El género policíaco no está en los primeros puestos de los más vistos, al menos según algunas estadísticas como la que realizó Cloudwards en 2023, tomando como referencia los datos que publica diariamente Flixpatrol, que se nutre de mediciones realizadas en las principales plataformas de streaming. El estudio indicaba cuáles eran los géneros preferidos por países, lo que ofrecía algunos datos curiosos y sorprendentes, como que España solo coincidía con Singapur en su preferencia por el género de ciencia-ficción, o que en Canadá el género preferido es el Western. A nivel global, las conclusiones principales son que predomina el Drama (con todo lo que eso incluye) como el género predominante en la mayor parte de los países (30,8%), seguido de la Animación (25,3%), sobre todo por el impulso que tiene en Latinoamérica y Asia, y el género de Acción (25,3%). Continúan los gustos de los espectadores del streaming por la Comedia (11%), y muy alejados el género Crimen (2%) y la Ciencia-ficción (2%). La Fantasía, el Terror y el Western ocupan los lugares intermedios en las preferencias de los espectadores, mientras que en las últimas posiciones se encuentran el género Bélico, el Romántico, el Thriller y el Documental. Como es habitual dada la escasa información que proporcionan las plataformas de streaming, se trata de estudios aproximados, pero arrojan algunos datos interesantes a pesar de la sensación generalizada de que el policíaco, en el que podemos englobar las series de las que hablamos en esta crónica, parece más presente en los gustos del público de lo que realmente está. En todo caso, aprovechamos algunos estrenos internacionales recientes para ofrecer un panorama de este género desde diferentes lugares del mundo, haciendo hincapié en una tendencia de los últimos años que consiste en elegir entornos singulares para rodear a los investigadores.
Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.
![]() |
BorderlineFrontera Ulster / República de IrlandaIrlanda-Alemania, 2024 | Temporada 1, 6x45' | MGM+ | ★★★☆☆Escrita por John Forte | Dirigida por Robert Quinn, Mark Borzel |
Siguiendo la tradición de las series policíacas que se desarrollan en las fronteras entre dos países, provocando la necesidad de compartir métodos de investigación muy diferentes, Borderline (MGM+, 2024) utiliza los elementos que diferencian a este tipo de historias, que hemos visto anteriormente en series como El puente (Bron) (SVT, 2011-2018), en la frontera entre Suecia o Dinamarca, o su remake Pagan Peak (Cosmo, 2018-2023), que se trasladaba a la frontera entre Alemania y Austria. Borderline es una producción interesante porque se trata de un proyecto irlandés producido por una productora inglesa para la televisión pública alemana ZDF, y distribuida por Lionsgate en Gran Bretaña a través de la plataforma MGM+, y en Estados Unidos en la plataforma Roku Channel. De manera que la colaboración transfronteriza se amplía más allá de la propia historia, cuya estructura sigue la tendencia actual: seis episodios de 45 minutos, pero en los que se dedican dos episodios a cada investigación, de manera que también puede emitirse como una serie de tres capítulos de 90 minutos, un formato utilizado por otras producciones que comentaremos a continuación. El formato permite dedicar a cada caso el suficiente tiempo como para desarrollar mejor sus diferentes elementos, y al mismo tiempo introducir la trama horizontal que en este caso tiene relación con el pasado de los dos protagonistas. La inspectora Aoife Regan (Amy De Bhrún), pertenece a la llamada Garda Síochána, la policía de la República de Irlanda, y es una detective con una fuerte personalidad y alguna tendencia a la insubordinación y a las frases cortantes. Mientras que el inspector Philip Boyd (Eoin Macken), es un hombre amable, religioso y familiar que forma parte del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI). La primera colaboración entre ambos se produce en Hens (T1E1-2), cuando el cuerpo de una joven es encontrado en una playa de Irlanda del Norte, pero se cree que ha sido asesinada en el Sur y cruzó la frontera a la deriva. El desarrollo de las investigaciones no aporta nada especialmente novedoso al género, pero las diferentes personalidades de Regan y Boyd funcionan bien como contraste, y ofrecen algunos buenos momentos de secretos compartidos conforme se conocen mejor.
Lo que ambos tienen en común es que no les gusta hablar de su pasado: Regan ha sido enviada a la zona después de que un criminal al que llevó a la cárcel haya salido en libertad condicional amenazando con matarla; mientras que Boyd se enfrenta desde hace años al trauma de haber presenciado el asesinato de su padre, con la circunstancia de que Patrick Gorman (Liam Heffernan), el hombre del que se rumoreó que fue el asesino, vive en una localidad cercana dirigiendo un negocio de venta de muebles. Los dos están marcados por estas experiencias que funcionan como tramas horizontales a lo largo de la la temporada, aunque podrían estar mejor desarrolladas. La serie transcurre (y se rodó) en el condado de Louth, conocido por ser el más pequeño de la República de Irlanda, muy cerca de la frontera, y con ciudades como Carlingford, que toma su nombre de su conexión con las tradiciones nórdicas de los vikingos que lo ocuparon. Borderline a veces no es demasiado sutil a la hora de abordar determinados temas como la inmigración, que ocupa el segundo caso en Trafikk (T1E3-4), cuando es encontrado en la frontera el cuerpo del conductor de un camión cisterna, que transportaba a un grupo de inmigrantes ilegales. La investigación es influida por las opiniones antiinmigración de la líder del ficticio partido Ulster Freedom Party, y el propio Boyd defiende el respeto a las fronteras, pero su toma de conciencia conforme avanza el caso resulta demasiado simple y convencional. Hay un trasfondo de los conflictos de The Troubles, sin que éstos lleguen a adquirir un primer plano, pero se introduce de forma sutil cuando Boyd continúa con la costumbre de comprobar que debajo de su coche no hay explosivos, y se introducen elementos característicos de la zona como el hurling, un deporte de origen celta que toma protagonismo cuando una estrella de esta modalidad deportiva aparece asesinado, y se descubre una red de apuestas y prostitución en el último caso, Hurling (T1E5-6), los dos únicos episodios dirigidos por Mark Brozel que ha trabajado en series como Signora Volpe (AMC+, 2022). Dentro del subgénero de policíaco fronterizo, Borderline ofrece una perspectiva diferente centrándose en la frontera de un país dividido, lo que unido a las connotaciones de un pasado conflictivo permite que la colaboración entre los dos inspectores tenga una tonalidad más particular.
![]() |
BlackshoreKillaloe - República de IrlandaIrlanda, 2024 | Temporada 1, 6x50' | RTÈ One | ★★★☆☆Creada por Kate O'Riordan | Dirigida por Dathaí Keane |
Estrenada a principios de 2024, Blackshore (RTÉ One, 2024) es uno de los intentos de la televisión pública irlandesa por salirse de los cauces de los dramas deprimentes que tan buenos resultados le suelen dar. Ahora se introduce en un policíaco que mantiene una sola investigación a lo largo de la temporada y que tiene como protagonista a la detective Fia Lucy (Lisa Dawn), quien regresa a su ciudad natal, Blackwater, como una especie de castigo por haber intervenido de una manera violenta contra una agresión sexual que se estaba produciendo en el baño de un bar de Dublín, en realidad una de las tres quejas por violencia excesiva que ha recibido en el último año. Aunque, cuando el superintendente Shanahan (Lloyd Hutchinson) le dice: "Ambos sabemos que estás aquí como una pequeña reprimenda. No hemos pedido que vengas, y creo que tú tampoco has pedido venir", ella le contesta: "En realidad sí. Me dieron opciones. Pero pensé que era hora de regresar a casa". El primer caso que se le asigna es la muerte de Roisin Harley (Clara Fitzgerald), de la que ella fue amiga en su juventud, y que se convertirá en el caso principal de los seis episodios. Su compañero de investigación es el agente Cian Furlong (Rory Keenan), con quien no comparte demasiados detalles porque algunas pistas le hacen pensar que puede haber tenido una relación más estrecha con Roisin de la que él mismo ha confesado. Ella ha sido encontrada flotando en el lago, pero su historial de adicciones parece ser la principal causa de su muerte para unos policías que no tienen demasiada prisa en investigar. Roisin poseía la mitad de las acciones de un hotel, cuyo otro dueño, el empresario Bill McGuire (Stanley Townsend), se convierte en posible sospechoso. En la trama principal se cruza también otra investigación sobre la posible implicación del hijo del empresario, Sean McGuire (Frank Blake) en abusos sexuales a mujeres utilizando la ketamina como droga de violación, lo que aporta más interés a la parte central de la temporada. La serie cumple con el tono de policíaco melancólico que tanto se le critica a RTÉ, pero lo cierto es que funciona bien dentro de su contexto. Hay, por supuesto, un pasado terrible que provocó la huída de Fia Lucy de este pequeño pueblo, cuando su padre se suicidó después de matar a toda su familia, lo que provoca que su regreso sea particularmente incómodo para algunos de sus vecinos.
La localidad de Blackwater no existe en realidad, pero la serie se rodó en dos pequeñas poblaciones del centro de Irlanda: Ballina en el condado de Tipperary, y Killaloe, en el condado de Clare, un pequeño municipio de 1600 habitantes que surgió alrededor de un monasterio del siglo VI. Aunque no cuentan con monumentos muy destacados, ambas localidades han sido nombradas como Patrimonio Cultural de Irlanda. Blackshore sigue el modelo de una serie anterior, Smother (RTÉ, 2021), también creada por Kate O'Riordan, autora de la novela Fiebre de verano (2022, Ed. Roca Editorial), y dirigida por Dathaí Keane, y que asimismo era un thriller sobre secretos familiares surgidos a partir de la muerte del patriarca. Aquella era una trama que se complicaba en exceso, y en cierto modo esta otra serie consigue tener un desarrollo más claro, con menos personajes y más enfoque en la historia principal, aunque la subtrama del pasado regresa intermitentemente para acabar formando parte de la principal. No hay nada nuevo, sin embargo, mientras la serie se siente cómoda en su envoltura melancólico-depresiva. El tema que suena en los créditos iniciales de cada episodio es We, the drowned (Nosotros, los ahogados), una hermosa pero triste canción que Lisa Hannigan (1981, Irlanda) incluyó en su espléndido álbum At swim (2016, Hoop Recordings), perfecto para escuchar en días lluviosos, y que establece adecuadamente el tono que adopta la historia. Puede que esté plagada de clichés, empezando por la protagonista, a la que no le importa ser desagradable si con ello consigue avanzar en su caso, pero Blackshore se mueve con seguridad dentro de sus planteamientos de policíaco oscuro, de textura cercana a los nordic noir, que establece una fuerte presencia de la vida personal de los protagonistas alrededor de una investigación que puede acabar influyendo en las relaciones que se establecen dentro de la comunidad. Y quizás en ese sentido la televisión pública irlandesa se ha quedado algo anclada en este tipo de historias mientras el género policíaco ha superado ya la etapa de dramatismo nórdico que se desarrolló en los años 2000. Blackshore funciona dentro de su propuesta, aunque ésta resulte un poco desfasada, y el desenlace evita ser demasiado decepcionante.
El actor canadiense Allan Hawco es también el co-creador de algunas de las series que ha protagonizado, especialmente la popular Republic of Doyle (CBC, 2010-2014), un procedimental que alcanzó seis temporadas. Buscando localizaciones para la serie Son of a critch (CBC Gem, 2022-), en la que él ejerce como productor ejecutivo, se desplazó a San Pedro y Miquelón, un pequeño archipiélago situado frente a las costas canadienses de Terranova pero que tiene tras de sí una curiosa historia que le conecta con Europa. Sentado en una cafetería del puerto, Allan Hawco se sorprendió de que un lugar tan singular no hubiera sido el escenario de ninguna serie hasta la fecha. En realidad, allí se rodó la película francesa La viuda de Saint-Pierre (Patrice Leconte, 2000), protagonizada por Juliette Binoche, que describía la única ocasión en la que la guillotina se empleó en América del Norte, cuando fue trasladada desde Martinica para ejecutar a un hombre acusado de asesinato. San Pedro y Miquelón son dos islas unidas por un istmo de arena que forman el único territorio francés que queda del Virreinato de Nueva Francia, que incluía Quebec y Luisiana. Anteriormente, había sido la base pesquera del Atlántico Norte, visitada sobre todo por balleneros vascos, de lo que ha quedado el nombre Miquelón de una de sus islas, y la permanencia de costumbres populares vascas que siguen formando parte de su cultura. Así que se trata de un territorio francés pero en el que las fiestas populares tienen raíces vascofrancesas, lo que le proporciona una personalidad muy particular. Su situación estratégica también la convirtió en una importante base para el contrabando durante la época de la prohibición, e incluso mafiosos como Al Capone y Bill McCoy la utilizaron como un centro de tráfico de ron. Se dice que hubo tanto contrabando en las islas, que si se retira el papel pintado de algunas casas, pueden encontrarse las mismas cajas de transporte que se reciclaron después como material de construcción. San Pedro y Miquelón es incluso un territorio poco conocido para los canadienses, que ni siquiera saben que a solo una hora y media en ferry desde Terranova pueden alcanzar este archipiélago francés. Entre los que se encuentra Donny "Fitz" Fitzpatrick (Allan Hawco), un detective de la policía de Terranova que es trasladado a esas islas por razones que no se desvelan al principio, y se encuentra directamente con dos dificultades: por un lado, él no habla francés y además todo el mundo se ríe de su atuendo de chaqueta y corbata. Como compañera se le asigna a la subinspectora Geneviève "Arch" Archembault (Joséphine Jobert), que le sirve de guía en este territorio tan particular en el que la forma de actuar es un poco diferente al estricto cumplimiento del reglamento que suele practicar Fitz. Desde el episodio Queen bee (T1E1) se establece un tono de comedia sutil en el contraste entre el policía y el entorno en el que debe trabajar, lo que hace que la serie tenga una textura y un planteamiento que puede recordar a Crimen en el paraíso (Cosmo, 2011-).
Sin embargo, Saint-Pierre (CBC, 2025) no se siente exactamente como una copia de la serie británica, aunque pueda tener elementos en común y la propia Joséphine Jobert sea también una de sus protagonistas. De hecho, el pasado histórico de las islas juega un papel importante en algunos de los casos que ocupan cada episodio, que se emite actualmente en la televisión pública canadiense, así como el propio pasado de Fitz, que indagó demasiado en la actividad de un político local y protagonizó un arresto un tanto escandaloso delante de los medios de comunicación, que parecía una venganza personal porque el político es ahora la pareja de su ex-mujer. Los casos está conectados con las características de la islas: Kill Lil (Mata a Lil) (T1E2) se desarrolla durante la celebración del Día de la Bastilla el 14 de julio, la conmemoración de la Revolución francesa, mientras que en Off with the head (Que le corten la cabeza) (T1E4), un multimillonario muere guillotinado, y en Island getaway (Huida a la isla) (T1E5), un ladrón de bancos procedente de Terranova ha huido a las islas y debe ser localizado por la pareja de policías. Como es habitual en los procedimentales, hay una trama horizontal que involucra a Gallagher (James Purefoy), un empresario con un negocio de contrabando, cuyo hijo es sospechoso de asesinato en Only the good die young (Solo los buenos mueren jóvenes) (T1E7), y que parece contar con la colaboración del Jefe de la policía, Marc Villeneuve (Benz Antoine). Desde el punto de vista de un procedimental, Saint-Pierre se mueve en terrenos cómodos, estableciendo una buena relación entre los protagonistas, con secundarios simpáticos como los policías Patty Montclair-Ito (Erika Prevost) y Renuf Aucoin (Jean-Michel Le Gal), transmitiendo un sentido del humor que la hacen más luminosa que otras incursiones más dramáticas y proporcionando un entorno que funciona a pesar de tratarse de un espacio limitado, un poco a la manera de Shetland (Filmin, 2013-). También hay una conexión con el pasado español a través de uno de los personajes habituales de la serie, el pescador local Kadeem Hamza (Sameer Jafar), que emigró desde España a las islas. Aunque se desarrolla en una isla francesa, la serie está producida por el canal público canadiense de lengua inglesa CBC (Canadian Broadcasting Channel), por lo que la mayor parte de la historia está hablada en el idioma natal de Fitz, aunque se introducen algunos diálogos en francés. De manera que Saint-Pierre consigue tener cierta personalidad particular gracias a su entorno y a su entrega completa al procedimental más tradicional.
![]() |
PatienceYorkshire - InglaterraReino Unido-Alemania-Bélgica, 2025 | Temporada 1, 6x45' | Channel 4 | ★★★☆☆Adaptada por Matt Baker, Stephen Brady | Dirigida por Maarten Moerkerke |
Cuando se estrenó esta serie el pasado 8 de enero, cuyo último episodio se emitió la semana pasada, algunos espectadores protestaron a través de las redes sociales porque se parecía demasiado a la serie francesa Astrid et Raphaëlle (France 2, 2019-), que en Gran Bretaña estrenó Channel 4 con el título de Astrid, y en España conocemos como Bright minds (Cosmo, 2019-) Lo que no sabían estos espectadores es que Patience (Channel 4, 2025) es el remake británico de la serie francesa, y por tanto las similitudes estaban justificadas A pesar de eso, la emisión del primer episodio en el canal lineal atrajo a 1,4 millones de espectadores (8,5% de share), siendo uno de los mejores estrenos de Channel 4 en los últimos años, por encima de sus otras producciones originales La pareja de al lado (Movistar Plus+, 2023-) y Ambición y mentiras (Movistar Plus+, 2024), que ya habían traspasado el millón de espectadores. En el servicio de streaming de C4, donde se lanzó la temporada completa, también ha conseguido buenos datos, con 800.000 visualizaciones. La trama se desarrolla en una de esas ciudades históricas de Inglaterra, en este caso York, que proporciona ese espacio en el que conviven la modernidad con los grandes edificios tradicionales, lo que acaba siendo una de las aportaciones más interesantes de esta versión. Como la original, se centra en la particular colaboración entre la inspectora Bea Metcalf (Laura Fraser) y la joven archivista Patience Evans (Ella Maisy Purvis), una persona neurodivergente que tiene una capacidad especial para la deducción utilizando su obsesión por el orden y la organización, lo que contrasta con la caótica vida privada y profesional de la inspectora. Ambas comienzan a colaborar en el primero de los casos que se presentan a lo largo de la temporada, que básicamente son los mismos que los de la primera temporada de la serie francesa, aunque en aquella estaba formada por ocho episodios. No hay por tanto, como en Profesor T (Cosmo, 2021-), la versión inglesa del procedimental belga Profesor T. (Eén, 2015-2018), la introducción de casos de otras temporadas, o un cambio en el desarrollo del protagonista, sino que se mantiene bastante fiel a la versión francesa, lo cual le quita cierto atractivo a la serie, teniendo en cuenta que el original también se puede ver en Reino Unido. Ambas adaptaciones están producidas por Eagle Eye Drama, productora británica muy vinculada con la distribuidora alemana Beta Film, y de hecho Patience es una coproducción con Bélgica y Alemania.
Hay dos elementos que sí se diferencian de la versión francesa: por un lado, el escenario de York, situado en el Noroeste de Gran Bretaña, una ciudad de raíces romanas y pasado vikingo, que se encuentra a medio camino entre Londres y Edimburgo, de manera que adopta una personalidad particular. Se trata de una ciudad amurallada, que mantiene en pie edificios históricos, y que el 1 y el 2 de febrero celebra el llamado York Ice Trail, un recorrido por sus calles históricas, en las que se exhiben esculturas de hielo que hacen referencia a su pasado. Este entorno de calles antiguas y estrechas, con la Catedral y The Clifford Tower, rodea a los personajes de una especie de ambientación laberíntica que se asemeja a un puzzle, como el que deben resolver en sus investigaciones, aunque parte de la serie también se rodó en la ciudad de Amberes, en Bélgica. Por otro lado, en la versión inglesa todos los personajes neurodiversos están interpretados por actores neurodivergentes, como la protagonista, Ella Maisy Purvis, a quien le fue diagnosticado autismo al final de su adolescencia. Hay un elemento interesante en la relación que Patience mantiene con el hijo de Bea Metcalf, cuyo comportamiento comienza a ser atribuido por su madre a la posibilidad de una neurodivergencia, lo que ni siquiera se había planteado anteriormente. El problema es que, como ocurre en la versión francesa, el tratamiento que se hace de las personas con autismo resulta demasiado superficial, atribuyéndose a Patience un carácter de "persona rara" más que tratando de ofrecer una visión más elaborada de su personalidad, e incluso pasando por alto algunas características propias, como evitar el contacto físico, cuando a la trama le interesa; como si una persona autista dejara de sentir aversión por los abrazos de la noche a la mañana. También son bastante arquetípicos los personajes que la rodean: el compañero de investigación de Bea Metcalf, el inspector Jake Hunter (Nathan Welsh), que mira con incredulidad a lo que pueda aportar Patience, pero poco a poco se convence de sus habilidades; o el jefe de policía Calvin Baxter (Max Benton), que apoya a su inspectora principal, solo hasta donde los límites burocráticos le permiten. Dirigida por el realizador belga Maarten Moerkerke, que también dirigió la tercera temporada de Profesor T (Cosmo, 2021-), Patience es un policíaco entretenido pero que aporta pocos elementos novedosos a la versión original, conformándose con ofrecer una mirada estereotipada y convencional al entorno y los comportamientos de las personas neurodivergentes (sí, Patience es capaz de resolver un cubo de Rubik en pocos segundos).
Cuando un coche se precipita por un acantilado en Skippers Canyon, un desfiladero situado cerca de la ciudad de Queenstown, en Nueva Zelanda, el paisaje a su alrededor es admirable, aunque el acontecimiento que sucede sea dramático. Es el planteamiento de la serie A remarkable place to die (TVNZ, 2024), una producción de Nueva Zelanda para el canal público, pero también financiada por la televisión alemana ZDF y el canal británico Acorn tv. Construida entre 1883 y 1890 durante la fiebre del oro, la carretera de Skippers Road se consideró una proeza de ingeniería en su momento, pero está situada junto a un desfiladero que cae verticalmente hasta el río Shotover, tan estrecha y sin asfaltar que las empresas de alquileres de vehículos no permiten que se circule por allí. Estos paisajes que rodean Queenstown también se hicieron famosos por ser el escenario del rodaje de la trilogía de El señor de los anillos (Peter Jackson, 2001). La serie tiene un formato de cuatro episodios de una hora y media de duración cada uno, lo que permite que los casos tengan suficiente tiempo como para desarrollarse, aunque algunos de ellos, especialmente en los dos últimos episodios, están relacionados entre sí y con el pasado de la protagonista, Anaís Mallory (Chelsie Preston Crayford), que acaba de volver a Queenstown como sargento detective, después de haber estado durante varios años trabajando en Sidney (Australia). Atrás dejó algunas incertidumbres sobre el asesinato de su padre, aunque el culpable Alan Souter (Jordan Mooney) fue condenado a prisión, y el recuerdo de la muerte de su hermana Lynne (Tara Canton) en un accidente automovilístico. Su ausencia provocó cierta tensión en la relación con su madre Veronica (Rebecca Gibney), aunque el tiempo parece haber reparado algunos reproches. Ella regresa a una comisaría que está muy cambiada: su ex-compañera Sharon Li Feng (Lynette Forday) es ahora la jefa a cargo de un equipo de policías formado por el inexperto Hoana Rata (Romata Fox), la agente Jarod Renner (Dahnu Graham) y el territorial Simon Delaney (Matt Whelan), que acaban de comenzar la investigación sobre el vehículo que se precipitó por el acantilado, ese lugar extraordinario para morir. Cada episodio es un procedimental con un caso diferente: el cuerpo de un hombre que se tragó la llave que le podría haber liberado en una antigua mina de oro o la extraña explosión de una plataforma de fuegos artificiales que podría haber causado víctimas. Hay algo de humor negro en el desarrollo de estos casos, como en el Episodio 3 (T1E3), cuando un campista fallece porque cae sobre él un hombre que ha sido lanzado desde una avioneta.
Aunque se desarrolla dentro de los márgenes de los policíacos tradicionales, la estructura de episodios de larga duración permite reposar mejor las investigaciones, mientras se desarrolla la trama principal, en la que Anaís está convencida de que hay algo en la muerte de su padre que no encaja con la versión oficial, y que su ex-prometido Luke Staunton (Charles Jazz Terrier) sabe algo más de lo que dice, manteniendo una tensa relación con él, especialmente cuando comprueba que está casado con su antigua mejor amiga, Maja (Indiana Evans). A remarkable place to die es un policíaco muy entretenido al que le beneficia dedicar tiempo a cada caso, aunque tiene un ligero problema con la descripción de una protagonista demasiado impecable: se puede comunicar en español y en ruso, no sabemos por qué, y todas esas intuiciones en las que nadie creía se acaban confirmando, de manera que le faltan ciertas imperfecciones, más allá de su carácter amargado, para que no resulte tan distante. Más interesantes son algunos personajes secundarios, como Hoana Rata, un joven policía inexperto de origen maorí que aporta cierto toque de humor y tiene una personalidad tan peculiar que proporciona frescura a la serie. En este sentido, se introduce cierto trasfondo histórico, como las antiguas minas donde se extraía oro, y alguna referencia a la cultura maorí, pero siempre en un plano muy secundario. Uno de los aspectos que se ha criticado en Nueva Zelanda es que tiene un envoltura demasiado estandarizada, al tratarse de una coproducción internacional, que se estrenará en Alemania a través de ZDF y Estados Unidos en Acorn TV. La entrada de inversores extranjeros provoca que las series pierdan algo de su personalidad local, y en este sentido es cierto que A remarkable place to die se acerca al tono de otras series policíacas neozelandesas como The Brokenwood Mysteries (TVNZ, 2014-), que lleva diez temporadas, pero perdiendo algo de su particular encanto rural. También es cierto que Queenstown es una ciudad para ricos, el lugar donde se han instalado multimillonarios procedentes de Hong-Kong y Singapur, o donde el co-fundador de Paypal y destacado apoyo de Donald Trump, Peter Thiel, quiso construir una casa subterránea en 2022, un proyecto tumbado por la regulación medioambiental. Aunque el comienzo de la serie con el ritmo de folk-bluegrass que aporta la estupenda canción "In hell I'll be in good company", que el grupo canadiense The Deep South incluyó en su exitoso álbum Good company (2014, Six Shooter Records), ya le proporciona una atmósfera muy especial. Creada por John Bana y Philly de Lacey, dos veteranos de la televisión neozelandesa, cada episodio de los cuatro que conforman la temporada está dirigido por un realizador diferente, lo que le da cierta personalidad a cada uno de ellos. De hecho, tanto Caroline Bell Booth como Joshua Frizzell, que dirigen los episodios 2 y 3, también han dirigido varios episodios de The Brokenwood Mysteries. La primera temporada termina su último capítulo, dirigido por Charlie Haskell, con un asesinato que tiene relación con la trama horizontal que permanece a lo largo de toda la historia, lo que hace suponer que está confirmada una segunda temporada.
Algunas de las series que hemos comentado tienen las características habituales de los policíacos, procedimentales o no, que se diseminan por la programación de las cadenas de televisión y las plataformas de streaming. En el caso de Ellis (Channel 5, 2024), que se estrenó en Estados Unidos a través de Acorn tv con el título de Inspector Ellis, aunque contiene estos elementos tradicionales, también aporta un tono más clásico que evita que las historias personales de los protagonistas eclipsen la investigación policial, como ocurre en la reciente The crow girl (Paramount+, 2025), que quiere ser tan amplia en sus hilos narrativos que acaba perdiéndose en tramas poco interesantes. Ellis, por el contrario, dedica la mayor parte de los 90 minutos que dura cada episodio a desarrollar el caso que se investiga, aunque haya apuntes sobre un pasado algo misterioso de la protagonista y sobre su relación con su hija. La inspectora Ellis (Sharon D. Clarke) es enviada a distintas ciudades para hacerse cargo de investigaciones difíciles, lo que de entrada supone una situación incómoda en las comisarías: "La policía puede ser problemática cuando alguien entra en su territorio por la fuerza", le dice el agente Chet Harper (Andrew Gower) en Hanmore (T1E1), después de que ella haya tenido un encuentro tenso con el jefe de la comisaría, James Belmont (Chris Reilly). Cada episodio se desarrolla en una ciudad distinta de los alrededores de Peak District, una zona de tierras altas en el centro de Inglaterra que se extiende a lo largo de 1.500 kilómetros cuadrados, y cuyo Parque Nacional suele ser lugar habitual de turismo para los habitantes de localidades industriales cercanas como Manchester y Sheffield. Pero, a pesar de estar localizada en esta zona de Inglaterra, la serie se rodó completamente en Irlanda del Norte. La primera vez que la inspectora Ellis acude a la comisaría, comparte la sala de espera con una mujer blanca, y el agente Harper confunde a esta última con la oficial, una muestra de microrracismo de la que la propia serie es representativa. Aunque parezca sorprendente, la televisión británica no había tenido hasta ahora a ninguna investigadora de raza negra como protagonista, lo que sirve a los creadores Paul Logue, que ha trabajado como guionista en series como Shetland (Filmin, 2013-), y Siân Ejiwunmi-Le Berre, responsable de la reciente adaptación de la novela de Agatha Christie Matar es fácil (Movistar Plus+, 2023) para introducir elementos relacionados con la misoginia y el racismo dentro de la fuerza policial. Lo que no está alejado de la realidad: en un informe publicado en 2023, encargado por la Met (Policía Metropolitana de Londres), su autora Louis Casey concluyó que este cuerpo era "institucionalmente racista, misógino y homofóbico".
Sin embargo, lo que diferencia a Ellis de otras series recientes es que no trata de construir una historia de fondo en torno a los protagonistas que sobrepase a la investigación, sino que se centra principalmente en desarrollar los casos de los que se ocupan, y si la serie pretende elaborar algún discurso social lo hace a través de estas investigaciones. Lo que en un panorama en el que muchas veces parece tener más importancia el drama personal de los policías, acaba resultando refrescante. Ahora que series clásicas como Endevour (Filmin, 2012-2023), Grantchester (Filmin, 2014-2024) o Vera (atresplayer, 2018-2025) han terminado o han anunciado su final, Ellis puede ocupar un espacio interesante aportando un enfoque diferente. La protagonista tiene la suficiente personalidad como para enfrentarse a esa policía reticente ante la llegada de una inspectora externa para quitarles el control de sus investigaciones, lo que su jefa, la subdirectora Leighton (Allison Harding) denomina "misión de emergencia". En el segundo episodio, Callorwell (T1E2), cuando el agente Harper ya se ha convertido en su asistente, la inspectora Ellis debe investigar la muerte de una agente de policía que había acusado a su jefe de acoso sexual, introduciendo el tema de la misoginia en una comisaría local en la que solo trabajaban dos mujeres. Las redes sociales y el llamado periodismo amateur se convierte en uno de los problemas que deben afrontar en Brindleton (T1E3). A pesar de la duración extensa de cada uno de los tres episodios, la serie mantiene bien el ritmo, con un director diferente en cada historia: Nick Hurran ha dirigido recientemente el interesante drama financiero Devils (SkyShowtime, 2020-2022), mientras que los hermanos Ryan Tohill y Andy Tohill han dirigido otros policíacos como Dalgliesh (AMC+, 2021-). Otra de las ventajas de la serie es la personalidad que proporciona a la protagonista la actriz Sharon D. Clarke, que el año pasado ofreció una potente interpretación en el espléndido drama Mr. Loverman (BBC One, 2024), como la esposa de un hombre que ocultó durante décadas su homosexualidad. Ganadora de tres premios Olivier del teatro londinense, la actriz ha tardado tiempo en asomarse a la televisión, pero lo hace con fuerza, a través de un personaje que lanza miradas que matan y aporta algunos detalles sobre su origen, como su afición a tomar ron jamaicano en momentos especiales. Ellis es un buen policíaco procedimental, aunque no es exactamente un cosy crime (serie criminal amable) al estilo de los que suele estrenar la cadena británica Channel 5, sino que aborda cuestiones sociales relevantes y se beneficia de un personaje fuerte y de episodios que tienen suficiente tiempo para desarrollarse sin ser absorbidos por subtramas innecesarias.
La televisión pública suiza ha estrenado en los últimos meses dos producciones ambiciosas: la irregular comedia de corte histórico Winter Palace (RTS, 2025), que es la primera co-producción de Netflix en Suiza para cumplir la obligación de la llamada "Lex Netflix" aprobada por referéndum popular en 2023, que obliga a las plataformas de streaming a reinvertir al menos el 4% de sus ingresos en la industria audiovisual local o bien aportar esa cantidad como impuesto. Países como Francia e Italia, que fueron los primeros, Dinamarca o España han introducido las llamadas Tasas Netflix que imponen diferentes porcentajes a las plataformas de streaming, en línea con la Tasa Google aprobada por la Unión Europea. El otro estreno destacado de finales de año ha sido el thriller En haute mer (En alta mar) (RTS, 2024), adaptación de la novela En eau salée (En agua salada) (2015), del periodista Fabien Feissli, que aborda la crisis del sector de la marina mercante suiza. La promoción de esta serie se utilizó como un referente del compromiso de la televisión pública con el sector audiovisual, indicando en los carteles que anunciaban esta producción una mención a que "RTS apuesta por la producción audiovisual suiza y permite que más de 40 películas, series y documentales vean la luz cada año", que en cierto modo trata de justificar la existencia de un impuesto especial destinado al presupuesto de RTS. Adaptada y dirigida por Denis Rabaglia (1966, Suiza), premiado por la película Azul (Azzurro) (2000), la historia involucra a la agente de policía Aurelie Mercier (Maud Wyler) en una investigación dentro del carguero de bandera suiza Interlaken, donde se ha producido el asesinato del ingeniero jefe y podría haber desaparecido la activista Julia Morand (Isaline Prévost). El principal acusado del crimen es el novio de ella, Florian (Maël Cordier), que se introdujo en el carguero convencido de que Julia había subido a él, aunque el capitán Adrian Wohnrau (Michael Neuenschwander) afirma que Julia fue descubierta como polizón y desembarcó en un puerto cercano. La investigación del asesinato de un marinero y la desaparición de Julia corre a cargo de la policía suiza, al haberse producido dentro del carguero, que está considerado como suelo suizo. Entre la tripulación también se encuentra el español Tonio (Carlos Bardem, en su primer trabajo en francés), un personaje que se muestra desde el principio evasivo en su colaboración con la investigación. En haute mer se decanta por el thriller psicológico creando la tensión a partir de un espacio claustrofóbico como el carguero, mientras en Ginebra se establecen negociaciones entre los herederos de la empresa mercante en torno a una carga sospechosa que está relacionada con un grupo de inversores misteriosos.
Se podría decir que el carguero es el escenario de un thriller que a veces se puede mover por terrenos algo convencionales, con una agente de policía enfrentada a cierta hostilidad por parte de la tripulación, sin posibilidad de pedir refuerzos o abandonar el barco, camino de su destino en un puerto de Sudáfrica, a la manera de la protagonista de Vigil (Movistar Plus+, 2021-). La adaptación ha eliminado algunos sucesos que se describen en la novela, como el ataque de unos piratas o algunos flashbacks que se remontan hace cuarenta años para explicar la trayectoria de la empresa mercante. Por el contrario, se enfoca más en la investigación policial, aunque no resulta demasiado difícil intuir quién tiene la responsabilidad del crimen. No obstante es un thriller solvente, con una destacada banda sonora de la compositora franco-suiza Sandrine Rudaz, afincada en Los Angeles. La historia ofrece algunos giros que funcionan adecuadamente bien para mantener el suspense, especialmente aquellos relacionados con la necesidad de introducir cargamentos ilegales para mantener la supervivencia de algunas empresas que gestionan los cargueros suizos. Y este es el aspecto más interesante de la propuesta, trasladando la crisis del sector mercante a la pantalla, y envolviéndolo de un formato de género cercano al polar francés. Suiza cuenta con una flota mercante desde 1942, pero en los últimos años se ha reducido drásticamente, desde los 50 cargueros en los que ondeaba su bandera hace seis años hasta solo 14 en 2023 (Swiss Info, 9/5/2023). Como una subtrama de fondo que irá adquiriendo más relevancia, Dimitri Maurer (Clément Moreau), hijo del empresario Mathias Maurer, trata de buscar inversores para la empresa mercante que su padre creó hace 25 años, introduciendo embarcaciones más pequeñas pero con mayor reducción de las emisiones de carbono. Sin embargo, la gestión de Patricia Chambercy (Isabelle Caillat), directora de la empresa, pasa por llegar a acuerdos con socios misteriosos para introducir cargamentos de origen sospechoso, pero más rentables, que pasan desapercibidos en los grandes cargueros del tamaño de dos campos de fútbol. En haute mer es una coproducción hispano-suiza que se ha rodado a bordo de un carguero real atracado en el puerto de Bilbao, contando con la participación de la productora Gatz Kalea Filmeak AIE, fundada el año pasado por el productor José Luis Escolar. En febrero se estrena en el canal Arte, que también es coproductora de la serie, y próximamente lo hará en España con el título de Piélago.
![]() |
MaloneyGrünwil (ciudad ficticia) - SuizaSuiza, 2024 | Miniserie, 3x30' | SRF | ★★★★☆Creada por Pascal Glatz, Fanny NussbaumerDirigida por Mike Schaerer, Luca Ribler |
Philip Maloney es un personaje muy popular en la cultura germano-suiza, nacido como una parodia del Philipe Marlowe creado por Raymond Chandler, y convertido en un habitual acompañamiento en las mañanas de los domingos radiofónicos durante más de 30 años. La serie Los espeluznantes casos de Phillip Maloney (SRF 3, 1989-2022) fue un programa de radio creado por Roger Graf (1958, Suiza) como una de las parodias de distintos géneros que le fueron encargadas por la emisora suiza, pero tuvo tanto éxito que se convirtió en una cita habitual a través de casos peculiares ocurridos en la ciudad ficticia de Grünwil, que debía resolver el detective privado Philip Maloney, con la voz del actor Michael Schacht. Tras la muerte de éste en 2022, el creador de la serie decidió darla por terminada. Roger Graf escribió también varias novelas protagonizadas por el mismo personaje, y en total se emitieron 404 episodios. Como curiosidad, la sintonía de la serie radiofónica era una composición del músico británico John Scott que se había incluido en un disco de música de licencias con temas genéricos para distintos géneros cinematográficos. La composición titulada "Face of great danger" estaba incluida en el album Bruton BRJ4: Thriller/Suite of the hurricane/Suite of the shark (1978, UPPM Records), pero se convirtió en la sintonía más reconocible del programa. Aunque solo se había realizado alguna adaptación en formato de animación, la conclusión del programa de radio abrió la posibilidad de llevarlo a la pantalla, de manera que Maloney (SRF, 2024) se convirtió en una serie de diez episodios de 30 minutos que adapta algunas de las investigaciones que habían sido creadas por Roger Graf, quien aparece acreditado como asesor de guión. Aunque por el momento solo se han emitido tres episodios, que se editaron juntos como un largometraje para su estreno en salas de cine a finales del pasado mes de noviembre, y que posteriormente están disponibles por separado en la plataforma de streaming de la cadena pública suiza. Los episodios 4 a 6 se emitirán en primavera de este año, mientras que del 7 al 10 lo harán en diciembre. Si bien nunca se ha representado físicamente al personaje de Philip Maloney, hay que decir que el actor Marcus Signer, ganador del Premio Suizo de Interpretación por la película I am the keeper (Sabine Boss, 2014) y uno de los protagonistas de la exitosa serie de misterio Wilder (SRF, 2017-), encarna perfectamente al detective, en parte gracias a su peculiar físico. El detective suele tener problemas económicos, en parte porque casi siempre acaba perdiendo de alguna forma el dinero que le pagan sus clientes, y generalmente se enfrenta al jefe de policía Hugentobler (Stefan Kurt), que en el programa de radio no tenía nombre, algo que se mantiene en la serie hasta el último episodio en el que se introduce parte de su familia. Uno de los elementos que mejor funciona en esta comedia policíaca es precisamente la relación entre estos dos personajes.
Aunque Maloney mantiene la ciudad original de Grünwill como escenario, aunque no se la nombra, la serie se rodó completamente en Zurich, pero aportando una escenografía atemporal, que incluye algunos elementos futuristas, como cuando el jefe de policía realiza una consulta de antecedentes a través de una pantalla virtual proyectada sobre una mesa de la comisaría. Pero el aspecto del detective, con su tradicional gabardina, sigue la iconografía habitual de las historias policíacas de los años cincuenta, al igual que su faceta como narrador en off, aunque también se introducen rupturas de la cuarta pared en las que Maloney se dirige directamente al espectador haciendo comentarios sobre los personajes o la escena. La serie funciona bien utilizando los elementos comunes del género de cine negro, pero también introduce casos particularmente atractivos: En el episodio Ein Anwalt kommt selten allein (Un abogado nunca viene solo) (T1E1), el encargo de una investigación sobre infidelidad se convierte en un caso de asesinato en la firma de abogados Schimpf & Schimpf; en Schlafende Hunde (Perros durmiendo) (T1E2), una mujer sonámbula piensa que ha asesinado a un hombre mientras estaba deambulando dormida por un parque cercano; y en Killerinstinkt (Instinto asesino) (T1E3), el mismo Philipp Maloney se despierta con un cuchillo para parmesano ensangrentado en la mano, tras haber acudido a una celebración en una fábrica de quesos suizos. Maloney tiene en su sentido de parodia algunas de sus principales virtudes, especialmente a través de un trabajo de dirección de Mike Schaerer (1975, Suiza), que refuerza en los ángulos de cámara y el uso de la fotografía esta referencia constante al cine negro. Él es el encargado de dirigir los cinco primeros episodios, mientras que Luca Ribler (1989, Suiza) se encarga de los cinco restantes, que podrán verse más adelante. La adaptación a la pantalla asume directamente su referencia al programa de radio, pero al mismo tiempo introduce modificaciones respecto a la versión original: es menos sarcástico en sus comentarios, y se comporta de manera más amable con sus clientes. Introduce elementos de humor que le hacen más accesible, como cuando su médico le pregunta: "¿Cómo está durmiendo?" y él responde: "Generalmente en posición horizontal". Sin perder su carácter peculiar que le hace reconocible, resulta más simpático para el espectador, aunque puede haber referencias y elementos que a quienes no conocemos el programa de radio pueden escaparse. Se ha comentado mucho en Suiza que los personajes hablan con un acento de la ciudad de Berna que no estaba en el personaje radiofónico, que hablaba en un alemán más federal. En todo caso, Maloney es una propuesta entretenida que se ve fácilmente en sus episodios de treinta minutos y que aporta una mirada irónica al género negro.
![]() |
Purk (Piggy)Oslo - NoruegaNoruega, 2024 | Temporada 1, 6x25' | TV 2 | ★★★★☆Creada por Trond H. KvernstrømDirigida por Trond H. Kvernstrøm, Hallgrim HaugSerielizados Fest '24: Panorama |
En nuestras crónicas sobre las últimas series nórdicas que publicamos varias veces durante el año, hemos hablado más de una vez sobre el llamado Påskekrim (Crimen de Pascua), una tradición arraigada en Noruega principalmente, pero que se ha extendido a otros países escandinavos, que comenzó en 1923 cuando se publicó en el periódico Aftenposten una campaña publicitaria que promocionaba una novela de misterio como si se tratara de una noticia real. El éxito del libro fue tan grande que desde entonces las vacaciones de Semana Santa, que en Noruega tienen una duración de una semana y media, se han convertido en un tradicional encuentro con la lectura de obras de misterio en las cabañas a las que se retiran muchas familias. También es un momento propicio para el estreno de series policíacas, y el año pasado Purk (TV 2, 2024) consiguió reunir a 464.000 espectadores en la emisión de su primer episodio, aunque posteriormente el interés fue descendiendo hasta los 249.000 espectadores que vieron los últimos episodios. Aunque en un país de cinco millones y medio de habitantes, son cifras muy destacadas para una época vacacional. La serie ha sido creada por Trond H. Kvernstrøm (1966, Nouega), fundador de la productora The Oslo Company, dedicada sobre todo al mundo de la publicidad, pero que ha tenido algunos éxitos en TV Scripted como Føkkings Fladseth (TV 2, 2023), ganadora del premio Gullruten 2024 de la televisión noruega a la Mejor Serie de Comedia. La historia dura en total unas dos horas, y comienza con mucho ritmo cuando la investigadora de narcóticos Lisa (Ine F. Jansen) se enfrenta a la desaparición de su marido mientras investigaba un caso relacionado con el narcotraficante Marko (John Carew). Ella está convencida de que el delincuente es el responsable de su desaparición, pero sus problemas de contención de la ira la han apartado de la investigación, a pesar de contar con el apoyo de su compañero Trond (Lars Berge). Su jefe Ole (Ole Soo) la obliga a asistir a terapia psicológica mientras ella está empeñada en averiguar qué ocurrió con su marido, aunque tenga que saltarse el reglamento policial por el camino. También debe ocuparse de su madre Signe (Tone Danielsen), que comienza a padecer alzheimer, y de un pequeño delincuente que podría ser importante para resolver el caso, el aspirante a comediante Shirouh (Jonis Josef). Con un sentido del humor absurdo, que a veces recuerda al tono de Lilyhammer (Netflix, 2012-2014), Purk utiliza en su título este término de origen danés que se puede traducir literalmente como "cerdo", pero que se usa como una manera despectiva de referirse a la policía.
Los primeros episodios se pudieron ver en la sección Panorama de Serielizados Fest '24, destacando la acertada mezcla entre policíaco y comedia, aunque pueda ser demasiado superficial e introduzca personajes algo previsibles. Están los torpes secuaces Tommy (Lars Berrum) y Bikkja (Karsten Marcussen), que tratan de encontrar a Shirouh porque éste se ha quedado con una bolsa de tres kilos de cocaína que les pertenece, pero adoptan un aspecto ridículo trasladándose en un pequeño coche eléctrico. Mientras que el empresario traficante vegano Isak (Trond Espen Seim) practica el respeto al medio ambiente con un discurso particular sobre las drogas: "La contaminación procedente de la producción de drogas es muy pequeña comparada con la agricultura. La huella de carbono de las hojas de coca es mucho menor que el impacto de los granos de café o el cacao", dice en el episodio Korrupt (T1E5). La protagonista, bien interpretada por la conocida actriz Ine F. Jansen, que protagoniza una de las comedias más longevas de la televisión noruega, Helt perfekt (TV Norge, 2011-) con doce temporadas, y fue la narradora en la película La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021), es un personaje en ebullición que a cada paso que da en su investigación se reafirma en que "a veces la violencia es el único camino", como le dice a su terapeuta Ranveig (Sigrid Kandal Husjord). Tiene algo del protagonista que interpretó Michael Douglas en Un día de furia (Joel Schumacher, 1993), porque cada vez que se escuchan las noticias en la radio hay referencias a la subida de los tipos de interés que provoca que cada vez más noruegos se queden sin casa, a la crisis de la recogida de basuras y a otros problemas sociales que subrayan la condición de una sociedad noruega en declive que rodea a los personajes principales. Funciona especialmente bien la relación entre Shirouh y la madre de la protagonista, Signe, quien a través de las aspiraciones del joven a ser comediante de monólogos recuerda sus años como bailarina. El actor Jonis Josef (1992, Noruega) es un popular cómico de stand-up comedy, que creó la serie Kongen av Gulset (NRK, 2019), ganadora del premio Gullruten 2020 al Mejor Programa de Humor y también protagonizó la serie cómica Kasko (TV2, 2022). Purk funciona adecuadamente bien dentro de su sentido del humor absurdo y sus personajes algo caricaturescos, envolviéndolos en un entorno que parece desmoronarse y creando una pareja peculiar entre una policía malhumorada y un delincuente fumador de marihuana, aunque da la impresión de que se queda demasiado en la superficie, sin profundizar en algunos temas relevantes que plantea.
La única serie de la que hablamos en este reportaje que se ha estrenado en España es esta producción italiana que fue incluida en la sección Berlinale Special del pasado Festival de Berlín. Dostoyevsky (SkyShowtime, 2024) es la primera serie creada y dirigida por los hermanos Damiano D'Innocenzo y Fabio D'Innocenzo, dos de los cineastas más personales del panorama internacional, responsables de películas como Queridos vecinos (2020) y America Latina (2021), propuestas narrativas que pueden ser tan fascinantes como exasperantes. En el episodio El contenedor (T1E3), el jefe de policía Antonio Bonomolo (Federico Vanni) comenta: "Hace veinte años que tenemos el mal encima. Cualquiera que limpie un sótano acaba ensuciándose. Y nosotros estamos sucios desde hace veinte años. Quiero encontrar a Dostoievski para quitarme esta peste de encima". Puede servir como definición de una serie que está protagonizada precisamente por personajes sucios en lugares sucios, y no solamente en el sentido superficial de la palabra. Al policía Enzo Vitello (Filippo Timi) le encontramos por primera vez en Dostoevskij (T1E1) tumbado en el suelo, con resaca y vomitando. Más tarde, la cámara se introduce literalmente en sus intestinos cuando se somete a una colonoscopia, de manera que los hermanos D'Innocenzo plantean desde las imágenes una incursión al lado más oscuro del protagonista, sin que en este caso se trate de una metáfora. Pero es la esencia de una historia que muestra la fealdad de los alrededores de Roma y de los personajes que habitan estos espacios periféricos. Cuando un asesino en serie comienza a actuar, Enzo Vitello sale de su estado de permanente resaca para tratar de encontrar a este criminal que deja cartas escritas con una literatura que quiere ser elaborada pero es casi infantil: "Os he librado de esta enfermedad absurda que es la vida", escribe en el episodio La ciudad de los niños equivocados (T1E2). La policía le llama Dostoyevsky por su afición a esta literatura epistolar, y encontrarle se convierte en una obsesión para Vitello porque le enfrenta a un espejo de sí mismo.
Si estamos acostumbrados a series criminales protagonizadas por policías de moralidad dudosa, el protagonista de Dostoyevsky supera todos los límites, especialmente en la relación complicada que tiene con su hija Ambra (Carlotta Gamba), una joven drogadicta a la que está dispuesto a comprarle las pastillas a las que es adicta para poder tener una mínima relación paterno-filial. Pero la revelación del episodio Puertas (T1E4) en el que el protagonista explica por qué decidió abandonar a su hija cuando era pequeña, es una clara intención de mostrar que no hay redención posible para Enzo Vitello, que su viaje es un descenso a los infiernos sin billete de vuelta. Esta incursión en la sordidez sin concesiones puede no ser del gusto de muchos espectadores, lo que también ha servido como crítica para la estupenda película La chica de la aguja (Magnus von Horn, 2024), y aunque hay que reconocer que se requiere cierto estómago para dejarse llevar por el viaje de oscuridad que propone esta historia, tampoco está exenta de cierta ironía en los diálogos que de alguna manera se burlan de esa misma decrepitud. Cuando Enzo Vitello decide llevar a cabo la investigación por sí mismo, al llegar a un hotel de mala muerte pide la habitación más barata y sucia que tengan, a lo que la encargada responde: "Está ocupada". "Entonces deme la suite de lujo", le dice él. Por supuesto, la habitación en la que se instala es tan mugrienta como cualquier otra. Incluso el título de los dos últimos episodios (en España la serie se ha estrenado sin títulos) también parece ironizar sobre la propia percepción que el espectador pueda tener de esta oscura propuesta: Nunca vi una temporada peor (T1E5) y No seas cruel con el final (T1E6). Cuentan los hermanos D'Annunzio, que crearon esta serie a partir de un encargo del director de contenido de Sky Italia, que pretendían que el físico de Enzo Vitello fuera tan escarpado y desnudo como el paisaje en el que se desarrolla la historia. Y que la introducción en la atmósfera para implicar al espectador de una manera activa requería también involucrarle en un ambiente en el que se encontrara perdido. La cámara a veces acompaña en plano secuencia al protagonista, como en la escena en la que busca a su hija en uno de esos tugurios a los que suele acudir para drogarse, pero sobre todo se acerca mucho a los rostros y las expresiones de los personajes. Se podría comparar Dostoyevsky con la primera temporada de True detective (Max, 2014-), pero la oscuridad en la que nos sumerge es incluso más profunda. Enzo Vitello no solo se enfrenta a la búsqueda de un asesino en serie que tiene conexión con el pasado, o a su propia definición como padre con deseos ocultos, sino que también tiene un antagonista en el agente de policía Fabio Bonocore (Gabriel Montesi), que le reta desde el principio como una especie de macho alfa que disputa su territorio al más veterano. Dostoyevsky es una serie policíaca que utiliza ciertos elementos comunes al género para desvirtuarlos y retorcerlos a través de una narración que está más interesada en explorar la psicología del investigador que la naturaleza del criminal.
______________________________________
Películas mencionadas:
El Señor de los anillos: La comunidad del anillo se puede ver en Max y Prime Video.
La peor persona del mundo se puede ver en Filmin, Max y RTVE Play.
Un día de furia se puede ver en Filmin y Netflix.
Queridos vecinos se puede ver en Filmin.
Dear Miguel, I am amazed by the degree of details of your piece on EN HAUTE MER. How we you able to spot the changes between the novel and the series? Did you read it? Congratulations on your very professional work and thank you for your opinion. This is an amazing mix of review and research. By the way, the Spanish title will "Piélago". Our team will honored by your comprehensive approach and interest. Best regards, Denis Rabaglia (drab@bluewin.ch)
ResponderEliminarThank you for your kind message, Denis. I am glad that you value the work of research, which is important to provide context to the review on the series. I have included the Spanish title at the end of the review, and I hope that the series will be released soon in Spain. Congratulations on your work as well.
Eliminar