Como hemos realizado durante el año pasado, comenzamos aquí nuestro repaso a las mejores bandas sonoras publicadas durante 2018, enfocándonos en el segundo trimestre que acaba de terminar. Esta es la música de cine que nos parece más interesante.
Colosseum Records 6 / 4 / 2018
La película, presentada en el Festival de Berlín, se centra en una entrevista que dio la actriz Romy Schneider en una clínica de rehabilitación. En el aspecto musical, la banda sonora discurre entre canciones de corte jazzístico, creadas expresamente para la película, y composiciones que tienen principalmente al piano como instrumento solista. La partitura tiene un aire nostálgico que, junto a la fotografía en blanco y negro, dan a la cinta una cierta textura de Nouvelle Vague. El tema principal, "3 tage in Quiberon" sobre el que pivota toda la banda sonora, es un hermoso vals y en algunos momentos las composiciones de Christoph M. káiser y Julian Maas nos recuerdan, en temas como el melancólico "Und das Wind inmmer so bleiben", a la música de Max Richter. Hay otros momentos destacados, como el precioso tema "Abschied in Quiberon", que incorpora la guitarra como elemento principal, o ese aire funesto y desgarrador de "Jeder für sich". Aunque en general la película se ve lastrada por una cierta afectación, la banda sonora consigue dar un sentido melancólico y sensual a una historia que resulta más interesante fuera que dentro de la pantalla.
Colosseum Records 6 / 4 / 2018
La película, presentada en el Festival de Berlín, se centra en una entrevista que dio la actriz Romy Schneider en una clínica de rehabilitación. En el aspecto musical, la banda sonora discurre entre canciones de corte jazzístico, creadas expresamente para la película, y composiciones que tienen principalmente al piano como instrumento solista. La partitura tiene un aire nostálgico que, junto a la fotografía en blanco y negro, dan a la cinta una cierta textura de Nouvelle Vague. El tema principal, "3 tage in Quiberon" sobre el que pivota toda la banda sonora, es un hermoso vals y en algunos momentos las composiciones de Christoph M. káiser y Julian Maas nos recuerdan, en temas como el melancólico "Und das Wind inmmer so bleiben", a la música de Max Richter. Hay otros momentos destacados, como el precioso tema "Abschied in Quiberon", que incorpora la guitarra como elemento principal, o ese aire funesto y desgarrador de "Jeder für sich". Aunque en general la película se ve lastrada por una cierta afectación, la banda sonora consigue dar un sentido melancólico y sensual a una historia que resulta más interesante fuera que dentro de la pantalla.
Varèse Sarabande 13 / 4 / 2018
Esta película de terror británica en torno a las psicofonías está protagonizada por el siempre solvente Martin Freeman, y ciertamente tiene algunos momentos interesantes. Pero destaca especialmente el trabajo musical del compositor israelí Frank Ilfman, una elegante incursión en el terreno del género de terror con cierto aire gótico. Desde el comienzo, en la introductoria "The Allerton Suite" nos encontramos con esa cadencia clásica que se aleja de los habituales sonidos electrónicos o ambientales para construir una estructura melódica sólida que se va desarrollando a lo largo de la hora de duración que dura la banda sonora, incluyendo también algunos diálogos que en este caso no resultan molestos. Frank Ilfman elabora una banda sonora con ritmo sutil y acompasado que por supuesto estalla en algunos momentos, pero siguiendo esa línea clásica en temas muy herrmanianos como "The Chase". También hay momentos para la utilización de una voz solista femenina en la canción de cuna "Daddy's got meow meow: The lullaby", que tiene ese aire de sutileza inquietante a lo Krysztof Komeda en La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968), que volverá a aparecer en otros momentos, como "Corridor of truth". En general, estamos ante una de las bandas sonoras más interesantes que hemos escuchado dentro del género de terror en los últimos años, que bebe de las fuentes clásicas y consigue ese tono tétrico pero al mismo tiempo de sutil belleza, que podemos encontrar en otro de los temas principales, el espléndido "Priddle's Theme".
Esta película de terror británica en torno a las psicofonías está protagonizada por el siempre solvente Martin Freeman, y ciertamente tiene algunos momentos interesantes. Pero destaca especialmente el trabajo musical del compositor israelí Frank Ilfman, una elegante incursión en el terreno del género de terror con cierto aire gótico. Desde el comienzo, en la introductoria "The Allerton Suite" nos encontramos con esa cadencia clásica que se aleja de los habituales sonidos electrónicos o ambientales para construir una estructura melódica sólida que se va desarrollando a lo largo de la hora de duración que dura la banda sonora, incluyendo también algunos diálogos que en este caso no resultan molestos. Frank Ilfman elabora una banda sonora con ritmo sutil y acompasado que por supuesto estalla en algunos momentos, pero siguiendo esa línea clásica en temas muy herrmanianos como "The Chase". También hay momentos para la utilización de una voz solista femenina en la canción de cuna "Daddy's got meow meow: The lullaby", que tiene ese aire de sutileza inquietante a lo Krysztof Komeda en La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968), que volverá a aparecer en otros momentos, como "Corridor of truth". En general, estamos ante una de las bandas sonoras más interesantes que hemos escuchado dentro del género de terror en los últimos años, que bebe de las fuentes clásicas y consigue ese tono tétrico pero al mismo tiempo de sutil belleza, que podemos encontrar en otro de los temas principales, el espléndido "Priddle's Theme".
Submergence - Fernando Velázquez
Varèse Sarabande 13 / 4 / 2018
El compositor Fernando Velázquez se ha convertido en poco tiempo en la estrella de la música de cine en España, siendo actualmente el más solicitado, incluso para proyectos internacionales, sobre todo gracias al tándem que forma con el director Juan Antonio Bayona. Tan es así que solo en 2017 compuso la música para seis películas y una serie de televisión. Entre sus actuales proyectos editados, hay trabajos más funcionales que otros, con cierta tendencia al sentimentalismo. Por eso, resulta gratificante encontrar una banda sonora como Inmersión (Wim Wenders, 2017), mucho más comedida en su planteamiento melódico, a pesar de que se trata de una historia romántica, envuelta en cierto trasfondo político. Quizás por influencia del director, habituado a envolver sus películas en recursos musicales más moderados, estamos ante una banda sonora sorprendentemente contenida, con un tema principal que tiene recursos románticos, pero al mismo tiempo con un toque melancólico, que se sostiene como eje a lo largo de toda la película. Y así, en pasajes como "Danny & James", aparece plenamente desarrollada, con un aire a lo Gabriel Yared que sin duda conecta perfectamente con la historia. El hecho de que prácticamente la música esté presente en casi todo el metraje permite a Fernando Velázquez encontrar espacio para completar una larga banda sonora que, a pesar de algunas escenas de tensión o acción, guarda una coherencia inteligente, y encuentra momentos especialmente logrados como esa suite de once minutos "Bomb makers / Submergence / The bottom of it / Made of water". Se trata de una de las mejore composiciones de un músico que muchas veces nos decepciona en su tendencia a la sensiblería melódica, pero que aquí encuentra el equilibrio justo.
Lakeshore Records 27 / 4 / 2018
Esta producción de HBO dirigida por Barry Levinson y protagonizada por Al Pacino se centra en la historia de Joe Paterno, reconocido entrenador de fútbol universitario que se vio envuelto en acusaciones de abuso sexual al final de su carrera. Los hermanos compositores, Evegueni y Sacha Galperine, ya nos habían llamado la atención en trabajos para producciones rusas como Loveless (Andrey Zvyagintsev, 2017), pero ya habían trabajado anteriormente en otra película de HBO, The wizard of lies (Barry Levinson, 2017). Su capacidad para crear atmósferas opresivas pero al mismo tiempo utilizando melodías bien construidas y recursos instrumentales poco habituales les sitúa entre los compositores más innovadores e interesantes del momento. El tema con el que se abre la banda sonora, "He is the game", es contundente y dramático, con un curioso uso del violín electrónico y disonante que estará presente a lo largo de toda la banda sonora. Es en la descripción de todo ese conglomerado mediático que acaba rodeando al protagonista donde Evgueni y Sacha Galperine construyen grandes momentos, como con "The quiet Storm", con ese sonido de lejanía que va haciéndose cada vez más opresivo. Esa distorsión de una carrera profesional perfecta está presente en la música en el uso de esos instrumentos cuyo sonido también está distorsionado, el violín al principio o el piano en "The wound", creando así una banda sonora espléndida en la recreación del drama psicológico que vive el protagonista.
Esta producción de HBO dirigida por Barry Levinson y protagonizada por Al Pacino se centra en la historia de Joe Paterno, reconocido entrenador de fútbol universitario que se vio envuelto en acusaciones de abuso sexual al final de su carrera. Los hermanos compositores, Evegueni y Sacha Galperine, ya nos habían llamado la atención en trabajos para producciones rusas como Loveless (Andrey Zvyagintsev, 2017), pero ya habían trabajado anteriormente en otra película de HBO, The wizard of lies (Barry Levinson, 2017). Su capacidad para crear atmósferas opresivas pero al mismo tiempo utilizando melodías bien construidas y recursos instrumentales poco habituales les sitúa entre los compositores más innovadores e interesantes del momento. El tema con el que se abre la banda sonora, "He is the game", es contundente y dramático, con un curioso uso del violín electrónico y disonante que estará presente a lo largo de toda la banda sonora. Es en la descripción de todo ese conglomerado mediático que acaba rodeando al protagonista donde Evgueni y Sacha Galperine construyen grandes momentos, como con "The quiet Storm", con ese sonido de lejanía que va haciéndose cada vez más opresivo. Esa distorsión de una carrera profesional perfecta está presente en la música en el uso de esos instrumentos cuyo sonido también está distorsionado, el violín al principio o el piano en "The wound", creando así una banda sonora espléndida en la recreación del drama psicológico que vive el protagonista.
Hollywood Records 27 / 4 / 2018
Si en nuestro anterior post hablábamos del trabajo de Alan Silvestri para la película Ready Player One (Steven Spielberg, 2018), parece claro que este año nos presenta al compositor en estado de gracia, ahora con otro trabajo destacable que, de nuevo, encuentra en el sonido más característico de la década de los ochenta el referente más preciso para elaborar una banda sonora que, a fuerza de recuperar un estilo ya perdido, acaba resultando novedoso para lo que podemos escuchar en la actualidad. Estamos ante una propuesta vintage que, en determinados temas como "He won't come out", tienen el característico sello de Alan Silvestri en la creación de escenarios de acción, y para la que recupera algunas composiciones de su otra colaboración con el universo Marvel en Los Vengadores (Joss Whedon, 2012), un trabajo que podemos calificar como más coherente que éste, aunque aquí encontramos mayor diversidad temática. Aunque el conjunto está por debajo de la banda sonora que comentamos en nuestro anterior post, hay en ésta grandes momentos como esos excelentes y contundentes "Help arrives" y, especialmente, "A small price", dinámico tema con cierto aire oscuro que introduce las voces corales con ese talento que nos recuerda a otros trabajos de Alan Silvestri como el espléndido Abyss (James Cameron, 1989). En conjunto, este último trabajo de Silvestri brilla especialmente en su segunda parte, repleto de aciertos musicales, especialmente cuando se adentra en ciertos senderos de oscuridad. Aunque pudiera parecer en ciertos momentos algo dispersa, y con escasos momentos de continuidad, lo cierto es que estamos ante una de las bandas sonoras más complejas que Alan Silvestri ha compuesto en los últimos años, contundente, febril y sombría en algunos pasajes.
Brother's nest - Richard Pleasance
LilliPilli IP 1 / 5 / 2018
Esta producción australiana se presenta como una comedia negra en la que dos hermanos planifican el crimen perfecto en una casa abandonada en un páramo solitario. Se trata por tanto de una película independiente, rodada con pocos recursos, pero en la que su director consigue mantener durante una hora y media el interés y la tensión de una situación cada vez más complicada. Buena parte de este logro lo consigue gracias a una banda sonora que, desde el comienzo, consigue crear una ambientación de desasosiego, con ese rasgueo de guitarras que nos pone en situación al principio de la película. A continuación escuchamos por primera vez el tema de los hermanos, "Siblings' Theme", que en cierta manera nos recuerda en su tono a la música de Carter Burwell para la película Fargo (Joel Coen, Ethan Coen, 1996), apoyándose en el sonido del violonchelo, aunque a veces lo encontramos también interpretado al piano, como en "A brother's piano Theme", en los escasos momentos de cierta luminosidad en la trama. Precisamente en ese terreno complicado de la comedia negra en la que se mueve la historia, el australiano Richard Pleasance consigue algunos momentos especialmente interesantes, como ese "Phone tracking" en el que va tejiendo un sonido tenso "in crescendo", que se alimenta con algunos diálogos, aquí no especialmente molestos. Se trata de una banda sonora corta en duración, pero muy interesante en su contenido.
Ci vuole un fisico - Tony Canto
Creazioni Artistiche Musicali 3 / 5 / 2018
De origen siciliano, el compositor Tony Canto ha desarrollado una destacada carrera como músico a lo largo de los últimos años, con la publicación de cuatro álbumes y con un especial interés en la música de Latinoamérica, donde ha trabajado junto a cantantes como la brasileña Adriana Calcanhotto. En el cine, tras algunas colaboraciones junto a Paolo Buonvino en bandas sonoras como Manuale d'amore (Giovanni Veronesi, 2005), también ha trabajado en solitario para algunas películas. Ci vuole un físico (Alessandro Tamburini, 2018) es una comedia que habla de las relaciones entre hombres y mujeres, y aunque no plantea grandes hallazgos, sí funciona como esa característica comedia italiana que, sin complejidades, consigue su propósito de entretener. Apoyándose sobre todo en la guitarra, el instrumento principal que utiliza, Tony Canto elabora una vitalicia y alegre banda sonora que proyecta precisamente ese espíritu optimista que tiene la película. La música está muy arraigada en los orígenes sicilianos del compositor, y desde la versión instrumental del tema "Lunedi" con la que se abre la banda sonora, nos sitúa en ese género tan italiano, con cierto espíritu de Nino Rota. Ecléctico trabajo que contiene momentos espléndidos como ese "Calypso dei vecchi", e incluso funciona en los pasajes más intimistas como "Laghetto", gracias a la maestría interpretativa de la guitarra de Tony Canto.
Joseph LoDuca es un veterano compositor al que conocemos principalmente por su trabajos para la trilogía de Posesión infernal (Sam Raimi, 1981) y últimamente en el terreno televisivo para series como The librarians (TNT, 2014-2018) o Ash vs. Evil Dead (Starz, 2015-2018). Habituado a crear bandas sonoras que recrean de forma certera momentos de tensión, su trabajo para este thriller es quizás más comedido, buceando en terrenos que en algunos momentos se nos antoja que tienen un cierto sonido a James Newton Howard, especialmente en temas de acción como "The captive". Pero la película permite a Joseph LoDuca elaborar una extensa banda sonora, de unos 70 minutos, en los que muestra su versatilidad desde composiciones melódicas que recrean el origen irlandés del protagonista, como "Portland", hasta temas más intensos como "The name of that guy", bien estructurados y ciertamente repletos de buenos hallazgos musicales. A pesar de su duración, la banda sonora de Bad samaritan (Dean Devlin, 2018) no se hace repetitiva gracias al buen uso que hace Joseph LoDuca de los recursos electrónicos unidos al sonido orquestal, y acaba siendo uno de los trabajos más creativos de su autor, lleno de acertadas composiciones como "Domestic disturbance", que comienza co un piano de sonido amable para ir convirtiéndose poco a poco en un tema de acción trepidante.
Wild - Matthijs Kieboom
MovieScore Media 16 / 5 / 2018
Este documental de producción holandesa parece más un video promocional de la región de Veluwe, una de las más hermosas de Holanda, que una película en torno a la vida en la naturaleza. En todo caso, su propósito se centra en los animales que habitan los dos parques naturales que se encuentran en la región. Realizada con medios destacables, aunque con un cierto tono didáctico-infantil, lo más destacable es el trabajo musical de Matthijs Kieboom, uno de los compositores holandeses más prolíficos de su país. Siguiendo una estructura clásica, su acercamiento a las escenas que componen el documental está marcado por una especial capacidad para crear pasajes melódicos muy bellos, que funcionan siempre como descripción de los animales protagonistas, más majestuoso con los ciervos, más contundentes con los jabalíes, o del paso del tiempo. En este último aspecto, destacan los breves pero hermosos pasajes en torno a los cambios estacionales, ya que el documental se desarrolla durante un ciclo completo de un año, destacando especialmente "A change of season: Pt. 3, Autumn". La música es a veces juguetona, como en "Flies and dragonflies", y a veces casi pastoral, como en "The Hunt: Pt. 1, Playing deers". En su conjunto, es un trabajo repleto de momentos melódicos de gran belleza.
On Chesil Beach - Dan Jones
Decca Records 18 / 5 / 2018
Basada en la conocida novela de Ian McEwan, En la playa de Chesil (Dominc Cooke, 2018) explora temas tan controvertidos como los abusos sexuales en la Inglaterra de los años sesenta. Pero el tratamiento musical se asemeja al de una película de época, y el trabajo de Dan Jones, habitual colaborador de producciones televisivas de la BBC, es absolutamente soberbio. Para mostrar la fragilidad del personaje principal, Florence (interpretado por Saoirse Ronan), el compositor decidió contar con la colaboración de una de las jóvenes violinistas más reconocidas del momento, Esther Yoo, que ciertamente resulta brillante en los pasajes más melódicos como "Walk in the Meadows", pero sobre todo encuentra su sitio en la casi aterradora interpretación solista que realiza en el tema "Fear of sex", en uno de los momentos trascendentales de la película. El trabajo se Dan Jones se centra principalmente en mostrar la relación entre la pareja principal, y en este sentido resulta acertada esta manera de acercarse a la historia, porque acaba siendo una propuesta musical más psicológica y emotiva. Temas como "You May enter" o el espléndido "Pointing electronics", interpretado por el pianista Paul Israel, son piezas de una gran belleza y al mismo de una gran profundidad emocional. A lo largo de la banda sonora se introducen también algunas composiciones clásicas que suenan en la película, con la buena decisión de incluirse en sus versiones completas, como no podía ser menos en una edición de Decca Records.
Mary Shelley - Amelia Warner
Decca Records 25 / 5 / 2018
Curioso acercamiento a la relación entre Mary Shelley y el poeta Percy Shelley, a cargo de la directora saudí Haifaa Al-Mansour, responsable de aquella espléndida cinta La bicicleta verde (Haifaa Al-Mansour, 2012). Ahora, en su primera incursión en el sistema de producción occidental, construye un interesante drama de época, aunque algo errático argumentalmente, que nos ofrece una visión feminista y reivindicativa de la trascendencia de esta autora en un mundo de hombres, especialmente tras la publicación de su novela Frankenstein o el moderno Prometeo (ul.ed. Random House, 2015). En el terreno musical, encontramos todo un descubrimiento en la compositora Amelia Warner, más conocida por su trabajo como actriz y cantante, que aquí realiza su segunda banda sonora. Y lo hace creando una hermosa composición, capaz de transmitir ese sentimiento de soledad e infelicidad que vive la protagonista, pero también de mostrar el profundo romanticismo con el que vive sus primeros encuentros con Percy Shelley. Estamos ante una banda sonora espléndida, apoyada en su tema principal por una voz solista femenina que describe el profundo sentimiento feminista de la protagonista, especialmente en temas como "Mary's decision". Pero hay otros grandes hallazgos, como ese emocionante romanticismo de "King's Cross", mientras la música se va desvaneciendo en cierta oscuridad para mostrarnos la difícil relación entre los amantes ("Mary's nightmare"), hasta que finalmente estalla emocionalmente en ese esperanzador y cautivador "The book" que se convierte en la auténtica liberación personal de la protagonista. Sin duda, estamos ante una de las compositoras más interesantes que han surgido en los últimos años.
Edie - Debbie Wiseman
Silva Screen 25 / 5 / 2018
Tras el recopilatorio que comentamos el año pasado, la compositora inglesa Debbie Wiseman regresa al primer plano de la música cinematográfica con una de sus bandas sonoras más acertadas. Edie (Simon Hunter, 2017) es una conmovedora y luminosa historia sobre una mujer que, a sus 83 años, y tras la muerte de su autoritario marido, decide reencontrarse con su juventud subiendo una montaña en su Escocia natal. El trabajo de Debbie Wiseman es hermoso y esperanzador, y consigue transmitir esa sensación de vitalidad que propone la historia. El primer tema, "Training day", ya nos describe ese tono que se mantiene a la lo largo de la banda sonora, emotivo y luminoso, con la guitarra como instrumento predominante, que a lo largo de las composiciones se alternará con el arpa y el piano como instrumentos solistas. Hay también un cierto poso de melancolía en algunos pasajes, la mayor parte de los cuales está reflejado en el uso del clarinete como reminiscencia del pasado, como en ese hermoso y nostálgico "Alone in the past", o en "New clothes, new life", un tema que tiene la firma clara de ese sonido elegante y melódico de las bandas sonoras compuestas por Debbie Wiseman. Y que desemboca en esa preciosa suite, "Evening row", casi épica, pero siempre con ese aire melancólico, que encontramos al final del álbum. Sin duda, uno de los trabajos más notables de Debbie Wiseman.
Nobody famous - Spencer Creaghan
Silva Screen 25 / 5 / 2018
También el año pasado comentábamos entre lo mejor de 2017 la banda sonora del cortometraje The second life (Pedro Pimentel, 2017), a cargo del joven compositor canadiense Spencer Creaghan. A lo largo de estos últimos meses ha tenido una trayectoria muy prolífica, componiendo para otros cortometrajes y para algún largometraje alimenticio, como el thriller Black water (Pasha Patriki, 2018), con Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren. Pero nuevamente nos ha sorprendido con el complejo trabajo musical para la comedia negra Nobody famous (Sarah Rotella, 2018), en torno a las relaciones envenenadas entre un grupo de jóvenes aspirantes a actores que se reúnen en una cabaña durante un fin de semana. El tono negro de la historia permite a Spencer Creaghan desarrollar un trabajo complejo que tiene a las voces corales como reflejo de esa personalidad oscura que aflora a lo largo de la película. Espléndida la apertura con "Overture/Nobody famous", que nos describe un ambiente claustrofóbico, casi de cuento de hadas tenebroso. Y en esa escala discurre buena parte de la banda sonora, en la que el compositor demuestra su inteligente capacidad para elaborar una sombría partitura que tiene momentos arrebatadores como ese ingenioso "The rigorous reverential rioting", que estalla en una acumulación de vientos y voces corales casi operístico que nos deslumbra.
Bajo la piel de lobo - Paloma Peñarrubia
Rosetta Records 1 / 6 / 2018
Esta película sobre un cazador solitario en las montañas del Norte de España cuenta con un sólido trabajo de la casi debutante Paloma Peñarrubia, compositora malagueña que hasta el momento había trabajado solo en cortometrajes, y se enfrenta por primera vez a una banda sonora orquestal. Interpretada por músicos de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, es una hermosa partitura que centra sus temas principales en los protagonistas, pero también en el espectacular paisaje de las montañas de Huesca. Así, "Martinón" se acerca a este personaje solitario a través del violín como instrumento principal, reflejando la soledad y cierto aire de desolación. En contraposición, la música que plasma el entorno, al mismo tiempo duro y bello, es más melódico y contiene elementos más esperanzadores, como en "Llegada a La Roteña". Destacable también es la presencia de la txalaparta, instrumento de percusión tradicional del País Vasco que aporta un sonido singular a las composiciones más dinámicas como "Trineo de vuelta", y en algunos momentos tiene reminiscencias de aquel espléndido trabajo de Ángel Illarramendi para la película El aliento del diablo (Paco Lucio, 1993), pero quizás más por la singularidad sonora que por intención real de la creadora. Paloma Peñarrubia se nos revela así como una de las voces más interesantes en el panorama de la música de cine española.
McQueen - Michael Nyman
Milan Records 8 / 6 / 2018
El estreno simultáneo en los principales países occidentales del documental McQueen (Ian Bonhôte, Peter Ettdegui, 2018) indica la relevancia de su protagonista, Alexander McQueen, uno de los diseñadores europeos más iconoclastas y controvertidos de las últimas décadas. Su fulgurante carrera desde ayudante de diseñador hasta convertirse en uno de los máximos exponentes de la nueva ola de creadores británicos, y su trayectoria marcada por los excesos y una mirada algo trágica de la vida, que le llevó a suicidarse en 2010, son sin duda elementos interesantes para elaborar un documental notable como éste. Se dice que en el estudio de Alexander McQueen solía sonar la música de Michael Nyman para acompañar sus creaciones. Y es, entre estas razones, por lo que los directores siempre tuvieron claro que querían al músico británico para elaborar la banda sonora de su película. Cierto es que las composiciones originales brillan por su ausencia. En realidad, estamos casi ante un recopilatorio de los trabajos más destacados del músico, que en los últimos años se ha dedicado más a trabajos autónomos o en la creación de óperas y música para la escena. En todo caso, lo que importa es la imbricación de la música con las imágenes, aunque aquella haya sido escrita para otras películas. Y aunque encontramos aquí composiciones ya conocidas como El contrato del dibujante (Peter Greenaway, 1982), El piano (Jane Campion, 1992) o The libertine (Laurence Dunmore, 2005), ciertamente parecen las más adecuadas para retratar la frenética trayectoria y la oscura vida del diseñador inglés. La música está omnipresente a lo largo del documental, otorgando una motivación rítmica a la historia que resulta perfecta para abordar la compleja personalidad de Alexander McQueen. Casi como único elemento original, entre los temas que componen los 2 CD de esta banda sonora se encuentra la publicación de "Dealing for the Sarabande", un encargo que hizo Alexander McQueen en 2006 a Michael Nyman para uno de sus desfiles, inédito hasta la fecha.
Hereditary - Colin Stetson
Milan Records 8 / 6 / 2018
En los últimos años se está produciendo una interesante incorporación de nuevos músicos al cine, muchos de ellos provenientes de otras disciplinas, y que están aportando ideas novedosas y diferentes al panorama de las bandas sonoras. Uno de los últimos en llegar es Colin Stetson, saxofonista y compositor, del que conocemos especialmente sus colaboraciones con Arcade Fire, pero que ha desarrollado una más que notable carrera en solitario. Destacamos entre ella su revisión de la popular Sinfonía Nº 3 de Henryk Górecki en el apabullante album Sorrow-a remaigning of Gorecki's 3rd symphony (2016, 52Hz). Ahora, para la espléndida muestra de terror psicológico Hereditary (Ari Aster, 2018), Colin Stetson realiza, no su primera incursión en el cine, pero sí al menos en una película producida por un gran estudio de Hollywood. La elección del músico ya indica que la intención del director era la de transgredir el sonido característico del género de terror. Y ciertamente, no es Hereditary una película que recurra a los habituales golpes de efecto musicales, sino que, desde el punto de vista sonoro, prefiere jugar con la ambientación y ese segundo plano que contiene casi tanta información como lo que vemos directamente en pantalla. En este sentido, Colin Stetson consigue crear una oscura partitura en la que introduce sus particulares experimentaciones sonoras ("Mourning"), dando a la película una envoltura lúgubre ahonda en el complejo entramado psicológico de la historia. Su bagaje en la composición de música polifónica y su magistral uso del saxofón alto y bajo para crear sonidos casi de otros mundos están muy presentes en pasajes como "Aftermath", de aire pesallidesco, pero no es casual que su habitual sonido aparezca justo en ese controvertido final, "Reborn", quizás el momento más revelador de la música autónoma que viene desarrollando este compositor.
The man who killed Don Quixote - Roque Baños
Meliam Records 11 / 6 / 2018
Presentada en el pasado Festival de Cannes, la aventura cinematográfica que Terry Gilliam ha vivido durante casi 20 años ha acabado siendo un producto irregular y algo caótico, pero representativo de un sueño que al final el director pudo convertir en realidad, y al final en una especie de traslación a la realidad del empeño de un soñador por encontrar su particular camino hacia la gloria. Lo que ha permanecido durante todo este largo proceso es la intención de Terry Gilliam de que fuera un compositor español quien pusiera música a su película. Y no cabe duda que, en la actualidad, Roque Baños es uno de los músicos más capacitados para abordar un proyecto tan complejo. Y sin duda consigue una de las bandas sonoras más elaboradas para una película de Terry Gilliam. Desde el principio, en ese magnífico "I am Don Quixote", Roque Baños nos muestra los resortes de su trabajo: un breve pasaje romántico como tema principal, la incorporación de un coro masculino que aporta sobriedad, la aparición de la guitarra española como elemento de cohesión y una cierta épica de acción que también tendrá una importancia clara a lo largo de la banda sonora. Estos ingredientes irán conformando un sólido trabajo en el que no predominará ninguno de ellos, sino que se irán conjuntando en pasajes inteligentemente creados. Así, Roque Baños incorpora incluso sonidos electrónicos en temas de acción como "Boss's wife", o se permite experimentar con instrumentaciones poco habituales que aportan un sonido insólito en pasajes como "Quixote vive!". Roque Baños demuestra en esta banda sonora su ecléctica capacidad para adaptarse a todo tipo de géneros, bien sea creando hermosos pasajes a lo Shostakovich como en "Waltz in the Castle" o mostrando su vena romántica en hermosos temas como "Angelica's love", o en ese arrebatador "A slap dance and kiss", en el que encontramos la versión más épico del tema principal. Ese eclecticismo que le hace pasar de la comedia a la acción, del suspense al romanticismo, imbricado todo por ello por la música tradicional española y ciertas sonoridades arábigas convierten a éste en uno de los mejores trabajos realizados por Roque Baños en los últimos años.
Children of the Snow Land - Chris Roe
Trackstone Records 15 / 6 / 2018
Ganador del Premio al Mejor Documental en el London Independent Film Festival, Children of the Snow Land (Zara Balfour, Marcus Stephenson, 2018) cuenta la historia de un grupo de adolescentes que nacieron en las montañas de Nepal pero fueron llevados desde pequeños a la escuela Snow Land para acceder a la educación que en sus poblados no existe. Tras 10 años sin ver a sus padres, regresan ya formados a sus hogares y se reencuentran con sus padres y familiares. Se trata de una película emotiva que acompaña a estos jóvenes en un largo viaje hasta el encuentro final. Este viaje, físico y emocional, es subrayado con talento por el joven compositor inglés Chris Roe, que aporta una banda sonora de melódica construcción, pero sin caer en el tono meloso que se podría esperar. Al contrario, hay una cierta cadencia sonora que mantiene un equilibrio a lo largo de todo el trabajo, habitualmente en un tono más contemplativo, como si la mirada del compositor quisiera reflejar reflejar las emociones de una forma modesta. Solo en algunos pasajes, como "United by survival", con la colaboración del músico nepalí Amrit Gandhari, la música explosiona en diferentes tonalidades. El hermoso trabajo de Chris Roe se apoya especialmente en dos instrumentos: el bansuri, una flauta de bambú que interpreta Jenny Hogan, y que aporta el sonido que nos sitúa en las altas montañas de Nepal, y el harpa, especialmente notable en "Letting go for love", que aporta ese tono apacible que conforma buena parte de la banda sonora, aquí interpretada por Olivia Jageurs. Pero hay que mencionar especialmente el tema "A bright future", grandioso en la conjunción del piano, el bansuri y el sarangi, el violín nepalí.
Mi querida cofradía - Javier Rodero
Independent 28 / 6 / 2018
Javier Rodero es un compositor acostumbrado lidiar con la comedia, en excelentes trabajos como Anacleto: Agente secreto (Javier Ruiz Caldera, 2015) o la serie Mira lo que has hecho (Movistar +, 2018-). Su capacidad para crear pasajes melódicos que contienen una cierta sorna parece la más adecuada para esta comedia de humor negro que obtuvo el Premio del Público y el de Mejor Actriz de Reparto en el pasado Festival de Málaga. Mi querida cofradía (Marta Díaz de Lope Díaz, 2018) es una comedia costumbrista con tintes de thriller que pone en solfa algunos aspectos especialmente tradicionales de la tradición religiosa en España. En este sentido, Javier Rodero elabora una banda sonora que circula por dos ámbitos diferentes, pero bien conexionados. Por un lado, la incursión en la música tradicional española, con temas como "Carmen" o "No hay mancha que se la resista" que toman como base este sonido folclórico para introducirnos en el ambiente de Semana Santa en el que se desarrolla la historia. Por otro lado, y conforme avanza la película, el tono va inclinándose más hacia el humor negro, y ahí aborda el compositor una gama más lúgubre, pero manteniendo el aire cómico, en pasajes logrados como "Pesa como un muerto" o "María". Javier Rodero consigue equilibrar estos dos elementos que refuerzan una banda sonora precisa en su contenido y, aunque en algún momento cae en cierta reiteración, bien ejecutada en su conjunto.
Calibre - Anne Nikitin
MovieScore Media 29 / 6 / 2018
Este potente thriller estrenado esta semana en Netflix, y que algunos han comparado con Deliverance (John Boorman, 1972), cuenta con una solvente música de la compositora canadiense Anne Nikitin. De ella hemos escuchado buenos trabajos como The imposter (Bart Layton, 2012), director con el que ha vuelto a colaborar este año en American animals (Bart Layton, 2018), otra banda sonora destacable. Pero nos parece especialmente interesante su aportación, contenida pero no menos elaborada para Calibre (Matt Palmer, 2018), en la que introduce sencillas instrumentaciones para ir construyendo, como ocurre en la propia historia, una narración cada vez más claustrofóbica. La banda sonora tiene un cierto aire de desolación, en la que Anne Nikitin, con el uso de un violín solista, describe la soledad del bosque en el que se desarrollan los hechos más importantes, en temas como "Calibre", que además conecta a través de los violines con ese espacio casi primario que se intuye en el pequeño pueblo en el tiene lugar la historia. La introducción de los instrumentos de viento y algunos sonidos vocales, como en "They've got the other one", acaba creando una atmósfera cada ves más opresiva, hasta llegar a temas como "Confession", que contienen los pasajes más oscuros de la banda sonora. Anne Nikitin, que suele afirmar que la primera vez que prestó atención a la música de cine fue cuando vio la película El piano (Jane Campion, 1992), consigue crear uno de los trabajos más asfixiantes y al mismo tiempo fascinantes de este año.
Si en nuestro anterior post hablábamos del trabajo de Alan Silvestri para la película Ready Player One (Steven Spielberg, 2018), parece claro que este año nos presenta al compositor en estado de gracia, ahora con otro trabajo destacable que, de nuevo, encuentra en el sonido más característico de la década de los ochenta el referente más preciso para elaborar una banda sonora que, a fuerza de recuperar un estilo ya perdido, acaba resultando novedoso para lo que podemos escuchar en la actualidad. Estamos ante una propuesta vintage que, en determinados temas como "He won't come out", tienen el característico sello de Alan Silvestri en la creación de escenarios de acción, y para la que recupera algunas composiciones de su otra colaboración con el universo Marvel en Los Vengadores (Joss Whedon, 2012), un trabajo que podemos calificar como más coherente que éste, aunque aquí encontramos mayor diversidad temática. Aunque el conjunto está por debajo de la banda sonora que comentamos en nuestro anterior post, hay en ésta grandes momentos como esos excelentes y contundentes "Help arrives" y, especialmente, "A small price", dinámico tema con cierto aire oscuro que introduce las voces corales con ese talento que nos recuerda a otros trabajos de Alan Silvestri como el espléndido Abyss (James Cameron, 1989). En conjunto, este último trabajo de Silvestri brilla especialmente en su segunda parte, repleto de aciertos musicales, especialmente cuando se adentra en ciertos senderos de oscuridad. Aunque pudiera parecer en ciertos momentos algo dispersa, y con escasos momentos de continuidad, lo cierto es que estamos ante una de las bandas sonoras más complejas que Alan Silvestri ha compuesto en los últimos años, contundente, febril y sombría en algunos pasajes.
Brother's nest - Richard Pleasance
LilliPilli IP 1 / 5 / 2018
Esta producción australiana se presenta como una comedia negra en la que dos hermanos planifican el crimen perfecto en una casa abandonada en un páramo solitario. Se trata por tanto de una película independiente, rodada con pocos recursos, pero en la que su director consigue mantener durante una hora y media el interés y la tensión de una situación cada vez más complicada. Buena parte de este logro lo consigue gracias a una banda sonora que, desde el comienzo, consigue crear una ambientación de desasosiego, con ese rasgueo de guitarras que nos pone en situación al principio de la película. A continuación escuchamos por primera vez el tema de los hermanos, "Siblings' Theme", que en cierta manera nos recuerda en su tono a la música de Carter Burwell para la película Fargo (Joel Coen, Ethan Coen, 1996), apoyándose en el sonido del violonchelo, aunque a veces lo encontramos también interpretado al piano, como en "A brother's piano Theme", en los escasos momentos de cierta luminosidad en la trama. Precisamente en ese terreno complicado de la comedia negra en la que se mueve la historia, el australiano Richard Pleasance consigue algunos momentos especialmente interesantes, como ese "Phone tracking" en el que va tejiendo un sonido tenso "in crescendo", que se alimenta con algunos diálogos, aquí no especialmente molestos. Se trata de una banda sonora corta en duración, pero muy interesante en su contenido.
Ci vuole un fisico - Tony Canto
Creazioni Artistiche Musicali 3 / 5 / 2018
De origen siciliano, el compositor Tony Canto ha desarrollado una destacada carrera como músico a lo largo de los últimos años, con la publicación de cuatro álbumes y con un especial interés en la música de Latinoamérica, donde ha trabajado junto a cantantes como la brasileña Adriana Calcanhotto. En el cine, tras algunas colaboraciones junto a Paolo Buonvino en bandas sonoras como Manuale d'amore (Giovanni Veronesi, 2005), también ha trabajado en solitario para algunas películas. Ci vuole un físico (Alessandro Tamburini, 2018) es una comedia que habla de las relaciones entre hombres y mujeres, y aunque no plantea grandes hallazgos, sí funciona como esa característica comedia italiana que, sin complejidades, consigue su propósito de entretener. Apoyándose sobre todo en la guitarra, el instrumento principal que utiliza, Tony Canto elabora una vitalicia y alegre banda sonora que proyecta precisamente ese espíritu optimista que tiene la película. La música está muy arraigada en los orígenes sicilianos del compositor, y desde la versión instrumental del tema "Lunedi" con la que se abre la banda sonora, nos sitúa en ese género tan italiano, con cierto espíritu de Nino Rota. Ecléctico trabajo que contiene momentos espléndidos como ese "Calypso dei vecchi", e incluso funciona en los pasajes más intimistas como "Laghetto", gracias a la maestría interpretativa de la guitarra de Tony Canto.
Joseph LoDuca es un veterano compositor al que conocemos principalmente por su trabajos para la trilogía de Posesión infernal (Sam Raimi, 1981) y últimamente en el terreno televisivo para series como The librarians (TNT, 2014-2018) o Ash vs. Evil Dead (Starz, 2015-2018). Habituado a crear bandas sonoras que recrean de forma certera momentos de tensión, su trabajo para este thriller es quizás más comedido, buceando en terrenos que en algunos momentos se nos antoja que tienen un cierto sonido a James Newton Howard, especialmente en temas de acción como "The captive". Pero la película permite a Joseph LoDuca elaborar una extensa banda sonora, de unos 70 minutos, en los que muestra su versatilidad desde composiciones melódicas que recrean el origen irlandés del protagonista, como "Portland", hasta temas más intensos como "The name of that guy", bien estructurados y ciertamente repletos de buenos hallazgos musicales. A pesar de su duración, la banda sonora de Bad samaritan (Dean Devlin, 2018) no se hace repetitiva gracias al buen uso que hace Joseph LoDuca de los recursos electrónicos unidos al sonido orquestal, y acaba siendo uno de los trabajos más creativos de su autor, lleno de acertadas composiciones como "Domestic disturbance", que comienza co un piano de sonido amable para ir convirtiéndose poco a poco en un tema de acción trepidante.
Wild - Matthijs Kieboom
MovieScore Media 16 / 5 / 2018
Este documental de producción holandesa parece más un video promocional de la región de Veluwe, una de las más hermosas de Holanda, que una película en torno a la vida en la naturaleza. En todo caso, su propósito se centra en los animales que habitan los dos parques naturales que se encuentran en la región. Realizada con medios destacables, aunque con un cierto tono didáctico-infantil, lo más destacable es el trabajo musical de Matthijs Kieboom, uno de los compositores holandeses más prolíficos de su país. Siguiendo una estructura clásica, su acercamiento a las escenas que componen el documental está marcado por una especial capacidad para crear pasajes melódicos muy bellos, que funcionan siempre como descripción de los animales protagonistas, más majestuoso con los ciervos, más contundentes con los jabalíes, o del paso del tiempo. En este último aspecto, destacan los breves pero hermosos pasajes en torno a los cambios estacionales, ya que el documental se desarrolla durante un ciclo completo de un año, destacando especialmente "A change of season: Pt. 3, Autumn". La música es a veces juguetona, como en "Flies and dragonflies", y a veces casi pastoral, como en "The Hunt: Pt. 1, Playing deers". En su conjunto, es un trabajo repleto de momentos melódicos de gran belleza.
On Chesil Beach - Dan Jones
Decca Records 18 / 5 / 2018
Basada en la conocida novela de Ian McEwan, En la playa de Chesil (Dominc Cooke, 2018) explora temas tan controvertidos como los abusos sexuales en la Inglaterra de los años sesenta. Pero el tratamiento musical se asemeja al de una película de época, y el trabajo de Dan Jones, habitual colaborador de producciones televisivas de la BBC, es absolutamente soberbio. Para mostrar la fragilidad del personaje principal, Florence (interpretado por Saoirse Ronan), el compositor decidió contar con la colaboración de una de las jóvenes violinistas más reconocidas del momento, Esther Yoo, que ciertamente resulta brillante en los pasajes más melódicos como "Walk in the Meadows", pero sobre todo encuentra su sitio en la casi aterradora interpretación solista que realiza en el tema "Fear of sex", en uno de los momentos trascendentales de la película. El trabajo se Dan Jones se centra principalmente en mostrar la relación entre la pareja principal, y en este sentido resulta acertada esta manera de acercarse a la historia, porque acaba siendo una propuesta musical más psicológica y emotiva. Temas como "You May enter" o el espléndido "Pointing electronics", interpretado por el pianista Paul Israel, son piezas de una gran belleza y al mismo de una gran profundidad emocional. A lo largo de la banda sonora se introducen también algunas composiciones clásicas que suenan en la película, con la buena decisión de incluirse en sus versiones completas, como no podía ser menos en una edición de Decca Records.
Mary Shelley - Amelia Warner
Decca Records 25 / 5 / 2018
Curioso acercamiento a la relación entre Mary Shelley y el poeta Percy Shelley, a cargo de la directora saudí Haifaa Al-Mansour, responsable de aquella espléndida cinta La bicicleta verde (Haifaa Al-Mansour, 2012). Ahora, en su primera incursión en el sistema de producción occidental, construye un interesante drama de época, aunque algo errático argumentalmente, que nos ofrece una visión feminista y reivindicativa de la trascendencia de esta autora en un mundo de hombres, especialmente tras la publicación de su novela Frankenstein o el moderno Prometeo (ul.ed. Random House, 2015). En el terreno musical, encontramos todo un descubrimiento en la compositora Amelia Warner, más conocida por su trabajo como actriz y cantante, que aquí realiza su segunda banda sonora. Y lo hace creando una hermosa composición, capaz de transmitir ese sentimiento de soledad e infelicidad que vive la protagonista, pero también de mostrar el profundo romanticismo con el que vive sus primeros encuentros con Percy Shelley. Estamos ante una banda sonora espléndida, apoyada en su tema principal por una voz solista femenina que describe el profundo sentimiento feminista de la protagonista, especialmente en temas como "Mary's decision". Pero hay otros grandes hallazgos, como ese emocionante romanticismo de "King's Cross", mientras la música se va desvaneciendo en cierta oscuridad para mostrarnos la difícil relación entre los amantes ("Mary's nightmare"), hasta que finalmente estalla emocionalmente en ese esperanzador y cautivador "The book" que se convierte en la auténtica liberación personal de la protagonista. Sin duda, estamos ante una de las compositoras más interesantes que han surgido en los últimos años.
Edie - Debbie Wiseman
Silva Screen 25 / 5 / 2018
Tras el recopilatorio que comentamos el año pasado, la compositora inglesa Debbie Wiseman regresa al primer plano de la música cinematográfica con una de sus bandas sonoras más acertadas. Edie (Simon Hunter, 2017) es una conmovedora y luminosa historia sobre una mujer que, a sus 83 años, y tras la muerte de su autoritario marido, decide reencontrarse con su juventud subiendo una montaña en su Escocia natal. El trabajo de Debbie Wiseman es hermoso y esperanzador, y consigue transmitir esa sensación de vitalidad que propone la historia. El primer tema, "Training day", ya nos describe ese tono que se mantiene a la lo largo de la banda sonora, emotivo y luminoso, con la guitarra como instrumento predominante, que a lo largo de las composiciones se alternará con el arpa y el piano como instrumentos solistas. Hay también un cierto poso de melancolía en algunos pasajes, la mayor parte de los cuales está reflejado en el uso del clarinete como reminiscencia del pasado, como en ese hermoso y nostálgico "Alone in the past", o en "New clothes, new life", un tema que tiene la firma clara de ese sonido elegante y melódico de las bandas sonoras compuestas por Debbie Wiseman. Y que desemboca en esa preciosa suite, "Evening row", casi épica, pero siempre con ese aire melancólico, que encontramos al final del álbum. Sin duda, uno de los trabajos más notables de Debbie Wiseman.
Nobody famous - Spencer Creaghan
Silva Screen 25 / 5 / 2018
También el año pasado comentábamos entre lo mejor de 2017 la banda sonora del cortometraje The second life (Pedro Pimentel, 2017), a cargo del joven compositor canadiense Spencer Creaghan. A lo largo de estos últimos meses ha tenido una trayectoria muy prolífica, componiendo para otros cortometrajes y para algún largometraje alimenticio, como el thriller Black water (Pasha Patriki, 2018), con Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren. Pero nuevamente nos ha sorprendido con el complejo trabajo musical para la comedia negra Nobody famous (Sarah Rotella, 2018), en torno a las relaciones envenenadas entre un grupo de jóvenes aspirantes a actores que se reúnen en una cabaña durante un fin de semana. El tono negro de la historia permite a Spencer Creaghan desarrollar un trabajo complejo que tiene a las voces corales como reflejo de esa personalidad oscura que aflora a lo largo de la película. Espléndida la apertura con "Overture/Nobody famous", que nos describe un ambiente claustrofóbico, casi de cuento de hadas tenebroso. Y en esa escala discurre buena parte de la banda sonora, en la que el compositor demuestra su inteligente capacidad para elaborar una sombría partitura que tiene momentos arrebatadores como ese ingenioso "The rigorous reverential rioting", que estalla en una acumulación de vientos y voces corales casi operístico que nos deslumbra.
Bajo la piel de lobo - Paloma Peñarrubia
Rosetta Records 1 / 6 / 2018
Esta película sobre un cazador solitario en las montañas del Norte de España cuenta con un sólido trabajo de la casi debutante Paloma Peñarrubia, compositora malagueña que hasta el momento había trabajado solo en cortometrajes, y se enfrenta por primera vez a una banda sonora orquestal. Interpretada por músicos de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, es una hermosa partitura que centra sus temas principales en los protagonistas, pero también en el espectacular paisaje de las montañas de Huesca. Así, "Martinón" se acerca a este personaje solitario a través del violín como instrumento principal, reflejando la soledad y cierto aire de desolación. En contraposición, la música que plasma el entorno, al mismo tiempo duro y bello, es más melódico y contiene elementos más esperanzadores, como en "Llegada a La Roteña". Destacable también es la presencia de la txalaparta, instrumento de percusión tradicional del País Vasco que aporta un sonido singular a las composiciones más dinámicas como "Trineo de vuelta", y en algunos momentos tiene reminiscencias de aquel espléndido trabajo de Ángel Illarramendi para la película El aliento del diablo (Paco Lucio, 1993), pero quizás más por la singularidad sonora que por intención real de la creadora. Paloma Peñarrubia se nos revela así como una de las voces más interesantes en el panorama de la música de cine española.
McQueen - Michael Nyman
Milan Records 8 / 6 / 2018
El estreno simultáneo en los principales países occidentales del documental McQueen (Ian Bonhôte, Peter Ettdegui, 2018) indica la relevancia de su protagonista, Alexander McQueen, uno de los diseñadores europeos más iconoclastas y controvertidos de las últimas décadas. Su fulgurante carrera desde ayudante de diseñador hasta convertirse en uno de los máximos exponentes de la nueva ola de creadores británicos, y su trayectoria marcada por los excesos y una mirada algo trágica de la vida, que le llevó a suicidarse en 2010, son sin duda elementos interesantes para elaborar un documental notable como éste. Se dice que en el estudio de Alexander McQueen solía sonar la música de Michael Nyman para acompañar sus creaciones. Y es, entre estas razones, por lo que los directores siempre tuvieron claro que querían al músico británico para elaborar la banda sonora de su película. Cierto es que las composiciones originales brillan por su ausencia. En realidad, estamos casi ante un recopilatorio de los trabajos más destacados del músico, que en los últimos años se ha dedicado más a trabajos autónomos o en la creación de óperas y música para la escena. En todo caso, lo que importa es la imbricación de la música con las imágenes, aunque aquella haya sido escrita para otras películas. Y aunque encontramos aquí composiciones ya conocidas como El contrato del dibujante (Peter Greenaway, 1982), El piano (Jane Campion, 1992) o The libertine (Laurence Dunmore, 2005), ciertamente parecen las más adecuadas para retratar la frenética trayectoria y la oscura vida del diseñador inglés. La música está omnipresente a lo largo del documental, otorgando una motivación rítmica a la historia que resulta perfecta para abordar la compleja personalidad de Alexander McQueen. Casi como único elemento original, entre los temas que componen los 2 CD de esta banda sonora se encuentra la publicación de "Dealing for the Sarabande", un encargo que hizo Alexander McQueen en 2006 a Michael Nyman para uno de sus desfiles, inédito hasta la fecha.
Hereditary - Colin Stetson
Milan Records 8 / 6 / 2018
En los últimos años se está produciendo una interesante incorporación de nuevos músicos al cine, muchos de ellos provenientes de otras disciplinas, y que están aportando ideas novedosas y diferentes al panorama de las bandas sonoras. Uno de los últimos en llegar es Colin Stetson, saxofonista y compositor, del que conocemos especialmente sus colaboraciones con Arcade Fire, pero que ha desarrollado una más que notable carrera en solitario. Destacamos entre ella su revisión de la popular Sinfonía Nº 3 de Henryk Górecki en el apabullante album Sorrow-a remaigning of Gorecki's 3rd symphony (2016, 52Hz). Ahora, para la espléndida muestra de terror psicológico Hereditary (Ari Aster, 2018), Colin Stetson realiza, no su primera incursión en el cine, pero sí al menos en una película producida por un gran estudio de Hollywood. La elección del músico ya indica que la intención del director era la de transgredir el sonido característico del género de terror. Y ciertamente, no es Hereditary una película que recurra a los habituales golpes de efecto musicales, sino que, desde el punto de vista sonoro, prefiere jugar con la ambientación y ese segundo plano que contiene casi tanta información como lo que vemos directamente en pantalla. En este sentido, Colin Stetson consigue crear una oscura partitura en la que introduce sus particulares experimentaciones sonoras ("Mourning"), dando a la película una envoltura lúgubre ahonda en el complejo entramado psicológico de la historia. Su bagaje en la composición de música polifónica y su magistral uso del saxofón alto y bajo para crear sonidos casi de otros mundos están muy presentes en pasajes como "Aftermath", de aire pesallidesco, pero no es casual que su habitual sonido aparezca justo en ese controvertido final, "Reborn", quizás el momento más revelador de la música autónoma que viene desarrollando este compositor.
The man who killed Don Quixote - Roque Baños
Meliam Records 11 / 6 / 2018
Presentada en el pasado Festival de Cannes, la aventura cinematográfica que Terry Gilliam ha vivido durante casi 20 años ha acabado siendo un producto irregular y algo caótico, pero representativo de un sueño que al final el director pudo convertir en realidad, y al final en una especie de traslación a la realidad del empeño de un soñador por encontrar su particular camino hacia la gloria. Lo que ha permanecido durante todo este largo proceso es la intención de Terry Gilliam de que fuera un compositor español quien pusiera música a su película. Y no cabe duda que, en la actualidad, Roque Baños es uno de los músicos más capacitados para abordar un proyecto tan complejo. Y sin duda consigue una de las bandas sonoras más elaboradas para una película de Terry Gilliam. Desde el principio, en ese magnífico "I am Don Quixote", Roque Baños nos muestra los resortes de su trabajo: un breve pasaje romántico como tema principal, la incorporación de un coro masculino que aporta sobriedad, la aparición de la guitarra española como elemento de cohesión y una cierta épica de acción que también tendrá una importancia clara a lo largo de la banda sonora. Estos ingredientes irán conformando un sólido trabajo en el que no predominará ninguno de ellos, sino que se irán conjuntando en pasajes inteligentemente creados. Así, Roque Baños incorpora incluso sonidos electrónicos en temas de acción como "Boss's wife", o se permite experimentar con instrumentaciones poco habituales que aportan un sonido insólito en pasajes como "Quixote vive!". Roque Baños demuestra en esta banda sonora su ecléctica capacidad para adaptarse a todo tipo de géneros, bien sea creando hermosos pasajes a lo Shostakovich como en "Waltz in the Castle" o mostrando su vena romántica en hermosos temas como "Angelica's love", o en ese arrebatador "A slap dance and kiss", en el que encontramos la versión más épico del tema principal. Ese eclecticismo que le hace pasar de la comedia a la acción, del suspense al romanticismo, imbricado todo por ello por la música tradicional española y ciertas sonoridades arábigas convierten a éste en uno de los mejores trabajos realizados por Roque Baños en los últimos años.
Children of the Snow Land - Chris Roe
Trackstone Records 15 / 6 / 2018
Ganador del Premio al Mejor Documental en el London Independent Film Festival, Children of the Snow Land (Zara Balfour, Marcus Stephenson, 2018) cuenta la historia de un grupo de adolescentes que nacieron en las montañas de Nepal pero fueron llevados desde pequeños a la escuela Snow Land para acceder a la educación que en sus poblados no existe. Tras 10 años sin ver a sus padres, regresan ya formados a sus hogares y se reencuentran con sus padres y familiares. Se trata de una película emotiva que acompaña a estos jóvenes en un largo viaje hasta el encuentro final. Este viaje, físico y emocional, es subrayado con talento por el joven compositor inglés Chris Roe, que aporta una banda sonora de melódica construcción, pero sin caer en el tono meloso que se podría esperar. Al contrario, hay una cierta cadencia sonora que mantiene un equilibrio a lo largo de todo el trabajo, habitualmente en un tono más contemplativo, como si la mirada del compositor quisiera reflejar reflejar las emociones de una forma modesta. Solo en algunos pasajes, como "United by survival", con la colaboración del músico nepalí Amrit Gandhari, la música explosiona en diferentes tonalidades. El hermoso trabajo de Chris Roe se apoya especialmente en dos instrumentos: el bansuri, una flauta de bambú que interpreta Jenny Hogan, y que aporta el sonido que nos sitúa en las altas montañas de Nepal, y el harpa, especialmente notable en "Letting go for love", que aporta ese tono apacible que conforma buena parte de la banda sonora, aquí interpretada por Olivia Jageurs. Pero hay que mencionar especialmente el tema "A bright future", grandioso en la conjunción del piano, el bansuri y el sarangi, el violín nepalí.
Mi querida cofradía - Javier Rodero
Independent 28 / 6 / 2018
Javier Rodero es un compositor acostumbrado lidiar con la comedia, en excelentes trabajos como Anacleto: Agente secreto (Javier Ruiz Caldera, 2015) o la serie Mira lo que has hecho (Movistar +, 2018-). Su capacidad para crear pasajes melódicos que contienen una cierta sorna parece la más adecuada para esta comedia de humor negro que obtuvo el Premio del Público y el de Mejor Actriz de Reparto en el pasado Festival de Málaga. Mi querida cofradía (Marta Díaz de Lope Díaz, 2018) es una comedia costumbrista con tintes de thriller que pone en solfa algunos aspectos especialmente tradicionales de la tradición religiosa en España. En este sentido, Javier Rodero elabora una banda sonora que circula por dos ámbitos diferentes, pero bien conexionados. Por un lado, la incursión en la música tradicional española, con temas como "Carmen" o "No hay mancha que se la resista" que toman como base este sonido folclórico para introducirnos en el ambiente de Semana Santa en el que se desarrolla la historia. Por otro lado, y conforme avanza la película, el tono va inclinándose más hacia el humor negro, y ahí aborda el compositor una gama más lúgubre, pero manteniendo el aire cómico, en pasajes logrados como "Pesa como un muerto" o "María". Javier Rodero consigue equilibrar estos dos elementos que refuerzan una banda sonora precisa en su contenido y, aunque en algún momento cae en cierta reiteración, bien ejecutada en su conjunto.
Calibre - Anne Nikitin
MovieScore Media 29 / 6 / 2018
Este potente thriller estrenado esta semana en Netflix, y que algunos han comparado con Deliverance (John Boorman, 1972), cuenta con una solvente música de la compositora canadiense Anne Nikitin. De ella hemos escuchado buenos trabajos como The imposter (Bart Layton, 2012), director con el que ha vuelto a colaborar este año en American animals (Bart Layton, 2018), otra banda sonora destacable. Pero nos parece especialmente interesante su aportación, contenida pero no menos elaborada para Calibre (Matt Palmer, 2018), en la que introduce sencillas instrumentaciones para ir construyendo, como ocurre en la propia historia, una narración cada vez más claustrofóbica. La banda sonora tiene un cierto aire de desolación, en la que Anne Nikitin, con el uso de un violín solista, describe la soledad del bosque en el que se desarrollan los hechos más importantes, en temas como "Calibre", que además conecta a través de los violines con ese espacio casi primario que se intuye en el pequeño pueblo en el tiene lugar la historia. La introducción de los instrumentos de viento y algunos sonidos vocales, como en "They've got the other one", acaba creando una atmósfera cada ves más opresiva, hasta llegar a temas como "Confession", que contienen los pasajes más oscuros de la banda sonora. Anne Nikitin, que suele afirmar que la primera vez que prestó atención a la música de cine fue cuando vio la película El piano (Jane Campion, 1992), consigue crear uno de los trabajos más asfixiantes y al mismo tiempo fascinantes de este año.
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