28 abril, 2011

¿Informar o hacer publicidad encubierta?

La SGAE y Pro-Musicae lanzan una supuesta Guía informativa para el uso legal de internet que en realidad es una publicidad encubierta de sitios web de pago que gestionan estas mismas entidades.

Recientemente, el colectivo Hacktivistas ha lanzado una respuesta en forma de "contraguía" a la manipulación que SGAE y Pro-musicae han elaborado en su documento supuestamente informativo, destinado a padres y profesores, que en realidad lo que hace es promover los sitios web de pago que gestionan ellos mismos. La Guía para madres y profesoras es el instrumento que ha lanzado este colectivo, con licencia Creative Commons, como contraposición a la Guía para padres y profesores promovida por la ONG Childnet con la colaboración de SGAE, Pro-Musicae y la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (FAP).

En la Guía para padres y profesores se han introducido algunas consignas ya conocidas por parte de estas asociaciones que supuestamente defienden los derechos de los autores. Para tratar de justificar su campaña en contra de las P2P, programas de intercambio de archivos hoy por hoy completamente legales en España, introducen elementos amenazadores para los usuarios: "Los programas de intercambio ilegal de archivos exponen a los usuarios a peligrosos contenidos no deseados, como virus, pornografía o imágenes violentas. El software de intercambio de archivos también puede comprometer tu seguridad y privacidad, al abrir el ordenador al mundo exterior y compartir lo que tienes almacenado en él". Al margen de ese empeño obsesivo por llamar ilegal a algo que no lo es según la legislación española, lo cierto es que, por las recientes polémicas surgidas en torno al uso que determinadas multinacionales hacen de las descargas "legales", parecen más peligrosas éstas que las supuestamente "ilegales".

Como se afirma en la Guía para madres y profesoras, se ha venido demostrando desde hace años que la propia industria del entretenimiento viene introduciendo falsos contenidos y virus en las p2p, aunque con escasos resultados. También se demostró que la discográfica Sony instalaba en los ordenador aplicaciones que les permitían acceder a datos sobre los comportamientos de los usuarios.

No es muy tranquilizador que empresas como Apple hayan tenido que dar explicaciones recientemente sobre una aplicación que permitía conocer datos de ubicación de los usuarios del iPhone. El propio Steve Jacobs afirmaba: "Cualquier persona que tenga acceso a este archivo único probablemente podría determinar la ubicación del usuario, el hogar, los negocios que frecuenta, los médicos que visita , las escuelas a las que sus hijos asisten, y los viajes que ha tomado en los últimos meses o incluso años." ¿Cuáles son entonces las herramientas  verdaderamente peligrosas?

La debilidad de los sistemas cerrados frente al software libre se ha puesto de manifiesto estos días atrás con el ataque que ha sufrido Sony y su sistema Playstation 3, pirateado de forma masiva, obligando a su clausura durante varios días, mientras Sony finalmente ha tenido que admitir que los datos personales de millones de usuarios (datos bancarios, historiales de compras...) han podido ser robados.  Sorprende, eso sí, dos cosas: que una multinacional como Sony no tenga los datos que proporcionan los usuarios de forma encriptada para evitar este tipo de actos; y que ante un hecho tan grave que afecta a más de 70 millones de usuarios hayan tardado una semana en lanzar una señal de peligro. El colectivo Anonymous, que ya había amenazado con acceder a los sistemas de Sony en represalia por la demanda que interpuso la multinacional contra el hacker George Hotz por haber bloqueado la Playstation 3 hace unos meses, se ha apresurado a afirmar que ellos no tienen nada que ver con esta intrusión pero, ¿alguien realmente lidera este colectivo como para afirmar taxativamente que no tiene que ver con sus amenazas? Y lo principal: ¿son realmente seguros entonces los sistemas "legales", especialmente cuando parece que no cumplen con las mínimas medidas de seguridad?

Pero lo más flagrante de la Guía para padres y profesores es la promoción publicitaria que se realiza en un documento supuestamente informativo (recordemos, elaborado por una ONG, es decir, sin ánimo de lucro aparentemente), de webs de descargas que gestionan las propias entidades colaboradoras. En la Guía se afirma: "También es muy interesante La Central Digital, distribuidora digital que agrega música, películas, videoclips, cortos, etc. y los "coloca" en las principales tiendas digitales de internet y móviles" (La Central Digital es una empresa del Grupo SGAE); "otra iniciativa es la web Filmotech, donde están disponibles miles de películas para su visionado en línea mediante un sistema de videoclub" (Filmotech es una iniciativa de EGEDA). Curioso que no se haga ninguna referencia, por ejemplo, a Filmin.com, un portal creado por productoras y distribuidoras independientes españolas que viene haciendo sombra desde hace meses a Filmotech. Otras que curiosamente tampoco se nombran en la Guía, o se les hace una mención residual a pesar de su gran relevancia, son Spotify, Grooveshark, Jamendo, Coda.fm, liberateca.net, etc.

Hace unas semanas, el documental con licencia Creative Commons Copiad malditos, de Stéphane M. Grueso ya puso de manifiesto cierta manipulación de la SGAE a través de su programa "educativo" Educar para crear, en el que se promovía información interesada respecto a los derechos de autor en centros de escolares, con la complicidad del Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación.

No parece que utilizar una Guía supuestamente informativa para promocionar empresas con ánimo de lucro gestionadas por las mismas entidades que la elaboran, sea la mejor forma de difundir los valores éticos de los derechos de autor, especialmente cuando tiene como destinatarios a los gestores de la educación. ¿O sí?

25 abril, 2011

Cine apostólico: con la iglesia hemos topado

En medio de una de las más profundas crisis que viven las religiones en general y el catolicismo en particular, el adoctrinamiento viene utilizando en los últimos años los cauces audiovisuales, en una suerte de tendencia hacia cierta moralina que trata de restaurar la fe a través del cine. 

El segundo mejor estreno español del año fue la crónica sobre José María Escrivá de Balaguer que dirigió Roland Joffé bajo el título Encontrarás dragones, una película que no contaba con el apoyo explícito del Opus Dei pero que se produjo a través de una AIE (Agrupación de Interés Económico), especie de fondo de inversión aportado por un centenar de personas (aunque los productores se empeñaron en tratar de desligar la película de la propia "Obra", es fácil adivinar que buena parte de estos inversores son miembros o al menos simpatizantes de la misma). De hecho, tanto Ignacio Gómez-Sancha como Ignacio Núñez, los dos principales impulsores de la película, que lograron reunir los 25 millones de euros que costó, son miembros del Opus Dei. Pero, ¿es Encontrarás dragones una película dogmática que trata de difundir la figura del fundador de esta institución ? Realmente lo es, aunque camuflada como una historia dramática y épica, y con golpes de efecto como el de anunciar a bombo y platillo que su director, Roland Joffé, es un activista "de izquierdas y agnóstico". Pero no cabe duda que Encontrarás dragones lo que ha encontrado en España es una base de espectadores principalmente católicos que ya en las preventas impulsaron a la película en la taquilla, aunque finalmente no ha acabado siendo un éxito notable (tras un primer fin de semana bastante decente).

Encontrarás dragones está a la espera de sus ventas internacionales en el Festival de Cannes, y su próximo estreno en el mercado norteamericano, al que llega el 6 de mayo distribuida por Samuel Goldwyn Films, una de las productoras más activas en la difusión del cine apostólico. 

Hace unos años, lograba un destacado éxito internacional la película Bella (2006), producida y protagonizada por el actor y activista anti-abortista Eduardo Verástegui, intérprete mexicano de telenovelas que un buen día abrazó la fe cristiana, para más tarde convertirse en un dogmático predicador en contra del aborto. Bella era, de hecho, un panfleto anti-abortista, burdo en su discurso demagógico, que logró un destacado respaldo en la taquilla, incluida España. La productora que impulsó Eduardo Verástegui con Alejandro Monteverde y Leo Severino, Metanoia Films, promueve "películas de entretenimiento que tengan un impacto positivo en el mundo". Sus proyectos no dejan lugar a dudas: Little boy, sobre la fe católica de un niño durante la Segunda Guerra Mundial o God's jester,  una historia que se sitúa en un México post-revolucionario en el que los habitantes de un pueblo luchan por mantener su fe.

Actualmente se encuentra en cartelera Cartas a Dios (2009), de Eric-Emmanuel Schmitt, historia protagonizada por un niño enfermo de cáncer que expresa sus sentimientos a través de cartas que su mentora lanza al cielo diariamente. Lo mejor de la película es su intención de huir, en lo posible, del efecto lacrimógeno que podría tener la historia; lo peor es precisamente su tendencia al adoctrinamiento espiritual como única vía de salvación. O lo que es lo mismo: no se presenta la enfermedad como mal físico, sino como aliento espiritual. Lo cual, según para quién, no es ningún consuelo.

Decíamos que Samuel Goldwyn Films es una de las productoras norteamericanas más activas en esta suerte de resurrección del cine apostólico. El año pasado la revista Variety lanzó la noticia de que la productora estaba preparando una superproducción sobre la resurrección de Cristo (una especie de secuela de La pasión de Cristo), cuyo estreno se preveía para esta Semana Santa, pero que finalmente se encuentra en espera de finalizar la financiación. 

En 2008, Samuel Goldwyn distribuyó Fireproof, de Alex Kendrick, protagonizada por Kirk Cameron (bastante en la sombra tras sus éxitos juveniles en Los problemas crecen). Se trata de la historia de un bombero con un matrimonio en crisis que encuentra en la fe su salvación. Fireproof es una de las producciones de la comunidad eclesiástica de Estados Unidos, y lograron convertirla en la producción independiente (entiéndase como fuera de los cauces de Hollywood) de mayor recaudación, con unos 33 millones de dólares en taquilla. Su director Alex Kendrick, y su productor, David Nixon, ya habían conseguido también una buena recaudación con Facing the giants (2006), que mezclaba catolicismo con fútbol americano. 

De hecho, el estamento eclesiástico norteamericano, es uno de los más activos en esta recuperación del cine apostólico como elemento de difusión del mensaje cristiano. El año pasado la Iglesia Baptista de Sherwood produjo What if?, su película más ambiciosa hasta la fecha, dirigida por Dallas Jenkins y protagonizada por Kevin Sorbo (protagonista de la serie Hércules), una especie de ¡Qué bello es vivir! actualizado (salvando las distancia, claro) en el que un millonario ve ante sus ojos cómo habría sido su vida si hubiera seguido la doctrina cristiana, se hubiera casado con su amor de toda la vida y, en fin, hubiera renunciado al placer y el dinero. Se trata de una de las producciones en cadena puestas en marcha por la Igesia Baptista, que tiene previstos posteriores estrenos en 2011 y 2012 con presupuestos ajustados pero suficientes. La intención es clara, según sus responsables: "No se trata de ganar dinero. Se trata de trasladar el mensaje de Cristo al mayor número de personas posible". 

El cine apostólico ha vuelto.

17 abril, 2011

"The killing" vs. "Forbrydelsen": la sorpresa de la temporada

AMC ha vuelto a dar en el clavo. Su particular concepto de la ficción televisiva ha dado tan buenos frutos como Mad men o Breaking bad, y ahora presenta una novedad basada en una exitosa serie danesa. Compararlas es un ejercicio recomendable. 

La cadena de televisión AMC parece tener una idea de los dramas televisivos que difiere en buena medida de la de otros canales de prestigio. Ni qué decir tiene que Mad men o Breaking bad no son series que tengan un gancho comercial contundente (por su estilo, por su singular estructura narrativa, por su ritmo incluso), pero sí que han conseguido un público fiel que las ha convertido en producciones de culto.

El año pasado AMC apostó por una serie de espías, Rubicon, que sin embargo no terminó de cuajar lo que provocó su cancelación, unida al éxito que obtuvo la decepcionante The walking dead, que sí firmó por una nueva temporada. En realidad, Rubicon era una propuesta cuyo piloto se rodó al mismo tiempo que el de The killing. Y finalmente, para 2011 AMC ha decidido dar la oportunidad a este nuevo thriller que tiene su origen en una serie danesa de 2007.

Los resultados no han podido ser más positivos. Con una premiere de dos horas y un tercer capítulo ya emitido, The killing se consolida como una de las sorpresas de la temporada, frente a las producciones históricas (Camelot, The Borgias, Game of thrones) de las cadenas competidoras. The killing está basada en una producción creada por Soren Sveistrup en torno al asesinato de una joven y su investigación, introduciéndonos en la vida de un grupo de personas que de una u otra forma tienen que ver con la víctima: sus padres, sus compañeros de instituto, la carrera política de un aspirante a la alcaldía... Y es este punto de vista múltiple lo que plantea el mayor interés de la serie. Tampoco resulta novedoso, pero esta estructura compleja de personajes en torno a un asesinato o desaparición ha dado lugar a ejemplos interesantes en el ámbito televisivo: desde Twin Peaks hasta Five days, que por cierto coincide también en plantear los capítulos en torno a cada uno de los días posteriores al asesinato.

Un ejercicio interesante consiste en comparar los primeros capítulos de la serie original y su versión norteamericana, más que nada para no desvelar acontecimientos que en la versión actual aún no se han revelado. Coincidentes en buena parte de las tramas y los personajes principales, The killing tiene, frente a Forbrydelsen, la virtud de una mayor concisión, obligada por el hecho de que la temporada está compuesta por doce episodios frente a los veinte de la serie original. De forma que todo lo que nos cuentan en la versión danesa en los cuatro primeros capítulos, The killing se lo ventila en tres. La eliminación o conversión de algunas subtramas o incluso de alguna escena de acción no parece suponer ningún problema para el desarrollo adecuado de la historia.

Uno de los elementos más atractivos de la serie es la protagonista, una investigadora de aire normal (de esos que tanto gustan en los policíacos nórdicos) que se enfrenta a una compleja trama de asesinato justo cuando tenía decidido dejar su cargo para vivir una vida más tranquila. Ni qué decir tiene que las implicaciones de ese viaje son mucho más complejas en la serie original, que supone trasladarse desde Noruega hasta Suecia, mientras que en la norteamericana se queda en un simple traslado interior. Pero implica para la protagonista en ambos casos una ruptura radical que no termina de producirse. Tanto Sofie Grabol (Forbrydelsen) como Mireille Enos (The killing) aportan a sus personajes esa normalidad que sin embargo adopta un cierto sexto sentido para la investigación, y sin duda son ambas elecciones perfectas para las respectivas series. 

Mireille Enos (Izq.) y Sofie Grabol (Der.)
The killing tiene en su formato visual una aportación decisiva. La presencia casi constante de la lluvia como recurso opresivo y atmosférico, que da a la película un aire más desasosegante, un poco en la línea de Seven, la propia Rubicon o el videojuego Heavy rain. La lluvia es siempre un elemento que provoca cierta tensión, pero en general podemos decir que The killing es mucho más oscura que Forbrydelsen. Igual que podemos decir que la versión danesa es bastante más cruda que la norteamericana.

No cabe duda que los policíacos nórdicos están de moda. Adaptaciones de series como Wallander o Forbrydelsen, o revisiones de éxitos como Los hombres que no amaban a las mujeres están exportando un singular planteamiento del thriller que, utilizando los resortes del policíaco clásico, deja también una particular forma de desarrollar sus historias. Si se hace bien, como parece que lo está haciendo The killing, puede dar lugar a productos interesantes que son complementarios de los originales.

Una curiosidad: la adaptación de la serie danesa ha mantenido la banda sonora original compuesta por Frans Bak para la serie. Sin duda un trabajo efectivo que funciona perfectamente tanto para la versión danesa como para la revisión de la AMC. Quizás sea también una forma distinta de cerrar acuerdos de adaptaciones.

Nota: Este ejercicio de comparación entre ambas series no es exclusividad nuestra. La web opinionless.com hace cada semana una interesante comparativa en paralelo entre las dos producciones. Estas son las dos primeras:

02 abril, 2011

¿Algo está cambiando en la televisión en España?

Mientras TVE mantiene su liderazgo con apuestas cinematográficas y de series de televisión nacionales, algunas cadenas privadas están modificando su oferta, centrándose en producciones televisivas de prestigio, y logrando índices de audiencia notables. ¿Algo está cambiando?

El caso más significativo es el de Antena 3, eterna cadena de televisión segundona que antes intentaba reflejarse en Tele 5 para lograr captar el mismo perfil de audiencia, y ahora parece haber apostado, en un interesante y agradecido cambio de maniobra, por la tendencia iniciada en la nueva televisión pública sin publicidad. A TVE le están yendo bien sus propuestas "de época" nacionales como las ya tradicionales Cuéntame cómo pasó y Amar en tiempos revueltos, o sus nuevas incorporaciones como La República o Gran Reserva

Antena 3, que no olvidemos que en el terreno cinematográfico ha logrado importantes éxitos de taquilla en estos años (en 2010 recaudó nada menos que 29 millones de euros y este año va camino de superar esta cifra gracias al éxito apabullante de Torrente 4 y Encontrarás dragones), continúa su línea de ficción con producciones nacionales de buen resultado en audiencia como Bandolera, El secreto de Puente Viejo, El barco o Los protegidos, aunque también con algún batacazo notable como la adaptación de la novela de Arturo Pérez-Reverte La reina del Sur.

Pero lo que ha sorprendido en mayor medida, y es todo un hallazgo, ha sido la "arriesgada" apuesta que ha hecho la cadena privada por las series extranjeras de prestigio, con el estreno (y el liderazgo en audiencia) de series "british" como Downton Abbey y muy pronto la versión actual de Arriba y abajo, que en realidad es la sexta temporada de la mítica serie, que la BBC estrenó a finales de diciembre de 2010. El tropiezo se produjo el jueves pasado con The Pacific, el drama bélico de Steven Spielberg y Tom Hanks que debutó con un escaso 9% de share frente al 18% del estreno de la última temporada de Gran reserva en TVE. Precisamente, otra de las adquisiciones de la cadena ha sido Hermanos de sangre, la predecesora de The Pacific, pero mucho nos tememos que si sigue por esta línea, Antena 3 acabará estrenándola en sus canales temáticos como Nitro o Neox, adonde van a ir a parar algunas de las series que ha comprado este año.

Esta tendencia no parece casual. El seguimiento de las grandes producciones que la televisión por cable norteamericana o las cadenas británicas suelen estrenar cada año, es cada vez mayor en internet y en sus ediciones domésticas (DVD y bluray), que se producen antes incluso de su estreno en nuestras televisiones. Y precisamente las apuestas que han dado mejores audiencias a canales de segunda división como La sexta o Cuatro han sido este tipo de series. Recientemente en La Sexta con la decepcionante The walking dead y actualmente en Cuatro con la patosa Spartacus. Blood and sand, que a base de excesos y cuerpazos está enganchando a un buen número de espectadores. 


En los próximos meses Antena 3 apostará por producciones como Sherlock (recién editada en DVD y una de las más recomendables apuestas de la temporada), The event (craso error dadas sus malas críticas y pobres audiencias en Estados Unidos) y Justified (interesantísimo policíaco que consigue salirse de la rutina habitual). Y entre las novedades prácticamente inéditas, ha adquirido Camelot, una producción de la cadena por cable Starz, que está tratando de hacerse un hueco entre los canales de prestigio serial como HBO o Showtime, y que este fin de semana está emitiendo sus primeros episodios. Sabiendo que se trata del canal responsable de Spartacus, seguro que promete escenas de alto contenido erótico, teniendo en cuenta además que detrás de esta adaptación se encuentran los responsables y algunos protagonistas de la expléndida The Tudors. También veremos en Antena 3 Juego de tronos, la nueva y esperadísima superproducción de HBO que se estrenará el 17 de abril y que en España pasará antes por Canal +.

La audiencia está respaldando el cambio de trayectoria de Antena 3, lo cual es gratificante. Pero algunas de estas series están planteando también una curiosa polémica, que tiene que ver especialmente con las escenas de sexo y violencia que se pueden ver en Spartacus. Se trata de la idoneidad de que este tipo de producciones se emitan "en abierto" en nuestro país, cuando en realidad son series producidas para canales de pago anglosajones, es decir, cadenas de televisión enfocadas a un público adulto que paga una cuota por ver un tipo de contenido que puede permitirse excesos. Pero ¿en  España es permisible que tan alto grado de violencia (o de sexo) pueda verse en horario prime time? Personalmente, me parece un debate estéril si se cumplen los horarios establecidos por ley de forma adecuada. Pero siempre resulta esperanzador que sean este tipo de debates los que se abran en torno a la televisión. 


La música de las nuevas series de televisión
Miércoles 5 de abril, 16:00 h. / Sábado 9 de abril, 11:00 h. (reposición)
 Downton Abbey - John Lunn
Spartacus. Blood and sand - Joseph DeLuca
The Borgias - Trevor Morris
Camelot - Jeff Danna y Mychael Danna
Justified - Gangstatrass