La Academia de Hollywood ha hecho pública la lista de 170 largometrajes documentales que han sido presentados para la próxima edición de los Oscar. Muchos de ellos aún no cumplen el requisito de haber sido estrenados en Nueva York o Los Angeles, pero la mayor parte suponemos que lo harán en las próximas semanas. En diciembre se dará a conocer la shortlist de 15 candidatos, de los que saldrán los 5 nominados que se anunciarán junto al resto de categorías el 23 de enero.
Continuamos nuestro repaso a parte de los documentales que han sido presentados a la Academia de Hollywood y que hemos podido ver en festivales de cine y canales de televisión.
Score: A Film music documentary (2016)
Matt Schrader
EE.UU.
Producido utilizando el crowfunding como principal fuente de financiación, este primer trabajo del joven director Mary Schrader nos ofrece una interesante incursión en el mundo de las bandas sonoras. Resulta sorprendente que una producción independiente y un realizador tan joven hayan conseguido semejante lista de compositores entrevistados, que ofrecen una poliédrica visión en torno a cómo trabajan y cómo funcionan las bandas sonoras de películas. Están casi todos los más destacados nombres de la música de cine, aunque se echan en falta entrevistas a grandes maestros como John Williams y Ennio Morricone, pero en compensación aparecen unos cuarenta compositores de diversos estilos y formas de trabajar. Se trata de un documental que tiene interés, con sus ausencias y defectos, para comprender mejor el trabajo de estos músicos, y trata de ofrecer tanto una visión histórica de la evolución de las bandas sonoras como una descripción del proceso de composición y grabación, con algunos apuntes por parte de psicólogos sobre cómo funciona la imbricación del trabajo musical con la atención de los espectadores. Resulta ésta una tarea casi inabarcable en la escasa hora y media que dura el documental, pero está bien resuelta por el director gracias a un minucioso trabajo de edición que, aunque no consigue en todo momento elaborar una narración uniforme entre tantas intervenciones diferentes, sí logra mantener una coherencia adecuada. Destaca especialmente el homenaje que el director James Cameron hace a su habitual colaborador, el compositor James Horner, durante los créditos finales del documental.
Cries from Syria (2017)
Evgeny Afineevsky
EE.UU.-República Checa
Ya hemos hablado en nuestro anterior post de algunos de los documentales que abordan los conflictos en los países árabes y, como principal protagonista de la actualidad, el que sola desde hace cinco años el país de Siria. En esta ocasión, el director de origen ruso Evgeny Afineevsky, que ya consiguió una nominación al Oscar por Winter on fire: Ukraine´s fight for freedom (Evgeny Afineevsky, 2015), realiza un acercamiento a las consecuencias de la guerra en Siria y, sobre todo, a sus principales víctimas: los niños. Frente al rigor periodístico que proponen otras producciones de este año, el director prefiere remover nuestras conciencias desde las vísceras. Y posiblemente sea éste uno de los documentales en torno al conflicto en Siria más difícil de ver, porque no repara en mostrar imágenes crudas y casi diríamos que insoportables de mantener en nuestra mirada. Esto, que podría criticarse como efectista o manipulador, especialmente con los niños como protagonistas, se revela sin embargo como un reflejo descarnado de la realidad que se vive en las ciudades bombardeadas. Y, aunque ciertamente le falta algo de contexto informativo en torno a la guerra (aunque intenta ser didáctico en la narración de las distintas etapas), lo que destaca especialmente es esa visceralidad que nos conmueve y nos acongoja en muchas ocasiones. Producido por HBO, el documental está narrado por la actriz Helen Mirren y cuenta además con una canción escrita por Diane Warren e interpretada por Cher que podría también estar entre las finalistas al Oscar.
Kedi (2016)
Ceyda Torun
Turquía-EE.UU.
Esta es una de esas curiosas películas que consiguen conectar con los espectadores de una manera especial, a pesar de que su planteamiento es sencillo, aunque no simplista. Aprovechando esa imagen particular que le da a la ciudad de Estambul la gran cantidad de gatos callejeros que la habitan, la directora coloca la cámara a pie de calle para mostrarnos el día a día de algunos de estos gatos, la mayor parte respetados y acogidos por el vecindario en el que se pasean. La personalidad de cada uno de los gatos que protagonizan el documental se refleja con singular acierto, construyendo parte de su cohabitación con las personas, y en este sentido Kedi (que significa "gato" en turco), funciona también como reflejo de la vida diaria de una ciudad tan diversa como Estambul, con sus pequeños negocios, la lonja pesquera y ese espíritu de coexistencia entre la tradición y su condición de capital cosmopolita. Esta producción turca tiene serias posibilidades de cara a las nominaciones de los Oscar porque, tras su estreno en Estados Unidos en el mes de febrero, logró ser el documental extranjero más taquillero de la historia, por detrás de Bebés (Thomas Balmès, 2010) y Pina (Wim Wenders, 2011).
Eagles of Death Metal: Nos amis (Our friends) (2017)
Colin Hanks
EE.UU.
Dirigido por el hijo de Tom Hanks, el también actor Colin Hanks, se trata de su segunda incursión como realizador en el género documental, tras All things must pass: The rise and fall of Tower Records (Colin Hanks, 2015), también centrado en el mundo de la música. En Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca (Bonni Cohen, Jon Shenk, 2017) que comentamos en nuestro anterior post, vemos cómo una emisión de 24 horas dedicada al cambio climático, preámbulo de la posterior reunión de países que tuvo lugar en París semanas después, debe ser interrumpida porque esa misma noche, el 13 de noviembre de 2015, se producen los distintos ataques terroristas que dejaron 137 muertos. En uno de los principales escenarios de la tragedia, la sala Bataclan, actuaba esa noche el grupo norteamericano Eagles of Death Metal, cuyos componentes vivieron en primera persona el ataque más furibundo, que dejó 89 muertos. Este documental entrevista a los principales miembros de la banda cuando están a punto de volver a París para ofrecer un nuevo concierto. Se trata de uno de los más dolorosos reflejos de cómo afecta este tipo de violencia a sus protagonistas, porque evita mostrar imágenes más o menos impactantes, para centrarse en las personas que vivieron la tragedia. Especialmente amargas son las diferentes intervenciones del líder de Eagles of the Death Metal, Jesse Hughes, porque muestran sus secuelas psicológicas, incapaz de recordar el suceso sin desmoronarse emocionalmente, pero capaz de reconvertirse en una estrella del rock sobre el escenario. Aunque la primera parte, centrada en la estrecha relación de amistad entre Jesse Hughes y Josh Home, se critica como innecesaria, lo cierto es que funcionan bien como preámbulo de un documental que no resulta fácil de ver sin estremecerse.
Keep quiet (2016)
Sam Blair, Joseph Martin
Gran Bretaña-Hungría
Presentado en el Festival Tribeca de Nueva York, este filme se acerca a una figura controvertida en la política de Hungría, pero con una trayectoria ciertamente sorprendente. Csanad Szegedi es un joven político que desde muy temprana edad ya manifestaba ideas antisemitas que le llevaron a ser parte del polémico partido Jobbik, una formación xenófoba que consiguió buenos resultados electorales en 2010, consiguiendo ser la tercera fuerza política más votada del país, y llevando al propio Szegedi a representar a Hungría en el Parlamento Europeo. Las ideas populistas de derechas, basada en el nacionalismo y ciertas ideas fascistas consiguieron despertar el interés de una parte de la sociedad húngara. Pero Csanad Szegedi descubrió que parte de su familia era de origen judío, y su abuela había estado en un campo de concentración nazi. Y, aunque no renunció del todo a sus ideas, manteniendo el negacionista del holocausto, por ejemplo, Szegedi se convirtió en un judío ortodoxo y dimitió del puesto que ocupaba en su partido. Este "conversión" no resulta del todo explicada en el documental, lo que en cierto modo le quita algo de contundencia, y realmente no está claro si el polémico político experimentó un cambio radical en su forma de pensar o bien trató de encontrar una forma distinta de ser líder ideológico ante la imposibilidad de continuar siéndolo en su partido. En todo caso, momentos como el de la entrevista a su propia abuela resultan especialmente interesante y demoledor emocionalmente hablando. Aunque podríamos echar en falta algo de profundidad en la historia, se trata de una propuesta documental de resultados satisfactorios.
The last laugh (2016)
Ferne Pearlstein
EE.UU.
Este documental explora los límites que marca el humor en el cine o el teatro, a través de entrevistas a algunos de los principales comediantes del panorama artístico norteamericano: Mel Brooks, Rob Reiner, Sarah Silverman, Gilbert Gottfried o Larry Charles reflexionan sobre el sentido del humor y qué temas son tabúes a la hora de hacer chistes. En realidad, la propuesta de Ferne Pearlstein se centra más en cómo han ido variando estos límites en temáticas como el holocausto y el nazismo, tomando como protagonistas a una superviviente de un campo de concentración y su forma de afrontar las bromas que puedan surgir en torno al holocausto. Aunque se trata de una interesante reflexión, no supone una propuesta novedosa, pero resulta atractiva por el recorrido que hace a través de películas que en su momento supusieron un shock importante para los espectadores, desde El gran dictador (Charles Chaplin, 1940) hasta Los productores (Mel Brooks, 1967), que se mofaban del nazismo y de la figura de Hitler, o La vida es bella (Roberto Benigni, 1997), que utilizaba la vida en un campo de concentración para construir una comedia familiar. Ciertamente, resultan certeras algunas de las reflexiones que realizan los humoristas que aparecen en el documental, que plasman esa tendencia cambiante en las barreras del humor, pasando del tabú del holocausto en el pasado al tabú actual del terrorismo como elementos que suponen un choque emocional para los espectadores, pero realmente el resultado se queda en la curiosidad más que en la profundidad de las reflexiones.
Kedi (2016)
Ceyda Torun
Turquía-EE.UU.
Esta es una de esas curiosas películas que consiguen conectar con los espectadores de una manera especial, a pesar de que su planteamiento es sencillo, aunque no simplista. Aprovechando esa imagen particular que le da a la ciudad de Estambul la gran cantidad de gatos callejeros que la habitan, la directora coloca la cámara a pie de calle para mostrarnos el día a día de algunos de estos gatos, la mayor parte respetados y acogidos por el vecindario en el que se pasean. La personalidad de cada uno de los gatos que protagonizan el documental se refleja con singular acierto, construyendo parte de su cohabitación con las personas, y en este sentido Kedi (que significa "gato" en turco), funciona también como reflejo de la vida diaria de una ciudad tan diversa como Estambul, con sus pequeños negocios, la lonja pesquera y ese espíritu de coexistencia entre la tradición y su condición de capital cosmopolita. Esta producción turca tiene serias posibilidades de cara a las nominaciones de los Oscar porque, tras su estreno en Estados Unidos en el mes de febrero, logró ser el documental extranjero más taquillero de la historia, por detrás de Bebés (Thomas Balmès, 2010) y Pina (Wim Wenders, 2011).
Eagles of Death Metal: Nos amis (Our friends) (2017)
Colin Hanks
EE.UU.
Dirigido por el hijo de Tom Hanks, el también actor Colin Hanks, se trata de su segunda incursión como realizador en el género documental, tras All things must pass: The rise and fall of Tower Records (Colin Hanks, 2015), también centrado en el mundo de la música. En Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca (Bonni Cohen, Jon Shenk, 2017) que comentamos en nuestro anterior post, vemos cómo una emisión de 24 horas dedicada al cambio climático, preámbulo de la posterior reunión de países que tuvo lugar en París semanas después, debe ser interrumpida porque esa misma noche, el 13 de noviembre de 2015, se producen los distintos ataques terroristas que dejaron 137 muertos. En uno de los principales escenarios de la tragedia, la sala Bataclan, actuaba esa noche el grupo norteamericano Eagles of Death Metal, cuyos componentes vivieron en primera persona el ataque más furibundo, que dejó 89 muertos. Este documental entrevista a los principales miembros de la banda cuando están a punto de volver a París para ofrecer un nuevo concierto. Se trata de uno de los más dolorosos reflejos de cómo afecta este tipo de violencia a sus protagonistas, porque evita mostrar imágenes más o menos impactantes, para centrarse en las personas que vivieron la tragedia. Especialmente amargas son las diferentes intervenciones del líder de Eagles of the Death Metal, Jesse Hughes, porque muestran sus secuelas psicológicas, incapaz de recordar el suceso sin desmoronarse emocionalmente, pero capaz de reconvertirse en una estrella del rock sobre el escenario. Aunque la primera parte, centrada en la estrecha relación de amistad entre Jesse Hughes y Josh Home, se critica como innecesaria, lo cierto es que funcionan bien como preámbulo de un documental que no resulta fácil de ver sin estremecerse.
Keep quiet (2016)
Sam Blair, Joseph Martin
Gran Bretaña-Hungría
Presentado en el Festival Tribeca de Nueva York, este filme se acerca a una figura controvertida en la política de Hungría, pero con una trayectoria ciertamente sorprendente. Csanad Szegedi es un joven político que desde muy temprana edad ya manifestaba ideas antisemitas que le llevaron a ser parte del polémico partido Jobbik, una formación xenófoba que consiguió buenos resultados electorales en 2010, consiguiendo ser la tercera fuerza política más votada del país, y llevando al propio Szegedi a representar a Hungría en el Parlamento Europeo. Las ideas populistas de derechas, basada en el nacionalismo y ciertas ideas fascistas consiguieron despertar el interés de una parte de la sociedad húngara. Pero Csanad Szegedi descubrió que parte de su familia era de origen judío, y su abuela había estado en un campo de concentración nazi. Y, aunque no renunció del todo a sus ideas, manteniendo el negacionista del holocausto, por ejemplo, Szegedi se convirtió en un judío ortodoxo y dimitió del puesto que ocupaba en su partido. Este "conversión" no resulta del todo explicada en el documental, lo que en cierto modo le quita algo de contundencia, y realmente no está claro si el polémico político experimentó un cambio radical en su forma de pensar o bien trató de encontrar una forma distinta de ser líder ideológico ante la imposibilidad de continuar siéndolo en su partido. En todo caso, momentos como el de la entrevista a su propia abuela resultan especialmente interesante y demoledor emocionalmente hablando. Aunque podríamos echar en falta algo de profundidad en la historia, se trata de una propuesta documental de resultados satisfactorios.
The last laugh (2016)
Ferne Pearlstein
EE.UU.
Este documental explora los límites que marca el humor en el cine o el teatro, a través de entrevistas a algunos de los principales comediantes del panorama artístico norteamericano: Mel Brooks, Rob Reiner, Sarah Silverman, Gilbert Gottfried o Larry Charles reflexionan sobre el sentido del humor y qué temas son tabúes a la hora de hacer chistes. En realidad, la propuesta de Ferne Pearlstein se centra más en cómo han ido variando estos límites en temáticas como el holocausto y el nazismo, tomando como protagonistas a una superviviente de un campo de concentración y su forma de afrontar las bromas que puedan surgir en torno al holocausto. Aunque se trata de una interesante reflexión, no supone una propuesta novedosa, pero resulta atractiva por el recorrido que hace a través de películas que en su momento supusieron un shock importante para los espectadores, desde El gran dictador (Charles Chaplin, 1940) hasta Los productores (Mel Brooks, 1967), que se mofaban del nazismo y de la figura de Hitler, o La vida es bella (Roberto Benigni, 1997), que utilizaba la vida en un campo de concentración para construir una comedia familiar. Ciertamente, resultan certeras algunas de las reflexiones que realizan los humoristas que aparecen en el documental, que plasman esa tendencia cambiante en las barreras del humor, pasando del tabú del holocausto en el pasado al tabú actual del terrorismo como elementos que suponen un choque emocional para los espectadores, pero realmente el resultado se queda en la curiosidad más que en la profundidad de las reflexiones.
From the ashes (2017)
Michael Bonfiglio
EE.UU.
National Geographic es la responsable de esta producción que se estrenó en España en la plataforma Movistar+ con el título El carbón: una cuestión de Estado. Uno de los elementos más destacables contra los que vienen luchando los defensores de mayores medidas ambientales que ralenticen el efecto del cambio climático son las emisiones de gases provocada por la explotación de las minas de carbón. Lo hemos visto en otro documentales como Una verdad incómoda: Ahora o nunca (Bonni Cohen, Jon Shenk, 2017), en el que acompañábamos a Al Gore al éxito que supuso el Acuerdo de París en 2015, por el que se aprobó la mitigación de los efectos invernadero dejando atrás el carbón como principal fuente de energía. En la misma línea, esa producción nos presenta las consecuencias de la utilización del carbón en diversas poblaciones de los Estados Unidos, pero no solo se centra en sus peligros ambientales, sino también las promesas incumplidas de las grandes empresas, que en su mayor parte dejaron desamparados a sus trabajadores. Se trata de un interesante análisis de la situación actual, más aún con la intención de Donald Trump de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París y seguir utilizando el carbón como fuente de energía principal. Aunque resulta algo televisivo, y aporta poco desde el punto de vista formal, From the ashes consigue su objetivo como vehículo de divulgación de una realidad aún presente, agravada por ciertas oscuras expectativas de futuro.
City of ghosts (2017)
Matthew Heidemann
EE.UU.
Una vez más estamos ante un interesante documental en torno a la guerra en Siria, ahora centrado en un grupo de activistas en contra del ISIS que surgió en Raqa, una de las primeras ciudades tomadas por el Estado Islámico, aparentemente para unirse a la revolución contra el régimen de Bashar al-Ásad, pero realmente para sembrar su estado de terror y represión. Hace unos días, el ISIS perdía su último feudo en Siria, huyendo al desierto, pero durante años tanto Raqa (Siria) como Mosul (Iraq) fueron sus principales bastiones de resistencia. Matthew Heidemann, nominado al Oscar por aquel espléndido recorrido a través del contrabando de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos que fue Cartel Land (Matthew Heidemann, 2015), tan contundente como cualquier película de ficción, es el encargado de acompañar a un grupo de activistas que recibieron el Free Press Award en 2015, formado por jóvenes originarios de Raqa que, en su mayor parte, tuvieron que huir a Turquía o Alemania para, desde allí seguir difundiendo el régimen de terror que se vivía en su ciudad. Producido por Amazon, es un documental duro, que no escatima en imágenes impactantes habitualmente ausentes de los medios de comunicación. Pero sobre todo resulta doloroso asistir a ese sentimiento de rabia e impotencia que tienen sus protagonistas, como en esa escena en la que dos de ellos ven un video en el que se muestra la ejecución de su padre. El director consigue dotar a la película de la tensión y el drama necesarios para atrapar al espectador en una historia rodeada de violencia y de amenazas. Destaca también el trabajo musical de Jackson Greenberg y H. Scott Salinas, preciso y notable en su ejecución.
Brimstone & Glory (2017)
Viktor Jakovleski
México-EE.UU.
El director Viktor Jakovleski nació en Alemania, de padre Macedonio y madre serbia, y de hecho reside habitualmente en Berlín, pero ha trabajado en Hollywood como asistente personal de George Clooney y como conductor de vehículos en la película Hanna (Joe Wright, 2011). Ahora debuta en la dirección con este documental que atrapa la espectacularidad de los fuegos artificiales de la localidad mexicana de Tultepec. Se trata de una hermosa película que tiene imágenes de gran belleza y de hecho funciona mejor en su parte visual que cuando trata de ofrecer una cierta narrativa tomando como protagonista a un niño que aspira a participar activamente en los toros de fuego que se construyen para ser posteriormente quemados en las fiestas. Podríamos decir que, en cierto modo, hubiera funcionado mejor como documental sin narración ni diálogos, solo con la belleza de unas imágenes que Jakovleski sabe mostrar con gran sentido del ritmo. Pero en todo caso se trata de una película que atrapa por la fuerza de sus imágenes, desde la utilización de cámaras situadas en los cuerpos de quienes encienden las mechas hasta las toma aéreas que nos muestran la inmensa nube de fuego y ruido. Y son estas imágenes las que también, por sí solas, funcionan como una reflexión certera sobre la fuerza de la tradición que se mantiene en pequeñas poblaciones.
I called him Morgan (2016)
Kasper Collin
Suecia-EE.UU.
Son numerosos los documentales que se han centrado en figuras relevantes del mundo del jazz. En este caso, el director sueco Kasper Collin nos acerca a la figura del trompetista Lee Morgan, considerado como uno de los mejores instrumentistas de jazz de la década de los sesenta, en cuya vida tuvo, como en muchos otros casos, especial relevancia el soncumo de drogas y alcohol. Y cuya carrera se truncó en el mejor momento cuando solo tenía 33 años, asesinado por su esposa Helene Morgan debido a los celos. El documental tiene como esqueleto principal dos entrevistas de archivo que realizaron los protagonistas, pero especialmente la última entrevista que concedió Helen Morgan en 1996, que falleció un mes después de ser entrevistada. Kasper Collin sabe manejar los recursos de archivo con gran inteligencia, y utiliza también recreaciones rodadas en la actualidad, pero con textura de los años sesenta, para ir visualizando los recuerdos de Helen Morgan junto a entrevistas con algunos de los músicos que trabajaron con Lee Morgan y conocieron a la pareja. Se trata de un documental de espléndida coherencia que, aunque puede parecerse a otros retratos de artistas del jazz, sin embargo contiene una más que interesante utilización de las imágenes de archivo para ir desgranando poco a poco la historia de este músico malogrado, con un aire poético que nos recuerda al estilo de I am not your negro (Raoul Peck, 2016), nominado el año pasado.
Michael Bonfiglio
EE.UU.
National Geographic es la responsable de esta producción que se estrenó en España en la plataforma Movistar+ con el título El carbón: una cuestión de Estado. Uno de los elementos más destacables contra los que vienen luchando los defensores de mayores medidas ambientales que ralenticen el efecto del cambio climático son las emisiones de gases provocada por la explotación de las minas de carbón. Lo hemos visto en otro documentales como Una verdad incómoda: Ahora o nunca (Bonni Cohen, Jon Shenk, 2017), en el que acompañábamos a Al Gore al éxito que supuso el Acuerdo de París en 2015, por el que se aprobó la mitigación de los efectos invernadero dejando atrás el carbón como principal fuente de energía. En la misma línea, esa producción nos presenta las consecuencias de la utilización del carbón en diversas poblaciones de los Estados Unidos, pero no solo se centra en sus peligros ambientales, sino también las promesas incumplidas de las grandes empresas, que en su mayor parte dejaron desamparados a sus trabajadores. Se trata de un interesante análisis de la situación actual, más aún con la intención de Donald Trump de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París y seguir utilizando el carbón como fuente de energía principal. Aunque resulta algo televisivo, y aporta poco desde el punto de vista formal, From the ashes consigue su objetivo como vehículo de divulgación de una realidad aún presente, agravada por ciertas oscuras expectativas de futuro.
City of ghosts (2017)
Matthew Heidemann
EE.UU.
Una vez más estamos ante un interesante documental en torno a la guerra en Siria, ahora centrado en un grupo de activistas en contra del ISIS que surgió en Raqa, una de las primeras ciudades tomadas por el Estado Islámico, aparentemente para unirse a la revolución contra el régimen de Bashar al-Ásad, pero realmente para sembrar su estado de terror y represión. Hace unos días, el ISIS perdía su último feudo en Siria, huyendo al desierto, pero durante años tanto Raqa (Siria) como Mosul (Iraq) fueron sus principales bastiones de resistencia. Matthew Heidemann, nominado al Oscar por aquel espléndido recorrido a través del contrabando de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos que fue Cartel Land (Matthew Heidemann, 2015), tan contundente como cualquier película de ficción, es el encargado de acompañar a un grupo de activistas que recibieron el Free Press Award en 2015, formado por jóvenes originarios de Raqa que, en su mayor parte, tuvieron que huir a Turquía o Alemania para, desde allí seguir difundiendo el régimen de terror que se vivía en su ciudad. Producido por Amazon, es un documental duro, que no escatima en imágenes impactantes habitualmente ausentes de los medios de comunicación. Pero sobre todo resulta doloroso asistir a ese sentimiento de rabia e impotencia que tienen sus protagonistas, como en esa escena en la que dos de ellos ven un video en el que se muestra la ejecución de su padre. El director consigue dotar a la película de la tensión y el drama necesarios para atrapar al espectador en una historia rodeada de violencia y de amenazas. Destaca también el trabajo musical de Jackson Greenberg y H. Scott Salinas, preciso y notable en su ejecución.
Brimstone & Glory (2017)
Viktor Jakovleski
México-EE.UU.
El director Viktor Jakovleski nació en Alemania, de padre Macedonio y madre serbia, y de hecho reside habitualmente en Berlín, pero ha trabajado en Hollywood como asistente personal de George Clooney y como conductor de vehículos en la película Hanna (Joe Wright, 2011). Ahora debuta en la dirección con este documental que atrapa la espectacularidad de los fuegos artificiales de la localidad mexicana de Tultepec. Se trata de una hermosa película que tiene imágenes de gran belleza y de hecho funciona mejor en su parte visual que cuando trata de ofrecer una cierta narrativa tomando como protagonista a un niño que aspira a participar activamente en los toros de fuego que se construyen para ser posteriormente quemados en las fiestas. Podríamos decir que, en cierto modo, hubiera funcionado mejor como documental sin narración ni diálogos, solo con la belleza de unas imágenes que Jakovleski sabe mostrar con gran sentido del ritmo. Pero en todo caso se trata de una película que atrapa por la fuerza de sus imágenes, desde la utilización de cámaras situadas en los cuerpos de quienes encienden las mechas hasta las toma aéreas que nos muestran la inmensa nube de fuego y ruido. Y son estas imágenes las que también, por sí solas, funcionan como una reflexión certera sobre la fuerza de la tradición que se mantiene en pequeñas poblaciones.
I called him Morgan (2016)
Kasper Collin
Suecia-EE.UU.
Son numerosos los documentales que se han centrado en figuras relevantes del mundo del jazz. En este caso, el director sueco Kasper Collin nos acerca a la figura del trompetista Lee Morgan, considerado como uno de los mejores instrumentistas de jazz de la década de los sesenta, en cuya vida tuvo, como en muchos otros casos, especial relevancia el soncumo de drogas y alcohol. Y cuya carrera se truncó en el mejor momento cuando solo tenía 33 años, asesinado por su esposa Helene Morgan debido a los celos. El documental tiene como esqueleto principal dos entrevistas de archivo que realizaron los protagonistas, pero especialmente la última entrevista que concedió Helen Morgan en 1996, que falleció un mes después de ser entrevistada. Kasper Collin sabe manejar los recursos de archivo con gran inteligencia, y utiliza también recreaciones rodadas en la actualidad, pero con textura de los años sesenta, para ir visualizando los recuerdos de Helen Morgan junto a entrevistas con algunos de los músicos que trabajaron con Lee Morgan y conocieron a la pareja. Se trata de un documental de espléndida coherencia que, aunque puede parecerse a otros retratos de artistas del jazz, sin embargo contiene una más que interesante utilización de las imágenes de archivo para ir desgranando poco a poco la historia de este músico malogrado, con un aire poético que nos recuerda al estilo de I am not your negro (Raoul Peck, 2016), nominado el año pasado.
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