29 abril, 2009

Con Spotify hemos topado

Mientras la SGAE y el Ministerio de Cultura se empeñan en seguir manteniendo su cortijo monetario, la sociedad de la información sigue evolucionando. Spotify es uno de los resortes de la música del futuro.

Recientemente Teddy Bautista, presidente del Consejo de la SGAE, ha vuelto a hacer una de esas declaraciones que tanto dañan hacen a su propia gestora, solicitando a las operadoras de telefonía que paguen una cuota fija por derechos de autor (cuota que, como el canon, revertiría una vez más en los usuarios). Es curioso, mientras se negocia con las operadoras para que den el visto bueno a determinadas propuestas de las gestoras de autores, por otro lado el inefable presidente les clava un puñal en la espalda. Es la esquizofrenia de una gestión que desde hace años anda dando palos de ciego porque no sabe cómo mantener su parcela de negocio.

Pero, frente al oscurantismo de las cuentas de la SGAE y sus acólitos, surgen nuevas y revolucionarias opciones que hacen de internet lo que parecen querer restringir las nuevas propuestas de la Unión Europea: un espacio para compartir y expresarse con libertad.

Spotify es una aplicación nacida en Suecia para escuchar música en streaming (directamente en el ordenador), con una amplísima base de datos musical que surge de la firma de acuerdos con las principales compañías discográficas. La aplicación ofrece dos formas de acceder a la música: gratuitamente, con breves ráfagas de publicidad de vez en cuando, pero sin que resulten excesivamente molestas; y con suscripción Premium, pagando una cuota de 9,99 € al mes, lo que da acceso a toda la música sin publicidad.

Lo que ofrece Spotify actualmente es la posibilidad de que el usuario tenga a su alcance la música que quiera escuchar sin necesidad de ocupar espacio en su disco duro y además con una estabilidad asombrosa, con muy ocasionales cortes de conexión. La ventaja, para los que ya prácticamente sólo escuchamos música desde el ordenador, es palpable. La desventaja es que, al ser en streaming, no tienes la posibilidad de "llevártela" en el ipod o en cualquier reproductor de mp3.

Calificada por algunos como "lo mejor que le ha pasado a la música desde el mp3", Spotify ha entrado en el mercado como un auténtico vendaval, quitando cuota a Itunes y ofreciendo incluso algunos preestrenos de lanzamientos futuros. Las posibilidades son enormes y, como usuario habitual en los últimos meses, debo reconocer que la base de datos es amplísima (sí, también se puede acceder a discos de sevillanas).

Algunos grupos, sin embargo, se han negado a colgar su música en Spotify (es el caso de los derechos de The Beatles, Pink Floyd), y en algunos discos hay restricciones a determinadas canciones. Para los aficionados a la música de cine, aunque el acceso a muchos compositores es algo limitado (Hans Zimmer) y en algunos casos como John Williams no se distingue entre el guitarrista y el compositor de bandas sonoras, mezclando los discos de ambos, hay gratas sorpresas, como poder acceder a los ultimísimos trabajos de músicos como Bruno Coulais (Brenda et le secret de Kells) o Armand Amar (Van Gogh. Brush with genius, Marco Polo).

Veremos cómo responde el mercado a una revolución como ésta. Veremos también si el éxito no acaba empujando a Spotify a poner cada vez mayores restricciones a su catálogo, obligada por las cada vez mayores exigencias de la industria (ya se sabe, cuando las gestoras de autor huelen el éxito, acaban actuando como aves carroñeras). Por ahora, Spotify, una alternativa mucho más interesante que Lastfm, es la opción más importante que internet ofrece para tener acceso a la música.


22 abril, 2009

Los piratas de la antipiratería

Ante la imposibilidad de actuar por Ley contra las descargas p2p (con el precedente reciente de la derrota en el parlamento francés de una propuesta de ley agresiva), surgen en España empresas (éstas sí con ánimo de lucro), que ofrecen sus servicios para boicotear las redes.

En el debate constante sobre las descargas p2p, incluida información manipulada por parte del Ministerio de Cultura a través de campañas que directamente mienten a los usuarios, algunas iniciativas absurdas como la de la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (otra que se dedica a producir campañas que comparan el hecho de compartir archivos (no perseguido por la ley) con robar), tratan de alcanzar el mundo perfecto (para ellos, claro), en el que las teleoperadoras se dediquen a facilitar la información que tienen sobre sus clientes para que las sociedades de gestión de autor se dediquen a enviarles amenazas. Es decir, vulnerar la Ley de Protección de Datos para "defender" el derecho de autor. Algo tan absurdo que merecería una seria reflexión sobre el estado mental de algunos de sus responsables.

En Francia, el parlamento ya ha dicho que no a la vulneración de la protección de datos. En España los activos antipiratería (Ministerio de Cultura al frente) se dan de bruces constantemente contra nuestra Constitución y la Ley de Propiedad Intelectual. Así las cosas, comienzan a introducirse en nuestro país empresas que aparentemente "asesoran" sobre derechos de propiedad intelectual pero que en realidad tienen una función muy diferente: boicotear las redes p2p. Ya que hay escasos resultados a través de medidas legales (alguna que otra sentencia contra webmasters para ir dejando mensajes coactivos), determinadas empresas ofrecen sus servicios para actuar en la red.

Recientemente, la Agencia CoPeerRight reconocía que se dedicaba a lanzar archivos fake en las redes p2p más conocidas, es decir, archivos con el mismo peso que el de la película o el disco que se busca, pero sin contenido. Esta táctica pretende efectuar un lanzamiento masivo de este tipo de archivos, de forma que los comentarios de los usuarios comenten sobre la falsedad del mismo, retrayendo a futuros internautas. Según algunos estudios, esta forma de actuar consigue disminuir notablemente la demanda de esos archivos. Resulta significativa la respuesta de uno de los responsables de esta empresa, reconociendo que no hay delito en esta difusión, pero que su función es la de proteger los derechos de propiedad intelectual. CPR Agency, primera empresa europea que se dedica a proteger estos derechos, nacida en Francia en 2003, afirma que, tras enviar un mensaje de advertencia a los usuarios sobre la "ilegalidad" de su acción, "borran las direcciones IP de estos usuarios", porque así lo estipula la Ley de Protección de Datos.

Otra empresa que ofrece sus servicios en este sentido es Asesoría Jurídica de las Artes (AJA), una gestoría radicada en Barcelona, aunque con oficinas también en Madrid y Bolonia, que promete "un 98% de efectividad en eliminación de descargas gratuitas directas" y "un 25% en p2p", ofreciendo la posibilidad de introducir "archivos fakes limpios, pero vacíos de contenido. No es posible eliminar contenidos de los equipos particulares de los usuarios, de manera que lo que proponemos es utilizar todo el potencial de descarga como soporte de propagación de fakes". Las intenciones son claras: "Si no podemos acceder y hacer lo que nos dé la gana con un ordenador particular (que es lo que quisiéramos), nos dedicamos a falsear archivos". Para una empresa audiovisual que contrate a estas agencias legales, la lucha contra la piratería parece asegurada. Pero, ¿están seguros los usuarios?

Muchos ya advierten de los peligros. Porque, ¿quién asegura que los datos de IP de los usuarios que sustraen estas empresas realmente se borran? ¿Hay inspecciones periódicas de la Agencia de Protección de Datos a este tipo de empresas que utilizan estos datos sin la protección que ofrece una base de datos controlada? ¿Cómo sabemos que los fakes que se introducen están realmente "limpios"? Hay quien asegura que algunas de estas empresas en realidad introducen archivos con virus informáticos que afectan a los ordenadores del os usuarios. Curiosamente, la proliferación de este tipo de archivos peligrosos ha aumentado al mismo tiempo que la de estas agencias con ánimo de lucro.

Mientras el Ministerio de Cultura trata de negociar con las teleoperadoras el acceso a los datos de sus clientes (hasta ahora con escaso éxito), la Agencia Española de Protección de Datos actúa escasamente contra financieras, asesorías, bancos y empresas de gestión de impagos que vulneran sistemáticamente la Ley.

Esa es la protección que nos ofrecen.

15 abril, 2009

Love is the end

Llega a las pantallas de cine una de las películas más sorprendentes de la temporada. Una vuelta de tuerca a uno de nuestros géneros preferidos, de la que recomendamos no leer nada (incluida este reseña) antes de verla.


Parafraseando la canción de Keane, así podría definirse la relación entre dos jóvenes que centra la trama principal de la película Déjame entrar, una de las propuestas más originales que nos llegan desde Suecia. Prevista para el mes de marzo, la distribuidora española ha decidido retrasar hasta abril una de las cintas mejor acogidas en la pasada edición del Festival de Sitges. Sí, se trata de cine fantástico, cercano al horror, pero no vamos a desvelar nada más de una trama que tiene en su capacidad de sorpresa uno de sus principales recursos. El sueco Thomas Alfredson construye aquí una historia de terror que bebe sin embargo de algunos referentes bergmanianos. Y mezcla con asombrosa facilidad la ternura de la relación de los protagonistas con la brutalidad de la violencia que destilan algunas escenas. 40 premios internacionales la convierten en una de las películas europeas más garlardonadas de 2008. Una auténtica joya que recomendamos no dejar escapar.


Revista Surrealista
nº 50. Abril/mayo 2009

09 abril, 2009

El magnate mudo y la ministra bocazas

Estamos en el siglo XXI. O eso es al menos lo que nos han dicho. Pero algunos representantes del mundo audiovisual y de la cultura en general parecen querer mantener el mismo formato de accesibilidad a la cultura que lleva años fracasando. Hoy hablamos del magnate mudo y de la ministra bocazas.

El actor Hugh Jackman anda conmovido y preocupado por las descargas masivas de una copia de trabajo de su última película, X-Men Orígenes: Lobezno. Por lo visto, alguien de la propia productora (y luego van los de Fox y organizan en España pases de prensa con medidas de seguridad como si estuvieran enseñando el arca perdida) ha colgado en internet una copia de la película, y claro todos los aficionados andan detrás de ella. "La piratería es un crimen preocupante", ha dicho Lobezno. Sin embargo, no se ha pronunciado, ni le preocupa, que a un periodista de Foxnews.com le hayan despedido por una cuestión tan absurda como haber escrito una crítica de la película en base a esta copia de trabajo.

Es más, según afirma Robert Wolff, autor de una polémica biografía sobre Rupert Murdoch, el magnate de la Fox, en realidad la causa del despido no ha sido la crítica en cuestión, sino haber demostrado lo fácil que era acceder a una copia de trabajo de la película. O lo que es lo mismo, haber demostrado una vez más que en las mismas productoras y distribuidoras en las que se condena la piratería es donde surge precisamente la piratería. El polémico biógrafo afirma también que "para la Fox el visionado de copias piratas es un problema gravísimo, cuando la mayor parte de sus competidoras ya la han asumido como un asunto trivial. (...) Murdoch piensa que puede mantener el mismo sistema de negocio de toda la vida. Cree que todo lo que tiene ver con internet es peligroso, arriesgado, dudoso".

Mira por donde, esto nos suena a declaraciones de otros magnates ahora en horas bajas como el defenestrado Paolo Vasile de Tele 5, que se ha llevado años luchando contra los contenidos de su cadena de televisión en internet, sin darse cuenta de que lo que estaba en peligro era el formato televisivo de su propia empresa, ahora situada en los ránkings de audiencia por detrás de Antena 3 y hasta de TVE, y absolutamente hundida en su aventura bursátil. Quizás los esfuerzos los tenía que haber puesto en otras cosas.

Hablando de los que creen que nada ha cambiado y que todo debe continuar igual, ya tenemos en el gobierno a la ministra bocazas, Ángeles González-Sinde, que entre sus últimos aciertos cinematográficos se encuentra esa ñorda para adolescentes titulada Mentiras y gordas, éxito masivo en España con formato de serie teen de Hollywood. La Asociación de Internautas ya ha puesto el grito en el cielo. Pero ¿por qué? Bien, recordemos los "aciertos" del currículum de la actual Ministra de Cultura:

1. Ella y su Junta Directiva provocaron al comienzo de su mandato como Presidenta de la Academia el polémico y vergonzoso desprecio por los cortometrajistas españoles, dejándolos fuera de la ceremonia de los Goya.

2. En la última ceremonia, el discurso de la entonces presidenta de la Academia criminalizaba las descargas de internet, cuando el marco legal español no considera éstas como ilegales mientras no exista ánimo de lucro.

3. González-Sinde ha afirmado en muchas ocasiones que las descargas están provocando la muerte del sector cinematográfico, pero desde muchos foros de internautas se le ha recordado que no son precisamente películas españolas las que más se encuentran en los servidores P2p.

Mientras la SGAE se pajea con la foto de la ministra, la asociación de internautas se echa las manos a la cabeza. Si el predecesor de la nueva ministra, César Antonio Molina, ya hizo el ridículo con campañas pagadas con dinero público para dar de comer a la SGAE (recordemos esa absurda "Si eres legal, eres legal" que tuvieron que acabar metiéndose por el ojete tras su sonoro fracaso), parece claro pensar que Ángeles González-Sinde también será una nueva representante oficial de una gestora privada en el Gobierno. Lo cual tiene tanto sentido como si el Ministro de Industria fuera el director de El Corte Inglés.

Mientras estos personajes de cómic siguen pensando que hay que seguir igual, el mundo evoluciona e internet continúa siendo, aunque cada vez menos, ese oasis en el que todos tenemos una voz y todos podemos ejercer el derecho a la libertad.


05 abril, 2009

Maurice Jarre, el francés emotivo

El pasado domingo 29 de marzo se fue uno de los grandes músicos del cine moderno. Reciente el homenaje que el Festival de Berlín le dedicó el pasado mes de febrero, con la entrega de un Oso de Oro especial que se nos antoja ahora premonitoria, Maurice Jarre ha podido irse al menos con un último acto público que nos ha hecho rememorar sus magníficos trabajos para David Lean, sus melodías inolvidables, su contundente uso de la percusión y también, por qué no, su etapa electrónica que nos gusta bastante menos que la sinfónica, pero que también ha dado bandas sonoras de notable calidad, como las que creó para Peter Weir.

Con motivo del Homenaje que le dedicó la Berlinale, En Primera Fila emitimos tres programas especiales repasando parte de la trayectoria de este francés que ha conseguido emocionarnos con su música. En realidad, iban a ser dos programas, pero la cantidad de trabajos memorables, o de partituras curiosas que se nos hubieran quedado en el tintero nos obligaron a reestructurar el programa y dedicarle tres ediciones. Un músico grande como Maurice Jarre se merece tres, y cuatro, y seis espacios dedicados a su música.

Para los aficionados, tenemos que recomendar el magnífico DVD/CD que recoge el concierto ofrecido por Maurice Jarre en el Barbican Centre de Londres en 1992, con la Royal Philharmonic Orchestra, que él dedicó a David Lean y que nosotros volveremos a escuchar En Primera Fila el miércoles santo, con su reposición matinal el sábado.


Descanse en paz, maestro.