01 diciembre, 2025

Las series inéditas destacadas de 2025: Parte 5

Una vez más, Apple tv ha cancelado una serie anunciada, ahora la producción francesa Furtivo (Traqués) (Apple tv, 2025) que, en un caso de incompetencia flagrante, las herramientas de análisis de guión a través de IA que suelen utilizar las productoras y plataformas de streaming, no consiguieron detectar que tenía muchas similitudes con una obra previa, el libro Shoot (1974) del escritor Douglas Fairbairn (1927, Nueva York-1997, Miami), ya adaptado al cine en la película Disparo (Harvey Hart, 1976). Aunque será en un juicio donde se tendrá que dilucidar si se trata de un plagio, ambas son historias sobre dos grupos de cazadores enfrentados en un bosque, y desde la sinopsis ya se detectan similitudes, por lo que la responsabilidad de este error se encuentra tanto en la productora francesa Gaumont como en la plataforma Apple tv. El caso fue destapado por el periodista francés Clément Garin, quien reveló que fue tras el lanzamiento del trailer de la serie cuando los equipos de Apple tv y Gaumont detectaron los parecidos. Pero lo cierto es que el primer episodio de la serie Furtivo, Shot on sight (Disparo a la vista) (T1E1) es prácticamente igual que el primer acto de la película Disparo, y a lo largo de los seis episodios hay numerosas similitudes y un desenlace idéntico, aunque se introducen tramas que no están en la historia original. Mientras Gaumont y Apple tv tratan de negociar un acuerdo de compra retroactiva con los herederos de Douglas Fairbairn, según revelaba el periodista Clément Garin, esto no quiere decir que la serie se vaya a estrenar necesariamente, porque Apple suele ser muy protectora con su imagen y el estreno de Furtivo inmediatamente sería destacado por las acusaciones de plagio. La última información publicada por Clément Garin es que Apple está teniendo dificultades para encontrar a los posibles titulares de los derechos actuales de la obra de Douglas Fairbairn, por lo que no existiría ninguna reclamación de plagio. Es la tercera serie terminada que la compañía cancela o pospone este año, tras detener el estreno del thriller The savant (Apple tv, 2025) para evitar que su trama de investigación en torno a grupos de odio fuera relacionada con el asesinato del extremista Charlie Kirk, y el retraso sin fecha de estreno de la tercera temporada de Teherán (Apple tv, 2020-), que este año se ha estrenado en Israel, debido a los conflictos con Palestina e Irán. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Prisoner 951

Miniserie | BBC | Reino Unido 2025 | 4x60' ★ 

Creada por Stephen Butchard

Dirigida por Philippa Lowthorpe


Algunas historias de trascendencia en Reino Unido han pasado más desapercibidas en el ámbito internacional, y seguramente es el caso de la detención en 2016 de Nazanin Zaghari-Ratcliffe, una mujer con doble nacionalidad iraní y británica, que acabó siendo utilizada como rehén por parte de Irán para exigir el pago de una deuda histórica que tenía Gran Bretaña con ellos. Acusada falsamente de cargos relacionados con espionaje y conspiración para derrocar al régimen iraní, pasó un calvario de varios años cuando la detuvieron en el aeropuerto de Teherán en el mes de abril, durante un viaje en el que pretendía visitar a sus padres junto a su hija pequeña. La historia será contada por sus protagonistas, Nazanin Zaghari-Ratcliffe y su marido Richard Ratcliffe en un libro titulado A yard of sky (2026) que en principio se había anunciado para su publicación en octubre de 2023, pero aún no ha salido a la luz. El proyecto, que incorpora algunas de las repercusiones que tuvo el caso la inacción del gobierno británico, se ha desarrollado en secreto bajo el título provisional Love story hasta que hace unos meses BBC anunció los nombres de sus protagonistas: la actriz Narges Rashidi, protagonista del episodio más sorprendente de la última temporada de la serie Gangs of London (SkyShowtime, 2020-) y el reconocido actor Joseph Fiennes. Lo más terrible que revela esta adaptación es que el caso de Nazanin no es un hecho aislado, sino que es una práctica habitual por parte de la Guardia Revolucionaria iraní, que utiliza la detención ilegal de ciudadanos que viven en el extranjero para realizar exigencias a los países en los que se han asentado. El guionista Stephen Butchard, que este año también ha estrenado la excelente Los amos de la ciudad (Movistar Plus+, 2025) viene trabajando en el proyecto desde que Nazanin aún era prisionera, principalmente en colaboración con el marido de ella, y ha necesitado tres años de producción incluso después de la liberación de la protagonista. En 2016, durante uno de sus viajes a Irán, Nazanin (Narges Rashidi) es detenida en el aeropuerto de Teherán (todas las escenas que transcurren en Irán se rodaron en Grecia) y sometida a un juicio secreto en el que es condenada a cinco años de cárcel por espionaje, sin ninguna prueba. Mientras su marido Richard Ratcliffe (Joseph Fiennes) trata de conseguir que el Foreign Office reclame la liberación de Nazanin, poco a poco se revela que la detención puede estar relacionada con la reclamación de Irán de una deuda de 400 millones de libras por la compra de unos tanques a Gran Bretaña en los años setenta, que el gobierno británico nunca entregó. La justicia internacional dio la razón a Irán, pero no recibió el pago hasta el mismo día en que Nazanin y otro prisionero fueron puestos en libertad, aunque el gobierno de Gran Bretaña sigue negando hoy en día que las dos circunstancias estén relacionadas. Prisoner 951 (BBC, 2025) es ese tipo de historias que provocan más indignación conforme se desarrollan, sobre todo por la incapacidad de los sucesivos responsables de la Oficina de Exteriores, no solo para resolver el problema de un ciudadano británico detenido ilegalmente, sino por sus intentos de mantener a Richard Ratcliffe fuera del escrutinio público. Quien sale peor parado es Boris Johnson, quien durante el período de encarcelamiento fue Ministro de Relaciones Exteriores y posteriormente Primer Ministro, pronunciando una frase en el Parlamento sobre las actividades de Nazanin que pudo haberla puesto en peligro. 

La excusa de la Guardia Revolucionaria iraní era el trabajo de Nazanin como directora de proyectos en la Fundación Thomson Reuters, que no estaba directamente relacionada con la agencia de noticias Reuters. Pero fue una excusa para acusarla de conspiración contra el régimen iraní y condenarla a cinco años de cárcel. Prisoner 951 cuenta la historia usando una estructura sencilla que se enfoca en los dos puntos de vista principales: la experiencia de Nazanin tras su detención, una aventura kafkiana en la que estuvo muchos meses en aislamiento sin saber de qué se la acusaba y posteriormente enviada a la Prisión de Evin en Teherán, donde encontró la solidaridad de sus compañeras de cárcel, entre ellas Narges Mohammadi (Melika Foroutan), activista a favor de los derechos de las mujeres iraníes que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2023. El otro foco está en Richard Ratcliffe y su campaña pública para dar a conocer la situación de su esposa, al mismo tiempo que las autoridades británicas le recomendaban que mantuviera un perfil bajo para no entorpecer las negociaciones. Cada episodio se desarrolla en diferentes momentos: los acontecimientos que rodearon a la detención de Nazanin, los días posteriores con la celebración del juicio y la condena, meses después en la prisión de Evin y en el último episodio las repercusiones de la pandemia del Covid, que provocó la liberación de 10.000 prisioneros de las cárceles iraníes, mientras la condena de Nazanin era conmutada por arresto domiciliario en casa de sus padres. La única figura que se evita representar con un actor es la de Boris Johnson, del que incluso se introduce un comentario jocoso por parte de una de las prisioneras cuando aparece en televisión. Esto refuerza el patetismo de su ineptitud como político, mientras el rostro de la última de los cinco Secretarios de Estado para las Relaciones Exteriores que pasaron por el cargo, Liz Truss (Vivienne Gibbs), refleja una incapacidad casi infantil cuando Richard Ratcliffe le tiene que recordar que "mi esposa no es una prisionera, es una ciudadana británica que está siendo usada como una moneda de cambio". La serie subraya los continuos cambios políticos en Gran Bretaña para mostrarlo como un país incapaz de enfrentarse a problemas internacionales dada la inestabilidad. La directora Philippa Lowthorpe, que ya trabajó con Stephen Butchard en la miniserie Five daughters (BBC, 2011), se apoya en planos fijos durante las comparecencias de Nazanin ante la justicia iraní, para reflejar el estatismo autoritario, mientras toma influencias de thrillers de los setenta como El último testigo (Alan J. Pakula, 1974). Pero sobre todo construye un relato sobrecogedor de una madre a la que privan el derecho de estar con su hija Gabriella (Mana Sayyah y Ava Rose) durante seis años, mientras la propia niña es objeto de negociación entre las autoridades británicas e iraníes para que regrese a Gran Bretaña con su padre. Prisoner 951 se encuentra entre las miniseries de denuncia más relevantes de los últimos años, una historia que refleja la incapacidad de un país para afrontar la defensa de uno de sus ciudadanos. 

Film Club

Temporada 1 | BBC | Reino Unido 2025 | 6x30' ★ 

Creada por Ralph Davis, Aimee Lou Wood

Dirigida por Catherine Morshead

En los últimos años ha surgido una especie de subgénero, especialmente dentro de la comedia, que tiene como protagonistas a personajes que conviven con la salud mental, generalmente femeninos. En un cambio de paradigma interesante dentro de la representación de la salud mental, ésta se muestra como una característica con la que conviven los personajes pero que no necesariamente tiene que provocar restricciones dentro de sus entornos sociales, y se evita la estigmatización y la ridiculización de los personajes. Aunque incluso en las historias no centradas en este tema se detecta una "sobreabundancia de protagonistas afectados por algún trastorno de orden psicológico o psiquiátrico", como se indica en el libro Imaginarios de los trastornos mentales en las series (2020, Ed. Universitat Oberta de Catalunya), de los profesores Jorge Martínez-Lucena e Irene Cambra-Badii. Film Club (BBC Three, 2025) es una de esas series modestas pero con grandes personajes, una clásica comedia romántica en la que los protagonistas están enamorados pero prefieren mantenerse en una relación de amistad porque tienen miedo a sentir un posible rechazo y por tanto distorsionar la conexión especial que mantienen. Evie (Aimee Lou Wood) es una veinteañera que ha tenido hace unos meses un ataque de agorafobia y ha regresado a casa de su madre Suz (Suranne Jones), desde donde no es capaz de cruzar ni siquiera la calle de enfrente. Alí Evie ha trasladado el cine-club que suele organizar todos los viernes para ver películas clásicas, y que se ha convertido en una forma de enfocarse en la creatividad y de camino seguir pasando tiempo con su mejor amigo Noa (Nabhaan Rizwan). No se trata solo de ver películas, sino de convertir el garaje de la casa en un entorno que recuerda a los escenarios del título de la semana, y la obligación de que los invitados lleven disfraces relacionados con ella. Así que en algunos momentos vemos a Eevi vestida con un mono parecido al de Ripley en Alien. El octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) o a Noa conduciendo una bicicleta por las calles de Manchester vestido como el hombre de hojalata de El mago de Oz (Victor Fleming, George Cukor, Norman Taurog, 1939). Hay una singularidad en los personajes y las situaciones que se crean a su alrededor que hacen que Film Club sea diferente a otras comedias románticas. Como la familia disfuncional de Evie, encabezada por una madre glamourosa y excesiva que ha convertido al novio de su hija, Josh (Adam Long), en su principal confidente, en una relación suegra-nuero bastante peculiar, que sin embargo acabará marcada por la decepción cuando Suz descubre que la familia de Josh ni siquiera sabe que tiene novia. También su hermana Izzie (Liv Hill) y sus amigos de la universidad Dominic (Ralph Davis), Samantha (Fola Evans-Akingbola) y Kamran (Arian Nik), que sienten amor por Evie, pero no terminan de comprender sus rarezas y ansiedades, al menos no con la seguridad que tiene Noa. Y que se sienten obligados a asistir a las sesiones de cine-club, pero aprovechándolas sobre todo para beber y comer. El único vecino con el que Evie conversa es el adolescente Callum (Owen Cooper), que la llama Miss Havisham, como la solterona abandonada en el altar que sigue vestida de novia en Grandes esperanzas (1861, Ed. Alma). Con él tiene un estupendo diálogo sobre su crisis mental en el Episodio 5 (T1E5), mientras Callum confiesa que acaba de ser expulsado del colegio: "Por lo visto, te pueden expulsar si arrancas todos los urinarios de la pared solo por estar cabreado". 

Cada episodio de Film Club es una inmersión en el microcosmos de la psicología de Evie, y cada película de la semana está elegida para expresar sus miedos y su estado de ánimo, desde la claustrofobia de Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994) hasta el vértigo de enfrentarse a un mundo desconocido que representa el personaje de Dorothy en El mago de Oz. Pero todo cambia cuando Noa acepta un trabajo en Bristol que le alejará del mundo de Evie, y que distorsiona ese equilibrio que ella había conseguido controlar, al menos una vez por semana. La historia surgió durante el confinamiento, cuando la actriz Aimee Lou Wood se refugió en las películas y co-escribió junto a su compañero de estudios de teatro Ralph Davis, que interpreta a uno de los amigos de la protagonista, esta peculiar serie sobre refugiarse en uno mismo y tratar de encontrar una salida. Inspirándose en la agilidad de los diálogos de comedias románticas como Cuando Harry encontró a Sally (Rob Reiner, 1989) o dramas como Al filo de la noticia (James L. Brooks, 1987), las interacciones entre Evie y Noa son deliciosas, aunque también están marcadas por el dolor de la posible separación. Nabhaan Rizwan, que ha estrenado recientemente la estupenda segunda temporada de la surrealista comedia Juice (BBC, 2023-), creada por su hermano Mawaan Rizwan, aporta una melancolía a un personaje al que tampoco le resulta fácil relacionarse con su entorno, mientras que Suranne Jones, que ha estrenado este año una serie creada por ella misma, el irregular thriller Frauds (ITV, 2025-), está especialmente entrañable con un personaje de madre enérgica y extravagante, pero profundamente comprometida con su hija. A medida que se desarrolla la historia, sin embargo, parece más claro que las excentricidades de Suz pueden haber contribuido al miedo de Evie a cruzar el umbral de su casa. La serie pertenece a ese tipo de comedia romántica melancólica que ha ido surgiendo en los últimos años, pero no se utiliza una narrativa ni unos diálogos que pretendan resultar especialmente divertidos o ingeniosos, aunque se hagan continuas referencias a personajes y actores famosos. Film Club es una comedia en un sentido menos humorístico que encantador, una historia de personajes cuyo arco narrativo puede estar más o menos claro desde el principio, sin que haya grandes sorpresas en su camino. Y a veces puede parecer que abandona algunas subtramas sin terminar de desarrollarlas, pero en parte es una característica de la propia elección argumental, con una intención de no descifrar del todo a los personajes, igual que no se muestra un diagnóstico claro de lo que provocó en Evie esa crisis agorafóbica. Si se acepta esta sensación de que no todo tiene que ser explicado, Film Club acaba siendo una introducción deliciosa en un entorno excéntrico en el que los personajes simplemente pretenden encontrar su equilibrio.  

House of Bellevue

Temporada 1 | ZDF | Alemania 2025 | 6x45' ★ 

Creada por Kai S. Pieck

Escrita por Kai S. Pieck, Toby Chlosta, Laura Tamoj, Raquel Kishori Dukpa, Lamin Leroy Gibba

Dirigida por Gabriel B. Arrahnio, Kai S. Pieck, Toby Chlosta


Esta semana se estrena en la televisión pública alemana House of Bellevue (ZDF, 2025) que se desarrolla en la comunidad house-ballroom de Berlín, siguiendo la extendida forma de baile que surgió en Estados Unidos en los años setenta, a través de estilos como el voguing, que imitaba de manera exagerada los movimientos de las modelos de pasarelas, como una forma de satirizar las construcciones de género y las clases sociales. Pero desde el siglo XIX, los miembros de la comunidad LGBTIQ+ clandestina de las grandes ciudades ya organizaban bailes de máscaras conocidos como "drags" en desafío a las leyes que prohibían a las personas usar ropa asociada con el sexo opuesto y en los que se celebraban competiciones y desfiles. Sin embargo, el house-ballroom también era un movimiento contracultural que rechazaba el predominio de artistas de raza blanca, creando una comunidad específicamente queer y negra, que reclamaba el derecho a la diversidad.
En Alemania, algunos programas de éxito internacional como Ru Paul's Drag Race (WOW, 2009-) no han tenido mucho éxito, y de hecho la versión alemana solo tuvo una temporada frente a la permanencia de Drag Race España (atresplayer, 2021-), de la que acaba de concluir la emisión de su quinta temporada y ha renovado para una sexta. Aunque House of Bellevue no es una serie sobre drag queens, muchas de ellas forman parte de la comunidad house-ballroom, pero la historia tiene como protagonista a Emm (Rico-Jarret Boateng), un afro alemán bisexual de diecinueve años que se marcha de la pequeña población de Spremberg, en Brandeburgo, sin informar a sus padres adoptivos, para perseguir su sueño de ser bailarín en Berlín. Es un chico extrovertido que al salir del autobús es aplaudido por los viajeros, en una especie de visión idealizada del recibimiento en la capital alemana de un joven queer, pero lo cierto es que solo consigue una pequeña habitación destartalada que el matrimonio formado por Yvonne (Inga Wolff) y Rolf Keller (Daniel Krauss) le alquilan a un precio desorbitado. Emm conoce a la coreógrafa Lia Bellevue (Nora Henes), Madre de House of Kiki, y es acogido dentro de sus clases de house-ballroom. Pero una antigua colaboradora suya, TJ (Ilonka Petruschka), le advierte que Lia solo busca el éxito personal y que suele utilizar a sus alumnos para su propio beneficio, aunque ayuda al joven iraquí Mohammed (Kawian Paigal), al que llaman Mo, acompañándole en sus citas para obtener la condición de refugiado. Mientras tanto, Emm conoce a otros miembros de la comunidad queer berlinesa como Djamal (Abed Haddad), con el que termina compartiendo piso, o João (Robin Cadet), con el que tiene su primera experiencia homosexual en Sex Siren (T1E5). A partir de un trabajo que no solamente se expresa desde la diversidad en la representación que propone en la pantalla, sino también con un equipo detrás de las cámaras igualmente diverso, House of Bellevue es una serie amable que trata de configurar la condición familiar de la comunidad queer que forma parte del house-ballroom. De hecho, el primer título de la serie iba a ser We are family, en referencia a la canción del grupo Sister Sledge de 1979. Aunque la letra de Nile Rodgers solo se refiere a la familia que forman las cuatro hermanas Sledge, se acabó convirtiendo en un himno de la comunidad LGBTIQ+ porque refleja el sentimiento de hermandad dentro de ella. El guionista y director transexual Toby Chlosta (1984, Alemania) menciona en las notas de prensa que "en una sala formada con diversidad es más fácil trabajar porque hay que dar menos explicaciones que en espacios heteronormativos". Dentro de la mesa de guionistas se encuentra Lamin Leroy Gibba (1994, Alemania), creador y protagonista de la exitosa serie Black fruit (ZDF, 2024) que abordaba la interseccionalidad a través de la historia de dos amigos queer en Hamburgo. 

Pero House of Bellevue también tiene algunos problemas precisamente por la forma en la que ha sido desarrollada. Surgida en 2017 después de que el creador y showrunner Kai S. Pieck (1962, Alemania) descubriera la escena del house-ballroom, cuando se convirtió en mentor de un refugiado de origen iraquí, algunas de las historias que se cuentan en la serie surgen de experiencias reales que han protagonizado algunos de los actores y actrices. Pero esta conexión con la realidad a veces provoca que se destaque cierta inexperiencia en las interpretaciones y surjan dinámicas forzadas entre unos personajes en los que quizás no se termina de profundizar desde la elaboración de un arco narrativo claro. Sin embargo, también hay una intención de arriesgar y de romper algunos de los clichés de la ficción alemana: Emm, por ejemplo, es un joven de padre africano, bisexual, negro y de Alemania del Este, una combinación que generalmente es difícil encontrar en un país en el que se suelen elaborar personajes muy específicos y restringidos: si un personaje proviene de la zona Este, generalmente suele ser blanco y heterosexual. Su pasión por el baile provoca su negativa a estudiar en la universidad y expresarse a través de las coreografías como un sentimiento de pertenencia. Cuando Lia le pregunta qué significa para él el house-ballroom en el episodio Runway (T1E1), contesta: "Que puedo mostrarme a través de mi actuación, en todas mis formas. Que me pueden ver tal como soy". Y la serie logra expresar adecuadamente el contraste entre la alegría y el colorido de los bailes como una superficie que acaba siendo una liberación respecto a las experiencias personales de sus protagonistas, que se enfrentan a la discriminación, el abuso y un cierto aislamiento de una sociedad que parece oponerse cada vez más a la diversidad, como si se tratara de una amenaza, y también a la violencia. En el episodio Face (T1E2), un grupo de jóvenes agrede a Jay (Lie Ning) en el metro, pero la policía lo descarta como violencia de odio y lo considera simplemente una riña callejera. Aunque muchas veces los diálogos puedan sonar algo vacíos y superficiales, hay una pretensión muy loable de desafiar los estereotipos de los personajes que suelen aparecer en las ficciones de contenido LGBTIQ+, e incluso se apunta sin ningún problema el uso de la homosexualidad como una forma de acceder más fácilmente a medidas de protección social: el joven iraquí Mo confiesa que en realidad no es gay, pero que ha utilizado esta narrativa para legalizar su residencia en Alemania. El subtexto de la serie plantea que la diversidad es una expresión de libertad creativa y personal, y refleja una solidaridad que sin embargo está representada en personas que solo necesitan asumir sus identidades sin tener miedo a la discriminación y al odio. Los bailes que se representan han sido coreografiados por Etay Gülay, parte integral de la escena house-ballroom en Berlín durante más de una década, quien también imparte talleres de voguing a nivel internacional. 

Raul Seixas: Eu sou

Miniserie | Globoplay | Brasil 2025 | 8x45' ★ 

Creada por Paulo Morelli | Escrita por Dennis Nielsen, Lívia Gaudencio, Marcelo Montenegro

Dirigida por Paulo Morelli, Pedro Morelli 

Séries Mania '25: Panorama Internacional


La primera serie brasileña que compitió en el festival Séries Mania en la pasada edición fue esta ambiciosa producción de Globoplay que traslada la efervescencia del rock de los años setenta en Brasil a través de la figura de uno de sus principales representantes. Raul Seixas (1945-1989, Brasil) se convirtió en uno de los nombres más destacados de la revolución musical en los años de la dictadura, y muchas de sus canciones fueron escritas junto al joven escritor Paulo Coelho, subrayando el carácter poético y metafórico de sus letras. El propio Paulo Coelho, quien reside en Suiza desde hace años, afirmó en una entrevista reciente que Raul Seixas: Eu sou (Globoplay, 2025) cuenta la historia con bastante fidelidad a la realidad que él vivió junto al músico: "Cuando terminé de verla, me sentí emocionado, me puse a llorar, porque es muy fidedigna" (Rolling Stone Brasil, 25/7/2025). Creada y dirigida por Paulo Morelli y su hijo Pedro Morelli, esta producción se acerca a la trayectoria del compositor y cantante desde una mirada a veces surrealista, representando sus pensamientos y su experiencia emocional a través de escenas oníricas y juegos de puesta en escena que tratan de capturar el mundo interior del artista. Como al comienzo del episodio Let me sing (T1E1), cuando en 1982 fue confundido con un impostor de sí mismo durante un concierto en el que apareció en escena borracho y el público le echó del escenario, creyendo que no era él. A partir de ese momento, la historia retrocede hasta algunos apuntes de su juventud, para mostrar sus primeros años como músico, cuando Raul Seixas (Ravel Andrade) abandona su ciudad natal de Salvador de Bahia, junto a su novia Edith Wisner (Amanda Grimaldi) y se marcha a Río de Janeiro para probar suerte, comenzando a trabajar como productor musical en CBS. La narración salta en el tiempo constantemente, desde la niñez en la que imagina la figura de Don Quijote como una aprobación de su imaginación poética, hasta sus intentos fallidos de iniciarse en la música con su banda Os Panteras. Una secuencia de su niñez mezcla las dos influencias musicales del compositor, cuando en su casa se escucha música brasileña tradicional y en el patio de un vecino hay una fiesta en la que suena "Blue suede shoes" de Carl Perkins, fusionándose ambas. El título del episodio hace referencia a la canción "Let me sing, let me sing" con la que triunfó en el Festival Internacional de la Canción en 1972, de la mano del productor Marco Mazzola (Antônio Carrara), dando comienzo a su popular carrera musical. A partir de entonces, consigue un contrato con Philips para publicar un disco y empieza su colaboración con el joven poeta Paulo Coelho (João Pedro Zappa), cuya asociación creativa se muestra desde Mosca na sopa (T1E2), llena de referencias poéticas: "Paulo Coelho y yo nos conocimos en una playa, observando un platillo volante. Fue una cosa mágica, algo verdaderamente predestinado", dice Raul Seixas en una rueda de prensa. En comparación con el otro biopic musical brasileño estrenado este año, Sangre latina: 
La balada de Ney Matogrosso (Esmir Filho, 2025), la película consigue ser más precisa en la crónica de otro artista que cambió el panorama musical en Brasil durante los años setenta.

 De hecho, Raul Seixas: Eu sou ha recibido críticas mixtas en Brasil, generalmente positivas pero también algunos comentarios contrarios, como la revista Rolling Stone Brasil, que la calificó de "lenta, defectuosa y caricaturizada". Es cierto que hay algunos elementos de representación de los personajes que se sienten falsos, especialmente en el caso de Paulo Coelho, pero hay un tono de teatralidad en la puesta en escena, en la que una habitación en la que componen ambos se convierte en una playa de arena, que refleja esa realidad paralela en la que vivieron ambos durante sus colaboraciones, mezclando los pensamientos de los personajes con la realidad. También contribuye un montaje dinámico que desestructura la narrativa para ofrecer pinceladas de diferentes épocas mientras se desarrolla la historia cronológica. Raul Seixas era un personaje complejo cuya obra combinaba rock, baião, ocultismo, crítica social, humor y poesía con naturalidad, incluso en una época en la que esto parecía extraño. Y esa complejidad se transmite a través de sus relaciones personales, especialmente con su esposa Edith, con la que tuvo una relación intermitente, y también de su contacto con la dictadura. El episodio Sociedade Alternativa (T1E4) toma su título de una canción escrita por Paulo Coelho y Raul Seixas que despierta la atención de la policía, donde ambos acuden para ser interrogados. Publicada en su álbum Gita (1974, Polygram), "Sociedade Alternativa" se convirtió en un himno generacional que propugnaba otro tipo de sociedad más libre ("aquellos que carecen de un presente deben conformarse con el futuro") y que Bruce Springsteen interpretó como homenaje a Raul Seixas en su espectacular concierto de Rock in Rio en 2013. Pero acabó censurada por el gobierno militar presidido por Ernesto Geisel. Aunque el relato se descompone en fragmentos, mantiene una cierta linealidad en su estructura central, destacando en As profecias (T1E5), cómo la publicación del álbum Gita acabó rodeando a Raul Seixas de una cierta envoltura de misticismo que casi le convierten a los ojos de muchos admiradores en una especie de profeta, sobre todo cuando se convierte en un éxito un videoclip que utiliza estos elementos místicos: "Queremos jugar con estos símbolos antiguos, con este tema místico, con este platillo volador". Pero esto también contribuye a su distanciamiento de Paulo Coelho. Hay una doble perspectiva de la vida del artista desde su faceta como músico y desde su realidad como esposo/padre, pero a Raul Seixas: Eu sou quizás le falta algo de contexto y profundidad. Sin embargo, es una miniserie bien construida que resalta la progresiva excentricidad del protagonista, envuelta en el alcoholismo que le provocó la muerte, que está capturada con fortaleza por una interpretación entregada del actor Ravel Andrade, quien también interpreta las canciones, como "Metamorfose ambulante" que incluyó en su álbum Krig-ha, bandolo! (1973, Polygram), a la que vuelve la serie en varias ocasiones. A la ruptura con Paulo Coelho le sigue su colaboración con Cláudio Roberto que desemboca en éxitos como "Maluco beleza" de su álbum O dia que em terra parou (1977, Warner Music). Pero el episodio Tente otra vez (T1E7) refleja las crisis médicas que va sufriendo Raul Seixa en la última etapa de su vida, que desembocan en el concierto con el que empieza la serie. El estilo visual en estos episodios de alucinaciones, puede resultar excesivamente recargado, pero también es emocionalmente potente cuando en Eu nasci há 10 mil anos atrás (T1E8) se refleja el legado de un músico que cambió la historia del rock en Brasil, con un entierro tan surrealista como su propia vida, en un país que había dejado atrás la dictadura y había recuperado la esperanza de una "sociedad alternativa".  

The American Revolution

Docuserie | PBS | Estados Unidos 2025 | 6x120' ★ 

Escrito por Geoffrey C. Ward

Dirigida por Ken Burns, Sarah Botstein, David Schmidt

Critic's Choice Documentary Awards '25: Mejor Documental Histórico


Las televisiones públicas norteamericanas NPR y PBS se encuentran bajo el ataque de la Casa Blanca por no estar en consonancia con la ideología de Donald Trump y, sobre todo en el caso de la segunda, por negarse a adoptar el revisionismo histórico supremacista que el nuevo gobierno ha impuesto en los centros públicos que recogen la memoria histórica. Al suprimir drásticamente el apoyo financiero del Congreso se pretende coartar la libertad de expresión y chantajear a los responsables de las cadenas para que se sitúen en la línea de pensamiento de la administración. La eliminación de una financiación de 1.100 millones de dólares para la Corporación para la Radiodifusión Pública a principios de este año ha afectado gravemente a las estaciones de radio y televisión, especialmente en las zonas rurales. Pero PBS sigue funcionando gracias a la financiación privada que surge de iniciativas como la subasta que llevó a cabo hace una semana el presentador John Oliver en su late night, con la que consiguió que se vendiera un cuadro de Bob Ross por un millón y medio de dólares para la televisión pública. Uno de los cronistas más destacados de la historia de Estados Unidos es el cineasta Ken Burns (1953, Nueva York), quien a través de sus series documentales ha venido trazando una mirada equidistante y nada sospechosa de partidismos alrededor de la guerra civil y la fundación de los Estados Unidos. Y ha instaurado un modelo de docuserie que tiene elementos comunes: el actor Peter Coyote como narrador y la participación de estrellas de Hollywood leyendo textos históricos de personajes relevantes: Hemingway (PBS, 2021), Benjamin Franklin (PBS, 2022), la imprescindible The U.S. and the Holocaust (PBS, 2022) o la reciente Leonardo DaVinci (Movistar Plus+, 2024) son algunos ejemplos de sus excelentes aproximaciones biográficas e históricas. Su último proyecto no sabemos si es el más ambicioso de su larga trayectoria, pero se acerca: contar el enfrentamiento con las colonias británicas desde el que surgió la creación de los Estados Unidos, rompiendo algunas de las ideas preconcebidas, como afirma el historiador Alan Taylor en el episodio Un asilo para la humanidad (T1E2): "Creo que la principal idea equivocada sobre la revolución americana es que fue algo que unificó a los norteamericanos y que solo fue una guerra entre norteamericanos y británicos. Obviando la realidad de que fue una guerra civil entre norteamericanos". The American Revolution (PBS, 2025) es una crónica necesariamente densa pero absolutamente precisa que tiene una duración total de doce horas, dividida en seis episodios de dos horas cada uno, con las voces de Adam Arkin, Claire Danes, Tom Hanks, Matthew Rhys, Liev Schreiber, Meryl Streep, Paul Giamatti, Laura Linney, Ethan Hawke, Samuel L. Jackson, Edward Norton y los británicos Kenneth Branagh, Hugh Dancy, Damien Lewis, Tobias Menzies y Domhnall Gleeson, entre más de noventa actores. Esta obra conecta, como si fuera una precuela, con la docuserie que dio a conocer al director Ken Burns, la monumental The Civil War (PBS, 1990), que está considerada como la mejor aproximación a la guerra civil norteamericana, también de extensa duración, con nueve episodios de noventa minutos cada uno. Y que marcó un estilo que parte de una narración principal que se apoya en documentos históricos, fotografías y pinturas de las que se extraen detalles que pueden haber pasado desapercibidos. También introduce recreaciones de ficción, pero no para incorporar personajes, sino para subrayar las palabras con planos detalle de acciones anónimas, creando un ritmo menos dinámico de lo habitual, porque pretende reforzar el poder de la palabra y de las imágenes originales. Es decir, acudir a las fuentes sin más intermediarios que la participación de historiadores en las entrevistas, entre los que hay un especial cuidado en la aportación de distintos puntos de vista de expertos blancos, afroamericanos y nativos americanos.

Al comienzo del episodio Los tiempos que ponen a prueba el alma de los hombres (T1E3), la historiadora Maya Jasanoff comenta que: "La imagen que tenemos de la Revolución Americana es la de esos hombres con pelucas en salones de paneles de madera. Y eso refuerza la idea de la Revolución Americana como únicamente una lucha por los ideales. Creo que le hacemos un flaco favor a la Historia y a quienes la padecieron, si tratamos de ocultar la violencia bajo esa imágenes idealizadas de los Padres Fundadores firmando documentos en Filadelfia. Estados Unidos se fundó sobre la base de la violencia". El guionista principal de los documentales de Ken Burns, el historiador Geoffrey C. Ward (1940, Ohio), ganador de seis premios Emmy, estructura hábilmente una narración en la que se mezcla la perspectiva militar y política con la mirada personal, como la descripción minuciosa de las estrategias de ambos bandos en los principales enfrentamientos, desde las Campañas de Nueva York y Nueva Jersey hasta la batalla de Trenton (1776-1777), representada en el cuadro George Washington's crossing of the Delaware River (1851), pintado por Emanuel Leutze. Pero también hay relatos concretos de personajes que han quedado en un plano secundario, como Margaret Corbin, esposa de un artillero de Pensilvania que estaba presente en el campo de batalla cuando su marido recibió un disparo mortal. Ella tomó su lugar y mantuvo un ataque tan letal que se convirtió en el punto de mira de los hessianos (soldados alemanes que formaban parte del frente británico), provocándole heridas en la mandíbula y el pecho, y perdiendo la movilidad de su brazo izquierdo: "Tres años después se convirtió en la primera mujer en recibir una pensión permanente de invalidez, pero por la mitad del dinero que solían recibir los hombres", concluye el narrador Peter Coyote. Esta combinación entre el punto de vista general y el particular contribuye a un relato sólido que se remata con anécdotas y curiosidades. Es una especie de clase de Historia en la que el profesor no solo describe los acontecimientos, sino que aporta detalles más personales. George Washington (Josh Brolin) aparece como el principal protagonista del éxito de las estrategias militares de los llamados Patriotas, los colonos que se levantaron contra los británicos, pero se le desmitifica haciendo referencia a la posesión de esclavos, al igual que Thomas Jefferson (Jeff Daniels) o Benjamin Franklin (Mandy Patinkin), pero sobre todo a la especulación con tierras indígenas, ordenando la destrucción de las aldeas de los senecas y los cayuga, que apoyaban a los británicos. Según el historiador William Hogeland, "mantenía una concentración despiadada e intensa de sus propios intereses, lo que lo hace exactamente igual a cualquier otro miembro de su clase; simplemente se convirtió en George Washington". La Revolución Americana está rodeada de una mitificación idealizada que algunos historiadores rebaten, como Kathleen DuVal: "Pensamos en la revolución como una guerra contra el imperio. Pero rápidamente se convirtió en una guerra por el imperio. Uno de los objetivos de la Revolución Americana era controlar el valle de Ohio y el Sur. Eso es lo que los estadounidenses querían. El gobierno británico había impedido a los colonos establecerse en tierras indígenas. Por tanto, para los indios establecidos en esas zonas la Revolución Americana fue una guerra para proteger sus tierras de un enemigo al que ya conocían". Un conflicto que es conocido sobre todo como el foco de la independencia del opresor británico adquiere lecturas más complejas que se extienden hacia una batalla colonialista. 

The American Revolution establece las bases de lo que en el siglo siguiente se convertiría en la Guerra de Secesión (1861-1865), describiendo los conflictos internos que conducirían a la ruptura. De esta forma, cuando en El alma de toda América (T1E5) se abordan los combates en Carolina del Sur, como el asedio de Charleston (1780), la batalla de Kings Mountain (1780) o la batalla de Hobkirk's Hill (1781), se menciona también que las bajas de una quinta parte de los combatientes del bando independentista se produjo debido a conflictos internos, además de a la confrontación entre patriotas y lealistas. También se apunta que, aunque en la mayor parted e os cuadros post-revolución se representa la bandera de las barras y estrellas, no existe constancia de que en esos combates se hubiera alzado alguna vez esa bandera, cuyo origen es incierto. El próximo año se cumple el 250 aniversario de la Declaración de Independencia, dentro del contexto de una sociedad norteamericana dividida y sometida al revisionismo histórico que se apoya en el llamado "Informe 1776", un documento elaborado en 2020, sin la participación de historiadores, durante el primer mandato de Donald Trump, en el que se minimiza la relevancia de la esclavitud y se establece una narrativa supremacista, que se ha tomado como base para las modificaciones realizadas en siete museos que considera que se han centrado en aspectos negativos como la colonización. La política de Donald Trump se coloca en línea con la reformulación de la memoria nacional que llevó a cabo Mao Zedong durante la Revolución Cultural en China: controlando cómo se enseña la historia, qué narrativas se promueven y qué perspectivas se eliminan de la conciencia pública. Por eso es relevante que una serie como The American Revolution establezca un relato histórico que no esté contaminado por las ideologías que tergiversan la Historia. 

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Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):

El último testigo se puede ver en Filmin.
Alien, el octavo pasajero se puede ver en Disney+ y Movistar Plus+. 
El mago de Oz se puede ver en HBO Max. 
Cadena perpetua se puede ver en Movistar Plus+ y Netflix. 
Cuando Harry encontró a Sally se puede ver en Filmin, Movistar Plus+ y Prime Video.
Sangre latina: La balada de Ney Matogrosso se puede ver en Netflix. 

24 noviembre, 2025

Las series españolas de 2025: Parte 9

Seguimos repasando las nominaciones de premios que se entregarán en el mes de diciembre, dando comienzo a la temporada de galardones en cine y televisión. La 31 edición de los Premios Forqué ofrece una panorámica de las posibles nominaciones a los Goya, con las películas Sorda (Eva Libertad, 2025) y Los domingos (Alauda Ruiz de Azúa, 2025) como principales nominadas, compartiendo la categoría principal con Maspalomas (Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga, 2025) y Sirât (Oliver Laxe, 2025), y con ausencias notables como Romería (Carla Simón, 2025). En las tres categorías de series, introducidas en las últimas ediciones, los Premios Forqué han destacado a Poquita fe (Movistar Plus+, 2023-) con tres nominaciones: Mejor Serie, Actor (Raúl Cimas) y Actriz (Esperanza Pedreño). Con dos nominaciones, se encuentran Anatomía de un instante (Movistar Plus+, 2025), como Mejor Serie y Actor (Álvaro Morte) y Animal (Netflix, 2025), Mejor Serie y Actor (Luis Zahera). Pubertat (HBO Max, 2025) se ha quedado con una nominación como Mejor Serie y el resto de categorías de interpretación se han repartido entre Javier Cámara por Yakarta (Movistar Plus+, 2025), Candela Peña por Furia (HBO Max, 2025), Carolina Yuste por La canción (Movistar Plus+, 2025) e Ingrid García-Jonsson por Superstar (Netflix, 2025). Destaca la ausencia de series notablemente destacables este año como La suerte (Disney+, 2025), Cuando nadie nos ve (HBO Max, 2025), Su Majestad (Prime Video, 2025-) y hasta incluso Ena. La reina Victoria Eugenia (RTVE, 2023), que finalmente se ha anunciado para su estreno el 24 de noviembre, con el primer episodio, en el que la protagonista aún no habla español, doblado en el canal lineal y en la necesaria versión original subtitulada en RTVE Play. Pero la caótica programación de la serie la puede apartar de las posibilidades de nominaciones. 

También este fin de semana se han entregado en Oviedo los VII Premios Nacionales de Doblaje que reconocen el trabajo de los actores y actrices que realizan esta destacada labor. En las categorías de cine, la película La sustancia (Coralie Fargeat, 2024), distribuida por Elastica Film, ha hecho pleno, consiguiendo los tres premios principales: Javier Valdés como Director de Doblaje, Rosa Mª Hernández como Actriz de Doblaje y Ramón Langa como Actor de Doblaje. En las categorías de televisión, los ganadores han sido Albert Trifol, como Director de Doblaje en The boys (Prime, 2019-), donde también interpreta al personaje de Hughie Campbell; Laura Velasco como Actriz de Doblaje por dar voz a la psicóloga Briony Ariston en Adolescencia (Netflix, 2025); y Manuel Gimeno como Mejor Actor por interpretar al protagonista de Daredevil: Born again (Disney+, 2025). Los Premios del Público han sido para Alba Torrubia y Pablo Domínguez, y el premio a la Mejor Narración en Audiolibros para Raúl Llorens por En el amor y en la guerra (2025, Audible), de la novela de Ildefonso Falcones. También se han concedido premios para Juan Ignacio Ocaña por la Narración y Dirección de documentales como Planeta Azul II (BBC, 2017); Mejor Ajuste/Adaptación para Cecilia Santiago por Adolescencia (Netflix, 2025); Mejor Traducción para Mario Pérez por Cónclave (Edward Berger, 2024) y Mejor Doblaje de Canciones para Miguel Antelo por la excelente versión de "Desafiar la gravedad" en Wicked (Jon M. Chou, 2024). Premio especial "Voz en el corazón" para Elías Rodríguez, habitual narrador en las antiguas películas de Walt Disney, y Premio Atril de Oro para Ricardo Solans, inolvidable doblador de actores como Al Pacino, Robert DeNiro y Sylvester Stallone. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Anatomía de un instante

Miniserie | Ficción, 4x45' | Movistar Plus+ |  

Creada por Alberto Rodríguez, Fran Araújo, Rafael Cobos sobre la novela de Javier Cercas

Dirigida por Alberto Rodríguez, Paco R. Baños

San Sebastián '25: Sesión Especial | Serielizados '25: Mejor Serie Española

Premios Forqué '25: Nominada Serie, Actor (Álvaro Morte)

Premios ASECAN '25: Nominada Serie, Dirección, Guión, Actor (Álvaro Morte)


Javier Cercas (1962, Cáceres) definía su novela Anatomía de un instante (2009, Ed. Random House) como "un ensayo en forma de crónica o una crónica en forma de ensayo", para describir el proceso seguido por la política española durante la Transición, tomando como punto de partida la imagen de tres personalidades que se mantuvieron firmes cuando se produjo el asalto al Congreso de los Diputados en 1981: el ex-falangista Adolfo Suárez, el comunista Santiago Carrillo y el militar Manuel Gutiérrez Mellado, a los que sitúa en el centro de la deriva hacia la democracia, incluso traicionando algunos de sus ideales originarios. En una de las escasas muestras de ficción política que se hacen en España, Anatomía de un instante (Movistar Plus+, 2025) se construye en cuatro episodios que obligan a concentrar notablemente las descripciones del libro, del que sigue su estructura, aunque incomprensiblemente no recoge los cinco capítulos en los que está dividido, de los que toma también sus títulos. En el libro de Javier Cercas se repiten algunas ideas que se colocan en la perspectiva personal de los personajes, como esa sensación de una conspiración constante alrededor de la figura de Adolfo Suárez, lo que en el traslado de las páginas a las imágenes se convierte en un uso repetitivo de la voz en off (Raúl Arévalo) que dirige al espectador, en el sentido positivo y negativo, por los entresijos de las reuniones políticas que encabezó Adolfo Suárez (Álvaro Morte) para eliminar el poder de los militares y reivindicar su deseo de convertirse en un presidente legitimado por las urnas. La voz en off es omnipresente, explica, corrige, muestra su punto de vista y hace comentarios entre diálogos para ofrecer un relato didáctico que parece claramente dirigido a los espectadores que desconocen buena parte de los acontecimientos. Javier Cercas hacía mención en su libro a una encuesta que concluía que una cuarta parte de los británicos creía que Winston Churchill era un personaje de ficción: "Recuerdo haberme preguntado cuántos españoles debían de pensar que Adolfo Suárez era un personaje de ficción, que el general Gutiérrez Mellado era un personaje de ficción, que Santiago Carrillo o el teniente coronel Tejero eran personajes de ficción". No iba mal encaminado, porque el propio Álvaro Morte ha comentado en algunas entrevistas que ni siquiera estudió la Transición española en su etapa educativa, lo que parece especialmente sorprendente. De aquellos polvos vienen estos lodos, y quizás por eso una serie como ésta resulta necesaria. Así que la voz en off no solo sirve para resumir y enlazar los acontecimientos convertidos en pequeños fragmentos, sino también para establecer un punto de vista sobre los personajes. Pero esto supone resumir tanto el relato que figuras como la de Manuel Gutiérrez Mellado (Manolo Solo) quedan desdibujadas, aunque se le dedique el episodio Un golpista frente al golpe (T1E3): por qué un militar que participó en el golpe franquista en 1936 se colocó en el lado de la democracia es algo que no se explica, más allá de la consideración de traidor que recibe por parte del estamento militar desde que forma parte del gobierno de Adolfo Suárez, con una personal inquina por parte de Jaime Milans del Bosch (Óscar de la Fuente), uno de los golpistas de 1981.  

Hay un permanente sentido lúdico en torno al juego político que se representa, no solo a partir del relato de un narrador que se revela al final como la voz de un joven periodista que representa a Javier Cercas, sino sobre todo a través de la presencia constante de la práctica deportiva, especialmente alrededor de Juan Carlos I (Miki Esparbé), al que se describe como una figura que se mantiene en equilibrio entre el poder militar y la transición a la democracia. Un partido de tenis o una clandestina partida de billar en Un falangista de provincias (T1E1) refuerzan esa idea del juego político, de los movimientos de piezas para conseguir mantenerse en la partida. Hay algunas elecciones musicales algo extrañas como "Livin' thing" (1976) de Electric Light Orchestra, y algunos paralelismos obvios como el de Adolfo Suárez con Julio Iglesias a través de la canción "Me olvidé de vivir" (1978), que debe estar de saldo porque también forma parte importante de la serie Yakarta (Movistar Plus+, 2025). Pero el mejor episodio es el que está dedicado a Santiago Carrillo (Eduard Fernández), Un revolucionario frente al golpe (T1E2), que describe el exilio del líder comunista y sus concesiones para conseguir que el partido fuera legalizado, frente a la rápida legalización del Partido Socialista. Igual que El hombre de las mil caras (2016), en el que colaboraron por primera vez Eduard Fernández y Alberto Rodríguez, el episodio está construido con ritmo y pulso dramático, y el encuentro entre Adolfo Suárez y Santiago Carrillo cuenta con una planificación que refuerza la delicada esencia de la negociación, la referencia a Paracuellos ("yo nunca di esa orden; di otras, esa no, jamás") o las condiciones para la legalización del PCE ("la monarquía, la unidad de la patria, la bandera bicolor"). El último episodio, Todos los golpes del golpe (T1E4), aunque lleva el título del cuarto capítulo de la novela, se distancia algo más de ella, centrándose en el fracaso del golpe de Estado y el juicio a los golpistas, para contar sus versiones desde sus propias voces, la del teniente coronel Antonio Tejero (David Lorente), la del teniente general Milán del Bosch (Óscar de la Fuente) y la del ex-secretario de la Casa del Rey, Alfonso Armada (Juanma Navas), mientras la voz del narrador les hace un juicio paralelo: "Era la primera vez que no mentía". La decisión más apropiada es que los actores no intenten adoptar las características de los personajes, sino hacer una interpretación de éstos, en el sentido más personal. Aunque Álvaro Morte lleva alguna prótesis, la gestualidad y la cadencia de la voz de Adolfo Suárez son incorporadas con naturalidad, mientras Eduard Fernández y Manolo Solo hacen sus propias versiones de sus personajes. Sobran algunos elementos añadidos, como el epílogo en el que Adolfo Suárez se encuentra con el rey: cuando se publicó la novela Suárez, Carrillo y Mellado estaban aún vivos. Ahora que se estrena la serie todos ellos han fallecido, Tejero con 92 años está gravemente enfermo y Juan Carlos I ha publicado unas memorias que no se las cree nadie. El libro de Javier Cercas es el que más unánimemente se ha considerado como el mejor relato sobre el 23-F que se ha escrito (no deja de ser significativo que se hayan publicado más libros sobre el golpe de 1981 escritos por periodistas que por historiadores). Anatomía de un instante quizás no sea la serie definitiva sobre el 23-F, pero al menos ocupa un espacio casi vacío dentro de las crónicas sobre la transición hacia la democracia que nunca han terminado de cuajar en el audiovisual español.

Silencio

Temporada 1 | Ficción, 3x25' | Movistar Plus+ |  

Escrita y dirigida por Eduardo Casanova

Locarno '25: Fuera de concurso 

Sitges '25: Sección Oficial Fantàstic


A partir de una propuesta de la asociación Apoyo Positivo, que desde 1993 se centra en la defensa de los derechos de personas afectadas por el VIH y su integración en la sociedad, la última obra de Eduardo Casanova (1991, Madrid) se sitúa entre la comedia esperpéntica y la reflexión social, producida sin apoyo de ninguna plataforma aunque impulsada por su selección en el prestigioso Festival de Locarno. Después ha competido en el Fantastic Festival en Estados Unidos y en el Festival de Sitges, y ha sido adquirida por Movistar Plus+ que ha decidido estrenarla el 1 de diciembre, Día Mundial del Sida, acorde con su estrategia de presentar sus proyectos en fechas significativas. La característica principal de Silencio (Movistar Plus+, 2025) es la libertad creativa que aporta un creador tan personal, aunque se pueden encontrar algunos elementos de puesta en escena que recuerdan a su anterior película, La Piedad (2022). El cine de Eduardo Casanova como director se mueve entre el desenfado queer de John Waters y la provocación de las películas de Gaspar Noé, incluso cuando sigue caminos tradicionales como el documental Al margen (2024). Ahora regresa a ese universo de fantasía y humor kitsch para presentar una historia en tres partes y en diferentes épocas que establece un paralelismo entre el vampirismo y la enfermedad, entre la peste y el sida, como una denuncia de la serofobia y un clamor en contra del silencio y de la marginalidad: "Tu enfermedad es indetectable, pero yo soy indetectable para la sociedad", dice Malva (Lucía Díez)) en el episodio Silencio (T1E3). El formato de la serie es prácticamente el de la duración de un largometraje, pero está contado en tres partes que se desarrollan en tres épocas diferentes, que comienza con un ejemplar del libro Nadie miraba hacia aquí. Un ensayo sobre arte y VIH/sida (2022, Ed. Continta me tienes), en el que Andrea Galaxina reflexionaba precisamente sobre la confluencia entre la pandemia del sida y el arte contemporáneo, en la medida en que éste se ha visto innegablemente influido por la última pandemia del siglo XX. Lilith (Mariola Fuentes) es la hermana mayor de una familia de vampiras que discuten en el siglo XIV, en plena pandemia de la peste negra, sobre el destino de la humanidad, reflexionando en torno a la disyuntiva de encontrar sangre humana sin contaminar o dejarse morir, como sugiere Verónica, frente a la negativa de sus hermanas Brianda (Leticia Dolera) y Ginebra (Carolina Rubio). Lilith sugiere que todas copulen con Felipe (Omar Ayuso), un joven que no está contaminado, para poder tener hijos sanos, pero Verónica está secretamente enamorada de él. La historia se repite siglos después, en 1989, en el que se desarrolla la segunda parte, Muera el amor (T1E2), en plena pandemia del sida, que contiene un número musical tan sorprendente y sangriento como refrescante, cuando Verónica es una anciana que recibe sangre sintética que consigue su hija Malva (Lucía Díez) en el mercado negro, ocultándole que está enamorada de Triana (María León), una yonqui a la que han diagnosticado VIH. Y finalmente Silencio (T1E3) se desarrolla en 2030 a través de una pareja que reflexiona sobre el ser humano y su relación con los vampiros, con una ligera referencia a la pandemia del Covid-19 y una escena de pasión amorosa subrayada por la canción "Piel de ángel" (1975) de Camilo Sesto, que habla de un amor prohibido que se ha interpretado como el reflejo de una relación homosexual, dentro de su disco Amor libre (1975, Sony Music).

Algunas de las constantes del lenguaje cinematográfico de Eduardo Casanova están en esta serie que utiliza con inteligencia los recursos modestos para crear sin embargo una puesta en escena cuidada y un maquillaje efectivo dentro de la estética kitsch de la historia, que hace uso de los elementos de los relatos clásicos de vampirismo, con escenarios góticos pero absorbidos por colores llamativos y vestuario de estilo barroco, muy inspirado por películas como Drácula de Bram Stoker (Francis Coppola, 1992), especialmente en ese contraste entre el blanco de las túnicas de las vampiras y el rojo de la sangre de sus víctimas. Pero la estética recargada de la historia, con primeros planos de besos sangrientos, chutes de heroína y cunilingus menstrual, es solo el trasfondo de una serie que habla desde una posición de fortaleza queer, en la que el universo vampírico permite hacer preguntas sobre la vida eterna en clandestinidad o el riesgo de una existencia más breve pero con libertad. Y sobre todo en torno a los silencios que provoca la permanencia de las supersticiones: después de siglos de existencia, las vampiras no tienen claro si es cierto que la exposición al sol las destruye o se trata solo de una leyenda que proviene de la mitología clásica vampírica. Precisamente, las narrativas que surgen alrededor del VIH han desaparecido de las historias que se cuentan en la actualidad, excepto cuando éstas hacen referencia a la pandemia de los años ochenta, como en las series Pose (Disney+, 2018-2021), Compañeros de ruta (SkyShowtime, 2023) o Las máscaras de oxígeno no caerán automáticamente (HBO Max, 2025). Pero la existencia de la serofobia pasa por la mordaza del silencio y por la ausencia del VIH, como si hubiera dejado de existir, representada en la serie por una manifestante a la que cosen los labios (María José Fuster). La marginalidad no solo está provocada por el miedo o la desconfianza, sino sobre todo por la negación de su existencia, lo que provoca el desconocimiento y las víctimas colaterales, temas centrales de una serie en la que destaca la música de Joan Vilà (1987, Barcelona), compositor de bandas sonoras para películas como Y todos arderán (David Hebrero, 2023). En su tono tragicómico, Silencio es una apuesta por la visibilidad y la necesidad de aprovechar nuestro tiempo, porque incluso los seres eternos como los vampiros acaban teniendo remordimientos. Con una segunda temporada ya escrita según ha afirmado Eduardo Casanova, aunque sin confirmar su continuidad, al menos hasta que termine de dirigir su próxima película, El gran cabrón (2026), la serie ha sido producida por Gamera Studios, una productora independiente fundada por Javi Prada que ha estrenado películas como Os reviento (Kike Narcea, 2023). 

El cuco de cristal

Miniserie | Ficción, 6x45' | Netflix |  

Creada por Jesús Mesas Silva, Javier Andrés Roig sobre la novela de Javier Castillo

Dirigida por Laura Alvea, Juan Miguel del Castillo


Una de las mejores decisiones que se han tomado en la adaptación de las novelas de Javier Castillo (1987, Málaga) ha sido la de trasladar la acción de sus historias a España, alejándose de su tendencia a situarlas en Estados Unidos, en un intento de hacerlas más anglosajonas. Si La chica de nieve (2020, Ed. Suma de Letras) y su continuación El juego del alma (2021, Ed. Suma de Letras) se desarrollaban en Nueva York, las respectivas traslaciones a la pantalla cambiaron el escenario a Málaga. Y así La chica de nieve (Netflix, 2023) y La chica de nieve 2: El juego del alma (Netflix, 2025) al menos aportaban una idiosincrasia más coherente con las historias que contaban. En el caso de El cuco de cristal (2023, Ed. Suma de Letras), se sitúa inicialmente también en Nueva York, desde donde se traslada a la pequeña ciudad de Steelville (Misuri) de una forma tan caprichosa como el recurso del trasplante de corazón y la necesidad de conocer al donante, que en realidad solo funciona como una justificación para partir del habitual escenario de un personaje externo dentro de una comunidad desconocida que está marcada por secretos y desapariciones. En este caso, el guión escrito de nuevo por Jesús Mesas Silva y Javier Andrés Roig, traslada la acción al valle de Ambroz y la localidad de Hervás, en la provincia de Cáceres, lo que proporciona un escenario natural espectacular y podríamos decir que mucho más adecuado para este thriller de narrativa enrevesada. Como se indica al final de cada episodio, el Valle de Ambroz fue una las de zonas más afectadas por los incendios del pasado mes de agosto que arrasaron unas 25.000 hectáreas en Extremadura, de manera que algunos de los bosques que aparecen en la serie solo son cenizas en la actualidad. Hace tan solo unos días se solicitaban voluntarios para limpiar el cenipote, como se ha llamado a la acumulación de cenizas que se ha trasladado a los ríos, afectando gravemente al ecosistema. El cuco de cristal (Netflix, 2025), hace referencia a esta especie de aves que depositan sus huevos en los nidos de otras para que sean criados por otras hembras, en una estrategia reproductiva parasitaria. Clara Merlo (Catalina Sopelana) es una estudiante de medicina que recibe el corazón de Carlos (Roque Ruiz), y siente la necesidad de conocer la vida de su donante. Después de contactar con su madre, Marta (Itziar Ituño) decide trasladarse a la localidad de Hervás el mismo día que la familia va a depositar las cenizas de Carlos en el bosque, junto al hermano de éste, Juan (Alfons Nieto), que es Guardia Civil y tiene como compañero a Rafael (Iván Massagué), amigo personal de su padre Miguel Ferrer (Alex García), uno de los desaparecidos en la zona hace años. La acción mezcla dos líneas temporales que se desarrollan en la actualidad y en 2004, para relatar cuáles fueron las circunstancias que rodearon a la desaparición de Miguel, pero también se traslada más atrás, hasta 1979, en el Episodio 5 (T1E5). Esta estructura narrativa está heredada de la que tenía el libro, pero al menos la adaptación intenta eliminar buena parte de la trama enrevesada de la historia escrita por Javier Castillo, que transcurre en tres líneas temporales. E incluso elimina personajes como la madre de la protagonista, en parte sustituida por una amiga, que despejan la historia de las subtramas innecesarias que suelen inundar las novelas del autor malagueño.  

Pero El cuco de cristal no puede evitar la convencionalidad de su estructura y su tono de thriller recurrente que cae en algunos lugares comunes de este tipo de producciones. Hay una estética plana característica de las series de Netflix, cortadas por un mismo patrón de recursos visuales que son demasiado similares, un abuso de la puesta en escena redundante y de las tomas aéreas, narrativa fragmentada, ocultación de la información para mantener el suspense e incluso la utilización de diferentes puntos de vista, como en el Episodio 5 (T1E5), que cuenta parte de la historia ya narrada desde la perspectiva de otro personaje. Pero, a pesar de que hubiera podido ser simplemente un thriller convencional, hay algunos aspectos que la sitúan por debajo de esa condición. Al margen de ser el catalizador de la historia, en realidad el trasplante de corazón o la enfermedad de Carlos no tienen demasiada relevancia dentro de la trama, lo que les deja finalmente como simples recursos convenientes que no aportan nada relevante a la historia principal. La sustitución de la madre de la protagonista por su amiga tampoco resulta demasiado importante, más allá de establecer una conexión con el exterior, que sin embargo nunca se aprovecha para desarrollar algo más allá que la necesidad de que Clara exprese sus reflexiones, como si en realidad le estuviera hablando al espectador. La sobreexplicación a través de los diálogos perjudica a la historia, pero está en consonancia con la sensación de que los guionistas parecen pensar que necesitan subrayar algunos aspectos para que la audiencia que no presta atención o es demasiado torpe reciba el mensaje (también la sobreexposición de las fechas en las que se desarrollan los saltos temporales). Y el desenlace, que se distancia del que se describe en la novela, acaba siendo absolutamente perezoso, una especie de sucesión de casualidades que son más decepcionantes de lo que se podría esperar. También habría que pedirle a los directores de reparto españoles, en esta ocasión Patricia Álvarez de Miranda y Ana Sáinz-Trápaga, que no caigan en la tentación de elegir a los mismos actores para un determinado perfil de personajes si la intención es que la revelación final no sea previsible. Pendiente todavía la adaptación de La grieta del silencio (2024, Ed. Suma de Letras), tercera entrega de La Chica de nieve, Javier Castillo ha publicado este año El susurro del fuego (2025, Ed. Suma de Letras), que no sabemos si entrará dentro del compromiso con Netflix. El cuco de cristal está producida, como las anteriores, por Atípica Films, productora fundada en 2009 por Cristina Sutherland y José Antonio Félez (1953-2025, Madrid), productor de referencia en el cine español independiente, quien dio las primeras oportunidades a directores como Alberto Rodríguez. Ganador del Goya por El faro del sur (Eduardo Mignogna, 1998), El bola (Achero Mañas, 2000), La fuga (Eduardo Mignogna, 2001) y La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), José Antonio Félez falleció el pasado mes de septiembre. 

Dime tu nombre

Temporada 1 | Ficción, 6x50' | Prime |  

Creada por César de Nicolás, Alejandro Hernández, Hugo Stuven

Dirigida por Hugo Stuven

La última incursión de la plataforma de Amazon en el género de terror, después de series como Romancero (Prime, 2023) y películas como Apocalipsis Z (Carles Torrens, 2024) se adentra directamente en el subgénero de las posesiones y los demonios, introduciendo una variante en torno a la convivencia entre religiones y una mirada social que a veces se queda en algo puramente anecdótico, aunque algunas de las problemáticas del ficticio pueblo de Río Blanco se puedan reflejar en los acontecimientos recientes de Torre-Pacheco. La historia de Dime tu nombre (Prime, 2025) se sitúa en 1997, aunque realmente no se refleja demasiado en la puesta en escena, cuando en esta pequeña localidad se acepta que los temporeros marroquíes se instalen en la antigua aldea abandonada de Fuensanta. Algunos defienden la convivencia, como Sonia (Michelle Jenner), responsable de una ONG que apuesta por la integración y la reconstrucción de Fuensanta como un lugar de residencia para los trabajadores marroquíes, o el padre Ángel (Darío Grandinetti), el cura de Río Blanco de origen argentino que tiene un pasado complejo. Mientras otros como el empresario Rober (Raúl Arévalo), que trapichea con algunos marroquíes para comerciar con droga, o Carmen (Elena Rivera), que ha vivido una infancia traumática, encabezan la confrontación con los temporeros en un lugar que está rodeado de misterio. Rober es la ex-pareja de Sonia, de manera que su enfrentamiento es también una cuestión personal. Entre estas dos fuerzas locales que se contraponen, el imán Safir (Younes Bouab), se enfrenta a algo más antiguo que la religión: un mal que se esconde en los pasajes subterráneos de Fuensanta y que acaba atrapando a un niño. La serie se adentra en el terror de posesiones pero introduciendo el concepto del djinn, los demonios o genios que en la cultura árabe representan a fuerzas sobrenaturales que pueden ser positivas o negativas, pero que en este caso se utilizan como reflejo del mal. En la cultura islámica los djinn pueden adoptar formas humanas y convivir, incluso tener hijos, pero también tienen la capacidad de poseer a otros seres humanos y solo pueden ser extraídos a partir de un rito de exorcismo. De alguna manera, la serie simplifica su presencia bajo el concepto básico de fuerza demoníaca, pero al menos introduce una mirada diferente dentro del género de terror español. El polifacético director Hugo Stuven (1978, Madrid), que lo mismo dirige una película de supervivencia como Solo (2018) que documentales sobre ETA o Ángel Nieto, ha realizado también algunas incursiones en el género de terror con Anomalous (2016) o su próximo proyecto, el largometraje The nest (2026), también protagonizado por Michelle Jenner. Desde el punto de vista visual, maneja con soltura los resortes del género, aunque tiene cierta tendencia al efectismo y a los planos abiertos y las panorámicas aéreas que tratan de dar cierta trascendencia a la historia, pero alejan al espectador de una perspectiva más íntima alrededor de los personajes, lo que en determinados momentos puede contribuir a cierto distanciamiento emocional. 

Puede transmitir confianza la presencia entre los guionistas de Alejandro Hernández (1970, Cuba), un veterano escritor que ha colaborado con Alejandro Amenábar en películas como Mientras dure la guerra (2019) y El cautivo (2025), y su serie La Fortuna (Movistar Plus+, 2021), ganador del Goya por Todas las mujeres (Mariano Barroso, 2013) y responsable de series como La línea invisible (Movistar Plus+, 2020) y Los Farad (Prime, 2023-). Pero precisamente es el desarrollo de una historia que tiene en sus primeros episodios un tejido interesante como reflexión sobre la esencia del mal al margen de las creencias religiosas, lo que termina desvirtuando la propuesta inicial hacia una línea narrativa demasiado convencional. Hay personajes desdibujados como Rober que parece dar un impulso al planteamiento social en la primera parte pero al mismo tiempo parece estorbar cuando la historia se adentra directamente en el terreno sobrenatural, mientras que la profundidad que se pretende dar a Yousef, interpretado por el actor franco-marroquí Younes Bouab, al que hemos visto en el interesante thriller canadiense L'indétectable (ICI Tou.tv, 2025), se siente menos relevante de lo que se muestra al principio. Aunque se esté abordando el terror desde la presencia de un djinn, el enfoque de la historia se acaba centrando casi exclusivamente en la parte católica, con el padre Ángel tomando protagonismo. A pesar de sus seis episodios, Dime tu nombre da la impresión de ser más larga de lo que es, porque se detiene demasiado en tratar de explicar a los personajes, dedicando cada episodio a uno de los principales, pero al mismo tiempo dilatando el desarrollo de la historia principal y retrasando las revelaciones. Esta estructura puede ser coherente en otros casos, pero aquí da la impresión de estar interrumpiendo constantemente el desarrollo de la trama central, a la que se la intenta dotar de una tensión y un suspense que se pierde entre los trasfondos que se construyen a su alrededor. Dime tu nombre es una peculiar coproducción entre la productora española ESPotlight Media, fundada por el abogado Anxo Rodríguez en 2020 en colaboración con la productora norteamericana Legendary, en esta ocasión contando con la participación de Skybound Entertainment, la productora de toda la franquicia de The walking dead (AMC+, 2010-2022). La serie también está acompañada por la publicación de la novela gráfica Dime tu nombre (2025, Ed. Moztros), primera edición original de la editorial barcelonesa especializada en cómics, que no es una adaptación, sino que introduce una nueva trama que se desarrolla en 2025, pero está conectada tanto con la historia de 1997 como con sucesos ocurridos en Fuensanta en 1595. 

La casa nostra

Temporada 1 | Ficción, 14x30' | 3Cat |  

Creada por Dani de la Orden, Eduard Sola

Escrita por Dani de la Orden, Eduard Sola, Dani Amor, Oriol Pérez, Marta-Libertad Castillo

Dirigida por Dani de la Orden, Oriol Pérez

Versión original en catalán con subtítulos en castellano


La comedia se ha convertido en la tabla de salvación de esta temporada en la producción de series españolas, y en el recurso más recurrente para las televisiones autonómicas. Lo que no parecía tan claro es que 3Cat iba a recuperar el formato de la sitcom rodada con público veintiséis años después del estreno del primer episodio de la exitosa Plats bruts (3Cat, 1999-2002) y diecisiete años después de 13 anys... i un dia (3Cat, 2008-2009). Para ello ha reunido a dos de los guionistas más reconocidos en el terreno de la comedia, Dani de la Orden (1989, Barcelona), responsable de la película Casa en llamas (2024) y la reciente comedia romántica A muerte (atresplayer, 2025), y Eduard Sola (1989, Barcelona), que el año pasado estaba en todo y en todos los premios: ganador del Goya al Mejor Guión por Casa en llamas y co-guionista de Mamen Mayo (SkyShowtime, 2024) y Querer (Movistar Plus+, 2024), reunidos junto a Oriol Pérez, habitual colaborador de Dani de la Orden. La particularidad en este caso es que La casa nostra (3Cat, 2025-), de la que ya se está rodando una segunda temporada, se ha estrenado directamente en la plataforma de streaming sin pasar por la emisión lineal, una decisión que refleja el enfoque de los nuevos tiempos (España es junto a Polonia el único país de Europa donde se consume más streaming que televisión lineal), lo que también afecta al propio concepto de la serie: tramas menos arriesgadas, con un humor más blanco, personajes más empáticos y en general una tendencia a querer ser más asequible para todo tipo de público, lo que provoca que resulte más inofensiva que Plats bruts, en la que se refleja notablemente, pero al mismo tiempo menos incisiva y moderna. La historia recoge el clásico punto de partida de dos amigos que comparten piso, Miqui (Marc Rius) y Èric (Adrian Grösser), aunque en este caso no se centra en el problema de la vivienda como la segunda temporada de Poquita Fe (Movistar Plus+, 2023-). En realidad, el apartamento es un lujo: tres habitaciones, dos aseos y un alquiler de otros tiempos en el Eixample de Barcelona, una herencia de los padres separados de Miqui. Pero todo cambia cuando precisamente sus padres, Pilar (Llum Barrera) y Josep (Albert Ribalta), se les endosan en el piso para vivir con ellos. También están la vecina Berta (Paula Malia), un terremoto de labia y conocimiento, y la dueña del bar de abajo, Candela (Betsy Túrnez), que se convierte en el segundo lugar más transitado por los protagonistas. Las referencias a sitcoms norteamericanas también son evidentes, desde Friends (HBO Max, 1994-2004) hasta The Big Bang Theory (HBO Max, 2007-2019), aunque los diálogos hacen comentarios de humor interno algo obvios como: "En TV3 ya no se hacen series como las de antes" o "el amor es como las series: cuando se acaba pones otra... o vuelves a poner Plats bruts". También hay una trama protagonizada por un productor de TV3 en los episodios finales, para seguir haciendo chistes metanarrativos. 

Como toda sitcom, La casa nostra se va engrasando conforme avanza la temporada, y hay algún momento en el que la comedia encuentra mayor conexión con los espectadores que asisten en directo. Desde el episodio Nuestra magia (T1E7), los espectadores que asistían a la grabación del programa ya habían visto los primeros episodios, de manera que hay un mayor conocimiento de los personajes, lo que beneficia a la interacción con las situaciones cómicas, aunque sean tan de manual que a veces ni siquiera son demasiado graciosas, como la típica trama de la madre fingiendo que está enferma para ahuyentar a una novia de Èric con la que nunca había cortado, en Nuestras acciones (T1E11). La casa nostra no siempre hace gracia y a veces se le van algunas situaciones de las manos, cuando quiere ser algo más absurda, como en la trama del salón bursátil en Nuestras acciones (T1E11) o la introducción de un asesino a sueldo en Nuestro foie (T1E9). Como es habitual, actores invitados incorporan personajes en diferentes episodios, como Jordi Vilches, Silvia Abril, Álex Casanovas o Judit Martín, y hay algunas referencias a temas como os precios del alquiler, los pisos turísticos o lo difícil que resulta encontrar aparcamiento en Barcelona, que introducen algunas preocupaciones actuales que tampoco son tan locales. Los actores consiguen mantener el equilibrio de tono dentro de personajes que están definidos con rasgos superficiales, aunque la serie parezca a veces rozar el sarcasmo y otras acomodarse en las siempres recurrentes tramas de amores y desamores, parejas y ex-parejas, que mantienen la comedia en un ámbito complaciente. A guionistas como Dani de la Orden o Eduard Sola se les podría exigir una mayor finura en el desarrollo de tramas que fueran menos convencionales y réplicas más ingeniosas de lo que se puede encontrar en la serie. O al menos ser más arriesgados en la composición de unos personajes que son bastante menos necios que los de Plats bruts, en este empeño de la comedia actual por pretender que los espectadores empaticen con los protagonistas desde el primer minuto. A pesar de algunos diálogos precipitados, ciertas dinámicas funcionan bien, demostrando sobre todo las tablas de actrices como Llum Barrera y Betsy Túrnez, que consigue manejar con naturalidad algunas de las tramas más absurdas (el espacio del bar es el recurso para componer las reuniones más descabelladas). Y la introducción del humor negro en los dos episodios finales, Nuestro velatorio (T1E13-14) parece un recurso demasiado fácil para jugar con el enredo protagonizado por un muerto, que lejos de ser un homenaje a las comedias clásicas, funciona como un elemento de sitcom de manual. Al final La casa nostra termina siendo una comedia solvente, que provoca menos carcajadas que sonrisas, y que evita cualquier riesgo para resultar efectiva. 

Entrepreneurs

Temporada 1 | Ficción, 10x30' | Disney+ |  

Creada por Roberto Bodegas, Alberto Casado

Dirigida por Álex de la Iglesia, Rodrigo Ruiz-Gallardón, Adolfo Domínguez


Hay dos conceptos en el género de la comedia que esta serie tiene dificultades para conseguir: por un lado, debe provocar la risa o al menos la sonrisa; por otro lado, lo que funciona en videos de YouTube no tiene porqué funcionar igualmente en un formato mucho más complejo. Roberto Bodegas (1982, La Coruña) y Alberto Casado (1983, Madrid), guionista de programas como Sé lo que hicísteis la última semana (La Sexta, 2006-2011), crearon un concepto de sketches cómicos que se hicieron muy populares bajo el nombre de Pantomima Full. Y ahora se embarcan en su primera serie pero manteniendo un tipo de propuesta narrativa que no se diferencia demasiado de sus videos para redes sociales. Claramente influidos por The Office (BBC, 2001-2003) o al menos se detectan algunos de sus lugares comunes, Entrepreneurs (Disney+, 2025) traslada el subgénero del workplace series al estilo humorístico de sus creadores, lo que no termina de funcionar, porque se sostiene en una estructura de personajes que no es lo suficientemente sólida. La serie parte de una idea que es muy Pantomima Full: la de ridiculizar el postureo de los gurús de palabras vacías y los recursos de anglicismos para parecer más profesionales, a través de dos protagonistas inútiles: Gonzalo (Roberto Bodegas) es el hijo de un exitoso empresario, Bosco (Gonzalo de Castro), incapaz de conseguir que sus negocios funcionen, no porque estén basados en ideas peregrinas, sino porque es tan desprendido dentro de su seguridad económica que no sabe medir los riesgos de sus inversiones. Así que Bosco decide utilizar a su talentosa hija Julia (Aura Garrido), que viene de estudiar otro Master en el extranjero, para que controle a su hermano y consiga que, por una vez, un negocio suyo salga bien. En este caso, se trata de una oficina de coworking llamada No Comfort Zone en la que conviven diferentes profesionales con aspiraciones a ser entrepreneurs. Mientras que Jacobo (Alberto Casado) es un gurú del emprendimiento, como se define a sí mismo, pero en realidad se trata de un vendehumos que utiliza palabras vacías y plagia discursos de Steve Jobs, que él piensa que no conoce nadie, para crear sus propias charlas motivacionales. Inspirados precisamente en algunos de los videos cómicos que han publicado, Roberto Bodegas y Alberto Casado desarrollan los personajes principales a través de ideas sencillas que, sin embargo, acaban haciéndose repetitivas, sobre todo en el caso de Jacobo, ya sea tratando de difundir sus mensajes a un público más amplio en Pódcast (T1E4) o intentando alcanzar esa idea clave que se le viene a la cabeza, según él, cada dos años, en Idea revolucionaria (T1E9). Pero el principal problema es que este tipo de comedias que son en cierto modo corales, necesitan personajes secundarios que también desarrollen tramas interesantes, y es ahí donde buena parte de los aciertos de la serie se difuminan. 

Porque las subtramas que se introducen alrededor de los coworkers resultan, cuanto menos, poco efectivas: las dudas que tiene Cris (Victoria Martín) sobre su identidad sexual cuando conoce a Alex (Luna Zuazu), una emprendedora que acaba de llegar de Berlín, o la subtrama del diagnóstico de Pep (Aníbal Gómez) en Coaching (T1E7), que trata de hacer un comentario sobre el éxito basado en la fatalidad, no terminan de encontrar su espacio. Hay un desequilibrio también entre los actores profesionales y los amateurs, con la presencia de músicos como Luna Zuazu o modelos como Judith Fernández, o los propios comediantes Roberto Bodegas y Alberto Casado, que no se equilibran bien con actores como Luis Bermejo, que interpreta a Luis, un aburrido agente inmobiliario, o Kimberley Tell, que este mes estrena su papel protagonista en Ena. La reina Victoria Eugenia (RTVE, 2023), incorporando aquí a Gala, una artista algo repetitiva en su temática que acaba descubriendo sus capacidades como influencer en Bloqueo creativo (T1E8). Nacida como una propuesta de la productora Pokeepsie Films, fundada en 2014 por el matrimonio formado por Álex de la Iglesia y Carolina Bang, que desde 2022 está participada por Banijay Iberia, filial de la multinacional francesa Banijay, Entrepreneurs se beneficia de la participación de directores lo suficientemente solventes como para evitar la simple reproducción de sketches cómicos. El propio Álex de la Iglesia, seguidor de Pantomima Full, se encarga de los tres primeros episodios, mientras que Roberto Ruiz-Gallardón, habitual director de la productora, asume los cuatro episodios centrales y Adolfo Martínez firma los tres últimos. Esto permite mantener una coherencia formal y aportar cierta profundidad a la puesta en escena, aunque se desarrolle principalmente en el interior de No Comfort Zone (la serie se rodó en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), en el barrio de Chueca). Curiosamente, este año ha habido otro acercamiento en tono irónico a la fauna que puebla las oficinas de coworking, en algunos episodios de la comedia catalana Vintage (3Cat, 2024-), que incluso resulta mucho más incisivo que lo que se plantea en esta historia. Porque Entrepreneurs quiere ser una mezcla entre el estilo desenfadado y un poco de colegueo que tiene Pantomima Full, con una comedia de personajes que puede recoger la esencia de clásicas comedias de oficina como Silicon Valley (HBO Max, 2014-2019), pero nunca se atreve a ir más allá en la excentricidad de sus personajes, quedándose en un acomodaticio término medio que camina en círculos alrededor de las mismas bromas. 

Nails

Temporada 1 | Ficción, 8x30' | SkyShowtime |  

Creada por Araceli Álvarez Sotomayor

Dirigida por Araceli Álvarez Sotomayor


La guionista malagueña Araceli Álvarez de Sotomayor se ha convertido este año en la parte más visible de ese tipo de comedias que posiblemente no consigan importantes premios, pero han alcanzado una gran popularidad. Después de una carrera como abogada en Marbella, a los 34 años se plantó en la escuela de Cristina Rota en Madrid para ser actriz, muy por encima de la edad de los habituales aspirantes a actores, pero su admiración por los hermanos Caballero, su amistad con Fernando Tejero y algo de suerte la acabaron llevando hasta la mesa de guiones de La que se avecina (Prime, 2007-), en la que trabajó desde la temporada 6 hasta la 13. Después llegaron otras colaboraciones con la productora Contubernio en El pueblo (Prime, 209-2023), Machos Alfa (Netflix, 2022-) y Muertos S.L. (Netflix, 2024-2026), hasta que decidió llevar a cabo sus proyectos en solitario y este año está relacionada con dos de las comedias más exitosas de la temporada: Sin gluten (RTVE Play, 2025), récord de audiencia en las emisiones lineales en TVE, de la que es co-creadora y guionista, y Animal (Netflix, 2025-), en la que ha ejercido como Jefa de Guiones. Pero su proyecto más personal ha sido Nails (SkyShowtime, 2025), en el que por primera vez ha conseguido tener el control completo, no solo como creadora y guionista sino también como directora, algo que en la industria audiovisual española no suele ser habitual cuando se trata de profesionales mujeres. El reciente informe "Las mujeres en el sector cinematográfico del largometraje español 2023" confeccionado por CIMA, que solo incluye la industria cinematográfica donde hay una menor brecha de género gracias a las obligaciones que imponen las solicitudes de ayudas públicas, ha detectado sin embargo que solo el 27% de las películas españolas estrenadas en plataformas durante 2023 estaban dirigidas por mujeres, frente al 73% de largometrajes dirigidos por hombres. Este proyecto nació como una propuesta que Araceli Álvarez de Sotomayor presentó a Contubernio, pero que no quisieron producir porque, según afirmaba ella misma en una entrevista, "me dijeron que había muchas series de mujeres" (El País, 22/10/2025). Pero finalmente ha conseguido desarrollarla como un Original de SkyShowtime, al que le suelen funcionar mejor las comedias que los dramas. En cierta manera, Nails se puede mirar como un reflejo cóncavo de Machos Alfa: si aquélla habla de una machoesfera que trata de adaptarse a las transformaciones dentro de una sociedad más igualitaria, pero tratando con ironía también las nuevas sensibilidades, en el caso de ésta se trata de cuatro mujeres que deciden renunciar al aparente rol de la supermujer que es capaz de compaginar su carrera profesional con su papel como madre y esposa, para adoptar directamente el rol de ama de casa. La iniciativa la lleva adelante Lina (Cristina Castaño), una ejecutiva que embarca en este proyecto a otras tres mujeres con las que suele coincidir en las sesiones de manicura, pero que pertenecen a entornos sociales diferentes: Marilís (Teresa Cuesta), Irene (Gracia Olayo) y Vanessa (Marimar Vega). 

En los últimos años, en paralelo con el crecimiento de las tendencias conservadoras, especialmente en los sectores más jóvenes de la sociedad, se ha producido también una tendencia denominada tradewives, en la que un determinado perfil de mujeres han tomado la decisión de volver a adoptar el papel de ama de casa tradicional, que se ocupa de las labores del hogar y el cuidado de los hijos en una pareja en la que es el marido el que sostiene económicamente el núcleo familiar. Muchas de ellas no son conscientes de que esta es una tendencia nacida desde ideologías supremacistas en Estados Unidos, como indicaba un artículo publicado en The Guardian sobre "el lado oscuro de las esposas tradicionales". Pero a pesar de ello, Araceli Álvarez de Sotomayor ha comentado que ella no intenta hacer política ni escribir una historia feminista, sino simplemente hablar de la libertad de la mujeres para tomar las decisiones que consideren más apropiadas con la forma de vida que desean. Este es uno de los elementos interesantes de una serie que plantea cómo este regreso al hogar acaba provocando más distorsiones en su relación con sus parejas (y sus hijos) que cualquier otra decisión, lo que indica también una cierta actitud acomodaticia en una sociedad que se ha acostumbrado a prescindir de las mujeres en los entornos familiares. Pero si bien la serie plantea algunas de estas cuestiones con habilidad, mantiene demasiado en un perfil caricaturesco a los personajes masculinos: Thiago (Fernando Tejero), Íñigo (Javier Antón), Arturo (Juanjo Cucalón) y Richi (Raúl Mérida). Si en Machos Alfa había una construcción de personajes femeninos demasiado simples, en Nails ocurre algo parecido, pero con los secundarios masculinos, como si las protagonistas necesitaran apoyarse en parejas idiotas para reivindicar sus propias personalidades. Pero la serie tiene problemas en otros aspectos más relevantes, especialmente en el terreno del entretenimiento y del humor, que no funciona adecuadamente, introduciendo tramas ridículas sobre relaciones de pareja que parecen sacadas de repeticiones de La que se avecina. Con una clara vocación de traspasar fronteras hasta el mercado latinoamericano, con la participación de la productora mexicana Telemundo y la actriz Marimar Vega, parece haber un intento de ser tan universal en el sentido del humor que acaba siendo impersonal. Nails es una comedia fallida porque no hace gracia, y porque sus protagonistas tampoco consiguen transmitir demasiada empatía: es difícil identificarse con personajes como Lina. Pero sobre todo porque, a pesar de que plantea una revolución femenina que se encuentra alejada de las propuestas feministas, termina resolviendo que la solución es, precisamente, abandonar el hogar y montar un negocio propio, lo que acaba resultando contradictorio con los planteamientos iniciales. Nails es la tercera serie producida en España por SkyShowtime como Original, después de Mamen Mayo (SyShowtime, 2024) y Matices (SkyShowtime, 2025), porque las otras provenían de acuerdos anteriores o eran adquisiciones. Está producida por Federation Spain, que es la filial de la multinacional francesa Federation Studios, y coproducida por Telemundo, que desde el año pasado está dirigido por el español Javier Pons. 


Silencio se estrena en Movistar Plus+ el 1 de diciembre. 
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Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):

Sirât y Os reviento se pueden ver en Movistar Plus+.
La Piedad, Drácula de Bram Stoker y Solo se pueden ver en Netflix.
Al margen se puede ver en Filmin. 
El bola se puede ver en FlixOlé y Movistar Plus+.
La isla mínima se puede ver en HBO Max, Prime y SkyShowtime. 
Apocalipsis Z se puede ver en Prime. 
Mientras dure la guerra se puede ver en Movistar Plus+ y Tivify.
Casa en llamas se puede ver en 3Cat y Netflix.