A continuación elaboramos una lista de las 30 bandas sonoras que más nos han interesado a lo largo de un año en el que, como de costumbre, encontramos hallazgos destacados al margen de los mainstream. Pero tampoco nos caracterizamos por renegar de las “big soundtracks” sino todo lo contrario, incluimos también algunos de los trabajos musicales que parecen claramente destinados a formar parte de la lista de bandas sonoras nominadas al Oscar. Estos son nuestros scores más destacados de 2015:
Tom Holkenborg (Junkie XL)
El regreso de George Miller al universo de violencia seca de Mad Max ha sido una de las sorpresas del año. Tanto que ha terminado colándose entre las películas más destacadas de los premios de la crítica, y con serias posibilidades de acabar en la lista de nominadas al Oscar. Y por extensión, este impactante trabajo de Tom Holkenberg, DJ holandés más conocido como Junkie XL, que ha elaborado una contundente banda sonora de gran potencia orquestal. Las composiciones de Holkenborg, que incorporan también efectos electrónicos y aires corales, conforman una de las obras musicales con más adrenalina de esta temporada, en consonancia con las intensas escenas de acción creadas por George Miller.
Disasterpiece
Posiblemente
sea una de las mejores películas de terror de 2015. Con su aire “indie” y su
homenaje a La noche de Halloween, el film de David Robert Mitchell tiene en su simplicidad su
principal acierto. Y produce más desasosiego que cualquier otro título del
género que hayamos visto este año. Igualmente su banda sonora, escrita por Rich Vreeland, conocido musicalmente como Disasterpiece, absorbe los sonidos que John
Carpenter creara para sus películas de
los años ochenta, y los reincorpora al cine de terror para delicia de los aficionados. Sonoridades sintetizadas para recrear ese fantasma que
persigue a los protagonistas, y que provoca auténtico
pavor. Simplicidad también en la banda sonora, sutil y absorbente.
The Duke or Burgundy
Cat's Eyes
Fuera de los circuitos comerciales, esta película del británico Peter Strickland aborda la relación sadomasoquista entre dos mujeres, y está considerada como una de las historias eróticas más absorbentes del año. Su estética de los años setenta también se revela en la banda sonora del dúo Cat's Eyes (formado por el cantante Faris Badwan y la soprano Rachel Zeffira). Con esa referencia a los films eróticos de aquella década muy prolífica en lo que se refiere a cine y erotismo, en ciertos momentos también adquiere un clasicismo de gran belleza, envuelto en instrumentos de cámara y la voz de Zeffira.
Timbuktu
Amine Bouhafa
Una de las películas que mejor ha descrito la sinrazón de los regímenes talibanes es esta producción francesa nominada al Oscar en representación de Mauritania, y ganadora de 7 premios César, entre ellos el de Mejor Banda Sonora. La dirección de Abderrahmane Sissako deja espacio a las miradas y los silencios, pero subrayados certeramente por las hermosas composiciones del franco-tunecino Amine Bouhafa. En cierta estética sonora nos recuerda a las bandas sonoras del argelino Armand Amar, uno de los nombres destacados en el panorama musical del cine francés, pero también aporta una personalidad propia a una banda sonora espléndida.
Steve Jobs
Daniel Pemberton
Sin duda estamos ante uno de los compositores destacados del año, lo que nos ha llevado a seleccionar dos de sus trabajos, haciendo una excepción en nuestras propias reglas. Pero es que el britanico Daniel Pemberton, que ya venía destacando en los últimos con trabajos notables, desarrolla en este Steve Jobs de Danny Boyle una de las composiciones más apasionantes de los últimos años, que le podría valer su primera nominación al Oscar. La banda sonora conjuga los sonidos electrónicos que reflejan el campo de trabajo del genio informático, junto a la base orquestal que nos aporta la emoción y la magnitud de sus logros humanos. Sencillamente perfecta.
The man from U.N.C.L.E.
Daniel Pemberton
En otro ámbito completamente distinto, Pemberton se refleja en los mejores trabajos musicales de John Barry y su generación para crear la imaginativa, divertida e inspirada banda sonora de Operación U.N.C.L.E., título menos valorado de lo que se merece, que también conseguía recuperar la esencia del mejor cine británico de espías. Pemberton trabaja aquí con pequeñas formaciones instrumentales más que con gran orquesta utilizando elementos como el clavicordio, la mandolina o la flauta para acercarse al espíritu del cine de acción de los sesenta. Y desde luego que lo consigue.
Far from the madding crowd
Craig Armstrong
El compositor escocés ha vuelto este año al primer plano de la música cinematográfica con dos trabajos destacados: la contundente banda sonora de Victor Frankenstein y esta apasionada incursión en el romanticismo de la nueva versión de la clásica novela Lejos del mundanal ruido que dirigió Thomas Vinterberg este año. Por eso la traemos a nuestra lista de nuestras mejores composiciones para cine de 2015; por la sutil cualidad sonora de un trabajo que se distancia de anteriores obras de Craig Armstrong. En la línea pastoral de Vaughan Williams, esta banda sonora sostiene sus hermosas melodías en instrumentos solistas como el violín y el harpa, construyendo un idílico universo romántico.
In the heart of the sea
Roque Baños
Incorporado ya al panorama cinematográfico de Hollywood, Roque Baños ha dado un paso de gigante participar en la última película de Ron Howard, En el corazón del mar que, a pesar de su taquillero director y de traernos una revisión de la siempre popular historia de Moby Dick, se ha convertido en uno de los mayores fracasos de estas Navidades. Esto no desmerece, sin embargo, los méritos de un trabajo complejo de Roque Baños, que ha creado una de sus bandas sonoras más logradas. El músico español no ha perdido la oportunidad y nos ofrece una larga sucesión de temas inspirados, quizás demasiado cercanos a los sonidos de Hans Zimmer en sus pasajes de acción, que nos acerca a esta historia clásica de enfrentamiento hombre-animal.
The Lady in the van
George Fenton
Casi segura nominación al Oscar para la gran dama de la interpretación Maggie Smith, The Lady in the van está basada en un libro escrito por el autor Alan Bennett que contaba su propia relación con una mujer vagabunda que aparcó durante un tiempo su furgoneta frente a la casa del escritor. Para esta comedia negra, George Fenton nos ofrece una sencilla y efectiva banda sonora que se sostiene sobre variaciones del tema "Miss Shepherd's waltz", un divertimento en formato vals que nos introduce a este singular personaje, cuyo pasado musical también permite a Fenton derivar en clásicos como Chopin o Schubert.
Sicario
Jóhann Jóhannsson
Sin duda estamos ante una de las películas del año, dirigida por el siempre interesante Denis Villeneuve. Una incursión en la guerra antidroga en la frontera de Estados Unidos y México que supera incluso la contundente visión que ofreció Steven Soderbergh en Traffic (2000). El trabajo del compositor islandés vuelve a ser, como en Prisioneros, de una contundencia absorbente, gracias a su terrorífica incursión en el lado oscuro del alma humana. Casi podríamos decir que se trata de una banda sonora perfecta para una película de terror, y en esas percusiones que nos martillean, rematadas con profundos sonidos de instrumentos de viento, refleja como ningún otro trabajo, la sinrazón de la violencia.
Kumiko, The treasure hunter
The Octopus Project
Basada en una sorprendente leyenda urbana según la cual una mujer japonesa murió de hipotermia en Minnesota mientras buscaba el dinero escondido que describía la película Fargo (1996), convencida de que realmente ese dinero existía, Kumiko es una cursiosa película de David Zellner que encuentra su perfecto reflejo en la música del grupo estadounidense The Octopus Project. Sonidos electrónicos, de aire sicodélico y experimental, el album funciona como grabación autónoma y como banda sonora. En pinceladas cortas, The Octopus Project deriva hacia el desasosiego que provoca una historia absurda de la que aún no se conoce su veracidad.
Southpaw
James Horner
Una de las pérdidas más impactantes de este año fue el accidente mortal sufrido por James Horner, precisamente cuando regresaba a la actualidad de la música de cine. Sus testamentos musicales han sido tres: El último lobo y Los 33, clásicas composiciones con la firma característica del sonido Horner, y esta historia pugilística que protagoniza Jake Gyllenhal, y que se encuentra entre sus mejores trabajos recientes. Dejando de lado la gran orquesta, James Horner crea aquí una banda sonora íntima, a base de oscuras sonoridades electrónicas junto a instrumentos solistas como las percusiones y el piano. Southpaw nos recuerda a veces a El nombre de la rosa (1986), y encuentra ahí el reflejo de un trabajo singular y diferente.
Southpaw
James Horner
Una de las pérdidas más impactantes de este año fue el accidente mortal sufrido por James Horner, precisamente cuando regresaba a la actualidad de la música de cine. Sus testamentos musicales han sido tres: El último lobo y Los 33, clásicas composiciones con la firma característica del sonido Horner, y esta historia pugilística que protagoniza Jake Gyllenhal, y que se encuentra entre sus mejores trabajos recientes. Dejando de lado la gran orquesta, James Horner crea aquí una banda sonora íntima, a base de oscuras sonoridades electrónicas junto a instrumentos solistas como las percusiones y el piano. Southpaw nos recuerda a veces a El nombre de la rosa (1986), y encuentra ahí el reflejo de un trabajo singular y diferente.
Ma ma
Alberto Iglesias
Este año Alberto Iglesias solo nos ha ofrecido su última colaboración con el director Julio Medem (aunque trabaja en la nueva historia de Pedro Almodóvar). La película sobre el cáncer que protagoniza Penélope Cruz le ha valido una nueva nominación al Premio Goya por un trabajo íntimo, de instrumentos solistas (piano, violonchelo, violines) que se adentra en la interioridad emocional de la protagonista como solo Alberto Iglesias sabe hacer. Sutil, precisa y certera, la música consigue lo que no logran ni el director ni la actriz, evitando la sensiblería para ofrecernos una visión más pragmática y menos sentimental del drama que vive la protagonista. Y ese es uno de sus grandes aciertos.
The walk
Alan Silvestri
El desafío vuelve a reunir al director Robert Zemeckis y el compositor Alan Silvestri, gracias a la historia del funambulista francés que en los 70 "paseó" entre las torres gemelas desafiando los límites del ser humano. Como es costumbre, Silvestri nos ofrece un trabajo destacado, que deambula entre la gran orquesta y los sonidos jazzísticos del tema principal, pero sabe construir también una estructura musical perfecta para describir los sueños del protagonista. Uno de esos soñadores a los que Robert Zemeckis gusta de mostrar en sus películas. Y como en Forrest Gump o Náufragos, encuentra su perfecto contrapunto musical en el trabajo de Alan Silvestri, merecedor de una nominación al Oscar.
The little prince
Hans Zimmer, Richard Harvey
Esta producción francesa (pero hablada en inglés) nos introduce en el universo mágico y hermoso de la novela El Principito y es uno de los filmes de animación más recomendables de este año. Para su banda sonora cuenta con la colaboración entre los compositores Hans Zimmer y Richard Harvey, que firman una de las composiciones más deliciosas de 2015. Usando la voz de la cantante Camille como un instrumento más (recurso de gran eficacia que Zimmer ya ha utilizado en otras ocasiones), The little prince se desarrolla gracias a hallazgos musicales que en cierto modo nos recuerdan a los aciertos de Michael Giacchino en Ratatouille.
Sigue en Las 30 Mejores Bandas Sonoras de 2015 (2ª Parte)
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