiento de AZT en Estados Unidos e introducirlo de contrabando en Brasil, donde no estaba regulado su uso. Mientras que el AZT comenzó a utilizarse en algunos países desde 1987, Brasil no lo aprobó hasta 1993. Mascaras de oxigênio não cairão automaticamente (HBO Max, 2025) se basa en esta historia real para abordar los primeros años de la enfermedad y reflejar la percepción con la que fue recibida al principio. Envuelta en el estigma de la muerte, muchos jóvenes ni siquiera hablaban de ella, y por eso cuando Pantera (Verónica Valentino), una veterana mujer transexual, acepta el destino terrible del VIH positivo, le pide a Raul (Ícaro Silva) que no oculte la causa de su muerte, sino todo lo contrario, que hable del SIDA de manera abierta para que los jóvenes tomen conciencia de su gravedad. Fernando (Johnny Massaro) es uno de estos jóvenes despreocupados que tiene una vida que muchos podrían envidiar, especialmente en una época en la que viajar en avión era prohibitivo económicamente para muchos brasileños. Él, sin embargo, trabaja como azafato en la compañía Fly Brasil junto a su amiga Lea (Bruna Linzmeyer), y lleva una vida hedonista y promiscua, aunque mantiene una relación algo más estable con el popular futbolista Caio (Igor Fernandez), quien no se considera homosexual, como le deja claro a Fernando en el episodio Canto de Oxóssi (T1E2) cuando le dice: "No soy un desviado como tú".
Fernando, al que le gusta hacerse llamar Vida, puede parecer un personaje arquetípico de la representación homosexual, pero este es el propósito de la serie al tener como protagonista a una persona joven que disfruta de todo lo que necesita hasta que el VIH pone en peligro esa aparente perfección de su vida personal. Pero la historia también quiere evitar la percepción inicial de que se trataba de una pandemia que afectaba solo a la comunidad LGBTIQ+, presentando a otros personajes, algunos heterosexuales, que también deben enfrentarse al rechazo que provoca estar contagiado con el VIH, como el hijo de un piloto. Los primeros episodios de Mascaras de oxigênio não cairão automaticamente contienen altas dosis de homoerotismo que reflejan el deseo y la búsqueda del placer, que sin embargo se rompe con la aparición de la infección. Desde la mirada contemporánea y el conocimiento actual del desarrollo de la enfermedad, es impactante ver algunas de las reacciones que provocaba, como la incertidumbre sobre las formas de contagio que se mantuvo durante mucho tiempo a pesar de que la información médica era transparente. La serie creada por Patricia Corso y Leonardo Moreira sobre una idea original de Thiago Pimentel, no pretende tener solo una función más o menos informativa y educativa sobre una enfermedad con la que, a finales de 2024, convivían más de 40 millones de personas en el mundo. Por el contrario, es una aproximación emocional que en algunos momentos puede ser difícil de contemplar ante el dolor y la confusión que aparecían como un impacto en las vidas de muchas personas. El AZT, a pesar de sus duros efectos secundarios, fue uno de los primeros retrovirales que conseguía mantener el contagio sin desarrollarse. En Canto de Oxóssi (T1E2), Fernando toma la decisión de transportar este tratamiento en su maleta para venderlo entre los círculos sociales más ricos, y así conseguir dinero para adquirir más y al mismo tiempo poder ofrecerlo de forma gratuita entre la comunidad con menos recursos: "El Robin Hood de los gays", como le define Raul. La serie aborda la dimensión política y social que supuso el SIDA a través de la hipocresía de personajes secundarios como Henrique (Sergio Menezes), un policía que oculta sus homosexuales, al mismo tiempo que participa en redadas en las que dan palizas a transexuales. Las campañas de desinformación y advertencia del Ministerio de Salud comparando la supervivencia del cáncer con la fatalidad del Sida, que se muestra en Vem chegando o verão (T1E4), reflejan la responsabilidad política en la estigmatización, que provoca también la clausura de locales de ambiente homosexual. Dotada de una especial capacidad para emocionar, también se beneficia del efecto de la nostalgia, que transmite a través de una selección de temas populares del pop de los ochenta y archivos de la época. Es una crónica que en cierto modo llena un vacío en la cinematografía brasileña que solo ha abordado el tema del SIDA en títulos concretos como Os primeiros soldados (Rodrigo de Oliveira, 2021), una película también protagonizada por Johnny Massaro. Pero la serie también conecta con el excelente biopic sobre el cantante Ney Matogrosso que ha hecho Sangre latina: La balada de Ney Matogrosso (Esmir Filho, 2025), como un retrato de la rebeldía individual que se envuelve en el impulso colectivo.
Seguramente, uno de los momentos biográficos menos conocidos de la diva Maria Callas es su juventud, cuando regresó a Grecia en 1937 tras la separación de sus padres, después de haber pasado su infancia en Nueva York, donde nació. En Atenas vivió sus primeros años como cantante en medio de la ocupación de los fascistas italianos y fue educada en el bel canto por la soprano española Elvira de Hidalgo, debutando en 1942 en el Teatro Lírico Nacional de Atenas. Creada y dirigida por Olga Marea (1960, Grecia), que ha conseguido éxitos cinematográficos como la comedia Little Greek Godfather (2008), esta producción de la cadena pública ERT para su plataforma de streaming ERTFLIX abarca por tanto los años que transcurren desde la llegada a Grecia de una adolescente Maria (Cleopatra Eleftheriadou) hasta su regreso a Estados Unidos en 1944, después de que Grecia fuera liberada por las tropas británicas y ella decidiera seguir su carrera junto a su padre. A lo largo de los diez episodios que forman esta temporada, se refleja la mala relación que mantuvo con su madre Litsa (Eleni Randou), que fue quien la empujó a formarse como cantante de ópera pero al mismo tiempo era demasiado exigente. Aunque no se hace referencia en la serie, el libro biográfico Cast a diva (2021), que la autora Lyndsy Spence basó en correspondencias personales de Maria Callas, revelaba que su madre quiso prostituirla a ella y a su hermana con soldados nazis durante la ocupación. En la serie, que está basada en otra biografía titulada The unknown Callas: The Greek years (1999), de Nicholas Petsadis-Domidis, sí se refleja la confianza que tenía con su hermana Jackie (Demy) y la relación casi maternal que mantuvo con su profesora de canto, Elvira de Hidalgo (Renia Louzidou). También se desarrolla desde el episodio Soldadito de plomo (T1E2) la relación sentimental con Robert (Michael Edwards), un soldado inglés perseguido por los fascistas, de la que se sugiere que incluso estuvo a punto de abandonarlo todo para huir con él. Tampoco se evitan algunas cuestiones controvertidas como la admiración de un oficial alemán, Oskar Boatman (Vasilis Tsoukas) por su forma de cantar, lo que le permite la posibilidad de ser protagonista en los ensayos de una representación de Tosca (1900) de Giuseppe Verdi, pero provoca un conflicto con el barítono Evangelos Magliveras (Ioannis Papazisis) en De Machinas Theos (T1E5), que considera que está actuando como colaboracionista con los nazis, una acusación que persiguió a Maria Callas durante toda su vida. El episodio Prender fuego (T1E6) se centra en un pasaje de la vida de la cantante que la relaciona con la sustracción del arpista de Keros, una estatuilla del arte cicládico que se encontraba entre los tesoros robados por los nazis, pero lo hace con un recurso de thriller moderno que no termina de encajar en la historia.
Maria: The unknown Callas (ERTFLIX, 2024) trata siempre de ofrecer una representación entretenida de la vida de María Callas, utilizando los resortes de un drama que intenta equilibrar la biografía más o menos tradicional con el trasfondo de la ocupación nazi y deriva hacia el drama romántico en ocasiones. Los datos de visionados en la emisión de la plataforma fueron muy buenos, con 547.000 visualizaciones en el primer fin de semana de diciembre en el que se estrenaron los cinco primeros episodios, pero la respuesta crítica no ha sido tan unánime, e incluso hubo cierta polémica por los comentarios de un conocido crítico griego que la consideraba "una oportunidad perdida". Lo cierto es que la serie no tiene la suntuosidad que se podría esperar de la primera biografía de María Callas realizada por una televisión pública, y en cierta manera tiene una puesta en escena más cercana a una serie diaria como La promesa (RTVE, 2023-) que a una producción cinematográfica, situando las escenas en interiores de manera predominante y utilizando unos exteriores que dan la impresión de repetirse constantemente, especialmente durante las persecuciones de los soldados ingleses en los primeros episodios. También hay capítulos casi exclusivamente dedicados a los ensayos de la ópera Fidelio (1805), como Golondrinas (T1E7), que describe una relación complicada al principio con el director alemán Hans Horner (Dirk Sikorski), que sin embargo consigue extraer su mejor tesitura. Es una buena decisión que la joven cantante Cleopatra Eleftheriadou interprete a Maria Callas en su juventud, marcando un desarrollo del personaje desde las inseguridades de la adolescencia hasta la seguridad de su crecimiento como soprano. Y aunque la dirección de Olga Marea trata de establecer paralelismos entre las óperas representadas y la vida de Maria Callas, a veces da la impresión de que no termina de profundizar en la relación de algunos personajes, especialmente en el retrato de una madre que parece demasiado caricaturizado. Se podría haber esperado algo más de la incursión de la televisión pública griega en una de sus personalidades más destacadas, pero Maria: The unknown Callas termina siendo un drama solvente al que le falta emoción para ser más relevante.
La productora española TV On, con sede en Valencia, está formada por un equipo de mujeres encabezadas por Paloma Mora que ha puesto en marcha largometrajes como Els mals noms (Marc Ortiz, 2025) y ha participado en series estrenadas recientemente como Favàritx (HBO Max, 2025). A través del contacto con el cineasta Bambú Orellana, responsable de la productora chilena Typpo Creative Lab, que desarrolló la serie infantil Domingos divertidos (Movistar Plus+, 2023-), esta coproducción hispano-chilena seleccionada para la sección de Series de televisión en el Festival de Annecy ofrece una estructura antológica a lo largo de 13 episodios de 11 minutos cada uno, centrados en mujeres que han sido pioneras en muchas disciplinas artísticas, deportivas y sociales, en la mayor parte de los casos enfrentándose a la tradicional sociedad masculina normativa. Los episodios están dedicados a diferentes personalidades pero evitando los nombres más conocidos y obvios, abarcando desde el siglo XVII hasta el siglo XX: la española Jerónima Galés (1562) fue la primera mujer en estampar su nombre en una imprenta; la norteamericana Alice Guy (1896) fue la primera directora de cine; la peruana Carmen Moral (1970) fue la primera directora de orquesta en Latinoamérica; Krystyna Chojnowska-Liskiewicz (1976) fue una marinera polaca que dio la vuelta al mundo por primera vez en su propia embarcación. El episodio que hemos podido ver está dedicado a la alpinista japonesa Junko Tabei (1975), que consiguió ser la primera mujer en alcanzar el pico más alto del Everest, un esfuerzo que, según se relata, tuvo que ser solitario cuando el equipo de mujeres que la acompañaban no pudo seguir su ascenso.
La producción de Primeras (CNTV/TVE, 2024) se ha repartido al 50% entre las dos productoras, con equipos de guión, animación y postproducción españoles y chilenos participando en las diferentes etapas del proceso de elaboración del cortometraje: unos ocho meses de preproducción y otros ocho meses de animación. Aunque por parte española ha conseguido ayudas de la Generalitat Valenciana, la serie ha contado en Chile con la participación desde su origen de la televisión pública CNTV, lo que ha permitido su emisión, mientras que en España todavía está pendiente su estreno en TVE, aunque el pasado mes de febrero ganó el Premio Lola Gaos del audiovisual valenciano a la Mejor Serie de Animación. Se ha utilizado una técnica de animación 2D tradicional para la elaboración de las historias que tienen una estructura narrativa parecida, desde la presentación del personaje principal hasta la consecución de su proeza, después de enfrentarse a las dificultades de una sociedad que rechaza las posibilidades de éxito que tienen estas mujeres. Primeras está producida en versión original en castellano, introduciendo subtítulos al inglés, pero también hay una versión en valenciano y ha contado con un doblaje chileno, de manera que abarca todo el espectro de mercados posibles para su distribución con las características lingüísticas propias de cada uno de ellos.
Esta producción iraní es una excelente mirada íntima al proceso de divorcio de una pareja, creada por Ida Panahandeh (1979, Irán) y Arsalan Amiri (1975, Irán), que son también pareja en su vida personal y en su labor profesional. Durante su trayectoria, ambos se han enfocado en historias que abordan los derechos de las mujeres iraníes, como el largometraje Nahid (Ida Panahandeh, 2015), que ganó el Prix de l'Avenir en Un Certain Regard del Festival de Cannes, pero también han explorado el género de terror con Zalava (Arsalan Amiri, 2021), que ganó el Premio de la Crítica en la Mostra de Venecia y compitió en el Festival de Sitges. En su primera serie, vuelven a las historias personales a través de una pareja que finalmente ha conseguido vivir a las afueras de Teherán al tener una cierta estabilidad económica. Pero lo que parecía una ambición cumplida de un apartamento en propiedad, se convierte en la razón de su separación. Cuando vemos a Behnam (Parsa Pirouzfar) y Mahrokh (Hoda Zeinolabedin) al principio del episodio The tourist bus (T1E1), viven juntos pero duermen separados, y la historia retrocede meses antes para mostrar la discusión que provocó la ruptura. Benham reprocha a su esposa que, al tener que compartir el coche, se ha visto obligado a coger un autobús, acabando en una situación peligrosa cuando toma por error un autobús para turistas. Esta equivocación provoca que sea retenido durante una noche por los servicios de seguridad, e impulsa su arrepentimiento por haber aceptado la decisión de su esposa de vivir tan lejos de la ciudad. Es interesante cómo la directora Ida Panahendeh, que ganó el premio a la Mejor Dirección en Séries Mania '25, muestra el largo recorrido en coche que debe hacer Mahrokh hasta llegar a su casa después de su trabajo en una galería, de manera que la distancia de la ciudad supone un aislamiento que acaba provocando también una distancia dentro del propio entorno familiar. Desde las primeras imágenes, los rostros de Behnam y Mahrokh se muestran separados por una pantalla dividida, y el retrato de la pareja se refleja a través de sus personalidades. Durante la discusión del primer episodio, un molinillo de café manual representa de una manera muy inteligente cómo Mahrokh prefiere seguir utilizando un objeto defectuoso para ahorrar algo de dinero, y cómo esos pequeños detalles provocan un distanciamiento cada vez mayor entre ambos.
En el cine iraní hemos visto algunos tratamientos sobre los procesos de divorcio en Irán, como la premiada Nader y Simin, una separación (Asghar Farhadi, 2011), que mostraba las dificultades que una pareja encuentra para separarse. Buena parte del episodio 24+1 (T1E2) transcurre en la oficina del peculiar registrador Abdul Ali Ishaghi (Siamak Safari), que no parece tener mucho interés en registrar el divorcio, y provoca una discusión entre Benham y Mahrokh por la devolución de la dote, que consiste en 24 nardos. Esta sobriedad en el tratamiento de los personajes, pero introduciendo elementos que suavizan la rotundidad de la historia, construye un relato que se siente realista y profundo, sin adoptar un posicionamiento concreto a favor de uno u otro miembro de la pareja. Pero también les rodea de personajes secundarios que contribuyen a explicar sus propias personalidades: el padre de Mahrokh, interpretado por el director de cine Alireza Davoudnejad (1954 Irán), conocido por películas como Niaz (The need) (1992), es un hombre estricto que recurre a la violencia cuando se entera de que su hija se ha divorciado: "¿Me tomas por tonto para divorciarte en secreto? ¿Él te maltrata? ¿Es un drogadicto? ¿Te ha engañado o es impotente? ¿Por qué te divorcias entonces?", dice a Mahrokh en el episodio The Gulag Archipelago (T1E3). Y le prohíbe que haga pública su separación para no arruinar la boda de su hija menor. Mientras que las diferencias sociales están representadas por Sorayya (Sahar Goldoost), una vecina del nuevo apartamento de Behnam que suponemos tendrá más relevancia en el desarrollo de la historia. De este tercer episodio se eliminó una escena en su emisión en la plataforma Filmnet, después de que se hiciera viral, que muestra a Benham bailando con su madre (Ehteram Boroumand), quien padece alzheimer. At the end of the night (Filmnet, 2024) es una íntima y emocionante historia sobre la forma en que el proceso de divorcio puede llegar a ser doloroso cuando esta separación se produce simplemente porque ya no son compatibles en la convivencia, lo que se refleja en la tristeza que invade a Mahrokh cuando se quita el anillo de casada. Y cuenta con una hermosa banda sonora, un delicado trabajo de Ramin Kousha, compositor iraní afincado en Los Angeles que ha colaborado con Bear McCreary en la banda sonora de Fundación (Apple tv+, 2021-). Es una emotiva partitura para piano y orquesta que transmite con inspiración la melancolía de la historia.
Las creadoras de esta serie estrenaron una versión para TikTok en 2022, que se convirtió en un éxito, con más de un millón y medio de visitas. Tras la repercusión que obtuvo, Warner Bros Discovery, propietaria del canal Three y la plataforma Three Now en Nueva Zelanda, decidió producir una adaptación en un formato más tradicional, de donde surgió nOOb (Three Now, 2024), una serie que ampliaba la duración original de 3 minutos a los habituales 25 minutos de las comedias juveniles, y que a lo largo de seis episodios muestra la vida en un instituto en la ciudad de Gore durante los años 2000, la época del comienzo de internet, los videoclubes, MySpace y las conversaciones en chats. La historia se desarrolla en el año 2005, y está protagonizada por uno de los alumnos más populares del instituto, el capitán del equipo de rugby Nikau Bennett (Max Crean) y pareja de la novia que todos querrían tener, Lauren Conrad (Shervonne Grierson). Pero cuando trasciende su afición a crear fan-ficciones homoeróticas protagonizadas por Ashton Kutcher o Gerard Way, del grupo The Chemical Romance, su popularidad en el instituto se desploma. Tras reconocer que es gay, Nikau es marginado por su círculo de amigos populares y comienza a sentirse más cómodo con el grupo de parias del instituto. La diferencia entre la serie de TikTok y ésta es que aquella contaba con doce episodios que ofrecían un retrato más coral, mientras que ésta se centra sobre todo en el personaje de Nikau, uno de los que formaban parte de la historia original. Entre los nuevos componentes del círculo de amistades del protagonista se encuentran el chico emo James (Jaxson Cook), su mejor amigo Christian (James Sexton) y la complaciente Clara (Felicia To'a), que componen una pandilla muy divertida. Recogiendo el espíritu de series como Sex education (Netflix, 2019-2023) o Derry girls (Netflix, 2018-2022), esta producción neozelandesa juega la carta de la nostalgia haciendo referencias a ese mundo que comenzaba a ser seducido por los primeros recursos de internet sin ser demasiado conscientes todavía de que les iba a cambiar la vida.
La serie, que fue seleccionada en Berlinale Series Market y Canneseries, y se ha estrenado recientemente en Canal+ Francia, utiliza los elementos habituales de este tipo de historias juveniles, pero introduciendo ese tono nostálgico que tiene principios de los años 2000, a la manera de Big boys (Filmin, 2022-2025), y aportando una mirada irónica femenina que proviene del punto de vista de un equipo principalmente conformado por mujeres. En el Episodio 3 (T1E3), una de las consecuencias de la salida del armario de Nikau es que sus compañeros del equipo de rugby ya no le permiten participar en el juego de la galleta, el juego de masturbación grupal que se conoce en los países anglosajones como cookie ookie. En este mismo episodio, el grupo de nuevos amigos del protagonista es enviado a realizar servicios sociales en un hogar de ancianos como castigo por algunos acontecimientos anteriores, lo que recuerda también a Reservation dogs (Disney+, 2021-2023), en cuanto a la atención a la tercera edad que conecta a los jóvenes con sus ancestros. Temas étnicos relacionados con Clara, de origen maorí, o Lauren, de madre china, conforman algunos elementos transversales comunes a este tipo de historias, pero tienen un tratamiento especial dentro del entorno de un pequeño pueblo en Nueva Zelanda. Lo interesante de nOOb es que sitúa a los personajes dentro de su ambiente sin necesariamente mirarlos desde una perspectiva actual, como en el caso de Lauren, una Paris Hilton convertida en adolescente euroasiática, que resulta exótica para los alumnos del instituto, aunque ella no tiene intención de perder su vida en ese pueblo y sueña con triunfar en la MTV. James trabaja con el padre de ella en el videoclub Movie Maze, y hay alguna divertida referencia a películas como Brokeback mountain (Ang Lee, 2005), cuando el grupo de amigos la ven sin saber que en realidad es una historia de amor entre dos vaqueros. Por supuesto, el Episodio 6 (T1E6) se desarrolla durante la fiesta de graduación, manteniendo el elemento tradicional del desenlace en las series juveniles de estudiantes.
Estrenada en diciembre de 2023 en Flow, la plataforma VOD de Telecom Argentina, hablamos de esta comedia argentina cuando fue seleccionada para el Berlinale Series Market en 2024. La historia aglutina todas las características de las comedias dramáticas, o dramedias, al abordar temas presentes en las sociedades modernas, pero utilizando las herramientas del humor. Y consigue ser una lograda visión de las dinámicas familiares a través de una propuesta original que termina siendo muy divertida, y que debería encontrar un espacio de transmisión en alguna plataforma española, aunque parece que el interés principal de la productora es conseguir acuerdos para realizar versiones de la historia en diferentes países, adaptando la idiosincrasia de sus personajes. Familia de diván (Flow, 2023-) está creada por Ariana Saiegh y Gonzalo Arias, con la guionista ejerciendo como showrunner, una figura no muy habitual en la producción de televisión en Latinoamérica, pero que permite establecer una fluidez laboral y conceptual entre la primera idea, la escritura de los guiones, el rodaje y la postproducción. El título juega al doble sentido haciendo referencia al matrimonio formado por José (Boy Olmi) y Susi (Carola Reyna), quienes comparten un consultorio en su propia casa en el que tratan juntos a sus pacientes, mezclando las técnicas de psicoanálisis que controla él con las terapias alternativas que realiza ella. Pero por la consulta acabará involucrándose también parte de su familia, como la madre de Susi, La Bobe (Nora Cárpena) o sus hijos, Abel (Teo D'Elia), un adolescente al que han cancelado en el instituto por actitudes misóginas, y Mara (Inés Efrón), que se ha independizado y busca un donante de esperma para tener un bebé con su novia. Pero cuando Susi comienza a plantearse la necesidad de separarse de su marido, no solo se desmorona el entorno familiar de José sino también su vida profesional, porque él nunca ha llegado a pasar el examen final de graduación debido a su pánico escénico.
Familia de diván construye una historia con elementos sencillos, pocas localizaciones y escenarios interiores, apoyándose sobre todo en un guión cargado de ironía que aborda temas relevantes. La trama horizontal de la serie se alimenta de subtramas que en cada episodio tienen como protagonistas a los pacientes, lo que permite incorporar a actores y actrices invitados muy reconocidos de la escena argentina, como Antonio Birabent o Fabio Di Tomaso. Aunque la separación en principio es solo matrimonial, cada vez resulta más difícil para José y Susi mantener una vida profesional compartida, sobre todo porque no pueden evitar que los problemas de pareja de sus pacientes se conviertan en reflejos de sus propios problemas personales. La introducción de temas como el bullying, la diversidad sexual o la reproducción asistida aporta una profundidad a la serie, que no solo se queda en una diversión superficial. Los elementos que conforman la propuesta funcionan perfectamente, como la pegadiza sintonía del compositor Juan D'Eramo, que tiene una tonalidad de música judaica, porque de hecho la familia es de religión judía, pero que consigue predisponer al espectador para la comedia. El desarrollo de la historia evita la repetición, sobre todo cuando sale del salón de la casa/consulta e introduce personajes como Mario Contreras (Martín Seefeld), un antiguo compañero de estudios de José y pretendiente de Susi, que ha logrado una exitosa carrera como psicólogo. Familia de diván se beneficia de la relación de los actores Boy Olmi y Carola Reyna, matrimonio en la vida real desde hace treinta años y reconocidos intérpretes argentinos, que han trabajado juntos en otras series como La niñera (Telefe, 2005-2007), pero nunca interpretando a un matrimonio separado. Comedia de gran efectividad, Familia de diván tiene la capacidad de abordar temas relevantes con un aparente desenfado.
Esta comedia sobre las relaciones entre madres e hijas comienza con la protagonista, Emmy (Lauren Collins), tratando de encontrar las palabras para describir a su madre en su funeral, pero sin decir exactamente lo que piensa: "Era una especie de cabrona. Conocerla era amarla, pero también ser juzgada continuamente por ella". El problema de Emmy es que, efectivamente, su madre Fern (Megan Follows) ha muerto hace tres años pero no deja de aparecer como un fantasma que continúa criticando todo lo que hace su hija. A lo largo de los siete episodios de la primera temporada, que tienen una duración entre 10 y 18 minutos, la comedia negra creada por Wendy Litner explora precisamente una relación disfuncional entre una madre y su hija que va más allá de la muerte, como una representación de la carga psicológica que ha acabado persistiendo en la vida de una joven que de alguna forma sigue siendo dependiente de los juicios continuos de su madre. También es una forma de reflejar el duelo que no ha podido dejar atrás y la incapacidad para desligarse del todo del vínculo maternal. La guionista Wendy Litner, conocida por su comedia de formato corto How to buy a baby (CBC, 2017), sobre una pareja infértil que lucha por tener un hijo, ha basado la historia en su propia experiencia tras la muerte de su madre, y la forma en que el sentido del humor pudo ayudarle a sobrellevar el duelo. La serie juega con esta relación disfuncional y cómo afecta a Emmy seguir enfrentándose a las valoraciones de Fern cuando tiene que tomar una decisión importante, pero también a su relación con su pareja Jay (Rainbow Sun Francks) y sus dos hermanos, Jude (David Reale) y Cole (Daniel Maslany), que son comprensivos con las extravagancias de Emmy, pero al mismo tiempo no han tenido que enfrentarse a un juicio constante. Hay en el trasfondo de la serie un comentario sobre el sentido matriarcal y controlador de una familia judía, lo que está representado con especial acierto en el episodio Shaná Tová (T1E5), el único dirigido por Wendy Litner y el que ha conseguido los premios de Guión y Montaje en los Canadian Screen Awards '25 entregados a principios de junio, en las categorías de series digitales. Este episodio muestra la celebración del Rosh Hashaná, una cena familiar tradicional que celebra el Año Nuevo judío en el mes de septiembre, y en la que se desea el Shaná Tová (Buen Año) Pero mezcla con buenas dosis de comedia el pasado (cuando participaba Fern) y el presente (cuando ella solo es visible para Emmy), mostrando una dinámica familiar que está permanentemente influida por la necesidad de estar a la altura frente a su ausencia.
My dead mom (Crave, 2024) nunca llega a ser tan divertida como parece que pretende, pero la serie funciona bien en la relación entre las dos protagonistas, interpretadas por dos estrellas de la televisión canadiense. Lauren Collins es conocida por la popular serie juvenil Degrassi: La nueva generación (CTV, 2001-2015), que interpretó desde que era adolescente, mientras que Megan Follows fue la conocida protagonista de la clásica miniserie Ana de las Tejas Verdes (CBC, 1985) y sus continuaciones. Ella consigue hacer algo más entrañable un personaje que quizás está demasiado entregado a una representación estereotipada de la típica madre judía impertinente y controladora. Otro de los episodios destacados de la serie es el divertido She persisted (T1E6), en el que Emmy ha decidido participar junto a sus hermanos en una carrera de obstáculos contra el cáncer, la enfermedad de la que murió su madre, pensando que este desafío supondrá la salida definitiva al duelo: "Todos mis pensamientos oscuros sobre mi madre, mis inquietantes inseguridades sobre fallarle en vida y después de su muerte, sobre no saber qué quiero ser, desaparecerán completamente cuando cruce la línea de meta", le dice a su novio Jay, quien por supuesto no la cree. A través de la relación con sus hermanos durante la carrera, el episodio es una exploración bastante conmovedora del duelo y de la necesidad de dejar atrás el peso emocional de la pérdida. Hay momentos de ternura en la serie que están bien logrados gracias al equilibrio que sabe mantener la directora Chandler Levick, quien debutó en el largometraje con la notable Me gustan las pelis (2022), una mirada nostálgica a la época de los videoclubes a través de la mirada de un adolescente.
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Películas mencionadas:
Sangre latina: La balada de Ney Matogrosso se puede ver en Netflix.
Zalava se puede ver en Filmin.
Nader y Simin, una separación se puede ver en Filmin y Pluto TV.
Brokeback mountain se puede ver en Filmin y Movistar Plus+.
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