Nuestro repaso a las mejores bandas sonoras del año continúa en este regreso de septiembre. A continuación repasamos algunos de los trabajos más interesantes que se han editado en en estos últimos tres meses.
World Soundtrack Awards
Esta semana se han dado a conocer las nominaciones para los World Soundtrack Awards que se celebran el próximo Octubre en la ciudad belga de Gante. Entre los finalistas en la categoría de Premio del Público están dos españoles, Alejandro Vivas por El jugador de ajedrez (Luis Oliveros, 2017) y Diego Navarro por Pasaje al amanecer (Andreu Castro, 2017), pero también encontramos en la lista a otros músicos españoles como Fernando Velázquez por Un monstruo viene a verme (J.A. Bayona, 2016) y Zipi y Zape y la isla del capitán (Oskar Santos, 2016), Carles Cases por Los del túnel (Pepón Montero, 2016) y un habitual de la escena española como es el francés Pascal Gaigne por el thriller Plan de fuga (Iñaki Dorronsoro, 2016). Aprovechamos estas nominaciones para comentar los dos trabajos que han sido seleccionados como nominados:
Varèse Sarabande 26 / 05 / 2017
El compositor canario afronta este thriller en torno a la trayectoria de un joven fotógrafo de prensa que decide viajar a Irak como corresponsal de guerra. El trabajo De Diego Navarro acompaña, en su ambientación dramática a la historia personal del protagonista, envuelto en un conflicto familiar mientras se involucra en otro conflicto externo, el que se vive en la ciudad de Fallujah. En este sentido, la música tiene un carácter más intimista que bélica, porque estamos ante un drama interior más que frente a un film de guerra, y desde el tema principal "Pasaje to Dawn - Main Theme", Navarro construye una hermosa partitura de tonalidad íntima que funciona perfectamente como soporte de la lucha interior. Precisamente por esta razón, la banda sonora encuentra sus mejores recursos cuando se acerca los personajes de forma sutil, en hermosas composiciones como "Candela", "Manuela" y sobre todo "Misha & Mira". Aunque la película ha tenido un discreto paso por las salas de cine, y críticas en general muy tibias, hay que destacar la música De Diego Navarro como uno de los escasos puntales en los que se sostiene la película como drama bien construido, lo que debería hacerle merecedor de más nominaciones este año a premios importantes.
Alejandro Vivas - El jugador de ajedrezEl compositor canario afronta este thriller en torno a la trayectoria de un joven fotógrafo de prensa que decide viajar a Irak como corresponsal de guerra. El trabajo De Diego Navarro acompaña, en su ambientación dramática a la historia personal del protagonista, envuelto en un conflicto familiar mientras se involucra en otro conflicto externo, el que se vive en la ciudad de Fallujah. En este sentido, la música tiene un carácter más intimista que bélica, porque estamos ante un drama interior más que frente a un film de guerra, y desde el tema principal "Pasaje to Dawn - Main Theme", Navarro construye una hermosa partitura de tonalidad íntima que funciona perfectamente como soporte de la lucha interior. Precisamente por esta razón, la banda sonora encuentra sus mejores recursos cuando se acerca los personajes de forma sutil, en hermosas composiciones como "Candela", "Manuela" y sobre todo "Misha & Mira". Aunque la película ha tenido un discreto paso por las salas de cine, y críticas en general muy tibias, hay que destacar la música De Diego Navarro como uno de los escasos puntales en los que se sostiene la película como drama bien construido, lo que debería hacerle merecedor de más nominaciones este año a premios importantes.
Grupo Concertante Talía 10 / 07 / 2017
Estamos sin duda alguna ante la mejor banda sonora española de este año. El veterano Alejandro Vivas firma una hermosa y apasionado trabajo que es al mismo tiempo intensamente romántica, espectacular en algunas pasajes y sobre todo de una profundidad que pocas veces hemos visto recientemente. Vivas consigue crear pasajes de gran emoción, que nos engancha ya desde los primeros temas "Dance in the street", "Margeaux's birth" y "A walk in Paris", que nos introducen en este thriller bélico que se desarrolla durante la 2ª Guerra Mundial. La película juega a favor de la banda sonora, ya que permite al compositor manejar diferentes recursos emocionales, desde el drama romántico hasta el thriller bélico, y en este sentido Alejandro Vivas saca el máximo partido a la Sinfónica de Budapest, especialmente en esas composiciones en las que se fusionan estos recursos emocionales, como en "Chess game I" y "Chess game II", con el piano como instrumento representativo del intrincado juego de ajedrez. Pero en general podemos destacar buena parte de las composiciones, aunque no podemos dejar sin mencionar una de las composiciones más hermosas que hemos escuchado en los últimos tiempos, esa soberbia modulación romántica del tema principal en los "Credits" con la que concluye la película.
Estamos sin duda alguna ante la mejor banda sonora española de este año. El veterano Alejandro Vivas firma una hermosa y apasionado trabajo que es al mismo tiempo intensamente romántica, espectacular en algunas pasajes y sobre todo de una profundidad que pocas veces hemos visto recientemente. Vivas consigue crear pasajes de gran emoción, que nos engancha ya desde los primeros temas "Dance in the street", "Margeaux's birth" y "A walk in Paris", que nos introducen en este thriller bélico que se desarrolla durante la 2ª Guerra Mundial. La película juega a favor de la banda sonora, ya que permite al compositor manejar diferentes recursos emocionales, desde el drama romántico hasta el thriller bélico, y en este sentido Alejandro Vivas saca el máximo partido a la Sinfónica de Budapest, especialmente en esas composiciones en las que se fusionan estos recursos emocionales, como en "Chess game I" y "Chess game II", con el piano como instrumento representativo del intrincado juego de ajedrez. Pero en general podemos destacar buena parte de las composiciones, aunque no podemos dejar sin mencionar una de las composiciones más hermosas que hemos escuchado en los últimos tiempos, esa soberbia modulación romántica del tema principal en los "Credits" con la que concluye la película.
Soundway Records 30 / 06 / 2017
Aunque se trata de la banda sonora de un documental estrenado en 2015, hasta este año no se ha publicado el trabajo que la banda londinense The Heliocentrics realizó para el controvertido documental The sunshine makers (Cosmo Feilding-Mellen, 2015). La película se centra en la historia de Nicholas Sand y Tim Scully, dos químicos que generaron en los años sesenta gran calidad de ácido y LSD. Acusado de ensalzar las virtudes de las drogas de diseño, el documental se beneficia del sonido psicodélico de la banda británica, que este año también ha publicado su tercer disco, A world of masks (2017, Soundway Records). Aunque podemos decir que las composiciones siguen la estela de esa mezcla de jazz y psicodelia que caracteriza a esta banda, lo cierto es que sus creaciones capturan con acierto la ambientación sonora del Londres de los años 60, y tiene espléndidas muestras de jazz-funk en temas como "Chase scene", o ese inmenso "Historic", sostenido sobre rítmicas percusiones y electrificantes modulaciones. La música de The Heliocentrics contribuye en buena medida a capturar una ambientación sensorial que nos acerca esa mentalidad algo mesiánica de estos dos químicos que, a la manera de Walter White en Breaking bad (AMC, 2008-2013) formaron parte del nacimiento de las drogas químicas en Inglaterra.
Aunque se trata de la banda sonora de un documental estrenado en 2015, hasta este año no se ha publicado el trabajo que la banda londinense The Heliocentrics realizó para el controvertido documental The sunshine makers (Cosmo Feilding-Mellen, 2015). La película se centra en la historia de Nicholas Sand y Tim Scully, dos químicos que generaron en los años sesenta gran calidad de ácido y LSD. Acusado de ensalzar las virtudes de las drogas de diseño, el documental se beneficia del sonido psicodélico de la banda británica, que este año también ha publicado su tercer disco, A world of masks (2017, Soundway Records). Aunque podemos decir que las composiciones siguen la estela de esa mezcla de jazz y psicodelia que caracteriza a esta banda, lo cierto es que sus creaciones capturan con acierto la ambientación sonora del Londres de los años 60, y tiene espléndidas muestras de jazz-funk en temas como "Chase scene", o ese inmenso "Historic", sostenido sobre rítmicas percusiones y electrificantes modulaciones. La música de The Heliocentrics contribuye en buena medida a capturar una ambientación sensorial que nos acerca esa mentalidad algo mesiánica de estos dos químicos que, a la manera de Walter White en Breaking bad (AMC, 2008-2013) formaron parte del nacimiento de las drogas químicas en Inglaterra.
Sony Masterworks 07 / 07/ 2017
La franquicia que se inició con El origen del planeta de los simios (Rupert Wyatt, 2011) ha demostrado ser una de las más interesantes, asumiendo su condición de mainstream, de los últimos años. En aquella primera entrega, Patrick Doyle aportaba una contundente aunque algo errática banda sonora que fue continuada por Michael Giacchino en El amanecer del planeta de los simios (Matt reeves, 2014). Pero es en esta tercera entrega en la que el compositor consigue el trabajo más completo de toda la saga, a pesar de un año prolífico pero no especialmente inspirado, con bandas sonoras decepcionantes como Spider-man: Homecoming (Jon Watts, 2017) o The book of Henry (Colin Trevorrow, 2017). En La guerra del planeta de los simios (Matt Reeves, 2017) encontramos algunos de los habituales recursos estilísticos del compositor, como ese piano casi etéreo al principio del espectacular "Exodus wounds", o el interesante uso de las voces corales en pasajes desbordantes como "Paradise found", que tiene similitudes formales con composiciones suyas para la franquicia de Star Trek. Pero sobre todo sorprende la creación de excelentes temas centrales, como esa "The posse polonaise" sobre la que pivota buena parte de la banda sonora, inmensa en su más espectacular versión, en "The bad ape bagatelle". Estamos, en su conjunto, ante la mejor creación musical de la franquicia y ante uno de los mejores trabajos de la imparable carrera de Michael Giacchino.
La franquicia que se inició con El origen del planeta de los simios (Rupert Wyatt, 2011) ha demostrado ser una de las más interesantes, asumiendo su condición de mainstream, de los últimos años. En aquella primera entrega, Patrick Doyle aportaba una contundente aunque algo errática banda sonora que fue continuada por Michael Giacchino en El amanecer del planeta de los simios (Matt reeves, 2014). Pero es en esta tercera entrega en la que el compositor consigue el trabajo más completo de toda la saga, a pesar de un año prolífico pero no especialmente inspirado, con bandas sonoras decepcionantes como Spider-man: Homecoming (Jon Watts, 2017) o The book of Henry (Colin Trevorrow, 2017). En La guerra del planeta de los simios (Matt Reeves, 2017) encontramos algunos de los habituales recursos estilísticos del compositor, como ese piano casi etéreo al principio del espectacular "Exodus wounds", o el interesante uso de las voces corales en pasajes desbordantes como "Paradise found", que tiene similitudes formales con composiciones suyas para la franquicia de Star Trek. Pero sobre todo sorprende la creación de excelentes temas centrales, como esa "The posse polonaise" sobre la que pivota buena parte de la banda sonora, inmensa en su más espectacular versión, en "The bad ape bagatelle". Estamos, en su conjunto, ante la mejor creación musical de la franquicia y ante uno de los mejores trabajos de la imparable carrera de Michael Giacchino.
Miland Records 07 / 07 / 2017
Considerada como una de las sorpresas del año, esta insólita película que habla del mundo de los fantasmas sin ser exactamente una historia de terror, encuentra en su banda sonora el perfecto enlace emocional con el espectador. Daniel Hart, habitual colaborador del director David Lowery, destacando trabajos como En un lugar sin ley (David Lowery, 2013) o Peter y el Dragón (David Lowery, 2016) es un compositor que sabe manejar con talento la narración a través de su música, y que aquí aporta una banda sonora más desalentadora que tétrica, más triste que oscura. Sosteniéndose sobre un hermoso y melancólico tema principal, "Whatever hour you woke", que tiene su máxima expresión en el suntuoso "The secret in the wall", en el que se desborda su propuesta romántica, Daniel Hart elabora sin duda una de las mejores composiciones, que merecería estar en la lista de las nominadas al Oscar. Parte importante de la banda sonora es el tema "I get overwhelmed", de grupo Dark Rooms, que lidera el propio Daniel Hart, y que el director quiso utilizar como tema central de la banda sonora. Aquí, adaptado especialmente en "History", adquiere una tonalidad si cabe más etérea y ensoñadora que en su versión original.
Considerada como una de las sorpresas del año, esta insólita película que habla del mundo de los fantasmas sin ser exactamente una historia de terror, encuentra en su banda sonora el perfecto enlace emocional con el espectador. Daniel Hart, habitual colaborador del director David Lowery, destacando trabajos como En un lugar sin ley (David Lowery, 2013) o Peter y el Dragón (David Lowery, 2016) es un compositor que sabe manejar con talento la narración a través de su música, y que aquí aporta una banda sonora más desalentadora que tétrica, más triste que oscura. Sosteniéndose sobre un hermoso y melancólico tema principal, "Whatever hour you woke", que tiene su máxima expresión en el suntuoso "The secret in the wall", en el que se desborda su propuesta romántica, Daniel Hart elabora sin duda una de las mejores composiciones, que merecería estar en la lista de las nominadas al Oscar. Parte importante de la banda sonora es el tema "I get overwhelmed", de grupo Dark Rooms, que lidera el propio Daniel Hart, y que el director quiso utilizar como tema central de la banda sonora. Aquí, adaptado especialmente en "History", adquiere una tonalidad si cabe más etérea y ensoñadora que en su versión original.
Prova Records 10 / 07 / 2017
El compositor belga de origen italiano, es uno de los principales talentos musicales en su país, habiendo logrado en 2016 el premio a la Mejor Banda Sonora belga por la película de animación Cafard (Jan Bultheel, 2015). Entre sus trabajos recientes, el más interesante es esta propuesta sobria para la película turca Mavi sessizlik (Bülent Öztürk, 2017), la gran triunfadora este año del Festival de Cine de Estambul. La historia gira en torno a un antiguo agente encubierto que intenta recuperarse de las pesadillas de su pasado, mientras al mismo tiempo trata de sobrevivir en una sociedad en la que siente aislado. El músico aporta una melancólica banda sonora apoyada sobre todo en las cuerdas, que nos introduce en la deprimente existencia del personaje principal, y solo de vez en cuando se permite abandonar las cuerdas como elemento primordial para apoyarse en la voz solista, como en el hermoso tema "My country", o en la introducción de instrumentación turca en temas como "Heading to Sinan". Lo más interesante, sin embargo, de esta espléndida banda sonora se revela cuando Michelino Bisceglia bucea en sonoridades y ambientaciones oscuras, como en ese largo tema de 10 minutos "The silence" que funciona como pilar de toda la partitura.
El compositor belga de origen italiano, es uno de los principales talentos musicales en su país, habiendo logrado en 2016 el premio a la Mejor Banda Sonora belga por la película de animación Cafard (Jan Bultheel, 2015). Entre sus trabajos recientes, el más interesante es esta propuesta sobria para la película turca Mavi sessizlik (Bülent Öztürk, 2017), la gran triunfadora este año del Festival de Cine de Estambul. La historia gira en torno a un antiguo agente encubierto que intenta recuperarse de las pesadillas de su pasado, mientras al mismo tiempo trata de sobrevivir en una sociedad en la que siente aislado. El músico aporta una melancólica banda sonora apoyada sobre todo en las cuerdas, que nos introduce en la deprimente existencia del personaje principal, y solo de vez en cuando se permite abandonar las cuerdas como elemento primordial para apoyarse en la voz solista, como en el hermoso tema "My country", o en la introducción de instrumentación turca en temas como "Heading to Sinan". Lo más interesante, sin embargo, de esta espléndida banda sonora se revela cuando Michelino Bisceglia bucea en sonoridades y ambientaciones oscuras, como en ese largo tema de 10 minutos "The silence" que funciona como pilar de toda la partitura.
Christopher Larkin - Barbecue
Christopher Larkin 11 / 07 / 2017
Barbecue (Matthew Salleh, 2017) es un documental que nos acerca a la cultura de la unión entre carne y fuego a lo largo de doce países en los que la tradición del BBQ forma parte esencial de su vida social. Desde Estados Unidos hasta Mongolia, el director nos traslada por diferentes formas de entender la comunión entre comida y relaciones sociales a través de cuidadas imágenes rodadas en 4k. Buena parte de la efectividad del documental se logra gracias al trabajo de diseño de sonido de Michael Darren y la música compuesta por Christopher Larkin, joven músico australiano formado en el terreno de los videojuegos que aporta una preciosa partitura, de corte minimalista, que en algunos pasajes recuerda a las composiciones de Philip Glass para la serie de documentales iniciada con Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982). Pero no se trata de un remedo del estilo característico del norteamericano, sino que adopta, en su estilismo sinfónico, una personalidad propia que entronca directamente con las imágenes. La policromía de nacionalidades no se ve reflejada en la música, que mantiene una coherencia general a través de largos pasajes musicales que consiguen momentos de auténtica emoción, como ese "Engangsgrill", precioso tema con el piano y las cuerdas como principales protagonistas. Sin duda, es una de las más bellas bandas sonoras de este año.
Barbecue (Matthew Salleh, 2017) es un documental que nos acerca a la cultura de la unión entre carne y fuego a lo largo de doce países en los que la tradición del BBQ forma parte esencial de su vida social. Desde Estados Unidos hasta Mongolia, el director nos traslada por diferentes formas de entender la comunión entre comida y relaciones sociales a través de cuidadas imágenes rodadas en 4k. Buena parte de la efectividad del documental se logra gracias al trabajo de diseño de sonido de Michael Darren y la música compuesta por Christopher Larkin, joven músico australiano formado en el terreno de los videojuegos que aporta una preciosa partitura, de corte minimalista, que en algunos pasajes recuerda a las composiciones de Philip Glass para la serie de documentales iniciada con Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982). Pero no se trata de un remedo del estilo característico del norteamericano, sino que adopta, en su estilismo sinfónico, una personalidad propia que entronca directamente con las imágenes. La policromía de nacionalidades no se ve reflejada en la música, que mantiene una coherencia general a través de largos pasajes musicales que consiguen momentos de auténtica emoción, como ese "Engangsgrill", precioso tema con el piano y las cuerdas como principales protagonistas. Sin duda, es una de las más bellas bandas sonoras de este año.
Sony Classical 28 / 07 / 2017
Ciertamente, es difícil asociar a un compositor como Patrick Doyle con una cinta de animación como Emoji: La película (Tony Leondis, 2017), más aún teniendo en cuenta las malas críticas que ha recibido esta traslación del universo de los emojis al cine. Pero el resultado no ha podido ser mejor: estamos ante una de las bandas sonoras más divertidas que ha compuesto el británico hasta la fecha. Patrick Doyle demuestra aquí su versatilidad partiendo de su estilo sinfónico habitual, pero adentrándose también en el terreno de los sonidos electrónicos, especialmente en esa especie de referencia a Giorgio Moroder que encontramos en algunos pasajes. Y es en este espíritu "retro" en el que Patrick Doyle consigue sus mayores logros, especialmente en el desarrollo del tema principal en momentos como "Gene", o en variaciones muy del estilo Doyle como "Let's roll!". Pero también encontramos buenas dosis de inspiración en algunas de las composiciones para las escenas de acción, como "Tentacle Chase", en el que el músico despliega esa habitual capacidad para utilizar en su máxima expresión las posibilidades de la orquesta.
Ciertamente, es difícil asociar a un compositor como Patrick Doyle con una cinta de animación como Emoji: La película (Tony Leondis, 2017), más aún teniendo en cuenta las malas críticas que ha recibido esta traslación del universo de los emojis al cine. Pero el resultado no ha podido ser mejor: estamos ante una de las bandas sonoras más divertidas que ha compuesto el británico hasta la fecha. Patrick Doyle demuestra aquí su versatilidad partiendo de su estilo sinfónico habitual, pero adentrándose también en el terreno de los sonidos electrónicos, especialmente en esa especie de referencia a Giorgio Moroder que encontramos en algunos pasajes. Y es en este espíritu "retro" en el que Patrick Doyle consigue sus mayores logros, especialmente en el desarrollo del tema principal en momentos como "Gene", o en variaciones muy del estilo Doyle como "Let's roll!". Pero también encontramos buenas dosis de inspiración en algunas de las composiciones para las escenas de acción, como "Tentacle Chase", en el que el músico despliega esa habitual capacidad para utilizar en su máxima expresión las posibilidades de la orquesta.
Sony Classical 04 / 08 / 2017
Ciertamente, los últimos trabajos de Danny Elfman, incluidas sus colaboraciones con Tim Burton, nos han resultado decepcionantes. El compositor no parece encontrar una película que realmente le permita desplegar su talento, y este año ni la anodina Cincuenta sombras más oscuras (James Foley, 2017), ni siquiera la más experimental, electrónica y poco convencional El círculo (James Ponsoldt, 2017), nos han convencido. Sin embargo, este drama de época que se desarrolla en Amsterdam, en torno a un pintor que se enamora de su modelo, nos ofrece una vertiente más clásica de Danny Elfman, más cercana, pero sin alcanzar su belleza, a otros trabajos suyos como Black Beauty (Caroline Thompson, 1994). Ciertamente, la temática de la película nos recuerda a aquella El velo pintado (John Curran, 2006) que nos descubrió a un inspirado Alexandre Desplat. Y encontramos en este trabajo de Danny Elfman ciertas similitudes en cuanto a la creación de pasajes románticos, de cuidada factura como ese "Sophia's Theme" con el que se inicia la banda sonora. Pero hay momentos de singular inspiración cuando Danny Elfman bucea en ciertas sonoridades de la época utilizando sin embargo instrumentos electrónicos, con grandes hallazgos como "The streets - Part 2". Y la plenitud de la banda sonora se muestra en ese largo "The Grand Finale" que nos revela nuevamente a un compositor que en ocasiones regresa a su particular camino musical trazado desde hace años.
Ciertamente, los últimos trabajos de Danny Elfman, incluidas sus colaboraciones con Tim Burton, nos han resultado decepcionantes. El compositor no parece encontrar una película que realmente le permita desplegar su talento, y este año ni la anodina Cincuenta sombras más oscuras (James Foley, 2017), ni siquiera la más experimental, electrónica y poco convencional El círculo (James Ponsoldt, 2017), nos han convencido. Sin embargo, este drama de época que se desarrolla en Amsterdam, en torno a un pintor que se enamora de su modelo, nos ofrece una vertiente más clásica de Danny Elfman, más cercana, pero sin alcanzar su belleza, a otros trabajos suyos como Black Beauty (Caroline Thompson, 1994). Ciertamente, la temática de la película nos recuerda a aquella El velo pintado (John Curran, 2006) que nos descubrió a un inspirado Alexandre Desplat. Y encontramos en este trabajo de Danny Elfman ciertas similitudes en cuanto a la creación de pasajes románticos, de cuidada factura como ese "Sophia's Theme" con el que se inicia la banda sonora. Pero hay momentos de singular inspiración cuando Danny Elfman bucea en ciertas sonoridades de la época utilizando sin embargo instrumentos electrónicos, con grandes hallazgos como "The streets - Part 2". Y la plenitud de la banda sonora se muestra en ese largo "The Grand Finale" que nos revela nuevamente a un compositor que en ocasiones regresa a su particular camino musical trazado desde hace años.
Rotor Records 11 / 08 / 2017
Este documental traza la trayectoria personal y profesional del piloto de Fórmula 1 Ronnie Peterson, considerado como el más rápido de los años '70, pero que nunca consiguió un campeonato mundial. Fallecido en un aparatoso choque masivo en el circuito italiano de Monza en 1978, su nombre se convirtió en un mito del automovilismo para su país de origen, Suecia. Su esposa, la ex modelo Barbro Peterson, nunca pudo superar su muerte y se suicidó diez años después. Superswede (Henrik Jansson-Schweizer, 2017) ofrece una mirada nostálgica hacia la carrera profesional del piloto, y por eso encontramos en ella una banda sonora de cierto aire melancólico, compuesta por el músico sueco Matti Bye, veterano compositor al que conocemos de trabajos como El abuelo que saltó por la ventana y se largó (Felix Herngren, 2013) o A serious game (Pernilla August, 2016). El excelente álbum de Matti Bye, ahonda en la mirada nostálgica del documental, con temas etéreos como ese "Memories" con el que se abre, una hermosa pieza de piano, o ese volátil abrazo entre las cuerdas y el piano que encontramos en "Happy days". La banda sonora se ha editado físicamente en vinilo, con una primera edición limitada de 150 copias agotada en una semana, y una segunda edición de 300 copias que se ha lanzado este mes de septiembre.
Andre Matthias - Blessed BenefitEste documental traza la trayectoria personal y profesional del piloto de Fórmula 1 Ronnie Peterson, considerado como el más rápido de los años '70, pero que nunca consiguió un campeonato mundial. Fallecido en un aparatoso choque masivo en el circuito italiano de Monza en 1978, su nombre se convirtió en un mito del automovilismo para su país de origen, Suecia. Su esposa, la ex modelo Barbro Peterson, nunca pudo superar su muerte y se suicidó diez años después. Superswede (Henrik Jansson-Schweizer, 2017) ofrece una mirada nostálgica hacia la carrera profesional del piloto, y por eso encontramos en ella una banda sonora de cierto aire melancólico, compuesta por el músico sueco Matti Bye, veterano compositor al que conocemos de trabajos como El abuelo que saltó por la ventana y se largó (Felix Herngren, 2013) o A serious game (Pernilla August, 2016). El excelente álbum de Matti Bye, ahonda en la mirada nostálgica del documental, con temas etéreos como ese "Memories" con el que se abre, una hermosa pieza de piano, o ese volátil abrazo entre las cuerdas y el piano que encontramos en "Happy days". La banda sonora se ha editado físicamente en vinilo, con una primera edición limitada de 150 copias agotada en una semana, y una segunda edición de 300 copias que se ha lanzado este mes de septiembre.
Plaza Mayor 11 / 08 / 2017
El trabajo del compositor Andre Matthias para la película Bienes benditos (Mahmoud All Massad, 2016) es uno de esos ejemplos en los que el compositor consigue traspasar las primeras reticencias del director, que en un principio no quería ningún tipo de música para su película. Tratándose de un drama carcelario en el que acompañamos a un albañil que tiene que adaptarse a la vida en prisión durante los tres meses a los que ha sido condenado por fraude, ciertamente parece no necesitar demasiada música. Pero Andre Matthias logra una equilibrada banda sonora que rehuye las sonoridades étnicas, aunque se sostenga en buena medida sobre instrumentos de viento de origen oriental como el duduk y el ney. Encontramos en esta banda sonora una obra sencilla, que desarrolla principalmente dos composiciones sobre las que pivota todo el conjunto, creadas para las dos escenas más importantes de la película, desarrolladas luego en diferentes arreglos. Hay momentos en los que la banda sonora nos recuerda a la música de Alberto Iglesias para las películas de Pedro Almodóvar, por esa cadencia melódica que tan bien sabe crear el compositor madrileño. Andre Matthias consigue, desde la sencillez, componer un trabajo sólido y más complejo de lo que pudiera parecer.
El trabajo del compositor Andre Matthias para la película Bienes benditos (Mahmoud All Massad, 2016) es uno de esos ejemplos en los que el compositor consigue traspasar las primeras reticencias del director, que en un principio no quería ningún tipo de música para su película. Tratándose de un drama carcelario en el que acompañamos a un albañil que tiene que adaptarse a la vida en prisión durante los tres meses a los que ha sido condenado por fraude, ciertamente parece no necesitar demasiada música. Pero Andre Matthias logra una equilibrada banda sonora que rehuye las sonoridades étnicas, aunque se sostenga en buena medida sobre instrumentos de viento de origen oriental como el duduk y el ney. Encontramos en esta banda sonora una obra sencilla, que desarrolla principalmente dos composiciones sobre las que pivota todo el conjunto, creadas para las dos escenas más importantes de la película, desarrolladas luego en diferentes arreglos. Hay momentos en los que la banda sonora nos recuerda a la música de Alberto Iglesias para las películas de Pedro Almodóvar, por esa cadencia melódica que tan bien sabe crear el compositor madrileño. Andre Matthias consigue, desde la sencillez, componer un trabajo sólido y más complejo de lo que pudiera parecer.
WaterTower Music 25 / 08 / 2017
Acabada ya la temporada, Juego de tronos (HBO, 2011-) continúa siendo uno de los espectáculos más intensos de la televisión actual. Y aunque esta temporada ha sido una especie de transición, aunque con algunos momentos especialmente logrados, como esa batalla de dragones que en la banda sonora se refleja en el espléndido "I am the Storm", nos encontramos ante una de las composiciones más compactas de toda la serie. El leitmotiv principal de esta temporada es la preparación hacia la Gran Guerra, y en este sentido, Ramin Djawadi elabora una composición que nos presenta un in crescendo paulatino a través de creaciones de tono bélico que se van desarrollando en uno de los trabajos más oscuros de los que ha realizado hasta el momento. Espléndidas son sus creaciones para los momentos de acción, con esas percusiones contundentes y esas voces corales profundamente sombrías en el ya citado "I am the Storm" o las dos partes de "Spoils of war", que podemos considerar como un resumen antológico de los temas principales en formato marcial. Para desembocar en esos dos últimos temas que nos preparan para lo que vendrá, ese "The Army of the dead" que es un auténtico tema de terror, y la etérea versión del tema principal, "Winter is here", con el que se cierra el álbum. Nada más y nada menos que un invierno desolador que oscurece si cabe aún más el tono ya tenebroso que ha adquirido la serie.
Acabada ya la temporada, Juego de tronos (HBO, 2011-) continúa siendo uno de los espectáculos más intensos de la televisión actual. Y aunque esta temporada ha sido una especie de transición, aunque con algunos momentos especialmente logrados, como esa batalla de dragones que en la banda sonora se refleja en el espléndido "I am the Storm", nos encontramos ante una de las composiciones más compactas de toda la serie. El leitmotiv principal de esta temporada es la preparación hacia la Gran Guerra, y en este sentido, Ramin Djawadi elabora una composición que nos presenta un in crescendo paulatino a través de creaciones de tono bélico que se van desarrollando en uno de los trabajos más oscuros de los que ha realizado hasta el momento. Espléndidas son sus creaciones para los momentos de acción, con esas percusiones contundentes y esas voces corales profundamente sombrías en el ya citado "I am the Storm" o las dos partes de "Spoils of war", que podemos considerar como un resumen antológico de los temas principales en formato marcial. Para desembocar en esos dos últimos temas que nos preparan para lo que vendrá, ese "The Army of the dead" que es un auténtico tema de terror, y la etérea versión del tema principal, "Winter is here", con el que se cierra el álbum. Nada más y nada menos que un invierno desolador que oscurece si cabe aún más el tono ya tenebroso que ha adquirido la serie.
ABC 01 / 09 / 2017
El australiano Nigel Westlake es uno de los compositores más prestigiosos de su país, con excelentes trabajos para el cine como las dos películas de Babe, el cerdito valiente (Chris Noonan, 1985). Hace unos años estuvo apartado de la música debido a la tragedia que supuso el asesinato de su hijo Eli, de tan solo 22 años, cuyo lamento finalmente acabó reflejando en su álbum autónomo Missa Solis: Requiem for Eli (2012, ABC Music). La película Ali's wedding (Jeffrey Walker, 2017) puede considerarse como su regreso al cine. Esta comedia en torno al hijo de un sacerdote musulmán enfrentado a un matrimonio concertado mientras está enamorado de una joven australiana, permite a Nigel Westlake elaborar una de sus bandas sonoras más logradas, con el soporte de la Sydney Symphony Orchestra y la utilización de instrumentos étnicos. Planteada como si se tratara de una pieza para concierto, formato en el que Westlake ha venido trabajando en los últimos años, la banda sonora está compuesta por temas extensos que permiten al músico elaborar diferentes registros en una misma pieza, como ese "The date seed pasable" con el que se abre el álbum. Para la parte étnica, Nigel Westlake ha contado con el prestigioso instrumentista egipcio Joseph Tawadros, que realiza auténticos portentos con el oud, el característico laúd árabe, en temas como "The streets of Basra". En cierto modo, Ali's wedding puede considerarse como una continuación de anteriores incursiones de Nigel Westlake en la fusión de sincronismo y sonidos étnicos, especialmente del maravilloso álbum, de audición recomendable, Compassion (2013, ABC Classics), una selección de canciones para orquesta y voz solista, a cargo del cantante israelí Lior, del que precisamente se incluye una de ellas al final de la banda sonora.
Angelo Badalamenti - Twin Peaks (Limited Event Series Soundtrack)
Varios - Twin Peaks (Music from the Limited Event Series)
El australiano Nigel Westlake es uno de los compositores más prestigiosos de su país, con excelentes trabajos para el cine como las dos películas de Babe, el cerdito valiente (Chris Noonan, 1985). Hace unos años estuvo apartado de la música debido a la tragedia que supuso el asesinato de su hijo Eli, de tan solo 22 años, cuyo lamento finalmente acabó reflejando en su álbum autónomo Missa Solis: Requiem for Eli (2012, ABC Music). La película Ali's wedding (Jeffrey Walker, 2017) puede considerarse como su regreso al cine. Esta comedia en torno al hijo de un sacerdote musulmán enfrentado a un matrimonio concertado mientras está enamorado de una joven australiana, permite a Nigel Westlake elaborar una de sus bandas sonoras más logradas, con el soporte de la Sydney Symphony Orchestra y la utilización de instrumentos étnicos. Planteada como si se tratara de una pieza para concierto, formato en el que Westlake ha venido trabajando en los últimos años, la banda sonora está compuesta por temas extensos que permiten al músico elaborar diferentes registros en una misma pieza, como ese "The date seed pasable" con el que se abre el álbum. Para la parte étnica, Nigel Westlake ha contado con el prestigioso instrumentista egipcio Joseph Tawadros, que realiza auténticos portentos con el oud, el característico laúd árabe, en temas como "The streets of Basra". En cierto modo, Ali's wedding puede considerarse como una continuación de anteriores incursiones de Nigel Westlake en la fusión de sincronismo y sonidos étnicos, especialmente del maravilloso álbum, de audición recomendable, Compassion (2013, ABC Classics), una selección de canciones para orquesta y voz solista, a cargo del cantante israelí Lior, del que precisamente se incluye una de ellas al final de la banda sonora.
Angelo Badalamenti - Twin Peaks (Limited Event Series Soundtrack)
Varios - Twin Peaks (Music from the Limited Event Series)
Rhino Entertainment 11 / 09 / 2017
El estreno de la nueva temporada de Twin Peaks ha cumplido con casi todos los pronósticos, más en cuanto a la recuperación de sus fans de toda la vida que a la asunción de nuevos seguidores. Bien es cierto que la extensa temporada ha dado para todo tipo de comentarios y ha sido irregular (con una parte centrada en un agente Cooper "ido" que resultaba monótona), pero tras unos primeros episodios hipnóticos, la serie recuperó el pulso en los últimos tres o cuatro capítulos, aquellos que precisamente la conectaban más con la trama original. En todo caso, Twin Peaks (A Limited Event Series) (Showtime, 2017) ha sido todo un alarde de provocación, con algún capítulo casi completamente experimental, inédito en un panorama televisivo que ha sucumbido a los designios del mainstream. La decisión de terminar cada capítulo con una actuación musical en el Bang Bang Bar ha permitido a David Lynch ofrecernos una muestra de ese universo sonoro que forma parte de su cine. Chromatics, The Cactus Blossom o Rebekah del Rio han sido invitados especiales en algunos de los episodios.
Por un lado, se ha publicado Twin Peaks (Music from the Limited Event Series) (2017, Rhino Entertainment) que nos ofrece una selección de las canciones que han sonado durante la temporada, bien como música diegética o como actuaciones musicales. Aquí se dibuja precisamente un universo sonoro que nos captura desde el primer momento, con ese "Shadow" interpretado por Chromatics que sacaron a la luz hace dos años pero que complementaba a la perfección el final del primer y sorprendente episodio de la nueva temporada. De hecho, el líder de la banda, Johnny Jewell publicó hace unos meses el álbum Windswept (2017, Italians do it better), un homenaje al ambiente musical de la serie Twin Peaks (ABC, 1990-1991). Esta recopilación contiene algunas joyas que sin duda se nos quedarán grabadas, como la absorbente "Tarifa", de Sharon Van Etten, que muchos hemos convertido en nuestra canción del verano después de aparecer en la serie, aunque es un tema incluido en su álbum Are we here (2014, Jagjaguwar), o la emoción que encontramos en el tema "No stars" que David Lynch escribió en 2011 para el album Love hurts love heals (2011, Rebekah del Rio), publicado por la cantante hispana Rebekah del Rio, y que al final del capítulo 10 interpreta acompañada en la guitarra por Moby. También encontramos aquí uno de los mejores homenajes a todo el espíritu de la serie, cuando David Lynch introduce al final de uno de los últimos episodios a la cantante Julie Cruise acompañada por Chromatics para interpretar el tema "The world spins", escrito por David Lynch y Angelo Badalamenti, e incluido en el album Floating into the night (1989, Warner Bros. Records).
Para los seguidores de Angelo Badalamenti, pieza fundamental en el universo ambiental de la serie, se ha publicado Twin Peaks (Limited Event Series Soundtrack) (2017, Rhino Entertainment) que contiene buena parte de la música compuesta por el músico para esta nueva temporada. En realidad, David Lynch ha utilizado bastantes composiciones previas de Badalamenti para anteriores temporadas de la serie, (ahí está por supuesto el hipnótico tema principal, pero también ese hermoso "Laura Palmer's Theme" o el misterioso y jazzístico "Audrey's dance") y el nuevo trabajo del compositor hay que descubrirlo en determinados pasajes que capturan la esencia de su clásica banda sonora. Pero también en estas nuevas creaciones hay momentos maravillosos, como ese melancólico "Heartbreaking", que el propio Angelo Badalamenti aparece interpretando al piano, o el enigmático "The fireman", incluido en uno de los episodios más sorprendentes de la temporada, el capítulo 8, en el que la música forma parte esencial, incluyendo también el desasosegante "Treno a las Víctimas de Hiroshima" que Krzysztof Penderecki compuso en 1960. El disco incluye también el tema central "Windswept" del album de Johnny Jewel que comentamos antes, o una remezcla casi satánica de David Lynch de la canción "American woman" que lanzaron las norteamericanas Muddy Magnolias, protegidas de John Legend, en 2015.
Excelentes dos recopilatorios que solo podemos disfrutarlos juntos en un doble vinilo, mientras que en las versiones en CD y digitales los encontramos por separado.
Thomas Newman - Victoria & Abdul
Back Lot Music 15 / 09 / 2017
Presentada en el Festival de Venecia, La reina Victoria y Abdul (Stephen Frears, 2017) nos ofrece una nueva interpretación de Judi Dench como la reina Victoria tras Su Majestad Mrs. Brown (John Madden, 1997), aquí en torno a su relación de amistad con un joven indio, por cuya cultura siente fascinación. El encargado de poner música a este dramedia es Thomas Newman, que realiza uno de sus trabajos más elaborados este año. Aunque tiene resonancias, por cómo utiliza las sonoridades étnicas en algunos pasajes, con otras bandas sonoras anteriores, especialmente El exótico Hotel Marigold (John Madden, 2011), sin embargo Thomas Newman despliega un ramillete de composiciones ecléctica e inspirada que nos ofrece algunos momentos realmente sublimes. La relación entre las dos culturas que se establece en la película permite a Newman desplegar sus grandes virtudes para amoldarse a diferentes estilos, manteniendo esa personalidad que le ha caracterizado. Desde el tono marcial de "The Queen's gaze" hasta el juego sinfónico y coral del espléndido "Civilization!", llegando a la bella composición "The empress of India", el tema más largo de una banda sonora que, como es habitual en el compositor, está compuesta por breves pinceladas musicales. Thomas Newman nos propone una banda sonora imaginativa, diversa e inspirada que podría darle su 15 nominación al Oscar.
Terminamos nuestro repaso a las mejores bandas sonoras de estos últimos meses con tres curiosidades que, de alguna forma, se distancian de los formatos tradicionales cinematográficos, pero que por su interés musical nos parecen destacables.
Spencer Creaghan - The second life
Spencer Creaghan 19 / 05 / 2017
The second life es un cortometraje dirigido por el brasileño Pedro Pimentel que, con una duración de 37 minutos, se puede considerar su entrada en el mundo del cine más maduro, tras otros cortometrajes previos. Protagonizado por un hombre que llega a la casa del obispo local de una pequeña ciudad, y comienza a contar historias de su pasado, está basado en un cuento escrito en 1860. El estilo visual de Pedro Pimentel hace referencia al Hollywood clásico, y ese es uno de sus principales aciertos. Lo ha entendido bien el joven compositor canadiense Spencer Creaghan, que desde el tema principal nos recuerda también a ese clasicismo musical que encabezaron nombres como Franz Waxman , Max Steiner o Miklos Rozsa, influencias asumidas por el propio músico. Con algunas aportaciones creativas de Travis Grubissi, The second life (Pedro Pimentel, 2017), desgrana a lo largo de sus poco más de 30 minutos de duración esa envoltura romántica que necesita la historia, pero con un trasfondo oscuro y desasosegante, plasmado ya desde el hermoso "The second life - Main Titles". Dado que la película se desarrolla a lo largo de diversas historias contadas por el protagonista, la partitura también tiene distintas bifurcaciones sonoras, ya sea en esa turbia "The second story and the campfire", liderada por la flauta, que nos recuerda a la música de Franz Waxman para Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950) o bien en la mas contundente "The revelation", en su intenso despliegue de sonoridad orquestal. La banda sonora se grabó en Argentina, bajo la dirección de Ariel Contreras-Esquivel.
Kerry Muzzey - Skandi
Kerry Muzzey / Kirbyko Music LLC 19 / 05 / 2017
El propio compositor británico define este trabajo como la "banda sonora de una serie de seis episodios... que ni siquiera existe". Muzzey cuenta que, hace unos años se vio atrapado por el estilo oscuro y frío de las series policíacas escandinavas, y especialmente le pareció interesante el ambiente musical de estas series, más oscuro y melancólico que el que se puede escuchar en las producciones anglosajonas. Mientras veía una de estas series, sintió la necesidad de imaginar cómo crearía él la música para una de estas producciones, y elucubró una supuesta historia policíaca que se desarrollaría durante seis episodios, convirtiéndolo en su nuevo proyecto musical. De esta forma, Skandi nos propone bucear en los helados paisajes de cualquier país escandinavo, aunque la imaginación de Kerry Muzzey sitúa la historia en Suecia, reflejada en temas como "Malmö" o el etéreo "Stockholm syndrome", para adentrarnos en un universo de oscuras sonoridades. La participación de Peter Gregson con el violonchelo electrónico le da a la banda sonora un contrapunto de tensión que subraya buena parte de esta ambientación taciturna. La formación y desarrollo clásico de Kerry Muzzey (un reconocido compositor de obras autónomas estrenadas en algunos de los más prestigiosos teatros del mundo) se revelan en espléndidos temas de profunda melancolía como "I will die here - reprise". Estamos por tanto ante una banda sonora inspirada en una serie ficticia que funciona la perfección como conjunto, equilibrado y rotundo, que hay que agradecer a la imaginación de su autor.
Randy Kerber - Cello
Varèse Sarabande 07 / 09 / 2017
De nuevo un cortometraje cuenta con una espléndida y elaborada banda sonora. esta historia de un viejo músico que comienza a perder su habilidad para tocar el violonchelo, su auténtica pasión, va a ser uno de los cortos que más van a sonar en los próximos meses. Cello (Angie Sue, 2017) contiene todos esos elementos que le harán merecedor de numerosos premios, incluida una posible nominación al Oscar. El compositor de su banda sonora es Randy Kerber, pianista de estudio que ha participado en más de 800 películas de Hollywood, desde Titanic (James Cameron, 1997) hasta La ciudad de las estrellas (La La Land) (Damien Chazelle, 2016), nominado al Oscar junto a otros músicos por El color púrpura (Steven Spielberg, 1985). Que un sello discográfico como Varèse Sarabande edite la banda sonora de un cortometraje nos indica el prestigio de su compositor. Y en todo caso, este trabajo es merecedor de ello, con un tema hermoso tema principal "A Choice to be made", que en algunos momentos tiene resonancias de James Horner, y que funciona como perfecto armazón en posteriores versiones como la melancólica "The letter". Curiosamente, no es el violonchelo, sino el violín el principal protagonista de buena parte de la banda sonora, en composiciones inspiradas como "Their journey" y hasta los instrumentos de viento acaban tomando protagonismo en esa amena pieza "Hide and seek Suite" que nos recuerda a las socarronas composiciones de John Williams para algunas bandas sonoras. Sin duda, estamos ante un compositor de altura, que demuestra su talento en ese diálogo entre violín y piano que encontramos en la suite final, "The life of Ansel Evans", que funciona perfectamente como pieza autónoma.
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