16 noviembre, 2008

"Bella": Cine panfletario

El cine es una buena vía de comunicación para expresar opiniones o incluso posiciones políticas. Pero cuando la mirada cinematográfica se convierte en un panfleto sensiblero y sesgado acaba resultando irritante.

Del actor mejicano Eduardo Verástegui sabemos dos cosas: 1. Que está como un queso y 2. Que es más conservador que Bush padre y Bush hijo juntos en una iglesia. Hasta ahí todo bien. Que el guapo protagonista de varias telenovelas salga haciendo declaraciones en contra del aborto o del matrimonio gay es comprensible, dada su educación religiosa. Que sus opiniones le importen a alguien es más bien dudoso. Pero que se convierta en mesiánico mensajero de éstas a través de una productora y de alguna película que ha logrado cierta repercusión en el mercado hispano es preocupante.

Metanoia Films, la productora fundada por Eduardo Verástegui en 2004, toma su nombre de una palabra griega que significa "conversión", trasladándola ahora al lenguaje religioso. El actor ha iniciado desde hace unos años (con videos colgados en la red) una cierta campaña contraria al aborto y destinada al público latino. El quesito dice en estos videos frases tan inteligentes como ésta: "El aborto no solamente es un negocio muy lucrativo, sino que también es utilizado por personas racistas como un medio para eliminar a nuestra gente, ya que ellos piensan que nosotros somos una amenaza para la democracia de este país (refiriéndose a Estados Unidos)" (sic). Es decir, que debe haber gente en USA (lugar, por cierto, donde trata de labrarse una carrera el actor mejicano sin demasiado éxito por ahora) secuestrando a mujeres y obligándolas a abortar, porque si no, no se entiende que esta opción de libertad personal suponga, como parece que piensa el quesito, una especie de exterminio de posibles futuros votantes.

Ahora se estrena en España Bella, una película de 2006 que más parece un panfleto de Pro-Vida que una historia coherente. La verdad es que no hay que negarle a Verástegui que va a por todas, tiene muy claras sus ideas (suele hablar del "holocausto del aborto"), y no tiene el menor problema en utilizar todos los recursos sensibleros, sentimentaloides y rastreros para tratar de mostrar sus ideas al respecto. Por ejemplo, en Bella establece un paralelismo entre la muerte de una niña en un atropello accidental (pérdida del ser querido) y la interrupción voluntaria del embarazo. Y va dando vueltas con una mujer embarazada que pretende abortar para enseñarle el camino adecuado a base de moralizantes mensajes de amor maternal y familia feliz (claro, coño, si la familia mejicana del protagonista tiene una casa que ya quisieran muchos yanquis).

Bella es una mala película, con aires de cine independiente, pero de recursos narrativos tan pobres que producen sonrojo. Lo curioso de la película y de los discursos del actor es que no tienen en cuenta en ningún momento el drama que viven las mujeres cuando deciden abortar, hablan desde la tranquilidad y la comodidad de un hombre que ve pasar desde lejos los nueve meses de gestación.

Que la película fuera un éxito entre el público hispano en Estados Unidos y en México no sorprende, dada la mentalidad conservadora de estos sectores. El mismo Verástegui ha hecho campaña en contra de Barak Obama por su posición frente al aborto. Sin duda, este mexicano asentado en Beverly Hills con su talonario bancario está más a gusto con la política de inmigración conservadora de George Bush.

07 noviembre, 2008

Cine europeo 2008 (2ª Parte)

Se acercan los Premios del Cine Europeo, esos galardones que siempre acaban premiando lo más obvio sin voluntad de riesgo, y aprovechamos la ocasión para hacer un recorrido por algunos títulos que, o bien han sido ya etiquetados como "películas del año" por su repercusión nacional, o bien tienen más interés que el que los festivales o academias de cine les han dado, y que por tanto resultan especialmente atractivos.

Hunger (Irlanda). Sin duda alguna, estamos ante uno de los títulos del año. Que una película pase con éxito por algunos de los festivales más importantes del mundo (Cannes, Venecia, Toronto), es sintomático de su calidad. Dirigida por Steve McQueen (sí, su nombre debe acarrearle constantes bromitas), un londinense debutante, Hunger se adentra en la dramática huelga de hambre que protagonizaron varios presos del IRA en 1981, que acabó con la muerte de diez de ellos. Atentos al actor protagonista, Michael Fassbender, que incorpora al activista Bobby Sands (uno de los fallecidos, convertido en mártir de la causa), porque otorga a su personaje ese aliento de realidad que sólo los grandes intérpretes saben dar. Si no hay sorpresas de última hora, quizás hasta acabe siendo una de las películas de los próximos Oscar. Pero de lo que no cabe duda es de que se trata de uno de esos títulos que hay que ver. Se programó en la Sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián e incomprensiblemente no aparece en la programación de otros festivales españoles que presumen de ofrecer lo mejor del año. Menos mal que, más tarde o más temprano, podremos verla en nuestras pantallas.

Loft (Bélgica). Un ejemplo cristalino de que en Europa se sabe hacer buen cine de suspense. En este caso se trata de un encuentro entre cinco hombres casados que deciden alquilar un loft entre todos (ya sabemos para qué). Pero cuando aparece el cadáver de una joven y ninguno de ellos reconoce haber estado con ella, las sospechas y desconfianzas mutuas se hacen más evidentes. Dirige Erik Van Looy, que ya demostró su magnífico pulso para el cine de acción con De zaak Alzheimer, ganadora del Premio Europeo a la Mejor Banda Sonora (del británico Stephen Warbeck). Estamos ante uno de los directores más interesantes de un cierto cine europeo que logra construir productos de género sin por ello renunciar a la originalidad. Atención a la banda sonora del alemán Wolfram de Marco (uno de los componentes del equipo de Hans Zimmer), que ha sido recientemente editada por el sello Moviescoremedia y que es uno de los trabajos musicales más interesantes del presente año.

Mr 73 (Francia). A otro al que ya teníamos calado es al francés Olivier Marchal, gracias a su buen hacer en el terreno del cine policíaco oscuro con 36 Quai des Orfèvres (titulada en España Asuntos pendientes), en el que conseguía reunir a los dos grandes actores del cine francés de las últimas décadas, Gérard Depardieu y Daniele Auteuil. El primero, convertido ya en una sombra de sí mismo, se dedica a participar en lo que sea con tal de un buen sueldo. El segundo sigue siendo (y lo será por mucho tiempo), uno de esos monstruos de la interpretación que, para mí, supera en maestría a otros clásicos sepultados por sus propios tics (caso de Robert DeNiro). En Mr 73, el director repite con Auteuil dándole uno de esos personajes bombón para un actor: un policía deprimido, autodestructivo, que se enfrenta a una auténtica pesadilla. Lo que otorga valor a esta espléndida película es su condición de cine de género que dibuja mejor los matices de sus personajes que la propia trama policíaca. Y, por ello, logra llevarnos al terreno de la sorpresa. Buen trabajo musical, como siempre, del imprescindible Bruno Coulais.

The bank job (Gran Bretaña). Personalmente, el cine protagonizado por la nueva estrella del género de acción Jason Statham me entretiene. Resulta tan excesivo (ahí tenemos como ejemplo Crank) que termina siendo divertido, por mucha violencia que contenga. Se podría pensar que el principal reclamo de esta película es su protagonista, y que estamos ante una nueva incursión en la narrativa del mamporro y la patada en los huevos. Pero nada más lejos de la realidad. Dirigida por el veterano Roger Donaldson, la trama está basada en un famoso robo que tuvo lugar en Londres en 1971, en el que los asaltantes lograron vaciar uno de los bancos más importantes de Inglaterra. Estamos por tanto ante una muestra de ese subgénero del guante blanco y el robo de bancos que tan bien suelen hacer los ingleses (por mucho que Roger Donaldson sea australiano). La película mantiene la atención durante todo el metraje, los actores hacen bien su trabajo y la trama resulta incluso impredecible. Se trata quizás de una de las historias de género más interesantes del año . ¿Por qué permanece inédita en nuestro país? Será que los distribuidores tienen miedo de "vender" a Stratham como algo más que una masa de músculos.

Flashbacks of a fool (Gran Bretaña). Otro que está empeñado en no quedar etiquetado sólo como el nuevo James Bond es Daniel Craig, cuya trayectoria anterior como excelente actor debería ser más que suficiente para evitarlo. No sé si al calor del estreno de Quantum of solace, alguien retomará esta otra película protagonizada por el rubio inglés este año, pero deberían hacerlo. Porque esta historia producida y protagonizada por Daniel Craig tiene los suficientes elementos de interés como para llamar la atención del espectador. En este caso, además, con el aliciente de ver a "007" incorporando a un actor de Hollywood en horas bajas al que la muerte del que fue su mejor amigo le provocará una melancólica mirada al pasado, por supuesto, repleto de culpabilidad y flecos por cerrar. La parte protagonizada por Daniel Craig no es la más interesante de la película, pero complementa con acierto esos "flashbacks" del pasado que tienen al joven actor Harry Eden como contrapunto. Emotiva, sincera, entretenida, quizás algo obvia en determinados momentos, Flashbacks of a fool es un buen melodrama que su director y guionista, Baillie Walsh, sabe manejar con solvencia. Por supuesto, no falta la escena en la que Daniel Craig nos enseña su, todo sea dicho, bonito culo. Los/las seguidores/ras del actor ya sabrán que es habitual verle el trasero en las películas que protagoniza, no se sabe si por exigencias del guión o, simplemente, por ego-culo-centrismo.