24 junio, 2013

Crulic, la realidad cruel en formato animado

Crulic. Camino al más allá, de Anca Damian, es uno de esos oasis cinematográficos que nos llegan en plena época estival, en medio de ruidosos estrenos 

La frontera entre el cine documental y otros géneros es cada vez más difusa. El planteamiento de objetividad, que acompaña al documental, se ha transformado en una definición que tiene que ver más con la autoría que con los hechos que se describen. Es decir, más con la forma de contar estos hechos que con ellos en sí. Aunque pudiera parecer que un tratamiento cercano a la ficción pudiera pervertir en cierto modo la realidad objetiva que se supone que nos debe mostrar una película documental, en realidad ofrecer un planteamiento visual que mezcle géneros lo que contribuye es a rodear a la historia que se cuenta de elementos que la hacen mucho más clara y también mucho más emocional para el espectador.

Los recursos de animación vienen convirtiéndose en los últimos años en una fórmula atractiva y novedosa para narrar un documental. No siendo la precursora, ni mucho menos, pero sí una de las más mediáticas, la película Vals con Bashir (2008), de Ari Folman, supo rodear a una historia intensa y poderosa de recursos de animación que contenían imágenes sorprendentes y hermosas. Quizás en su caso la envoltura no pudo paliar la densidad de su discurso. Posteriormente hemos visto otros ejemplos de cine documental con usos de animación como la española 30 años de oscuridad (2011), de Manuel H. Martín, que utilizaba los elementos animados para acercarnos emocionalmente a los personajes protagonistas.

Actualmente se prepara una propuesta, Another day of life (2014), de Raúl de la Fuente y Damian Nenow que parece seguir los pasos de 30 años de oscuridad, pero con recursos de animación más tradicionales y con mayor espectacularidad.

En Animaficx-Festival de Cine de Gijón coincidieron otras dos propuestas de documentales “animados”: Couler de peau: Miel, de Jung, que no termina de encontrar un equilibrio adecuado entre la realidad de lo que se encuentra y los recursos de animación. Y la espléndida Crulic. Camino al más allá (2011), de Anca Damian, que ahora llega a nuestras pantallas.


Los responsables de la película provienen del cine de imagen real, y se encontraron, con poco presupuesto y escaso material, en la tesitura de componer una historia documental a través de técnicas muy diversas de animación. La historia de Crulic es la de un joven rumano que es acusado en Polonia de robo, y condenado a la cárcel, donde muere tras llevar a cabo una huelga de hambre, empeñado en reivindicar su inocencia. Esta perseverancia forzosa que llevó a este hombre a negar su culpabilidad hasta la muerte se muestra con acierto a través de los distintos recursos que componen la historia.

El uso de distintos formatos de animación (dibujos, stop-motion, collage, etc.), acaban dotando a la película de una composición plástica muy atractiva, y aunque pudiera parecer que nos distanciaría de la historia real que nos cuenta, tiene el efecto contrario: crea una envoltura visual que nos acerca aún más al absurdo de una historia dramática que resulta sorprendente. La directora usa otro elemento importante para esto: el uso de una voz en off en primera persona (interpretada por el conocido actor rumano Vlad Ivanov, un imprescindible del nuevo cine rumano, presente en títulos como 4 meses, 3 semanas, 2 días y Politist, adjectiv o en la serie española Crematorio). Inteligente propuesta la de la directora, porque esta voz en off, con la que el propio protagonista nos cuenta su historia en una suerte de recurso a lo Crepúsculo de los dioses, logra introducir algunos elementos de humor negro que suavizan la narración, que se beneficia de un trabajo de dirección certero (especialmente logradas son las secuencias, casi de pesadilla, que reproducen la prisión).


La historia de Crulic es un ejemplo de la torpeza y la estulticia de cierta burocracia administrativa y judicial que actúa con premeditación frente a determinados supuestos. Y aunque en la realidad el sacrificio de Crulic acabó con la dimisión del Ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía y tres doctores polacos fueron acusados de su muerte, la verdad es que hizo falta una estúpida muerte para sacar a la luz la podredumbre de un sistema judicial injusto.

Crulic. Camino al más allá, de Anca Damian, es uno de esos oasis cinematográficos que nos llegan en plena época estival, en medio de ruidosos estrenos que contienen menos fondo emocional. Es importante no dejar pasar títulos como éste. 



Crulic. Camino al más allá se estrena en España el 28 de junio