29 mayo, 2021

Docsbarcelona 2021 - Día 12: Madres e hijos

Tras doce días de jornadas cinematográficas en torno al documental, Doscbarcelona concluye esta tarde con la ceremonia de clausura que tendrá lugar en Aribau Multicines de forma presencial. Una edición híbrida que ha confirmado un buen momento del cine documental a pesar de las complicaciones en algunos rodajes debido a la pandemia, pero que ha ofrecido algunos de los títulos más relevantes del panorama internacional, y que en el aspecto nacional ha mostrado la mirada cada vez más transfronteriza de los proyectos españoles. Estas "miradas inquietas", lema de esta última edición de Docsbarcelona, se han diversificado en temáticas diversas y muchas lecturas políticas, en la continuación de la transformación del mundo árabe y también en la repercusión del coronavirus en nuestra sociedad. Este es nuestro último repaso a las películas de la programación de Docsbarcelona.  

Nuestras próximas crónicas de festivales durante este mes se detendrán en el Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger. FCAT, que se celebra hasta el 6 de junio; en la segunda parte del Festival de Rotterdam, que tiene una continuación del 2 al 6 de junio y en el Sheffield Doc Fest, que tendrá lugar entre el 4 y el 13 de junio. 

LATITUD

Producida entre Colombia y Costa Rica, la película Objetos rebeldes (Carolina Arias Ortiz, 2020) traza un camino entre lo personal y lo antropológico, que fue seleccionado en IDFA 2020. De hecho, la directora del documental es antropóloga, pero inicia su recorrido a través de su regreso personal a Costa Rica, debido a la gravedad de un cáncer que sufría su padre. Esta necesidad de enfrentarse a la muerte conecta con una reflexión en torno a la memoria que está representada a través del trabajo de la arqueóloga costarricense Ifigenia Quintanilla, centrado en el estudio de las denominadas esferas, un conjunto de petroesferas precolombinas que están consideradas como una de las principales manifestaciones de la cultura antigua de Costa Rica. La referencia a estas piedras habla de la prevalencia del pasado, de la resistencia al olvido.


Rodado en un espléndido blanco y negro, aunque utilizando el color para mostrar las imágenes de archivo (en un interesante intercambio de la representación habitual del pasado y el presente), la película sin embargo, no consigue conectar adecuadamente esta vertiente personal y la referencia a la memoria. Porque la propuesta personal se representa principalmente a través de la voz en off de la directora, y transmite una sensación de conexión forzada con el resto de los elementos de la película. Resultan más interesantes las incursiones en la faceta arqueológica, más logradas las reflexiones sobre el pasado y cómo las esferas de piedra forman un conjunto de huellas arqueológicas que definen la personalidad de un país y su complicada relación con la memoria.

PANORAMA

El artículo 490 del Código Penal de Marruecos criminaliza las relaciones extramatrimoniales con penas de hasta un año de cárcel, pero son las mujeres las que están más expuestas en el caso de quedarse embarazadas, porque si acuden a un hospital pueden ser arrestadas. El colectivo Hors la Loi lanzó una campaña virtual llamada #stop490 con la que intenta que el gobierno elimine esta ley, al igual que otros movimientos pretenden la despenalización de la homosexualidad, pero la reforma del Código Penal está bloqueada desde hace años. En el documental Mothers (Myriam Bakir, 2020), que fue seleccionado para la Sección de Mediometrajes en IDFA 2020, la directora se centra en el trabajo de la asociación Oum Al Banine, fundada por Mahjouba Edbouche en Agadir, que da cobijo a madres solteras, marginadas por la sociedad. 


Mahjouba Edbouche plantea una reflexión sobre la compleja coexistencia de una cierta modernidad y el mantenimiento de las tradiciones, lo que da lugar a leyes como la 490: "En Marruecos tenemos un lío entre los derechos humanos, las tradiciones, la cultura, la sharia, la civilización, la globalización, internet, los móviles... No digo que sea malo. Pero es un cambio que debería haberse preparado durante 50 años para poder seguir la evolución por nosotros mismos". A través de varios casos concretos, ocultando la identidad de las jóvenes y de sus padres, quienes ofrecen su rostro delante de la cámara son las trabajadoras sociales de la asociación y la propia fundadora, que se presenta como mediadora entre las jóvenes y sus familiares. Ellas tienen miedo de la reacción de sus padres a su embarazo, y de alguna forma el entorno de la asociación permite un espacio de seguridad. 

El documental tiene algunas escenas en las que las emociones afloran, protagonizadas por unas jóvenes que se encuentran indefensas pero, sobre todo, aturdidas por una situación que las puede llevar a la cárcel. Porque, aunque se ha eliminado la obligación de los hospitales de solicitar el certificado de matrimonio a las embarazadas, en muchos de ellos hay médicos que siguen denunciándolas ante la policía. Falta, sin embargo, más información sobre ellas, un acercamiento más diversificado hacia los distintos frentes, porque no sabemos nada de las circunstancias de estas jóvenes. La existencia de la Ley 490 es un reflejo de la difícil coexistencia de la tradición con una aparente modernidad en la sociedad marroquí, y provoca incluso situaciones injustas para los propios hombres. Un abogado que colabora con la asociación aconseja a una joven que denuncie a quien la ha dejado embarazada: "Si no dices nada, te considerarán culpable. ¿Prefieres protegerlo como cómplice o defenderte como víctima? Decir que te violó, que te obligó a tener relaciones sexuales. Porque si no lo dices, creerán que escondes algo. Si estás embarazada sin estar casada, el tribunal te enviará a la cárcel acusada de prostitución". 

Estrenada en DOK Leipzig 2020, Children (Ada Ushpiz, 2020) es una película que plantea con mayor claridad de lo que suele suceder, la ambivalencia de la experiencia de los niños en medio de situaciones políticas o bélicas. En este caso, las protagonistas son tres niñas palestinas que viven en los territorios ocupados por Israel, y que representan la denominada "intifada de los cuchillos", una oleada de ataques contra los soldados israelíes llevados a cabo por niños que portaban cuchillos, surgida en 2016, que en muchos casos recibió una contundente respuesta de Israel, que provocó numerosas detenciones y algunas muertes. Una de estas atacantes es Dima, de doce años, que acaba de salir de la cárcel, y que es recibida por sus padres y un grupo de periodistas. Tanto unos como otros intentan que ella diga unas palabras, que hable sobre su estancia en la cárcel, pero Dima permanece en silencio, lo que achacan al trauma de las experiencias vividas.  


La sensación que tenemos como espectadores es que hay un intento de manipulación tanto por parte de los padres como de los periodistas, que incluso sugieren lo que Dima tiene que responder. Y esa situación de indefensión que experimenta la niña es una de las claves de la película. En la escuela, Dareen, de seis años, asiste a unas clases en las que se habla de patriotismo, mientras en la casa uno de sus hermanos mayores se queja de que los profesores no toman partido por la causa palestina. Por su parte, Janna, de once años, se ha convertido en una influencer en las redes sociales, filma los conflictos con soldados israelíes y ejerce una especie de periodismo adolescente. La reflexión surge constantemente a lo largo de un documental que muestra estas vidas sin infancia en medio de la ocupación israelí, de la presencia de soldados que a veces irrumpen en las casas, vidas sin infancia en medio de la constante tensión que protagonizan los adultos. 

El padre de Dareen ha colocado cámaras en su calle para observar los movimientos de los soldados israelíes, a los que se enfrenta a veces. Cuando ve que se produce alguna situación de tensión, sale de su casa para discutir con ellos, aunque parece que aprovecha el hecho de tener una cámara grabándole para intensificar su enfrentamiento con los soldados quienes, por otro lado, acuden a la violencia cuando no saben expresarse con palabras. Esta sensación de ambivalencia, de manipulación e intrusismo por ambas partes, es lo más interesante del documental, porque no es habitual encontrarlo. Curiosamente, el mismo padre que se enfrenta a los soldados mantiene un interesante debate con su hijo adolescente, defendiendo la convivencia entre israelíes y palestinos en el West Bank, mientras el joven, que solo ha conocido la ocupación israelí, tiene una actitud más beligerante contra los ocupantes. 

Pero esta sensación extraña que produce el visionado de la película, en la que es difícil tomar partido, es también el reflejo de una situación que resulta más compleja para los niños, cuyos pensamientos y acciones son constantemente contaminados por los mensajes que les inculcan los adultos. Y eso les convierte también a ellos mismos en manipuladores. Al principio del documental Dima defiende que ella no llevaba ningún cuchillo cuando la detuvieron, sino que los soldados israelíes lo colocaron en su mochila. Pero ese relato cambia cuando habla con una joven con la que compartió prisión. A lo largo de sus dos horas de duración Children consigue mostrar un mundo complejo de guerra, ocupación y política que destruye la infancia. 

CLAUSURA

Uno de los principales artistas israelíes que mantienen una postura en contra de la política israelí de ocupación es Dani Karavan, escultor de gran prestigio cuya obra se encuentra repartida en algunos espacios de Tel-Aviv como la Plaza de la Cultura o la White Square, pero también en países como Japón, Corea del Sur, Francia, Italia, Alemania o España cuya obra Passages - Homage to Walter Benjamin se encuentra en la localidad de Port-bou (Gerona). En el Camino de los Derechos Humanos, que creó en Núremberg, las veintinueve columnas de cemento presentan los artículos de la Declaración de los Derechos Humanos en treinta idiomas, que incluyen el yiddish y el árabe. El documental de clausura de Docsbarcelona Dani Karavan (Barak Heymann, 2020) acompaña a este nonagenario artista a través de algunas de sus obras más representativas. En realidad, es más adecuado el título original, High Maintenance - The life and work of Dani Karavan porque la personalidad de Dani Karavan le lleva a ocuparse (y a veces desesperarse) del mantenimiento de sus obras de arte, muchas de ellas con evidentes muestras de deterioro, y otras con una desidia por parte de los responsables (luces que no encienden, agua que no corre...). Es el artista enfrentado a la degradación de su obra. 


Los dos aspectos principales de la personalidad de Dani Karavan coexisten en el documental: por un lado, su capacidad de creación, su prestigio como escultor y autor de espacios espectaculares; y por otro, su condición de anciano algo cascarrabias, aficionado a las visitas médicas, exasperado incluso por la incultura del director del documental. Algunas de las situaciones de humor parecen forzadas y son algo discutibles, como cuando se habla de banalidades como el hecho de que la Plaza de la Cultura no tenga ninguna zona de sombra, porque en su búsqueda de la provocación minimiza la calidad de la obra de este artista. Sin embargo, aporta un sentido del humor que funciona en su contraste rotundo con otros aspectos más serios de la vejez, como el miedo al olvido y a la pérdida de la memoria, que Dani Karavan afronta con preocupación.

El escultor menciona su arte como político, haciendo referencia al Guernica de Picasso, y manifiesta su necesidad de expresión de su posición política, como cuando creó el muro en relieve que preside el Salón de Plenos del Parlamento de Israel, llamado "Pray for the peace in Jerusalem", que está tallado en piedra árabe. En el documental también se enfrenta a las dudas sobre la creación de una obra que homenajea a los polacos cristianos que ayudaron a esconder a judíos durante la II Guerra Mundial, que sin embargo es susceptible de ser instrumentalizada por el gobierno de Polonia para reescribir la historia, cambiando la percepción de los polacos durante la guerra, que en su mayoría colaboraron con los nazis. 

En su encuentro con uno de sus amigos, el director de cine Wim Wenders, Dani Karavan habla sobre su admiración por una naturaleza que parece diseñada, y que es su principal fuente de inspiración. El director se siente fascinado por las manos del artista: "Tus manos están llenas de sabiduría". High maintenance es un documental que celebra la obra del creador israelí pero también su personalidad vitalista, cuando alcanza ya los noventa años. Y el hecho de que Dani Karavan acceda a mostrar esos rincones desconocidos de su intimidad también le reivindican como ser humano. 



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