Fin de semana de premios en diversos festivales de series. En Dinamarca, los Series Awards que se entregan en el festival Aarhus Series, el thriller Los secretos que ocultamos (Netflix, 2025) ha acaparado la mayor parte de los premios: Mejor Serie, Serie Policíaca, Miniserie, Dirección, Interpretación (Danica Curcic) y Guión. Mientras que la tercera y última temporada del drama Carmen Curlers (Filmin, 2022-2025) ha conseguido el premio como Mejor Serie de trama continua, el premio al Mejor Talento Emergente ha sido para la actriz Cara Dessau por el thriller La agente encubierta (Netflix, 2025) y la comedia satírica sueca Whisky on the rocks (Disney+, 2024) ha sido considerada la Mejor Serie Nórdica. En Bilbao se entregaron los premios del festival Bilbao Seriesland, que recayeron en la webserie polaca Mirror (YouTube, 2024) como Mejor Serie Low Cost; la danesa The struggle for existence (Instagram, 2024-) como Mejor Reparto; y la estupenda Voces de la tierra (Filmin, 2024) como Mejor Documental. Desaparecido (Netflix, 2025) fue elegida como Mejor Serie en Euskera, Marina Ostolaza consiguió el premio de Interpretación por la tercera temporada de Power up! (EiTB, 2024) y Su Majestad (Prime Video, 2025-) fue elegida como Mejor Serie Vasca. El premio a la Mejor Comedia fue para la serie argentina Primero A (UN3 TV, 2025) y el de Mejor Serie Internacional para la comedia neozelandesa The sender (Instagram, 2025).
Por su parte, en la 12ª edición de Serielizados Fest también se han entregado en Barcelona los premios de este año, con el premio a la Mejor Serie Internacional y el Premio del Público a la producción noruega A better man (Filmin, 2025). Como era previsible, la dramedia canadiense Empathie (Craven, 2025) ha conseguido premios, en las categorías de Mejor Guión e Interpretación, ambos para la actriz Florence Longpré. En la Sección Oficial Nacional, Anatomía de un instante (Movistar Plus+, 2025) ha sido premiada como Mejor Serie, mientras que Yakarta (Movistar Plus+, 2025), casi olvidada en las nominaciones de los Premios Forqué, ha conseguido los galardones a Mejor Guión e Interpretación, ex-aequo para Javier Cámara y Carla Quílez.
Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.
HBO Max - 9 de septiembre-21 de octubre
Estados Unidos, 2025 - 7x60'
Creada por Brad Ingelsby
Dirigida por Jeremiah Zagar, Salli Richardson-Whitfield
Las historias escritas por Brad Ingelsby (1980, Pensilvania) suelen ser cuentos morales, y no nos referimos solo a la miniserie Mare of Eastown (HBO Max, 2021), sino también a recientes películas que llevan su firma, como Echo Valley (Michael Pearce, 2025) o Laberinto en llamas (Paul Greengrass, 2025). Su esperada nueva miniserie construye, entre una elaborada trama de bandas de motoristas e investigadores del FBI, una sólida historia que aborda la moralidad de sus personajes, todos de alguna manera embarcados en la búsqueda de una cierta decencia, aunque sean empujados por el peso de su pasado y tomen decisiones que les llevan por caminos tortuosos. Los personajes de Brad Ingelsby son ese tipo de protagonistas característicos de la televisión de prestigio, que no tiene miedo de mostrarlos con sus defectos y sus incertidumbres, y que los sitúan a la altura de Tony Soprano, Walter White o Don Draper. Y nadie mejor para interpretar a este tipo de personajes en la actualidad que Mark Ruffalo, quien ya nos ofreció hace unos meses otra muestra de esos caracteres depresivos que parecen escritos para él en el excelente drama Hal y Harper (Movistar Plus+, 2025), que actualmente está emitiendo Mubi en algunos países, aunque pasó desapercibido en España, pero sin duda es una de las grandes series de este año. El hecho de que su personaje Tom Brandis (Mark Ruffalo), sea un ex-sacerdote que ha acabado como un agente del FBI cansado y deprimido ya indica desde el principio cuál es la dimensión ética de una historia en la que no hay protagonistas y antagonistas, sino que en cierta manera el representante de la ley es una especie de reverso del criminal perseguido. Robbie Prendergrast (Tom Pelphrey) es un trabajador de los servicios de limpieza que se dedica junto a una pequeña banda a robar a los narcotraficantes para mantener a su familia, tras la muerte de su hermano. Aunque en Confluencias (T1E1) puede parecer una especie de Robin Hood (incluso en su propio nombre) que solo roba a los criminales, lo cierto es que esa aparente moralidad también está marcada por decisiones equivocadas que desembocan en un desenlace sangriento en uno de los atracos, lo que acaba siendo el catalizador de una persecución, tanto de los agentes del FBI como de una violenta banda de motoristas denominada Dark Hearts. Tom Brandis también ha sufrido una pérdida y ahora se ha reincorporado a sus funciones en el FBI liderando un equipo especial que se dedica a investigar los robos cometidos por la banda de Robbie. Pero al margen de la trama de thriller que se desarrolla en el condado de Delaware, en Pensilvania, el lugar de nacimiento de Brad Ingelsby y escenario de Mare of Eastown, en realidad Task (HBO Max, 2025) es sobre todo una historia que reflexiona sobre lo que significa ser una buena persona. Hay referencias constantes a esta idea en los espléndidos diálogos que conforman la serie, en las referencias sobre la bondad de los ausentes, como la que describe Anthony Grasso (Fabien Frankel), uno de los componentes del equipo especial del FBI, en Más allá de las ideas del bien y del mal, existe un río (T1E6), que algunos consideran el auténtico final de la serie, aunque el último episodio es necesario para terminar de cerrar las tramas abiertas. Dirigido por Salli Richardson-Whitfield y escrito por Brad Ingelsby, el título proviene de un verso de un poema del poeta persa Jelaluddin Rumi (1207-1273, Afganistán), que en realidad dice "Más allá de las ideas de lo correcto y lo incorrecto, existe un campo. Allí te encontraré". En el episodio anterior, Errantes (T1E5), en el que un trayecto en coche se convierte en una especie de confesionario recíproco con frases tan elocuentes como: "Nunca le he pedido penitencia a nadie. La gente ya se castiga bastante a sí misma", Robbie Prendergrast toma una decisión respecto a Tom Brandis porque considera que es un hombre decente.
Se ha destacado más, porque resulta mucho más obvia, la idea de redención y perdón que está presente en el entorno de Tom, enfrentado a un juicio contra su propio hijo, Ethan (Andrew Russel), que sufre problemas mentales, pero también en el de Bobbie, a través de la figura de su sobrina Maeve (Emilia Jones), que se convierte en una figura maternal a la fuerza, renunciando a sus deseos de marcharse de ese lugar tan opresivo en el que vive. Es uno de esos personajes secundarios que tienen la profundidad de un personaje principal, que es una de las características de la excelente escritura de Brad Ingeslby, quien nunca permite que sus protagonistas sean los únicos que tengan un trasfondo sólido. También las hijas de Tom conforman un núcleo familiar que, aunque está claramente desestructurado tras la muerte de la madre, consigue la suficiente entidad como para que no sea simplemente un soporte para entender la frustración emocional del personaje principal. Incluso los que se podría considerar como los auténticos antagonistas de la historia, los violentos miembros de las banda de motoristas Dark Hearts, Perry Dorazo (Jamie McShane) y Jayson Wilkes (Sam Keeley), a veces se ven obligados a tomar decisiones como una medida de protección de su entorno. Aunque no ejerce labores de dirección, Brad Ingelsby es de esos escritores que se implican en el rodaje de las series que crean, participando de una manera activa en el trabajo con unos actores que se enfrentan a personajes de gran complejidad. Pero la elección de los dos directores que se reparten los siete episodios también es importante: Jeremiah Zagar, que es hijo de un conocido artista de mosaicos, dirigió el notable drama deportivo Garra (Hustle) (2022), que dio a Adam Sandler la oportunidad de mostrarse como un buen actor dramático, mientras que Salli Richardson-Whitfield tiene una larga trayectoria como realizadora en muchas series como La edad dorada (HBO Max, 2022-) y también como actriz, apareciendo en un pequeño papel como agente de policía en uno de los episodios de Task que ella ha dirigido. Hay una envoltura de thriller policíaco que funciona con eficacia aunque algunos encuentros puedan parecer demasiado convenientes, pero se trata de una capa superficial que esconde una historia que en muchos de sus diálogos aporta profundas reflexiones sobre la comprensión de la fe, el perdón y la pérdida. El guión utiliza a un grupo de personajes trágicos que están marcados por traumas que en cierta manera son similares, para construir un drama sobre la búsqueda de la redención. Las decisiones que llevan hacia los conflictos externos provienen del conflicto interior de los personajes, y esto proporciona una dimensión mucho más profunda en una serie que confirma a Brad Ingeslby como uno de los grandes autores actuales, aunque haya que esperar largo tiempo para que complete sus nuevas propuestas.
Un asesino entre nosotros ★★★★☆ Disney+ - 15 de octubre
Suecia-Finlandia, 2025 - 6x45'
Creada por Jesper Harrie
Dirigida por Trygve Allister Diesen
El escritor Mikael Niemi (1959, Suecia) ha descrito el entorno del valle de Tornedalen, donde nació y donde vive en una granja de renos, en varias de sus novelas, subrayando esa condición de zona geográfica en la que conviven municipios que pertenecen a dos países distintos, algunos con predominio de lengua finlandesa y otros que hablan principalmente sueco, al mismo tiempo que es un territorio donde convive la comunidad sami y se habla en algunas localidades un dialecto particular llamado meänkieli, surgido en la zona finlandesa que estuvo ocupada por Suecia. Se trata por tanto de un lugar marcado por la convivencia de diferentes entornos socio-culturales que también vivió algunas épocas de conflicto a finales del siglo XIX en el que se desarrolla la historia del libro Cocinar un oso (2021, Ed. Seix Barral). La serie comienza en 1850 cuando un nuevo sacerdote (Gustaf Skarsgård) llega a la localidad de Kengis acompañado por su esposa Brita Kajsa (Ane Dahl Torp), sus hijos y Jussi (Emil Karlsen), un joven de origen sami que fue acogido por el pastor, quien le enseñó a leer y escribir, algo que estaba prohibido para los sami, en un pasaje de la novela que en la serie solo se cuenta como parte del pasado. Es una época puritana con la iglesia predicando la moderación, y con una tensión cultural que se ha ido reproduciendo aún más a medida que las comunidades finlandesas, suecas y sami comienzan a mezclarse a través de la migración. Este reflejo de la opresión contra los sami por parte de la iglesia es un trasfondo permanente que tendrá consecuencias posteriores. Cuando una joven pastora aparece asesinada, las habilidades deductivas del nuevo párroco, que tiene un aire a Sherlock Holmes, con su capacidad de observación mientras fuma una pipa, difieren en sus conclusiones de las que tiene el comisario Brahe (Magnus Krepper), quien cree que simplemente ha sido atacada por un oso. El sacerdote sin embargo piensa que los indicios muestran claramente que ha sido un asesinato cometido por una persona. Un asesino entre nosotros (Disney+, 2025), extraño título español cuando la novela ha sido publicada en nuestro país, refleja la convicción del protagonista de que el autor del crimen contra esta joven y otra pastora que desaparece poco después, pertenece a la propia aldea, algo que no son capaces de asimilar el comisario Brahe o la influyente Madam Sjödahl (Pernilla August). La historia refleja el renacimiento laestediano, y de hecho en la novela el pastor lleva el nombre de Lars Levi Laestadius (1800-1861, Suecia), un religioso que existió en la vida real y que propagó esa corriente crítica con el luteranismo, e incluso se le adjudican descubrimientos importantes en el campo de la botánica, dibujando las primeras ilustraciones de plantas que luego serían utilizadas para estudios científicos posteriores. Esta figura del sacerdote que compagina su fe religiosa con el conocimiento de la ciencia, aportando una perspectiva diferente a las tradicionales creencias supersticiosas, y que está acompañado por un aprendiz, recuerda a El nombre de la rosa (1980, Ed. Lumen), de Umberto Eco, aunque Cocinar un oso es menos densa desde el punto de vista filosófico. Pero mantiene esa confrontación entre la religión vista desde una mirada solo puritana y el punto de vista que adoptan fray Guillermo de Baskerville y Lars Levi Laestadius, que es capaz de establecer una convivencia entre la certeza científica y las creencias religiosas.
Sin embargo, una de las virtudes de la serie es que mantiene en un segundo plano este conflicto religioso-científico para centrarse más en la desinformación y la manipulación, lo que la lleva a un terreno más contemporáneo a pesar de desarrollarse en el siglo XIX. Curiosamente, el libro fue publicado en 2021, recién terminado el primer mandato de Donald Trump, y la serie se ha estrenado durante su segundo mandato, lo que establece un significativo paralelismo con el control de las narrativas por parte de los órganos de poder, aunque éstas sean falsas. Cuando el sacerdote afirma: "
No sabemos nada. No sabemos nada en absoluto", hay un significado mucho más profundo que el de querer ocultar información en torno al paradero de Jussi, que ha sido visto como sospechoso por parte de los habitantes de la aldea, con una clara intencionalidad racista. Pero la frase también expresa cómo se ha ido construyendo una narrativa por parte de los elementos de influencia dentro de la comunidad, para llegar a conclusiones que son convenientes para el mantenimiento del poder a través de las supersticiones y los conflictos con los que han llegado de fuera. La lucha del sacerdote no es solo contra este control, sino también contra la ignorancia, y en algún momento se refiere al asesino: "
Sabe que no puede engañarme a mí, pero sí a los demás". La adaptación que ha realizado Jesper Harrie (1967, Suecia), creador de series como
Blinded (TV4, 2019-), que en su última temporada ha dado un giro poco efectivo, tiene la habilidad de trasladar los conflictos del libro hacia un terreno más cercano a la desinformación provocada por los poderes, de manera que establece una conexión con la actualidad que resulta especialmente brillante.
Un asesino entre nosotros también se puede ver como una solvente historia de investigación al estilo Sherlock Holmes, con una ambientación muy cuidada (se ha rodado principalmente en Finlandia), pero es muy interesante la forma en que evita explicar los conflictos entre el laestadinismo y la religión luterana (de hecho, no hay demasiadas referencias a éste), para incorporar la idea de que esta confrontación es en realidad un constructo de las élites que se sienten amenazadas por la ciencia y el conocimiento. Al igual que el sacerdote enseñó a Jussi a leer y escribir, él enseña a unas niñas samis en el
Episodio 4 (T1E4), y esta propagación del discernimiento es el principal desafío contra el que se enfrentan los poderes establecidos. La serie maneja muy bien esa realidad que se crea desde la manipulación de los informes, de manera que la verdad queda desdibujada frente al relato tergiversado de los hechos. Incluso se somete a un juicio religioso al sacerdote a través de las mentiras que propagan los sectores influyentes del pueblo. Hay que destacar especialmente la fascinante banda sonora de la compositora Anne Chmelewsky, afincada en Londres, que ha creado una música de gran riqueza instrumental, con cuernos de cabra, sopranos, jouhikkos, viola d’amore y mandolas suecas, que han sido grabadas por músicos de países como Reino Unido, Francia, Finlandia, Suecia, Noruega y Eslovaquia. Crea la atmósfera de la época y el territorio en el que se desarrolla a través de estos instrumentos autóctonos, pero al mismo tiempo incorpora una excelente envoltura sinfónica que le aporta un tono más expresivo.
Un asesino entre nosotros es la primera serie original de Disney+ en los países nórdicos, aunque ha participado en otras producciones como
Whisky on the rocks (Disney+, 2024).
El monstruo de Florencia ★★★★☆ Netflix - 22 de octubre
Italia, 2025 - 4x60'
Creada por Leonardo Fasoli, Stefano Sollima
Dirigida por Stefano Sollima
Mostra de Venecia '25: Sesión Especial
Hay una cierta tendencia en Netflix a maltratar las series que están firmadas por nombres reconocidos, que quizás pueden encontrar en la plataforma los recursos adecuados para llevar a cabo sus proyectos más personales, pero al mismo tiempo se enfrentan a la producción masiva de formatos de consumo rápido. Los algoritmos de Netflix las consideran historias locales destinadas a un público local, da lo mismo que sus directores se llamen Hirokazu Kore-eda, Luis Estrada o Stefano Sollima, por lo que no se promocionan como grandes eventos. El hecho de que El monstruo de Florencia (Netflix, 2025) se haya estrenado en el Festival de Venecia tiene más relación con su condición de producción italiana que con una estrategia de proyección global. Y a pesar de eso, esta miniserie que podría enmarcarse fácilmente en el tan recurrente género del true crime adquiere una dimensión mucho más profunda al utilizar el caso sin resolver de un asesino en serie que actuó entre los años 60 y 80 en Italia para reconstruir, no tanto el perfil del propio criminal, del que a día de hoy no se conoce su identidad con certeza, sino el retrato de una sociedad machista y misógina. La producción italiana tiene una capacidad demostrada en los últimos años de acercarse a los true crime desde una mirada mucho más compleja y menos banalizada de lo que suele ser habitual, como la muy recomendable miniserie Esto no es Hollywood (Disney+, 2024). Y la última propuesta de Leonardo Fasoli, co-creador de la serie Gomorra (Sky, 2014-2021) y Stefano Sollima, director de películas como Suburra (2015) y Sicario: El día del soldado (2018), demuestra que su perspectiva es mucho más amplia que la simple descripción de los crímenes perpetrados por un asesino, con un respeto por las víctimas que nunca ha tenido Ryan Murphy, por ejemplo. Los entresijos complicados en los que se ha visto envuelta la investigación policial han desembocado en varios veredictos que nunca han despejado todas las dudas, hasta el punto que todavía se considera como un caso sin resolver. Sin embargo, en los últimos años ha renacido el interés por una vía de investigación que se denomina la pista sarda, una teoría que se hizo muy popular pero que acabó pasando a segundo plano cuando surgieron otras hipótesis. Es en esta teoría en la que se sostiene la trama principal de la serie, que comienza cuando los investigadores Silvia Della Monica (Liliana Bottone) y Piero Luigi Vigna (Niccolo Cancellieri) se enfrentan a un doble asesinato ocurrido en Baccaiano di Montespertoli, a las afueras de Florencia, en 1982. Esta perspectiva es importante porque es la primera vez que estos asesinatos consiguen vincularse a otro que ocurrió en 1968 en la localidad de Signa, estableciendo la posibilidad de que haya un asesino que pueda haber cometido otros crímenes a lo largo de catorce años. La pista sarda hace referencia al origen sardo de las víctimas, una comunidad de proletarios que llegaron a la Toscana en la década de 1950, a los que pertenece uno de los personajes principales. A lo largo de los cuatro episodios, la historia retrocede y avanza para ir construyendo un puzzle narrativo en el que se van desvelando aspectos diferentes de la trama dependiendo del punto de vista del personaje. Esto puede provocar cierta confusión, pero es una de sus principales fortalezas, al establecer una especie de efecto Rashomon que nos dirige hacia la tesis final.
La serie no intenta reconstruir minuciosamente la investigación, sino que se centra principalmente en los asesinatos de 1968 para ofrecer una radiografía muy oscura de la sociedad patriarcal en la que la sexualidad de Barbara Locci (Francesca Olia), una de las víctimas, acaba teniendo efectos devastadores para ella y uno de sus amantes. La opresiva relación que mantiene con su marido Stefano Mele (Marco Bullitta) convierte su casa en una especie de prisión en la que ella acaba siendo utilizada como un objeto sexual por Salvatore Vinci (Valentino Mannias), un hombre acomplejado por su homosexualidad que se desquita maltratando a sus parejas y ejerciendo dominación sobre ellas. El matrimonio se muestra como una tapadera para esconder un deseo homosexual que sin embargo no se presenta con rasgos de feminidad, sino también desde una posición de dominancia masculina. En los asesinatos de Il Mostro, cuyas víctimas eran parejas, las mujeres fueron las que sufrieron un mayor ensañamiento, incluso con la mutilación de sus órganos sexuales, mientras que los hombres eran asesinados más como obstáculos que como objetivos principales. Pero lo interesante de El monstruo de Florencia es cómo describe el entorno social, con sus características represivas, como un ambiente propicio para el desarrollo de psicopatías violentas que acaban creando criminales monstruosos. La serie disecciona la manera en que la evolución psicológica del posible asesino va desembocando hacia una conducta cada vez más vengativa y homicida. Se ha producido alguna queja en torno a la forma en que los personajes femeninos están descritos es esta historia, reduciéndolas a simples atractivos sexuales para los hombres que las rodean. Pero ese es precisamente el retrato que amplifica la historia hacia una perspectiva mucho más general, reflejando el grado de maldad, machismo y misoginia que ha permanecido arraigado en Italia hasta nuestros días. Al contrario de lo que suele ocurrir en muchos true crime que se mantienen fascinados por la figura de asesino, El monstruo de Florencia delimita a los sospechosos dentro de un contexto social, y cada uno de los episodios dedicados a algunos de los que fueron considerados posibles perpetradores reconstruye la complejidad de una investigación que contaba con numerosos obstáculos. El director Stefano Sollima y el director de fotografía Paolo Carnera crean deliberadamente un ambiente malsano y una tonalidad desasosegante, que evita la representación estilizada de los asesinatos para mostrarlos en toda su crudeza. Lo que provoca un malestar que se refuerza con el carácter voyeurista que adopta el asesino antes de cometer los crímenes en mitad de la noche. La serie aborda con claridad la violencia estructural contra las mujeres que acaba teniendo como consecuencia el deseo homicida, y resultan casi tan espeluznantes las escenas que se desarrollan en el piso como las que reflejan el desenlace criminal. Aunque se despega de la habitual potencia visual de las películas y series dirigidas por Stefano Sollima, especialmente Romanzo criminale (Sky, 2008-2013), que cambió el tipo de producciones que se estaban haciendo en Italia, El monstruo de Florencia puede ser su obra más compleja en cuanto a la reconstrucción del mal como un reflejo antropológico de la violencia que se genera en una sociedad dominantemente masculina y patriarcal.
El misterio de Cemetery Road ★★★★☆ Apple tv - 29 de octubre-10 de diciembre
Reino Unido, 2025 - 8x45'
Creada por Morwenna Banks sobre la novela de Mick Herron
Dirigida por Natalie Bailey, Samuel Donovan, Börkur Sigþórsson
Comentábamos al hablar de la última temporada de Slow horses (Apple tv, 2022-) que el ritmo de producción de las adaptaciones le está comiendo el terreno al ritmo de publicación de las novelas. Mientras que el año próximo se estrenará la sexta temporada de la serie, este año se ha publicado el noveno libro, aunque hay otros relatos cortos de los que se pueden aprovechar historias, además de algún spin-off en preparación. Pero Apple tv quiere asegurarse la continuidad del éxito de las adaptaciones de la obra de Mick Herron (1963, Reino Unido) mirando hacia su otra saga protagonizada por un personaje. En este caso, a la serie de Jackson Lamb que viene publicando en España la editorial Salamandra, se añade ahora la serie de Zoë Boehm y Sarah Tuckers que fue el inicio de la carrera literaria del escritor. De hecho, Down Cemetery Road (2003) fue la primera novela que publicó, a la que siguieron otras tres protagonizadas por ambos personajes, ninguna de ellas publicada en España, hasta que en 2010 comenzó con las historias de Caballos Lentos. De manera que se podría decir que hay un carácter de inicio del estilo literario que luego desarrollaría el autor, con esos toques de humor cínico que solo se apuntan en sus primeros libros. Y plantea una cuestión que también puede ser destacable en cuanto a la capacidad de Mick Herron para describir personajes femeninos con suficiente profundidad. Aunque en Slow horses encontramos personajes como Diana Taverner (Kristin Scott Thomas), lo cierto es que las historias se sostienen sobre todo en los protagonistas masculinos, y generalmente las componentes femeninas de la Casa de la Ciénaga tienen desarrollos más secundarios. El misterio de Cemetery Road (Apple tv, 2025) se enfrenta con este problema, por lo que parece acertado que haya sido una escritora, Morwenna Banks (1961, Reino Unido), quien se haya encargado de la adaptación, aunque no encontremos las habilidades humorísticas de Will Smith (1971, Reino Unido), y que dos actrices destacadas interpreten a los personajes principales. Pero es cierto que Sarah Trafford (Ruth Wilson) se puede sentir con escasa complejidad y sus decisiones en la primera parte de la historia pueden resultar algo convenientes para el desarrollo de la trama. Mientras que en la detective Zoë Boehm (Emma Thompson) encontramos algunos detalles de la personalidad de Jackson Lamb, pero afortunadamente sin que la adaptación trate de situarla en el mismo terreno. También hay que señalar que Zoë Boehm es solo un personaje secundario en la novela, adquiriendo verdadero protagonismo a partir del segundo libro, The last voice you hear (2004), en el que es Sarah la que ocupa un lugar menos protagónico. De manera que en la adaptación se ha ampliado su presencia en una investigación que comienza cuando durante una cena aburrida en casa de Sarah y su pareja Mark (Tom Riley), se produce una explosión en una casa del mismo barrio en el que vive, en el que parece haber muerto una familia. Aunque Sarah manifiesta su negativa a tener hijos, por alguna razón se obsesiona con encontrar a Dinah (Ivy Quoi), la niña de la familia que ha sufrido el aparente accidente, y que ahora está desaparecida. La serie suaviza los demonios interiores que experimenta Sarah en una novela que es mucho más oscura y trata de darle a la historia un tono más ligero, pero esto provoca que a veces se sienta que el personaje está impulsado por motivos no demasiado fuertes, a pesar de que Ruth Wilson trata de ahondar en los aspectos psicológicos. Cuando ella acude a una destartalada oficina de detectives, que está dirigida por un matrimonio separado formado por Zoë Boehm (Emma Thompson) y Joe Silverman (Adam Godley), que ahora solo tienen en común su relación profesional, la investigación que inicia el segundo, comienza a apuntar hacia terrenos políticos bastante oscuros.
El toque de humor cínico que suele ser característico de las novelas de Mick Herron lo encontramos sobre todo en la relación entre el alto funcionario del Ministerio de Defensa al que solo conocemos por su inicial C. (Darren Boyd) y su subordinado Hamza Malik (Adeel Akhtar), que están detrás de un plan secreto que tiene alguna relación con la desaparición de Dinah. Mientras algunos personajes secundarios como Downey (Nathan Stewart-Jarrett) y, sobre todo, Amos Crane (Fehinti Balogun), van adquiriendo mayor protagonismo conforme avanzan los episodios. Este último se convierte en un excelente villano que tiene cierta tendencia a llorar mientras asesina a sus víctimas. El misterio de Cemetery Road es bastante más dramática que Slow horses, aunque se hayan tratado de introducir algunos elementos de humor físico, como si no quisiera decepcionar a los seguidores de aquella serie. Y a la mayor presencia del personaje de Zoë Boehm, que lleva a cabo una investigación que se ha convertido en algo personal, en paralelo a la de Sarah Trafford, se añaden toques de mayor ligereza en una persecución del gato y el ratón que desemboca en el estupendo episodio Aguas olvidadas (T1E6) en el que confluyen los personajes principales en un solo lugar. De hecho, es un poco decepcionante que Zoë y Sarah en realidad permanezcan separadas durante casi toda la temporada, y solo a partir de Se apagan las luces (T1E7) realmente actúen juntas, lo que ofrece ese esperado encuentro de buddy movie en el que Ruth Wilson y Emma Thompson resultan brillantes. Este episodio termina con un estupendo uso de la canción "Bachelorette" que incluyó Björk en su álbum Homogenic (1997), que le aporta al desenlace una espectacularidad mayor. Puede que la historia sea algo más convencional y el desarrollo menos incisivo de lo que se podría esperar, pero El misterio de Cemetery Road trata desesperadamente de tener una personalidad propia, a veces situándose en un tono intermedio entre el humor y la trama de conspiración, lo que consigue en algunos momentos. El título español es una traducción insulsa del original Down Cemetery Road que está tomado de un verso del poema Toads revisited (1964), del poeta Philip Larkin (1922-1985, Reino Unido), editado en España en el libro Poesía reunida (2022, Ed. Lumen). Si hay que hacer alguna comparación entre esta serie y Slow horses, podría decirse que, mientras la primera temporada de aquella funcionaba perfectamente de una manera individual, El misterio de Cemetery Road se revela más como un preámbulo de la colaboración que veremos más reforzada entre los personajes principales. Y si Apple tv pretende adaptar los tres libros, aunque tenga que introducir algunos ajustes para equilibrar el protagonismo de Ruth Wilson y Emma Thompson, será bienvenida como otra de esas citas habituales con el thriller teñido de comedia negra.
Prime - 31 de octubre
Argentina-México-Uruguay, 2025 - 6x30'
Creada por Daniel Burman sobre la novela de Dolores Reyes
Dirigida por Daniel Burman, Martín Hodara, Cris Gris
Tanto la novela original de Dolores Reyes (1978, Argentina) como la adaptación en formato de serie han sufrido las consecuencias de la llegada al gobierno argentino de Javier Milei. El libro Cometierra (2019, Ed. Alfaguara) fue la primera novela de la escritora argentina y construía un retrato de la violencia machista estructural en el Conurbano bonaerense, los municipios periféricos que rodean a la ciudad de Buenos Aires. Pero el populismo de extrema derecha que niega la violencia de género la convirtió en objeto de críticas por parte de políticos conservadores cercanos al gobierno, que calificaron algunas escenas sexuales explícitas como contenido pornográfico y como una sexualización de la juventud. En 2024 una asociación conservadora llegó a denunciar al director de Cultura y Educación de Buenos Aires, Alberto Sileoni, por incluir la novela en una guía literaria para docentes que quisieran utilizarla, aunque sin ser obligatorio, mientras la vicepresidenta Victoria Villarruel, que desde hace unos meses se ha distanciado de Javier Milei por sus escándalos de corrupción, llegó a compartir en sus redes sociales dos párrafos sexualmente explícitos que supuestamente aparecieron en la novela de Dolores Reyes, aunque en realidad eran extractos de otro libro. Cuando se anunció la adaptación en formato de serie a cargo del director Daniel Burman (1973, Argentina), el desmantelamiento de la industria audiovisual argentina que ha llevado a cabo el gobierno de Javier Milei obligó a trasladar la producción a México, cambiando en la historia el escenario del Conurbano a la periferia de Ciudad de México, aunque en realidad la mayor parte de la serie se ha rodado en Uruguay. El cambio sin embargo permite que la denuncia de la violencia y las desapariciones de mujeres se amplíe para hacerla más genérica, reflejando una realidad sensible en toda Latinoamérica. Se calcula que en México existen actualmente unas 120.000 personas de las que no se conoce su paradero, la mayor parte mujeres, lo que muestra la gravedad de una realidad que se reflejó recientemente en el pódcast 10 mujeres (Amazon Music, Wondery, Dudas Media, 2023), que relata de una manera muy cruda casos reales de feminicidios, con las voces de conocidas actrices mexicanas. En el caso de la serie Cometierra (Prime, 2025), no solo cambia el escenario sino también parte de la narrativa, pero sigue siendo la historia de Aylin (Erica Lynn Cunanan), una adolescente que sufre acoso escolar y cuando las abusadoras la obligan a comer tierra, descubre que ésta le proporciona información sobre el paradero de su profesora Emma (Yalitza Aparicio, nominada al Oscar por la película Roma (Alfonso Cuarón, 2018)), que está desaparecida desde hace unos días. Se cuenta que su madre tenía también visiones, pero en su caso debe comer la tierra de un lugar cercano a las personas desaparecidas para descubrir detalles sobre dónde se encuentran y qué les ha sucedido. Junto a sus amigos Verónica (Max Peña) y Hernán (Juan Daniel García Treviño) y su hermano Walter (Roberto Aguilar), Aylín comienza a colaborar con el policía Ezequiel (Harold Torres) en diversos casos de niños y mujeres desaparecidos en Ciudad de México. Incluso Hernán parece tener también un poder especial que le permite adoptar el punto de vista de cualquier perro para introducirse en lugares recónditos sin levantar sospechas.
Esta especie de realismo mágico sirve como una metáfora de una sociedad que vive en medio de la tensión que provoca la violencia permanente (principalmente de género), mientras se crea un sentido de comunidad que trata de hacer frente a ese ensañamiento estructural contra las mujeres. Las diferencias respecto a la novela son evidentes desde el punto de vista de la narrativa, que está contada en primera persona en el relato literario, mientras que en la serie adopta una perspectiva más tradicional, dándole nombre a la protagonista Aylín, que en el libro nunca se menciona. Y aunque después de resolver la desaparición de la profesora, que ocupa los dos primeros episodios, en el Episodio 3 (T1E3) Aylín se involucra en la búsqueda de un niño desaparecido y parece que la serie va a adoptar una especie de estructura procedimental, en realidad está más interesada en ahondar en las implicaciones psicológicas que supone para la protagonista tener ese poder que ella no ha pedido. Es más interesante en Cometierra este aspecto de renuncia a la capacidad de enfrentarse a las consecuencias de la habilidad especial, que a veces la confronta con el descubrimiento de la muerte de las personas desaparecidas. Tiene el aspecto de una serie juvenil con toques de fantasía, pero es muy atractiva esa idea de la memoria como un elemento permanente que está vinculado a las raíces y a la tierra. "Es la tierra quien te ha elegido", le dice una vieja curandera cuando Aylín le pide que la libere de su poder. En esta representación de la historia a través de la narrativa juvenil, resulta a veces innecesario que se utilicen recursos de historias de superhéroes que provienen de los códigos impuestos por la cultura norteamericana, como los ojos encendidos cuando se manifiesta el poder. Hay en Latinoamérica una cultura de realismo mágico que es mucho más rica que cualquier cómic de protagonistas con superpoderes. También se manifiestan tics de las series de plataformas de streaming, como saturar los episodios con canciones de intérpretes como Natalia Lafourcade o Silvana Estrada que a veces resultan algo invasivas, destacando demasiado en secuencias que parecen videoclips, quizás en un intento por hacer la serie más asequible. Esa parece también la razón por la que Cometierra es mucho más suave que la novela, tanto en la representación de la violencia como en el reflejo de la sexualidad de los adolescentes. Pero si hay que renunciar a cierto realismo en la descripción de los comportamientos de unos personajes que pretenden ser creíbles, para no molestar a algunos espectadores, es que estamos llevando el audiovisual hacia terrenos preocupantemente puritanos. Sin embargo, son detalles menores que no enturbian el interés de una serie que es algo más que una historia sobrenatural en un entorno juvenil. Se trata del reflejo de una realidad cada vez más grave dentro de la sociedad latinoamericana, pero al mismo tiempo es una esperanzadora mirada hacia la esencia de la tierra como un elemento de fortaleza y de identidad.
Cosmo - 6 de noviembre-11 de diciembre
Reino Unido, 2025 - 6x45'
Creada por Paul Doolan
Dirigida por Simon Hynd
En esta muestra del denominado cozy crime, la detective Janie Mallowan (Gwyneth Keyworth) está analizando un cadáver junto a la forense Helen Baxter (Alexandra Riley) mientras en una pantalla se reproduce la enésima reposición de la serie de misterio acogedor protagonizada por el detective Caesar, el personaje más popular que ha encarnado el actor John Chapel (Timothy Spall). Lo que ella no imagina es que el aparente suicidio del promotor inmobiliario Carwyn Rees (Kristian Arthur) se ha producido en una casa cuyo vecino es su ídolo John Chapel, retirado después de la muerte de su esposa y enclaustrado en una vieja casa llena de recuerdos. Al contrario de lo que puede parecer, él está convencido de que la muerte de su vecino ha sido un asesinato, gracias a una capacidad de observación que ha desarrollado en sus largos años como actor, citando a Aristóteles: "La acción de una persona siempre es consistente con su carácter". Cuando el examen forense demuestra que la víctima ha sido asesinada, Janie Mallowan propone a John Chapel que colabore en la investigación aportando sus teorías y su conocimiento, pero de una forma algo clandestina. Es la justificación para una relación profesional entre dos personajes que chocan por sus diferentes características, pero que van adquiriendo progresivamente un respeto mutuo. Death Valley (Cosmo, 2025) ha sido el estreno más exitoso que ha tenido la BBC en la franja de los domingos en los últimos cinco años, con un promedio de 4,6 millones de espectadores en 28 días, mientras que en BBC One Wales fue la comedia más exitosa de este año, con 400.000 espectadores, y en BritBox Norteamérica ha sido la segunda serie más vista de 2025. La acogida ha sido tan positiva que, tras su estreno a finales de mayo, la serie fue renovada para una segunda temporada que comenzó a rodarse el pasado mes de agosto. La colaboración entre la agente Janie y el ex-actor John Chapel es ocultada al Inspector Jefe Barry Clarke (Steffan Rhodri), entre otras cosas porque Janie está buscando una promoción que peligraría si se supiera que necesita del asesoramiento de un ciudadano para resolver los casos que investiga: "Eres una buena detective. No necesitas detectives ficticios para que te ayuden", le dice su jefe cuando acaba enterándose. La química entre los actores funciona especialmente bien, con Timothy Spall recuperando su talento para la comedia después de abordar dramas como El quinto mandamiento (Filmin, 2023) y Wolf Hall: El trueno del reino (Movistar Plus+, 2024).
Pero la historia, y esta misma relación, se sostiene sobre todo en diálogos acertados que adoptan un tono irónico, y la utilización de una antigua serie de detectives protagonizada por un actor retirado cuya depresión solo es despertada por la sugestiva colaboración en la resolución de casos, también establece un interesante metacomentario sobre el género. "Yo soy la inspiración, tú eres la sudoración", le dice John Chapel a Janie Mallowan cuando ella reconoce que forman un buen equipo al final del primer episodio. Pero al mismo tiempo mantiene una estructura clásica de crímenes acogedores, con misterios alrededor de la muerte de un excursionista o una reunión de antiguos alumnos, introduciendo a veces elementos que juegan con la representación ficticia, en escenarios como un grupo de teatro amateur en el que John Chapel se introduce para averiguar quién es el culpable de un asesinato en el Episodio 4 (T1E4), o una "Murder party" en el Episodio 5 (T1E5), una fiesta organizada para resolver un crimen ficticio que acaba siendo demasiado real, en la que John se reencuentra con un antiguo amor, Helena Hart (Patricia Hodge), cuyo marido Anthony es la víctima. Es el episodio que más referencias tiene a las novelas de Agatha Christie, con una reunión de amigos dentro de una mansión en la que se ha cometido un crimen misterioso, que inmediatamente nos recuerda a Diez negritos (1939). La aproximación de Paul Doolan, que fue nominado al BAFTA por la comedia Bloods (Sky, 2021-2022) está hábilmente basada en un conocimiento de los clichés del género y lo que el espectador espera de los personajes, que incluso utilizan recursos que parecen aprendidos de este tipo de historias, como la resolución de los casos en las que John Chapel suele reunir a todos los implicados para descubrir al culpable, de la misma manera que hacía el detective Caesar al que interpretaba en televisión. De esta forma, Death Valley tiene una cualidad diferente a otros misterios acogedores porque también los mira desde una perspectiva externa, usando los elementos tópicos no solo como recurso narrativo sino también para ironizar sobre ellos, sin llegar a ser una parodia exactamente. Y eso la hace especialmente entretenida y singularmente acogedora.
Apple tv - 7 de noviembre-26 de diciembre
Estados Unidos, 2025 - 9x50'
Creada por Vince Gilligan
Dirigida por Vince Gilligan, Zetna Fuentes, Gordon Smith, Gandja Monteiro
7 episodios visionados
Hay una curiosa coincidencia entre el mundo al que se enfrenta la protagonista de esta historia y las dos páginas de embargo que ha recibido la prensa sobre lo que se puede desvelar de los episodios de la serie ("se puede decir que el mundo ha cambiado significativamente", "se puede decir que Carol es escritora", "se puede decir que viaja por medio mundo buscando respuestas sobre lo que ha sucedido a su alrededor"). El control de la narrativa para que resulte homogénea es, de hecho, uno de los temas principales que aborda la esperada nueva serie de Vince Gilligan (1967, Virginia) que asoma hacia un terreno de ciencia-ficción que en realidad fue el principal género en el que desarrolló su carrera como escritor, participando como guionista en treinta episodios de la serie Expediente X (Disney+, 1993-2018) y como productor desde la temporada 4 de su primera etapa. Pero de alguna manera hay un reflejo de la realidad hacia la que nos dirigimos que hace que Pluribus (Apple tv, 2025-) eche raíces en nuestra actualidad aunque imagine un mundo de ficción. El comienzo del episodio Nosotros es nosotros (T1E1) nos introduce directamente en el género de ciencia-ficción, cuando un grupo de observadores espaciales descubre una señal alienígena a 600 años luz de distancia. Pero la protagonista es Carol Sturka (Rhea Seehorn), una escritora que se encuentra de gira junto a su pareja para promocionar su nuevo libro cuando el mundo cambia significativamente, provocando una transformación que, por alguna causa inexplicable, no la afecta a ella. A pesar de que aparentemente este cambio es para mejor, de alguna manera amenaza el libre albedrío, proponiendo una incertidumbre fascinante sobre si el ser humano sería capaz de renunciar a su libertad para lograr la armonía colectiva. Hay un tono en este primer episodio críptico dirigido por Vince Gilligan que tiene ecos de las películas de ciencia-ficción de los años 50 y 60, y a veces incluso se acerca al género de terror psicológico, cuando Carol parece ser la única persona que se da cuenta de lo extraño que resulta todo lo que ocurre a su alrededor. La propuesta que hace Vince Gilligan en el impresionante episodio piloto puede recordar por momentos a La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956) o El último hombre sobre la Tierra (Ubaldo Ragona, Sidney Salkow, 1964), lo que provoca que la premisa principal pueda ser interpretada como una analogía de la idea utópica del comunismo, aunque no tiene nada que ver con ellas. En alguna entrevista el creador ha manifestado que se trata de un proyecto que ha ido desarrollando a lo largo de los años, primero con un protagonista masculino y después como un vehículo para dar a Rhea Seehorn un personaje principal, y que en algún momento le preocupaba que la historia se viera como una referencia a la pandemia del coronavirus. Pero lo cierto es que han cambiado tanto las dinámicas de poder y el control de las narrativas desde 2020 que casi resultaría anacrónico pensar en la serie en esos términos, a pesar de que más adelante en la temporada el vacío y la soledad que rodean a Carol pueden recordar al confinamiento. Esto quiere decir que Pluribus, incluso después de los siete episodios que hemos podido ver, resulta tan enigmática como al principio, lo cual no significa que sea repetitiva. Todo lo contrario, hay algún episodio como Granada (T1E3) que cambia de nuevo las piezas en el tablero, y esta capacidad de conseguir abrir nuevos caminos sin que en realidad se hayan despejado los anteriores, es una de las grandes virtudes de una serie que nunca es lo que parece. La confirmación de que es uno de esos proyectos que se denominan en la televisión norteamericana "two-season straight-to-series" (encargo directo de dos temporadas), confirma que el concepto general está asegurado.
En su intento por desvelar los enigmas que la rodean, se puede decir que Carol viaja por medio mundo buscando respuestas sobre lo que ha sucedido a su alrededor, aunque en realidad solo viaja hasta Bilbao, una de las referencias españolas en una serie que en parte se ha rodado en Tenerife, aunque el principal rodaje se ha desarrollado en Alburquerque. El título Pluribus proviene de uno de los principales lemas de los Estados Unidos, "E pluribus, unum", que significa en latín "De muchos, uno", lo que hace referencia a la integración de las trece colonias británicas en un solo país independiente, y que se puede encontrar como inscripción en las monedas de 1 dólar. Tiene sentido una vez se desvelan algunos aspectos de una historia que muestra en su ritmo algunas características reconocibles de series como Breaking bad (Netflix, 2008-2013). Los comienzos de los episodios, que a veces tardan en mostrar hacia dónde se dirigen, la repetición de algunos elementos, como un contestador de teléfono que escuchamos en muchas ocasiones de manera completa, la estructura de algunas secuencias que se repiten desde otro punto de vista, tienen características comunes del estilo de Vince Gilligan, pero trasladándolas a un terreno que resulta insólito. Pluribus fue la primera serie de su autor que se sometió a una "guerra de ofertas" entre diferentes estudios, hasta que finalmente Sony Pictures como productora y Apple tv como plataforma fueron seleccionadas por Vince Gilligan, en parte porque esta última ofrecía un compromiso claro y, sobre todo, porque los máximos responsables de Apple tv desde sus comienzos, Zack Van Amburg y Jamie Erlicht, fueron los que dieron luz verde a la serie Breaking bad en 2008 cuando trabajaban en Sony.
Encontramos también ese punto de humor negro que suele manejar su autor con habilidad, e incluso el propio carácter cínico de Carol y su resistencia a dejarse llevar por un mundo que parece haber encontrado la felicidad puede verse como una extensión de otros protagonistas de series anteriores, pero ahora llevada a una escala más universal. Ella, que es una escritora frustrada por publicar novelas románticas que ni siquiera le gustan, a veces se pregunta si tiene sentido reivindicar su individualidad de una manera tan obsesiva. Porque ese libre albedrío que defiende ha desembocado en guerras y conflictos entre los seres humanos; pero al mismo tiempo el nuevo mundo pacífico al que se enfrenta casi en solitario comienza a revelar algunas grietas que podrían hacerlo insostenible. Como no se puede desvelar mucho de la historia, solo comentaremos que la presencia del actor colombiano Carlos-Manuel Vesga resulta especialmente destacada, sobre todo en los episodios 6 y 7. Dado que Rhea Seehorn lleva casi todo el peso de la historia, hay que resaltar su capacidad para construir un personaje que puede ser demasiado obsesivo, pero al mismo tiempo resulta muy divertido en su forma de enfrentarse a esa situación extraña en la que se encuentra. Su elección del vehículo en el que se desplaza por ese Alburquerque transformado es significativa, y encontramos en el Episodio 5 (T1E5) momentos de comedia que miran con ironía a este futuro tan absurdo que estamos construyendo. Aunque Vince Gilligan afirma que no pensaba en la Inteligencia Artificial cuando escribió la historia, es elocuente que en los créditos finales se incluya un aviso: "This show was made by humans" (Esta serie está hecha por humanos). Hay una visión casi paródica de los extremos de una sociedad que está derivando los grandes avances tecnológicos hacia una especie de distopía cada vez más oscura: la IA, la privacidad a la que hemos renunciado con las redes sociales y los algoritmos, y todas estas burbujas de información en las que nos encontramos cómodos sin cuestionarlas están en el trasfondo de una historia mucho más sombría de lo que parece. Y por supuesto recuerda a esa otra mirada pesimista descrita por Aldous Huxley en su novela Un mundo feliz (1932, Ed. Debolsillo), que Margaret Atwood describía diciendo que "según los ojos con que se mire, retrata una utopía perfecta o su horrendo opuesto, una distopía". Se puede decir que la temporada tiene sus altibajos y que a veces ese ritmo a paso lento característico de su creador puede jugar en contra de la serie, porque no hay tantas posibilidades de impulsar la trama de una forma contundente como pudieran hacerlo sus anteriores propuestas. Pero todo lo que rodea a Pluribus es tan indescifrable que acaba siendo hipnótico, dando pequeños pasos a lo largo de los episodios que solo permiten vislumbrar levemente hacia dónde quiere ir la historia.
Movistar Plus+ - 10 de noviembre
Reino Unido, 2025 - 6x50'
Creada por Debbie Horsfield sobre las novelas de John Galsworthy
Dirigida por Meenu Gaur, Andy Newbery, Annetta Laufer
John Galsworthy (1867-1933, Inglaterra) fue uno de los grandes novelistas de la primera mitad del siglo XX, galardonado en 1932 con el Premio Nobel de Literatura. Su primera novela, Jocelyn (1899), la publicó bajo seudónimo pero la popularidad llegó con El propietario (1906) con la que abre su famosa serie La Saga de los Forsyte, donde describe a la clase media inglesa durante el final de la época victoriana y el comienzo de la edad moderna. Amplió este retrato victoriano en otras novelas y relatos cortos con los mismos personajes, entre los que destaca la segunda trilogía de los Forsyte, con las tres novelas publicadas por separado y posteriormente reunidas bajo el título Una comedia moderna (1929, Ed. Reino de Cordelia), mientras que la tercera y última trilogía, Fin de capítulo (1934, Ed. Reino de Cordelia) alcanzaba la década de los treinta, con la amenaza de una nueva guerra en Europa. En España, la editorial Reino de Cordelia ha publicado todos los libros de la saga, y el 15 de diciembre lanzará Las crónicas de los Forsyte, que reúne por primera vez las tres trilogías en un solo estuche. Esta historia familiar fue adaptada en dos ocasiones a la televisión: en la aclamada serie La saga de los Forsyte (BBC, 1967), compuesta por 26 episodios, y posteriormente en una nueva versión bajo el mismo título La saga de los Forsyte (ITV, 2002-2003), con diez episodios en total, protagonizada por Damien Lewis y Rupert Graves, aunque se suele olvidar que también tuvo una adaptación cinematográfica, La dinastía de los Forsyte (Compton Bennett, 1949), que solo adaptaba el primer libro, con Errol Flynn en uno de los papeles principales. Trasladar el formato a la actual tendencia de seis episodios de cincuenta minutos resulta tan complejo que la guionista Debbie Horsfield (1955, Reino Unido) ha decidido reinventar buena parte de la historia y cambiar aspectos importantes de algunos de los personajes, algo que ya hizo en la adaptación de las novelas de Winston Graham en Poldark (ITV, 2015-2019). Al estilo de los dramas actuales, introduce a una narradora, la matriarca de la familia, Anne Forsyte (Francesca Annis) para resumir la historia y presentar a los personajes al comienzo de la serie, que directamente nos traslada a la boda entre Jolyon Forsyte (Danny Griffin) y la viuda Frances (Tuppence Middleton), un personaje bastante manipulador, para descubrir al final del episodio la relación que había mantenido hace años con Louisa (Eleanor Tomlinson), una modista irlandesa con la que Jolyon no sabe que tuvo gemelos. Al cambiar su matrimonio por una viuda que ya tiene una hija, June (Justine Emma Moore), a la que encontramos con 18 años tras un salto temporal, la serie trata de suavizar algunas decisiones que toma Jolyon. Su primo Soames (Joshua Orpin), por su parte, está empeñado en conseguir el amor de Irene Heron (Millie Gibson), considerando las relaciones personales también como una transacción, como algo que quiere poseer. Los sentimientos de ella están impulsados por la atracción física, dándose cuenta posteriormente de que las promesas de oportunidades y posición social conllevan sacrificios. En la serie también se suaviza la intención de ella de casarse por dinero, e introduce su atracción por el arquitecto Philip Bossiney (Jamie Flatters), que está iniciando una relación con June, hasta después de su matrimonio, lo que la convierte en una víctima de su inocencia.
Los Forsyte (Movistar Plus+, 2025), que se estrena en España completa antes de que hayan terminado las emisiones semanales en Gran Bretaña, es adecuadamente lujosa en los escenarios y la puesta en escena, aunque a veces se nota demasiado retocada con efectos visuales, y nunca llega al grado de espectacularidad de La edad dorada (HBO Max, 2022-). Pero se trata de una producción elegante en la que ha tenido mucho peso el presupuesto aportado por la televisión pública norteamericana PBS, que estrenará la serie en marzo de 2026. Esta colaboración entre PBS y el canal británico Channel 5 ha dado buenos resultados como Todas las criaturas grandes y pequeñas (Filmin, 2020-), aunque la desfinanciación del canal público que está llevando a cabo el gobierno de Estados Unidos, que considera PBS como una televisión izquierdista, pone en peligro la continuidad de algunas de estas producciones. "¿Sabes lo que significa ser un Forsyte? Un Forsyte es alguien que conoce el valor de las acciones. Y de la familia. Y de la reputación", dice Anne Forsyte en una de sus introducciones al comienzo de cada episodio. El personaje permite a Francesca Annis crear una de estas figuras cínicas que como matriarca de una gran saga familiar tiene el cometido de mantener el prestigio de la misma. La presencia de actores como Jack Davenport como James Forsyte y Stephen Moyer como Jolyon Sr. aportan solvencia a sus personajes, e incluso aparece en un personaje secundario la actriz Susan Hampshire, que ganó su primer Emmy en 1970 por la serie La saga de los Forsyte (BBC, 1967). Los cambios introducidos en una historia que se presenta solo como inspirada en las novelas no han tenido una buena respuesta por parte de los espectadores ingleses, y ciertamente la serie tiene un estilo de folletín de sobremesa que la hace menos atractiva que si se hubiera ajustado al retrato de los personajes originales. Los Forsyte aporta un escaso trasfondo de la época, e incluso las escenas que se desarrollan en las oficinas del negocio de inversiones de la familia ni siquiera son un buen retrato de la situación económica de Inglaterra. Por el contrario, prefiere quedarse en la superficie de las relaciones sentimentales entre los personajes principales, con diálogos que se sienten irrelevantes y forzados, e interpretaciones bastante rígidas. Hay una elección de actores, especialmente en los personajes masculinos, que parece claramente equivocada. Desde el punto de vista de la representación de una saga familiar, solo aporta prestancia la adecuada música de la compositora Anne Dudley (1956, Reino Unido), que ya compuso la banda sonora de Poldark.
AMC+ - 10 de noviembre
Islandia-Francia, 2025 - 6x50'
Creada por Birkir Blær Ingólfsson, Hörður Rúnarsson
Dirigida por Samuel & Gunnar
Canneseries '25: Sección Oficial
Serielizados '25: Oficial Internacional
Los actores que inician sus proyectos a través de productoras propias son más habituales en Estados Unidos, pero en los países nórdicos iniciativas como la de Henriette Steenstrup con su compañía El Dorado Content Club en Noruega y Ólafur Darri Ólafsson con ACT4 en Islandia están dando los primeros pasos de un control más personal sobre las historias que quieren contar. El actor compagina sus trabajos en Islandia como la esperada segunda temporada de The Minister (RÚV, 2020-2025) con sus intervenciones en series internacionales como Separación (Apple tv, 2022-), Somebody somewhere (HBO Max, 2022-2024) o Nueve cuerpos (AXN, 2025), mientras que su productora ACT4 forma parte de las alianzas que trabajan con el estudio español Secuoya para el desarrollo de coproducciones, como se presentó en un panel de Iberseries & Platino Industria. El thriller culinario Reykjavík fusion (AMC+, 2025) es la primera serie estrenada por esta productora fundada en 2022, y también la primera creada por Hörður Rúnarsson, productor reconocido por series como Black sands ((Stöð 2, 2021-) o Rupturas (AMC, 2022) y películas como Un blanco, blanco día (Hlynur Pálmason, 2019). Según su principal guionista, la idea nació en 2017 mezclando la experiencia como chef profesional de su padre y una anécdota que se contaba en el mundo gastronómico sobre un cocinero de éxito que había inaugurado un restaurante después de haber estado varios años en prisión. El protagonista de esta historia es Jónas Pálmarsson (Ólafur Darri Ólafsson), quien precisamente acaba de salir de la cárcel de mínima seguridad de Kvíabryggja tras haber cumplido una condena por fraude como responsable del incendio del restaurante en el que trabajaba. Ahora quiere empezar de nuevo olvidando los errores cometidos en el pasado, pero esto no va a ser fácil. Sus antecedentes le impiden conseguir trabajo y un préstamo para iniciar un nuevo negocio, así que acude a Kristján (Þröstur Leó Gunnarsson), un mafioso al que conoció en prisión, que le había mencionado la posibilidad de gestionar un local donde abrir su nuevo restaurante. Es la oportunidad de Jónas para demostrar que puede rehacer su vida y conseguir la custodia compartida de sus hijos, pero colaborar con un capo del narcotráfico no sale gratis. La administradora del restaurante es Marý (Hera Hilmar), la mano derecha de Kristján, que en realidad lo utiliza como una tapadera para blanquear dinero, y justo antes de la inauguración, muere en el almacén Heiðmar (Tryggvi Freyr Torfason), a quien le ha reventado una de las cápsulas de droga que llevaba en el estómago. Jónas trata de mantener un difícil equilibrio entre el éxito de sus recetas en un local de alta cocina que está comenzando a destacar, y las actividades mafiosas que tienen lugar alrededor del restaurante Reykjavík Fusion. Uno de los productores de esta serie escrita por Hörður Rúnarsson junto a Birkir Blær Ingólfsson, la califica como una mezcla entre Breaking bad (Netflix, 2008-2013) y The Bear (Disney+, 2022-) y, aunque esa comparación parece apuntar demasiado alto, lo cierto es que se aleja del perfil habitual de la producción islandesa para construir un thriller ambicioso en su concepto visual, pero sin perder de vista los detalles de la parte gastronómica. Ha contado como asesor y creador de las recetas que elabora el protagonista, con el reconocido chef islandés Þráinn Freyr Vigfusson, que está al frente de dos restaurantes de alta cocina en Reykjavík: ÓX, con una estrella Michelin, y Sumac, que cuenta con una estrella Michelin Verde por su cocina de sostenibilidad. Pero nos recuerda más a la película El menú (Mark Mylod, 2022), por esa tonalidad sombría en torno al mundo de la alta cocina, que se refleja en algunas escenas, como el montaje paralelo en el episodio Solo uno (T1E1) entre los invitados que degustan la prueba de menú del restaurante y Heiðmar vomitando en el almacén.
La serie está dirigida por Samúel & Gunnar (Samúel Bjarki Pétursson y Gunnar Páll Ólafsson), que han trabajado antes en el campo de la producción, aportando un concepto visual que también se aleja de los tradicionales nordic noir, o los nordic blue, como se les denomina a los thrillers realizados en Islandia por la tonalidad azulada de sus paisajes helados. Por el contrario, tiene una textura más cercana a las producciones norteamericanas, es un thriller muy urbano que refuerza las escenas de acción y empuja al protagonista a situaciones cada vez más complicadas, en una historia que se va oscureciendo en tono y trama conforme se desarrolla a lo largo de sus seis episodios, y que también puede recordar un poco a la reciente Black Rabbit (Netflix, 2025), por el submundo criminal infectando el entorno gastronómico y ese tipo de personajes que, cuando tratan de resolver un problema se meten en otro peor. Reykjavík Fusion aborda temas como la redención, aunque para el protagonista parezca difícil de conseguir porque los obstáculos se acumulan a su alrededor, a veces provocados por decisiones equivocadas. Cuando decide darle trabajo como camarera a su hija Ellen (Molly Mitchell) y acoger también en su restaurante, por cierto sentimiento de culpabilidad, a Rósa (Iðunn Ösp Hlynsdóttir), que está buscando a su padre Heiðmar, sabemos que la situación acabará estallando más tarde o más temprano. Incluso Marý le hace una advertencia en el episodio Foundation (T1E2): "Ese tipo de chicas son peligrosas. No tienen nada que ver, no se detienen ante nada y son totalmente impredecibles. Así que cuando te muerda, y en algún momento lo hará, lo sentirás de verdad". En el restaurante la subchef Júlia Harðardóttir (Unnur Birna Jónsdóttir Backman) también comienza a sospechar que suceden cosas extrañas en Grosellas frescas (T1E3), lo que conduce a una situación cada vez más complicada para Jónas. A veces Reykjavík Fusion se siente demasiado conveniente en determinadas situaciones, pero construye alrededor del protagonista algunas relaciones interesantes, como esa especie de figura paternal que Kristján ejerce sobre Marý, o esa condición que tiene ella como mentora pero al mismo tiempo rival de Jónas, siempre ocultando sus verdaderas intenciones. Esta permanente ambigüedad en la que se mueven los personajes aporta una cualidad particularmente efectiva a la historia en su tono de suspense: Katrín (Lára Jóhanna Jónsdóttir), la ex prometida de Jónas y madre de sus hijos, se debate también entre la estabilidad de su vida actual con una nueva relación y su vínculo con su antigua pareja. El submundo de Reykjavik, generalmente poco transitado en su vertiente más urbana, funciona como un trasfondo que va adquiriendo una mayor centralidad en una serie que aborda las segundas oportunidades con una perspectiva de thriller oscuro y violento, una característica que se refuerza conforme avanza la temporada. Con un desenlace que resulta algo apresurado en el episodio Hard Birch Plywood (T1E6), la serie mantiene sin embargo la consistencia de unos personajes complejos. Coproducida por el canal Arte France, Reykjavík Fusion está distribuida a nivel mundial por la compañía española The Mediapro Studio.
RTVE Play - 14 de noviembre
España, 2025 - 4x45'
Creada por Koldo Almandoz
Dirigida por Koldo Almandoz
San Sebastián '25: Sesión Especial
Versión original con subtítulos / Versión doblada al castellano
Hace cuatro años el canal autonómico del País Vasco estrenó el oscuro thriller rural Bocas de arena (Pr1meran/RTVE Play, 2020), que nació de la primera convocatoria de proyectos para miniseries convocada por EITB, de la que también surgieron Alardea (Pr1meran, 2020) y Altsasu (Filmin, 2020). La historia se desarrollaba en Ondarroa, en el entorno de una comunidad de pescadores envuelto en el narcotráfico. Su esperada continuación llega a la plataforma RTVE Play algunas semanas después de su estreno en el País Vasco y después de haber pasado por el Festival de San Sebastián. Bocas de cielo (Pr1meran/RTVE Play, 2025) funciona más como una secuela que como una segunda temporada, construida como una miniserie que tiene a la misma protagonista pero se desarrolla en un paisaje diferente, ahora directamente urbano y de tono grisáceo, marcado por las estructuras de cemento de Bilbao, que reflejan una Euskadi oscura y peligrosa: el Puerto de Getxo, el mercado de Gernika o la central nuclear de Lemoiz son escenarios en esta nueva propuesta que contrastan con los entornos naturales de Urdaibai, donde se desarrolla también parte de la historia. Este espacio asfixiante refleja la propia actitud depresiva de Nerea García (Nagore Aranburu), retirada desde hace unos años de la ertzaintza, resentida y marcada por los acontecimientos que ocurrieron en Ondarroa, que permanece recluida en su apartamento, tomando ansiolíticos y con el único contacto con el exterior a través de un joven repartidor, Yago (Unai Baiges), que le lleva la comida a domicilio que ella pide para evitar salir de su casa. Uno de los elementos destacados de Bocas de arena era la composición que hacía Nagore Aranburu de esta ertzaina seria y casi inexpresiva, que ya cargaba con un pasado tortuoso. La actriz ha conocido en este último año un mayor reconocimiento tras su interpretación en la miniserie Querer (Movistar Plus+, 2024), y de hecho ha estado muy presente en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, formando parte del reparto de dos de las películas más destacadas, Maspalomas (Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga, 2025) y Los Domingos (Alauda Ruiz de Azúa, 2025), y también de Karmele (Asier Altuna, 2025), fuera de competición. Después de la aparición de una mujer asesinada, Nerea recibe la visita de su antiguo jefe Lertxundi (Josean Bengoetxea), que también sufrió las consecuencias de los acontecimientos ocurridos en Ondarroa, pero ahora trabaja para la Kutxa Beltza (Caja negra), la Oficina de Inteligencia de la ertzaintza. El cuerpo de la joven ha aparecido arrojado en un contenedor y aparentemente se trata de un caso de violencia de género, pero la información que maneja Lertxundi es mucho más preocupante: "Los psicópatas que matan prostitutas solo aparecen en los best sellers", le dice Nerea cuando revisa el informe, pero hay un cierto carácter ritual en el asesinato y la aparición de una segunda mujer muerta en el episodio Las estrellas estaban con nosotras (T1E2) parece remover los fantasmas del pasado. Escrita por Koldo Almandoz (1973, San Sebastián) y el novelista Harkaitz Cano (1978, Lasarte), Bocas de cielo elabora una historia de complejas ramificaciones que están relacionadas con los entresijos de los servicios de inteligencia, la relación de políticos con la prostitución y los secretos de las cloacas de la ertzaintza.
Pero en la serie destaca sobre todo la creación de una atmósfera asfixiante, que la acerca claramente a un estilo "nordic noir", una influencia que comparte características comunes con la novela negra escandinava desde la denominada euskal noir, la novela negra creada por autores vascos y navarros que se ha popularizado desde hace años con nombres como los de Jon Arretxe, Ibon Martín o Mikel Santiago. Koldo Almandoz, que también dirige la serie, recoge directamente estas características para desarrollar su historia en espacios cerrados, que transmiten una sensación oscura y opresiva, como el lugar en el que Goyo (Ramón Agirre), el jefe de la Kutxa Beltza, interroga a Nerea García, un espacio vacío y gris en la central nuclear de Lemoiz: "Les llaman cloacas como si fuera algo sucio. Pero las alcantarillas sirven para mantener limpia la ciudad", le dice en El cielo es un mar sucio (T1E4). Alrededor de las muertes de las jóvenes relacionadas con la prostitución hay un entramado de conexiones y secretos que es la propia oficina de inteligencia la que se encarga de ocultar. Pero la aparición de Laura (Miren Gaztañaga), la hermana de Nerea, y la relación de la antigua inspectora con Carmen (Sara Cozar), quizás la subtrama menos robusta y más conveniente de la historia, añaden una mayor complejidad a su investigación. Buena parte de esa atmósfera que consigue Bocas de cielo no solo proviene de una fotografía de Txarli Arguiñano que resalta los entornos plomizos de los paisajes bilbaínos, sino sobre todo de la banda sonora creada por Aitor Etxebarria (1985, Gernika), que elabora una textura musical que conecta con Bocas de arena, pero al mismo tiempo introduce sonoridades más urbanas. La plataforma Pr1meran incluye un interesante "making of" titulado Zeru ahoak. Creación de una banda sonora (2025), que está dedicado al trabajo musical en la serie. Al margen de las coincidencias con un estilo nórdico, la propuesta visual también conecta con otras referencias, como una escena del último episodio que tiene una tonalidad (y una cadencia musical) cercana al ambiente de Terciopelo azul (David Lynch, 1986), introduciendo una versión más oscura de "Harriak", que la cantante Anari incluyó en su álbum Irla Izan (2009). Bocas de cielo transcurre en un entorno industrial para mostrar precisamente los entresijos más oscuros de los servicios policiales que protegen a las altas esferas de poder, desentrañando una investigación en diferentes capas que revela la dudosa moralidad de los servicios de inteligencia. Producida por Txintxua Films, la productora creada por Asier Altuna y Marian Fernández Pascal en 2008, la historia transita por un género negro de estructura sólida a través de una mirada sombría que resalta los lugares más turbios de nuestra sociedad.
SkyShowtime - 14 de noviembre-2 de enero
Estados Unidos, 2025 - 10x30'
Creada por Greg Daniels, Michael Koman
Dirigida por Greg Daniels, Ken Kwapis, Yana Gorskaya, Paul Lieberstein, Tazbah Chavez, Jason Woliner, Jennifer Celotta, Matt Sohn, David Rogers, Jeffrey Blitz
Posiblemente The office (BBC, 2001-2003) ha sido una de las series que ha tenido una trayectoria posterior más larga pero al mismo tiempo más atropellada, tanto que resulta casi difícil de creer que la serie original de Ricky Gervais y Stephen Merchant solo tuvo dos temporadas. Poco después de terminar sus emisiones con un especial navideño, se estrenó su remake norteamericano The office (SkyShowtime, 2005-2013) que llegó a nueve temporadas y convirtió a la serie en un clásico inmediato. La versión inglesa ya había sido pionera en usar técnicas de telerrealidad incorporando una narrativa de falso documental, como una especie de parodia de los reality shows que comenzaban a surgir en la televisión, pero Greg Daniels (1963, Nueva York), que provenía del mundo de la animación escribiendo guiones para series como Los Simpson (Disney+, 1989-) y El rey de la colina (Disney+, 1997-2010) asumió el estilo documental y aportó a los personajes una perspectiva de comedia norteamericana que se diferencia de la inglesa en que tenía una tendencia a la emotividad y a compensar los defectos de los personajes con algunas virtudes para hacerlos más identificables, frente a la comedia más incisiva de la versión original. Después han llegado remakes que nunca han conseguido capturar la esencia de las anteriores, como la versión australiana The office (Prime, 2024), cancelada tras una sola temporada y críticas demoledoras. Que Greg Daniels haya decidido asumir la creación de un spin-off ofrece cierta seguridad, acompañado en este caso por el comediante Michael Koman (1977, California), quien ha participado en algunas de las comedias de estilo falso documental más singulares que se han estrenado en los últimos años, como Nathan al rescate (Comedy Central, 2013-2017) y How to with John Wilson (HBO Max, 2020-2023), lo que parece una incorporación adecuada. The Paper (SkyShowtime, 2025) toma algunos elementos de la serie original para incorporarlos como nexos de unión, como la referencia a la empresa papelera Dunder Mifflin situada en Scranton, Pensilvania, ya desde el título o la propia intro de cada episodio en la que vemos las páginas de un periódico convertidas en un recurso fácil para todo tipo de usos, excepto para leerlas. La nueva oficina en la que se desarrolla la historia pertenece al periódico Toledo Truth Teller (TTT), al que ha llegado Ned Sampson (Domhnall Gleeson) como editor un poco por casualidad, que trata de sobrevivir en un entorno de medios de comunicación ya entregados a la inmediatez digital. Como periódico local de la ciudad de Toledo, en Ohio, que en la realidad está hermanada con la ciudad española de Toledo desde 1931, las crónicas que aparecen publicadas en sus páginas son cuanto menos poco interesantes, llenas de noticias de agencias e informaciones triviales. En este universo particular, el equipo del documental que estuvo grabando las oficinas de Dunder Mifflin ahora se ha trasladado a esta redacción para elaborar otro reportaje y el único trabajador que se ha mudado desde Pensilvania hasta Ohio ha sido el contable Oscar Martínez (Óscar Núñez), repitiendo su personaje de The Office. También repite el actor Allan Havey, que en aquella apareció en dos episodios, y aquí interpreta a Marv Puttnam, el propietario del periódico.
Lo principal de este tipo de comedias es conseguir un entorno de personajes lo suficientemente divertidos y complejos como para impulsar sus propias tramas, y esto The Paper lo logra solo en algunos momentos. Uno de los personajes que ha provocado una mayor división de opiniones es Esmeralda Grand (Sabrina Impacciatore), la jefa de redacción que parece estar solo interesada en informaciones banales como cuánta propina le ha dado Ben Affleck a su chófer. El personaje recoge bastante del tipo de vergüenza ajena que provocaba Michael Scott en The Office, especialmente en el episodio The Ohio Journalism Awards (T1E10), uno de los mejores de la temporada, en el que una entrega de premios se convierte en algo muy surrealista. Pero al mismo tiempo su acento italiano puede recordar un poco a Nadja (Natasia Demetriou), de Lo que hacemos en las sombras (HBO Max, 2019-2024). De hecho, directores como Yana Gorskaya provienen de aquella serie, dentro de un equipo de diez realizadores para los diez episodios, que proceden de algunas de las comedias más celebradas de los últimos años. Pero el tipo de personaje que representa Esmeralda ha recibido muchas críticas, más por parte de los espectadores que de los profesionales. Es este tipo de carácter que resulta tan extravagante que provoca odios y querencias a partes iguales, lo que no es necesariamente negativo. El problema es que muchas veces no termina de ser demasiado divertida por mucho que se lleve al extremo, aunque los guionistas se esfuerzan en darle algunos de los diálogos más absurdos de la serie. Entre las comedias laborales de estilo falso documental evidentemente influidas por The Office, como Colegio Abbott (Disney+, 2021-), este spin-off transmite la sensación de que resulta demasiado anticuado, de que sus chistes y sus tramas de personajes suenan demasiado conocidos. Personajes como Adam Cooper (Alex Endelman) o la casi siempre distraída Adelola Olofin (Gbemisola Ikumelo) se sienten típicos de este tipo de comedias, y el ejecutivo pesado Ken Davies (Tim Key) recuerda demasiado a David Brent (Ricky Gervais) en la versión británica. Mientras que la relación entre la reportera Mare Pritti (helase Frei) y el ingenuo editor Ned Sampson, que está convencido de que puede sacar al periódico de la oscuridad, es una trama romántica bastante sosa. En Ponchos a juego (T1E9) comparten un coche cuando hacen un viaje para entrevistar a una supuesta secta, pero se siente que la serie no saca suficiente partido de esta situación. A veces The Paper puede llegar a ser monótona y sin demasiada gracia, pero en otros momentos despega hacia niveles de humor que rozan la extravagancia de la serie original. Estos altibajos no son buenos para una comedia, pero al mismo tiempo indican que, bajo la superficie del intento fallido de recuperar el estilo de una serie clásica, se esconde una posible personalidad propia que necesita tiempo para desarrollarse. Y la confirmación de una segunda temporada sin duda era necesaria.
Los misterios del Hotel Finse ★★★☆☆ Filmin - 25 de noviembre
Suecia-Estados Unidos, 2025 - 4x45'
Creada por Sara Heldt sobre la novela de Anne Holt
Dirigida por Erik Skjoldbærg
La escritora Anne Holt (1958, Noruega) es una de las más reconocidas de la literatura escandinava, descrita por Jo Nesbø como "la madrina de la ficción negra noruega". Su experiencia como Ministra de Justicia durante la legislatura de Partido Laborista a finales de los años noventa, le ha servido para crear historias de misterio que han tenido éxito en todo el mundo, y cuyo personaje más conocido es la inspectora Hanne Wilhelmsen, que ha protagonizado diez novelas, de las que la mayor parte se han publicado en España. Hace unos años se adaptaron, en formato de serie de dos temporadas titulada Modus (TV4, 2015-2017), algunas historias protagonizadas por Inger Johanne Vik, otro de los personajes recurrentes en sus libros. La serie fue estrenada en su momento por Calle 13 en España, aunque actualmente no está disponible. Ahora se ha llevado a cabo la primera de las adaptaciones del personaje de Hanne Wilhelmsen, aunque en este caso trasladando a la pantalla el octavo libro protagonizado por ella, 1222 (2007, Ed. Random House), que se refiere a los metros sobre el nivel del mar en los que se encuentra un grupo de pasajeros de un tren que ha quedado atrapado debido a una avalancha de nieve. En el caso de la miniserie de cuatro episodios Los misterios del Hotel Finse (Filmin, 2025), los pasajeros de un tren que viaja desde Estocolmo a la localidad noruega de Narvik consiguen llegar a un hotel de montaña, donde se comete un asesinato, comenzando una investigación por parte de Hanne Wilhelmsen (Ida Engvoll), que ha sido suspendida por el Departamento de Investigación Criminal después de una misión fallida que la ha dejado paralizada en una silla de ruedas (en el libro ya está jubilada). En un espacio en el que se encuentran atrapados, un nuevo asesinato provoca la alarma, sobre todo porque se extienden los rumores de que el tren podría transportar material sensible y peligroso. La serie se plantea como una historia de misterio muy al estilo de Agatha Christie, recordando a novelas como Diez negritos (1939, Ed. Espasa) o Hacia cero (1944, Ed. Booket), de la que recientemente se ha estrenado la endeble Agatha Christie: Hacia cero (Movistar Plus+, 2025), una producción de la BBC. Pero lo que comienza como un relato de misterio va derivando progresivamente hacia un thriller con tintes más políticos.
La protagonista está rodeada de un grupo de pasajeros que parecen ocultar secretos personales, como es habitual: la misteriosa gerente del hotel Merit (Malgorzata Pieczynska), el ex-militar de ideología nazi Michael (Daniel Larsson) y la pareja de jubilados formada por Viktor (Kjell Bergqvist) y su esposa Yvonne (Sissela Kyle), que tiene habilidades como médium y capta señales de una joven que fue torturada por los nazis en el hotel durante la 2ª Guerra Mundial. También hay un grupo de jóvenes racistas y el médico noruego Magnus (Pål Sverre Hagen), que viaja con su hija Nora (Ellie Rhiannon Müller Osborne) y el equipo femenino de balonmano al que pertenece. Magnus asumirá pronto el papel de colaborador de Hanne Wilhelmsen en sus investigaciones, aunque ella no se lo haya pedido. Los primeros episodios manejan cierto misterio que a veces puede parecer que deriva hacia una historia de fantasmas, para resituarse finalmente como una trama de corte político en torno a los grupos radicales cercanos al neonazismo. En este recorrido, Los misterios del Hotel Finse consigue mantener el interés y resulta entretenida, aunque pueda tener dificultades para equilibrar adecuadamente los diferentes géneros que aborda, en una adaptación escrita por Sara Heldt (1960, Suecia), habitual guionista de la veterana serie policíaca The Sandhamn murders (TV4, 2010-) y dirigida por Erik Skjoldbærg (1964, Noruega), conocido por haber dirigido episodios del thriller político Occupied (Prime Video, 2015-2020). La serie ha recibido críticas negativas, pero se ha convertido en una de las más vistas en Prime Video desde su estreno a finales del mes de enero. Y aunque no sea una historia de misterio perfectamente construida, tiene cierta valentía a la hora de plantear una investigación seria (a veces parece introducir algún diálogo irónico que no provoca ninguna sonrisa) por parte de una inspectora en silla de ruedas, y con elementos tan dispares como las conexiones con los grupos neonazis y el terrorismo internacional. El último episodio, sin embargo, trata de ofrecer una explicación rápida de los misterios que se han ido abriendo a lo largo de la temporada, pero acaba siendo tan decepcionante que termina dejando muchas preguntas sin respuestas.
Todas las criaturas grandes y pequeñas (Temp. 6) ★★★★☆ Filmin - 2 de diciembre
Reino Unido-Estados Unidos, 2025 - 6x60'
Creada por Ben Vanstone basada en las novelas de James Herriot
Dirigida por Brian Percival, Stewart Svaasand, Andy Hay
Posiblemente la británica sea la única producción audiovisual en el mundo que tiene la capacidad para convertir en ritos familiares el estreno de algunas de sus series. Eso es lo que ocurre con Todas las criaturas grandes y pequeñas (Filmin, 2021-), que suele estrenarse en Estados Unidos y Gran Bretaña en septiembre, mientras que en España la plataforma Filmin la ha convertido en un acontecimiento navideño, generalmente a principios de diciembre. También hay otras tradiciones, que tienen un carácter más local, en otros países. En Italia, la televisión pública RAI tiene como tradición estrenar la adaptación televisiva de una obra de Eduardo De Filippo (el año pasado se realizó una retransmisión en directo), mientras que en los países nórdicos se suelen estrenar los llamados Julekalendere (Calendarios de Navidad) que son miniseries familiares compuestas por 24 episodios que se emiten todos los días de diciembre hasta el día de Navidad. Como una tradición anual, llega la sexta temporada de una coproducción entre la cadena británica Channel 5 y la televisión pública norteamericana PBS, a punto de alcanzar las siete temporadas que tuvo la primera adaptación, Todas las criaturas grandes y pequeñas (BBC, 1978-1990), que sin embargo llevó la historia hasta mediados de los años cincuenta. Esta versión se sitúa todavía en 1945, aunque introduce por primera vez una variante que no habíamos visto hasta ahora: un salto temporal de cuatro años que traslada la acción desde el apogeo de la 2ª Guerra Mundial que situaba la temporada 5 en 1941 hasta el anuncio del final de la guerra en Europa durante el episodio Reuniendo al rebaño (T6E1). La temporada se sitúa entre dos acontecimientos importantes, con el último episodio, Nuestros corazones están llenos (T6E6) concluyendo con el anuncio de la rendición de Japón que acabaría definitivamente con el conflicto bélico mundial. Los autores de la serie justifican este salto en el tiempo con la necesidad de no estancarse en unos años de oscuridad provocada por la guerra, y devolver la esperanza a los personajes, aunque las consecuencias del conflicto forman parte todavía de una de las tramas horizontales de la temporada, en relación con los efectos psicológicos que ha provocado en Tristan Farnon (Callum Woodhouse), el único que sigue en activo como soldado. Los saltos temporales fueron un recurso también utilizado en varias ocasiones por el autor de los libros originales, James Herriot, seudónimo del escritor James Alfred Wight (1916-1995, Reino Unido), quien se vio obligado a firmar con otro nombre porque en su época no estaba permitido compaginar su trabajo como veterinario con otra profesión. Su experiencia con los animales en una pequeña localidad inglesa fue reflejada en Si los animales pudieran hablar (1970), al que siguieron No debería pasarle esto a un veterinario (1972) y un total de ocho libros, generalmente recopilados en tres volúmenes. En España, la editorial Blackie Books tiene editadas las tres recopilaciones de la serie literaria de James Herriot: Todas las criaturas grandes y pequeñas, Si los animales pudieran hablar y Todo lo bello y resplandeciente.
La serie continúa ofreciendo esta historias familiares que se desarrollan en la ficticia localidad de Darrowby, ubicada en los idílicos valles de Yorkshire, pero después de cuatro años las cosas han cambiado bastante. Como se indicaba al final de la temporada pasada, Mrs. Hall (Anna Madeley) vive ahora con su hijo y su nuera en un triste apartamento de la ciudad, mientras Skaldale House es un lugar caótico en el que Siegfried Farnon (Samuel West) solo se alimenta con latas de sardinas y James Herriot (Nicholas Ralph) también se ha mudado con su esposa Helen (Rachel Shenton) a la granja del padre de ésta, Richard Alderson (Tony Pitts). Pero como suele suceder en la serie, los tratamientos de los animales que habitan las granjas cercanas acaban siendo la proyección de los problemas personales de los humanos, como cuando Tristan tiene que tratar a un loro que está en proceso de duelo por la desaparición de su dueño en Reparaciones (T6E5). Por supuesto, Mrs. Hall regresa a su antiguo trabajo en Darrowby y de alguna manera hay un cierto avance en la relación entre ella y Siegfried, aunque a esta sexta temporada se la ha criticado, seguramente con razón, caer en historias demasiado sentimentales. Sin duda, Todas las criaturas grandes y pequeñas mejora cuando se apoya en el humor y deja a un lado el amor, porque a veces parece que se enreda en relaciones románticas que pueden ser un poco cursis. En esta temporada se introduce un nuevo personaje, la joven aristócrata Charlotte Beauvoir (Gaia Wise), en el episodio ¿Capitán Farnon? (T6E3), que tendrá relevancia en el desarrollo de la historia. Pero a pesar de una cierta tendencia a las tramas blandengues, la serie mantiene ese espíritu de relato de mesa camilla que tan bien le sienta, reforzando el sentido de comunidad que se une frente al final de una guerra y la esperanza de un futuro más brillante (que todos sabemos que será una esperanza vana), pero que al menos en lugares singulares de paisajes verdes y solidaridad honesta parece poder construir una convivencia más justa. La sexta temporada de Todas las criaturas grandes y pequeñas no es la mejor de la serie, se echan en falta esos personajes carismáticos que solía introducir, y tiene cierta tendencia a las historias sentimentales, pero también hay algunos episodios notables como Jenny Wren (T6E4), centrado en una historia familiar muy emocionante y en la necesidad de dejar que los hijos encuentren su propia independencia, aunque prefieran aferrarse a la protección del hogar. Y sobre todo sigue siendo ese lugar feliz en el que los problemas más graves acaban solucionándose con un toque de humanidad.
_____________________________________
Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):
Echo Valley y Laberinto en llamas se pueden ver en Apple tv.
Garra y Roma se pueden ver en Netflix.
La invasión de los ladrones de cuerpos y Terciopelo azul se pueden ver en Filmin.
El último hombre sobre la Tierra se puede ver en Cultpix, Filmin, JustWatch, Plex y Prime Video.
El menú se puede ver en Disney+ y Movistar Plus+.
No hay comentarios:
Publicar un comentario