El director mexicano Alejandro González Iñárritu consigue situarse, un año después de su sorprendente éxito en los Oscar con Birdman (aunque los Globos de Oro entonces no le reconocieron), en una posición envidiable de cara a los premios de la Academia de Hollywood, tras lograr 3 Globos de Oro (Película, Director y Actor Principal), por su épica y valiente El renacido. Iñárritu está últimamente en estado de gracia, y cada nuevo trabajo es un tour de forcé que supera con creces, sin olvidar el trabajo de su director de fotografía, el también mexicano Emmanuel Lubezki, colaborador de otro compatriota destacado como Alfonso Cuarón, y cuyo trabajo en El renacido es todo un alarde que merece sin duda el Oscar.
La gala de los Globos de Oro, que recuperaba a un Ricky Gervais que no decepcionó, ha puesto en la parrilla de salida a algunos de los nombres que este jueves estarán entre los nominados a los Oscar. Entre ellos, un Sylvester Stallone que logró el Globo de Oro como Mejor actor de reparto por su encomiable trabajo en Creed, el renacimiento de la franquicia de Rocky que le ha permitido recuperar a un personaje mucho más complejo que el que él mismo creó para el otro renacimiento fallido, Rocky Balboa (2006).
Y ya que hablamos de renacidos, el otro nombre que estuvo presente en la ceremonia fue el de Ennio Morricone, que ganó el Globo de Oro por la banda sonora de Los odiosos ocho, y que por supuesto tuvo que recoger Quentin Tarantino ante la ausencia del maestro italiano, calificándole como el "mejor compositor de todos los tiempos, incluso por encima de Mozart". El premio es un tanto injusto, teniendo en cuenta que Morricone solo escribió 25 minutos de música original para la película, y fueron utilizados fragmentos descartados que compuso para La cosa (1982) y otras bandas sonoras. Sobre todo, compitiendo con el magnífico trabajo de Ryuichi Nakamoto y Alva Noto para El renacido.
Sorprendente fue de hecho la nominación de Marte en la categoría de Mejor Comedia o Musical, algo que el propio Ridley Scott comentó entre dientes cuando recogió el Globo de Oro a Mejor Película en esta categoría. Y sobre lo que Ricky Gervais bromeó diciendo que al menos Marte era más divertida que Pixels. A decir verdad, la categoría de Mejor Comedia o Musical suele ser la menos agradecida de cara a los Oscar, teniendo en cuenta que el género no suele estar muy presente entre las películas nominadas. Y quizás por eso las compañías presentan determinados filmes con la esperanza de tener al menos el reconocimiento mediático. Por Marte, Matt Damon logró también el Globo de Oro a Mejor Actor de Comedia, aunque no está clara su presencia en las nominaciones a los Oscar.
La que sí tiene muchas posibilidades incluso de llevarse la estatuilla este año es Jennifer Lawrence por su magnífico trabajo en Joy, una irregular película de David O. Russell que reivindica a la mujer luchadora a través de un personaje que permite a la actriz componer una auténtica creación interpretativa que es lo que al final salva la película de su anodina narración.
Por su parte, sorprendió el premio para Brie Larson, otra actriz que mantiene con su trabajo el interés en la película La habitación, y que supone sin duda un espléndido tour de force para un filme claustrofóbico que emociona y mantiene la tensión en todo momento.
Esta vez sí, la película biográfica sobre Steve Jobs dirigida por Danny Boyle ha convencido mucho más que aquel fallido biopic protagonizado por Ashton Kutcher, Jobs (2013). Y logró por supuesto el Globo de Oro al Mejor Guión, del que es autor el siempre preciso Aaron Sorkin, y el de Mejor Actriz de reparto, para una sorprendida Kate Winslet.
De las categorías televisivas, hay que destacar el reconocimiento a dos de las series más sorprendentes del año, Mr. Robot (USA Network), ganadora del premio a Mejor Serie Dramática y Mejor Actor de reparto (Christian Slater), y Mozart in the jungle (Amazon), que recibió el de Mejor Serie de Comedia y Actor Principal (Gael García Bernal). Curiosa coincidencia este año la del director Alejandro González Iñárritu y el actor Gael García Bernal que pisaron la alfombra roja de los Globos por primera vez cuando Amores perros (2000) fue nominada como Mejor Película Extranjera.
En el apartado de miniseries, la excelente producción británica Wolf Hall (BBC) se llevó el Globo de Oro principal, aunque sus actores no lo consiguieran, especialmente un Mark Rylance hipnótico (en los Oscar podrá ser nominado por su trabajo en El puente de los espías). Sin embargo, tenemos que decir que fue merecidísimo el premio al guatemalteco Oscar Isaac en esta misma categoría, que está espléndido en ese drama político que nos regaló la pasada temporada David Simon en Show me a hero (HBO), y que sitúan a este actor como uno de los más destacados de su generación. Y el de Jon Hamm que, aunque parezca que la última temporada de Mad men (AMC) está a años luz de haberse emitido, consiguió de nuevo el Globo de Oro como Mejor Actor, casi como una última despedida de la serie.
Sorprendente, y creemos que injusto, fue el Globo de Oro a Lady Gaga por su interpretación en la irregular quinta temporada de American Horror Story: Hotel (FX). Al margen de que esta serie alterna temporadas espléndidas (Freak Show) con otras decepcionantes (Coven), lo cierto es que Hotel se mueve a mitad de camino entre la sordidez y la estupidez, y la presencia de Lady Gaga, por muy comentada que haya sido, no ha terminado de mantener el interés en una historia poco interesante. Al menos el premio dio para una de las imágenes de la noche, la cara de Leonardo DiCaprio cuando Lady Gaga pasa a su lado.
Aunque para muchos, la presentación de Tina Fey y Amy Poehler fue más divertida, nosotros tenemos una especial predilección por Ricky Gervais, sobre todo por esa expectación que produce no saber qué exabrupto va a soltar por esa boca. Este regreso de Gervais a los Globos de Oro no decepcionó, y tuvo comentarios de todo tipo, incluso para la propia NBC, que retransmitía los premios lo que, según él, era muy loable teniendo en cuenta que era la única cadena de televisión que había conseguido cero nominaciones a los Globos de Oro. Hubo algún momento "tenso" como el reencuentro con Mel Gibson después de que al actor no le sintieran nada bien las bromas que le hizo hace unos años sobre la bebida. En definitiva, Ricky Gervais sabe dar a esta ceremonia el tono desenfadado que necesita (cerveza en mano), aunque los miembros de la Asociación de Periodistas extranjeros de Hollywood que concede los Globos de Oro le parezcan "un grupo de tipos desquiciados que solo te dan el premio para poder hacerse un selfie contigo".
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