Como hacemos los primeros días de cada año, traemos en dos entregas nuestra lista de aquellos discos publicados durante 2016 que creemos que deberíais escuchar. Se trata de una lista personal con algunos de esos momentos que nos han emocionado y trasladado a esos otros mundos a los que nos invita la música. Por eso no queremos llamarlo "los mejores discos de 2016", sino presentarlos como una lista de recomendaciones que, de hecho, no se detiene aquí, sino que os invita a seguir explorando otros trabajos de esos artistas o, simplemente, otros géneros musicales alejados de las plataformas comerciales. De esta forma, el orden de nuestra lista se basa en la fecha de publicación, porque no se trata de hacer un ranking, sino de compartir experiencias.
David Bowie - Blackstar
Columbia-RCA-ISO 7 / enero /2016
La despedida de David Bowie fue lenta y minuciosa. Su muerte, el 10 de enero de 2016, se anticipó con la publicación de su último lanzamiento, un compendio de algunas de sus constantes a lo largo de una carrera que tiene tantas aristas como su propia personalidad. Como comentaba Chris Roberts en su obituario en The Quietus, "nació David Jones pero murió David Bowie, y al final la transformación fue completa". No cabe duda que "Blackstar", el tema que da título al álbum, refleja ese aire de despedida que tienen todos sus pasajes. Pero es "Lazarus" el que nos revela más claramente esa mirada frontal a la muerte, representada en la figura del hombre resucitado, y que forma parte también de otra despedida, el musical Lazarus (Enda Walsh, 2015), estrenado en Broadway a finales de 2015 (en 2017 llegará a Londres), con Michael C. Hall como protagonista, basado en la novela El hombre que cayó en la Tierra (Walter Tevis, 1963), en la que también se inspiró la película El hombre que cayó a la Tierra (Nicolas Roeg, 1976), una de los primeros trabajos como actor de David Bowie. El musical es, de hecho, un recorrido por las canciones más representativas de la carrera del cantante. El círculo por tanto se cierra, perfectamente hilvanado, como lo fue su vida y también lo ha sido su muerte, con el videoclip de la canción "Lazarus", un adiós que resulta sobrecogedor. Igual que ocurre con Leonard Cohen, Blackstar no es solo un disco final, sino que contiene en sí mismo algunos momentos vibrantes que lo colocarán entre los mejores recopilatorios de su obra, arriesgada y fascinante.
Anderson .Paak - Malibu
Empire-Obe-Steel Wood-Art Club 11 / enero /2016
Cuando llegas a la escena musical con un éxito tan contundente como el de Anderson .Paak y su álbum Venice (Anderson .Paak, 2014), su debut como tal, aunque venía precedido de varias éxitos en forma de EP, la continuidad es complicada. Este segundo disco se edita después de aparecer en otras grabaciones de algunos artistas que ahora le devuelven el favor, como en Compton (Dr. Dre, 2015) o The documentary 2 (The Game, 2015). Quizás más por política de la discográfica que por decisión propia, los invitados especiales de este disco son notables, como The Game, ScHoolboy Q o Talib Kweli, pero también es cierto que en realidad no le hacía falta tanto despliegue de nombres, porque su música es suficientemente interesante. Así lo demuestran canciones como "Come down", posiblemente uno de los mejores temas pop de este año, absolutamente disfrutable en su sencillez. Hay otros momentos más complejos, e incluso reivindicativos, como la canción que cierra el álbum, "The dreamer", en la que habla sobre su propio éxito. Malibu es su disco más personal, con esa vida marcada con su variopinto árbol genealógico (hijo de una granjera surcoreana y un militar norteamericano) e incluso matices de esos sonidos religiosos con los que se crió en "The season/Carry me". Toda una declaración de principios que acaba resultando avasalladora.
Cuando llegas a la escena musical con un éxito tan contundente como el de Anderson .Paak y su álbum Venice (Anderson .Paak, 2014), su debut como tal, aunque venía precedido de varias éxitos en forma de EP, la continuidad es complicada. Este segundo disco se edita después de aparecer en otras grabaciones de algunos artistas que ahora le devuelven el favor, como en Compton (Dr. Dre, 2015) o The documentary 2 (The Game, 2015). Quizás más por política de la discográfica que por decisión propia, los invitados especiales de este disco son notables, como The Game, ScHoolboy Q o Talib Kweli, pero también es cierto que en realidad no le hacía falta tanto despliegue de nombres, porque su música es suficientemente interesante. Así lo demuestran canciones como "Come down", posiblemente uno de los mejores temas pop de este año, absolutamente disfrutable en su sencillez. Hay otros momentos más complejos, e incluso reivindicativos, como la canción que cierra el álbum, "The dreamer", en la que habla sobre su propio éxito. Malibu es su disco más personal, con esa vida marcada con su variopinto árbol genealógico (hijo de una granjera surcoreana y un militar norteamericano) e incluso matices de esos sonidos religiosos con los que se crió en "The season/Carry me". Toda una declaración de principios que acaba resultando avasalladora.
Bill Frisell - When you wish upon a star
Okeh-Legacy 5 / febrero / 2016
Este año el guitarrista Bill Frisell nos ha regalado su particular homenaje al cine a través de un disco que recoge algunos de los temas de cine y televisión que marcaron su infancia y su juventud, al igual que alguna aportación propia de Bill Frisell al mundo de la televisión. El álbum incluye revisiones que respetan, pero al mismo tiempo, personalizan, composiciones de películas como Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) o Castillos en la arena (Vicente Minnelli, 1965), y homenajea a algunos de los músicos más influyentes del cine, desde Elmer Bernstein hasta Bernard Herrmann, pasando por Johnny Mandel o Ennio Morricone. A los que ya conocen el sonido característico de Bill Frisell, en sus trabajos en solitario o en sus colaboraciones con John Zorn, encontrarán lugares comunes que subrayan su concepción jazzística, iconoclasta y personal, que sitúan éste como otro álbum a incluir entre lo mejor de su discografía, como lo fue aquel homenaje a John Lennon en All we are saying... (2011). Entre lo mejor de este tributo, no solo al cine, sino en general a su propia infancia, encontramos ese magnífico doblete en "Psycho, Pt. 1" y "Psycho, Pt. 2", que conforma la parte central de la grabación, o esa versión melancólica que hace Petra Haden del tema "Moonriver" que Henry Mancini creó para la mítica Desayuno con diamantes (Billy Wilder, 1961). En general, las intervenciones de Petra Haden dan otro color a los temas que interpreta, y conforma una de las mejores recopilaciones de los últimos años en torno a la música de cine. The Lincoln Center ofrece en internet la posibilidad de disfrutar del concierto completo que ofreció Bill Frisell interpretando los temas de este magnífico álbum.
Jack Garratt - Phase
Island 18 / febrero /2016
Jack Garratt es uno de los recientes descubrimientos de la música pop británica. Se le ha comparado con Ed Sheeran, James Blake e incluso con Sam Smith, pero eso es porque hay una cierta necesidad de catalogar a los músicos inclasificables. Este compositor y cantante que con 24 años ha logrado el Brits Critic's Choice Award nos ofrece en su álbum debut todo un ramillete de creaciones pop que contienen algunos de los pasajes más impactantes de los que hemos escuchado a lo largo del pasado año. Este disco incluye, en realidad, una recopilación de temas que han ido conformando, desde 2014, su entrada en el mundo de la música. "The love you're given" ya fue un lanzamiento de su primer EP, y luego vino "Worry", que se convertiría en su primer éxito. De esta forma, Phase se nos presenta como un resumen de la trayectoria en los dos últimos años de un músico que tiene grandes propuestas de futuro, y una capacidad especial para construir estructuras musicales de gran complejidad. Especialmente nos gustan sus creaciones más intimistas, como esta versión acústica intensa del tema "Water" que aparece en la versión Deluxe de su disco.
Vijay Iyer, Wadada Leo Smith - A cosmic rhythm wich each stroke
ECM 11 / marzo /2016
Dos de los principales representantes del jazz se han unido para crear uno de los álbumes más inspirados de todo el año. El trompetista Wadada Leo Smith está considerado como un sucesor de John Coltrane, y fue finalista del Premio Pulitzer en 2013 por su último álbum en solitario, el impresionante Ten Freedom summers (2012), que se ha convertido ya en todo un clásico. A través de sus improvisaciones, Wadada Leo Smith crea una atmósfera especial, hipnótica y emocional, que nos atrapa desde las primeras notas. Por su parte, el pianista Vijay Iyer se ha ido forjando lentamente una posición privilegiada como profesor de música en la Universidad de Harvard, y con una discografía formada principalmente por sus colaboraciones en tríos de jazz. El tándem que han formado para dar vida a este álbum los convierte en uno de los más destacados de 2016. A cosmic rhythm whith each stroke está formado por siete segmentos que se nos presentan como siete "conversaciones" entre el piano de Vijay Iyer y la trompeta de Wadada Leo Smith a través de improvisaciones que comienzan con el potente, casi diríamos que rabioso tema "Passages", y que se va desarrollando en forma de homenaje al artista indio Nasreen Mohamedi, circulando por terrenos de sonoridades complicadas, de atonales vericuetos que sin embargo logran la casi perfecta cohesión entre los dos instrumentos, y otras veces no sin dificultad, como en "A Cold fire", donde el piano trata de encontrar un espacio entre las punzantes sonoridades de la trompeta.
Xiu Xiu - Plays the music of Twin Peaks
Polyvinyl-Bella Union 14 / abril /2016
No sabemos si ha sido coincidencia o no, pero la publicación de esta reinterpretación de la música de Twin Peaks (ABC, 1990-1991) que hace la banda Xiu Xiu coincide con la puesta en marcha de su regreso, previsto para 2017 de la mano de David Lynch. En todo caso, resulta un preámbulo perfecto, porque los sonidos experimentales del grupo californiano capturan toda la esencia de la música de Angelo Badalamenti, pero llevándola a su propio terreno y haciéndola por tanto más cautivadora. El álbum surgió de un encargo del The Queensland Gallery of Modern Art, que le pidió que interpretaran varios temas de la banda sonora para una exposición sobre David Lynch. Manteniendo su sonido característico, el grupo muestra absoluto respeto por la música original, no solo en los temas cantados, como esa magnífica versión de "Falling", el tema principal, que se convierte casi en un lamento en la voz de Jamie Stewart. A pesar de su carácter experimental, lo cual conecta perfectamente con el espíritu rompedor de David Lynch, la revisión de la banda sonora de Twin Peaks mantiene el misterio, la oscuridad y el suspense del original. Y hasta se atreven a desorbitadas transposiciones de rock underground en temas como "Packard's vibración" o caóticas resoluciones de guitarras que explotan en sonidos potentes, como "Blue Frank-Pink room". Solo se permiten desviarse del camino trazado por Badalamenti en temas como el que clausura el álbum, "Josie's past", en el que Angela Ser, miembro de la banda, lee fragmentos del diario de Laura Palmer.
Anohni - Hopelessness
Secretly Canadian-Rough Trade 5 / mayo / 2016
Antony Hegarty ha ido sufriendo una transformación gradual a lo largo de los años. Primero desde su condición de artista transgénero para convertirse en quien ahora se hace llamar Anohni, y sobre todo con su tendencia cada vez más cercana a la música electrónica, abandonando poco a poco los sonidos casi sinfónicos y etéreos que nos ofrecía con su banda Antony and the Johnsons. Hopelessness es el primer álbum en el que Anohni firma con ese nombre, y se muestra en un formato y una tesitura de voz muy diferente a lo que estábamos acostumbrados, aquí mucho más contundente, más industrial y, en sus letras, mucho más radical y con un trasfondo más político. El tema con el que se abre, "Drone bomb me", está contado desde el punto de vista de una niña afgana de nueve años cuya familia ha muerto en un ataque de drones, mientras que en "Obama" ofrece una visión crítica de la administración ejercida por el presidente saliente. Anohni es una artista ahora visceral en sus propuestas, amparada desde el punto de vista sonoro en la potente producción de Hudson Mohawke, y suena en ciertos momentos a Woodkid ("4 DEGREES") y en otros a Björk ("Violent men") y quizás le hace falta todavía encontrar su propio espacio y personalidad dentro de esta nueva vertiente musical en la que se ha introducido. Pero el riesgo que ha asumido con este disco es notable, y en ello encontramos sus mejores virtudes, aparte de que su voz nos sigue hipnotizando como siempre.
Julien Marchal - Insight II
1631 Recordings 6 / mayo / 2016
El pianista y compositor francés Julien Marchal nos resulta ya conocido, especialmente tras su espléndido debut con Insight (2015), del que este nuevo lanzamiento es una continuación estilística. Pero también por su reciente colaboración con el productor alemán Robot Koch para cuyo disco Hypermoment (2015) contribuyó con dos temas que contienen esa base melódica etérea que caracteriza sus composiciones. Con Insight II, Julien Marchal vuelve a realizar un trabajo personal en el que se apodera de todas las labores de composición, interpretación y mezclas él mismo. Se trata por tanto de un planteamiento cara a cara, sin ningún tipo de aislamientos electrónicos que distorsionen las composiciones. El piano de Julien Marchal discurre por caminos melódicos sencillos pero efectivos, con un cierto aire de melancolía en creaciones inmensas como "Insight XVIII", que parecen surgidas del alma. Aunque a veces se aventura en terrenos algo más experimentales, que nos recuerdan a otro gran pianista europeo, Nils Frahm, en sus planteamientos más intimistas, como en "Insight XXI". Tanto éste como el anterior son discos complementarios, funcionando casi como una recopilación de retazos musicales envolventes que se pueden escuchar como un conjunto compacto. Y revela la capacidad de Julien Marchal para crear ambientes de profundo contenido personal que nos aprisiona sin capacidad de reacción.
XL Recordings 8 / mayo / 2016
Tras los escarceos independientes de Jonny Greenwood con el cine y con las sonoridades indias, el regreso de una de las bandas más influyentes de las últimas décadas era esperado con impaciencia. Y 2016 nos ha traído uno de esos álbumes que corroboran la condición de referente que tiene Radiohead, aunque sea a partir de una recopilación de temas en su mayor parte ya presentados a lo largo de los años, pero aquí reinventados en formato compilado para satisfacción de sus seguidores. El comienzo del disco es avasallador, con esas cuerdas cortantes que provienen de esa tendencia de Greenwood hacia la música clásica contemporánea que ha marcado algunos de sus trabajos en solitario, tanto para el cine como autónomos. Si el anterior álbum, The king of limbs (2011) estaba demasiado marcado por las influencias electrónicas de Thom York, aquí predomina la introducción de instrumentos de cuerda. Y hay que decir que funcionan mejor en el contexto musical del grupo. Hay también incursiones en la música ambient de otras bandas como Sigur Rós (en ese hipnótico "Daydreaming"), que quizás se podría catalogar como escaso de personalidad, pero es un tema tan modélico que se le perdona. Y hay también conciencia medioambiental como ese "The numbers" que habla sobre las consecuencias del cambio climático. En general, Radiohead han vuelto para seguir siendo los mismos pero al mismo tiempo para tratar de encontrar nuevas formas de evolución. Este año también publicaron el tema "Spectre", que escribieron para la última película de James Bond, Spectre 007 (Sam Mendes, 2015), pero que finalmente no fue utilizada, en favor de la ñoña aportación de Sam Smith. Y que a nosotros nos parece una excelente rareza digna de formar parte de su catálogo.
James Blake - The colour of anything
Universal 10 / mayo / 2016
James Blake ha construido su disco más oscuro, lleno de sonidos envueltos en cierta niebla musical entre la que va introduciendo retazos de su propia experiencia personal. Cuando llegamos a la mitad del disco, ya estamos envueltos en esta especie de neblina sonora que nos propone James Blake en temas como "Radio silence" o "Love me in whatever way", y ya resulta difícil desprenderse de ella. Adentrarse en los pasajes musicales de su última publicación es como caminar por un paseo marítimo lleno de niebla que impide una buena visibilidad y no sabes en qué momento vas a caer al agua. Vas caminando con cuidado, mirando hacia un horizonte que parece inexistente, dando pequeños pasos que te hacen avanzar lentamente. Y a lo largo de ese caminar dubitativo van apareciendo extraños compañeros de viaje. En este caso, encontramos a Frank Ocean (otro que este año nos ha dado una lección de música con su último disco), que colabora en la apaciguada belleza de "My willing heart". También nos cruzamos con Bon Iver (que asimismo ocupa lugar privilegiado en nuestra lista de los discos imprescindibles del año), que juega a dúo vocal con James Blake en "I need a Forest". Todo un ejemplo de ese sonido nada complaciente, heterogéneo, en constante búsqueda de la excelencia, que predomina en este envolvente paseo por nuestras propias conciencias.
Kygo - Cloud Nine
Sony 20 / mayo / 2016
Después de sorprender con sus remezclas, este jovencísimo DJ noruego, que se ha formado en países como Escocia y Argentina, ha publicado finalmente su primer álbum de estudio, que contiene algunos éxitos ya lanzados hace dos años como ese "Firestone" con la colaboración vocal del australiano Conrad Sewell que se convirtió en número uno y su mejor tarjeta de presentación. Cloud 9 es el perfecto ejemplo de música disco realizada con inteligencia, con una base rítmica heterogénea y un nivel de producción por encima de lo habitual. Las virtudes de Kygo ya nos las mostró el año pasado con aquel espléndido remix del clásico de Marvin Gaye "Sexual healing", y a lo largo de diversos lanzamientos que se han colocado en las listas de éxito, no solo en países como su país Noruega, o Suecia, sino también en toda Europa y Estados Unidos. Otro de los aciertos de este álbum está en la variopinta lista de artistas invitados, que van desde el norteamericano Parson James, cantante en el éxito "Stole the show", hasta el británico RHODES o el mismísimo John Legend, pasando por esa deliciosa interpretación de Angus Stone y Julia Stone en el tema que cierra el álbum, "For what's is Worth". Esta diversa procedencia de sus invitados muestra hasta qué punto los sonidos de Kygo no se quedan en la mera epidermis, sino que transitan por caminos más amplios, y sin duda puede evolucionar hacia horizontes nada previsibles.
Le Label 20 / mayo / 2016
Melanie De Biasio ha sido calificada como la Billie Holliday belga desde que en 2007 publicó su primer álbum, A stomach is burning, seguid en 2013 por No Deal. Su voz, se cadencia sensual y de lánguida belleza, es perfecta para crear esas atmósferas lánguidas que tienen algunas de sus composiciones. Y vuelve a aparecer, aquí con envoltura más electrónica, en este EP que ha publicado en 2016, compuesto por un solo tema de 24 minutos que nos transporta a esos paisajes industriales de ciudades como Charleroi, Manchester o Detroit, en una especie de viaje a las entrañas del metal y el ladrillo. Estas "ciudades ennegrecidas" nos proponen una música que suena a tonos grises, con algunas referencias a Pink Floyd, y que va desplegando lentamente todos sus recursos para imbuirnos en esa negritud en la que, solo de vez en cuando, encontramos alguna luz (la flauta como elemento iluminador). Se trata, en sus 24 minutos de duración, de una de esas composiciones que consiguen evolucionar hasta senderos nuevos y envolventes, que van más allá de la simple clasificación de jazz.
Fat Possum 31 / mayo / 2016
Minor Victories nace de la colaboración entre la cantante Rachel Goswell, del grupo Slowdive y los guitarristas Stuart Braithwaite, de Mogwai, y Justin Lockey, de Editors. Este trabajo conjunto, sin duda, despierta interés solo escuchando estos nombres, pero aún más si tenemos en cuenta que buena parte del disco surge de intercambios de ideas a través de email e incluso de grabaciones en las que los tres coincidieron raramente. Y a pesar de esto, y de contener sonidos que nos recuerdan a cada uno de los tres grupos de los que nace esta nueva formación, hay una cohesión general en todo el álbum que sorprende por su firmeza. Desde la canción inicial, "Give up the host", quizás la más Mogwai de todas, que nos introduce en ambientes de sangre y misterio, el debut de Minor Victories es impactante, aunque quizás no del todo sorprendente. Algo que de hecho reconocía el propio Stuart Braithwaite en una entrevista: "Para ser honesto, creo que si conoces la música que hacemos, no habrá ninguna sorpresa. Simplemente tiene algunos buenos elementos de cada una de las bandas". Caminan también por senderos más cercanos al pop en temas como "Scattered ashes (Song for Richard)", ese dúo entre Rachel Goswell y James Graham, de The Twilight Sad, o el otro dúo del disco, con Mark Kozelek de Sun Kil Moon, en "For you always", que quizás son los pasajes cuyos sonidos se parecen más a lo que podríamos esperar de esta formación. Sin olvidar la presencia de esos arreglos orquestales marca de la casa Mogwai, que construyen auténticas maravillas casi cinematográficas como "The thief".
Whitney - Light upon the lake
Secretly Canadian 6 / junio / 2016
Otro de los debuts que más nos han emocionado este año es este dúo formado por el guitarrista Mark Kakacek y el batería Julien Ehrlich. ambos miembros de la banda Smith Westerns, que se separó en 2014. Su primer lanzamiento está compuesto por un ramillete de deliciosas canciones, la mayor parte de no más de tres minutos de duración, que son auténticas pinceladas de efervescencia creativa. Casi parece que estamos escuchando los sonidos de aquellos álbumes del pop de los sesenta, con esas voces en falsete y esas guitarras acompañadas por instrumentos de viento, que conforman auténticas maravillas. "On my own", "Golden days" o el tema con el que se abre el disco, "No Woman", nos transportan a sonidos que ya no estamos acostumbrados a escuchar, y demuestran el talento de dos músicos que, sobre todo en el caso de Julien Ehrlich, parecía que tenía oculto en sus trabajos anteriores, siempre manteniendo un segundo plano que ahora se transforma en primera línea llena de emociones. Se trata desde luego de uno de los discos más agradables para el paladar del aficionado a la música con un sonido característico, que no inventa nada nuevo, sino todo lo contrario, recupera matices que en la actualidad parecían olvidados. Y eso es de agradecer para un grupo que se ha revelado como uno de los descubrimientos más reconfortantes del año.
Domino 30 / junio / 2016
Dev Hynes es un polifacético artista que, con el sobrenombre de Blood Orange, publica ahora su tercer álbum, en el que expresa, si cabe aún más que en los otros, su activismo racial y sexual, teniendo presente algunas de las recientes polémicas muertes de jóvenes de raza negra, como en "Hands up" (manos arriba), que habla sobre el asesinato de George Zimmerman a manos de un hombre armado que proclamó autodefensa frente a un adolescente desarmado, o directamente reflexionando sobre qué es ser una mujer negra, como en "By ourselves", en el que introduce un poema de Ashley Haze. Blood Orange se coloca así en el lado de los artistas que proclaman la defensa de la libertad, dejando claro que su arma es la palabra y reivindicando su raza y su sexualidad, como en "Chance". Con un sonido más Rythm and Blues que en otras ocasiones, Freetown Sound es todo un alarde de ritmos y letras nada complacientes, que reivindican a su autor, un artista que igual dirige videoclips de Mikky Blanco como compone música para películas, y que pretende unir a todos en la diversidad: "Mi álbum es para todos aquellos que no se sienten demasiado negros, y para los que se sienten muy negros; para los que son muy maricas, y para los que no lo son tanto...".
130701 20 / julio / 2016
Publicado sin demasiada promoción, por su carácter en cierto modo experimental, este disco del artista canadiense Ian William Craig es su proyecto más ambicioso, después de haber editado dos álbumes más en 2014 y 2015, y este mismo año haber participado en otros dos proyectos musicales. La columna vertebral de la grabación es la propia voz de Ian William Craig, como elemento principal con el que, a base de distorsiones electrónicas, se reconvierte en un instrumento más. Formado en la música clásica y la ópera, las incursiones sonoras del compositor e intérprete se adentran por sendas que están cerca de la música clásica contemporánea, pero sazonada con retoques de ritmos pop que le dan un carácter vanguardista y rompedor. En algunos momentos nos recuerda a las incursiones de Nico Muhly en el terreno del pop, siempre con ese background clásico, pero adentrándose en terrenos novedosos y nada complacientes. "Contain", en sus dos versiones (la más electrónica que lo abre y la acústica que lo cierra), es el tema principal del álbum, y nos cala en las emociones a través de su cadencia sosegada y multicolor. Hay que escuchar este disco con apertura de miras, con predisposición a verse agitados por la variedad sonora de uno de los proyectos más singulares del pasado año.
Lou Rhodes - Theyesandeye
Nude Records 22 / julio / 2016
La cantante Lou Rhodes se ha consolidado ya en solitario desde hace algunos años, en paralelo con su carrera como parte del dúo Lamb junto a Andy Barlow. En solitario, Rhodes tiene más tendencia al folk, alejándose de los sonidos electrónicos, con una voz amable y suave que en algunas ocasiones nos recuerda a Alanis Morrissette. Pero quizás es en este cuarto disco en el que consigue una personalidad propia más afianzada en un álbum que casi podríamos definir como pastoral, repleto de sonidos de la naturaleza (ese comienzo de gaviotas en "All the birds"), pero sobre todo muy pegado a la tierra, con minúscula y con mayúscula. De hecho, Lou Rhodes construye algunos homenajes a la naturaleza, como en "Sea organ", que hace referencia a ese órgano de mar que suena en la localidad de Zadar en Croacia, donde una estructura arquitectónica produce sonidos casi musicales en contacto con la marea. Pero son los chelos y el arpa los instrumentos que predominan en este trabajo muy terrenal, de sonidos casi mágicos en el maravilloso cover acústico de la popular canción "Angels" del grupo The xx, que suena aún más intenso y apasionado en la voz aterciopelada de Lou Rhodes.
Michael Kiwanuka - Love and Hate
Polydor 25 / julio / 2016
Michael Kiwanuka es una de esas maravillosas sorpresas que surgen de la escena londinense. Y aunque su primer álbum, Home again (2012) ya fue todo un éxito de ventas, es en este segundo en el que consigue reforzar aún más su condición de auténtico maestro de la composición. La repercusión de su primer disco le llevó incluso a ser invitado por Kanye West a participar en su álbum Yeezus (2013), pero Michael Kiwanuka confesó sentirse como un bicho raro con su guitarra acústica en medio de toda aquella parafernalia de productores y despilfarro. Esta anécdota define perfectamente el espíritu de un músico que se muestra alejado de las grandes fastuosidades del éxito, y eso que en este álbum despliega todo un ramillete de elementos musicales que van desde las voces corales hasta los instrumentos sinfónicos en un trabajo de producción complejo y perfecto. El comienzo, con ese inmenso "Cold Little heart", quizás la mejor canción que se ha escrito en 2016, llena de matices rítmicos, es toda una declaración de principios. Love and hate es una espléndida incursión en los sonidos del soul con pinceladas de gospel, y es una delicia escuchar auténticas píldoras de calidad como "Black man in a White world" o "I'll never love", que además asientan su posición personal ante la vida. En la estela de grandes voces de la música negra como Marvin Gaye, Michael Kiwanuka se consolida ya con este álbum como uno de los más importantes intérpretes del panorama actual.
Nels Cline - Lovers
Blue Note 6 / agosto / 2016
A los seguidores del grupo Wilco les puede sorprender esta incursión de su guitarrista, Nels Cline, en los terrenos de la música estándar, acompañado por una orquesta de cámara. Pues aquí lo tenemos, interpretando canciones populares de Richard Rodgers y Lorenz Hart como "Glad to be unhappy", del musical On your toes (1936), pero que popularizó Frank Sinatra; el clásico "I have dreamed", de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II para el musical El rey y yo (1951) o el hermoso "Beautiful love" de Wayne King, Victor Young y Egbert Van Alstyne. A lo largo de este extenso cuádruple álbum, encontramos una selección heterodoxa de composiciones que no solo pasan por los clásicos estándar, sino que también incluye obras experimentales del saxofonista Jimmy Giuffre o el guitarrista Arto Lindsay, e incluso se atreve a versionar temas de Sonic Youth como "Snare, girl" de su álbum A thousand leaves (1998). Se trata por tanto de una grabación que, en sus dilatadas interpretaciones, se acerca en cierta medida al jazz para ofrecernos una limpia revisión de la música que ha marcado la trayectoria vital de Nels Cline, que también incluye algunas composiciones propias. Estamos ante un descubrimiento que, dentro de su sorpresa, resulta gratificante. Es un disco que hay que escuchar con la mente abierta y los oídos bien atentos para imbuirse en esta propuesta singular.
Frank Ocean - Blond(e)
Auto editado 25 / agosto / 2016
Que Frank Ocean es uno de los nombres más destacados de la música actual es indudable. Por eso su ausencia de la escena musical durante los últimos años resultaba preocupante. Pero en 2016 ha reaparecido con más fuerza que nunca editando dos álbumes. Por un lado, este magnífico Blond(e) y, por otro, el álbum visual Endless (2016), publicado exclusivamente para la plataforma Apple Music. Encontramos en estos lanzamientos a un artista en constante evolución y, en el caso que nos ocupa, menos interesado en encontrar el éxito fácil, a pesar de que ya lo consiguió con su anterior álbum. Frank Ocean explora, entre distorsiones y elementos externos que difuminan la base rítmica de las canciones, sonidos que van más allá del Rythm and Blues con el que se le ha etiquetado. El disco se iba a titular en un principio "Boys don't cry", una declaración de principios en torno a una infancia en la que, según confiesa el propio Frank Ocean, era incapaz de llorar. Y se atreve a hablar, en pequeños relatos narrados, de las extrañas relaciones personales que se establecen en la actualidad. Como en "Facebook story", en la que habla de cómo se negaba a aceptar a su novia en Facebook, encontrándolo inútil ya que se veían todo el día, y ella se obsesionó pensando que no lo hacía porque la estaba engañando. En realidad, de eso trata todo el disco de Frank Ocean, de la necesidad de estar presentes y de ser presentes en todo momento, en una época en la que las tecnologías nos tienen secuestrados. Y quizás por eso su ausencia consciente durante los últimos años, para renacer con un álbum genial.
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