Después de cinco días de encuentros audiovisuales, el Festival de Televisión de Montecarlo celebró su gala de clausura, con la entrega de las Ninfas de Oro, una reproducción de la ninfa Salmacis que deseó con tanta obsesión a Hermafrodito cuando éste se bañó en el lago en el que ella vivía, que se abrazó a él y pidió no separarse nunca, siendo fusionados los dos cuerpos en uno solo. La estatuilla fue esculpida por el escultor monegasco François Joseph Bosio (1768, Mónaco-1845, París). Un día antes, el encuentro profesional de Business Content más destacado fue Abrazando el caos: Viajes a través del multiverso televisivo, con el productor David W. Zucker, de la productora Scott Free de Ridley Scott, que estrena en agosto Alien: Planeta Tierra (Disney+, 2025), en conversación con Rola Bauer, antigua responsable de producción de Amazon MGM Studios que ha regresado a la compañía como productora ejecutiva para determinados proyectos. Ambos trabajaron juntos en Los pilares de la Tierra (Starz, 2010) y ahora están preparando otra ambiciosa producción, Pompeii: A day of fire (Prime Video, 2026), con Michael Hirst como guionista. David W. Zucker destacó que Alien: Planeta Tierra es el tipo de producción que se puede hacer en cuanto a calidad cinematográfica en el formato de series, pero también que surgió antes de la austeridad que afrontan las productoras y plataformas: "Muchas cosas han cambiado desde que emprendimos este viaje, pero es representativo de la escala a la que la televisión estaba volviendo. Y de la que ahora, en cierto modo, estamos retrocediendo". Ambos destacaron los cambios que ha sufrido la industria audiovisual con la llegada del streaming: "Durante la era de Netflix han surgido muchas cosas fantásticas. Pero lo que cambió en los últimos 10 o 15 años es la llegada de Wall Street. Sistemáticamente obligaron a todos los demás estudios a seguirlos al precipicio". Lara Bauer reconoció que es cada vez más difícil levantar proyectos ambiciosos: "Si se cuenta con los socios editoriales adecuados entonces se cubrirá su necesidad, porque necesitan eventos. Es una combinación entre apoyo creativo y propiedad intelectual, y saber cómo se logra la resonancia cultural en cada uno de los países". La irrupción de la Inteligencia Artificial también ha removido a la industria, y muchos guionistas reconocen que han recibido sugerencias de los ejecutivos que claramente provienen de consultas a la IA: "La mayoría de la gente en Hollywood tiene la cabeza enterrada en la arena ahora mismo. Hay mucho miedo, y muchos no quiere hablar de ello", decía David W. Zucker.
La actriz, productora y directora Robin Wright recibió en la ceremonia de clausura la Ninfa de Cristal, uno de los Premios de Honor del Festival de Montecarlo, que en un encuentro con el público repasó su carrera desde sus inicios en series diarias, su participación en Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) y su llegada a House of cards (Netflix, 2013-2018), con una carrera consolidada que le permitió plantear la igualdad salarial: "Literalmente me dijeron: 'No podemos pagarte lo mismo que a un actor, así que lo vamos a repartir: te haremos productora ejecutiva, te dejaremos dirigir y te daremos tres sueldos diferentes'. Cuando pregunté por qué, me contestaron: 'Porque no ganaste un Oscar'". La actriz tiene pendiente de estreno la serie limitada The girlfriend (Prime Video, 2025), que ella misma produce, dirige e interpreta como una madre que comienza a sospechar que Cherry (Olivia Cook), la nueva novia de su hijo Daniel (Laurie Davidson), no es quien dice ser. En su labor humanitaria, Robin Wright ha desarrollado una línea de pijamas, creada junto a la diseñadora Karen Fowler, que apoya a las mujeres congoleñas afectadas por la violencia. "En el Congo son violadas más mujeres que las que murieron en la 2ª Guerra Mundial. Si las tecnológicas dedicaran un dólar del precio de sus dispositivos, podrían proteger a miles de ellas", concluyó.
Los premios del jurado han reconocido a la producción sueca Vanguard (SVT, 2025), un biopic sobre el magnate de la comunicación Jan Stenbeck, aunque han dejado sin galardón a una de las mejores series que hemos visto en esta edición, la producción canadiense L'indetectable (Deepfake) (ICI Tou.tv, 2025). En el apartado de tv movie la principal vencedora ha sido On a day in september (Fred Breinersdorfer, 2025), que reproduce la importante reunión que mantuvieron el primer ministro francés Charles de Gaulle (Jean-Yves Berteloot) y el canciller alemán Konrad Adenauer (Burghart Klaußner) el 14 de septiembre de 1958, con el premio también a la actriz Hélène Alexandridis que interpreta a Yvonne De Gaulle. Esta película para televisión se estrena en el mes de septiembre en Alemania. El resto de los premios ha recaído repartidos en series y producciones documentales que reseñamos en nuestras crónicas del 64 Festival de Televisión de Montecarlo.
Vanguard, Alex Haridi | Suecia | SVT
Ninfa de Oro Mejor Serie de Ficción
Ninfa de Oro Mejor Actor (Jakob Oftebro)
On a day in September, Kai Wessel | Alemania | ZDF
Ninfa de Oro Mejor Película de Ficción
Ninfa de Oro Mejor Actriz (Hélène Alexandridis)
Good cop/Bad cop, John Quaintance | Australia, Estados Unidos | Stan./The CW
Premio Especial del Jurado
The bombing of Pan Am 103, Jonathan Lee | Reino Unido | BBC/Netflix
Premio del Público
Children in the fire, Evgeny Afineevsky | Croacia, Estados Unidos
Premio Especial Amade
Premio Especial del Jurado
Don't give up, Darrel James Roodt | Sudáfrica
Nina de Oro Mejor Creación
Please enjoy our tragedies, Charlie Scrimgeour | Qatar | YouTube
Ninfa de Oro Mejor Reportaje de Actualidad
Sumisión química: El caso Gisèle Pelicot, Linda Bendali, Adrea Rawlins-Gaston | Francia | Movistar Plus+
Ninfa de Oro Mejor Documental
Ucrania: El conductor de Bucha, M. Nunès, F. Cauwel, O. Aleksandrenko, O. Berezovska | Francia | Arte España
Premio Especial Cruz Roja
Un nuevo procedimental se incorpora a la larga lista de series de investigación semanal que se desarrollan en un pequeño pueblo en el que ocurren tantos delitos como los que se producen en una gran ciudad para alimentar cada episodio. De entrada, ya en su título Good cop/Bad cop (Stan./The CW 2025-) tiene esa referencia a las tradicionales "buddy movies", historias de colegas que están a un lado o a otro de la ley, pero que siempre pueden confiar entre sí. En este caso, la historia tiene lugar en el pueblo ficticio de Eden Vale, en Washington, donde el jefe de policía, Big Hank (Clancy Brown) es el padre de la única detective de la comisaría, Lou Hickman (Leighton Meester). A pesar de ser una localidad de poco más de 9.000 habitantes, después de abordar un caso de doble robo algo tonto en el que un ladrón dispara a otro ladrón cuando coinciden para atracar la misma farmacia en Peace in the valley (T1E1), Lou le confiesa a su padre que necesita el refuerzo de otro compañero de investigación. Pero sin pensar que podría ser su hermano Henry (Luke Cook), quien desarrolla su trabajo policial en Seattle después de marcharse del pueblo hace siete años. Las relaciones familiares se mezclan a lo largo de la temporada con las investigaciones policiales, y llegan a cruzarse para situar a los personajes en un dilema moral en los episodios finales, pero esta dinámica es la que le da a la serie su toque de distinción. El contraste entre las distintas personalidades de Lou y Henry, que es una especie de Sheldon Cooper con escasa capacidad de interacción social, y que suele contestar incluso las preguntas retóricas, es lo que enriquece el tono humorístico. También es muy divertida la frustración de Henry por trabajar en una comisaría de pocos recursos viniendo de una ciudad como Seattle, como en el episodio Skeleton (T1E8): "Si tuviéramos un presupuesto real y acceso a un software de envejecimiento facial 3D de última generación, podríamos ver cómo es esa mujer ahora". A lo que Lou responde utilizando una APP de envejecimiento descargada en su móvil. La historia compone buenos personajes secundarios, lo que siempre refuerza las tramas, y en este caso los policías de la comisaría cumplen sus particulares funciones, como la agente Sarika Ray (Shamita Shiva) que siempre quiere destacar, el inseguro Sam Szczepkowksi (William McKenna), cuyo apellido impronunciable solo sabe pronunciar Henry, y la ex-estrella de fútbol americano de la secundaria Joe Bradley (Scott Lee). En la parte familiar, va tomando protagonismo a lo largo de la temporada la nueva pareja de Big Henry, una mujer rusa llamada Nadia Drozdova (Blazey Best) que tiene el mismo nombre y el mismo acento que Nadja Demetriou en Lo que hacemos en las sombras (HBO Max, 2019-2024).
Lo curioso de Good cop/Bad cop es que, aunque se desarrolla en Estados Unidos, es una serie principalmente australiana, coproducida por el canal Stan. y la cadena norteamericana The CW, y de hecho se ha rodado en un pequeño pueblo de Queensland a pesar de que tiene lugar en los alrededores de Washington, con el actor australiano Luke Cook adoptando un acento norteamericano. El creador John Quaintance (1971, Minneapolis) es un veterano de la televisión que estuvo detrás de la producción de Reboot (Disney+, 2022), aquel homenaje al mundo de las series que no encontró su renovación. Y aunque termina con un final de temporada abierto, Good cop/Bad cop también está en una encrucijada frente a su posible renovación aún no confirmada, debido sobre todo a los recortes presupuestarios de The CW, aunque podría asumirla completamente Stan. El propio John Quaintance invitaba a los periodistas en la rueda de prensa en el Festival de Montecarlo: "Usen una VPN para verla. Tienen mi permiso. Lo que necesitamos es promoción". Realmente, es una serie lo suficientemente divertida como para merecer una continuación, jugando a su favor la estructura de casos para resolver cada semana, que se construyen a partir de ideas no especialmente novedosas pero singulares y referenciales a diversos géneros. En el episodio Found footage (T1E4) una actriz mediocre desaparece durante un rodaje en medio del bosque en una investigación que coquetea con el género de terror de bajo presupuesto: "Por ahora es un vídeo de YouTube, pero algún día será una película", dice el joven director. Mientras que en Buckle up (T1E5), la muerte de un vaquero de rodeo que no parece accidental lleva a los personajes a una persecución montados a caballo como si se tratara de una película del Oeste. Básicamente, lo mejor que tiene Good cop/Bad cop es que funciona, es divertida y la dinámica familiar le aporta diferenciación, destacando Leighton Meester, a la que veremos como invitada en las segundas temporadas de The Buccaneers: Aristócratas por amor (Apple tv+, 2023-) y Nadie quiere esto (Netflix, 2024-), y Luke Cook, sobre todo cuando su personaje quiere parecerse a David Caruso en CSI: Miami (Tivify, 2002-2012).
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© Marilyn Espitia / The CWSherlock & daughterEE.UU. 2025 | 8x45' | Temporada completa | Sección Oficial Ficción | ★★★☆☆Creada por Brendan FoleyDirigida por Byran Higgins, Elle-Máijá Tailfeathers |
La sección oficial del Festival de Montecarlo incluye otra producción de The CW, que en este caso puede que no tenga tantas dificultades de renovación, dado el éxito que ha conseguido en su emisión norteamericana, siendo la serie más vista de toda la temporada. La semana pasada debutó en streaming a través de la plataforma Max, que la distribuye en Reino Unido e Irlanda, y consiguió también altas cifras de visionados, aunque por el momento su distribución internacional no está asegurada en la plataforma de Warner Bros. Discovery. De hecho, en países como Australia, Noruega, Dinamarca o Suecia ha sido adquirida por las televisiones públicas, que ya la están emitiendo. Sherlock & daughter (The CW, 2025) es una nueva reinterpretación del universo del detective Sherlock Holmes, ahora inventándole una hija desconocida, Amelia Rojas (Blu Hunt) que acaba de llegar a Londres (en realidad la serie se ha rodado en Dublín) desde California, donde se ha criado, tras la muerte de su madre Lucía (Savonna Spracklin). No es la primera supuesta hija que aparece en la casa de Sherlock Holmes (David Thewlis), así que el ya cansado detective la recibe con incredulidad, pero una investigación en marcha y la necesidad de una asistente después de la partida del Dr. Watson (Seán Duggan) le llevan a permitir que Amelia, que por supuesto está dotada de una gran capacidad de deducción, le acompañe. Puede que no sea la propuesta más original en cuanto a modificar los parámetros narrativos del famoso personaje, porque incluso la irregular comedia francesa Mademoiselle Holmes (Cosmo, 2024-) le ha inventado una bisnieta al investigador, pero la dinámica aparentemente familiar que se construye a lo largo de la temporada es más interesante de lo que parece al principio. De hecho, Sherlock & daughter tiene una estructura que sigue el camino del procedimental en los primeros episodios, pero que a partir de mitad de temporada conecta algunos casos en una sola trama horizontal que acaba resultando bastante sólida, en la que tiene una gran relevancia el principal enemigo de Sherlock Holmes, el profesor Moriarty (Dougray Scott), al que vemos a partir del episodio Partners in crime (T1E3) encerrado en una prisión de alta seguridad.
Un aspecto que puede dividir a los espectadores es esta falta de investigaciones de resolución deductiva que suelen caracterizar al personaje, aunque se introducen algunos de estos pensamientos en voz alta que sacan conclusiones a partir de un mechón de pelo o una mancha en la solapa. Por el contrario, Sherlock & daughter trata de explorar el aspecto humano de un personaje que en la muy certera interpretación de David Thewlis refleja a un detective que ya ha pasado por numerosas investigaciones, pero que también se enfrenta a la soledad después de separarse de su amigo, el Dr. Watson, al que solo vemos en algún episodio. Disfrutando de su fama como el investigador más famoso del mundo, también se muestra cansado, incluso cuando debe enfrentarse al misterioso sindicato del crimen que parece estar detrás de algunos casos relevantes que ha abordado recientemente. Lo que esta serie ofrece, frente a otras versiones actualizadas de Sherlock Holmes, es un cierto regreso al universo victoriano de una Inglaterra en pleno proceso de industrialización, aunque también adopta en su estilo visual ciertos toques de los elementos propuestos por Sherlock (Cosmo, 2010-2017). Incluso la interpretación de Dougray Scott como Moriarty puede recordar a Andrew Scott en aquella, aunque la primera escena entre el criminal y el detective resulta especialmente lograda: "Mr. Sherlock Holmes, a quien nunca pensé volver a ver en este mundo, ¿qué podría hacer un pobre prisionero como yo por el mejor detective de la Tierra?". Sherlock & daughter toma el camino apropiado al ir construyendo la historia principal sin grandes alardes, pero con algunos giros de guión que pueden ser previsibles pero resultan efectivos, como la aparición del joven Dan (Joe Klocek). Y termina cerrando la historia con revelaciones importantes pero con suavidad, sin una gran representación escénica sino todo lo contrario, y dejando algunos flecos abiertos para una segunda temporada que todavía no está confirmada. El creador Brendan Foley, guionista irlandés que sin embargo ha estado ligado a producciones finlandesas como Cold courage (Viaplay, 2020) y The man who died (Elisa Viihde, 2022), afirmaba en la rueda de prensa que le gustaría "internacionalizar la historia. A finales del siglo XIX, la sociedad estaba pasando de criminales que robaban bancos a criminales que eran dueños de bancos. El crimen se hace internacional. Me gustaría ver qué sucede en Estados Unidos, Europa y Australia al mismo tiempo".
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L'indetectable (Deepfake)Canadá 2025 | 6x45' | Ep. 1 & 2 | Sección Oficial Ficción | ★★★★☆Creada por Bernard Dansereau, Annie Piérard, Étienne Piérard-DansereauDirigida por Stéphane Lapointe |
La primera temporada de The capture (Movistar Plus+, 2019-), antes de caer en el absurdo más absoluto con su segunda entrega, alertaba sobre las posibilidades de cambiar la percepción de la información a través de la manipulación digital. Lo que no está tan alejado de nuestra realidad, como se demostró en las elecciones generales de Eslovaquia en 2023, que ha recibido la denominación de "caso Eslovaquia" como un ejemplo de cómo las falsas informaciones podrían haber cambiado el curso de la campaña electoral. En aquellas elecciones se enfrentaban Robert Fico, político populista que prometía condenar las sanciones económicas de la Unión Europea contra Rusia y dejar de contribuir al apoyo militar de Ucrania, y el candidato proeuropeo Michal Šimečka. Un día antes de la jornada de reflexión, sin embargo, se publicó un audio de este último supuestamente hablando con un periodista sobre la posibilidad de preparar un fraude electoral, que acabó definitivamente con sus posibilidades de cara a las elecciones, finalmente ganadas por Robert Fico (quien sufrió un grave atentado en 2024). Los expertos argumentan que sería desproporcionado asumir que la aparición de este audio falso (al parecer creado por IA con la influencia de Rusia) fue la única razón por la que Michal Šimečka perdió las elecciones, pero lo cierto es que el caso surge como una alerta importante frente a las posibilidades de cambiar el curso de unas elecciones a través de la desinformación. La familia de guionistas formada por Bernard Dansereau, su pareja Annie Piérard y su hijo Étienne Piérard-Dansereau, que prácticamente anticiparon la llegada del coronavirus al producir un año antes la miniserie Épidémie (TVA, 2020) sobre un virus que se propaga en Montreal, se han inspirado en el "caso Eslovaquia" para su última serie, un drama familiar que comienza cuando la candidata Françoise Parent (Lynda Johnson) del partido Option Québec, se encuentra a una semana de las elecciones encabezando las encuestas. Pero las redes sociales difunden un video tomado en un taxi en el que ella, visiblemente bebida, hace referencias racistas al taxista de origen inmigrante que conduce el coche. Ante el escándalo que provoca, Françoise Parent afirma que se trata de un deepfake que reproduce su imagen y su voz, pero los técnicos consideran que el video es demasiado real y perfecto para tratarse de una falsificación digital.
La serie plantea por un lado la ambigüedad de una situación en la que no sabemos qué es real y qué es falso, mientras la familia de la candidata política se divide entre quienes creen que puede ser una campaña del candidato oponente y los que consideran que no es posible crear un deepfake indetectable. L'indetectable (Deepfake) (Ici Tou.tv, 2025) propone de esta forma una mezcla entre drama familiar y thriller político-tecnológico que aborda cuestiones relevantes e inquietantes sobre las posibilidades de la desinformación. La única que realmente piensa que puede ser un video falso es Stéphanie (Sophie Nélisse), una joven osteópata reservada que comienza a investigar una startup de IA generativa, de financiación dudosa, que parece tener alguna relación con el otro candidato a las elecciones. Puede haber algunas decisiones de guión algo convenientes y poco creíbles, como que Stéphanie, que se revela como la principal protagonista, pero que no tiene conocimientos de informática profundos, consiga infiltrarse en la startup. De hecho, su novio Patrice (Xavier Malo), periodista de investigación, sería más lógico en este trabajo de infiltración, pero quizás hay que darle más protagonismo a la estrella canadiense Sophie Nélisse, que ha conseguido éxito internacional con Yellowjackets (SkyShowtime, 2021-). También hay una subtrama que involucra a un renombrado científico de un país árabe ficticio llamado Daji Saeed (Younes Bouab), que es secuestrado por unos compatriotas con la intención de llevarlo de regreso a su país. Para llegar hasta él, el grupo utiliza también el deepfake de la voz de su hija, supuestamente retenida. Pero esta subtrama en los primeros episodios no parece conectada por el momento con la historia principal. De manera que, entre relaciones familiares complicadas, unas elecciones comprometidas, una empresa de IA con fondos económicos dudosos y un secuestro que tiene resultados imprevisibles, L'indetectable acaba siendo un thriller tenso y bien elaborado, que al mismo tiempo propone una reflexión sobre las tecnologías y las consecuencias de su uso fraudulento.
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El antídoto rusoEstados Unidos 2024 | 91' | Documental | Sección Oficial | ★★★★☆Dirigido por James JonesTribeca '24: Mejor MontajeCPH:DOX '25: Sección F:ACT Award |
Desgraciadamente, algunas producciones documentales que se estrenan en plataformas pueden pasar algo desapercibidas, especialmente si no cuentan con una promoción adecuada. Hace diez días se ha estrenado en España, a través de la plataforma Movistar Plus+, El antídoto ruso (James Jones, 2024), una interesante aproximación a las técnicas utilizadas por el gobierno de Vladimir Putin de bloqueo de los opositores a través de asesinatos selectivos más allá de sus fronteras. El título es una irónica referencia a cómo el régimen utiliza estas acciones como antídoto de la oposición informativa y política, pero también se refiere al elemento necesario para desactivar los diferentes tipos de veneno que suelen utilizar los agentes rusos. El documental se estrenó en el Festival de Tribeca, donde recibió el premio al Mejor Montaje, ha pasado recientemente por prestigiosos festivales como CPH:DOX y en Estados Unidos fue transmitido por el canal público PBS a través de su clásico programa Frontline (PBS, 1983-), un contenedor de documentales de investigación que lleva emitiéndose desde 1983. El antídoto ruso podría verse como una extensión del documental ganador del Oscar Navalny (Daniel Roher, 2022), porque tiene protagonistas y referencias comunes. Uno de los principales es el periodista Christo Grozev, obligado a exiliarse en Austria debido a sus investigaciones periodísticas sobre operaciones secretas rusas, que se convierte en el principal protagonista de la película. El mismo Alexey Navalny, muerto en extrañas circunstancias en una cárcel de Siberia en 2024, calificaba a Christo Grozev como un moderno Sherlock Holmes, mientras el periodista se encuentra en Nueva York durante la filmación de esta película, sin ni siquiera poder regresar a Austria por el peligro de ser asesinado. "Literalmente, durante mi camino hacia el aeropuerto, recibí un mensaje de los servicios de seguridad austríacos: 'Tenemos evidencias de que existe una inminente amenaza directa de atentar contra su vida cuando llegue a cualquier país de Europa'", afirma el periodista. Cuando le pregunta el director británico James Jones, responsable de documentales como Chernobyl: The lost tapes (2022) sobre su nivel de estrés, Christo Grozev responde: "Me sometí a un chequeo holístico de mi sistema nervioso y el doctor me mostró los resultados diciendo que nunca había visto algo parecido. Mi nivel de estrés es constante, y no cambia, no fluctúa como en cualquier otra persona. Y el médico interpretó que incluso cuando estoy durmiendo mi sistema nervioso tiene el mismo nivel de estrés".
Esta tensión constante se refleja cuando asistimos a algunas llamadas telefónicas a su padre, que aún vive en Rusia, hasta que deja de atender las llamadas. Poco después le informan que ha sido encontrado muerto en su casa, aparentemente por un infarto, pero siempre permanece la duda sobre si ha podido haber alguna intervención exterior, sobre todo porque la autopsia que se le practica no es concluyente sobre esta posibilidad. En uno u otro caso, el sentimiento de culpabilidad de su hijo permanece: "Sea como sea, me siento culpable. Porque si no estuviera haciendo lo que hago, él estaría vivo ahora", dice Christo Grozev. El intento de Vladimir Putin de desactivar a los opositores mediante el asesinato es persistente, como se muestra en el caso del político y periodista Vladímir Kará-Murzá quien sufrió dos intentos de asesinato mediante envenenamiento y, a su regreso a Rusia, fue detenido y condenado a 25 años de prisión en 2023. Posteriormente, en 2024 se llegó a un acuerdo de intercambio de prisioneros entre Rusia y países occidentales que incluía a Kára-Murzá. El documental no incorpora ninguna entrevista directa con él, sino solamente imágenes de informativos y de la rueda de prensa posterior a su liberación, en la que comentaba: "Hay que entender que el régimen de Vladimir Putin no es un régimen autoritario, sino un régimen de asesinos". Entre los liberados rusos se encontraba Vadim Krasikov, un sicario del servicio de inteligencia (FSB) que fue condenado a cadena perpetua en Alemania por el asesinato de Zelimkhan Khangoshvili. Como todas las historias protagonizadas por opositores perseguidos por el régimen de Vladimir Putin, la historia de Christo Grozev se construye en un tono de thriller, desde la experiencia de quienes deben mantenerse en lugares secretos para no ser detectados por los sicarios del FSB. Y El antídoto ruso es un notable ejemplo de estos testimonios que reflejan la transformación de la democracia en autoritarismo a través de acciones criminales.
El director Evgeny Afineevsky (1972, Rusia) consiguió una nominación al Oscar por su documental Winter on fire (2015), que fue una de las primeras producciones documentales de Netflix que alcanzó los premios de la Academia de Hollywood. Desde aquella impactante película que abordaba las protestas del Euromaidán contra el presidente prorruso Viktor Yanukovich, se ha convertido en un cronista de las zonas marcadas por la guerra con documentales como Pray for Ukraine (2015) y Cries from Syria (2017), cuyos llamativos títulos parecen declaraciones de intenciones para colocar al espectador en una posición de empatía con las historias. Hay una cierta tendencia en el director a prevalecer el impacto emocional sobre la exposición de los hechos, y el protagonismo de niños en sus documentales refleja claramente esta intencionalidad que puede ser comprensible, pero a veces resulta demasiado manipuladora, como ocurría en el caso de Winter on fire. En cierta manera, su última película se podría considerar como una continuación de aquella, porque Children in the fire (Evgeny Afineevsky, 2025) aborda directamente la invasión de Rusia en Ucrania a través de las miradas de un grupo de niños ucranianos de los que casi todos pertenecen a esos 20.000 menores de edad que se calcula que han sido deportados a la fuerza por Rusia, sometiéndoles a una reeducación para sentirse más rusos que ucranianos. Es un tema interesante, pero el empeño del director en ser más emotivo que expositivo provoca que nunca termine de desarrollarse. Como en su documental nominado al Oscar, Evgeny Afineevsky hace uso de las secuencias animadas para mostrar lo que no puede mostrar con imágenes, especialmente a través de los testimonios de los jóvenes que participan en la película, y que narran sus experiencias, en muchos casos terroríficas. Roman fue víctima de un bombardeo que le provocó quemaduras en un 40% de su cuerpo y un 35% con heridas graves. La secuencia animada refleja el impacto del ataque con crudeza, alternándose con imágenes reales de su estancia en el hospital. Pero también muestra la esperanza de la resiliencia cuando Roman comienza a practicar baile de salón y se convierte en un bailarín reconocido. La joven Sasha vio cómo su casa fue destruida por el impacto de una bomba y perdió una pierna, pero con esfuerzo siguió desarrollando sus entrenamientos en la gimnasia artística, mientras que Yana perdió las dos piernas en otro bombardeo, pero consiguió llegar a participar en una carrera de 5 km. en Boston. Son historias de resistencia en medio de la guerra, como aquella que hemos visto descrita en el reciente documental Front row: Ballet en tiempos de guerra (Miriam Guttmann, 2024).
A principios de este mes Ucrania entregó a las autoridades rusas una lista de 339 nombres de niños de los que hay una información detallada sobre sus datos y sus direcciones, exigiendo que sean devueltos a sus familias. Una cifra que muchos consideran insuficiente ya que se ha verificado la existencia de al menos 19.500 niños robados y deportados a la fuerza por Rusia. En el documental, Serhii de 17 años cuenta cómo fue detenido por las autoridades rusas cuando trataba de cruzar la frontera haciéndose pasar por el miembro de una familia. Pero después de un periodo en prisión, fue inexplicablemente puesto en libertad y pudo regresar a Ucrania. Pero Children in the fire nunca termina de desarrollar este tema, a pesar de contar con la presencia de la primera dama ucraniana Olena Zelenska. Incluso puede dar ciertas falsas esperanzas de un final tranquilizador para algunos de los jóvenes que aparecen en la película y que han regresado a Ucrania, porque la realidad es que solo 1.350 han sido devueltos, y cada devolución necesita la intervención de un Estado mediador como Qatar, Sudáfrica y el Vaticano. Una de las secuencias más impactantes de la película es el relato de Vladyslav, un joven de 18 años que estuvo preso en una comisaría rusa pero le obligaban a trabajar limpiando la sangre de las torturas que ejercían sobre otros prisioneros. A través de la animación realizada por el estudio ucraniano Karandash Animation Studio, se describe cómo uno de sus compañeros de celda se suicidó autoinfligiéndose heridas en el cuerpo, recreándose quizás demasiado en la violencia. Tras permanecer 48 días en una prisión fue trasladado a un hotel, de donde tampoco pudo salir hasta 42 días después, tras los cuales Vladyslav fue liberado. Children in the fire es un documental que quiere ser inspirador, pero se queda a medio camino en el desarrollo de un tema relevante, para recrearse demasiado en el choque emocional de las experiencias que han traumatizado a una generación de ucranianos.
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Películas mencionadas:
Ucrania: El conductor de Bucha se puede ver en Arte España.
Forrest Gump y Chernobyl: The lost tapes se pueden ver en Movistar Plus+ y SkyShowtime.
El antídoto ruso y Front row: Ballet en tiempos de guerra se pueden ver en Movistar Plus+.
Winter on fire se puede ver en Netflix.
Cries from Syria se puede ver en Docsville.
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