19 octubre, 2022

9º Serielizados Fest 2022 - Parte 2: El ser humano

En nuestra segunda cita con el Serielizados Fest hablamos de algunas de las series de las que se proyectarán sus primeros episodios de forma presencial en Barcelona y Madrid y en formato online a través de la plataforma Filmin. En su novena edición, el festival de series se celebra hasta el 22 de octubre en Barcelona, pero continúa desde el 25 hasta el 29 de octubre en Madrid, con la proyección de las series que forman parte de la Sección Oficial, aunque con diferentes actividades. En cuanto a series españolas, el festival se inaugurará en la capital de España con No me gusta conducir (TNT, 2022), la serie de Borja Cobeaga protagonizada por Juan Diego Botto y Lucía Caraballo, y se presentarán los primeros episodios de Pobre diablo (HBO Max, 2022), una serie de animación creada por Miguel Esteban, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla. Además habrá una charla sobre el rodaje en Madrid de la serie ¡García! (HBO Max, 2022), y se presentará en un coloquio la serie Reina roja (Prime Video, 2022), en la que el director Koldo Serra adapta una de las novelas de la trilogía escrita por Juan Gómez Jurado. Entre el resto de actividades, destaca la presencia en Madrid de Joe Penhall, el creador de la serie Mindhunter (Netflix, 2017-2019), que ofrecerá una Masterclass sobre el proceso creativo de esta serie que produjo y dirigió David Fincher. 

A continuación hablamos de algunas de las producciones que se pueden ver en la programación del 9º Serielizados Fest, tanto en sus ediciones de Barcelona y Madrid como en la plataforma Filmin. Nuestra atención está en aquellas series que muestran las contradicciones del ser humano, gobernantes que afrontan crisis, las consecuencias emocionales de un atentado, el trauma posterior a una masacre, las relaciones personales dentro de una sala de maternidad o la coexistencia de la vida y la muerte. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series mencionadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

This England

Gran Bretaña, 2022 | Premiere | ★☆☆

Dirigida por Michael Winterbottom, Julian Jarrolds, Anthony Wilcox


Al Boris Johnson de la serie This England (Sky, 2022) le gusta recitar a William Shakespeare, y suele tener en mente sus tragedias históricas. El título proviene de una de estas citas, extraída de las palabras de Juan de Gante en la obra Ricardo II (1595, Ed. Espasa Libros): "Esta tierra de reyes, esta isla coronada, (...) Esta tierra bendita, este reino, esta Inglaterra...". "Deberíamos detenernos ahí y olvidar el resto", comenta Boris Johnson. Porque las palabras de admiración de Juan de Gante se convierten más adelante en reproches hacia "Esa Inglaterra que, acostumbrada a conquistar a otros, se ha infligido a sí misma una vergonzosa derrota. ¡Qué feliz sería mi muerte, si con mi vida se desvaneciera esta humillación!". El primer título de la serie se refería a una de las mismas descripciones en la misma escena: "This sceptred island (Esta isla coronada)". En el desarrollo de la historia que nos cuenta Michael Winterbottom se encuentran por delante las primeras dimisiones del gabinete del primer ministro y por detrás una de las más desastrosas gestiones de la crisis del coronavirus. Porque, aunque destaca el papel de Boris Johnson como responsable máximo del gobierno, This England no es tanto una serie sobre su figura sino principalmente sobre el desarrollo de la pandemia durante el año 2020, y hay casi tantas secuencias en hospitales y residencias de ancianos como las que tienen lugar en la sede de Downing Street. Incluso como retrato de un personaje que en sí mismo parece una caricatura, la propuesta se quedaría corta, porque la producción se terminó antes de que estallara el partygate, el escándalo de las fiestas que finalmente fue el que le llevó a la dimisión como primer ministro. Boris Johnson es descrito como un personaje algo megalómano, al que le gusta compararse con Winston Churchill y se siente identificado con los gobernantes de las obras de William Shakespeare, sobre el que tiene un libro pendiente que nunca acaba de escribir. Pero al mismo tiempo se posiciona como una persona incapaz, un hombre de "no-estado", alguien a quien le viene grande el puesto, lo que ha generado algo de controversia porque de alguna manera justifica sus decisiones, claramente más enfocadas hacia las exigencias de la Bolsa que hacia el bienestar de los ciudadanos.

Lo que pone de manifiesto la serie de forma especialmente notable es la incapacidad y falta de preparación de los responsables políticos a la hora de gestionar una crisis sanitaria de alcance mundial que, especialmente en Europa, ya venía precedida de alarmas constantes desde China, en primer lugar, y posteriormente desde Italia. No es nada que no sepamos desde la experiencia propia en países como España, y se repite la secuencia de los hechos: la incredulidad inicial, la sensación de que la pandemia no nos tocaría, la falta de previsión, la desorganización, la ausencia de protocolos y de medios, las decisiones precipitadas, el caos... y, como consecuencia, las muertes. Al final del último de los seis episodios se indica que en 2023 se pondrá en marcha una comisión para analizar la gestión de la pandemia por parte del gobierno británico. El guión escrito por Michael Winterbottom, director de películas reconocidas como Wonderland (1999), 24 hour party people (2002), coloca constantemente en contraste la experiencia de los ciudadanos enfrentados a una enfermedad desconocida y la implicación del gobierno en la gestión de la pandemia. Hay una mirada casi documental, sobre todo en el uso de la banda sonora compuesta por David Holmes, y en algunos momentos puede resultar dolorosa, especialmente en el Episodio 4, que se centra en las residencias de ancianos (el gobierno británico dejó morir a miles de personas mayores para no colapsar los hospitales), y en el Episodio 5, que compara la experiencia de Boris Johnson cuando tuvo una recaída severa debido al coronavirus, y la de los hospitales públicos. Aunque a veces corre el riesgo de parecer una simple recapitulación de los acontecimientos (y ahí están las imágenes tantas veces vistas del confinamiento, de los aplausos a los sanitarios que se acabaron olvidando, del contacto entre los familiares y los enfermos a través de internet, etc.), This England comienza con tibieza hasta que va desvelando sus intenciones. Y en ese acercamiento entre las estrategias políticas y sus consecuencias, es donde se establece el distanciamiento entre quienes deciden y quienes sufren sus decisiones. 

La estructura de la serie, en algunos momentos repetitiva, busca encontrar el punto adecuado de contraste y verosimilitud para destacar la absoluta desafección de los políticos. De forma que resultan más impactantes las revelaciones que, no por conocidas, provocan menor sorpresa. Como el caso del Hospital Nightingale, levantado en nueve días al Este de Londres, con capacidad para 4.000 camas y que, hasta su cierre, solo había acogido a 54 pacientes, mientras el resto de los hospitales de Londres estaban colapsados. El protocolo de admisión era tan rígido que la mayor parte de los traslados sugeridos por otros hospitales fueron rechazados. Hay un enfoque especial en la irresponsabilidad de quienes establecían normas de conducta que ellos mismos incumplían, lo que acabó costando el puesto a Dominic Cummings (Simon Paisley Day), el asesor de Boris Johnson quien, mientras el gobierno pedía a los ciudadanos permanecer en sus casas, decidió trasladarse varias veces a una casa de campo fuera de Londres para pasar el confinamiento. Por su parte, el Ministro de Sanidad Mat Hancock (Andrew Buchan) estaba más obsesionado en alcanzar el objetivo de los 100.000 tests diarios, aunque para ello tuviera que manipular las cifras. This England puede resultar desfasada e incompleta en su descripción de una pandemia que todos hemos experimentado de alguna forma, le falta cierta perspectiva al desarrollarse solo en los acontecimientos de 2020 y decepciona en su nivel crítico hacia una gestión que ha provocado hasta la fecha 208.000 muertes en Gran Bretaña, casi el doble de las 115.000 de España (teniendo en cuenta que los gobiernos han dejado de contar desde hace tiempo muchos fallecimientos como resultado del Covid-19). Sobre todo viniendo del director de un documental tan incisivo como La doctrina del shock (2009). De hecho, uno de los aspectos que se destaca en los primeros episodios es la completa diferencia entre las cifras de infectados aportadas por el gobierno y las que más tarde se han verificado como reales. El trabajo de Kenneth Branagh es, en este sentido, insuperable y para quienes han visto a Boris Johnson todos los días, parece que consigue imitar el tono de voz con precisión, aunque el tipo de maquillaje que soporta suele tener un efecto extraño, como de caricatura, que provoca distanciamiento hasta que el espectador se acostumbra a esa imagen. Michael Winterbottom se reserva la dirección del primero y el último episodio, que funciona como conclusión enfocada más en los aspectos políticos que revelan los contrastes mencionados, pero también destaca la aportación de Julian Jarrold, director de la película La joven Jane Austen (2007) y de varios episodios de The Crown (Netflix, 2016-).

Lost luggage

Bélgica, 2022 | Sección Oficial | ★☆☆

Dirigida por Nathalie Basteyns, Kaat Beels, Ibbe Daniëls


Al final del último episodio de la serie Lost luggage (Equipaje perdido) (VRT/ARTE, 2022) se indica que, seis años después de los atentados que tuvieron lugar en Bruselas en 2016, permanecen todavía en las dependencias de la policía unos 200 objetos y equipaje que no han sido reclamados por las víctimas. Las explosiones ocurridas el 22 de marzo en el aeropuerto y la red de metro de Bruselas, reivindicadas por el Estado Islámico, dejaron 35 muertos y más de 300 personas heridas. La serie creada por la actriz y guionista Tiny Bertels (1972, Bélgica), se centra en las consecuencias que estos atentados tuvieron para las víctimas, a través del personaje de Samira Laroussa (Lara Chedraoui), una agente de policía traumatizada por el ataque, a la que se le encarga organizar la recogida y clasificación del equipaje que se quedó perdido tras las explosión en el aeropuerto, así como contactar con las víctimas y devolverles sus pertenencias. Estos objetos mayormente triviales adquieren sin embargo un significado emocional importante, son recuerdos en algunos casos de familiares fallecidos o documentación necesaria para gestionar las indemnizaciones. Pero Samira padece ella misma el trauma como víctima, no solo porque sufre un aborto espontáneo días después de la explosión, sino porque siente la pérdida de una compañera de trabajo con la que tenía una relación especial. La serie explora de qué forma el encuentro de la protagonista con las personas que acuden a recoger sus pertenencias también afecta a la propia Samira, tan obsesionada con ofrecer un servicio personal y un confort emocional a las víctimas que no asume hasta qué punto el estrés postraumático está influyendo en su propia vida y en su relación con su pareja, Tom (Jeroen Van der Ven). 

Estrenada en Bélgica el pasado mes de abril, Lost luggage es una serie incómoda porque aborda temas profundamente dramáticos. Se trata de un viaje intenso y emocionalmente poderoso que a veces parece sufrir el mismo síndrome que la protagonista: estancarse en el drama sin aportar un momento de respiro. En cierto modo, recuerda en su tono a la producción danesa Cuando el polvo se asienta (Filmin, 2020), que también se centraba en la difícil recuperación de la normalidad para las víctimas de un atentado. Pero es un trabajo contundente y bien estructurado que devuelve a la escena a los responsables de la conocida serie belga Hotel Beau Séjour (Netflix, 2016-), los directores Nathalie Basteyns y Kaat Beels. Aunque en sus primeros episodios parece que la serie se va a desarrollar a través de historias independientes protagonizadas por diversas víctimas que acuden al almacén, a mitad de la temporada se centra más en el personaje de Samira y conecta su historia con la del viudo de Babs (Jessica Moreno) que trabajaba en una cafetería del aeropuerto y que falleció en la explosión. Hay escenas sencillas pero que provocan una emoción inevitable como cuando en el episodio 2 Samira entrega a Chris (Oscar Van Rompay) un pañuelo que quedó entre los restos de la explosión. Pero sobre todo desarrolla el progresivo descontrol emocional que sufre la protagonista, víctima de un Síndrome de estrés post-traumático que acabará provocando una transformación radical en su vida, y que desemboca en el intenso episodio final en el que ella afronta sus propios problemas. La serie cae en algunas obviedades, sin embargo, porque aunque no menciona a los atacantes islámicos, el hecho de que la protagonista Samira sea de origen marroquí establece una definición innecesaria sobre cómo la comunidad árabe es igualmente víctima del terrorismo. Y aunque la serie parece sentirse demasiado cómoda en el drama, se trata de una reflexión honesta escrita desde un conocimiento evidente, y nos hace reflexionar sobre la permanencia de las heridas emocionales más allá de las heridas físicas tras un acto de terror. 

Crossfire

Gran Bretaña-España, 2022 | Premiere | ★☆☆☆☆

Escrita por Louise Doughty |Dirigida por Tessa Hoffe


Una de las apuestas más recientes de BBC para este otoño es la miniserie Crossfire (BBC/RTVE, 2022), estrenada a finales de septiembre en Gran Bretaña y que cuenta con la participación de RTVE, ya que buena parte de la acción transcurre en un resort de lujo en la Isla de Tenerife, donde se rodó la serie. La actriz Keeley Hawes, a la que hemos visto en producciones británicas como Line of duty (Netflix, 2012-2021), Los Durrell (Filmin, 2016-2019) y Bodyguard (Netflix, 2018), interpreta a Jo, una ex-agente de policía metida en un matrimonio en crisis con Jason (Lee Ingleby), que pasa unos días de vacaciones junto a otras dos parejas de amigos. Pero Jo mantiene una relación sentimental con Chinar Doshi (Vikash Bhai), el marido de una de sus mejores amigas, Abhi (Anneika Rose). Hasta que una mañana el hotel es atacado por un grupo de asaltantes que comienza a disparar indiscriminadamente a las personas que pasan el día en la piscina y las zonas comunes, convirtiendo sus vacaciones en una pesadilla de fuego cruzado y una lucha constante por la supervivencia. Jo utiliza su experiencia policial para tratar de evacuar al mayor número de personas, ayudada por Mateo (Hugo Silva), el jefe de seguridad del hotel. 

El primer trabajo como guionista de la escritora Louise Doughty, autora de la novela En el momento equivocado (2013, Ed. Debolsillo) en la se basó la aclamada miniserie Apple tree yard (Movistar+, 2017), tiene posibilidades para ser un drama con forma de thriller. Ella cuenta que la idea surgió precisamente cuando se encontraba de vacaciones en Tenerife y se imaginó cómo reaccionaría ella ante una situación como esa, aunque no está inspirada en ningún suceso real. El problema es que la serie, de tan solo tres episodios de una hora de duración cada uno, se estanca a partir del ataque, y se convierte en una constante repetición de situaciones más o menos tensas con personas corriendo por los pasillos del hotel, pero se manifiesta como un thriller lánguido con un desarrollo previsible que no plantea ninguna reflexión interesante, a pesar de que en ocasiones escuchamos la voz en off de Keeley Hawes hablando sobre la vida en soliloquios más pedantes que realmente convincentes. El tercer episodio transcurre después del ataque y se convierte en un drama sobre los traumas y las decisiones equivocadas que acaba por desmenuzar el poco interés que podría despertar la historia. Crossfire se pierde cuando trata de ponerse trascendente, intenta sacar algún provecho temático sobre los errores de juicio que podemos cometer y que nos impulsan hacia una vida apática, hasta que un hecho traumático provoca la consciencia de un cambio necesario. Pero ni siquiera el esfuerzo de una actriz solvente como Keeley Hawes le da algo de profundidad a su personaje, mientras que Hugo Silva aborda otro de sus papeles secundarios internacionales, aquí menos importante que su participación como el narcotraficante Emilio en la cuarta temporada de Top boy (Netflix, 2011-). 

The shift (Dag & Nat)

Dinamarca, 2022 | Sección Oficial | ★★ 

Dirigida por Søren Balle, Ole Christian Madsen, Lone Scherfig


El estreno de una serie sobre el departamento de maternidad de un hospital danés podría no ser un acontecimiento si no fuera porque viene firmado por una de las directoras más reconocidas del panorama internacional, y porque tuvo su estreno mundial en el Festival de Berlín, que calificó a The shift (TV 2, 2022-), que en Dinamarca se titula Dag & Nat (Día y noche), como una serie que "redefine el género de dramas médicos". Se trata del debut como showrunner de Lone Scherfig (1959, Dinamarca) quien se dio a conocer con las excelentes películas Italiano para principiantes (2000) y Wilbur se quiere suicidar (2002), para posteriormente trasladarse a Inglaterra donde dirigió la premiada An education (2009) y algunos dramas románticos menos valorados como Su mejor historia (2016) o La amabilidad de los extraños (2019). De regreso a Dinamarca, ha desarrollado con su productora Creative Alliance esta serie que se acerca a la maternidad a través del trabajo de un grupo de médicos y médicas pero centrándose sobre todo en sus relaciones personales. Dag & Nat comienza con una secuencia de créditos en la que varias manos de diferentes edades se juntan, lo que define el principal enfoque de la serie en cuanto a las relaciones humanas, y en el primer episodio August (T1E1) hay una discusión entre la jefa del departamento, Ella (Sofie Gråbøl) y el director del hospital Michael (Adam Briz) en la que ella se queja de la falta de personal que obliga a sus médicos a realizar turnos imposibles, lo que repercute en la calidad del servicio que ofrecen a las pacientes. 

Ella mantiene una relación secreta con Jerry (Pål Sverre Hagen) y descubre en el episodio September (T1E2) que está embarazada de él, pero Jerry ya tiene una familia que se ha quedado en Noruega y que es extremadamente religiosa, así que el primer impulso es el de abortar.  Mientras Louise (Marijana Jankovic) se empeña en realizar partos naturales aunque sus pacientes sufran dolor; el anestesista Jakob (Matias Nordkvist) sufre una depresión, lo que provoca que una paciente muera desangrada, aunque la culpa la asume la veterana enfermera Trille (Mette Agnete Horn), quien comienza a sentir la presión de unas facultades que se han deteriorado por la edad. La serie se desarrolla a lo largo de los nueve meses que dura el embarazo de Ella, con cada uno de los ocho episodios dedicado a un mes diferente, incluido un Año Nuevo especialmente intenso. Y aunque sobrevuela la falta de recursos humanos, y los horarios imposibles, Dag & Nat no tiene el humor sarcástico de Esto te va a doler (Movistar+, 2022), otra serie que se desarrollaba en un departamento de maternidad, ni tampoco la paranoia de El reino (DR, 1994-), la incursión de Lars Von Trier en el drama hospitalario, que ahora estrena su tercera temporada, sino que se acerca más al drama de sus personajes.

La dirección de los episodios se la reparten Søren Balle, directora de La ruta del dinero (Filmin, 2016-2019) y Equinox (Netflix, 2020) y Ole Christian Madsen, director de la película Flame y Citrón (2008), y co-creador de la productora Creative Alliance junto a Lone Scherfig, quien se reserva los dos últimos episodios, más centrados en el conflicto que supone para Jerry enfrentarse al nacimiento de un hijo fuera del matrimonio. Dag & Nat no reinventa el género médico, pero ofrece una mirada humana en la que el departamento de maternidad es un trasfondo para centrarse en los problemas que la presión y las propias interrelaciones entre los médicos y sus pacientes establecen. Y demuestra el talento de su creadora para equilibrar el drama sin llegar a traspasar el límite, proponiendo una reflexión sobre la ética profesional en situaciones complejas, a lo que ayuda el trabajo interpretativo de algunos nombres destacados como la danesa Sofie Gråbøl, más conocida internacionalmente por la versión original de The killing (DR, 2007-2012), y el noruego Pål Sverre Hagen, al que hemos visto recientemente como protagonista en las series Exit (Filmin, 2019-) y Furia (Filmin, 2021-), y que también forma parte del reparto principal de la última película noruega aclamada por la crítica, Krigsseileren (War soldier) (Gunnar Vikene, 2022). El éxito de la serie en Dinamarca garantiza su continuidad, pero la intención de Lone Scherfig es la de cambiar el enfoque en otros departamentos del hospital a lo largo de diferentes temporadas. 

Ida takes charge

Noruega, 2022 | Sección Oficial | ★★ 

Dirigida por Rikke Gregersen


Basada en el libro escrito por Kjersti Halvorsen, Ida takes charge (Viaplay, 2022-) se acerca al personaje de Ida (Elli Rhiannon Müller Osborne), una joven estudiante que acaba de llegar a Blindern, el Campus principal de la Universidad de Oslo, donde quiere estudiar psicología, y donde comienza a conocer a nuevos amigos y relaciones, como Jonas (Mohammed Aden Ali). Pero Ida está especialmente preocupada por la violencia de jóvenes radicales y mira su entorno con desconfianza. Sin embargo, cuando conoce a Aksel (Arthur Hakalahti), un joven que le pide ayuda para recuperar unos exámenes que le permitan acceder a la carrera de Medicina, siente una extraña fascinación. A pesar de que sus amigos le advierten que es un tipo raro, aficionado a las armas, usuario de foros de reddit de "incels", célibes involuntarios que no consiguen tener relaciones por su aspecto físico o su personalidad, y que tiene una opinión inquietante sobre las mujeres. Lo que se dice un inadaptado con posibilidad de convertirse en un asesino en potencia. La serie plantea reflexiones sobre las preocupaciones de nuestra sociedad, y en especial de una juventud que desahoga sus frustraciones en el anonimato de las redes sociales, que se expone a la violencia, que se encuentra con sus propias contradicciones respecto a lo políticamente correcto. En Vi trives liksom (T1E3), Ida visita a su padre en la región de Sørdanlet, al sur de Noruega, y descubre que ha comenzado una relación con una mujer oriental, lo que inmediatamente despierta en ella una cierta animadversión que tiene algo de xenofobia. 

Ida tar ansvar (Ida toma la responsabilidad) utiliza un sentido del humor negro y cortante, ampliado en los silencios y las miradas sorprendidas de la protagonista, para hablar de temas serios pero con cierto tono irónico, lo que le aporta menos melodrama que el de Todo lo que amas (Filmin, 2022), la otra serie noruega sobre una joven que se enamora de un simpatizante nazi. Con temas musicales de Bob Dylan, Kaada, The Mamas & The Papas o Etta James, construye una atmósfera de extrañeza que dibuja unos personajes singulares, especialmente en algunos episodios cerrados que funcionan casi como historias independientes, como en la visita que Ida hace a Aksel en su casa en Survival of the fittest (T1E6), pero sobre todo en el episodio Et dukkehjem (T1E7), en el que Renate Reinsve, la actriz principal de La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021) interpreta a una vecina de Ida que ha sufrido un episodio de violencia doméstica, pero al mismo tiempo se establece el suspense en torno a la verdadera personalidad de Aksel. El estilo de la joven directora Rikke Gregersen, que proviene del mundo del cortometraje, después de ganar un Oscar de Estudiantes por De hensynsløse (2019), que protagonizó precisamente Renate Reinsve, contribuye a esta fluidez de la seriedad temática en una envoltura de comedia negra con cierto tono oscuro, en la que Ida asume, como indica el título, la responsabilidad de evitar que Aksel se convierta en un posible asesino perturbado entregándose a él aunque dude de sus sentimientos. En este sentido, es una serie que podríamos considerar como oscuramente romántica, pero que se adhiere a la inquietud en torno una juventud escandinava envuelta en preocupaciones tan vitales como inexpugnables.

Life after life

Gran Bretaña, 2022 | Sección Panorama | ★★★★ 

Dirigida por John Crowley


Cuando la escritora Kate Atkinson (1951, Gran Bretaña) publicó su novela Una y otra vez (2013, Ed. Lumen) consiguió el reconocimiento de la crítica gracias a la singular forma de contar la historia de la familia Todd, sobre la que volvería en una segunda novela, A God in ruins (2016), que también se convirtió en un éxito de ventas en su país, aunque no se ha editado en España. La singularidad de la narración es que está contada a partir de las numerosas muertes y las consecuentes vidas que sufre la protagonista Ursula Todd a lo largo de su existencia. Ursula nace una noche de 1910, la misma noche en la que muere por primera vez estrangulada por el cordón umbilical. Pero su muerte da paso a una nueva vida, una nueva oportunidad de seguir adelante, que progresivamente se va encontrando con más muertes en su niñez, su adolescencia y su madurez. Temáticamente, se podría encontrar cierto paralelismo con la serie Muñeca rusa (Netflix, 2019-), esa especie de Día de la Marmota que acaba siempre con la muerte de la protagonista. Pero el hecho de situar la historia de Ursula en un período de entreguerras, viviendo la I Guerra Mundial y terminando en la II Guerra Mundial (aunque en la novela continúa su historia hasta los años sesenta), le envuelve de un contexto mucho más rico, un reflejo de las miles de muertes que provocaron las dos guerras, pero también de la pérdida de una sociedad moderna que avanzaba irremisiblemente hacia su propia destrucción. Pero la historia de Ursula Todd, interpretada en su adolescencia por Isla Johnston con singular equilibrio emocional, reflexiona también sobre las segundas oportunidades y las decisiones que tienen una trascendencia decisiva en nuestras vidas. Ursula, efectivamente, tiene la posibilidad de repetir su vida muchas veces, cambiando de forma intuitiva (porque ella no es consciente de sus renacimientos) las decisiones que la llevan continuamente hacia un destino trágico, pero al mismo tiempo a veces parece que resulta inútil la oportunidad de volver a vivir para acabar teniendo una vida igualmente desgraciada, marcada por embarazos no deseados, maltrato, hambre y desdicha, por la experiencia de dos guerras mundiales y la epidemia de gripe de 1918 que devastaron Europa.


En su momento se acusó a la escritora Kate Atkinson de exprimir el melodrama en su novela, y ciertamente hay que decir que Ursula tiene una existencia infortunada, especialmente a partir del momento en que la espléndida actriz Thomasin McKenzie, una de las mejores actrices jóvenes del panorama internacional, toma el testigo de la representación del personaje, y lo hace cargándola de emoción y madurez, haciendo de su personaje un ejemplo de resiliencia. En el Episodio 1, durante una conversación entre Ursula y su hermano Teddy (Sean Delaney), quien será el protagonista de la segunda novela, éste le pregunta: "¿Qué pasaría si pudiéramos volver y vivirlo todo de nuevo, una y otra vez?", planteando una cuestión filosófica que también explora la serie. La idea del Amor fati, que se relaciona con la teoría de Friedrich Nietzsche del "eterno retorno" según la cual durante un periodo infinito de tiempo todo se repite infinitamente, y que está descrita por el psiquiatra de Ursula, el Dr. Kellet (John Hodgkinson) en el Episodio 4. Pero, a pesar de esta incursión en los planteamientos filosóficos, que en cierta manera están transformados porque en realidad Ursula nunca vive la misma vida, sino que hay pequeños cambios que sin embargo son decisivos (no querer bañarse en el río, no recoger un guante caído en el suelo...), la serie no se siente en ningún momento demasiado obtusa intelectualmente.

Uno de los aciertos de la adaptación efectuada por la británica Bathsheba Duran, afincada durante años en Nueva York, desde donde ha formado parte de las mesas de guionistas de series como Boardwalk Empire (HBO, 2010-2014) o The looming Tower (Prime Video, 2018), es el trabajo de dirección de John Crowley, responsable de las películas Brooklyn (2015) y El jilguero (2019). El director aporta una especial sensibilidad para que, a lo largo de los cuatro episodios, las vidas y muertes de Ursula Todd tengan un desarrollo fluido, especialmente la introducción de este concepto de estructura narrativa que al principio puede parecer demasiado chocante, casi cómico, pero que ya en el Episodio 2 tenemos asumido como una forma de narración perfectamente coherente. Pero al final Life after life no deja de ser un drama sobre una joven que vive períodos radicalmente violentos en Europa, una historia de resistencia frente a la tragedia vital a la que parece destinada. Y aunque algunos elementos de política ficción que se incluyen en la novela, sobre todo en torno a la participación de la protagonista en el devenir de la historia personal de Adolf Hitler, parecen en la serie algo forzadas, es en el desarrollo del personaje principal donde Life after life se encuentra cómoda en una reconstrucción histórica que se mezcla con una propuesta de ciencia-ficción con singular consistencia. Y también encuentra en la espléndida banda sonora de Volker Bertelmann una forma sutil de desplazarse entre la emoción y la expresividad de un relato que conecta el destino con la reencarnación.


____________________________________________________________
Las series mencionadas forman parte de la programación de Serielizados Fest 2022.

I am Earth y Life after life se pueden ver del 18-30 de octubre en Filmin. 
The shift se puede ver el 20 de octubre (Barcelona), el 26 de octubre (Madrid) y del 21-30 de octubre en Filmin.
This England se puede ver el 22 de octubre (Barcelona) y el 29 de octubre (Madrid).
Ida takes charge se puede ver el 25 de octubre (Madrid) y del 18-30 de octubre en Filmin. 
Lost luggage se puede ver el 19 de octubre (Barcelona), el 27 de octubre (Madrid) y del 20-30 de octubre en Filmin. 
Crossfire se puede ver el 28 de octubre (Madrid).

¡García! se estrena el 28 de octubre en HBO Max.
This England se estrena el 31 de octubre en Movistar+. 
No me gusta conducir se estrena el 25 de noviembre en TNT.


No hay comentarios:

Publicar un comentario