05 julio, 2021

Las series más destacadas de 2021: Mayo-Junio

Nuestro repaso a las series más destacadas de los meses de mayo y junio se basa en aquellas producciones cuya temporada se ha lanzado completa o bien que han terminado en alguno de estos dos meses. Hay algunos títulos que han quedado fuera como es el caso de Mythic Quest (Apple tv+, 2020-) que ha confirmado en su segunda temporada que los personajes secundarios son más interesantes que los protagonistas, y que sus mejores episodios son los que se desligan de la trama principal. Concluyó también Clarice (CBS, 2020), el spin-off de El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) después de ¡cinco meses! desde su estreno en Estados Unidos, ninguneada por Paramount+ en sus negociaciones sobre el catálogo de CBS, condenándola a una cancelación temprana y quizás a permanecer inédita en España durante mucho tiempo. 

La producción española no ha destacado especialmente, con decepciones como Maricón perdido (Movistar+, 2021-), demasiado pretenciosa para acabar cayendo en los tópicos de siempre, Paraíso (Movistar+, 2021-), un ejercicio de nostalgia y fantasía mediocre y La reina del pueblo (Atresmedia, 2021-), con su humor estilo Paco Martínez Soria, aunque hablaremos más detenidamente de ellas en nuestro tercer post dedicado a las series españolas. Como es habitual en este listado, no solo destacamos series estrenadas en España, sino también algunas inéditas que llegarán a nuestro país próximamente.

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.


Invincible ****
Amazon, 26 de marzo-30 de abril
Creada por Robert Kirkman, Ryan Ottley, Cory Walker 
Dirigida por Jeff Allen, Paul Furminger, Robert Valley

En medio del decepcionante final de la temporada 6 de Fear the walking dead (AMC, 2015-), que posiblemente ha sido la mejor en su desarrollo pero la peor en su desenlace y el inminente comienzo de la última temporada de The walking dead (AMC, 2010-), que intuimos se nos va a hacer casi tan interminable como se nos ha hecho la primera temporada de Clarice (CBS, 2021-), Robert Kirkman ha estrenado la adaptación de su cómic Invincible (2004-2018, Image Comics) en la plataforma Amazon, que continúa su exitosa subversión del universo de superhéroes que inició con The boys (Amazon, 2019-). Aunque Robert Kirkman ha afirmado que la repercusión de esta última no influyó en la aceptación de la plataforma, porque su serie tuvo el visto bueno de Amazon antes de que se estrenara aquella.  

Lo mejor que se puede decir de Invincible es que resulta fiel a los cómics en su concepto de animación para adultos con altas dosis de violencia. Desde el episodio It's about time (T1E1) queda claro que la representación de esta violencia está muy lejos de lo que ofrecen Marvel o DC  y por tanto nos encontramos con una propuesta que se distancia de las habituales series de animación, incluso en la larga duración de sus episodios, que llegan a los 45 minutos. Básicamente es una historia que explora la relación del entorno familiar y la decepción que los padres pueden provocar en sus hijos, que muchas veces idealizan la imagen de sus progenitores. Es cierto que el factor sorpresa de la violencia desaparece rápidamente, aunque ciertamente se puede llegar a ser más retorcido como en Where I really come from (T1E8), cuyo enfrentamiento es incluso más sangriento que en el propio cómic. 

En el terreno narrativo, se le podría pedir más a la evolución del protagonista, Mark/Invincible (Steven Yeun) y la relación con su padre, Nolan/Omni-Man (J.K. Simmons), y a veces hay episodios en los que parece que los combates se utilizan para ofrecer nuevas dosis de brazos desmembrados y cabezas reventadas, más que para avanzar la trama, pero si se encuentra un camino adecuado de cara a próximas temporadas (conociendo la trayectoria de Robert Kirkman, la serie durará hasta la extenuación) podría conseguirse la creación de un superhéroe con un entorno diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. La producción se beneficia, en su versión original, de un plantel de voces que resulta espectacular, con Sandra Oh, Gillian Jacobs, Zachary Quinto, Clancy Brown, Mark Hamill, Mahershala Ali o Seth Rogen, que también es productor ejecutivo. Y visualmente tiene una calidad brillante, comparada con otras producciones que podemos ver en plataformas, aunque la representación de los superhéroes tenga cierto aire a los años noventa. 


The Handmaid's tale - Temp. 4 ****
Hulu/HBO, 29 de abril-16 de junio
Creada por Bruce Miller
Basada en la novela de Margaret Atwood 
Dirigida por Colin Watkinson, Elisabeth Moss, Christina Choe, Richard Shepard, Liz Garbus

La cuarta temporada de El cuento de la criada es en cierta manera lo que debería haber sido la tercera, que para muchos resultó repetitiva y decepcionante. El drama desarrollado por Bruce Miller, y que inició en la temporada anterior un camino independiente de la historia original de Margaret Atwood en la que se basaba, consigue por fin establecer una línea dramática que, continuando el concepto original, propone ya su propio lenguaje y un arco narrativo para June que eleva el interés muy por encima de lo que había conseguido anteriormente. Es cierto que el grado de excelencia de las dos primeras temporadas no se ha alcanzado pero, siendo una serie que ha alargado demasiado su trayectoria, consigue momentos sobresalientes. 

La temporada se divide en dos partes bien diferenciadas. En la primera hay una continuación de elementos ya conocidos y parece incidir en la narrativa habitual, desarrollándose entre Gilead y la zona libre de Canadá. Es en cierto modo más de lo mismo, envuelto en ese excelente concepto visual que ha caracterizado a la serie, aunque nos ofrece sin embargo un episodio, The crossing (T4E3), que refleja con absoluta precisión la puesta en escena característica de la serie. Uno de los tres dirigidos por la propia actriz protagonista, Elisabeth Moss, representa lo que ha convertido a El cuento de la criada en una propuesta de calidad, un trabajo espléndido en el que la directora toma decisiones que favorecen a la actriz, un tour de force casi diríamos que estrictamente "pandémico" (pocos personajes en espacios cerrados) que demuestra el talento visual de Elisabeth Moss, que tendrá continuación en el episodio que dirigirá para la miniserie The shining girls (Apple tv+, 2022). 

El confinamiento provocado por el coronavirus ha afectado notablemente al rodaje de la temporada, incluso recortando algunas líneas narrativas de personajes como Emily, tal como afirmaba Bruce Miller en Variety. Pero es en la segunda parte, a partir de Vows (T4E6), cuando la temporada se adentra en terrenos más interesantes, explorando los conceptos del trauma, la justicia, el odio y la venganza. De nuevo corresponde a Elisabeth Moss dirigir el episodio más representativo, Testimony (T4E8), que es también un ejercicio de fuerza emocional interior y un trabajo magnífico detrás y delante de la cámara, que continúa en Progress (T4E9), en el que la actriz/directora utiliza la composición de Max Richter "On the nature on daylight", a la que le une un recorrido constante. Ella fue la protagonista del cortometraje de relanzamiento del tema en 2018 y también ha sido un compañero musical durante la serie, como mostraba en My Handmaid's Playlist (2017) con los temas que la inspiraron para el personaje. 

Hay dos escenas que representan emocionalmente el viaje interior de la protagonista: esa despedida de Nick (Max Minghella) con la frase "intenta ser feliz" (T4E9), que transmite una cierta ironía porque sabemos que el concepto de felicidad ya hace tiempo que desapareció de la vida de June (¿es felicidad lo que consigue el personaje al final de la temporada?); y el momento en el que contempla a través de la ventana la relación de Luke (O-T Fangbele) con su hija, una escena que mira desde el exterior, porque de alguna forma June ya ha iniciado un viaje sin retorno que la sitúa más cerca de Gilead que de la libertad. Con una final muy #metoo, la serie aborda ahora terrenos complejos de cara a la quinta temporada, especialmente en la relación entre Serena y June: "nolite te bastardes carborundorum" ("no dejes que los bastardos te aplasten").

Pose - Temp. 3 Final ****
FX/HBO, 2 de mayo-6 de junio
Creada por Steven Canals, Ryan Murphy, Brad Falchuk 
Dirigida por Janet Mock, Steven Canals, Tina Mabry

Cuando Steven Canals inició en 2018 la producción de esta serie, bajo la marca de Ryan Murphy y con el apoyo del guionista de la casa Brad Falchuk, estaba claro que iba a formar parte de la historia de la televisión. Y no solo porque es una historia que representa con acierto a la comunidad trans en el Nueva York de los años ochenta y noventa, sino porque incorpora a un elenco de mujeres trans, pero también a guionistas y directoras del colectivo, bien es cierto que sin representación de los hombres trans.  Especialmente en la T1, Pose conseguía trasladar la espectacularidad de los House Balls de Harlem, en los que se inspiró Madonna para su canción "Vogue" que incorporó al album I'm breathless (Sire Records, 1990), una especie de banda sonora inspirada en la película Dick Tracy (Warren Beatty, 1990). Concretamente, se alimentaba de las coreografías de José Rodríguez Xtravaganza y Luis Xtravaganza, que provenían de estos House Balls que formaban parte de la escena underground neoyorquina. 

Durante la serie, pero especialmente en la tercera temporada, se hace referencia a estos desfiles "extravagantes", preludio del desarrollo posterior de los concursos de drag queens, como el lugar en el que la comunidad transexual podía ser lo que en la sociedad exterior no se le permitía, podía salir del círculo vicioso de la prostitución del que prácticamente surgen casi todos los personajes principales. Pero la serie habla sobre todo del concepto de la "familia elegida", con la madre como elemento de apoyo, que es un reflejo del desprecio y el maltrato que el colectivo transexual sufría en sus familias carnales, las que no se eligen. En esta última temporada conocemos a las familias de Pray Tell y de Elektra, el rechazo, la incomprensión y el abandono. 

Este es uno de los elementos principales y más interesantes de una serie que adquirió cierta tendencia al dramatismo y la sensiblería en algunas ocasiones, pero que también es vitalista, alegre y conmovedora. Es tan drama queen como drama queer. Pero el exceso es una de las características principales del colectivo transexual, que por su visibilidad fue rechazado incluso dentro de la propia comunidad gay y lésbica. El azote del SIDA formó parte de la T2 y se desarrolla en una temporada final que abunda en el drama vivido por una pandemia que fue gestionada con espíritu asesino por parte del gobierno y las farmacéuticas. Hay menos vitalidad en esta temporada, pero es que la vida sufría una amenaza constante en unos años en los que tener VIH era una condena a muerte, o en todo caso esta vitalidad se representaba en las protestas por la política del alcalde de Nueva YorK Rudy Giuliani, en los actos de rebeldía como esparcir las cenizas de los familiares fallecidos en las puertas del ayuntamiento. Otro de los aspectos más relevantes es su condición de musical, con grandes momentos de recuperación de los sonidos de la música disco de los 80 y 90, y en especial en esta T3 con dos números musicales destacados: la canción gospel "This day", popularizada por Whitney Houston, que interpreta Billy Porter en su regreso al hogar en Take me to the church (T3E4) y la divertida versión de "I swear", una canción country que se hizo famosa en la versión del grupo de R&B All-4-One, en Something old, something new (T3E6). 

La mayor parte de la temporada transcurre en el año 1994, aunque también avanza en el tiempo hacia una época en la que el estreno de la serie Sexo en Nueva York (HBO, 1998-2004) supuso una revolución en la forma de representar a las mujeres en la televisión, en cierto modo parecida a la que ha supuesto una serie como Pose respecto a la mujer transexual. Pero la referencia es también crítica: "Me niego a permitir que una serie sobre un puñado de blancas nos digan qué comemos, qué bebemos y adónde vamos con las amigas", dice Elektra. Posiblemente la representación menos tópica de la comunidad homosexual que ha conseguido Ryan Murphy, gracias al talento de Steven Canals, Pose es más que una serie, es un símbolo de diversidad. 

Pørni ****
Viaplay, 2 de mayo
Creada por Henriette Steenstrup 
Dirigida por Gunnar Vikene, Charlotte Blom

Ha sido el gran éxito de la televisión en Noruega durante esta primera mitad del año, tanto es así que la plataforma de streaming Viaplay ha decidido renovarla, no por una temporada, sino por dos. Uno de los motivos de su éxito está en el hecho de ser la primera serie creada por Henriette Steenstrup, una actriz muy popular en el país, que es una de las protagonistas de la película Cuidado con los niños (Dag Johan Haugerud, 2019) y a la que también podemos ver como madre de Ragnarok (Netflix, 2020-), así como en muchas otras producciones noruegas. La serie se plantea como una comedia dramática, equilibrando bien ambos géneros, sobre una madre madura que está separada y trata de encontrar un espacio para sí misma en medio de una familia formada por dos hijas que están en una edad adolescente complicada y un padre soltero que ha decidido salir del armario en su vejez. 

En los primeros episodios de la serie pesa cierto parecido con Better things (FX, 2016-), que también explora la maternidad soltera en la madurez, pero poco a poco Pørni va encontrando su propio camino que tiene más relación con la idea de familia y que sabe, quizás de ahí provenga su espectacular éxito, describir con acierto la idiosincrasia de los noruegos, sus contradicciones y sus miedos en el terreno de las relaciones emocionales. También aborda con humor algunas cuestiones complejas como la mala imagen que tienen los servicios sociales (Pørni trabaja como asistenta tomando decisiones sobre el futuro de los hijos de parejas con dificultades para criarlos). De alguna forma ella contribuye a la separación de familias mientras al mismo tiempo realiza un esfuerzo sobrehumano por mantener a la suya unida.

Con críticas muy positivas, Pørni ha conseguido encontrar a un sector de la audiencia que ha abrazado una serie inteligente en el desarrollo de un personaje al que interpreta la propia Henriette Steenstrup, consiguiendo momentos de comedia dramática excelentes, como en la escena del coro en el episodio You'll never walk alone (T1E6), que resulta conmovedora y divertida al mismo tiempo. Viaplay la ha definido como una de sus series con mayor éxito, aunque como suele suceder con las plataformas de streaming, la información requiere de un alto grado de confianza, ya que Viaplay no es transparente en sus cifras de visionado, excepto cuando le interesa. La producción se beneficia de un buen equipo técnico encabezado por Gunnar Vikene como director conceptual, que ha trabajado en series de resonancia internacional como Occupied (Viaplay, 2015-) y el productor Bård Fjulsrud, director creativo de la productora Monster, responsable de series como Nobel (NRK, 2016). 

Inside Nº 9 - Temp. 6 ****
BBC Two, 10 de mayo-14 de junio
Creada por Steve Pemberton, Reece Shearsmith
Dirigida por Guillem Morales, Matt Lipsey 

En el episodio Simon says (T6E2) el protagonista es el creador de una serie de éxito, una especie de Juego de tronos (HBO, 2011-2019) que decide terminar en la séptima temporada porque está harto de sus personajes, pero cuyo final ha dejado insatisfechos a muchos de sus seguidores, en lo que parece una referencia nada disimulada al aluvión de críticas que recibió la conclusión de la trama principal de Line of duty (BBC, 2012-), y reflexiona sobre la necesidad real de alargar una historia durante tantos años. La serie de Jed Mercurio y esta que nos ocupa coinciden en número de temporadas, pero también en la robustez de su propuesta. Porque, aunque se puede sentir insatisfactorio el final de la sexta temporada de Line of duty, no cabe duda que sigue siendo un policíaco muy bien construido. Igual ocurre con Inside Nº 9, aunque con la ventaja de que en este caso se trata de episodios con historias diferentes. 

Pero Steve Pemberton y Reece Shearsmith, creadores y protagonistas, han demostrado que aún tienen cosas interesantes que contar en una temporada que se mueve entre episodios notables y otros más irregulares, pero siempre con una calidad en la escritura que parece inagotable. Personalmente, siempre me han parecido mejor construidos los episodios centrados en dos o tres personajes, interpretados por los propios actores, y menos logrados los que involucran a un reparto más amplio. En esta temporada, tienen menos consistencia Wuthering Heist (T6E1), que parece evocar a la banda de La casa de papel (Netflix, 2017-2021), solo que utilizando máscaras de la Commedia dell'arte, y jugando con la ruptura de la cuarta pared; y Last night of the Proms (T6E6), que se pierde en una propuesta más local cuyo trasfondo se entiende menos si no se conocen los entresijos de esta costumbre típicamente británica centrada en la última noche de los Proms de la BBC, una serie de conciertos de música clásica, que en esa noche sin embargo adquiere un tono más festivo. 

Sin embargo, son los episodios típicamente característicos de la serie (pocos personajes y una historia que descubre sus secretos lentamente) los que mejor funcionan, como el mencionado Simon says (T6E2), el muy hitchcockiano Lip service (T6E3), magnífico en la construcción del suspense, o Hurry up and wait (T6E4), una vuelta de tuerca al realismo obrero de Ken Loach, que precisamente tiene como invitado especial a Adrian Dunbar, el superintendente Hastings de Line of duty, interpretándose a sí mismo y bromeando sobre su encasillamiento en personajes de policía. Y sobre todo ese cuento oscuro, muy Edgar Allan Poe, que es How do you plead? (T6E5), con la presencia majestuosa de Derek Jacobi. 

Pero al margen de unos guiones bien construidos, es importante el trabajo de dirección que en esta temporada se sostiene principalmente en el español Guillem Morales, que fue uno de los primeros en hacerse cargo de la serie desde su segunda temporada. En 2017 (T3) dirigió cinco episodios, en 2018 no participó en la serie y regresó en 2020 (T5) y 2021 (T6) para realizar cuatro de los seis episodios. Aunque la pretensión de Steve Pemberton y Reece Shearsmith cuando se inició la serie era la de dirigir también, finalmente han encontrado un perfecto alter ego visual en el director español. Después de 20 años, Inside Nº 9 mantiene la frescura del principio, es inteligente, entretenida y contiene tantas referencias cinematográficas y televisivas que resulta una delicia tratar de identificarlas. Camino de convertirse en toda una institución en la televisión británica, la BBC ya ha encargado una séptima temporada, pero Pemberton y Shearsmith tienen la ilusión de llegar al menos a la temporada nueve, que cerraría el círculo en torno a su propio título. 

Hacks *****
HBO, 13 de mayo-10 de junio
Creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs, Jen Statsky
Dirigida por Lucia Aniello, Desiree Akhavan, Paul W. Downs

Es (y será) la mejor comedia de esta temporada. No solo por la química evidente que consiguen Jean Smart y Hannah Einbinder sino porque es capaz de construir personajes complejos que sin embargo conectan con el espectador. En cierta manera, la serie plantea cuestiones que tienen que ver con su propia condición, como ¿merece la pena quedarse en la zona de confort de la comedia, o es preferible arriesgar? Es un planteamiento muy actual, especialmente reflejado en una temporada que parece buscar en el pasado (Friends: The reunion (HBO, 2021), And just like that... (HBO, 2021)) la seguridad de la nostalgia. En esta situación acomodaticia se encuentra la monologuista Deborah Vance (Jean Smart) cuando comienza a trabajar para ella Eva (Hannah Einbinder), una guionista caída en desgracia por un tuit desafortunado. Es cuando se establece el choque intelectual entre la tranquilidad de tener un público fiel que la venera en Las Vegas y dar un paso adelante hacia una forma diferente de pisar el escenario. 

También es la contradicción (o no) entre la comedia como un entretenimiento fácil, sin complicaciones, o una propuesta más personal, en la que la comedianta rompa la superficie de la risa cómoda para profundizar más en su propia historia. Jean Smart, que también es una de las responsables de la magnificencia de Mare of Easttown (HBO, 2021-), construye un personaje sarcástico y al mismo tiempo frágil, poniendo las cosas muy difíciles a cualquier actriz que aspire al Emmy este año (entre ellas, Kate Winslet). Pero en Eva es donde encontramos una mayor complejidad, sobre todo a partir del punto de inflexión que supone Falling (T1E5) que al mismo tiempo describe las contradicciones de una ciudad superficial como Las Vegas y coloca al personaje en un camino sin retorno, de crecimiento personal que también implica una ambición dispuesta a hacer sacrificios. A partir de ese episodio Hacks se va elevando hasta convertirse en una historia de perfecta ejecución, que muestra dos reflejos diferentes de sus protagonistas que igual las acercan que las alejan. 

La serie también se beneficia de buenos personajes secundarios que abordan subtramas que alimentan el tono de comedia, como Marcus (magnífico Carl Clemons-Hopkins), el COO reconvertido en CEO de los negocios de Deborah, o Kayla (maravillosa Megan Stalter), la secretaria del agente de Deborah que literalmente se roba el show en algunas secuencias. Aunque no está confirmada oficialmente, parece claro que la serie tendrá continuación porque ahora mismo es la mejor comedia que tiene HBO, que en España ha decidido guardarla como uno de los grandes estrenos que coincidan con el lanzamiento de HBO Max en otoño.  

We are Lady Parts ****
Channel 4/Peacock, 20 de mayo
Creada por Nida Manzoor
Dirigida por Nida Manzoor

Si decíamos que Hacks (HBO Max, 2021-) es la comedia del año, podríamos decir que We are Lady Parts (Peacock, 2021-) es la comedia tontorrona de la temporada. Pero Sus protagonistas son tan deliciosas y su humor termina siendo tan efectivo que esta mirada algo bobalicona hacia una banda femenina de punk acaba siendo absolutamente seductora. Hay dos elementos que sobresalen en esta comedia producida por Channel 4 en colaboración con la estadounidense Peacock: por un lado, rompe con los estereotipos de la representación de la mujer musulmana utilizando precisamente estos tópicos para deconstruirlos utilizando el sentido del humor para contrarrestar la estereotipada visión de la juventud de tercera generación británica que parece marcada por el estigma del cliché. Los títulos de las canciones que interpreta la banda Lady Parts son una definición de este planteamiento: "Nadie va a matar a mi hermana por honor excepto yo", "Bashir tiene una buena barba" o "Voldemort debajo de mi pañuelo". Por otro lado, la protagonista Amina (Anjana Vasan) tiene una vis cómica maravillosa, es una especie de Mr. Bean musulmana a la que todo le sale mal y cuya meta es llevar una vida tradicional con un esposo e hijos, pero que encontrará una forma de liberación personal a través de esta banda de mujeres también musulmanas pero totalmente atípica. 

La serie nació como un cortometraje para el programa de humor de Channel 4 Comedy Blaps, que prácticamente es el primero de los seis episodios, Play something (T1E1), y posteriormente Nida Manzoor, guionista británica de origen paquistaní, recibió el encargo de realizar una temporada completa, a la que se incorporó la plataforma norteamericana Peacock como coproductora. Tomando como referencia influencias admitidas de la película norteamericana This is Spinal Tap (Rob Reiner, 1984) y la sitcom británica Los jóvenes (BBC, 1982), resulta especialmente interesante el trasfondo crítico, no hacia la situación de la mujer musulmana, sino hacia la representación que se hace de la mujer musulmana, como si no pudiera ser extrovertida, divertida o ridícula, dedicándole un episodio, Represent (T1E5). Pero esta mirada crítica también se construye a partir de las amplias y dispares personalidades de las jóvenes componentes de la banda de punk Lady Parts: Saira, cantante y guitarrista, que trabaja en una carnicería halal; Ayesha, baterista, que conduce un coche Uber aguantando las salidas de tono de sus clientes borrachos; Bisma, la bajista, que es dibujante y publica un cómic titulado "The killing period", que tiene lugar en un presente alternativo distópico en el que las mujeres se convierten en asesinas cuando tienen el período; y Momtaz, la mánager, encargada de la difusión en las redes sociales, a la que nunca vemos el rostro porque viste un Niqab, el velo islámico que cubre toda la cara menos los ojos, y que trabaja en una tienda de lencería. We are Lady Parts tiene un tono alegre, optimista, fresco y divertido que acaba siendo un entretenimiento muy recomendable con un trasfondo mucho más profundo de lo que puede parecer. 

Cómo la cocina afroamericana transformó Estados Unidos ****
Netflix, 26 de mayo
Escrita por Shoshana Guy, Jonathan Clasberry, Christina Lenis
Dirigida por Roger Ross Williams, Jonathan Clasberry

Aparte de los true crime, una de las especialidades de Netflix en cuanto a series documentales son aquellas que están dedicadas a la cocina, y de las que podemos encontrar innumerables muestras en su catálogo. Con Chef's table (Netflix, 2015-2019) y sus variantes como producción de prestigio, en la plataforma se pueden descubrir propuestas de lo más variadas, desde las apetecibles Street Food: Asia (Netflix, 2019) y Street Food: Latin America (Netflix, 2020) hasta la entretenida Ugly delicious (Netflix, 2018-), e incluso ejemplos de periodismo gonzo como Informe Gourmet hiperduro (Netflix, 2017), una producción japonesa que muestra lo que comen los sectores más desfavorecidos de la sociedad en países como Liberia, Estados Unidos o Rusia. 

En este contexto, Cómo la cocina afroamericana transformó Estados Unidos (Netflix, 2021-) es una propuesta diferente que utiliza las recetas originarias de los esclavos para ofrecer una mirada antropológica en torno a la forma en que éstos llevaron a Estados Unidos la tradición culinaria de África. En cierta manera, se puede decir que no se trata solo de un programa sobre cocina, sino que construye un relato histórico de la esclavitud gracias al cual descubrimos algunas cuestiones sorprendentes. El episodio Our roots (T1E1), por ejemplo, se desarrolla en Benín, el país africano desde donde procedía la mayor parte de los esclavos que los propios jefes africanos capturaban para los holandeses e ingleses que los trasladaban a América. Limítrofe con Nigeria, formó parte de lo que se denominó la Costa de los Esclavos, lo que hoy en día es conocido como la Costa de Guinea.

Pero el resto de los cuatro episodios de la serie muestra los lugares en los que se desarrolló la esclavitud en Estados Unidos, y efectivamente encontramos hechos poco conocidos, como que dos de los primeros chefs del país fueron Hercules Posey, esclavo de George Washington, y James Hemings, esclavo de Thomas Jefferson. La esposa del primer presidente de los Estados Unidos, Martha Washington, publicó un libro de recetas que se sospecha que en realidad eran recetas del chef Hercules Posey. La cocina de los esclavos no solamente provenía de sus raíces africanas sino que elaboró nuevas recetas a partir de la comida que tiraban los blancos, lo que paradójicamente se ha convertido en la base de la tradición culinaria de Estados como Carolina del Sur y Texas. pero aún permanecen las huellas del racismo: en el episodio Our founding chefs (T1E3), dos cocineros que recrean las cenas que preparaban Hercules Posey y James Hemings confirman que tuvieron cierto rechazo por parte de algunos clientes a ese recordatorio de la esclavitud sostenida por los padres de la Constitución.

La serie está basada en el libro "High on the Hog: A culinary journey from Africa to America" (2011), de la escritora e investigadora Jessica B. Harris, que acompaña al presentador en el primer episodio. Y este es uno de los puntos débiles de la serie porque Stephen Satterfield, que sirve de anfitrión en este viaje culinario e histórico, no tiene demasiado carisma delante de las cámaras y a veces resulta poco expresivo, aunque su catarsis emocional en el primer episodio cuando visita la misma tierra que pisaron sus antepasados esclavos es ciertamente conmovedora. Cómo la cocina afroamericana transformó Estados Unidos es una serie documental que ofrece una visión histórica de la esclavitud que está bien documentada, y que sin duda resulta muy recomendable no solo para los amantes de la cocina.

Feel good - Temp. 2 *****
Netflix, 4 de junio
Creada por Joe Hampson, Mae Martin
Dirigida por Luke Snellin

La serie coescrita y protagonizada por Mae Martin fue rescatada por Netflix después de que Channel 4 decidiera no continuarla tras la primera temporada, pero de alguna manera lo hace para concluir la historia en una segunda y última incursión en la relación entre Mae (Mae Martin) y George (Charlotte Ritchie). Y realmente se siente como un perfecto desenlace en el que la protagonista se enfrenta a su estrés postraumático provocado por un pasado en el que es evidente que ha ocurrido algo que ha marcado su personalidad caótica. 

La segunda temporada comienza en Canadá, con la protagonista iniciando un proceso de rehabilitación que es igual de anárquico que su propia vida. Feel good (Netflix, 2020-2021) es una serie que habla de temas muy complejos (y muy serios) como la depresión, el abuso sexual y los problemas mentales pero que sin embargo es una comedia contundente, que tiene momentos brillantes, especialmente aquellos que implican una situación controvertida en un entorno confuso (la salida del armario de George en la T1 o el reencuentro con la ex-novia atrapada en un escape room). Hay más protagonismo en esta segunda temporada de los padres de Mae, lo cual se agradece, porque Lisa Kudrow compone un personaje maravillosamente irritante, y de nuevo se crean situaciones tan absurdas como de inteligente desarrollo, como cuando Mae decide enfrentarse a sus propios miedos respecto a la relación con sus padres en el tren del horror de un parque de atracciones. 

Lo mejor de la serie es que, donde otras intentan establecer una respuesta clara frente a temas como el abuso, en este caso no rehúye las zonas grises, una cierta equidistancia entre ser víctima y victimizarse. Ocurre lo mismo en el campo de la identidad sexual. George evita constantemente clasificarse como bisexual, a pesar de que antes de conocer a Mae nunca había tenido ninguna relación lésbica, y durante casi toda la primera temporada "esconde" a su novia. Mientras Mae se enfrenta a la idea de que quizás su condición es no binaria, sin identificarse exactamente con el género femenino o el masculino. Pero también surgen las dudas, como cuando acaban de comprar un perrito caliente, y ella le dice a George: "¿Te has dado cuenta de que me ha llamado señor?". El género importa, pero no importa, es pero no es, influye pero no influye. Feel good se "siente bien" en ese terreno intermedio, en el que la respuesta no está clara (¿es abuso o es amor?), las dudas son constantes, y la única forma de superar el trauma es enfrentándose a él directamente. Por eso Feel good es una de las mejores series LGTBI+ que se han hecho en mucho tiempo. 

Katla ****
Netflix, 17 de junio
Creada por Baltasar Kormákur
Dirigida por Baltasar Kormákur, Börkur Sigþórsson, Thora Hilmarsdottir

Dos de las producciones escandinavas más esperadas de este año involucran al director islandés Baltasar Kormákur: por un lado, la tercera temporada de Atrapados (Trapped) (RÚV, 2018-), uno de los mejores nordic noir realizados en los últimos años, de la que es creador, y por otro lado esta serie de misterio sobrenatural que supone la primera producción de Netflix en Islandia. El director está habituado a rodar películas en espacios extremos, las montañas en Everest (2015) y el mar abierto en A la deriva (2018), y ahora regresa a los paisajes de Islandia acercándose al pueblo de Vík, en el que se pueden encontrar playas de arena negra provocada por los sedimentos de las cenizas de los volcanes, para elaborar una historia que está entre el drama y el terror, y que bebe directamente de las leyendas y las tradiciones populares. 

La erupción del volcán Katla un año antes ha convertido a sus alrededores en lugares prácticamente inhabitables en los que permanecen varias familias, pero que sufre constantemente tormentas de ceniza provocadas por la constante emisión de humo que proviene del volcán. Las cenizas también parecen devolver a personas que habían desaparecido, siguiendo la tradición nórdica y germana del doppelgänger, una especie de doble fantasmagórico de una persona, que según la leyenda es un preludio de la llegada inminente de la muerte. La historia por tanto se sitúa en un terreno cercano al género de fantasmas, pero ofreciendo una visión menos terrorífica y más dramática. 

Katla (Netflix, 2021-) nos recuerda en su elegante representación del regreso a la vida, a la excelente serie francesa Les revenants (Canal+, 2012-2015), haciendo que estos doppelgänger no supongan una amenaza directa, pero sí confronten a los "originales" ante sus propias identidades. Plantea también reflexiones interesantes sobre quienes conviven con ellos: el regreso de la mujer joven con la que se mantuvo una relación hace veinte años, la versión sana de la esposa enferma, el regreso de los gestos de cariño en una relación de crisis de pareja... Baltasar Kormákur va desgranando estas apariciones y los conflictos que provocan en una narración inteligente que sin embargo a mitad de la temporada ya ha descubierto sus resortes principales. 

Desde el punto de vista visual la serie, que se rodó en estudio debido a la pandemia del coronavirus, tiene una calidad extraordinaria, consigue una ambientación oscura y misteriosa en medio de la negrura del paisaje cubierto de ceniza y del espeso humo del volcán (muchas imágenes provienen de la reciente erupción en la región islandesa de Geldingadalir, cuya actividad se puede ver en directo en tiempo real). Esta atmósfera inquietante está subrayada por una extraordinaria banda sonora compuesta por Hönig Egilsson, componente de la banda de música electrónica GusGus. Aunque encontramos grandes actores veteranos como Ingvar Sigurdsson, que recientemente protagonizó la película Un blanco, blanco día (Hlynur Pálmason, 2019), son curiosamente los actores jóvenes y debutantes los que consiguen interpretaciones más intensas, como el caso de la popular cantante Guðrún Ýr Eyfjörð, conocida en el mundo de la música como GDRN, que interpreta a Gríma, pero sobre todo del joven Hlynur Harđarson, que encarna al doppelgänger más inquietante de todos, el niño Mikael, cuya trama es una de las mejores de la serie. El creador de la serie, Baltasar Kormákur, tiene una línea narrativa que incluye varias temporadas, y aunque Netflix aún no ha confirmado la continuación, sería una sorpresa que no lo hiciera. 

Mañanas de septiembre ****
Amazon, 25 de junio
Creada por Josefina Trotta
Dirigida por Luis Pinheiro, Dainara Toffoli

El pasado mes de noviembre falleció a los 73 años la cantante brasileña Vanusa, que había sido en los años sesenta y setenta una estrella de la canción, y que fue la inspiración para esta serie, que finalmente no pudo ver terminada. La protagonista de esta historia es Cassandra (Liniker), aconsejada por la voz interior de una Vanusa que representa a través de su canción "Manhãs de Septembro" un mensaje de liberación femenina ("Quiero salir / Quiero hablar / Quiero enseñar al vecino a cantar"). Cassandra ha conseguido liberarse de la imagen tópica de los transexuales que se dedican a la prostitución, gracias a su trabajo como repartidora de comida a domicilio y como cantante en un club nocturno. Y alcanza la independencia ansiada cuando por fin puede permitirse tener un apartamento para ella sola. Pero esta libertad se ve amenazada por la llegada de Leide (espléndida Karine Teles) con el niño Gersinho (Gustavo Coelho), que afirma ser su hijo, fruto de un desliz del pasado. 

Este hijo, sin embargo, no solamente no es aceptado porque supone un obstáculo hacia esa independencia que aspiraba a lograr, sino también porque le recuerda un pasado que Cassandra dejó atrás hace tiempo. "Para de me chamar de pai!" (T1E2) es el título del segundo episodio, el sentimiento que refleja la necesidad de ser reconocida como mujer frente a la transfobia que se muestra en el personaje de Leide. Lo mejor de esta miniserie de cinco episodios y una duración total de dos horas y media es la construcción de unos personajes que se sienten reales, especialmente en el caso de los tres protagonistas, pero también en la relación complicada de Cassandra con Ivaldo (Thomas Aquino), un hombre casado. 

Manhãs de Septembro tiene la virtud de reflejar la complejidad de un personaje transexual en un entorno de transfobia "amable" (una taquillera le dice a Cassandra: "Si no fuera por la voz pasarías por una mujer de verdad"), y que se centra más en la relación entre la protagonista y su hijo. Rodada entre São Paulo y Montevideo (el equipo se trasladó a Uruguay debido a la pandemia), se beneficia de un buen trabajo de la debutante Liniker, cantante brasileña que ha trasladado a la música su influencia en los jóvenes que enfrentan la discriminación de género, lanzando temas como "Flutua" (2017) junto a Johnny Hooker, que se convirtió en un himno por la libertad sexual ("estoy cansado de esconderme / Somos dos hombres y nada más"). Su personaje no es fácil, ya que interpreta a una mujer que está a la defensiva, poco amable, seria, que se aleja de la representación habitual de los transexuales. Mañanas de septiembre ha sido una de las sorpresas de estos meses, con su sencillez y su deliciosa descripción de las relaciones personales a través de la representación de la visibilidad de género. 

Pride ***
Disney+, 25 de junio
Dirigida por Tom Kalin, Andrew Ahn, Cheryl Dunye, Anthony Caronna & Alexander Smith, Yance Ford, Rosie Haber

Esta serie documental aborda la historia del activismo LGTBI+ a través de episodios independientes enfocados cada uno en una década concreta, y dirigidos por distintos realizadores que han desarrollado su carrera en la producción de contenido homosexual. Es un planteamiento interesante, aunque se hace demasiado reducido en cuanto que se centra en dos o tres personajes concretos que fueron destacados en las décadas correspondientes. Hay también, como suele suceder en estos casos, un cierto desequilibrio en el interés de los episodios, que tienen estilos diversos marcados por sus directores. Hay algunos como 1950s: People had parties (T1E1) que utilizan actores para representar a estas personalidades, y otros como 1990s: The culture wars (T1E5) que se apoyan sobre todo en imágenes de archivo.

La serie documental es una producción de FX que se transmitió en Hulu originalmente en Estados Unidos, pero a España ha llegado a través del canal Star de Disney+, y aunque se supone que es el formato más "adulto" de la plataforma, no evita caer en las contradicciones hipócritas de la compañía. Resulta irónico que, cuando en el episodio 1970s: The vanguard struggle (T1E1) se habla de Barbara Hammer como una cineasta que utilizó el cine experimental para mostrar la sexualidad femenina, las imágenes de sus cortometrajes estén censuradas, con los genitales tapados, lo que representa justamente el conservadurismo contra el que quería reivindicarse a través de sus películas. Esta censura, sin embargo, reafirma la contundencia provocadora de directoras como Barbara Hammer. 

El episodio más interesante, por su excelente trabajo de montaje y su propuesta narrativa, es 1980s: Underground (T1E4), dirigido por Anthony Caronna y Alexander Smith, que aborda una de las épocas más difíciles de la representación de la homosexualidad frente a la sociedad, con la estigmatización del SIDA, pero también con la cohesión como comunidad que luchó contra la política criminal del gobierno y las farmacéuticas. Pero destaca sobre todo por descubrirnos el trabajo de Nelson Sullivan, que desde 1981 decidió grabar continuamente su vida con una pequeña cámara de super8. Esta secuencias, unas 1500 horas en total, fueron grabadas por Nelson Sullivan hasta 1989, año en el que falleció a los 41 años debido a un ataque cardíaco, y permanecen como el material de archivo más completo de la comunidad gay en el Nueva York de los años ochenta, hasta el punto que la Universidad de Nueva York decidió preservar las cintas. Parte de estos videos se pueden visionar en el canal de YouTube 5ninthavenueproject

En el último episodio, 2000s: Y2Gay (T1E6), se aborda la actualidad del activismo LGTBI+, que debe estar alerta ante una tendencia populista y conservadora (la prohibición de la inclusión de referencias no heterosexuales en las escuelas, promovida por Hungría recientemente, son las mismas que se utilizaban en Estados Unidos en los años sesenta). Pero también se aborda la realidad de una sociedad binaria en la que, sin embargo, cada vez hay una mayor respuesta hacia la necesidad de eliminar las barreras de los géneros y las conductas sexuales. Irregular en su cohesión narrativa, algo dispersa en su formato y como siempre muy centrada en el activismo exclusivamente norteamericano, la serie sin embargo ofrece una interesante introducción hacia aquellas personalidades que sacrificaron la comodidad de sus vidas para iniciar el camino hacia la libertad y el respeto.

Solos (Stuart) ****
Amazon, 25 de junio
Escrita por David Weil
Dirigida por Sam Taylor-Johnson

Aunque el resultado general de esta serie antológica formada por historias independientes no es satisfactorio, resulta especialmente destacable el episodio Stuart (T1E7), que posiblemente es una de las mejores representaciones del confinamiento y las consecuencias del coronavirus en las relaciones humanas, sin hacer una referencia explícita, que hemos visto a lo largo de este año y medio en el que han proliferado acercamientos mucho menos logrados. Solos (Amazon, 2021) es una serie creada por David Weil, creador de Hunters (Amazon, 2020-) y del próximo estreno Invasión (Apple TV+, 2021-), que nació precisamente a raíz del confinamiento y la situación de distanciamiento social provocada por el coronavirus. Pero en vez de tratar el tema directamente, construyó una serie de historias distópicas que reflejan una mirada algo pesimista sobre la conexión (y la desconexión) entre los seres humanos. 

Estructurada a partir de diálogos en los que sin embargo solo está presente un actor o actriz, la propuesta cuenta con intérpretes destacados como Anne Hathaway, Anthony Mackie, Helen Mirren, Uzo Aduba, Nicole Beharie y Constance Wu, que protagonizan cada uno de los episodios, pero no consigue trascender más allá de la anécdota, con una cierta atmósfera de un futuro cercano que nos recuerda a Black mirror (Netflix, 2011-) pero cuyos textos resultan poco estimulantes. Podríamos destacar algunas historias como Peg (T1E3), que habla de cómo nuestro destino está marcado por las decisiones (acertadas o erróneas) que tomamos en un momento determinado, o Sasha (T1E4), la más directamente relacionada con el confinamiento, que muestra cómo una situación excepcional se puede convertir en una obsesión. 

Pero Stuart (T1E7) es el episodio más logrado, el mejor construido a partir de una historia que sirve además como conexión con el resto de las historias (es difícil encontrar en las series antológicas un final que realmente aporte cohesión al conjunto). Protagonizado por Dan Stevens y Morgan Freeman, se diferencia de los demás por la presencia de dos personajes que dialogan, y establece una reflexión sobre la memoria, el olvido provocado por el Alzheimer, el sentimiento de culpa y el distanciamiento social. Aunque no está mencionado, se acerca con inteligencia a las consecuencias que una situación de confinamiento puede provocar, llevándolo hasta el extremo de la necesidad de borrar los recuerdos para conseguir un equilibrio emocional. El episodio consigue que, aunque no hable directamente del coronavirus, el subtexto esté continuamente haciendo referencia a muchas experiencias comunes que hemos tenido durante todo este tiempo, conectando con la distancia social, el confinamiento, la imposibilidad de despedirse de los seres queridos, la falta de contacto emocional... Es una historia compleja, conmovedora y certera. 




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