Aprovechamos la semana del
Orgullo para hacer un repaso a algunos de los títulos más destacados de la
reciente producción de cine de temática gay, títulos que llegarán
próximamente a nuestras pantallas.
Behind the candelabra
Steven Soderbergh presentó en el Festival de Cannes su enésima última película. Curiosa selección de un film producido por HBO para su canal por cable, pero que contiene, como otras muchas producciones de la cadena norteamericana, auténtica envoltura cinematográfica. Empezando por un reparto que nos presenta a dos estrellas del cine en personajes sorprendentes: Michael Douglas encarnando a un Liberace con demasiada impostura en ocasiones, pero que sabe transmitir con certeza de gran actor la parte más dramática y solitaria del personaje; y Matt Damon dando la réplica perfectamente como el joven amante que conoció la verdadera personalidad depresiva de uno de los músicos más extravagantes y horteras que ha dado el firmamento kitsch. Los dos están soberbios, entregados a sus papeles, y desprenden con eficacia las contradicciones y las debilidades de sus personajes. Pero sobre todo el guión de Richard Lagravenese, inspirado en el libro escrito por el verdadero Scott Thorson, define con precisión la vida “dentro del armario” que vivió este pianista de extravagante puesta en escena (curioso el empeño del protagonista en ocultar su homosexualidad a pesar de desprender tanta pluma). Behind the candelabra es, además, un reflejo maduro y preciso de la entrada en escena de la pandemia del sida en medio de una sociedad que estigmatizaba a los homosexuales.
El diálogo:
Liberace: Tengo buen ojo para los nuevos y jóvenes talentos.
Scott Thorson: Tienes buen ojo para las nuevas y jóvenes pollas.
Steven Soderbergh presentó en el Festival de Cannes su enésima última película. Curiosa selección de un film producido por HBO para su canal por cable, pero que contiene, como otras muchas producciones de la cadena norteamericana, auténtica envoltura cinematográfica. Empezando por un reparto que nos presenta a dos estrellas del cine en personajes sorprendentes: Michael Douglas encarnando a un Liberace con demasiada impostura en ocasiones, pero que sabe transmitir con certeza de gran actor la parte más dramática y solitaria del personaje; y Matt Damon dando la réplica perfectamente como el joven amante que conoció la verdadera personalidad depresiva de uno de los músicos más extravagantes y horteras que ha dado el firmamento kitsch. Los dos están soberbios, entregados a sus papeles, y desprenden con eficacia las contradicciones y las debilidades de sus personajes. Pero sobre todo el guión de Richard Lagravenese, inspirado en el libro escrito por el verdadero Scott Thorson, define con precisión la vida “dentro del armario” que vivió este pianista de extravagante puesta en escena (curioso el empeño del protagonista en ocultar su homosexualidad a pesar de desprender tanta pluma). Behind the candelabra es, además, un reflejo maduro y preciso de la entrada en escena de la pandemia del sida en medio de una sociedad que estigmatizaba a los homosexuales.
El diálogo:
Liberace: Tengo buen ojo para los nuevos y jóvenes talentos.
Scott Thorson: Tienes buen ojo para las nuevas y jóvenes pollas.
Presentada como una de las nuevas películas a tener
en cuenta en la descripción de las relaciones entre dos hombres, esta crónica
de una historia de amor autodestructiva estuvo presente en el Festival de
Sundance y ganó el Premio Teddy a la Mejor Película de temática gay en el
pasado Festival de Berlín (cosas de la interrelación de realidad y cine, en la
propia película el protagonista es un director de documentales que gana el
Premio Teddy al mejor Documental). Sin descubrir demasiados perfiles que no
hayan sido ya mostrados sobre las relaciones homosexuales (recuerda mucho a la
británica Weekend (2011), de Andrew
Haigh, pero no transmite ni la sexualidad ni la emoción de aquella), Keep the lights on abunda en el retrato
más o menos sórdido de la sexualidad homo, con sexo esporádico, encuentros en cuartos de baño de discotecas de ambiente y una relación que se nos antoja enfermiza entre un director de
cine y un tipo enganchado al crack. Aunque el actor danés Thure Lindhart realiza un trabajo
de interpretación apasionado y en ocasiones convincente, la química entre los dos personajes principales
no termina de convencer, y su relación se sostiene sobre unos anclajes emocionales que no llegan a atraparnos.
El diálogo:
El diálogo:
Erik: Llamó anoche. Dijo que le he arruinado la vida.
Jill: Eso dicen todos los que están en rehabilitación, Erik.
Erik: Eso espero.
Nordzee, Texas
Del director belga Bavo Defurne
conocíamos sus cortometrajes preciosistas en torno al amor homosexual, visiones
románticas de las relaciones entre jóvenes que comienzan a vivir su despertar
sexual. Editados en DVD en España, los cortos Particularly now, in spring (1996), Saint (1997) o Campfire
(2000) han dado la vuelta a festivales de cine internacionales que
reivindicaban la personalidad de su director como uno de los más dotados para
transmitir el sentimiento amoroso. En 2011 debutó en el largometraje con esta
película que mantiene su línea temática. Nordzee,
Texas habla del primer amor de un adolescente que encuentra en su mejor
amigo el objeto de deseo, y que vivirá ese proceso de descubrimiento que le
lleva de la obsesión a la traición. En este sentido, Bavo Defurne sabe definir
con eficacia estos sentimientos, huyendo de la explicitud sexual que
habitualmente encontramos en este tipo de historias, y deteniéndose más en los
sentimientos. No aporta nada especialmente novedoso al reflejo cinematográfico del
amor juvenil, pero lo hace con una profunda sensibilidad, y resulta fácil
empatizar con este chaval enamorado que ve como un auténtico infierno la
traición amorosa de su amigo. Aunque caiga en tópicos previsibles, lo cierto es
que el director construye uno de los más sinceros retratos de la adolescencia
homosexual que hemos visto recientemente.
El diálogo:
Gino: ¿Puedo entrar?
Pim: Estaba esperándote.
Magnifica presenza
Ferzan Ozpetek es uno de los realizadores gays más populares
del cine italiano, y ha transmitido en algunas de sus películas el universo homosexual
de sus protagonistas con más o menos acierto. Desde su internacionalmente
aclamada película Hamam: El baño turco
(1997) Ozpetek ha tocado en varias ocasiones el mundo homosexual, entre ellas
en su penúltima película, Tengo algo que
deciros (2010). Curiosamente, a pesar de que Ferzan Ozpetek es uno de los
pocos directores italianos que ha conseguido una distribución más o menos
normal en España, esta comedia permanece aún sin distribuidora. Magnifica presenza, que tuvo 4
nominaciones a los Premios David di Donatello, aunque no se llevó ninguno,
no es exactamente una película que hable de homosexualidad, pero su
protagonista (un joven que ve cómo la casa que acaba de alquilar está habitada
por fantasmas), es un homosexual obsesionado con un amante al que solo conoció
una noche pero del que está profundamente enamorado. Si queremos, podemos ver
esta comedia gótica como una metáfora de la
personalidad del protagonista, incapaz de tener una vida sexual estable,
encerrado en sí mismo, como los propios fantasmas que habitan la casa. Pero Magnifica presenza es, como mucho, una
agradable comedia que tiene destellos de brillantez.
Pietro: Te he preparado la cena.
Iván: Nos hemos visto 3 días y hemos pasado 1 noche juntos. ¿Y eso merece que me mandes miles de mensajes y me llames cientos de veces al móvil?My brother the devil
El cine británico más independiente suele tener cierta preferencia por mostrar historias de la calle, pegadas a la realidad de barrios desfavorecidos en los que habitan comunidades de inmigrantes. Y lo suele hacer con eficacia, de forma realista y precisa. Características que acompañan también a este debut en el largometraje de la directora Sally El Hosaini. A través de la relación entre dos hermanos de origen egipcio en un suburbio de Londres, la guionista y realizadora traza un retrato de la comunidad árabe, que se enfrenta al paro y a la delincuencia. Pero lo más logrado de esta película es ese sentimiento de admiración del hermano menor hacia el mayor, un sentimiento que se desmorona cuando descubre que su referente masculino es homosexual. Y, mientras en la primera parte asistimos a una más o menos típica descripción de la vida entre pandilleros y del racismo entre árabes y negros, en la segunda parte nos despierta interés esta revisión de la homosexualidad en la comunidad musulmana, que por supuesto no es nada complaciente. Destaca el trabajo de los dos jóvenes protagonistas y una fotografía perfeccionista que le valió a David Raedeker el Premio en el Festival de Sundance. My brother the devil también ganó el premio Brit (Cine Independiente Británico) a la Mejor Promesa para James Floyd y ha sido recibida como una de las películas independientes más interesantes de la temporada.
El diálogo:
Mo: Prefiero que mi hermano sea un terrorista a que sea un maricón.
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