La entrega de los premios Emmy ha consolidado a Juego de tronos (2011-) como la serie más premiada de la historia, continuando una tendencia marcada el año pasado que esta temporada ha continuado (Drama, Dirección, Guión, Maquillaje y Reparto). El proyecto creado por David Benioff es, junto a Veep (2012-) que ha conseguido tres de sus trece nominaciones principales (Comedia, Actriz de Comedia y Reparto) el buque insignia de la cadena de televisión por cable. HBO mantiene así su hegemonía como el canal de televisión más premiado, a pesar de estar "amenazado" por las nominaciones logradas por canales como Netflix, Amazon y FX.
Podemos decir que este año se han mantenido las expectativas, e igual que Breaking bad (2008-2013) logró finalmente el reconocimiento en los Emmy al final de sus emisiones, consolidándose temporada tras temporada como objeto de culto, Juego de tronos (2011-) ha terminado convirtiéndose en todo un fenómeno de masas en los últimos años, aunque la producción comenzara con problemas y la audiencia tardara en engancharse. Es más, el anuncio de su última temporada dividida en dos partes ha colocado a HBO en una posición peligrosa comparable con aquella que tuvo que vivir cuando terminó Los Soprano (1999-2007), la serie que la consolidó en el nivel en el que se encuentra ahora. Y las dificultades de producción que ha tenido el western de ciencia-ficción Westworld (2016-) se justifican comparándolas con aquellas que tuvo que solventar la misma Juego de tronos al principio, con repetición de su episodio piloto incluido. Lo cierto es que los intentos de HBO por encontrar series que traten de mantener los niveles de exigencia de su público, como preámbulo de la debacle que se producirá tras el final de su buque insignia, no han parecido tener resultados hasta el momento: ni el drama musical creado por Martin Scorsese y Mick Jagger Vinyl (2015), cancelado en su primera temporada, ni los proyectos de Steve McQueen y David Fincher detenidos antes incluso de convertirse en pilotos serán los sustitutos de un éxito como Juego de tronos. Y la feroz competencia que presentan las plataformas digitales como Netflix o Amazon plantean un panorama mucho más complicado que aquel 2007 en el que Los Soprano echaron el cierre.
¿Es por tanto el reconocimiento en los Emmy una carta de confianza a la cadena que consiguió cambiar las reglas de juego en la televisión? Posiblemente sí. Porque la presencia casi anecdótica de Netflix, Amazon y FX en el reparto de los últimos premios Emmy es un reflejo poco acertado de la realidad en cuanto a niveles de calidad y repercusión de las producciones.
FX ha conseguido consolidarse como uno de los canales de mayor prestigio de la televisión norteamericana, a pesar de que sus series no tengan los niveles de audiencia de otras cadenas. Y de la mano de Ryan Murphy, el drama judicial American Crime Story (2016-) le ha dado siete premios (Miniserie, Actor principal, Actriz principal, Actor de reparto, Guión, Reparto y Peluquería), en un año en el que por fin consiguió colocar entre las categorías principales a la excelente The americans (2013-), y a pesar de que la magnífica segunda de temporada de Fargo (2013-) se haya tenido que conformar solo con la estatuilla a Mejor Fotografía. La presencia entre los premiados de Louie Anderson como Mejor Actor de reparto por su sorprendente papel de madre del protagonista confirma a Baskets (2016-) como una de las comedias dramáticas más impactantes de esta temporada, a pesar de que su cínica historia haya pasado algo desapercibida.
Pero la que podemos considerar principal competidora actual de HBO, la plataforma digital Netflix, si bien ha logrado el reconocimiento de público y crítica con sus producciones, no termina de encontrar un hueco destacado en los premios Emmy, a pesar de la sorpresa que han supuesto los galardones a Actor de reparto por el thriller Bloodline (2015-) y el Guión de la comedia Master of none (2015-), o el espaldarazo a sus producciones documentales What happened, Miss Simone? (2015), premiada como Mejor Documental, o la impactante serie Making a murderer (2015-), que consiguió los de Dirección, Guión y Serie Documental. Pero el juego en primera línea de las ficciones como House of cards (2013-) se ha quedado en mero intento. Y la ausencia de producciones tan cuidadas y de calidad como Narcos (solo tenía nominaciones por la sintonía creada por Rodrigo Amarante y por el diseño de los títulos de crédito) demuestran que la presencia de la plataforma dista mucho de ser la que merece.
Netflix viene pisándole los talones a HBO desde hace tiempo. E igual que la segunda revolucionó el concepto de televisión con producciones como Los Soprano (1999-2007), The wire (2002-2008) o Roma (2005-2007), la plataforma digital ha venido introduciendo otro concepto de consumo al que ya ni siquiera se le puede llamar televisión. Una forma de ver sus producciones a la carta, con el estreno completo de cada temporada que permite a los espectadores elegir el modo de visionado, y que además ahorra desagradables sorpresas como la filtración de capítulos que puede tener lugar en las emisiones más clásicas "semanales", ya experimentado por la propia HBO con la última temporada de Juego de tronos. Además, Netflix mantiene en los últimos años un nivel de desarrollo de series y películas que difícilmente es asumible por muchas otras plataformas y canales de televisión. Y HBO, restringida por la emisión tradicional de su programación, que escasamente le deja el hueco de los domingos por la noche como día estrella (adjudicado a Juego de tronos), no tiene margen de movimiento para desarrollar productos que, finalmente, han acabado en una larga lista de espera de la que no se sabe cuándo van a salir.
Esta "guerra de producción" ya ha comenzado a dar sus primeros problemas. David Simon, creador de series emblemáticas como The wire (2002-2008) o Treme (2010-2013), ya ha planteado los peligros de la incorporación de directores de cine a las producciones de televisión. Sobre todo porque manejan presupuestos que en la mayor parte de las ocasiones son difícilmente asumibles por las cadenas. Eso es lo que le ha pasado a HBO con los proyectos iniciados por David Fincher o Steve McQueen. Y eso es lo que le pasó a Netflix con la producción de The get down (2016-), la serie sobre el inicio del hip-hop que demostró la ignorancia de un cineasta como Baz Luhrmann sobre el mundo de la televisión, que necesitó la ayuda de más de un showrunner para terminar el proyecto; primero fue Shawn Ryan (The shield (2002-2008)) y más tarde Thomas Kelly (Copper (2012-)) y además llegó a sobrepasar el presupuesto inicial hasta los 116 millones de dólares. Es más, la división en dos partes de la serie (se han emitido solo seis episodios), lejos de ser una estrategia de distribución, parece más una necesidad: la serie no se terminó a tiempo.
Amazon es otra de las plataformas que ha apostado por la producción de series online, siendo al menos reconocida su serie Transparent (2014-), por la que su protagonista Jeffrey Tambor y su creadora Jill Soloway han sido premiados como Mejor Actor y Mejor Directora en los dos últimos años. Amazon se ha convertido en el mejor aliado de Netflix para revolucionar la televisión, y a finales de septiembre tiene previsto estrenar Crisis in six scenes (2016-), la primera serie escrita y dirigida por Woody Allen, iniciando una política de desarrollo de ficción menos ambiciosa que Netflix desde el punto de vista presupuestario, pero de importante consolidación paulatina.
Hay que agradecer, no obstante, la presencia de caras nuevas, especialmente entre los intérpretes premiados. El galardón como Mejor Actor a Rami Malek confirma a la serie Mr. Robot (2015-) como la principal tabla de salvación para USA Networks, y el reconocimiento a la actriz canadiense Tatiana Maslany por la serie canadiense Orphan Black (2013-), distribuida por BBC America, hace justicia a su poliédrico trabajo. También nos han alegrado los premios a Maggie Smith como Actriz de reparto en Downton Abbey (2010-2015) o de Sherlock: La novia abominable (2010-) como Mejor Tv Movie, que aportan el habitual toque british a los premios Emmy. Y por supuesto hay que destacar el premio a la Mejor Música para el español Víctor Reyes por su preciso e inspirado trabajo para El infiltrado (2016), que también logró el de Mejor Directora para la danesa Susanne Bier.
A pesar de los nueve premios que ha conseguido Netflix y los seis de Amazon, ¿ha reflejado esta edición de los Emmy la realidad actual? Si hablamos en términos de televisión tradicional, sí, ya que no cabe duda de que Juego de tronos es la serie estrella de las audiencias y de la repercusión mundial. Si miramos hacia la televisión del futuro, que es cada vez más presente, no. La incorporación de plataformas digitales al universo televisivo, por llamarlo de alguna forma, es imparable, y el reconocimiento parece que está tardando en llegar. Netflix ya tiene mas suscriptores que HBO. Lo que demuestra que la apuesta de los espectadores va por otros derroteros.
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