06 enero, 2025

Las series más destacadas de 2025: Diciembre-Enero

El anuncio del fin de semana del 4 y 5 de enero con el catálogo de Apple tv+ gratuito en todo el mundo ha acabado siendo una campaña de promoción bastante caótica, con notas de prensa previas de la propia compañía que incluían también el día 3 de enero, aunque finalmente solo han sido dos días, y la exclusión de territorios como España o México. El anuncio de la promoción no indicaba restricciones y tampoco se han dado explicaciones tras las protestas de los usuarios, pero en estos territorios Apple tv+ alcanzó un acuerdo para integrar sus producciones en agregadores de contenidos locales: Movistar Plus+ en España y Totalplay en México, lo que se plantea como una posible explicación. La estrategia de esta oportunidad de acceso gratuito a todo el contenido se ha enfocado en la disponibilidad durante dos días que permite disfrutar de un catálogo amplio pero no tener suficiente tiempo como para poder ver muchas series completas, lo que puede despertar el interés de un número de suscriptores por acceder a la plataforma pagando un mes y disfrutando de los primeros siete días gratuitos que ofrece la compañía. Se calcula que Apple tv+ tenía 25 millones de suscriptores en octubre de 2024, lo que le sitúa como el octavo servicio de streaming en el mundo, pero muy lejos de las cifras de Netflix, Disney+ o Prime Video. Pero la compañía ha renunciando en los últimos meses a conceptos como la exclusividad, incorporándose a otros agregadores de contenidos como Movistar Plus+ en España, y tomando decisiones respecto a cancelaciones de series y recortes de presupuesto. Esta nueva estrategia que intenta popularizar más su plataforma puede ser también una de las razones por las que se ha llevado a cabo esta promoción. Algunos expertos afirman que después de este fin de semana, en los países en los que ha funcionado la iniciativa, Apple dispondrá de datos muy valiosos sobre qué géneros ha elegido la audiencia, cuáles son las series que han seleccionado los usuarios o cuánto tiempo han pasado viéndolos. No se trata solo de abrir el catálogo para atraer a nuevos suscriptores, sino de recabar información a través de la apertura de nuevas cuentas cuyos datos ya puede utilizar la compañía para establecer sus criterios de producción de cara a un futuro próximo. 


Los Globos de Oro han perdido algo de su poder como referencia dentro de la carrera de los premios en Hollywood, tras la disolución de la Asociación de la Prensa Extranjera (HFPA), reconvertida en 2023 en Golden Globe Foundation, una fundación sin ánimo de lucro gestionada por Dick Clark Productions, que pertenece a Penske Media Corporation, el mismo grupo de comunicación que posee medios como Variety, The Hollywood Reporter y Deadline. Esta fundación ha mantenido un centenar menos de asociados de los que tenía HFPA, entre los que hay cinco periodistas que representan a España. La 82 edición de los Globos de Oro ha reconocido esta madrugada a series y películas pero en el terreno cinematográfico no parece haber desvelado muchas incógnitas sobre los próximo Oscar, dado el reparto de premios entre diferentes películas, lo que por otro lado sí puede ser indicativo de que este año los Oscar también van a repartir sus galardones. La favorita Emilia Pérez (Jacques Audiard, 2024), el musical más nominado de la historia de los Globos de Oro, ha logrado los premios como Mejor Comedia o Musical, Película de Habla no Inglesa, Actriz de reparto (Zoe Saldaña) y Mejor Canción, venciendo en algunas de esta categorías a Wicked (Jon M. Chu, 2024), que ha sido la gran derrotada de la noche; El brutalista (Brady Corbet, 2024) ha vencido en las categorías de Mejor Drama, Actor (Adrien Brody) y Director, refrendando su León de Plata en la Mostra de Venecia; y Cónclave (Edward Berger, 2024) ha ganado solo por su Guión, en medio de una campaña contra ella por considerarla anticlerical. Los otros actores ganadores han sido Sebastian Stan por A different man (Aaron Schimberg, 2024) y Kieran Culkin por A real pain (Jesse Eisenberg, 2024). Mayores sorpresas han sido los premios para las actrices: Demi Moore por La sustancia (Coralie Fargeat, 2024), y sobre todo la brasileña Fernanda Torres por su papel protagonista en el drama Aún estoy aquí (Walter Salles, 2024), que ha dedicado al director Walter Salles y a su madre, la gran Fernanda Montenegro, nominada al Globo de Oro y el Oscar por Estación Central de Brasil (Walter Salles, 1998). En el apartado musical, Trent Reznor y Atticus Ross han ganado Mejor Banda Sonora por Rivales (Luca Guadagnino, 2024) y la mayor alegría la ha dado la película de Letonia Flow, un mundo que salvar (Gints Zilbalodis, 2024) venciendo a las grandes producciones norteamericanas en el apartado de película de animación. Pero suele ser más usual que los periodistas extranjeros tiendan a premiar producciones de fuera de Hollywood, y Robot salvaje (Chris Sanders, 2024) o Del revés 2 (Kelsey Mann, 2024) son rivales demasiado fuertes. De cara a los Oscar, los Globos de Oro representan otro tipo de criterios, pero parece claro que adquieren más impulso tanto Emilia Pérez (sería curioso que Netflix consiguiera su primer Oscar a Mejor Película este año después de haberlo intentado con tantas producciones diseñadas para ganarlo), como El brutalista, que logrando el premio a Mejor Drama se coloca en una posición de prestigio. Wicked sale perjudicada de esta gala, excepto por haber sido el objeto de muchas bromas de la presentadora Nikki Glaser. 

Las votaciones de la Academia de Hollywood para las nominaciones de lo Oscar empiezan el miércoles 8 de enero, por lo que estos premios sitúan ya algunas favoritas: El brutalista distribuida por A24 (en la que tiene inversiones minoritarias Penske Media, que es la actual propietaria de los Globos de Oro), mantiene su pulso con Anora (Sean Baker, 2024), ganadora de la Palma de Oro en Cannes pero que sale perjudicada de estos premios. Y de esta confrontación entre películas independientes puede salir beneficiada Netflix con Emilia Pérez. Algunos discursos de la noche eran claramente campañas de cara a las nominaciones de los Oscar, y le pueden salir bien a actrices como Demi Moore y directores como Brady Corbet.

En el apartado de series, los Globos de Oro han sido un espejo de los premios Emmy: Shōgun (Disney+, 2023-) como Mejor Serie Dramática, con premios para sus intérpretes Anna Sawai, Hiroyuki Sanada y Tadanobu Asano; Hacks (Max, 2021-) como Mejor Serie de Comedia, con premio también para la actriz Jean Smart; y Mi reno de peluche (Netflix, 2023) como Mejor Serie Limitada, premiando en este caso también a la actriz Jessica Gunning. True detective: Noche polar (Max, 2023) quedó hace tiempo olvidada en la carrera de los premios, pero al menos los Globos de Oro han reconocido a la protagonista Jodie Foster, mientras que The Penguin (Max, 2024) ha conseguido el de Mejor Actor de Drama (Colin Farrell). Por último, la tercera temporada de The Bear (Disney+, 2022-) solo ha recibido el premio al Mejor Actor de Comedia para Jeremy Allen White. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Lo que hacemos en las sombras (Temp. 6 y Final)
 ★★★☆
Max - 24 de octubre-16 de diciembre
Estados Unidos-Canadá, 2024 - 11x30'
Creada por Jemaine Clement
Dirigida por Kyle Newacheck, Yana Gorskaya, D.J. Stipsen

A lo largo de seis temporadas, la adaptación en formato de serie de la película Lo que hacemos en las sombras (Taika Waititi, Jemaine Clement, 2014) ha conseguido mantener un nivel de comedia que muchas otras acaban perdiendo en la mitad de tiempo, y la ventaja de conocer de antemano que ésta sería la última ha desarrollado una temporada que introduce elementos novedosos para los personajes, pero reservando un espíritu libre para una conclusión que puede ser más o menos satisfactoria para sus seguidores, pero resulta coherente con el planteamiento. Al estar protagonizada por personajes que viven eternamente, la serie ha reflexionado sobre el paso del tiempo y cómo las cosas para ellos cambian para no cambiar, e incluso cuando tienen la posibilidad de ser transformadas completamente, resulta más tranquilizador volver a colocar todo como estaba. En el episodio Hipnosis del sueño (T6E3), dirigido por Yana Gorskaya, una de las habituales de la serie, la posibilidad de hipnotizar a un vampiro mientras está durmiendo desemboca en un cambio en las dinámicas entre los personajes que resulta divertida, pero deja patente que el regreso a las personalidades originales y a la rutina de las relaciones establecidas es lo que mantiene el equilibrio de la convivencia. Incluso en el episodio El final (T6E11) se menciona otro documental grabado en los años cincuenta que no llegó a estrenarse porque sus vidas eran demasiado aburridas. Aunque Nandor (Kayvan Novak) recupera el espíritu guerrero que alguna vez tuvo e incluso es capaz de aglutinar a un grupo de descerebrados que parecen sacados de los movimientos conspiranoicos norteamericanos para organizar El ejército de Nandor (T6E5). Entre los personajes de la serie, no obstante, el que ha conseguido tener un arco más interesante y transformador es Guillermo de la Cruz (Harvey Guillén), que ahora trabaja en una oficina, y seguramente el que ha ido perdiendo impulso ha sido Nadja (Natasia Demetriou), un personaje al que parece que no se le ha sacado el provecho adecuado en las últimas temporadas. En el caso de Laszlo (Matt Berry) se introduce la figura paterna en El padre de Laszlo (T6E6) con la aparición de Sir Roderick Cravensworth (Steve Coogan), y el desarrollo del Monstruo de Cravensworth (Andy Assaf), que es uno de los hallazgos de esta temporada desde que surge en el episodio Cazatalentos (T6E2) cuando Laszlo decide imitar al Dr. Frankenstein. 

Lo que hace destacable a una serie son los recuerdos que deja atrás, aquellos episodios que, como en clásicos como Friends (Max, 1994-2004) se pueden recuperar incluso fuera del contexto de las temporadas. Lo que hacemos en las sombras (Max, 2019-2024) contiene algunos de estos momentos inolvidables: Mark Hamill como el vampiro Jim en el episodio En fuga (T2E6); Haley Joel Osment como Topher Delmonico en Resurrección (T2E1); Vanessa Bayer como la vampiresa energética Evie Russell en Pelea de hombres lobo (T1E3), que volvería en el divertido Consejo de Vampiros Energéticos del episodio La Campaña (T5E4). La cabalgata del orgullo en Pride parade (T5E3) también es uno los momentos recordados de la serie, cuando el vecino Sean Rinaldi (Anthony Atamanuik) pretende apoyar su campaña celebrando a la comunidad LGBTQLMNOP y, por supuesto, la introducción de Dolly en la segunda temporada, una muñeca poseída por el fantasma humano de Nadja que aparece por primera vez en el episodio Fantasmas (T2E2) para convertirse en un miembro más de la familia. En esta última temporada, se han introducido algunos cambios en los créditos iniciales de El ejército de Nandor (T6E5) con una versión más psicodélica del tema principal "You're dead", interpretado ahora por Matt Berry, que refuerza el paralelismo de la locura militar de Nandor con el coronel Kurtz de Apocalypse Now (Francis Coppola, 1979). "You're dead" (1966) es una canción escrita e interpretada por la cantante folk Norma Tanega (1939-2019, California), que incluyó en su álbum Walkin' my cat named dog (1966, Rhino). La letra es una crítica al consumismo que se había apoderado de la escena musical, haciendo referencia a una industria que prefiere autores deprimidos y que mueren jóvenes: "No te dediques a cantar si quieres vivir mucho / no les interesa tu canción", pero su letra encaja perfectamente con el espíritu de la película. Taika Waititi y Jemaine Clement consiguieron localizar a la cantante en 2014 para pedirle los derechos del tema, que volvieron a usar en la serie, el mismo año que falleció la cantautora, en 2019. 

Los créditos de la serie incluyen como consultores ejecutivos a Jesse Armstrong, el creador de Succession (Max, 2018-2023), y Sam Bain, con quien escribió clásicas comedias como Peep Show (BBC, 2003-2015). Esta temporada contiene algunos episodios destacados comon P.I. Undercover: New York (T6E8), en el que Nandor y Laszlo se enfrentan al rodaje del popular procedimental P.I. Undercover en la casa de su vecino Sean, mientras Colin Robinson (Mark Proksch) trata de enseñarle a Nadja cómo es la vida normal de una familia de humanos invitándole a la casa de una pareja de antiguos compañeros de trabajo. Mientras en Sal y juega (T1E9) el grupo de vampiros acude a una reunión para homenajear al Barón Afanas (Doug Jones), pero las cosas no salen como esperaban y son perseguidos a lo largo de Nueva York por diferentes bandas de vampiros que, al mismo tiempo que ofrece una de las divertidas (y en este caso sangrientas) excursiones de los protagonistas fuera de Staten Island, aborda uno de los principales temas de la serie: la familia elegida. En un reportaje sobre su última temporada, Los Angeles Times se preguntaba si Lo que hacemos en las sombras consiguió crear un final perfecto. Y podríamos decir que logra un final coherente con la serie, en un episodio escrito por Paul Simms, Sarah Naftalis y Sam Johnson, tres de sus guionistas más veteranos, que juegan con las expectativas de los seguidores, con las autorreferencias y las referencias externas. En un ejercicio de hipnosis de los espectadores por parte de Nadja, se presentan tres finales alternativos que homenajean a películas y series, aunque en Max solo se incluye uno, mientras que Hulu ofrecía la posibilidad de ver los otros dos, que fuera de Estados Unidos solo se pueden ver en YouTube. En Max se incluye solo el que homenajea a la serie El show de Bob Newhart (CBS, 1972-1978) que se considera uno de los mejores finales de la historia de la televisión, aquí jugando con la pareja Nandermo (Nandor/Guillermo), pero los otros dos son divertidas parodias de Sospechosos habituales (Bryan Singer, 1995) y La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968). Lo que hacemos en las sombras termina, como es lógico, cuando el equipo de grabación del documental que ha estado grabando a los vampiros durante seis años decide que ya tiene material suficiente, y se aproxima a la despedida sentimental para inmediatamente romper el discurso con humor. Quizás la serie dejó hace algún tiempo de ser tan locamente creativa como en las primeras tres temporadas, pero se despide con una excelente muestra de homenajes y autohomenaje que resulta bien merecido. 

Somebody somewhere (Temp. 3 y Final)
 ★★★☆
Max - 28 de octubre-9 de diciembre
Estados Unidos-Canadá, 2024 - 7x30'
Creada por Hannah Bos, Paul Thureen
Dirigida por Robert Cohen, Jay Duplass, Lennon Parham

El diseño de los carteles entre la primera y la tercera temporada de esta serie ofrece un indicativo del arco de la protagonista, con Sam (Bridget Everett) sola en la imagen publicitaria de la primera temporada, acompañada por su amigo Joel (Jeff Hiller) en la segunda y compartiendo una mesa con otros amigos en la tercera. Si al comienzo de esta hermosa historia sobre las familias escogidas y el sentido de comunidad, Sam se encontraba prácticamente sola lidiando con la muerte de su hermana mayor y el alcoholismo de su madre, recién llegada a Manhattan (Kansas) desde su sueño frustrado de ser una estrella de la canción en Manhattan (Nueva York), poco a poco ha ido integrándose entre un grupo de personas que se ha convertido en su nueva familia. Pero en la tercera y última temporada la encontramos más cerca de su hermana Tricia (Mary Catherine Garrison), que también ha tenido un arco de desarrollo muy interesante, pero más alejada de sus otros amigos cuando éstos han comenzado a tener vidas en pareja. Ella es una persona solitaria a la que le resulta difícil socializar, por lo que esa distancia que se va produciendo con Joel, recién casado con Brad (Tim Bagley), o Fred Rococo (Murray Hill), también recién casado, le resulta más complicada de sobrellevar, aunque aparezca una cierta esperanza en el horizonte con la presencia de Víglundur, "Islandia", interpretado por el actor Ólafur Darri Ólafsson, al que hemos visto recientemente en la segunda temporada de The Minister (RÚV, 2020-2024) y la miniserie La Palma (Netflix, 2024). Los estudios demográficos realizados en Estados Unidos por instituciones como Williams Institute (UCLA) indican que la mayor parte de la población LGBTIQ+ vive en ciudades intermedias situadas en los Estados Occidentales (California, Nevada, Oregón y Washington), donde sobrepasan el 5% de la población, mientras que en los Estados centrales como Kansas el porcentaje solo llega al 3,3% (Williams Institute, 2019). La particularidad de Somebody somewhere (Max, 2022-2024) es que se detiene en esos lugares que pueden ser hostiles pero que también tienen un cierto carácter acogedor. En el episodio What if it spreads? (¿Qué pasa si se propaga?) (T3E4), dirigido por Jay Duplass, que produce la serie junto a su hermano Mark Duplass, durante una reunión de la comunidad religiosa, Joel se encuentra con Brett (David Folsom), uno de los compañeros que le acosaron en el colegio, y aunque la actitud de éste es de arrepentimiento, no es fácil dejar atrás el trauma del bullying. La grandeza de los guiones de esta serie tan minoritaria como profundamente arraigada emocionalmente a sus espectadores, es la de mostrar esos momentos de fragilidad de sus personajes con absoluta naturalidad, en la que a veces los momentos más desmoralizantes son finalizados con un comentario humorístico, y la tristeza deja paso a la risa.

Después de una segunda temporada en la que Joel y Sam encuentran un punto de fricción en su amistad cuando éste le oculta a ella que está saliendo con Brad, pensando que su relación sentimental puede acabar influyendo negativamente, como efectivamente lo hace, es alentador encontrarles de nuevo compartiendo esas conversaciones tan divertidas pero al mismo tiempo tan descarnadas emocionalmente. La serie también reflexiona sobre las razones por las que una relación de pareja puede acabar influyendo en el distanciamiento de los amigos, como si fuera incompatible tener un compañero sentimental y al mismo tiempo disponer de la independencia para seguir manteniendo encuentros con las amistades. Y el acercamiento de Sam a Brad en Dinky dinkies (T3E2), dirigido por Robert Cohen, cuando ésta le ayuda a ensayar una canción dedicada a Joel para su fiesta de compromiso, es una hermosa forma de mostrar lo entrañable que puede llegar a ser esta historia, sin rozar nunca la sensiblería, y de demostrar que las diferentes formas de amar no son excluyentes, sino compatibles. La mirada hacia estas poblaciones del medio Oeste norteamericano también permite ofrecer una perspectiva diferente de lo que es ser queer y católico, una convivencia entre las creencias religiosas y la identidad sexual que no se suele reflejar en las series y películas, que habitualmente plantean una confrontación incluso traumática entre el catolicismo y la diversidad sexual, pero que en determinados círculos parece haber ido derivando hacia una forma de convivencia que se respeta y se comparte. Somebody somewhere no es, por tanto, solo una serie que habla de personajes entrañables, sino que aborda de una manera profunda temas importantes. 

Es difícil elegir cuál de las tres temporadas es mejor, porque todas mantienen un nivel admirable, y esta tercera sigue un camino claro que inevitablemente debe terminar en esperanza, pero no en un final feliz de manera superficial. Porque la serie no habla sobre la felicidad, sino sobre la necesidad de sobrepasar las dificultades que se encuentran en la vida para seguir adelante, lo que está especialmente bien reflejado en la canción que interpreta Sam en el último episodio, AGG (T3E7), dirigido por Lennon Parham. Ella escoge el tema de Milley Cyrus "The climb", una canción escrita por Jessi Alexander y Jon Mabe para Hannah Montana: La película (Peter Chelsom, 2009), que describe precisamente la vida como un trayecto difícil pero finalmente satisfactorio, y que la compositora Jessi Alexander escribió pensando en la superación de los obstáculos que tuvo que enfrentar durante su carrera musical, hasta llegar al éxito. Este mismo año está nominada a dos premios Grammy como Mejor Autora del Año y por una canción escrita para la película Twisters (Lee Isaac Chung, 2024). Para los que se acerquen a Somebody somewhere, encontrarán personajes vulnerables e imperfectos, pero con una capacidad asombrosa de transmitir la fortaleza para seguir adelante a través de la amistad. La serie creada por Hannah Bos y Paul Thureen, pero con la participación en los guiones de la actriz y comediante Bridget Everett, puede que haya terminado demasiado pronto (no habría estado mal compartir al menos una o dos temporadas más con estos personajes), pero ha tenido al menos la oportunidad de pensar un final apropiado.

La sombra de la tierra
 ★★
Atresplayer - 24 de noviembre-15 de diciembre
España, 2024 - 4x60'
Escrita por Elvira Mínguez
Dirigida por Elvira Mínguez

Que dos de las mejores series españolas de 2024 aborden el tema de los abusos dentro de las familias resulta significativo: Querer (Movistar Plus+, 2024) habla del abuso permanente e invisible dentro del matrimonio situándolo en la actualidad, mientras que La sombra de la tierra (atresplayer, 2024) se refiere a los abusos constantes entre padres e hijos, y lo hace exponiéndolos de una manera desgarradora. La muerte de Genaro "el putero" (Pedro Almagro) es el punto de partida de una historia que se oscurece por momentos, una crónica de los odios y los abusos de poder de la España rural a finales del siglo XIX. En 1896, en la localidad zamorana de Villaveza del Agua, dos hermanas están enfrentadas: Garibalda (Adelfa Calvo) es una mujer enferma física y moralmente, que mantiene un poder caciquil alrededor de sus tierras y un enfrentamiento abusivo respecto a Atilana (María Morales), aunque ambas comparten un pasado como víctimas. Pero, como dice uno de los personajes: "Al putero no le bastaba irse de putas para saciar su deseo", y también lo ejercía sobre sus hijos, aunque la propia Atilana es capaz de sacrificar a la mayor, Bela (Amaia Sagasti) para impedir que también abuse del menor, Baldo (Marcos Ruiz). En la crónica negra de familias atenazadas por el miedo, la historia de La sombra de la tierra se construye a través de una conexión con el spaghetti western de títulos como Por un puñado de dólares (Sergio Leone, 1964), una influencia reconocida por la directora Elvira Mínguez (1965, Valladolid), para recrear ese entorno rural desde una sensibilidad en la composición de las imágenes que resulta extraordinaria, pero también con el western clásico norteamericano de Centauros del desierto (John Ford, 1956), al que se referencia directamente en el plano a contraluz de Fernando Vacas (Carmelo Gómez) en el Episodio 2. Hay una composición de planos que tiene una cualidad pictórica, como esa magnífica secuencia del mismo episodio en la que Atilana quiere impedir que su hijo Baldo se marche a la guerra de Cuba: "Si lo que quieres es que te maten, no hace falta que te vayas a la guerra, ya me encargo yo", le dice ella. Solo hacen falta tres buenos actores para darle a la escena una tensión insoportable, y la composición situando a los tres dentro del encuadre es de una fuerza poderosa. Entre los personajes masculinos, Vacas es uno de los pocos que mantiene una honradez constante, en medio de la fiereza de dos mujeres que contaminan su entorno con su odio. Y también contagian a sus propios hijos con una carga de desesperación que les lleva a mirar la muerte como una especie de liberación de esa vida cargada de violencia y opresión. 

La actriz Elvira Mínguez, nominada al Goya en cuatro ocasiones y ganadora como Mejor Actriz de reparto por Tapas (José Corbacho, Juan Cruz, 2005), debutó como escritora con la novela La sombra de la tierra (2023, Ed. Espasa), y ha tardado poco tiempo en trasladarla a la pantalla, pero con la intención de mantener un control tan completo que ella misma se ha encargado de escribir y dirigir esta adaptación. De hecho, para quienes conozcan la obra original, la historia está versionada de una manera casi literal, con diálogos y escenas que son exactamente los mismos que los que se pueden leer en la novela. Esta es una opción que no siempre funciona porque suele haber cierto beneficio en la incorporación de una mirada externa, pero el resultado es de una excelencia que finalmente parece la decisión más acertada. Y porque Elvira Mínguez evita algunos lugares comunes de las últimas adaptaciones que hemos visto recientemente, como la utilización de un narrador para conectar lo audiovisual con lo literario. En La sombra de la tierra no hace falta, porque las imágenes hablan por sí solas, como esas transiciones temporales que se muestran a través de los diferentes estados de la siembra en la tierra árida que solo se beneficia del cultivo de berza. La literalidad del libro también permite mantener la construcción de unos personajes que se definen perfectamente: la obesidad mórbida de Garibalda, el luto de Atilana, la timidez de Baldo, la sexualidad de Amparo (María García-Concha), la paciencia de Vacas... o por la percepción de los demás, como en el caso de Ladislao (Ginés García Millán) o el Tuerto (Tomás del Estal). Y también permanece el lenguaje, tan cuidado en la novela, que se traslada a una serie que huye del presentismo para mantener los nombres rurales y las expresiones clásicas que surgen del entorno y su época. Hay sin embargo algo de precipitación en la última parte de la serie, que se distancia en algunos momentos de la novela evidenciando la diferencia de criterios entre la creadora y la cadena: mientras que Elvira Mínguez pretendía contar la historia en tres episodios, Atresmedia le pidió los habituales seis, y al final se ha quedado en cuatro. Pero esto provoca que haya cierto desequilibrio entre la forma en que se cuentan los acontecimientos en los dos primeros episodios, con un ritmo perfecto, y cómo se abordan en los otros dos, algo más descompensados. 

La sombra de la tierra aborda una realidad oscura que penetra en la piel de sus personajes, en las dos mujeres que están demasiado obcecadas con su propio odio como para darse cuenta del odio que generan a su alrededor, especialmente en sus hijos. Tránsito (Camila Viyuela) sufre los maltratos de su madre Garibalda incluso aunque ésta apenas pueda moverse, pero se establece un paralelismo con Atilana como una mujer que también tiene un comportamiento caciquil cuando las circunstancias se lo permiten. Es el reflejo de una época en la que España se dirigía hacia su última gran derrota como potencia colonial en Cuba, perdiendo el último de sus territorios de ultramar. Como directora que proviene del mundo de la interpretación, Elvira Mínguez ofrece una elección de grandes actores, jóvenes y veteranos, recuperando al excelente Carmelo Gómez olvidado por el cine, pero que mantiene una estable carrera en el teatro, y convirtiendo en protagonistas a dos actrices que habitualmente se encuentran en personajes de reparto: la malagueña Adelfa Calvo, ganadora del Goya por El autor (Manuel Martín Cuenca, 2018) y la cordobesa María Morales, nominada al Goya por Todas las mujeres (Mariano Barroso, 2013), dos interpretaciones rotundas y profundas que parece que quedarán, desgraciadamente, fuera de la temporada de premios, secundadas por un buen reparto de intérpretes que provienen del teatro como Ginés García Millán, Tomás del Estal, Tusti de las Heras y Rafa Castejón. Más ocupada en promocionar El gran salto (atresplayer, 2024) y Santuario (atresplayer, 2024), Atresmedia ha relegado a un plano secundario a la que, al final, ha acabado siendo su gran joya de esta temporada. La sombra de la tierra es una de las primeras producciones de Fonte Films, fundada en 2022 por Pablo Isla, expresidente de Inditex, la abogada María Jesús Román y Carla Pérez de Albéniz, ganadora del Goya a Mejor Dirección de Producción por Mientras dure la guerra (Alejandro Amenábar, 2019). Fonte Films también ha estrenado este año el documental Mugaritz. Sin pan ni postre (Paco Plaza, 2024) y está preparando el largometraje Zeta (Dani de la Torre, 2025) y  la serie de espionaje El Centro (Movistar Plus+, 2025). 

Get Millie Black
 ★★★☆
Max - 25 de noviembre-23 de diciembre
Reino Unido, 2024 - 5x60'
Creada por Marlon James
Dirigida por Tanya Hamilton, Annetta Laufer, Jean-Luc Herbulot

El escritor Marlon James (1970, Jamaica) está considerado como uno de los autores de novela negra más destacados de los últimos años, y de su bibliografía se han publicado en España Leopardo negro, Lobo rojo (2019, Ed. Seix Barral) y Bruja Luna, Rey araña (2022, Ed. Seix Barral), las dos primeras partes de una planeada trilogía que él mismo anunció como un "Juego de tronos africano", sin pensar que esta comparación tendría tanta repercusión que hasta George R.R. Martin le envió un correo electrónico diciendo que estaba deseando leerla. Aunque la novela con la que consiguió mayor repercusión, y la que tiene más relación en el tono con esta serie, es Breve historia de siete asesinatos (2014, Ed. Malpaso), que tomaba como referencia el día en el que siete pistoleros asaltaron la casa de Bob Marley para intentar matarle en 1976, para desarrollar una crónica de sus consecuencias a lo largo de varias décadas. Su primera serie como creador y guionista es una adaptación de un relato corto y está protagonizada por Millie-Jean-Black (Tamara Lawrance), una ex-oficial de Scotland Yard que regresa a la ciudad de Kingston (Jamaica) cuando su madre muere y una actuación suya como policía la obliga a tomarse un tiempo libre. A lo largo de los cinco episodios, que mantienen una narración muy poderosa, se entrecruzan dos cometidos que tiene que resolver Millie: por un lado, descubre que su hermano Orville, que compartió con ella una relación de maltratos por parte de su madre, no está muerto como le habían dicho, sino que ha realizado la transición de género y ahora se hace llamar Hibiscus (Chyna McQueen), pero está condenada a los ambientes de prostitución y clubes nocturnos a los que se relega en Jamaica a las personas transexuales. Hace unos años, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hizo pública una petición a Jamaica para que derogara las leyes homofóbicas del país, pero hasta 2024 no ha sido respondida esta petición, mientras la violencia contra el colectivo LGBT es uno de los problemas más graves de la sociedad jamaicana. Otro de los personajes de la historia, el detective Curtis (Gershwyn Eustache Jnr), debe ocultar la relación estable de pareja que tiene con otro hombre, integrándose en los círculos de policías heterosexuales para no levantar sospechas. El nuevo cometido de la protagonista como investigadora es encontrar a Janet (Shernet Swearine), una adolescente que ha desaparecido en un entorno que parece conducir hacia la trata de personas, pero al mismo tiempo tiene que lidiar con el agente Luke (Joe Dempsie), que ha sido enviado desde Londres para investigar a un millonario por sus implicaciones con el narcotráfico, que se ha convertido también en el principal sospechoso de la desaparición de Janet. 

De esta forma, Millie debe tratar de restablecer su relación con su hermana Hibiscus, que se sintió abandonada cuando ella se marchó a Londres dieciocho años atrás, dejándola con su madre maltratadora y homofóbica, y al mismo tiempo se obsesiona con encontrar a Janet antes de que la saquen de la isla. Pero lo interesante de la historia no es solo que ofrezca un retrato de Jamaica desde la perspectiva de los contrastes entre una parte de la sociedad con mayores recursos, predominantemente blanca, frente a una mayoría de la población negra con dificultades para sobrevivir, sino que presenta cada episodio a partir de los diferentes puntos de vista y narraciones de los personajes principales. En Hibiscus (T1E2) es ella la que cuenta su relación con Millie, mientras que en Curtis (T1E5), el narrador es el detective compañero de investigación de la protagonista, que sufre las consecuencias de sus decisiones precipitadas como la mayor parte de las personas que la rodean. Hay un episodio que está contado desde el relato de la propia Janet (T1E3), de manera que conocemos la historia que ha conducido a su desaparición y se convierte en un personaje importante, no solo como víctima, sino como reflejo de una parte de la corrupción de la sociedad jamaicana. Destaca en esta narración de género negro que sin embargo se expande hacia otras perspectivas, una utilización de los narradores que puede darle cierto tono literario, pero que están escritas con especial fuerza, incluso refiriéndose a cierto carácter tradicional de la propuesta: "Esta historia criminal es antigua. Pero la gente la hace nueva cada día", dice Millie en el primer episodio. Mientras que Curtis se describe a sí mismo en el último episodio: "Nunca podrás saber lo que es mirarse al espejo y desear que fuera alguien diferente. Alguien a quien otra gente no quisiera golpear, matar, o enterrar con vida. Alguien con esposa e hijos. Una persona normal. Alguien que no oyera hablar sobre el asesinato de un homosexual y no pensara que están hablando de él".

Con excelentes interpretaciones, Get Millie Black (Max, 2024) es una serie limitada que no tendría problemas en continuar con otro caso diferente, pero que funciona perfectamente en su carácter cerrado. La protagonista se salta todas las reglas, se mueve por impulsos, lo que a veces provoca daños colaterales en las personas a las que pide ayuda, como su compañera en Scotland Yard Meera Thakur (Anji Mohindra, a la que hemos visto como protagonista en la interesante serie The red king (Alibi, 2024)). La serie funciona perfectamente como un retrato de un país a través de la composición que elaboran los cinco puntos de vista en los que se apoya, y en cuyas voces están siempre presentes las referencias a los fantasmas, no como entidades corpóreas, sino como reflejo de los traumas permanentes del pasado colonial, o el presente, según como se mire, porque la propia historia refleja que los poderes económicos siguen envolviendo en corrupción a los estamentos políticos y policiales de Jamaica. "Parte de mí quiere culpar a los fantasmas, pero ellos nunca han sido realmente los responsables de la maldición", dice Millie. La directora Tanya Hamilton, que destacó hace unos años con su película Night catches us (2010), ambientada en la eclosión de los Panteras Negras en 1976, imprime buen ritmo a la presentación de los personajes en el primer episodio, y la serie mantiene un equilibrio notable entre su carácter introspectivo y el desarrollo de las investigaciones, con dos directores más: Annetta Laufer y el director congoleño Jean-Luc Herbulot, que se encarga del último episodio. Get Millie Black es una producción de Channel 4 que se ha estrenado fuera de Gran Bretaña, en el mercado internacional, a través de la plataforma Max, y de hecho podría situarse perfectamente en la línea de otras series limitadas de HBO como Mare of Easttown (Max, 2021), por su escritura precisa y su capacidad para construir unos personajes complejos que consiguen evitar los estereotipos. 

Light shop
 ★★★☆
Disney+ - 4-18 de diciembre
Corea del Sur, 2024 - 8x40'
Creada por Kang Full
Dirigida por Kim Hee-won

Mientras Hwang Dong-hyuk ha necesitado tres años para presentar una segunda temporada decepcionante de El juego del calamar (Netflix, 2021-2025), Kang Full ha ofrecido en años consecutivos los dos mayores éxitos de la transmisión de streaming de la plataforma de Walt Disney: la compleja Moving (Disney+, 2023-), de la que está en desarrollo su segunda temporada, y Light shop (Disney+, 2024). También hay que reconocer que la ventaja de Kang Full es que sus series están basadas en web comics suyos ya publicados, y que la presión sobre Hwang Dong-hyuk es mucho mayor, y además ha escrito asimismo la tercera y última temporada de El juego del calamar, que se estrena en 2025. En todo caso, los dos creadores surcoreanos demuestran la relevancia de las producciones del país oriental en el streaming internacional, y en el caso de Disney+, nueve de los 15 títulos originales internacionales con mejor desempeño fueron coreanos. Según los datos de transmisión en sus primeros doce días, Light shop se ha colocado como el segundo mejor estreno coreano de la plataforma, solo después de Moving (Variety, 20/12/2024). Lo que ha consolidado a Kang Full (1974, Corea del Sur) como uno de los creadores principales de la estrategia de producción de Walt Disney en el territorio APAC (Asia-Pacífico), del que ya ha estrenado más de 130 títulos originales, algunos de ellos inéditos en España como la interesante The judge from hell (Disney+, 2024). Esta nueva serie se basa en el webtoon Lighting store (2011), creado por el propio Kang Full, y presenta una historia marcada por varias capas narrativas que comienza como una incursión en el género de terror y suspense, para derivar hacia un profundo drama humano, de manera que la serie está dividida en dos partes definidas por el episodio Forasteros (T1E4), que ya hemos destacado como uno de los mejores episodios de 2024. La premisa inicial presenta a seis personas que tienen conexión con un oscuro callejón solo iluminado por una tienda de lámparas que permanece toda la noche abierta, regentada por un enigmático personaje, Jung Wonyoung (Ju Jihoon). Algunos de ellos pasan todas las noches por esa calle, mientras otros viven allí, pero de alguna manera su relación con el callejón parece estar vinculada a su pasado y a ciertos traumas. Los primeros episodios muestran de una manera casi antológica distintas historias que desembocan inevitablemente en la tienda de lámparas: una joven con una maleta que espera en una parada de autobús, un chico caminando por el callejón mientras canta para contrarrestar el miedo que le provoca pasar por allí, la inquilina de un apartamento que parece convivir con una especie de entidad, un detective que trata de encontrar el paradero de un asesino, mientras un perro ladra constantemente. Parecen historias inconexas que en algunos casos utilizan los elementos del género de terror para desarrollar una aproximación a lo sobrenatural, sin que esté muy claro qué tienen en común. Y esta primera parte de la serie es la que mejor funciona, con momentos muy inquietantes en episodios que además duran unos apropiados 40 minutos.  

Cuando llega la revelación más importante, a mitad de temporada, la serie sufre una transformación y deriva más hacia el drama, quizás demasiado, alargando los episodios hasta llegar casi a la hora de duración. Esto se puede explicar porque estos episodios ya no se enfocan en una o dos historias, sino que tratan de desarrollarlas todas, pero resultaba más interesante la capacidad de síntesis que se podía apreciar en los primeros capítulos. A su favor hay que decir que, a pesar de revelar la parte más importante que explica la conexión que hay entre los protagonistas, la historia mantiene algunos misterios y consigue que el espectador se enfoque en cómo se van a resolver determinadas situaciones que surgen de las diferentes tramas, lo que hace que la serie no pierda su capacidad de interés. Estrenada con dos episodios semanales durante el mes de diciembre, en un formato que resulta adecuado porque ofrece una estructura de bloques narrativos, Light shop mantiene la tensión aunque se hayan difuminado los elementos más cercanos al género de terror. Pero adopta una tendencia al melodrama que puede provocar cierto distanciamiento del espectador, aunque pretenda lo contrario, hacerle empatizar con los personajes a través de las emociones. También es cierto que la forma en que el cine y la televisión coreanos se suelen enfrentar a las situaciones dramáticas en sus historias puede resultar demasiado exagerada, con cierta tendencia a retorcer las escenas más lacrimosas. Sin embargo, el planteamiento de la propuesta sigue manteniendo la fuerza que tenía al principio, y su reflexión sobre la vida y los asuntos pendientes que todos tenemos, así como la construcción de esta compleja red de relaciones que desembocan en la tienda de lámparas, es lo suficientemente sólida como para resultar coherente y verosímil, aunque en los últimos episodios pueda llegar a ser demasiado explicativa en sus diálogos, como si los personajes hablaran al espectador, en vez de a sus interlocutores. 

Es especialmente interesante el personaje de la enfermera Kwon Yeong-ji (Park Bo-young), y cómo encaja dentro de la historia, ella misma traumatizada por una experiencia personal, y resulta misterioso hasta el último episodio el dueño de la tienda de lámparas, en uno de los escenarios más inquietantes y al mismo tiempo acogedores que se han creado para una serie el año pasado. La capacidad de Kang Full para plantear ideas muy bien desarrolladas y la mezcla de géneros que ofrece en cada una de sus propuestas es especialmente notable. Y Light shop cuenta con el añadido de un reparto lleno de caras conocidas para los amantes de los K-dramas o de series más internacionales, porque encontramos a actrices como Minha Kim, la espléndida protagonista de Pachinko (Apple tv+, 2024). Light shop ha sido una de las sorpresas más agradables de las últimas semanas de 2024, ofreciendo un drama poderoso con apuntes sobrenaturales que reflexiona sobre la condición humana cuando se enfrenta a episodios decisivos a lo largo de su vida, y consigue ser tan compleja como relevante en su planteamiento existencial.  

Crimen, de Irvine Welsh (Temp. 1 y 2)
 ★★☆☆
Movistar Plus+ - 1 de enero (T1) / 22 de enero-19 de febrero (T2)
Escocia, 2021-2022 - 12x60'
Creada por Irvine Welsh, Dean Cavanagh
Dirigida por David Blair, James Strong, Trygve Allister Diesen
BAFTA Escocia '22: Mejor Actor
Emmy Internacional '22: Mejor Actor

En un mes de enero especialmente marcado por las adaptaciones de obras literarias, se estrena en España una serie de hace tres años que llevaba a la pantalla una de las novelas del conocido autor Irvine Welsh (1960, Escocia), autor de la popular obra que dio lugar a la película Trainspotting (Danny Boyle, 1996). El escritor es representante de lo que se ha denominado Tartan Noir, las historias policíacas que se desarrollan en Escocia, y de la que este mes también tendremos otro ejemplo en la nueva versión de Rebus (Movistar Plus+, 2024), que adapta las novelas de Sir Ian Irving. Y Crimen (2008, Ed. Anagrama) es uno de los ejemplos más característicos de este subgénero de la literatura criminal, protagonizada por un personaje que está atormentado por sus propios traumas mientras trata de resolver casos desde la comisaría central de Edimburgo. Este mes se produce el estreno de las dos temporadas de Crimen, de Irvine Welsh (Movistar Plus+, 2021-2023): La primera temporada, estrenada en 2021, está disponible completa desde el 1 de enero y la segunda, que se estrenó en 2023, en episodios semanales desde el 22 de enero. Ambas historias se basan en el mismo libro, desarrollando el personaje del detective Ray Lennox (Dougray Scott) que le proporcionó al actor un premio BAFTA Escocia y un Emmy Internacional. Y sin duda, se trata del tipo de antihéroe que Irvine Welsh sabe construir con especial acierto. En las novelas, Ray Lennox aparecía como uno de los compañeros de trabajo del policía corrupto Bruce Robertson que protagonizaba el libro Escoria (1998, Ed. Anagrama), y ya entonces se le presentaba como un adicto a la cocaína y a las prostitutas, es decir, el tipo de personaje característico de las historias firmadas por el autor escocés. La serie además está adaptada por el propio Irvine Welsh, lo que explica que la segunda temporada sea una extensión que toma referencias de la obra original pero extiende aún más los traumas y las consecuencias de éstos en el personaje principal. Cuando comienza la serie, Ray Lennox es un adicto en proceso de recuperación, por lo que siempre está al borde de la recaída, y atormentado por algunos de sus casos no resueltos. Precisamente la desaparición de una niña que sufrió abusos por parte de su abuelo, se convierte en un suceso que Ray Lennox está convencido de que tiene alguna relación con un criminal llamado Mr. Confectioner que fue el responsable de la desaparición de otras niñas en el pasado. La nueva compañera de trabajo de este policía solitario y chapado a la antigua es la agente Amanda Drummond (Joanna Vanderham), que de alguna forma sirve para poner de relieve el profundo machismo y sexismo que sigue predominando en el corazón de la policía. 

Se podría decir que las dos temporadas contienen algunas de las características que se pueden reconocer de la literatura de Irvine Welsh, pero al mismo tiempo son excesivamente convencionales en su desarrollo, construidas como historias que siguen más o menos los parámetros de los policíacos tradicionales y sin que se muestren las salidas de tono y la rebeldía de los personajes que se pueden ver en novelas como Trainspotting (1993, Ed. Anagrama) o su continuación Porno (2002, Ed. Anagrama). Pero hay un reflejo de un Edimburgo ficticio que está marcado por la corrupción policial y por una difusa línea entre los criminales y los servidores del orden que resulta especialmente interesante, aunque a veces la voz en off del protagonista pueda resultar demasiado literaria y grandilocuente: "La ignorancia de los monstruos es una bendición… pero el camino al infierno está pavimentado con ignorancia", una frase que parece difícil de creer que salga de una mente tan perjudicada por el alcohol y las drogas como la de Ray Lennox (aunque hay escritores que han creado sus mejores obras envueltos en estupefacientes). Para tratarse de una autoadaptación, Irvine Welsh parece más inofensivo en esa primera temporada que cae en los estereotipos principales del policíaco moderno. Si la primera se estrenó directamente en BritBox, la plataforma internacional que contiene producciones de ITV y BBC, la segunda se anunció en 2022, poco después de los éxitos en forma de premios que consiguió el actor Dougray Scott. 

En este caso, hay una enfoque mucho más centrado en el protagonista Ray Lennox y su personalidad atormentada, recién incorporado a la comisaría tras haber estado de baja debido a problemas relacionados con su salud mental. De hecho, una de sus primeras visitas es a su terapeuta Sally Hart (Laura Fraser), que le ayuda a volver a enfrentarse a la rutina diaria, pero sobre todo a la parte más oscura de la naturaleza humana: "Es bueno enfrentarse a tus miedos; sin embargo, hacerlo no garantiza el éxito. Si así fuera, no sería un gran problema", dice, reconociendo la necesidad de poner en orden su vida, aunque su ruptura con su novia Trudi (Angela Griffin) le lleva a concentrarse aún más en su trabajo. También tiene algunos nuevos retos a los que enfrentarse, como la transición de género que ha experimentado un antiguo compañero de la policía, o la propia sexualidad de su sobrino., mientras comienza una nueva investigación. La forma en que la segunda temporada se centra más en el personaje principal, que en su proceso de sanación terapéutica sufre algunas de las crisis más intensas de su vida, lo que permite a Dougray Scott ofrecer un gran trabajo de interpretación, a veces termina distrayendo demasiado de la investigación, que se desarrolla con algunos altibajos. Pero el mayor interés está precisamente en ese retrato de un entorno que ahora tiene relación con los abusos, la prostitución y la pornografía a través de internet, y que refleja nuevamente un ambiente malsano que puede perjudicar la salud mental de la persona más sobria. Hay algunos problemas que se repiten desde la primera temporada, pero esta segunda es más introspectiva, lo que alegrará a los amantes del drama psicológico, pero decepcionará a los aficionados al drama criminal. 

Las crónicas de Spiderwick
 ★★☆☆
SyFy - 7 de enero-18 de febrero
Estados Unidos, 2023 - 8x49'
Creada por Aron Eli Coleite
Dirigida por Kat Coiro, Michael Patrick Jann, Amanda Row, Rachel Raimist, Charles Randolph-Wright, Aron Eli Coleite, Maurice Marable
Children's & Family Emmy® Awards '25: 13 nominaciones
Saturn Awards '25: Nominada Mejor Serie de Fantasía

En agosto de 2023, la compañía Walt Disney tomó algunas decisiones importantes dentro de la estrategia de ajuste económico llevada a cabo por Bob Iger tras su reincorporación como CEO de la compañía en noviembre de 2022. Al margen de un plan para despedir a unos 7.000 trabajadores, que se ha llevado a cabo a lo largo del año pasado, anunció algunas cancelaciones de series que ya estaban completadas, como la adaptación de las novelas de Julio Verne Nautilus (AMC+, 2023), que terminó consiguiendo cierto éxito el pasado verano a través de Prime Video en Reino Unido y otros canales internacionales, y que en España tiene pendiente de estreno AMC. También fue cancelada Las crónicas de Spiderwick (SyFy, 2023), que finalmente adquirió The Roku Channel para Estados Unidos, cuyo estreno el pasado mes de abril rompió todos los récords del canal, convirtiéndose en el título bajo demanda más visto que jamás haya debutado en la plataforma de streaming y alcanzando la mayor cantidad de horas de cualquier título en la historia de la plataforma en un solo día y durante su primer fin de semana, aunque no se comunicaron cifras exactas de visionados. En España finalmente la serie se estrena de manera apropiada en el canal SyFy, que ha apostado por ella como una de sus primeras producciones de 2025. Aunque puede parecer una estrategia equivocada renunciar a títulos ya completados que después han demostrado tener éxito de audiencia, lo cierto es que el movimiento de Walt Disney buscaba centrarse más en las propiedades intelectuales propias, como la serie Percy Jackson y los dioses del Olimpo (Disney+, 2024-), cuyos libros están publicados en Estados Unidos por la editorial Disney Hyperion. Curiosamente, Las crónicas de Spiderwick ha conseguido 13 nominaciones para los Children's & Family Emmy® Awards, que se entregan el próximo mes de marzo, y en muchas de las categorías, como Mejor Serie Juvenil, compite con la producción de Disney Percy Jackson y los dioses del Olimpo. La serie está basada en la colección de libros infantiles escritos por Holly Black (1971, Nueva Jersey) y Tony DiTerlizzi (1969, Los Angeles), que se convirtieron en un gran éxito de ventas. Las crónicas de Spiderwick (2007-2008, Ed. Puck) introduce a sus jóvenes protagonistas en un mundo de fantasía plagado de ogros y hadas que parece oculto para los adultos, cuando la familia Grace se traslada a una antigua mansión familiar. 

Desde el principio, resulta claro que esta adaptación en formato de serie pretende alcanzar una audiencia algo más adulta que el target de 10-12 años que tienen las novelas y que tenía la película Las crónicas de Spiderwick (Mark Waters, 2008). Hay una mayor oscuridad en la historia que se plantea desde la primera frase: "Querido espectador, este es un cuento de hadas oscuro", y en el prólogo se le da mayor protagonismo al ogro Mulgarath, que adopta la forma humana del Dr. Dorian Brauer (Christian Slater), el terapeuta de uno de los miembros de la familia Grace. Adaptada por el autor de cómics Aron Eli Coleite, creador de series como Héroes (NBC, 2006-2010) y Locke & Key (Netflix, 2020-2022), la propuesta ha contado con la participación de los autores originales Holly Black y Tony DiTerlizzi, quienes plantearon la necesidad de dar un arco de héroe a cada uno de los personajes jóvenes a lo largo de los ocho episodios. La historia comienza cuando la familia Grace se muda desde Brooklyn hasta su hogar ancestral en Henson, Michigan, la conocida como mansión Spiderwick. Encabezados por su madre, Helen Grace (Joy Bryant), los miembros de la familia representan ciertos arquetipos de personajes jóvenes: Simon (Noah Cottrell) es el hijo que adopta una posición de liderazgo, su gemelo Jared (Lyon Daniels) es el chico fantasioso al que nadie cree y su hermana mayor Mallory (Mychala Lee) trata de esforzarse para mantener unida a la familia. La decisión de llevar a los protagonistas a una edad más adolescente que en los libros puede ser discutible porque de alguna manera hace que resulte menos creíble la introducción de ese mundo de fantasía que permanece oculto entre los rincones de la casa ante el resto del mundo. Pero es una opción que busca enlazar la historia con otro tipo de público y se esfuerza (quizás demasiado) en tratar de actualizarse con referencias concretas. Lo que puede resultar más decepcionante para los lectores de los libros es que en realidad los elementos de fantasía apenas aparecen (los protagonistas se llevan casi todo el tiempo tratando de recuperar las páginas de la guía de campo que describe a las criaturas de ese mundo) y hasta el duende de la casa, Thimbletack (Jack Dylan Grazer), es muchas veces invisible. En realidad, el creador ha manifestado que dentro de la mansión se han introducido hadas y personajes de fantasía disimulados dentro del diseño de producción (ventanas, muebles), que el espectador debe descubrir; incluso un personaje importante que aparece en el tercer episodio es reconocible en la figura del árbol que plantó Arthur Spiderwick dentro de la casa. 

Da la impresión de que un presupuesto demasiado ajustado impide que la serie muestre a los seres fantásticos que anuncia como parte de la historia, lo que resulta finalmente en un espectáculo de fantasía que, en realidad, contiene poca fantasía. La historia por tanto se centra en el viaje personal de los protagonistas, un arco de crecimiento hacia la edad adulta que puede ser suficiente para una primera temporada, pero limitado para las expectativas de una serie como ésta. De hecho, son mejores los episodios que juegan en distancias cortas, como La guía de campo de Jared Grace (T1E7), una especie de "episodio botella" que transcurre casi todo el tiempo en el hospital Meskwaki durante las sesiones del Dr. Brauer y el joven Jared, y que acaba siendo una interesante exploración de los traumas y la auto-aceptación del personaje. También hay una escena de diferentes transformaciones del ogro Mulgarath que utiliza el plano-contraplano para no mostrar la transformación en pantalla. Hay un cierto suspense al final del último episodio que revela la intención de que Las crónicas de Spiderwick tenga más temporadas, y el propio creador Aron Eli Coleite ha mostrado su esperanza de que la productora Paramount Television decida continuarla, pero no está claro si los vaivenes de su distribución la han perjudicado definitivamente. La ira de Mulgarath (T1E8) es el episodio más desastroso de la temporada, porque a nivel narrativo acaba siendo bastante caótico y desde el punto de vista de la puesta en escena se nota lo que quieren hacer, pero también aquello a lo que no pueden llegar. A pesar de todo, hay algunos elementos interesantes en esta propuesta que la diferencian de los libros originales en cuanto a la diversidad de las referencias culturales, con la mansión presidida por un gran árbol antiguo que corresponde a una especie del folclore latinoamericano, y se encuentran otras referencias culturales orientales, al margen de las evidentes conexiones con el pasado segregacionista que aporta el cambio racial en la familia protagonista. El problema de Las crónicas de Spiderwick es que trata de ser más oscura sin abrazar demasiado la oscuridad, queriendo situarse en un término medio que al mismo tiempo la haga asequible para todo tipo de público, lo que termina provocando ciertos desequilibrios. Un ejemplo claro de esta indefinición lo encontramos en los créditos finales de cada episodio, con la canción "Something magic" interpretada por The Regrettes, que tiene un espíritu más optimista y alegre que el que realmente vemos a lo largo de la serie. Los principales aspectos positivos se encuentran en algunos personajes secundarios como Emiko Noizumi (Momona Tamada), la compañera de Jared en las sesiones de terapia, que aporta frescura cuando aparece, o la propia presencia de Christian Slater, al que este mes también podemos ver como el padre de Dexter Morgan en Dexter: Pecado original (SkyShowtime, 2024). Con ciertas dificultades para transmitir la magia de los libros debido a una indefinición de su propuesta, Las crónicas de Spiderwick (SyFy, 2023) aporta algunos aspectos interesantes pero rara vez resulta apasionante. 

Operación Sabre
 ★★★☆
Filmin - 7 de enero
Serbia-Croacia-Bulgaria, 2024 - 8x50'
Creada por Goran Stanković, Vladimir Tagić
Escrita por Dejan Prćić, Goran Stanković, Vladimir Tagić, Maja Pelević, Marjan Alčevski
Dirigida por Goran Stanković, Vladimir Tagić
Serial Killer '24: Mejor Serie Europea
Canneseries '24: Premio Especial de Interpretación

Trasladar uno de los acontecimientos más relevantes en la reciente historia de un país que permanece todavía recuperándose de una brutal guerra civil, se convirtió en una producción que mantuvo durante su rodaje un estricto secretismo, incluso con la firma de acuerdos de confidencialidad entre los principales actores y los responsables de una serie que comienza su primer episodio con el asesinato del primer ministro serbio Zoran Đinđić en 2003. Hace dos años, se estrenó la miniserie Los últimos tres días (Filmin, 2021), que se centraba en los días previos a la detención de Slobodan Milošević, acusado por el Tribunal Internacional de La Haya de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad. El fin de semana entre el 29 de marzo y el 1 de abril de 2001 se produjeron negociaciones para que el ex-presidente de Yugoslavia y Serbia se entregara voluntariamente al gobierno serbio, evitando la violencia que podría producirse entre sus seguidores. Y Operación Sabre (Filmin, 2024) comienza precisamente durante los días previos a estas jornadas en las que todavía existía la amenaza de volver al infierno de la confrontación civil. Tras las elecciones generales celebradas en 2001, Zoran Đinđić (Dragan Micanovic) se convirtió en el primer gobernante no comunista de Serbia, pero su gestión de la entrega de Milošević al tribunal internacional y algunas acusaciones de corrupción, además del intento de control de las mafias, acabó provocando un desencanto y una conspiración desde dentro del propio gobierno para terminar con su vida. El primer episodio concluye precisamente cuando un francotirador dispara desde la distancia contra él, y a partir de ahí se alternan los flashbacks del pasado que muestran las dificultades de sus decisiones políticas y la investigación policial que se desarrolla en 2003 para encontrar a los responsables de su muerte. Creada por Goran Stanković y Vladimir Tagić, que lograron un éxito en su país con la serie Morning Changes Everything (RTS, 2018), Operación Sabre consiguió un premio especial de interpretación en Canneseries '24, pero no se estrenó en la Radiotelevisión de Serbia (RTS) hasta el mes de noviembre, consiguiendo cuotas de pantalla del 28,3% y 29,2% en la emisión de sus dos primeros episodios. 

Precisamente son éstos, sin embargo, los que pueden resultar algo más confusos en su narración, porque se encargan de presentar a muchos personajes y mezclar las trayectorias de diferentes protagonistas que posteriormente se van asentando, pero que al principio transmiten la sensación de cierto caos narrativo. Está la figura central del primer ministro Zoran Đinđić durante las manifestaciones civiles que provocaron la caída de Slobodan Milošević, pero también adquieren protagonismo otros personajes importantes: los agentes de policía Boris (Ljubomir Bandović ) y Ljuba (Feđa Štukan) están sometidos a las presiones que se ejercen sobre ellos durante su investigación, la Operación Sabre del título; la periodista Danica (Milica Gojković) apoya sus ambiciones profesionales en el descubrimiento de la trama alrededor de la muerte del primer ministro; y el joven Uroš (Lazar Tasić) se enfrenta a las consecuencias de formar parte de la banda mafiosa conocida como el "clan de Zemun", la organización criminal más poderosa de Serbia desde los años noventa, a la que se considera responsable del asesinato de Zoran Đinđić, y que a día de hoy todavía sigue manteniéndose con fuerza en el país. Aunque estos personajes son ficticios o solo están ligeramente basados en personas reales, los creadores de Operación Sabre se han ajustado a la información sacada de numerosos archivos y actas judiciales, de manera que se mantienen fieles a los acontecimientos tal como sucedieron. Y aportan a través del trabajo de dirección que ellos mismos asumen una cualidad de thriller político que utiliza la cámara en mano para situarse en medio de las escenas y acompañar a los personajes en sus acciones. Dentro de la complejidad de unos hechos que significaron un duro golpe para la estabilidad de Serbia, y que todavía se mantienen como una herida profunda en la sociedad, la serie consigue ser valiente en sus planteamientos retratando la complejidad de la situación. En el segundo episodio, tras hacerse pública la muerte de Zoran Đinđić en la radio, un ciudadano toca el claxon de su coche celebrándolo en plena calle: "¡Que se joda el traidor!". 

La serie tiene una clara vocación internacional y utiliza algunos tics de los thrillers más tradicionales, como plantear el trabajo periodístico como el principal reflejo de la honestidad y la búsqueda de la verdad, a través de un personaje como Danica que está basado en diferentes periodistas reales, y que al principio es muy crítica con el gobierno de Zoran Đinđić, pero se entrega a la labor de desenmascarar a los responsables de su muerte. En cierto modo, el personaje representa la actitud más honesta del ciudadano serbio frente a los cambios que se están produciendo en el país, el desencanto de la gestión política pero la necesidad de depurar las responsabilidades que sean necesarias. El guión se esfuerza en ofrecer un retrato del primer ministro que aborde los dilemas, las visiones, las decisiones equivocadas y las virtudes de una gestión complicada en un momento complejo, de manera que huye de la representación demasiado positiva o demasiado negativa de un político que una parte de los serbios siguen viendo como un visionario y otros siguen considerando como un traidor. Para los espectadores internacionales, Operación Sabre es un contundente thriller, con algunas escenas de tortura algo violetas, como el final del Episodio 5, aunque a veces se puede perder el foco de los entresijos sociales y el perfil de personajes implicados en un momento político decisivo en Serbia a principios de los 2000, pero mantiene el interés y se hace cada vez más relevante conforme se consolida el desarrollo de los principales protagonistas. De manera que aborda una segunda mitad que resulta mucho más efectiva que los primeros episodios, cuando se adopta un tono claro de thriller. Pero el tema que subyace sobre todo es una cierta incapacidad de la sociedad serbia para cambiar, acostumbrada a asumir con normalidad la corrupción, el fraude y el abuso de poder. La muerte de Zoran Đinđić terminó siendo la demostración de cómo funcionó la resistencia a abandonar ese estado de apropiación privada de un país. 

The Pirate Bay
 ★★☆☆
Movistar Plus+ - 7 de enero
Suecia, 2024 - 6x45'
Creada por Piotr Marcinak
Dirigida por Jens Sjögren, Patrik Gyllström
Serielizados Fest '24: Sesión de Clausura

La producción audiovisual sueca se ha fijado en los últimos años en algunas de las iniciativas que surgieron en el país nórdico relacionadas con internet como una herramienta de compartición de todo tipo de archivos, incluidos los de propiedad intelectual. The playlist (Netflix, 2022) se centraba en el nacimiento de Spotify, que prácticamente copió el planteamiento de The Pirate Bay para lanzarse en 2006 como una plataforma para escuchar música de forma gratuita. Con el desarrollo de los años, Spotify pasó de enfrentarse a la industria discográfica a ser un núcleo esencial de esa industria, lejos del planteamiento original del intercambio. The Pirate Bay (Movistar Plus+, 2024) se acerca a la iniciativa que provocó un cambio estructural en la forma de consumir productos audiovisuales. Mientras la industria cinematográfica hacía números para saber cuánto les estaba costando una red que intercambiaba archivos gratuitamente, lo que provocó que se cambiaran las leyes para poder llamarles descargas ilegales, el posterior nacimiento del streaming demostró que los usuarios estaban reclamando una manera distinta y más global de acceder a los contenidos audiovisuales. Creada por Piotr Marciniak (1982, Suecia), la serie hace un buen trabajo a la hora de contar esta historia con dosis de suspense y buen ritmo, de forma que siempre resulta entretenida. En 2024 se han cumplido 15 años desde que los máximos responsables de The Pirate Bay fueron condenados a prisión por complicidad en la infracción de derechos de autor. La serie se centra en Gottfrid Svartholm Warg (Arvid Swedrup), un hacker de gran inteligencia que ideó el sistema P2P para compartir archivos, Fredrik Neij (Willjam Lempling), un técnico que creó toda la infraestructura externa de la red, y Peter Sunde (Simon Gregor Carlsson), una especie de ideólogo que se convirtió en el principal portavoz de The Pirate Bay. El problema es que solo parece interesada en desarrollar la personalidad de este último, dejando a los otros dos en una especie de retrato cliché de nerds tecnológicos, a los que solo proporciona en los últimos episodios cierto espacio propio. Frente a ellos, se encuentran dos personajes que representan a sus opositores: el funcionario de la Agencia Sueca Antipiratería Henrik Pontén (Robin Stegmar) y Monique Wadsted (Helena Bergström), una abogada que servía de intermediación con la Motion Pictures Association of America (MPAA), presidida por John Malcolm (Darin Cooper), que realizó presiones políticas para defender los intereses de Hollywood.

The Pirate Bay trata de situarse en un término medio en el que no toma partido, lo que al final acaba provocando que se limite a ofrecer una presentación de los hechos no muy diferente a consultar la página de Wikipedia dedicada a la red de descargas. Se queda por tanto en un retrato algo superficial y bastante menos logrado que el excelente documental TPB AFK: The Pirate Bay away from keyboard (Simon Klose, 2013), aunque no evita presentar las contradicciones de la red de intercambio y las presiones de la industria de Hollywood en la soberanía del gobierno sueco. Por un lado, frente a su discurso altruista, la introducción de publicidad en The Pirate Bay suponía beneficios económicos cuyo destino no estaba muy claro, y por otro el malestar de los representantes de Hollywood respecto a Suecia como un país demasiado laxo en la persecución contra las descargas ilegales, al contrario que el resto de Europa. Cuando la administración sueca mantenía que no existía una vulneración clara de los derechos de autor en el intercambio de archivos, las presiones norteamericanas llegaron a convertirse en injerencias políticas dentro del gobierno. Pero el guión también muestra la repercusión en los directores independientes: en un episodio, la misma noche que una directora estrena su primera película en una sala de cine, ya se encuentra dentro de la red para ser descargada. El problema de The Pirate Bay no es que no sea entretenida, sino que le falta profundidad, y al tratar de presentar los hechos de una manera imparcial, termina por pasar por alto los planteamientos iniciales de la red de intercambio: una democratización de internet como un espacio de libertad y una reclamación contra los abusos de la industria audiovisual. Incluso aisla tanto los acontecimientos del posterior desarrollo de las industrias musical y cinematográfica, que parece convertir la historia en una anécdota sin trascendencia (el mismo año de la sentencia contra los fundadores de TPB, Netflix ya había desplegado un amplio catálogo de streaming en Estados Unidos, lo que ni siquiera se menciona en la serie). 

Dirigida en la mayor parte de los episodios por Jens Sjögren (1976, Suecia), responsable de la película I am Zlatan (2021) sobre la estrella de fútbol Zlatan Ibrahimovic, The Pirate Bay ofrece una buena recreación de una época en la que muchos creían que la libertad de expresión estaba siendo atacada, reconstruyendo algunos de los elementos simbólicos que se convirtieron en una representación del desafío a la autoridad administrativa, como el autobús The Pirate Bay que la organización convirtió en un centro de prensa durante la celebración del juicio en Estocolmo, uno de los más largos en la historia de Suecia. Dedicándole el último episodio, la serie ofrece un resumen bien editado de una causa que tuvo numerosas interrupciones, entre ellas una recusación contra la imparcialidad del juez Tomas Norström (Eric Rusch) por pertenecer a varias asociaciones de derechos de propiedad intelectual, como la Asociación Sueca de Derechos de Autor (SFU), de la que también formaban parte los abogados acusadores Henry Pontén y Monique Wadsted. Hay algunos apuntes interesantes sobre la forma en que las tecnologías siempre están por delante de las regulaciones (lo estamos viendo con el desarrollo de la IA), como cuando en el Episodio 5, una redada de la policía en el lugar donde se encontraban los servidores de la red provocó que al día siguiente se reiniciara The Pirate Bay, pero esta vez descentralizando los servidores en diferentes países, lo que acabó haciéndola más impenetrable. Pero falta una reflexión más profunda que podría surgir de la mirada distanciada en el tiempo, aunque la serie utiliza una narrativa dinámica que la hace siempre atractiva. Peter Sunde apuntaba la paradoja de que la industria audiovisual que se enfrentó a ellos sea precisamente la que cuente su historia, y en algunos medios alternativos como TorrentFreak se indicaba la ironía de que la serie haya tenido una escasa presencia precisamente en las redes de intercambio de archivos como la propia The Pirate Bay.

Los hombres del S.A.S. (Temp. 2)
 ★★★☆
Max - 9 de enero-6 de febrero
Reino Unido, 2025 - 6x45'
Creada por Steven Knight
Dirigida por Stephen Woolfenden

Tan sorprendente es la multiplicidad de proyectos en los que está metido Steven Knight (1959, Reino Unido), incluidas sus colaboraciones con Pablo Larraín en películas como Spencer (2021) y María Callas (2024), como la disparidad de sus guiones para series, a veces espléndidas como Peaky Blinders (Netflix, 2013-2022) y otras insulsas como The veil: red de mentiras (Disney+, 2024) o sus adaptaciones de Charles Dickens. Afortunadamente, Los hombres del S.A.S. (Max, 2023-) pertenece a la primera categoría, resultando en su primera temporada una sorprendente, desquiciada y violenta incursión en las intrépidas aventuras de los soldados británicos que formaban parte del Servicio Aéreo Especial (SAS), luchando contra los nazis en África. Tomando como referencia la historia real y el libro en el que la contaba el periodista Ben Macintyre (1963, Reino Unido), Los hombres del SAS: Héroes y canallas en el Cuerpo de Operaciones Especiales británico (2018, Ed. Crítica), la serie se centraba principalmente en el oficial David Stirling (Connor Swindells) y sus enfrentamientos, pero también su camaradería, con Paddy Mayne (Jack O'Connell), otro oficial pero con cierta incapacidad para controlar su tendencia a la violencia y la insubordinación. Al comienzo de esta segunda temporada, ya está peleándose con un grupo de Policías Militares después de haber destrozado una taberna. Pero este nuevo relato transcurre ahora en 1943, y hay dos cambios importantes: David Stirling ha sido hecho prisionero en Italia, por lo que sus intervenciones son bastante reducidas, convirtiéndose en principal protagonista Paddy Mayne, y el SAS ha cambiado temporalmente su nombre por SRS (Escuadrón de Asalto Especial), cuando son enviados a Sicilia para impedir el avance de los nazis, en una misión que el coronel Dudley Wrangel Clarke (Dominic West) describe como "una forma nueva y aún más efectiva de suicidarse". Mientras David Stirling permanece prisionero, su hermano Bill Sterling (Gwilym Lee) se convierte en el oficial superior que constantemente trata de controlar los impulsos insubordinados de Paddy, que no acepta de buen grado el interés superior de la misión a gran escala en detrimento de sus ansias por matar nazis. En la realidad, ha habido cierta controversia sobre quién fue realmente el responsable de formar el SAS, si David Sterling, a quien habitualmente se le atribuye, o su hermano Bill Sterling. 

Uno de los primeros problemas a los que se enfrenta el SRS en su incursión en Italia es que, cuando llegan a un pequeño pueblo italiano (en realidad la serie se rodó en Croacia) llamado Aurora, comprueban que está controlado por otro enemigo de los nazis, pero que también puede ser muy peligroso si se convierten en enemigos suyos: la Cosa Nostra. La incertidumbre principal que plantea esta temporada es si Paddy Mayne es apto para ser el líder del escuadrón, y también si un personaje tan complejo puede llegar a sustituir al más carismático David Stirling como estrella principal de la serie. Si bien la frase de introducción de la primera temporada: "Basada en una historia real, los eventos que parecen más increíbles... son en su mayoría verdaderos" se ha sustituido en esta segunda por la más sutil: "Inspirada en hechos reales... Pero tengan cuidado... Esto NO es una lección de historia", lo cierto es que Los hombres del SAS mantiene el espíritu de rebeldía que tenía, incluida la introducción de canciones de rock anacrónicas para reforzar ese espíritu. También es cierto que algunos personajes acaban siendo muy secundarios, no solo en el caso del que interpreta Connor Swindells, sino también el de Dominic West, mientras que la agente del Servicio de Inteligencia francés Eve Mansour (Sofia Boutella) tiene alguna participación algo ridícula, como una visita al prisionero David Stirling, pero cobra algo más de protagonismo en la segunda parte de la historia. Con un buen nivel de producción que hace bastante creíbles las acciones de combate y unos paisajes de Croacia que parecen realmente pequeños pueblos italianos, la serie aborda en el Episodio 4 un hecho específicamente real, la defensa del pueblo de Termoli por parte del SAS/SRS, en octubre de 1943, que ofrece a través del personaje del sargento Reg Seekings (Theo Barklem-Biggs), uno de los trasfondos más dramáticos, demostrando que también puede abordar cuestione éticas de forma seria cuando se lo propone. 

La Segunda Guerra Mundial se convierte así en un terreno propicio para abordar héroes imperfectos, tipos violentos pero al mismo tiempo con un sentido del honor y de la camaradería que los hacen ser confiables. También para tratar las fricciones entre las decisiones que se toman en los despachos y las necesidades de los soldados que arriesgan la vida todos los días, teniendo que asumir las órdenes del plan superior por el que las fuerzas norteamericanas detienen el avance de los británicos para controlar ellos mismos su incursión en la guerra. Es especialmente divertido cuando los habitantes italianos de los pequeños pueblos que ocupan los soldados británicos se refieren habitualmente a ellos como los americanos, lo que les provoca un evidente malestar. La segunda temporada de Los hombres del SAS es una propuesta muy entretenida que además aborda algunos aspectos interesantes sobre la ética de la guerra, y la apuesta de la BBC parece decidida, teniendo en cuenta que le ha dado el relevante estreno del día de Año Nuevo, solo reservado a sus producciones más importantes. También es una serie que se mantiene, con todas las libertades que se puede tomar, fiel a los acontecimientos reales, de manera que a veces ocurren hechos imprevistos que pueden resultar sorprendentes para una narrativa de ficción, como que el protagonista principal permanezca en un papel secundario durante toda una temporada. Pero eso también proporciona imprevisibilidad, si no se conocen del todo los hechos reales, lo que permite una mayor capacidad de sorpresa, como el final de esta temporada. 

Little bird
 ★★★☆
Filmin - 14 de enero
Canadá, 2023 - 6x46'
Creada por Jennifer Podemski, Hannah Moscovitch
Dirigida por Elle-Máijá Tailfeathers, Zoe Leigh Hopkins
Séries Mania '23: Premio del Público
Serielizados '23: Mejor Serie - Premio del Jurado Joven ECAM (Madrid)
Canadian Screen Awards '24: Mejor Drama, Dirección, Interpretación principal, Interpretación secundaria, Interpretación de Conjunto, Cásting, Fotografía, Montaje, Sonido, Dirección artística, Vestuario, Maquillaje, Peluquería

Cada país tiene algunas vergüenzas que ocultar, como los niños robados en España, y en el caso de Canadá el racismo con el que ha tratado a los indígenas durante décadas, algo que permanece como un trauma permanente todavía en la actualidad, como se ha descrito en documentales como Twice colonized (Lin Alluna, 2023). Se calcula que, entre 1863 y 1998, unos 150.000 niños de las llamadas Primeras Naciones fueron separados de sus familias por los Servicios Sociales canadienses en base a una política de educación que ponía en duda la capacidad de los padres para cuidar de ellos. Pero en realidad se trataba de un plan organizada de eliminación de la cultura indígena forzando el "blanqueamiento" de las costumbres de unos niños que acababan siendo adoptados por familias blancas. Fue un genocidio cultural que también acabó con la muerte de unos 6.000 niños en internados gestionados por la Iglesia Católica, algo que también ha ocurrido en otros países y que ha sido abordado en otras series como The woman in the wall (BBC, 2023) o la tercera temporada de Reservation dogs (Disney+, 2021-2023). Uno de los documentales más destacados de este año, Sugarcane (Emily Kassie, Julian Brave NoiseCat, 2024), es un extraordinario retrato de cómo permanece el trauma y se contagia entre generaciones. En 2020, en la Escuela Residencial India de Kamloops (Columbia Británica), uno de los centros más grandes destinados a esta reeducación, se encontró una fosa común con los restos de 215 niños. Esta problemática es la base de la serie Little Bird (Filmin, 2023), que incluimos el año pasado en nuestra lista de las Mejores Series Inéditas de 2023, y que se centra en los denominados Sixties Scoop, un período entre mediados de los años 50 y finales de los 80, en el que las leyes del gobierno canadiense otorgaban libertad a las autoridades de bienestar infantil para "recoger" a niños que consideraban que estaban siendo criados de forma poco adecuada. La serie, que ha recogido numerosos premios y batió el récord de galardones en la pasada edición de los Canadian Screen Awards, con trece estatuillas, cuenta con la producción de Jeremy Podeswa (1962, Canadá), reconocido director de episodios de series como El cuento de la criada (Max, 2017-), Boardwalk Empire (Max, 2010-2014), y más recientemente El problema de los 3 cuerpos (Netflix, 2024-) y The New Look (Apple tv+, 2024). 

Desde el momento en que se recuerda al comienzo de la serie que tanto en Canadá como en Estados Unidos los niños de familias indígenas han sido robados sistemáticamente durante más de 200 años, ya sabemos que va a ser un visionado especialmente difícil. Sobre todo cuando se indica también que "en la actualidad hay más niños indígenas bajo custodia que nunca", un dato basado en denuncias recientes (CBC, 21/9/2022). Al comienzo de episodio El amor está en todas partes (T1E1), la protagonista Bezhig "Little bird" (Darla Contois), celebra su fiesta de compromiso junto a su madre Golda Rosenblum (Lisa Edelstein), una mujer judía que la adoptó cuando era pequeña, pero toma conciencia de una forma impactante de que sigue siendo despreciada por algunos miembros de la comunidad, lo que provoca en ella la necesidad de saber más sobre su familia original. La trama alterna la búsqueda de sus raíces indígenas por parte de Esther (su nombre judío) en 1985, con la historia de cómo fue arrebatada a su madre por la policía y miembros de los servicios sociales, retratados de una forma demasiado estereotipada, a través de escenas particularmente dramáticas y emocionalmente muy duras que se desarrollan en 1968. El menosprecio de las autoridades canadienses a los niños de las Primeras Naciones llegó a tal punto que los niños eran literalmente anunciados en los periódicos, con sus fotografías, para conseguir la atención de familias blancas que quisieran adoptarlos. Bezhig también fue anunciada en los medios de comunicación antes de ser adoptada por la familia Rosenblum, y a través de estas pistas descubre que los archivos sobre su proceso de adopción permanecen sellados y la búsqueda se convierte en un rompecabezas. Pero, conforme se desarrollan los seis episodios, la serie deriva hacia una historia de madres más que de hijas. Golda Rosenblum, una estupenda Lisa Edelstein, la inolvidable Dra. Lisa Cuddy de la serie House (SkyShowtime, 2004-2012), se enfrenta a su propia negación sobre las circunstancias en las que se produjo la adopción, mientras la madre natural, Patti Little Bird, un trabajo desgarrador y emotivo de Ellyn Jade, trata de recuperar a sus hijos después de haberles sido arrebatados. Pero la serie no ofrece un retrato maniqueo, y describe la relación entre Bezhig/Esther y su madre adoptiva sin juzgar, lo que finalmente ofrece una mirada mucho más compleja sobre la necesidad de buscar las raíces sin alejarse de su educación posterior, aunque sus orígenes puedan ya estar demasiado lejos de la vida de la protagonista. Creada por Jennifer Podemski, a la que hemos visto como actriz en algunos episodios de Reservation dogs y que comparte con la protagonista su condición de judía e indígena, y Hannah Moscovitch, guionista de las dos temporadas de Entrevista con el vampiro (AMC+, 2022-), Little Bird es una propuesta de alto contenido dramático que se apoya principalmente en el desarrollo de los personajes y en una realidad especialmente sobrecogedora. Los datos actuales indican que más del 50% de los niños que permanecen en acogida en residencias estatales en Canadá son de origen indígena, lo que resulta un indicativo de las condiciones sociales en las que viven sus familias. Y el impactante y visceral documental, premiado en Hot Docs, Yintah (Jennifer Wickham, Brenda Michell, Michael Toledano, 2024) demuestra que el gobierno canadiense sigue apoyando a las grandes corporaciones económicas frente a los derechos territoriales de las tribus indígenas.  

Herrhausen. El banquero y la bomba
★★★☆
Filmin - 21 de enero
Alemania-Bélgica, 2023 - 4x50'
Escrita por Thomas Wendrich
Dirigida por Pia Strietman
Festival de Munich '23: Mejor Serie
Séries Mania '24: Mejor Guión

Ambientada en los años ochenta y envolviendo al personaje principal de un complejo entorno económico y político del que él fue protagonista, esta miniserie dice estar "basada en una historia real, hasta donde la historia pueda ser cierta". Porque efectivamente hay muchas sombras alrededor de la figura de Alfred Herrhausen y sobre todo en torno a las circunstancias de su muerte, asesinado en un ataque terrorista con bomba en 1989, del que la imagen de su limusina destrozada ha quedado como uno de los símbolos más significativos del proceso de reestructuración política que se produjo en los ochenta y noventa: reunificación de Alemania, Perestroika y comienzo de la construcción de la Unión Europea. La miniserie de cuatro episodios está escrita por Thomas Wendrich (1971, Alemania), quien ya había abordado la historia de su país en otra miniserie sobre el resurgimiento de los neonazis tras la reunificación, NSU: German History X (ARD, 2016), y precisamente Herrhausen. El banquero y la bomba (Filmin, 2023) consiguió el premio al Mejor Guión en la competición internacional del festival Séries Mania '24. La historia comienza con Die brillante idee (Una idea brillante) (T1E1) en Frankfurt en 1987, cuando Alfred Herrhausen (Oliver Masucci) llevaba tiempo formando parte del Consejo de Administración del Deutsche Bank, pero logra imponerse como el relevo natural del entonces portavoz Friedrich Wilhelm Christians (August Zirner) para un contexto histórico mucho más relevante. La etapa que describe la serie es aquella en la que el banquero comienza a tomar decisiones que a veces le acercan y muchas veces le enfrentan al canciller Helmut Kohl (Sascha Nathan) o a miembros del consejo como von Grofen (Thomas Loibl). La seguridad de Alfred Herrhausen es tal que suele conseguir el apoyo unánime del consejo, incluso proponiendo ideas tan polémicas como aliviar la deuda a los países en desarrollo como México u otorgar préstamos a Rusia para que Mikhail Gorbachov (Vitali Usanov) pueda llevar adelante la perestroika con la suficiente fortaleza económica. Ninguna de estas propuestas pasan desapercibidas para la CIA ni para los grupos rebeldes pro-palestinos como la Fracción del Ejército Rojo (RAF), en una de cuyas células terroristas milita la alemana Tania Fehling (Lisa Vicari), que prepara un ataque significativo en Europa. Este fue el grupo que se atribuyó el asesinato de Alfred Herrhausen y en cierta manera la serie confirma esta hipótesis, pero en realidad nunca se ha averiguado quiénes fueron los verdaderos responsables de la bomba.  

Interpretado con solvencia por el actor Oliver Masucci, al que recordamos de la serie Dark (Netflix, 2017-2020) y la más reciente El quinto día (Movistar+, 2023), con una mezcla de seriedad de banquero e impulso apasionado por el cambio, Alfred Herrhausen se representa como una figura visionaria que llegó a predecir el fatídico Lunes Negro de 1987 mientras la economía alemana se posicionaba con fuerza en el panorama internacional. En una reunión de la Junta Directiva del Deutsche Bank que vemos en Der rasante Aufstieg (El rápido ascenso) (T1E2), planificada con notable sentido del suspense, Herrhausen se dirige a los miembros que se sienten desconfiados con su intención de dar un préstamo a los rusos para poder llevar a cabo sus reformas: "Ustedes están satisfechos con el pasado, pero es el momento de cambiar. La debilidad del dólar indica que tenemos ventaja sobre los bancos norteamericanos. Y el Black Monday ha confirmado nuestro análisis". También se destaca en la serie su dedicación a cambiar las estructuras demasiado conservadoras del Deutsche Bank, incorporando por primera vez a una mujer en el Consejo de Administración, Ellen Schneider-Lenné (Bettina Stucky) y modernizando las oficinas con la introducción de los ordenadores. El banquero se muestra siempre rodeado de guardaespaldas, consciente de la posibilidad de sufrir un secuestro o directamente un atentado, y sus ideas chocan directamente con las del Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger (Dov Glickman) en relación con la confianza en la estabilidad de la perestroika. La dirección de Pia Strietmann es dinámica y mantiene el ritmo, apoyada por la utilización de canciones de la época, lo que recuerda al estilo de series como Deutschland 83 (Sundance TV, 2015), pero destacando el excelente trabajo de la compositora Martina Eisenreich (1981, Alemania), que se apoya en el aria What power art thou? de la ópera Rey Arturo (1691) de Henry Purcell a la que incorpora sonoridades electrónicas que refuerzan un tono de thriller que está más en la parte sonora que en la propia forma de la historia. Porque mantiene en un plano muy secundario las referencias al grupo terrorista de la RAF (en febrero de 2024 la policía alemana detuvo a Daniela Klette, uno de los miembros más activos de la organización terrorista, que ha estado 30 años en busca y captura). Hasta que el episodio Der sichere tod (Muerte segura) (T1E4) muestra el asesinato como una posibilidad que ya estaba en la mente del protagonista.

Quizás el dibujo de personajes queda poco desarrollado porque la serie trata de definir principalmente los cambios políticos y económicos en los que se desenvuelven, lo que a veces provoca que desprenda cierta sensación de superficialidad. Pero se trata de una historia apasionante que refleja la época en la que en cierta manera se construyó Europa tal como la conocemos en la actualidad, y se plantearon ideas que parecían estar en contra de las imposiciones de los países occidentales cuya economía precisamente se sostiene en la permanencia de la deuda de los países más pobres. Herrhausen. El banquero y la bomba recibió el premio a la Mejor Serie en el Festival de Munich '23, y se estrenó en Alemania en dos formatos: como miniserie de cinco episodios que incorpora un interesante capítulo adicional de media hora, Herrhausen. Die macht des bankers (ARD, 2024), en el que se explican las implicaciones que tuvieron sus propuestas económicas, y como un largometraje dividido en dos partes. A nivel internacional, sin embargo, la serie se distribuye solo en el formato de cuatro episodios, que es el que se estrena en España. 

Rebus
 ★★★☆
Movistar Plus+ - 22 de enero
Escocia-Suecia, 2024 - 6x45'
Creada por Gregory Burke
Dirigida por Niall MacCormick, Fiona Walton

El personaje principal de la trayectoria como escritor de Sir Ian Rankin (1960, Escocia) es el inspector John Rebus, con el que inició en Nudos y cruces (1987, Ed. RBA Editores) una larga lista de 25 novelas; el pasado mes de octubre se publicó en Gran Bretaña la última, Midnight and blue (2024), de las que una docena están editadas en España. Como no podía ser menos, algunas de ellas fueron adaptadas a la televisión en la serie Rebus (ITV, 2000-2007), con John Hannah como protagonista en las cuatro primeras temporadas, siendo sustituido por Ken Stott a partir de 2006. Curiosamente, el reinicio del personaje se convirtió en el primer proyecto desarrollado por la plataforma sueca Viaplay en Gran Bretaña, pero la grave crisis económica que ha sufrido en 2023, le llevó a abandonar sus proyectos anglosajones y vender la mayor parte de sus series ya producidas a otras plataformas, como ya hemos contado en otras crónicas. Sin embargo, en esta ocasión ha sido BBC Scotland la que rescató la serie, comprando los derechos para su emisión en Reino Unido, mientras que la venta de derechos internacionales continuó en manos de Viaplay Distribution Content. Es significativo que el estreno de esta producción en BBC Scotland se produzca dentro de un contexto de una presencia notable de historias que transcurren en Escocia, desde la comedia Dinosaur (Filmin, 2024-) hasta las nuevas temporadas de Shetland (Filmin, 2013-), o una cierta revolución de las series criminales que forman parte del Tartan Noir, denominación que describe aquellos policíacos que se desarrollan específicamente en Escocia. Series como Guilt (BritBox, 2019-2023) y Crimen, de Irvine Welsh (Movistar Plus+, 2021-) demuestran el buen momento de este tipo particular de historias que suelen estar protagonizadas por personajes masculinos fuertes, pero también corruptos o torturados. Y en este sentido, John Rebus, ahora interpretado por Richard Rankin, conocido como protagonista de Outlander (Movistar+, 2014-), encaja perfectamente en este perfil. De hecho, en la primera secuencia vemos cómo está a punto de estrangular al jefe de la mafia Ger Cafferty (Stuart Bowman), lo que ya le perfila como un policía poco ortodoxo y con enfrentamientos personales a sus espaldas. 

Un año después, John Rebus trabaja como único recurso para sobrellevar una vida personal algo desastrosa, tratando de mantener su rol de padre con su hija después de separarse de su esposa Rhona (Amy Manson), harta de que sus problemas con su hermano Michael (Brian Ferguson) los resuelvan siempre a puñetazos. Al fin y al cabo, ambos son veteranos de la guerra de Afganistán, así que la diplomacia no es su mejor virtud. Su propia jefa Gill Templer (Caroline Lee-Johnson) le sirve de escudo y encubridora de algunas de sus estrategias poco legales, pero parece también algo cansada de tener que defender siempre al que, por otro lado, es el mejor inspector de su comisaría. El encargo de resolver un apuñalamiento en pleno centro de Edimburgo es solo el comienzo de una investigación algo enrevesada, que se acaba conectando con el mafioso Gill Cafferty y con un atraco cometido por su hermano Michael, harto de ser explotado en su trabajo como repartidor. Aunque a John Rebus se le asigna una compañera, la recién salida de la Academia Siobhan Clarke (Lucie Shorthouse, una de las protagonistas de We are lady parts (Filmin, 2021)), lo cierto es que la mayor parte del tiempo investiga solo, sobre todo cuando pierde la confianza en ella. La serie mantiene esa característica habitual de los tartan noir, que abordan temas como la dualidad humana, y no rehuye dosis de violencia bastantes sangrienta, como en el Episodio 2. John Rebus conoce bien los bajos fondos de la ciudad y, aunque algún personaje suele repetir la frase "no hay gángsters en Edimburgo", lo cierto es que a lo largo de la historia hay mucha mafia y narcotráfico. Pero también se despliegan algunos comentarios sociales a través de diálogos punzantes que hablan de ese encanto estereotipado que tienen los ingleses por los paisajes de Escocia: "Vienen aquí, tienen hijos, publican en Instagram y pasean en bicicleta como si esto fuera Dinamarca". 

El planteamiento de la historia, sin embargo, es menos criminal de lo que podría esperarse, y ahí está uno de sus principales defectos. El creador Gregory Burke (1968, Reino Unido), ha escrito anteriormente la miniserie Six Four (ITV, 2023), pero tiene algunas dificultades para mantener el equilibrio entre la trama familiar del protagonista y sus conflictos personales (por supuesto, acude a terapia), al mismo tiempo que trata de sostener el pulso en una trama de investigación que solo se acelera por momentos, manteniéndose a veces en un plano demasiado secundario. Y cuando ambas líneas argumentales se unen, obligando al protagonista a tomar una decisión difícil, es menos contundente de lo que debería. La serie no adapta específicamente ninguna novela de la saga literaria, sino que toma elementos del personaje para construir una historia nueva, ofreciendo una imagen de John Rebus más rejuvenecida que en la literatura, aunque hay que decir que cuando lo interpretó John Hannah (38) era más joven que Richard Rankin (41), pero siempre ha permanecido en la memoria el John Rebus cincuentón de Ken Stott (52). Aunque la serie termina con un giro que demuestra que la vida personal del protagonista siempre acaba inevitablemente afectada por su trabajo como policía, es una conclusión adecuadamente cerrada, pero que deja una puerta abierta a nuevas temporadas. 

Whiskey on the rocks
 ★★★☆
Disney+ - 22 de enero
Suecia, 2024 - 6x30'
Creada por Henrik Jansson-Schweizer | Historia de Jonas Jonasson
Dirigida por Björn Stein

Mientras para TVE el principal acontecimiento televisivo de las Navidades es quienes van a presentar las campanadas de fin de año, muchas televisiones públicas europeas suelen convertir las fiestas navideñas en el momento adecuado para estrenar sus producciones tradicionales o más ambiciosas. La RAI ha convertido en una tradición el estreno de una película para televisión basada en una de las obras del dramaturgo Eduardo de Filippo, que este año ha sido Questi fantasmi! (Alessandro Gassman, 2024), que ha tenido varias adaptaciones cinematográficas como La guapa y su fantasma (Renato Castellani, 1967), con Sophia Loren. La televisión pública sueca también ha convertido el 25 de diciembre en la fecha de estreno de una de sus series más destacadas, en este caso Whiskey on the rocks (Disney+, 2024), que cuenta con participación de Disney+ con su estreno en el mercado internacional. La historia está basada en una crisis diplomática real que se produjo en 1981, en plena Guerra Fría, cuando el submarino soviético U 137 encalló cerca de la pequeña localidad sueca de Karlskrona, un incidente destacado en una época en la que Ronald Reagan presidía Estados Unidos y Leonid Brézhnev dirigía la Unión Soviética en medio de una constante amenaza nuclear. Todavía no hay consenso sobre si esta aproximación se debió a un error de navegación o fue realmente una maniobra de espionaje, pero la casualidad permitió que unos pescadores descubrieran la presencia del submarino, lo que provocó un grave problema de seguridad nacional. La primera idea de los guionistas fue plantear la serie como un thriller político, pero finalmente se decantaron por la comedia, la posibilidad más lógica teniendo en cuenta que la historia original fue escrita por Jonas Jonasson (1971, Suecia), responsable de las películas El abuelo que saltó por la ventana y se largó (Felix Herngren, 2013), que tuvo una nominación al Oscar por el Maquillaje, y su secuela El abuelo que no pagó la cuenta y se largó (Felix Herngren, 2016). A partir de su historia, que él mismo afirma que surgió en un fin de semana, Henrik Jansson-Schweizer (1969, Suecia) escribió el guión de lo que finalmente se ha convertido en una sátira política que tiene una tonalidad parecida a películas clásicas sobre la Guerra Fría como Uno, dos tres (Billy Wilder, 1961) o ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Stanley Kubrick, 1964). La propuesta en este caso sitúa el error de navegación del submarino tras una fiesta entre sus tripulantes cuando uno de los oficiales recibe la noticia de que va a ser padre, que acaba haciéndolo encallar cerca de Karlskrona, donde dos hermanos pescadores lo descubren, provocando una crisis diplomática entre Suecia, Estados Unidos y Rusia

El principal acierto de la parodia es la construcción de unos personajes caricaturescos que funcionan muy bien: Leonid Brezhnev (Kęstutis Stasys Jakstas) está permanentemente borracho y enfermo, con una tendencia especialmente belicista, pero manejado por Yuri Andropov (Albinas Keleris); en el otro lado, Ronald Reagan (Mark Noble) dedica más tiempo a cazar y comer que a ejercer como presidente; y en la parte sueca, el primer ministro Thorbjörn Fälldin, interpretado por Rolf Lassgård, el protagonista del éxito internacional Un hombre llamado Ove (Hannes Holm, 2015), es un granjero que encuentra un punto de conexión con la embajadora rusa en Suecia, Aleksandra Kosygina (Elsa Saisio), en conversaciones sobre las diferentes razas de ovejas. Pero al mismo tiempo debe lidiar con las disensiones internas en el propio gobierno, sobre todo con el Ministro de Asuntos Exteriores, Ola Ullsten (Anders Mossling) y el combativo comandante en jefe Börje Lagerkrantz (Niklas Engdahl), que parece obsesionado con la idea de que el submarino contenga armas nucleares. Su único apoyo antibelicista es el oficial militar local Anders Karlsson, interpretado por Per Lasson, uno de los protagonistas de La delgada línea azul (Filmin, 2021-2024). Casi nada de lo que pasa en la serie seguramente ocurrió en la realidad, pero la aproximación en tono de sátira ayuda a que acabe resultando una propuesta muy divertida que juega constantemente con el absurdo de una situación que se hace más compleja conforme se añade la participación de diferentes miembros de los gobiernos implicados. Conectando también con la situación actual en torno a la posición de los países nórdicos fronterizos con Rusia dentro de una escalada de tensión en la que han vuelto a mencionarse las armas nucleares como amenazas serias. Hay alguna referencia humorística a la idea de construir un gasoducto que atraviese el Mar Báltico para convertir la necesidad energética de Europa en una forma de dependencia del gas soviético.  

A pesar de su carácter de comedia satírica, la serie utiliza bien sus recursos para ser lo suficientemente creíble incluso cuando sale de los despachos para mostrar el despliegue militar de Suecia y Rusia alrededor del submarino, y convierte a los dos pescadores (Per Ragnar y Rolf Lydahl) en una especie de espectadores que ven a través de las noticias de televisión cómo el mundo se pelea en torno a su pequeña localidad tranquila y apacible. Whiskey on the rocks funciona más en un sentido del humor superficial que realmente afilado, pero se pueden encontrar ciertos paralelismos con esta especie de nueva Guerra Fría surgida a raíz de la invasión de Rusia en Ucrania, lo que ha despertado el interés por el thriller político. Hace unas semanas comentamos la serie Conflicto (MTV3, 2024), que plantea una invasión de un pequeño archipiélago finlandés por unas fuerzas de asalto de origen desconocido, y el drama Doktrinen (TV2, 2024) que aborda las injerencias de Rusia en la política de Suecia. El hecho de que Whiskey on the rocks esté dirigida por un experto en thrillers como Björn Stein (1970, Suecia), responsable de series como El puente (Bron) (SVT, 2011-2018) y películas como Underworld: El despertar (Måns Mårlind, Björn Stein, 2012), permite que funcione a nivel de comedia desde el guión, pero también tenga cierto suspense en el desarrollo de los acontecimientos a partir del ritmo que plantea el trabajo de dirección. Al final, hay un interesante planteamiento sobre cómo las decisiones políticas pueden llegar a complicar más una situación complicada entre países en conflicto. La serie ha sido uno de los éxitos de SVT estas pasadas navidades en Suecia, y una muestra de la tendencia de las alianzas entre las televisiones públicas y las plataformas de streaming que permitan mantener cierto nivel de producción a las primeras y cumplir sus obligaciones de inversión local a las segundas. 

El tiempo de la felicidad (Temp. 3 y Final)
 ★★★☆
Filmin - 28 de enero
Noruega, 2024 - 8x45'
Escrita por Mette M. Bølstad | Idea de Synnøve Hørsdal
Concepto de Siv Rajendram Eliassen
Dirigida por Petter Næss, Mikkel Brænne Sandemose

Sin lugar a dudas, El tiempo de la felicidad (Lykkeland) (Filmin, 2018-2024) ha sido una de las series noruegas más exportadas internacionalmente, vendida a más de 50 países y recibiendo numerosos premios entre ellos el de Mejor Serie en Canneseries '18 y nominaciones en el Festival de Monte-Carlo y en los Rose d'Or, además de conseguir una decena de premios en la cita anual con los reconocimientos a la televisión noruega, los Gullruten (premios artísticos) y los Fagsprisen (premios técnicos). La serie es una crónica de la etapa más decisiva en la reciente historia de Noruega, cuando en 1969 se descubrió en el Mar del Norte que limitaba con el país uno de los yacimientos petrolíferos marinos más grandes del mundo, transformando la economía noruega de manera radical y convirtiéndolo en uno de los países más ricos. A través de una familia que cambió la ganadería y la pesca por el negocio del petróleo, El tiempo de la felicidad cuenta cómo afectó este descubrimiento a los ciudadanos que habitaban Stavanger, la zona más cercana al yacimiento petrolífero. La primera temporada se desarrollaba entre 1969 y 1972, la segunda entre 1977 y 1980, y la tercera da un salto de siete años para desarrollarse entre 1987 y 1990. Aunque durante algún tiempo se barajó la idea de cinco temporadas, tras el estreno de la segunda en 2022 no estaba muy claro si esta producción de alto coste sería renovada, teniendo en cuenta la crisis que están experimentando las televisiones públicas en todo el mundo frente a la tendencia del streaming. Para un canal como NRK, con la participación de otras televisiones de países nórdicos, sostener una producción histórica de presupuesto alto es complicado, de manera que finalmente se confirmó una tercera y última temporada para este drama familiar. También las tendencias de los espectadores han cambiado, y de hecho las dos series más ambiciosas de NRK para este otoño/invierno, El tiempo de la felicidad y So long, Marianne (NRK, 2024), la historia de amor entre Leonard Cohen y la joven noruega Marianne Ihlen, no han logrado las cifras de audiencia esperadas. Los estrenos de las dos temporadas anteriores reunieron a 780.000 y 680.000 espectadores respectivamente, pero la emisión de los dos primeros episodios de esta temporada que hace una semana emitió el desenlace final, solo congregó a 260.000 espectadores. Para los curiosos, NRK ha publicado una interesante página de verificación de datos que analiza algunas de las anécdotas y acontecimientos que se cuentan en la serie, comparándolas con la realidad histórica, tras la consulta a expertos e historiadores.

La acción se sitúa al comienzo de esta última temporada a finales de los años ochenta, en la época de mayor riqueza petrolífera, pero también de mayores desafíos. Fredrik Nyman (Per Kjerstad) está barajando la posibilidad de retirarse y dejar su empresa Nyman Diving en manos de su hijo Christian (Paal Herman Ims), pero es una época en la que se enfrenta a dos retos importantes: la incertidumbre sobre algunas enfermedades psicológicas que sufren los buzos debido a la presión de las cada vez mayores profundidades marinas que tienen que explorar, y que afecta especialmente a Martin Lekanger (Mads Sjøgård Pettersen), y la introducción de la inteligencia artificial y una mayor automatización de los sistemas de buceo que permiten, precisamente, que se eviten problemas de salud a los buzos, pero también provocará numerosos despidos. Apostar por la adquisición de robots marinos supone además una alta inversión que puede ser la salvación de la empresa o condenarla a la quiebra. Muchos trabajadores petroleros perdieron sus empleos a finales de los años ochenta como resultado del progreso tecnológico. Precisamente Anna Hellevik (Anne Regine Ellingsæter), que es la principal representación de Noruega como personaje, transformada desde ser una campesina hasta formar parte importante de la regulación de la industria petrolífera, comienza a trabajar en la empresa Komponent, en la que el ingeniero Sture Movik (Herman Flesvig) está desarrollando un sistema automático que permite controlar las maquinarias de manera remota, y a la que también se incorpora el hermano de Anne, Rein (Ole Christoffer Ertvaag), que se siente cada vez más desencantado hasta llegar a ingresar en la formación de derechas radical Partido del Progreso (FrP), que en Noruega participó en un gobierno de coalición entre 2013 y 2020. Pero donde está más presente el espíritu ochentero es en el personaje de Toril (Malene Wadel), que ha pasado de ser una joven de diecisiete años que quedó embarazada y se vio obligada a casarse en la primera temporada, a ser la dueña de un sala de fiestas, envuelta en la dinámica del alcohol y la cocaína.  

El tiempo de la felicidad se desenvuelve con fluidez en historias que se entrecruzan entre los diferentes miembros de la familia Nyman, con Ingrid Nyman (Pi Tjelta) como la representación de la riqueza que proporcionó el petróleo, envuelto siempre en regulaciones que permitieron que Noruega no perdiera los beneficios de los yacimientos marinos en favor de las empresas privadas norteamericanas. Es cierto que en esta temporada hay menos indagación en las relaciones económicas y tiende más hacia el drama familiar que, al fin y al cabo, es lo que es esta serie. Pero se mantiene una buena construcción de personajes, siempre envueltos en los vaivenes del progreso que a veces les devora, con la necesidad de adaptarse a los cambios radicales que se producen más rápidamente de lo que desearían. Aunque a veces sale del entorno de Stavanger, como en el episodio Oklahoma (T3E6), en el que Anna y sus hijos visitan a los padres de su marido Jonathan en Estados Unidos, enfrentándose a los resentimientos provocados por una decisión importante que tomó ella. Rodada en parte en la región de Flandes para beneficiarse de los incentivos fiscales de Bélgica, la última temporada de El tiempo de la felicidad termina en 1990 cerrando adecuadamente los diferentes hilos narrativos, y refiriéndose al nacimiento del Fondo Global de Pensiones del Gobierno, también conocido como Fondo del petróleo, con el que Noruega utiliza los beneficios de la extracción de petróleo para sostener el sistema de pensiones. El director de la serie, Peter Næss (1960, Oslo), hace una breve aparición en El futuro de Noruega (T3E8) como responsable de la Dirección Noruega del Petróleo. En la actualidad, este fondo sigue recibiendo los ingresos del petróleo y el gas, pero suponen solo la mitad de su valor, que se sostiene sobre todo en las inversiones que realiza a nivel global, teniendo participaciones en unas 9.000 empresas, entre ellas algunas cinematográficas como Walt Disney. Hace unos años se estrenó la serie El gran fondo (Discovery+, 2018), que convertía en una comedia de oficina las actividades de este Fondo de Pensiones. El tiempo de la felicidad es una excelente crónica familiar en tres partes de la reciente historia de un país que supo gestionar de forma inteligente un golpe de suerte. 

Dexter: Pecado original
 ★★☆☆
SkyShowtime - 30 de enero-20 de marzo
Estados Unidos, 2024 - 10x45'
Creada por Clyde Phillips
Dirigida por Michael Lehmann, Monica Raymund

Si bien Michael C. Hall afirmaba en algunas declaraciones que se sentiría como una falta de respeto a los seguidores de su personaje retomarlo tras el final de Dexter: New blood (2021), el comienzo de Dexter: Pecado original (SkyShowtime, 2024) deja claro que había que tomarse estas palabras con incredulidad, porque muestra el punto de partida de la que será una nueva serie del universo que rodea al asesino, Dexter: Resurrection (SkyShowtime, 2025), que se estrenará en verano. Convertida por Paramount Global en una maquinaria de franquicias para alimentar los contenidos de Paramount+, Showtime ha desaparecido como plataforma independiente para integrarse totalmente en la marca principal, mientras su producción de series se enfoca en exprimir sus historias más populares y llevar a cabo remakes de otros éxitos externos, como en el caso de The agency (SkyShowtime, 2024-), la estupenda versión del espléndido thriller francés Oficina de infiltrados (Canal+, 2015-2020). Al menos, dentro de la eliminación de Showtime como una fuente de programas originales, parece que hay una intención de realizar productos cuidados en cuanto al planteamiento y desarrollo de sus historias y personajes. La precuela de Dexter (SkyShowtime, 2006-2013) está planteada en realidad como un nexo de unión con su secuela, Dexter: New blood, al mostrar el regreso al pasado como un recuerdo de Dexter Gordon (Michael C. Hall) en la sala de emergencias del hospital después de sobrevivir al disparo de su hijo Harrison (Jack Alcott), lo que supone no solo una introducción a la serie que veremos próximamente este año, sino una manera inteligente de justificar que sea el propio Dexter adulto el que sirva como narrador de su historia, lo que la acerca aún más al espíritu de la serie original. Aunque regresa a la misma sala de emergencias en 1971 cuando nace, la acción se desarrolla principalmente en 1991, con un joven Dexter (Patrick Gibson) recién graduado en la Universidad de Miami y a punto de dar sus primeros pasos en la comisaría en la que trabaja como detective su padre Harry Morgan (Christian Slater). Uno de los problemas a los que se enfrenta Dexter: Pecado original es que la primera serie ya ofrecía numerosos flashbacks de los primeros pasos del protagonista en el asesinato selectivo de víctimas que en realidad son culpables, y de su propia relación con su padre, entonces interpretado por James Remar. De manera que la primera duda que surge es si esta precuela tiene algo que añadir a lo que ya conocemos, y en realidad no lo hace, sino que prefiere jugar a repetir la información ya conocida. Ya sabíamos gracias a un flashback en el episodio de la serie original Resquebrajando a Cherry (T1E3) que su primera víctima fue la enfermera Mary (Tanya Clarke), de manera que el primer episodio de esta precuela, Y al comienzo... (T1E1) desarrolla esta premisa ya conocida. 

Por tanto, el planteamiento de Dexter: Pecado original es el de hacer uso de la nostalgia para presentar una versión más rejuvenecida de la primera serie y en este sentido consigue recuperar parte del espíritu de aquella una vez que se pone en marcha la temporada de diez episodios. Pero, aunque regresan algunos de los personajes secundarios que los seguidores de la serie recuerdan, en sus versiones más jóvenes, como su compañero Vince Masuka (Alex Shimisu) o el detective Angel Batista (James Martínez), con algunos nuevos como el detective Bobby Watt (Reno Wilson) y el capitán Aaron Spencer (Patrick Dempsey), pero a los que en realidad no se les da demasiado trasfondo ni mucha interacción con Dexter. Hay una intención de que los personajes sean tan reconocibles que se les proporciona exactamente la misma personalidad (y el mismo vestuario) que tenían cuando los conocimos por primera vez pero, al carecer de desarrollo, no se puede evitar que a veces tengamos la sensación de que son actores disfrazados. Más interesante es la introducción de Maria LaGuerta (Christian Milian), a la que se la presenta como una detective que ya ha realizado algunas críticas sobre el enfoque de Miami Metro en investigar con mayor dedicación los casos de víctimas blancas que los que tienen como protagonistas a personas racializadas. Lo que en este caso sí es una interesante manera de aportar a un personaje conocido algo de la personalidad que tenía cuando la conocimos. Pero el creador Clyde Phillips (1958, Massachusetts) y sus guionistas parecen interesados en colocar cuanto antes las piezas en la misma posición que tenían en la serie original (al final del primer episodio Dexter ya ha comenzado a trabajar en la comisaría y ha experimentado su primer asesinato). Podría haber sido deseable algo más de desarrollo, pero lo que parece pretender Dexter: Pecado original es volver a ser Dexter, pero con protagonistas más jóvenes. Y en parte, hay que reconocérselo, lo consigue. 

La serie también se encuentra con algunas limitaciones que provienen de la original, como el espacio de tiempo que puede llegar a tener para explorar la relación entre Dexter y su padre Harry, ya que éste, como sabemos, se suicida solo un año después del primer asesinato de su hijo al no poder soportar el sentimiento de culpa por haber alimentado la sed de sangre de Dexter. En el episodio F is for Fuck-up (T1E5) se hace alguna referencia, en una conversación entre padre e hijo: "Tú me conocías mejor que mamá. Y no intentaste detenerme. Me entrenaste. Tú me hiciste para esto. Deja que sea yo mismo".  En todo caso, la dinámica familiar es uno de los aspectos que mejor funcionan en esta propuesta, especialmente en el caso de Deb (Molly Brown) que de alguna manera todavía no tiene la complicidad que alcanzaba con Dexter, pero se le aplica un desarrollo propio que está relacionado con la reciente muerte de su madre. En este sentido, la serie introduce flashbacks que muestran precisamente la relación entre Harry y su esposa Doris (Jasper Lewis) que desvela algunos aspectos nuevos. Y resulta interesante la presencia de Sarah Michelle Gellar como Tanya Martin, la jefa de Dexter en el departamento de policía. Aunque es presentada como estrella invitada, aparece en todos los episodios de la primera parte de la temporada, y aporta al menos una dinámica diferente. Mientras que Patrick Gibson consigue algo casi imposible: parecerse al Dexter de Michael C. Hall (dejando a un lado la peluca con la que aparece al principio), pero al mismo tiempo aportar a este joven asesino una mezcla de inexperiencia y falta de empatía asumida que ofrece una nueva perspectiva sin distanciarse demasiado del original. Dexter: Pecado original no parece que tenga nada nuevo que proponer, así que juega con el elemento de la nostalgia, y por momentos consigue hacer recordar a ese procedimental que convirtió en protagonista a un asesino en serie, manteniendo los elementos de humor negro.


A real pain se estrena en cines el 10 de enero.
El brutalista y Flow, un mundo que salvar se estrenan en cines el 24 de enero. 
A different man se estrena en cines el 31 de enero. 
María Callas se estrena en cines el 7 de febrero. 
Aún estoy aquí se estrena en cines el 21 de febrero.
______________________________________
Películas mencionadas:

Lo que hacemos en las sombras se puede ver en Filmin, Movistar Plus+ y Prime Video.
Apocalypse Now se puede ver en Mubi y Prime Video. 
Hannah Montana: La película se puede ver en Disney+. 
Por un puñado de dólares se puede ver en FlixOlé, Prime Video y Tivify. 
Centauros del desierto y Todas las mujeres se pueden ver en Filmin. 
Tapas se puede ver en FlixOlé, Netflix, Pluto TV, Prime Video y Rakuten. 
El autor se puede ver en Netflix.
Mientras dure la guerra y Mugaritz. Sin pan ni postre se pueden ver en Movistar Plus+. 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario