25 noviembre, 2017

Música en los Premios Goya / Españoles en los Independent Spirit Awards

© Pablo Cuadra
130 películas forman la lista de producciones que este año optan a los premios Goya, cuyas nominaciones se darán a conocer el 13 de diciembre. Se trata de aquellos filmes que cumplen los requisitos establecidos por la Academia de Cine para optar a las diferentes candidaturas, seleccionadas por las propias productoras. De estos, 79 son películas de ficción, 48 son documentales y, sorprendentemente, solo 3 del género animado, una de las cifras más bajas presentadas hasta la fecha, lo que además supone que en la categoría de Mejor Película de Animación ya sepamos cuales serán las nominadas: Deep (Julio Soto Gurpide, 2017), Nur y el templo del dragón (Juan Bautista Berasategi, 2017) y Tadeo Jones 2. El secreto del rey Midas (David Alonso, Enrique Gato, 2017).  

De estas precandidatas, 64 bandas sonoras son las que optan en la categoría de Mejor Música Original, en un año en el que no parece destacar especialmente ninguna producción para acaparar nominaciones o premios. Entre las curiosidades, la escasa presencia de nombres ya habituales como Alberto Iglesias con la banda sonora de La cordillera (Santiago Mitre, 2017), que no es precisamente uno de sus trabajos más acertados, o Roque Baños, que solo presenta su interesante composición para el film bélico Zona hostil (Adolfo Martínez Pérez, 2017). Y, en contraposición, la mayor presencia de jóvenes compositores ya consolidados como Federico Jusid (4 bandas sonoras) o Fernando Velázquez (5 bandas sonoras). Del primero destacamos especialmente sus aportaciones siempre destacadas en el género de acción, notable en los casos de Órbita 9 (Hatem Khraiche, 2017) o Loving Pablo (Fernando León de Aranoa, 2017); el segundo, aunque suele destacar en el género de terror y misterio, nos sorprende sobre todo con su ecléctico trabajo para la inédita Thi Mai (Patricia Ferreira, 2018), aunque suponemos que otras producciones con mayor fuerza como El secreto de Marrowbone (Sergio G. Sánchez, 2017) le darán mejores posibilidades de cara a una casi segura nominación. 

Algunos trabajos que nos han gustado especialmente pueden tener difícil su presencia en la lista de candidatas a los Goya, posiblemente por la menor repercusión de las películas en las que están presentes. El género bélico nos ha ofrecido este año algunas de las bandas sonoras más interesantes de la producción española: es el caso de la espléndida música de Alejandro Vivas para El jugador de ajedrez (Luis Oliveros, 2017), la sorprendente contundencia del desconocido Óscar Martín Leanizbarrutia para Red de libertad (Pablo Moreno, 2017) o el más clásico pero igualmente efectivo Roque Baños para Zona hostil (Adolfo Martínez Pérez, 2017), ésta con posibilidades más claras de cara a las nominaciones. También la guerra está presente en el irregular drama familiar Pasaje al amanecer (Andreu Castro, 2016), por el que merecerían una nominación la actriz Elvira Mínguez y esa introspectiva y certera música De Diego Navarro. También deberían tener un hueco en las nominaciones el magnífico regreso de Víctor Reyes al género de ciencia-ficción en La piel fría (Xavier Gens, 2017) o ese juego emocional que plantea Pascal Gaigne para la película Handia (Aitor Arregi, Jon Garaño, 2017), que por sus buenas críticas y su reciente estreno podría ser una de las sorpresas del año. Tampoco es nada desdeñable la partitura compuesta por Aránzazu Calleja para la divertida mirada al patetismo de los estertores de ETA en la  inteligente comedia Fe de etarras (Borja Cobeaga, 2017), cuyos cuatro actores principales (Javier Cámara, Gorka Otxoa, Julián López y Miren Ibarguren) merecerían una nominación.  

Por el contrario, Algunos trabajos que nos han parecido poco acertados parten sin embargo como posibles favoritos, gracias a la repercusión de los filmes más que por su propio valor musical: es el caso de la banda sonora de Alfonso de Vilallonga para La librería (Isabel Coixet, 2017), la mencionada El secreto de Marrowbone (Sergio G. Sánchez, 2017) o la simpática pero escasamente notoria partitura de Álex Martínez y Zacarías M. de la Riva para Tadeo Jones 2: El secreto del rey Midas (David Alonso, Enrique Gato, 2017), que también tiene serias posibilidades de nominación en la categoría de Mejor Canción por el tema "Todo es posible" que interpreta David Bisbal. 

Esta categoría es siempre controvertida, porque la selección final suele estar rodeada de cierta polémica. Este año se han presentado 40 canciones de 31 películas, la mayor parte de las cuales aportan poco sentido dramático a los filmes en los que se incluyen, siendo meros acompañamientos de los títulos de crédito. En todo caso, hay que destacar la presencia de algunos nombres que podrían acabar siendo nominados, como el mencionado David Bisbal, el veterano José Luis Perales, que firma e interpreta la canción "Algunas veces" para la película El autor (Manuel Martín Cuenca, 2017), otra de las posibles películas destacadas en los Goya, el grupo Seguridad Social con el tema "El amor te vuelve gilipollas" para el documental Crossroads: Paco Roca y Seguridad Social en La Encrucijada (Miguel Perelló, 2017) o Leiva con la canción "La llamada" para la adaptación al cine del exitoso musical La llamada (Javier Ambrossi, Javier Calvo, 2017). Destaca también como posible candidata alguna de las tres canciones escritas por Alfonso de Vilallonga para La librería (Isabel Coixet, 2017), con la dulce voz de la cantante británica ALA.NI, y a nosotros nos gusta especialmente la contundencia del rap "Ácido sobre plomo", escrito por Roque Baños y el rapero Fenyx para la película Zona hostil (Adolfo Martínez Pérez, 2017), aunque solamente está acreditado Roque Baños, y a pesar de que la versión que se ha presentado no es exactamente la que aparece en la película, dotada de mucha más fuerza gracias al acompañamiento orquestal. También debería ser reconocido el buen trabajo del dúo Lili's House para la comedia Bittersweet days (Marga Melià, 2016). Y mucho nos tememos que ninguna de las canciones que forman parte de la banda sonora de esa entretenida comedia que es Casi leyendas (Gabriel Nesci, 2017) acabe siendo nominada, a pesar de ser parte fundamental de la historia y de ese aire pop de los noventa que el mismo director, Gabriel Nesci, les aporta como autor de los temas que se escuchan en el filme.   

PRESENCIA ESPAÑOLA EN LOS INDEPENDENT SPIRIT AWARDS

Las nominaciones de los Independent Spirit Awards nos han dado algunas sorpresas este año, sobre todo por la presencia de dos directores españoles entre los finalistas en la categoría llamada John Cassavetes Award, que reconoce a las mejores producciones realizadas con menos de 500.000$. Entre las cinco candidatas, dos son películas dirigidas por cineastas españoles: La vida y nada más (Antonio Méndez Esparza, 2017) y Most Beautiful island (Ana Asensio, 2017), ambas producciones ciertamente modestas, pero con el mérito de haber llegado hasta esta lista de nominaciones de gran prestigio en el cine independiente norteamericano. 

La vida y nada más es un drama callejero que también podría ser una sorpresa en las próxima edición de los Goya y que tiene en su protagonista, la actriz Regina Williams, su principal hallazgo, y de hecho también ha conseguido una nominación en la categoría de Mejor Actriz Principal. Ganadora del Premio FIPRESCI en el pasado Festival de San Sebastián, maneja con soltura su escaso presupuesto para construir un drama contundente sobre la sociedad actual norteamericana. Por su parte, Most Beautiful island también se acerca al retrato social a través de la vida de una emigrante española en Nueva York. Se trata de una producción escrita, dirigida y protagonizada por Ana Asensio, y basada en algunas de sus experiencias reales cuando estudiaba arte dramático, aunque a nosotros nos parece más interesante la primera parte, más pegada a la calle, que una segunda sección en la que nos adentramos en el terreno del thriller pero con escaso acierto. 



La vida y nada más se estrena el 1 de diciembre
Thi Mai y Most beautiful island se estrenan el 12 de enero



18 noviembre, 2017

Voces latinas en Oslo

Una de las citas cinematográficas más interesantes en Noruega es el Festival Film Fra Sør, un encuentro dedicado a recorrer la producción más destacada de cinematografías tan aparentemente distantes de la personalidad escandinava como la de los países asiáticos, africanos y latinos. Atraídos por su buena programación, que se estructura en una Sección Oficial que incluye algunos de los títulos más reconocidos del año, y una serie de secciones paralelas que engloban diferentes aspectos temáticos o personales, acudimos al Festival para encontrar el calor del Sur en mitad del frío del Norte.


Entre las secciones paralelas, encontramos una incursión en el género fantástico y de terror con Thrills & Chills, que incluye algunos interesantes títulos como Mate-me por favor (Anita Rocha de Silveira, 2015), producción brasileña que utiliza el retrato de unos adolescentes aparentemente ausentes de vuelta de todo para crear un juego de terror formal a través de imágenes que quizás en algún momento resultan demasiado aparentes en su búsqueda del efectismo. Aunque esta sección está  compuesta principalmente por destacados títulos asiáticos, que en otro momento comentaremos, también encontramos el thriller colombiano Siete cabezas (Jaime Osorio Márquez, 2017), protagonizado por una pareja de biólogos que investigan extrañas muertes de animales mientras el introspectivo guardabosques va alimentando en su interior un monstruo que poco a poco irá revelándose. El director maneja bien las imágenes, pero no consigue atraparnos con ese juego de ambigüedades que termina resultando poco revelador para este thriller psicológico.

Este año, Film Fra Sør dedica sus retrospectivas (no especialmente completas, pero al menos con títulos interesantes) al iraní Mohammad Rasoulof, arrestado junto a Jafar Panahi mientras rodaban una película juntos, y condenado a seis años de cárcel, que finalmente se redujeron a un año, y ganador posteriormente del Premio Un Certain Regard del Festival de Cannes por Goodbye (Mohammad Rasoulof, 2011) y el Premio FIPRESCI por Manuscripts don't burn (Mohammad Rasoulof, 2013); la palestina Annemarie Jacir, de la que en España hemos visto La sal de este mar (Annemarie Jacir, 2008); la argentina Anahí Berneri, de la que es interesante recuperar esa crónica de un joven que se enfrenta al SIDA en los primeros años de la enfermedad, en Un año de amor (Anahí Berneri, 2005) para acabar recabando en su última película, la espléndida Alanis (Anahí Berneri, 2017), ganadora de los Premios a Mejor Director y Mejor Actriz en el pasado Festival de San Sebastián, que es también un recorrido por la vida dura, en esta ocasión una prostituta que trata de mantener a su hijo recién nacido; y finalmente al también argentino Daniel Lerman, del que podemos ver dos muestras de su filmografía, su interesante debut en la ya clásica Tan de repente (Diego Lerman, 2002) y sus dos recientes incursiones en el thriller, Refugiado (Daniel Lerman, 2014) y Una especie de familia (Diego Lerman, 2017).

Tradiciones de fuego y luz 
Otro de los intereses del Festival es la sección Dok: South, dedicada al género documental, protagonista también de nuestros últimos posts, en los que repasamos las producciones que se han presentado a la Academia de Hollywood para ser nominados al Oscar. Algunos de ellos se han podido ver en Film Fra Sør como el irregular Born in China (Lu Chuan, 2017), que aquí se ha incorporado directamente en la Sección dedicada al público infantil, la belleza visual de Brimstone & Glory (Viktor Jakoveski, 2017), o la contundencia periodística de Last men in Aleppo (Feras Fayyad, 2017), ya comentados en nuestros posts anteriores. En el terreno latino, que es en el que hemos podido adentrarnos en esta edición, destaca también el documental Buena Vista Social Club: Adiós (Lucy Walker, 2017), que acompaña a la mítica banda cubana en su gira de conciertos de despedida. Las Sesiones Especiales, por su parte, ofrecen un ramillete de películas de interés, algunas ya conocidas en nuestras salas como la interesante Neruda (Pablo Larraín, 2015), que tiene como complemento aquella otra incursión en la poesía del escritor chileno, El cartero (y Pablo Neruda) (Michael Radford, Massimo Troisi, 1994), que se convierte si pretenderlo en un homenaje póstumo al compositor Luis Bacalov, ganador del Oscar por su trabajo en este película, y fallecido el pasado miércoles. 

Pero también hay títulos más recientes como In the fade (Fatih Akin, 2017), ganadora del Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes para su protagonista, Diane Kruger, un drama en torno a un ataque terrorista y el deseo de venganza que, como comentaba su director en una entrevistas previa proyectada antes de la película, ofrece una lectura políticamente incorrecta sobre el terrorismo. Y ciertamente puede ser discutible esta lectura, pero lo que resulta más contraproducente para la película de director de las interesantes Cruzando el puente: los sonidos de Estambul (Fatih Akin, 2005) o Goodbye, Berlín (Fatih Akin, 2016), es que resulta algo simplista en su narración.

La protagonista lucha contra los elementos
Para terminar, la Sección Oficial nos ofrece catorce títulos de los que casi la mitad son latinoamericanos, incluyendo la ya mencionada Neruda (Pablo Larraín, 2015), o la reciente ganadora del Premio al Mejor Guión en el pasado Festival de Berlín, Una mujer fantástica (Sebastián Lelio, 2017). Retrato de una mujer transexual que debe enfrentarse a la rabia y la incomprensión de la familia de su ex novio cuando éste fallece de repente, casi como si con su muerte se hubiera eliminado la pared de hipocresía que se habían construido hasta entonces, esta película del chileno Sebastián Lello tiene algunas coincidencias, especialmente en el dibujo de una mujer que debe hacer frente a su propia soledad, con su anterior película, Gloria (Sebastián Lelio, 2013). Y como en aquella ocurría con la actriz Paulina García, aquí el trabajo de Daniela Vega requiere una notable contención bien resuelta. Esa secuencia en la que la protagonista trata de caminar mientras una corriente de aire parece querer detenerla es el reflejo preciso y milimétrico de una historia que, aunque contiene algunas lagunas, consigue movernos a la reflexión en torno a la hipocresía de una sociedad que va construyendo muros frente a temas incómodos.

Bárbara Lennie construye otro dramático personaje
También es una mujer, aquí interpretada por la española Bárbara Lennie, la protagonista de Una especie de familia (Diego Lerman, 2017), última película del director argentino, ganadora también del Premio al Mejor Guión en el pasado Festival de San Sebastián. Empeñada en conseguir el hijo adoptivo que ha pactado con una madre de alquiler, el personaje principal parece no tener límites frente a cierta estafa de compra-venta en la que se convierte la adopción. El problema principal es que el retrato de esta mujer, bien interpretada por la actriz, no nos ofrece demasiada información sobre esa inestabilidad emocional constante en la que vive (por más que haga referencia a un drama personal que vivió en el pasado), y por tanto sus acciones resultan a veces histéricas y poco convincentes. Pero, como suele ser habitual, Diego Lerman sabe construir un drama que mantiene la atención del espectador y se sostiene en diálogos improvisados para dotar a la historia de realismo. Entre las películas de la Sección Oficial también encontramos Las hijas de abril (Michel Franco, 2017), ese otro duro drama sobre la posesión de un hijo recién nacido que protagoniza la actriz Emma Suárez, estrenado ya hace unos meses en España.


Realidad y ficción se dan la mano en Matar a Jesús
La mujer es especial protagonista en este recorrido por el reciente cine latinoamericano que nos propone Film Fra Sør, ya sea frente o detrás de la cámara. La directora colombiana Laura Mora cuenta una historia terrible que trata de exorcizar su propia experiencia personal en la violenta ciudad de Medellín Matar a Jesús (Laura Mora Ortega, 2017). La realizadora estudió cine en Barcelona después de que fuera rechazada varias veces en su país, y justo cuando regresó a Colombia, presenció el asesinato de su padre a manos de un sicario. Esta historia dramática vivida en primera persona es la que presentó en el festival, curtida gracias a un buen trabajo de dirección con actores no profesionales que le da esa autenticidad característica a un cine latinoamericano que sigue bebiendo de las fuentes originales de la calle. Ocurre algo parecido con el director venezolano, también presente en el festival, Gustavo Rondón Córdova, que también utiliza un adolescente amateur para protagonizar su película La familia (Gustavo Rondón Córdova, 2017), un drama que habla de los lazos familiares entre un padre y su hijo, cuando un hecho violento se cruza en sus vidas. La relación entre los dos protagonistas es el núcleo principal de una película pequeña en formato pero amplia en su mirada, no solo al particular conflicto personal, sino también en cuanto a la situación política y social de Venezuela. Precisamente el director encontró en una productora de Noruega parte del apoyo económico, y es en esta lejana colaboración entre Trondheim y Caracas sobre la que se construye uno de los títulos más interesantes que se han visto en la Sección Oficial del Festival. 

PREMIOS

Terror y realismo social en As boas maneiras
Este año, los premios principales han sido para el cine brasileño, dos de cuyas películas han conseguido los principales galardones del certamen. El primer premio, Silver Mirror, dotado con 3500 € para ayudar a su estreno en Noruega, ha recaído en Arábia (João Dumans, Alfonso Ochoa, 2017), una suerte de "road-movie" que juega al relato dentro del relato para mostrarnos parte de la vida de un hombre que, tras salir de la cárcel, recorre el Sur de Brasil ejerciendo diversos trabajos, y que funciona como un dibujo social de la vida en ese Brasil más desconocido, alejando de las ciudades que conocemos. El Jurado ha otorgado una Mención de Honor al film As boas maneiras (Marco Dutra, Juliana Rojas, 2017), un curioso relato que circula entre géneros para adentrarse en el terror de serie B y el realismo social a través de la historia de una mujer embarazada que sufre comportamientos cada vez más extraños conforme avanza su embarazo. La película consiguió el Premio de la Crítica en el pasado Festival de Sitges. 

En la Sección Doc:South, el primer premio ha recaído en el documental canadiense The apology (Tiffany Hsiung, 2016), que presenta una realidad histórica poco conocida, la de las esclavas sexuales que tomaron los soldados japoneses durante la II Guerra Mundial, mientras que la Mención de Honor ha sido para la producción chilena Los niños (Maite Alberdi, 2016), en torno a adultos con síndrome de Down que, ya terminada su educación, se enfrentan a la edad madura en busca de un trabajo y una subsistencia propia, y que se presentó en la Sección Oficial de Documenta Madrid. 

Para terminar el Premio del Público fue para el drama sobre terrorismo In the fade (Fatih Akin, 2017).



Una mujer fantástica y Las hijas de abril se estrenaron el 20 de octubre
Alanis y Una especie de familia se estrenan el 15 de diciembre




14 noviembre, 2017

Documentales Oscar 2018 (2ª parte)

La Academia de Hollywood ha hecho pública la lista de 170 largometrajes documentales que han sido presentados para la próxima edición de los Oscar. Muchos de ellos aún no cumplen el requisito de haber sido estrenados en Nueva York o Los Angeles, pero la mayor parte suponemos que lo harán en las próximas semanas. En diciembre se dará a conocer la shortlist de 15 candidatos, de los que saldrán los 5 nominados que se anunciarán junto al resto de categorías el 23 de enero.

Continuamos nuestro repaso a parte de los documentales que han sido presentados a la Academia de Hollywood y que hemos podido ver en festivales de cine y canales de televisión. 

Score: A Film music documentary (2016)
Matt Schrader
EE.UU.

Producido utilizando el crowfunding como principal fuente de financiación, este primer trabajo del joven director Mary Schrader nos ofrece una interesante incursión en el mundo de las bandas sonoras. Resulta sorprendente que una producción independiente y un realizador tan joven hayan conseguido semejante lista de compositores entrevistados, que ofrecen una poliédrica visión en torno a cómo trabajan y cómo funcionan las bandas sonoras de películas. Están casi todos los más destacados nombres de la música de cine, aunque se echan en falta entrevistas a grandes maestros como John Williams y Ennio Morricone, pero en compensación aparecen unos cuarenta compositores de diversos estilos y formas de trabajar. Se trata de un documental que tiene interés, con sus ausencias y defectos, para comprender mejor el trabajo de estos músicos, y trata de ofrecer tanto una visión histórica de la evolución de las bandas sonoras como una descripción del proceso de composición y grabación, con algunos apuntes por parte de psicólogos sobre cómo funciona la imbricación del trabajo musical con la atención de los espectadores. Resulta ésta una tarea casi inabarcable en la escasa hora y media que dura el documental, pero está bien resuelta por el director gracias a un minucioso trabajo de edición que, aunque no consigue en todo momento elaborar una narración uniforme entre tantas intervenciones diferentes, sí logra mantener una coherencia adecuada. Destaca especialmente el homenaje que el director James Cameron hace a su habitual colaborador, el compositor James Horner, durante los créditos finales del documental.   

Cries from Syria (2017)
Evgeny Afineevsky
EE.UU.-República Checa

Ya hemos hablado en nuestro anterior post de algunos de los documentales que abordan los conflictos en los países árabes y, como principal protagonista de la actualidad, el que sola desde hace cinco años el país de Siria. En esta ocasión, el director de origen ruso Evgeny Afineevsky, que ya consiguió una nominación al Oscar por Winter on fire: Ukraine´s fight for freedom (Evgeny Afineevsky, 2015), realiza un acercamiento a las consecuencias de la guerra en Siria y, sobre todo, a sus principales víctimas: los niños. Frente al rigor periodístico que proponen otras producciones de este año, el director prefiere remover nuestras conciencias desde las vísceras. Y posiblemente sea éste uno de los documentales en torno al conflicto en Siria más difícil de ver, porque no repara en mostrar imágenes crudas y casi diríamos que insoportables de mantener en nuestra mirada. Esto, que podría criticarse como efectista o manipulador, especialmente con los niños como protagonistas, se revela sin embargo como un reflejo descarnado de la realidad que se vive en las ciudades bombardeadas. Y, aunque ciertamente le falta algo de contexto informativo en torno a la guerra (aunque intenta ser didáctico en la narración de las distintas etapas), lo que destaca especialmente es esa visceralidad que nos conmueve y nos acongoja en muchas ocasiones. Producido por HBO, el documental está narrado por la actriz Helen Mirren y cuenta además con una canción escrita por Diane Warren e interpretada por Cher que podría también estar entre las finalistas al Oscar. 

Kedi (2016)
Ceyda Torun
Turquía-EE.UU.

Esta es una de esas curiosas películas que consiguen conectar con los espectadores de una manera especial, a pesar de que su planteamiento es sencillo, aunque no simplista. Aprovechando esa imagen particular que le da a la ciudad de Estambul la gran cantidad de gatos callejeros que la habitan, la directora coloca la cámara a pie de calle para mostrarnos el día a día de algunos de estos gatos, la mayor parte respetados y acogidos por el vecindario en el que se pasean. La personalidad de cada uno de los gatos que protagonizan el documental se refleja con singular acierto, construyendo parte de su cohabitación con las personas, y en este sentido Kedi (que significa "gato" en turco), funciona también como reflejo de la vida diaria de una ciudad tan diversa como Estambul, con sus pequeños negocios, la lonja pesquera y ese espíritu de coexistencia entre la tradición y su condición de capital cosmopolita. Esta producción turca tiene serias posibilidades de cara a las nominaciones de los Oscar porque, tras su estreno en Estados Unidos en el mes de febrero, logró ser el documental extranjero más taquillero de la historia, por detrás de Bebés (Thomas Balmès, 2010) y Pina (Wim Wenders, 2011).

Eagles of Death Metal: Nos amis (Our friends) (2017)
Colin Hanks
EE.UU.

Dirigido por el hijo de Tom Hanks, el también actor Colin Hanks, se trata de su segunda incursión como realizador en el género documental, tras All things must pass: The rise and fall of Tower Records (Colin Hanks, 2015), también centrado en el mundo de la música. En Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca (Bonni Cohen, Jon Shenk, 2017) que comentamos en nuestro anterior post, vemos cómo una emisión de 24 horas dedicada al cambio climático, preámbulo de la posterior reunión de países que tuvo lugar en París semanas después, debe ser interrumpida porque esa misma noche, el 13 de noviembre de 2015, se producen los distintos ataques terroristas que dejaron 137 muertos. En uno de los principales escenarios de la tragedia, la sala Bataclan, actuaba esa noche el grupo norteamericano Eagles of Death Metal, cuyos componentes vivieron en primera persona el ataque más furibundo, que dejó 89 muertos. Este documental entrevista a los principales miembros de la banda cuando están a punto de volver a París para ofrecer un nuevo concierto. Se trata de uno de los más dolorosos reflejos de cómo afecta este tipo de violencia a sus protagonistas, porque evita mostrar imágenes más o menos impactantes, para centrarse en las personas que vivieron la tragedia. Especialmente amargas son las diferentes intervenciones del líder de Eagles of the Death Metal, Jesse Hughes, porque muestran sus secuelas psicológicas, incapaz de recordar el suceso sin desmoronarse emocionalmente, pero capaz de reconvertirse en una estrella del rock sobre el escenario. Aunque la primera parte, centrada en la estrecha relación de amistad entre Jesse Hughes y Josh Home, se critica como innecesaria, lo cierto es que funcionan bien como preámbulo de un documental que no resulta fácil de ver sin estremecerse.

Keep quiet (2016)
Sam Blair, Joseph Martin
Gran Bretaña-Hungría

Presentado en el Festival Tribeca de Nueva York, este filme se acerca a una figura controvertida en la política de Hungría, pero con una trayectoria ciertamente sorprendente. Csanad Szegedi es un joven político que desde muy temprana edad ya manifestaba ideas antisemitas que le llevaron a ser parte del polémico partido Jobbik, una formación xenófoba que consiguió buenos resultados electorales en 2010, consiguiendo ser la tercera fuerza política más votada del país, y llevando al propio Szegedi a representar a Hungría en el Parlamento Europeo. Las ideas populistas de derechas, basada en el nacionalismo y  ciertas ideas fascistas consiguieron despertar el interés de una parte de la sociedad húngara. Pero Csanad Szegedi descubrió que parte de su familia era de origen judío, y su abuela había estado en un campo de concentración nazi. Y, aunque no renunció del todo a sus ideas, manteniendo el negacionista del holocausto, por ejemplo, Szegedi se convirtió en un judío ortodoxo y dimitió del puesto que ocupaba en su partido. Este "conversión" no resulta del todo explicada en el documental, lo que en cierto modo le quita algo de contundencia, y realmente no está claro si el polémico político experimentó un cambio radical en su forma de pensar o bien trató de encontrar una forma distinta de ser líder ideológico ante la imposibilidad de continuar siéndolo en su partido. En todo caso, momentos como el de la entrevista a su propia abuela resultan especialmente interesante y demoledor emocionalmente hablando. Aunque podríamos echar en falta algo de profundidad en la historia, se trata de una propuesta documental de resultados satisfactorios.

The last laugh (2016)
Ferne Pearlstein
EE.UU.

Este documental explora los límites que marca el humor en el cine o el teatro, a través de entrevistas a algunos de los principales comediantes del panorama artístico norteamericano: Mel Brooks, Rob Reiner, Sarah Silverman, Gilbert Gottfried o Larry Charles reflexionan sobre el sentido del humor y qué temas son tabúes a la hora de hacer chistes. En realidad, la propuesta de Ferne Pearlstein se centra más en cómo han ido variando estos límites en temáticas como el holocausto y el nazismo, tomando como protagonistas a una superviviente de un campo de concentración y su forma de afrontar las bromas que puedan surgir en torno al holocausto. Aunque se trata de una interesante reflexión, no supone una propuesta novedosa, pero resulta atractiva por el recorrido que hace a través de películas que en su momento supusieron un shock importante para los espectadores, desde El gran dictador (Charles Chaplin, 1940) hasta Los productores (Mel Brooks, 1967), que se mofaban del nazismo y de la figura de Hitler, o La vida es bella (Roberto Benigni, 1997), que utilizaba la vida en un campo de concentración para construir una comedia familiar. Ciertamente, resultan certeras algunas de las reflexiones que realizan los humoristas que aparecen en el documental, que plasman esa tendencia cambiante en las barreras del humor, pasando del tabú del holocausto en el pasado al tabú actual del terrorismo como elementos que suponen un choque emocional para los espectadores, pero realmente el resultado se queda en la curiosidad más que en la profundidad de las reflexiones.

From the ashes (2017)
Michael Bonfiglio
EE.UU.

National Geographic es la responsable de esta producción que se estrenó en España en la plataforma Movistar+ con el título El carbón: una cuestión de Estado. Uno de los elementos más destacables contra los que vienen luchando los defensores de mayores medidas ambientales que ralenticen el efecto del cambio climático son las emisiones de gases provocada por la explotación de las minas de carbón. Lo hemos visto en otro documentales como Una verdad incómoda: Ahora o nunca (Bonni Cohen, Jon Shenk, 2017), en el que acompañábamos a Al Gore al éxito que supuso el Acuerdo de París en 2015, por el que se aprobó la mitigación de los efectos invernadero dejando atrás el carbón como principal fuente de energía. En la misma línea, esa producción nos presenta las consecuencias de la utilización del carbón en diversas poblaciones de los Estados Unidos, pero no solo se centra en sus peligros ambientales, sino también las promesas incumplidas de las grandes empresas, que en su mayor parte dejaron desamparados a sus trabajadores. Se trata de un interesante análisis de la situación actual, más aún con la intención de Donald Trump de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París y seguir utilizando el carbón como fuente de energía principal. Aunque resulta algo televisivo, y aporta poco desde el punto de vista formal, From the ashes consigue su objetivo como vehículo de divulgación de una realidad aún presente, agravada por ciertas oscuras expectativas de futuro. 

City of ghosts (2017)
Matthew Heidemann
EE.UU.

Una vez más estamos ante un interesante documental en torno a la guerra en Siria, ahora centrado en un grupo de activistas en contra del ISIS que surgió en Raqa, una de las primeras ciudades tomadas por el Estado Islámico, aparentemente para unirse a la revolución contra el régimen de Bashar al-Ásad, pero realmente para sembrar su estado de terror y represión. Hace unos días, el ISIS perdía su último feudo en Siria, huyendo al desierto, pero durante años tanto Raqa (Siria) como Mosul (Iraq) fueron sus principales bastiones de resistencia. Matthew Heidemann, nominado al Oscar por aquel espléndido recorrido a través del contrabando de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos que fue Cartel Land (Matthew Heidemann, 2015), tan contundente como cualquier película de ficción, es el encargado de acompañar a un grupo de activistas que recibieron el Free Press Award en 2015, formado por jóvenes originarios de Raqa que, en su mayor parte, tuvieron que huir a Turquía o Alemania para, desde allí seguir difundiendo el régimen de terror que se vivía en su ciudad. Producido por Amazon, es un documental duro, que no escatima en imágenes impactantes habitualmente ausentes de los medios de comunicación. Pero sobre todo resulta doloroso asistir a ese sentimiento de rabia e impotencia que tienen sus protagonistas, como en esa escena en la que dos de ellos ven un video en el que se muestra la ejecución de su padre. El director consigue dotar a la película de la tensión y el drama necesarios para atrapar al espectador en una historia rodeada de violencia y de amenazas. Destaca también el trabajo musical de Jackson Greenberg y H. Scott Salinas, preciso y notable en su ejecución. 

Brimstone & Glory (2017)
Viktor Jakovleski
México-EE.UU.

El director Viktor Jakovleski nació en Alemania, de padre Macedonio y madre serbia, y de hecho reside habitualmente en Berlín, pero ha trabajado en Hollywood como asistente personal de George Clooney y como conductor de vehículos en la película Hanna (Joe Wright, 2011). Ahora debuta en la dirección con este documental que atrapa la espectacularidad de los fuegos artificiales de la localidad mexicana de Tultepec. Se trata de una hermosa película que tiene imágenes de gran belleza y de hecho funciona mejor en su parte visual que cuando trata de ofrecer una cierta narrativa tomando como protagonista a un niño que aspira a participar activamente en los toros de fuego que se construyen para ser posteriormente quemados en las fiestas. Podríamos decir que, en cierto modo, hubiera funcionado mejor como documental sin narración ni diálogos, solo con la belleza de unas imágenes que Jakovleski sabe mostrar con gran sentido del ritmo. Pero en todo caso se trata de una película que atrapa por la fuerza de sus imágenes, desde la utilización de cámaras situadas en los cuerpos de quienes encienden las mechas hasta las toma aéreas que nos muestran la inmensa nube de fuego y ruido. Y son estas imágenes las que también, por sí solas, funcionan como una reflexión certera sobre la fuerza de la tradición que se mantiene en pequeñas poblaciones. 

I called him Morgan (2016)
Kasper Collin
Suecia-EE.UU.

Son numerosos los documentales que se han centrado en figuras relevantes del mundo del jazz. En este caso, el director sueco Kasper Collin nos acerca a la figura del trompetista Lee Morgan, considerado como uno de los mejores instrumentistas de jazz de la década de los sesenta, en cuya vida tuvo, como en muchos otros casos, especial relevancia el soncumo de drogas y alcohol. Y cuya carrera se truncó en el mejor momento cuando solo tenía 33 años, asesinado por su esposa Helene Morgan debido a los celos. El documental tiene como esqueleto principal dos entrevistas de archivo que realizaron los protagonistas, pero especialmente la última entrevista que concedió Helen Morgan en 1996, que falleció un mes después de ser entrevistada. Kasper Collin sabe manejar los recursos de archivo con gran inteligencia, y utiliza también recreaciones rodadas en la actualidad, pero con textura de los años sesenta, para ir visualizando los recuerdos de Helen Morgan junto a entrevistas con algunos de los músicos que trabajaron con Lee Morgan y conocieron a la pareja. Se trata de un documental de espléndida coherencia que, aunque puede parecerse a otros retratos de artistas del jazz, sin embargo contiene una más que interesante utilización de las imágenes de archivo para ir desgranando poco a poco la historia de este músico malogrado, con un aire poético que nos recuerda al estilo de I am not your negro (Raoul Peck, 2016), nominado el año pasado. 







Score: Compositores de Oscar y El carbón: una cuestión de Estado se estrenaron en Movistar+
Cries from Syria se puede ver en HBO España
Kedi (Gatos de Estambul) se puede ver en YoutubeRed
Eagles of Death Metal: Nos Amis (Our friends) se estrenará próximamente en HBO España



04 noviembre, 2017

Documentales Oscar 2018 (1ª parte)


La Academia de Hollywood ha hecho pública la lista de 170 largometrajes documentales que han sido presentados para la próxima edición de los Oscar. Muchos de ellos aún no cumplen el requisito de haber sido estrenados en Nueva York o Los Angeles, pero la mayor parte suponemos que lo harán en las próximas semanas. En diciembre se dará a conocer la shortlist de 15 candidatos, de los que saldrán los 5 nominados que se anunciarán junto al resto de categorías el 23 de enero.

Destaca un año más la presencia de las cadenas de televisión como fundamentales soportes de las producciones documentales, especialmente Netflix y en menor medida HBO y Showtime, y la presencia de destacados documentales extranjeros que han logrado estar presentes en la lista. En todo caso, la lista es un buen reflejo de la notable producción de este último año, y aunque temáticamente no ofrece grandes novedades, sí encontramos algunas joyas inclasificables desde el punto de vista formal. En los próximos posts repasaremos aquellos documentales que ya hemos podido ver en diferentes festivales de cine o cadenas de televisión.


I am Jane Doe (2017)
Mary Mazzio
EE.UU.

Producido por Netflix, este documental está narrado por la actriz Jessica Chastain y se centra en la batalla legal que inician varias madres contra las redes de prostitución que obligaron a sus hijas a anunciarse en diversos portales de anuncios clasificados, como el conocido Backpage.com, que pertenece al grupo periodístico The Village Voice, y que durante años fue testigo mudo de anuncios publicados con reclamos sexuales, sin llevar a cabo ningún tipo de investigación sobre la legalidad de sus fuentes. Lo más llamativo del documental es comprobar cómo la red de tráfico sexual por internet está presente en sociedades aparentemente menos permisivas como la norteamericana, pero en cuyo seno se benefician grandes empresas amparándose en el desconocimiento para rehusar todo tipo de responsabilidades sobre el contenido de sus páginas web. Aunque el trabajo de Mary Mazzio se centra más en la trascendencia de las emociones que en el desarrollo formal, el documental funciona bien gracias a la sorpresa que producen las imágenes, y esta batalla legal que obliga a varias madres a enfrentarse con una de las grandes corporaciones periodísticas de Estados Unidos, un poco a la manera de aquella otra madre coraje que fue Erin Brockovich.

Gaga: Five foot two (2017)
Chris Moukarbel
EE.UU.

Como ha ocurrido en los últimos años, el retrato de estrellas de la música suele funcionar bien en el género documental. En este caso, el director ha seguido a Lady Gaga durante un año, justo en mitad del proceso de producción de su álbum Joanne (2016, Interscope) y su participación en la quinta temporada de la serie American Horror Story: Hotel (FX, 2011-). El hecho de que este último disco sea uno de los más personales que ha producido la artista (está dedicado a una tía suya fallecida) pero al mismo tiempo tuviera numerosas críticas adversas, otorga un especial interés a este recorrido por el background en la vida pública de la artista. Tratándose en este caso de un seguimiento, la personalidad de Lady Gaga aporta sin duda uno de los elementos de interés, y aunque en ocasiones se note una cierta mirada complaciente con la protagonista (al fin y al cabo está producido por la propia Lady Gaga y por los responsables de su última etapa musical, Live Nation), nos presenta un interesante retrato de esa otra cara de la música, la del esfuerzo y el trabajo, la de las emociones personales y la soledad, a las que en la mayor parte de las ocasiones solo tenemos acceso cuando el artista ha fallecido. La enfermedad muscular que afecta a la cantante, y que le ha llevado ha cancelar su última gira internacional, también ocupa parte de la narración, y al mismo tiempo que humaniza a la estrella, invita a pensar en ese otro lado menos complaciente del mundo de la música.

Whitney: Can I be me (2017)
Nick Bloomfield, Rudi Dolezal
EE.UU.-Gran Bretaña

BBC y Showtime producen este recorrido por la vida de una de las grandes artistas de la canción, la malograda Whitney Huston. En la dirección encontramos a uno de los nombres más destacados del género documental de los últimos años, el británico Nick Bloomfield, responsable de excelentes incursiones biográficas como Heidi Fleiss: Hollywood Madam (Nick Bloomfield, 1996) o Aileen: Life and death of a serial killer (2003), dos auténticos ejemplos de cómo debe construirse un documental. A pesar de ello, Whitney: Can I be es un trabajo más convencional que realmente aporta poco al conocimiento que ya teníamos de la trágica vida de Whitney Huston, una artista que, aunque se convirtió en una de las grandes estrellas de la música, estuvo constantemente enturbiada por una vida de  adicción a las drogas y el alcohol, y por una controvertida relación con el cantante Bobby Brown. A pesar de utilizar fragmentos de videos caseros inéditos, tenemos la sensación de que los directores no consiguen profundizar en la parte emocional de la protagonista, y acaba revelándose en buena medida como un retrato superficial y poco trabajado, a bastante distancia de otras producciones de semejante temática.

Letters from Baghdad (2016)
Sabina Krayenbühl, Zeva Oelbaum
Gran Bretaña-EE.UU.-Francia

Estamos ante un concienzudo trabajo de documentación que nos presenta la figura de la británica Gertrude Bell, que fue protagonista de una no muy lograda traslación al cine en La reina del desierto (Werner Herzog, 2015), con Nicole Kidman interpretándola. Producido por Tilda Swinton y la editora Thelma Schoonmaker, habitual colaboradora de Martin Scorsese, el documental utiliza casi exclusivamente imágenes de archivo y cartas reales escritas por la propia Gertrude Bell en torno a sus viajes por los países árabes. La actriz Tilda Swinton es también la encargada de poner voz a esta aventurera a la que se le llegó a llamar la "Lawrence de Arabia femenina". Y, de hecho, fue contemporánea y compañera de trabajo de T.S. Lawrence y de Winston Churchill. Junto a las imágenes de archivo, la mayor parte de las cuales fueron restauradas para la película, se ofrecen también intervenciones de actores que dan vida a algunos de los que conocieron a Gertrude Bell. Sin duda, estamos ante un trabajo bien elaborado, que se beneficia de la experiencia de sus directoras en el terreno del montaje y la fotografía, y que nos ofrece, junto a un notable retrato personal de la protagonista, algunas de las claves para entender la configuración de los países árabes (cuyos territorios fueron divididos y repartidos por los países occidentales) que han terminado dando lugar a este panorama bélico interminable en el que se ven sumidos desde hace años. Quizás es un documental demasiado intelectual para los Oscar, pero el apoyo de nombres destacados en la producción puede jugar a su favor.

Hell on Earth: The fall of Syria and the rise of ISIS (2017)
Sebastian Junger, Nick Quested
EE.UU.

Esta producción de National Geographic habla precisamente de los conflictos surgidos en los países árabes, especialmente la guerra en Siria y la incorporación del Estado Islámico a los combates, que su líder Abu Bakr al-Baghdadi (dado por muerto este pasado verano) aprovechó para expandir su influencia tras huir de Irak. Los realizadores del documental, el norteamericano Sebastian Junger y el británico Nick Quested, son veteranos en retratar conflictos armados, con destacadas producciones como Restrepo (Sebastian Junger, 2010), nominado al Oscar, y The Last patrol (Sebastian Junger, 2014), centrados principalmente en las guerras árabes. La ventaja que tienen es que suelen trabajar con periodistas locales que les aportan imágenes inéditas y en muchas ocasiones impactantes, que resulta difícil de ver en los informativos, lo que dota a sus películas de un interés especial desde el punto de vista periodístico. Hell on Earth describe la trayectoria vital de personajes siniestros como Bashar al-Asad, pero también la influencia de Estados Unidos, Rusia y otros países en un conflicto que en realidad, se presenta como una guerra con tantos actores que la acaba haciendo interminable. Se trata de otro excelente trabajo fundamental para conocer la realidad de los territorios masacrados por el poder económico.

Last men in Aleppo (2017)
Firas Fayyad, Steen Johannnessen
Dinamarca-Siria

La guerra de Siria también es la protagonista de este documental que ganó este año el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance. El director sirio Firas Fayyad sigue a los White Helmets (Cascos Blancos), un grupo de ciudadanos de Alepo que trabajan para rescatar a los supervivientes de los bombardeos, financiados principalmente por organismos occidentales. Pero el interés del director está en ofrecernos una visión del día a día de estos ciudadanos en su ayuda humanitaria. En este sentido, se trata de un trabajo que tiene similitudes con el cortometraje The white helmets (Orlando von Einsiedel, Joanna Natasegara, 2016), producido por Netflix, que ganó el Oscar al Mejor Cortometraje Documental en la pasada edición, lo que podría jugar en contra de su presencia en la lista de nominados. Pero el formato de largometraje permite acercarse con mayor profundidad a la vida de sus protagonistas que, entre cada intervención, tienen conversaciones en torno a la guerra y sus familias. Se trata de un documental que no resulta fácil de ver, porque no rehuye mostrar imágenes dramáticas como la de niños rescatados de los escombros que producen los bombardeos, y que especialmente se hace patente emocionalmente en un final terrible, pero al mismo tiempo coherente con la descripción de la masacre que se viene viviendo en Siria desde hace más de cinco años.

Strong island (2017)
Yance Ford
EE.UU.-Dinamarca

Premio Especial del Jurado al Mejor Documental en el pasado Festival de Sundance y seleccionado para el Premio Teddy en el Festival de Berlín, estamos ante un documental personal que la directora construye como una especie de reconocimiento a su propia familia y las tragedias que han vivido a lo largo de los años, fruto de la segregación racial. Tomando como punto de partida la injusta decisión de un Gran Jurado de dejar en libertad al hombre que mató a su hermano en 1992, la directora elabora un recorrido emocional en la que ella misma es protagonista (y en cierta manera describe su propio sentimiento de culpabilidad por no haber evitado la muerte de su hermano). El documental está dirigido con talento, utilizando primeros planos en sus propias intervenciones y dotándolo de un carácter personal y, podríamos decir, de exorcismo de sus propios sentimientos. Pero sobre todo conmueven las intervenciones de su madre, profesora jubilada que hace un recorrido por cada una de las tragedias que ha tenido que vivir, muchas de ellas motivadas por prejuicios racistas. De esta forma, el conjunto funciona como catarsis familiar pero al mismo tiempo, y a pesar de una excesiva duración, también convierte un caso particular en un retrato universal que plantea una seria reflexión sobre el racismo en la sociedad norteamericana.


Icarus (2017)
Bryan Fogel
EE.UU.

También consiguió un Premio Especial del Jurado, y el Premio del Público en Sundance esta producción de Showtime y BBC que se centra en el mundo del dopaje. Su director, Bryan Fogel, buscó la colaboración de un científico ruso para experimentar en su propio cuerpo un elaborado programa de dopaje, pero poco a poco, se vio envuelto en mitad de las acusaciones que se hicieron al gobierno ruso de llevar a cabo un auténtico sistema fraudulento de dopaje en los deportistas que acudieron a los últimos cuatro Juegos Olímpicos. Grigory Rodchenko se convirtió en uno de los principales testigos contra el gobierno ruso, y tuvo que huir a Estados Unidos acogido por el propio Bryan Fogel (en la actualidad se encuentra en un programa de testigos protegidos del FBI porque se teme por su vida). De esta forma, lo que comienza como un documental en torno al dopaje se convierte en un thriller de espionaje que resulta impactante porque son los propios cineastas los que toman protagonismo como actores necesarios. Estamos sin duda ante uno de los documentales más reveladores de este año, al que no le faltó controversia en su pase en el Festival de Sundance, con presiones de la diplomacia rusa, y posterior modificación en el montaje tras la compra por parte de Netflix.

Get me Roger Stone (2017)
Dylan Bank, Daniel DiMauro, Morgan Pehme
EE.UU.

Algunos documentales se benefician del carisma de sus protagonistas, y es lo que ocurre con este recorrido a través de la trayectoria de uno de los hombres más influyentes en la política norteamericana, el consultor Roger Stone, un tipo algo siniestro al que se atribuye buena parte del juego sucio que se ha practicado en el mundo de la política, jugando un papel predominante en la sombra. Desde su leve intervención en el conflicto del Watergate hasta su amistad personal y su trabajo como asesor de Donald Trump en la campaña por la presidencia. Roger Stone es un personaje que se mueve con soltura entre las teorías conspirativas y el lenguaje soez, creador de algunas de las campañas difamatorias más trascendentales que se han producido en los últimos años, en contra de rivales políticos como Ted Cruz o Hillary Clinton. Pero al mismo tiempo es un curioso pensador independiente que, a pesar de su ideología republicana (ha trabajado con Nixon, Reagan, Bush y Trump), está a favor del matrimonio gay y de la legalización de la marihuana.  Todo esto se refleja con acierto en este documental que acompaña a Roger Stone por algunas de sus más controvertidas polémicas, y revela la inconfundible personalidad del asesor en una de las propuestas más interesantes del año. En los títulos de crédito finales Roger Stone contesta a la pregunta de ¿qué mensaje le daría los espectadores que le puedan odiar después de ver este documental?: "Me regocijo en su odio, porque si no fuera efectivo, no me odiarían". 

Obit. (2016)
Vanessa Gould
EE.UU.

Un periódico del prestigio de The New York Times ha sido objeto de algunas interesantes incursiones documentales que han buceado en los entresijos del trabajo periodístico, uno de los más notables fue Page One: Inside The New York Times (Andrew Rossi, 2011). En la actualidad, la directora Liz Garbus, responsable del documental nominado al Oscar What happened, Miss Simone? (Liz Garbus, Hal Tulchin, 2015), prepara una serie documental para Showtime en la que se analiza el trabajo de The New York Times, periódico de corte progresista y tendencia demócrata, en la actual etapa como presidente del conservador Donald Trump. The New York Times es el único periódico que desde hace 80 años dedica todo un departamento a escribir necrológicas de personas relevantes fallecidas cada día. Este curioso trabajo es el que nos descubre este documental que, en principio, podría parecer anecdótico, pero que resulta estimulante y entretenido. Bucear en el proceso de investigación y periodismo de los responsables de las necrológicas supone también acercarse a personajes importantes de la historia, y las entrevistas con estos periodistas están llenas de divertidas y curiosas experiencias que hacen absolutamente recomendable su visionado. Por supuesto, se habla mucho de la muerte, pero sobre todo de la vida porque, como comenta uno de los protagonistas, ellos no escriben sobre la muerte del personaje, sino sobre cómo fue su trayectoria vital. Su trabajo, por tanto, se nos muestra en realidad como una auténtica reivindicación de la vida. 

Nobody speak: Trials for the free press (2017)
Brian Knappenberger
Holanda-EE.UU.

También centrado en el mundo del periodismo, este documental de Netflix reflexiona sobre la libertad de prensa en Estados Unidos y plantea un panorama no muy positivo, especialmente con el actual mandato de Donald Trump en la presidencia. El principal problema, sin embargo, es cierta dispersión en la estructura de la narración, que comienza hablando de un tema de prensa rosa (la difusión de un video sexual de Hulk Hogan por el que el popular personaje demandó a un periódico digital) y termina enfocándose en la misteriosa compra de uno de los periódicos más relevantes de Las Vegas, el Las Vegas Review-Journal, cuyo comprador finalmente fue destapado por los propios periodistas de la publicación. Se trataba de un multimillonario que precisamente había tenido diversas polémicas encontradas con este periódico. En este sentido, resulta mucho más interesante esta última parte del documental, a la que se le podría haber dedicado más tiempo, y nos parece dudoso equiparar una publicación sensacionalista a un periódico de reconocido prestigio. En todo caso, la reflexión es interesante aunque el mensaje final del documental acabe siendo algo simplista. 

Born in China (2016)
Chuan Lu 
Gran Bretaña-China 

Rodado en los hermosos paisajes de China, este documental se acerca a la vida de algunas especies en peligro de extinción que viven en sus montañas, desde el oso panda hasta el leopardo de las nieves o el langur chato dorado, deteniéndose especialmente en el momento del nacimiento y cría de las nuevas generaciones. Con la narración en inglés del actor John Krasinski, se trata de una producción distribuida por Disney Nature, lo que puede ser una ventaja de cara a los Oscar. Aunque esta circunstancia también se convierte en su mayor problema, dado el carácter algo infantil de la narración. A pesar de contar imágenes espectaculares de los paisajes chinos a lo largo de las diferentes estaciones, y de la dificultad de mostrar buenas capturas de la vida de estas especies, muchas de ellas muy celosas de su intimidad frente a los humanos, el documental tiene un aire sentimentaloide que juega en su contra. Sí, hay momentos enternecedores con las crías de los osos panda o del lamur, pero resulta artificioso y diríamos que anticuado narrar los supuestos "pensamientos" de los animales como si se estuviera contando un cuento. En este sentido, se trata de una propuesta decepcionante y demasiado edulcorada que aporta poco al conocimiento de estos animales cuyo peligro de extinción es dramático. 

Chasing coral (2017)
Jeff Orlowski
EE.UU.

Un ejemplo bien diferente de documental centrado en la naturaleza, pero que en este caso consigue incluso emocionarnos viendo las imágenes de la muerte de numerosas masas de coral es esta producción de Netflix que, a pesar de su título, no es exactamente una continuación de aquel Chasing ice (Jeff Orlowski, 2012) que consiguió una nominación al Oscar a Mejor Canción, aunque no logró estar en la terna de finalistas en su categoría principal. Este proyecto llegó a las manos del director a través de dos especialistas en el mundo de los corales que, tras ver aquella producción, decidieron contactar con él para que pusiera en imágenes su proyecto de difusión de la peligrosa desaparición de los arrecifes de corales provocados por el calentamiento progresivo de los océanos. Siendo submarinista, el propio Jeff Orlowski se implicó de lleno en el proyecto, y consigue capturar impresionantes imágenes de los corales vivos, hermosos complejos de miles de colores, pero también de su progresiva destrucción, llegando incluso a emocionarnos con ellas, sin recurrir a una narración sentimental, sino solo con el poder las imágenes. Es uno de los aciertos de este documental, que muestra con solidez las devastadoras consecuencias del calentamiento global.  

An inconvenient sequel: Truth to power (2017)
Bonni Cohen, Jon Shenk
EE.UU.

El ex-vicepresidente Al Gore regresa a la pantalla diez años después tras el éxito de su documental Una verdad incómoda (David Guggenheim, 2006), ganador del Oscar, en el que planteaba los peligros del cambio climático a través de las diversas conferencias que viene dando a lo largo del mundo. Esta segunda parte busca ahondar más en la problemática, aunque tiene también el principal defecto de aquél, que es el excesivo protagonismo del personaje. Sin embargo, hay que decir que resulta un significativo toque de atención y de reflexión sobre lo que ha ocurrido en nuestro planeta a lo largo de estos diez años. Por ejemplo, en Una verdad incómoda se planteaba la posibilidad de una inundación que cubriría parte del Memorial World Trade Center, que muchos calificaron de exagerada. Ahora, Al Gore muestra en sus conferencias la inundación que sufrió Nueva York debido al huracán Sandy de 2012. Resulta por tanto clarificador el mensaje que sigue ofreciendo Al Gore, cuyos esfuerzos por luchar contra los discursos que niegan el calentamiento global son continuos. El documental tiene altibajos en su interés, y es más interesante cuando se centra en la parte principal de su contenido que cuando lo hace en las reuniones protagonizadas por el personaje principal. Pero sin duda se trata de un planteamiento necesario. 

Food evolution (2016)
Scott Hamilton Kennedy
EE.UU.

Este documental no es lo que parece. Centrado en la polémica que suscitan los alimentos transgénicos, que cuentan con numerosos detractores y defensores a lo largo de todo el mundo, pero especialmente en Estados Unidos y África, plantea una mirada crítica y aparentemente distante ante los acontecimientos que va narrando. Pero finalmente se decanta por ofrecernos una visión que se postula más por la defensa de las ventajas que produce la manipulación del ADN de determinados alimentos para impedir que éstos acaben siendo devorados por las plagas y las enfermedades. En este sentido, como espectadores debemos adoptar una especie de fe ciega en lo que nos cuenta el director, que ya fue nominado al Oscar por su documental The garden (Scott Hamilton Kennedy, 2008), centrado en la proliferación de huertos ecológicos a lo largo de todo Nueva York. Y ciertamente parece bastante patente la relación de los defensores de la agricultura ecológica con las grandes empresas dedicadas precisamente a la venta de productos ecológicos, lo que les resta credibilidad, pero quizás hubiera sido más interesante ofrecernos una mirada menos complaciente con los planteamientos de determinado número de científicos que defienden con datos la necesidad de incorporar estas técnicas para hacer frente a las nuevas bacterias que pueden llegar a asolar grandes extensiones de plantaciones. 

Casting JonBenét (2017)
Kitty Green
EE.UU.

Esta es una de las propuestas más curiosas que se han estrenado este año en Netflix. El trasfondo del documental es la historia del asesinato no resuelto de la hija de seis años de un matrimonio disfuncional y con evidentes problemas psicológicos. La niña, en un principio, parecía haber sido víctima de un secuestro fallido con consecuencias trágicas, pero las razones de su muerte están todavía poco claras. La directora construye la narración de esta historia a través de las entrevistas y el proceso de casting de un grupo de ciudadanos locales del pequeño pueblo de Boulder (Colorado), en el que ocurrió el suceso, y que se convierten en protagonistas a través de sus pruebas de cámara incorporando a los diferentes personajes de la historia, pero también hablando sobre sus propios recuerdos y opiniones sobre quién pudo ser el asesino o asesinos. En este sentido, aunque el crimen sin resolver es el principal punto de partida, el documental funciona más como retrato de la colectividad humana y como experimento sociológico que pone ante nuestras narices los sentimientos más ocultos de una pequeña población azotada por un hecho sin precedentes. Es ahí donde radica el principal interés de este documental y su magnífica condición de narración que derriba esa cuarta pared para convertir a los testigos en protagonistas. 




I am Jane Doe, Gaga: Five foot two, Strong island, Ícaro, En busca del coral, Pásame con Roger Stone, Nobody speak: Trials for the free press y Casting JonBenét pueden verse en Netflix España.
Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca se estrenó el 7 de octubre