03 mayo, 2021

Hot Docs 2021 - Parte 2: El poder de la prensa

Estas semanas se suceden los festivales de documentales casi sin dar tiempo a recuperarse de tantos visionados. Comenzamos con Visions du Réel, continuamos con CPH:DOX y después con Hot Docs, al que lanzamos una mirada de reojo a algunos de los documentales de su programación. Entre el 5 y el 23 de mayo se celebra el Dok:fest de Munich, que cubriremos en parte, al que seguirán Docsbarcelona del 18 al 30 de mayo, Krakow Film Festival, del 30 de mayo al 6 de junio, y Sheffield Doc/Fest entre el 4 y el 13 de junio. Esta acumulación de festivales de documentales no se ve afectada sin embargo por una disminución en la producción de películas, aunque algunos títulos ya comienzan a destacar como algunos de los más solicitados de este año. 

Nuestra mirada está hoy puesta en el festival canadiense Hot Docs, del que solo realizamos una cobertura parcial, pero del que destacamos algunas de estas películas que parecen destinadas a estar presentes en los festivales de cine de los próximos meses. Nos acercamos sobre todo a las secciones paralelas, fuera de la competición oficial, en las que a veces se encuentran algunas propuestas realmente apetecibles.  

NIGHTVISION 

Premiada con el POLITIKEN DANISH:DOX Award en CPH:DOX, el documental Dark blossom (Frigge FRI, 2021) ya tenía distribuidora internacional desde antes de su estreno mundial en Copenhague, la distribuidora francesa Reservoir Docs, que también ha adquirido el documental español El misterio de Goya, las mil caras de Goya (José Luis López-Linares, 2022), de próximo estreno. Y ciertamente es una película que tiene una enigmática capacidad para introducirnos en la historia de amistad de tres jóvenes góticos: Josephine, Nightmare y Jay que encuentran en el culto a la oscuridad y a la muerte, y en la representación exterior de sus inquietudes personales una conexión especial que les permite crear un sentimiento de comunidad. Está claro el origen como directora de videoclips de Frigge FRI, que aporta a lo largo del documental una visión musical, una imaginería estética de la muerte que se muestra en los restos de animales atropellados por los que sienten tanta fascinación Josephine y Nightmare. Esta representación de la belleza de la putrefacción se convierte en el leitmotiv de la película, envuelta en las hipnóticas sonoridades musicales de la misteriosa banda de darkwave Sopor Aeternus & The Ensemble Shadows. 


Josephine es en buena medida el personaje principal del documental, porque además es el que más evoluciona a lo largo de la historia. Aunque se siente rechazada en el instituto, tampoco hace muchos esfuerzos por encajar, más interesada en las transformaciones estéticas que la convierten en una especie de representación oscura de su propia personalidad. A pesar de su marcado carácter provocador, ella también aspira a tener una vida en pareja, y lo consigue cuando conoce a un joven mayor que ella, con el que decide irse a vivir. Pero, curiosamente, su adaptación a una vida y una estética "normal", cuando comienza a trabajar como cajera en un supermercado, se siente más como un disfraz que cuando lleva a cabo sus transformaciones visuales. 

Aunque esté envuelta en esta representación de la estética gótica, Dark blossom cuenta básicamente una historia de amistad entre jóvenes, describiendo cómo la asumpción de la madurez acaba afectando a las relaciones personales, especialmente en el caso de Josephine y Nightmare, que tienen una crisis en su relación cuando ella decide tomarse en serio su vida en pareja. El documental consigue de esta forma ir construyendo una narrativa tradicional envuelta en una estética poco convencional, lo que se convierte en su mayor atractivo. Se trata de una historia de madurez, de crecimiento personal que se resiste, sin embargo, a encajar en una sociedad que está marcada por la necesidad de etiquetar a las personas. Y aunque a veces pueda dar una cierta impresión de superficialidad, en realidad es una profunda mirada a la complejidad psicológica de sus personajes. 

THE CHANGING FACE OF EUROPE  

En el año 2016 la comunidad internacional se sorprendió cuando aparecieron imágenes en YouTube que mostraban cómo era trasladado un árbol de 135 años de antigüedad por el Mar Negro. El destino de éste y otros árboles centenarios era la mansión de Bidzina Ivanishvili, un multimillonario georgiano que había sido primer ministro del país y que quería rodear su casa de estos árboles. El documental Taming the garden (Salomé Jashi, 2021), que también fue seleccionado en Sundance 2021, realiza una crónica de los trabajos de traslado de estos árboles que duraron dos años. Y el hecho de que para quienes encargaron estos traslados se tratara de un proceso complejo, casi de ingeniería, del que se sentían orgullosos permitió a las cámaras de la directora documentar buena parte de éste de una forma privilegiada. Pero el punto de vista de la película es completamente diferente. 


Salomé Jashi propone una mirada más cercana a la propia naturaleza, deteniéndose en los árboles más que en los obreros, mirándolos con cierta admiración por sus vidas centenarias, retratando las copas de los árboles mientras son arrancados de la tierra. De forma que construye un admirable tributo a la naturaleza y a su resistencia frente a los caprichos millonarios. Pero también están presentes las sorprendidas miradas de los campesinos, que ven cómo estos admirables árboles con los que han convivido desaparecen ante su vista. Se les ofrece una compensación irrisoria, pero ellos se preguntan por qué en vez de arrancar árboles no se gastan el dinero en construir una carretera que es necesaria. 

En su poética callada, en la contemplación de las imágenes sin entrevistas ni narración, Taming the garden es una película profundamente ecológica pero también profundamente política. A través de la migración forzosa de estos árboles se dejan caer pinceladas sobre la sociedad georgiana, sobre la concentración del poder en aquellos que tienen dinero, esos que no se preocuparán nunca por las necesidades de los campesinos. En su camino a través de la carretera hasta llegar a la mansión de Bidzina Ivanishvili, los grandes árboles necesitan espacio para avanzar, por lo que se decide talar todos los árboles que se encuentran en los márgenes del camino. Son las víctimas colaterales de un capricho. 

SPECIAL PRESENTATIONS 

La inauguración del Dok:Fest de Munich que se inicia el 5 de mayo se producirá con la película alemana Behind the headlines (Daniel Andreas Sager, 2021), que se adentra en el periodismo de investigación que Frederick Obermaier y Bastian Obermayer realizan tras haber publicado los famosos Papeles de Panamá en el periódico Süddeutsche Zeitung, el de mayor tirada en Alemania y uno de los más prestigiosos a nivel internacional. Estos dos periodistas se encuentran en pleno proceso de investigación del asesinato de Daphne Caruana Galizia, periodista clave en la investigación en Malta de los Papeles de Panamá, a la que colocaron una bomba debajo de su coche. Esta investigación no parece llevar a ninguna parte (o quizás se obvian algunos resultados en el documental) pero sirve para crear una especie de prólogo, en el que interviene Edward Snowden, que nos muestra la dificultad de este tipo de periodismo, a veces conducido a callejones sin salida, pero también lo peligroso que puede llegar a ser. 


El objetivo del director se centra en mostrar los largos procesos de pesquisas y encuentros secretos que llevan a la publicación de noticias que acaban teniendo repercusión en todo el mundo. Finalmente se centran en un video que les ha llegado de forma anónima, en el que se muestra al vicecanciller austríaco Heinz Christian Strache aceptando propuestas de una supuesta sobrina de un oligarca ruso, que le ofrece una cobertura de noticias positivas a cambio de contratos gubernamentales. Conocido como el Caso Ibiza, porque la grabación se realizó en la isla española, el escándalo tras la publicación de la noticia provocó una convulsión en el gobierno austríaco y acabó con la dimisión del vicecanciller.

A partir de la llegada del video a la redacción, Frederick Obermaier y Bastian Obermayer inician un trabajo en el que tienen que respaldar la información con datos que resulten relevantes. Pero la aproximación que hace el director Daniel Andreas Sager lastra las posibilidades del documental. Porque, en su afán por ser realista en el reflejo del trabajo de investigación, a veces arduo y con extensas pausas en las que se espera la confirmación de alguna noticia o la aceptación de algún informante para participar en la cobertura, termina realizando una película tediosa, a la que le falta tensión y fuerza. De alguna forma nos recuerda a otras propuestas como la serie documental Philly D.A. (PBS, 2021-), que se acerca a la oficina del Fiscal del Distrito de Philadelphia pero trazando una narrativa que resulta dinámica y atractiva, todo lo contrario de lo que se logra en un documental cuyo objetivo parece claro pero que tropieza en su camino hacia él. 

El título de la película We are as Gods (David Alvarado, Jason Sussberg, 2021) está tomado de una frase que escribió Stewart Brand: "We are as Gods and might as well get good at it" (somos como dioses y bien podríamos ser buenos en eso), refiriéndose a la capacidad del ser humano para transformar todo lo que le rodea. Pero lejos de la habitual mirada pesimista hacia las acciones del hombre en el planeta, el enfoque de Stewart Brand es profundamente optimista sobre las capacidades científicas para influir también en el planeta de una forma eficaz. 


Él es el principal protagonista de un documental que retrata a uno de los pensadores más importantes del siglo XX, y su trayectoria en diversos campos de la ciencia y el conocimiento es, simplemente, fascinante. Al comienzo de su carrera perteneció a la comunidad hippie que experimentaba con nuevas drogas como el LSD, pero sobre todo creó el Whole Earth Catalog, una publicación que trataba de dar rienda suelta a la autogestión a través de la catalogación de herramientas útiles de conocimiento para el hombre, que se convirtió en un éxito (incluso Steve Jobs lo menciona como una influencia notable en su famoso discurso de Graduación en 2005), y que se considera como el antecesor del buscador Google. Stewart Brand pasó después a interesarse por las computadoras que comenzaban a desarrollarse, y creó una comunidad de hackers en los incipientes inicios de los ordenadores, que trataba de establecer la idea de compartir los conocimientos. En esta comunidad participaron unos jóvenes Steve Jobs y Steve Wozniack que años después crearían Apple haciendo todo lo contrario, compartir lo menos posible. 

Se puede considerar a Stewart Brand como un visionario que pudo ver las posibilidades de muchos avances que hoy en día forman parte de nuestras vidas. Pero el documental no solo realiza una mirada retrospectiva a través de imágenes de archivo e intervenciones del propio protagonista, que están bien estructuradas y son muy dinámicas. Por el contrario, se centra en su último proyecto, que consiste en tratar de resucitar a los mamuts a partir de los restos de ADN que se han encontrado en los permafrost de Siberia, en los que se han conservado restos de animales prehistoricos congelados incluso con piel. Como ya pudimos ver en el documental Holgut (Liesbeth de Ceulaer, 2021), algunos científicos están trabajando en estas posibles resurrecciones, pero también se enfrentan a importantes debates éticos. "Podemos hacerlo pero, ¿deberíamos hacerlo?". 

De hecho, a pesar de que Stewart Brand ha sido un visionario, este proyecto iniciado a sus 81 años es tomado en ocasiones como una broma por la comunidad científica. Pero en su documental los directores Daniel Alvarado y Jason Sussberg, responsables hace años del muy interesante The immortalists (2014) sobre dos científicos que investigaban sobre la eterna juventud, toman la inteligente decisión de no evitar las críticas que se hacen al proyecto de Stewart Brand, incluso en debates públicos. Su teoría consiste en que recuperar a estos grandes animales herbívoros en determinadas zonas del planeta podría contener la gradual desaparición del permafrost, que sería devastadora para el cambio climático. Como ya hemos visto, su percepción de las capacidades del ser humano son infinitas, y su optimismo es contagioso. Pero, sobre todo, We are as Gods es un documental que consigue fascinarnos a través del retrato de un pensador inclasificable.  

ARTSCAPES SHORT PROGRAM 

Kris Bowers es uno de los jóvenes compositores que tiene una trayectoria más reconocida en los últimos años. Su trabajo comenzó a destacar en la película ganadora de tres Oscar Green Book (Peter Farrelly, 2018), y desde entonces ha compuesto las bandas sonoras de series como Así nos ven (Netflix, 2019), Mrs. America (Hulu, 2020) o Los Bridgerton (Netflix, 2021-), y películas como Los Estados Unidos contra Billie Holliday (Lee Daniels, 2020), Respect (Liesl Tommy, 2021) o Space Jam. A new legacy (Malcolm D. Lee, 2021). Pero su primera nominación al Oscar le ha llegado como co-director del cortometraje A concerto is a conversation (Kris Bowers, Ben Proudfoot, 2029), que está producido por Ava DuVernay, directora de Selma (2014) y Enmienda XIII (2016) para la serie Op Docs de The New York Times, y que fue seleccionado en Sundance 2021. 


El documental toma como punto de partida el concierto "For a younger self" compuesto por Kris Bowers que se estrenó en el Walt Disney Concert Hall en febrero de 2020. Kris Bowers describe a su abuelo Horace Bowers que un concierto es una conversación entre la orquesta y el solista, y precisamente es una conversación entre abuelo y nieto la que se convierte en el centro del cortometraje. Es también un viaje a la época más oscura del racismo en Estados Unidos, cuando el segregacionismo de la Ley Jim Brown en el Sur provocó la emigración de numerosas personas de raza negra a otras zonas del país. Horace terminó en Los Angeles, donde comenzó a trabajar como prensador en una lavandería que terminó comprando cuando solo tenía 20 años, consiguiendo un préstamo que pidió por correo para evitar las suspicacias provocadas por el racismo: "En el Sur, te lo dicen. En Los Angeles, te lo demuestran".

El cortometraje tiene algunos momentos conmovedores protagonizados por abuelo y nieto, aunque se toman algunas decisiones en los encuadres, con primeros planos de cada uno de los interlocutores en sus conversaciones, que resultan poco naturales. Es cierto que de esta forma se enfoca la atención en las palabras, sin distracciones, pero se agradecen más las escenas en las que ambos tienen la posibilidad de estar menos encorsetados por la cámara, de interactuar con mayor naturalidad, como en la lavandería o en esa maravillosa canción que canta el abuelo e interpreta al piano el nieto y, que sorprendentemente, se deja para los títulos de crédito, cuando se trata del momento más emocionante del cortometraje.  


A concerto is a conversation se puede ver en YouTube

 

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