14 mayo, 2025

DOK.fest 2025 - Parte 1: Rebeldías

Dentro del panorama de festivales internacionales, DOK.fest Munich tiene una personalidad propia, que recoge algunos de los éxitos que se han podido ver en otras muestras cinematográficas pero al mismo tiempo está interesado en el cine documental como una forma de arte socialmente relevante que invita al debate y al diálogo, ofreciendo perspectivas diversas sobre nuestra realidad. Se trata de uno de los más veteranos dentro de su género, creado en 1985 como una respuesta al Festival de Munich porque éste excluía de su programación al género documental. En su edición número 40, el perfil político de las secciones temáticas, que se diferencian de las habituales secciones más generalistas del resto de festivales, está claramente marcado en títulos de secciones como Cruzando fronteras, Empoderadas o Rodando en el exilio. Dentro de la Retrospectiva se recupera además un documental tan significativo teniendo en cuenta el giro radical de Estados Unidos en la actualidad, como Citizenfour (Laura Poitras 2014), un thriller político sobre romper el silencio frente a los abusos del poder político. En nuestras próximas crónicas vamos a repasar algunos títulos relevantes de la programación del DOK.fest y hemos querido comenzar con películas que hablan de rebeldías: la provocación de un artista queer búlgaro, la resistencia en el entorno de la militarización de la educación en Rusia, la fortaleza de una versión operística a través de un artista disidente o el poder de los cineclubes de Brasil como una forma de resistencia social. 

In hell with Ivo

Kristina Nikolova

Bulgaria, Estados Unidos 2025 | About Art | ★☆


Conocido en el mundo artístico como una figura controvertida y provocativa, Ivo Dimchev ha creado una representación de sí mismo que destaca su identidad queer dentro de un país conservador como Bulgaria que hace unos meses aprobó una ley que prohíbe las referencias LGBT en las escuelas, en línea con el mismo tipo de leyes impuestas en Hungría y Rusia. Después de la publicación de una de sus actuaciones en las redes sociales, el cantante recibe numerosos comentarios, pero en su mayoría ofensivos y amenazadores: hay uno que describe minuciosamente cómo le va a matar. Pero la personalidad compleja del artista la ha trasladado a sus espectáculos que ha estrenado en salas experimentales de todo el mundo. En 2023, la sala La MaMa de Nueva York acogió su obra In hell with Jesus/Top40, de la que cinco cantantes participantes se retiraron por sentirse incómodos con su alto contenido sexual. Parte de esta performance se puede ver en el documental In hell with Ivo (Kristina Nikolova, 2025), que le ha acompañado durante varios años y que ha tenido su estreno mundial en el DOK.fest de Munich, junto a una actuación de Ivo Dimchev en Munich el próximo 18 de mayo. En su performance en Nueva York, el artista invita a los espectadores a realizar actos performativos pagándoles una cantidad de dinero, de los que dos de ellos deben desnudarse y simular una relación sexual. Este grado de provocación que juega con el riesgo es una característica del cantante búlgaro, quien en ese mismo escenario de La MaMa interpretó en 2011 el show Lili Handel, en el que se extraía sangre delante del público, después de confesar que era VIH positivo, y la vendía al mejor postor. Aparentemente, Kristina Nikolova (1980, Bulgaria) es la antítesis de Ivo Dimchev, con el que comparte su origen pero poco más. Casada con el director de cine Paul Dalio con el que ha trabajado en largometrajes de ficción como Touched with fire (2015), vive en Estados Unidos y ha realizado también alguna incursión en la ficción con Faith, love + whiskey (2012). Pero desde que le conoció en 2020 ha estado grabando al artista, especialmente durante su gira de conciertos en casas privadas de Bulgaria y otros países del mundo en tiempos del coronavirus. A pesar de ser inmunodepresivo (y vivir en un entorno hostil con la identidad queer), Ivo Dimchev ofreció actuaciones gratuitas en casas particulares, a cambio de que sus anfitriones respondieran una serie de dilemas falsos cuyas respuestas les representan: "¿En el infierno con Jesús o en el cielo con Trump?, ¿morir como un héroe o morir practicando sexo? ¿en la cama con Putin o en la cama con el Dalai Lama?". 

A través de estas actuaciones en las que muestra su espléndido rango vocal (una improvisación con el coro femenino Kitka sobre el himno "Amazing grace" es emocionante), Ivo Dimchev se confirma como un excelente músico, a pesar de que comenzó relativamente tarde a componer canciones, mezclando temas irreverentes con letras sobre las relaciones humanas. Pero también es un personaje contradictorio: muchas veces gruñón, se molesta cuando sus colaboradores no le ofrecen un repertorio de canciones más provocativas, incluso cuando la directora plantea algunos temas personales, como la relación con un padre maltratador y una madre a la que reprocha no haberle apoyado en los peores momentos: "Claro que mi padre me pegaba cuando era joven. Todos los niños son discriminados por sus padres. Pero no porque sean gays, sino porque se enfrentan dos puntos de vista sobre la vida. Me parece muy banal como tema", afirma algo molesto. Sin embargo, cuando se produce un encuentro entre él y sus padres, ya ancianos, en casa de ellos, en la que lleva a cabo una de esas actuaciones que ha realizado en apartamentos privados, se transmite la sensación de que hay muchos reproches que todavía no están resueltos. Ivo sin embargo se desprende de todo el pasado abusivo que ha sufrido y del tono provocativo que suele adoptar cuando visita a su hermana, que vive en Los Angeles, y tiene una relación con su sobrino adolescente cercana y relajada. In hell with Ivo equilibra bien esas diferentes personalidades del protagonista: el performance rebelde, el tío cariñoso, el hijo herido emocionalmente, el homosexual provocativo y el cantante excepcionalmente dotado. Es el retrato de un personaje intenso y desbordante desde una mirada sosegada y observadora, lo que establece un interesante equilibrio en la forma en que la película se acerca a un artista tan complejo como Ivo Dimchev. Con motivo del estreno del documental, el artista ha publicado recientemente algunas canciones nuevas que se escuchan en la película, como "Life", que habla sobre las contradicciones de su propia vida, o "The apology of Trump", una declaración de principios irónica frente a las políticas de la nueva administración norteamericana. 

Mr. Nobody against Putin

David Borenstein, Pavel Talankin

Dinamarca, República Checa 2025 | Reframing History | ★☆

Sundance '25: Premio Especial del Jurado

Docsbarcelona '25: Sección Oficial


Hemos visto algunos retratos inquietantes sobre la progresiva opresión legislativa del régimen de Vladimir Putin en Rusia y las consecuencias de la aprobación de la "ley de agentes extranjeros" que es, de hecho, un instrumento para bloquear y detener a las voces disidentes con la narrativa oficial, especialmente periodistas como Vladimir Kara-Murza, condenado a 25 años de prisión en 2023. También hemos visto cómo esta mordaza estatal ha obligado a muchos opositores a abandonar el país, como las protagonistas del documental My undesirable friends: Part I - Last air in Moscow (Julia Loktev, 2024). Precisamente vemos al comienzo de este documental a Pavel Talankin, un coordinador de actividades para los alumnos de una escuela de la ciudad de Karabash, en el momento en el que está siendo aconsejado por una organización de ayuda a los disidentes para que consiga salir de Rusia. Pero Pasha, como le llaman sus alumnos, no es un periodista de un canal opositor, ni un político que pretende enfrentarse a Putin en las urnas, sino solo un joven profesor que poco a poco ha ido tomando conciencia de la progresiva militarización de la educación en las escuelas rusas, a través de clases especiales, actividades patrióticas e incluso prácticas con armas que moldean la personalidad de los niños para que acepten la verdad oficial como la única posible, una máquina de propaganda que está perfectamente coordinada para que Ucrania sea percibida desde la escuela como un país enemigo lleno de partidarios nazis que amenazan la seguridad de Rusia. Mr. Nobody against Putin (David Borenstein, Pavel Talanki, 2025) ha tenido una larga trayectoria en festivales desde que ganara el Premio Especial del Jurado en Sundance, porque propone una denuncia de las estrategias políticas de opresión mostrando cómo afecta a los ciudadanos que simplemente viven en una ciudad industrial que en su momento fue calificada como "la ciudad más contaminada del mundo", lo que la convirtió, curiosamente, en un destino turístico popular. Buena parte de la película utiliza las grabaciones realizadas por el propio Pavel Talankin cuando no había comenzado la invasión de Ucrania, y él mismo describe con sentido del humor su ciudad y la escuela en la que trabajaba. 

Se perfila así un documental construido a partir de un tono de humanidad que describe el entorno en el que se desarrolla la vida de Pasha: su madre es la bibliotecaria de la escuela, él graba los videos musicales que le proponen los alumnos, tiene una relación más cercana con algunas de las jóvenes estudiantes que colaboran con él y lleva una vida relativamente tranquila y relativamente monótona. Pero desde el anuncio de la "operación militar" contra Ucrania por parte de Vladimir Putin, la escuela se llena de banderas, el profesor de historia aprovecha para ofrecer conferencias sobre una historia reescrita a través de su propia admiración por los oficiales más sanguinarios de Stalin y los alumnos deben leer mensajes patrióticos que son entregados por las autoridades. La escuela se convierte en un espacio de propaganda política y militar, mientras los alumnos que se gradúan, ya en la adolescencia, deben prepararse para la posibilidad de ser llamados a filas y, lamentablemente, en algunos casos no regresar con vida. Frente a la prohibición de grabar funerales de soldados que han combatido en Ucrania, la película ofrece una imagen en negro solo con la grabación sonora del llanto de los familiares de uno de los soldados muertos. Pasha confiesa en algunos momentos la cobardía que le impide expresar su malestar con el cambio radical que ha experimentado la escuela, hasta el punto que pretende dimitir de su trabajo, justo en el momento en que tiene la posibilidad de colaborar desde dentro con una organización que está pidiendo testimonios internos. Comienza así una resistencia silenciosa, que cambia el enfoque del objetivo para reflejar el grado de manipulación de la maquinaria de propaganda. Pero Pavel Talanki también siente la necesidad de expresar sus propios pensamientos sobre lo que está viviendo, grabándose a sí mismo delante de la cámara. Mr. Nobody against Putin es por tanto un acto de rebeldía desde una mirada conmovedora, especialmente cuando le pregunta a su madre, quien piensa que los jóvenes rusos están acostumbrados a ir a la guerra, que Rusia ha luchado siempre y siempre luchará. El silencio, la resignación y el miedo se convierten en cómplices del autoritarismo. Pavel Talankin también tuvo que huir de Rusia antes de que este documental se estrenara y vive actualmente en un país europeo, pero mantiene todavía la percepción distanciada de un sentido del humor que le permite describir la desviación autoritaria de Rusia con ironía, a pesar del drama que ha supuesto para muchos jóvenes rusos.  

Ai Weiwei's Turandot

Maxim Derevianko

Italia, Estados Unidos 2025 | About Art | 

Hot Docs '25: Artscapes


La elección en 2018 del artista Ai Weiwei (1957, China) para poner en escena una versión de la ópera Turandot (1926), con la reconocida partitura de Giacomo Puccini, podría parecer arriesgada teniendo en cuenta que él mismo confiesa que no le gusta la ópera y ni siquiera suele escuchar música. Pero el libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni se desarrolla en China a través de una historia basada en un poema persa, y fue durante muchos años prohibida en el país por considerarse que menospreciaba al pueblo chino. El artista cuenta en su presentación a la compañía que él mismo tiene una relación con esta ópera porque cuando era joven participó como extra en una representación dirigida por Franco Zeffirelli en el Metropolitan de Nueva York, en la que la artista Chiang Ching trabajaba como coreógrafa, la misma que él ha elegido para acompañarle en esta nueva versión. El Teatro de la Ópera de Roma tardará sin embargo cuatro años en estrenar la obra, porque en mitad de los ensayos se declaró la pandemia del coronavirus, siendo la primera vez en 140 años que el teatro cerró sus puertas, después de mantenerse en activo incluso durante la fiebre española y la 2ª Guerra Mundial, según comenta su entonces director general Carlo Fuortes. Aunque posteriormente se retomó el trabajo y Turandot se estrenó en 2022, recibió algunas críticas tibias en Italia que destacaban la evidencia de la falta de ensayos, pero se elogió la puesta en escena y el diseño de vestuario creados por el artista chino. El director Maxim Derevianko, vinculado al Teatro dell'Opera di Roma realizando material audiovisual, no consigue sin embargo que su aproximación a la incursión de Ai Weiwei al mundo de la ópera resulte demasiado relevante, ni siquiera transmitiendo claramente cuál es la visión que aporta el artista a la obra desde un punto de vista contemporáneo y desde su propia perspectiva de opositor al régimen político chino. Ai Weiwei's Turandot (Maxim Derevianko, 2025) trata de encontrar sin éxito el equilibrio entre una reflexión sobre la relación del arte con la política y una película de promoción para los archivos del Teatro de la Ópera de Roma. De hecho, los apuntes sobre la aproximación del artista a la obra son proporcionados por algunos colaboradores como la coreógrafa Chiang Ching o el primer director de orquesta, el argentino Alejo Pérez, más que por el propio Ai Weiwei.

Sobre la película sobrevuela la idea planteada a partir de una frase del artista chino refiriéndose a que "todo es arte y todo es política". Se muestran algunas imágenes de su conocido arresto por parte de las autoridades chinas, su liberación posterior envuelta en la prohibición de hacer declaraciones políticas, la demolición de su estudio y su apoyo incondicional a Julian Assange, pero son breves pinceladas que no aportan nada al relato sobre su trayectoria que ya se ha podido en ver en otros documentales como Ai Weiwei: The Fake Case (Andreas Johnsen, 2013). Es más interesante la trasposición de la historia de la ópera a la actualidad como una representación de los populismos: "La visión de Ai Weiwei es la delineación entre la autocracia, el estatismo y la gente normal. Lo que es muy importante en estos momentos. Qué significa la oligarquía y la autocracia para la gente pobre y la clase media". De hecho, tras retomar los ensayos después del confinamiento, el artista da un mayor predominio a la presencia de las retroproyecciones durante las escenas más importantes, que muestran imágenes de la pandemia y de la guerra. Cuando se vuelve a ensayar, el director de orquesta Alejo Pérez no está disponible y es sustituido por la directora ucraniana Oksana Dyka, lo que aporta una mirada particular teniendo en cuenta que poco después de que se retoma el trabajo en la ópera, se produce la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ofreciendo un nuevo trasfondo geopolítico a la obra. Y es la descripción que hace la propia directora la que mejor define el punto de vista de la historia, incluso más que las palabras de Ai Weiwei: "En el primer acto el principal protagonista es el coro, que siempre acepta lo que dice Turandot, el déspota, tirano y dictador. La obra comienza con el atardecer y se desarrolla en una sola noche. Cuando llega "Nessum Dorma" ya es el amanecer. Y este es el mensaje de Puccini, porque el nuevo día trae un nuevo comienzo". Ai Weiwei's Turandot se queda a medio camino en sus planteamientos, tratando de reflexionar sobre cómo una obra del siglo XX puede ser contemporánea y cómo el activismo de un artista puede aportar una mirada diferente que al mismo tiempo desentraña los matices de la historia original. Es más efectiva en la descripción del proceso de producción de una ópera influido por los acontecimientos externos, y cómo éstos acaban formando parte de su propio relato. Pero pierde el foco porque se dispersa tratando de multiplicar sus mensajes, algunos demasiado obvios y tópicos. 

Boalândia

Patrik Thomas, Mathias Reitz Zausinger

Brasil, Alemania 2024 | Stranger than Fiction | 

São Paulo '24: Competição Novos Diretores


Otro proyecto que se ha visto atravesado por el entorno social y político de los últimos años ha sido esta incursión de los directores alemanes Patrik Thomas y Mathias Reitz Zausinger en la resistencia cultural de las periferias de Brasil, no solo en el ámbito geográfico sino principalmente en el social. Formado en audiovisual en Lisboa, Patrik Thomas recibió una beca para la Universidad de São Paulo donde comenzó a estudiar el papel de los cineclubes en la resistencia cultural y política de Brasil. Dentro de un contexto complejo de transformación de un país que había estado controlado por las políticas ultraconservadoras de Jair Bolsonaro y se enfrentaba al posible regreso de Lula da Silva al gobierno en el año 2022, este documental adquiere una dimensión mucho más profunda, pero mostrando que las resistencias siguen siendo las mismas aunque cambie el poder político. En Maranhão, el cine club TV Quilombo Rampa graba videos en la selva amazónica para proyectarlos en una plaza mostrando las costumbres de los indígenas pero también la deforestación, mientras que en Pará, el proyecto Video nas Aldeias nació en 1987 como una iniciativa para la producción de contenidos indígenas creados por ellos mismos. "La forma de grabar nos ayuda a mostrar la realidad de nuestros pueblos", dice una de las jóvenes que participan en este proyecto. La cultura del cine club se manifiesta como una forma de visibilización de las minorías, ya sean raciales o sociales, desde las grabaciones que realiza la comunidad transexual de Río de Janeiro hasta las que representan el significado del skateboarding dentro de las comunidades sociales. Favela Cineclube nació precisamente como una forma de contrarrestar la falta de arte y cultura en entornos que están marcados por la peligrosidad, como las favelas de Madureira y Cidade de Deus en Río de Janeiro. Una de las iniciativas más curiosas es Filme de Rua, un proyecto audiovisual nacido en 2015 en Minas Gerais a cargo de un grupo de jóvenes que se encontraban en situación de exclusión social viviendo en las calles. La propuesta pretendía grabar a personas sin hogar para darles visibilidad evitando que permanecieran como simples cifras en medio de las estadísticas, y se ha ido propagando con otros objetivos: "Quiero mostrar lo difícil que es vivir en la calle para una mujer, cómo nos enfrentamos a labores diarias como lavarnos, o la inseguridad que supone estar sola sin pareja", dice una de las activistas que participan en el proyecto. 

Los directores de Boalândia (Patrik Thomas, Mathias Reitz Zausinger, 2024) utilizan la música como un nexo de unión, ya sean los cánticos tribales de los indígenas o el hip hop que cantan en la calle grupos de adolescentes, que también se graban a sí mismos como una forma de visibilización de sus propias reivindicaciones. El cine club, que tanta relevancia tuvo en España en los años ochenta como una manera de trasladar la cultura que se encontraba fuera de los circuitos comerciales, en Brasil se mantiene vivo como una forma de resistencia social. A veces directamente política, como la de un artista que comenzó en 2013 a realizar proyecciones en edificios: "Durante las manifestaciones en contra de Lula decidí gritar contra esa violencia y contra ese movimiento reaccionario. La primera proyección que hice fuera contra la violencia policial. Las proyecciones son como gritos en forma de imágenes en grandes proporciones proyectadas hacia la inmensidad", comenta. El complejo entorno político de Brasil en 2022, con unas elecciones generales muy reñidas entre Lula da Silva y Jair Bolsonaro refleja también a través de Boalândia la tensión que se vivía en las calles. Lula ganó en segunda vuelta por un 50,9% de los votos frente al 49,1% que logró Bolsonaro, lo que refleja la profunda división social de un país que finalmente optó por la esperanza de un nuevo comienzo. Esta situación se refleja en un documental que a veces da la sensación de que quiere ser tan aglutinador que nunca ofrece una perspectiva más profunda. Es una panorámica que habla sobre la resistencia social, pero se siente como un boceto más que como un retrato. 


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Películas mencionadas:

Citizenfour se puede ver en Filmin.


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