17 octubre, 2025

Las series españolas de 2025: Parte 8

La 11ª edición del Festival Bilbao Seriesland se celebra entre el 6 y el 8 de noviembre, con una programación que está compuesta por un centenar de proyecciones de webseries y formatos cortos, además de actividades para el público y encuentros profesionales, junto al mercado internacional para la promoción de contenidos digitales. Debido a que el festival Serielizados ha retrasado su fecha de celebración, los dos festivales coinciden en las mismas fechas, lo que debería evitarse, aunque ambos tengan enfoques completamente distintos. Entre la larga lista de series que compiten en Bilbao Seriesland para una veintena de categorías, encontramos títulos destacados como la canadiense My dead mom (Crave, 2024), que compitió este año en Cinema Jove; la norteamericana Adventures in Zeroworld (YouTube, 2019-), que recupera el espíritu de las películas de ciencia-ficción clásicas de los años 60, con varias historias en blanco y negro protagonizadas por muñecos; o la tercera temporada de la serie canadiense Abracadavers (Chek+, 2019-), una historia de crecimiento y superpoderes que ha ido consiguiendo relevancia, hasta el punto que las dos temporadas anteriores se pueden ver en plataformas como Tubi y Roku. El festival suele contar con una amplia presencia argentina, con la plataforma independiente UN3 seleccionada en varias categorías, como es habitual, con algunas de sus series: Primero A (UN3/YouTube, 2025), Mejor quemarse (UN3/YouTube, 2024) y El meteorito (UN3, 2018). Pero también se estrenarán la miniserie Que el último día sea para nosotros (Flixxo, 2025), una historia con participación española que transcurre en una trinchera durante la guerra de las Malvinas, que ganó hace unos meses los premios a la Mejor Dirección y Mejor Diseño de Producción en el festival alemán Die Seriale; por su parte, Rémoras (Contar, 2025), está protagonizada por una pareja que decide usar el éxito ajeno para conseguir el suyo propio, haciendo parodias disparatadas de conocidas películas argentinas como La ciénaga (Lucrecia Martel, 2001) o  El hijo de la novia (Juan José Campanella, 2001). También está nominada la serie Sobre cosas que se ven en el cielo (2025), una historia de misterio con humor, teorías conspirativas y cintas VHS. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Zeru ahoak (Bocas de cielo)

Miniserie | Ficción, 4x45' | Pr1meran |  

Creada por Koldo Almandoz | Escrita por Koldo Almandoz, Harkaitz Cano

Dirigida por Koldo Almandoz

San Sebastián '25: Proyección Especial | Serielizados '25: Premiere

Versión en euskera con subtítulos en euskera


Hace cuatro años el canal autonómico del País Vasco estrenó el thriller Hondar ahoak (Bocas de arena) (Pr1meran, 2020), que nació de la primera convocatoria de proyectos para miniseries presentada por EITB, desde la que también se produjeron Alardea (Pr1meran, 2020) y Altsasu (Filmin, 2020). La historia se desarrollaba en Ondarroa, en el entorno de una comunidad de pescadores envuelto en el narcotráfico. Su esperada continuación, Zeru ahoak (Bocas de cielo) (Pr1meran, 2025), funciona más como una secuela que como una segunda temporada, una miniserie que tiene a la misma protagonista pero se desarrolla en un paisaje diferente, ahora directamente urbano y de tono grisáceo, marcado por las estructuras de cemento de Bilbao, que reflejan una Euskadi oscura y peligrosa: el Puerto de Getxo, el mercado de Gernika o la central nuclear de Lemoiz son escenarios en esta nueva propuesta que contrastan con los entornos naturales de Urdaibai, donde se desarrolla también parte de la historia. Este espacio asfixiante refleja la propia actitud depresiva de Nerea García (Nagore Aranburu), retirada desde hace unos años de la ertzaintza, resentida y marcada por los acontecimientos que ocurrieron en Ondarroa, que permanece recluida en su apartamento, tomando ansiolíticos y con el único contacto con el exterior a través de un joven repartidor, Yago (Unai Baiges), que le lleva la comida a domicilio que ella pide para evitar salir de su casa. Uno de los elementos destacados de Bocas de arena era la composición que hacía Nagore Aranburu de esta ertzaina seria y casi inexpresiva, que ya cargaba con un pasado tortuoso. La actriz ha conocido en este último año un mayor reconocimiento tras su interpretación en la miniserie Querer (Movistar Plus+, 2024), y de hecho ha estado muy presente en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, formando parte del reparto de dos de las películas más destacadas, Maspalomas (Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga, 2025) y Los Domingos (Alauda Ruiz de Azúa, 2025), y también de Karmele (Asier Altuna, 2025), fuera de competición. Después de la aparición de una mujer asesinada, Nerea recibe la visita de su antiguo jefe Lertxundi (Josean Bengoetxea), que también sufrió las consecuencias de los acontecimientos ocurridos en Ondarroa, pero ahora trabaja para la Kutxa Beltza (Caja negra), la Oficina de Inteligencia de la ertzaintza. El cuerpo de la joven ha aparecido arrojado en un contenedor y aparentemente se trata de un caso de violencia de género, pero la información que maneja Lertxundi es mucho más preocupante: "Los psicópatas que matan prostitutas solo aparecen en los best sellers", le dice Nerea cuando revisa el informe, pero hay un cierto carácter ritual en el asesinato y la aparición de una segunda mujer muerta en el episodio Las estrellas estaban con nosotras (T1E2) parece remover los fantasmas del pasado. Escrita por Koldo Almandoz (1973, San sebastián) y el novelista Harkaitz Cano (1978, Lasarte), Bocas de cielo elabora nuevamente una historia que tiene ramificaciones más complejas y que en esta ocasión están relacionadas con los entresijos oscuros de los servicios de inteligencia, la relación de políticos con la prostitución y los secretos que ocultan las cloacas de la ertzaintza. 

Pero en la serie destaca sobre todo la creación de una atmósfera asfixiante, que la acerca claramente a un estilo "nordic noir", una influencia que comparte características comunes con la novela negra escandinava desde la denominada euskal noir, la novela negra creada por autores vascos y navarros que se ha popularizado desde hace años con nombres como los de Jon Arretxe, Ibon Martín o Mikel Santiago. Koldo Almandoz, que también dirige la serie, recoge directamente estas características para desarrollar su historia en espacios cerrados, que transmiten una sensación oscura y opresiva, como el lugar en el que Goyo (Ramón Agirre), el jefe de la Kutxa Beltza, interroga a Nerea García, un espacio vacío y gris en la central nuclear de Lemoiz: "Les llaman cloacas como si fuera algo sucio. Pero las alcantarillas sirven para mantener limpia la ciudad", le dice en El cielo es un mar sucio (T1E4). Alrededor de las muertes de las jóvenes relacionadas con la prostitución hay un entramado de conexiones y secretos que es la propia oficina de inteligencia la que se encarga de ocultar. Pero la aparición de Laura (Miren Gaztañaga), la hermana de Nerea, y la relación de la antigua inspectora con Carmen (Sara Cozar), quizás la subtrama menos robusta y más conveniente de la historia, añaden una mayor complejidad a su investigación. Buena parte de esa atmósfera que consigue Bocas de cielo no solo proviene de una fotografía de Txarli Arguiñano que resalta los entornos plomizos de los paisajes bilbaínos, sino sobre todo de la banda sonora creada por Aitor Etxebarria (1985, Gernika), que elabora una textura musical que conecta con Bocas de arena, pero al mismo tiempo introduce sonoridades más urbanas. La plataforma Pr1meran incluye un interesante "making of" titulado Zeru ahoak. Creación de una banda sonora (2025), que está dedicado al trabajo musical en la serie. Al margen de las coincidencias con un estilo nórdico, la propuesta visual también conecta con otras referencias, como una escena del último episodio que tiene una tonalidad (y una cadencia musical) cercana al ambiente de Terciopelo azul (David Lynch, 1986), introduciendo una versión más oscura de "Harriak", una de las canciones más conocidas de la cantante Anari, que incluyó en su álbum Irla Izan (2009). Bocas de cielo transcurre en un entorno industrial para mostrar precisamente los entresijos más oscuros de los servicios policiales que protegen a las altas esferas de poder, desentrañando una investigación en diferentes capas que revela la dudosa moralidad de los servicios de inteligencia. Transita por un género negro de estructura sólida a través de una mirada sombría que resalta los lugares más turbios de nuestra sociedad. Producida por Txintxua Films, la productora creada por Asier Altuna y Marian Fernández Pascal en 2008, Bocas de cielo se ha estrenado con éxito en el canal autonómico EITB, con 34.000 espectadores únicos y una fidelidad del 49.7%, está disponible también en la plataforma Pr1meran y próximamente se estrenará en RTVE Play. 

Vintage

Temporada 2 | Ficción, 8x30' | 3Cat |  

Creada por Juan Cruz, Rafael Barceló, Júlia Cot, Enric Pardo

Dirigida por David Martín Porras, Serapi Soler

Versión en catalán con subtítulos en castellano


Resulta significativa la tendencia de las televisiones públicas hacia el género de la comedia, un terreno de alguna manera cómodo que conecta mejor con los espectadores porque está destinado a un público familiar. Aunque este año ha presentado algunos thrillers como el irregular El mal invisible (3Cat/Disney+, 2025) y el interesante Delta (À Punt/3Cat, 2025), lo cierto es que la televisión autonómica catalana, la que más producciones estrena incluso por encima de TVE, parece decantarse por el humor, con la reciente recuperación de su clásica serie de sketches Vinagre (3Cat, 2008), ahora rebautizada como Vinagreta (3Cat, 2025), creada y protagonizada por Clara Segura y Bruno Oro, o la próxima llegada de Casa Nostra (3Cat, 2025), la sitcom de Dani de la Orden que proviene precisamente de una convocatoria pública para la creación de sitcoms. Hay una cierta mirada nostálgica que parece también una actitud acomodaticia para elaborar un tipo de producciones comerciales que buscan el favor de los espectadores. En algunas ocasiones, la apuesta es exitosa en ambos sentidos, tanto en la recepción del público como en el respaldo de la crítica, lo que convirtió a Vintage (3Cat, 2024-), una comedia sencilla pero inteligente, en una de las sorpresas del pasado verano. Consiguiendo récords de audiencia con un último episodio que congregó a un 18% de share (466.000 espectadores) en Cataluña, esta comedia "boomer" ha regresado con fortaleza en el prime time del pasado lunes alcanzando un destacado 15,9% (226.000 espectadores), aunque bastante por detrás del interés que había provocado la primera. En todo caso, el proceso de deconstrucción al que se ven obligados a someterse los amigos Paco (Abel Folk) y Genís (Lluís Villanueva) continúa a marchas forzadas, abandonando sus zonas de confort para adentrarse en la selva de la sociedad moderna. La estabilidad de ambos en sus profesiones y en sus vidas privadas sufrió un cambio radical en la temporada anterior y ahora se encuentran en situaciones opuestas. Genís comparte piso con su hijo Teo (Francesc Colomer) mientras ha redescubierto la pasión sin convivencia con su ex-mujer Pie (Carme Pla), y Paco ha comenzado un negocio de importación de licores italianos junto a Xusa (Diana Gómez), pero enfrentándose a un estilo de trabajo nuevo para él: los espacios de coworking, marcados por normas de convivencia demasiado rígidas, como la de no tener relaciones con compañeros de trabajo: "Si esa es una de las cosas que te gustaba más de ir a trabajar. Ponerte guapo, flirtear... Si te quitan eso ¿para qué vienes? ¿Para trabajar?", le dice Genís a Paco, tirando de ironía. La serie encuentra sus mejores momentos cuando este par de amigos miran a la sociedad desde una perspectiva externa, como cuando acuden a una fiesta en el centro de coworking y se dedican a criticar entre ellos ese lugar que les parece tan distante, compartiendo oficina con jóvenes empresarios holandeses que diseñan bicicletas o italianos que revenden camisetas de Maradona. 

La segunda temporada de Vintage refuerza algunos de los temas que abordaba en la primera, como la brecha generacional que suponen las nuevas tecnologías, cuando Paco se enfrenta a las reuniones con sus clientes a través de videollamadas, una estrategia de la empresa para ser más productivo. Pero siempre hay algún problema técnico que impide la comunicación fluida, lo que también refleja esa pérdida de trato personal que consolidaba las colaboraciones. Mientras Genís encuentra un foro para sus reflexiones filosóficas a través de un pódcast, abandonando definitivamente las "gafas del entusiasmo", Paco se enfrenta al edadismo, sintiendo que sus coworkers le miran como el hombre mayor de la oficina. Aunque está creada por algún boomer, la serie no tiene un tono nostálgico, sino todo lo contrario, adopta una mirada irónica sobre un mundo que se ha transformado más rápidamente de lo que ciertas generaciones han podido asumir. Juan Cruz (1966, Barcelona), colaborador de José Corbacho en películas como Tapas (2005) y Cobardes (2008), ha estrenado recientemente el documental La mente en blanco (2025), una conversación sobre el espectro autista entre el ilustrador e historietista Miguel Gallardo y el escultor miniaturista Marco Navas. Mientras que Rafael Barceló (1974, Falset) y Enric Pardo (1977, Castelló de la Plana), colaboradores habituales de Berto Romero, han escrito series como Mira lo que has hecho (Movistar Plus+, 2018-2020), El otro lado (Movistar Plus+, 2023-) y Un nuevo amanacer (atresplayer, 2024). En esta segunda temporada de Vintage, que consigue mantener el tono y la eficacia de los diálogos, se introducen nuevos personajes que permiten a Paco encontrar la horma de su zapato en Rita (Silvia Abril), a la que aborda en una fiesta a pesar de la advertencia de Genís: "Pero, Paco, si podría tener tu edad". Ella es una mujer empoderada y con pocos límites, pero que también se siente bstante cómoda en el tipo de trato tradicional con los hombres. El principal soporte de la comedia está en la relación entre Paco y Genís, incorporados por dos estupendos Abel Folk y Lluís Villanueva, que nos recuerda a la relación entre los personajes de Michael Douglas y Alan Arkin en El método Kominsky (Netflix, 2018-2021), a través de ese grado de amistad duradera en la que los límites entre la sinceridad y el insulto se han difuminado. Pero Vintage también ofrece una serie de retratos femeninos muy interesantes, como Pie, la ex-mujer de Genís, decidida a huir del conformismo descubriendo nuevas formas de amar y de relacionarse, o la hija de Paco, Norma (Ann Perelló), que ahora se encuentra perdida en el cuidado de su hijo en soledad durante dos semanas, porque su marido noruego Loki (Diego Villuendas) ha ido a visitar a su madre. Aunque a veces puede seguir una cierta tonalidad de comedia generacional con algunos lugares comunes, Vintage destaca por una escritura que se permite reinterpretar el perfil tradicional del pez fuera del agua. La serie está producida por Brutal Media, compañía fundada en 2009 por Raimon Masllorens y Nèlida Sánchez, que desde 2024 se ha incorporado a BBC Studios.

Camino a Arcadia

Temporada 1 | Ficción, 6x50' | ViX/SkyShowtime |  

Creada por Lidia Fraga, Jacobo Díaz

Dirigida por Jorge Saavedra


Mientras se consolida el éxito de los dramas verticales en Latinoamérica, continúa también una cierta tendencia a mantener las estructuras narrativas de las telenovelas, pero en producciones que pretenden ser consideradas series de prestigio, en formatos cerrados de pocos episodios que concentran historias de venganza o de superación. Camino a Arcadia (Vix/SkyShowtime, 2025) tiene este enfoque, desde un relato que está protagonizado por un hombre que pretende dejar atrás su pasado, relacionado con una familia que utiliza recursos violentos para mantener su poder. Pablo Gómez (William Levy) ha conseguido ocultar su nombre real, Mateo Reyes, después de haber huido en 2010 de la traición de su hermano Gael (Alejandro Nones), abandonando a su esposa Valeria (Michelle Renaud) y llevándose a su bebé. En la actualidad, su hijo Bruno (Jorge Motos) practica la lucha canaria en la ficticia localidad de Arcadia (la serie se ha rodado en Tenerife), y tiene una relación estable con Irene (Paula Echevarría). Pero no le faltan enemigos, especialmente Ernesto (Raúl Peña), un empresario de la zona que está presionando a Irene para que le venda su restaurante, ocultando sus pretensiones inmobiliarias. Cuando una de las casualidades más absurdas que se puedan pensar para una historia provoca que el matón Sebastián Vidal (Gerardo Taracena) descubra dónde se encuentra Mateo/Pablo, la aparente vida apacible de éste sufre una transformación que le devolverá a ese mundo de violencia gratuita del que había huido. Entre la hacienda de su padre Leonardo Reyes (Hernán Mendoza) en México y el paisaje insular de Arcadia, la historia se desarrolla por los caminos tradicionales de la telenovela en la que el macho alfa se encuentra en medio de dos mujeres, Irene y Valeria, al mismo tiempo que debe demostrar su inocencia de las acusaciones que se han hecho contra él. Camino a Arcadia casi tiene más interés por lo que la rodea que por su contenido: supone el regreso de William Levy después de algunos problemas judiciales por un altercado en un restaurante de Florida, pero también es la vuelta a la televisión de la actriz mexicana Michelle Renaud tras su embarazo y de la española Patricia Echevarría, entre colecciones de ropa para Primark, desde que apareciera en Velvet Colección (Movistar Plus+, 2017-2019). Asimismo, supone una nueva colaboración de Secuoya Estudios con la plataforma latinoamericana ViX y el actor William Levy, que produce desde su productora Willevy Inc., y de la que ya se han estrenado la miniserie Montecristo (Movistar Plus+, 2024) y la película Bajo un volcán (Martín Cuervo, 2025). Todos ellos pueden ser productos irregulares, pero están enfocados a un público perfectamente identificado que se mantiene fiel a determinadas estrellas. 

No obstante, aunque no se trate exactamente de una telenovela, a pesar de utilizar muchos de sus lugares comunes, Camino a Arcadia es interesante como ejemplo de la manera en que este tipo de series se puede permitir modificar la representación de las masculinidades, con una visión más europea que abandona las estructuras heteronormativas de los culebrones. En este caso, el personaje principal huye precisamente de una familia que mantiene las jerarquías tradicionales de poder que están controladas por los hombres: el padre Leonardo transmite a sus hijos Mateo y Gael la responsabilidad de su legado: "Ser un Reyes implica mucho más que solo llevar un apellido", dice en el Episodio 3 (T1E3). El nuevo Pablo Gómez, que ha renunciado a ser Mateo, sigue manteniendo esa "corporalidad masculina" marcada por "cuerpos fuertes y duros, cerrados o invulnerables, entre otros atributos", a los que se refiere el estudio ¿Nuevas masculinidades en la televisión mexicana contemporánea? de la profesora Rosana Blanco-Cano, del Departamento de Lenguas Modernas y Estudios de Género en Trinity University (San Antonio, Estados Unidos), cuando analizaba la telenovela El sexo débil (Cadenatres, 2011). Pero es un hombre que introduce características nuevas relacionadas con la "(im)pecabilidad, (in)flexibilidad y vulnerabilidad" que conforman un nuevo tipo de representación masculina, más acorde con los espectadores actuales. Aunque los personajes femeninos también adoptan un posición menos subordinada, lo cierto es que siguen girando alrededor del protagonista masculino. Esta propuesta, que se encuentra a medio camino entre el thriller europeo y la telenovela latinoamericana, mantiene una cierta distancia que posiblemente está influida por la creación del guión desde profesionales españoles como el tándem gallego formado por Lidia Fraga y Jacobo Díaz, que al margen de haber trabajado para la serie Hierro (Movistar Plus+, 2019-2022), han desarrollado las dos últimas producciones protagonizadas por William Levy para Secuoya Estudios: Montecristo y Camino a Arcadia. Con antagonistas claramente definidos de una manera que resulta demasiado forzada y reencuentros familiares carentes de emoción, la serie se debilita en interpretaciones poco creíbles y en un planteamiento de dirección sin demasiado pulso del realizador gallego Jorge Saavedra, que ha trabajado en series como Fuerza de paz (RTVE Play, 2022) y Zorro (Prime Video, 2024). 

Sin gluten

Temporada 1 | Ficción, 8x55' | RTVE/Prime Video |  

Creada por Araceli Álvarez de Sotomayor, Germán Aparicio, Javier Aguayo

Dirigida por Araceli Álvarez de Sotomayor, Fernando García-Ruiz, Vicente Villanueva

FestVal '25: Sesión Especial


El viento a favor de Televisión Española en los últimos dos años se ha consolidado esta temporada, convirtiéndose en líder en diferentes franjas horarias y acercándose al liderazgo de Antena 3 en los datos mensuales. En septiembre, la cadena privada encabezó la lista con un 13% de media, seguida de cerca por TVE con un 11,6%, colocándose a mucha distancia de Telecinco, que experimentó de nuevo un comienzo de temporada pésimo, alcanzando solo el 9,2% de media. A pesar del maltrato que suele dar a la programación de sus series de ficción, con producciones todavía pendientes de estreno como La Frontera (Prime Video, 2025) y Ena. La reina Victoria Eugenia (RTVE, 2023), la cadena pública consiguió la semana pasada con los primeros episodios de Sin gluten (RTVE/Prime Video, 2025), el mejor dato de una comedia desde Olmos y Robles (RTVE Play, 2015-2016). Estrenada el 8 de octubre en abierto, la serie no solo recogió la audiencia de La Revuelta (RTVE, 2024-), sino que la superó, con un 17% de share (1.214.000 espectadores), manteniéndose esta semana con un retroceso hasta el 13,7% (991.000 espectadores). Y eso que los programadores no parecían confiar demasiado en ella, emitiendo dos episodios por noche para reducirla a solo cuatro semanas, en una versión reeditada que convierte en una franja de una hora y media lo que en realidad debería durar unas dos horas. La serie está compuesta por ocho episodios de 55 minutos de duración, que es como se puede ver en Prime Video, con la paradoja de que es la emisión lineal en TVE la que no tiene publicidad, una vuelta de tuerca curiosa a la relación entre el streaming y la televisión en abierto. La promoción de Sin gluten muestra al protagonista preparando un plato gourmet, pero es la imagen del grupo de personajes, al estilo de La que se avecina (Prime Video,  2007-), la que mejor define cuál es el tono de esta comedia que no tiene realmente a la gastronomía como elemento principal, sino que utiliza una Escuela de Oficios como una excusa para construir de nuevo un entorno en el que destacan las relaciones entre personajes desde un humor básico, al estilo de series como El pueblo (Prime Video, 2019-2023). Efectivamente, ya en los primeros episodios hay bromas sobre triángulos amorosos y la viagra. No en vano, Araceli Álvarez de Sotomayor viene de colaborar durante muchos años con los hermanos Caballero en sus series, y Germán Aparicio y Javier Aguayo escribieron la comedia Serrines, madera de actor (Prime Video, 2024). La historia, no obstante, comienza como algo diferente, con el chef Ricardo Díaz (Diego Martín), triunfador con una estrella Michelin en el restaurante Malandar, que dirige junto a su socio Helio (Fernando Tejero), pero que es despedido después de una bronca a una clienta que se hace viral, provocada por su tendencia a beber demasiado. 

Pero al mismo tiempo que desaparece Fernando Tejero, también se esfuma el toque diferencial del comienzo de esta serie, que rápidamente se sitúa en su zona de confort: una escuela de formación para jóvenes en peligro de exclusión social, que está administrada por Jaime (Iñaki Ardanaz), un antiguo amigo de Ricardo que le ofrece la oportunidad de recuperarse ejerciendo como profesor de cocina sin gluten. Este espacio ofrece la variedad de personajes arquetípicos que interactúan entre sí al estilo de las comedias de los hermanos Caballero: el profesor influencer Fred (Adam Jezierski) tiene algo del personaje de Amaya (María Hervás) en El pueblo, mientras la serie no encuentra ningún problema en abrazar los lugares comunes de las comedias de enredo. Aunque en algunos momentos sale del entorno de la escuela para situarse en los espacios privados de los alumnos, como la familia pija de Luis (Lucas Miramón), los padres de Pedro (Jordi Aguilar) un joven con Asperger obsesionado con ser chef, o el piso de acogida que comparten Amina (Najwa Khliwa) y Candela (Paula Muriana), listo para introducir todos los chistes posibles sobre convivencia racial, con uno de los creadores de la serie, Javier Aguayo, interpretando al supervisor. Pero en realidad todo suena como si fueran los vecinos de un mismo inmueble, y la comedia se mueve por el terreno de un humor rancio que hace referencias a acontecimientos pasados para tratar de ser más generalista, aunque abordando el mayor abanico posible de temas sociales: alcoholismo, compra compulsiva, exclusión, racismo, gordofobia, mientras construye escenas de matrimoniadas con el personaje del conserje Jacinto (Antonio Resines). Mejora un poco desde Gazpacho de remolacha caliente (T1E5), cuando se organiza un concurso de cocina para televisión en el que participan algunos alumnos mentorizados por sus profesores, porque se centra más en la escuela. Pero, más allá de un guión que parece rescatar los apuntes guardados de otras series, la dirección compartida por los mismos creadores deja mucho que desear, con una iluminación plana de decorados que parecen a medio terminar, y un ritmo que no fluye a favor de la comedia, sino que la entorpece en muchos momentos. En su empeño por competir en igualdad de condiciones con las televisiones privadas, lo que no parece ser exactamente la función de una televisión pública, TVE rescata en Sin gluten ese tipo de comedia bastante anticuada y sin demasiada gracia, que ya no hacen ni Antena 3 ni Telecinco, para situarse en un terreno comercial que ni siquiera puede justificar como un supuesto reflejo de nuestra sociedad. 

Mar afuera

Temporada 1 | Ficción, 8x50' | atresplayer/Disney+ |  

Adaptada por Jelen Morales, Sara Cano, Paula Fabra, Natxo López

Dirigida por Norberto López Amado, Rómulo Aguillaume


A pesar de las controversias que han rodeado a la serie Mare fuori (RAI, 2020-), recibiendo acusaciones de mostrar una visión poco realista de las instituciones para menores, y especialmente a partir de la segunda temporada, siendo criticada por caer en el melodrama vacío, lo cierto es que se ha convertido en uno de los éxitos más destacados de la televisión pública italiana, que poco antes de que comenzara el rodaje de su sexta temporada el pasado mes  junio, anunció la renovación para una séptima y octava temporadas. En España, Beta Film Spain, filial de la compañía alemana, cuyos responsables son Pablo Noguerales y Mercedes Gamero, que presentaron en Iberseries & Platino Industria su actual línea de producción, ha consolidado su participación en largometrajes gracias al éxito de La infiltrada (Arantxa Echevarría, 2024), y se ha incorporado también al mercado de televisión con su primera serie, Mar afuera (atresplayer/Disney+, 2025), remake de la exitosa serie italiana. La historia se desarrolla en un Centro de Internamiento de Menores Infractores (CIMI) Santa Bárbara, cerca de Alicante, separado por el mar que se presenta como una mirada hacia la libertad. Dos nuevos internos coinciden en su llegada al centro: Álvaro (Gabriel Guevara) es un joven de buena familia que ha sido detenido por la muerte de un amigo, mientras que Carlos (Hugo Welzel) trabaja en un negocio de peluquería y acaba metido en una pelea violenta tras defender a su novia Nina (Natalia Azahara), cuando sufre un intento de violación, en el que están implicados miembros de la banda Los Pajaritos. Cuando ambos llegan al CIMI, se convierten rápidamente en víctimas de los abusos por parte de un grupo de internos liderados por Ray (Miguel Frouchtman), que cuentan con la colaboración de Ramón (Raúl Prieto), un oficial corrupto. Sin separarse demasiado de las tramas principales de la serie italiana, Mar afuera elimina las partes más violentas que estaban conectadas con la mafia napolitana, para establecer una propuesta que pretende ser más esperanzadora, apostando por la reinserción pero sin llegar a ser tan optimista. Porque sigue habiendo personajes que tienen una doble cara, que utilizan la manipulación para acercarse a sus víctimas, como Violeta (La Imán), a la que se dedica el episodio Violeta (T1E5) o que se expresan a través de cierta simpatía pero esconden intenciones oscuras, como Edu (Julen Katzy), uno de los miembros de la banda de Ray. Esto hace que la serie sea menos oscura que la italiana, concentrándose más en los conflictos sociales que en las disputas violentas, lo que le da una perspectiva interesante. 

Mar afuera no deja de ser una propuesta sobre jóvenes que trata de abordar las problemáticas que les rodean, con referencias a la violencia de género como en el caso de Marina (Nekane Otxoa) o a la salud mental, como en Saray (Laura Simón), la única que está en el centro de internamiento por voluntad propia, donde prefiere estar encerrada antes que tener que enfrentarse al trastorno bipolar de su madre. Las historias de fondo de los personajes las conocemos en cada uno de los episodios, que se enfocan más detenidamente en uno de los jóvenes internos, en una estructura convencional pero efectiva para este tipo de historias. Se producen también algunos conflictos en la forma de abordar la relación con los jóvenes, entre la nueva directora del centro, Paula (Itziar Atienza) y el trabajador social Mario (Carles Francino), al que precisamente se le dedica el episodio Mario (T1E7) para mostrar su pasado. Un equipo de mujeres guionistas formado por Jelen Morales, Sara Cano y Paula Fabra, se ha encargado de escribir una adaptación que comenzó a desarrollar Natxo López, quien ha trabajado anteriormente en series como Operación Marea Negra (Prime Video, 2022-2014) y Entrevías (Telecinco, 2021-2014). Este microcosmos en el que se concentran los desafíos de un grupo de jóvenes de una manera quizás demasiado dramática, describe la juventud como un estado de conflictos internos y externos, como una confrontación con la identidad propia al mismo tiempo que se enfrenta a las amenazas del entorno, de las familias desestructuradas, las amistades traicionadas o las confianzas rotas. El Centro de Internamiento es presentado como un espacio que aprisiona como una forma de castigo, pero que también puede ser una plataforma de redefinición personal, al menos tal como lo concibe el trabajador social Mario, que prefiere trabajar con la esperanza de poder cambiar a algunos de los jóvenes internos. Pero en la construcción de este entorno en el que se abordan los problemas de una forma particular, sin conectarlos con la configuración de un sistema penitenciario, se pierde algo de eficacia, porque al final da la impresión de que se trata solo de las historias personales de un grupo de personajes que están desconectados de la sociedad. Mar afuera es el primer estreno simultáneo en atresplayer y Disney+ tras el acuerdo de esta plataforma para emitir contenidos de Atresmedia.


Camino a Arcadia se estrena en SkyShowtime el 10 de noviembre. 
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Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):

La ciénaga y Terciopelo azul se pueden ver en Filmin. 
El hijo de la novia se puede ver en FlixOlé, Movistar Plus+ y Prime Video. 
Tapas se puede ver en Pluto tv, Prime Video y Run:time.
Cobardes se puede ver en Netflix, Pluto tv, Prime Video y Run:time. 
Bajo un volcán se puede ver en Netflix. 
La infiltrada se puede ver en Movistar Plus+. 

14 octubre, 2025

Las series españolas de 2025: Parte 7

El Tercer Informe Anual sobre el Sector Audiovisual en España que ha publicado este mes el Spain Audiovisual Hub, después de los que se elaboraron en 2023 y 2024, arroja datos positivos sobre la recuperación del sector, especialmente después de la pandemia, pero también plantea algunas dudas sobre un crecimiento en el que hay algunos datos preocupantes. En el sector cinematográfico, por ejemplo, se apunta un aumento de la recaudación en la taquilla, pero también un retroceso en el crecimiento del número de espectadores, que desde la cifra más baja de 27 millones en 2020 ha ido aumentando hasta los 76,7 millones de 2023, pero ha retrocedido hasta 72,9 millones en 2024. Respecto a la evolución de los espectadores que ven cine español, aún no se ha alcanzado la cifra de 16 millones de 2019, pero también ha habido una evolución positiva, hasta alcanzar 13 millones en 2023 y un ligero retroceso en 2024, pero manteniéndose alrededor de esa cifra. En comparación con Europa, España ocupa el cuarto puesto en número de espectadores, por detrás de Francia, Reino Unido y Alemania. En términos industriales, se ha producido un crecimiento destacado en la facturación de las empresas dedicadas al sector audiovisual, con un aumento significativo de los rodajes internacionales y las coproducciones, pero persiste uno de sus principales problemas: la temporalidad de los empleos. Un dato destacable es que España es el segundo país europeo con mayor producción cinematográfica, con 337 títulos realizados en 2023, solo por detrás de Italia, que produjo la cifra de 356 producciones, y por delante de Francia, con 268. Pero este dato positivo también tiene un aspecto negativo, y es que la mayor parte de estos largometrajes no consiguen alcanzar cifras significativas en taquilla, pasando muy desapercibidos, con una cuota nacional en España relativamente baja, de solo un 17%. 

En televisión, destaca el aumento de las Smart TV conectadas a internet desde el 53,1 % en 2021 al 64,1 % en 2023, evidenciando la creciente penetración de las televisiones conectadas en España. De acuerdo con datos del estudio Traditional and TV Studio de Statista, el sector de la televisión en España alcanzó una rentabilidad media de 3,67 mil millones de euros en 2023, principalmente por las dos grandes fuentes de ingresos para el mercado televisivo, la inversión publicitaria y las suscripciones a TV de pago. Statista incluye en el mismo gráfico la información de ingresos generados por la venta de formatos físicos que constituye un mercado residual pero que permanece estable a lo largo de los últimos años. En cuanto a las OTT, el número de usuarios se ha estancado en una cifra alrededor de los 40 millones de suscriptores, pero España sigue ocupando los primeros puestos en producción de contenidos de ficción, colocándose por detrás de Reino Unido, Francia y Alemania en número de series de menos de 13 episodios en 2023. Los datos que arroja el ARPU (Promedio de Ingresos por Usuario), tras el mínimo de 80 euros después de la pandemia, en 2023 ha alcanzado los 100 euros y se prevé una cierta estabilidad en los próximos años.

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

La suerte

Temporada 1 | Ficción, 6x30' | Disney+ |  

Creada por Paco Plaza, Pablo Guerrero

Escrita por Borja González Santaolalla, Diana Rojo

Dirigida por Paco Plaza, Pablo Guerrero

San Sebastián '25: Sesión Especial


En una de las conversaciones entre los dos protagonistas, el Maestro (Óscar Jaenada) le dice a David (Ricardo Gómez): "El arte es también saber pararte", una frase que esconde una decisión largamente pensada que parece reforzada por la temporada taurina que ha compartido con el joven opositor para abogado del Estado. Y un reflejo de este juego de espejos en el que dos personajes se miran sin reconocer el mundo que cada uno habita. Si La suerte (Disney+, 2025) puede parecer un viaje de transformación de David, este encuentro entre dos personajes que les coloca fuera de sus zonas de confort, tiene mucho más calado en la manera en que cambia al torero que se enfrenta a una sociedad que percibe la tauromaquia como una anacronía que sobrevive alejada de la realidad. En el episodio La por (T1E4) una salida nocturna con dos amigas de David refleja ese distanciamiento de un mundo en el que los toreros ya no son estrellas populares sino resquicios de una tradición que ni siquiera es respetada, sino todo lo contrario. Este episodio, que se desarrolla jugando con el estilo documental en blanco y negro, habla del miedo, con un equipo de rodaje preguntándole al Maestro si tiene miedo de que se acerque el fin de la tauromaquia: "Yo siento miedo ahora, delante de usted, delante de la cámara, porque este no es mi sitio. Mi sitio es en el campo, con el toro". Si en principio la serie puede parecer la historia de un joven que se introduce en un entorno anacrónico, es más la historia de un hombre que se siente cada vez más inseguro fuera de su entorno. Los mejores episodios de La suerte, uno de los primeros proyectos que se presentaron a Disney+ cuando comenzó su producción de series originales locales, son aquellos que introducen elementos de distorsión que parecen sacados de una mezcla entre David Lynch y el Martin Scorsese de ¡Jo, qué noche! (1985). De hecho, el primer encuentro con este mundo extraño de David, que conduce el taxi de su padre José Antonio (Manuel Morón) para conseguir algo de dinero mientras estudia sus oposiciones, tiene ese tono de aventura nocturna caótica en la que acaba metido en la fiesta de la cuadrilla del torero en una habitación de hotel (una de estas fiestas fue el germen de la idea original). Y personajes como Jero (Carlos Bernardino), hiperbólico e imprevisible, recuerda inevitablemente al Joe Pesci de Uno de los nuestros (Martin Scorsese, 1990), aunque el guión de Borja González Santaolalla y Diana Rojo subraya demasiado el humor basado en ese tipo de andaluz exagerado que tanta gracia le hace a los españoles del Norte. Planteada como una road movie que circula por algunas de las ciudades que abrazan la tauromaquia de manera persistente, desde Talavera de la Reina hasta Málaga, la serie refleja este país de contradicciones a través de sus fiestas populares, como en Zaragoza en Lole y Manuel (T1E2), y de un tono setentero que adopta el episodio Compañero (T1E3), en una Benidorm que todavía representa el boom hotelero que se produjo entre 1971 y 1973. 

Esa suerte que supuestamente transmite David al Maestro Rafael Baeza, que consigue salir por la puerta grande cada vez que le traslada en su taxi a la plaza de toros, forma parte de la superstición y los ritos que rodean al mundo del toreo, que contrasta con la mirada sorprendida del joven que se enfrenta también a su última oportunidad para aprobar las oposiciones. La suerte, que transmite su incredulidad a través del subtítulo "Una serie de casualidades", se siente cómoda en ese juego de contrastes, pero no consigue justificar algunas decisiones creativas, como el uso de la split-screen (pantalla dividida) en algunos momentos. A pesar de ello, Paco Plaza, que esta semana ha presentado en el Festival de Sitges la película antológica V/H/S/Halloween (2025) y lo más cercano a la comedia que había hecho era un anuncio de Campofrío, y el co-director Pablo Guerrero, consiguen que la textura del 16 mm. refuerce la perspectiva de una España actual que sin embargo se muestra desde una representación visual anacrónica, y el uso de la fotografía en blanco y negro en el episodio La por (T1E4) funciona como una mirada introspectiva y psicológica del Maestro, que menciona la serie Juncal (RTVE Play, 1989), esa historia de Jaime de Armiñán que hablaba del mundo de los toros desde el punto de vista de un torero retirado que trataba de sobrevivir fuera de su ambiente. En una propuesta que pretende ser tan distintiva en sus episodios, a veces más oníricos y otros más costumbristas, hay cierta irregularidad en las relaciones entre los personajes, sobre todo en la rivalidad entre el torero veterano Rafael Baeza, con el que Óscar Jaenada por fin consigue brillar en su perfecta composición de la prestancia lacónica de quien se considera un artista, y el torero más joven Juanlu Romero (Jasón Fernández). La mezcla de respeto y antagonismo entre ambos compone una subtrama que parece poco desarrollada. Pero hay una acertada decisión en situarse en el exterior de la tauromaquia, alejándose de las plazas de toros, a las que David se niega a entrar. Porque La suerte se enfoca en los personajes, construyendo una comedia modesta pero efectiva que refleja una burbuja irreal en la que se introduce un observador externo, entre fascinado y curioso por entender los entresijos de ese universo que representa una realidad incómoda. La suerte ha sido una de las sorpresas positivas de este otoño, porque no estaba claro qué se podía esperar de ella, aunque adopta la molesta costumbre de las series españolas de dejar un final abierto que parece enfocado a pedir una nueva temporada a los responsables de la plataforma, sacrificando el respeto que merece el espectador.

Animal

Temporada 1 | Ficción, 9x25' | Netflix |  

Creada por Víctor García León

Escrita por Araceli Álvarez de Sotomayor, Ana Boyero, Germán Aparicio, Daniel Castro

Dirigida por Víctor García León, Alberto de Toro


Hay un tipo de humor que suele funcionar bien en la taquilla española, entre lo familiar y lo irónico, abordando temas más o menos cercanos a la realidad, pero con un tono casposo que sin embargo conecta con los espectadores. Por eso funcionan series como Machos Alfa (Netflix, 2022-) y largometrajes como Padre no hay más que uno 5 (Santiago Segura, 2025), que recoge en cierto modo la tradición de películas como La gran familia (Fernando Palacios, Rafael J. Salvia, 1962). Es una especie de retrato de la sociedad española que sin embargo no está claro si realmente refleja una realidad o es simplemente un artificio para acabar contando los mismos chistes de siempre. El currículum de los guionistas de Animal (Netflix, 2025) explica muy bien el tipo de humor que tiene esta serie, y los paralelismos con Sin gluten (RTVE/Prime Video, 2025), que está creada por dos de ellos: Araceli Álvarez de Sotomayor viene de colaborar con los hermanos Caballero en La que se avecina (Prime Video, 2007) o Muertos S.L. (Netflix, 2024-2025) y también ha creado Nails (SkyShowtime, 2025), mientras que Germán Aparicio ha escrito comedias como Serrines, madera de actor (Prime Video, 2024) y telenovelas como Regreso a las Sabinas (Disney+, 2024) y Sueños de libertad (Antena 3, 2024-), lo que le aporta un sello característico. Curiosamente, el creador de esta serie es Víctor García León (1976, Madrid), más relacionado con otro tipo de comedia menos gruesa y más sarcástica como la trilogía que comenzó con Vota Juan (HBO Max, 2019-2021), aunque últimamente se ha lanzado a la comedia simplona en películas como ¡Vaya vacaciones! (2023). El núcleo central de la comicidad se sostiene en el contraste entre la granja y la tienda veterinaria de un centro comercial, entre los animales de campo y las mascotas demasiado mimadas por sus dueños, en definitiva el enfrentamiento clásico entre lo rural y lo urbano. El problema es que los códigos utilizados están pasados de moda, sobre todo en los personajes estereotipados o casi caricaturizados, especialmente en cuanto a los secundarios que aparecen episódicamente, aunque destaca entre ellos Víctor (Denis Gómez), que utiliza a su perra Carmiña como un último agarre a su relación en crisis con su esposa, en episodios como Sonrisa llama a sonrisa (T1E2) y El último paseo (T1E6). Pero Animal transmite la sensación de ser una de estas comedias antiguas, al estilo de Doctor Mateo (Antena 3, 2009-2011), pero con el formato de plataforma de streaming de episodios de 25 minutos, echando mano de los tópicos para retratar el contraste desde una perspectiva muy convencional, como si lo rural significara desconexión de la realidad y lo urbano fuera solo comodidad artificial. 

En este caso, Antón (Luis Zahera) es un veterinario rural que debe comenzar a trabajar en la tienda veterinaria que administra su sobrina Uxía (Lucía Caraballo), porque los granjeros encuentran cualquier excusa para no pagarle sus servicios, o tratan de hacerlo con productos del campo. Así que este profesional habituado a diagnosticar vacas y conejos se encuentra en un mundo de mascotas urbanas humanizadas por sus dueños. Al margen de la comedia más o menos irónica, el guión a veces trata de encontrar algo de profundidad en las relaciones personales, como en el episodio de un solo escenario Las cataratas del Niágara (T1E8), en el que Antón y Uxía se enfrentan a una operación complicada en una vaca, pero se queda a medio camino, abordando temas como la vejez, la enfermedad y el legado, sin demasiado convencimiento: "Esto es lo que más voy a echar de menos. El campo, los animales, la libertad.", dice Vicente (Antonio Durán 'Morris'), uno de los personajes más interesantes, para el que el estupendo actor gallego no necesita forzar su acento. Más controvertida es la forma en que las visiones centralistas representan las realidades periféricas en España, una asignatura pendiente que resulta sorprendente que todavía no se haya superado. En este tipo de series, los habitantes de las comunidades autónomas con lengua propia nunca la utilizan, de manera que en un pueblo de la profundidad rural de Galicia no se habla gallego, sino castellano con acento gallego. Lo que resulta comprensible que pueda provocar malestar en estas comunidades, sobre todo cuando se toman decisiones que se debería haber previsto que iban a causar polémica. Echando mano del "síndrome Meryl Streep", que consiste en hacer uso de acentos innecesarios, el director Víctor García León ha decidido que la actriz madrileña Lucía Caraballo hable con un acento gallego que suena claramente artificial porque es fácil compararlo con el que tienen los actores que son gallegos, como Luis Zahera. Hay una perspectiva claramente centralista en esta representación, lo que no contribuye a la naturalidad de la historia. Y eso que Lucía Caraballo está bien en su papel, que es prácticamente el mismo tipo de personaje que ya interpretó en Estoy vivo (RTVE Play, 2017-2021), pero el acento no lo alimenta, sino que lo debilita, mientras que Luis Zahera parece sentirse cómodo en un protagonista que reduce su tendencia al histrionismo. Animal no puede evitar que se transmita la sensación de una historia a toro pasado, de un humor anticuado y de contrastes ya superados. 

Romi

Temporada 1 | Ficción, 6x70' | Prime Video |  

Creada por Iker Azkoitia

Escrita por Iker Azkoitia, Pau Bacardit, Efrén Tarifa, Almudena Vázquez, Alberto Úcar

Dirigida por Inés París

Festival de Cine de Ourense '25: OUFF Series

South International Series Festival '25: Sección Oficial Ficción


Una de las conclusiones del último estudio elaborado por GECA y presentado en la última edición de Iberseries & Platino Industria, que comentamos en nuestras crónicas, es la excepcionalidad de dos países europeos como España y Polonia, dentro de un contexto general en el que la ficción está sobre todo impulsada por las televisiones lineales. Pero la industria audiovisual española se ha visto totalmente absorbida por la llegada del streaming y, al contrario que en el resto de Europa, son las plataformas las que se han apoderado de la producción de series, dentro de un panorama en el que las televisiones (privadas y públicas) parecen no encontrar el espacio para desarrollar una cierta estabilidad en la producción. Esto no quiere decir que las televisiones convencionales no produzcan series, pero incluso aquellas que lo hacen como Atresmedia, la que más producción propia estrena en España, no tienen como objetivo llegar a sus canales lineales, sino ocupar el contenido de su plataforma de streaming atresplayer. Algunas de las estrategias de las televisiones en realidad terminan subrayando esta dependencia del streaming: RTVE presentó la comedia Sin gluten (RTVE Play/Prime Video, 2025), pero ha acabado estrenándose completa en Prime Video una semana después, mientras que Mediaset, que perdió hace años el impulso que supuso para la ficción española, ha realizado una extraña maniobra colocando un solo episodio de Romi (Prime Video, 2025) en su plataforma Infinity mientras la serie completa también se estrenaba en Prime Video sin apenas promoción. No está claro en qué consiste la estrategia, pero lo cierto es que acaba encaminando a las series a un espacio intermedio que las perjudica. De hecho, el formato de Romi es claramente de prime time, con episodios de más de una hora de duración que encajan mejor en la televisión lineal que en el streaming, y un género procedimental sin demasiadas complicaciones que tiene perfil de televisión en abierto. La propuesta del debutante creador Iker Azkoitia fue finalista en 2020 del Máster Showrunners que viene desarrollando desde hace varios años Mediaset con la ESCAC, y después ha tardado cuatro años en producirse a través de Mandarina Producciones, que recientemente también ha estrenado Furia (HBO Max, 2025). Alineándose con la última tendencia de incorporar protagonistas de diversidad en las series policíacas, como las británicas Reunion (BBC, 2025) y Code of silence (ITV, 2025), esta serie española tiene como personaje principal a Romina Goitia (María Cerezuela), una joven que quedó sorda cuando era niña debido a una explosión que acabó con la vida de su padre, lo que funciona como trama horizontal. Debido a su discapacidad auditiva, ha desarrollado una especial habilidad para interpretar los microgestos que a veces contradicen a la comunicación verbal, lo que le permite ser especialmente efectiva en su trabajo como detective en la agencia Kodea que dirige Martín (Asier Etxeandía). De manera que las investigaciones procedimentales de cada episodio se mezclan con las dudas que rodean a la muerte de su padre Bixente, estableciendo un entorno intergeneracional con su madre Alaia (Natalia Millán), inspectora de la Ertzaintza, y su abuela Garbiñe (Elena Irureta). 

El trauma que ha provocado la ausencia del padre/marido/hijo marca la relación entre las tres mujeres que forman el núcleo familiar, mientras las peculiares estrategias que utiliza Romi en sus investigaciones a veces chocan con los métodos policiales que representa su madre. A nivel procedimental, los casos no son demasiado complejos, como la desaparición de un empresario en Romi (T1E1) o el robo dentro de una familia que acaba de repartir una herencia en Hoy, mañana y siempre (T1E4), lo que también permite la incorporación de algunos actores veteranos como Mercedes Sampietro en el episodio mencionado o Miguel Rellán en Seres queridos (T1E5), aunque a veces se sienten demasiado desaprovechados. Uno de los problemas de Romi es la acumulación, en parte debido a su propio formato, de manera que en un mismo episodio se solapan la trama horizontal, la trama procedimental y las subtramas de relaciones entre los personajes. No funciona mal el equipo que forma Romi con la becaria Nerea (Edurne Azkarate), pero introducir una atracción sentimental no correspondida parece excesivamente enrevesado entre tantas líneas argumentales, lo que suele ser una debilidad de las series de prime time, que necesitan cubrir más de una hora de duración en cada episodio. El elemento principal que distingue a esta historia que, por lo demás, se mueve en terrenos bastante convencionales, tratando de mezclar el tono de thriller con el drama familiar, es la discapacidad auditiva de Romi, pero ésta no funciona como un impulso narrativo sino en muchas ocasiones solo como una característica particular del personaje, que además sirve como excusa para haber desarrollado una habilidad especial. El hecho de que Romi disponga de un implante coclear, más sofisticado que el habitual audífono, hace que ella decida en qué momento apagarlo o encenderlo, de manera que Romi solo es sorda cuando al guión le conviene, mientras que el resto del tiempo oye y habla con absoluta normalidad. Precisamente, es interesante cuando la trama procedimental se desarrolla en un contexto relacionado con la discapacidad auditiva, como en el episodio Sigilosa (T1E3), en el que la responsable de una asociación de personas sordas es asesinada, porque permite incorporar algunos comentarios sobre las diferentes percepciones de la sordera. Iker Azkoitia ha introducido también la discapacidad auditiva en obras teatrales como El grito de la tortuga (2019), por lo que el tema está tratado evitando lugares comunes, aunque quizás construye un personaje principal demasiado borde en los primeros episodios, bien incorporado por María Cerezuela, ganadora del Goya a la Mejor Actriz Revelación por Maixabel (Icíar Bollaín, 2021), que tiene una relación improbable con Leo (Jon Olivares), un informante de la policía, lo que parece demasiado rebuscado y conveniente en algún episodio. Pero Romi camina con seguridad por el género procedimental, acercándose progresivamente a la investigación principal en los últimos episodios como en Agur, Aitatxo (T1E8), con algunos giros interesantes, y con un reflejo de Bilbao que se aleja del tradicional tono oscuro. 

El refugio atómico

Temporada 1 | Ficción, 8x60' | Netflix |  

Creada por Álex Pina, Esther Martínez Lobato

Escrita por Lorena G. Maldonado, David Oliva, David Barrocal, Humberto Ortega

Dirigida por David Barrocal, J.M. Cravioto, Jesús Colmenar


La última serie de Álex Pina (1967, Pamplona) y Esther Martínez Lobato (1976, Soria) es claramente la mayor decepción de este año, si es que se podía esperar algo positivo de los responsables de Sky rojo (Netflix, 2021-2023) y Berlín (Netflix, 2023-). Pero viniendo precedida de su ambiciosa propuesta, de la construcción del mayor escenario de rodaje en el Centro Europeo de Producción de Netflix en Tres Cantos (Madrid), de la utilización de producción virtual por primera vez en una serie española y de una historia ambientada en un refugio postapocalíptico, podía esperarse que, aunque terminara siendo lo mismo de siempre, al menos tuviera calidad de producción. Pero la propuesta decepciona desde el principio, con un diseño que recuerda tanto a series como Fallout (Prime Video, 2024-) que parece directamente un plagio, y con una trama que resulta, dentro de las historias absurdas que suelen presentar sus creadores, todavía más ridícula. El refugio atómico (Netflix, 2025) no parece provenir de una idea original, sino de un prompt de Inteligencia Artificial en el que se han metido referencias de otras series y contenidos de otras producciones de Vancouver Media. El planteamiento puede ser atractivo, con un búnker para millonarios preparado para aislarles de los efectos de un ataque nuclear, especialmente diseñado para la comodidad de los privilegiados que han podido permitirse pagar una cuantiosa cantidad de dinero como reserva sin derecho a devolución. Pero justamente coinciden en el mismo búnker dos familias relacionadas y también enfrentadas. El narrador del prólogo, al estilo característico de Vancouver, es Max Varela (Pau Simón), un joven que se enamora de Ane Falcón (Mónica Mara), pero un accidente de tráfico acaba con ella en el cementerio y con él en la cárcel. Como Álex Pina ya nos contó cómo es la vida carcelaria en Vis a vis (Netflix, 2015-2019), se muestra rápidamente la transformación de Max desde un joven acosado a un musculoso acosador, y justo cuando sale de prisión, su padre Rafael (Carlos Santos) le lleva a otra, Kimera Underground Park, donde debe convivir con su abuela cachonda Victoria (Montse Guallar) y con los familiares de Ane: su padre Guillermo Falcón (Joaquín Furriel), su madrastra Mimi (Agustina Bisio) y su hermana Asia (Alicia Falcó), la más agresiva con Max, lo que en las series de Vancouver ya sabemos que significa que inevitablemente desembocará en una relación sentimental. A cargo del búnker se encuentran los hermanos Minerva (Miren Ibarguren) y Ziro (Álex Villazán), quienes en el giro de guión del final del episodio Volver del infierno (T1E1), dejan claro al espectador que El refugio atómico no pretende ser Silo (Apple tv+, 2023-) sino, una vez más, La casa de papel (Netflix, 2017-2021). 

Así que nos encontramos de nuevo con la estructura de flashbacks que nos cuentan los antecedentes de los personajes y el plan maestro elaborado por Minerva y Ciro, que tiene tantos agujeros que si el refugio tuviera los mismos, no serviría para una mierda. Tanto es así que, cuando ocurre un accidente dentro del búnker, deben recurrir a Asia, estudiante de medicina, para atender al herido, porque al parecer no hay médicos en el refugio. Entre los despropósitos de la historia, que termina derivando hacia las habituales líneas narrativas sobre relaciones sentimentales, infidelidades y sexo soft que suele caracterizar a las series de Vancouver Media, no es fácil encontrar cuáles son los temas que quiere abordar. Hay algunas referencias a las clases privilegiadas, la ambición y la insolidaridad, pero son demasiado superficiales. Minerva, que es una especie de villana de comedias de Mike Myers al estilo Austin Powers (Jay Roach, 1997), manifiesta claramente su animadversión hacia los millonarios: "Si alguien me pregunta si odio a los ricos, la respuesta es sí. Con toda mi alma. El sueño americano no existe; si naciste como una rata morirás como una rata. Y cuando nos cansamos de que nos humillen, montamos un par manifestaciones y quemamos tres contenedores. Y nos vamos rapidito a casa porque mañana tenemos que trabajar", dice Minerva en Odio a los ricos (T1E3). Es el mismo tipo de discurso que elaboraba El Profesor (Álvaro Morte) en La casa de papel, pero ahora en boca de la antagonista. La lucha contra un sistema invisible se convierte en la representación del poder económico sometido, pero las reflexiones en torno a la escalera social son tan superficiales como irrelevantes. El refugio atómico pretende entretener, y si para ello necesita sacrificar la coherencia está dispuesto a hacerlo, pero también desaprovecha algunas posibilidades que ofrece el propio guión, desde la participación de la IA Roxan (voz de Michelle Jenner) hasta esa microsociedad en la que los privilegios ahora son compartidos a un mismo nivel. Por el contrario, prefiere decantarse por una especie de alto culebrón con personajes extremos que tienen un punto de ironía pero que nunca encuentran un tono equilibrado y homogéneo. Hay algunos que parecen caricaturas y otros que rozan el esperpento. 

Zoomers

Temporada 1 | Ficción, 6x30' | Prime Video |  

Creada por Federico Mayorca, Guillermo Van Dreï

Escrita por Luis Gamboa, Zebina Guerra, Andrea Torrano, Federico Mayorca, Guillermo Van Dreï

Dirigida por Óscar Pedraza

FestVal '25: Sesión Especial


La plataforma Prime Video ha encontrado dos caminos de éxito en España: las comedias juveniles y las comedias familiares, convirtiéndola en una especie de plataforma de contenido muy característico de las televisiones lineales. La última aportación a este entorno proviene, sin embargo, de la productora colombiana Dynamo, fundada en 2006 por Andrés Calderón, que desde su oficina en Madrid ha llevado a cabo algunas producciones destacadas como el largometraje Malnazidos (Alberto de Toro, Javier Ruiz Caldera, 2020), pero sobre todo está implicada en proyectos latinoamericanos ambiciosos como Narcos (Netflix, 2015-2017) y Cien años de soledad (Netflix, 2024-2026). Aunque por el momento solo se ha estrenado en España, Zoomers (Prime Video, 2025) parece tener una proyección al menos latinoamericana, porque incluye a populares actrices y actores mexicanos como Azul Guaita, protagonista de Como agua para chocolate (HBO Max, 2025) y Cosmo Elio González. Desde el título, la serie juega con la contraposición de la generación de los baby boomers, nacidos en un mundo analógico para tener que adaptarse a las nuevas tecnologías, utilizando el término zoomers para designar a la Generación Z, también conocida como los nativos digitales, que sin embargo se han enfrentado a grandes transformaciones, como las crisis económicas o la pandemia del coronavirus, en un mundo que parece plagado de acontecimientos negativos y con un futuro poco esperanzador. Este grupo de estudiantes del campus universitario de Salamanca comienzan su etapa universitaria hacia la edad adulta durante la post-pandemia, lo que también subraya la necesidad de recuperar las relaciones sociales que en cierto modo se perdieron durante el confinamiento. Javier (Biel Rosell) es un joven desubicado que ha comenzado sus estudios de Marketing en un Colegio Mayor, mientras continúa con sus sesiones de terapia online debido a un trauma que se irá desvelando a lo largo de la temporada. La serie se centra principalmente en su relación con Martina (Azul Guaita), en una especie de historia romántica que sin embargo describe una relación algo tóxica, rodeados de otros estudiantes como Andrés (Cosmo Elio González), el compañero de residencia de Javier, que solo se dedica a sus redes sociales y apenas sale de la habitación, o Lorena (Berta Castañé), que tiene su propio tutorial de cuidados personales, lo que sirve a la serie para introducir el product placement de una marca de maquillaje que también es la patrocinadora de la emisión, incluyendo dos cortes publicitarios para destacar que podemos ver la serie sin publicidad, gracias a su publicidad (¡!). Pero si bien la historia trata de evitar algunos lugares comunes de este tipo de historias juveniles que transcurren en un centro de enseñanza en el que los protagonistas se relacionan con mayor o menor afinidad, en realidad no consigue hacerlo. Impulsada por esta especie de atmósfera de tragedia que suele envolver a la Generación Z, se abordan temas como la salud mental y el suicidio, que en España es la segunda causa de muerte entre los jóvenes por detrás de los accidentes de tráfico. Lo que da lugar a algunas secuencias extrañas, como un intento de equilibrar una situación dramática con el fondo de la catedral de Salamanca, en una especie de postal turística con trasfondo trágico en el episodio Movidas (T1E6), que resultante francamente inquietante. 

En este sentido, Zoomers trata de evitar ser considerada como el tipo de series juveniles sexualizadas al estilo de Élite (Netflix, 2018-2024) y sus sucedáneos, con Javier diciéndole a su amigo Víctor (Mauro Vélez): "Ahora que hemos perdido la virginidad los dos, lo de follar está sobrevaloradísimo". Pero si no cae en estos tópicos, abraza completamente otros, de manera que al final nunca llega a ser lo distintiva que parece pretender. Por mucho que trate de construir personajes y relaciones más cotidianos, usando el humor sin ser del todo una comedia, el dibujo de protagonistas como Martina, que trata de destacar en sus estudios para alcanzar la independencia de su familia adinerada, lo hemos visto en numerosas ocasiones, y situaciones como la escena del ascensor durante una fiesta de fin de año en Expandiendo horizontes (T1E3) o la lista que elabora Javier de objetivos por alcanzar durante su primer año universitario, que sirve para estructurar la temporada en diferentes meses a lo largo del curso, resulta otro de esos lugares comunes. Zoomers está creada por Federico Mayorca y Guillermo Van Dreï, este último también guionista de la miniserie Itxaso (Netflix, 2024), el punto de partida de la historia es la idea de describir a una juventud que está creciendo en medio de constantes momentos de inestabilidad, aunque le falta una mirada crítica para reflexionar sobre hasta qué punto esa misma juventud es la responsable de afianzar esta falta de equilibrio, contribuyendo a una involución ideológica que parece acercarnos peligrosamente hacia los errores del pasado. Hay algunos apuntes de sensibilidad social, como una manifestación animalista organizada por el rebelde João (João Bettencourt), pero en general los temas que trascienden el entorno estudiantil no son abordados con demasiada profundidad, como queriendo situarse en una posición cómoda que no trate cuestiones demasiado complejas. Algunos personajes adultos se introducen en la historia como los boomers que contrastan con los zoomers, como Marcela (Itziar Atienza), la madre de Carla (Luna Bengoechea), que establece un triángulo amoroso un poco forzado con Andrés, o el profesor Fernando (Héctor De Miguel (Quequé)), que aporta un alivio cómico. Bajo la dirección del veterano Óscar Pedraza, la historia mantiene un ritmo constante, pero no consigue trascender del todo. En una interesante reflexión, Javier llega a culpar a otras series como Euphoria (HBO Max, 2019-) y Élite de haber distorsionado la realidad a su generación, pero desde luego Zoomers no es la propuesta diferente que va a conseguir solucionar este problema. El Making Of hace un interesante paralelismo entre los personajes de la ficción y la experiencia real de algunos estudiantes en Salamanca. 

Dos tumbas

Miniserie | Ficción, 3x50' | Netflix |  

Creada por Agustín Martínez sobre una idea de Toni Carrizosa, Verónica Vila-San-Juan

Escrita por Jorge Díaz, Antonio Mercero Santos, Agustín Jiménez

Dirigida por Kike Maíllo


Desde su propia estructura, algunas series parecen claramente ideas que han surgido originalmente para largometrajes pero, debido al interés de las plataformas de streaming por desarrollar series, se han reconvertido en un formato que no siempre les favorece. Dos tumbas (Netflix, 2025) tiene este problema, al que se añade la persistencia en encargar este tipo de thrillers a los mismos guionistas de siempre. Agustín Martínez (1975, Lorca) ha estrenado este año La caza. Irati (Movistar Plus+, 2025) y tiene a punto de estreno La Nena (atresplayer, 2025), última entrega de las adaptaciones de la trilogía escrita por Carmen Mola, seudónimo literario que comparte con Jorge Díaz (1962, Alicante) y Antonio Mercero Santos (1969, Madrid), aunque ninguno de los tres ha participado en la adaptación. Pero ellos sí son los guionistas de esta propuesta que surge a partir de una idea original de Verónica Vila-San-Juan y el productor Toni Carrizosa, que decidieron encargar su desarrollo a este trío de escritores y al director Kike Maíllo (1975, Barcelona). Desde una historia clásica de venganza, el relato comienza con la habitual desaparición de dos adolescentes, Verónica (Nadia Vilaplana) y su amiga Marta (Zoe Arnao), cuando se dirigían a una fiesta cerca del pueblo de Frigiliana, pero ésta última es encontrada muerta en la costa malagueña por un barco pesquero. Verónica es hija de Antonio (Hovik Keuchkerian), dueño de un restaurante, mientras que Marta era hija de un mafioso local, Rafael (Álvaro Monte), que está dispuesto a encontrar al responsable de la muerte de Marta. Pero ninguno de ellos tiene el impulso de Isabel (Kiti Mánver), la abuela de Verónica; eso sí, dos años después, cuando el caso se ha archivado por falta de indicios, en una escena en la que mira la televisión como si fuera la primera vez que lo hace. A lo largo de sus tres episodios que parecen demasiados, la serie pasa de lo absurdo a lo ridículo, entregándose a giros de guión previsibles que tratan de sorprender, aunque sea construyendo una secuencia de tortura involuntaria tan inverosímil como la que concluye la Parte I (T1E1). Kiti Mánver hace lo que puede con un personaje que tiene la misma evolución que otras abuelas que ha interpretado en películas como Mamacruz (Patricia Ortega, 2023), desde la inocencia senil hasta la seguridad madura, pero en este caso llevándola hasta un extremo grotesco. Los otros actores protagonistas lo tienen más complicado: Hovik Keuchkerian, que suele incorporar a sus personajes dependiendo de hacia qué lado se peinen, interpreta un personaje soso, aunque con algunos secretos, mientras Álvaro Morte resulta convincente al recuperar su acento andaluz, pero a través de un narcotraficante que está escrito con trazos gruesos y sin ninguna profundidad. 

Dos tumbas es básicamente un thriller que utiliza la violencia gratuita como una forma de impactar al espectador y juega con los giros para componer un divertimento más o menos tenso. El problema es que no resulta entretenido, y la transformación de un policíaco amable hacia un thriller violento resulta tan artificial como poco creíble. Curiosamente, a pesar de que sus novelas han sido adaptadas al formato audiovisual y de que ellos mismos se han dedicado por separado a escribir guiones durante treinta años, el trío de escritores nunca habían creado una serie juntos, y casi podrían haber firmado ésta con su seudónimo de Carmen Mola, inevitablemente envuelto para siempre en la pregunta de si lo escogieron como una tapadera femenina para ser más atractivos de cara a los concursos literarios, algo que ellos siempre han negado. Durante su anonimato, se llegó a comparar a Carmen Mola con el caso de Elena Ferrante en Italia, la autora de la tetralogía La amiga estupenda (2011, Ed. Lumen) de la que en noviembre se publicará en España una edición conjunta, que ha preservado su identidad real, aunque hace unos años fue revelada por una investigación periodística. En todo caso, el proceso de creación de los tres guionistas se ha desarrollado estableciendo una pauta de colaboración en el tratamiento general y en los puntos de giro, y posteriormente dedicándose cada uno a escribir un episodio. Surge la duda entonces de quién se encargó de escribir la Parte III (T1E3), uno de los ejercicios de tensión más absurdos que hemos visto en los últimos años. La serie no consigue nunca ser tan electrizante como parece pretender, por mucho que el director Kike Maíllo la quiere envolver de una cierta estética que se siente artificial. En realidad, cualquiera que haya leído alguna de las irregulares novelas de Carmen Mola no se sorprenderá por los recursos utilizados en esta serie: la escritura mediocre, la violencia gratuita o las sorpresas narrativas que requieren altas dosis de suspensión de la incredulidad. Pero su debut en el formato de series es más decepcionante de lo que se esperaba, y esta historia de venganza se siente particularmente perezosa, envuelta en las dosis de truculencia habitual en sus creadores, pero mezclada con un tono de amabilidad artrítica que no encaja en ningún momento. 


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Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):

Uno de los nuestros se puede ver en HBO Max, Movistar Plus+, Netflix y Prime Video.
La gran familia se puede ver en FlixOlé y Movistar Plus+.
¡Vaya vacaciones! y Maixabel se pueden ver en Netflix. 
Malnazidos se puede ver en Netflix y Tivify.