Hay un creciente interés en la vida de la escritora Karen Blixen (1885-1962, Dinamarca) que se plasma en varios proyectos audiovisuales, como la película El pacto (Bille August, 2021), basada en las memorias del escritor Thorkild Bjørnvig, sobre su tóxica relación en los últimos años de su vida. Las historias escritas por la autora han sido llevadas a la pantalla en varias ocasiones con éxito, como Una historia inmortal (Orson Welles, 1968), El festín de Babette (Gabriel Axel, 1987) y, sobre todo, Memorias de África (Sidney Pollack, 1985), la crónica de su estancia en el continente africano, además del próximo estreno de Ehrengard (Bille August, 2023) basada en el libro publicado en 1963. La actriz Connie Nielsen (1965, Dinamarca) es una de las impulsoras de esta nueva adaptación, The dreamer (Filmin, 2022) que, aunque no está basada en su obra, extrae fragmentos de uno de los cuentos que formaban parte de su primer libro, Seven Gothic Tales (1934), que firmó con el seudónimo Isak Dinesen que seguiría utilizando el resto de su carrera. El proyecto, que parte de una idea de Connie Nielsen y Karoline Leth, supone el regreso de la actriz afincada en San Francisco a su país y su idioma natales, y ofrece el retrato del nacimiento de Karen Blixen como autora literaria después de que regresara a Dinamarca tras acabar arruinada y perder su granja africana, relato que daría pie a su novela más conocida, que comenzaba con la famosa frase: "Tuve una granja en África".
La escritora es acogida en la gran mansión de su familia, y comienza a escribir el que sería su primer libro, no sin dificultades para editarlo tanto en su país como en Inglaterra. Siete cuentos góticos finalmente conseguiría publicarse en Estados Unidos, donde cosechó un éxito notable que la convirtió en una autora reconocida. Pero la serie, desarrollada por Dunja Gry Jensen, guionista de The good traitor (El embajador Kauffman) (Christina Rosendahl, 2020), y dirigida por Jeanette Nordahl, directora de Wildland (2020), es un espléndido retrato de una mujer con notables contradicciones y una relación complicada con su familia debido a una personalidad perfeccionista y una soledad constante, empeorada por las consecuencias de la ingesta de arsénico desde su estancia en África, un tratamiento que funcionó como remedio de la sífilis que había contraído, pero al mismo tiempo estaba degradando sus órganos internos. En algunas entrevistas, Connie Nielsen ha mostrado su rechazo al retrato que algunos autores han dado de Karen Blixen: "Es una broma que Thorkild Bjørnvig y otros hayan exhibido a Karen Blixen después de su muerte", afirma. "Las relaciones con hombres jóvenes fueron tóxicas porque ella era mujer. Y algunos escribieron sobre ella después de muerta porque ya no podía defenderse. Eso me parece cobarde." (Ekko Filmagasinet, 17/9/2022).
Aunque físicamente Connie Nielsen no guarda demasiado parecido físico con Karen Blixen, incluso tuvo que someterse a una estricta dieta para perder peso después de su participación en la película Wonder Woman 1984 (Patty Jenkins, 2020), la actriz consigue ofrecer una interpretación notable de un personaje que se muestra con sus debilidades y una compleja personalidad, casi siempre centrada en ser reconocida como escritora frente a la incredulidad de su propia familia, empeñada en conseguir su objetivo de publicar aunque tuviera que utilizar algunas amistades personales de su tía Bess (Solbjørg Højfeldt), o las influencias de su cuñado Knud (Lars Mikkelsen). El Episodio 4 está dedicado casi exclusivamente a los problemas que encontró la autora en la traducción al danés de su libro escrito en inglés Seven Gothic Tales, lo que la llevó a reescribirlo ella misma desde el principio. Pero sobre todo la serie acierta en su retrato de una mujer que se reveló contra los convencionalismos de su época, y que insistió en impulsar su carrera a toda costa, aunque desde el punto de vista personal estuviera marcada por sus fracasos sentimentales y una soledad que solo se apaciguaba a través de la relación con su madre Ingeborg (Hanne Uldal). Con una espléndida puesta en escena en forma de un clásico drama histórico, la serie explora también la psicología de Karen Blixen a través de fragmentos oníricos de su cuento The dreamer, una fantasía sobre una mujer misteriosa que seduce a tres hombres, representados por las tres figuras masculinas que se establecen como fundamentales en la vida de la escritora: su exmarido Bror Blixen (Johannes Kuhnke), su gran amor Denys Finch Hatton (Lochlann O'Mearáin) y su hermano Tommy (Joachim Fjelstrup). Pero las figuras masculinas, excepto la de su hermano, no tienen una representación especialmente positiva en la serie, envueltas en una especie de misoginia crónica pero al mismo tiempo necesarias para conseguir introducirse en el mundo literario. The Dreamer es una producción sobresaliente en la línea de los relatos de época en los que suele acertar la cinematografía danesa, que puede ser discutible en algunos aspectos de su representación de la autora danesa, pero que se beneficia de una profundidad en el retrato del personaje.
La confesión del diablo: Las cintas perdidas de Eichmann **** RTVE Play, 25 de enero-1 de febrero
Escrita por Yariv Mozer, Kobi Sitt
Dirigida por Yariv Mozer
TVE ha estado programando a través de La 2 una serie de documentales centrados en el Holocausto con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas que la UNESCO estableció el 27 de enero, día en el que las tropas soviéticas liberaron en 1945 a los prisioneros del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Entre ellas, disponibles también en RTVE Play tras su emisión en lineal, se encuentra la espléndida serie
La confesión del diablo: Las cintas perdidas de Eichmann (RTVE Play, 2022), aunque el mediocre buscador de la plataforma puede hacer difícil encontrarla dentro del catálogo de documentales. Se trata de una película dirigida por Yariv Mozer (1978, Israel), un cineasta enfocado en la etapa posterior al holocausto y especialmente en las conexiones internacionales de Israel que permitieron la impunidad de algunos notables oficiales nazis, como se detalla en su otra película
Ben-Gurion. Epilogue (2016) que rescataba una entrevista de seis horas con el que fuera Primer Ministro del Estado de Israel. El director también ha abordado algunos relatos en torno a la comunidad gay de su país, en los documentales
The invisible men (2012) y
Undressing Israel: Gay men in the promised land (2012) y la ficción
Snails in the rain (2013). Pero
La confesión del diablo, que se estrenó en la televisión israelí el verano pasado y que hace una semanas ha sido adquirida por Amazon Prime Video para su distribución internacional, se sostiene en el reciente descubrimiento de una grabación perdida que no pudo ser utilizada por la fiscalía del Distrito Judicial de Israel en el juicio contra el ex-oficial nazi Adolf Eichmann en 1961, aunque finalmente fue condenado a la pena capital. Esta entrevista que le había realizado en 1957 el periodista pro-nazi Willem Sassen cuando Eichmann se encontraba refugiado en Argentina, era una confesión clara sobre la persecución al pueblo judío en la que él mismo describía su implicación directa. Pero cuando Adolf Eichmann fue capturado, las cintas originales desaparecieron y solo permaneció una transcripción escrita de las 28 horas de entrevista.
A lo largo de sus dos episodios de una hora y cuarto y una hora y media de duración respectivamente, La confesión del diablo utiliza imágenes de archivo del juicio contra Adolf Eichmann y recrea en forma de ficción el momento de la entrevista que Sassen y un grupo de colaboradores realizaron al ex-oficial nazi. Las cintas, rescatadas recientemente en los Archivos Nacionales de Alemania, a los que el director tuvo acceso privilegiado para utilizar fragmentos en audio, ofrecen el relato de la progresiva maquinación de los nazis para elaborar un plan de exterminio que estaba diseñado desde el principio. Eichmann incluso hace referencia a otros oficiales y detalla cómo él directamente acudía al campo de Auschwitz-Birkenau para coordinar las masacres. La primera parte de la serie se centra en relatar el periplo de Adolf Eichmann hasta Argentina, un país que aún estaba gobernado por Juan Domingo Perón, pero que era muy receptivo a la acogida de los nazis huidos de Europa. Allí, Eichmann desarrolló una trayectoria como empresario, conociendo al periodista Willem Sassen, para el que accedió a permitir una entrevista en profundidad en la que se encontraba lo suficientemente cómodo como para hablar sin temor sobre su participación en el Holocausto. Pero en 1960 fue secuestrado por agentes del Mosad en la conocida Operación Garibaldi, manteniéndolo en cautiverio hasta que fue trasladado sin ningún tipo de garantía legal al Estado de Israel con el objetivo de ser sometido a juicio.
La confesión del diablo es un excelente trabajo de investigación que no evita las cuestiones más controvertidas, como las referencias que hizo Adolf Eichmann a destacados colaboradores judíos de los nazis, entre ellos algún miembro del recién formado Estado de Israel. Por otro lado, plantea la idea de que las cintas en realidad exoneraban al periodista húngaro Rudolf Kastner como colaborador nazi, quien fue asesinado en 1957 después de que una corte israelí le acusara de haber contribuido al exterminio judío. Y sobre todo hace referencia a la posible participación de Ben-Gurion en la ocultación de las cintas originales, a pesar de que hubieran sido la prueba definitiva contra Adolf Eichmann. Al no poder usar este material y solo aceptarse como prueba una parte de las transcripciones, la defensa finalmente utilizó el relato de supervivientes de los campos de concentración para establecer una narrativa sobre el holocausto. La actitud de bloqueo del gobierno de Israel se debía en buena medida a la necesidad que éste tenía de establecer buenas relaciones diplomáticas con Alemania Occidental, pero también para evitar referencias incómodas a ministros de su propio gobierno en el entorno del holocausto. Presentado en el Festival DocAviv 2022, La confesión del diablo es un trabajo relevante que despeja algunas dudas importantes sobre el juicio de Adolf Eichmann y propone controvertidos planteamientos sobre una parte de la posguerra que no ha sido desarrollada por cuestiones políticas.
Apple tv+, 27 de enero-24 de marzo
Creada por Jason Segel, Brett Goldstein, Bill Lawrence
Dirigida por James Ponsoldt, Ry Russo-Young, Randall Keenan Winston
Con su punto de partida relativamente atractivo sobre un terapeuta que decide adoptar otro tipo de perspectiva respecto a sus pacientes, haciendo todo lo contrario a lo que se supone que debe hacer un terapeuta, la nueva comedia creada por Jason Segel junto a los creadores de Ted Lasso (Apple tv+, 2020-), que en su tercera temporada se ha enfrentado a las indecisiones del nuevo showrunner Jason Sudeikis, adopta nuevamente ese tono de buen rollo que tenía aquella, pero envuelto en problemáticas más profundas. En realidad, la propia Ted Lasso ha explorado en algunos episodios temas como la depresión provocada por la ausencia, y de alguna manera el personaje de Jimmy (Jason Segel) también se enfrenta a sus propios demonios personales utilizando el humor como estrategia pero sin saber exactamente cómo conducir su vida. Demasiado recurrente en cuanto al tema de la esposa fallecida y la hija adolescente (Lukita Maxwell) que se siente abandonada por un padre que no sabe afrontar el duelo, la serie no evita los lugares comunes, pero al menos trata de construir alrededor del protagonista a personajes más o menos elaborados. Eso funciona en algunos casos, especialmente en el desarrollo posterior de Paul (Harrison Ford), el jefe de Jimmy, un hombre arisco que ha ocultado a su propia hija que padece los primeros síntomas del Parkinson y que irá protagonizando su propia subtrama en torno a la comunicación en su familia.
Jimmy encuentra a la primera "víctima" de su nueva estrategia terapéutica en Sean (Luke Tennie), un joven cuyo estrés postraumático tras haber tenido experiencia militar en el extranjero le provoca ataques de violencia extrema. Los primeros episodios de la serie se centran sobre todo en el protagonista, lo que permite a Jason Segel mostrar su habitual despliegue de gestualidades exageradas para construir un personaje que tampoco se diferencia tanto de otros creados por él mismo para series como Desde otro lugar (Prime Video, 2020). Mientras que introduce personajes interesantes pero a los que no se les acaba sacando partido posteriormente como Liz (Christa Miller), la vecina que ha acaparado la relación con la hija de Jimmy ante la doble ausencia de su madre fallecida y su padre distraído con sus propios problemas. Al final del episodio Fortress of solitude (T1E2), cuando la mayor parte de los personajes están presentados y "colocados", comenzamos a darnos cuenta del escaso interés que tienen los guionistas en profundizar en estos personajes y en llevar la historia a alguna parte. De ahí que comiencen a tomar protagonismo los histriones de la serie: la compañera de trabajo de Jimmy, Gabby (Jessica Williams) y su mejor amigo, Brian (Michael Urie). Ella es una especie de Ted Lasso de la terapia, una joven siempre positiva, simpática y algo infantil que sin embargo proporciona solo bromas simples y previsibles. Brian es el personaje homosexual típico de las comedias de los años noventa, el otro contrapunto divertido que al menos ofrece algunos episodios bien construidos como Imposter Syndrome (T1E6) que se desarrolla alrededor de su fiesta de compromiso, y que consigue capturar un sentido del humor al estilo Blake Edwards, en una celebración en la que ocurren situaciones absolutamente incómodas.
Son estos momentos los que proporcionan a Terapia sin filtro una prestancia por encima de lo habitual a pesar de que decide convertirse en una comedia de situación banal en la que los pacientes de Jimmy aparecen solo cuando a los creadores les conviene. Como Grace (Heidi Gardner), que mantiene una relación tóxica con su novio, otro de esos personajes desaprovechados que no acaba de profundizar en un aspecto tan complejo como el que trata, y para la que los guionistas deciden adoptar el humor negro en Closure (T1E10) como un camino hacia un posible mayor protagonismo en una segunda temporada ya confirmada. La gran estrella de la producción, Harrison Ford, muy activo últimamente con la confirmación de las nuevas temporadas de ésta y su otra serie 1923 (SkyShowtime, 2023-), funciona humorísticamente por contraposición. Su personaje huraño y hastiado de las extravagancias de Jimmy acaba siendo el que tiene diálogos más punzantes, aunque la subtrama familiar sea algo pastelosa. Terapia sin filtro es una serie que acaba apostando por el camino fácil sin que su guión sea especialmente brillante, pero que logra conformar un conjunto de personajes de los que, con algo más de dedicación, pueden aprovecharse sus virtudes.
Filmin, 31 de enero
Escrita por Mette Heeno
Dirigida por Natasha Arthy, Lisa Jespersen, Josefine Kirkeskov, Christian Tafdrup
La producción de series en Dinamarca tiende a la recreación de historias familiares de época, y de hecho uno de sus dramas más longevos es
Hotel El Balneario (Filmin, 2013-), una crónica social que se desarrolla entre 1928 y 1940 que el año pasado estrenó su novena temporada. La plataforma Filmin ha estrenado también este mes la excelente
Memorias de una escritora (Filmin, 2022), que cumple rigurosamente con los cánones del tipo de producción que en Dinamarca saben desarrollar con habitual acierto.
Carmen Curlers (Filmin, 2023-) también podría englobarse dentro de este género de época pero, a diferencia de lo que es habitual, se desarrolla en los años sesenta y tiene un tono mucho más distendido, de comedia sutil y planificación dinámica, con el uso de la pantalla dividida y algunas referencias al estilo elegante de películas como
El caso de Thomas Crown (Norman Jewison, 1968), con la utilización en algunas ocasiones de la pantalla dividida. La serie se inspira en el libro Carmen (2011), escrito por Soren E. Jønsen sobre la historia de Arne Bybjerg Pedersen, un empresario extravagante que fue pionero en la fabricación de rizadores de pelo eléctricos en Dinamarca, que puede parecer un invento simple pero cambió el aspecto y la posición de las mujeres en la sociedad danesa de la época. Su empresa Carmen Curlers se convirtió en un éxito internacional hasta que en 1969 la vendió a la multinacional norteamericana Clairol, que era su principal cliente, y se trasladó con su familia a Australia, donde administró una granja hasta su muerte, ocurrida en noviembre del año pasado. Por tanto, la trama principal de la serie en torno a la expansión de la marca Carmen Curlers se desarrolla entre 1963 y 1969 pero, aunque una idea inicial la planteaba como un largometraje y después como una miniserie de 10 episodios, la propuesta de la guionista principal, Mette Heeno (1976, Dinamarca), responsable de series notables como
Hijos de la nieve (Snöänglar) (Sundance TV, 2021), fue que la historia se desarrollara durante tres temporadas de ocho episodios cada una, a lo que DR accedió sorprendentemente, porque no es habitual este tipo de compromisos, sobre todo en un momento en que los canales públicos están viviendo una profunda crisis de audiencia y de cierta identidad. Pero el plan de DR Drama para los próximos cuatro años es ambicioso, con la producción de seis series de alto presupuesto y dos de perfil más alternativo, tratando de recuperar a los espectadores perdidos.
En realidad, el planteamiento de Carmen Curlers, es también más ambicioso, y se construye principalmente como una crónica social sobre el comienzo de la emancipación de las mujeres en los años sesenta, una época llena de acontecimientos sociales importantes, como el nacimiento de los sindicatos, que derivan en temas mucho más amplios relacionados con las cuestiones de género, las condiciones de trabajo o la invisibilidad de las relaciones homosexuales. El protagonista principal es Axel Byvang (Morten Hee Andersen), el empresario obsesionado con una idea que incluso pone en peligro su propia estabilidad familiar, pero alrededor de él se han creado personajes de ficción como Birthe Windfeld (Maria Rossing), la mujer de un granjero que debe comenzar a trabajar cuando a su marido le diagnostican un cáncer y que será fundamental en el movimiento laboral femenino; o se ha ampliado la relevancia de Tove (Rosalinde Mynster), la esposa de Axel que se siente desplazada por la obsesión empresarial de su marido. Lo que hace bien la serie es crear un entramado de historias paralelas que enriquecen la trama principal, como la de Poul, un vecino que se opone a la construcción de la fábrica en unos terrenos junto a su casa y que representa la tradición. El personaje está interpretado por el actor y director Christian Tafdrup, que el año pasado dirigió el inquietante drama Speak no evil (Christian Tafdrup, 2022), una de las mejores películas de terror del Festival de Sitges, que también ha ejercido como director de dos episodios, alternándose con realizadoras como Natasha Arthy, que ha dirigido series como The killing (DR, 2007-2012).
La eclosión colorista de la década de los sesenta permite que la puesta en escena sea vistosa, con la utilización principal de colores primarios y una concepción visual que, como decíamos, conecta con las películas anglosajonas de la época. El trabajo de la directora de producción Knirke Madelung, quien también participó en la serie Algo en que creer (DR, 2017-2018) y la diseñadora de vestuario Rebecca Richmond es extraordinario, y ayudan a una narrativa dinámica y vitalista, incluso con el añadido de alguna coreografía musical que, lejos de resultar forzada, ayuda a crear la atmósfera de sueño hecho realidad. Aunque esta vistosidad a veces esconde aspectos más frágiles, especialmente en la figura del peluquero Frans (Nicolai Jørgensen), uno de los principales colaboradores de Axel, quien no tiene asumida su identidad sexual y que descubre, cuando experimenta la vida nocturna de la comunidad homosexual de Copenhague en el episodio El artista (T1E7), que la sociedad danesa es poco receptiva a determinados comportamientos. Carmen Curlers es una de las series nominadas a los TV Drama Vision del Festival de Gotemburgo que se ha celebrado hace unos días y logró atraer a 1,3 millones de espectadores en su estreno, aunque le faltaron medio millón más para batir la audiencia del drama de época de la competencia Hotel El Balneario (TV2, 2013-). Con la temporada dos en pleno rodaje, Carmen Curlers insufla un carácter más desenfadado a las ficciones hechas en Dinamarca, y consigue aportar dinamismo sin que éste resulte artificial, con unos conflictos que generan una cierta energía a la narrativa.
Sospechoso ***
Movistar+, 3-10 de febrero
Creada por Peter Berry
Dirigida por James Strong, Camilla Strøm Henriksen
Estrenada en el mes de noviembre en ITV antes del lanzamiento un mes después de la nueva versión de su plataforma digital, que ahora se llama ITVX,
Sospechoso (ITV, 2022) cuenta en principio con la garantía de la producción ejecutiva de Peter Berry, guionista de
Gangs of London (Sky, 2018-), y Jake Lushington, productor de la exitosa serie
Vigil. Conspiración nuclear (Movistar+, 2021-) La historia está adaptada de la novela
Sospechoso (2004, Ed. Rocabolsillo), del escritor australiano Michael Robotham, del que también se han trasladado a la pantalla otros libros en forma de series como
The secrets she keeps (2020), y a quien Stephen King calificó en su momento como "
el maestro absoluto del thriller psicológico". El punto de partida tiene como elemento principal al habitual falso culpable que debe huir de la policía mientras trata de averiguar la verdad del crimen por el que los investigadores le consideran más culpable conforme se descubren ls contradicciones de su declaración y los secretos que ha ocultado. En este caso se trata del psicólogo Joe Loughlin (Aidan Turner) que es sospechoso de asesinato aunque él tiene el convencimiento de que todo es una trampa urdida por uno de sus pacientes. A través de sus cinco episodios los puntos de giro no son especialmente sorprendentes, pero la serie mantiene la tensión y el suspense en todo momento, gracias a un buen trabajo de dirección que se reparten James Strong, veterano director británico que ha realizado episodios de series como
Vigil. Conspiración nuclear y
Broadchurch (ITV, 2013-2015) y la directora noruega Camilla Strøm Henriksen, responsable de series como
Occupied (Prime Video, 2015-2020).
Uno de los elementos fundamentales en este tipo de historias es la personalidad de su protagonista, y en este caso el actor Aidan Turner, casi irreconocible con una tupida barba hipster, al que muchos recordarán especialmente gracias a su torso desnudo y su carismático personaje en la serie Poldark (ITV, 2015-2019), realiza un interpretación sólida, lo suficientemente dubitativo como para que el espectador tenga sospechas de su sinceridad y adecuadamente tenso en los momentos más complicados. Al personaje se le añade un aspecto que le hace mucho más complejo y frágil, ya que padece unos incipientes síntomas de alzheimer. Aunque el guión a veces camina por un terreno resbaladizo en el que encontramos algunos desequilibrios respecto a la credibilidad del desarrollo de la historia, la serie se beneficia también de unos personajes secundarios bien construidos, especialmente el detective Vince Ruiz (Shaun Parkes) y su compañera Riya Devi (Anjli Mohindra), que aportan el suficiente interés como para hacernos desear un procedimental protagonizado por estos personajes.
Aunque The suspect no es un thriller totalmente bien ensamblado, está interpretado con eficacia y es mucho más entretenido que otras muestras de series policíacas estrenadas recientemente como la británica Ridley (ITV, 2022-) con Adrian Dunbar metido en el papel de un ex-policía enfrentado a casos poco interesantes, o la producción canadiense Three pines (AXN, 2022), una sosa y poco creíble serie de investigaciones en torno a asesinatos que se producen en un mismo pueblo. También hay que agradecerle que no busque formas retorcidas de mostrar escenarios del crimen, como en casi todas las historias policíacas en las que los guionistas inventan asesinatos lo más crueles posibles. Aquí todo es mucho más sencillo y mucho más complejo al mismo tiempo, cada episodio termina en un adecuado cliffhanger y acaba construyéndose una historia de intriga y sospechas que funciona de forma más eficiente, por ejemplo, que The control room (Filmin, 2022).
Reservation dogs (Temp. 2) ***** Disney+, 8 de febrero
Creada por Sterlin Harjo, Taika Waititi
Dirigida por Sterlin Harjo, Erica Tremblay, Danis Goulet, Tazbah Chávez, Blackhorse Lowe
Casi de forma clandestina, Disney+ ha estrenado la segunda temporada de Reservation dogs (Disney+, 2021-), a pesar de que hace meses ya la había incluido en su catálogo en otros territorios. Pero no hay mal que por bien no venga, así que ya se puede disfrutar en España de esta excelente nueva temporada de una de las sorpresas de 2021. Hay algunos apuntes en el final de su segunda temporada que indican de qué manera una serie como ésta puede encontrar el camino adecuado para seguir retando al espectador con ideas creativas. El Mapa Indígena de América con el que se cierra el último episodio representa los lugares a los que han sido relegadas las poblaciones indias, y es al mismo tiempo un reflejo del orgullo de un pueblo diverso pero también la constatación de una comunidad desplazada a espacios cerrados donde pueden convivir entre ellos, pero sin formar una parte activa de la sociedad que les rodea. De alguna forma, la serie que crearon Sterlin Harjo, que había dirigido anteriormente algunas películas con mejores intenciones que resultados como
Barking water (2009) y Taika Waititi, aunque su participación es más como mentor que de implicación en el proyecto, se ha convertido en la representante de un resurgir de la relevancia de la comunidad nativa americana que han tenido que protagonizar ellos mismos porque, al contrario que con las comunidades negras o asiáticas, nadie se ha preocupado en saber por qué los nativos no estaban adecuadamente representados en la cultura audiovisual norteamericana, cuando son realmente los habitantes autóctonos del país. Series como
Rutherford Halls (Peacock, 2021-2022), que ha sido cancelada tras dos temporadas, o
Dark winds (AMC+ 2022-) han seguido un camino que es importante, no solo porque se enfocan en las problemáticas de la comunidad indígena sino porque están escritas, dirigidas y protagonizadas por representantes de esa misma comunidad.
Otra de las señales que indican que Reservation dogs está construida con inteligencia es que se permite el lujo de dar una conclusión más o menos cerrada a la trama horizontal que ha acompañado a la serie durante las dos temporadas. De forma que el episodio I still believe (T1E10) escrito por Tommy Pico y dirigido por Sterlin Harjo, se siente como un perfecto desenlace de la serie que sin embargo se coloca en el final de esta temporada, aunque antes de su conclusión se anunció que FX había encargado una tercera que se estrenará durante 2023. Pero cuando un programa se siente lo suficientemente confiado en que tiene material para seguir construyendo a sus personajes, se puede permitir el lujo de ir cerrando arcos narrativos que en otros casos se podrían estirar varias temporadas. La habilidad de la sala de guionistas de Reservation dogs es la de encontrar el equilibrio adecuado entre una comedia con algunos tintes de realismo mágico que de alguna forma representan a un pueblo que se sostiene en la presencia de los ausentes, y una cierta mirada desoladora hacia una generación de jóvenes que cada vez se sienten más desarraigados de su propia comunidad. Pero también es una serie sobre la pérdida, que se materializa a través de episodios muy emocionantes como Mabel (T2E4), escrito por Sterlin Harjo y Devery Jacobs, la actriz que interpreta al personaje de Elora, que esta temporada se ha incorporado como guionista. El episodio se adentra en la ceremonia de la muerte para la comunidad indígena, pero no como un final, sino como el traspaso de la sabiduría de los mayores a las generaciones jóvenes.
Cuando comienza esta nueva aventura, el grupo de amigos que forman los protagonistas de alguna manera se encuentran cada vez más alejados, pero aunque se pierde el sentido de camaradería que había en la primera temporada, esta situación permite a los creadores desarrollar varios episodios centrados en cada uno de los personajes, y se convierten en grandes propuestas narrativas que funcionan por sí mismas pero al mismo tiempo alimentan su propio desarrollo. Uno de los más brillantes es Roofing (T2E3), escrito por Sterlin Harjo y Chad Charlie, que se centra en el primer día de trabajo de Bear (D'Pharaoh Woon-A-Tai) reparando tejados. Siendo una divertida representación de la masculinidad, resulta significativo que esté dirigido por una mujer, Erica Trembley, quien también ha participado como guionista en Dark winds, pero sobre todo aborda un proceso de autodescubrimiento a través del duelo compartido entre el joven Bear y Danny (Michael Spears), el padre de su amigo Daniel (Dalton Cramer), cuyo suicidio es el arco horizontal de la serie. Otro momento de brillantez es Say gold cheesey boy (T2E7), escrito por Bobby Wilson y dirigido por Blackhorse Lowe, que tiene a Cheese (Lane Factor) como protagonista cuando es recluido en un centro de menores, con la participación del excelente Marc Maron como actor invitado.
También es cierto que hay algunos lugares comunes en esta temporada, como This is where the plot thickens (T2E8), que es el típico episodio alucinatorio que hemos visto en otras series como Atlanta (Disney+, 2016-2022), protagonizado por el policía indígena Big (Zahn McClarnon), a quien esta temporada se le ha visto poco; o Wide net (T2E5), escrito y dirigido por Tazbah Chavez, que es algo así como el Resacón en Las Vegas (Todd Phillips, 2009) de las matriarcas de la comunidad. Pero quizás la mejor representación de cómo Reservation dogs consigue celebrar las tradiciones indias tomándolas con humor es el divertido Decolonativization (T2E6), escrito por Erica Trembley y dirigido por Tazbah Chavez, sobre una sesión de educación tribal que tiene momentos muy divertidos pero que sirve sobre todo para reconectar a los protagonistas y lanzarlos hacia los dos magníficos episodios finales. Porque Offerings (T2E9), escrito por Migizi Pensoneau, y I still believe (T2E10), ambos dirigidos por Sterlin Harjo, contienen los momentos más surrealistas, divertidos y emocionantes que hemos visto este año, y confirman sin ninguna duda a Reservation dogs como una de las grandes series del momento.
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