13 enero, 2017

¿Influyen este año los Globos de Oro más que nunca en los Oscar?

Desde hace años se ha dicho que los Globos de Oro son la antesala de los Oscar. De hecho, a lo largo de la historia en dos de cada tres ceremonias de los premios que entrega la crítica extranjera en Hollywood las películas galardonadas han sido las mismas que finalmente se han llevado el Oscar. Claro que, si tenemos en cuenta que los Globos de Oro tienen categorías distintas para Comedia o Musical y Película Dramática, la coincidencia es menos reveladora de lo que pudiera parecer. Aunque en las últimas ediciones el porcentaje ha bajado considerablemente, y el perfil de los que eligen uno y otro premio no puede ser más diferente: La Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood que otorga los Globos de Oro cada año, está formada por cerca de 90 periodistas extranjeros, con solo tres españoles: Rocío Ayuso, corresponsal de El País, Gabriel Lerman, corresponsal de La Vanguardia y Paz Mata, corresponsal de El Periódico. Por su parte, la Academia de Hollywood la conforman más de 6.000 profesionales del cine a lo largo y ancho del mundo. 

Sin embargo, este año se han dado dos circunstancias inéditas en los Globos de Oro que podrían definir más claramente a la ganadora del Oscar: Por un lado, La ciudad de las estrellas (Damien Chazelle, 2016) ha conseguido el récord de premios que nunca se ha llevado otra película en los Golden Globes. En total, ocho galardones que la sitúan como el film más premiado hasta el momento.  

Por otro lado, el hecho insólito de que la Academia de Hollywood haya decidido, por primera vez en su historia, ampliar el plazo de votaciones para sus nominaciones hasta el mes de enero, de forma que los Globos de Oro se han entregado cinco días antes que se cierren las votaciones para los académicos de Hollywood (la fecha límite es precisamente hoy, viernes 13 de enero). Nunca antes se había producido esta circunstancia, y nunca antes los Globos de Oro habían tenido la capacidad de influir, no ya en los premiados, sino también en los nominados.

¿Esto puede influir positiva o negativamente en las películas premiadas? En el caso de los filmes favoritos, puede ser positivo en cuanto a sus posibilidades de nominaciones. Es así para las grandes triunfadoras de la ceremonia de los Globos de Oro: la mencionada La ciudad de las estrellas, ganadora en la categoría de Comedia o Musical, y la otra vencedora, Moonlight (Barry Jenkins, 2016), como Mejor Película Dramática. Y también pueden serlo para algunos de los nombres sorpresa de esta edición de los Globos de Oro como el actor Aaron Taylor-Johnson, que consiguió el galardón como Mejor Secundario por su buen trabajo en Animales nocturnos (Tom Ford, 2016), y que hasta el momento no aparecía en las quinielas de cara a los Oscar, por lo que su nominación podría darle posibilidades inéditas hasta la fecha, frente al que hasta el momento sonaba como favorito, el actor afroamericano Mahershala Ali, intérprete en Moonlight.

En la parte negativa, los Globos de Oro han confirmado las pocas posibilidades que pueden tener en los Oscar títulos que, en otras circunstancias, podrían haber sido favoritos, pero que este año están siendo fagocitados por la pugna entre La ciudad de las estrellas, Moonlight y, en menor medida, La llegada (Denis Villeneuve, 2016), que solo tuvo dos nominaciones a los Globos de Oro pero que ha logrado ocho nominaciones para los BAFTA. Hablamos de películas como Silencio (Martin Scorsese, 2016), Hasta el último hombre (Mel Gibson, 2016) o Jackie (Pablo Larraín, 2016), e incluso de Fences (Denzel Washington, 2016), que parecen ir desinflándose a medida que se van dando a conocer premios y nominaciones.

Lo más curioso será ver si los Globos de Oro terminan influyendo en un caso insólito y llamativo. El de la controvertida película francesa Elle (Paul Verhoeven, 2016), que se ha alzado con el Globo de Oro a Mejor Película Extranjera y el de Mejor Actriz Dramática para Isabelle Huppert. Como ya comentamos en un post anterior, numerosos académicos se han negado a verla debido a la escena de violación con la que comienza, y a esa especie de huella de justificación de la violencia machista que algunos (los menos despiertos) han visto en la película. Y esto sin duda ha influido en su ausencia de la shortlist de las películas que optan al Oscar en la categoría de Film de Habla no Inglesa, y podría hacerlo también en el de Isabelle Huppert, por cuya nominación al Oscar está luchando denodadamente Sony, su distribuidora en Estados Unidos. Evidentemente, que críticos extranjeros acaben premiando a una actriz francesa no es de extrañar; pero su influencia en unos académicos que, en muchos casos, ven con prejuicios la película, es más que dudoso.

Esta semana se han dado a conocer también las nominaciones a los BAFTA, premio que otorga la Academia de Cine Británica, y las de la Asociación de Productores de Hollywood. Aunque su influencia no ha sido tan publicitada como la de los Globos de Oro, lo cierto es que la mayor parte de los miembros de la Academia inglesa son también miembros de la Academia de Hollywood, y por tanto hay que tenerlas muy en cuenta.

La lectura que se puede hacer de estas nominaciones se refiere, especialmente, a la consolidación de la película favorita, con las 11 nominaciones de La ciudad de las estrellas, pero sobre todo la introducción de algunos filmes que pueden tener especial protagonismo en los Oscar: Animales nocturnos, con el mencionado Aaron Taylor-Johnson otra vez nominado pero también con sus nueve nominaciones que colocan a Tom Ford en buena posición de cara a lograr un Oscar al Guión Adaptado; La llegada, también con nueve nominaciones, y como una posible competidora de fuerza en las principales categorías; Manchester frente al mar (Kenneth Lonergan, 2016), sobre todo con un Casey Affleck que, si no fuera por Ryan Gosling y el huracán La La Land podría dar la sorpresa en los Oscar; y en menor medida Figuras ocultas (Theodore Melfi, 2016), una nueva reivindicación de la influencia afroamericana en la sociedad norteamericana que, con Loving (Jeff Nichols, 2016) y Moonlight (Barry Jenkins, 2016) forman el trío de ases del black power este año, y vienen compitiendo especialmente en la categoría de Guión original. Aunque los indicios apuntan a que la gran favorita para obtener el Oscar al Guión es, una vez más, La ciudad de las estrellas, a pesar de que entre sus valores no está precisamente éste.

No podemos olvidar la inclusión en todos los premios del thriller Comanchería (David Mackenzie, 2016), que podría colocarse entre las nominadas al Oscar incluso como Mejor Película, pero sobre todo por el magnífico trabajo como secundario del actor Jeff Bridges, el único que podría hacerle sombra a Aaron Taylor-Johnson en los Oscar (en nuestra opinión es mucho más complejo el personaje del primero que el del segundo). Incluso esta semana la sorpresa ha llegado con las nominaciones de los Producers Guild Awards, que han incluido Deadpool (Tim Miller, 2016) entre sus candidatas (solo premian el trabajo de producción). Teniendo en cuenta que las nominaciones a los Oscar las votan los diferentes sectores que forman la Academia de Hollywood, podemos decir que las finalistas de los PGA Awards están muy cerca de ser los principales candidatos al Oscar.

Dentro de poco más de diez días, el 24 de enero, se despejarán las dudas con el anuncio de las nominaciones a los Oscar. Y veremos si La ciudad de las estrellas (Damien Chazell, 2016) es la película del año, como todas las quinielas ya predicen, o la Academia de Hollywood sorprenderá apoyando a su principal rival, el drama homosexual Moonlight (Barry Jenkins, 2016). 



06 enero, 2017

40 discos que deberías haber escuchado en 2016 (1ª parte)

Como hacemos los primeros días de cada año, traemos en dos entregas nuestra lista de aquellos discos publicados durante 2016 que creemos que deberíais escuchar. Se trata de una lista personal con algunos de esos momentos que nos han emocionado y trasladado a esos otros mundos a los que nos invita la música. Por eso no queremos llamarlo "los mejores discos de 2016", sino presentarlos como una lista de recomendaciones que, de hecho, no se detiene aquí, sino que os invita a seguir explorando otros trabajos de esos artistas o, simplemente, otros géneros musicales alejados de las plataformas comerciales. De esta forma, el orden de nuestra lista se basa en la fecha de publicación, porque no se trata de hacer un ranking, sino de compartir experiencias.  

David Bowie - Blackstar
Columbia-RCA-ISO     7 / enero /2016

La despedida de David Bowie fue lenta y minuciosa. Su muerte, el 10 de enero de 2016, se anticipó con la publicación de su último lanzamiento, un compendio de algunas de sus constantes a lo largo de una carrera que tiene tantas aristas como su propia personalidad. Como comentaba Chris Roberts en su obituario en The Quietus, "nació David Jones pero murió David Bowie, y al final la transformación fue completa". No cabe duda que "Blackstar", el tema que da título al álbum, refleja ese aire de despedida que tienen todos sus pasajes. Pero es "Lazarus" el que nos revela más claramente esa mirada frontal a la muerte, representada en la figura del hombre resucitado, y que forma parte también de otra despedida, el musical Lazarus (Enda Walsh, 2015), estrenado en Broadway a finales de 2015 (en 2017 llegará a Londres), con Michael C. Hall como protagonista, basado en la novela El hombre que cayó en la Tierra (Walter Tevis, 1963), en la que también se inspiró la película El hombre que cayó a la Tierra (Nicolas Roeg, 1976), una de los primeros trabajos como actor de David Bowie. El musical es, de hecho, un recorrido por las canciones más representativas de la carrera del cantante. El círculo por tanto se cierra, perfectamente hilvanado, como lo fue su vida y también lo ha sido su muerte, con el videoclip de la canción "Lazarus", un adiós que resulta sobrecogedor. Igual que ocurre con Leonard Cohen, Blackstar no es solo un disco final, sino que contiene en sí mismo algunos momentos vibrantes que lo colocarán entre los mejores recopilatorios de su obra, arriesgada y fascinante.  



Anderson .Paak - Malibu
Empire-Obe-Steel Wood-Art Club    11 / enero /2016

Cuando llegas a la escena musical con un éxito tan contundente como el de Anderson .Paak y su álbum Venice (Anderson .Paak, 2014), su debut como tal, aunque venía precedido de varias éxitos en forma de EP, la continuidad es complicada. Este segundo disco se edita después de aparecer en otras grabaciones de algunos artistas que ahora le devuelven el favor, como en Compton (Dr. Dre, 2015) o The documentary 2 (The Game, 2015). Quizás más por política de la discográfica que por decisión propia, los invitados especiales de este disco son notables, como The Game, ScHoolboy Q o Talib Kweli, pero también es cierto que en realidad no le hacía falta tanto despliegue de nombres, porque su música es suficientemente interesante. Así lo demuestran canciones como "Come down", posiblemente uno de los mejores temas pop de este año, absolutamente disfrutable en su sencillez. Hay otros momentos más complejos, e incluso reivindicativos, como la canción que cierra el álbum, "The dreamer", en la que habla sobre su propio éxito. Malibu es su disco más personal, con esa vida marcada con su variopinto árbol genealógico (hijo de una granjera surcoreana y un militar norteamericano) e incluso matices de esos sonidos religiosos con los que se crió en "The season/Carry me". Toda una declaración de principios que acaba resultando avasalladora. 


Bill Frisell - When you wish upon a star
Okeh-Legacy    5 / febrero / 2016

Este año el guitarrista Bill Frisell nos ha regalado su particular homenaje al cine a través de un disco que recoge algunos de los temas de cine y televisión que marcaron su infancia y su juventud, al igual que alguna aportación propia de Bill Frisell al mundo de la televisión. El álbum incluye revisiones que respetan, pero al mismo tiempo, personalizan, composiciones de películas como Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) o Castillos en la arena (Vicente Minnelli, 1965), y homenajea a algunos de los músicos más influyentes del cine, desde Elmer Bernstein hasta Bernard Herrmann, pasando por Johnny Mandel o Ennio Morricone. A los que ya conocen el sonido característico de Bill Frisell, en sus trabajos en solitario o en sus colaboraciones con John Zorn, encontrarán lugares comunes que subrayan su concepción jazzística, iconoclasta y personal, que sitúan éste como otro álbum a incluir entre lo mejor de su discografía, como lo fue aquel homenaje a John Lennon en All we are saying... (2011). Entre lo mejor de este tributo, no solo al cine, sino en general a su propia infancia, encontramos ese magnífico doblete en "Psycho, Pt. 1" y "Psycho, Pt. 2", que conforma la parte central de la grabación, o esa versión melancólica que hace Petra Haden del tema "Moonriver" que Henry Mancini creó para la mítica Desayuno con diamantes (Billy Wilder, 1961). En general, las intervenciones de Petra Haden dan otro color a los temas que interpreta, y conforma una de las mejores recopilaciones de los últimos años en torno a la música de cine. The Lincoln Center ofrece en internet la posibilidad de disfrutar del concierto completo que ofreció Bill Frisell interpretando los temas de este magnífico álbum. 



Jack Garratt - Phase
Island    18 / febrero /2016

Jack Garratt es uno de los recientes descubrimientos de la música pop británica. Se le ha comparado con Ed Sheeran, James Blake e incluso con Sam Smith, pero eso es porque hay una cierta necesidad de catalogar a los músicos inclasificables. Este compositor y cantante que con 24 años ha logrado el Brits Critic's Choice Award nos ofrece en su álbum debut todo un ramillete de creaciones pop que contienen algunos de los pasajes más impactantes de los que hemos escuchado a lo largo del pasado año. Este disco incluye, en realidad, una recopilación de temas que han ido conformando, desde 2014, su entrada en el mundo de la música. "The love you're given" ya fue un lanzamiento de su primer EP, y luego vino "Worry", que se convertiría en su primer éxito. De esta forma, Phase se nos presenta como un resumen de la trayectoria en los dos últimos años de un músico que tiene grandes propuestas de futuro, y una capacidad especial para construir estructuras musicales de gran complejidad. Especialmente nos gustan sus creaciones más intimistas, como esta versión acústica intensa del tema "Water" que aparece en la versión Deluxe de su disco. 

Vijay Iyer, Wadada Leo Smith - A cosmic rhythm wich each stroke  
ECM    11 / marzo /2016

Dos de los principales representantes del jazz se han unido para crear uno de los álbumes más inspirados de todo el año. El trompetista Wadada Leo Smith está considerado como un sucesor de John Coltrane, y fue finalista del Premio Pulitzer en 2013 por su último álbum en solitario, el impresionante Ten Freedom summers (2012), que se ha convertido ya en todo un clásico. A través de sus improvisaciones, Wadada Leo Smith crea una atmósfera especial, hipnótica y emocional, que nos atrapa desde las primeras notas. Por su parte, el pianista Vijay Iyer se ha ido forjando lentamente una posición privilegiada como profesor de música en la Universidad de Harvard, y con una discografía formada principalmente por sus colaboraciones en tríos de jazz. El tándem que han formado para dar vida a este álbum los convierte en uno de los más destacados de 2016. A cosmic rhythm whith each stroke está formado por siete segmentos que se nos presentan como siete "conversaciones" entre el piano de Vijay Iyer y la trompeta de Wadada Leo Smith a través de improvisaciones que comienzan con el potente, casi diríamos que rabioso tema "Passages", y que se va desarrollando en forma de homenaje al artista indio Nasreen Mohamedi, circulando por terrenos de sonoridades complicadas, de atonales vericuetos que sin embargo logran la casi perfecta cohesión entre los dos instrumentos, y otras veces no sin dificultad, como en "A Cold fire", donde el piano trata de encontrar un espacio entre las punzantes sonoridades de la trompeta. 



Xiu Xiu - Plays the music of Twin Peaks  
Polyvinyl-Bella Union    14 / abril /2016

No sabemos si ha sido coincidencia o no, pero la publicación de esta reinterpretación de la música de Twin Peaks (ABC, 1990-1991) que hace la banda Xiu Xiu coincide con la puesta en marcha de su regreso, previsto para 2017 de la mano de David Lynch. En todo caso, resulta un preámbulo perfecto, porque los sonidos experimentales del grupo californiano capturan toda la esencia de la música de Angelo Badalamenti, pero llevándola a su propio terreno y haciéndola por tanto más cautivadora. El álbum surgió de un encargo del The Queensland Gallery of Modern Art, que le pidió que interpretaran varios temas de la banda sonora para una exposición sobre David Lynch. Manteniendo su sonido característico, el grupo muestra absoluto respeto por la música original, no solo en los temas cantados, como esa magnífica versión de "Falling", el tema principal, que se convierte casi en un lamento en la voz de Jamie Stewart. A pesar de su carácter experimental, lo cual conecta perfectamente con el espíritu rompedor de David Lynch, la revisión de la banda sonora de Twin Peaks mantiene el misterio, la oscuridad y el suspense del original. Y hasta se atreven a desorbitadas transposiciones de rock underground en temas como "Packard's vibración" o caóticas resoluciones de guitarras que explotan en sonidos potentes, como "Blue Frank-Pink room". Solo se permiten desviarse del camino trazado por Badalamenti en temas como el que clausura el álbum, "Josie's past", en el que Angela Ser, miembro de la banda, lee fragmentos del diario de Laura Palmer.  


Anohni - Hopelessness
Secretly Canadian-Rough Trade     5 / mayo / 2016

Antony Hegarty ha ido sufriendo una transformación gradual a lo largo de los años. Primero desde su condición de artista transgénero para convertirse en quien ahora se hace llamar Anohni, y sobre todo con su tendencia cada vez más cercana a la música electrónica, abandonando poco a poco los sonidos casi sinfónicos y etéreos que nos ofrecía con su banda Antony and the Johnsons. Hopelessness es el primer álbum en el que Anohni firma con ese nombre, y se muestra en un formato y una tesitura de voz muy diferente a lo que estábamos acostumbrados, aquí mucho más contundente, más industrial y, en sus letras, mucho más radical y con un trasfondo más político. El tema con el que se abre, "Drone bomb me", está contado desde el punto de vista de una niña afgana de nueve años cuya familia ha muerto en un ataque de drones, mientras que en "Obama" ofrece una visión crítica de la administración ejercida por el presidente saliente. Anohni es una artista ahora visceral en sus propuestas, amparada desde el punto de vista sonoro en la potente producción de Hudson Mohawke, y suena en ciertos momentos a Woodkid ("4 DEGREES") y en otros a Björk ("Violent men") y quizás le hace falta todavía encontrar su propio espacio y personalidad dentro de esta nueva vertiente musical en la que se ha introducido. Pero el riesgo que ha asumido con este disco es notable, y en ello encontramos sus mejores virtudes, aparte de que su voz nos sigue hipnotizando como siempre.



Julien Marchal - Insight II
1631 Recordings     6 / mayo / 2016

El pianista y compositor francés Julien Marchal nos resulta ya conocido, especialmente tras su espléndido debut con Insight (2015), del que este nuevo lanzamiento es una continuación estilística. Pero también por su reciente colaboración con el productor alemán Robot Koch para cuyo disco Hypermoment (2015) contribuyó con dos temas que contienen esa base melódica etérea que caracteriza sus composiciones. Con Insight II, Julien Marchal vuelve a realizar un trabajo personal en el que se apodera de todas las labores de composición, interpretación y mezclas él mismo. Se trata por tanto de un planteamiento cara a cara, sin ningún tipo de aislamientos electrónicos que distorsionen las composiciones. El piano de Julien Marchal discurre por caminos melódicos sencillos pero efectivos, con un cierto aire de melancolía en creaciones inmensas como "Insight XVIII", que parecen surgidas del alma. Aunque a veces se aventura en terrenos algo más experimentales, que nos recuerdan a otro gran pianista europeo, Nils Frahm, en sus planteamientos más intimistas, como en "Insight XXI". Tanto éste como el anterior son discos complementarios, funcionando casi como una recopilación de retazos musicales envolventes que se pueden escuchar como un conjunto compacto. Y revela la capacidad de Julien Marchal para crear ambientes de profundo contenido personal que nos aprisiona sin capacidad de reacción.

Radiohead - A moon shaped pool
XL Recordings     8 / mayo / 2016

Tras los escarceos independientes de Jonny Greenwood con el cine y con las sonoridades indias, el regreso de una de las bandas más influyentes de las últimas décadas era esperado con impaciencia. Y 2016 nos ha traído uno de esos álbumes que corroboran la condición de referente que tiene Radiohead, aunque sea a partir de una recopilación de temas en su mayor parte ya presentados a lo largo de los años, pero aquí reinventados en formato compilado para satisfacción de sus seguidores. El comienzo del disco es avasallador, con esas cuerdas cortantes que provienen de esa tendencia de Greenwood hacia la música clásica contemporánea que ha marcado algunos de sus trabajos en solitario, tanto para el cine como autónomos. Si el anterior álbum, The king of limbs (2011) estaba demasiado marcado por las influencias electrónicas de Thom York, aquí predomina la introducción de  instrumentos de cuerda. Y hay que decir que funcionan mejor en el contexto musical del grupo. Hay también incursiones en la música ambient de otras bandas como Sigur Rós (en ese hipnótico "Daydreaming"), que quizás se podría catalogar como escaso de personalidad, pero es un tema tan modélico que se le perdona. Y hay también conciencia medioambiental como ese "The numbers" que habla sobre las consecuencias del cambio climático. En general, Radiohead han vuelto para seguir siendo los mismos pero al mismo tiempo para tratar de encontrar nuevas formas de evolución. Este año también publicaron el tema "Spectre", que escribieron para la última película de James Bond, Spectre 007 (Sam Mendes, 2015), pero que finalmente no fue utilizada, en favor de la ñoña aportación de Sam Smith. Y que a nosotros nos parece una excelente rareza digna de formar parte de su catálogo.


James Blake - The colour of anything
Universal     10 / mayo / 2016

James Blake ha construido su disco más oscuro, lleno de sonidos envueltos en cierta niebla musical entre la que va introduciendo retazos de su propia experiencia personal. Cuando llegamos a la mitad del disco, ya estamos envueltos en esta especie de neblina sonora que nos propone James Blake en temas como "Radio silence" o "Love me in whatever way", y ya resulta difícil desprenderse de ella. Adentrarse en los pasajes musicales de su última publicación es como caminar por un paseo marítimo lleno de niebla que impide una buena visibilidad y no sabes en qué momento vas a caer al agua. Vas caminando con cuidado, mirando hacia un horizonte que parece inexistente, dando pequeños pasos que te hacen avanzar lentamente. Y a lo largo de ese caminar dubitativo van apareciendo extraños compañeros de viaje. En este caso, encontramos a Frank Ocean (otro que este año nos ha dado una lección de música con su último disco), que colabora en la apaciguada belleza de "My willing heart". También nos cruzamos con Bon Iver (que asimismo ocupa lugar privilegiado en nuestra lista de los discos imprescindibles del año), que juega a dúo vocal con James Blake en "I need a Forest". Todo un ejemplo de ese sonido nada complaciente, heterogéneo, en constante búsqueda de la excelencia, que predomina en este envolvente paseo por nuestras propias conciencias.



Kygo - Cloud Nine
Sony     20 / mayo / 2016

Después de sorprender con sus remezclas, este jovencísimo DJ noruego, que se ha formado en países como Escocia y Argentina, ha publicado finalmente su primer álbum de estudio, que contiene algunos éxitos ya lanzados hace dos años como ese "Firestone" con la colaboración vocal del australiano Conrad Sewell que se convirtió en número uno y su mejor tarjeta de presentación. Cloud 9 es el perfecto ejemplo de música disco realizada con inteligencia, con una base rítmica heterogénea y un nivel de producción por encima de lo habitual. Las virtudes de Kygo ya nos las mostró el año pasado con aquel espléndido remix del clásico de Marvin Gaye "Sexual healing", y a lo largo de diversos lanzamientos que se han colocado en las listas de éxito, no solo en países como su país Noruega, o Suecia, sino también en toda Europa y Estados Unidos. Otro de los aciertos de este álbum está en la variopinta lista de artistas invitados, que van desde el norteamericano Parson James, cantante en el éxito "Stole the show", hasta el británico RHODES o el mismísimo John Legend, pasando por esa deliciosa interpretación de Angus Stone y Julia Stone en el tema que cierra el álbum, "For what's is Worth". Esta diversa procedencia de sus invitados muestra hasta qué punto los sonidos de Kygo no se quedan en la mera epidermis, sino que transitan por caminos más amplios, y sin duda puede evolucionar hacia horizontes nada previsibles.    


Melanie De Biasio - Blackened cities
Le Label     20 / mayo / 2016

Melanie De Biasio ha sido calificada como la Billie Holliday belga desde que en 2007 publicó su primer álbum, A stomach is burning, seguid en 2013 por No Deal. Su voz, se cadencia sensual y de lánguida belleza, es perfecta para crear esas atmósferas lánguidas que tienen algunas de sus composiciones. Y vuelve a aparecer, aquí con envoltura más electrónica, en este EP que ha publicado en 2016, compuesto por un solo tema de 24 minutos que nos transporta a esos paisajes industriales de ciudades como Charleroi, Manchester o Detroit, en una especie de viaje a las entrañas del metal y el ladrillo. Estas "ciudades ennegrecidas" nos proponen una música que suena a tonos grises, con algunas referencias a Pink Floyd, y que va desplegando lentamente todos sus recursos para imbuirnos en esa negritud en la que, solo de vez en cuando, encontramos alguna luz (la flauta como elemento iluminador). Se trata, en sus 24 minutos de duración, de una de esas composiciones que consiguen evolucionar hasta senderos nuevos y envolventes, que van más allá de la simple clasificación de jazz.

Minor Victories - Minor Victories
Fat Possum     31 / mayo / 2016

Minor Victories nace de la colaboración entre la cantante Rachel Goswell, del grupo Slowdive y los guitarristas Stuart Braithwaite, de Mogwai, y Justin Lockey, de Editors. Este trabajo conjunto, sin duda, despierta interés solo escuchando estos nombres, pero aún más si tenemos en cuenta que buena parte del disco surge de intercambios de ideas a través de email e incluso de grabaciones en las que los tres coincidieron raramente. Y a pesar de esto, y de contener sonidos que nos recuerdan a cada uno de los tres grupos de los que nace esta nueva formación, hay una cohesión general en todo el álbum que sorprende por su firmeza. Desde la canción inicial, "Give up the host", quizás la más Mogwai de todas, que nos introduce en ambientes de sangre y misterio, el debut de Minor Victories es impactante, aunque quizás no del todo sorprendente. Algo que de hecho reconocía el propio Stuart Braithwaite en una entrevista: "Para ser honesto, creo que si conoces la música que hacemos, no habrá ninguna sorpresa. Simplemente tiene algunos buenos elementos de cada una de las bandas". Caminan también por senderos más cercanos al pop en temas como "Scattered ashes (Song for Richard)", ese dúo entre Rachel Goswell y James Graham, de The Twilight Sad, o el otro dúo del disco, con Mark Kozelek de Sun Kil Moon, en "For you always", que quizás son los pasajes cuyos sonidos se parecen más a lo que podríamos esperar de esta formación. Sin olvidar la presencia de esos arreglos orquestales marca de la casa Mogwai, que construyen auténticas maravillas casi cinematográficas como "The thief". 


Whitney - Light upon the lake
Secretly Canadian     6 / junio / 2016

Otro de los debuts que más nos han emocionado este año es este dúo formado por el guitarrista Mark Kakacek y el batería Julien Ehrlich. ambos miembros de la banda Smith Westerns, que se separó en 2014. Su primer lanzamiento está compuesto por un ramillete de deliciosas canciones, la mayor parte de no más de tres minutos de duración, que son auténticas pinceladas de efervescencia creativa. Casi parece que estamos escuchando los sonidos de aquellos álbumes del pop de los sesenta, con esas voces en falsete y esas guitarras acompañadas por instrumentos de viento, que conforman auténticas maravillas. "On my own", "Golden days" o el tema con el que se abre el disco, "No Woman", nos transportan a sonidos que ya no estamos acostumbrados a escuchar, y demuestran el talento de dos músicos que, sobre todo en el caso de Julien Ehrlich, parecía que tenía oculto en sus trabajos anteriores, siempre manteniendo un segundo plano que ahora se transforma en primera línea llena de emociones. Se trata desde luego de uno de los discos más agradables para el paladar del aficionado a la música con un sonido característico, que no inventa nada nuevo, sino todo lo contrario, recupera matices que en la actualidad parecían olvidados. Y eso es de agradecer para un grupo que se ha revelado como uno de los descubrimientos más reconfortantes del año.  

Blood Orange - Freetown Sound
Domino     30 / junio / 2016

Dev Hynes es un polifacético artista que, con el sobrenombre de Blood Orange, publica ahora su tercer álbum, en el que expresa, si cabe aún más que en los otros, su activismo racial y sexual, teniendo presente algunas de las recientes polémicas muertes de jóvenes de raza negra, como en "Hands up" (manos arriba), que habla sobre el asesinato de George Zimmerman a manos de un hombre armado que proclamó autodefensa frente a un adolescente desarmado, o directamente reflexionando sobre qué es ser una mujer negra, como en "By ourselves", en el que introduce un poema de Ashley Haze. Blood Orange se coloca así en el lado de los artistas que proclaman la defensa de la libertad, dejando claro que su arma es la palabra y reivindicando su raza y su sexualidad, como en "Chance". Con un sonido más Rythm and Blues que en otras ocasiones, Freetown Sound es todo un alarde de ritmos y letras nada complacientes, que reivindican a su autor, un artista que igual dirige videoclips de Mikky Blanco como compone música para películas, y que pretende unir a todos en la diversidad: "Mi álbum es para todos aquellos que no se sienten demasiado negros, y para los que se sienten muy negros; para los que son muy maricas, y para los que no lo son tanto...". 


Ian William Craig - Centres
130701     20 / julio / 2016

Publicado sin demasiada promoción, por su carácter en cierto modo experimental, este disco del artista canadiense Ian William Craig es su proyecto más ambicioso, después de haber editado dos álbumes más en 2014 y 2015, y este mismo año haber participado en otros dos proyectos musicales. La columna vertebral de la grabación es la propia voz de Ian William Craig, como elemento principal con el que, a base de distorsiones electrónicas, se reconvierte en un instrumento más. Formado en la música clásica y la ópera, las incursiones sonoras del compositor e intérprete se adentran por sendas que están cerca de la música clásica contemporánea, pero sazonada con retoques de ritmos pop que le dan un carácter vanguardista y rompedor. En algunos momentos nos recuerda a las incursiones de Nico Muhly en el terreno del pop, siempre con ese background clásico, pero adentrándose en terrenos  novedosos y nada complacientes. "Contain", en sus dos versiones (la más electrónica que lo abre y la acústica que lo cierra), es el tema principal del álbum, y nos cala en las emociones a través de su cadencia sosegada y multicolor. Hay que escuchar este disco con apertura de miras, con predisposición a verse agitados por la variedad sonora de uno de los proyectos más singulares del pasado año.   



Lou Rhodes - Theyesandeye
Nude Records     22 / julio / 2016

La cantante Lou Rhodes se ha consolidado ya en solitario desde hace algunos años, en paralelo con su carrera como parte del dúo Lamb junto a Andy Barlow. En solitario, Rhodes tiene más tendencia al folk, alejándose de los sonidos electrónicos, con una voz amable y suave que en algunas ocasiones nos recuerda a Alanis Morrissette. Pero quizás es en este cuarto disco en el que consigue una personalidad propia más afianzada en un álbum que casi podríamos definir como pastoral, repleto de sonidos de la naturaleza (ese comienzo de gaviotas en "All the birds"), pero sobre todo muy pegado a la tierra, con minúscula y con mayúscula. De hecho, Lou Rhodes construye algunos homenajes a la naturaleza, como en "Sea organ", que hace referencia a ese órgano de mar que suena en la localidad de Zadar en Croacia, donde una estructura arquitectónica produce sonidos casi musicales en contacto con la marea. Pero son los chelos y el arpa los instrumentos que predominan en este trabajo muy terrenal, de sonidos casi mágicos en el maravilloso cover acústico de la popular canción "Angels" del grupo The xx, que suena aún más intenso y apasionado en la voz aterciopelada de Lou Rhodes. 


Michael Kiwanuka - Love and Hate
Polydor     25 / julio / 2016


Michael Kiwanuka es una de esas maravillosas sorpresas que surgen de la escena londinense. Y aunque su primer álbum, Home again (2012) ya fue todo un éxito de ventas, es en este segundo en el que consigue reforzar aún más su condición de auténtico maestro de la composición. La repercusión de su primer disco le llevó incluso a ser invitado por Kanye West a participar en su álbum Yeezus (2013), pero Michael Kiwanuka confesó sentirse como un bicho raro con su guitarra acústica en medio de toda aquella parafernalia de productores y despilfarro. Esta anécdota define perfectamente el espíritu de un músico que se muestra alejado de las grandes fastuosidades del éxito, y eso que en este álbum despliega todo un ramillete de elementos musicales que van desde las voces corales hasta los instrumentos sinfónicos en un trabajo de producción complejo y perfecto. El comienzo, con ese inmenso "Cold Little heart", quizás la mejor canción que se ha escrito en 2016, llena de matices rítmicos, es toda una declaración de principios. Love and hate es una espléndida incursión en los sonidos del soul con pinceladas de gospel, y es una delicia escuchar auténticas píldoras de calidad como "Black man in a White world" o "I'll never love", que además asientan su posición personal ante la vida. En la estela de grandes voces de la música negra como Marvin Gaye, Michael Kiwanuka se consolida ya con este álbum como uno de los más importantes intérpretes del panorama actual.



Nels Cline - Lovers
Blue Note     6 / agosto / 2016


A los seguidores del grupo Wilco les puede sorprender esta incursión de su guitarrista, Nels Cline, en los terrenos de la música estándar, acompañado por una orquesta de cámara. Pues aquí lo tenemos, interpretando canciones populares de Richard Rodgers y Lorenz Hart como "Glad to be unhappy", del musical On your toes (1936), pero que popularizó Frank Sinatra; el clásico "I have dreamed", de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II para el musical El rey y yo (1951) o el hermoso "Beautiful love" de Wayne King, Victor Young y Egbert Van Alstyne. A lo largo de este extenso cuádruple álbum, encontramos una selección heterodoxa de composiciones que no solo pasan por los clásicos estándar, sino que también incluye obras experimentales del saxofonista Jimmy Giuffre o el guitarrista Arto Lindsay, e incluso se atreve a versionar temas de Sonic Youth como "Snare, girl" de su álbum A thousand leaves (1998). Se trata por tanto de una grabación que, en sus dilatadas interpretaciones, se acerca en cierta medida al jazz para ofrecernos una limpia revisión de la música que ha marcado la trayectoria vital de Nels Cline, que también incluye algunas composiciones propias. Estamos ante un descubrimiento que, dentro de su sorpresa, resulta gratificante. Es un disco que hay que escuchar con la mente abierta y los oídos bien atentos para imbuirse en esta propuesta singular.


Frank Ocean - Blond(e)
Auto editado     25 / agosto / 2016

Que Frank Ocean es uno de los nombres más destacados de la música actual es indudable. Por eso su ausencia de la escena musical durante los últimos años resultaba preocupante. Pero en 2016 ha reaparecido con más fuerza que nunca editando dos álbumes. Por un lado, este magnífico Blond(e) y, por otro, el álbum visual Endless (2016), publicado exclusivamente para la plataforma Apple Music. Encontramos en estos lanzamientos a un artista en constante evolución y, en el caso que nos ocupa, menos interesado en encontrar el éxito fácil, a pesar de que ya lo consiguió con su anterior álbum. Frank Ocean explora, entre distorsiones y elementos externos que difuminan la base rítmica de las canciones, sonidos que van más allá del Rythm and Blues con el que se le ha etiquetado. El disco se iba a titular en un principio "Boys don't cry", una declaración de principios en torno a una infancia en la que, según confiesa el propio Frank Ocean, era incapaz de llorar. Y se atreve a hablar, en pequeños relatos narrados, de las extrañas relaciones personales que se establecen en la actualidad. Como en "Facebook story", en la que habla de cómo se negaba a aceptar a su novia en Facebook, encontrándolo inútil ya que se veían todo el día, y ella se obsesionó pensando que no lo hacía porque la estaba engañando. En realidad, de eso trata todo el disco de Frank Ocean, de la necesidad de estar presentes y de ser presentes en todo momento, en una época en la que las tecnologías nos tienen secuestrados. Y quizás por eso su ausencia consciente durante los últimos años, para renacer con un álbum genial.





30 diciembre, 2016

Series que nos han decepcionado esta temporada

La producción de series de televisión es inabarcable y resulta más que complicado hacer un seguimiento más o menos exhaustivo a los estrenos que cada temporada proponen las cadenas de televisión y plataformas digitales. 

Habitualmente se elaboran listas de las mejores series del año, y sin duda 2016 ha presentado una buena cantidad de producciones destacables. Entre ellas reseñamos algunas propuestas que ya resultaban interesantes de partida como el excelente drama judicial American crime story: The people v. O.J. Simpson (FX, 2016-), la ochentera historia de ciencia-ficción Stranger things (Netflix, 2016-), el drama familiar This is us (NBC, 2016-), la maravillosa locura de Paolo Sorrentino The young Pope (HBO, 2016-) o la perfecta trama de falso culpable de The Night of (HBO-BBC, 2016) y algunos descubrimientos como Baskets (FX, 2016-), una de las comedias absurdas más melancólicas que hemos visto, Trapped (Rúv, 2015-), policíaco islandés gélido y contundente, Berlin station (Epix, 2016-), una espléndida historia de espías, The OA (Netflix, 2016-), radical propuesta en torno a la muerte, Atlanta (FX, 2016-), ingeniosa comedia con más de una segunda lectura, Quarry (Cinemax, 2016-), drama psicológico perfecto y violento, o esa deliciosa muestra de anti-televisión (repleta de silencios y planos fijos) que es Horace and Pete (Louis C.K., 2016), que su autor ha publicado directamente en su página web, además de series ya conocidas de espléndida continuidad como The Americans (FX, 2013-), que se crece aún más en la evolución de sus personajes o American Crime (ABC, 2015-), una nueva disección enérgica de la sociedad norteamericana. 

Pero este año hemos preferido destacar esas otras producciones que venían precedidas de buenos augurios pero que finalmente se han quedado en algo más que una decepción.  

Westworld
Lisa Joy y Jonathan Nolan para HBO

Sin duda tenía todos los ingredientes para ser una serie con repercusión. Jonathan Nolan en el guión, J.J. Abrams en la producción y HBO poniendo toda la carne en el asador para intentar convertirla en la sustituta de Juego de tronos (HBO, 2011-2018). Un buen plantel de actores y una historia atractiva, aunque tampoco diera para mucho en la irregular versión cinematográfica Westworld (Michael Crichton, 1973) parecían completar las claves del éxito. El resultado a nivel de espectadores no ha podido ser mejor: con los 2.2. millones que vieron el capítulo final y sus 3.2. millones acumulados, se trata de la serie de más éxito en la historia de HBO. Pero a nivel de producción los resultados nos han parecido decepcionantes. La historia, que se cuenta en varios planos diferentes, resulta cansina en su desarrollo, con personajes atractivos como el que interpreta Ed Harris desaprovechados, que podrían haber necesitado mayor consistencia. Da la impresión de que, con el peso que suponen sus 100 millones de dólares de presupuesto y la responsabilidad de, al menos, preparar la sustitución de una serie antológica para HBO, Westworld se dilata en su desarrollo para extenderse a lo largo de sus 10 capítulos, innecesarios, lo que resta ritmo y tensión a las diferentes tramas, aunque hay que reconocer que los últimos dos capítulos levantan el vuelo. HBO ya ha confirmado una segunda temporada, y lo que apunta el capítulo final resulta atractivo y abre posibilidades interesantes de futuro.  

The crown
Peter Morgan para Netflix

La gran apuesta de Netflix por las series de calidad se presentó este año con la serie dedicada al reinado de Isabel II de Inglaterra. Con la pericia habitual en las buenas producciones inglesas, su creador, Peter Morgan, que ya llevó a la gran pantalla otro retrato de Isabel II en la magnífica La reina (Stephen Frears, 2006), The crown tiene una impecable factura. Sin embargo, aun reconociendo su excelente puesta en escena y buenas interpretaciones, tiene dos grandes defectos, que lastran en buena medida sus resultados. Por un lado, resulta excesivamente complaciente con la realeza, y plantea una escasa mirada crítica hacia la poliédrica figura de su protagonista, muchas veces justificada por los requerimientos oficiales. Da la impresión de que Netflix ha querido hacer una serie que no moleste a nadie, especialmente a la familia real británica, lo cual le resta interés. Por otro lado, la excelente interpretación de John Lithgow como el primer ministro Winston Churchill acaba fagocitando a la propia protagonista. Y no solo porque el actor norteamericano esté espléndido (ya suena como merecedor del Emmy), sino porque el propio desarrollo narrativo le da los mejores momentos. Los dos mejores episodios son, precisamente, los que dejan en segundo plano a la reina y le dan protagonismo al político: "Smoke and marros", centrado en la niebla contaminante que acabó con 12.000 londinenses en 1952 y que estuvo a punto de costarle su carrera política, y "Assassins", que cuenta la anécdota sobre el retrato de Winston Churchill. Viendo The crown, uno tiene la impresión de que hubiera sido más interesante una serie centrada en el primer ministro.    

The exorcist
Jeremy Slater para Fox

No cabe duda que las adaptaciones de películas en formato televisivo no han dado resultados especialmente sobresalientes en los últimos años. Esta temporada se presentaba otra de esas fallidas traslaciones del universo de terror cinematográfico a la televisión con Damien (AE, 2016), que trataba de adaptar La profecía (Richard Donner, 1976) con tan malos resultados que ni siquiera tendrá nueva temporada. Con El exorcista (William Friedkin, 1973) se podía haber realizado una lectura más fiel a la novela original de William Peter Blatty, pero finalmente se ha quedado en una especie de secuela de la versión para cine con poco acierto en el retrato de la exorcizada y de los exorcistas. Acabada su primera temporada, y con serias dudas sobre su continuidad (aunque Fox no se caracteriza precisamente por mantener una política muy coherente en torno a sus producciones televisivas), El exorcista es una oportunidad perdida que en ocasiones uno se imagina que hubiera dado mejores resultados en otras manos. Hay capítulos que parecen sacados del universo metafórico que tan bien desarrolló Bryan Fuller en Hannibal (AXN, 2013-2015), probablemente la mejor adaptación televisiva de una película en los últimos años. Pero aquí se queda en la superficie, y profundiza menos de lo que hubiera sido deseable en la psicología de los personajes, principal elemento de interés de la novela original. 

Outcast
Robert Kirkman para Cinemax

En los primeros capítulos, la nueva serie desarrollada por Robert Kirkman, autor de los cómics en los que se basa The walking dead (AMC, 2010-), esta nueva incursión en el género de terror, aquí más cercano al mundo de las posesiones, parecía que iba a ser una interesante muestra de horror psicológico, más adulto que la franquicia zombi, y mucho más centrado en el desarrollo de los personajes. Pero finalmente ha ido deambulando entre episodios inanes e idas y venidas de los personajes que no terminan de encontrar coherencia en su desarrollo narrativo. Aunque el perfil de sus dos protagonistas, el reverendo frustrado por su vano enfrentamiento con Satán, y el joven Kyle, también defraudado por la fatuidad de sus exorcismos, resulta interesante de partida, y se presenta como una lectura menos complaciente de lo habitual del terror basado en las posesiones demoníacas, el desarrollo acaba siendo poco satisfactorio, especialmente por su incapacidad de dar la entidad suficiente a la presencia de las fuerzas ocultas que aquí se presentan en su perfil más amenazador solo en ocasiones contadas, y la contundencia de su primer episodio se queda en una mera anécdota. Cinemax, que suele apostar por la continuidad en sus producciones, ya ha anunciado una segunda temporada, en la que esperamos que Robert Kirkman presente una historia mucho más congruente con las expectativas. 

American Horror story: Roanoke 
Brad Falchuk y Ryan Murphy para FX

En su sexta temporada, los creadores de la franquicia American horror story han querido dar una vuelta de tuerca a sus historias bizarras para plantear un acercamiento, aparentemente más clásico, hacia el terror, en cierto modo recuperando la esencia que convirtió a la primera temporada en un referente en el género para televisión. Los primeros capítulos, ciertamente, se desarrollan con contundencia y logran buenos resultados en esta historia que vuelve a tener una casa encantada como principal protagonista, pero llevando incluso a mayor extremo las escenas de violencia. Y la idea de plantear la historia como si se tratara de un docudrama, con recreaciones y entrevistas a los personajes principales, resulta interesante y atractiva. El problema es que, quizás por la imposibilidad de sostener la trama durante mucho tiempo, la serie sufre una vuelta de tuerca a mitad de temporada, anunciada por Ryan Murphy como algo sorprendente, pero que finalmente se convierte en su peor lastre. A partir del sexto episodio, esta nueva temporada se convierte una mezcla entre El proyecto de la bruja de Blair (Daniel Myrick, Eduardo Sánchez, 1999) y Paranormal activity (Oren Peli, 2007), y acaba cayendo en una incoherente y gratuita sucesión de escenas gore que dilapidan en buena medida el interés de la historia. Sin duda, el éxito de la franquicia está asegurado, pero haría falta una nueva perspectiva para sustituir el agotamiento de la propuesta. 

Crisis in sex scenes
Woody Allen para Amazon

El director Woody Allen prometió después de esta serie que nunca más iba a trabajar en televisión. Desde luego, si sus posibles proyectos televisivos los realiza con la desgana con la que parece haber afrontado su primera (y parece que última) serie, mejor que siga dirigiendo películas. En realidad, Crisis in six scenes (Amazon, 2016) contiene todos los elementos característicos de las buenas historias de Woody Allen, especialmente los dos personajes principales que interpretan él mismo y su esposa en la vida real, la guionista y actriz Elaine May, aparte del caramelo comercial que supone introducir a una poco creíble Miley Cyrus en el reparto. Pero, tras un primer episodio atractivo, la serie se acaba estancando en una especie de círculo vicioso que pone en entredicho la capacidad del director y guionista para desarrollar historias que vayan más allá de la escasa hora y media que suelen durar sus largometrajes. Hay buenos momentos de comedia, sin duda, y resulta entrañable esta pareja de ancianos metidas a activistas antisistema (especialmente logrado es el episodio 5, cuando ambos se ven envueltos en una trama de intercambio de maletines), pero son destellos que no consiguen eclipsar la insatisfactoria primera incursión de Woody Allen en la televisión. 

Luke Cage
Chet Hodari Coker para Netflix

Tras los estrenos de Daredevil (Netflix, 2015-) y Jessica Jones (Netflix, 2016-), parecía que el tándem Netflix-Marvel podía dar excelentes adaptaciones televisivas sobre superhéroes más mundanos que los habituales. Pero el personaje de Luke Cage, que resultaba interesante como partenaire de Jessica Jones, ha acabado resultando poco atractivo como protagonista. Especialmente porque su historia, deudora del universo de los héroes negros de los setenta que capitaneó el actor Richard Roundtree en Shaft. Las noches rojas de Harlem (Gordon Parks, 1971), no termina de desprender el interés que el retrato de sus antecesores, realista y pegado a la calle, sí que tenía. Y la lucha interior entre el humano que quiere ser normal y el héroe que debe acabar con la delincuencia aquí aparece menos interesante que en aquellas. Los antagonistas tampoco juegan a favor de los buenos resultados, y parecen borradores de personajes que podrían haber sido más interesantes. Ciertamente, si Luke Cage se hubiera quedado en la primera mitad de la temporada podría haber sido una serie no especialmente deslumbrante pero sí al menos acertada. Pero la historia estirada hasta los 13 episodios, con la división entre dos antagonistas a cual más insustancial (si acaso el primero al menos tiene un perfil más acorde con la historia que se nos cuenta) acaba zozobrando por agotamiento. 


The Walking dead - 7ª Temp.
Scott M. Simple, Gregg Nicotero, Robert Kirkman para AMC

El final de la sexta temporada es quizás uno de los más impactantes de los últimos años, y despertó numerosos comentarios en las redes y ciertamente una expectación sin precedentes. Pero el primer capítulo de la nueva podríamos decir que fue un preámbulo en negativo de lo que encontraríamos a lo largo de toda ella. Casi una hora para resolver el misterio planteado, con la aparición de un nuevo personaje, Negan, y su inseparable Lucille, que sin embargo nos acaba resultando más cargante que amenazador (dan ganas de pegarle un tiro para que se calle). A lo largo de los nueve episodios de la midseason nos hemos encontrado de nuevo con esa dilatación en el tiempo que posiblemente desembocará en un festival de violencia, pero si una serie necesita ir sembrando durante nueve episodios para desarrollar en toda su plenitud en los siete siguientes, es que algo falla en su desarrollo. Los personajes evolucionan a trompicones, mientras las tramas acaban resultando en algunos casos soporíferas, y lo que en otras temporadas funcionaba, con la separación de personajes en historias paralelas, aquí resulta ineficaz y parece un recurso más para ralentizar el avance de las tramas principales. Esperemos que en febrero encontremos mejores resultados. 



The man in the High Castle - 2ª Temp. 
Frank Spotnitz para Amazon

Fue uno de los grandes descubrimientos de 2015. La adaptación libre del relato de Philip K. Dick consiguió desarrollar una trama entre bélica y de ciencia-ficción que nos sorprendía en cada capítulo.  Aunque la base estructural de la temporada ya estaba diseñada, parece que la salida de su creador, Frank Spotnitz, por desavenencias con Amazon pero sobre todo por la imposibilidad de dedicar el tiempo necesario a la producción, enfrascado en otro nuevo proyecto, el drama histórico Medici: Masters of Florence (Rai 1, 2016-), parece que ha afectado negativamente a la serie. De hecho, el rodaje de esta segunda temporada se interrumpió durante algunas semanas. Lo cierto es que, lo que nos parecía más interesante en la primera entrega, las dualidad de sentimientos que se establecen en los personajes, desde el alto mando de las SS que se debate entre la lealtad al Führer y la supervivencia de su hijo, hasta la dicotomía entre el amor a un soldado nazi y la lucha junto a la resistencia de la protagonista, aquí se diluyen en tramas secundarias. Hay menos consistencia en los personajes, y menos giros argumentales que despierten nuestra atención. A la espera de la posible llegada a España del servicio de Amazon Prime Video (siguiendo las políticas de expansión de otras plataformas como Netflix y HBO), la serie por el momento no está disponible en nuestro país. 

Expediente X - 10ª Temp.
Chris Carter para Fox

Uno de los regresos más esperados del año ha sido el de los agentes Mulder y Scully en una nueva temporada oficial de uno de los clásicos de la televisión. Fox ha quedado encantada, gracias a los más de siete millones de espectadores de su último capítulo, y anuncia que podría haber continuidad. Pero, a tenor de los resultados en pantalla, tenemos serias dudas de que fuera necesario realmente rescatar esta serie, especialmente cuando posteriormente se han realizado muchas otras siguiendo su estela y, en muchos casos, superándola. Esta nueva tanda de episodios (solo seis), no ha descubierto grandes misterios, y de hecho ha planteado algunos más, por lo que al final ha acabado siendo, no solo irrelevante, sino innecesaria. El principal problema de esta nueva incursión en los expedientes X es que, tratando de mantenerse fieles al original, hemos acabado viendo una continuación desfasada y poco acorde con el actual formato televisivo. Expediente X nos ha sonado, en 2016, a antigua y el principal responsable parece ser su creador Chris Carter, que se ha convertido en su peor enemigo. Si se pretende resucitar el formato, que tampoco es necesario, lo interesante sería que tuviera una visión nueva a través de otro showrunner que pudiera darle otra perspectiva. Si no es así, mucho nos tememos que estaremos ante un bluff mal calculado.   

Las mejores:

American crime story: The people v. O.J. Simpson, Stranger things The OA se pueden ver en Netflix España
The young PopeThe Night of y Quarry se pueden ver en HBO España
Trapped y American Crime se pueden ver en Movistar +
Atlanta se puede ver en Fox España
The Americans y This is us se pueden ver en Fox Life

Las decepciones:

Westworld y The exorcist se pueden ver en HBO España
The crown y Luke Cage se pueden ver en Netflix España
OutcastAmerican Horror Story: Roanoke, y Expediente X se pueden ver en Fox España
The Walking dead se estrena el 17 de febrero en Fox España




27 diciembre, 2016

Oscar 2017: Shortlist Películas Extranjeras

La categoría de Película Extranjera suele venir precedida de ciertas polémicas en torno al proceso de selección. Este año han vuelto las críticas a la idoneidad de este procedimiento, teniendo en cuenta que se han quedado fuera de la preselección algunas películas tan reconocidas como la chilena Neruda (Pablo Larraín, 2016), la rumana Sieranevada (Cristi Puig, 2016) o la española Julieta (Pedro Almodóvar, 2016), que aunque en nuestro país ha pasado algo desapercibida, en el extranjero ha sido recibida como uno de los mejores estrenos del cineasta manchego. 

Pero sobre todo ha sorprendido la ausencia de la francesa Elle (Paul Verhoeven, 2016), una de las favoritas para entrar en la lista de nominaciones, lo cual no le resta méritos a Isabelle Huppert para una posible nominación como Mejor Actriz. Según algunas revelaciones hechas por miembros de la Academia pudo jugar en su contra el comienzo de la película, con la violación que sufre la protagonista, y en general la sensación que tenían muchos votantes de que se trata de una macabra comedia sobre la aceptación de la violación, algo que Isabelle Huppert se ha encargado de negar en numerosas entrevistas durante la precampaña de los Oscar. 

También es cierto que Paul Verhoeven envió el guión a numerosas actrices de Hollywood que rechazaron el papel, por lo que finalmente se vio obligado a realizarla en Francia. Quizás esa era una anticipación de lo que finalmente pasaría.    

Pero, ¿cómo elige la Academia de Hollywood la lista de finalistas a los Oscar entre las 85 películas presentadas este año? 

El Comité de Películas Extranjeras está presidido por el productor Mark Johnson, responsable de series como Breaking bad (AMC, 2008-2013) y su spin off Better call Saul (AMC, 2015-) o Rectify (Sundance Channel, 2013-2016), y un ferviente defensor del apoyo de la Academia al cine hecho fuera de los Estados Unidos. El proceso de selección comienza con los visionados de películas que se llevan a cabo hasta mediados de diciembre por parte de unos 300 miembros de la Academia de Hollywood. Ni qué decir tiene que, puesto que deben ver un buen número de películas, la mayor parte de estos miembros está obligado a tener el suficiente tiempo para llevar a cabo las votaciones, y por lo tanto el perfil de éstos suele ser el de artistas o técnicos ya retirados. 

En todo caso, tampoco tienen que ver todas las películas, ya que a cada uno de los miembros presentados se les asigna uno de cuatro grupos que se reparten para votar sólo una parte de las películas. Aproximadamente son entre 13 y 15 los filmes los que cada uno de los académicos está obligado a ver y votar. De estas votaciones salen finalmente seis de las nueve películas que formarán la lista de preseleccionadas a los Oscar. 

El Comité se reserva tres opciones para completar la lista. ¿Por qué? Simplemente, parece que Mark Johnson no se fía demasiado de la capacidad de los miembros de la Academia para incluir aquellos títulos más relevantes. Razón no le falta, porque el año pasado la ganadora del Oscar, El hijo de Saúl (László Nemes, 2015) fue una de las tres películas que no fue elegida en primera instancia y finalmente fue incluida por el Comité en su lista adicional. Este grupo está formado por 20 miembros seleccionados por el propio Mark Johnson. El problema se plantea cuando algunos académicos han comentado que estas tres películas se reservan a títulos acordes con los gustos personales del presidente, y que los miembros en realidad tienen poca capacidad de elección. 

Este año por ejemplo, antes de que se publicara la lista de nueve películas, muchos ya tenían claro que la gran favorita, la alemana Toni Erdmann (Maren Ade, 2016), iba a estar entre las preseleccionadas, porque si no la elegían los 300 votantes, el Comité la incluiría, no solo por su casi unánime buen recibimiento crítico, sino también por el respaldo de la Academia de Cine Europeo, que le concedió sus cinco premios principales en una ceremonia celebrada el 10 de diciembre, dos días antes de que se cerraran las votaciones para seleccionar la shortlist. Curiosamente, en el Festival de Cannes la película se fue de vacío, mientras que uno de los títulos más controvertidos que forman parte de los preseleccionados, el excesivo drama canadiense Solo en el fin del mundo (Xavier Dolan, 2016), se llevó el Gran Premio del Jurado, formado por algunos miembros de la Academia de Hollywood como el director George Miller o los actores Kirsten Dunst y Donald Sutherland. Sin embargo, la película de Xavier Dolan fue recibida con encontradas opiniones por parte de la crítica.

Quizás el filme de Maren Ade hubiera logrado mejores resultados en la Berlinale, un festival mucho más heterogéneo y en el que hubiera jugado en casa, pero el embarazo de la directora le impidió tener la película lista para el mes de febrero. Toni Erdmann es una excelente comedia donde el absurdo se da la mano con el drama, y de hecho, Miren Ade reconoce influencias del cine de Andy Kaufman  en la construcción de los personajes.   

El complicado proceso de preselección se cierra con estas nueve películas, que finalmente van a ser  visionadas por 30 personas, divididas en tres grupos: 10 en Nueva York, 10 en Los Angeles y 10 en Londres, que serán los que finalmente elijan las cinco nominadas. El año pasado, por ejemplo, formaron parte de estos grupos nombres tan destacados como Meryl Streep, Jesse Eisenberg, Hugh Grant o el dramaturgo Richard LaGravenese. 

Cada año hay títulos que se "cuelan" entre las candidatas sin que parezcan tener grandes posibilidades en un principio, lo cual no quiere decir que no sean películas destacables. En esta edición encontramos algunas sorpresas como la australiana Tanna (Martin Butler y Bentley Dean, 2015), una hermosa historia de amor protagonizada por miembros de una tribu aborigen que hablan la lengua Nauvhal, con música de Antony Partos y Lisa Gerrard, y que forma parte de esa cuota de cine indígena que parece formar parte de la lista de películas extranjeras en los últimos años (la edición pasado fue la colombiana El abrazo de la serpiente (Ciro Guerra, 2015)). 



También ha sorprendido la inclusión de una película de animación, la suiza La vida de Calabacín (Claude Barras, 2016), lo que podría restarle posibilidades en la categoría de Película de Animación. Teniendo en cuenta la lista de películas que se han quedado fuera, y a pesar de que su historia tiene una lectura más adulta, relacionada con los traumas infantiles, es difícil pensar que vaya a formar parte de las cinco nominadas al Oscar. 

La cuota de cine en torno al Holocausto la pone el intenso y poético drama ruso Paradise (Andrei Konchalovsky, 2016), que viene precedido por el León de Plata al Mejor Director que recibió en el Festival de Venecia. 

Más previsibles han sido la inclusión de títulos que ya estaban entre los favoritos, como la última película del iraní Asghar Farhadi que ganó el Oscar por Nader y Simin, una separación (Asghar Farhadi, 2011) y este año presenta otra historia sobre relaciones de pareja, basada en la obra teatral Muerte de un viajante (Arthur Miller, 1949), trasladada al difícil contexto social y político de su país.

Y, frente, a la ausencia de cine latinoamericano este año entre las candidatas al Oscar a Mejor Película Extranjera, sorprende la presencia notable de los países nórdicos, nada menos que con tres representantes: el contundente drama bélico danés Land of mine (Martin Zandvliet, 2015), que recibió tres premios del Cine Europeo, la amable y negra comedia sueca Un hombre llamado Ove (Hannes Holm, 2015) y el drama de época noruego The King's choice (Erik Poppe, 2016).  



El 24 de enero se darán a conocer las cinco películas nominadas, que formarán parte del proceso de votación general entre todos los miembros de la Academia de Hollywood. Algunas de ellas parecen claras favoritas, y aunque todo apunta a que el Oscar podría ir para Alemania, en categorías como ésta no hay que descartar sorpresas de última hora. 

Shortlist de Películas Extranjeras:


El viajante (Asghar Farhadi, 2016), Irán

La vida de Calabacín (Claude Barras, 2016), Suiza
Land of mine (Bajo la arena) (Martin Zandvliet, 2015), Dinamarca
Paradise (Rai) (Andrei Konchalovski, 2016), Rusia
Solo el fin del mundo (Xavier Dolan, 2016), Canadá
Tanna (Bentley Dean y Martin Butler, 2015), Australia
The King's choice (Erik Poppe, 2016), Noruega
Toni Erdmann (Maren Ade, 2016), Alemania
Un hombre llamado Ove (Hannes Holm, 2015), Suecia






Solo el fin del mundo se estrena el 6 de enero

Toni Erdmann se estrena el 20 de enero
Land of mine (Bajo la arena) se estrena el 17 de febrero
La vida de Calabacín se estrena el 24 de febrero
El viajante se estrena el 3 de marzo