01 marzo, 2021

Ponte el pijama, cariño, que me han dado un Globo de Oro

Los Globos de Oro se enfrentaban este año a su ceremonia más difícil, convertida en una especie de reunión de amigos por Zoom que se ha convertido en una de las más curiosas que hemos visto en mucho tiempo. No por lo espectacular (ni por un trabajo de producción tirando a mediocre, que no ha sabido salvar los incontables problemas que puede plantear una retransmisión remota), sino por todo lo contrario. Lo que nos atrae de este tipo de entregas de premios es poder acceder a un mundo de fantasía, de trajes de grandes diseñadores, de artistas elegantes y guapos que nos invitan a participar de su mundo de lujo por unas horas. Sobre el escenario, este reflejo de una irrealidad a la que la mayor parte de los mortales no tenemos acceso se transforma en un espectáculo sobre el que se posan nuestras miradas. Pero este año la atención estaba fuera del escenario, a kilómetros de distancia entre webcams que no funcionaban, audios que no se oían y el salón de las casas de los protagonistas. Los nominados y premiados se han convertido esta vez en personas normales, algunos más elegantes que otros, pero todos rodeados de una esfera de cotidianeidad que nunca habíamos visto en una ceremonia de premios. 

Lo mejor que sabe hacer la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood es reírse de sí misma en la entrega de los Globos de Oro. Por eso ésta suele ser más entretenida que la de los Oscar. Es como la cena de corresponsales que celebra el presidente de los Estados Unidos todos los años, en la que está permitido hacer burla y mofarse de uno mismo y del oponente. Y en una edición rodeada de la controversia que suscitó un reportaje de Los Angeles Times sobre los entresijos de la Asociación, las presentadoras Tina Fey y Amy Poehler (que no sabemos por qué estaba cada una en ciudad diferente, porque casi todo el tiempo presentaron juntas) estuvieron más comedidas de lo que se esperaba. "La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood está formada por noventa periodistas no-negros que se dedican a ir a las entrevistas promocionales de las películas en busca de una vida mejor". 


En realidad, el reportaje de Los Angeles Times no descubre nada nuevo, pero realiza un "grandes éxitos" de las polémicas que han rodeado a una asociación que es, ciertamente, opaca en su información sobre los procesos de selección de nuevos miembros, sobre sus relaciones con la industria del entretenimiento, y sobre sus balances económicos. Pero no es menos opaca que la información que tenemos sobre las decenas de asociaciones de críticos que hay en Los Angeles, Nueva York, Boston y otras muchas ciudades norteamericanas, y que también entregan premios todos los años. En noviembre del año pasado, un juez federal rechazó la demanda antimonopolio contra la HFPA interpuesta por una periodista noruega por no haber sido aceptada como miembro. A partir de entonces, Kjersti Flaa, la periodista que quiso formar parte de esta asociación, comenzó a acusarla de ser una especie de grupo cerrado poco ético, que aceptaba regalos de los estudios y celebridades. 

El reportaje de Los Angeles Times incide en algunos aspectos económicos que reflejan movimientos extraños y pagos injustificados a los miembros de la asociación, pero incide más, por ejemplo, en el hecho de la falta de diversidad racial ya que ninguno de los miembros de la asociación es negro. Lo de la diversidad en Estados Unidos tiene una interpretación sorprendente: puedes incluir a personas blancas, latinas, orientales y asiáticas, pero esto no se considera diversidad, como si el mundo estuviera dividido solo entre blancos y negros. Los Angeles Times vuelve en esta circunstancia estos días, destacando que "Andra Day es la única mujer negra que ha ganado el Globo de Oro", que "Chadwick Boseman es el cuarto actor negro que ha ganado el Globo de Oro" o que "Daniel Kaluuya es el quinto actor negro que ha ganado el Globo de Oro como secundario", pero les importa una mierda que Chloé Zhao sea la primera mujer oriental que ha ganado un Globo de Oro.  

Volviendo a la ceremonia, o reunión de amigos, hubo pocas sorpresas en las categorías cinematográficas y menos aún en las televisivas. A una semana de que comiencen las votaciones de los miembros de la Academia de Hollywood para las nominaciones de los Oscar (tienen entre el 5 y el 10 de marzo para enviar sus votos), Nomadland (Chloé Zhao, 2020) es ya la gran favorita. Pero recordemos que el Globo de Oro a la Mejor Película solo ha coincidido con el Oscar en dos ocasiones en los últimos años. Lo interesante será ver hasta qué punto Minari (Lee Isaac Chung, 2020), que fue incluida en los Globos de Oro como Película de Habla no Inglesa porque, de hecho, es una película de habla no inglesa, podrá recibir en los Oscar el reconocimiento como producción norteamericana que, de hecho, lo es. Aunque también sería extraño que, tras la sorpresa de Parásitos (Bong Joon Ho, 2019), de nuevo consiga el Oscar una película hablada en coreano. Y, por supuesto, lo que puede conseguir el Globo de Oro a Andra Day como Mejor Actriz de Drama por Los Estados Unidos contra Billie Holliday (Lee Daniels, 2021) es colocarla entre las competidoras destacadas para el Oscar. La película es mediocre, pero ella está espectacular. 


En el apartado televisivo, The crown (Netflix, 2016-) consigue por segundo año consecutivo el premio a Mejor Drama, sin necesidad de invitar a los miembros de la HFPA a un viaje de lujo, mientras que Schitt's Creek (CBC, 2015-2020) se confirma en su última temporada como la auténtica serie revelación del año pasado, después del triunfo en los Premios Emmy y ahora con el reconocimiento en los Globos de Oro. Y el hecho de que una miniserie grandiosa como Small axe (Amazon-BBC, 2020) se haya quedado con un premio para John Boyega frente al gran éxito pero menor interés de Gambito de dama (Netflix, 2020) puede ser quizás una llamada de atención de cara a los Oscar, que podrían considerar algún episodio de la serie de Steve McQueen como película independiente. 

Lo de recoger los premios en el salón de casa tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Pero nadie puede dudar que entre las primeras está el hecho de poder tomar el testigo de Isabel Coixet y recibir el galardón en pijama, como la directora catalana ha afirmado que le gustaría hacer en alguna ocasión (como una forma de boicotear la norma de someter a las mujeres a llevar vestidos elegantes pero imposibles a las galas de premios). Jodie Foster llevaba su elegante pijama, estirada en su sofá con su esposa y su perro, cuando logró una pequeña sorpresa en la categoría de Mejor Secundaria por The Mauritanian (Kevin MacDonald, 2021) frente a las mejor situadas Amanda Seyfried y Olivia Colman. Mientras que Jason Sudeikis se puso la misma sudadera con la que salió a correr por la mañana para recoger su merecido premio como Mejor Actor de Comedia por Ted Lasso (Apple tv+, 2020), una de las series revelación del año pasado. La cotidianeidad de recibir el reconocimiento en casa provoca también situaciones improvisadas con algo de ternura como esa irrupción de los hijos de Mark Ruffalo cuando el actor consiguió el muy merecido premio como Mejor Actor de Drama gracias a su doble y difícil personaje en la miniserie La innegable verdad (HBO, 2020).


Menos sorpresa fue el Globo de Oro a Trent Reznor, Atticus Ross y Jon Batiste por la banda sonora de Soul (Pete Docter, Kemp Powers, 2020), que estaban doblemente nominados por Mank (David Fincher, 2020). David Fincher, por cierto, ya parece saberse tan fuera de las posibilidades de ganar nada que se tomó la derrota como mejor director con un chupito, de forma relajada. A estas alturas, nadie puede dudar que Trent Reznor y Atticus Ross estarán nominados al Oscar, y posiblemente con doble opción también, y pocos pueden dudar que conseguirán el premio de la Academia de Hollywood. Como comentamos en nuestro popdcast El Ojo Inquieto dedicado a las Predicciones de cara a las nominaciones a los Oscar, Soul es la banda sonora que ha ganado más premios de la crítica a lo largo de estos meses. Menos esperado era el premio a la Mejor Canción para Laura Pausini y Diane Warren por "Io si", de la película La vida por delante (Edoardo Ponti, 2020). Este premio las sitúa en mejor posición que hasta ahora de cara a los Oscar, frente a canciones más favoritas, pero tampoco sería la primera vez que una canción premiada en los Globos de Oro ni siquiera esté nominada al Oscar. 

Si el reportaje de Los Angeles Times puede tener algún tipo de influencia en modificaciones que se hagan dentro de los reglamentos de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, lo veremos en un futuro próximo. Hubo una especie de propósito de enmienda en la ceremonia de este domingo, pero los resultados que consiga son muy dudosos. La HFPA ha sido siempre considerada como una asociación casquivana, que se mueve por intereses ocultos, pero también es cierto que hay algo de inquina por parte de la prensa norteamericana al ver que la segunda ceremonia de premios más importante de Hollywood está organizada por una asociación cuyos miembros no pertenecen a la otra secta, la de los periodistas del entretenimiento estadounidense. Así que al final esto parece más una pelea de bandas callejeras que un interés real de enfrentarse a la ética periodística. El ejemplo claro lo tenemos en el actor Gary Oldman, quien en 2014 llamó a un boicot de los Globos de Oro, y cuatro años después recogió con una sonrisa el premio al Mejor Actor por El instante más oscuro (Joe Wright, 2017). Este año también ha sido nominado por Mank (David Fincher, 2020). 

El 15 de marzo se darán a conocer las nominaciones de los Oscar, y algunos días antes, el 8 de marzo se entregan los premios de la Critics Choice (otra asociación de periodistas), que suelen ser los que más coinciden con los premios de la Academia de Hollywood. No sabemos si la ceremonia de los Oscar acabará siendo algo parecido a la de los Globos de Oro pero, definitivamente, queremos más pijamas y más sudaderas. 



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