25 junio, 2025

Sheffield '25 - Parte 3: Premios

Aunque Sheffield Doc Fest se sigue desarrollando hasta el 6 de julio en su formato online, las proyecciones presenciales han concluido con la celebración de una clausura que ha entregado sus premios principales, a los que dedicamos nuestra crónica. En los paneles profesionales, la BBC ha anunciado sus nuevas producciones, formadas por dos series y tres largometrajes: Coerced or corrupted: Inside prisons (BBC, 2025) es un documental en dos partes, presentado por el periodista Mobeen Azhar, que investiga el interior del sistema penitenciario del Reino Unido. Por su parte, Once upon a time in Middle East (BBC, 2025), sigue la estela de la excelente serie Once upon a time in Northern Ireland (BBC, 2023) para analizar las consecuencias de los ataques de Hamas en octubre de 2023, en el panorama geopolítico de Oriente Medio. Los largometrajes anunciados han sido Molly Dineen: Our people (Molly Deenen, 2026), un autorretrato de la conocida documentalista; Poison water (Hannah Lowes, 2026), sobre el vertido accidental de 20 toneladas de sulfato de aluminio en el agua potable de Cornualles, en Taken: Britain’s Forced Adoption Scandal (Kate Scholefield, 2026), una producción de BBC Scotland sobre las más de 300.000 mujeres solteras que fueron forzadas a dar a sus bebés en adopción entre 1940 y 1980. 

COMPETICIÓN INTERNACIONAL
Gran Premio del Jurado: 
Welded togetherAnastasiya Miroshnichenko | Francia, Países Bajos, Bélgica
Mención Especial del Jurado: 
The Gas Station attendantKarla Murthy | Estados Unidos

COMPETICIÓN PRIMERA PELÍCULA
Gran Premio del Jurado: 
ComparsaVickie Curtis, Doug Anderson | Guatemala, Estados Unidos
Mención Especial del Jurado: 
Carmela y los caminantesLuis Herrera, Esteban Coloma | Ecuador

COMPETICIÓN CORTOMETRAJES
Gran Premio del Jurado: 
Dans un SouffleCatarina Gonçalves | Portugal, Hungría, Bélgica
Mención Especial del Jurado: 
Oscurana, Violeta Mora | Honduras, Hungría, Portugal, Bélgica

Premio Tim Hetherington: 
Soudan, souviens-toiHind Meddeb | Francia, Túnez, Qatar
Premio Jurado Joven: 
Runa SimiAugusto Zegarra | Perú
Mención Especial Jurado Joven: 
The stand, Christopher Auchter | Canadá
Premio del Público: 
Torre Grenfell: El incendio al descubiertoOlaide Sadiq | Reino Unido
Premio Shine Global Children’s Resilience
ComparsaVickie Curtis, Doug Anderson | Guatemala, Estados Unidos

Welded together

Anastasiya Miroshnichenko

Francia, Países Bajos, Bélgica 2025 | Competición Internacional | 

Sheffield '25: Gran Premio del Jurado

Es difícil no emocionarse al final de esta película, incluso aunque la directora refuerce aún más el tono melancólico de la historia con la canción original "Where I belong", del compositor y productor musical Rui Reis Maia (1990, Portugal), afincado en Ámsterdam. Si hay un documental en la programación de Sheffield Doc Fest que tiene una narrativa cercana a la ficción es precisamente Welded together (Anastasiya Miroshnichenko, 2025), que está estructurado con una clara conciencia de los giros narrativos que impulsan la historia hacia objetivos emocionales. La protagonista es Katya, una joven de 21 años que sonríe en pocas ocasiones, diciéndole a su amiga Tanya, la única con la que puede compartir la complicada situación en la que se encuentra su familia, que desde que falleció su padre cuando tenía seis años, su vida se ha limitado a preocuparse por el estado de su madre, que parece incapaz de controlar su alcoholismo, y de su hermanastra Amina, casi un bebé que se cría entre botellas y colchones en una casa en la que siempre hay algún amigo de su madre durmiendo la borrachera. La imagen con la que se abre y cierra la película es un plano cenital de una gran extensión de campo en Bielorrusia, dividida por una carretera por la que circula el camión que lleva a Katya a su trabajo en una granja comunal en la que ella es la única mujer soldadora, pero donde encuentra un grado de compañerismo que resulta entrañable, quizás un poco paternalista por ser una chica novata, pero al menos sincero. La diferencia es que la película comienza en invierno y termina en primavera, lo que refleja una evolución de la historia desde la frialdad y la oscuridad hasta el optimismo y la esperanza. Ella ha decidido ir a vivir con su madre a Brest para cuidar de Amina porque no recibe la atención que necesita: hay días en los que Katya debe llamar al trabajo para decir que no puede acudir porque su madre ha desaparecido. Las ausencias de la madre precisamente coinciden con los días de paga de la pensión del Estado, que suele gastar en alcohol con sus amigos. Katya dice más de una vez que su madre le destrozó la infancia por tener que convivir con su alcoholismo, y en una escena especialmente conmovedora hay un momento de comprensión hacia la madre cuando confiesa que no puede evitar entregarse a la bebida, sobre todo después de haber convivido con un marido también alcohólico. Pero Katya quiere evitar que Amina sufra el mismo tipo de infancia rota que ella ha experimentado, y los servicios sociales le dan una alternativa: denunciar la situación de su familia y permitir que otra familia adopte a su hermana, pero con la advertencia de que esta decisión supondrá separarse de Amina y no volver a tener contacto: "Tendrá una vida mejor, pero tú no formarás parte"

La historia de Katya refleja el grave problema que tiene Bielorrusia con el alcoholismo, encabezando la lista como el país del mundo en el que se consume más alcohol. Los orfanatos son una consecuencia del alto nivel de consumo de alcohol, y éste sigue siendo una de las principales causas de suicidio. Parte de este problema es la actitud hipócrita del gobierno del presidente autócrata Alexander Lukashenko, que a pesar de algunas campañas contra el consumo, se beneficia económicamente de éste, especialmente del vino más barato, cuya venta supone el 30% de los beneficios de la industria. Aunque Welded together no aborda directamente la problemática general del alcoholismo en Bielorrusia, es un retrato especialmente certero de algunos de sus problemas. Se estima que más del 80% de los asesinatos se producen en estado de embriaguez, y hay una escena en la que Katya decide no entrar en su casa porque uno de los amigos de su madre está ebrio y tiene un cuchillo en la mano. La historia personal funciona como espejo de una situación convertida en un grave problema nacional. El trabajo del director de fotografía Pavel Romanenya es espléndido, capturando el entorno de la protagonista en tonalidades azuladas o más pastel para reflejar el contraste entre el trabajo y el hogar. La película quiere dejar claro desde el principio que está realizada de forma independiente y que no ha contado con ayudas cinematográficas, lo que parece una reivindicación del poder de las historias que están impulsadas por el empeño de sus directores. Puede ser por momentos muy dolorosa, en las reflexiones serias que hace Katya a su amiga Tanya (que también ha sufrido el impacto del alcoholismo pero al menos tenía un familiar que la cuidaba). Y solo en algunos momentos, como cuando compite en un concurso de soldadores, la protagonista parece respirar y disfrutar de la vida. Welded together es una historia muy conmovedora que refleja desde una observación personal el impacto de una problemática nacional. 

The Gas Station attendant

Karla Murthy

Estados Unidos 2025 | Competición Internacional | 

Sheffield '25: Mención Especial del Jurado


Esta es una historia sobre sueños sin alcanzar, una mirada melancólica hacia la inmigración y sus desafíos tratando de construir una vida de éxito, pero que tropieza constantemente con el fracaso. La directora pretende hacer un homenaje a su padre relatando su historia a través de las conversaciones telefónicas que mantuvo con él cuando, rendido frente a las decenas de posibilidades de montar un negocio que trató de encontrar, estaba trabajando como empleado en una gasolinera en horario nocturno, lo que se convierte en una preocupación para su familia. Es una carta de amor hacia un padre que tuvo un momento de fortuna que no se volvió a repetir, pero a pesar de eso pudo mantener a una familia envuelta en la multiculturalidad en un país forjado gracias a la inmigración a la que ahora amenaza con oficiales enmascarados. Pero The Gas Station attendant (Karla Murthy, 2025) nunca llega a encontrar el vehículo cinematográfico adecuado para narrar la historia, y acaba siendo un homenaje al padre que resulta menos interesante cuando la directora se mira a sí misma, ella también madre de una familia multicultural, casada con el hijo de inmigrantes libaneses que huyeron de la guerra. La película recupera imágenes que ahora parecen más relevantes, como la boda de su padre indio con su madre filipina en una iglesia presbiteriana de Houston, Texas, en 1964, reflejando la condición multi-identitaria que sostiene a su familia. Pero al utilizar principalmente conversaciones telefónicas y elegir el monólogo en primera persona, la narrativa del documental parece más apropiada para un pódcast que para una película, y aunque muestra grabaciones familiares y trata de elaborar una propuesta visual semi-poética, nunca tiene una verdadera consistencia cinematográfica. A pesar de que la forma le traiciona, el fondo es interesante, especialmente cuando relata la vida de su padre. Hananbe N. Shantha Murthy huyó de la extrema pobreza de su aldea india, recorriendo el país en busca de trabajo y durmiendo a menudo en la calle. Mientras trabajaba en el Hotel Ashoka de Nueva Delhi, conoció a una pareja estadounidense de Texas que decidió patrocinarle para que estudiara en Estados Unidos, lo que supuso su entrada a una vida nueva. En realidad, como otras historias que se cuentan en la película, no se explica mucho sobre esta peculiar relación, e incluso el padre confiesa que no entiende por qué aquella familia decidió ayudarle. Pero la directora no parece demasiado interesada en investigarlo, atribuyéndolo a un momento de suerte. 

En Estados Unidos, Hannabe conoció a una mujer filipina con la que se casó en 1964 y formó una familia mientras ambos alternaban trabajos para mantenerse económicamente. El sueño americano fue una utopía que se rompía continuamente en negocios que no conseguían tener éxito. En las conversaciones telefónicas que forman el núcleo del documental, la voz del padre suena cansada y rendida, pero también amable y acogedora. Esos diálogos nocturnos entre Houston y Nueva York, donde vive Karla Murthy, se convirtieron en una forma de reconectar con un padre al que ella misma confiesa que durante un tiempo evitaba, como los hijos evitan a sus padres para no volver a escuchar las mismas historias de siempre. Pero los relatos de su curiosa forma de emigrar y sus continuos intentos de prosperar se convierten ahora en una melancólica mirada al pasado que transmite las dificultades que enfrentan los inmigrantes de clase trabajadora. Hay algunas grabaciones en video de un mercado de joyas en el que una joven Karla Murthy acompañó a su padre, que reflejan al mismo tiempo la ilusión de hacer un buen negocio y después la decepción de las ventas escasas, hasta el punto que él acabó pasando el último día en la cama de la habitación de hotel en la que se hospedaban. Es un ciclo continuo que acompaña a tantos trabajadores y tantos padres que se esfuerzan constantemente sin ceder a la desesperación porque las facturas por pagar se acumulan. La directora se mira a sí misma en ocasiones y trata de dejar claro que las cosas tampoco han sido fáciles para ella, contando cómo cuando decidió trasladarse a Nueva York realizó todo tipo de trabajos, lo que quizás resulta algo innecesario. La vemos en grabaciones familiares, en reuniones por festividades que sin embargo tienen un cierto poso de melancolía, en ese trasfondo que se esconde, dice Karla Murthy, detrás de la aparente felicidad de las fotografías en familia. También se graba tocando el piano, como si la historia de su vida fuera una proyección de la de su padre, que falleció de un ataque al corazón. The Gas Station attendant termina siendo más interesante por lo que transmite como subtexto que por la forma en que decide hacerlo, especialmente en una época en la que el inmigrante ha sido criminalizado en Estados Unidos. 

Comparsa

Vickie Curtis, Doug Anderson

Guatemala, Estados Unidos 2025 | Competición Primera Película | 

Sheffield '25: Gran Premio del Jurado | Premio Shine Global Children's Resilience


El año pasado se concedió el arresto domiciliario a Lucinda Marroquín, una ex-policía que llevaba siete años en la cárcel por una condena por homicidio negligente. Ella fue la única de los acusados que se encontraba en prisión, después de que en 2023 quedara en libertad Anahy Keller, ex-subsecretaria de Bienestar Social, también acusada de homicidio negligente. Hay otros acusados pendientes de juicio, pero la sensación evidente es que no se ha hecho justicia contra los culpables de la muerte de 41 niñas. En 2017, en el refugio estatal Hogar Virgen de la Asunción, a 20 kms. de Ciudad de Guatemala, lo que se conoce como "Hogar Seguro", unas cincuenta niñas se escaparon debido a las condiciones de maltrato que sufrían en su interior. Después de conseguir atraparlas, un grupo de funcionarios encerró a 56 niñas en un aula a la que prendieron fuego, durante nueve minutos. Murieron 41 de ellas y 15 sufrieron graves heridas. La ex-policía Lucía Marroquín, todavía pendiente de sentencia firme, fue reconocida por las testigos como una de las que se negaron a abrir la puerta, y algunas de las víctimas supervivientes afirman haber escuchado a otros policías decir: "Déjalas que se quemen. A ver si pueden escapar ahora como escaparon antes". Es uno de los casos más terribles de feminicidio que se han producido en Guatemala en los últimos años, en un país en el que según el último informe de delitos que se presentó el pasado mes de febrero, los casos de violencia contra las mujeres aumentaron en 2024 hasta alcanzar la cifra de 579, llegando a producirse 180 muertes de mujeres a manos de hombres, la cifra más alta de los últimos seis años. Pero la película Comparsa (Vickie Curtis, Doug Anderson, 2025) no pretende ser un relato pesimista sobre una realidad preocupante, sino que se sostiene en el trabajo de dos hermanas, Lesli Canela Pérez y Lupe Pérez, que proceden del mismo barrio del que provenían muchas de las jóvenes víctimas, y de hecho perdieron a Siona, una amiga de la infancia, en ese incendio. Ellas decidieron denunciar la situación que se vive en un país que alcanza un 71% de casos sin resolver en estos delitos, pero a través de la expresión artística, preparando una Comparsa para representarla en su barrio, Ciudad Peronia, una zona de la periferia en la que durante los años noventa se extendió la influencia y la violencia de las maras. 

La historia nace del empeño de las dos hermanas por recordar el suceso ocurrido en el Hogar Seguro, educadas desde niñas en un colectivo artístico callejero dirigido por Marta. Cuenta la co-directora Vickie Curtis, que ganó un premio Emmy por el guión del documental El dilema de las redes sociales (Jeff Orlowski-Yang, 2020) y el año pasado escribió el premiado Searching for Amani (Debra Aroko, Nicole Gormley, 2024), que la idea de desarrollar esta historia surgió después de que la productora Anna Hadingham se mudara a Guatemala en 2007 y comenzara a trabajar con este colectivo en la creación de representaciones públicas como método de organización comunitaria. Comparsa se plantea por tanto como una película colectiva en la que han participado directamente miembros de la comunidad artística de Ciudad Peronia, pero creando una tonalidad poética a través de las propias elaboraciones artísticas que se preparan para la representación de la comparsa. Hay escenas de la organización y entrevistas a Lesli y Lupe que transmiten una alegría juvenil que resulta contagiosa, en un relato que quiere hablar más de esperanza que de desesperanza, y que apuesta por una generación de mujeres que no solo están concienciadas con la gravedad de los feminicidios, sino que quieren transformar la sociedad en un lugar más seguro. Pero también hay momentos de tensión que reflejan una realidad impactante, cuando ellas ni siquiera pueden andar solas por la calle y en muchas ocasiones se les recomienda que no salgan de sus casas. Atrapadas por el miedo a los asaltos, una de las escenas en un parque en la que las protagonistas son molestadas por un borracho, refleja el estado de preocupación constante en el que viven cuando están en la calle. Al margen del retrato personal de las hermanas, Comparsa aborda una reflexión sobre las consecuencias del patriarcado, la misoginia, el colonialismo y el racismo que se han imbricado en el tejido social de Guatemala y otros países centroamericanos. Pero plantea que la lucha debe provenir de las mujeres como una fuerza impulsora para obligar a las autoridades a tomar medidas reales, no solo discurso de intenciones. La película, que se ha proyectado a grupos de adolescentes en Guatemala, funciona de esta forma como una hermosa y esperanzadora mirada al futuro, pero también como una herramienta para concienciar a las nuevas generaciones. 

Carmela y los caminantes

Luis Herrera, Esteban Coloma

Ecuador 2025 | Competición Primera Película | 

Sheffield '25: Mención Especial del Jurado


Se calcula que cerca de 7,9 millones de personas han salido de Venezuela en busca de asilo en otros países, la mayor parte de ellas, 6,7 millones, acogidas en territorios latinoamericanos y caribeños, según el último informe de ACNUR. La rutas de inmigración se producen en muchos casos a pie, caminando por las carreteras desde Venezuela hasta Colombia y Ecuador como lugares de acogida, pero también de tránsito hacia otros países como Perú, Argentina o Chile. Son los llamados "caminantes", a los que el comediante colombiano José R. Guzman dedicó la webserie Caminantes (2019) antes de su conocido pódcast La cárcel no da risa (2022). Carmela es una mujer afroecuatoriana del Valle de Chota que ha decidió desde 2018 abrir su casa en un pueblo cerca de la frontera entre Ecuador y Colombia para acoger a las familias de caminantes que necesitan descansar o comer. Ella y un grupo de voluntarios preparan comidas, y solo permiten que pernocten en la casa aquellos que forman parte de familias con hijos, estableciendo unas rigurosas medidas de seguridad con registros personales para evitar que se introduzcan cuchillos o armas que puedan provocar conflictos violentos. Carmela de alguna forma sustituye a la falta de ayuda humanitaria y la escasa intervención de los gobiernos para ayudar a estos desplazados. Rodada en blanco y negro, Carmela y los caminantes (Luis Herrera, Esteban Coloma, 2025) es una iniciativa de la Cooperativa Audiovisual CoopDocs, de la que ha sido fundador Luis Herrera, que ha acompañado a Carmela durante los últimos seis años  para ofrecer un reflejo de su trabajo solidario, pero también de las complejas realidades con las que tiene que lidiar. Madre de ocho hijos, ella está empeñada en que su Gary siga estudiando: "Yo quiero que mi hijo pueda estudiar para tener un buen trabajo. No quiero que se marche a Chile a recoger manzanas". Pero el joven parece más interesado en abandonar los estudios y poco después le vemos en un trabajo temporal en una plantación de mangos. Cuando las fronteras cierran debido a la pandemia del coronavirus, Carmela se enfrenta a la crisis de la emigración, mientras Carlos, su actual pareja, no puede transportar frutas legalmente y se dedica a hacer rutas ilegales que en algunos casos transportan drogas. Detenido por la policía, es condenado a 20 meses por un cargamento de frutas que escondía estupefacientes aunque él afirma que fue engañado por los colombianos que le contrataron, ocultándole que llevaba mercancía ilegal. 

Carmela mantiene un difícil equilibrio entre las dificultades de su vida cotidiana y la dedicación a los caminantes que acuden a su casa porque han escuchado a otros hablar de ella. Intentando conseguir un espacio seguro para las familias y sus hijos pequeños, establece normas estrictas y se presenta ante los nuevos visitantes con la fuerte personalidad que la impulsa, pero también con la amabilidad que la caracteriza. Con Carlos en la cárcel, ella misma debe involucrarse en el transporte ilegal de mercancías a través de la frontera, de forma que carmela se muestra como una superviviente que siempre está preparada para cualquier eventualidad. La fotografía en blanco y negro enmarca esta historia con la tonalidad de un relato atemporal, que en cierto modo parece estar influido por los documentales del Nuevo Cine Cubano de los años sesenta y setenta que encabezaron Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa. La cámara no interfiere en la vida cotidiana de Carmela ni extrae declaraciones personales, sino que observa a la protagonista y su entorno, aunque quizás podría haber tenido una mayor profundidad a la hora de abordar la problemática de la emigración, que solo conocemos a través del punto de vista de Carmela. Hay algunos momentos más contemplativos que le dan al documental un cierto tono reflexivo, apoyado en la música del conjunto musical InConcerto, una formación ecuatoriana que el año pasado protagonizó un interesante film-concierto titulado Fragmentos sagrados (Juan Manuel Ortiz, 2024). El documental Carmela y los caminantes ofrece una mirada amable sobre la solidaridad nacida desde la iniciativa personal de una mujer que demuestra cada día la fortaleza de su resistencia y su humanidad. 

Soudan, souviens-toi (Sudan, remember us)

Hind Meddeb

Francia, Túnez, Qatar 2024 | Competición Tim Hetherington | 

Giornate degli Autore - Venecia '24: Sesión Especial

Sheffield '25: Premio Tim Hetherington


Las cifras que se despliegan al final de esta película son significativas si se tiene en cuenta la escasa atención que se le dedica a la guerra en Sudán que dura ya más de veinte años, pero que ha sufrido una mayor virulencia desde 2019, con el fin del gobierno del presidente Omar Al-Bashir, quien sostuvo su poder en las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS). En octubre de 2021, Mohamed Hamdan Daglo, conocido como "Hemeti", líder de una facción llamada Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), dio un golpe de estado junto a Abdelfatah Al Burhan, que se hizo con el control del ejército, pero en 2023 se desencadenó una nueva lucha de poder entre los dos militares golpistas. En el horizonte, las ricas minas de oro de Sudán forman parte de los intereses de países externos, como Egipto y Arabia Saudita apoyando a Al Burhan, y Emiratos Árabes Unidos apoyando a Hemeti, mientras Rusia ha ido cambiando de posición pero manteniéndose involucrada. La película apunta que ha habido 12,7 millones de desplazados en los últimos veinte años, y más de 150.000 muertos, mientras que solo el genocidio de Darfour ocurrido en 2023 acabó con la vida de 300.000 personas. Soudan, souviens-toi (Hind Meddeb, 2024) es el título francés original que resulta más significativo que el internacional. "Sudán, recuerdos para ti" frente al inglés "Sudán, recuérdanos", expresa mejor que el saludo está dirigido a la tierra de origen desde la distancia y desde la esperanza de que se pueda regresar a un país azotado por la violencia. La historia comienza con los mensajes que se intercambian la periodista y directora Hind Meddeb (1978, Francia) y amigos que permanecen en el país cuando se producen las matanzas de 2023, pero se desplaza hasta una época de esperanza en 2019 en la que parecía posible acabar con el régimen autoritario de Omar Al-Bashir, mientras se proclamaba en las manifestaciones ciudadanas la necesidad de una "democracia del pueblo". Hasta que las esperanzas fueron secuestradas de nuevo por un golpe militar que se hizo con el gobierno. Sin embargo, Soudan, Souviens-toi no es una crónica de la guerra civil a través de la represión, sino a través del aliento de la revolución. Vemos las consecuencias de las represalias de las manifestaciones, pero no se muestran imágenes especialmente violentas. Las muertes no se manifiestan en los entierros, sino que se dibujan en los rostros que se pintan en las paredes para recordar a las víctimas, muchos de ellos jóvenes activistas, a través de la expresión artística de un pueblo que se inspira, como afirma la narración de Hind Meddeb, en la literatura floreciente de los años 60 y 80, en la que se mezclan las grandes epopeyas sudanesas de la llamada poesía aristocrática y la poesía profana que se desarrollaba en las calles. 

El documental se construye a partir de una estructura triangular que refleja las diferentes revoluciones que se iniciaron en 2019: la poética, la feminista y la política. Y aunque principalmente es un retrato colectivo, se detiene especialmente en jóvenes protagonistas del levantamiento ciudadano en Jartum, como Maha, Shajane y Muzamil, todos exiliados en países como Emiratos Árabes Unidos y Egipto después de la represión. La evolución de estas protestas pasó desde el anhelo de una democracia real que solo se pudo consolidar a través del llamado Consejo Militar de Transición (CMT), pero que finalmente se convirtió en un instrumento de represión, con una masacre contra los manifestantes en junio de 2019 que acabó con la vida de 127 ciudadanos mientras se denunciaron 70 casos de violación. Las mujeres se llevaron la peor parte y por eso también encabezan la necesidad de un cambio. Pero Hind Meddeb quiere captar sobre todo la creatividad de la subversión, el uso de la poesía y de la expresión artística como un instrumento necesario para construir una verdadera revolución, lo que diferencia al documental de otras crónicas africanas centradas en represiones y cambios de régimen. Soudan, souviens-toi es una película por momentos muy bella, que se detiene en planos contemplativos mientras se escucha recitar una poesía, o se enfoca en un rostro mientras canta una canción. La música sudanesa muestra sus raíces en el pasado, pero a través de las manifestaciones populares actuales, como el rap, que se han convertido en símbolo de la libertad de expresión y de la unidad democrática frente a la represión. La película termina, precisamente, con la canción "Ma liberté", escrita e interpretada por el cantante Arthur H (1966, Francia) como homenaje a las víctimas asesinadas por el ejército durante las manifestaciones del 3 de junio de 2019. Es la profundidad artística que se expresa en sus imágenes la que consigue elaborar un retrato que tiene el aliento de una esperanza colectiva que nunca podrá ser reprimida. 

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Películas mencionadas:

Torre Grenfell: El incendio al descubierto y El dilema de las redes sociales se pueden ver en Netflix.
Fragmentos sagrados se puede ver en YouTube. 

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