16 noviembre, 2020

Festival de Cine de Estocolmo: Panorama del mejor cine

Con el Festival Internacional de Cine de Estocolmo, comienza (o termina, dependiendo de cómo se mire el calendario) una temporada de festivales cinematográficos en los países escandinavos. Del 11 al 22 de noviembre tiene lugar uno de los festivales más destacados de la zona, que aglutina buena parte de las producciones internacionales que han sobresalido en los últimos meses, con una especial mirada al cine norteamericano. Después de este encuentro, se celebra en Oslo Film fra Sør, entre el 26 de noviembre y el 6 de diciembre. Enfocada principalmente en la cinematografía de los países africanos, asiáticos y latinoamericanos, ésta no es una muestra con un gran presupuesto, pero consigue elaborar una amplia programación. Ya metidos en comienzos de año, del 29 de enero al 8 de febrero, se celebra el Göteborg Film Festival, que también ofrece una selección amplia y notable. 

La pandemia del coronavirus también está afectando notablemente a estos países. Mientras que en la oleada de marzo-abril los índices de contagio en Suecia, Dinamarca o Noruega se mantuvieron más o menos bajos en comparación con otros países, esta denominada segunda ola ha multiplicado notablemente estos contagios. Así, Film fra Sør ya ha decidido reorganizarse para hacerse exclusivamente online, ya que en Noruega se ha decretado el cierre de salas de cine y teatro, gimnasios y otros negocios no esenciales durante las próximas tres semanas, con posibilidad de ampliar esta situación más allá de las Navidades. En Suecia, donde no funcionó la política de inmunidad de grupo que practicaron en primavera, también ha golpeado especialmente la pandemia en estos meses, e incluso se plantean volver a cerrar las escuelas. Pero el Festival de Estocolmo se desarrolla de forma presencial, aunque trasladando una pequeña parte de su programación al visionado online, así como los actos de homenaje, que este año se han dedicado a Martin Scorsese, Viggo Mortensen e Isabella Rossellini.

Después de intentar durante treinta años llevar a Martin Scorsese al Festival, el director norteamericano finalmente accedió a participar, pero el coronavirus ha dejado su presencia en formato virtual. Lo mismo ocurre con Isabella Rossellini y Viggo Mortensen, que esta vez no ha podido trasladarse a Estocolmo como sí pudo hacer en Gante. La edición presencial del festival se enfrenta a las restricciones, con un máximo de cincuenta espectadores en cada sala y una reducción drástica de los trabajadores de la muestra, que han pasado de 58 a tan solo 14. Como ya hemos señalado con respecto a otros festivales, es bastante discutible si tiene sentido celebrar un encuentro presencial sin invitados, sin profesionales y sin apenas espectadores, en vez de apostar por una completa edición online, como hace esta semana otro de los grandes festivales europeos, IDFA. Festival Internacional de Documentales de Amsterdam

Aunque ha reducido su programación a la mitad en cuanto a números de películas, la selección comprende un importante grupo de títulos notables, algunos de los cuales comentamos a continuación.

Competición Oficial

La pandemia comienza a estar presente en la programación de los festivales, aunque sea de forma alegórica como en Apples (Christos Nikou, 2020), que pasó por la Sección Orizzonti de la Mostra de Venecia. La historia plantea una pandemia en la que los afectados sufren amnesia, una afección incurable que les obliga a adoptar una identidad nueva, a comenzar su vida desde el principio y volver a generar recuerdos. El protagonista, Aris, padece esta extraña dolencia, pero al mismo tiempo se siente cómodo con el hecho de comenzar desde cero. La enfermedad, por tanto, se convierte en liberadora y la película plantea una mirada satírica a una sociedad que resulta contagiosa en su alienación del individuo. El director, asistente de dirección de Yorgos Lanthimos en títulos como Canino (2009), debuta en el largometraje con un estilo visual que recuerda al de sus compatriotas más destacados, pero que resulta más nítido en sus propuestas, pero también profundiza menos en la dimensión existencialista. 

Otra mirada satírica es la que se plantea en The man who sold his skin (Kaouther Ben Hania, 2020), que también compitió en Orizzonti de la Mostra de Venecia. Inspirándose en una historia real sobre un hombre que vendió su piel a un artista belga para que éste creara un tatuaje artístico, con el compromiso de participar en exposiciones y permitir que su piel sea extraída después de su muerte, la directora tunecina plantea una historia similar, pero como excusa para trazar una visión irónica sobre las políticas de inmigración de la Unión Europea. En este caso, un refugiado sirio se convierte en la obra de arte humana, cuando un artista decide tatuar un visado Schengen en su espalda. A partir de ahí, la odisea de este hombre se convierte en una reflexión sobre la aparente libertad del ser humano. Aunque la visión de Europa es un poco simplista, mostrada como un grupo de acaudalados cretinos, la directora propone una historia que roza el absurdo y consigue momentos de certera crítica al mundo del arte, como en la secuencia de la subasta, que nos recuerda al tono logrado en The square (Ruben Öslund, 2017). 

Ya pudimos ver en Gante la película turca Ghosts (Azra Deniz Okyay, 2020), que ganó el Premio de la Semana de la Crítica en Venecia. La directora nos ofrece un retrato oscuro y desesperanzado de Turquía, protagonizado por varios personajes cuyas vidas se entrecruzan, y que viven un futuro incierto en una sociedad que, mientras intenta posicionarse dentro de cierta modernidad, no consigue eliminar ese constante estado de vigilancia impuesta (incluso los propios ciudadanos se vigilan entre sí y denuncian actividades "inmorales" a la policía). Se construyen nuevos edificios mientras los antiguos se derrumban y son utilizados como espacios de alquiler para refugiados. Esta visión desesperanzada está contada, sin embargo, con ciertos tics de "autor" (el título de la película aparece cuando llevamos una hora de metraje) que resultan más molestos que creativos.

Sin duda, una de las películas latinoamericanas del año es Sin señas particulares (Fernanda Valadez, 2019), producción mexicana que ganó el Premio Horizonte en el Festival de San Sebastián y el Premio del Público en Sundance. Sigue a dos mujeres cuyos hijos han desaparecido tras iniciar un viaje a través de la frontera entre Estados Unidos y México, y que han sido dados por muertos. Pero una de estas madres está convencida de que su hijo debe estar vivo. Y este recorrido que inicia para buscarlo se convierte en una de las visiones más inteligentes que hemos visto recientemente en torno a la inmigración. Es admirable la capacidad de la directora y su co-guionista Astrid Rondero para construir un drama que huye de los lugares comunes. Se trata de una historia que va ampliando paulatinamente su campo de visión, aglutinando temas muy diferentes, pero sin caer en esa habitual recopilación de tramas superficiales. El drama de la película se construye de forma horizontal, abarcando a diferentes personajes con una escritura limpia, clara, inteligente. Los personajes están construidos con profundidad, y el trabajo de dirección contribuye a ello. Con una planificación muy cuidada, hay secuencias como aquella en la que la cámara acompaña a un joven que es expulsado de los Estados Unidos que, sin palabras, abunda más en la problemática de la inmigración, de las fronteras, que otras historias completas. Es un trabajo minucioso que, en su último tramo, está cargado de una tensión casi difícil de soportar. 

Icons

Esta sección incluye algunos títulos especialmente destacados a nivel internacional, centrándose sobre todo en el cine norteamericano. En ella se pueden ver títulos como Falling (Viggo Mortensen, 2020), ya estrenada en España; la ganadora del León de Oro en Venecia Nomadland (Chloé Zao, 2020) o la destacada Supernova (Harry McQueen, 2020), que pasó por la Sección Oficial de San Sebastián y suena como probable candidata al Oscar para sus protagonistas, Stanley Tucci y Colin Firth. 


También se incluye alguna producción europea como My little sister (Stéphanie Chuat, Véronique Reymond, 2020), que se estrenó en el Festival de Berlín y es la representante suiza al Oscar a mejor Film Internacional. Se trata de un drama en torno a la relación entre una dramaturga y su hermano, enfermo de cáncer, en la última etapa de su enfermedad. Protagonizada por dos grandes actores alemanes, Nina Hoss y Lars Eidinger, la película se centra sobre todo en el personaje de ella que, igual que hace en sus obras, de alguna manera también trata de reescribir la situación que vive su hermano, incapaz de aceptar la gravedad de la enfermedad. Es un trabajo de composición (y sufrimiento) notable por parte de la actriz Nina Hoss, que ha recibido recientemente una nominación a los Premios del Cine Europeo. La película deambula constantemente en la cuerda floja del melodrama, y resulta excesiva en su construcción, pero encuentra en los momentos íntimos de los dos hermanos una cierta liberación de este sentimiento melodramático. 

American Independents

Como decíamos, la programación del Festival de Estocolmo dedica especial atención a las producciones norteamericanas, hasta el punto que tiene una sección dedicada a las miradas del cine independiente. Entre la selección de títulos destaca One night in Miami (Regina King, 2020), producción de Amazon que supone el debut en la dirección de la actriz. La película se basa en un encuentro real que tuvo lugar entre el cantante James Cooke, el jugador de fútbol americano Jim Brown, el boxeador Cassius Clay y el activista Malcolm X, que se reunieron durante una noche en un hotel de Miami para celebrar la victoria de Clay en el título mundial de boxeo. Es una película de actores, con unos trabajos notables entre los que destaca la creación que hace Kingsley Ben-Adir de Malcolm X, y sin duda será una de las películas de los Oscar. El encuentro fue recreado por el dramaturgo Kemp Powers en una obra de teatro, y adaptado por él mismo para el cine. Y se trata de una escritura absorbente, que Regina King como directora sabe aprovechar para crear una película hipnótica. Aunque en la primera parte hay algunos balbuceos, a partir de que comienzan los reproches sobre el papel que cada uno de ellos juega en la representación de la comunidad negra, la historia levanta el vuelo. Regina King, que ya ha dirigido episodios de series como This is us (NBC, 2016-) o The good doctor (ABC, 2017-), se afianza como una realizadora notable, que pone la cámara al servicio de los actores y construye una secuencia final emocionante, gracias al espléndido montaje del veterano Tariq Anwar. 
 

Twilight Zone

Esta sección dedicada al cine de corte fantástico o psicológico incluye algunos títulos que ya se han estrenado en España como Relic (Natalie Erika James, 2020), que pasó por Sundance y ganó en Sitges los premios a Mejor Dirección y Guión. Ya hemos comentado en nuestras crónicas del festival catalán esta interesante muestra de terror psicológico que tiene también reflexiones sobre la demencia senil en el entorno familiar. También se ha programado Bad hair (Justin Simien, 2020), una producción de la plataforma Hulu que pretende ofrecer una mirada al racismo y cómo es necesario renunciar a la identidad propia para poder adaptarse a la sociedad. Pero tiene mejor planteamiento que desarrollo, algo perdida en un trabajo de dirección mediocre que no consigue alejarla de su condición de película de bajo presupuesto. 

Más interesante es la producción británica Surge (Aneil Karia, 2019), que consiguió el Premio Especial del Jurado en Sundance y en España estrenó el Atlàntida Film Fest. Con una excelente interpretación del actor Ben Whishaw, la historia acompaña al proceso de erupción emocional del protagonista, un joven con una vida anodina que un día sufre un trastorno que lo lleva a objetar todos los convencionalismos sociales que le han encorsetado. Y, literalmente, comienza a hacer lo primero que se le pasa por la mente. Este estallido emocional está muy bien compuesto por el actor protagonista, pero quizás desarrollado con menos acierto por parte del guión, sobre todo porque sus consecuencias son menos impactantes de lo que hubiéramos esperado. Llega un momento en el que la película se hace repetitiva, en el que la acción se estanca sin que, hasta el final, vuelva a tomar impulso.  


Nomadland y Surge se estrenan en cines el 8 de enero. 

My little sister se estrena en Movistar+ el 9 de diciembre. 
One night in Miami se estrena en Amazon Prime el 15 de enero. 

Canino y The square se pueden ver en Filmin. 


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