16 septiembre, 2024

Festival de la Fiction '24: Francia en serie

El comienzo de temporada en Francia está marcado por la celebración del Festival de La Fiction, un gran evento dedicado a series de televisión en lengua francesa que se sitúa estratégicamente en mitad del mes de septiembre, lo que ofrece la posibilidad a los principales canales de televisión franceses y plataformas de streaming, de presentar sus estrenos para los próximos meses, además de celebrarse mesas redondas para reflexionar sobre el sector audiovisual en Francia. El Festival de la Fiction nació en 1999 en la ciudad de Saint-Tropez, en la Costa Azul, pero desde 2007 se trasladó a La Rochelle, una ciudad portuaria a orillas del Atlántico. Al margen de la celebración de uno de los mayores eventos dedicados a las series que acoge Francia, donde también tienen lugar los festivales Séries Mania y Canneseries, el Festival de la Fiction tiene actividades todo el año, como la Résidence des Écritures Francophones (Residencia de Escritura Francófona) que se organiza desde 2018 con cuatro sesiones al año. En su edición número 26, que se ha celebrado del 10 al 15 de septiembre, el festival ha acogido unas 50 producciones y se han celebrado también medio centenar de mesas redondas, con una asistencia de 15.000 espectadores y profesionales. 


El Festival de la Fiction se inauguró con la serie Les enfants son roi (Disney+, 6x45'), un thriller basado en la novela de Delphine de Vigan sobre el secuestro de una niña de 6 años a plena luz del día, que aborda el tema de los niños influencers y su fragilidad ante los seguidores anónimos, y que se estrenará el 27 de octubre. Las categorías del festival se dividen por duraciones de las series, la mayor parte de lengua francesa pero con una sección de producciones europeas en la que este año compitió la española Dieciocho (RTVE Play/À Punt, 6x29'), aunque en esta sección el premio a la Mejor Serie Europea ha sido para la británica Lost boys and fairies (Filmin, 3x60'). En la categoría de Series de 52 minutos, la ganadora ha sido Nismet (Arte France, 4x40'), un drama protagonizado por una adolescente que decide huir de su casa ante los acercamientos sexuales de la pareja de su madre. Como Mejor Serie de 26 minutos se ha premiado a Iris (Canal+, 6x26'), creada y protagonizada por Doris Tillier, sobre una joven con una personalidad demasiado extrovertida que inicia una relación con un hombre casado, sin saber que su esposa es la editora que quiere publicar su libro. Mientras que en la de menos de 20 minutos ha ganado Des gens bien ordinaires (Canal+, 8x12'), en su segunda temporada, sobre un joven que decide iniciar una carrera como actor porno. Los premios de interpretación recayeron en Nicolas Duvauchelle y Guillaume Gouix, que interpretan a dos hermanos hugonotes en la producción Fortune de France (France Télévisions/Max, 6x52') y en Cécile Bois por Signalements (France Télévisions, 95'), sobre una mujer que se enfrenta a un sistema asociado con el abuso infantil para tratar de salvar a su sobrina. También se premió al compositor Eric Neveux por la música de Sentinelles-Ukraine (OCS, 6x52'), segunda temporada de la serie Soldados (SundanceTV, 2023), que ahora se desarrolla en la guerra de Ucrania. A l'épreuve (France Télévisions, 90') consiguió los premios a Mejor TV Movie y el Premio de la Prensa Extranjera. Se trata de una comedia sobre una madre que solo encuentra trabajo en el servicio de recogida de basuras en París, y el drama de ciencia-ficción Flashback (TF1, 6x52'), en torno a una agente de policía que tiene la oportunidad de evitar el asesinato de su padre 30 años atrás, logró el Premio Especial del Jurado. 

El festival también sirve para que los canales presenten sus proyectos. En relación con España, Arte France anunció el rodaje a partir del 21 de octubre de la serie Alguien debería prohibir los domingos por la tarde (Arte, 8x30'), que dirige Isabel Coixet, que toma su título del libro que publicó en 2011, pero cuenta la historia de cuatro mujeres que comparten piso en París. Arte France también anunció que estrenará en Francia la serie de Rodrigo Sorogoyen Los años nuevos (Movistar Plus+, 2024), en la que ha participado como coproductora. France Télévision ha demostrado su consolidación como el canal que más apuesta por la ficción, con éxitos antes del verano como Tout cela je te le donnerai (2024), miniserie basada en la novela de Dolores Redondo. Este año ha alcanzado un récord de siete producciones a competición en el festival, entre las que estaba el thriller L'éclipse (France Télévision, 6x52'), que finalmente cayó de la programación al estrenarse el pasado 4 de septiembre. Y el anuncio de numerosas series para la próxima temporada, entre ellas Des Vivants (France Télévision, 6x52'), el último proyecto de Jean-Xavier de Lestrade después del éxito de El caso del Sambre (Movistar Plus+, 2024), que se centra en los atentados de la sala Bataclan. Además anunció que su miniserie La peste (France Télévision, 4x52'), una actualización de la novela de Albert Camus, ha sido adquirida por AMC Networks International Southern Europe, que la estrenará en España a través de SundanceTV. Por su parte, Netflix anunció su apuesta por la producción francesa con la presentación de  cinco series nuevas, entre ellas Bandi, creada por Eric Rochant, responsable de Oficina de infiltrados (Canal+, 2015-2020), y la segunda temporada de Furias (Netflix, 2024), que fue un éxito en Francia, así como Super mâles (Netflix, 2025), el remake francés de Machos alfa (Netflix, 2022-). A continuación comentamos algunas de las series premiadas en la 26 edición del Festival de La Fiction en La Rochelle. 

Fortune de France

Francia 2024 | 6x52' | France Télévision | ★ 

Creada y dirigida por Christopher Thompson

Festival de la Fiction '24: Mejor Interpretación (Nicolas Duvauchelle, Guillaume Gouix)


El guionista Christopher Thompson (1966, New York) no parece temer los grandes retos, como demostró el año pasado al enfrentarse junto a su madre Danièle Thompson (1942, Mónaco) a la adaptación de la juventud de Brigitte Bardot en la miniserie Bardot (SundanceTV, 2023), con resultados algo irregulares. Pero llevar a la pantalla una de las obras más populares de la literatura francesa es un desafío todavía mayor, no solo por el volumen de la historia, sino por los acontecimientos históricos que abarca. Fortune de France fue publicada entre 1977 y 2003 por el escritor Robert Merle (1908-2004, Francia), contando en 13 libros la crónica de la familia Siorac en medio de las guerras de religión, extendiéndose entre 1547 y 1654, cuando comenzó el reinado de Luis XIV. La primera temporada, que se estrena desde el 16 de septiembre en France 2, se concentra principalmente en el primer libro, y ya se está preparando una segunda temporada. La historia se sitúa en 1557 en el Périgord noir, donde el castillo de Mespech se alza sobre las tierras de Jean Siorac (Nicolas Duvauchelle) y su hermano Jean de Sauveterre (Guillaume Gouix), que se mantienen fieles a sus creencias protestantes, aunque se hacen pasar por cristianos. La serie muestra desde la primera escena cuál es el destino de los hugonotes, como se denominaba a los protestantes franceses, cuando dos de ellos son quemados en la hoguera. La esposa de Jean Siorac, Isabelle de Caumont (Lucie Debay), es católica pero respeta las creencias de su marido, aunque le insiste en que se convierta al catolicismo para evitar las continuas sospechas. De hecho, el barón de Fontenac (Grégory Fitoussi) instiga una investigación de un enviado del rey sobre la familia Siorac en L'enquête (T1E1), porque su objetivo principal es quedarse con sus tierras y propiedades. Los antagonistas en este sentido son algo estereotipados, pero Fortune de France (France Télévisions, 2024) muestra sus ambiciones como gran producción, con un entorno privilegiado rodada en la región de Périgord, donde se conservan numerosas edificaciones medievales (se dice de ella que cuenta con 1001 castillos). 

Aunque los primeros episodios se desarrollan principalmente en el entorno de la finca de la familia Siorac, la apertura hacia las guerras de religión entre los católicos (papistas) y los protestantes (hugonotes) amplía la perspectiva más allá, a partir del episodio La guerre (T1E2), y abordando grandes pandemias en La peste (T1E5). Pero la historia se centra principalmente en el entorno familiar, concretamente en la relación entre Jean e Isabelle, que se ve perturbada por sus diferentes formas de fe: "Tu religión tiene 50 años, la mía tiene 15 siglos", le dice Isabelle. Es un período de enfrentamientos religiosos marcado por la regencia de Catalina de Medici, la llamada "reina serpiente", que es precisamente la protagonista de otra serie, The serpent Queen (MGM+, 2022-). Fortune de France ofrece una visión compleja de la época, desde el punto de vista de los hugonotes perseguidos por la Iglesia Católica, pero también les muestra a ellos como igualmente intolerantes. Distanciándose de la novela en la manera en que refuerza los personajes femeninos, ofreciendo una perspectiva más actualizada en la que, sobre todo en el caso de Isabelle, no ocupa una posición secundaria sino que cuestiona ella misma la actitud de su marido. Hay en la serie el nivel de producción que se puede esperar de una adaptación histórica de estas características, y en general parece bastante fiel a la obra original, aunque el hecho de que buena parte de las secuencias se desarrollen en interiores le quita algo de épica a una historia en la que progresivamente irán adquiriendo mayor importancia los hijos del matrimonio Siorac, conforme van creciendo. Cuando Jean Siorac parte para Calais, la acción no transcurre en la batalla de Gravelinas, que en 1558 acabó con la guerra entre Francia y el Imperio español, sino que se mantiene en torno a los miembros de la familia, enfrentados a la amenaza de los saqueos en los castillos ante la ausencia de los hombres que han partido hacia el frente. La serie cuenta con una excelente banda sonora de Arthur Simonini, que subraya el carácter romántico de la historia con composiciones clásicas y melódicas muy destacables. 

Des gens bien ordinaires

Francia 2024 | 8x15' | Canal+ | ★ 

Creada y dirigida por Ovidie

Festival de la Fiction '24: Mejor Serie menos 20 minutos, Premio La Charente-Maritime


Después de escribir dos libros sobre la industria del porno, y estrenar algunos documentales como Pornocracy (2017), la directora Ovidie (1980, Francia), que ha participado como actriz en películas dirigidas y protagonizadas por Rocco Siffredi, abordó el tema en el que ella ha desarrollado lo que se denomina porno feminista, a través de una historia distópica que imagina un mundo en el que los roles de dominación se han intercambiado. Esta serie amplía el planteamiento del cortometraje Un jour bien ordinaire (Ovidie, Corentin Coëplet, 2021) para presentar al joven Romain (Jérémy Gillet) iniciando una carrera como actor porno en un mundo en el que la pornografía está dominada por las mujeres y es consumida mayoritariamente por mujeres, siendo los hombres los que representan sus fantasías sexuales. De esta forma, Romain, al que adjudican el nombre artístico de Buck Love, es un efebo que quiere introducirse en el cine porno como un acto de rebeldía, pero que acaba siendo explotado y utilizado como carne fresca por un entorno femenino que devora las películas que protagoniza. Incluso con su novia Linda (Agathe Bonitzer), es ella la que domina las relaciones sexuales, buscando su único placer. La primera temporada de Des gens bien ordinaires (Canal+, 2022-) recibió buenas críticas y ganó en 2023 un premio Emmy Internacional como Serie de Formato Corto. A veces más interesante en su planteamiento que en su desarrollo, esta serie tiene la virtud de saber representar, sin forzarlo, la explotación del cuerpo y el sexo dominante solo intercambiando los roles: colocando a un hombre en la posición habitualmente ocupada por las mujeres y a éstas en los puestos de poder tradicionalmente dominados por los hombres dentro de la industria pornográfica. 

Así surge todo el sentido de una fantasía distópica que en ocasiones es una comedia con situaciones divertidas pero incluso puede llegar a ser incómoda en determinados momentos. Como cuando Romain/Buck Love hace un casting para la famosa directora Josette Rigaud (Anne Benoît), considerada "la Godard del cine porno". Acompañado por su mejor amiga, Isaure (Raïka Hazanavicius), solo ella parece ver la situación de explotación en la que se convierte ese encuentro, sobre todo cuando la directora le pide a Romain que se masturbe. En otro momento de la primera temporada, el joven es convencido para que acepte participar como bailarín erótico delante de un grupo de mujeres cincuentonas, y nuestra propia educación como espectadores capta la vergüenza de una situación que habitualmente, con los roles cambiados, podemos interpretar como normal. Des gens bien ordinaires también plantea el efecto en el entorno del joven, un estudiante de sociología que comienza a ser popular por las películas pornográficas que protagoniza, abordando en la serie temas como la cosificación del cuerpo y el slut-shaming, la etiqueta habitualmente adjudicada a las mujeres por su actividad sexual o porque tienen muchas parejas. Ambientado a finales de los años noventa, en uno de los momentos de mayor auge de la pornografía, la serie a veces tiene problemas para expresar con nitidez su propuesta, al margen del hilo principal, pero su formato corto (la duración total es casi la de un largometraje) permite exponer las situaciones en poco tiempo. La segunda temporada, que se estrena próximamente en Canal+, encuentra a Romain convertido en un director de películas porno feministas, lo que aporta un interesante giro a la historia. 

FEM

Canadá 2024 | 10x25' | TV5 Unis | ★ 

Creada por Maxime Beauchamp | Dirigida por Marianne Farley

Festival de la Fiction '24: Mejor Ficción Francófona Extranjera

Prix Gémeaux '24: Nominaciones Serie dramática, Dirección, Interpretación novel


Mientras en Estados Unidos se entregaban los premios Emmy el pasado 15 de septiembre, en Canadá se celebraba la ceremonia de entrega de los Premios Gémeaux a la mejor producción de televisión en Quebec, con la cuarta temporada del drama fantástico Plan B (Series+, 2017-) logrando el premio Gémeaux como Mejor Serie Dramática por encima de las favoritas L'Empereur (Crave, 2023-) y Avant le crash (ICI Radio-Canada, 2022-), mientras que la popular serie juvenil con tintes de thriller Complètement Lycée (Craven, 2023-) repitió el premio del año pasado como Mejor Serie de Comedia. También estaba nominada en la categoría de drama FEM (TV5 Unis, 2024), y aunque no consiguió ningún premio, es un reconocimiento importante para una serie pequeña y de formato corto. La historia está protagonizada por Zav (Lenni-Kim Lalande) un adolescente que está comenzando a explorar su identidad sexual  a través de la música, con la intención de convertirse en cantante. La llegada de Nathalie (Émily Bégin), una vecina de la comunidad franco-ontaria que tuvo una cierta carrera de éxito en el mundo de la música (al menos publicó un disco), permite a Zav comenzar a descubrir su propia voz, que él a veces fuerza hacia una tesitura que no es la suya. Esta búsqueda del lugar en el que colocar su voz también es una búsqueda del espacio en el que quiere estar dentro de la identidad de género. Tiene novia, pero cuando canta se siente más cómodo en su vulnerabilidad femenina. Aunque no es solamente una serie sobre la transidentidad, explora muchos matices en un adolescente que todavía no ha encontrado su lugar porque el entorno que le rodea está inevitablemente marcado por la mentalidad binaria. Hay apuntes muy interesantes a lo largo de la temporada, como cuando la familia organiza una fiesta para su hermana mayor (Willaia Ferland-Tanguay), que está embarazada de una relación casual, para celebrar el género del bebé, usando vasos de color azul y de color rosa. 

Creada por Maxime Beauchamp, la serie está dirigida por Marianne Farley, que fue nominada al Oscar por el cortometraje Marguerite (2017), además de ser una de las actrices principales de la serie médica Transplant (AXN, 2022-2024). Lo que consigue FEM es transmitir las incertidumbres de la adolescencia, incorporándolas a un entorno que no es estrictamente hostil, aunque hay algunos momentos de bullying en el instituto. Pero Zav tiene una especial complicidad con su madre Kim (Marie-Soleil Dion), y recibe un apoyo total de su padre Patrice (Danny Gilmore), la relación más interesante y conmovedora de la serie. Él se siente profundamente incómodo cuando su hijo muestra su lado femenino, en una actuación infantil en la escuela para la que decidió disfrazarse de princesa, o ya adolescente, cuando actúa en una fiesta familiar. Pero al mismo tiempo le ayuda a conseguir su sueño de dedicarse al mundo de la música, quizás una aspiración frustrada de Patrice. Aunque a veces este apoyo también es una forma de control: Zav está acostumbrado a vivir como los demás quieren, en vez como él desea, hasta que durante una audición decide no interpretar la canción que había elegido con su padre, sino una propia. La banda sonora y las canciones han sido compuestas por Emmanuel Alias ​​​​y Camille Poliquin, en un estilo electro-pop que interpreta el debutante Lenni-Kim Lalande, un cantante más conocido por su nombre artístico Lennikim (en agosto publicó el primer sencillo de su próximo album), y que aporta una vulnerabilidad y una fragilidad a su personaje absolutamente emocionante. La noche que su hermana rompe aguas y todos la acompañan al hospital, Zav encuentra un momento de liberación, solo en su casa, cuando adopta la personalidad de un avatar de identidad no binaria cuyas canciones comienzan a ser populares. Esta exploración de los códigos masculinos y femeninos por parte de Zav a lo largo de los episodios es una de las virtudes de una serie que no se limita a ser un reflejo solamente de la transexualidad, sino que mira a la identidad de género de una manera más diversa. 

Les Météorites

Canadá 2024 | 10x15' | ICI Tou.tv  | ★ 

Creada y dirigida por Nadia Louis-Desmarchais

Festival de la Fiction '24: Mejor Serie Extranjera de Formato Corto

Cinema Jove '24: Mención Especial por su valor social


Basada en la historia real de la creadora Nadia Louis-Desmarchais, que fue apartada de sus padres biológicos por la Dirección de Protección de la Juventud (DPJ) en Quebec, este drama cuenta la historia de dos hermanas de origen haitiano que son separadas de su madre y trasladadas a una familia de acogida blanca, nativa de Quebec. Uno de los aspectos más sorprendentes que se resaltan en los primeros episodios es cómo la protección social de los niños no tiene en cuenta su identidad, de forma que dos niñas de raza negra acaban en un entorno familiar y social predominantemente blanco en el que no existe una comprensión de sus orígenes ni de su propia personalidad. A lo largo de diez episodios de 15 minutos la serie se desarrolla en 2002, pero hay flashbacks hasta mediados de los años noventa en los que se revelan las razones por las que las dos hermanas han sido separadas de su madre biológica, Kamila (Nadine Jean). La mayor, Maëlle (Anaïs Ceus) quiere seguir manteniendo contacto con su madre, y mantiene una actitud protectora con su hermana Léna (Heaven Jayne Fenelon-Jean), que sufre los efectos de la separación. Para la familia de acogida, Sophie (Noémie Godin-Vigneau) y Adrian (Jean-Sébastien Courchesne) es una oportunidad de tener los hijos que nunca han podido tener. Y también acogen a la adolescente Alexa (Maïka Ferron), sin entender que su rebeldía proviene de su pasado de abusos sexuales por parte de su padre. Durante el primer verano en casa del matrimonio Lachance, todas tratan de encontrar una forma de adaptarse a la nueva situación sin perder su identidad, algo en lo que los servicios sociales han fallado. 

El título de la serie proviene de la condición efímera de un meteorito cuando cruza el cielo, representando la situación que viven los niños que son enviados a familias de acogida en las que no existe la posibilidad de arraigo ni se puede medir el tipo de impacto que esta situación puede tener en ellos. Esta realidad experimentada por la propia creadora de la serie, se refleja sobre todo en la hermana más pequeña, Léna, que acaba asistiendo a una escuela donde el resto de los alumnos son blancos. Pero al mismo tiempo la serie no trata de ofrecer una mirada solamente dramática, sino exponer todas las contradicciones que provoca la protección de menores. Nadia Louis-Desmarchais ha comentado en alguna entrevista que cuando decía que había sido separada por la DPJ, muchos consideraban su historia con lástima, pero también hay historias de jóvenes que han tenido un desarrollo brillante. Lo más interesante de Les Météorites (ICI Tou.tv, 2024) es que intenta entender a todos los personajes, tanto la actitud de las hermanas y la adolescente como la de los padres de acogida y la madre biológica, aunque sus posicionamientos no puedan ser compatibles. Y consigue ser una historia muy conmovedora pero al mismo tiempo esperanzadora. Curiosamente, Nadia Louis-Desmarchais menciona la serie This is us (Disney+, 2016-2022) como una de las que más influyó en esta historia, "porque fue la primera vez que vi a un niño negro criado en una familia blanca". Además del Festival de la Fiction, la serie fue seleccionada en la pasada edición del Festival Cinema Jove, donde ganó una Mención Especial por sus valores sociales. 

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Películas mencionadas:

Pornocracy se puede ver en Filmin.


13 septiembre, 2024

Las series españolas de 2024: Parte 8

Los festivales de cine que tradicionalmente habían renegado del formato de series, se han convertido ahora en las principales plataformas de promoción al comienzo de la temporada. Desde que Movistar Plus+ impulsó su producción propia en 2018, el Festival de San Sebastián ha servido como presentación de sus series, y este año estrenará Querer (Movistar Plus+, 2024), de Alauda Ruiz de Azúa, y Celeste (Movistar Plus+, 2024) de Diego San José, además de Yo, adicto (Disney+, 2024), de Javier Giner, la primera serie no producida por Movistar que se presenta en San Sebastián desde Patria (Max, 2020). El Festival de Sitges incluirá en su programación las españolas Invisibles (Disney+, 2024) y Hay algo en el bosque (Dark, 2024), así como el reestreno de la miniserie The Stand (Apocalipsis) (1994, ABC), con la presencia de Mick Garris y Mike Flanagan, y una proyección especial de las dos temporadas de la cancelada 30 monedas (Max, 2020-2023), de Álex de la Iglesia. Y la Semana de Cine de Valladolid ofrece el estreno de Los años nuevos (Movistar Plus+, 2024), de Rodrigo Sorogoyen. 

Serielizados Fest estrena una Sección Oficial Nacional en la que compiten cuatro series: Yo, adicto (Disney+, 2024) que inaugura el festival el 14 de octubre; el eco-thriller rural Delta (À Punt/3Cat, 2024), que se estrena este fin de semana en Á Punt; el drama juvenil Dieciocho (RTVE Play, 2024) y el thriller con toques de comedia Celeste (Movistar Plus+, 2024). En la nueva tanda de títulos que se ha dado a conocer, se incluye Zorro (Paramount+/France tv, 2024), versión francesa del héroe enmascarado con Jean Dujardin que tiende más hacia la comedia, y se acaba de estrenar en Francia con críticas tibias, la docuserie El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei (Max, 2024), producida por The MediaPro Studio, que se estrena a principios de 2025, Twisted metal (AXN, 2023), una irregular adaptación del videojuego que llega a España en octubre a través de AXN. Entre las series internacionales se han anunciado las británicas The jetty (BBC, 2024), un thriller poco acertado sobre la misoginia, y la comedia sobre la amistad Big mood (Channel 4, 2024), que acaba cayendo en los tópicos sobre la salud mental. Más interesantes son la docuserie argentina Releyendo Mafalda (Disney+, 2023), que compitió en Canneseries '23 y aborda la repercusión social de este personaje, con entrevistados como el cineasta español Santiago Segura; y la excelente serie franco-suiza Ceux qui rougissent (RTS/Arte, 2024), que ganó el premio como Mejor Serie de Formato Corto en Séries Mania '24. 

En Francia, la temporada comienza con el Festival de la Fiction en La Rochelle, que se celebra del 10 al 15 de septiembre. En él se presenta buena parte de la producción francesa que ocupará la programación durante los próximos meses, como el drama medieval Fortune de France (France Télévisions, 2024-), una ambiciosa producción de Christopher Thompson que adapta la novela de Robert Merle sobre las guerras de religión y la persecución de los hugonotes. De Francia se presentan el thriller Sentinelles-Ukraine (OCS, 2024), el policíaco de ciencia-ficción Flashback (TF1, 2024), el drama Los niños son reyes (Disney+, 2024), la esperada comedia La confidente (Max, 2024), la estupenda Le monde n'existe pas (Arte, 2024) o el divertimento de Eric Cantona Murder Club (M6, 2024). En la competición europea participan la serie española Dieciocho (RTVE Play, 2024), el excelente drama sueco Pressure point (SVT, 2024), que también compite en Serielizados Fest, la conmovedora Lost boys & fairies (Filmin, 2024), la comedia histórica noruega Golden years (NRK, 2024) y la comedia culinaria danesa Behind every man (DR, 2024), así como el soso thriller británico Dead and buried (BBC, 2024) 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos

Rapa

Temporada 3 Final | Ficción, 6x50' | Movistar Plus+ | ★ 

Creada por Pepe Coira, Fran Araújo

Dirigida por Jorge Coira, Javier Cámara


Las series de los hermanos Coira se han convertido, no solo en éxitos de audiencia, sino en una seña de identidad para un estilo de thriller que ha desarrollado Movistar Plus+ en los últimos años, tanto que otras producciones estrenadas recientemente como Segunda muerte (Movistar Plus+, 2024) se sienten demasiado deudoras de los planteamientos narrativos y estéticos de aquellas. Son también algunas de las series más exportadas de Movistar, por ese tono británico que destilan, con historias protagonizadas por personajes fuertes y desarrolladas en un entorno que es tan importante como las tramas de investigación para moldear sus personalidades. Pero en Rapa (Movistar Plus+, 2022-2024) también se introduce un elemento trágico, que está suavizado por el sentido del humor, a través de la enfermedad degenerativa del protagonista Tomás (Javier Cámara), desde que se enfrenta a la noticia de un deterioro progresivo por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padece, por un camino que provocará seguramente la pérdida del control sobre su propio cuerpo, y cuyas consecuencias podemos ver a lo largo de los episodios. Al comienzo de la primera temporada, él es un profesor apático que encuentra una manera de distraerse realizando sus propias investigaciones sobre casos reales, mientras que Maite (Mónica López) es una agente de la Guardia Civil que también vive su propia crisis existencial. "Creo que desde que me diagnosticaron, comencé a vivir", le dice en una de esas conversaciones que acaban siendo momentos terapéuticos para ambos: "Hay que ser cretino para ponerse a vivir justo cuando te dicen que te vas a morir". La posibilidad de cerrar la historia tal como estaba planteada desde su origen por Pepe Coira (1961, Rábade) y el co-creador Fran Araújo (1980, Vigo), les permite como guionistas tener el privilegio de terminar la serie en tres temporadas que conforman una historia conclusiva, pero de alguna forma la implicación en una investigación es ahora para Tomás una manera de seguir adoptando ese espíritu vital mientras tiene 15 días para tomar la decisión definitiva sobre la eutanasia. Legalizada en España desde 2021 para aquellas personas que cumplan unos requisitos estrictos, la solicitud se realiza en dos peticiones formales, entre las cuales se establece un período de reflexión, aunque el proceso resulta mucho más complicado y pueden pasar entre uno y dos meses desde la primera solicitud hasta la última deliberación de la Comisión de Garantía y Evaluación (CGE), todo ello siempre que el médico no declare su objeción de conciencia o deniegue la autorización. 

Pero el paréntesis permite que la temporada desarrolle en paralelo dos investigaciones que no parecen tener relación entre sí, como en la temporada anterior, manteniendo también el entorno de Ferrolterra y sus alrededores, con algunos enclaves relevantes como Pontedeume, un pueblo de La Coruña, donde se desarrolla una importante secuencia en el Episodio 4 (T1E4), durante las fiestas patronales. "Lo importante de los libros es cómo los acabas. En medio te puedes comer un tostón, pero si el final es bueno...", dice Tomás en una de esas referencias internas que salpican toda la temporada. No vamos a decir que eso es lo que ocurre en esta parte final, pero lo cierto es que elegir un caso de secuestro bastante convencional como la última de las incursiones de los protagonistas en el mundo del crimen, no resulta especialmente apasionante. Si ya en nuestro comentario de la segunda temporada decíamos que el caso que se desarrollaba en el Arsenal Militar carecía de riesgo, en esta ocasión ni siquiera la llegada de una nueva investigadora, Yuste (Aida Oset), una experta en secuestros enviada desde Madrid, parece aportar nada especialmente novedoso. La familia Támoga, que administra una importante empresa de la zona, se enfrenta al secuestro de Lúa (Eva Barreiro), la hija menor de Inma (Cristina Castaño), que es la responsable de un negocio heredado por su madre Fátima (Mercedes Sampietro). Mientras, Tomás trata de defender la inocencia de Antón (Miguel de Lira), un antiguo sindicalista de los astilleros de Ferrol, que parece implicado en una muerte. Lo que conecta con el reflejo de un sector obrero tradicional que se enfrenta a una pérdida de valores y de identidad: "Los crímenes son lo que venden. No venden los viejos ideales ni las verdades. Estamos en el tiempo de las trampas", dice Antón. Junto a Tacho (Darío Loureuro), uno de los hallazgos de la temporada anterior, que se convierte en inseparable acompañante de Tomás, éste se plantea un reto que le permita ayudar a un antiguo conocido para despedirse con dignidad. La serie se beneficia de otro buen reparto de actores y actrices gallegos, como Xosé Manuel Esperante, Sheyla Fariña o Diego Anido, nominado al Goya por As bestas (Rodrigo Sorogoyen, 2023), aunque algunos intérpretes españoles están tan encasillados que desde que aparecen en pantalla es fácil adivinar si serán protagonistas o antagonistas. 

Es cierto que Rapa tiene menos interés en los resortes del suspense que en utilizar las investigaciones para desarrollar a sus personajes. En esta ocasión, Maite y Tomás vuelven a reconectar con una parte de sus familias en paralelo con la desaparición de Lúa, recuperando la serie un ritmo que aporta la dirección de Jorge Coira, que en la segunda temporada solo ejercía como productor. Y con la generosidad de ofrecer a Javier Cámara la oportunidad de dirigir el Episodio 3 (T1E3), algo que parece un tributo a su implicación en el personaje. El actor ya había dirigido Estambul (T1E6) en Vamos Juan (Movistar Plus+, 2020) y Patagonia (T1E4) en Venga Juan (Max, 2021), pero eran episodios-botella controlados, casi de puesta en escena teatral, que se desarrollaban en un solo escenario. De manera que en esta ocasión da un paso más hacia un aspecto de la producción cinematográfica en la que parece interesado. También hay un regreso a los orígenes, a la Serra da Capelada en la que se desarrolló la primera temporada, la más interesante de todas, y a la subtrama del Crimen de Cedeira que formó el núcleo central de aquella, y que es un caso que sobrevuela constantemente sobre los protagonistas. Lo que es una manera eficaz de concluir una historia como un círculo que se cierra, que envuelve la relación entre Maite y Tomás a lo largo de unas tramas que sin embargo les separan, cruzándose solo al terminar el día, aunque ahora vivan juntos en la casa alquilada con vistas a la playa de Valdoviño, el refugio del héroe, en esas reuniones alrededor de una copa de vino en las que hablan sobre la vida, y últimamente sobre la muerte. Forman una especie de matrimonio en el que solo falta el elemento romántico, quizás por sus propias personalidades: "Fíjate, abres tu corazón menos de medio minuto y no te da un ictus", dice Maite. Esta ironía que despliegan los protagonistas, y que en cierto modo se traslada al personaje de Tacho también, es uno de los aciertos del guión para evitar ser demasiado dramático, dadas las circunstancias. A Rapa se le podría pedir un desarrollo más elaborado de sus tramas criminales, pero acaba siendo como uno de esos libros que consigue un final tan impecable que no importa que en medio tenga algunos desequilibrios.  

Hay algo en el bosque

Temporada 1 | Ficción, 8x30' | Dark |  

Creada por Gastón Haag, Nicolás Amelio-Ortiz

Dirigida por Nicolás Amelio-Ortiz, Gastón Haag


Estrenada el pasado mes de febrero en Latinoamérica, esta producción hispano-argentina ha sido una de las últimas realizadas por la marca Star+, que hasta el pasado mes de julio funcionaba como una plataforma independiente en los países latinoamericanos, pero que desde entonces ha pasado a convertirse en un canal de Disney+, tal como ocurre en el mercado europeo. La serie ha sido creada por los argentinos Nicolás Amelio-Ortiz y Gastón Haag, cineastas independientes que han venido realizando proyectos de producción modesta. El primero ha dirigido cortometrajes como Virgen (2017) y la serie Cine en la vida real (Flixxo, 2020), en la que él mismo recorre algunas de las localizaciones más conocidas de grandes películas de la historia del cine. El segundo suele dirigir cortometrajes de humor absurdo como Nada de nada (2023), que protagonizaba Raúl Cimas y en el que intervenían algunos de los actores que aparecen en esta serie, como Javier Botet y Michael John Treanor. Al entrar en el proyecto la productora Gloriamundi Producciones, también se incorporó como guionista el español Javier Ruescas, y la mayor parte de la serie se ha rodado en los alrededores de Madrid, concretamente en el pueblo de Rascafría, recogiendo algunos temas relacionados con la brujería que provienen de la mitología vasca y gallega. Fundada en 2012 por Pablo Enrique Bossi, Gloriamundi tiene su sede principal en Madrid y suele embarcarse en proyectos que se encuentran a medio camino entre Argentina y España, como la serie Bellas Artes (Movistar Plus+, 2023-). Hay algo en el bosque (Dark, 2024) se desarrolla en un alojamiento de cabañas en medio del bosque, donde al comienzo de la serie cae un meteorito que contiene una piedra mágica, la excusa que justifica los acontecimientos extraños que se van a ir sucediendo a lo largo de los ocho episodios. La piedra y su influencia en las personas es la trama horizontal que se mantiene durante la temporada, introducida por la narración de Zigor (Zorion Eguileor), el dueño de las cabañas. Cada episodio cuenta una historia distinta que se desarrolla en uno de esos alojamientos, un poco al estilo de la serie Room 104 (Max, 2017-2020), pero conforme avanza, algunos personajes regresan en episodios posteriores y diferentes subtramas se acaban uniendo. La negociación (T1E1) está protagonizado por dos hermanos, Cosme (Juan Grandinetti) y Saray (Laura Laprida), que tratan de estafar al mafioso Koldo Ugartetxe (Alfonso Agra) con una joya falsa, lo que provocará un enfrentamiento con sus secuaces Dandy (Michael John Treanor) e Íñigo (Tomás Pozzi), al estilo de Tarantino. Estos personajes volverán en los últimos episodios y serán protagonistas del desenlace. Pero el sentido del humor es bastante básico y poco acertado, quizás provocado por el hecho de que, como comentaba Nicolás Amelio-Ortiz en la presentación de la serie en Argentina Comic-Con, decidieron introducir el mayor número de bromas, prefiriendo excederse a quedarse cortos. 

Lo mejor que tiene Hay algo en el bosque son sus constantes referencias al género de terror, que a veces resultan divertidas: en el episodio Educando a la mandrágora (T1E2), el joven influencer Markel Allende (Daniel Ibáñez) se encuentra en el bosque a Jessy, una mandrágora habladora (voz de Mona León Siminiani), al estilo de La pequeña tienda de los horrores (Roger Corman, 1960); también surge a lo largo de la temporada un necronomicón que recuerda, igual que el propio entorno boscoso, a Posesión infernal (Sam Raimi, 1981). De manera que la serie resulta más entretenida en su aspecto referencial que en su propia condición de comedia de horror. La reciente serie documental Horror's Greatest (Shudder, 2024), que se está emitiendo actualmente en la plataforma norteamericana, y de la que hablaremos la próxima semana, incluye un episodio dedicado precisamente a las Horror comedies (T1E4), en el que se pueden encontrar muchas de las películas que han servido como influencias para esta serie. Desde Re-Animator (Stuart Gordon, 1985) hasta Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro) (Peter Jackson, 1992), pasando por Las brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia, 2013). En el episodio Misterio en el Monte Amboto (T1E3), Sergio (Iván Massagué) y Wynona (Angy Fernández) pertenecen a un grupo de entusiastas de los fenómenos paranormales que inmediatamente recuerdan a Los Cazafantasmas (Ivan reitman, 1984); mientras que en El coche asesino (T1E7), el matrimonio formado por Saioa (Carmen Ruiz) y Andoni (Chani Martin), debe enfrentarse a la influencia que ha ejercido la piedra extraterrestre en un coche, a la manera de Christine (John Carpenter, 1983). También hay hombres lobo y papanoeles asesinos, de manera que la serie acoge buena parte de los tropos del cine de terror, lo que es su principal virtud, pero que no sabe aprovechar con suficiente ingenio como para que no parezca una acumulación de ideas sin demasiado desarrollo. Hay algo en el bosque no tiene ni siquiera el desparpajo del exceso, como otras series recientes como Chucky (SyFy, 2021-), que acaba siendo tan exagerada que resulta muy entretenida. Quizás influye tener detrás a una plataforma como Star+, que acaba siendo algo restrictiva en cuanto a los límites que se pueden cruzar. A pesar de estar producida por un canal de Disney+, Hay algo en el bosque llegará en octubre a España a través de Dark, el canal dedicado al género de terror del grupo AMC Selekt. 

Cicatriz

Miniserie | Ficción, 8x45' | RTVE Play / Prime Video |  

Creada por Fernando Sancristóbal, Pablo Roa, Verónica Marzá | Escrita por Laura Belloso

Dirigida por Miguel Ángel Vivas, Alejandra Bazzano, Manuel Carballo


Alguna vez ha explicado el escritor Juan Gómez-Jurado (1977, Madrid) que sus libros de mayor éxito mantienen una conexión coherente, en una especie de juego interno que le permite desarrollar las historias y retar a sus lectores. Aunque también es cierto que al autor le gusta mantener la ambigüedad y a veces contradecirse así mismo, con la intención de despertar el interés de sus seguidores. De esta forma, las novelas sobre el universo de Antonia Scott, formado por Reina Roja (2018, Ediciones B), Loba negra (2019, Ediciones B) y Rey blanco (2020, Ediciones B) están asimismo conectadas con Cicatriz (2015, Ediciones B) y con la trilogía que comenzó con Todo arde (2022, Ediciones B) y de la que se acaba de publicar Todo muere (2024, Ediciones B). Es una especie de multiverso al estilo Marvel, una de las influencias confesadas del autor, en el que algunos personajes se repiten y algunos temas se desarrollan a lo largo de varias novelas. Solo apta para seguidores muy fieles del autor madrileño, la complejidad de estas interconexiones en realidad importan poco al resto de los mortales, pero sí establece un orden en las historias que las adaptaciones realizadas en formato series parece que intentan reproducir. Juan Gómez-Jurado ha sido el primer autor español que ha firmado un acuerdo "first look" con Amazon Studios, que consiste en la creación de nuevos proyectos originales para la plataforma a cambio de cierta exclusividad. Es un acuerdo ansiado por muchos guionistas, sobre todo después de ver cómo Phoebe Waller-Bridge firmó este tipo de contrato en 2019 por 20 millones de dólares al año, renovado en 2023 por otros tres años, sin que hasta el momento haya estrenado nada nuevo. La historia de Cicatriz (RTVE Play/Prime Video, 2024) no pertenece a la trilogía protagonizada por Antonia Scott, pero alguno de sus personajes aparecen en Loba negra (Prime Video, 2025), por lo que tiene sentido que se haya estrenado inmediatamente después de Reina roja (Prime Video, 2024), aunque a este ritmo de producción se va a agotar pronto la PI original. En esta ocasión la estrategia de estreno ha sido diferente, emitiéndose en lineal a través de RTVE, sin conseguir desde el primer episodio una audiencia notable, no superando el medio millón de espectadores y siendo relegada en los últimos episodios a la franja de madrugada. Y esperando al final de sus emisiones semanales para estrenarse completa el 23 de septiembre en Prime Video, donde se espera que el efecto del éxito de Reina roja le permita alcanzar mejores resultados.  

Cicatriz tiene algunos de los elementos principales de aquella, con un protagonista llamado Simón (Juanlu González) que, una vez más, es un personaje con dificultades para las relaciones sociales pero con una especial inteligencia, aunque no llegue al coeficiente intelectual de Antonia Scott. Pero son dos personajes similares que sirven, básicamente para justificar determinadas decisiones convenientes a la historia, bien por su falta de sociabilidad o por su claridad mental en determinadas situaciones. A pesar de ser un experto informático que ha sido capaz de crear un algoritmo revolucionario llamado LISA que puede detectar el estado de ánimo del usuario, con el que consigue un importante acuerdo de financiación, cae fácilmente en la seducción de Irina (Milena Radulovic), una joven ucraniana a la que conoce por internet. Ella tiene en su rostro una cicatriz que en la serie se muestra pronto de dónde proviene, y visita España para conocer a Simón, aunque en realidad solo le utiliza como excusa para poder llevar a cabo sus planes de venganza. Menos inteligente que él, pero más espabilado es Tomás (Luis Fernández), su socio y mejor amigo, quien sospecha desde el principio que las intenciones de Irina no son honestas. Y, efectivamente, lo que pretende la joven ucraniana es infiltrarse en la mafia rusa que opera en Bilbao y que fue responsable de la muerte de su familia. Como queda claro, no hay nada nuevo en este thriller que en la propia novela toma muchas referencias del cine y la televisión (más que de la buena literatura negra que se ha escrito en España), para componer un entramado tan ágil como intrascendente. No hay demasiada profundidad en los personajes de Juan Gómez-Jurado y por tanto tampoco la hay en las series que adaptan sus novelas. Pero el problema de Cicatriz es que resulta tan convencional (y los rusos son tan malos) que nunca consigue ser demasiado intrigante, y el hecho de que la historia contada en flashbacks sobre los orígenes de Irina (que en la novela se explica bien avanzada la trama), sea en versión original rusa con subtítulos puede ser una de las razones de que no haya terminado de funcionar. 

Tampoco el equipo detrás de la serie es demasiado destacado, con Miguel Ángel Vivas (1974, Sevilla) como director principal, un cineasta funcional que nunca ha demostrado mucha personalidad en thrillers insulsos como Tu hijo (2019) 0 Asedio (2023). Al menos en Reina roja estaba Koldo Serra y había una mayor ambición desde el punto de vista visual, mientras que Cicatriz resulta mucho más anodina. Pero si en aquella teníamos la escena de la tortilla como gran momento surrealista-ridículo de la serie, en ésta hay una escena en el episodio Veneno (T1E4), dirigido por Manuel Carballo, en el que Irina se envenena fortuitamente y sus espasmos parecen salidos de una mala coreografía de danza moderna, con una planificación a contraluz que parece un video de Hugo Stuven de los años ochenta. Desgraciadamente, las adaptaciones no son capaces de ir más allá y se quedan en una reproducción, en este caso sin demasiada fidelidad ni en cuanto a estructura ni en cuanto al escenario, que en la novela transcurre en Chicago. Lo que por otro lado demuestra que la costumbre de algunos escritores españoles como Juan Gómez-Jurado o Javier Castillo de situar sus historias en Estados Unidos es más una cuestión de imitación que de relevancia dentro de la trama. Pero resulta curioso la incapacidad de llevarlas a la pantalla con cierta eficacia, teniendo en cuenta que la nueva literatura negra española suele estar escrita como si fueran guiones cinematográficos en vez de literatura. Uno de los creadores, Fernando Sancristóbal, también ha apuntado a la necesidad de un final diferente a la novela por la posibilidad de que la serie tenga una continuación que se alejaría de la historia original (Fotogramas, 26/8/2024). Producida por Dopamina, que fue responsable de Reina Roja, esta serie cuenta con la aportación de Plano a Plano, productora fundada por César Benítez que recientemente estrenó el procedimental Una vida menos en Canarias (atresplayer, 2023)

Cómo cazar a un monstruo

Miniserie | Documental, 3x45' | Prime Video |  

Escrita por Ramón Campos, Carles Tamayo

Dirigida por Carles Tamayo


En la sinopsis de esta serie documental se destaca la impunidad de un abusador que permanece en libertad después de haber sido condenado. En realidad, poco se explica del proceso judicial que se había desarrollado desde la sentencia de 2019 que condenaba a Lluís Gros a 23 años de cárcel, y que fue recurrida hasta que en 2021 el Tribunal Supremo la ratificó. Desde ese momento, pasaron siete meses hasta que se ejecutó, poniendo al culpable en busca y captura, los mismos meses en los que el director Carles Tamayo convirtió a Lluís Gros en el protagonista principal de su documental. Si la intención de la docuserie es, por tanto, denunciar la lentitud de la justicia española, llega un poco tarde porque hasta en el último informe publicado en 2023 por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) resulta bastante evidente. En este caso, la primera denuncia fue puesta en 2011, y hasta ocho años después no se juzgaron unos hechos que se produjeron entre 2007 y 2011, mientras el condenado era gerente de un cine del Masnou, y que acabaron con una condena por cargos de abusos sexuales, prostitución y corrupción de menores. El argumento principal de Carles Tamayo es que gracias a que estuvo grabando el documental, Lluís Gros no huyó a Marruecos, lo cual es mucho suponer porque, tal como aparece en la serie, cuando se decretó su busca y captura lo más lejos que llegó fue a Tarragona. Cómo cazar a un monstruo (Prime Video, 2024) adopta una narrativa tramposa y manipuladora, que en cierto modo utiliza la figura del protagonista, aprovechando su evidente déficit de empatía para construir la imagen del monstruo al que hace referencia el título. Pero aunque se esfuerza en la reivindicación de las víctimas, a quien hace protagonista es a su abusador, en la línea de los true crime que convierten en personajes principales a los culpables, no a los inocentes. Hay mucha distancia por tanto de otros documentales que profundizan de una manera mucho más trascendental en las consecuencias del trauma y la pérdida de identidad que provocan los abusos, como la extraordinaria película Sugarcane (Emily Kassie, Julian Brave NoiseCat, 2024). 

Después de grabar la detención de Lluís Gros en 2022 tras una llamada a los Mossos d'Esquadra del propio Carles Tamayo, el conocido youtuber publicó en sus redes sociales una petición pública para que alguna plataforma de streaming le comprara el documental. Y finalmente fue Ramón Campos, de la destacada productora Bambú Producciones que ha estrenado recientemente El caso Asunta (Netflix, 2024), quien se incorporó al proyecto. A pesar de la pretendida improvisación de algunas de las grabaciones, parece claro que los contactos de Ramón Campos con los ámbitos judiciales después de haber dirigido varios true crime han sido fundamentales para que Carles Tamayo tenga acceso a determinado material. Y el hecho de que el productor aparezca como co-guionista indica que Bambú Producciones ha tenido más protagonismo en la investigación de lo que se da a entender. Carles Tamayo interviene constantemente para convertirse en co-protagonista, dirigiendo a los espectadores hacia conclusiones que parecen no confiar en su capacidad de deducción a través de las imágenes. Es un defecto de los ídolos creados en las redes sociales, que suelen usar el medio para imponer sus opiniones en vez de permitir que sean sus seguidores quienes piensen por sí mismos. Quizás hubiera sido más interesante que la serie no dejara algunas lagunas sobre la vinculación personal de Carles Tamayo con el caso, limitándose a entrevistar a sus familiares, pero sin abordar su propia experiencia. Hay algunas casualidades que parecen demasiado casuales, como cuando una víctima de Lluís Gros aparece improvisadamente en un bar en el que están grabando, y también una intención de mostrar la preparación del documental, que quizás es la parte más aburrida, porque la planificación resulta algo amateur y la investigación periodística está al nivel de: "Espera, voy a llamar a mi hermana que es enfermera para preguntarle qué es la hidrocefalia". Esta enfermedad es precisamente la que utilizaron los abogados de Lluís Gros durante los siete meses para dilatar la ejecución de la sentencia, obligando a que se tuviera que esperar a las conclusiones de los exámenes médicos. El documental parece más interesado en constatar la ineficacia judicial y policial que en preguntarse las razones, no tiene demasiado interés en contrastar sus fuentes y adopta un formato sensacionalista, especialmente en el episodio Una gran evasión (T1E3). En este sentido, no se diferencia de un reportaje de Equipo de investigación (La Sexta, 2011-), de esos en los que los periodistas preguntan a sus interlocutores si les dan permiso para grabarles mientras les están grabando. Pero hay algunos momentos interesantes, como cuando se muestra en El monstruo quiere verme (T1E1) que el abusador no solo no reconoce su culpabilidad, que niega constantemente, sino que continúa manteniendo contacto con menores de edad. Desgraciadamente, estos resquicios de buen documental se desaprovechan porque Cómo cazar a un monstruo pierde el enfoque periodístico al revelarse demasiado interesado en ser, en sí mismo, el protagonista.  

Respira

Temporada 1 | Ficción, 8x45' | Netflix |  

Escrita por Carlos Montero, Carlos Ruano, Guillermo Escribano, Pablo Paiz

Dirigida por David Pinillos, Marta Font


En los últimos años, los dramas médicos estrenados a nivel internacional han tratado de distanciarse de los lugares comunes de este tipo de género. En Dinamarca Dag & Nat (The shift) (TV 2, 2022) y en Alemania Push (ZDFNeo, 2024) se desarrollan en los departamentos de obstetricia, teniendo como protagonistas a las matronas y las pacientes embarazadas, mientras que el próximo estreno de Familia de medianoche (Apple tv+, 2024) es una interesante aproximación, que toma como referencia las ambulancias piratas en la ciudad de México. Nacido como género en los años cincuenta, se considera que el primer drama médico de la historia fue City Hospital (CBS, 1951-1953), al que le seguiría el muy influyente Medic (NBC, 1954-1956) y una serie de películas protagonizadas por Dr. Kildare (NBC, 1961-1966). Pero algunas de las características más comunes de los dramas médicos, como la estructura narrativa múltiple y la incursión en las vidas personales de los protagonistas, fueron incluidas a partir de series como E.R.: Urgencias (Max, 1994-2009) y Chicago Hope (CBS, 1994-2000). En España, Farmacia de guardia (Antena 3, 1991-1996) y Médico de familia (Telecinco, 1995-1999) se suelen considerar pioneras de este género, pero en realidad eran dramas familiares que no se desarrollaban en hospitales, hasta que se estrenó Hospital Central (Telecinco, 2000-2012) que ya asumía todas las características del medical drama, seguida de su spin-off M.I.R. (Médico Interno Residente) (Telecinco, 2007-2008). Después han llegado series como Pulseras rojas (TV3/Antena 3, 2011-2013), desde el punto de vista de los pacientes, la docuficción Centro médico (RTVE, 2015-2019), la irregular Hospital Valle Norte (RTVE, 2019) y la lacrimógena Madres. Amor y vida (Telecinco/Prime Video, 2020-2022), cuya última temporada solo se estrenó en streaming. La nueva serie de Carlos Montero (1972, Orense) adopta todos los elementos del género, aunque parece mirarse más en series como New Amsterdam (Prime Video, 2018-2022), por eso de la pretensión de un médico de cambiar las reglas en un hospital público. 

Los primeros episodios de Respira (Netflix, 2024-) parecen seguir, sin embargo, las características de otras series de Carlos Montero como Élite (Netflix, 2018-2024), interesándose más por la relaciones sentimentales de todos los personajes que por su labor como médicos, pero a partir del episodio Paramos (T1E3) se enfoca progresivamente en la representación de la crisis de la sanidad pública española a través de una convocatoria de huelga encabezada por el doctor Néstor Moa (Borja Luna), quien casualmente comienza a tratar de un cáncer a la presidenta de la Comunidad de Valencia, Patricia Segura (Najwa Nimri) que, por supuesto, es de ideología conservadora. Es curioso el tratamiento de las reivindicaciones de los sanitarios como una cuestión de confrontación entre ideologías de izquierdas y de derechas, cuando en realidad las protestas sobre el sistema sanitario en España suelen ser transversales. Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo una marea blanca de 18.000 manifestantes protestaba por las políticas de la Comunidad de Madrid pero también por la falta de inversión del gobierno central, de ideologías opuestas. Sin embargo, el planteamiento de la serie es bastante claro: "Sois increíbles los políticos de derechas, que quereis privatizarlo todo. Los que miráis más por quedar bien y por cuadrar números que por la salud de la gente", dice Néstor a Patricia. Esto le quita parte de la eficacia que podría tener como una serie que aborda temas más profundos, demostrando que en realidad lo que le interesa a los guionistas es construir una relación personal que podría acabar siendo sentimental a pesar de las diferencias ideológicas. Alrededor de ellos, otros personajes también están definidos por su relaciones: la de Quique (Xoán Fórneas) y Oscar (Rafa Verdugo), el hijo de la exigente doctora Pilar Amaro (Aitana Sánchez-Gijón) o la de Jésica Donoso (Blanca Suárez) y el director del hospital Lluís Jornet (Alfonso Bassave). Mientras el protagonista, el residente Biel (Manu Ríos), es una especie de correveidile, alcahuete y trotaconventos que está en todas partes (a veces sin camiseta) pero que no tiene mucha personalidad. 

Respira no parece que pretenda cambiar el género de los dramas médicos, sino adoptar sus principales elementos para crear una dinámica de relaciones que al final la acerca más a un drama juvenil sobre amoríos que a una incursión seria en la crisis del sector público sanitario. Para eso ya están otros estrenos recientes como la estupenda Breathtaking (Filmin, 2024). De hecho, como representación del trabajo sanitario resulta poco creíble en muchas ocasiones, y ya ha sufrido las bromas y protestas en las redes sociales por parte de profesionales sanitarios reales. Es cierto que no se trata de un documental, pero ya que construyen un decorado que simula el interior de un hospital, se podría haber hecho un mayor esfuerzo en tratar de ser verosímiles. Lo peor de la serie es que nunca es posible tomársela demasiado en serio, incluso aunque caiga en el sensacionalismo cuando se trata de representar las  enfermedades o las heridas de los pacientes. Y porque aborda temas serios como las adicciones o la salud mental (el conocido como síndrome de burnout o desgaste laboral, demasiado común en la profesión médica) con una preocupante superficialidad, sin aprovechar un personaje como Néstor para mostrar realmente las carencias y las amenazas que sobrevuelan sobre la sanidad pública. La serie, que concluye su primera temporada con un final tan abierto que parece comprometida una segunda, está producida por El Desorden Crea, la productora fundada por Carlos Montero que solo trabaja para Netflix, a través de una filial llamada El Desorden Respira. Actualmente también está terminando Legado (Netflix, 2024), protagonizada por José Coronado y Belén Cuesta, producida por El Desorden Legado, y según el periódico Activos, ha constituido este verano otra filial llamada El Desorden Almagro, que podría ser un nuevo proyecto para Netflix (Activos, 27/7/2024).

Ángela

Miniserie | Ficción, 6x50' | atresplayer | ★ 

Adaptada por Sara Cano, Paula Fabra

Dirigida por Norberto López Amado


Los responsables de Buendía Estudios han cogido el camino de los remakes de historias británicas de tono feminista y enfoque en los abusos que han abordado los guionistas Harry Williams y Jack Williams, responsables también de otros proyectos más sugerentes como El turista (Max, 2022-2024) y Boat story (SkyShowtime, 2023). Si Mentiras (atresplayer, 2020) adaptaba la serie dramática Liar (BBC, 2017-2020), que llegó a tener una segunda temporada, ahora se han encargado de trasladar a España la miniserie Angela Black (Max, 2021). Las producciones británicas tenían como elemento común el protagonismo de la actriz Joanne Froggatt, que durante un tiempo se especializó en personajes de esposa atrapada en dinámicas de abusos, y a la que ahora podemos ver en el drama médico Breathtaking (Filmin, 2024). Pero lo cierto es que en ambas producciones originales predominaba una mirada masculina que de alguna manera ofrecía una visión algo superficial del tema, acercándolo más al género del thriller que a una reflexión profunda sobre los orígenes y las consecuencias de estas relaciones de poder y violencia. De manera que el dibujo de los personajes, especialmente de los masculinos, resulta plano y estereotipado, lo que escrito por guionistas que también son hombres es una forma condescendiente de contraponer a las mujeres. Éstas solo pueden salir de ese círculo vicioso adoptando una actitud de venganza, que es una manera de asimilarse a la psicología masculina de la violencia. Lo que resulta curioso es que las adaptaciones españolas están escritas por creadoras femeninas, lo que es una buena decisión porque ambas historias tratan sobre mujeres atrapadas, pero significativamente, el punto de vista femenino no introduce cambios relevantes en la forma de abordar estas historias. Convertir una trama de maltrato en un thriller puede ser discutible, porque de alguna manera elimina los elementos sociales del problema para convertirlo en una simple herramienta utilitaria de entretenimiento. No se puede esperar por tanto de Ángela (atresplayer, 2024) un tratamiento realmente reflexivo, sino solo superficial. 

La historia sigue un poco el enfoque de Luz que agoniza (George Cukor, 1944), con Ángela (Verónica Sánchez) sufriendo los reproches de su marido Gonzalo (Daniel Grao) porque él considera que fue ella quien le denunció a la policía por maltrato. Cuando se reencuentra con un antiguo compañero del colegio, Eduardo (Jaime Zatarain), siente una cierta liberación de su vida familiar opresiva y continuamente amenazada por una imprevisible reacción violenta de Gonzalo, que sin embargo tiene una especial habilidad para disimular frente al resto de la familia. En realidad, nunca está claro por qué los personajes toman las decisiones que toman, especialmente el antagonista masculino, aunque la serie parece querer resaltar que la violencia doméstica se produce de manera transversal entre las clases sociales, y que una relación de dependencia emocional, y en parte económica, también la puede tener una mujer profesional que en cualquier momento podría volver a su trabajo. Pero la adaptación española que han realizado Sara Cano, guionista de Deudas (atresplayer, 2021) y Paula Fabra, que recientemente ha participado en la serie de Rodrigo Sorogoyen Los años nuevos (Movistar Plus+, 2024), no parece tener mucho interés en profundizar y prefiere quedarse en el desarrollo de un suspense un poco lánguido, demasiado sometido al desequilibrio psicológico que comienza a sufrir la protagonista. La diferencia principal respecto al original es que la historia adopta únicamente el punto de vista de Ángela, lo que refuerza el suspense y la sensación de sentirse atrapada en un bucle cada vez más perturbador. Pero al comienzo del Episodio 6 esta perspectiva se olvida para poder explicar cómo entra Eduardo en la historia, una escena tan inverosímil que no solo rompe el punto de vista, sino que provoca vergüenza ajena. A este respecto, cuando llegamos a la mitad de la serie, el tema de los abusos ya ha perdido importancia, porque era solo un elemento conveniente para construir el enfrentamiento hombres-mujeres en el que acaba convirtiéndose la historia, una vez que adquiere más importancia la presencia de Esther (Lucía Jiménez), amiga y abogada de Ángela, y la única que le ofrece su apoyo incondicional. Como thriller psicológico, la serie es demasiado simple, igual que lo era la versión original, y como tratamiento de temas relevantes resulta absolutamente prescindible e incluso bastante mezquina. 


Hay algo en el bosque se estrena en Dark el 15 de octubre.
Twisted metal se estrena en AXN el 15 de octubre. 
Yo, adicto se estrena en Disney+ el 30 de octubre.
Invisibles se estrena en Disney+ el 13 de diciembre.
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Películas mencionadas:

As bestas y Tu hijo se pueden ver en Netflix.
La pequeña tienda de los horrores se puede ver en Classix, Cultpix, Filmin, Plex, Pluto tv y Rakuten.
Posesión infernal y Luz que agoniza se pueden ver en Filmin. 
Re-Animator se puede ver en Acontra+ y Filmin. 
Las brujas de Zugarramurdi se puede ver en Disney+, FlixOlé y Netflix. 
Los Cazafantasmas se puede ver en Movistar Plus+ y Tivify. 
Asedio se puede ver en Prime Video.