El Festival de Cine de Cracovia continúa su recorrido por las producciones documentales y cortometrajes más destacadas del panorama actual. La celebración en versión online del festival es una de las iniciativas que se han tomado frente a la situación de confinamiento aún en muchos países. Pero lo que estamos viendo en algunos de los documentales seleccionados es que esta situación de encierro se ha convertido en algo habitual para muchas personas. Un encierro que va más allá de las paredes de una habitación y que tiene sus límites en una sociedad que provoca la alienación del individuo. Es un confinamiento forzado en círculos viciosos de los que es difícil escapar.
El documental Higher love (Hasan Oswald, 2029) habla precisamente de este sentimiento. Como en I love you I miss you II hope I see you before I die (Eva Marie Rødbro, 2019) se desarrolla en una zona suburbial de los Estados Unidos, concretamente en Camden, un barrio de Nueva Jersey, donde los protagonistas están inmersos en el mundo de las drogas. Guiado por un hombre que intenta rescatar de la adicción a su novia embarazada, el director muestra una realidad que se ha convertido en otra clase de epidemia, la de los opioides, que mató a 200.000 norteamericanos en 2018 por sobredosis. El documental se beneficia de dos personajes principales que se muestran ante la cámara en sus buenos y sus malos momentos con absoluta naturalidad. En realidad, nos habla no solo de la adicción de Nina a los opioides, sino también de otras adicciones: el abuso del alcohol por parte del protagonista, y esa especie de adicción de amor que le mantiene siempre cerca de una persona que está tercamente atrapada en el mundo de las drogas.
La historia principal transmite emoción y preocupación, porque los esfuerzos por acercarse a tratamientos de desintoxicación parecen vanos. El director nos muestra también algunas tramas paralelas, como la de un amigo de la familia que entra en un programa de desintoxicación, pero estas historias paralelas, en lugar de alimentar la historia principal, distrae el foco de lo que verdaderamente nos interesa. En este sentido, Hasan Oswald comete algunos errores de debutante, porque parece no creer que la historia en sí tenga la suficiente fuerza como para mantener el interés. Y es todo lo contrario.
Hace unos años, el director iraní Mehrdad Oskouei se acercó a un Centro de Detención para mujeres en su documental Starless dreams (Mehrdad Oskouei, 2016) en el que mostraba la vida de las jóvenes prisioneras. A través de entrevistas, las chicas se mostraban en cierto modo liberadas en esa prisión, tras vivir en familias donde sufrían maltratos y abusos. Ahora presenta Sunless shadows (Mehrdad Oskouei, 2019), que de nuevo se acerca al Centro de Detención para hablar con jóvenes que han asesinado a familiares masculinos. Padres, maridos o tíos que han ejercido abusos y contra los que se han revelado estas mujeres que no encontraban otra salida. En este sentido, es difícil establecer quiénes son víctimas realmente en estas historias.
El director propone a las jóvenes que graben una video-carta dirigida a sus madres (habitualmente en prisiones para mujeres) o a los familiares a los que han asesinado. Estas video-cartas, grabadas en solitario, muestran los sentimientos profundos de chicas jóvenes que sienten que sus vidas han conseguido ser liberadas del yugo. Es un documental complejo por las implicaciones éticas que tiene, en el que el director interviene como un entrevistador a veces demasiado paternal, que nos acerca a una realidad cruel. Las jóvenes encuentran más libertad en la prisión, donde pueden estudiar y entretenerse, que en sus propias vidas en familia.
Otra historia singular es la relación del director sueco Peter Torbiönsson con la protagonista de su documental Ninosca-The woman and the emigrant's song (2020). Cuando el realizador cubría las acciones de la Contra nicaragüense en los años ochenta, conoció a la familia de Ninosca, una joven de 12 años cuyo hermano había sido asesinado por los contrarrevolucionarios. Desde entonces, el director ha mantenido una amistad con la familia y ha seguido los pasos de la joven, rodando dos documentales en los que ella estaba presente: The lovers of San Fernando (Peter Torbiönsson, 2001) y Last chapter: Goodbye Nicaragua (Peter Torbiönsson, 2010), que estaba más centrado en la investigación de una serie de asesinatos de periodistas por la Contra, y que le costó al director la prohibición de entrar en Nicaragua. Este documental se puede ver en Filmin.
Cuarenta años después de que se conocieran por primera vez, el director sueco decide realizar un recorrido que resume buena parte de la vida de esta mujer, quien un día tomó la decisión de abandonar a su marido para emigrar a España, donde intentar conseguir un futuro mejor. En realidad, Ninosca no funciona tanto como tercera parte de una trilogía sino que tiene en sí misma una personalidad propia, porque de hecho el director regresa a algunas de las historias que nos había contado de forma tangencial anteriormente. Es un trabajo interesante, en el que el realizador se convierte también en coprotagonista de la historia (dando consejos a Ninosca, o en una subtrama en la que intenta cruzar la frontera nicaragüense de forma ilegal). Pero también es un documental que tiene un cierto aire de melancolía, de sueños imposibles, de una vida dura que no ha permitido casi momentos de respiro, de una tragedia vital que la protagonista asume con estoicismo.
Warsaw Film Festival ofrece también una selección de cortometrajes a concurso que incluyen producciones de ficción, animación y documental. La presencia española está marcada por el cortometraje Orquesta Los Bengalas (David Valero, 2020), que tiene su estreno mundial en este festival. Se trata de una historia bien contada, con adecuadas dosis de humor a pesar de que trata un tema tan dramático como la enfermedad de Alzheimer. Pero los personajes se hacen entrañables y la historia tiene un ligero aire a las comedias de Luis García Berlanga que le da un interés especial. También destaca en el apartado de los cortos de ficción White eye (Tomer Shushan, 2019), ganador del premio al Mejor Cortometraje Narrativo en el Festival SXSW Film Festival. Esta producción israelí reflexiona sobre cómo una anécdota puede convertirse en una tragedia para el futuro de una persona. Está rodado en plano secuencia y contiene una historia poderosa.
Orquesta Los Bengalas (David Valero, 2020) |
Entre los cortometrajes documentales también hay presencia de un director español en la producción congolesa A second family (Ramón Sánchez Orense, Susanne Krauss, 2019), que nos introduce una emotiva historia sobre un equipo de baloncesto formado por jóvenes sordomudos que encuentran en el deporte una salida a sus difíciles condiciones de vida. Es un corto sencillo, que sabe dosificar la información para mostrarnos una lección de fortaleza y tesón. También relacionado con el deporte es The butler (Daniel Dencik, 2019), que se centra en la figura del ciclista irlandés de origen danés Christoffer Juul Hansen. Éste no es uno de esos corredores destinados a ganar premios, sino que es uno de los componentes de su equipo que contribuye para que el principal ciclista logre llegar a la meta en los primeros puestos. Es una historia del deportista secundario, fundamental pero condenado a ser siempre el "mayordomo". Por su parte, Depot Asmara (Beatrice Möller, 2019) nos traslada a la arcaica línea ferroviaria del país africano de Eritrea, abandonada especialmente durante la ocupación del país por Etiopía, y ahora convertida en un museo viviente en el que solo habitan los viejos maquinistas que tratan de sobrevivir en sus últimos años.
A second family (Ramón Sánchez Orense, Susanne Krauss, 2019) |
Aunque pronto podremos ver la edición online del Festival más destacado de Cine de Animación, Annecy, ya podemos disfrutar de algunos trabajos destacados de este año en el campo de los cortometrajes de animación. Entre los que hemos visto nos han parecido interesantes Beyond Noh (Patrick Smith, 2020), un espléndido trabajo en el que se han animado 3.475 máscaras de todos los países del mundo para crear una sinfonía audiovisual absorbente y mágica. Este cortometraje también ha sido seleccionado en Vienna Shorts Festival y será uno de los que más oiremos hablar este año. Por su parte, la producción belga Ghost eye (Wouter Sel, Thijs De Cloedt, 2020) nos presenta una trama al estilo del cine negro que tiene un diseño gráfico excelente y que ahonda en las consecuencias de la soledad. Coming home (Benjamin Swiczinsky, 2019) es un corto austríaco pero que supone una divertida incursión en la política migratoria de los Estados Unidos, cuando la mayor parte de sus habitantes deciden volver a sus lugares de origen (África, Europa...), dejando al país desierto. Y, finalmente, He can't live without Cosmos (Konstantin Bronzit, 2019) es una interesante historia sobre un bebé astronauta que crece aislado en su hogar, pero que poco a poco va descubriendo la razón de ser de su existencia. Es una historia bien contada, original y atractiva.
Last chapter: Goodbye Nicaragua se puede ver en Filmin.
Hola! Muchas gracias por las líneas que dedicáis a nuestra pequeña peli "A second family". Es un honor! Me encanta vuestro blog, por cierto. Un saludo! Ramón Sánchez
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