El III Festival Internacional de Animación Contemporánea de Madrid es otra de las muestras que este año ha decidido ofrecer un formato híbrido: el presencial, que se clausuró ayer, y el formato online, que se puede ver en Filmin hasta el 25 de octubre. Se trata de un encuentro cinematográfico organizado por Matadero Madrid y Cineteca Madrid que ofrece una retrospectiva de los últimos cortometrajes de animación, algunos de los cuales también han estado presentes en la Sección Anima't del Festival de Cine Fantástico de Sitges. En estos meses de coronavirus, en los que la industria audiovisual ha sufrido una paralización importante en todo el mundo, la animación, por su condición de trabajo de interior, que no necesita una interacción física, se ha visto beneficiada por esta situación inusual. Series como The blacklist (NBC, 2013-) recurrieron a la animación para concluir su última temporada, y The walking dead: World beyond (AMC, 2020-) también incorpora algunas secuencias de animación. Se trata de un buen momento para dedicar una atención especial a trabajos que destacan no solo por su ejecución sino también por su contenido.
Animario se inauguró con el estreno en España del cortometraje Homeless Home (Alberto Vázquez, 2020), Premio del Jurado en Annecy 2020. En esta obra, el director español regresa a los diseños en blanco y negro que ya había utilizado en Decorado (Alberto Vázquez, 2016), creando una fantasía tenebrosa en torno a esos personajes que siempre han estado en el lado oscuro. Visualmente el cortometraje es fascinante, con fondos bellamente elaborados que nos recuerdan a El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1957). Como en otras ocasiones, el guión introduce diálogos que tratan de humanizar a estos personajes, usando un lenguaje moderno. Pero en este caso el recurso, que es a la vez cómico e irónico, no termina de encajar bien con las imágenes y se convierte en un lastre para dar una entidad realmente contundente al conjunto.
Homeless Home (Alberto Vázquez, 2020) |
La clausura de Animario se ha producido con The nose of the conspiracy of Mavericks (Andrei Khrzhanovskiy, 2020), que también recibió el Premio Especial del Jurado en Annecy 2020. Se trata del último largometraje del veterano realizador ruso que, a sus ochenta años, es toda una leyenda del cine de animación. Incorpora imágenes reales mezcladas con animación para hacer una reflexión sobre la historia de Rusia, especialmente la etapa estalinista. Tomando como referencia un cuento de Nikolai Gógol que se convirtió en ópera, la película se puede ver como un sueño, un compendio de imágenes que forman parte de la imaginación de su director y que se intercalan sin un aparente sentido narrativo. Es una película de una profunda intelectualidad, y de la que posiblemente no podamos extraer todas sus significaciones porque para ello deberíamos conocer con profundidad sus referentes históricos, literarios, musicales y políticos. Pero funciona perfectamente como una recapitulación del cine de Andrei Khrzhanovskiy.
Estas dos películas solo se han podido ver en el formato presencial de Animario, pero buena parte de su programación sí está disponible en Filmin.
La mujer representada
La representación de la mujer está muy presente en la Sección Oficial, compuesta por 21 cortometrajes, de los que más de la mitad están dirigidos por mujeres. Bach-Hông (Elsa Duhamel, 2019), que ha conseguido el Premio al Mejor Cortometraje Internacional, se podría definir como una especie de documental animado. Escuchamos extractos de una entrevista a la protagonista, que cuenta su experiencia de niñez en Saigón, una existencia plácida al margen de la guerra que enfrentó a Vietnam del Norte y del Sur, hasta que en 1975 se produjo la invasión por parte de los comunistas. La huída supuso el abandono de su infancia, y de una yegua llamada Bach-Hông que le enseñó el amor por los animales. Es una historia contada con dibujos de una gran belleza, que profundiza en la conexión del alma femenina.
Bach-Hông (Elsa Duhamel, 2019) |
En La tempête (Astrid Ginet, 2019), se nos habla de una joven que es abandonada por su prometido, borrando su destino como esposa y madre. Cuando este abandono se produce, su madre la insta a buscar otro hombre, como si su vida tuviera que depender indefectiblemente de la figura masculina. Pero ella se deja llevar por la tormenta, e inicia un viaje que no es solo físico sino también interior, una liberación que se representa en la danza, en la libertad de ser uno mismo, sin necesidad de otros. En Symbiosis (Nadja Andrasev Baussaron, 2019) la directora libanesa afincada en Francia también propone un retrato de mujer y de abandono. En este caso, se centra en el aislamiento emocional de una pareja, a través de una historia de celos y desengaño, pero también de descubrimiento. Se abordan temas como el erotismo, la sensualidad y la venganza, con una animación sutil, que conecta los objetos para crear un subtexto emocional.
Por su parte, Portrait en pied de Suzanne (Izabela Plucinska, 2020) nos ofrece el retrato de una mujer, pero a través de la visión de un hombre. Utilizando la técnica de stop-motion con plastilina, el protagonista es un hombre obsesionado con la comida que, tras sufrir un accidente, asiste a la transformación de su pie en una figura femenina. Es un cortometraje que habla de los celos, de las relaciones personales y de la soledad. La figura masculina es inestable, y solo encuentra un cierto equilibrio en la relación que establece con su pie transformado en Suzanne.
Portrait en pied de Suzanne (Izabela Plucinska, 2020) |
La directora Siqi Song fue nominada al Oscar por su cortometraje Sister (2018), y ahora presenta en The coin (2019) una historia que de alguna manera conecta con aquél argumento familiar. Aquí la protagonista es una niña a la que su madre le cuenta una tradición china sobre la introducción de monedas de la suerte en los dumplings. Al hacerse mayor, un viaje interior hacia su pasado le sirve para encaminarse hacia su futuro, una lectura muy bella, con las figuras en stop-motion características de su autora, en torno a la necesidad de conectar con el pasado para poder seguir adelante.
Por su parte, en #21xoxo (Sine Özblige, Imge Öxblihe, 2019) se plantea una fantasía que tiene que ver con la mujer en una sociedad absorbida por las redes sociales. A través de una animación creativa y colorista, se nos presentan las relaciones de la protagonista a través de los instrumentos digitales y la comunicación se produce desde aplicaciones en el móvil. Pero la historia parece estancarse en una especie de fantasía que tampoco nos lleva a ningún lado concreto, excepto a una representación que resulta demasiado obvia.
Sentirse ausente en el mundo
Muchos de los cortometrajes que vemos en la selección de Animario tienen que ver con la difícil adaptación a la sociedad que nos rodea, y están protagonizados por personajes que son diferentes, que no encuentran acomodo en las reglas establecidas, y cuya existencia es, ya en sí misma, una exhibición contundente de libertad.
Purpleboy (Alexandre Siqueira, 2019) aborda un tema complejo con una sencillez sorprendente. El protagonista es un niño cuya identidad sexual no está definida, pero que se autodefine como masculino. Esta lucha por reivindicar su personalidad, incluso en una sociedad opresiva, le llevará por un viaje que está lleno de una poesía visual absorbente. Es un trabajo dinámico, de gran calado emocional, que trata temas profundamente sin abandonar un diseño artístico sobresaliente.
Purpleboy (Alexandre Siqueira, 2019) |
En el cortometraje español Yo (Begoña Aróstegui, 2020), la historia nos muestra cómo cambia la existencia rutinaria de un hombre cuando se obsesiona con la definición de las cosas, con encontrar un significado y categorizar las cosas que le rodean. Es un corto interesante que mezcla fotografías con animación 2D, pero cuya narración a través de un monólogo resulta algo discursiva. Seleccionado en Annecy 2020, está producido y escrito por Fernando Franco, director de La herida (2013) y Morir (2017), que adapta un relato del escritor austríaco Arthur Schnitzler. En Têtard (Jean-Claude Rozec, 2019), que logró el Premio FIPRESCI en Annecy 2019, el renacuajo del título es un niño cuya hermana le cuenta historias sobre cómo él en realidad no es el hijo de sus padres. Es un cuento cruel sobre la aceptación que está realizado con una animación llena de plasticidad, con una paleta de colores espléndida. En este caso, la no-inclusión en la normalidad está marcada por una no-aceptación de la hermana, un rechazo desde la relación familiar.
También nos propone una historia de personajes que no encajan en el marco establecido, pero aquí utilizando el sentido del humor, Why slugs have no legs? (Aline Höchi, 2019), que estuvo seleccionado en Clermont-Ferrand 2020. En este caso, nos situamos en una ciudad habitada por insectos que trabajan frenéticamente, excepto tres babosas que tienen una actitud más relajada. Hasta que se produce una crisis económica (provocada en parte por las babosas), que conducirá a una solución drástica. De nuevo encontramos una reflexión sobre la inadaptación, usando el humor com un instrumento para mostrar una sociedad que no permite que se rompan sus reglas.
Routine: The prohibition (Sam, 2019) |
Como en Routine: The prohibition (Samuel Ortí Martí, 2019), en el que el director español, también conocido como Sam, regresa a la animación stop-motion que le dio buenas críticas con Pos eso (2014) para proponer una mundo sucio y decrépito en el que la falta de un elemento tan necesario como el oxígeno provoca que se tomen medidas radicales. Pero estas medidas afectarán principalmente a los sectores más desfavorecidos en beneficio de los más ricos. Es una mirada humorística, pero que también tiene un fuerte componente de crítica social, y este fin de semana ha conseguido la Mención Especial en el Festival de Sitges 2020.
La sociedad enfrentada también está presente en Mad in Xpain (Coke Riobóo, 2020), que es una especie de continuación del cortometraje por el que estuvo nominado al Goya, Made in Spain (2016). En la misma playa del Sur de España, con algunas de las miniaturas que formaban parte de aquella historia, el director ofrece ahora un nuevo trabajo en stop-motion que se desarrolla en una España del futuro, muy cercana al universo de Mad Max (George Miller, 1979), pero por supuesto habitado por la representación del folclore español, con nazarenos, trajes de flamenca y obispos sedientos de poder.
La grandeza del cortometraje
En la programación de Animario 2020 se pueden encontrar algunos de los cortometrajes más destacados de los últimos meses, obras maestras de la animación que marcan un año muy creativo. El más destacable es The physics of sorrow (Theodore Ushev, 2019), que estuvo preseleccionado para el Oscar el año pasado. Es un trabajo extraordinario que propone un viaje por la memoria, inspirado en la novela del mismo título del escritor búlgaro Georgi Gospodinov, del que el director también adaptó un relato en su cortometraje nominado al Oscar Blind Vaysha (2016). Estamos ante una historia contada en voz en off que resulta al mismo tiempo épica y profundamente íntima. El uso de la técnica de pintura encáustica para la animación, que tiene una textura densa y colorista, es uno de los grandes aciertos del cortometraje, que parece envuelto en un aire de ensueño.
The physics of sorrow (Theodore Ushev, 2019) |
Empty places (Geoffroy De Créci, 2020) es una magnífica animación francesa que muestra lugares vacíos en una ciudad, sin presencia humana, en la que las máquinas siguen funcionando de forma repetitiva pero ya sin un propósito real. Tiene una estructura narrativa interesante, una representación formal de la soledad de los objetos, y funciona perfectamente como una especie de visión inteligente de un mundo confinado. Ha conseguido en Animario 2020 una Mención Especial del Jurado.
En el cortometraje finlandés Freeze frame (Soetkin Verstegen, 2020), unas figuras humanas tratan de evitar que distintos bloques de hielo se derritan. Una misión imposible, una lectura pesimista en torno a la inevitabilidad del cambio climático, que se nos muestra en un excelente trabajo en stop-motion con imágenes en blanco y negro que parecen sacadas de archivo, una especie de memoria de un pasado que solo existe en la pantalla, un mundo que ya no es presente. Ganador del Premio al Mejor Cortometraje en Annecy 2020.
Beyond Noh (Patrick Smith, Kaori Ishida, 2020) |
Y Beyond Noh (Patrick Smith, Kaori Ishida, 2020) es un elaborado trabajo de animación de 3.475 fotografías de máscaras de todo el mundo que supone una especie de coreografía en torno a la tradición y la cultura pop, y cómo ambas representaciones de la sociedad pueden coexistir. El proyecto nació tras una visita que el matrimonio de directores realizó al Museo de Kioto, y es una de las piezas de animación más absorbentes, inteligentes y dinámicas que hemos podido ver este año en festivales como Krakow Film Festival, Vienna Shorts o Annecy.
Animario 2020 se puede ver en Filmin hasta el 25 de octubre.
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