En nuestra última crónica de Sheffield Doc Fest nos detenemos en algunos documentales que mueven especialmente a la reflexión. Entre ellos están varios de los mejores largometrajes que hemos visto en la edición online del festival de documentales más grande que se celebra en Gran Bretaña. Este año ha sido una edición muy especial para el festival, no solo por las consecuencias de la pandemia. Es la primera edición que dirige Cintia Gil, que desde 2012 había dirigido DocLisboa en su país, y además se ha planteado como un festival que se celebra durante seis meses, en vez de durante seis días como es habitual. Mientras que durante el mes de junio ha vivido su edición online para los espectadores, hasta el mes de agosto ha mantenido los visionados para profesionales y prensa, y para el mes de octubre tiene prevista la celebración de su edición presencial. Es por tanto la ampliación de las actividades y visionados como una respuesta a las restricciones del coronavirus. Y el resultado en repercusión internacional ha sido notable.
Uno de los documentales más destacados de la programación de Sheffield es Aswang (Alyx Ayn Arumpac, 2019), que ganó el Premio Ópera Prima en IDFA 2019 y el Premio Amnistía Internacional en Tesalónica 2020. Se trata de una película valiente que habla sobre la brutal lucha antidroga que lleva a cabo el gobierno de Rodrigo Duterte en Filipinas desde que llegó al poder. Básicamente, el instrumento para llevarlo a cabo es dar vía libre a la policía (y a algunos grupos violentos) para llevar a cabo asesinatos "extrajudiciales", solo con la excusa de la venta o tenencia de drogas. Pero sus objetivos no son los grandes vendedores: "Su enemigo principal son los consumidores. Los señores de la droga no son sus enemigos", comenta un periodista. La directora utiliza una figura mitológica, una especie de monstruo ("aswang") que habita en el río y que solo aparece para matar durante la noche, como símbolo de la situación violenta que viven las zonas pobres de Manila. De esta forma, el documental se asemeja a una historia de terror, en la que la oscuridad se convierte en aliada de los monstruos, de los asesinos.
En un documental sobre muerte y violencia, hay muchas reflexiones éticas que se pueden hacer, en torno a cómo mostrar esta violencia real. Pero la directora las resuelve con una sutil mirada, que evita el sensacionalismo, que muestra de forma precavida las imágenes más cruentas, pero que no dulcifica en ningún caso. La suciedad de las calles, la oscuridad de la noche, son elementos que usa con inteligencia para construir un relato claustrofóbico, pero absolutamente real. Y al mismo tiempo, desde el punto de vista narrativo, estructura perfectamente la historia: con dos líneas argumentales principales (la historia del niño que vive en las calles porque sus padres están en la cárcel por consumo de drogas, y la de un fotógrafo que colabora con una comunidad religiosa para ofrecer servicios funerarios a las personas sin recursos). Esta dos historias principales están complementadas por otras tramas breves que alimentan el relato, y que permiten llevar al espectador por terrenos cada vez más tétricos (la extorsión de la policía a un grupo de personas que están encerradas en un lugar infecto). Pero también hay espacio para la movilización social en contra del gobierno de Duterte, aunque no se plantea una conclusión realmente esperanzadora. La situación tras la pandemia del coronavirus, con constantes toques de queda, ha provocado que sea más difícil rastrear los actos violentos en el país.
En apariencia, Gracefully (Arash Eshaghi, 2019) podría parecer un documental sobre un hombre al que le gusta vestirse de mujer, en una sociedad como la iraní. Pero el trasfondo de esta película va más allá de las cuestiones de género, y se detiene en un estilo de vida que se ha convertido en fundamental para el protagonista, un hombre mayor que aún siente la necesidad de bailar vestido de mujer, a pesar de la prohibición expresa en su país. Como ocurre en muchos casos, las sociedades más castradoras están llenas de contradicciones. En Irán la participación de la mujer en lugares donde se pueda exhibir o mostrar ha estado tradicionalmente prohibida, lo que ha dado lugar a una paradoja: sí se permitía que en las ceremonias o celebraciones los hombres se vistieran de mujer para realizar bailes. Es decir, en una sociedad patriarcal estaba aceptado el travestismo. Pero a partir de la Revolución de 1979, se prohibió completamente el baile, tanto para mujeres como para hombres.
El protagonista de la historia fue un intérprete de baile que vivió aquellos años en los que estaba permitido, y su pasión por la danza es tal que persiste aún a sus ochenta años, así que todavía se viste de bailarina y practica durante la noche, en la clandestinidad. A pesar de las reticencias de su esposa y las opiniones diversas de sus hijos, algunos apoyándolo y otros en desacuerdo. Pero lo más interesante del documental, que no aborda en ningún caso la temática LGBTI+, sino que habla más de los deseos profundos, de la necesidad de expresar la personalidad a través del baile, es la búsqueda de la felicidad más allá de las imposiciones sociales o religiosas.
En Bitter bread (Abbas Fahdel, 2019) nos introducimos en un campo de refugiados sirios en Libia, uno de los más grandes que existen, con una población de un millón y medio de personas, la mitad de ellos niños. La cámara muestra la convivencia en estas pequeñas tiendas de campaña, bien desde la perspectiva de los refugiados, bien desde los encargados de mantener la administración y la seguridad. El Campamento 3 es el lugar donde se desarrolla la historia, una mirada que permanece distante, sin caer en los maniqueísmos habituales en muchos otros documentales que hablan de los refugiados. El director, responsable del documental Homeland (Iraq Year Zero) (Abbas Fahdel, 2015), que tuvo una importante trayectoria en festivales, promueve los diálogos entre sus protagonistas, a veces refiriéndose a simples anécdotas y otras hablando de un regreso esperanzado a su país cuando termine la guerra, o de un futuro incierto porque Siria es un país en el que ya lo han perdido todo.
Es interesante especialmente la mirada al administrador principal del campamento de refugiados y a uno de los encargados de mantener el suministro de agua y de alimentos. Son dos figuras un tanto oscuras, que por un lado tratan de mantener una cierta actitud de comprensión y de amabilidad delante de la cámara, pero al mismo tiempo descubrimos actitudes y comportamientos que muestran la explotación a la que someten a los refugiados, y ese bucle peligroso de deudas continuas (deben pagar 500 dólares al año cuando solo ganan unos escasos 6 dólares al día) que marcan un futuro incierto, una continuación obligada de su forma de vida. ¿Qué ocurrirá cuando los refugiados que tienen esas deudas quieran volver a su país? Comenta el director que el olor a suciedad que desprenden los campos de refugiados es intenso, y que su forma de mostrar esa atmósfera irrespirable era la de regresar de vez en cuando a las imágenes de un río evidentemente contaminado que rodea a la zona. Como decíamos al principio, no hacen falta maniqueísmos para mostrar la deplorable situación en la que viven los refugiados.
El mundo de los medios de comunicación y de las finanzas es una constante en los documentales que se realizan en los últimos años. Influence (Diane Neille, Richard Poplak, 2020) ganó el Gran Premio del Jurado en Sundance 2020, y está basado en la controvertida figura del publicista británico Timothy Bell, fallecido en agosto de 2019 tras una fructífera carrera como creador de campañas de marketing agresivas para figuras políticas mundiales en las últimas décadas. Y cuyo prestigio se vio manchado en la última parte de su carrera cuando se hizo público en 2017 que su empresa estaba detrás de una campaña en redes sociales que trataba de influir en los votantes y sembrar la división racial en Sudáfrica. Curiosamente, este descubrimiento se produjo justamente en la misma época en que saltó el escándalo de Cambridge Analytica por el que ésta, con la complicidad de Facebook, usó datos personales de usuarios para influir en su decisión de voto en Estados Unidos. Todo tiene, evidentemente, una conexión que no responde al azar.
Timothy Bell fue un personaje controvertido, oscuro y ciertamente cínico, según la entrevista que concedió para el documental y otras imágenes de archivo que se muestran en la película. Considerado como una figura influyente en el cambio de perspectiva de la publicidad enfocada a la televisión, su trayectoria se vio impulsada a partir de la campaña que realizó para Margaret Thatcher en las elecciones de 1979, y especialmente el eslogan "Laboring doesn't work" que era un juego de palabras que influyó en la ventaja en las encuestas de la líder conservadora. La carrera de este siniestro profesional de la comunicación acabó ligada a campañas internacionales para figuras como Frederik de Klerk en Sudáfrica o Augusto Pinochet en Chile. Las campañas de "influencia" a través de la publicidad y las redes sociales ya son habituales en nuestra sociedad, y este documental, contado con buen sentido el ritmo, muestra claramente hasta qué punto los controvertidos trabajos de Timothy Bell solo formaron parte de una lucha cada vez más encarnizada por el control de los medios y de las decisiones.
En el documental Oeconomia (Carmen Losmann, 2020), la directora realiza preguntas muy sencillas sobre economía: ¿Cómo se produce el dinero? ¿Cómo se generan las deudas? Preguntas tan simples que ni los grandes economistas ni los responsables de los principales poderes de control de la economía, como el Banco Central Europeo, saben responder. Resulta ciertamente entretenido, pero al mismo tiempo terrorífico, ver cómo se distorsionan los rostros de los expertos con los que habla la directora del documental cuando, en vez de hablar de macroeconomía les hace preguntas sobre microeconomía. Pero con cuestiones que son muy simples, tanto que no forman parte de su vocabulario. "Yo no me ocupo de la realidad", contesta un experto cuando se trata de conseguir respuestas que estén relacionadas con los ciudadanos de la calle. Aunque en el visionado online en la plataforma de Sheffield Doc Fest ha habido algunos problemas de sonido con este documental (algo que no ha sido habitual), la premisa principal de esta investigación de la directora alemana es clara. Ante las negativas de muchas empresas por hablar delante de la cámara, ella decide utilizar a actores para reproducir las conversaciones que mantiene por teléfono, con lo que conforma un conjunto que es al mismo tiempo un estudio y una investigación.
Las conclusiones son realmente desesperanzadoras. El capitalismo se sostiene sobre premisas insostenibles. "El jugador clave es el deudor". El sistema en el que se basa la economía mundial no tiene tanto en cuenta las ganancias como las deudas. Pero al mismo tiempo, el nivel de deuda no es infinito, así que cuando éste aumente ostensiblemente el sistema económico colapsará. Uno de los entrevistados comenta otro pensamiento devastador: "Si la economía actual fuera un partido de fútbol, estaríamos ya jugando la segunda parte". El final se acerca peligrosamente. La directora juega a veces con imágenes de bosques y sonido de pájaros que poco a poco vamos descubriendo que son falsos. Es una representación de esta economía que se asienta sobre el dinero que no existe, más que sobre el dinero que hay. Estamos ante un documental que plantea cuestiones muy interesantes, quizás con cierta tendencia al catastrofismo, pero con una clarividencia notable. Al final, vemos una pantalla de ordenador y una carpeta: "Posibles alternativas". Pero aparecen los títulos de crédito. Quizás esas alternativas sean el tema de otro documental... o quizás esa carpeta nunca podrá ser abierta.
LOS MEJORES LARGOMETRAJES DE SHEFFIELD DOC FEST:
Welcome to Chechnya (David France, 2020)
Aswang (Alyx Ayn Arumpac, 2019)
Mon amour (David Teboul, 2019)
Medium (Edgardo Cozarinsky, 2020)
El viaje espacial (Carlos Araya, 2019)
Niña mamá (Andrea Testa, 2019)
Film about a father who (Lynne Sachs, 2020)
Memory is our homeland (Jonathan Kołodziej Durand, 2019)
Aconchego da tua mãe (Adam Golub, 2020)
Influence (Richard Poplak, Diane Neille, 2020)
Aswang se puede ver en Filmin.
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